Nuestra civilización occidental, hoy mundializada, tiene su origen histórico en la Grecia del siglo VI antes de nuestra era. El mundo del mito y de la religión, que era el eje organizador de la sociedad, se desmoronó. Para poner orden en aquel momento crítico se llevó a cabo, en un lapso de poco más de 50 años, una de las mayores creaciones intelectuales de la humanidad. Surgió la era de la razón crítica, que se expresó por la filosofía, por la democracia, por el teatro, por la poesía y por la estética. Figuras paradigmáticas fueron Sócrates, Platón, Aristóteles y los sofistas, que gestaron la arquitectura del saber, subyacente a nuestro paradigma de civilización; fue Pericles, como gobernante al frente de la democracia; fue Fidias, el de la estética elegante; fueron los grandes autores de las tragedias como Sófocles, Eurípides y Esquilo; fueron los juegos olímpicos y otras manifestaciones culturales que aquí no cabe referir.
El nuevo paradigma se caracteriza por el predominio de la razón que deja atrás la percepción del Todo, el sentido de la unidad de la realidad que caracterizaba a los pensadores llamados presocráticos, los portadores del pensamiento originario. En este momento se introducen los famosos dualismos: mundo-Dios, hombre-naturaleza, razón-sensibilidad, teoría-practica. La razón creó la metafísica, que en la comprensión de Heidegger hace objeto de todo y se instaura como instancia de poder sobre ese objeto. El ser humano deja de sentirse parte de la naturaleza para situarse frente a ella y someterla al proyecto de su voluntad.
Este paradigma alcanzó su expresión más acabada mil años después, en el siglo XVI, con los fundadores del paradigma moderno, Descartes, Newton, Bacon y otros. Con ellos se consagró la cosmovisión mecanicista y dualista: la naturaleza por un lado y el ser humano por otro, enfrente y encima de ella como su “maestro y dueño” (Descartes), corona de la creación en función del cual existe todo. Se elaboró el ideal del progreso ilimitado, que supone la dominación de la naturaleza, en el supuesto de que ese progreso podría avanzar infinitamente hacia el futuro. En los últimos decenios la codicia de acumular ha transformado todo en mercancía a ser negociada y consumida. Hemos olvidado que los bienes y servicios de la naturaleza son para todos y no pueden ser apropiación de algunos solamente.
Después de cuatro siglos de vigencia de esta metafísica, es decir, de este modo de ser y de ver, verificamos que la naturaleza ha tenido que pagar un alto precio para costear este modelo de crecimiento/desarrollo. Ahora estamos tocando los límites de sus posibilidades. La civilización científico-técnica ha llegado a un punto en el que ella misma puede causar su propio fin, degradar profundamente la naturaleza, eliminar gran parte del sistema-vida y, eventualmente, erradicar la especie humana. Sería la realización de un armagedón ecológico-social.
Todo empezó en Grecia hace milenios. Y ahora todo parece terminar en Grecia, una de las primeras víctimas del horror económico, cuyos banqueros, para salvar sus ganancias, han empujado a toda una sociedad a la desesperación. Ésta ha llegado a Irlanda, a Portugal, a Italia, pudiendo extenderse a España y a Francia, y quizás a todo el sistema mundial.
Estamos asistiendo a la agonía de un paradigma milenario que aparentemente está terminando su trayectoria histórica. Puede demorarlo todavía decenas de años, como un moribundo que resiste, pero el fin es previsible. Con sus recursos internos no tiene condiciones de reproducirse.
Tenemos que encontrar otro tipo de relación con la naturaleza, otra forma de producir y de consumir, desarrollando un sentido general de dependencia ante la comunidad de vida y de responsabilidad colectiva por nuestro futuro común. De no iniciar esta conversión, dictaremos para nosotros mismos la sentencia de desaparición. O nos transformamos o desapareceremos.
Hago mías las palabras de Celso Furtado, economista-pensador: «La gente de mi generación ha demostrado que está al alcance del ingenio humano conducir a la humanidad al suicidio. Espero que la nueva generación compruebe que también está al alcance del ser humano abrir camino de acceso a un mundo en el que prevalezcan la compasión, la felicidad, la belleza y la solidaridad». Siempre y cuando cambiemos de paradigma.
