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Carta al juez Llarena

¿Puede un simple ciudadano expresar respetuosamente su perplejidad ante algunas actuaciones de la justicia que considera injustas? Me estoy refiriendo al problema catalán y por eso debo comenzar diciéndole que, antes de esta carta, me he sentido llamado a criticar los pasos  del independentismo: no porque crea que no se puede ser independentista, sino porque estimo que se ha llevado a cabo el proceso a base de ilegalidades, mentiras y falta de democracia auténtica. Para no hablar del lamentable ridículo de un señor Puigdemont, cobarde primero y egótico después.

Pero una vez dicho esto, creo que combatir la injusticia injustamente es un modo de acabar fomentándola. Por eso no puedo solidarizarme con la decisión de mantener en prisión preventiva tan prolongada, a los inculpados por el proceso catalán. En cuanto yo sé, la prisión preventiva es una decisión que se toma sólo en última instancia y para evitar que el imputado pueda influir en el proceso. Si se teme que vuelva a delinquir, queda el recurso de volver a encarcelarlo, pero no por eso se le debe negar de antemano la libertad, a menos que exista un peligro para la sociedad que no se da en este caso. Y si además dejan su acta de diputado desaparece ese peligro.

Hay dos principios fundamentales en el derecho romano que me parecen aplicables aquí: el summum ius puede convertirse en summa iniuria; y hay que estar siempre in dubio pro reo. Porque si no, se corre el riesgo de que luego el presunto reo sea absuelto o condenado a una pena mejor que la presión que ha tenido que soportar. Lo cual hiere gravemente la confianza en la justicia y acaba convirtiendo en “presos políticos” a lo que en el principio eran simples “políticos delincuentes”.

No entiendo por eso que un juez pueda dar un veredicto de prisión preventiva amparándose en las consecuencias políticas que pudiera tener la libertad, en vez de ceñirse a las razones jurídicas. Y mucho menos, si ha recibido un aviso del gobierno sobre esas consecuencias políticas: porque así vuelve a minarse la confianza en la justicia. Comparto por eso la opinión de Amnistía Internacional que considera “excesiva y desproporcionada” la permanencia en prisión de Jordi Sánchez. Usted quizás habrá visto la película de Spielberg sobre los papeles del Pentágono. Las consecuencias políticas de no condenar al New York Times ni al Washington Post eran entonces mucho más terribles que las que podrían seguirse de la libertad de los encarcelados catalanes de hoy. Sin embargo, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos supo ser fiel a la imparcialidad de la justicia. Por otro lado, si queremos atender a las consecuencias políticas, mucho más graves me parecen las que pueden seguirse ahora de una ruptura aún mayor de la convivencia entre los catalanes, que va a necesitar mucho tiempo para rehacerse. Y créame que convivir en ambientes de odio, desautorización y hostilidad previos, es de las cosas más trágicas que nos pueden ocurrir.

Me parece finalmente que la acusación de “rebelión y sedición” es también excesiva y desproporcionada para los autores de la declaración de independencia y, en este sentido, habría que haber tenido más en cuenta la decisión de la justicia belga cuando se negó a entregar por esos delitos a los huidos a Bruselas. Las sesiones de septiembre en el Parlament catalán fueron vergonzosas y ridículas, pero no fueron una decisión impuesta “pistola en mano”, como la famosa del coronel Tejero en aquel lamentable 23F. Y otra vez aquí me parece aplicable el principio de “in dubio pro reo”.

Perdone Ud. esta carta que no es un ataque personal hacia alguien a quien no conozco y que tiene además fama de persona serena. Quiere ser sólo una respuesta a eso que se nos dice tantas veces a los ciudadanos (sobre todo si nos dedicamos al mundo de la pluma): si puedes hacer poco, haz ese poco aunque luego no sirva para nada. Un saludo cordial.

 

 

24 comentarios

  • Juan García Caselles

    Sigo con el comentario:

    Pues claro. Todo poder, si lo es de verdad, termina en la punta de la espada, nos guste o no. Ya querría yo vivir fuera del capitalismo, pero no me dejan. Y estoy seguro que a Cataluña tampoco y aunque no pretendiera salirse del capitalismo, tampoco la dejarán que se vaya del mercado. Con las cosa de que a los poderosos no les importa saltarse sus propias leyes sin el menor reparo. 

