- Ya presentamos a Pascual Pont, mecánico jubilado y antiguo dirigente nacional de la JOC, cuando contrapusimos su felicitación navideña al discurso del papa sobre la estatua de sal. Le invitamos entonces a escribir algún artículo para ATRIO y nos presenta hoy esta interesante reflexión que esperamos no sea la última.
El 8 de enero de 2012 Stephen Hawking cumplió 70 años. La Universidad de Cambridge celebró un simposio en su honor, para el cual, el célebre físico grabó un discurso en el que sintetiza su vida y avanza el posible futuro de la humanidad. Ambas cosas merecen reflexión y comentario.
Aunque su libro Breve historia del tiempo ha sido adquirido por uno de cada 750 habitantes del planeta, según informa el mismo Hawking, la inmensa mayoría de ellos no lo habrán terminado de leer. Su gran popularidad no procede de lo que dice, sino de la admiración que produce el que su deseo de vivir y de gozar intelectualmente haya vencido los pronósticos médicos sobre la brevedad de su vida y que mantenga un gran rendimiento intelectual en el estado físico en que se encuentra.
Afectado de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde los 21 años, su progresivo deterioro no ha impedido su creatividad científica. Los médicos tienen en él un caso excepcional para la mejor comprensión del organismo humano y el común de la gente un testimonio de la capacidad humana para superar los mayores obstáculos. Su victoria se debe a un fecundo encuentro entre su férrea voluntad, su aguda y clara inteligencia y el haber podido disponer de un patrimonio levantado por el concurso solidario de toda la humanidad.
Varias y diferentes son las líneas de contribución a este patrimonio. En primer lugar, sus padres, que no sólo han aportado sus genes, sino también su ubicación en un determinado espacio-tiempo. Es evidente que la misma combinación genética hubiera derivado en una existencia individual muy diferente de producirse en otra época y lugar.
Gracias al entorno en que ha vivido ha contado con: el legado de millones de pacientes observaciones que a lo largo de toda la historia humana han enriquecido nuestra comprensión del universo en que se desarrolla nuestra existencia, superando las viejas creencias geocéntricas; el esfuerzo de millones y millones de profesionales de todo tipo que han contribuido a la existencia de los aparatos capaces de transformar los impulsos de un dedo de su mano derecha en el que sobrevive la capacidad de movimiento, en una amplia gama de acciones y palabras con los que transmitir y hacer efectivos sus pensamientos y deseos. Pero todo esto es posible porque hay otros muchos millones de individuos que extraen de las minas los materiales necesarios, cuidan los campos y los ganados para que no falten los alimentos, transforman la materia, la transportan y la sirven, siguiendo complejos circuitos. El hecho de que el progreso no avance de forma lineal, sino sorteando terribles zancadillas, superando los intentos de asfixia que le acechan en forma de guerras, tiranías, egoísmos y mezquindades, no debe ensombrecer, sino, por el contrario, debe resaltar, el lugar fundamental que la colaboración sinérgica ocupa en la existencia. No parece que esto sea debidamente valorado por Hawking, a juzgar por el contenido de su mensaje jubilar, lo que nos obliga a un análisis crítico del mismo.
No creo que sobrevivamos mil años sin dejar el planeta. Son las palabras de su discurso que la prensa ha destacado en titulares. Es una idea que ha repetido en varias ocasiones y que justifican la exploración espacial. Debemos seguir yendo al espacio por el futuro de la humanidad. No creo que sobrevivamos otros mil años sin escapar de nuestro frágil planeta. Por tanto, quiero fomentar el interés público por el espacio y yo mismo he estado entrenando por adelantado. Se trata de una idea propia de la ciencia-ficción que no resiste un análisis realista. En primer lugar ¿adónde vamos a ir? No se ha encontrado ningún planeta que reúna condiciones de habitabilidad semejantes a las de la Tierra, y aquellos que reúnen alguna de sus características están a años luz de distancia, por lo que surgen nuevas preguntas ¿cómo y quiénes pueden escapar de la Tierra? Por mucho que avance la tecnología de las naves espaciales y la posibilidad de desplazarse a velocidades cercanas a la de la luz, no hay en la Tierra recursos suficientes para un desplazamiento global de los varios miles de millones que en su momento constituyan la población humana, por lo que parece evidente que cuando Hawking habla de escapar está pensando en una minoría, en una selección que se libre de la catástrofe general. ¿Quiénes conformarían ese grupo? ¿Acaso los que se entrenan experimentando el estado de ingravidez en vuelos muy costosos, al alcance de multimillonarios caprichosos?
