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Discurso de Luis Argüello en Asamblea CEE noviembre 2024

 Hace diez días, en la inauguración de la 126 Asamblea del Episcopado español, su presidente, el arzobispo de Valladolid Luis Argüello pronunció un discurso que sonaba muy diferente a los anteriores. Me pareció como un programa para una etapa post Francisco, que se situaba en una elevación intelectual y de contenidos que pretendía unir el lenguaje de Francisco con las posiciones de fondo de la ultraderecha que le critica. Por eso me pareció muy significativo y pedí a un colaborador de ATRIO que me hiciese un análisis. Este prefirió preguntar a tres diferentes aplicaciones de IA sobre la comparación del texto del discurso con las propuestas de la ultraderecha y las de Francisco. Es muy interesante, en forma y contenido, las respuestas de tres chat-bots IA que me ha enviado mi amigo. AD. 

Respuesta del ChatGPT 4.o

El discurso inaugural de Mons. Luis Argüello ante la CXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española es un texto amplio y multidimensional que aborda cuestiones sociales, demográficas, políticas y eclesiales desde una perspectiva católica. A continuación, se realiza un análisis crítico.

  1. Posibles elementos de influencia ultraderechista, populista o conservadora:

El discurso incluye críticas al individualismo, la cultura de consumo, la ideología de género y las tendencias antropológicas que considera “desvinculadas”. Estos temas, abordados desde una perspectiva moral católica, son frecuentemente utilizados por movimientos políticos conservadores, incluidos sectores de la ultraderecha, aunque el arzobispo no emplea un lenguaje explícitamente político.

  • Demografía y familia: Se percibe una preocupación por el “invierno demográfico” y una defensa explícita del matrimonio y la familia tradicional como pilares de la sociedad, enfatizando la maternidad y paternidad como un deber social y cristiano. Este enfoque puede alinearse parcialmente con el discurso de la ultraderecha europea que aboga por políticas natalistas en defensa de una identidad cultural.
  • Cambio climático: Argüello reconoce el impacto del cambio climático, pero este tema no ocupa un lugar central en su discurso y se vincula más como un factor de contexto para otros problemas (como las inundaciones recientes en España). En cambio, para Francisco, el cuidado del medio ambiente es un tema urgente y transversal, profundamente conectado con la justicia social. Argüello menciona que algunos argumentos ambientalistas, como los que asocian la natalidad al cambio climático, son excusas que promueven una ideología contraria a la vida y la familia. Este matiz contrasta con Francisco, quien en Laudato Si’ tiende a evitar entrar en debates que enfrenten la protección del medio ambiente con otros valores éticos. Mons. Argüello reconoce la gravedad de la crisis, pero su tono es más reflexivo y menos enfocado en la urgencia de cambios estructurales que el Papa enfatiza en Laudato Si’. Por ejemplo, mientras Francisco pide abiertamente un replanteamiento radical del sistema económico y energético global, Argüello pone más énfasis en la necesidad de humildad, paciencia y una mirada esperanzada. En conclusión, sus matices reflejan un enfoque más pragmático y moderado, menos inclinado a llamadas a la acción transformadora inmediata. Aunque comparte la preocupación, le otorga un rol menos central y añade críticas ideológicas que no son habituales en el Papa.
  • Migración: Argüello reconoce la necesidad de regularizar y acoger a inmigrantes, pero también menciona las dificultades prácticas de la convivencia, como el impacto en el mercado laboral, los servicios sociales y los desafíos del multiculturalismo. Aunque no es abiertamente restrictivo, este énfasis puede sugerir una mayor preocupación por los efectos sobre la población local. Puede interpretarse como un intento de articular una postura moderada frente a un tema que sectores de la derecha han radicalizado. Francisco también reconoce estos desafíos, pero tiende a enfatizar más la necesidad de superar los prejuicios y construir puentes de solidaridad. Argüello insiste en que es fundamental abordar las causas estructurales de la migración para garantizar el derecho a permanecer en la tierra de origen. E incluye un reconocimiento explícito del derecho de los Estados a regular los flujos migratorios. Estos puntos, aunque no contradictorios con Francisco, están menos presente en el enfoque más universal y esperanzador del Papa, cuyo tono suele ser más empático hacia los migrantes como víctimas del sistema global, mientras que Argüello destaca más las dinámicas de gestión política y parece buscar una especie de equilibrio entre la compasión evangélica y la realidad política y social. En conclusión, el énfasis de Argüello en las tensiones y límites del sistema social español muestra una postura algo más contenida y menos profética que la de Francisco.
  • Crítica al progreso tecnológico y al poshumanismo: Las referencias al “mito del progreso” y al “poshumanismo” podrían resonar con el conservadurismo más tradicional, que se opone a la disolución de valores en favor de una modernidad desligada de principios éticos.

