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In memoriam Paco Gramage

Valencia 26 de junio de 2023

Palabras de Ximo García Roca en el despedida de Paco, ayer dilluns, 26 de junio de 2023. por la tarde. Para quien la necesite puede ver la traducción al català aquí

Bien amada familia, queridas amigas y amigos de Paco:

Cuando hace sólo dos meses, el cáncer se apoderó de las entrañas de Paco, secaron nuestras lágrimas. Y, al ver que ni las manos de los médicos, que se dedicaron con esfuerzo y a fondo, ni el cariño, la atención y el cuidado que le dio la familia en todo momento, podía detener la fuerza destructiva de la enfermedad, nos abriremos al gran silencio: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Un inmenso silencio que compartimos creyentes y no creyentes. El gran creyente y maestro, que fue Jesús el Galileo, acabó su vida también con esa angustiosa pregunta; “¿Por qué me has abandonado, Padre?

Quienes buscaban respuestas seguras, encontraron preguntas vitales. Y así, el movimiento de Jesús podía incluir a unos ya otros. Esa era también la fe de Paco, al pedirnos que en ese acto de despido todo fuera inclusivo, que se encontraran cómodas ya gusto personas de diferentes ideas y actitudes.

Os hablo desde la herida abierta en carne viva de quien desde los 10 años -70 años!- ha compartido la vida y la salud, el pan y la palabra, el luto y la fiesta con Paco. Y, hoy debo manifestaros una palabra de consuelo y de esperanza, cuando yo mismo las tengo mermadas, totalmente heridas.

Hemos visto cómo, en un breve tiempo, se iba destrozado una vida excepcional, y devastando un ilusionado proyecto de vida, lleno de compromisos, ánimos y corajes. Pero la última victoria de la muerte sería hacernos sentir derrotados y vencidos. Por eso, necesitamos recoger el testimonio de Paco, necesitamos que no se borren las huellas de su vida plena; una vida que ha abierto avenidas de amistad, y caminos de solidaridad, que no pueden ser tragadas por el suelo. La buena gente no se entierra, sino que sólo se siembra.

1.- Necesito decir, en primer lugar, que Paco ha convertido la vida en una convocatoria permanente de amistad. No había bastantes días a la semana para asistir a todos los grupos de amigos y círculos de compromiso. Hoy toca en Octubre, mañana Nihil Obstat, pasado mañana, la Tierra de Acogida, el Grupo del Sábado, otro día el seminario de la Universidad, el grupo de lectura y de debate, encontrarse y conversar con los amigos de Ontinyent y de Sollana, visitar a familiares y compañeros… Todo lo que tocaba lo convertía en proximidad. Y a todos los que se acercaban a él, les contagiaba su amistad.

Paco entendió que la vida que no se comparte, se pudre. Entendía la vida como un regalo y un servicio, como una donación y una responsabilidad, como creación de un “nosotros” colectivo frente a los individualismos propietarios y egoístas.

Por ello, a lo largo de su enfermedad repetía que “he vivido intensamente; me siento profundamente agraciado por mi familia, reconocido por los amigos, amado por muchos, feliz por la trayectoria de una vida plena… Naturalmente, me hubiera gustado ver crecer a Mireia ya Gerard, mis nietos, pero ellos lo comprenderán …

Nos ha dejado como herencia la seducción de la bondad. Hace unos meses, en el homenaje que le hicieron su familia y sus amigos, Paco nos explicó que su criterio último era la bondad, que la encontraba y veía en las manos cansadas por el trabajo, en las manos que acarician, en las manos que defienden un derecho, en las manos que salvan del naufragio a las personas inmigrantes, en las manos que, impotentes, no se cansan de luchar. Nos decía que son las personas corrientes y comunes las que llevan en sus corazones, el amor por todo lo vivo. Después de muchos años de vivir centrados en la Verdad y en el Bien absoluto, en cuyo nombre se hicieron barbaridades en las conciencias de las personas y en la vida común, llegaba la hora de la bondad. A lo largo de los 70 años de honda amistad, sólo le he conocido episodios de ira cuando veía manipulaciones de la conciencia y de la libertad por parte de famosos directores espirituales empeñados en querer someter espíritus de gente, en especial, la amada o próxima. Un enfado sólo comparable a la ira de Jesús frente a los mercaderes del templo. Ante otros episodios, le bastaba el humor de un panfleto. El humor fue Paco un arma de liberación.

