En la España de Franco se decía: “Aquí hay libertad, puedes ser del Madrid o del Atlético”. Ahora esa libertad se ha ampliado mucho, no cabe duda. Ahora puedes votar a Rajoy, a Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias, o puedes tirar tu voto en alguna opción minoritaria a la que una amañada Ley Electoral no le da la menor oportunidad de conseguir un representante. Puedes votar a quien quieras, pero la democracia, eso de que manda el pueblo, sigue siendo un ideal lejano. Mandar, lo que se dice mandar, mandan los de siempre, los que tienen la riqueza, los bancos y las grandes empresas. Y a esos no los vota nadie. A todo tirar los votan los accionistas mayoritarios cuando hay que elegir presidente de la empresa. Pero ser accionista mayoritario cuesta una cantidad de millones que, desde luego, no está al alcance de ningún lector de este artículo.
Pero el teatro les funciona perfectamente. Y les funciona perfectamente porque todos, desde la derecha y la izquierda, siguen hablando de democracia y colaborando con todo entusiasmo para mantener la representación en marcha. Cuando hay elecciones todos compiten democráticamente para conseguir los votos que los lleven al gobierno. Pero ninguno nos dice que no elegimos gobernantes, que realmente solo elegimos administradores al servicio del gran poder económico.
La derecha desde luego no lo va a decir, su idea de democracia es totalmente compatible con la autoridad suprema de los poderes económicos. El PSOE tampoco. Es como el dios griego Jano, el de las dos caras, con la que mira al pueblo pone gesto de agitador de masas y habla de justicia y solidaridad. Con la que mira a la élite económica pone un gesto obsequioso, y cuando esta le ordena modificar la Constitución para asegurar el pago de la deuda por encima de los servicios públicos, no duda en someterse a sus órdenes sin el menor gesto de protesta.
Ahora con el lío de Cataluña se ha montado un gran tinglado a propósito de la soberanía. Pero soberano de verdad sólo es el gran capital, la Trilateral y compañía, que hablan por boca de sus testaferros políticos o económicos, la señora Merkel o Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo. Y ese poder va a seguir teniendo la verdadera soberanía, se independice Cataluña o no. Y si no, que se lo pregunten a los griegos.
Los líderes de los grupos políticos a la izquierda del partido socialista creo que son conscientes de esta situación, pero prefieren callárselo o decirlo tan bajito que no se entera ni el cuello de su camisa. Quizá piensen que si la gente es consciente de esta realidad se va desanimar y no les votará. Pienso que es un grave error político. Si confiando en sus promesas de cambio, la gente les vota, y luego ve que tienen que rendirse ante el poder de los mercados, la frustración y el desencanto van a tener peores consecuencias.
Solamente sobre la verdad se puede construir algo sólido y duradero. Sobre la verdad que proclamaban los carteles del 15M,”Le llaman democracia ¡y no lo es!”.
Luchar para que la sociedad tome conciencia de la situación, no disimularla. Poner claramente de manifiesto que hemos llegado a esta democracia minusválida porque engañaron al pueblo y le llevaron a tomar una serie de decisiones políticas equivocadas. Pero, si nos hacemos conscientes de cuál es la realidad de hoy en el mundo, podemos dar los pasos adecuados para revertir esas decisiones políticas tan perjudiciales
Porque sólo partiendo de la verdad podremos llegar a disfrutar de una auténtica y real democracia. Recordar que ¡En un mundo de engaño universal, decir la verdad ya es revolucionario!
A propósito de verdad, política y religión. Robert Mugabe va a continuar jugando un papel en la política de zimbabwe, según ha contado a la bbc el jesuita que ayudo en las negociaciones de su renuncia al poder. El padre Fidelis Mukonori sera consejero del nuevo presidente.
Mugabe renuncio el martes tras la intervención militar y días de protestas masivas.
Mukonori no puede confirmar que se le concedieran 10 millón es de dólares al exlider para facilitar su salida.
Interesante que haya un cura envuelto en las negociaciones de transición que no pueden ser muy radicales ni ir muy lejos porque quien sustituye a Mugabe es su vicepresidente. ¿Cuando a prenderá los curas a no mezclarse en las transiciones sucias? En fin… Constantino estuvo clarísimo cuando comenzó la tranformación que lideró por la invitación a clérigos católicos romanos a que asumieran posiciones públicas de gobierno. Las mafias estadounidenses lo aprendieron de las sicilianas y si alguien es admitido, lo es solo después de mancharse las manos de sangre en circunstancias peculiares. No tiene que matar, solo tiene que disparar al cadaver y entregar la bala al jefe del grupo Mafioso, una especie de garantía de fidelidad…
¿Cuál es la relación entre la verdad y la política (o con la democracia)?