Leonardo Boff es autor de Opción-Tierra. La solución para la Tierra no cae del cielo, Record, Río, 2009.
[Traducción: MJG]
Querido hermano Honorio, en primer lugar un abrazo, a los luchadores como vos…primero se les abraza y agradece, una trayectoria de lucha y de ideales…En segundo lugar, en realidad, yo he acusado y a veces públicamente al buen Leonardo, de ser poco contundente, créeme, la pedagogía con la que Leonardo plantea las cosas, no es pesimista, lo que sucede que intenta (creo este modesto servidor), concienciar a la personas, para que estas entiendan la necesidad de movilizarse ya no sólo en la defensa de la naturaleza, los equilibrios ecosistemicos y los seres todos de la naturaleza, incluyendo al hombre, sino porque este desgajarnos de la lineas de la vida…que fluyen en todas las cosas, nos esta deshumanizando…nos esta haciendo monstruos que todo lo destruyen…la situación es mucho más grave de lo que se piensa, por eso es necesario ser optimistas y la mejor forma de serlo es levantarnos, para juntos unidos, dar ese salto cultural que nos situé en la civilización que todo queremos para el tercer milenio, en donde no será la renta del capital el principal valor, sino la vida en toda su magnificencia, belleza y multiplicidad…Ah ver Honorio, tengo un vaso de potes, que me mando Pepito Sala, que lo tomo de a sorbito, porque esta fuerte, lo levanto a nuestra salud…apostando por un mundo distinto que podemos y debemos construir todos juntos, por ese mundo nuevo que es posible…a tu salud…querido amigo.- Gabriel
Hola!
Dos cositas “preventivas”:
1.- Se ha insistido en lo de “del otro lado del charco” y también “sudacas”.
Desde hace poco vengo escuchando “nordacas”.
¿Habrá algunos “piolas” que nos meten etiquetas,
que luego no nos podemos sacar porque se nos hacen piel;
y así medran de compulsivos enfrentamientos,
lo que podría ser cómplice complementariedad?
2.- El “franciscanismo” es la mirada inocente y buena de la Creación.
Por eso le duele y protesta cuando sufren las Creaturas.
De lo que el “franciscanismo” no se ha liberado es de Dios-Creador;
aunque le ponga otros nombres (Gaia, etc.)
Enquistado en ese Absoluto, se impide acceder a la Vida humana,
(le reitero al des-apercibido: Vida humana, no es “yo-individuo”).
La Vida humana es TODA Relativa.
Dije TODA (Absolutamente)
Aún los “hasta ahora” sub-puestos (alguien los “puso”, ¿no?) Absolutos (Gaia, Dios etc.)
no hay quien los llame a sosiego y a rendir cuentas a La Vida Humana.
NOTA: no me la creo tanto, pero mi Taller de Teología Profana, está en esa línea del intento.
Si me meten preso no me manden cigarillos porque no fumo. Igual, agradecido.
¡Vamos todavía! – Oscar.
NOTA Corolario: Es de notar que si una Teología Profana cuajase
dejará muy al descubierto que el curerío (franciscanos -Arregui incluído-)
se va a quedar sin laburo (¿acaso no le pasó al último mencionado?).
Me cuido un poco, entonces, para no aumentar el porcentaje de “Des-ocupados”.
Me permito indicar que los artículos de Leonardo son enriquecedores.
Valoro que Leonardo haga de su vida una ofrenda desinteresada, como lo afirma Antonio Duato. De otra parte hay que ser grato con los mayores, cuando yo era muy jóven en Roma, tuve la oportunidad de hablar con Leonardo Boff, por lo de la Teología de la liberación, él todavía era franciscano. A menudo recurro a sus obras y sus enseñanzas.
Como suele decir Oscar Varela ¡Vamos todavía!. Yo digo eso mismo a Leonardo ¡Vamos todavía Leonardo!. Que si hay lectores. Gracias por darnos tu vida como don. Que Dios continúe bendiciendote.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá
La penúltima columna de Leonardo Boff, con su cita de Heidegger, suscitó un animado debate sobre lo que quería decir sobre cómo nos podría salvar sólo un Dios. Yo hice mi aportación diciendo que para lo que quería decir Leonardo hubiera sido mejor escoger otra cita, por ejemplo de Teilhard. Y me felicitaba de que no hubiera en ATRIO firmas y “autoridades” que no se pudieran discutir. Y en esto sigo.