  • Juan García Caselles

    María Luisa:

    Pues claro. Todo poder, si lo es de verdad, termina en la punta de la espada, nos guste o no9. Ya q

  • Alberto Revuelta

    Estimada Maria Luisa, un servidor hablaba más modestamente sobre el saber ver lo real que nos rodea y condiciona. Por supuesto que los ideales políticos o profesionales condicionan lo real y permiten luchar para lograrlos. Pero sin ver lo que nos ata, condiciona o amenaza de inmediato no es posible, estimó, que aquellos se puedan lograr. Una noticia de esta madrugada: un grupo de trabajadores de cooperativas de cría de animales en granjas de Cataluña va a acampar o manifestarse ante el Parlament. Razón: los cooperativistas propietarios de la granjas están sometidos a la ley catalana que establece unos salarios elevados para sus trabajadores contratados. Han despedido a aquellos que no aceptan someterse a la decisión de los cooperativistas de poner sus empresas bajo el paraguas regístral y reglamentario de la ley autonómica gallega que tiene bajaremos bajos, salariales, de esos trabajadores. Para el uno de marzo tienen previsto despedir a otros 300 si no aceptan galleguizarse en Cataluña. A ese realismo de los dueños de las cooperativas, pastuño en este caso, era al que yo sin ánimo de molestar me refería. Buen fin de semana

    • M.Luisa

      Sí, D. Alberto, tiene mucha razón con esto que dice de considerar el problema desde una perspectiva más inmediata y corta como la noticia que me traslada de estos trabajadores, de la cual aquí todavía no he oído hablar de ella pero se hablará sin duda en cuanto se manifiesten ante el Parlament como usted me indica y entonces quizá pueda comentarle algo.

      Mientras tanto también le deseo un Buen Fin de semana

  • M.Luisa

    Esta mañana al volver sobre el  artículo   me ha sorprendido  leer el punto  donde  se le expresa al juez Llarena  el parecer  vergonzoso y ridículo    que se produjo en las sesiones  de septiembre en el Parlament  de Catalunya .

    Lo digo   no porque me parezca excesiva la    comparación  entre lo que allí sucedió  en septiembre   y el  asalto   con pistola en mano  de aquel  23F en el Congreso,  que siendo realmente grave tal comparación tan sólo para mí  es un  efecto surgido, como otros tantos que surgen  a fuerza   de repetir relatos inventados.

    La razón, pues,  es otra  que me temo  no haya llegado a todas partes y es que aquellas   famosas y polémicas sesiones parlamentarias del 6 y 7 de septiembre en las que después de aquel debate maratoniano  y haciendo uso del artículo 81.3 del reglamento del Parlament , se aprobaron    tanto la ley del referéndum de autodeterminación como la de transitoriedad, al fin fueron avaladas por el Tribunal Constitucional. Éste no admitió el recurso  tramitado por la oposición y  reconoció  que “las maniobras” llevadas a cabo en aquellos días son habituales en los distintos Parlamentos autonómicos y en el Congreso de los diputados.

    Sin embargo, para el unionismo esta referencia  mejor silenciarla  no sea que se olvide  todo aquel rimbonbante discurso  de emotividad  que ahora tan inutil resultaría.

  • George R Porta

     
    Sin ánimo de interferir o impedir y menos la capacidad de responder de Alberto Revuelta a la pregunta de María ofrezco la siguiente definición del «Principio de Realidad».
     
    Posiblemente fuera Sigmund Freud quien originara la idea de un «Principio de Realidad» en lucha o en contradicción con un «Principio de Placer» en las dinámicas psíquicas que trató de explicar en su psicoanálisis. Aquél puede ser definido como sigue, aunque simplificadamente: 
     
    1. La satisfacción inmediata y completa de todas las necesidades y apetencias posibles de una persona implicaría su muerte porque carecería de motivos o razones para continuar existiendo. 
     
    2. El Principio de Realidad rige el funcionamiento del Yo (o Ego en la estructura psicológica que por razones didácticas propuso Freud) como mediador (el Id y el Superyó o Superego) y permite que el sujeto negocie la suficiente satisfacción renunciando en alguna medida a la aspiración instintiva de satisfacción total.
     