Él pudo disfrutar gratuitamente de uno de esos vuelos porque constituyó una gran propaganda el hecho de que en todo el mundo se reprodujo su imagen flotando con la libertad de la que no dispone cuando está pegado al suelo y es indudable que para él debió suponer una experiencia prodigiosa que le afianzaría en sus ideas espaciales. Unas ideas que contradicen la esencia de su espíritu vital. Es cierto que la Tierra está atravesando unos tiempos extremadamente peligrosos para la vida, pero con sus recomendaciones está adoptando la actitud de los médicos que en Ginebra no creían que se podía salvar. No he encontrado un razonamiento con el que justifique esa necesidad de abandonar el planeta. Es indudable que los motivos no son astrofísicos. Mil años no son nada en la evolución cosmológica. La Tierra ha empezado a degradarse a partir de la revolución industrial y de forma acelerada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es la acción humana la que está transformando el planeta y por eso los geólogos han definido una nueva era geológica: el Antropoceno. Si el mal está en el ser humano, lo llevaría allí donde fuera, por lo que desplazarse a otro planeta, si esto fuera posible, más que solucionarlo, lo agravaría.
Todo parece indicar que la propuesta de Hawking es la del científico que avanza tanto en un aspecto de la existencia que todo lo demás queda en la sombra. Las últimas palabras de su último discurso son significativas y merecen analizarse: Así que permítanme terminar con una reflexión sobre el estado del Universo. Ha sido una época gloriosa en la que vivir e investigar en física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años y me siento feliz si he aportado mi granito de arena. El hecho de que nosotros, los humanos, que también somos meros conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, hayamos sido capaces de acercarnos tanto a la comprensión de las leyes que nos gobiernan a nosotros mismos y a nuestro Universo es un gran triunfo. Quiero compartir mi emoción y entusiasmo por esta búsqueda. Así que acuérdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el universo. Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan.
¿Qué leyes son las que nos gobiernan? ¿La teoría de cuerdas? ¿Cuál de todas? ¿Pueden hacer que surja todo de la nada? ¿Y si la velocidad de la luz no es un límite, sino una frontera? Es posible que en los agujeros negros se haga más evidente el encuentro entre la relatividad y la mecánica cuántica, pero si el Universo es efectivamente uni-verso (la unidad que se obtiene mediante la agitación continua que hace que todo esté en todo) ese encuentro se produce también en el solitario asteroide, y en la supernova que explota llenando el espacio de materia, una materia que la Tierra ha utilizado para generar las plantas, los animales y el ser humano. No somos meros conjuntos de partículas elementales, sino el conjunto estructurado de esas partículas que ha logrado coronar un largo proceso de colaboración sinérgica y estamos llamados a continuarla, a llevarla a su plenitud y esa plenitud no la lograremos escapando de nuestro planeta, sino confiando en él, reconociendo que estamos en el mejor de los mundos conocidos y que no tenemos ningún derecho a destruirlo.
Esto nos obliga a adoptar una actitud crítica con los postulados de Hawking, sin temor a enfrentarnos a su gran prestigio, como él hizo cuando con 22 años contradijo públicamente al famoso astrónomo Fred Hoyle, con la sustancial diferencia de que no se trata de discutir sus ecuaciones matemáticas, sino sus deducciones generales en las que estamos implicados todos los humanos. Sócrates ya se enfrentó con el problema de la gente que por sobresalir en su arte, no presumiese de entender de todo lo demás. Parece que forma parte de la naturaleza humana el disponer de una idea de la totalidad existencial y que son precisamente los más sabios en una determinada materia los que sufren la deformación de ver el todo desde la perspectiva de su especialidad, lo que no sería ningún problema si sometieran a una especie de consenso las cuestiones fundamentales comunes a toda la humanidad. El sólo sé que no sé nada socrático no es un canto a la ignorancia, sino un reconocimiento de la necesidad que tenemos de contar con el saber y la experiencia de los demás.
A estructurar ese saber puede contribuir mucho el actual conocimiento de la dinámica triuna del cerebro humano, especialmente si se confirma que esa dinámica es la que encadena todo el proceso evolutivo, pues en ese caso las leyes que descubren los físicos o cualquier otro especialista, pertenecen al pasado, a lo que la evolución ha logrado estructurar y estabilizar debido a la ventaja energética que suponen, pero no determinan el futuro, que permanece abierto a los proyectos que elabore el cortical y en especial, a las decisiones que en cada momento se tomen en un presente efímero en el que mandan los sentimientos que emanan del cerebro límbico. Hay que mirar a las estrellas, pero hay que mirar también a nuestros pies, pues todo incide en todo. El Universo es holístico como lo es cada individuo que se resuelve en su interacción con un entorno abierto al infinito.
