El 27 de marzo se celebra, según he leído, “ el día de la esperanza.”. Una pregunta se plantea al respecto ¿qué es la esperanza?
I
Respondo por mí: una palanca en el esfuerzo diario, algo que me ayuda a resistir en el anhelo de vida y de futuro mejor.
Se espera lo que no se tiene, pero se confía en poder tenerlo. Esa confianza es la base que sustenta la esperanza.
Hay en toda esperanza un rasgo o matiz de incertidumbre, no se sabe cómo se alcanzará lo esperado ni cuando, ni siquiera se tiene la certeza absoluta de alcanzarlo, pero se confía, se espera y muchas veces se anhela.
Se imbrican así los conceptos de esperanza, anhelo y confianza.
Si uno está enfermo, no espera quizá curarse del todo, ni rejuvenecer, pero mantiene la esperanza de mejorar, en el grado que sea. Y esa esperanza de mejora da fuerzas para sostener el presente.
Pienso que es difícil, sino imposible, sostener el presente si no se basa en la esperanza.
Desde hace algunos años, en circunstancias de dolor y desconcierto, me he interesado en comprender y avivar, en mí y en otras personas, el sentido y la vivencia de la esperanza.
La esperanza es sentimiento, confianza, creencia, vida.
II
Cuando arreciaba la dictadura en España el canto de “Venceremos nos”, nos concertaba a muchos jóvenes en un clamor de esperanza; esperanza de plazo indeterminado: “algún día venceremos”. El miedo se mitiga, si no se va del todo, con la esperanza
Y en el fondo de la noche, cantábamos, lo que nos decía el corazón: “algún día venceremos”. Lo he recordado y cantado muchas veces: < Venceremos nos, // Algún día venceremos. // Dende o fondo da noite, // Dime o corazón. // Algún día venceremos. // Collidos das mans // Collidos das mans // Faremos // Un camiño na noite, //Dime o corazón, // Algún día venceremos>.
III
María Zambrano (“Hacia un saber sobre el alma”) bajo el epígrafe “Esperanza”, dice:
< (…) hay un género de creencias engendradas por nuestro anhelo; son a veces las más absurdas y las más inquebrantables; su fundamento no se hunde en el orden de la realidad, sino en la profundidad de nuestro anhelo, en las profundas cavernas del sentido de nuestra demanda. Más si demandamos y pedimos es a causa de nuestra insuficiencia // (…) como dice Ortega, el hombre tiene que hacerse su propio ser que no recibió dado. Mas este tener que hacer su propio ser, se manifiesta por lo que llamamos esperanza. // (…) La esperanza es hambre de nacer del todo de llevar a plenitud, lo que solamente llevamos en proyecto. En ese sentido, la esperanza es la substancia de nuestra vida, su último fondo, por ella somos hijos de nuestros sueños de lo que no vemos ni podemos comprobar. Así fiamos nuestra la vida en su cumplimiento a algo que no es todavía, a una incertidumbre. // (…) Esperanza que da el carácter agónico a la vida humana, su ansia jamás satisfecha, su esfuerzo sin límite, pues ningún trabajo es suficiente para colmar esta esperanza que gime. “Porque sabemos que todas las criaturas gimen a una, y aún están de parto hasta ahora, dice San Pablo>.
IV
El número 2 de la Revista Frontera de Abril- Junio de 1997, lleva por título “Esperanza Histórica y Esperanza Cristiana”. El primer artículo, bajo el título “Antropología y Teología de la Esperanza, es de Juan José Tamayo Acosta. No me es posible resumir ahora su contenido, pero si ofrecer unas breves citas: < La esperanza dirige la actividad humana y su impulso vital hacia una meta futura. La esperanza lúcida lleva a luchar por igual contra nuestras falsas ilusiones y contra toda sensación de derrotismo, contra el optimismo ingenuo y contra todo intento de programas la utopía. (…) >
< La esperanza no es ciega, muda o pasiva, sino que tiene ojos abiertos para mirar hacia el futuro, se expresa a través de la palabra vivificadora de la realidad histórica y se autentifica en el compromiso de transformación. Su carácter operativo, es decir, su referencia a la acción constituye una de las constantes de la reflexión filosófica. (…)>> << El inconformismo es un elemento constitutivo de la esperanza, que no se somete servilmente a la realidad, sino que entra en conflicto con ella y pugna por transformarla desde la perspectiva de la justicia y de la fraternidad- sororidad>.