    3. Los trabajos del psicólogo ruso Lev Semyonovich Vygotsky (1896-1934) que se especializó en el crecimiento o desarrollo humano y creador de la psicología histórico-cultural, la cual quedó inconclusa por su muerte y por las restricciones del sovietismo, influyeron grandemente en las investigaciones neuropsicológicas del extraordinario Alexander Romanovich Luria (1902-1977) y su interés por el desarrollo de la capacidad de adaptación humana. Luria demostró la vinculación de la conducta con los procesos secundarios corticales y es considerado el fundador de las pruebas clínicas neuropsicológicas, que abrió un inmenso campo a la neuropsicología actual.
     
    4. Las funciones ejecutivas del Córtex instrumentan lo que Freud llamó «Principio de Realidad» que representa el trabajo que efectúa el córtex para que la persona se contente con la satisfacción máxima que le es posible en un momento con relación a las limitaciones que le impiden una satisfacción mayor de lo que considera necesario para sentirse bien. Es decir, es la función neuro-psicológica que reduce suficientemente la satisfacción a la «mayor medida» dentro de las limitaciones inevitables o invencibles. El objetivo es la adaptación eficiente o la supervivencia de la persona con el mínimo de angustia o frustración.
     
    3. Los “procesos secundarios”, llamados así por no ocurrir por efecto de la opción intencional o voluntaria y también llamados «funciones ejecutivas corticales», incluyen los siguientes: La memoria, el juicio o discernimiento, la inteligencia, el control del impulso, la capacidad de distinguir la realidad de lo imaginario (sobre todo y por ejemplo, reconocer que las voces que escucha no sean alucinatorias), la voluntad, la capacidad de reconocer prioridades, la capacidad de comunicar efectiva y eficientemente por medio del lenguaje verbal u otro, etc. Este conjunto de habilidades o capacidades permiten interactuar con el ambiente, comprenderlo, aprenderlo y modificarlo a fin de descubrir los mecanismos y relaciones causales entre las cosas y fenómenos puede hacer más efectivo y menos peligroso la satisfacción de los deseos o necesidades de mera supervivencia o adaptación o las de placer. 
     

    • M.Luisa

      Estimado George, tus interferencias siempre vienen bien, aportan datos que son de muy agradecer porque enriquecen cualquier tema, sin embargo, ya ves, la realidad da que hablar pero no creo que dé tanto como para poder definirla.

      Ciertamente que S. Freud aportó mucho a la ciencia con su análisis minucioso y paciente, sin embargo teniendo en cuenta que se educó dentro de los cánones del positivismo su visión de la realidad siguió siendo de carácter dualista. Es verdad que poco a poco en su tesis fue introduciendo otros factores a parte de los estrictamente neurológicos como los psicológicos, emocionales, sociales, culturales, etc., pero aun así al final no se sabe muy bien si de lo que está hablando es de enfermedades o de trastornos del comportamiento.

      Pienso que si el positivismo se había empeñado a reducir el mundo al régimen de los hechos. Ahora superada aquella etapa vemos que además de “hechos” en la vida humana hay otras cosas que llamamos valores que es lo más importante que tenemos en nuestras vidas y a los cuales debemos entregarnos para realizarlos.
      Un cordial saludo

  • M.Luisa

    Gracias, Mauricio ¡no veas la que me va a caer! bueno es broma …todos/as tenemos derecho a opinar! un saludo amigo!

    • Juan García Caselles

      María Luisa:
      Es posible, que yo sé poco al respecto, que el principio de realidad no sea aplicable al caso, si es que tal principio existe.
      Pero, por si las moscas, con todo el cariño te lo digo, si vas a atravesar la vía, no dejes de mirar si viene el tren.
      Es más, si no te asustan los trenes, ten por lo menos la precaución de esquivar al poder, no solo al poder del estado, que tiene un poder relativo, sino sobretodo al poder del capital.
      Y perdona, porque ya sé que no deben darse consejos a quien no los ha pedido, pero es una de mis debilidades, que me sigue conmoviendo la inocencia con que tantos catalanes se han apuntado a una empresa inalcanzable, hoy por hoy.

    • M.Luisa

      Juan García:
      un consejo siempre viene bien y más si viene de usted que siempre me agrada lo que escribe

      Pero, por qué, puestos a dar, y se lo digo también con todo cariño, no dar, además, a todos estos catalanes inocentes una razón por la cual cree usted que la empresa que persiguen es inalcanzable?