Pero ahora parece que hay quien quiere que prescindamos de la colaboración de Leonardo, que él escribe con no poco esfuerzo y que nos ofreció a Atrio para su difusión semanal en España hace ya varios años. Han sido más de 200 colaboraciones totalmente desinteresadas, entre las que ha habido muchas maravillosas. Creo que para juzgar su colaboración aquí se debe tener en cuenta el conjunto y no sólo algunas.
Entre las últimas, centradas en el cuidado a nuestro Planeta Tierra, en cuya geosfera y biosfera -llamar a este gran sistema vital GAIA o Pachamama yo lo leo como metáforas- surgido y evolucionado estos animalitos que llevamos un gran cerebro en la cabeza, hay algunas provocadoras y discutibles. Pero todas deben ser leídas sin sacarlas del contexto del todo el pensamiento liberador de Boff.
Personalmente opino que sin posicionarse contra la razón ilustrada y la ciencia, a veces sí que quiere llamar la atención sobre la excesiva confianza en el progreso científico que a veces tenemos. Que provoque discusión es bueno. Que participara en ella sería mejor.
Pero sea lo que sea y antes de conocer sobre qué tratará el artículo de mañana, quiero declarar que, por nuestra parte, abiertos como estamos a otras colaboraciones en entradas y comentarios, no estamos dispuestos a renunciar a esta comunicación semanal de Leonardo Boff, de la que nos sentimos plenamente honrados.
“Cortedad de miras..”.decir que la posición de Leonardo es derrotista es. me parece, ridículo”…”OK, aplíquese la solicitud”.
Acepto las críticas con el mismo talante y gratitud que los elogios, amigos, y por mi parte os correspondo con mi reconocimiento por vuestra presencia en Atrio y vuestras interesantes aportaciones. Sin una presencia de personas del otro lado del charco, Atrio sería mucho más limitado y estrecho. Creo que tenemos mucho que agradeceros.
La visión de la realidad y de los riesgos que conlleva el progreso que tenéis vosotros la comparto totalmente. Siendo las cosas como son, y estando de acuerdo en esto, me pregunto si procede cargar el acento en los aspectos que inducen al pesimismo o en los que inducirían al optimismo. O sea, si conviene decir que la botella está medio vacía, o medio llena…
Yo creo que Boff la ve más bien medio vacía. Y le objeto a Boff que cuando Dios hizo el mundo “vió que era bueno”. Y que su fundador Francisco de Asís se atrevió incluso en transformar en cordero al Lobo de Gubbio. Y que el mundo camina hacia la implantación del Reino…
Y dicho esto, que posiblemente me equivoco en mi visión de la filosofía de Boff, pero de momento lo veo así, diré también que si contabilizáis las veces que Boff aparece en Atrio, que creo que es casi semanalmente, a lo mejor podríamos admitir que se le está dando una presencia exagerada. Si al menos bajase a la arena y aceptase un diálogo-debate con nosotros…Porque a mí los maestros inaccesibles me pueden gustar o no, pero los prefiero dialogantes y que se pongan a mi nivel…A lo mejor vosotros lo veis de otra manera…
En todo caso, el sr. moderador sabe de sobra que siempre me he sometido a sus decisiones, y que algunas de mis colaboraciones han ido directamente a la papelera, decisiones que he aceptado deportivamente, creo yo.
Y termino. Juanel insistió en el hilo anterior en que no habrá progreso en positivo sin una participación activa de toda la humanidad en su elaboración y aplicación. No entiendo que me hablen de posibles sistemas democráticos y racionalidades de los griegos y otros antiguos en épocas en que la mayoría de la población eran esclavos…La historia humana es un camino hacia la fraternidad universal; los griegos de cuando Sócrates y Aristóteles estaban muy lejos de este objetivo. Por eso no me fío mucho de filosofías tan viejas…Y perdónenme otra vez, soy muy de pueblo…
Hola Gaby!
¿Sabías que ya se está hablando
no sólo de “sudacas”
sino también de “nordacas”
¡Nos estamos hermanando ch’amigo!