< La esperanza tiene que contar con el hecho de la muerte, que es la más severa anti-utopía, con el sufrimiento, que es un aguijón clavado en el corazón mismo de la felicidad, con el dolor que es el sabor amargo de la existencia humana. ¡Y tiene que contar con los “holocaustos humanos” a los que nos acabamos de referir ! Cuando millones de seres humanos mueren a manos de sus congéneres con métodos crueles a cuál más refinado, resulta difícil . por no decir imposible – seguir creyendo en el Dios de la esperanza, que parece guardar silencio ante los crímenes; y más difícil todavía seguir esperando en el ser humano responsable de ellos (…) >.
<Una esperanza en clave no idealista tiene que ser consciente tanto del carácter naturalmente esperanzado del ser humano como de la resistencia que opone la realidad a la esperanza para mantenerse en lo dado>.
<El ideal cristiano es descrito con múltiples ejemplos y testimonios de la historia bíblica de Israel y en el peregrinar del cristianismo por la historia (…) // En los itinerarios emprendidos por dichos testigos se observa que la esperanza está radicada en el ser humano, se encuentra en la historia; no es confianza ciega ni seguridad incuestionable; tiene sus riesgos y mucho de aventura. Si quieren dar sentido a su vida, los testigos de la esperanza han de abandonar la cómoda tranquilidad en que están instalados, ponerse en camino e ir hacia un lugar desconocido, incierto.>
No puedo concluir sino con un grito, doloroso, en pro de la paz. Paz en Gaza: que concluya, de una vez por todas, con el inconmensurable sufrimiento de sus ciudadanos. Paz en Gaza, en Ucrania y en tantos otros lugares en que los seres humanos se matan unos a otros. Abramos caminos a la esperanza.
Después de estar escuchando el Vía Crucis con meditaciones del Papa te voy a decir una cosa. La esperanza en la paz es difícil. A mí no me gusta andar por el aire. Cuando el Consejo de Seguridad pide un alto el fuego en Gaza e Israel bombardea Siria(ahora lo leo en EL PAIS,Netanyahu el belicista contentando en otro terrebo a su público) y cuando algunos hablaban de que Ucrania tenía que negociar,resulta q Donald Tusk dice q estamos en un ambiente prebélico contra Pedro Sánchez le dijo que había q rebajar el tono(leed EL PAIS).Margarita Robles,la belicista, ofrece Menorca como base de la OTAN(leer EL PAIS). Las fuerzas de la guerra,la industria armamentística y la paranoia de Centroeuropa nos quiere llevar a la guerra(tb Macron el otro día). El domingo pasado lo vimos en EL PAIS con un reportaje bastante inquietante. Como vemos las fuerzas del mal son bastante poderosas.No me gusta hablar así,pero el belicismo de algunos europeos sino es electoral es inexplicable.Parece que algunos quieren imponer la guerra como una vía ineluctable. Y esto cansa bastante. La guerra o imponernos x sus miedos y x su insesatez un aumento del gasto militar . En fin,la esperanza no es fácil.
Hola Javier. Concluyes diciendo: “En fin, la esperanza no es fácil“ . Es verdad. Pero las circunstancias difíciles y angustiosas la hacen más necesaria que nunca y mantenerla activamente requiere, en mi opinión, fortaleza de voluntad y de espíritu. Me parece que lo explica y se deduce del comentario de Ana Rodrigo. La fuerza de la esperanza hace luchar, incluso, por aquello que pudiera subjetivamente parecer imposible, pero es esperado con anhelo.
Claro. Eso en lo individual,pero en lo colectivo si,por ejemplo,si se declara una guerra mundial (este Papa no decía que estábamos en una guerra mundial en fases) ,ya te digo yo que por mucho que yo anhele… En el trasfondo de este ambiente prebélico e intento de que nos rearmemos está que Alemania está en recesión.
“la esperanza no es fácil”
ESPERANZA = fuerza + disciplina
1- Si no se tiene clara noción de los problemas mal se puede proceder a resolverlos.