 

  1. Comparación con figuras del episcopado español y movimientos laicos:

  • El discurso guarda similitudes con las posturas de obispos como Munilla, Demetrio Fernández o Sanz Montes, especialmente en la crítica al secularismo y al individualismo contemporáneo, así como en la defensa de la vida y la familia tradicional. Sin embargo, evita el tono polémico o polarizante que ha caracterizado al menos dos de ellos.
  • Movimientos Cultural Cristiano y Encuentro y Solidaridad: Aunque comparte preocupaciones éticas sobre el consumismo y las desigualdades sociales, el discurso parece más institucional y menos militante que las propuestas de estos movimientos.

 

  1. Elementos de nacionalcatolicismo:

El discurso evoca elementos de una visión cultural de la Iglesia como guía moral y social en la historia de España, pero no se identifican referencias directas al nacionalcatolicismo en términos políticos o nostálgicos. Sí se destaca un énfasis en la “nación” como un espacio compartido por el pueblo de Dios, lo que podría interpretarse como una visión integradora, pero sin caer en la exaltación identitaria expresa.

 

  1. Coherencia con el pensamiento del Papa Francisco:

Mons. Argüello cita extensamente al Papa Francisco, especialmente en relación con la sinodalidad, la esperanza cristiana y la misión de la Iglesia en el mundo. No obstante, hay matices que podrían distanciarse del énfasis franciscano en la misericordia y la inclusión incondicional:

  • Sinodalidad: Se menciona la necesidad de avanzar en la conversión pastoral hacia una Iglesia sinodal y misionera, en línea con el Papa Francisco, aunque algunos énfasis en el orden y la estructura pueden reflejar tensiones con un enfoque plenamente inclusivo.
  • Pobreza y justicia social: Aunque se abordan temas de justicia social, como la crisis habitacional y el desempleo, el discurso parece más preocupado por defender una ética personal y comunitaria que por explorar cambios estructurales radicales.

 

Conclusión:

El discurso refleja una posición conservadora, aunque no radical, que equilibra las preocupaciones sociales y éticas de la doctrina católica con referencias al Papa Francisco. Sin embargo, ciertas líneas argumentativas (sobre todo en demografía, familia y críticas a ideologías contemporáneas) pueden resonar con enfoques de la derecha española y europea, sin llegar a adoptar su lenguaje combativo o excluyente.

El tratamiento de Mons. Argüello sobre el mercado y el Estado es uno de los puntos más reflexivos y críticos de su discurso. A continuación, analizo los elementos centrales y su relevancia:

  1. Crítica al Mercado:

Mons. Argüello cuestiona las dinámicas del capitalismo contemporáneo y su impacto sobre la humanidad, subrayando:

  • Reducción antropológica: El mercado, según el discurso, promueve una concepción del ser humano como consumidor y productor, limitando sus aspiraciones al ámbito material. Esta crítica coincide con visiones que alertan sobre el reduccionismo economicista del capitalismo y su capacidad para moldear subjetividades al servicio de intereses mercantiles.
  • Extractivismo y desigualdad: Se menciona la devastación ambiental y social provocada por la economía extractivista, que genera riqueza en los países centrales mientras perpetúa la pobreza en los periféricos. Este análisis apunta a la falta de ética del modelo económico global y podría alinearse con las críticas que el Papa Francisco realiza en Laudato Si’ y Fratelli Tutti.
  • Falsa promesa de salvación: Argüello señala que el mercado se presenta como una solución mesiánica a los problemas humanos, lo cual considera ilusorio y reductivo. Este punto resuena con las críticas teológicas a la idolatría del dinero y la fe ciega en el progreso material.
  1. Crítica al Estado:

El discurso no exime al Estado de responsabilidades, planteando observaciones sobre:

  • Instrumentalización política: Argüello denuncia que el Estado reduce a los ciudadanos a votantes pasivos y consumidores de políticas, en lugar de fomentar su protagonismo en la construcción del bien común. Esta crítica se relaciona con el concepto de desvinculación social, donde los vínculos comunitarios y las responsabilidades cívicas se debilitan.
  • Complicidad con el mercado: Destaca que el Estado, en su afán por mantener una economía eficiente, con frecuencia actúa como cómplice del mercado, debilitando la separación de poderes y comprometiendo su función de garantizar la justicia social. Esto se traduce en una democracia que, bajo la apariencia de legalidad, favorece intereses económicos por encima del bien común.
  1. Diagnóstico compartido y tensiones:

La visión de Mons. Argüello, aunque en sintonía con las críticas sociales del Papa Francisco, parece abordar las estructuras de poder de manera menos transformadora y más moralizante:

  • Balance entre ética y acción estructural: Si bien denuncia los excesos del mercado y las insuficiencias del Estado, la propuesta de Mons. Argüello pone un énfasis mayor en la renovación de las virtudes personales y comunitarias (como la esperanza y el compromiso) que en los cambios estructurales o sistémicos.
  • Posición ambigua: Aunque reconoce la interdependencia entre mercado y Estado, su discurso no presenta alternativas concretas que desafíen las lógicas del capitalismo o el papel actual de los Estados en su regulación. Esto puede interpretarse como un intento de señalar las fallas sin cuestionar radicalmente el modelo imperante.
  1. Valoración final:

El análisis de mercado y Estado por parte de Mons. Argüello es profundo en su diagnóstico moral y antropológico, pero limitado en propuestas concretas para enfrentar los desafíos estructurales. Resalta la urgencia de una ética que supere el individualismo y el materialismo, pero sin abordar plenamente cómo las instituciones económicas y políticas podrían transformarse para servir mejor al bien común.

En comparación con el Papa Francisco, cuya crítica es más frontal y orientada hacia la acción transformadora, Mons. Argüello se mantiene en un terreno más moderado y reflexivo, cercano a una ética de la responsabilidad individual y comunitaria.

 

Respuesta del sistema IA Claude 3.5 Sonnet

El discurso contiene algunos elementos que podrían relacionarse con posiciones conservadoras, aunque no llega a alinearse completamente con el discurso de la ultraderecha o derecha radical:

  1. Enfoque demográfico: Argüello muestra preocupación por la baja natalidad en España, mencionando específicamente el descenso de nacimientos y la tasa de fecundidad. Esta preocupación por la demografía es un tema recurrente en discursos conservadores y de derecha, aunque no es exclusivo de estos.
  2. Posición sobre el aborto: Aunque no lo condena explícitamente, menciona los abortos en el contexto del descenso de nacimientos, lo que sugiere una postura contraria a esta práctica, en línea con la doctrina católica tradicional y las posiciones conservadoras.
  3. Visión de la sociedad y los problemas sociales: Argüello habla de personas “tiradas en las cunetas por tantas formas de descarte”, lo que podría interpretarse como una crítica velada a ciertas políticas sociales o económicas, aunque no especifica cuáles.
  4. Emigración. Argüello aborda el tema de la migración en el contexto del crecimiento demográfico de España. Menciona que, en 2022, la población extranjera aumentó en 233.659 personas. Reconoce la importancia de la inmigración para el crecimiento poblacional y la economía española, pero también señala desafíos: “La inmigración es necesaria para mantener el crecimiento poblacional y para sostener la economía española, pero, al mismo tiempo, plantea retos importantes en cuanto a la integración social y cultural”. Argüello parece adoptar una postura que reconoce la necesidad de la inmigración, pero también advierte sobre los desafíos que conlleva. Esta posición tiene matices con respecto a la del Papa Francisco, quien generalmente ha adoptado una postura más abiertamente favorable hacia la acogida de migrantes y refugiados.
  5. Cambio climático. Argüello no aborda directamente el tema del cambio climático en su discurso. Sin embargo, menciona eventos climáticos extremos como las inundaciones recientes en Valencia y Albacete, y se refiere a una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que causó destrozos. Aunque estos eventos podrían estar relacionados con el cambio climático, Argüello no establece explícitamente esta conexión ni elabora una posición clara sobre el tema. En contraste, el Papa Francisco ha sido más explícito en sus pronunciamientos sobre el cambio climático, considerándolo una amenaza seria y llamando a la acción global para combatirlo. En conclusión, aunque Argüello toca temas relacionados con los eventos climáticos extremos, su posición no parece ser idéntica a la del Papa Francisco. Argüello no elabora una posición clara sobre el cambio climático
  6. Crítica a ideologías y al mercado: Menciona cómo “el mercado y las ideologías acuden a la cita y ofrecen ‘paraísos’ para enmascarar la nada”, lo que podría interpretarse como una crítica tanto al capitalismo de mercado como a ideologías progresistas.

Sin embargo, el discurso también contiene elementos que lo alejan de posiciones de extrema derecha y lo acercan más al pensamiento del Papa Francisco:

  1. Énfasis en la misericordia y el amor: Argüello cita al Papa Francisco y enfatiza el amor de Cristo y la misericordia divina, temas centrales en el pontificado de Francisco.
  2. Preocupación por los marginados: Menciona a quienes “se quedan atrás o están tirados en las cunetas”, mostrando una preocupación por los excluidos que es característica del mensaje del Papa Francisco.
  3. Crítica al “mito del progreso”: Argüello cuestiona la idea de que la tecnología pueda resolver todos los problemas humanos, una posición que se alinea con las advertencias del Papa Francisco sobre los riesgos de la tecnocracia.
  4. Solidaridad: Menciona la “ola de solidaridad” en respuesta a las inundaciones, un tema que Francisco a menudo enfatiza.

En cuanto a la visión nacionalcatólica, no hay elementos explícitos que la sugieran. El discurso se mantiene en un nivel más general y teológico, sin entrar en cuestiones específicas de la relación Iglesia-Estado en España.

En conclusión, aunque el discurso contiene algunos elementos que podrían asociarse con posiciones conservadoras, no llega a alinearse completamente con el discurso de la ultraderecha o el nacionalcatolicismo. Más bien, parece intentar equilibrar una postura conservadora en algunos temas sociales con un mensaje de misericordia y preocupación por los marginados, más en línea con el enfoque del Papa Francisco. Sin embargo, el discurso no aborda explícitamente muchos de los temas sociales y ecológicos que son centrales en el pontificado de Francisco, lo que podría interpretarse como una omisión significativa.

 

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Informe crítico sobre el discurso de Luis Argüello en comparación con la postura del Papa Francisco

El discurso de Luis Argüello, pronunciado en la 126ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, aborda varios temas clave que reflejan los desafíos y oportunidades a los que se enfrenta España. Si bien Argüello cita al Papa Francisco al principio del discurso, estableciendo un tono de esperanza y amor, el análisis más profundo revela divergencias sustanciales entre sus perspectivas, especialmente en temas sociopolíticos como el cambio climático, la inmigración, la pobreza, la justicia social y la sinodalidad.