¡Lástima que en el “espanto” (según JLBorges)
Esto ni Jesús lo soño ¿o sí?
Bueno: ¡Sigo todavía! – Oscar.
Es importantisimo entender, los aspectos que toca desde una visión latinoamericana, Leonardo, la construcción de la civilización occidental, esta basada en presupuestos, equivocados…y digo esto y seguro que alguno dirá este sudaquita (no digo sudaca en honor a Oscar), que se creera, pues me creo con suficiente libertad, para no tener monstruos sagrados, que me impongan formas de pensar y el presupuesto equivocado, es que construyo la comprensión del universo, entendiendo al hombre como algo separado de la naturaleza…confundiendo su construcción mental…y teorica, con la realidad…
Luego, una sabiduria mucho más antigua que lo que algunos llaman civilización occidental, presente en las naciones ancestrales desde hace milenios…nos dice que el hombre es parte de la gran comunidad que es la naturaleza y que el envenamiento que va mucho más allá del efecto invernadero, que se esta haciendo del aire, del agua y de la tierra, nos va llevar a la destrucción global, al romper los equilibrios sistemicos que hacen posibles los procesos de vida en la creación…dentro del planeta hogar, el no ver esto y no ver su conexión con ese aspecto de la civilización occidental que no es menor obviamente, que Leonardo plantea…es en mi modesta opinión, muy modesta y nuestra…un error descomunal…Con cariño Gabriel
Cada cosa en su sitio.
– A día de hoy, ningún científico dedicado al estudio de la atmósfera niega el cambio climático.
– Todos ellos concuerdan en atribuir tal cambio al efecto invernadero.
– Además, se sabe que, de todos los gases que producen efecto invernadero, el más influyente y perjudicial, por su cantidad, es el CO2, con gran diferencia sobre todos los demás.
– La mayor parte del CO2 es de origen antropogénico. Lo producimos los seres humanos al respirar y, fundamentalmente, en los procesos de producción energética que queman combustibles de origen fósil.
– La única manera conocida de reducir el efecto invernadero es, por consiguiente, reducir las emisiones de CO2. La tecnología necesaria para ello es perfectamente conocida. Su implantación solo depende de la decisión política –con implicaciones económicas importantes- de quien corresponda en cada caso.
POR CONSIGUIENTE:
– Para combatir el efecto invernadero hay que reducir urgentemente las emisiones de CO2.
ES DECIR,
– El cambio climático no se combate cargándose uno toda la historia de la filosofía occidental.
– El cambio climático no se combate cargándose uno toda la historia de la ciencia.
– El cambio climático no se combate cargándose uno toda la historia de la técnica.
Hola!
La Profecía no es nada extravagante ni extraño en la vida.
Siempre ha habido gente que pro-gnosticó.
A veces lo pro-ferido molestó por ir contra la corriente
y entonces hubo que hacer desaparecer al molesto.
Eso le pasó a Sócrates; y el tipo: ¡Firme en su convencimiento!
¡Nada de agachaditas! Igual que el Galileo.
·················
Pero de lo que quiero hablar es de que esto de Boff
fue pre-dicho en una Universidad española, en la Lección inaugural del habitual Curso en el año 1921/22.
Esas Pre-dicciones fueron expuestas -ampliadas y escritas- al pública en el año 1923 bajo el Título “El Tema de nuestro tiempo” de José Ortega y Gasset (OCT3), específicamente en el Capítulo VI “Las dos ironías, o Sócrates y Don Juan“.
– “El entusiasmo que la súbita revelación de este mundo ejemplar [de las ideas] produjo en las generaciones socráticas llega a nosotros en los diálogos de Platón.
No cabía duda: se había descubierto la verdadera realidad, en confrontación con la cual la otra, la que la vida espontánea nos ofrece, queda automáticamente descalificada.
Tal experiencia imponía a Sócrates y a su época una actitud muy clara, según la cual la misión del hombre consiste en sustituir lo espontáneo con lo racional.
···
El tema del tiempo de Sócrates consistía, pues, en el intento de desalojar la vida espontánea para suplantarla por la pura razón.
…
El socratismo o racionalismo engendra, por lo tanto, una vida doble, en la cual lo que no somos espontáneamente -la razón pura- viene a sustituir a lo que verdaderamente somos -la espontaneidad.