Si generalizamos la dinámica triuna en la forma de inmanente, vinculante y transcendente, las leyes de lo inmanente condicionan, pero no deciden el futuro, ni del individuo ni del Universo. El caso de Stephen Hawking lo prueba claramente. Las leyes de la genética conducían inevitablemente a su degradación física, pero en su cuerpo latía una gran llamada de plenitud que descansa en lo transcendente. La transcendencia es vivida por Stephen de forma muy diferente a la de Jane, su primera y decisiva esposa. No vamos a entrar aquí a comparar y valorar las diferentes transcendencias y ni siquiera la forma en que se vinculan con sus respectivas inmanencias, pues forman parte de la singularidad de cada individuo, pero si lo que se refiere a la vinculación, pues ésta implica también al entorno y ahí entramos todos. Ya hemos señalado la gran ayuda que Stephen Hawking ha encontrado en el entorno para hacer frente a su mal. En esa línea debemos destacar los esfuerzos que se están realizando para detectar los genes causantes de la enfermedad con el fin de poder intervenir en el origen y evitar que otros la padezcan.
Precisamente porque en ese sentimiento de vinculación está la verdadera salvación de la humanidad, es necesario señalar otro mal, similar al de ELA en cuanto a sus efectos (postración total, degradación progresiva, pocas esperanzas de supervivencia, ansias de vivir, posibilidad de un latente Ramanujan) pero con dos diferencias fundamentales:
- 1) Que el mal no procede del interior, de la genética, sino del entorno.
- 2) Que el mal tiene cura e incluso se dispone de medios para ser totalmente erradicado.
Se trata de un mal ampliamente conocido por la humanidad, pues con frecuencia la televisión nos ofrece imágenes de individuos que la padecen, especialmente niños, que con sus grandes y asombrados ojos nos dicen que quieren vivir. El mal puede designarse como ASCE (Abandono Social Criminal Estructurado). Abandono, porque el ser humano no puede subsistir sin una atención externa durante los primeros años de vida. Un Abandono que no es familiar, pues la familia le da todo lo que tiene, sino Social, entendida en un sentido amplio, pues en ello está involucrada toda la humanidad, es Criminal, porque conduce a la muerte por hambre y por enfermedades curables de millones de niños inocentes, y es Estructurado porque no es debido a una casuística imprevisible, sino a los manejos geopolíticos de los diferentes imperialismos que en su versión actual adopta una estrategia financiera especulativa, que pretende obedecer a inevitables “leyes del mercado” cuando en realidad responden a las directrices emanadas de entes como la City, la Trilateral, el club Bilderberg, Davos, El Consejo de Seguridad de la ONU, el F.M.I. y cuantos organismos oficiales o no, pretenden administrar los recursos del planeta con planteamientos de dominación, ególatras y mezquinos.
Hay pruebas de que la inmensa mayoría de los seres humanos estarían dispuestos a colaborar en la erradicación del ASCE, así como multitud de testimonios de quienes se esfuerzan hasta el heroísmo por mitigarlo en la medida de sus posibilidades. Pero es necesario un movimiento global que actúe sobre las causas y sea capaz de enfrentarse a quienes controlan los distintos medios de comunicación y colaboración humana. Marx hizo un llamamiento al proletariado mundial, con lo cual puso el acento en el tener, que es limitado, por lo que, quien da lo que tiene, se empobrece. Ahora quizá haya que hacer un llamamiento al verbotario, al ser humano que se vincula por la palabra, que está ligada al saber y es ilimitada, y el que la comparte se enriquece. El cambio de paradigma que la humanidad necesita para salvarse y erradicar la monstruosa injusticia que se está cometiendo con el ASCE tiene que apoyarse en la palabra plenamente compartida. Los poderosos lo saben. No en balde el único organismo internacional que los Estados Unidos han abandono dos veces, ha sido la UNESCO.
No se trata de enfrentar al verbotario con el proletario, sino todo lo contrario. Se trata de que todo individuo pueda tomar la palabra para desmontar las mentiras de los poderosos que se revisten de títulos y honores para dar validez a sus sentencias. Se trata de que todo individuo puede hacer valer el enorme potencial interior que todo ser humano encierra y establecer los conectores adecuados, (contabilidad transparente, habla propia y lengua común, entre otros) para que la división del trabajo , base de la colaboración sinérgica, no degenere en empleos alienantes, sino en creatividad y gozoso servicio a la humanidad.
Sólo el bien de la humanidad justifica los discursos. No hay que dejarse amedrantar ni por fórmulas matemáticas, escrituras sagradas, estadísticas financieras y leyes y reglamentos de todo tipo, que pretendan mantener y extender criminales privilegios. ¡Ay de vosotros, doctores de la Ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia; y no entráis vosotros ni dejáis entrar! Son palabras de Jesús de Nazaret que conviene recordar para construir el nuevo paradigma que la humanidad necesita. Un paradigma que tiene que descansar sobre la colaboración sinérgica, venciendo dificultades como las que Obama está encontrando para establecer unos servicios sanitarios que eviten que el ASCE haga estragos en el propio corazón del imperio, debido a que el egoísmo, el individualismo y el consumismo han establecido el crecimiento del Producto Interior Bruto como verdad absoluta.
