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Mi itinerario personal de búsqueda

Isidoro ha enviado hoy un comentario que completa lo que había escrito en otro de ayer. Una vez más, considero que este de hoy tiene entidad como para ser publicado como nueva entrada, en línea con el debate que estoy planteando los viernes sobre la escucha interior y la naturalza de la fe personal. AD.


Un buscador, por principio es alguien, siempre en movimiento. ¿Y qué es lo que estamos buscando?. Pues respuestas de sentido y significado del mundo y de la humanidad, para poder articular un modo existencial de vivir, que nos sea pleno y armonioso con lo que nos pide nuestra naturaleza humana universal.

    Es verdad, que hay muchas personas, (la mayoría), que rápidamente, a los ventitantos, han encontrado un sistema de vivir, y se agarran a él, toda la vida.


Pero existe una minoría de personas, que somos sensibles a las urgencias de nuestro “espíritu” interior, que nos generan las contradicciones entre la cultura vigente, y las imperfecciones de nuestro desarrollo humano personal, hasta que en un momento dado entramos en crisis existencial.

    Eso nos sucede a muchos, en los cuarenta-cincuenta. Es la famosa y universal crisis de los cuarenta. 

     Y en ese momento, de una u otra forma nos transformamos en buscadores. A mí me pasó hacia 1990, (con 43 años), y lentamente, muy lentamente, inicié un giro copernicano de mi vida, casado y con tres hijos, desde el modernismo racionalista y progresista, de una persona de ciencias, con un casi nulo conocimiento del mundo intelectual, hasta ahora.

    Inicialmente empecé sumergiéndome en el mundo literario y poético, (me leía y guardaba los suplementos literarios de tres o cuatro periódicos semanales), en medio de una crisis personal depresiva, por el fallecimiento de mi mujer. Fue a lo que me agarré para sobrevivir.

  Pero además, eso vino acompañado de una crisis existencial-profesional radical. Yo metafóricamente, también me fui al monte a pastorear ovejas, como Legaut, pero lo mío en el monte urbano.

      Una hermana mía, (recientemente fallecida), inició un proyecto de una revista gratuita de Nueva Era a repartir en Madrid, “Espacio humano”, (15.000 ejemplares), y yo me uní a su proyecto, parcialmente.     

      Semiabandoné mi vida profesional, y hasta familiar, (ya mis hijos tenían unos veinte), y colaboré, financieramente, (modestamente), y pronto literariamente, con un cuadernillo adjunto, (“Galimatías”), y con el reparto mensual de la revista, (quince días al mes).

     Y me reconvertí en repartidor de revistas a comercios de todo Madrid, hasta mi jubilación en 2012, primero con mi propio coche, que acabé cargándome con el peso y los kilómetros, y luego con una furgonetilla Berlingo. 

    Y seguía con mi búsqueda intelectual y espiritual, orgulloso de mi trabajo manual, a tiempo parcial, (medio mes). Yo también he sido “currito”, 0 si se quiere decir dramáticamente, “proletario”.

    E inicié mi propio modesto proyecto editorial, con tres intentos de revista gratuita, de elaboración personal, que repartía al tiempo que la de mi hermana. Los dos primeros intentos fueron muy breves, pero me sirvieron para hacer músculo, y sistematizar mi pensamiento. 

     La primera, en 1999 (3 números), era trimestral, de divulgación cultural: “Galimatías. De la cuna a la caja, un simple traslado, ¡pero quée galimatías!”.

    La segunda hacia 2004 ó 2005, que era gráfica, humorística, pero con contenido didáctico. Y desembocó en el tercer proyecto, “Quitapesares”, con 15 números bimensuales, durante 2 años y medio hacia 2010-2012, y ya expresamente de búsqueda espiritual laica y secular.

    Su primer subtítulo era: “Revista sobre el arte de vivir feliz”, pero en su editorial me preguntaba si no sería mejor subtitularla: “Revista de pensamiento sobre todo lo humano, en estos tiempos modernos”.

    Y luego vino mi incorporación a Atrio en el verano de 2014. Y hasta ahora.