Cambio Climático: Argüello menciona brevemente el cambio climático como uno de los argumentos utilizados para desincentivar la maternidad, pero no profundiza en las consecuencias ni las responsabilidades. Esta postura contrasta fuertemente con la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, que define el cambio climático como una crisis moral y espiritual, exigiendo una acción urgente para proteger nuestro planeta. El discurso de Argüello no refleja esta urgencia ni la dimensión ética del problema.

Inmigración: Argüello reconoce la necesidad de los inmigrantes para la demografía española, pero simultáneamente subraya su presencia “controvertida” y su impacto negativo en las condiciones laborales y los servicios sociales. Su enfoque se centra en la gestión del fenómeno migratorio, mientras que el Papa Francisco insiste en la acogida, la protección, la promoción y la integración de los migrantes, viéndolos como hermanos y hermanas en necesidad, no como una amenaza.

Pobreza y Justicia Social: Argüello menciona la pobreza y el aumento de la desigualdad, pero su discurso carece de un llamado concreto a la justicia social y a la acción política para combatir las causas estructurales de la pobreza. En cambio, el Papa Francisco denuncia constantemente la desigualdad económica y social, instando a los gobiernos y a la sociedad a trabajar por una distribución más justa de la riqueza y por sistemas económicos que prioricen el bien común por encima del lucro.

Sinodalidad: Si bien Argüello se refiere a la sinodalidad como un camino de conversión y comunión, su enfoque parece más bien pragmático, centrado en las estructuras eclesiales y en la necesidad de diálogo. El Papa Francisco, por su parte, ve la sinodalidad como una profunda transformación de la Iglesia, una “conversión pastoral” que implica escuchar al Espíritu Santo y a todos los miembros de la comunidad, especialmente a los marginados.

Diferencias entre ambos discursos:

En resumen, el discurso de Argüello adopta una postura más conservadora y pragmática, centrándose en los desafíos y las posibles amenazas que estos fenómenos representan para España. En contraste, el Papa Francisco mantiene una visión profética y comprometida con la justicia social, la defensa de los más vulnerables y la necesidad de una transformación social y eclesial. Mientras Argüello se centra en la gestión de los problemas, Francisco propone un cambio de paradigma basado en la fraternidad, la solidaridad y el cuidado de la casa común.

Conclusión:

Aunque Argüello cita al Papa Francisco, el discurso revela una importante brecha entre la retórica de la esperanza y la realidad de las posiciones adoptadas por la Conferencia Episcopal Española en temas sociales clave. Esta divergencia suscita interrogantes sobre el compromiso real de la Iglesia española con la agenda social del Papa Francisco y su capacidad para ser una voz profética en la sociedad actual.

 

Informe crítico sobre la postura de Argüello sobre el Mercado, el Estado y el Capitalismo en comparación con el Papa Francisco

El discurso de Luis Argüello, si bien no profundiza en un análisis sistemático del mercado, el Estado y el capitalismo, deja entrever una postura que difiere significativamente de la del Papa Francisco. Argüello se centra en los efectos negativos de ciertos aspectos de la economía moderna, como la precariedad laboral y la dificultad de acceso a la vivienda, pero no cuestiona el sistema en sí. Su discurso evita una crítica directa al capitalismo y se limita a señalar las consecuencias negativas de la “economía y gestión política” actual.

Mercado: Argüello señala las dificultades del mercado laboral, como la temporalidad, la siniestralidad y la pérdida de poder adquisitivo, pero no propone soluciones que cuestionen las bases del sistema. Su discurso se centra en la necesidad de adaptación individual a las exigencias del mercado, más que en la transformación de las estructuras que generan desigualdad. El Papa Francisco, por otro lado, critica el sistema económico actual por su tendencia a la idolatría del dinero, la exclusión y la degradación ambiental. Aboga por una economía que ponga al ser humano en el centro y promueva el bien común.