Comparto al cien por cien, la aportación de Javier Renobales Scheifler.
No es necesario Dios para que tengamos moral dentro de nosostros.
¿No tienen los animales una ley moral dentro de ellos?
Hace unos meses vi, en una iglesia con un gran atrio cuya cubierta es muy elevada, que el párroco había ordenado poner pinchos y mallas metálicas de tal forma que las palomas, (muy numerosas y que ensuciaban paredes, adornos, vigas de madera soporte del tejado y suelos del atrio), no pudieran seguir instalándose en las vigas de madera y recovecos bajo el tejado del atrio.
De tal forma que las palomas, al menos una parte de ella, se instalaron en el camarote de la casa situada a treinta metros de la iglesia, pues el tejado del camarote también tiene vigas de madera y diversos recovecos similares al del atrio de la iglesia, aunque mucho más pequeños.
Un día los habitantes de la casa, tan hartos de las palomas como el párroco, no tuvieron más remedio que organizarse para echar fuera del camarote a las palomas, y cerrar con malla metálica por fuera todos los huecos por los que podían entrar las palomas.
Pero una paloma adulta había logrado esconderse tan bien, tan bien en el camarote, que quedó dentro atrapada sin que los habitantes de la casa se dieran cuenta; de forma que la paloma no podía salir, al estar ya concienzudamente clavada y atornillada la malla metálica tapando todos los huecos de entrada-salida.
Bueno, dijeron los habitantes de la casa, no es cosa de volver a soltar la malla, con lo peligroso que es andar por los recovecos del tejado. Ya se morirá de hambre la paloma, y entonces la sacaremos sin problema.
Pero sucedió que la paloma prisionera se colocaba junto a la malla en un lugar inaccesible desde dentro del camarote, y las otras palomas venía por fuera a alimentarla; ¿tenían las palomas una ley moral impresa ‘por un Creador’, que les llevaba a alimentar a su compañera?
No, ni tampoco habían leído Mt 25, 31 a 46. Simplemente su instinto de supervivencia/conservación, su instinto por la vida, su sentido de la vida, les llevaba a alimentar a su compañera atrapada.
Por la misma razón la madre jabalina esconde a sus jabatos de los lobos, y se hace perseguir por éstos para alejarlos del escondite donde ha dejado a sus jabatos, tratando luego de eludir a los lobos, o muriendo bajo sus dientes si es atrapada, dando su vida para intentar que continúe y se desarrolle la de sus jabatos, la siguiente generación.
Es posible que las normas morales humanas nos las vamos dando los humanos por la misma o similar razón, a medida que evolucionamos, sin necesidad de un imaginario Creador que nos haya ‘impreso en el alma’ nada, ni tampoco ninguna moral ni ley natural dentro de nosotros.
Hola Javier!
Todos y cada uno de los mortales al estar usando ese vocablo del Habla,
tiene suficientemente claro y definido el sentido de ese vocablo-concepto.
En cuanto a mí, como pensador explícito,
lo he dicho claro y definido desde hace mucho tiempo en Atrio.org
Lo que ocurre es muy simple y de tan evidente no se lo ve.
No basta “abrir los ojos” para VER.
Todo VER humano está sustento-precedido por un “prestar atención”.
“Dime a qué ATIENDES y te diré quién eres”.
Si a lo que yo atiendo no es lo que tú atiendes,
podríamos estar eternamente hablando como a las paredes.
Si te interesara de verdad -con las salvedades que acá te hago- el Asunto Dios,
podríamos seguir la con-versación y no el de-rrame.
¿Ok? ¿Voy todavía? – Abrazo – Oscar.
¿Hay alguien capaz de aclarar y “definir” el concepto y el sentido de Dios?
Hay alguien capaz de aclarar y “definir” el sentido de los pronombres indefinidos: todo, algo y nada? Y como dos de elloa se personalizan en alguien y en nadie sin que el tercero alcance al “todien” correspondiente?