Tal es el sentido de la ironía socrática. Porque irónico es todo acto en que suplantamos un movimiento primario con otro secundario, y, en lugar de decir lo que pensamos, fingimos pensar lo que decimos.
El racionalismo es un gigantesco ensayo de ironizar la vida espontánea mirándola desde el punto de vista de la razón pura.
…
Hoy vemos claramente que, aunque fecundo, fue un error el de Sócrates y los siglos posteriores. La razón pura no puede suplantar a la vida: la cultura del intelecto abstracto no es, frente a la espontánea, otra vida que se baste a sí misma y pueda desalojar a aquélla. Es tan sólo una breve isla flotando sobre el mar de la vitalidad primaria. Lejos de poder sustituir a ésta, tiene que apoyarse en ella, nutrirse de ella como cada uno de los miembros vive del organismo entero.
…
El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón a la vitalidad, localizarla dentro de lo biológico, supeditarla a lo espontáneo. Dentro de pocos años parecerá absurdo que se haya exigido a la vida ponerse al servicio de la cultura. La misión del tiempo nuevo es precisamente convertir la relación y mostrar que es la cultura, la razón, el arte, la ética quienes han de servir a la vida.
Nuestra actitud contiene, pues, una nueva ironía, de signo inverso a la socrática. Mientras Sócrates desconfiaba de lo espontáneo y lo miraba a través de las normas racionales, el hombre del presente desconfía de la razón y la juzga a través de la espontaneidad.
No niega la razón, pero reprime y burla sus pretensiones de soberanía.
A los hombres de antiguo estilo tal vez les parezca que es esto una falta de respeto. Es posible, pero inevitable.
Ha llegado irremisiblemente la hora en que la vida va a presentar sus exigencias a la cultura. “Todo lo que hoy llamamos cultura, educación, civilización, tendrá que comparecer un día ante el juez infalible Dionysos” -decía proféticamente Nietzsche en una de sus obras primerizas.
Tal es la ironía irrespetuosa de Don Juan, figura equívoca que nuestro tiempo va afinando, puliendo, hasta dotarla de un sentido preciso. Don Juan se revuelve contra la moral, porwque la moral se había antes sublevado contra la vida.
Sólo cuando exista una ética que cuente, como su norma primera, con la plenitud vital, podrá Don Juan someterse. Pero eso significa una nueva cultura: la cultura biológica. La razón pura tiene que ceder su imperio a la razón vital.”-
Hola honorio!
Decís:
– “que no nos vuelvan a meter rollos de Boff con el mismo mensaje de siempre…”
¡OK!
¡Aplíquese la solicitud!
Me quedé pensando:
¿Cuando me rajarán de Atrio, no?
Por ahora: ¡sigo yendo!
… si me lo permite honorio cadarso, pepe blanco … y la redacción Atrio.
Muchas gracias! – Oscar.
Bueno tendría que entrar en calificaciones personales, pero, debido a mi amistad con HONORIO, me extraña la cortedad de miras querido Honorio, a veces me parece que gente muy pensante del norte geopolitico, debido a una suerte de autodefensa refleja, no entiende la realidad, ya hemos traspasado el umbral en que toda el planeta irreversiblemente aumentara su temperatura en algunos años (que debido algunas conductas contumaces que hacen del progreso y de la separación del hombre de la comunidad que es la naturaleza) cada día son menos (LOS AÑOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL), si se molestan en estudiar su significado entenderán un peco mejor, la posiciòn de Leonardo, decir que es derrotista…es…perdonme ridiculo, yo que lo acuso de excesivamente moderado a la luz de los últimos datos…cada año el clima esta causando extragos, que se extenderan en drasticidad por el resto del planeta…y pondrán en peligro la especie…Yo con Joxema, declaro mi optimismo y digo que algunos sobreviviran…
Les suplico informesen…los medios masivos, estan tapando lo que es obvio, vamos hacia un catastrofe ecologica, climatica global…y espero, aunque toda la evidencia parece darle la razòn que Oscar se equivoque y que no sea una simple visión de deseo…Con cariño Gabriel
Boff no se posiciona en contra de Aristótele, por citar alguno de los que nombra Pepe Blanco, sino a lo que se opone Boff, a mi modo de ver, es a la idea de “Sustancia” aristotélica aplicada a la realidad, a cualquiera, en este caso a la Tierra.