En materia politica más bien se trata de la necesidad de Justícia más que de Verdad. En materia de politica, sobre todo cuando el poder decisorio es tan alegremente delegado como en la llamada «democracia representativa», parece imposible lograr la satisfacción suficiente de todas las partes envueltas, siempre ha quedado alguna parte insatisfecha, la minoritaria, la menos poderosa. Nunca es la parte más poderosa, la que es legalizada en su ación social por el voto de la mayoría.
Una mayor frecuencia de referendos no vendría mal, pero son caros pues el procesamiento de datos rápido y con mayor validez o exactitud, requiere de una tecnología cara y ésta es susceptible de corrupción También: Otro problema de justicia. Y además en el caso de Catalunya quedó evidente que un tribunal puede ignorar o violar el deseo de muchos e impedirlo a solicitud de una de las partes interesadas, cuando debieran ser (los referendos) siempre autorizados.
Después, la jurisprudencia se encarga del resto. La Constitución debiera ser la Ley más fácil de adaptar a fin de corregir sobre la marcha sus imperfecciones y es lo contrario, la más rígida y difícil de modificar.
Siempre será muy difícil cambiar legalmente el Sistema de Relaciones Políticas mientras el Sistema de Relaciones Económicas que las materializa, literalmente, que las paga, esté sostenido por una estructura comercial de Mercado Libre o desregulado y mientras los inversionistas sean escogidos por los dioses y los obreros y campesinos (donde aún los haya) no puedan participar de la reinversión del capital que producen (otro problema de injusticia) y el pueblo (en su mayoría coincide con el «quién» de los obreros y campesinos) no pueda objetar (referendos) votando las leyes antes de que entren en vigor.
Quienes van a tener que sufrir o disfrutar de las consecuencias de la Ley es solo de justicia que se sometan a ella, a la ley, voluntariamente).
Así pues, no se trata de in problema de verdad, sino de Justicia, que guarda una relación directa como valor teleológico con el valor universal de la Bondad y esta debiera, en materia politica, encontrar materialización en el Bien Común. Por otra parte, el único modo de definir el bien común parece que requiera que las «fuerzas» o el poder distribuido en las personas expresen su deseo por medio del voto directo y que lo hagan discerniendo no qué sea Bueno para cada uso a solas, sino imaginando qué sea bueno para todos.
Claro esto que sigo es utópico porque ¿dónde se dan las condiciones materiales para que esto ocurra si el Sistema Educacional es un reflejo del Sistema de Relaciones Económicas vigente y éste basado en la injusta distribución de la riqueza y enraizado o penetrado por noción darwinista de que el mejor ha de ser el más fuerte o el más capaz, o el que alcance la excelencia y lo que es peor, que al resto solo le quede sometérsele?
Hola!
Leo:
– “Porque sólo partiendo de la verdad podremos …”-
………………..
Pilato fue un cagón! Ok! De acuerdo!
Pero el tipo no acusó, sino que fue honesto consigo mismo (¿con nosotros mismos?):
– “Pilato le preguntó: ¿Qué es la verdad? Y habiendo dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en Él.”- (Juan. 18,38)
Sí, decir la verdad ya es revolucionario, pero ahí se queda la cosa. ¿Engañan al pueblo o nos dejamos engañar porque nos agarramos a lo que ya tenemos? ¿Hay que cambiar a las bravas o tratar de cambiar lo que se pueda? La respuesta quizás dependa -en la mayoría de los casos- de cómo lo estemos pasando cada uno.
“La verdad os hará libres” (Juan 8:32)
Sí, pero la cosa tiene dos pegas, por lo menos.
Una, que la gente no quiere saber la verdad, lo que quiere es ser rico o, como mucho, encontrar un papaíto que les resuelva los problemas a cuyo efecto estará dispuesto hasta el sacrificio de echar un papelito en una caja el día que manden los jefes.
Y, otra, que si te empeñas en proclamar la verdad se te echarán encima todos los poderes del capital y suerte tendrás si puedes contarlo.
O sea, que si vas con la verdad por delante no te vota ni Dios y, además, no saldrás en los periódicos ni en las teles y no habrá banco que te financie la campaña.
Todo esto es la clave de por qué mienten todos los políticos, en mayor o menor medida, según los casos.
Aún así, malo es esto de la actual democracia, pero lo otro es peor, que ya nos lo advirtió, según cuentan, Churchill cuando dijo aquello de que “la democracia es el peor de todos los sistemas, si exceptuamos todos los demás”.