  Yo soy cristiano culturalmente. Es mi destino biográfico, y a estas alturas no me voy a hacer islámico, ni budista. He llegado a creer que Jesús fue un humano extraordinario, (quizás el que más), pero la alergia natural que mi “daimon” me ha contagiado a lo sobrenatural, como explicación tapa agujeros infantiloide, (además del conocimiento del proceso histórico eclesial), me impide creer en su divinidad.

    A lo mas que llego sería a su “divinización”, o elección y designación por “la Autoridad competente”, como cabeza y representante de la Humanidad, o sea a su mesianismo judaico-universal.

    Y sigo pensando que en estos tiempos con tanto desconcierto general, como efecto de un racionalismo moderno, que dura ya casi dos siglos, el ideario de Jesús, (mal transmitido y peor interpretado por sus seguidores oficiales), es una magnífica cuerda de seguridad, para la subida en cordada, que supone toda búsqueda cultural y espiritual.

     Por eso, a pesar de las reticencias iniciales, (pues sabía perfectamente qué era Atrio, y que yo no estaba en mi sitio), pensé y sigo pensando que podía ser un granito de arena, una linternita, para iluminarnos un poco el camino que todos estamos haciendo, y especialmente nosotros.

    Poca luz, sí, pero resplandeciente en medio de tanta obscuridad y confusión general.

    El “progreso” cultural y espiritual, es siempre investigar, sin adaptarse a un catecismo ideológico, ni político ni religioso. Estar en camino siempre, sin sentarse a descansar.

    Descanso que comprendo que muchos, con una trayectoria mas intensa y esforzada que la mía, tienen derecho a realizar. Pero yo quiero morir con las botas puestas.

24 comentarios

  • M. Luisa

    Releyéndome ya encuentro el impulso que necesito para ampliar un poco más uno de los puntos que he tocado anteriormente.   Noto una resistencia  aquí para aceptar  la radicalidad  en que consiste el buscar. El buscar  lo trae la propia vida, claro que sí, en esto hay coincidencia. No obstante, la vida lo trae porque en el  imperativo de la realidad se encuentra la razón de esta búsqueda, es decir su raíz .  ¿O no sirve para nada aquello que tanto se oye decir que “la realidad se nos impone”?. Por tanto, si se nos impone será porque  previamente estará puesta para apoyarnos y encontrar en ella, esta plenitud a nuestro vivir…

  • M. Luisa

    Sí, ya sé que por lo general doy por acabada mi exposición de manera demasiado rápida.  Me he propuesto, pues, esta mañana entretenerme un poco más en lo que ayer dejé apuntado sobre el problema de la subjetividad.
    ————- ——–
    -Siempre, aunque no lo parezca leo con mucha atención a Isidoro, casi diría que empleo más tiempo en leeros a todos vosotros que luego para decir la mía.
     —–
    Una manera de empezar, pues cuesta encontrarla en estos temas,  será precisamente  ponerme del lado de Isidoro al coincidir con él en lo que de negativo resulta, para estos casos,  seguir un método. Creo si lo he interpretado bien  que aquí con el “COMO” de Javier y el “Método de Isidoro”  se dio también una confusión parecida  a la que posteriormente señalé que la ha habido entre  la subjetividad y la subjetualidad.
     ——
    Aquí hay que tener en cuenta que:El “COMO” de Javier  se obtiene experiencialmente. El “COMO“ de Isidoro se obtiene estableciendo de antemano  un método que él mismo contraponiéndolo a su propia experiencia, da cuenta de su negatividad
     —–
    Qué dice Javier?  “Me he dado cuenta con la edad que lo importante es cómo estás en la vida, ni tan siquiera es muy relevante lo que haces, sino el COMO. Obviamente dentro del COMO se encuentra el buscar. La vida es eso buscar….”
     —–
    En ese punto fue cuando me sumé a él. Naturalmente que en la vida hay que buscar, pero se busca en la realidad (que por ser seres inteligentes es) en  donde se está viviendo. Por eso estoy de acuerdo con Javier porque como dice él lo que importa es el cómo se está en la vida.    Lo cual para ello, ineludiblemente habrá que adoptar una forma de ser; cerrándose o bien abriéndose así mismo. ¡Y eso Román, no es subjetivismo! 
    ————  
     ———-
    Aquí, antes de desarrollar todo el significado de este párrafo, merecerá la pena detenernos  en algo que Antonio Llaguno en defensa de su postura dice aquello de: “Somos sujetos, es lógico que seamos subjetivos”
    ———-
    Bien, sin embargo, por mucho que esta asignación  haya corrido a lo largo de la historia de la filosofía, no es algo tan unívocamente preciso que no quepa detener un poco la reflexión  sobre ella. Sí, somos sujetos, pero sin alguna distinción nada nos diferenciaría del resto de los sujetos que pueblan el Universo.
     ——
    Ahora quizá podrá entenderse  lo que dije al respecto sobre  la diferencia entre ser sujeto de propiedades que se tienen precisamente por serlo, por ejemplo la inteligencia que se tiene (añado, ahora)  y otra apropiándonosla  por su propio dar de sí que la capacita en lo que es y lo y que nosotros mismos podemos experimentar. Son dos “momentos” no de un método a seguir sino de una misma y sola  estructura.   Aquí no interviene el tiempo cronológico,  por eso mi insistencia de  que no es correcto hablar de “maduración” sino de “capacidad””…bien no me expongo a seguir … para ello necesito un pequeño impulso…