No voy a discutir la persona de Hawking, sino el acordar con el autor de este trabajo, sobre que el hombre si realmente quiere sobrevivir, deberá activar, todas las potencialidades que desplieguen la cultura de la vida…Y que el atender a los más pequeños, pobres e indefensos, es lo que en mi modesto pensar nos hace humano…
Lo que quiero desarrollar, es una cierta idea que no es publicitada pero que circula en algunos medios intelectuales y seguramente entre los grandes capitalistas, que habiendo comprobado que los refugios antinucleares, o las cúpulas climáticas no los salvarán, han comenzado a manejar la idea de que un grupo de personas seleccionadas…abandone el planeta en caso de catástrofe global…dejando a la mayor parte de la humanidad, fuera de ese proyecto…
Digamos que en realidad este pensamiento es muy coherente por las acciones, incluso globales desarrolladas por un grupo que son dueños de grandes capitales, que sirviéndose de muchos científicos (unos pagos, otros convencidos sinceramente del asunto) han manejado la idea de que existe una calidad de personas superiores que merecen tener el poder per se y así hay manejado el planeta, pero digámoslo todo, mucha veces con la colaboración de grandes multitudes que entronizan en el poder a quienes tienen pronta el hacha para cortarles la cabeza, basta ver como en el mundo las derechas avanzan…o como algunas izquierdas, se revelan con su praxis como verdaderos instrumentos de esta concepción, en donde esta bien que algunos tengan más poder y riqueza…a pesar de que eso condene a millones y millones a la pobreza…Claro no lo maneja así en el discurso, sino mediante su praxis…Si le pasan la factura de la deudas de los especuladores al pueblo, aunque no lo digan y le llaman austeridad para salvar a la nación, lo que hacen es justamente diferenciar a quienes “merecen” tener el poder ya quienes se le atribuye el merecimiento de ser quienes no lo tienen…
Esta concepción que a veces se expresa a través de una raza, de un código genético, de virtudes personales, de riqueza y poder, es la concepción profunda de un sistema insolidario, injusto, cruel y despliega en sus dinámicas la cultura de la muerte…
Confiemos en el hombre, sobre todo confiemos en quien creo al hombre, no para que haga nuestro trabajo, sino para que nos motivo, a cambiar de rumbo…en esto, nos perdemos todos o nos salvamos todos…nadie es más y si alguien merece mayor consideración, son los más desposeídos y marginados de este sistema global…La Universidad de Chicago crearon el sustento teórico del Neoliberalismo, son operacionales al sistema, interpretan la realidad de acuerdo a determinados parámetros y axioma, que crean un abordaje epistemológico de la realidad…Yo no comulgo, con quienes entiende que unos pocos lo merecen todo…
Más bien creo en el sentir de aquel que dijo…Felices los pobres….y Dios hace salir el sol para justos e injustos…Y tal vez el señor Hawking (fíjense yo me atrevo a contradecir a prestigioso científico), entienda que el asunto es abandonar el planeta que nosotros mismos lo estamos destruyendo…en vez de proponer con igual fuerza el cambiar de rumbo y evitar su destrucción…pero en una cosa se equivoca claramente el Señor Hawking, si piensa que a este ritmo de degradación del planeta tenemos mil año, ha hecho mal sus cálculos…Lo que no quiere decir, que con el tiempo…si es que nos lo damos…podamos desarrollar tecnologías que extiendan la cultura humana a fronteras insospechadas…Espero que como especie podamos llegar a ello…sin embargo…yo no quitaría al Creador de la Ecuación…Puede que nuestra notoria “involución” en muchos aspectos, nos depare sorpresas…inesperadas…Con cariño Gabriel
“Dos cosas llenan el ánimo de admiración y asombro siempre renovados y crecientes cuanto más persistentemente se reflexiona sobre ellas(…) el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí”
Esta cita de Immanuel Kant (1724-1804) abre el capítulo 1 de “Viaje a las estrellas” interesante obrita de divulgación del argentino, físico de profesión, Guillermo Abramson, editada por Siglo Veintiuno, impreso en Argentina en 2010.
Y creo que resulta oportuno recordarla en este “hilo”.
El libro de Guillermo Abramson tiene 127 páginas y cuenta, de forma sencilla y breve, la “historia de medición de la distancia a las estrellas”.
El misterio nos conmueve al considerar algunas de las constataciones científicas que el libro condensa, tanto las relativas al esfuerzo humano como las que conciernen al descubrimiento del mundo intergaláctico en expansión en l que se desarrolla nuestra existencia.
Lamento que mi torpeza en expresarme haya conducido a conclusiones totalmente opuestas a la realidad de mis sentimientos, especialmente en lo que se refiere a la compasión por los seres humanos que me recomienda Manuel, puesto que es el sufrimiento, la dignidad y la grandeza de todo ser humano, las principales referencias de mi vida. De ahí mi gran respeto a todos los individuos, incluido Hawking, de quien muestro mi admiración al ponerlo como “testimonio de la capacidad humana para superar los mayores obstáculos”. Yo no recrimino su comportamiento. En todo caso tendría que recriminar a los que lo utilizan, pues el mensaje que difunde la prensa al reproducir su discurso cambia radicalmente si en lugar de sacar en titulares No creo que sobrevivamos mil años sin dejar el planeta, hubieran destacado Sean curiosos. Lo importante es que no se rindan.
Pero el respeto e incluso la admiración hacia una persona no implica el no poder discutir sus opiniones y la de Hawking sobre la necesidad de abandonar el planeta la considero funesta por varias razones:
1ª) Porque supone el cierre de toda esperanza a la lucha que se está manteniendo por el cuidado y conservación de nuestro planeta, entre ellos el reciente artículo en Atrio de Leonardo Boff, sobre “Sostenibilidad”.