2- Por muy seguras que sean las soluciones, su seguridad depende de la seguridad de los problemas.
3- Darse cuenta de un problema es advertir ante nosotros la existencia concreta de algo que no sabemos lo que es.
4- Es imposible hacer nada en el mundo si no se reúne esta pareja de cualidades: fuerza y disciplina.
5- La fuerza vital es condición primera de toda empresa histórica, y por eso espero en ella.
6- Sin disciplina interna la fuerza se disgrega y volatiliza.
7- No basta la curiosidad para ir a las cosas. Hace falta rigor mental para hacerse dueño de ellas.
Ortega y Gasset, carta a un joven argentino que estudia filosofía, 1924
Muchas gracias Javier Pelaez y Juan A. y Juan A. Vinagre.
Sin entrar en filosofías – de lo que no soy experto, aunque sí interesado en saber – me parece interesante resaltar la diferencia que hace Juan José Tamayo en su articulo citado entre la “esperanza histórica” y “la esperanza teologal”. La misma diferencia que resalta en su portada el citado n.º 2 de “Frontera. Pastoral Misionera” de Abril- Junio de 1997- que titula: “Esperanza Histórica y Esperanza Cristiana”.
A mi entender, todas las personas, creyentes o no, religiosas, ateas o agnósticas, están llamadas a la esperanza. Y así la esperanza para el que la vivencia no siempre tendrá un sentido de creencia trascendente o religiosa. Y esa esperanza histórica, meramente histórica, es también parte esencial de la vida, por más que para el creyente pueda tener también un sentido superior.
Quizá cabe en este mismo sentido de generalidad, entender el título y el propio contenido del libro de Pedro Laín Entralgo “Qué es el hombre. Evolución y sentido de la vida”.
Con ello no contradigo en absoluto el planteamiento que hace Juan A. Vinagre, pues personalmente comparto su visión trascendente, pero me parece obvio que la esperanza es patrimonio de todo ser humano, pudiendo ser sustentado desde diversas perspectivas de creencia y vida. Y en ella todos podemos encontrarnos.
La esperanza como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad,más q el flamenco,jajaja,sin desmerecer al flamenco,Dios me libre…
Leyendo Óscar este resumen que haces de la esperanza en distintos filósofos y novelistas que yo francamente no conocía y la visión negativa de la esperanza de algunos(de Cioran me lo esperaba) creo que la esperanza es necesaria. A poco informado que uno esté.Ciertamente hay gente completamente desinformada y se la suda.Siento ser cruel pero como decía un periodista que escribe en eldiarioes y que antes en EL PAIS,no me acuerdo del nombre aunque es muy conocido,que le decía su padre “en la vida no hemos venido sólo a divertirnos”,algo así. Pues eso hay gente que sólo vive para divertirse.Tal cual. Presupongo ,aunque no lo descarto,que ese no es el caso de los filósofos y novelistas que citas. Les supongo leídos aunque no sé si informados. Hoy es más criminal no creer en la esperanza xq es difícil no estar informados(asistimos hasta a genocidios televisados). Claro,siempre se puede elegir la ceguera espiritual que no tiene nada que ver con la física. Si uno ve lo que ve,oye lo que oye y/o siente lo que siente a nível global ,sin esperanza colectiva,vamos al suicidio. Aunque Leonardo Boff nos hable aquí ,en términos apocalípticos,que nos encaminamos al suicidio colectivo,yo le le leo y siempre deja un resquicio a la esperanza. Por lo demás para el cristiano es muy sencillo,si uno contempla la vida de Jesús,aparte de su inmensa belleza moral, más bien es un fracaso estrepitoso desde el punto de vista terrenal.No me extraña la reacción de algunos ante ese fracaso. Luego algunos iban contentos a que les comieran los leones x lo cual yo no descarto que la esperanza sea de “locos”,no exactamente un delirio como dice alguno q citas xq el delirio, x propia experiencia ,te encierra y te paraliza.Tb la experiencia práctica me dice si los pobres y los que más sufren tienen esperanza,por qué no la voy a tener yo… Esperanza activa,claro. La esperanza es difícil,pero ,si no la tenemos,en qué nos diferenciamos de los animales? Espero q no salga un etólogo y me diga q los animales tienen esperanza. A saber
