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La mística del urbanita

Gil de Zúñiga 1Jesús de Nazaret fue un místico urbanita frente a Juan Bautista, místico del desierto. Curiosamente es esta mística del “desierto”, de la “huida del mundo”, la que se ha impuesto sobre todo a partir del s. V con el monacato de san Benito. Y desde aquí se ha elaborado un paradigma de la mística, que se presenta como algo exclusivo monacal, según la literatura  al uso sobre espiritualidad.

Jesús de Nazaret, un místico laico, que no huye de los centros urbanos; por el contrario, vive en ellos y recorre poblados de Galilea, de Samaria y de Judea. Y en esa tarea agotadora de ir de pueblo en pueblo predicando la Buena Nueva desarrolla la mística urbanita, que me parece un modelo a seguir.

Jesús de Nazaret lleva a cabo una doble tarea, basada en un programa de cambio radical de la condición humana. La primera, vertical, en la relación humana de su religación con la Trascendencia. Y la segunda, horizontal, en las propias relaciones de los seres humanos entre sí.

Respecto a nuestra religación con Dios, Jesús de Nazaret nos indica desde su vivencia personal el camino a seguir. Dios es Padre-Madre que está con nosotros y que nuestra relación con Él-Ella ha de ser fluida, en cualquier circunstancia, de nuestra existencia, sin templo ni liturgias, aunque haya determinados momentos para “subir al templo” y poder celebrar litúrgicamente la presencia del Misterio entre los seres humanos. El nuevo rostro de Dios es el del padre de la parábola del hijo pródigo, o más bien habría que llamarla parábola de la existencia humana. Un Ser que acoge, que se compadece y perdona a aquel hijo que quiso realizar una experiencia de lejana autonomía. Con razón dice Ortega y Gasset que la persona que toma en serio su vida, que da sentido a su existencia es una persona profundamente religiosa. Jesús de Nazaret siente la presencia del Misterio en cualquier situación, pero de vez en cuando se retira a espacios de silencio para vivir intensamente su relación con el Misterio. No puedo por menos de recordar la intensa vivencia espiritual, mistérica, de Manuel García Morente, ateo intelectualmente convencido, en aquella noche parisina de su exilio voluntario de finales de abril de 1937, después de escuchar unos fragmentos de L’enfance de Jesús de Berlioz. Es lo “fascinante” de la experiencia religiosa de la que habla R. Otto en su libro Lo santo.

Pero la mística laica de Jesús de Nazaret lleva su radicalidad insospechada al campo de la horizontalidad. En primer término hay que resaltar la compasión y la misericordia (en el sentido más genuino de las etimologías de ambas palabras: padecer junto con el otro y pasar por el corazón la debilidad propia y ajena), como expresión de la tolerancia y de la convivencia en armonía. El hombre no puede ser un lobo para el hombre (homo homini lupus, se decía). El “ojo por ojo y diente por diente” debe ser desterrado y sustituido por el “amor al enemigo”. Aunque no le falte razón a K. Marx cuando escribe que la violencia es la partera de la historia, sin embargo es preciso que la transformación interior de hombres y mujeres, desde la mística de Jesús de Nazaret, haga obsoleta la máxima marxista; por eso Él no lleva a cabo su revolución mediante la espada, mediante la violencia física, hasta el punto de que Él, con su muerte violenta, en un solo gesto, abraza esas dos realidades tan opuestas: víctimas y verdugos. Él pretende cambiar el corazón de piedra, preocupado por el bien personal o el esfuerzo por obtener bienestar y la seguridad económica, por otro de carne, como nos recuerda el profeta Ezequiel (Ez. 11,19). Es aquí, y en las otras características de la mística del nazareno, donde, a mi modo de ver, ha de insistir la teología de la redención, que son las que posibilitan un cambio profundo de nuestras actitudes. Y no de que Dios entregó a su hijo a la muerte, siendo su sangre el precio de nuestra liberación. En la noche de pascua hemos escuchado en el pregón pascual: “Dichosa culpa, que nos mereció tan especial Redentor”. Nuestra culpa no puede ser la causa de su muerte; la causa de la muerte de Jesús de Nazaret hay que buscarla en la radicalidad de su discurso y de su vida; o lo que es lo mismo, en su coherencia.

Ahora bien, la compasión y la misericordia llevan inseparablemente aneja la actitud de acogida, como la del padre del hijo pródigo, quien no sólo perdona con su abrazo al hijo que un día se marchó de casa, a la aventura, sino que lo acoge con un banquete de bienvenida a pesar de los recelos de su otro hijo. Esta acogida desde la horizontalidad es posible por el compromiso de Jesús de Nazaret con las gentes que le acompañan o con las que se encuentra en su recorrido por los diferentes poblados y ciudades palestinas.