2ª) Porque alienta la carrera espacial que exige el consumo de muchos e importantes recursos y no siempre tiene como finalidad la mejor comprensión del Universo.
3ª) Porque la Tierra es limitada y el uso de los recursos debería estar guiado por la compasión hacia los seres humanos que me recomienda Manuel.
Esta última razón es fundamental para valorar si la ortopraxis de mis consideraciones son hiperutópicas como dice Sarrionandia. Para el que se está muriendo de hambre o de enfermedades curables, el fin de la especulación financiera y de la racionalidad económica, no es una cuestión filosófica ni científica, sino una imperiosa necesidad vital. El que estos diferentes planos no se encuentren cómodos entre sí, se debe a la crisis global que estamos atravesando, y que exige un nuevo paradigma que logre un consenso intercultural sobre la naturaleza del hombre y de la Tierra. Los comentarios al artículo de Boff sobre la Tierra viva, ilustran una parte de la cuestión.
Por mi parte me esfuerzo en reflexionar sobre la teleonomía existencial que, en lo fundamental, he resumido en mi artículo: “No somos meros conjuntos de partículas elementales, (como dice Hawking) sino el conjunto estructurado de esas partículas que ha logrado coronar un largo proceso de colaboración sinérgica y estamos llamados a continuarla, a llevarla a su plenitud y esa plenitud no la lograremos escapando de nuestro planeta, sino confiando en él, reconociendo que estamos en el mejor de los mundos conocidos y que no tenemos ningún derecho a destruirlo.” Naturalmente hay mucho por descubrir, enlazar, armonizar. Ahora mismo le estoy dando vueltas a las palabras de Leonardo: Los seres son conservados y soportados por la Energía de Fondo o la Fuente Originaria de todo Ser. Es una tarea difícil, pero no hay que rendirse, tal como aconseja Hawking.
Agradezco a Olga Larrazabal de Chile que haya resumido con precisión las dos ideas fuerte que yo deseo transmitir. El problema es que la existencia está toda tan entrelazada que en cuanto quieres profundizar empiezan a salir ramificaciones que es necesario situar e intentar clarificar. Por eso los comentarios que siguen al artículo y mi esfuerzo por clarificar los puntos que admiten varias interpretaciones, quizá resulten más interesantes que el mismo artículo, lo que confirmaría que el diálogo es la verdadera fuente de saber.
Javier Renobales me reprocha que diga que la gran popularidad de Hawking no procede de lo que dice. No hablo del prestigio que pueda tener dentro de la comunidad científica. Su cátedra en la Universidad y las discusiones con Penrose o con Hoyle prueban suficientemente su competencia, especialmente en lo que se refiere a los agujeros negros. Al hablar de popularidad me refiere a la gente común que como yo y cuantos me rodean habitualmente, no somos capaces de comprender lo que dice a este respecto, pero lo admiramos por su gran voluntad de vivir y sus esfuerzos por comprender la existencia y aportar un mayor saber a la humanidad. Otra cosa son sus opiniones sobre cuestiones que no están avaladas por sus conocimientos científicos, y que tiene todo el derecho a emitirlas, como tenemos los demás a rebatirlas. Una de ellas es la necesidad de emigrar a otro planeta, que ha sido el objeto de mi artículo. Otra es la cuestión de Dios.
Coincido plenamente con Hawking en que la vida tiene un sentido pleno por sí misma. Es el principio de razón suficiente de Leibniz que le enfrentó con el mecanicismo de Newton. Lo que no comparto es la idea de que el Universo está gobernado por las leyes de la ciencia. El Universo está gobernado por leyes naturales que el ser humano trata de descubrir. Es posible que en lo fundamental sean muy sencillas pero que al estar dotadas de libertad no admiten ser encerradas en una ecuación determinista. Es el indeterminismo lo que enfrentó a Einstein con Bohr, Pauli y Heisenberg. En su diálogo con Tagore, éste da pruebas de ser quien mejor comprende la esencia de la vida, quizá por su mayor sensibilidad para percibir esa posible ley fundamental universal presente en todo ser, y Einstein se ve obligado a reconocer No puede demostrar que mi concepción es correcta, pero es mi religión.
En mi artículo aludía a esta cuestión cuando digo: La transcendencia es vivida por Stephen de forma muy diferente a la de Jane, su primera y decisiva esposa. No vamos a entrar aquí a comparar y valorar las diferentes transcendencias. Tampoco lo voy a hacer ahora, pero yo me pregunto: Si Dios no es necesario para explicar la vida ¿Por qué Hawking lo nombra tanto? Lo que si me gustaría es que alguien me demostrara que Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo y se creó de la nada. La nada es un recurso fácil, indemostrable e innecesario que utilizan muchos científicos para eludir a Dios. Hay otros recursos que encuentro más elegantes, como es el considerar la velocidad de la luz, no como un límite, sino como una frontera. ¿Qué hay al otro lado? De momento no lo sabemos, aunque pueden abrigarse esperanzas de llegar a saberlo si la evolución avanza como ha venido haciendo durante millones de años y da un salto cualitativo. Y ese salto depende de nosotros que se dé aquí en la Tierra. De momento ya se habla del universo taquión.