Después del recital de Óscar y de los demás comentaristas, recuerdo también a Laín Entralgo y su libro “La espera y la esperanza”, que invita a una profunda reflexión. Al hilo de ellas, aporto la mía:-Al ser humano se le puede definir también como “Homo spes”, un “homo esperanza”, que siempre aspira a más… Unas veces con esperanzas minúsculas, efímeras, y otras con una Esperanza que aparece ya desde la misma prehistoria. Esperanza que parece -¿instinto?- ir más allá de sí… Instinto que, si es tal como a algunos expertos sugieren, más que un fácil comodín, es una definición profunda de lo que es -y será- el Homo en su plenitud. -Aquí, pues, centro mi reflexión en esa visión del “Homo Spes”. Y Esperar -con mayúscula- es saber discriminar-discernir mejor, más a fondo; “Esperar” es trascender, trascender que, de alguna manera, ya se adivina en el homo sapiens prehistórico.-En este sentido, la Esperanza supone una cierta inadaptación-lucha entre el presente y el futuro, y más si el homo se entretiene o se centra demasiado en esperanzas, que le hacen perder la visión del camino… En este caso, presente y futuro no encajan o encajan mal. Y entonces es muy probable que uno opte por lo más inmediato, por el “aquí y ahora”. La Esperanza, que es la gran Utopía razonable del futuro, se ve suplantada por esperanzas, por sueños cortos, efímeros, que no dan sentido a la vida. Se ve suplantada por ídolos… de barro, que no siempre somos capaces de ver.-La Utopía Esperanza, que da sentido profundo a la vida, tiene un componente de terapia, pero también de compromiso, de transformación del presente, y de sentido crítico: El presente se puede perder por caminos efímeros y retorcidos… Y se puede perder porque, en nuestras flacas condiciones, en nuestros cortos horizontes, la Esperanza de un Futuro es, en parte, un misterio. Y apostar por la Esperanza-Misterio exige mucha confianza, mucha fe ante lo que trasciende. Y nos olvidamos de que la Esperanza, si es tal, tiene que ser trascendente. La razón ayuda, pero ante la trascendencia de la Esperanza nos vemos obligados a jugar a una sola carta. La razón sola ayuda, pero no basta. Por eso, morir es entregarnos en los brazos de la Esperanza. ¡Benditos quienes creen en la esperanza, sin haberla visto!En suma, aunque la razón ayude algo, creo – inevitablemente tengo que creer- en la Esperanza que, en mi caso, se llama Jesús de Nazaret, que vive mutado en “cuerpo” espiritual. Por esta gran Utopía apuesto.
La esperanza es difícil y la esperanza sin lucha es una ilusión. Yo tiendo a procastinar. Soy discípulo del vigilante de seguridad de José Mota:Hoy no, MAÑANA,jajaja…Como me estoy dedicando esta Semana Santa a leer literatura de experiencias religiosas personales,ha caído en mis manos de casualidad el libro de Ángel Custodio ,Salir de la Calle. Es un personaje singular q se ha autoeditado un libro en el que cuenta como acabó en las calles de Madrid tras su intento de suicidio por unos pufos inmobiliarios que dejó(q aún le persiguen) . El chico de 43 años me hizo una dedicatoria supercariñosa q me dejó conmovido. Circulan por el libro personajes memorables que se ocupan de la gente q vive en las calles de Madrid (no hablo de ONGs,por ejemplo,un señor jubilado q se dedica a dormir por las mañanas xq no le da para la luz y el alquiler y se dedica a recoger comida sobrante en restaurantes para llevárselo a la gente q duerme en la calle). En este libro habla,en expresión feliz ,de “procastinadores de la felicidad”(ya seré feliz cuando mis hijos sean mayores,etc). En cierto sentido tenemos q procastinar porque hay cosas q se nos escapan completamente de las manos,la capacidad de influir en ellas es ínfima. Tenemos que ser felices mientras tanto y tener esperanza mientras tanto y luchar lo que se pueda en función de las fuerzas. Nunca perder la esperanza. Recomiendo que le compréis el libro a este chico q para por la plaza de Manuel Becerra.A ver si me lo encuentro otra vez y le digo q si que me aportó bastante como sugería en la dedicatoria. Me corta un poco,pero se lo voy a decir por WhatsApp q pone su móvil en el libro.