De la acogida a la solidaridad con los más necesitados y sufrientes. Pero la solidaridad no es posible si previamente no ha habido una denuncia profética de las injusticias sociales, de la opresión del dinero y de las élites sociales, políticas y religiosas, como acertadamente refiere I. Ellacuría, del atesorar obscenamente riquezas que desembocan en la brecha social en contra de la providencia divina. No puede por menos referirse en su discurso programático de las Bienaventuranzas a los que trabajan y luchan por la justicia. De ahí que nos llama poderosamente la atención determinado gesto caritativo y de solidaridad de algún jerarca de la Iglesia católica, como es vender algunos bienes de la Iglesia local para que Cáritas los reparta entre los pobres y necesitados. Un gesto encomiable, pero desprovisto de apoyo profético, como es la denuncia de que la pobreza de muchos ciudadanos de su diócesis se les ha venido encima por las decisiones ultraliberales del gobierno actual; decisiones que han favorecido más al capitalismo salvaje que a los ciudadanos, cuyo resultado es bien patente: los ricos son más ricos y los de clase media y los pobres son más pobres.

Es la mística, pues, de Jesús de Nazaret la del urbanita con los “ojos abiertos”, como nos propone JB Metz. No hay mística sólo de la verticalidad; ésta tiene que prolongarse en la horizontalidad. No hay mística abstracta, sino inmersa en la temporalidad, en el acontecer diario de hombres y mujeres.

La mística del urbanita y la del hombre del desierto no se contraponen; al contrario, se complementan, como las figuras bíblicas de Juan Bautista y Jesús de Nazaret. La mística del cenobio tiene su rol propio y su permanencia en el tiempo es signo inequívoco de una vivencia espiritual radical. La mística del urbanita, en determinados momentos, necesita del silencio monacal para robustecerse, para hacer suyas las palabras de Teresa de Ávila: “Nada te turbe,/ nada te espante,/… quien a Dios tiene/ nada le falta:/ Sólo Dios basta”.

Abril 2015

21 comentarios

  • Santiago

    El modelo perfecto, pues, de santidad es Jesus de Nazaret..Representa pues el modelo de todas las místicas…En el camino de “perfección” del amor existen “muchas moradas”…Al proponer un modelo de perfección cristiana tanto mas seremos santos cuanto mas nos acerquemos del modelo acabado que nos ofrece Cristo….Cuando el Pueblo de Dios ha señalado a alguna persona para representar a este modelo siempre ha sido de acuerdo con el pensamiento de la época….No podemos juzgar la antigüedad ni la Edad Media con el mismo criterio y con el mismo parámetro que juzgamos ahora en el siglo XXI….Los principios no cambian…pero si la circuntancias y los accidentes…..En la Edad Media, por ejemplo, el crimen de apostasía equivalía al crimen de espionaje y de traición de lesa humanidad actual….Se juzgaba con lo que se tenía entonces y de acuerdo a ello ….y aunque ahora nos parece clara nuestra manera de pensar y juzgar, seguramente que, si el mundo resiste hasta el año 3000, nuestra manera de ejercer el amor y la justicia seguramente no será de la misma forma que en este siglo pues habremos ampliado nuestro conocimiento sobre la verdad……..Lo que importa es que deseemos hacer el bien…..y evitemos el mal….Que tratemos de realizar lo que la experiencia y lo que hemos recibido nos dice que es bueno……ya que las consecuencias de hacer el bien son siempre buenas……y de la misma manera una mala acción…nos llevará a un mal resultado….Solo podemos decidir con lo que tenemos ahora….

    Y así la santidad propuesta por la aclamación del Pueblo de Dios, informalmente, hasta pasado el año mil,….. como el formal y estricto proceso de canonización de los últimos siglos del segundo milenio, propuesto por la Iglesia,….. no es mas que un ofrecimiento a la libertad humana para que pensemos que es posible acceder al bien….asi Ignacio de Loyola, leyendo la vida de los santos -la única literatura existente durante su convalescencia- quiso “imitar y parecerse a Cristo mejor, eligiendo mas pobreza con Cristo pobre que riqueza,…… oprobios con Cristo lleno de ellos, que honores…y desear más ser estimados por vanos y locos por Cristo, que primero fue tenido por tal, que por sabios ni prudentes en este mundo (Ejerc. de S. Ignacio, G. Ubillos s.j.,pag. 436)…Por tanto, tenemos la oportunidad de elegir libremente el camino y la espiritualidad que nos parezca mas de acuerdo con el “modelo perfecto”…..La Iglesia solamente propone…nosotros somos libres de escoger lo que creemos que sea lo mas auténtico y veraz…aunque escojamos a un santo “anónimo”…pero en el que vemos retratado perfectamente al bien…y a la bondad….Pero existen muchos mas santos oficiales que nos acercan al modelo de Cristo, como Francisco de Asís, Teresa de Lisieux, Camilo de Lellis, Catalina de Siena, Francisco de Sales, Francisco Javier, Juan Bosco, Juan Masías, el Cura de Ars, Margarita de Cortona, Martin de Porres, Rosa de Lima, Maximilian Kolbe, Pedro Claver….etc. etc. etc…por citar solo a “algunos”….que otros , ……     que no nos parecen tan auténticos….El amor tiene expresiones diferentes…..y tambien diferentes grados…..Siempre debemos aspirar a la “radicalización” de este amor….pero no siempre es alcanzable en todos los seres humanos…..Yo creo que Jesus quiso y quiere….y propone, al menos, el intento…Lo mas alto requiere una constante voluntad nuestra junto con la ayuda de la gracia…..Como todos hemos nacido en el Pueblo de Dios, a todos nos es asequible esta mística….Solamente hay que tratar….
    Un saludo cordial de Santiago Hernández.