El tema es complejo, pero apasionante. Sé que cometo errores porque tengo que corregir muchas veces mis escritos. Pero comparto plenamente las palabras de Hawking en su discurso jubilar: Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan.
Leyendo la wikipedia sobre Hawking, que enumera sus méritos científicos
¿cómo concluir, como hace el post de Pascual Pont que “Su gran popularidad no procede de lo que dice, sino de la admiración que produce el que su deseo de vivir y de gozar intelectualmente haya vencido los pronósticos médicos sobre la brevedad de su vida y que mantenga un gran rendimiento intelectual en el estado físico en que se encuentra.”?
Después de leer la wiki yo sigo pensando lo queya pensaba antes: que Hawking es famoso sobre todo como científico, no –o muchísimo menos- como enfermo que ha vencido los pronósticos médicos.
El post señala que Hawking dice: “Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el universo”
Lo que vemos es la vida, no a Dios. Su sentido es la misma vida, que tiene un sentido pleno por sí misma.
A la pregunta de qué es lo que hace que exista el universo, Hawking nos plantea la posibilidad de que sea el propio universo lo que hace que exista.
“Dado que existe una ley como la de la gravedad, el Universo pudo y se creó de la nada. La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada, es la razón por la que existe el Universo, de que existamos. No es necesario invocar a Dios como el que encendió la mecha y creó el Universo”.
“… Stephen Hawking utiliza repetidamente la palabra Dios en su discurso público de divulgación científica, pero ha explicado que lo hace en sentido meramente metafórico. “No soy religioso en el sentido normal de la palabra. Creo que el Universo está gobernado por las leyes de la ciencia. Esas leyes pudieron haber sido creadas por Dios; pero Dios no interviene para romper las leyes”
Añadiría a lo que dice Olga, que nadie llega por sus méritos a lo que es, ni tampoco Jesús llegó por sus méritos. Necesitó de las demás personas, de otras personas como él, como necesitamos todos.
Dicen cuando algo sale bien: ‘gracias a Dios’; no es cierto; si lo pensamos un poco, vemos que ha sido gracias a las personas y/o a las circunstancias.
Manuel nos recuerda que Stephen Hawking también ha dicho que la existencia del universo no necesita de ningún creador. Es redundante la idea de un Dios creador, dice Hawking, si no lo he entendido mal.
Algunas personas imaginaron, al comprobar que existe el universo, que alguien ha tenido que crearlo. E impusieron a los demás esa idea, que en el credo es dogma de obligatoria creencia.
Incluso para algunos ‘más papistas que el papa’ es una verdad demostrada, indubitada, que Dios creó el universo.
Y ya puestos a imaginar, muchos añaden que Dios sigue manteniendo constantemente el universo con su acción divina providencial y permanente, y nuestras vidas, y nuestro amor , y que nos ama y nos envía su gracia santificante (bueno, esto sólo a los que les es permitido el don de los sacramentos, si se someten a la autoridad que los maneja, los llamados medios salvíficos que manejan tan hábilemente los ministros ‘de Dios’).
Sabemos aún demasiado poco del universo; Hawking propone que, eso que dicen algunos que tiene poder para crear de la nada el universo, que imaginamos/llamamos Dios –del que no sabemos nada-, bien podría ser el propio universo.
Otros dicen: vivamos como si Dios no existiera. Esto encaja muy bien con la idea de Hawking: el universo no necesita un Dios que lo haya creado, vive como si Dios no existiera. Me parece muy acertado.
Si Dios existe –que es lo que yo creo- en esta vida no lo necesitamos para nada. Es cuestión de la otra vida. No hay prisa; algún día lo sabremos, o entonces, si Dios no existe, ya no existiremos como personas.
Lo que es claro es que Dios es negocio y seguridad de muchos, tal y como se han montado el tinglado con el que manipulan el constructo que han hecho con la idea de Dios y las instituciones que han colgado de él.
Yo deseo rescatar un par de ideas de este artículo, que me hacen sentido. La primera se refiere a que detrás de cualquiera innovación genial en la cultura humana, hay millones que contribuyeron anónimamente, que nadie les reconoce su aporte. Ahí están los diseñadores, fabricantes y proveedores de materia prima de toda la tecnología que permite que la persona de Hawkings, pueda manifestar sus intuiciones y reflexiones. Es decir, que nadie solo por sus méritos llega ni a la genialidad, ni a ser súper millonario.
Segundo, que si todo ese dinero dedicado a investigar la composición de las galaxias para ver si existe algún planeta que en caso de desastre pueda cobijarnos se gastara en investigar en las ciencias humanas que permitan una mejora en la calidad de vida y de organización de nuestra humanidad, quizás no necesitaríamos un planeta auxiliar para un futuro desastre. Y por calidad de vida me refiero a vida equilibrada y armoniosa, no al crecimiento ilimitado del Producto per cápita.
Supongo que las imágenes incorporadas al texto, hacen la función de sostén… Por la gravedad que tiene el andarse por las ramas.
S. Hawking que es consciente de la gravedad… Pues le supongo sabedor de que todo cuerpo ocupa un lugar en el espacio, por lo que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar a un tiempo. Un rollo … eso de la materia y el espacio, y la gravedad de las órbitas. Todo un gasto de energía o mejor digo transformación de la energía..
Lo que si supongo que tengo claro, es que Hawhing es sabedor de su estado , del lugar que ocupa, y la necesidad del aporte externo de la energía que le sostiene.
Por eso creo que con ambas imágenes, se ensaya un tiempo, donde ocupando cada uno su lugar se pueda sobrevivir sabiéndonos sostenidos,
Simuladores de miradas espaciales.
Saludos.
El artículo, muy trabajado, resulta interesante tanto por lo que aporta de mera información como por el tratamiento crítico de la misma.
Por consiguiente lo primero es que dar gracias al autor, Pascual Pont, por este artículo.
No obstante, tengo la impresión de que en él se entrecruzan, sin encontrarse cómodos entre sí, dos planos distintos del conocer y de la valoración de la realidad. Entiendo que Hawking, y está en su derecho, habla más desde la ciencia y el autor, también en su derecho, habla más desde los valores, o si se quiere desde una posición filosófica en la que se entremezclan elementos heterogéneos.
Algunas posiciones que aquí se nos dan a conocer de Hawking entiendo que no son tan absolutamente rechazables como pudiera deducirse del artículo, sobre todo entendidas en su significado dentro del contexto propio de su discurso (otra cosa es estar o no de acuerdo con sus “creencias” subyacentes, que también las tiene como todo ser humano). Así, a mi me parecen palabras de estimulo las dedicadas a elogiar una posición de “búsqueda” y no veo rechazable (sino, por el contrario, aprovechable) la siguiente afirmación que nos facilita el texto:
“Así que acuérdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el universo. Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan.”
He de aclarar que desde mi posición ha de entenderse el “éxito” , no como éxito “social”, sino como éxito en alcanzar lo que se busca.
Gracias de nuevo a Pascual Pont.
Pocas veces ostentan los artìculos de Atrio la sensatez del presente. Aunque la ortopraxis de sus consideraciones la veo hiperutópica!
Estimado Pascual:
La verdad es que no entiendo el motivo de la “riña” a Stephen Hawking.
No me explico por qué ha escogido como excusa, una propuesta (muy a largo plazo y tal vez poco plausible) de colonización del espacio exterior con una arenga de contenido social en la que destaca la explotación de los trabajadores del tercer mundo. Por cierto, no menciona que también ha dicho que la existencia del universo no necesita de ningún creador.
No acabo de comprender esa inmersión terminológica en física cuántica y en cosmología para concluir que somos algo más que polvo de estrellas. Pero es lo que somos. Y ha sido la evolución la encargada de precisar su alta complejidad, salvo que se esté defendiendo subrepticiamente, algún argumento teleológico.
No he descubierto un objetivo claro en tan abigarrado texto, salvo el sutil
reproche a un hombre que con la ayuda de otros muchos, les están yudando a sobrevivir, y que usted sabe perfectamente, se están beneficiando a la vez a miles de pacientes con aquella avanzada tecnología. El asunto del mal amigo mío, tiene un último responsable. Responsable en última instancia de la ELA y de la ASCE y de todas las víctimas que ha quedado arrinconadas en la cuneta de la historia como consecuencia de epidemias, hambrunas y catástrofes naturales.
No se meta con con los seres humanos. Compadézcase de nuestra especie y valore sus esfuerzos por superar con fórmulas políticas las injusticias y su tesón por descubrir las causas de todo lo que le puede dañar y emprender las medidas para corregirlas. El hombre con sus aciertos y errores está sólo con esta tarea. A nadie se le ha pedido permiso para venir a este mundo y en cuanto nace, tiene que empezar a luchar contra las enfermedades, con la hostilidad de la naturaleza y hasta con los miembros de su propia especie y así hasta que fenezca. Y son los científicos los encargados de hacer frente a estos envites para hacernos esta vida, lo más llevadera posible.
Para los creyentes sólo tenemos un desafío: conformar una
teodicea convincente y no tanto, andar recriminando los comportamientos de un científico inválido flotando durante unos segundo en la carlinga de un avión.