No quería yo contar estás cosas. No os creáis q soy tan bueno q mañana me voy a Guadarrama con unos amigos a tomar un solomillo de carne de allí que “resucita los muertos”
Muchas gracias Ana Rodrigo, por tu comentario que comparto totalmente. Agradezco que destaques la importancia de que a esperanza debe ser siempre activa. Al menos entiendo que eso debemos de intentar sin desmayo. Por eso dice Juan José Tamayo en el artículo citado: << Para que la esperanza cristiana no devenga evasión o huida hacia adelante debe echar raíces profundas en el presente, tomar cuerpo en los acontecimientos de la vida real y traducirse en una “praxis histórica de liberación” >>
Sin entrar en filosofía(s) excesivamente conceptual, voy a expresar lo que significa para mí la esperanza, en sus distintas vertientes: por un lado, la esperanza de que los problemas, conflictos y sufrimientos sean ajenos y “lejanos” e inalcanzable su solución (las guerras), y la esperanza en cuestiones propias, tanto en nivel propio-personal o en nuestros allegados, ya sean de tipo familiar o seres queridos por otros motivos.
Por otro lado, también distingo entre esperanza en conseguir un objetivo posible, o la esperanza en que la suerte o el azar esté de tu parte, por ejemplo temas de salud y otros imprevistos que no dependen de la propia esperanza.
Excepto en este último caso, es decir en lo que está fuera de nuestro alcance o previsiones posibles, la esperanza siempre debe ser esperanza activa. Quiero decir que es indispensable que hagamos todo lo posible por aquello donde cada cual puede aportar algo, como la denuncia contra las guerras o la injusticia social, si se trata de problemas donde solamente cabe la denuncia pública y colectiva. Mientras que en cuestiones donde el futuro depende de la propia implicación para conseguir el objetivo que se persigue, es donde la entrega a esa causa debe ser a tope, aunque no siempre se consiga lo que se persigue, pero la esperanza nos da la energía para seguir. Podíamos poner infinidad de ejemplos que constituyen nuestra propia vida para avanzar a título personal o familiar, lo contrario es una parálisis vital.
Termino con mi creencia de que la esperanza es la energía que nos mantiene la fe en la vida y la fe en el ser humano. Quien no tiene esperanza, pierde el norte que quía y da sentido al vivir. Y, cuando nada depende de la esperanza, queda lo que llamamos la resignación consciente, la aceptación y la adaptación a cada circunstancia. Nada exento del sufrimiento correspondiente, implícito en la misma vida. Quien le añada creencias religiosas, tendrá un plus añadido para aliviar el sufrimiento en el caso de que sea así.
Muchas gracias Oscar Varela por tu amplia aportación en relación a la esperanza: pasión, utopía, mitología, etimología, negación (¿desesperanza?)
Hola ELOY! – Lo que ya conoces y te atrae:
ETIMOLOGÍA DE LAS PASIONES – Ivonne Bordelois
Sección 4. Las Pasiones Claras – Ítem 3. Esperanza
1- Platón dibuja la taxonomía de las pasiones,
– organiza la dupla placer/dolor y sus correspondientes futuros, esperanza y temor.
– La esperanza, fuerte brújula orientada al placer o a la felicidad,
– es ilusión para algunos y carisma para otros.
2- Péguy: Compañera de las utopías
– Participa de la intensidad y la ceguera del amor,
– de la tenacidad de la envidia,
– de la megalomanía del orgullo;
– es contagiosa como la cólera y vibrante como la alegría.
3- Cioran: “la esperanza es el estado natural del delirio”.
– Pero no siempre se la mira con beneplácito.
4- La mitología griega: Don malévolo de los dioses,
– impidió que los mortales se suicidaran en masa
– ante la propagación indetenible de los males.
– Desde entonces reparte sus engañosos consuelos entre los mortales.
– Prometeo: ha dado a los mortales, junto con el fuego, la esperanza,
– que es ciega, para impedirles que contemplen su destino.
– Pandora: símbolo del acceso del hombre a los bienes de la vida civilizada,
– se consideran fuente de todos los males.