  • M. Luisa

    Antes que nada quiero dejar expresado aquí toda mi solidaridad y afecto  con los valencianos que tanto están sufriendo en estos momentos las trágicas consecuencias del temporal sufrido estos días-   

    -Ahora, primero, lo que quiero manifestar  es la  extrañeza que me ha causado la  presentación de dos itinerarios personales  al mismo tiempo, el de Antonio y el de Isidoro, sin dejar un periodo entre medio para poder profundizar por separado y resaltar la idoneidad propia de cada uno de ellos-  

    -Dicho esto y cogiendo  la directa no me parece muy científico   que por ser médicos celosos, Jung y Froid, religiosamente hablando, se tomen la licencia  en sus investigaciones de no separar la ciencia de la religión y  les lleve a asignar, como objeto de estudio,   a la “psiquis humana”   el nombre de “alma”. Tal asignación solo podría dársele  al final de las investigaciones por opción personal, pero nunca como principio  de las mismas.  El término  alma ha estado idealmente sobrecargado de un sentido  muy discutible en torno a  una entidad dentro del cuerpo, lo cual, se ha pensado, formaría con éste una unidad. Pero  esta unidad, la psico-somática,  no ha de entenderse como el resultado de la suma de dos sustancias que la conformasen,  sino de una unidad estructural  previa cuyo sistematismo  le otorgue a la realidad humana su plena suficiencia y autonomía…

  • ana rodrigo

    Querido Isidoro, gracias por éste y por tantos escritos siempre “sesudos” donde demuestras que te lo has currado mucho. Ya te dije una vez por teléfono que estaba sorprendida por tu conocimiento y tus conocimientos que demostraban tu dinamismo y, lo que ahora confiesas cuando dices Yo también he sido “currito”. Te felicito porque has aprovechado muy bien tu vivir, a pesar de los problemas y sufrimientos que nos pone la vida. Recuerdo cuando me enviaste hace años por internet un montón de una de las revistas de las que hablas, y comprobé lo de que eres un currito porque eso llevaba su tiempo y tu dedicación, y tu capacidad intelectual.

    Coincido contigo en muchas cosas. Hablas de las crisis como momentos de pensar hacía dónde dirijo mis pasos y le pones edad, a en la que yo personalmente aún estoy , no cronológicamente, sino por mi inquietud y rebeldía de toda mi vida planteándome siempre si voy en buena dirección cuyo resultado me llevan a conclusiones que anteriormente no me había imaginado y ahora sí, como vengo manifestando últimamente. Cosa que, en vez de preocuparme, me alegra, porque me hace sentir viva e inconformista, lo que no quiere decir que haya encontrado “la Verdad”, sino mi verdad.