          

  • George R Porta

     
    He tenido la oportunidad de ver en Génova y en Alba y en Segovia y otros lugares los libros de cuentas de construcción y de economía de Teresa de Jesús y la lucha por la salubridad del lugar pero la pequeñez mínima para la huerta y un poco de sombra para la recreación.
     
    Todavía se puede leer la preocupación de Teresa por la escasez en que vivía Juan de la Cruz y Fray Antonio en Duruelo. Nada en la mente de Teresa o de Juan de la Cruz tenía que ver con las edificaciones de quienes le siguieron que construyeron para poder ser reconocidos por sus “obras” y para ello traicionaron a los fundadores.

    Recuerdo de las constituciones de Vicente de Paul que son extraordinarias, “por celda un cuarto de alquiler”, nada de conventos y menos hacerse llamar monjas y lo que devino el hábito fue en su tiempo el uniforme de las mujeres que servían de enfermeras o de “trabajadoras sociales”. Hoy día las cucharas de madera de Monserrat cuestan más que las plásticas y ya no las usan según las reglas y constituciones pero nada de eso estuvo concebido por los reformadores de la Trapa o de los Benedictinos como lujo. Los vitrales muchas veces los hemos exigido los propios seglares o laicos contribuyentes a las órdenes religiosas para comprarnos el cielo y hemos exigido que en un recuadro en la base se coloque nuestro nombre para fama y memoria.

    El historiador tiene derecho a juzgar el pasado desde el presente porque se supone que el progreso supere al pasado utilizándolo precisamente como plataforma de lanzamiento. Por tanto el “Magisterio” tiene una obligación de revisar y corregir las malas interpretaciones a la luz de los signos de los tiempos, y no lo hace, sino que insiste en mirar lo que le conviene con tal de no admitir la falibilidad que le hiciera morder el polvo con humildad y le arrebataría el aura de poder celestial que se atribuye.
     
    Nadie osaría enseñar hoy día la Mecánica de Newton sin aclarar todo lo que se ha descubierto después de ella, ni la antropología aristotélica sin enjuiciarla a la luz de los Derechos Humanos o el Derecho Civil Romano sin actualizar su percepción de la propiedad privada.
     
    La Chapelle du Rosaire de Vence (Riviera Francesa)  que (dizque) por amor a la monja financió y diseñó Matisse y adornó Chagall, en un edificio viejo, no seré yo quien la critique porque es un canto (posiblemente) al amor y a la gratitud y porque es bella e induce a la contemplación de la belleza en medio de toda la otra basura que continuamente abofetea por doquier.
     
    Tampoco seré yo quien censure la de La Colline Notre-Dame du Haut en Ronchamp (Francia), de concreto y vidrio pero que es una metáfora extraordinaria de lo que pudiera ser la percepción de un ateo (Le Corbousier) de la desnudez que tuviera que practicar la Iglesia  en sus conversaciones con su amigo el vitralista dominico Coutourier que también adornó Chagall, en un momento en el que había un movimiento importante de revisión tras del Holocausto y la colaboración en la resistencia anti nazi, que desafortunadamente en gran medida se perdió, aunque todavía permitió el Concilio. De hecho en La Chapelle de Ronchamp es un monumento a la apertura porque en ella se unieron las manos de un ateo sensible a la fe que buscaba, un artista creyente e incomprendido y de un judío aún sangrante por el Holocausto.
     
    Los anglicanos inscribieron a Bonhoeffer en la lista de sus mártires. ¿Por qué Roma no hace lo mismo? Los Ortodoxos Rusos no sé cómo canonizaron como mártires a la familia Romanoff del último Zar cuando fueron asesinados porque representaban siglos de opresión horrible (más de 3 años de desgobierno dinástico y de excesos inconcebibles bendecidos por la Iglesia Ortodoxa Rusa que desde luego, canonizándolos se absolvió a sí misma de su complicidad con el zarismo.

  • Rodrigo Olvera

    Me parece que lo fundamental no está en la contraposición desierto/contemplación vs ciudad/acción.
     
    Pensemos en todo el daño que se ha hecho desde la “vía activa”. No sólo pensemos en las cruzadas y la conquista América, justificadas como procesos a la vez civilizatorio y evangelizadores. Hay muchos casos más, de los viejos tiempos y de los tiempos actuales (pienso por ejemplo en las marchas por la familia en Colón, de Rouco).
     
    La piedra de escándalo del movimiento de Jesús sigue estando, me parece, en la posición que se adopte respecto de las personas excluidas. Ahí es donde yo sigo viendo una diferencia fundamental, sea en el desierto, en el Jordán, en la villa rural de Galilea o en la ciudad de Jerusalén.
     
    Hace poco hacía la pregunta en mi página de Facebook: ¿Cuántos  varones intolerantes y violentos en contra de quienes piensan/creen de manera distinta siguen siendo presentados como modelos a seguir (santos) por las iglesias cristianas?  Pensemos en los santorales, ¿cuántos santos son santos por hacer violencia en contra de los pueblos “paganos” para cristianizarlos? ¿Cuántos tienen como motivo de orgullo el haber derrumbado templos e “ídolos”? Y siguen siendo reconocidos como “santos” en 2015
     

  • George R Porta

    Daniel: Gracias por la cita.

    Quizás lo aprendí leyendo a Galeano, pero soy un defensor inveterado de la importancia del obrar de cada uno versus las esperanzas puestas en partidos politicos o instituciones que siempre tienen sus propias agendas.

  • Antonio Vicedo

    – Sin devaluar los intentos, proyectos e incluso experiencias en vida de exclusión y separación abundante y predominante en la eclesialidad de otros tiempos ¿Por qué no tratar con mas coherencia el testimonio y mensaje de solidaridad vital de Jesús con los ambientes sociales de su época?
    ¿Acaso fue notable su participación y valoración en y de los estamentos cenobiales de su época y sus entornos?
     
    Se sigue aportando valoración (y no es que no la tengan) de los comportamientos y  e inicitivas de muchas personalidades del sistema monasterial, claustral y clerical, mientras casi no se aporta aquella ventolera de testimonios de la gente sencilla que en sus vidas del todo abiertas a la solidaridad social impactaban a sus convecinos hasta hacerles exclamar: “-Mirádlos como se aman” y moviéndolos a engrosar aquellas comunidades de base, filón martirial durante tantos años en el pasado y tambiën en la actualidad.
     
    ¿Qué denuncia aún el estilo arquitéctonico de coros separados  y tan diferenciados en catedrales, monasterios y cenobios? ¿Y los muro y celosias cuando Jesús esperaba fuera y lejos identificado con SUS MAS PEQUEÑ*S HERMAN*S?
     
    ¿Conservaba algo de coherencia evangélica aquello de la recogida por los pobres de la SOPA DE LOS CONVENTOS, pobres que pertenecían a siervos o artesanos productores de construcciones y arte para templos parroquiales o catedralicios y monasterios masculinos o femeninos?
     
    ¿De aquellos polvos no quedaron lodos aantitestimoniales cuando lo de los sacerdotes obreros de tan mala digestión para laclerecia y jerarquía tradicional?
     
    Bien sabía Jesús, como también quienes amasan la harina para el pan que la LEVADURA para que cumpla bien su tarea fermentadora tiene que DILUIRSE completamente en la masa y por ello puso este cometido como signo del Reino de Dios que es,  mas VIDA que MOLDE.

  • mª pilar

    ¡Gracias Daniel! Un abrazo entrañable.
     
    Estoy esperanzada con los comentarios de Antonio R. y George P.
     
    ¡¡¡Claro que es posible las diferencias!!!
     
    El Mensaje de Jesús, lo descubren personas con sus maneras intrínsecas  de sentir, pensar, experimentar, descubrir, indagar…
     
    Desde esas miradas y vidas… lo que Él sembró sigue su semilla cayendo en las distintas tierras, lugares… a veces inhóspitos; y cada persona le dará su intensidad, su fuerza, su importancia para su vida personal.
     
    Jesús no sembró para una sola manera de ver el Mensaje:     ¡¡¡Estaría bueno!!!
     
    Él, lo dejo, y solo depende de nuestra acogida, comprensión, aceptación haciéndolo vida encarnada en nuestra misma entraña.
     
    Lo que si sé, es, que Jesús hoy, no sería aceptado tal cual era en el Vaticano, ni en muchos corazones que rezan con grandes alardes en ritos, vestidos, riquezas, injusticias.
     
    Porque eso va en contra de lo que Él fue sembrando sin marcar a nadie como propio, el lo inculcaba para que entrara en nuestros corazones, aunque hubiera que pasar por encima de las autoridades, (como Él hizo entonces) y muchos seguidores hace ahora.
     
    Denunciar lo que está mal, no va en contra de lo que Él hizo y vivió… si el lo hizo bueno:
    ¿Quienes somos nosotros para ponerle vetos hoy?
     
    ¡¡¡Vivan las diferencias!!!
     
    Porque  ellas  siguen sembrando su semilla… Personas pequeñas, haciendo cosas pequeñas…
    Viendo como funciona este mundo en constante lucha, lleno de tanta injusticia… que cada día clama con más fuerza.
     
    ¡Gracias amigos! Un abrazo entrañable.
    pili-mª pilar

  • daniel leal

    A  propósito  de este  ir  y venir, de la Contemplación, la Acción  etc. etc.  solamente  quiero recordar al Compañero Eduardo Galeano, que nos dejó como  legado  estas  palabras:
    “Mucha gente pequeña,
     en lugares pequeños,
    haciendo cosas pequeñas,
    pueden cambiar el mundo”
    (Eduardo Galeano)

  • George R Porta

    No pretendo polemizar aunque disienta o difiera.
     
    Parece cierto que los evangelios no tengan un propósito histórico y que a la larga comuniquen mucho de mitológico para que permanezca. Desde ellos es difícil explicar lo de las grandes multitudes sin salirse de las agrupaciones urbanas.
     
    Las  referencias al pastoreo, la agricultura, la pesca; los retiros alejado de sus multitudes, alejado del tránsito. Su bordear los lagos o abstenerse de entrar en alguna aldea o su silencio… Pienso que sin desdorar la propuesta del artículo o del título sea válido decir que la mística de Jesús sea a menudo la del urbanita pero también la del que busca su aislamiento cuando lo discierne necesario.