[subraya la ambivalencia que despierta siempre la esperanza:
– fuente de alienación para algunos y
– gaje de supervivencia para otros]
5- Critican la esperanza
– Anouilh (Antígona): habla de “la sucia esperanza”;
– Apollinaire: la describe como violenta.
– Spinoza: pasión triste. La equipara con el miedo (los hombres se vuelven crédulos y serviles)
[- mientras se está pendiente de la esperanza, se teme que lo deseado no se realice];
[- quien teme imagina una situación de exclusión, que conduce a la resignación y a la parálisis].
[El temeroso se entrega fácilmente a promesas de seguridad que dan origen a su utilización como instrumento de dominación política].
[dominan el cuerpo, la imaginación y la mente del sujeto, llevándolo a la pasividad].
– Goethe: considera al miedo y a la esperanza los dos mayores enemigos del hombre
– Nietzsche: habla de la esperanza como el peor de los males.
– André Gide: francés, donde attendre y espérer tienen sentidos muy distintos.
[¿se omite el sentido ilusorio de la esperanza, menos confiable que la espera,
o bien señala que la espera, tanto como la esperanza, puede también ser defraudada’].
6- la noción tradicional de esperanza es más positiva
– “Espera de algo deseado, considerado posible o probable, pero inseguro”.
– Virtud teologal: “La fe es la sustancia de las cosas que esperamos” (San Pablo).
………………….
7- Etimológica de la esperanza
– La raíz indoeuropea *spe, significa expandirse, aumentar, tener éxito, llevar algo adelante.
– *Spe dará en latín spes (espera de un suceso feliz),
– Pro-spere significa prosperar en latín, evolucionar según lo esperado, volverse pró-spero.
[sólo más tarde incluirá el matiz del temor].
– En sánscrito el verbo sphayate: se traduce como “aumenta”.
– En hitita ispata significa lanza, y
– en griego spao es sacar, extender, aplicándose a las espadas; la espátula, que expande o esparce algo.
– A través de la modificación span, encontramos
– en anglosajón spowan: prosperar, y spannan: tender.
– El holandés actual spanning (excitación) también lo evidencia.
– El antiguo inglés sped, éxito; se relaciona con speed, prisa.
– En letón, spes significa poder.
8- El griego elpis, además de esperanza de algo incierto, incluye otros sentidos:
– simple espera, temor, conjetura, creencia, pensamiento (en el sentido de “creo que”).
– En las germánicas, hope en inglés (verbo hop, salto con el que se trata de atrapar algo),
– Hoffnung en alemán, raíces tardías que también contienen un elemento de inseguridad.
9- Otra raíz indoeuropea: *bheidh, que significa confiar,
– que deriva al latín fido: tener confianza, y fides: confianza.
– la “espera esperanzada” – “el amor lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo”.
10- Otras raíces “SP”:
– *spen, que significa estirar, expandirse, también hilar.
– En inglés spinner, hilandera, y spider, araña, provienen de esta acepción.
– Otras con significados afines, como trenzar o trabar.
– En griego se pierde la s- inicial, pene es trama o tejido, y penion el copo de lana en la rueca.
– En alemán spinnen es hilar; en la rueca el hilo pende de una vara.
[habría una relación entre hilar y pender].
– Pendere, en latín, derivado de *spen, significa pender, estar colgado
– y da péndulo, apéndice, depender y pender entre otras derivaciones.
– dará penis, que significa la cola que comparte el hombre con seres cuadrúpedos,
– y pincel, de penicillus, diminutivo de penis.
– Cola es cauda, lo que cae -del verbo cadere-,
– y cauda y penis son sinónimos, ya que ambos significan extremidad que cuelga.
