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El Proyecto de Jesús, madurando en el tiempo, 4

 DE MARCOS A JUAN

 1. La Gran Novedad

La noticia acerca de una sociedad que hubiera erradicado la pobreza entre los suyos de una vez y para siempre ocuparía la portada de todos los medios de comunicación. Conocer que lo había conseguido tras abandonar el orden injusto y establecer una nueva organización social en base a tres coordenadas fundamentales: libertad, justicia e igualdad causaría un asombro generalizado. Y dejaría fascinado a medio mundo el saber del florecimiento de una nueva cultura que hubiera sustituido los valores tenidos por inamovibles: ‘tener’, ‘subir’ y ‘mandar’ por los de: ‘compartir’, ‘nivelar’ y ‘servir’. Los integrantes de esa hipotética sociedad habrían conseguido dar prioridad a la Vida e instalar a las personas en el lugar más destacado, el sitio que les corresponde. Tan inédito acontecimiento sería declarado sin duda como el más sobresaliente en la historia de las civilizaciones. Tal vez podría llamársele: La Gran Novedad.

Así entendió Marcos el proyecto iniciado por Jesús el Galileo, al que denominó con la expresión: La Buena Noticia (εὐαγγέλιον; transliterado: eu-aggelion). Con ella dio título a su obra:

“Comienzo de la Buena Noticia…” (Mc 1,1).

La Buena Noticia se demostró por su realidad, la de una sociedad que erradicó la pobreza y no daba cabida al desprecio ni la exclusión. Pero generó dudas. Ante las del Bautista, el Galileo no se anduvo con teorías, especulaciones o promesas para el mañana. Antes bien, presentó a sus emisarios la evidencia incuestionable de los hechos:

“Id a contarle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: Ciegos ven y cojos andan, leprosos quedan limpios y sordos oyen, muertos resucitan y pobres reciben la Buena Noticia” (Mt 11,4-5).

 

  • 2. El artículo determinado plural ‘los’ distorsiona el sentido

La mayoría de las traducciones enuncian cada uno de estos grupos humanos precedidos del artículo determinado plural: ‘los’. Hay que reconocer que de ese modo el texto queda y suena más bonito, aunque ¡bastante distorsionado y engañoso! En el original griego ¡no hay ni un solo artículo! No habla de los ciegos, los cojos, los leprosos, los sordos, los muertos y los pobres, sino de excluidos que han optado por una sociedad sin muros de desigualdad y con puertas abiertas de par en par a la vida. La liberación se constata; no se reduce a enunciados. La liberación o se ejecuta y se despliega en hechos comprobables o no lo es. Se percibe en las propias carnes. Requiere la decisión de sacudirse el orden opresivo y sentir como alcanza hasta los huesos el disfrute de una vida en libertad.

El texto deja claro sobre todo que la Buena Noticia no anuncia una sociedad caracterizada por prestar ayuda a los pobres. Proclama la alternativa social donde los pobres dejan de serlo y acceden a tener una vida digna de llamarse vida. Porque en el orden establecido, la fábrica que hace pobres, la Vida brilla por su ausencia; en el proyecto del Galileo, resplandece.

El cuarto evangelio, salido de la experiencia de una comunidad de adheridos a dicha alternativa, reflexiona sobre ella y pone en boca del Galileo lo que ese colectivo humano comprobó por sí mismo:

“…el que me sigue no caminará en la tiniebla, tendrá LA LUZ DE LA VIDA” (Jn 8,12b).

Con ese nombre transliterado del griego: Evangelio (Buena Noticia) elegido por Marcos se conocen también los textos escritos más tarde atribuidos a Mateo, Lucas y Juan. Basta una lectura superficial de esos cuatro evangelios para comprobar que existen diferencias entre ellos; en especial entre los tres primeros y el último. El pionero fue Marcos. Es también el más corto. Una vez consolidado debido a su aceptación y expansión por diversas comunidades, fue recogido como fuente principal por Mateo y Lucas. Los tres, por tanto, guardan entre sí un fuerte paralelismo. Son la pedagogía de una praxis, la del Galileo, descrita en un formato, lenguaje y estilo adaptados a diferentes destinatarios. El cuarto evangelio muestra, en cambio, la profunda reflexión de una comunidad en torno a esa praxis.

 

  • 3. El personaje de “Lector”

Aunque con pequeñas y grandes diferencias entre ellos, los autores de los cuatro evangelios no pretendieron al escribirlos que fueran leídos por muchos, sino que muchos LOS ESCUCHARAN atendiendo a las explicaciones del encargado de leerlos en voz alta a la asamblea. Marcos no tuvo inconveniente en asomar la cabeza como narrador para dirigir un serio aviso a ese importante personaje: el Lector (Ver en Atrio: https://www.atrio.org/2011/11/excelentisimo-teofilo/).

“Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo -TÉNGALO PRESENTE EL LECTOR…” (Mc 13,14).

Resultaba imposible que los integrantes de la asamblea pudieran leer el texto. Primero, porque solo se contaba con un ejemplar y segundo, porque la inmensa mayoría de ellos no sabía leer ni escribir. En ese bloque de analfabetos se incluían también Pedro y Juan:

“Observando la valentía de PEDRO Y JUAN y notando que ERAN HOMBRES SIN LETRAS NI INSTRUCCIÓN…” (Hech 4,13).

Los evangelios requerían ¡y requieren!, por tanto, ser explicados con detalle. No saber leer ni escribir no impedía la comprensión de la enseñanza. La tarea de ayudar a entender el mensaje contenido en el texto competía al Lector. Su esfuerzo se concentraba en descubrir a los integrantes de la asamblea la lógica del Proyecto de sociedad alternativa. El razonamiento resulta una ayuda imprescindible para la libertad. El Proyecto nada tiene que ver con la imposición o el engaño. Evitar la explicación o disfrazarla haciendo uso de la literalidad como argumento último e indiscutible, además de ser un recurso inconsistente, resulta una burla y un desprecio al interlocutor, así como un ataque al sentido que los autores de los evangelios quisieron transmitir con sus relatos.

La aceptación de dogmas, principios, nociones misteriosas o inabordables por la razón se sitúa en las antípodas de la función del Lector y del propósito de los evangelistas. Uno y otros quisieron mostrar a las claras las consecuencias de permanecer bajo el dominio del orden establecido y el resultado feliz para la vida de dar un paso decidido hacia la sociedad alternativa. El sistema garantiza esclavitud y muerte. La Buena Noticia ofrece libertad y vida. El evangelio de Juan hablará en un caso de “Tiniebla”; en el otro, el referido al Proyecto del Galileo, de “Luz”. La Tiniebla oculta la salida y genera cadáveres andantes; la luz alumbra el camino e invita a vivir.

 

  • 4. La “fe” como “adhesión sin reservas”

Para hablar de la respuesta positiva al Proyecto anunciado por la Buena Noticia, Marcos y los otros dos sinópticos utilizan el término: “fe” (πίστις). Ahora bien, la fe para ellos no es un asentimiento respecto a ideas, principios, voluntades o reconocimiento de seres de existencia indemostrable. Lejos de tal pensamiento generalizado, la fe significa el acercamiento real, la aceptación y la adhesión sin reservas al Proyecto del Galileo (ver en Atrio los artículos: https://www.atrio.org/2011/03/cinco-fotografias-de-la-fe-1/; https://www.atrio.org/2011/03/cinco-fotografias-de-la-fe-2/; https://www.atrio.org/2011/03/cinco-fotografias-de-la-fe-y-3/).

La fe no consiste en profesar unas ideas o creencias. Tener fe se identifica con aceptar una manera de vivir. Lejos de ser algo pasivo, la fe responde a una dinámica decidida a superar lo establecido asumiendo los riesgos extremos que provoca su trasgresión. Un caso modelo es el del relato de la mujer que se desangraba (Mc 5,24b-34;https://www.atrio.org/2012/10/leyendo-a-marcos-19/ y https://www.atrio.org/2012/10/leyendo-a-marcos-20/).

Lo contrario a la fe no se identifica como ateísmo, irreligiosidad o agnosticismo. Su opuesto es lo que la mujer logró superar: el miedo que provoca la parálisis.

El cuarto evangelio prescinde del uso del término griego πίστις (‘fe’). Utiliza, en cambio, el verbo (πιστεύω). Este verbo griego, que Juan emplea en casi cien ocasiones, tiene siempre una significación dinámica. Indica una adhesión firme. Es corriente y erróneo su uso en nuestras lenguas traducido por ‘creer’ y acompañado de la preposición ‘en’ que le confiere un sentido estático: ‘Creer en’. Juan, por el contrario, asocia el verbo a otra preposición (εἰς; transliterado: eis) con significación activa. Esta preposición no implica quietud, sino movimiento ‘hacia’. Y exige traducir, precedida del verbo πιστεύω, no por ‘creer en’, sino por: ‘adherirse a’.

Sirva como ejemplo la lectura de Jn 1,12 en algunas traducciones en comparación con la de Juan Mateos:

  • “Más a cuantos le recibieron dioles poder de venir a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre” (Nácar-Colunga).
  • “Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Biblia de Jerusalén).
  • “En cambio, a cuantos la han aceptado, los ha hecho capaces de hacerse hijos de Dios: a esos que mantienen LA ADHESIÓN A su persona” (Juan Mateos).

El Galileo proclamó la Buena Noticia anunciando la posibilidad de salida desde la Tiniebla a la Luz. Su Proyecto obvió la resignación, libró de la debilidad crónica y puso la Vida al alcance de la mano. Bastaba solo dar adhesión a su Proyecto:

 

  • 5. El “Logos” como “Mensaje” y “Proyecto”

Bien para referirse a la exposición de la Buena Noticia o bien para dar cuenta de su inicio, su desarrollo y sus efectos, Marcos utilizó un mismo término griego: (λόγος; transliterado: logos). En un caso, logos se traduce por ‘mensaje’; en otro, por ‘proyecto’. Mensaje y proyecto expresan dos caras de la misma realidad. ‘Mensaje’ alude siempre al Proyecto. Se trata del Logos expresado. ‘Proyecto’ supone y sugiere una exposición y explicación previa (‘Mensaje’). Pero ‘Proyecto’ indica un avance, es el Logos en sus distintas fases de realización

El término Logos aparece por primera vez en Mc 1,45. Se pone en boca de un excluido de la sociedad, un leproso. Al comprobar este que tiene las puertas abiertas en el Proyecto del Galileo, percibe los efectos de la libertad, exhibe su alegría y se lanza desaforado a proclamar el mensaje (logos):

“…al salir, se puso a proclamar y a divulgar EL MENSAJE a más y mejor…”.

Marcos repite el término Logos referido a la Buena Noticia de la sociedad alternativa, llamada por los evangelistas “el reinado de Dios” hasta en nueve ocasiones en el relato de las parábolas. A veces con el doble significado de ‘mensaje’ y ‘proyecto’. El mensaje se esparce como en una siembra en la que, aunque algunas semillas caen en terrenos inapropiados, el grueso se reparte en buena tierra, que las acoge logrando una excelente cosecha (Mc 4,3-9). Los esfuerzos son innecesarios; basta aceptar ese mensaje para que el Proyecto arraigue y se desarrolle. Ese Proyecto es connatural al ser humano. Están hechos el uno para el otro (Mc 4,26-29). El Proyecto se inicia con una apariencia insignificante, aunque esconde una enorme potencialidad. Una vez logrado su desarrollo se mostrará como una sociedad atrayente por su apertura y disponibilidad para dar asilo y carta de ciudadanía a todo demandante de libertad y de vida (Mc 4,30-33).

 

  • 6. Juan o los tres avances del Logos: pensado, expresado y realizado

El evangelio de Juan abre su reflexión concediendo al Logos todo el protagonismo. Los cuatro primeros versos están dedicados a marcar sus conclusiones respecto al Proyecto. El Proyecto (Logos) aparece como sujeto en esas cuatro líneas. Si Marcos enseñó dos caras del Proyecto: El Logos expresado (Mensaje) y el logos en su desarrollo (Proyecto), el autor del cuarto evangelio avanzará un paso más y presentará tres aspectos de ese proyecto: El Logos pensado, el Logos expresado y el Logos realizado hasta su culminación.

Merecerá la pena escuchar con mucha atención esas palabras del prólogo del evangelio de Juan.

33 comentarios

  • carmen

    Pues creía que estos artículos eran esclarecedores, pero se está liando la cosa de tal manera que vuelvo a no entender nada.

    Creo que estas cosas no son para una cabeza sencilla como la mía. Esto de los evangelios y tal no están escritos para gente como yo. Están escritos para personas con una profundidad intelectual de la que carezco.

    La realidad es que estamos cada uno abandonados a nuestra suerte. Eso es lo es.

    Pues bueno.

    Seguiré con mi Jesús imaginario. Es el mejor de todos, al menos para mí. Cada vez tengo más claro que es imaginario. Pero es el mío. Si, si, si…soy muy cabezoooona. Pero…es el mío.

     

  • M. Luisa

    Esta pregunta ¿A quién se adhiere Jesús? También me ha hecho detener la lectura al retomarla esta   mañana y…

    ¿Cómo no va a tratarse, pienso también para mí,  de una experiencia? De esta experiencia documentada de la que nos habla  Salvador  una vez  hecha, dice, su correspondiente criba  y análisis. Sí, totalmente de acuerdo, pero  puede tratarse también   de la propia   experiencia personal. Son dos vías  coincidentes pero distintas. La filológica y la filosófica. A mí, ahora, me encanta explorar en la primera por la luz que proyecta  sobre aquellas dudas  que acerca del conocimiento  filosófico  pueden haber quedado en suspensión.

    Por ejemplo, Salvador, después de releer tus   explicaciones respecto a la pregunta de  José Ignacio ¿A quién se adhiere Jesús? Me han hecho pensar, ya me dirás si voy errada,  de si no podría ser tal vez  el término  adherir sinónimo de sentir, o mejor, sentir,  sería, pienso, como  anterior a toda adherencia. Pasaría  como  en la distinción entre cohesión y coherencia,  que en la primera expresión  implica a la persona por entero, mientras que en la segunda parece como si sólo operase la cabeza. Es decir, un caso sólo de conciencia.

    Como tal, ¿no sería la adherencia la forma de estar  presente en el AT en cuanto a la idea que se tenía de Dios?  En cambio en el seguimiento a Jesús, se trata de un  seguimiento físico y leal  a una persona donde todavía no se asienta ninguna creencia.

    La fe, la confianza  ha  de surgir necesariamente  no de una idea sino del propio pisar la realidad en la que se está (antes y ahora)  y hacerla actual  en el ser mismo de las cosas  que van siendo en la praxis cada vez más humanas.

    Bien, Salvador si tienes un momento ya me dirás si en mi reflexión voy bien o mal encaminada.

    Un abrazo

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola María Luisa

      La adhesión referida en los evangelios es una entrega total a un proyecto a realizar entre humanos. Como todo lo humano conlleva, aunque con altibajos, sentimientos, crecimiento, seguridad, emociones, confianza… Se trata de una realidad social en progreso que se presenta, caracterizada por el amor leal, como vía alternativa a esa otra realidad impuesta por los Grandes y los Fuertes donde solo brilla el dios metálico.

      En la mentalidad del NT, lo que nosotros denominamos físico va por delante. El término ‘espíritu’ en los evangelios no se entiende como opuesto a ‘materia’. El ser humano es una unidad. No está formado por partes. El Proyecto no es cuestión teórica ni etérea, escondido en la interioridad de cada cual. Eso no es un proyecto, sino una burla. El Proyecto está ahí pars aceptarlo o no, pero su realización es práctica para que pueda contemplarse desde fuera. No es un Proyecto para ensimismarse cada uno; ha sido ppensado para toda la humanidad.

      Un abrazo

      • M. Luisa

        No, si yo por físico, Salvador, no entiendo sólo la materia, todo lo contrario entiendo por físico aquel acto humano psicofísico ejecutado unitariamente. En Atrio nunca he sido sospechosa de dejarme llevar por el dualismo, es algo que vengo rebatiendo con insistencia.

        Efectivamente, como tú dices, en la mentalidad del NT, lo físico va por delante. Ahora bien, no siempre se hace esta interpretación. La prueba de ello se percibe y no ocasionalmente aquí mismo en Atrio. La herencia misma que arrastra la filosofía de la sustancia ha servido para perpetrar ese dualismo entre cuerpo y alma de tan difícil desarraigo mental.

        Con todo, en adelante me exigiré a mi misma respetar tu tiempo y tu descanso, por esto quiero decirte que no te preocupes en responderme si ves que me desvío un poco de tu ámbito. Por mi parte seguiré leyéndote y gozando de tus lecturas.

        Un abrazo

        • Salvador Santos Pacheco

          No he visto dualismo en tus afirmaciones, M. Luisa. He hablado de la no oposición entre los términos ‘espíritu’ y ‘materia’ en el NT porque tu escrito era ocasión excelente para aclarar esa idea equivocada. El tema es muy importante para evitar confusiones y se aborda en alguno de los artículos por publicar.

          El diálogo no me cansa. Me alegra poder usar mi tiempo para dialogar contigo. Gracias por esa oportunidad, M. Luisa

  • carmen

    Es que la idea de Dios de Jesús es imposible que sea la de una persona del siglo XXI. Imposible. Desde luego, la mía no lo es. Y me costó sudor y lágrimas entender muchas cosas. Porque no tenía acceso a este tipo de textos.

    Y Jesús, lo único que , para mí, para mí cabeza, la mía, dijo fue: si no te gusta lo que ves, levántate y anda.

    Nunca dijo que fuese fácil. Nunca dijo va a ser todo estupendo. Y a ver, sabía lo que se jugaba y apostó. Ya sabemos cómo acabó.

    Pero si se trata de no discrepar de su palabra, por muy reales que fuesen, seguimos en las mismas, sustituyendo unas por otras. No podemos pensar igual. O sea. No sé cómo decir.Imposible Dos mil años nos separan.

    Si él viviese en este momento, tampoco pensaría como hace dos mil años.

    De verdad después de leer algo sobre la segunda guerra mundial, o sobre la guerra de Irak, o sobre la de Afganistán podemos pensar que el ser humano  tiene una parte buena que prima siempre sobre  la mala? No sé yo…Por supuesto que tenemos una parte bondadosa. Esa es la que hay que potenciar.

    Y no te quedes lamentándote. Levántate y anda. Y si te caes, te vuelves a levantar. Pero no lloriquees. Si no te gusta la realidad, intenta influir sobre ella. En la medida de tus posibilidades. Y olvídate de la violencia de todo tipo. O sea. Descartada. Ese es para mí el legado de Jesús. Porque la regla de oro, viene de antes.

    Y sencillamente eso trato de hacer. Cómo? Pues hablando muy muy muy claro, para que se me entienda. Lo oscuro lo dejo a los sabios, para que los atiendan.

    Es mi manera de andar.

    Otros tienen otra que lleva mucho más lejos. Pero, como dijo el señor Revuelta, esta es la mía.

    Claro. Para mí Dios es una cosa y Jesús es otra.

    El que piense eso de Dios uno y Trino, pues no creo que  pueda entenderme .

    Y tan amigos.

    Al menos por mi parte .

     

  • oscar varela

    Hola!

    Vuelvo a leer en la respuesta de Salvador a José Ignacio:

     – “Si las promesas eran ciertas, el camino era ponerlas en marcha. La reforma no daría resultado. Y pensó en iniciar con un grupo de personas ese futuro del que todos hablaban (¡y siguen hablando!). Y pensó que Dios estaba de su parte. La imagen que se forjó de él se distanció de la reflejada por el AT. E imaginó que Dios se caracterizaba por su oposición radical al orden injusto que imperaba en su tiempo. No podía ser sino el que se distinguía por un Amor Leal, el que con esplendidez regalaba lo más valioso y el valor más característico de la divinidad: la Vida. E imaginó al Padre que nunca tuvo.”

    ……………….

    Pero ahora para resaltar esto:

    -“Y pensó que Dios estaba de su parte”-

    Ok! Lo acepto. Es una comprensión factible.

     

    Me pregunto ¿cuán permanente?

    Estimo que ha durado.

     

    No es mi caso, aunque lo hube pasado

    (o precisamente por eso)

    Soy del “barrio” donde se dicen estas cosas

    (¿me cansaré alguna vez de reiterarlas en Atrio?)

     

     

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola Oscar

      Respecto a la cuestión que te planteas: “¿cuán permanente?” sobre la afirmación: “y pensó que Dios estaba de su parte” considero que nada hay más fiable y permanente que el Amor Leal. Nunca se echa atrás; ni siquiera vacila o se tambalea. Genera total confianza y entre quienes disfrutan de de él no cabe el sometimiento ni la injusticia; resulta inimaginable que pueda ser pasajero. Diría, incluso, que es ingrediente esencial para que el desarrollo humano alcance su plenitud.

      Un abrazo

    • mª pilar

      Gracias Oscar, hermoso Tango.
      Un abrazo entrañable.

  • ana rodrigo

    José Ignacio, dices: ese proyecto de Jesús no es tan connatural al ser humano real, histórico, situado como lo veis vosotros”, yo sigo pensando que la semilla, como, en la parábola, está ahí o como la que depende de en qué clase de terreno caiga. Esa es la grandeza de Jesús, que consiguió que esa semilla creciera y diera frutos en abundancia, mientras que nosotr@s hacemos lo que podemos pero…, como que no lo conseguimos en plenitud como él lo consiguió. Pero el proyecto vital está ahí, en la meta.

  • ana rodrigo

    José Ignacio, qué buenas preguntas te haces (nos hacemos) y qué difíciles respuestas. Las respuestas de Salvador o las que nos podamos dar cada cual, van en la línea de la más y mejor y mayor humanización de Jesús. Dice Salvador: La certeza de Jesús sobre Dios nació de su experiencia”, Jesús se fue haciendo sobre la propia vida, caminando por ella con una perspectiva diferente al Dios de su pueblo, un Dios muy local, el Dios de Israel y para Israel. Él rompió amarras con nuevos planteamientos a los que llegó desde lo más profundo de un ser humano excepcional.

    Repito el texto de Salvador que copié el otro día en mi primer comentario: “Ese Proyecto es connatural al ser humano. Están hechos el uno para el otro (Mc 4,26-29).Una vez logrado su desarrollo se mostrará como una sociedad atrayente por su apertura ydisponibilidad para dar asilo y carta de ciudadanía a todo demandante delibertad y de vida“. 

    Cuando queremos descubrir a Dios en la trascendencia, es como echar a volar sin tener alas.

     

     

     

    • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

      Gracias, Ana, esto es lo que busco que salga. Yo doy un paso y digo que la conciencia peculiar de Jesús sobre su Dios-Padre-Misericordia proviene de la vida muy particular que vive y, en primer lugar, de la conmoción interna que le provoca la cercanía a “los despreciados y sin valor” del mundo; se me ha metido en la cabeza, es un decir, que esas no-vidas le llevan a la conciencia de quién y cómo Dios puede ser Noticia Buena para ellos. Entiendo que el Dios aprendido en la religión no lo era. Yo a ese lugar vital le doy valor casi determinante, en él y en cualquiera de nosotros. Siempre. Y lo llamo el verdadero Bautismo de Jesús en su mesianismo desconcertante. De no haber tenido esa experiencia, prima facie, su evangelio no sería el que es.

      Y luego, soy más pesimista en mi concepto antropológico que vosotros; es decir, ese proyecto de Jesús no es tan connatural al ser humano real, histórico, situado como lo veis vosotros. Creo que el ser humano es más ambivalente en sus instintos éticos hacia el bien y mal, que las estructuras de pecado no vienen solas, ni una vez mejoradas nos atrapan hacia el bien como por connaturalidad sobrevenida. Por eso los más necesitados y débiles en lo que sea, en algo lo somos todos, con cierta facilidad nos volvemos perdonados que no perdonan, ayudados que no comparten, escuchados que no oyen… cuando cambian las tornas o el precio es alto y en serio.

      Insisto en que ese pesimismo antropológico no me aparta del camino de Jesús, es una manera de verlo que me parece “más ajustada a lo real”. Pero bueno, hasta aquí llego. Un abrazo.

      • Salvador Santos Pacheco

        Hola José Ignacio

        Tras la afirmación de que el proyecto es connatural al ser humano escribí una cita de Marcos. Es una parábola y la afirmación sale de su explicación. Puedes leer esa explicación de la parábola en https://www.atrio.org/2012/08/leyendo-a-marcos-10/.

        El tema es importante y está relacionado con los dos primeros versos del Prólogo de Juan que se explican en el próximo artículo.

        Un abrazo

        • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

          Mil gracias Salvador por la respuesta, y a Ana por destacar ese texto y su cita. He leído con mucho gusto y empatía el post al que me remites, y a ella. Y sí, es verdad, no comparto lo de “connatural al ser humano” porque tengo un idea más “trabada del ser humano desde dentro y desde fuera de sí, en lo personal y en lo social, más trabada que lo que Jesús reconocía”, (perdón y perdón), por eso que lo de “connatural” yo lo asumo con muchos condicionamientos si es del ser humano en general y en situación. Lo reconozco. Creo que te he entendido y así comparto la propuesta de Jesús, pero creo que nosotros conocemos mejor los condicionamientos de la semilla al germinar cuando nos referimos al sujeto ético que es el ser humano; que no es semilla-“cosa”. Creo. A lo mejor, también, es que no sé valorar en toda su profundidad esa exégesis, la llamo así, que nos propones. Digo en toda su profundidad, pues en lo sustantivo me “llega” a fondo y agradezco. Un abrazo.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Leo en la respuesta de Salvador a José Ignacio:
     
    – “Si las promesas eran ciertas, el camino era ponerlas en marcha. La reforma no daría resultado. Y pensó en iniciar con un grupo de personas ese futuro del que todos hablaban (¡y siguen hablando!). Y pensó que Dios estaba de su parte. La imagen que se forjó de él se distanció de la reflejada por el AT. E imaginó que Dios se caracterizaba por su oposición radical al orden injusto que imperaba en su tiempo. No podía ser sino el que se distinguía por un Amor Leal, el que con esplendidez regalaba lo más valioso y el valor más característico de la divinidad: la Vida. E imaginó al Padre que nunca tuvo.”
    …………………………..

    Me parece significativo de ALGO
    lo que resalté (yo) en “negrita”.
     
    Entonces me pregunto:
    -Significativo ¿DE QUÉ?

    • oscar varela

      Retomo lo dicho y digo:

      1) ¿Por qué me pareció “significativo”?

      1.a) porque es poco frecuente en Salvador el uso del “entre-paréntesis”
      1.b) porque ese “entre-paréntesis” apunta a un alerta “admirativo” (¡!).
      1.c) porque el tal (¿exabrupto?) es consecuente
      – con su otrora declaración de “atenerse” a las cosas y tiempos del NT.

      2) Atento a esa mirada (del pasado al presente), pregunto:
      (dentro del mismo texto)
      – ¿Puede ser que en el lapso temporal de 2.000 años
      no haya habido algún cambio de monta entre:
      – Lo que pensaba Jesús de Dios, y
      – Lo que pensamos nosotros?

    • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

      En cuanto a la última pregunta, si hablamos de un planteamiento filosófico sobre la posibilidad misma de un Dios (muchos cambios desde Jesús); si hablamos de la identidad última del Dios que sea, quien fuere, no: el mismo Amor para dar Vida; si hablamos del conocimiento que hoy tenemos de la sicología humana y de los condicionamiento sociales de la Vida digna para todos, bastantes cambios. Muchos. De ahí mi reclamo de la política como necesidad humana y, a la vez, siempre y solo “a la medida humana”. A la medida humana (su ética) y a la medida humana (su alcance, ritmos, logros y repeticiones). Creo. Un saludo cordial,

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola Oscar

      En relación con lo afirmado en el artículo: “…ese futuro del que todos hablaban (¡y siguen hablando!)”, te preguntas por la significación de la expresión admirativa entre paréntesis.

      Respondo con brevedad: El pueblo llevaba siglos cargado de miserias, hambre, sometimiento e injusticias. Pusieron todas sus esperanzas en una futura intervención de Dios. Jesús puso en marcha ese futuro tan anhelado. Quienes todavía siguen esperando ese futuro no han caído en la cuenta de que el futuro ya fue iniciado. No se trataría de seguir hablando del futuro por venir, sino promover su avance del futuro que tenemos entre las manos. Dar apretones al pedal del acelerador con el vehículo en punto muerto solo provoca ruido y contaminación. Hay que mover la palanca de cambios, poner una marcha y empezar el avance.

      Abrazo

      • oscar varela

        Ok!, gracias! aclarado!

        La “comparancia-metáfora-parabolita” de la “marcha”
        me parece buena …
        … bajo la condición previa de que:
        ESTÁ EN NOSOTROS
        – no solo “manejar” la marcha, sino también y principal
        – el “combustible” + el “comburente” + la “mecánica” (motor).
        Por eso es que se habla de AUTO-movil.
        (recordemos que VIDA es AUTO-movil (motio sui).
        ……………..

        Estas cuestiones ya las planteó Alberto Revuelta
        cuando se preguntaba (ya tenía “su” respuesta)
        sobre “de dónde” salía la fuerza-decisión de la hemorroisa.

        También Juan Ignacio va a negar la “AUTO” movilidad;
        lo que me hace pensar que se habla de
        una “naturalidad” + ó -, de 2° Orden, recibida, dependiente ..
        para nada de AUTO-NOMÍA.
        ……………………

        Reitero que pareciera como que en 2000 años
        de ensayos de humanidad no hubiera ocurrido nada importante
        a la Vida.

        ¡Extraño!

  • Santiago

    La “adhesión” de Jesús es a Abbá, el Padre, por el que hizo todas las cosas. Su Voluntad fue y ES la del Padre.

    La “adherencia” nuestra a El es a Su Palabra:

    ”Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios; arrepentíos y creed en el Evangelio” (Marcos 1:15)

    Marcos hacia los 40 recogía el “eco” de los testigos que predicaban activamente de viva voz. Y hoy más que nunca estamos cerca del Reino..

    Puesto como dijo el escriba:

    ”Muy bien Maestro con verdad dijiste  que “Uno es, y no hay otro fuera de Él y “el amarle con todo el corazón y con toda la inteligencia y con toda la fuerza” y “el amar al prójimo como a si mismo” vale más que todos los holocaustos y sacrificios” . Por eso Jesús le responde: “No andas lejos del Reino de Dios” (Marcos 12:28-34)

    Guardar los Mandamientos por amor a Dios es lo que quiere decir tener FE en El. Y eso es lo que significa acercarse a Su Reino.

    Saludos cordiales

    Santiago Hernández

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

                El necio preguntando lo tiene más fácil que el sabio respondiendo, pero dos apuntes: Y ¿a quién SE ADHIERE Jesús? Esta es mi pregunta, la que me hago a menudo. O ¿no se adhiere a nadie? ¿A sí mismo? ¿A su proyecto alternativo? ¿A la gente quebrada? ¿A quién? ¿Por qué?
     
                Algunos en ética decimos que sin conmoción de entrañas por el sufrimiento de los más ignorados y pobres, la que nos rompe por dentro (¡no hay derecho!) y nos moviliza (¡en pie, hagamos lo que necesitaríamos de estar en su lugar y vivamos de otro modo!), la vida buena no arranca. Creo que en Jesús la experiencia entre la gente de tanta vida maltrecha y perdida, sobre todo entre los más necesitados y desvalidos, provoca el giro sustantivo a su existencia, en su decir y hacer, y en su creer, “soy así porque Dios es así”. Luego, ¿a quién se adhiere él?

                No se trata de un primero y segundo, de una relación de causa y consecuencia, sino de un proceso envolvente y natural a todo ser humano que recorre algo parecido a la vida de Jesús: familia, educación, crecimiento, conocimiento, rupturas interiores, conmoción, implicación, renovación de la fe como adhesión, o desplazamiento de esta porque ya no le se ve su lugar vital. ¿A quién se adhiere Jesús en ese proceso vital? Y siempre pienso en Padre nuestro… Así lo veo yo.

                Y una observación secundaria pero que me atrapa. La vida buena de la comunidad alternativa (muchas, las más posibles) -nótese cómo me cuesta hablar de sociedad global alternativa- está hecha de hombres y mujeres capaces y necesitados connaturalmente del bien, pero también del mal; todos; pero en muchos casos, insertos estos hombres y mujeres en unas estructuras que les dan tal poder sobre los demás y lujo de vida material, que bajo ningún concepto se quieren avenir a un acuerdo de sociedad alternativa que los sume “cambiando”. La confrontación de clases existe, la hemos controlado con formas “pactadas y semipácificas” de resolver sus desencuentros más agudos, pero mucha gente, mucha, mucha, mucha… antes haría o consentiría barbaridades que permitir una sociedad alternativa que los cuestione y reclame cambiar por dentro y por fuera.

                Con esto no niego la lucha personal y social por el bien y su potencial humanizador, y a ella me sumo y “predico”, pero si me dicen, “venga, que todo el mundo es bueno en el fondo”, digo, no, “bueno y malo a la vez”, como yo; pero en la realidad cotidiana, en muchos casos, embarcados de forma diversa en estructuras de propiedad, de nivel de vida y consumo, de ideologías sociales que las legitiman, de actitudes supremacistas, de costumbres hechas necesidad, etc., por las que permitirían la muerte de media humanidad (lejos) si fuese necesario, y casi lo es, para defender su posición (guerras, hambre, emergencia climática, pandemias, trampas financieras, deuda externa, producciones insostenibles, trata de mujeres y niños, falsificaciones farmacéuticas…).

                Con la dureza de la realidad, así descrita o con más benignidad, pero la dureza de la realidad al cabo, hay que contar para vivir socialmente en un proceso lleno de esperanza (adhesión a Jesús y al ser humano capaz y necesitado de lo mejor) y de realismo (todos tenemos un punto de egoísmo malicioso, a la vez, pero, repito, muchos grupos humanos de poder y tener preferirán la muerte ajena a sus renuncias. No es la última palabra sobre el ser humano, sobre nadie, ¡me moriría si pensara así, y no habría entendido a Jesús!, pero está ahí como una realidad que con un soplo inclina el fiel de la balanza hacia el fracaso social, y a muchos grupos sociales, ¡más allá de una recogida navideña de fondos! es CASI imposible hacérselo ver si tiene un precio.

                Estoy hablando -nadie ha dicho lo contrario aquí- de que la lucha humanista y ética, y la comunidad alternativa de Jesús, es también lucha “política por la justicia de estructuras, no solo de actitudes vitales”, y ahí, el cristianismo ¡y muchos otros idearios modernos! suele arrugarse, replegándose sobre el espíritu y las actitudes personales. Me atrevo a decir que nosotros sabemos hoy más que Jesús de esta interrelación entre lo personal y social-estructural en la vida buena de una sociedad alternativa. De ahí mi lectura del problema.

                No sé si me explico. Mis filias y fobias. Un abrazo.

    • mª pilar

      Personalmente, no tengo respuestas a este terrible problema que nos ahoga, primero:

      “Porque no estoy preparada para ello”.

      Pero no he dejado de luchar durante toda mi vida (ahora apenas dada mi edad)y hay que pagar ese precio que pone el poder del dinero sobre todo, y el poder de las ideologías que se venden al mejor postor.

      Si no hay personas que sigan con gozo el Proyecto de Jesús.

      Quizá no se pueda cambiar el mundo…

      Él no habló del mundo, de hecho estaba rodeado de todo lo contrario; pero proclamó, que quienes así lo quieran y opten por ello, allá donde se encuentren, la vida cambiará, para aquellas personas que les rodean.

      Cierto, a la vez, crecerán quienes deseen crecer por encima de todas las vidas que les rodean.

      Esa es la triste realidad, la cruel realidad, mires hacia donde mires.

      ¿Entonces que hacemos, abandonamos toda lucha en favor de un mundo mejor?

      A pesar de todos los pesares…estoy convencida de que es el camino bueno, real para mí.

      Y le deseo esa paz que inunda nuestra misma entraña, cuando intentas hacerlo:

      ¡VIDA!

      Aunque el mundo busque otra “cosa” porque ese mundo, solo sirve para que el mal crezca abundantemente para… unas pocas personas… que han sabido hacerse con todo lo que soñaban; eso me llena de tristeza, pero no me doblega, aunque tuviese que morir por ello.

      Esto no es una lección para nadie; es solo mi manera de mirar y ver la vida que me rodea, y no la cambiaría por nada.

      Un abrazo entrañable.

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola José Ignacio

      A tus dos cuestiones:

      1. Esa misma pregunta: ¿A quién se adhiere Jesús? Me la planteé hace muchos años. Solo hay una manera de saberlo. La única fuente es la experiencia documentada de los colectivos que dieron origen a los cuatro evangelios.

      Los datos históricos directos que nos aportan tales documentos son escasos. Los contenidos en los diferentes relatos hay que extraerlos con microscopios, bisturí y pinzas. El lenguaje a base de imágenes, semejanzas, ejemplos… tiene aún mucho que decir. Pero se requiere el análisis y la criba. Y no me cabe duda que ha de hacerse desde el texto original.

      Por lo que conozco de esos textos, Jesús –como la mayoría de los humanos- alcanzó sus conclusiones y desarrolló su vida a partir de pensar con libertad, contrastando la enseñanza recibida con el contexto del sitio y la época donde vivió y sus circunstancias personales. La discordancia entre principios, leyes, promesas, dogmas religiosos y realidad política y socio-económica hizo saltar todos sus fusibles. Nada encajaba. El Bautista y sus pregones llamaron su atención. Y dejó la aldea y se fue con él (Hay en ATRIO un artículo en varias entradas titulado: JUAN Y JESÚS, ESOS DOS TIPOS TAN RAROS).

      Si las promesas eran ciertas, el camino era ponerlas en marcha. La reforma no daría resultado. Y pensó en iniciar con un grupo de personas ese futuro del que todos hablaban (¡y siguen hablando!). Y pensó que Dios estaba de su parte. La imagen que se forjó de él se distanció de la reflejada por el AT. E imaginó que Dios se caracterizaba por su oposición radical al orden injusto que imperaba en su tiempo. No podía ser sino el que se distinguía por un Amor Leal, el que con esplendidez regalaba lo más valioso y el valor más característico de la divinidad: la Vida. E imaginó al Padre que nunca tuvo.

      El Amor leal y la Vida serían los distintivos de los colectivos de seguidores. Las comunidades de donde salieron los evangelios tuvieron esa experiencia del Amor Leal y de la Vida. Y transmitieron su experiencia y sus reflexiones.

      La certeza de Jesús sobre Dios nació de su experiencia. Y animó a sus seguidores a tener esa misma experiencia ADHIRIÉNDOSE A SU PROYECTO. Es la experiencia del Amor Leal y de la Vida el objetivo a perseguir. No importan las creencias que se tengan de entrada. Dará igual que no se tenga ninguna. La propia experiencia y no la creencia es lo irrefutable.

      2. Jesús no intentó una sociedad alternativa global. Ni siquiera logró convencer a la gente de su diminuta aldea. Tampoco organizó un grupo de perfectos. Si parece que buscó gente joven y activa. El porcentaje de seguidores respecto a la población total de su tierra fue insignificante. El avance en la comprensión y la decisión del colectivo de seguidores fue lento. No se hizo esa sociedad alternativa minúscula de la noche al día. Sus integrantes tardaron en llegar a comprometerse a fondo. Se trata de una tarea con dificultades. Aun así hay quien tiene una disposición positiva hacia el Proyecto cuando se explica sin adulterarlo. Un colectivo así empieza entre dos que dan el primer paso.

      Siento la extensión. Dispongo de poco tiempo para poder abreviar.

      Un abrazo

      • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

        Encantado de pensarlo a tu lado y de los que lo comenten. A veces de palabra, a veces en silencio. Nunca con olvido. Un abrazo, sí.

  • M. Luisa

    Buenos días!, Salvador, como ya sabes  mi reflexión  la desarrollaré  desde el punto de vista filosófico    que no es sino otro distinto del filosófico  en perspectiva orteguiana.  Esta posición mía no es un capricho, las circunstancias hizo que en mis manos cayera además de la de Ortega en mi juventud,     la filosofía de su discípulo  X. Zubiri, en mi madurez, la cuestión es que me adentré en ella   y me complació   enormemente   cómo relacionaba la exégesis evangélica con su filosofía.

    Esta mañana he de repartirme el tiempo y de momento, como además tenemos toda la semana, me centraré en el punto 1/

    1/ La Gran Novedad. ¿Cómo es ella posible?

    ¿Por la vida o por estar abiertos a la realidad? Pienso que por lo segundo. Por estar abiertos  a la realidad del Proyecto, abiertos a la buena noticia.  No es por la vida en tanto que vida, sino por la inteligencia (el logos, al que más abajo me alcanzará) por lo que en ella estamos sintiendo,  siendo entonces  esta realidad la que nos fuerza a Vivir.

    En la entrega anterior recuerdo que se quiso diferenciar entre “proyecto” y “Proyecto” pues bien, ahora aquí, para el efecto que mi reflexión propone también distingo  “vivir” con minúscula, y “Vivir” con mayúscula. En la primera acepción, es decir,  en este vivir nuestro es donde en mi reflexión situaría el  ‘tener’, ‘subir’ y ‘mandar’ (términos destacados por Salvador) en cambio  en el Vivir nuestro, es decir, aquel que plenariamente nos hace humanos  le corresponde los de   ‘compartir’, ‘nivelar’ y ‘servir’.

    Es importante reparar en  esta inversión de sentido   entre “nuestro vivir” y el “vivir nuestro”  un acto interno de apropiación en el cual se nos manifiesta lo que somos, no en apariencia sino en cuanto  a  realidad.  En este poseerse que es la Vida es de donde surgen los actos  plenamente humanos en vistas al Proyecto de  esta nueva sociedad alternativa…   lo dejo aquí de momento, como el día es largo espero  seguir más adelante.

  • Carmen

    Es que claro.

    Qué tendrá que ver lo que acabo de leer con lo que nos cuentan, nos dicen …

    Demasiados intereses de todo tipo. Los mismos que había en tiempo de Jesús. Hay que luchar contra lo mismo. Lo de siempre

    Lo haré desde mi lugar en el que por unas causas u otras he terminado. Y por supuesto por mi elección personal.

    Desde luego no soy una cristiana de esas de aplauso, pero  creo que todos cabemos en ese proyecto que he leído. Todos.

    Los desposeidos, los enfermos, los pobres, los esclavizados, las mujeres…

    Yo soy mujer, aunque no pase hambre , ni sea pobre económicamente, ni esté enferma de momento, salvo de la cabeza que diría alguno, solamente por el hecho de ser mujer ya entro en grupo de riesgo.

    Y m gusta ese proyecto, muuuuuucho más que eso de la mancha del pecado original y tal, que acabo de leer en otro hilo.

    Tampoco quiero que nadie piense como yo. Solamente quiero que a las personas, en especial a los jóvenes y adolescentes, se le dé la oportunidad de conocer esta otra visión del evangelio. Y si para ello hay que desmontar todo el sistema eclesial, que se desmonte.

    Pero no. Imposible.

    Así que seguiré leyendo a personas como a Salvador y haciendo lo que pueda desde mi lugar. Porque cualquier lugar es bueno para tratar de construir un mundo más justo.  Y para muestra, ese señor llamado Jairo.

    En realidad de eso va el proyecto de Jesús. De levántate y anda.

    Anda. Solamente anda. No te dice vete a las misiones a predicar la verdad absoluta. No. Solamente te dice, levántate, anda.

    Al menos eso he entendido.

    Y los santos, santisimos, pues a los altares.

    Y los profesores, a sus cátedras.

    Con andar es suficiente para mí.

     

  • Gonzoalo Haya

    ¡Ojalá todas las ediciones de los evangelios tradujeran  el término pistis como “adhesión a” en vez de “creer en”! Cambiaríamos de la otrtodoxia a la otrtopraxis

  • oscar varela

    Hola!
     
    El Comentario de la Cumpa Ana Rodrigo
    capta una “clave” en la redacción de Salvador
    que me parece, más que importante, decisoria (o decisiva).
     
    Si uno se pregunta:
     
    1- ¿cómo saben (Salvador y Ana) que
    “Ese Proyecto es connatural al ser humano.
    – Están hechos el uno para el otro” (Mc 4,26-29).?
    https://www.atrio.org/MARCOS/09.pdf
     
    2- ¿cómo sabe Pili), que
    “Una vez logrado su desarrollo se mostrará como una sociedad atrayente por su apertura y disponibilidad para dar asilo y carta de ciudadanía a todo demandante de libertad y de vida” (Mc 4,30-33)?
    https://www.atrio.org/MARCOS/10.pdf
     
    Mi respuesta es que
    – la vida propia, personal e intransferible es la experiencia de cada cual;
    – haga lo que haga, “mi vida” tiene la radical característica de ser-me “INSOSLAYABLE”;
    – vaya donde vaya, ella, mi vida, llegó antes y me está esperando;
    – no puedo yo encontrar-me a mí mismo -haciendo lo que sea-, sino dentro de ella.