    Lo que no acabo de entender es cuando habláis de espíritu y de mente, como dos entes diferentes, mente y espíritu, en el mismo espacio, el cerebro; en tu caso, cuando dicesla personalidad e identidad personal, se ignora la voz del espíritu, que conoce perfectamente nuestra idiosincrasia, (pues es una parte de nuestra mente)”. Puedo estar equivocada, pero yo creo que es lo mismo, es decir la mente, resultado de las conexiones neuronales, hace muchas cosas no tangibles (¿espirituales?) como pensar, reflexionar, aprender, hablar, creer, desconfiar, imaginar y un sinfín de etcéteras, porque es lo que nos hace seres  humanos, aunque muchas especies animales también tienen un cerebro que piensa y siente, como un ave haciéndose un nido, el cuidado y crianza de sus crías, a dónde van  y cómo saben volver las aves migratorias, etc. etc. 

    Muchas de las cosas que enumero en los humanos, ocurren si el cerebro está sano, porque cuando hay alguna lesión cerebral, la mente no es la misma que cuando el cerebro está sano. Incluso en este caso, “cada persona es un mundo”. Dentro de esta diversidad, existen razonamientos que nos hace posible la convivencia social, entre los que yo valoro de manera especial, el respeto. ¿Mente, espíritu?

    Un gran abrazo y mi agradecimiento por lo que aprendo de ti.

    • Isidoro García

      Amiga Ana, uno de los grandes problemas del diálogo intelectual, es que muchas veces, (sobre todo cuando se investiga individualmente), llamamos de diferente forma a conceptos, como sucede con “alma”, “mente”, “espíritu”, “razón”, “ego”, etc., y así es difícil entenderse.

      Yo al final, para mi uso personal, llamo mente, al conjunto de toda la actividad cerebral, del ser humano, y es la palabra psico-neurológica, de lo que religiosamente, y quizás filosóficamente, llamamos “alma”.

      Y considero que la “mente-alma”, está compuesta de dos grandes partes:

      -la mente racional, con la razón como motor, y dirigida por el “ego”, (que es un programa autónomo, director).

      -y la mente subconsciente, o inconsciente, que es lo mismo, que es la parte de la mente que no controla el ego, ni podemos acceder a su memoria.

      Esta mente subconsciente, se divide a su vez en dos partes:

      -la parte que es reprimida y enviada fuera de la conciencia, por nuestra mente racional,

      – y el “inconsciente”, a la parte del software mental, que nos viene genéticamente,

      Este software mental genético, se compone de las emociones, y de toda clase de instintos comportamentales, pero incluye además a los instintos superiores del ser humano, que es lo que Jung, llamaba Inconsciente Colectivo, y yo llamo “espíritu” – que son lo mismo solo es cuestión de nombres, y es lo que es exclusivo del ser humano.

      (En parte lo llamo “espíritu”, porque pienso que nos ha sido dado por el Universo, que religiosamente es regido por el “Espíritu” de Dios).

      Sería un pequeño fractal del “Espíritu”, y por eso religiosamente se dice que tenemos dentro una “chispa” de Dios. Y yo creo que es el significado oculto de la Comunión, y la presencia de “Cristo” en la hostia: es un símbolo visible, de la presencia real del “Espíritu”, en nuestra mente, y proviene de una imagen primordial arquetípica.

      (Jesús sería el prototipo perfecto del profeta, un humano plenamente unido al Espíritu, hasta el punto de con-fundirse ambos. Por eso en el Evangelio, Jesús por su boca decía cosas, que le provenían del “Espíritu”: era el muñeco que abre la boca cuando habla el ventrílocuo. -especulaciones mías).

      Curiosamente, Jung y los junguianos, al Inconsciente Colectivo, que yo llamo “espíritu”, (que es un nombre de resonancias religiosas), lo llaman, “alma” del hombre.

      Porque Jung, al igual que Freud, ambos médicos, eran muy celosos de separar radicalmente la Ciencia de la Religión.

      Freud, porque era judío, como casi todos sus seguidores menos Jung, y no quería que se pensase que el psicoanálisis era una cuestión de judíos, pues existía entonces mucho antisemitismo. Y por eso nombró a Jung, su segundo.

