En este segundo día del año, me he encontrado con esta entrevista hecha a Javier Vitoria por Cristianisme i Jsticiacon ocasión de su últmima cuaderno, el 394, Dar razón de la esperanza en tiempos de incertidumbre. Ha sido una sorpresa de la que hago partícipes a todos los atrieros. Hace en mes , el 3 de diciembre, le llamé para flicitarle. Sí me dijo que estaba conviviendo con un molesto Pakinson con ayuda de la medicina y ssanitarios. Ahora veo que, como le pasó al cardenal Martini, este molesto compañero no le impide soñar con los ojos bien abiertos. AD.
¡Qué gran Video, resumen del nuevo libro de Varoufakis “Tecnofeudalismo” !
Tal vez, desde que en la Facultad de Ciencias políticasde Roma descubrí la crítica marxista al capitalismo, nada más claro había leido sobre racionalidad crítica aplicada a la actual situación global. Esa impresionante complejidad de disciplinas y teorías que exige el análisis del futuro, que ha llenado de comentarios de Leandro e Itinerarity este post no deben poner sordina a las declaraciones en vivo de este amigo y creyente, Javier, que no las igunora, pero, más allá de toda complejidad intelectual que produce perplejidad, intenta fortalacer su fe personal, sencilla o ilustrada, que radica, libre de de muros confesionales en hombres y mujeres de tdoo el mundo, podrán resistir esta nueva opresión, viene a confesar EDGARD MORIN EN UN PRÓLOGO citado aquí también
.
Gracias, Oscar por aportarlo. Esclerece mucho más que mil textos de OG hoy. El problema es qué estrategias montar para revertir esa tendencia del Tecnofeudalismo. Ahí te quiero ver.
Hola Antonio!
Tu final dice:
“El problema es qué estrategias montar para revertir esa tendencia del Tecnofeudalismo”.
Lo de Varoufakis parece ser un buen diagnóstico.
No veo que sea un aporte de solución.
Ahora bien, la base de toda solución
siempre fue un buen (el mejor) diagnóstico.
Como bien decís: habrá que diseñar las estrategias.
Esto implica des-embaramiento (en ciertas medidas)
de las estrategias contra el enemigo mutado
(de Capitalismo .
………………………….
A mi parecer, Varoufakis nos da una clave pista:
“A DÓNDE HAY QUE APUNTAR”
“CUÁL ES EL OBJETIVO (TARGET) DE LOS ‘NUBELISTAS’”
EN EL VIDEO se lo encuentra entre los minutos 18:30 y 19:02.
(está dentro de las CRÍTICAS a Varoufakis, desde el minuto 17:20)
Ese “TARGET” es LA ATENCIÓN.
Por lo tanto, si se ha de montar una ‘estrategia’
habrá que tener CLARIDAD sobre esa Función
dentro del organismo de la Vida Humana.
(que es “dónde me querías ver”)
Gracias!
LA ATENCIÓN
I- ABSORCIÓN DEL ‘MEDIO’ VITAL
1- El medio vital, no es el mundo,
– sino sólo aquel conjunto de objetos o porciones de ese mundo
– que existen vitalmente para el animal.
– La estructura de cada especie puede imaginarse como un cedazo o retícula que deja pasar ciertos objetos y elimina los restantes.
– Así el aparato visual del hombre percibe sólo los colores que se ordenan del rojo al violeta.
– No obstante, sabemos que existen más colores a ultranza del violeta, los cuales quedan detenidos por nuestra retina, ciega para ellos.
– Asimismo, de entre los innumerables sonidos selecciona la audición humana los que median entre 20 y 40.000 vibraciones por segundo.
II- LA CONCIENCIA
2- Sin embargo, esta primera selección efectuada por los órganos sensoriales
– es sólo la primaria y más grosera.
– Tras éstos se halla la conciencia, con todos sus mecanismos psíquicos,
– ocupada en una más fina selección.
– Porque el hombre entero con todo su cuerpo y toda su alma
– viene a ser un órgano receptivo, viviente antena
– que recoge e intercepta los infinitos temblores de la realidad circunstante.
– Para reconocer esto basta con mentar el influjo que la atención ejerce.
III- LA ATENCIÓN
3- Sobre la superficie de sonidos que nuestro oído deja pasar
– realiza la atención una nueva faena selectiva,
– de modo que en cada momento no oímos todo lo que materialmente podríamos oír,
– sino sólo aquellos sones y ruidos que escoge nuestra atención.
4- Hay una sordera y una ceguera que no provienen de oídos y ojos,
– sino que se originan en nuestra intimidad psíquica y
– aniquilan innumerables objetos de nuestro contorno.
5- El medio, por tanto, no depende sólo de nuestra estructura corporal,
– sino también de nuestra estructura psicológica.
– Cada individuo posee un régimen de atención distinto,
– o, como suele decirse, «se fija» en unas cosas y se ciega para otras.
[El que es cazador y pasea por el campo con un agricultor nota pronto la diferencia entre el paisaje que ante sí tiene y el que existe para su acompañante. El agricultor, por ejemplo, no suele oír y, desde luego, no percibe distintamente los ruidos campesinos. Las lejanas voces de las aves no son por él reconocidas: los rumores mágicos de la campiña, que para el cazador son signos inequívocos de un claro lenguaje telúrico, no dicen nada al que vive en el campo con el fin de explotarlo. Viceversa, ciertos detalles de la campiña notados por éste escapan al cazador; pero, en definitiva, no puede negarse que el paisaje del cazador es mucho más rico en objetos que el del hombre agrícola. Cien veces hemos advertido, con sorpresa, lo poco que saben del campo los campesinos.]
6- Este tema nos llevaría directamente a las cimas más sugestivas de los problemas humanos.
– Descubriríamos que si el paisaje del labriego es menos henchido que el del cazador
– se debe a que aquél adopta ante el campo una actitud más utilitaria.
IV- UTILITARISMO
7- El utilitarismo proporciona mayor agudeza para percibir algunas cosas,
– pero es a costa de estrechar el horizonte vital.
– Cuanto más desprendida de intereses prácticos sea nuestra visión,
– más amplio y múltiple será nuestro contorno.
– Marta la hacendosa tuvo de Jesús una imagen mucho menos adecuada y completa
– que la extática María, la sublime y ardiente espectadora,
– absorta siempre en un aparente ocio contemplativo e impráctico.
8- Si entendemos por trabajo el esfuerzo que la necesidad impone y la utilidad regula,
– sostengamos que cuanto vale algo sobre la tierra no es obra del trabajo.
– Al contrario, ha nacido como espontánea eflorescencia del esfuerzo superfluo
– y desinteresado en que toda naturaleza pletórica suele buscar esparcimiento.
– La cultura no es hija del trabajo, sino del deporte.
9- La forma superior de la existencia humana es el deporte.
– Algún día se mostrará cómo la marcha de la sociedad,
– junto con los nuevos descubrimientos de las ciencias,
– obligan a una reforma radical de las ideas en este punto
– y anuncian un viraje de la historia
– hacia un sentido deportivo y festival de la vida.
……………………
recomendable!!! ‘El futuro se llama incertidumbre’‘El futuro se llama incertidumbre’ · infoLibre publica el prólogo de Edgar Morin del libro ‘La humanidad amenazada’, editado por Daniel Innerarity y Eduardo Robledo y coordinado por Cristina Monge· El libro recoge reflexiones de especialistas sobre el futuro de la humanidad como los desafíos de la crisis climática y los retos que plantea la desigualdad en todo el mundo· Exclusivo para socias y sociosEdgar Morin14 de febrero de 2024 21:16hActualizado el 15/02/2024 06:00hLa humanidad amenazada ha sido editado por Daniel Innerarity, catedrático de filosofía política y social, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y coorganizador del Primer Coloquio Internacional de Primavera de la UNAM; y Eduardo Robledo, profesor de Derecho, director del Programa Universitario de Gobierno (PUGOB), y coordinador del Primer Coloquio Internacional de primavera de la UNAM; y coordinado por Cristina Monge, politóloga y doctora por la Universidad de Zaragoza y columnista en infoLibre.El libro recoge las reflexiones de 38 especialistas sobre el futuro de la humanidad. Los desafíos de la crisis climática, los retos que plantea la desigualdad en todo el mundo, así como las posibilidades que tienen las democracias de asumir este contexto y fortalecerse son algunos de los temas que se repasan a lo largo de los textos.infoLibre publica ‘El futuro se llama incertidumbre’, el prólogo del filósofo y sociólogo francés Edgar Morin. La humanidad amenazada está editado por Gedisa Editorial y llega a las librerías este jueves, 15 de febrero.
Creo que esta entrevista a Bauman puede ayudar a la reflexión sobre la posibilidad de la esperanza en un mundo de incertidumbres: Zygmunt Bauman: “La única certeza es la incertidumbre”https://www.elperiodico.com/es/opinion/20081121/zygmunt-bauman-la-unica-certeza-es-la-incertidumbre-20844FRAGMENTO DE UNA ENTREVISTA A ZYGMUNT BAUMAN.–¿Sugiere una orientación hacia la austeridad?–Eso sería un cambio en la forma de vivir, pero yo sugiero un cambio en la forma de pensar. Hay que pensar, por ejemplo, qué significa una vida decente, la felicidad, lo que debe ser la finalidad de nuestra existencia. La gente joven ha sido formada en las expectativas, en que siempre habrá más de todo… Pero hay una segunda cosa que nos obligará a reconfigurar el modelo.–Usted dirá.–Nos enfrentamos a la crisis climática, a la destrucción de los medios tradicionales de subsistencia, al agotamiento de los recursos.–Dios, Estado, familia, trabajo, naturaleza. Un hundimiento general.–Desde la perspectiva de mis 83 años, al mirar hacia atrás, veo el itinerario como un cementerio de expectativas. Todos los acontecimientos importantes del siglo XX se produjeron de forma inesperada. La única certeza que tenemos es la incertidumbre.–La incertidumbre produce miedo, y el miedo resta libertad.–Bueno, está la libertad de lo desconocido. No sabemos qué sucede y, lo peor de todo es que, aunque lo supiéramos, tampoco podríamos hacer nada.–A todo esto, ¿qué pasa con la cultura?–La cultura se ha convertido en un almacén de productos previstos para el consumo. Consiste en ofrendas, no en normas. En la vida líquida no hay gente que educar sino que hay clientes que seducir. Los artículos y sus anuncios buscan excitar el deseo. El sistema se ha dado cuenta de que no se puede ganar dinero imponiendo.–¿Qué le parece a usted este panorama, profesor?–Todo lo que enseñé a mis estudiantes está patas arriba. Eso es muy, muy interesante. Obliga a replantearse muchas cosas.–Falta que haya ganas.–Vivimos en un planeta de diásporas. Basta con pasear por ciudades como Barcelona para darse cuenta de que hay culturas distintas en la calle. El mundo que conocíamos de la bildung alemana, de la formación, ya no existe. Antes, cuando los niños nacían ya sabían cuáles eran las reglas del juego, qué debían memorizar. Y, si se desviaban de la norma, estaba la familia para cambiar la situación, o para ocultar. Ese mundo se acabó. Todo es movilidad. La pertenencia, como sugiere Jean-Claude Kaufmann, se utiliza principalmente como un recurso del ego.
Y esto como aportación personal: escrito el uno de enero
El pasado en el futuro
Comentarios a un ensayo de Daniel Innerarity
LEANDRO SEQUEIROS. Presidente de la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE TEILHARD (red mundial de Teilhard, WWT)
En un brillante ensayo (“El futuro en el pasado”) publicado en la red de comunicación Vocento (ver IDEAL de Granada, 29 de diciembre de 2024), Daniel Innerarity, Catedrático de Filosofía Política de la Universidad del País Vasco, sostiene que las perspectivas sombrías acerca del porvenir han transformado los modos del gobierno: de la planificación hemos pasado a la prevención. Para el autor, la planificación esperaba conseguir objetivos positivos en el futuro y prometía una mejora del presente; la prevención, por el contrario, es una forma de gobierno escéptica en relación con el futuro.
Y lo justifica: “hoy, el porvenir se presenta como un espacio de posibles amenazas, desde los accidentes tecnológicos hasta las crisis ecológicas, las quiebras financieras, las futuras pandemias, las guerras y el endeudamiento de los Estados. De una sociedad perfectible hemos pasado a una sociedad frágil en que en lugar de mejorar, amenaza con romperse”.
Valoro positivamente el lúcido pero pesimista análisis de Innerarity. Pero, tal vez, pueda presentarse una perspectiva más ilusionante para el futuro. Si el autor opina que toda la sociedad civil europea piensa que volver al pasado es la solución para el futuro, existen (y han existido) otras opiniones más esperanzadoras.
Bajo el título “El porvenir del hombre”, volumen que recoge 24 ensayos del jesuita científico interdisciplinar Pierre Teilhard de Chardin (publicado en francés en 1959, y con traducción castellana en varias ediciones desde 1962), y escritos entre 1920 (“Nota sobre el Progreso”) y 1955, se proponen alternativas más optimistas en para un mundo tan complejo como el actual
Teilhard, que se definió a sí mismo como “Peregrino que llega desde el Porvenir” (escrito en una carta desde el Río Amarillo, 1923), podría ser una luz que ilumine un poco este mundo de tinieblas donde parece que la oscuridad ciega la luz de la esperanza. Escribe: “Peregrino que llega del porvenir, vuelvo de un viaje cumplido totalmente en el pasado”. Pierre Teilhard de Chardin, Cartas de Viaje. (Por el Río Amarillo, 1923).La incertidumbre sobre el futuro de la humanidad angustia hoy a millones de personas que parecían haber perdido la esperanza. ¿Estamos ya en la sexta extinción anunciada por los paleontólogos que provocará, entre otras cosas, la desaparición de la especie humana? ¿Qué futuro nos aguarda? ¿Qué futuro tiene la humanidad? En esta situación, tal vez pueda ser de interés acudir a lo que un visionario, Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) intuía desde 1916, desde las trincheras de la primera Guerra Mundial, y que fue desarrollando durante cuarenta años, sobre el futuro de la Humanidad, de la condición humana. Y a pesar del terror de la crueldad de las batallas, mantuvo una actitud esperanzada.
En la obra de Teilhard, hace casi cien años, ocupa un lugar importante la preocupación por el mundo futuro, las nuevas tecnologías y que sociedad estaba emergiendo en el proceso de la evolución. De alguna manera, a lo largo de estos 35 años (entre 1920 y 1955) que ocupan los ensayos citados (desde que reemprende sus estudios universitarios hasta su fallecimiento) en el mundo pasaron muchas cosas. El teólogo belga Norbert Max Wildiers (1904-1996) fue elegido por el Comité Científico y Comité General del Patronato para la publicación de las obras de Pierre Teilhard de Chardin para redactar unas palabras preliminares de presentación en cada uno de los doce volúmenes de sus obras publicadas desde 1955 en Éditions du Seuil, en París. Y así se han traducido al castellano en la edición de Taurus, en Madrid, dentro de su colección “Ensayistas de Hoy”. El volumen 26 de esta colección (cuya primera edición castellana El Porvenir del Hombre, es de 1962). Para Wildiers, “en la obra de Teilhard de Chardin ocupa un lugar importantísimo el problema del porvenir del hombre”. Y prosigue: “Basta con hojear [tal vez debió traducir ojear] los escritos consagrados a este tema para descubrir inmediatamente que el problema le obsesionaba, y fue tan grande la magnitud del esfuerzo que consagró a su resolución que “por razones nacidas del progreso de su propia ciencia, habían dejado ya de interesarle el Pasado y su descubrimiento” (Carta del 8 de septiembre de 1935)”.El objeto de las reflexiones de Teilhard no es el ser humano considerado como individuo, ni como representante de una cierta forma de vida o de cultura. Su punto de vista parte de su experiencia como geólogo y como paleontólogo. Es decir, es el punto de vista de un científico que se aplica a conocer la estructura y evolución del mundo, no solo mediante un análisis minucioso de los fenómenos más recónditos de la naturaleza, sino también – según Wildiers – mediante la investigación de los lazos que les unen formando un todo coherente e inteligible. “El fin último que persiguen el geólogo y el paleontólogo estriba – según Wildiers – en aprehender la estructura del universo y la vida en sus dimensiones históricas”.Pero, ¿cómo puede establecerse un conocimiento del porvenir humano a la escala de la especie? La respuesta de Pierre Teilhard de Chardin es clara: “El pasado – escribía en una carta el 8 de septiembre de 1935) – me ha revelado la construcción del porvenir… Precisamente para poder hablar con alguna autoridad del porvenir, es para mí esencial establecerme con más solidez que nunca como especialista del pasado”. Fiel a ese espíritu de la ciencia moderna, Teilhard se ha esforzado en estos textos por orientarnos hacia este mundo por construir: “La verdadera llamada del cosmos –nos dirá – es una invitación a participar conscientemente en el gran trabajo que se lleva a cabo en él; no es volviendo a descender por la corriente de las cosas como nos uniremos a su alma única, sino luchando con ellas por algún término por venir”. [“La Vida cósmica” (1916), En: La vida Cósmica. Escritos del tiempo de la guerra, 1916-1917, Trotta editorial, 2017, paginas 37-38]
En Teilhard asistimos a una preocupación dominante por el “ultrahumano” o el futuro de la Humanidad. Este futuro humano se enmarca en un movimiento generalizado de convergencia a todos los niveles. Es un Proceso de convergencia psico-orgánica, característico de la Antropogénesis. Convergencia que viene impuesta por la misma aparición del “poder psíquico de reflexión” y su consecuencia primaria: el mecanismo de “orto-elección” (Autoevolución) en el doble marco de convergencia geográfica y social que impone la esfericidad misma de nuestro planeta. Aquí enlazamos con la divisa teilhardiana: “todo cuanto asciende, converge”, de valor reversible aún más exacto: todo cuanto converge, asciende. La generalización más completa de su pensamiento tiene lugar en 1951, con el ensayo redactado el 15 de marzo: “Un umbral a nuestros pies: del Cosmos a la Cosmogénesis”. En volumen VII. La activación de la Energía. (AE)Taurus, Madrid, 1965, Ensayistas de Hoy, nº 40.pág. 233-249. Teilhard califica la dimensión evolutiva de “nuevo umbral mental”, “el acontecimiento intelectual” de nuestro tiempo, “la percepción de un mundo en estado de desplazamiento orgánico sobre sí mismo, un paso mental del cosmos a la cosmogénesis”. Tal vez, la reflexión sobre el pasado remoto del universo y de la humanidad puedan dar pistas para la construcción del futuro. A muchos de los lectores, estas ideas les parecerán pura palabrería. Pero en el fondo, late la esperanza en el ser humano y su capacidad y plasticidad para reestructurarse y tomar como sociedad civil el control de su futuro.
en la revista ethics mayo 2022 :
Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es uno de los pensadores imprescindibles a escala internacional, según la revista francesa ‘Le Nouvel Observateur’. Catedrático de filosofía política y social en la Universidad del País Vasco e investigador en Ikerbasque, dirige el Instituto de Gobernanza Democrática.
A mediados de 2020, en su último libro, ‘Una teoría de la democracia compleja’ (Galaxia Gutenberg), se dirigía a quienes, en sus propias palabras, no creen en las respuestas simples pero tampoco quieren desesperar ante la complejidad de los problemas.