    – aun y también cuando quisiera atenerme solamente a la exégesis del NT.
    – Nada hay –ni puede haber- en “mi vida” (haga lo que haga) que pueda sostener un “solamente”.
    – Somos “intérpretes” (con-sabedores) de nuestra herencia-experiencia vivida.
     
    ¡Vamos todavía!

    • ana rodrigo

      Hola Oscar, te digo lo que pienso acerca de mi afirmación coincidente con la de Salvador. Pienso que el proyecto del ser humano desde el bien y hacia el bien, existe desde que tenemos noticias del tal ser humano, de lo contrario, la especie humana hubiese desaparecido muy pronto si no hubiese existido el amor, la colaboración, la solidaridad el cuidado del otro, etc. etc. etc., porque, desde siempre el mal ha coexistido con el bien, y ambos salen desde adentro del ser humano.

      Si el proyecto del amor y del bien hubiesen aparecido a partir del mensaje de Jesús, ¿Diríamos que sus antecesores desde un millón de años todos vivían del mal? Y si quienes ni conocen a Jesús ni su mensaje no llevaran la semilla del proyecto del bien ¿diríamos que todos practican el mal? Jesús lo que hizo fue sistematizar el proyecto hacia la plenitud del ser humano, realizándolo en él mismo.
      Un abrazo

    • mª pilar

      Hola mi buen Oscar, amigo; porque el Proyecto que el Galileo proclamó; solo hay una manera de vivirlo para que de:

      ¡Vida abundante!

      Es, la aceptación, la opción personal e intransferible; para eso, la vida de cada día, tiene que cambiar de objetivos:

      “Ya no busco a mi yo y mis propuestas; busco a todas las personas que pasan por mi alrededor, más todavía, a cuantas ocupan un lugar en este dolorido mundo.

      Como nos dice Ana; el bien y el mal, anida en este mundo desde siempre; pero nunca antes, se había dado un camino tan limpio y bueno para quien intenta vivirlo por encima de todas las cosas, hasta dar la vida (y hay mil maneras de dar esa vida) y con alegría, sin temor a lo que pueda suceder.

      Y no hay porque vivirlo dentro de una religión; se puede vivir sin pertenecer a ninguna, hasta los ateos, pueden sentirse llamados a vivirlo.

      Solo tenemos que mirar dentro de las religiones, y en todas ellas conoceremos personas:
      ¡¡¡Buenas de corazón limpio!!!
      Y vividores a costa de ellas.

      Me llama la atención de manera profunda, que lo que nos divide es, precisamente la negación de esa libertad personal ante el Misterio; y hay personas, que a eso le llaman:

      Un mundo sin “fe” en Dios, que cada cual cree lo que le interesa.

      Y se quedan tan anchos; el Galileo no hablaba de religiones, de hecho, denunciaba sus excesos, no entraba en el templo…algo así me está sucediendo personalmente…cuando lo que vives dentro es:
      Vacío, soledad, lejanía de lo que Él proclamó.

      Un religioso amigo, hablando de este tema, cuando decidí salir de su entorno me dijo:
      “Es que quieres que todo desaparezca”

      ¡No! le respondí, deseo que digáis lo que de verdad creéis en vuestro interior, que empecéis a explicar el evangelio, de manera que de:

      ¡Vida!

      No de que escondáis la luz debajo de la escalera.

      Bueno Oscar, esta es mi manera de ver y vivir, y nadie tiene que seguir mi camino, eso es personal e intransferible.

      Un abrazo entrañable.

  • mª pilar

    Me llena de gran gozo la:

    ¡La Buena Noticia!

    Como tú Salvador la expresas.

    Me retrotrae a tiempos pasados en mi querido C. Pignatelli, escuchando a… Juan Mateos…él, lo gozará allá donde esté.

    Después de leerte con atención…y leyendo en voz quedita, como para mí sola… se esponja mi espíritu, porque ha merecido la pena el camino “buscado y encontrado”  desde muy temprana edad, en el hermoso Proyecto de Vida que el Galileo Jesús nos dejó.

    Y me trae a la memoria, una experiencia de vida, que comenzaron un grupo de hombres y mujeres jóvenes, allá por el año 85 más o menos.

    Llevad@s del espíritu de los Consolatos, congregación dedicada por completo a las personas que emigran de sus países buscando un mundo mejor.

    Se conocieron en Caritas, y así comenzó su andadura:

    Varios de ell@s estudiaban en la Universidad, Abogacía, Medicina, Asistente Social, Trabajadores en empresas.

    Y decidieron desde este Proyecto del Galileo, vivir en comunidad…en todos los sentidos…hacia adentro y hacia afuera:

    ¡Lo compartían todo!

    Cuando se corrió la voz de esta experiencia, fue como una explosión de “curiosidad” pero al conocerlos, algo empezó a moverse boca a boca; ellos una vez por semana, invitaban a una cena de puertas abiertas, aportando cada cual lo que podía; y era maravilloso.

    La mayoría de ell@s partieron hacia distintas Misiones, África, Latino América.. y hoy, casados y padres, siguen unidos y entregados cada cual, desde sus trabajos, Médicos, Abogados, Trabajadores.

    Y sembraron por allá donde fueron, Amor,  Servicio, Justicia.

    Fue una experiencia llena de Vida, para ell@s y para cuantas personas les conocimos…hasta hoy.

    Es cierto lo que nos comunica Salvador:

    El hermoso Proyecto del Galileo… siembra ¡Vida!… y esta abundante

    Gracias hermano bueno.

  • ana rodrigo

    Da gusto leerte, Salvador, por lo bien que lo explicas y lo bien que se te entiende.

    Me ha llamado la atención las siguientes frases:
    Ese Proyecto
    es connatural al ser humano. Están hechos el uno para el otro (Mc 4,26-29).
    Una vez
    logrado su desarrollo se mostrará como una sociedad atrayente por su apertura y
    disponibilidad para dar asilo y carta de ciudadanía a todo demandante de
    libertad y de vida (Mc 4,30-33).
    Realmente, el mensaje de Jesús no excluye a nadie que practique la bondad y todo lo que esto conlleva, ya sea ateo, agnóstico o de otra religión, incluso sin conocer el evangelio. Yo pienso que el ser humano lleva incrustado en su ser una serie de actitudes que le llevan a prácticas comunes a todos los seres humanos que descubran esa semilla y la asuman personalmente haciéndola fructificar.

    Gracias, Salvador.