      • Juan García Caselles

        Inalcanzable, hoy por hoy. Hace unos días leí que dentro de 3.000 años no existirá España, ni Cataluña tampoco. Pero hoy vivimos en el capitalismo, en el que los que cortan el bacalao son los de la burguesía imperialistas, o la burguesía de la multinacionales o el gran capital, como prefiera llamarles. Y a esos no les interesa la independencia de Cataluña como quedó claramente expresado cuando la Caixa y el Sabadell pusieron los pies en polvorosa.
        Es que no se trata de democracia, ni de justicia, ni de historia, se trata del poder. Y los poderosos suelen ser muy celosos en esta materia y no se andan con bromas. No ver algo tan evidente solo puede entenderse desde la inconsciencia en que nos sumen sentamientos tan poderosos como el egoísmo, el miedo, la pasión, o el nacionalismo. Si alguien esperaba que los poderosos iban a renunciar a su poder sin más, no sabe de la misa la mitad, o quizá solo trataba de escurrir el bulto.

      • M.Luisa

        Inalcanzable, dice uste, de acuerdo porque la independencia no lleva a ningún fin.

        2/ dentro de 3.000 años no existirá ni España ni Cataluña, de acuerdo también, pero esto no quiere decir que como entidades necesariamente haya de terminar mal su existencia.

        Pero volvamos a lo primero. Inalcanzable porque la independencia, como le digo, no conduce a ningún fin, es sólo un medio inscrito en un proceso que aspira a la autosuficiencia, sea ésta la de una persona, sea la de todo un pueblo, en virtud de la cual, ambos, abiertos al mundo en solidaridad. La solidaridad para ser real y efectiva ha de contar con esta premisa de la autosuficiencia.

        Respecto al capitalismo: me está usted diciendo que porque vivimos en un sistema capitalista vivir fuera de él no nos sería posible? Que quién así piensa vive en la inconsciencia? Mire usted yo he vivido siempre de mi trabajo y de mi esfuerzo de manera responsable y consciente.

        Me temo que su pensar limita e instrumentaliza la razón adecuándola a la realidad imperante por muy irracional que ésta sea.

        Me da la impresión que ambos le damos un sentido muy distinto al concepto de poder. Digo esto porque si se trata de un poder, como usted dice, bajo el cual se camufla la democracia, la justicia, la historia, entonces de lo que se está hablando no es de poder sino de fuerza bruta.

  • M.Luisa

    Con todos mis respetos Don Alberto,  ¿Cuál es el principio de realidad?

    La indeterminación de la realidad por donde transitamos los humanos se diferencia de la determinada realidad    en la que se mueven  las vacas.

    Los efectos de las leyes de la gravedad pueden servir tanto para una vaca como para una persona  sin embargo sólo podrá dar razones causales de ellos la persona.

    Y por esto, porque la realidad es indeterminada  y abierta las leyes están al servicio  de los seres humanos  y no a la inversa  como si éstos hubieran de someterse a ellas,  que es por analogía, lo que  pretenden los políticos hacer con la Constitución.

    Y es precisamente por esto además  que el arte de la política, a mí entender,  no es hacer posible lo necesario, sino como decía Aristóteles que consideraba  la política como la suprema ciencia práctica encargada de culminar las grandes aspiraciones humanas

    Un saludo cordial

  • mauricio

    Totalmente de acuerdo con M.Luisa

  • Alberto Revuelta

    En el Parlamento inglés en pleno siglo XIX un diputado interrogó a un compareciente en comisión sobre la seguridad de su empresa ferroviaria, privada claro. “Si una vaca cruza
    la vía viendo el tren, ¿qué ocurriría?”. Mal asunto para la vaca, fue la respuesta del empresario del ferrocarril.
    El principio de realidad era suficiente para saber el destino de la vaca que cruza la vía viniendo un tren. No son comparables la estructura y potencia del tren con la de la vaca que intenta cruzar buscando mejores pastos en la campiña de Essex.
    En el conflicto entre independentistas catalanes y el Estado español está faltando, creo, el sometimiento de aquellos al principio de realidad, sin el cual no puede conservarse la salud mental ni tampoco hacer política que es el arte de hacer posible lo necesario.
    Los ciudadanos españoles que desean la independencia de Cataluña, deben ejercer el arte de hacer posible lo que para ellos es necesario. Y ese arte pasa por tener los pies y la cabeza en el plano de la realidad.
    La realidad es que el tren del Estado es más poderoso y lo seguirá siendo que quienes desean cruzar la vía sin mirar.
    Por mucho que cueste este conflicto es sabido quién va a dominar la vía. Si los actuales dirigentes de los partidos independientes no miran por donde viene el tren, otros lo harán
    por ellos.

  • Juan García Caselles

    Básicamente, de acuerdo. Pero como no conozco a fondo lo que hay en el sumario, no me atrevo a juzgar las decisiones del magistrado Llerena. Así, a primera vista, parce que lo de sublevación es excesivo y lo de sedición, solo probable, aunque, repito, carezco de los suficientes datos para saberlo a ciencia cierta.

    Tampoco sé por qué el fiscal sigue pidiendo el mantenimiento de la prisión provisional, aunque creo que es fácil de ver bajo la puerta la patita de la cabra, digo, del Gobierno.

    Nada de esto tendría sentido si de lo que se tratara fuera lo de resolver el problema catalán, pero adquiere un cierto sentido (eso sí, siniestro) si de lo que se trata es precisamente de lo contrario, o sea, lo de mantener la tensión en Cataluña para esconder problemas más urgentes y seguir obteniendo los preciados beneficios que hasta ahora el tal problema le ha proporcionado a los empresarios, que prefieren que la gente se muera de hambre (o de cáncer) con tal de seguir aumentando su capital, al mismo tiempo que Don Mariano se sostiene en el poder, pese a quien pese.

  • M.Luisa

    (…) añado un párrafo que no seleccioné, a veces  me ocurre.

    “No se  olvide que el presidente Puigdemont marchó  a Bruselas en busca de justicia huyendo de la injusticia española  fácil de entender  a la vista de este artículo”.

     

     

  • M.Luisa

    Tal vez esta  perplejidad  de la que habla el autor sobre las injustas  actuaciones de la justicia española  puedan explicarse  bajo la forma y el propósito de aquello que se denomina “guerra judicial” pueden consultar en Wikipedia. Incluyo sólo un extracto.

    Guerra jurídica (Lawfare), una palabra inglesa de reciente acuñación que aún no figura en el Diccionario Inglés de Oxford,1 y es una contracción gramatical de las palabras “ley” (Law) y “guerra” (warfare), esta última para describir una forma de guerra asimétrica.2 define “Guerra jurídica” como el uso ilegítimo interno, o del derecho internacional con la intención de dañar a un oponente, consiguiendo de dicha manera la victoria en unas relaciones públicas, paralizar financieramente a un oponente, o atando en el tiempo a estos para que no puedan perseguir otras empresas como presentar sus candidaturas a cargos públicos.32 El término “guerra jurídica” se usa más comúnmente como una etiqueta para criticar a los que utilizan el derecho internacional y los procedimientos legales para hacer reclamaciones contra el Estado, especialmente en áreas relacionadas con la seguridad nacional.1

    Se está  pronto a recriminar el proceso catalán  como una sucesión de ilegalidades  pero en cambio no sé con qué otros ojos no se detecta  las acciones judiciales que, con apariencia de legales  y al abrigo  influenciable de los medios, llevan produciéndose contra Cataluña desde el año 2010  empezando por el instrumento  más decisivo como  el Tribunal Constitucional.

    O, ¿acaso su sentencia, en aquel año, teniendo en cuenta   que amputó un estatuto de autonomía aprobado   en referéndum por los catalanes, no tuvo ya carácter de  ilegalidad? ¡Allí empezó todo!
    Si se quiere hablar de ilegalidades empiécese por este hecho tan contundente.

    Por otra parte, no entiendo,  a menos  que se viva en horas bajas la democracia,   cómo se puede juzgar de cobarde  a alguien que  encabezó el partido más votado en las elecciones  del 21-D “legales” y en las que de antemano se interpeló al gobierno del estado para asegurarse de que se respetaría el resultado de un candidato que se pudo presentar a las elecciones perfectamente

    Sé que las críticas me van a caer pero   espero  que sean suaves como la nieve  que está cayendo ya sobre Barcelona.

  • Carmen

    Es como algo irreal todo esto. Lo ves en una película y sales del cine como de aquellas películas de Losey , de Buñuel o de alguno de ese tipo de directores. Recuerdo que preguntaba, pero…habeis  entendido algo? Pues me daban diez explicaciones distintas. Pues bueno, pensaba.

    Pues bueno, pienso ahora

    Pero claro, el problema es que es real. Y una vez más la realidad supera a la ficción.

    Y esto es lo que hay. Y no sabemos hasta cuando.

    Un saludo cordial.

  • Miren Josune

    Es bastante razonable que la justicia deje un margen para la rectificación de posibles errores y actitudes que puedan ser objeto de delito, Creo que laa leyes nunca debieran estar por encima de la persona sino al revés, la persona tenida en cuenta ante que la Ley.

    No puedo comprender, el hecho de llamar prisión preventiva, a una acción que se prolonga en el tiempo, en ausencia de peligrosidad o persistencia en el delito imputado.

    No soy jurista, más el sentido común me dice, debemos siempre dar una oportunidad mesurada y prudente, la llamada “libertad condicional”.

    Es evidente que la Ley, se ha hecho para ser aplicada y que la persona causante de delito deba cumplirla, más no todos los delitos son iguales, como tampoco los que infringen las leyes.

    Las consecuencias de saltarse las “reglas de juego”, llevan a situaciones lamentables, que no ayudan a resolver problemas sino que enquistan conflictos y hacen irreconciliables las diferentes sensibilidades.

    Los políticos, depositarios de la voluntad de los ciudadanos, no deben “utilizar” a estos, pensando en su propio interés y provecho, su obligación es SERVIR A TODOS sin distinción, no crear e imponer divisiones, separaciones, en razón de las ideas,la procedencia, religión y cultura.

    Mucho menos saltarse el orden establecido de un Estado de derecho, así, “por la cara” de los señores Puigdemont y otros irresponsables, los cuales, no hacen otra cosa que gastarse el dinero de los ciudadanos en viajes y eventos, dejando a la población sin gobierno estable y a merced del libre albedrío de tantos, que obsesionados con sus delirios, sus patrias y banderas, ni hacen ni dejan hacer.

    En la carcel no van a poder “curarse”, ahora bien, estar en el paro y sin cobrar, sus más que agradecidos sueldos y otros privilegios añadidos, les vendría como la mejor y más saludable “medicina”.

    ¡Cuántos se quedarán sin pan para sus hijos y sin trabajo!

    Salir de prisión, si, cuanto antes, y después, dejar y ver qué es lo que arreglan y hacen estos “trepas” políticos.

    Miren Josune

  • George R Porta

    No soy abogado pero he estado envuelto con un número significativo de presos y de personas en proceso de ser juzgados. Leo en el artículo lo siguiente: «Hay dos principios fundamentales en el derecho romano que me parecen aplicables aquí: el summum ius puede convertirse en summa iniuria; y hay que estar siempre in dubio pro reo.»

    Esto es cuestionable cuando la constitución legaliza el derecho a no autoincriminarse que es esencialmente opuesto a idea de responsabilizarse por la propia conducta. Parece preferable que nadie condene antes de ser debidamente juzgado al o la acusada, pero eso no debiera eximir de la obligación de responsabilizarse con los propios crímenes. Si una cosa es explotada en algunos países de jurisprudencia sajona es que quien acise tenga que probar la culpabilidad criminal del/la presunto/a culpable sin que simultáneamente, éste/a tenga que demostrar su inocencia.

    La norma a que alude González Faus tiene sus excepciones. Por ejemplo, por siglos la moral católica ha responsabilizado a la mujer con la prevención de escándalo y sin embargo no ha responsabilizado igualmente al hombre. Lo mismo ocurría en tiempos del Galileo Jesús y sigue ocurriendo en la jurisprudencia islámica que exige a la mujer cubrirse con las burkas para prevenir que la fama del marido sea dañada si otros hombres admiraran la belleza de su figura corporal, pero en cambio no le exige a los hombre que se abstengan de mirarla.

    Esto equivale a la presunción condenatoria de la mujer y a la presunción de inocencia por parte de los hombres en lugar de adjudicar el escándalo a ambos, mujer y hombre si lo hubiere. esta forma de jurisprudencia es la que sostiene el machismo en todas partes y muy poco gente la cuestiona, except desde luego la propia mujer cuando adquiere consciencia de ello. Es justo decir que en general el mundo avanza hacia un sentido de justicia más equilibrado.