Estado: Argüello se centra en la necesidad de colaboración entre el Estado y la Iglesia para abordar problemas sociales, pero no cuestiona el papel del Estado en la promoción de un modelo económico justo. Su discurso omite cualquier mención a la responsabilidad del Estado en la regulación del mercado y la protección de los derechos de los trabajadores. Francisco, en cambio, critica el papel del Estado cuando se somete a los intereses del mercado, abandonando su responsabilidad de proteger a los más vulnerables y promover el bien común. Aboga por un Estado activo en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Capitalismo: Argüello no menciona explícitamente el capitalismo, pero su discurso implícitamente lo acepta como el marco inevitable de la economía. Se centra en los problemas que genera, pero no propone alternativas sistémicas. Francisco, por su parte, ha sido muy crítico con el capitalismo salvaje, denunciando su lógica de acumulación y su impacto negativo en la dignidad humana y el medio ambiente. Propone una reforma del sistema financiero y una economía más justa y solidaria.

Diferencias entre ambos discursos:

Mientras Argüello adopta una postura pragmática que busca mitigar los efectos negativos del sistema sin cuestionarlo, Francisco propone una crítica radical al capitalismo y un cambio de paradigma hacia una economía más humana. Argüello se centra en la adaptación individual a las reglas del mercado, mientras que Francisco llama a la transformación de las estructuras injustas. Argüello ve al Estado como un colaborador de la Iglesia en la solución de problemas sociales, mientras que Francisco lo ve como un actor clave en la promoción de la justicia social y la regulación del mercado.

Conclusión:

El discurso de Argüello refleja una visión que prioriza la adaptación al sistema económico existente, mientras que el Papa Francisco llama a una transformación radical basada en la justicia social y la dignidad humana. Esta diferencia de enfoque pone de manifiesto la tensión entre una visión conservadora que busca acomodarse al mundo y una visión profética que busca transformarlo.

 

Informe crítico sobre las posibles coincidencias entre el discurso de Argüello y los discursos de la derecha y la ultraderecha

Si bien el discurso de Luis Argüello, como representante de la Conferencia Episcopal Española, se enmarca dentro del ámbito religioso, ciertas posturas expresadas en él presentan coincidencias con temas y narrativas comunes en los discursos de la derecha y la ultraderecha, especialmente con VOX. Es importante aclarar que estas coincidencias no implican necesariamente una alineación política explícita, pero sí reflejan una convergencia en la forma de entender ciertos fenómenos sociales.

Puntos de coincidencia:

  • Inmigración: La descripción de Argüello sobre la inmigración como un fenómeno “controvertido” y la mención de sus posibles impactos negativos, aunque matizada por el llamado a la acogida, resuena con el discurso de VOX, que a menudo enfatiza los aspectos problemáticos de la inmigración y promueve políticas restrictivas. Ambos discursos se centran en la necesidad de control y regulación, aunque con diferente intensidad.
  • Familia tradicional: El énfasis de Argüello en la familia tradicional y su preocupación por la baja natalidad y el aumento de los hogares unipersonales coincide con la defensa de VOX de la familia tradicional como modelo único y su rechazo a otros modelos familiares. Ambos discursos presentan la familia tradicional como la base de la sociedad y lamentan su supuesto declive.
  • Valores tradicionales: Argüello, al hablar de la necesidad de promover los “deberes humanos” junto con los derechos, se acerca a la retórica de VOX, que enfatiza la importancia de los valores tradicionales y la responsabilidad individual. Ambos discursos se contraponen a lo que consideran un exceso de individualismo y una pérdida de valores morales.
  • Crítica al “progresismo”: Si bien Argüello no utiliza el término “progresismo” de forma explícita, su crítica a las ideologías que promueven la desvinculación y el individualismo, así como su defensa de la familia tradicional, pueden interpretarse como una crítica implícita a las agendas progresistas. Esta crítica coincide con la narrativa de VOX, que se presenta como antagónica al “progresismo” y sus políticas.