11- La lengua parece
diferenciar drásticamente entre el órgano masculino en estado de reposo y en su acción eréctil, para la que reserva el nombre de falo, derivado de phallus, rescatando así el orgullo masculino. Por lo tanto, la célebre envidia del pene, traducida etimológicamente, representaría una peculiar e inexplicable envidia acerca de una cola que cuelga o cae. Es decir, el nombre apropiado para el sentimiento al que apuntaba Freud, si nos atenemos a la realidad lingüística, debería ser el de la envidia del poder fálico, teniendo en cuenta, además, que el falo -que se describe en los diccionarios etimológicos como lo erguido, floreciente y burbujeante- no designa específicamente al órgano masculino, sino a toda zona capaz de erección, lo que incluye, naturalmente, el clítoris y los pezones de ambos sexos. Es decir, lo fálico no está adscripto exclusivamente a los poderes viriles, sino que designa la plenitud de la sexualidad humana, cualquiera sea el género que la experimente y la demuestre. La raíz de falo, *bha, produce en todas las lenguas indoeuropeas una interesante catarata de verbos y sustantivos relacionados con verbos como brillar, florecer, que invitan a ulteriores investigaciones.
12- Derivaciones de pendo: el frecuentativo penso que significa pesar en una balanza:
(dejando pender el objeto que cuelga de la mano).
– Pensar es sopesar ideas (expresión “razones de peso”).
13- Es notable que esperanza se diga en hebreo tiqvah (que significa fe, finalidad, meta),
– sustantivo procedente del verbo que equivale a “estirar como una soga”,
– como si las expectativas se estiraran hasta el límite.
[Nuestra palabra esparto está relacionada con las raíces citadas, que indican estiramiento].
[También existe el verbo qawáh, que significa estirar, esperar con confianza).
– La esperanza hebrea no conoce temor ni inseguridad; es ua noción de confianza plena.
– En hebreo bíblico batah es confiar, estar seguro, asegurar,
– y betali, seguro, confiado, sin peligro; sin miedo.
13- Una manera especial de extenderse es avanzar perforando algo,
– y así tenemos *spei(k), puntiagudo, que nos dará en inglés spik, clavo, y spike, eje,
– que se relacionan con el picar de los pájaros, woodpecker, magpie -un tipo de urraca.
– También: expresiones que significan aguijón, o espina:
– Espiga es lo que sobresale hacia arriba después de abrirse la semilla,
– y espigón, una construcción que avanza sobre el mar.
– Espetar es clavar en la punta del asador.
14- Otra derivación relevante es *sper, que significa esparcir.
– Se llamó a la actividad de esparcir la semilla con la misma raíz que encontramos en esperma.
– En griego encontramos sperma: semen, semilla, y spora: siembra, simiente, semilla.
– En prusiano antiguo, sembrar se dice semen.
– En griego spora, siembra y procreación, simiente, semilla, da en nuestra lengua espora
(célula separada de la planta, se divide hasta constituir un nuevo individuo)
– En germánico, sprut significa brote.
15- La expansión que implica SP puede ser proliferante y explosiva:
– como espuma, escupir, esputo, todos términos relacionados con raíces colaterales.
– Pertenecería a este grupo spel, brillar, y que aparece en esplendor, esplendidez.
– En inglés, spell, significa decir en voz alta, recitar y deletrear; también corresponde a hechizo.
– Spreg, speg, dan en inglés hablar y habla (speak, speech),
– y en holandés, spraak, que significa habla.
– El latín spec- significa ver (como lo vemos en espectáculo) y espía.
– En irlandés del Norte la palabra suil, (ojo) sea la misma que designa a la esperanza.
– En latín, spirare está relacionado con una onomatopeya central SP
(involucrado en aspirar, inspirar, respirar, suspirar y sobre todo en espíritu).
………………..
ETIMOLOGÍA DE LAS PASIONES – Ivonne Bordelois
Í N D I C E
Prólogo
1. Entrada en la materia
1. El lenguaje: ¿un nuevo oráculo?
2. La etimología como nueva hermenéutica
3. Un poco de historia
2. Las primeras pasiones
1. De la cólera en los tiempos del amor
* Eis
* Men
* Furor
* Werg
2. De la ira al sufrimiento: el linaje de la pasión
3- El amor
– Del amor en Roma y sus alrededores; raíces latinas del amor
– Una excursión onomatopéyica
– El amor griego. Intermedio platónico
– Love, Liebe: libido y alabanza en lenguas germánicas.
– Amor, onda germánica
– Deseo, concupiscencia y voluptuosidad
– Anatomía del placer
3. Las pasiones oscuras
1. Codicia y avaricia
2. La mirada de la envidia. Una digresión relevante
3. Celos
4. Tristeza
4- Las pasiones claras
1. Alegría
2. Felicidad
3. Esperanza
Epílogo
Agradecimientos
Bibliografía
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ETIMOLOGÍA DE LAS PASIONES – Ivonne Bordelois
PRÓLOGO
En el mundo de la palabra existen leyes y magias ineludibles. Una de ellas es el poder de enhebrarnos, a través del estudio etimológico, en esas genealogías que brillan en las cavernas del pasado como gotas deslizándose en las paredes de una gruta inacabable. Cada hilera de reflejos se bifurca en nuevas preguntas, nuevas galerías, nuevos reflejos, nuevas grutas. De una raíz se salta a otra y así va creciendo un bosque subterráneo de correspondencias y avenidas misteriosas.
Cuando volví al país, después de un periplo que duró más de treinta años de distancia, comenzamos a jugar con Miguel Mascialino, amigo de larga data, a estas exploraciones. A él lo acompañaba su familiaridad con las lenguas clásicas, semíticas y modernas, su experiencia de lecturas novedosas de la Biblia, su don hermenéutico para escrituras y acontecimientos. A mí me ayudaba mi incursión en la lingüística académica, pero mucho más mi inclinación por la poesía y mi indeclinable pasión por interrogar el cuerpo de la palabra. Los juegos fueron conduciendo a un seminario de etimología sugerido por Lucía Balmaceda de Mascialino, para el cual contamos con la hospitalidad de Goecro, lugar de trabajo del grupo de psicología social que ella conducía. El entusiasmo que se fue difundiendo desde este pequeño cenáculo nos condujo a organizar el material en formas más claras y estructuradas.
Aun cuando siempre Miguel Mascialino y yo reverenciamos la sabiduría ofrecida por la aventura etimológica en su totalidad, poco a poco se fue delineando más nítidamente la densidad y el interés de ciertas zonas específicas en el material que estábamos trabajando. También se volvió más patente su cualidad removedora y por momentos contestataria. La idea de un libro que presentara estas reflexiones a un público más vasto se abrió paso entonces de un modo natural, como una exigencia de crecimiento y de participación comunitaria. Encontramos en Leopoldo y Octavio Kulesz, editores de Libros del Zorzal, la escucha atenta que suelen dispensar a los proyectos que sacuden la modorra intelectual de estos tiempos. Y el libro se fue abriendo paso lentamente, porque no es fácil trasladar la ciencia fragmentada de los diccionarios y la erudición de los estudios etimológicos al estilo de reflexión inteligible y a la línea argumental que la novedad y la delicadeza de estos materiales sugieren.
Un cuerpo de lecturas muy vastas y enriquecedoras -Platón, Spinoza, Freud, Nietzsche entre muchos otros- nos fue acompañando por el camino. Si bien estas lecturas, y las reflexiones y discusiones que de ellas se siguieron, inspiran muchas de las páginas de este libro, son nuestras las afirmaciones e interpretaciones que hacemos en cuanto al sentido y la dirección del devenir etimológico de las palabras que estudiamos. Somos conscientes de que éste es un primer esfuerzo en una orientación extrañamente poco explora da hasta ahora, acerca de una materia extremadamente compleja; por lo tanto, esperamos transformaciones en muchas de las perspectivas que ofrecemos. Aun cuando Miguel Mascialino, por razones personales, ha preferido no aparecer formalmente como coautor de este libro, esta propuesta epistemológica nos incumbe -y nos arriesga- a ambos; por otra parte, el detalle de la organización del texto me pertenece, así como la redacción, en su totalidad.
Según J. M. Coetzee, “para poder remontar éticamente las aguas hasta el presente y hallar qué viejos sentidos continúan reverberando en el lenguaje actual, antes se debería aprender a escribir en aquellas palabras supuestamente perimidas. La tarea del narrador sería, entonces, la de desmontar, desde el propio corazón del idioma, los mitos sobre los que reposa toda cultura”. Este libro pretende ser una nueva narración acerca de las palabras-mitos que, como dioses lares indescifrables, subyacen en nuestra cultura Deconstruyéndolas y reconstruyéndolas quisiéramos, como Mallarmé, llegar a dar un sentido más puro a las palabras de la tribu.
Ivonne Bordelois / Miguel Masciai.ino
Buenos Aires, julio de 2006