Nos deja en herencia una forma de estar comprometido en la tarea educativa a favor de los que están peor situados, personalmente desmotivados, socialmente excluidos y familiarmente vulnerados. Esto le convirtió en experto en humanidad y en educador herido, en cuidador de fragilidades, y en buceador de oportunidades de vida.

2.- En segundo lugar, Paco nos deja como herencia una vida poseída por el ideal utópico. Yo no he subido a ninguna cima sin que Paco fuera delante. Era auténticamente un explorador de caminos nuevos; imaginaba y luchaba para que el poder que descarta y mata tuviera los días contados; imaginaba y combatía para que el machismo y el patriarcalismo fueran desterrado; imaginaba y luchaba porque el clericalismo, que sofoca el ideal igualitario hermandad dejara paso a una Iglesia evangélica. Nunca le vimos cansado ni derrotado sino que contagiaba ganas de ir adelante y convertía la caída en vuelo, y la decepción en una escalera.

Después de ayer, a última hora de la tarde, hablamos de lo que nos quedaba por hacer: cómo organizaríamos las conversaciones del Grupo cristiano del sábado, que él coordinaba, cómo defenderemos a las personas inmigrantes en este tiempo de hostilidad, cómo y cuándo haríamos el viaje para celebrar nuestro octavo aniversario.

Paco tenía un sentido especial para percibir en qué tipo de educación, organización social, política e Iglesia peligra la dignidad. Todo ello le llevaba al compromiso cívico y político en defensa de lo público.

3.- Quisiera, finalmente, referirme a su capacidad de soñar con otra Iglesia posible, más evangélica. Este compromiso e ideal le hicieron ser pionero, estar, críticamente, en la vanguardia y ser un convencido de la necesidad perentoria de una profunda renovación eclesial con “gusto y sabor de fraternidad”, como insinúa Francisco. Tan convencido estaba de la necesaria transformación de la Iglesia que me sugirió, horas antes de faltar, que en esta sala no encontraba condiciones para celebrar hoy la eucaristía como memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Le deseaba que se celebre su traspaso en las pequeñas comunidades que él promovió oa las que perteneció, cada una a su estilo y según sus ideas y sensibilidades.

Paco, amigas y amigos, a lo largo de su vida, fue obrero con los obreros, futbolista con los jóvenes, intelectual con los intelectuales, creyente con los auténticos creyentes y -permítanme- agnóstico con los auténticos agnósticos , casado con los casados; padre con los padres, y de esta forma se distanció de las prácticas que ni eran realmente cristianas ni eran significativas para nuestro tiempo. Al contrario, se agarraba al cariño y me repetía con gran convicción y contundencia que su mayor bendición era Charo, Andreu y Carlos, Ester y Emma, Mireia y Gerard. Y en ese momento tan cercano a su partida, con una inmensa alegría, me leyó una nota, un wassap de su hijo Andrés que decía: “Padre eras tú quien ha sido la mayor bendición de nuestras vidas”.

Ayer, en ese especial momento, consciente de que emprendía un largo viaje nos ofreceremos una bendición uno al otro, mutuamente. “Antes de bendecirte yo -le dije-, eras tú quien me bendecirás a mí ya todas y todos los que te quieren”. Le pedí una bendición para que los cansados recuperemos la energía del camino, porque los decepcionados nos reanimamos en la lucha, porque los tristes nos contagiamos de su humor y alegría, porque siempre se encuentran en nuestros corazones para ir más lejos. Como decía el poeta:

“Más lejos, debe ir más lejos
de los árboles caídos que ahora os encarcelan,
y cuando los haya ganado
tengan presente no detenerse.

Más lejos, siempre vaya más lejos,
más lejos del hoy que ahora te encadena.
Y cuando se libren
vuelva a empezar los nuevos pasos.

Más lejos, siempre mucho más lejos,
más lejos del mañana que ahora ya se avecina.
Y cuando cree que llega,
sepa encontrar nuevos senderos.

Llene redes de queridas estrellas…
el amor llena su cuerpo generoso”,