Por consiguiente, las premoniciones de Boff, a mi modo de ver, son debidas a que se ha venido en considerar la realidad como sustancia y no como sustantividad. La Tierra así considerada en su realidad autónoma se le descubre caracteres propios que, inexorablemente, habrán de ser respetados.
Pues a mí me pasa lo mismo que a Pepe Blanco; resulta que hemos debatido, yo creo que con muy buen sentido, sobre las opiniones de Juanel en torno a las ventajas e inconvenientes del progreso y de la modernidad, y creo que hemos convenido en que Boff se pasa en su visión “milenarista” y de rrotista y negativa de los riesgos de que ese progreso desencadene el fin del mundo, que por cierto algunos dicen que está a la vuelta de la esquina, en este mismísimo 2012.
Y dice Pepe Blanco que por qué no pasamos de una vez del rollo mil veces repetido de Boff de que el mundo va a reventar de un día para otro…
O sea que si hay que votar y el sr. moderador nos lo permite, pues digo que no nos vuelvan a meter rollos de Boff con el mismo mensaje de siempre…
Hola!
El Artículo de Boff empieza en el ante-último párrafo:
– “Tenemos que encontrar:
* otro tipo de relación con la naturaleza,
* otra forma de producir y de consumir,
– desarrollando un sentido general de dependencia ante la comunidad de vida
– y de responsabilidad colectiva por nuestro futuro común.
(seguido de: -“¡Cuidado que viene el CUCO!”-):
* De no iniciar esta conversión, dictaremos para nosotros mismos la sentencia de desaparición:
(¡Socorro, que viene el Lobo!)
* O nos transformamos o desapareceremos.”-
…………………
No es una pavadita su grito profético.
Pero para nuestro tiempo es un buen deseo
que nos puede preocupar más por su hasta ahora in-eficacia.
…………………
En cuanto a la fundamentación de este Párrafo “desiderativo”
es bastante insostenible.
¿Para qué le vamos a pedir más a Leonardo si ya es bastante con lo que hace?
Pero no me parece mal dejarlo aclarado.
¡Vamos todavía! – Oscar.
En su cruzada personal contra todo lo que suene a razón, a saber, a ciencia, a investigación, Leonardo Boff dispara directamente contra algunos de los más grandes: Aristóteles, Newton, Bacon.
Cada vez entiendo menos que Atrio le dé tanta publicidad a los escritos de Boff. Varias veces he citado la invitación inicial de Atrio a “expresar libremente opiniones fundándolas en razones universalmente aceptables y no en argumentos de autoridad que suponen una determinada forma de creencia“.
En mi opinión, sería deseable que los artículos que se nos proponen para comentar se ajustaran al mismo criterio.
Una nueva glaciación (u otro cataclismo equivalente) arrasaría con la humanidad y dejaría un bíblico resto del que brotara una nueva humanidad que cuidara la superpoblación y la superexplotación de los recursos.
Creo que se trataría de una hipótesis tan válida como la del origen y término griego.
“Este paradigma [el que, según Boff, creo la civilización griega] alcanzó su expresión más acabada mil años después, en el siglo XVI”
Hombre, yo diría que, en el XVI, habían trancurrido dos mil años. ¿Un error del traductor o un extraño lapsus de Boff?
Recuerdo que los grandes críticos de la democracia ateniense fueron Platón y Aristóteles. Platón criticó mucho la democracia ateniense porque por ella mataron a su maestro Sócrates.
Además que la supuesta democracia de Pericles era una pseudodemocracia porque si con la democracia todos eran iguales, no podían votas ni los esclavos ni las mujeres. En Grecia el 40 % de las gentes eran esclavos. De allí que no había democracia, había una Aristocracia con nombre de democracia.
Tampoco en la actualidad hay democracia real. Concuerdo con Boff hay que encontrar otro camino y “abrir -como dice Boff- otro tipo de relación con la naturaleza otra forma de producir y de consumir, desarrollando un sentido general de dependencia ante la comunidad de vida y de responsabilidad colectiva por nuestro futuro común”.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá