Deme es cura obrero y casado, es la encarnación misma del Espiritu de servicio, animador de comunidades, con sonrisa y disponibilidad total a los demás, a pesar del camino de cruz que durante años tuvo que recorrer con su querida Carmelina. Hoy nos descubre algo de la espiritualidad que sostiene su vida de entrega. AD.
No me entretendré demasiado en explicar la imagen del Dios-teísta en que no creo. Ese Dios patriarcal, Ser Supremo que está en el cielo, que todo lo sabe, todo lo puede, todo lo controla y que premia a los buenos y castiga a los malos… Lo siento por las personas que “todavía” andan ancladas en ese teísmo que las ata a una religión del temor, es más: del miedo, de la culpa, del pecado, del deber religioso, de las creencias absolutas. Si son felices con esa creencia, adelante. Pero ojalá pudieran liberarse y superarla. Yo no las culpabilizo. Las respeto y comprendo, pero lo siento.
La misma religión cristiana ha creado imágenes de Dios inaceptables hoy día. Por eso ha producido ateísmo en muchas personas. Personas ateas de esos dioses: patriarcales, irracionales, culpabilizadores, poderosos, ricos, atemorizadores, clericales, deshumanizadores… De esos “dioses” yo también soy ateo, gracias a Dios.
El Dios en quien creo (o Diosa, da igual), o en quien quiero creer, es el Dios que creo descubrir con Jesús de Nazaret. El Dios Padre-Madre, que él llamaba “Abbá” (Papá y mamá), por llamarle de algún modo humano. De Dios creo que no cabe “definición” porque sería “delimitarlo” cuando creo que es inabarcable como Misterio que se nos escapa a la inteligencia. Creo que todo lenguaje sobre Dios es inadecuado, y sin embargo sentimos como la necesidad de intentar siquiera “balbucir” lo que significa para nosotros. Desde ese relativismo del lenguaje humano sobre Dios relativizo también todo lo que digo como inexacto e inadecuado. Pero que intenta expresar lo que pienso o siento.
La expresión bíblica que me parece más breve, clara y aproximada es la de “Dios es Amor” (1Jn 4,8). La palabra “Dios” viene a identificarse con la palabra “Amor” con la que volvemos a inmergirnos de nuevo en el Misterio de la palabra Amor. Pero al menos la palabra Amor, con toda su ambigüedad y la tergiversación que se ha hecho al banalizar lo que significa…, al menos es una referencia humana universal, más allá de lo religioso. Amor, amar y ser amado y amada es una experiencia humana universal. Todas las personas podemos entender lo que significa amar y ser amada, aunque sea en casos extremos por la “falta de amor”, por el amor que quisiéramos sentir y experimentar y a veces podemos echar en falta.
- La vida misma es un misterio de amor.
Creer que “Dios es amor” es creer que el amor no es un invento nuestro, humano. “Podemos amar nosotros porque él nos amó primero” (1Jn 4,19). Esa es la primera experiencia básica, elemental, para entender el amor y comprender que “Dios es amor”: sentirse amado o amada. Esa es la experiencia básica de la fe no como creencia sino como confianza en que él (ella) nos ama. Dicho humanamente (toda expresión humana sobre Dios es metafórica): que estamos “en sus manos”. “En él nos movemos y existimos…”
La fe, antes que “creencia” es un sentimiento muy simple y profundo de “confianza”. El “sentimiento” o sensación que puede tener un bebé en brazos de su madre, antes de ser consciente o saber expresarlo. Por eso puede valer también en una creencia sincera de una fe religiosa con la formulación que sea…
Que “Dios es Amor” es para mí la fundamentación de todo amor humano: somos capaces de amar porque somos amados y amadas. “Donde hay amor ahí está Dios”. Todo amor, paternal, maternal, fraternal, sororal, amical, familiar, solidario, conyugal, comunitario, heterosexual, homosexual o queer… Incluso por equivocado que pueda parecer, si hay amor, ahí está Dios.
No sólo el “amor humano”. Creo que la creación entera, la existencia misma de todo es fruto del Amor. La explicación científica del Big-Bang como origen del universo tiene para mí una explicación teológica-metafórica de que ese punto infinitamente denso, caliente, energético… que causó la “gran explosión” que dio origen a un Universo tal vez infinito y aún en expansión… es el mismo “corazón” de Dios que de tanto amor explosionó sembrando amor en todo el universo (o universos). Todo es fruto del Amor y en todo hay amor o todo es amor. Somos “polvo de estrellas”. Somos Amor.
Como fruto del amor, todo es bello y todo es bueno. La inmensa asombrosa belleza del universo nos abre a la infinitud y transcendencia que algunas personas expresamos con la palabra Dios. Pero que otras personas niegan esa referencia “religiosa”. No importa demasiado. Pero creo que ese asombro por la belleza puede abrir el alma humana a la transcendencia del más allá de lo aparente.
Asimismo, la “bondad”, toda bondad es fruto y reflejo de quien es “bueno” (“sólo Dios es bueno”), y origen de toda bondad, también la de todo el Universo o Creación (“Y vio Dios que era bueno” (Gen 1,18).
Con el misterio de la “bondad” nos enfrentamos también al “misterio del mal”. Es un tema muy complejo y no pretendo explicarlo ni siquiera entenderlo. Pero está ahí como “misterio”. Entiendo que toda realidad es compleja y a veces la intentamos entender con dualismo como bien-mal, luz-tinieblas, blanco-negro, yin-yan… Un terremoto nos parece terrible, pero la actual belleza del planeta Tierra ha llegado a ser así después de millones de años en que la bola de fuego que fue y que guarda en sus entrañas, se enfriara, se llenara de agua, se solidificara su corteza terrestre, se separaran los continentes con terribles terremotos y tsunamis, se formaran las montañas con volcanes y movimientos sísmicos, se templara la temperatura, surgiera la vida, evolucionara con millones de especies vegetales y animales, surgiera la conciencia humana… interviniera la especie humana, para bien y para mal, en transformar el mundo…
Toda la historia humana hay quien opina que viene del azar y camina hacia el caos. Pero también podemos creer que todo es un misterio de amor, que viene del amor y camina hacia la plenitud de comunión cósmica en el amor. No hace falta llamarle Dios. Para mí no es un Dios “teísta”, como un Ser que interviene en la creación y en la historia humana. Pero de algún modo es un misterio de Amor. Y yo a eso, con todos los respetos y relativismo, lo llamo Dios.
A Dios nadie lo conoce. Pero si amamos al hermano, nos acercamos a Dios, o mejor, Dios está ya en ese amor, se llame como se llame. “Amémonos las personas unas a otras porque el amor viene de Dios y toda persona que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es Amor” (1Jn 4, 7-8). “Dios es amor: quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él o ella” (1Jn 4,16).
Del amor de Dios no debemos preocuparnos. Está garantizado y no nos va a fallar: “¿quién nos separará del amor de Dios?”. Del amor a Dios tampoco debemos preocuparnos mucho. Él o Ella no necesita que le amemos, ni nos va a pedir cuentas si le hemos amado o no. De lo que debemos ocuparnos es de amar a las demás personas. Pero no por obligación o por “ley de Dios”, sino porque sólo amando nos encontramos a nosotras mismas, sólo amando tiene sentido la vida. Y amando a las demás personas ya estamos amando a Dios, o Dios las está amando con nuestro amor.
A este Dios misterio de amor la tradición cristiana, recordando a Jesús, nos ha enseñado a invocarle como “Padre nuestro”. No deja de ser una metáfora humana. Hoy día algunas tendencias espirituales proponen referirse a la divinidad como “Realidad Profunda”, el “Todo·”, el “Uno”, y otras expresiones, algunas tan poéticas como “Corazón latiente del mundo”. Quieren superar la imagen teísta de un Dios “Señor”, Ser Supremo, Padre en los cielos, etc. Pueden valer. Para mí tienen la misma ambigüedad de que cualquier expresión sobre Dios es inadecuada. Con ese mismo relativismo prefiero quedarme con la imagen metafórica del Dios Padre-Madre por lo que significa de amor, de confianza, y por el ejemplo de Jesús que, aunque con la mentalidad se su tiempo y su cultura, nos enseñó a invocarle como Abba como expresión de confianza.
- Una espiritualidad secular comunitaria
Esa misma actitud de confianza sustenta mi concepción de la oración y de la relación con Él-Ella. Dios no necesita nuestra oración ni de alabanza ni de petición, ni de acción de gracias, ni de petición de perdón, ni de invocación ni de ofrecimiento… Somos nosotros y nosotras quienes necesitamos expresarnos, dirigirnos a él, invocarle, bendecirle, confiarle nuestras penas, deseos e inquietudes, pedirle, darle gracias… Todo eso Él-Ella ya lo sabe. Es más, es su Espíritu quien nos anima y quien ora en nosotros. “No me buscarías si no me hubieras ya encontrado”. La oración es abrirnos a Él, a su Amor, a su gracia, a su bendición, a su Espíritu que nos anima desde dentro y que siempre se nos está dando.
Necesitamos la oración como necesitamos el silencio, como necesitamos respirar, encontrarnos con nosotros mismos para centrar y armonizar nuestra vida siempre en peligro de banalizarse o alienarse en derroteros que deshumanizan. Pero no es una espiritualidad de ensimismamiento en que nosotros mismos seamos el centro de nosotros mismos. Tampoco es una relación con un Dios teísta que está en el cielo, fuera y lejos. Es el Dios que no “está” ni “es” sino en quien estamos y somos. “En Él nos movemos, existimos y somos”, en lo más íntimo de nosotros mismos y en lo más profundo de la realidad, en la comunión con la realidad, el cosmos y la humanidad.
Superando la imagen patriarcal de Dios, sentir el rostro materno de Dios, y el Dios-Diosa de la diversidad, más allá de connotaciones sexistas, ideológicas y religiosas. Es sobre todo en lo profundamente humano donde mejor podemos experimentar su presencia y amor liberador. Más allá de la religión hay una espiritualidad humanista profundamente cristiana. La “gloria” de Dios es la liberación humana. En la humanización se realiza el proyecto de Dios. No necesita un “añadido” religioso, no hay que “bautizar” lo humano. Lo humano es sagrado. Dios está en lo profano y hay que respetar la laicidad de lo humano y mundano.
Esta espiritualidad “secular” no es solamente individual sino esencialmente comunitaria. La fe es personal pero también comunitaria. Tal vez porque también Dios es y hace comunidad. Si es Amor no puede ser individualista. No sé si es eso lo que intentaba decir la teología tradicional con esa especie de galimatías que llamaba Santísima Trinidad. No lo sé. Pero sé que Jesús vivió e intentó esa comunión y comunidad con su Abbà, con el grupo de hombres y mujeres que le seguían y con las gentes que “andaban como ovejas sin pastor” (Mc 6,34). Quienes le seguimos lo hacemos en comunidad. “Somos un pueblo que camina”…. Aunque su comunidad se haya institucionalizado en una religión y en una iglesia jerárquica y clerical. Pero donde dos o tres nos reunimos en su nombre sentimos su presencia viva que nos hace comunidad cristiana. Ahí vivimos, alimentamos, celebramos y proclamamos nuestra fe. Experimentamos la fraternidad y sororidad como un don y una forma del amor de Dios: “creemos”, “oramos”, “vivimos” en comunidad. El seguimiento de Jesús se hace en comunidad y se encamina al proyecto humanizador que Jesús llamaba “El Reino de Dios”. La vida de Jesús estuvo enfocada a ese Reinado y la nuestra también ha de estarlo. El objetivo último no es “la salvación de nuestra alma” sino la implementación del proyecto liberador de las bienaventuranzas para toda la humanidad, como una utopía significada en el evangelio en un gran banquete de toda la gran familia humana, al que los primeros invitados son los últimos y últimas de este mundo. Esa utopía ilumina nuestras vidas y cada paso que damos en esa dirección: “Habrá un día en que todas veremos una Tierra que ponga libertad. Pero esa hermosa mañana habrá que empujarla para que pueda ser”. Deme Orte.
Jolín.
Pensaba que era una persona rarita y lo que soy es apofatica. Palabra rarica también. No podía ser de otra forma
No sé si la he escrito bien. Solamente sé lo que no puede ser dios. Y me ha costado muchísimo tiempo. Y me vuelvo a preguntar , dónde estaban ustedes metidos. No pude encontrarlos.
Siguiendo los consejos de mi amigo JUAN LUIS HERRERO,la mejor teología es la que él llama la TEOLOGIA APOFÁTICA, es decir, la teología que elimina por deducción propia LO QUE DIOS NO ES. Desde ese punto de vista, Dios no me engaña.Nadie puede hablarme en su nombre.Por eso, creo que a cada ser humano le da las suficientes luces para descubrir desde la conciencia su conducta. Por lo mismo somos responsables de nuestros hechos, y solo así.
Hay por tanto leyes humanas, que se regulan desde las mismas. Pueden ser imperfectas, pero no se regulan por la conciencia, en su más profundo sentido. Sí se puede hablar de conciencia ciudadana, imbricada muchas veces con las que atañen a las de la conciencia.Discernir unas y otras está en el ser social que los humanos somos. Posiblemente se orienten a un principio básico.: No hacer daño.
Y a mí me parece que en la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO aprobada por la Asamblea NACIONAL CONSTITUYENTE francesa de 26 de agosto de l979 es uno de los documentos fundamentales en cuanto a definir los DERECHOS , personales y los de la comunidad además de los universales.
La iglesia dice de ella misma, que permanecerá hasta el final de los tiempos¡¡¡¡ Y yo también!!! Y también dice que es “el cuerpo de cristo”. Pues yo pienso que le han cortado la cabeza, y va por el mundo, como un pollo sin cabeza. Todo ello dicho desde la imaginación de la que surgen visiones imposibles de comprobar, por que, desde la magia todo es posible. ¿No cuentan en los evangelios apócrifos (que no falsos), que la madre de Jesús recibía los alimentos desde el cielo, traídos por los ángeles, para que no estuvieran contaminados o fuesen impuros. Y digo ¿por qué no?. Sólo falta que un papa, lo establezca como dogma. No son falsos porque los nombres de los padres de la madre de Jesús, sólo allí se les menciona( Joaquin y Ana) y la iglesia no tiene ningún reparo en admitirlos y usarlos. Lo mismo ocurre con los nombres de los dos subversivos que acompañaron a Jesús en el Gólgota Dimas y Gestas.
Respecto a los sacramentos no tienen justificación desde los evangelios. Ya lo sabe todo, o casi todo el mundo. No digamos nada del libro de la Biblia, cuya autenticidad ha quedado muy rebajada. Desde que se ha ido cotejando datos y fechas de la misma es una simple colección de relatos judíos cuya condición de pueblo elegido por la divinidad, ha proyectado sus hazañas y grandezas. abusando de manera escandalosa de esa divinidad hasta caer en apropiaciones de la misma, por sus sacerdotes y gobernantes que hoy no resisten ninguna prueba de veracidad. Es como la historia de la iglesia, contada por ella misma.
Y solo quiero referirme a tres libros. MAS ALLÁ DE LA BIBLIA, del italiano Mario Liberani.Ed Crítica. LA BIBLIA DESENTERRADA, de Israel Finkelstein, y Neil Asher Silberman Ed. Siglo XXI y LA HISTORIA CRIMINAL DEL CRISTIANISMO, de Karl Heinz Deschner, ) 9 tomos en Ed. Martinez Roca y el resto PLANETA tiene los derechos para no publicarla. La hay en frances, italiano, ingles, alemán….
No es el Pueblo de Dios el que habla que va a permanrcer hasta el fin de los tiempos sino el personaje histórico de Jesus de Nazaret. Este Pueblo que es la Iglesia no existe por si mismo sino que existe en y por Cristo…y por tanto la Iglesia no es acéfala sino que su origen está en El..Es el su cabeza…Jamás aquellos judíos primitivos pudieran atreverse a “sacramentalizar” los signos de la gracia.. Su debilidad y su incredulidad no les permitían bautizar, confirmar, menos atreverse como judíos de Yavé “perdonar pecados”, ni mucho menos “dar a comer el Cuerpo, ni a beber Su sangre” puesto que esto es “pura blasfemia” y un seguro para ser lapidado. Y consta que los discípulos realizaban todos estos signos sagrados..ordenados por Cristo.
Sin embargo, a pesar de la flaqueza humana de los Apóstoles todos confiesan a Cristo como Medias hijo de Dios co-igual al Padre. Nadie predica la MENTIRA y muere por ella. Unánimamente TODOS aceptan el martirio y mueren defendiendo el Evangelio y le siguen millones de creyentes hasta el siglo XXI
Por otro lado la Iglesia como voz de la comunidad Apostólica es la que anuncia el kerygma de la FE. El siglo I es una Iglesia de testigos presenciales que daban su sangre por Jesús. Y es Ella la que transmite el mensaje necesario para la salvación que proviene de Jedús..En este no se incluyen nombres como los figurados de los padres de María. En la Biblia lo que importa es lo que enseña de la Revelación no los pormenores de los libros históricos. Para la recta interpretación se requiere ser un experto en hermenéutica. Pero ni los ordenadores más sofisticados actuales podían dar a la Escritura su unidad, inerrancia y coherencia como objeto para la fe constante a través de los siglos. Esta doctrina cristiana como invención y farsa es una imposibilidad total.
Cierto que el Dios apofatico es una vía hacia El, como lo son también otras vías: positiva, creativa y transformative puesto que Dios trasciende todos nuestros conocimientos y acercamientos, y todo lo que podamos especular y concluir.
Un saludo cordial
Santiago Hernándex
Pero, visto lo visto, que entendían lo que podían, porque claro, las cosas que decía y hacía Jesús eran tan desconcertantes que demasiado valor tuvieron al seguirle. Algo vieron en él. Además, es que por aquel entonces se esperaba la llegada de un Mesías liberador , pero de liberación externa y armada, nada de liberación interior. Pues demasiado.
Parece ser que los persiguieron, los mataban y eso de los leones es horrible. Y ellos y ellas unos convencidos y unos valientes.
Pero no es posible que no entendieran bien de todo ? no es posible que luego sucediese algo parecido al juego del teléfono roto? de tal manera que hoy tenga mi persona que escuchar cosas como que una mujer no puede ser sacerdote porque no es hombre, se siente. O que un sacerdote tiene más capacidad de entrega y amor a los que le rodean porque son los escogidos por dios? Menuda indignación.
Se acuerda del limbo? Ahí iban los bebés no bautizados hasta hace muy poco. Y los suicidas de cabeza al infierno. Menudo jaleeeeeeo en la cabeza tenía por si creía mi amiga que su hermano se iba al infierno. Luego resultó que no. Que era yo la ingenua.
Quiero decir, no habría que revisarlo todo de principio a fin, a ver si nos aclaramos todos? A ver si podemos ser cristianos sin que se nos rompa la cabeza y acabemos diciendo cómo Astérix , estos cristianos están todos locos?
Pregunto
Buen día a todo el que lo lea.
Alguien ha preguntado en este mismo hilo pero no puedo encontrar el lugar ahora, por qué se dice del autor del artículo que sea cura y obrero y esté casado.
Tengo una admiración grande por la experiencia de los curas obreros que aún no se ha extinguido. Incluso los Hermanitos de Jesús que fundó rené Voillaume inspirado en Charles de Foucauld, todos trabajan aunque no todos son curas y no se casan.
Es bueno que aún arda aquella iniciativa ligada a la Misión de Paris de la que aún se encuentra tanto escrito y hasta las memorias del obispo Ansel que fue obrero. La última vez encontré un ejemplar en la Cuesta de Moyano en Madrid, frente a Atocha.
Si él se siente cura y se siente obrero y si se siente casado, me pregunto qué puede tener de errado que él mismo se describa como tal o que otros lo describan en esos términos.
Yo lo celebro.
Hola Jorge:
Fui yo la que “no comprendo” por qué tanta admiración a un estado cuando ahora está en otro; y en cada uno de ellos, puede vivir plenamente el Proyecto del Galileo Jesús.
Es más, (al menos como yo lo miro) es como acentuar, que un laico, no puede llevar a cabo dicha labor… personalmente he conocido a muchas personas que dentro de su proyecto de pareja, han vivido entregados a vivirlo plenamente en la medida de sus fuerzas o capacidades.
Más aún, te digo, que si la iglesia dejara de darle tanta “grandeza” al sacerdocio, otro gallo nos cantaría.
¿Cómo va a cambiar la iglesia, si ser “cura” es un estatus especial?
¿Cómo vamos a ser todas las personas hombres o mujeres, capaces de desempeñar las mismas responsabilidades si estamos igualmente preparados/as para ellas?
Fue cura, ahora es esposo-compañero, ya paso su etapa de cura, ahora tiene la misma responsabilidad como casado, quizá mayor, porque ya no no es solo él… es un caminar con otra persona, a la se debería mirar… como a igual, dentro de sus diferencias, aquellas que la naturaleza tiene… ninguna otra.
Lo siento amigo Georege, y me extraña en ti, no notar esa diferencia… el pasado … pasó… ahora está en otro camino y con diferente responsabilidad. Y cada una de ellas, encierra la mima fuerza, a la hora de vivir según lo que Jesús proclamó.
Dado que a Deme, parece ser, según insinúa Antonio D. fue la iglesia corporación… no la madre…que debería ser, la que le hizo la vida bastante difícil.
Gonzalo Marañón, obispo… aunque no vivió como tal… respecto a su “poder y categoría” sino que se desvivió por el pueblo donde ejerció como padre y hermano de todas las personas de su entorno; la categoría se la daba a las personas, sin preguntar si eran casadas o no, sino ofreciendo la posibilidad de trabajar para ese Reino que Jesús Proclamó; y a todos ellos y ellas, los reconoció consagrados a la expansión y lucha para que toda persona limitada, empobrecida, enferma; tuviera sus derechos reconocidos, primero por el estado y donde este no llegaba… llegaba la comunidad que él, junto a quienes le quisieron acompañar, entere ellas mi hija mayor; trabajaron para hacerlo posible. Alli los curas no eran más que todas las personas que en ella habitaban.
Cada cual, tenia su cometido; después en profunda comunidad de amor y entrega, todas las personas a una, con el mismo espíritu y fin.
Él, cuando recibía su paga, como la de todas las personas que conformaban la comunidad, iba aun:
¡¡¡Fondo común!!!
Bueno, como siempre me estoy saliendo del tema.
¡Disculpa amigo! Cada persona tiene derecho a tener su propia mirada. Disculpa Geprge.
pili
Algunas frases me atrapan y me confunden un poco porque son afirmaciones sobre Dios mismo algo que antes el autor ha dicho que es un imposible, opinar sobre cómo es la divinidad, claro, si existe, y cómo actúa, sus motivaciones porque si actua, uan especie de proyección humana, ha de tener propósitos, y por ese camino solo se llega a una noción de la divinidad antropomorfizada.
«Como fruto del amor, todo es bello y todo es bueno. La inmensa asombrosa belleza del universo nos abre a la infinitud y transcendencia que algunas personas expresamos con la palabra Dios. Pero que otras personas niegan esa referencia “religiosa”. No importa demasiado. Pero creo que ese asombro por la belleza puede abrir el alma humana a la transcendencia del más allá de lo aparente….Asimismo, la “bondad”, toda bondad es fruto y reflejo de quien es “bueno” (“sólo Dios es bueno”), y origen de toda bondad, también la de todo el Universo o Creación (“Y vio Dios que era bueno” (Gen 1,18).»
¿Por qué nos cuesta tanto ante la belleza o la bondad o, por todo ello, ante el amor, permanecer en el silencio, sin opinar en un sentido u otro…
A menudo recuerdo con gratitud, ahora que ya pasó el calor de aquella situación, al Sr. Pepe Salas, que tantas veces me ordenó callar. Siendo tan opinante en todo y sobre todo, en aquel momento le escuché pero no le escuché con la debida atención…
Aqui, en Atrio, no lo parezco porque no lo hago, pero en mi vida diaria paso muchos ratos en silencio, y pienso en el Sr. Salas…pena que no le hice caso antes porque hay cosas, situaciones, momentos, en los que solo el silencio es debido.
Una de esas cosas es la esperanza preñada de deseo, de que en efecto exista la divinidad, algo o alguien que dé sentido a esta experiencia de la humanidad. Ante ella, ante esa esperanza solo vale callar amando en silencio.
También en el servicioa los demás cuando están embargados por su dolor o por alegría o su desconcierto… a menudo solo es debido el silencio, la presencia callada que es quizás la soledad sonora de que hablaba en su lenguaje poético Juan de la Cruz… ¿quién sabe?
Y si se hace silencio se acallan las ideas inquietas o agitadas, ansiosas, muy poco después.
Gracias, George, por esto que nos dices y compartes.
Y por lo demás hago silencio.
Un abrazo.
Esta frase del artículo me detuvo porque ya es hora de comenzar mi trabajo en casa, aunque volveré al artículo a la noche: «Creo que todo lenguaje sobre Dios es inadecuado…».
Quizás no lo sea el lenguaje que por su parte sirve bien al impulso balbuciente. Quizás si lo inadecuado es el mismo impulso, la compulsión de decir algo que obviamente pudiera ser una especie de evasión para no aceptar cuán «ínfimos y efímeros somos» (A. Duato) porque nos puede el pánico frente a la posibilidad de ser irrelevantes en una realidad tan vasta y diversa y envolvente. Y vuelvo a pensar en el vínculo que Carmen estableció con el verso de Machado y añado a la expresión escogida por Antonio (Duato) «ínfimos, efímeros y solitarios» que nos puede resultar tan amenazadora al extremo de inventarnos una compañía omnipotente como en su narcisismo primario el niño/a imagina a sus mayores como mágicamente omnipotentes. Por otra parte, lo espontáneo de esta percepción narcisista es punzante porque ni la buscamos, ni la deseamos, solo la disfrutamos: ¡Es tal la sensación de seguridad y de omnipotencia por asociación que sentimos en ese estadio de la vida! ¡Se hace tan doloroso deshacerse de ella a fuer de realidad!
Esto que trato de decir pudiera ser importante ―no es mi invención, solo la repito― porque ¿cómo se puede sentir lo que no se ha previamente recibido o, lo que es lo mismo me parece, «aprendido» por la experiencia?
La respuesta a esta pregunta que es ella misma prudente y buena, conduce al punto que propone Ana Rodrigo: Quizás la omnipotencia atribuida a los mayores durante la infancia sea el amor recibido, aprendido, o experiencia de, robando las palabras de Ignacio, «tanto bien recibido» desde la incoación de la vida en un acto que es misterio del mejor, misterio que vela una experiencia que siendo tan supremamente egoísta es tan supremamente alienante, algo que el escritor bíblico, aunque no el único, dijo muy bien: «Varón y Hembra los creó» (Génesis 1, 27), de un plumazo, iguales, que en el amor, cuando éste llega a realizarse materialmente en la intimidad ocurre esa otra realidad misteriosa que quizás se esconde en el rollo religioso de la expresión calcedonense: dos naturalezas…«inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; cuya unidad por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece». En esto, Pikaza tuvo mucho acierto al titular su libro, «Amor humano, amor de Dios enamorado» que me place reconocerle, aunque yo no sea teísta.
Me encanta. Es que me encanta.
Ya lo he dicho alguna vez, a ni dios lo llamo IT. Ni idea de lo que es, no me contesta cuando le hablo, porque hablo conmigo misma, pero ya sabe lo que decia Machado: …converso con el hombre que siempre va conmigo, el hombre que habla consigo mismo , espera hablar con dios algún día…
O era , espera ver a dios algún día.?