    Teresa de Ávila enfatizó que nadie viniera al convento a “remediarse” ni empujado por las familias (como hacían las casa reales o los nobles tanto cuanto los pobres de solemnidad). La actividad misionera tan expuesta hoy día al martirio como antes y a los peligros de la corrupción como siempre necesitada de un ancla en la comunidad objetiva y el recogimiento a solas o en grupos.
     
    Quienes se van a vivir al desierto en el cruce de las caravanas de beduinos y practican el silencio y la acogida al pasante sin predicarle otra cosa que la presencia pacífica hacen una opción válida y tan válida como quien hace lo mismo cociendo y sirviendo raciones de sopa a los sin hogar en una ciudad.

    Pedro Claver, Francisco Xavier, Charles de Foucauld, Thérèse de Lisieux y su actividad epistolar, l’ Abbé Pierre, la sœur Madeleine, Madeleine Delbrêl, y los curas obreros o campesinos en tantos países y su labor era de solidaridad tantas veces en silencio desde el punto de vista del proselitismo o de la lucha encaminada a otra cosa que no fuera la justicia laboral, limitados momentáneamente a simplemente acompañar sin hacerse escuchar o sin prestar ningún servicio organizadamente.

    Muchas veces la separación no busca depreciar o rehuir el servicio para buscarse a sí mismo por solaz, sino a discernir y madurar las decisiones y aprender el lenguaje del evangelio y como consecuencia final lanza a encontrar a los demás. Y carga sus propias angustias.
     
    Históricamente  la familia hunde sus raíces en lo “carnal” de lo gregario, una ley universal quizás hasta en el “crecimiento” cristalográfico. Hay momentos que exijan legítimamente aislarse y experimentar el silencio. Los ermitaños, como parece que Jesús a menudo hiciese en su tiempo, no por rechazo ni odio sino por la naturaleza misma de su “mística” se van a desiertos cercanos pero no en medio de las urbanizaciones.
     
    Carlo Carretto y Voillaume llevaban en su corazón profundamente grabado, el tema del “desierto en la ciudad”. Vicente de Paul no le fue ajeno y escribió en las constituciones de las Hijas de la Caridad “tened por claustro las calles de la ciudad” porque el silencio para la oración o el restaurarse físicamente lo encontrarían en algún rincón urbano protegido, para descansar la espalda d el cesto con la olla del cocido, recordar a Jesús como pobre y abandonado para que reverdeciera el deseo de servir y acompañar a los hambrientos, solos, perseguidos, incapaces, etc.  
     
    Quien ha pasado por la llamada Tierra Santa, o el Sahara, o el Gobi, o el Desierto de la Muerte al este de California ha visto cuán imposible es sobrevivir en esas arideces en solitario.
     
    En suma me parece que la diversidad sea posible en contexto de mística evangélica y que el fenómeno urbano lo es también aunque sea resultado modernamente de la opresión y del progreso tecnológico que en tiempos de Jesús no le circunscribía a las poblaciones. La función de servicio social la ha absorbido el gobierno por muchos años y el neoliberalismo moderno lo desprecia de ahí que la vida religiosa vuelva a asumirlo.
     
    Reducir las opciones pudiera ser pretender tener la última palabra versus la apertura a la diversidad más enfocada a la generosidad del servicio y la genuinidad.

     

  • Santiago

    Como dice Antonio R. la muerte de Cristo fue la consecuencia de la coherencia entre “vida y palabra”….Fue la aceptación de su vida y de su ultimo destino por lo que murió, al no querer renunciar a su obra redentora y asu mensaje salvífico…por eso fue “coherente” en sumo grado, porque su vida fue sincrónica con los deseos del Padre de salvar al mundo del mal moral….puesto es esta verdad la que Cristo vino a proclamar…había venido a ser testigo de la verdad,  para que todos pudiéramos accede al amor del Padre que era su mismo amor….el único amor capaz de salvar a humanidad de su muerte total…..
    Por eso no puedo tampoco ver como extraño que la humanidad de Jesus -siendo El verdaderamente hombre- se manifestara en las mismas respuestas nuestras, porque el fue humano como nosotros, excepto en la tendencia al mal…Pudo recomendar “volver la mejilla” y al mismo tiempo preguntar la causa de la bofetada…..Pudo preguntar el por que de la injusticia….y al mismo tiempo ser manso…puesto que la pregunta no anula la paz interior…Por eso, en Jesus las pasiones estaban controladas desde dentro….en la armonía perfecta de su hipóstasis….El gran atractivo de Jesus fue pues su completa y magnífica humanidad que se adhiere a su divinidad….

    Por lo demas, el contexto de la fe de la Iglesia primitiva estaba basado en los “hechos y dichos” vividos por los testigos de la vida de Cristo. No solo fueron 12 Apóstoles sino un sin número de discípulos que sobrevivieron su muerte y que entroncan hasta el principio del siglo II. Entre ellos Lázaro que estaba presente despues que Jesus lo resucitara, en casa de Simón el leproso, en Betania y era uno de los que se encontraba con Jesus a la mesa (Jn. 12,2; Mc. 14,3) y que mas tarde fue Obispo de Marsella, en Francia

    Por otro lado, el consenso de la Iglesia primitiva solo fue para los 4 versiones en estilos diferentes de 2 Apostoles: Mateo escribio los”logia” de la vida de Jesus en arameo y sobre este material se pudo hacer la version griega de Mateo y Juan que creo una escuela
     teológica en Efeso y que escribio el evangelio a petición de los obispos ordenados del Asia Menor….y ademas dos discípulos de la
     predicacion oral de Pedro y Pablo: como fueron Marcos y Lucas….La Iglesia no aceptó los evangelios apócrifos no porque no dijeran la
     verdad sino porque la embellecían “peligrosamente” y desdibujaban el perfil verdadero de la identidad mesiánica de Jesus…Solo se
     aceptó en la tradición los 4 evangelios y las cartas del apóstol Pablo…Esa Iglesia era la que tenía el mandato de Cristo de transmitir el
     verdadero mensaje….Todos los apóstoles , incluyendo a los evangelistas y al doctor de la Ley Saulo de Tarso, murieron confesando que
     el contenido del mensaje escrito y oral era genuino y auténtico, decían la verdad, y estuvieron dispuestos a dar su vida, antes que desmentirlo…..
    Por lo tanto, hay mas posibilidades de que nosotros hayamos recibido la verdad de la identidad de Jesus y de su mensaje….en el siglo XXI….en mensaje que ha sobrevivido 21 siglos, a pesar de todas las intenciones de destruirlo….Mensaje sellado con sangre….
    es mas possible que contenga la esencia del cristianismo….que lo contrario….
    No cabe duda que existe teología apologética en los evangelios y en las epístolas…La Iglesia primitiva no estaba perpleja ni en duda…La fuerza de la Resurrección de Cristo y el impacto del día de Pentecostés crearon el deseo apostólico de proclamar la Buena Nueva….que es lo que ha ocurrido hasta hoy…En la Iglesia entonces no hubo tiempo para la invención, sino todo estaba dedicado a propagar la verdadera fe….la novedad de Jesus, el Cristo Resucitado, el Mesías prometido….Y eso fue lo que sucedió.

    Un saludo cordial de Santiago Hernández     

  • Antonio Rejas

    La mística urbanita, propia de Jesús, es un modelo más apropiado al siglo XXI que aquella espiritualidad del Medioevo ejercida por monjes/as encerrados (voluntariamente) en los cenobios. No tengo nada contra la adoración y contemplación exclusiva del Misterio, actitud que era hija de su tiempo. Pero las actitudes e incluso los conceptos cambian con el paso de los siglos.
    A este respecto es muy significativa la existencia actual de religiosos/as enclaustrados pero sin huir del mundo, sino involucrados en sus problemas y denunciando las injusticias sociales que perciben porque la auténtica mística no es la huida a otro mundo. Tales enclaustrados están haciendo compatible su espiritualidad con actividades puestas al servicio de los necesitados y con la denuncia profética de lo mucho negativo que sucede en la sociedad. Por esta razón, la aproximación y cercanía al prójimo (entendido según el evangelio) para ayudarle y denunciar sus carencias que son muchas producidas por los gobiernos neoliberales tiene prioridad cualquiera que sea el “desde” en el que se ubiquen los ejecutores. Es por ello que la espiritualidad de Jesús, motivada por su profunda e íntima relación con el Padre-Madre, constituye un modelo a seguir para llevar a cabo su proyecto “de cambio radical de la condición humana” para transformar “las relaciones de los seres humanos entre sí”, como se dice en el artículo. Pienso que no puede negarse que Jesús desarrolló su predicación en centros urbanos sencillos y marginados a los que había que llegar para informar de la Buena Noticia, siguiendo, además, en su línea general de pensamiento que buscaba su cercanía con los más olvidados. Muy bien traída la cita de Ezequiel porque las palabras del profeta, dirigidas entonces al pueblo judío, tienen plena aplicación hoy en todo el mundo.
    Efectivamente, pienso que la redención no consiste en la reconciliación con Dios por medio del sacrificio de Jesús, sino en su proyecto del Reino de Dios que debe sustituir al “ojo por ojo y diente por diente” de entonces y de ahora. La muerte de Jesús fue un efecto directo producido por la coherencia entre vida y su palabra.  No cabe en mi cabeza que fue “entregado” por el Padre, o sea, ese Misterio compasivo y misericordioso exige al hijo un desagravio por los pecados de la Humanidad. No. Fue enviado por el Padre para  hacer una propuesta de vida y salvación aquí y ahora a toda la Humanidad a través de la sociedad de su tiempo,  que no fue aceptada por aquélla ni lo es por la actual.

  • George R Porta

    Gracias, Rodrigo. Un abrazo cordial. 

    Me sumo a tu gratitud por las vidas y las obras de Grass y Galeano. Quizás se hayan cruzado o avecinado en el espacio sideral, quien sabe, mientras andaban en busca de la luna del Principito, que quizás exista.

    No me gusta quitarle a Jesús nada que lo naturalice y humanice y la ira o la angustias tienen una tan profunda raíz orgánica  entre los animals humanos y es tal su raís fiológica, neurológica,  que hasta los organismos unicelulares capaces de ello parecen reaccionar con miedo o airadamente (dando rienda suelta a la imaginación) cuando “anticipan”  peligro o  “sienten”  hambre  (salvando las necesarias distancias y acogiéndome  con mayor o menor legitimidad las debidas licencias).

  • Rodrigo Olvera

    Bueno, George, es bien sabido que -siempre según las narraciones evangélicas- Jesús decía a los demás que cuando les golpearan una mejilla ofrecieran la otra, pero cuando le golpearon la mejilla en vez de ofrecer la otra, confrontó a quien le golpeó. Hay una imagen de la no-violencia de Jesús que no se corresponde a las propias narraciones evangélicas.
     
    Como sé que te gusta la lectura, recuerdo ahora un librito llamado “Galilea año 30”, que sigue siendo una perla de hermenéutica de Marcos. Ese librito es la versión popular de la tesis de doctorado de su autor. El título de la tesis de doctorado es muy revelador y rompe con las imagenes fuera de la tierra de ciertas hermenéuticas: “Jesús, hombre en conflicto”. Como lo apunta el título, la tesis doctoral tiene como hipótesis central que no se puede comprender adecuadamente el evangelio de Marcos sin poner como eje articulador el conflicto.
     
    En este vínculo está el libro completo Galilea año 30 por si a alguien le interesa. Puede acompañarse con música de fondo de Silvio Rodríguez Jerusalén año 0
     
    Abrazos y esperanzas, y memoria agradecida por las vidas de Galeano y Grass

  • George R Porta

    Parece muy importante esta afirmación del autor: “Aunque no le falte razón a K. Marx cuando escribe que la violencia es la partera de la historia, sin embargo es preciso que la transformación interior de hombres y mujeres, desde la mística de Jesús de Nazaret, haga obsoleta la máxima marxista; por eso Él no lleva a cabo su revolución mediante la espada, mediante la violencia física, hasta el punto de que Él, con su muerte violenta, en un solo gesto, abraza esas dos realidades tan opuestas: víctimas y verdugos.”
     
    Parece que no deba perderse de vista lo siguiente:
     
    Jesús se hizo violencia a sí mismo: Los relatos de su pasión, aunque no sean históricos apuntan a intenso sufrimiento y la historia de las torturas y castigos físicos excesivos empleados por los romanos o hasta en los apedreamientos del Medio y Cercano Oriente no desmienten eso. Aceptar su espera angustiosa sin huir, teológicamente justificado como se quiera, es violencia auto infligida.
     
    La irrupción atribuida a Jesús en el Atrio de los Gentiles para volcar las mesas de los cambistas y hasta azotar a algunas personas es iracunda y violencia contra otros, lo mismo si se puede justificar de alguna forma.
     
    El lenguaje atribuido a Jesús en la brusquedad de algunas expresiones, por ejemplo en el rechazo explícito de Pedro cuando expresa su oposición a que Jesús acepte su pasión, es violenta o al menos otro impulso reactivo áspero.
     
    La oración atribuida a sus últimos momentos en la cruz no resuelve la violencia al preocuparse de sus verdugos. Lo contrario, parece que la actualiza precisamente para como pensaba Marx hacerla parir una historia nueva y diferente de la habitual de justicia retributiva y venganza.

  • Antonio Gil de Zúñiga

    Lo siento Mª Pilar por ese craso error. Menos mal que Mª Luisa ha estado oportuna

  • M.Luisa

    Querido Antonio, leeré tu excelente artículo en cuanto pueda, pero creo que a quien te refieres es a  nuestra  Cumpa  atriera Mª Pilar.
    Aprovecho para enviaros  a ambos un saludo cordial!

  • Antonio Gil de Zúñiga

    Suscribo lo que dice Mª Luisa sobre “los “otros” temas, pensamientos ideas… son personales”, ya que no soy biblista. Es cierto lo que dice Rodrigo sobre Juan Bautista. Ahora bien el hilo conductor de mi art. es resaltar el “desde”. Juan Bautista denuncia las fechorías políticas y económicas, pero lo hace “desde el desierto”; no así Jesús de Nazaret, que lo hace “desde lo urbano”, desde la cercanía de hombres y mujeres sufrientes. Hay monjes/as que se han comprometido con su historia, pero lo han hecho “desde el desierto”, desde el cenobio. Me viene a la memoria Bernardo de Claraval, que, entre otras cosas “mundanas”, de su momento histórico, predica por doquier la bondad de la 2ª  Cruzada, pero lo hace “desde” el cenobio

  • mª pilar

    ¡Gracias Antonio Gil Zúñiga por este art.!
     
    Para mí es… suficiente y esperanzador, no miro si es teológico, si es históricamente  exacto; me vale totalmente… que un hombre pleno en su humanidad, paso por el mundo no solo haciendo el bien… ¡ya muy importante! sino que fue totalmente consecuente con cuanto dijo, hizo y vivió.
     
    Los “otros” temas, pensamientos ideas… son personales y devienen de una opción y experiencia personal.
     