      Y Jung, que era protestante, porque él era un psíquico, rozando mucho el esoterismo, y los efectos paranormales.

      Freud fue el gran genio filosófico del s. XX. Y Jung, fue el gran genio del s. XXI. (Todavía está por explotar del todo el largo recorrido de la gran autopista que creó en el mundo cultural, y que es el motor de la gran cultura de este siglo y del futuro).

    • Juan A. Vinagre

      Me permito participar en ese interesante diálogo entre Ana e Isidoro. Interesante por el tema de fondo. Y lo hago nada más que para dar mi opinión, por si interesa. Para mí las opiniones -convicciones o “verdades” personales provisionales- hacen pensar y enriquecen. Pues bien, en torno al tema “espíritu-alma”, del que durante tantos siglos se ha hablado (para unos como algo concreto y para otros como algo más bien abstracto) expongo mi “verdad”: Pienso que eso que tanto se ha llamado “espíritu-alma” no es más que el parto de la autoconsciencia que se reconoce como un YO personal que se autoafirma, que piensa, que decide, que crea y se atribuye…

      Este YO que se autoafirma es algo inmaterial-espiritual y que constituye la verdadera esencia -esencia metafísica-del ser. Por ahí va Battimo y según parece también el mismo Heidegger. En suma, el espíritu-alma no es más que el YO consciente que se autoafirma, que piensa, que ordena, que decide, que revisa, que corrige y crea…, y además, por su estrecha relación con el paleocórtex, también ama. Este YO inmaterial-espiritual, evidente y misterioso, es el que pervive…, al menos para un creyente.

      -En cuanto a Freud yo no lo valoro tanto… Su teoría tiene rasgos geniales, pero no están científicamente contrastados. Lo que sí está comprobado -aunque todavía poco conocido- es el inconsciente. Inconsciente al que también hizo alguna referencia Feuerbach y antes Leibniz. Quien sí ha estudiado con más detalle la interacción del consciente-inconsciente ha sido la hija de Freud, Ana Freud, al desarrollar los macanismos de defensa del yo… Mecanismos de defensa que a veces sutilizan mucho, demasiado, en defensa no de la verdad, sino del YO cuando éste se ve amenazado, a fin de “protegerlo”…  El YO encarnado en materia puede ser vulnerable… y deformar (o negar) verdades y realidades…   A esto que digo se le puede plantear alguna objeción…, si el tema no se puntualiza con más detalle… La verdad, las verdades son más complejas de lo que muchas veces pensamos.

  • Javiierpelaez

    Isidoro estoy de acuerdo con lo que dices del método.La vida es mucho más sorprendente que un método.No coincido contigo en la apreciación de los carismáticos. Tengo alguna amiga carismática e ideológicamente y en algunos aspectos es una fundamentalista,nada que ver con la libertad del espíritu.Jesús era un hombre bastante libre.Los carismáticos tiene un discurso bastante antiilustrado . Y yo no soy muy partidario de atacar la razón. Los excesos de la razón sí(que los hay y no menores),pero la razón en sí misma,no. Espero que mi amiga,que es de hace mucho tiempo,no lea esto.La amistad es muy importante en mi vida.

  • Santiago

    Muchas gracias Isidoro por tu sinceridad y confianza en todos nosotros al exponer los aspectos esenciales de tu vida con todas sus luces y sombras.Me siento muy unido al dolor sufrido por ti  ante el fallecimiento de tu esposa y hermana, que permanecerá siempre en nosotros a pesar del paso del tiempo. Y aunque tarde te ofrezco mis sinceras condolencias.

    Admiro profundamente tu incesante búsqueda que sin duda te ha hecho mejor persona y te ha mantenido en la lucha diaria. Se -como has dicho- que admiras la imagen de Jesús de Nazaret en Su humanidad. Sin entrar en diatribas ni sensibilidades, pienso yo personalmente y,por mi experiencia, que para la creer en  Su divinidad se necesita “agarrar” la iluminación que nos ofrece la fe, que supone “querer creer” y ceder en las luces y oportunidades que diariamente nos va ofreciendo la vida para nuestra felicidad eterna…porque es “lo trascendente” en el amor lo único estable y permanente en nuestra vida…

    Porque para llegar ahí no basta la razón natural sino se necesita aceptar LA LUZ…con humildad y paciencia.