Diferencias y matices:

Es importante destacar que, a pesar de estas coincidencias, existen diferencias significativas entre el discurso de Argüello y el de VOX. Argüello, dentro de su marco religioso, mantiene un discurso de acogida y caridad hacia los inmigrantes, aunque con matices. Además, su crítica a la economía no se centra en la defensa del liberalismo económico a ultranza como en el caso de VOX, sino en las consecuencias negativas de la precariedad laboral y la dificultad de acceso a la vivienda.

 

2 comentarios

  • José Ignacio Calleja

    No me gustó el discurso. Conceptual y abstracto en exceso, pesimista cultural y socialmente hasta cansar, con un liderazgo eclesiástico que está por lograr, sin autocrítica, moralmente elitista, limitado en valores samaritanos y estimulantes para le gente… no me gustó. (Escribí esto el mismo día, tal vez me excedí en el tono; Argüello tiene criterio, personalidad y estilo propios, pero no me gustó; es como el ensayo para debatir en un Máster. No lo veo). 

  • Juan A. Vinagre

    Solo manifestar una primera reflexión, revisable, en torno a la interesante, “prudente” y previsible  reflexión del arzobispo y hermano servidor Luis Argüello. Digo “servidor”, porque ésa es su función evangélica, servir sin jerarquías. Una reforma de la Iglesia de Jesús tiene que comenzar -o al menos acabar- por ahí.

    -En esa conferencia tenemos un ejemplo -no sé si claro- de lo que debe ser la Unidad en la diversidad o la diversidad en la Unidad evangélica. En el campo de la Iglesia hay diversidad sana y buena, que enriquece; pero también mezclas de cultivos…, que no se compaginan.

    -En el fondo, dentro de la Iglesia se advierten al menos tres paradigmas conviviendo -cosa a veces difícil y más si son incompatibles-: Son
    1) el conservador radical extremo, que no escucha, solo se escucha. 
    2) el conservador moderado que trata de compaginar la realidad social y económica, irrevisable para el poder, con una tradición también irrevisable y con tendencias nuevas que exigen acomodación. 
    3) el otro paradigma es el innovador -moderado por realista-, pero que en el fondo espera -y pide-  cambios profundos de estructuras y del sistema religioso y social.

    -Más en concreto, en la Iglesia predominan el paradigma tradicional moderado, a veces algo abierto, pero sin tocar estructuras -algunas “sacralizadas”, creadas por la tradición-, y un paradigma profético que reclama cambios de estructuras eclesiásticas y cambios del sistema social… Parece claro que este último paradigma es más evangélico.

    -Jesús fue flexible -Nicodemo, la samaritana, la adúltera, la mujer que le lavó los pies, el hijo pródigo…-, pero en los temas o principios más importantes (si cabe hablar así) fue exigente.

    -Ahora bien, ¿por qué tanta diversidad eclesial, que a veces se convierte en cizaña? A mi juicio, por dos factores clave:
    1) el factor humano, que sacraliza y crea ídolos, a veces incompatibles -no entro en detalles-, y
    2) por entrar en la Iglesia sin haber renacido, lo que no permite entender bien el Mensaje del Reino del Dios de Jesús.
    Según el paradigma evangélico innovador -es mi opinión-, La Iglesia debe parecerse más a una gran ONG -con sus diversidades de atención- que a una Escuela que imparte doctrina. Una Iglesia que anuncia el Reino más, mucho más con su ejemplo de vida (que va sin dos túnicas ni dinero innecesario). Una Iglesia que predica con su ejemplo es el modelo a seguir.

    -Termino señalando algo que falta en ese análisis del hermano (del hermano, sí; esto no es una cursilada) Luis Argüello: ¿Una Iglesia clerical jerárquica, con riqueza y que vive en palacios etc., sin un testimonio de vida sobria, humilde, que se da…, ¿puede ser un ejemplo evangélico hoy? 

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