    ¡¡¡Gracias, me parece gratificante en estos tiempos que nos está tocando vivir!!!


    mª pilar

  • Rodrigo Olvera

    a) Creo que hay que recordar que las narraciones evangélicas no son narraciones históricas sino narraciones teológicas. La ubicación de Juan predicando en el desierto responde a una necesidad teológica de presentar a Jesús como aquél en quien se cumplen todas las profecías mesiánicas, incluyendo la del precursor mesiánico como “voz que clama en el desierto”.
     
    b) Dificilmente se puede decir que sea una mística de “huída del mundo” la predicación de denuncia del incesto del tetrarca, de los abusos de los militares de ocupación o de la corrupción de las élites religiosas-económicas judías. Existe sí un transforndo histórico de movimientos “hacia el desierto” en Palestina del siglo I, por ejemplo el movimiento esenio. Pero el desierto en la Palestina del siglo I tiene una connotación distinta al desierto en Egipto en los siglos IV y V. En la Palestina del siglo I tiene una connotación política: primero, literalmente como espacio geográfico donde rebelarse; y segundo  una connotación religiosa-política como el espacio en el que es preferible internarse para liberar al pueblo del dominio extranjero (experiencia fundacional de la salida de Egipto al desierto). Los movimientos “al desierto” de esa época implican la moviliación hacia la liberación de la opresión, y la denuncia de la élite que prefiere quedarse en connivencia con el poder militar de ocupación.
     
    c) Dificilmente se puede afirmar que la mística de Jesús sea de centros urbanos. Está bastante explorado en los estudios de los últimos 30 años el hecho de que el Jesús presentado en las narraciones evangélicas evita deliberadamente los grandes centros urbanos que le rodean (tanto helenos commo judíos helenizados), tanto durangte su prédica en Galilea, como en su deambular por Samaria y en Judea, con excepción de su(s) subida(s) a Jerusalén.  Parece más que es una mística de comunitariedad de pequeños pueblos rurales.
     
    d) Concuerdo por lo demás que la mística o espiritualidad de Jesús, hasta donde se puede deducir de las narraciones evangélicas, plantea un posicionamiento vertical y horizontal muy distinto a la espiritualidad del cristianismo latino del último milenio. Creo, con todo, que con frecuencia se omiten las influencias de los pueblos germanos, los godos y sobre todo los francos en la configuración de esa espiritualidad, tan diferente a la ortodoxa que comparte la influencia helénica, pero carece de la franca, y que por ejemplo jamás ha haceptado que la mística sea excluisva de los monjes.
     
    Abrazos y esperanzas

  • George R Porta

    Aunque nada se sepa de qué llevara a Juan a posiblemente vivir y predicar en el desierto, no es imposible imaginar que huyese de los condicionamientos “urbanos” y que encontrara en el desierto una intimidad con la naturaleza que si dura físicamente, debió ser libre. La denuncia profética quizás se haga necesaria constantemente porque el condicionamiento social no cesa y de que se nace a que se tiene edad de optar con relativa autonomía, la persona no puede esquivar mucho dichos condicionamientos.

    Parece muy interesante que Juan enfatizase la conversión en el sentido de voltearse o de vivir en la esperanza de la liberación y no solo políticamente hablando. La noción de misericordia y de acogida que Jesús desarrolló quizás no le era exclusiva porque los relatos sobre el Bautista cumplen una función ambientadora de la llegada de Jesús pero dirigen en el sentido de acogerle. Quizás haya una linea de continuidad como la hubo tradicionalmente entre los judíos leyendo a los Profetas alineadamente y/o en paralelo.

    De cualquier modo la reflexión de Gil de Zúñiga me ha sido beneficiosa y se la agradezco como agradezco a Atrio que la facilite.

  • Lola Cabezudo

    Me ha interesado mucho el artículo y si me pidieran un resumen en forma de titular diría: ni solo poner los ojos en blanco, ni solo colaborar con las ONGs, sino también participar en  política y en plataformas ciudadanas para contribuir a generar derechos. Gracias al autor.

  • Antonio Vicedo

    Buen tema y buena exposición para alentar nuestro ánimo y compromiso por una verdadera y radical reforma de nuestra eclesialidad cristiana.
     
    Hace tiempo que me ocupó una simple y sencilla comparación relacional entre la importancia que en la eclesialidad se le daba a la separación, de la normalidad de la vida de las gentes, por Órdenes Religiosas, Monacatos, Clausuras, Congregaciones y clerecia y la poca coherencia práctica a aquello que ya la comunidad de Juan tuvo que explicitar atribuido a Jesús  en su oración : -“NO TE PIDO, PADRE, QUE  L*S SAQUES DEL MUNDO, SINO QUE  L*S PRESERVES DEL MAL.”
     
    Esto quedaba en línea coincidente con lo del coloquio con la Samaritana junto al Pozo; con el sentido de las parábolas más claras y prácticas; y con aquel giro radical de entender el proyecto divino, desde la Humanización de Dios en Jesús,; lo de que el Sábado es para la Humanidad y no al revés; lo que conlleva la importancia de la vivencia humana del AMOR incluso a los enemigos como prueba identitaria del DISCIPULADO; y la inalienable jurisprudencia sobre las actitudes y comportamientos humanos en Mt.XXV. “CONMIGO hacéis, o no, LO QUE con UN* cualquiera de mis mas PEQUEÑ*S HERMAN*S”.
    Y es que , siendo Dios principio, fuente e ineludible CONTINENTE ACTIVO de la Naturaleza y la Gracia, ambas se complementan y, entre si, no pueden rechazarse.