    Pero te repito que esta disgresión mía es sin ánimo de imponer mi criterio y creencia personal. Y solo porque me considero tu amigo. Ya tienes un lugar prominente en el afecto y en mi amistad.

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández 

    • Isidoro García

      Amigo Santiago, muchas gracias por tu amistad, que valoro muy sinceramente.

      Te diré abusando de mi heterodoxia, que no considero que haga de menos a Jesús, por no considerarlo Dios trinitario, sino “solo” como el humano que mejor ha conectado con el “Espíritu” de Dios. ¿Te parece poco?.

      Porque con esa nueva figura, me cuadra más la figura de Jesús, como modelo y referente para los humanos, pues nosotros nunca vamos a pretender acercarnos a ser como Dios, pero sí podemos aspirar a acercarnos al “Espíritu”, a través del “espíritu” personal que todos llevamos dentro. Saludos afectuosos.

  • M. Luisa

    Espero que el Equipo Atrio estéis bien con todo lo que estoy oyendo que ha ocurrido en Valencia  como consecuencia del temporal.  

  • M. Luisa

    Naturalmente que en la vida hay que buscar, pero se busca en la realidad donde se está viviendo. Por eso estoy de acuerdo con Javier porque como dice él lo que importa es el cómo se está en la vida.    Lo cual para ello, ineludiblemente habrá que adoptar una forma de ser; cerrándose o bien abriéndose así mismo. ¡Y eso Román, no es subjetivismo!    

    • Javiierpelaez

      No es subjetivismo,no.

      • Antonio Llaguno

        Y aunque lo fuera ¿Cuál sería el problema?

        Somos sujetos no objetos y por eso, es lógico que seamos subjetivos y no objetivos.

        • M. Luisa

          A ver, Antonio, te entiendo por donde vas, pero hablar de subjetivismo ha sido siempre y lo es todavía  hablar negativamente de la subjetividad humana-
           
          -Tristemente por un motivo al que no se ha detenido lo suficiente para reflexionar en él. Se confunde la subjetividad con la subjetualidad. Por ejemplo, tú mismo al decir “somos sujetos, no objetos” bien, pero es cosa bien distinta, ser sujeto de propiedades que   se tienen, precisamente, por serlo,   que ser sujeto por apropiación, es decir, por desear poseerlas. Lo primero se inscribe en la subjetualidad, lo segundo en la subjetividad haciendo del sujeto una realidad suficiente y libre.

  • Javiierpelaez

    Isidoro dices:”Es verdad, que hay muchas personas, (la mayoría), que rápidamente, a los ventitantos, han encontrado un sistema de vivir, y se agarran a él, toda la vida.”. Me imagino que te refieres no tanto a un sistema de vivir en el sentido de subsistir (que eso depende de la clase social y de la fortuna) como un sistema de valores .Hablando de mi experiencia yo tuve una crisis monumental de maduración al pasar de la adolescencia y los veintitantos a la vida profesional,previo paso x la depresión,la culpabilidad y la pérdida de autoestima. Los pajaritos que tenía en la cabeza no eran muy realizables o no fuí suficientemente valiente de realizarlos.

    Me he dado cuenta con la edad que lo importante es cómo estás en la vida,ni tan siquiera es muy relevante lo que haces,sino el COMO. Obviamente dentro del COMO se encuentra el buscar. La vida es eso buscar….

    Por eso decía fantástica tu vida porque buscas…

  • Javiierpelaez

    Fantástica tu vida Isidoro.

    • Isidoro García

      Bajo ningún concepto, amigo Javier, he pretendido nunca pensar, ni hacer pensar en que mi vida ha sido fantástica. Todo lo contrario. Lo que pasa es que cuando se resume una vida, y se sitúan los hitos de la misma, puede parecer que ha sido una vida estructurada y bien organizada por mí parte.