No recuerdo bien.
De verdad, se lo prometo, me ha encantado
Un abrazo y mucha suerte.
Ese ni , es un mi. Sorry. Este corrector tiene ideas propias. Hoy lo tenemos agnóstico. De verdad, qué paciencia hay que tener…
¡Hola Carmen! Es de «Retrato», que A. Machado escribió en 1906:
«Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.»
Un abrazo cordial.
Hoy mismo publica El País un artículo de un científico español, almeriense, Ginés Morata, titulado: “Dios no nos ha creado a nosotros: los humanos hemos creado a Dios” Este título es reiterativo en diversas publicaciones y aún más reiterativo y asumido en el contenido. Y yo diría que, con bastante fundamento, el ser humano desde lo que se conoce de sus orígenes, ha necesitado explicaciones de muchos porqués, y ha recurrido al concepto dios, de ahí la cantidad de dioses que ha creado, efectivamente, ha creado.
Las religiones monoteístas se han quedado con uno solo, y las tres religiones monoteístas actuales, coinciden en su origen judío en el mismo dios, Yahvé. A partir de esta creación humana, sus autores, los humanos, han configurado un perfil de su dios con diferentes atributos, y lo han definido con tanto detalle como si desayunasen con él todos los días; saben sus deseos, su voluntad sus amenazas, sus premios, etc. etc.
Todos estamos comprobando que conforme va avanzando la ciencia y, como consecuencia lógica, ha ido avanzando el ateísmo en estos dioses tradicionales.
Ahora estamos en la fase y en la línea, del dios cósmico. El mismo autor del artículo de El País, nos pone otra cita interesante sobre la evolución de las especies, citando a Javier Sampedro en su libro Deconstruyendo a Darwin: “el conjunto de hechos más sorprendente y enigmático que la genética ha descubierto en toda su historia, porque revela que toda la deslumbrante diversidad animal de este planeta, desde los ácaros de la moqueta hasta los ministros de cultura pasando por los berberechos y los gusanos que les parasitan, no son más que ajustes menores de un meticuloso plan de diseño que la evolución inventó una sola vez, hace unos 600 millones de años”
Sin embargo, la pregunta de siempre sigue en pie: ¿Qué o quién o cómo se puso en marcha este “invento”, no sólo de la evolución de las especies vivas, sino de todo el Cosmos? Y, si la evolución de las especies nos ha llevado hasta la especie humana capaz de una experiencia tan maravillosa y tan universal, como dice Deme, de ser capaces de amar y ser amados/amadas, pienso que la deducción de un Dios/Diosa-Amor, puede darnos más sentido que no explicación, que las demostraciones científicas de la no existencia de qué es lo que sustenta tanta maravilla.
Para quienes hemos descubierto y “conocido” a un ser humano como Jesús, el Galileo, que ha llegado a la plenitud como ser humano, encontraremos sentido a las citas neotestamentarias que Deme nos pone. Y a quien no le interesen estas citas o esta creencia, da igual, si vive el amor, se sentirá pletórico y quizá, se haga alguna pregunta sobre el sentido y el origen del misterio. Pregunta que creyentes y no creyentes seguimos haciéndonos. Mientras tanto, disfrutemos de la experiencia del amor que es lo más real que tenemos. Somos seres de amor.
Totalmente de acuerdo Ana.
No tengo ninguna dificultad ante el texto, de hecho, vivo inmersa en Él sin ninguna duda; y siempre llena de agradecimiento por este regalo inmenso recibido gratuitamente.
Lo que me chirría y no puedo ni quiero evitarlo, es; asentar a los curas, por encima de las demás personas; y sobre todo, si ha decidido caminar por otros derroteros; ahí ya de por si, tiene una extraordinaria responsabilidad, y en el, no tiene que dejar a un lado su íntima experiencia, eso, dará vida a cuantas personas la quieran acoger.
Y sigo comentando, que ningún “sacramento” imprime carácter, lo que nos hace, es, ser miembros de una manera de caminar, en el seguimiento (para la mayoría de las personas que conformamos Atrio) del hermoso Proyecto de Vida que Jesús proclamó,
si la parafernalia que durante siglos se le ha añadido.
Te lo comento a ti Ana, porque sé, me vas a comprender.
No quiero entrar en las discusiones de siempre, no merece la pena; cada cual, es responsable de su vivir, ante si y ante las demás personas.
Un abrazo entrañable.
mª pilar
quise decir: ¡Sin!…
mª pilar
De acuerdo contigo, querida Mª Pilar, creo que, ante la experiencia profunda personal, equivocada o acertada, no hay nada que discutir. Quien ha descubierto experiencialmente el amor en su esencia, no en sus accidentes, lo que tiene en su corazón es un tesoro que, viviéndolo desde dentro hacia los demás, las discusiones o las diferencias con otros, no añaden nada.
Eso sí, hay que afinar bastante en este concepto para que la experiencia sea auténtica: amar y ser amado.
Claro que hay que contar con nuestras limitaciones, eso que he mencionado como accidentes, pues no siempre es amor aquello que llamamos amor. Es un concepto muy manoseado. Por eso, como dice Deme, es tan importante la espiritualidad y la vida interior a través de la disposinibilidad total al misterio.
La religión, los curas, los ritos, las normas, los templos, etc. eso es otra cosa….
Si el sacerdocio no “imprime carácter”, entonces mi bautismo tampoco y mañana me bautizo en el protestantismo ya que el primero no vale. No olvidemos que Karl Rhaner decía que “el sacerdote es la presencia transparente de Jesucristo”.
Saludos
Cuando Dios llama, ya no hay retroceso porque la Gracia sostiene. Los apóstoles fueron llamados y dejaron TODO para estar hasta la muerte con SU Maestro. El que no ha experimentado este amor de Jesucristo, evidentemente tendrá que dejarlo y tomar otro camino.
San Pablo lo dice realísticamente: “El no casado se preocupa de las COSAS del Señor, de cómo AGRADAR al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer”. Veamos en paralelos:
“Cosas del Señor” = “cosas del mundo”
“agradar al señor”= “agradar a su mujer”.
El Evangelio hoy interpela ¿quieres ser feliz? ¿Dónde está la felicidad? Creo que la respuesta está en el mismo evangelio: “María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”. ¿Quién nos separara del amor de Dios?
Santa teresa decía que SOLO el amor basta, y Dios es Amor.
Saludos y felices pascuas a todos los comentaristas.
Pues he estado casada 35 años y le prometo que , pues como si fuera un sacerdote, lo mismo. No creo que un sacerdote tenga más capacidad para amar que una persona casada. Es que no entiendo el razonamiento. Sorry. Aquí cada uno hace lo que puede. Pero que el sacerdote tiene más capacidad para amar, pues me parece un apriorismo que , francamente, me molesta.
No hay duda que existe el sacerdocio común de nosotros los fieles, los que pertenecemos al Pueblo de Dios y que por virtud de nuestro bautismo,ya sea de agua o de deseo, fuimos llamados a la gracia del amor de Dios. Es esta gracia gratis la que nos sostiene para continuar sin desmayar..Es este signo el que es indeleble e irrepetible porque fue concedido solamente una vez y para siempre como la confirmación en este mismo amor..
Pero existe el sacerdocio ministerial junto al común de los fieles pues no son antagónicos sino complementarios porque uno se ordena al otro.
Pero consta que Cristo llamó a todos al sacerdocio “de los fieles” pero solo a los Doce los llamó El mismo al ministerio para “pescar” seres humanos. Y “los envió” como el Padre “le envió a El” a predicar el amor del Padre. Por ESO el sacramento del orden que se confiere en la “persona de Cristo” es indeleble e irrepetible porque es un carisma propio de Cristo y de la Iglesia hecho para el bien de todos y por tanto sería absurdo e inadecuado quitarlo o extinguir algo ordenado a los sacramentos de la salvación pues Jesús permanecerá con Su Iglesia “hasta el final de los tiempos”
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Carmen, no he dicho “más capacidad para amar” sino, “el soltero tiene más tiempo que el casado”.Por ejemplo: yo estoy casado con mi mujer hace 38 años, y no tengo “más” tiempo para leer a los Padres de la Iglesia. Solo eso es la diferencia y lo demás fluye.
Saludos hermana
Perdón. Soy muy pesada
Para mí el sacerdocio es una forma de vida. Tan respetable como otra, pero no más.
Y perdón otra vez , pero me gusta pensar que mi dios no llama a nadie en particular. Si recurrimos a la idea de un dios antropomórfico, con sentimientos humanos, me gusta pensar que ante sus ojos somos todos iguales. Ni pueblo elegido ni personas elegidas. Porque si no fuese así, menuda tristeza.
Son diferentes maneras de pensar.
Coincido plenamente con su sentimiento de Dios y su profunda libertad de ser.
De acuerdo en este sentir de Dios Abba.
Pero no comprendo… porque se dice de él:
Cura y casado… Si ahora es esposo_compañero de camino y quizá padre, el ser cura… ya pasó, porque para nada, creo que imprima ninguna clase de “carácter”.
Cuántos problemas nacen de ese sentimiento, ya fue… adiós… No lo que de bueno aprendió.
Hoy recorre otro camino, y hay que andar por el, con la misma entrega que parece que hizo en su anterior caminar.
De verdad… ¡No lo puedo comprender!
m* pilar