      En mi caso ha sido todo lo contrario, he ido por la vida, sin guía ni referencia válida, dando un traspiés detrás de otro, con una sensación de descontrol y confusión permanente.

      Una de las ideas que han calado en mi mente, al casi final del proceso, es lo negativo que es para el humano, lo que podíamos denominar como “metodismo”, fijar un método para conseguir algo, y seguirlo a rajatabla.

      El disponer de un método para la automejora y la metamorfosis personal, tiene una ventaja inicial: la conciencia del problema existencial, y el deseo de mejorar, lo que estimula la escucha del “espíritu”.

      Pero a continuación, todos esos métodos operativos llevan un fuerte freno incorporado, y es el método mismo. Sufren de lo que podíamos llamar como una “gangrena del metodismo”.

      Todos exigen el pleno seguimiento de su respectivo método general, con lo cual, muchas veces, cundo se producen contradicciones entre detalles de dicho método, y la personalidad e identidad personal, se ignora la voz del espíritu, que conoce perfectamente nuestra idiosincrasia, (pues es una parte de nuestra mente), y se impone racional y voluntariosamente el método, que además suele ser costoso en esfuerzo, y que además impone obediencia y lealtad al mismo.

      (Tenemos las falacias de que todo lo costoso es bueno por sí, y de que la obediencia y la lealtad son también buenos en sí mismo).

      Y se está tan atento a seguir el manual, que acabamos atendiendo al “espíritu”, muy lejana, y débilmente.

      Solo los métodos de metamorfosis y maduración personal que conectan la mente con el “espíritu” personal, triunfan y tienen efectos milagrosos. 

      Y de ahí el éxito de los movimientos carismáticos, siempre y cuando, no se vean frenados por las ritualidades tradicionales, y se permitan mucho margen de libertad personal.

       

      Un creador tiene que tener la intuición sabia de cuando y donde parar, y dar su creación por acabada.

      Y lo mismo sucede con el proceso de maduración personal. Después de la alternativa de no afrontar expresamente el proceso, el peor sistema es el metodismo exagerado, el estar pendiente de todos y cada uno de los detalles del proceso, lo que acaba despistándonos y equivocando el camino. ¡Fluir, solo fluir, y “wu wei-ar”!. (Hacer sin hacer).

      ¡Cuando aprenderemos que vivir una buena vida, no consiste en hacer nada en concreto!.

      Estamos programados por el Universo, (como el resto de elementos del mismo), para conseguirlo automáticamente. Solo hay que despejar los obstáculos y resistencias que nosotros mismos ponemos a nuestro programa natural del que estamos provistos.

  • Juan A. Vinagre

    Gracias, Isidoro, por tus “confesiones”. Comparto bastantes cosas contigo, empezando por esa búsqueda de sentido dentro de este misterioso universo. Misterioso, sí, pese a los grandes descubrimientos científicos. Esa búsqueda me parece la gran gesta humana, la que merece llamarse verdaderamente GESTA. Junto a ésta, las otras gestas, aunque hayan sido heroicas, son menores. 

    -Estoy de acuerdo con Carmen: Esa busca de sentido personal y universal la llevamos en el ADN, aunque en muchos casos no se perciba… Los ruidos culturales a veces no dejan oír…  Cuando se oye, esa búsqueda está impulsada por un instinto que persiste, pese a los ruidos…

    -De nuevo, gracias, amigo Isidoro. Comparto tu instinto de búsqueda, búsqueda que, como digo, es la mayor gesta humana, a veces heroica, que podemos realizar.  Instinto de búsqueda al que, en mi sentir -y creer- da la mejor respuesta la esencia  -la ESENCIA- del Mensaje de Jesús de Nazaret. Del Jesús de Nazaret no contaminado por los hombres en la historia humana. Un abrazo.

  • oscar varela

    El Buscador Encontró; eran las Botas.Abrazo!

  • carmen

    Perdón.Discrepo en que únicamente unos cuantos buscan respuestas.Es algo que llevamos en nuestro ADN.Todos. 

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