Dos años más tarde, a través de ‘La sociedad del desconocimiento’ (Galaxia Gutenberg), el filósofo aborda ahora cómo enfrentarse al exceso de información que se ha multiplicado en este tiempo para evitar que la saturación de los datos dinamite nuestro pensamiento.
Si, como dices, «los límites entre el saber y el no saber no son ni estables ni evidentes», ¿cómo reconocemos una buena decisión?
Una buena decisión no es aquella que ha sido precedida por razones abrumadoras, sino la que ha sido tomada ponderando las limitadas razones de las que disponemos.
Si la inteligencia de una sociedad se mide, como apuntas en el libro, «por la relación entre dicha inteligencia y el tipo de problemas que tiene que resolver», ¿cómo anda España, a grandes rasgos, de inteligencia?
Si lo medimos en términos económicos, insuficiente; en cuanto a la comprensión pública, limitada, y si pensamos en relación con la gravedad de los problemas de nuestra sociedad, distraída.
Entonces, ¿en qué momento un grado de incertidumbre se convierte en angustia?
La incertidumbre solo produce angustia cuando tenemos el presentimiento de que podríamos y deberíamos reducirla. El ignorante, en cambio, puede llevar una vida muy tranquila.
¿Cómo podría combatirse la desinformación que nos rodea y nos atropella?Cultivando una desconfianza también frente a quienes se ofrecen a protegernos frente a ella.
Usted habla de la necesidad de una ética. Los valores han ido cambiando a lo largo de los siglos, ¿a cuáles no podemos renunciar?
Más que renunciar a unos valores o a otros, hay que ponerlos a prueba y los que valgan poco renunciarán ellos solos.¿Entenderemos alguna vez que resolver los problemas no es cuestión de buscar culpables?
La ventaja de buscar culpables en vez de resolver los problemas es que exige menos esfuerzo intelectual y le deja a uno infinitamente más satisfecho.
Hace unos años escribia esto que puede ser orientador: La política en la era de la incertidumbre El Correo / Diario Vasco, 29/06/2017 y que aparece en los periódicos de Vocento:
Si hubiera que sintetizar el carácter del mundo en el que vivimos, yo diría que estamos en una época de incertidumbre. Los seres humanos en sociedades anteriores a la nuestra han vivido con un futuro tal vez más sombrío, pero la estabilidad de sus condiciones vitales —por muy negativas que fueran— les permitía pensar que el porvenir no les iba a deparar demasiadas sorpresas. Podían pasar hambre y sufrir la opresión, pero no estaban perplejos. La perplejidad es una situación propia de sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos. El siglo XXI se estrenó con la convulsión de la crisis económica, que produjo oleadas de indignación pero no ocasionó una especial perplejidad; contribuyó incluso a reafirmar nuestras principales orientaciones: quiénes eran los malvados y quiénes éramos los buenos, por ejemplo. El mundo se volvió a categorizar con nitidez entre perdedores y ganadores, entre la gente y el establishment, quién manda y quién padece a los que mandan, al tiempo que las responsabilidades eran asignadas con relativa seguridad. Pero el actual paisaje político se ha llenado de una decepción generalizada que ya no se refiere a algo concreto sino a una situación en general. Y ya sabemos que cuando el malestar se vuelve difuso provoca perplejidad. Nos irrita un estado de cosas que no puede contar con nuestra aprobación, pero todavía más no saber cómo identificar ese malestar, a quién hacerle culpable de ello y a quién confiar el cambio de dicha situación. Alguien podría objetar que no faltan, sin embargo, quienes se muestran absolutamente convencidos de algo incluso en medio de este desconcierto general. Efectivamente, el final de las certezas no sólo es compatible con que algunas evidencias se vuelvan especialmente agresivas, sino que ambas cosas pueden estar conectadas. Que haya incertidumbre general es compensado por unas supuestas evidencias que se vuelven especialmente toscas e incluso agresivas. Pensemos en tres asuntos de naturaleza muy difícil de determinar pero que algunos manejan sin el menor índice de asombro: el pueblo, los expertos y la identidad. Cada vez resulta más complejo identificar lo que el pueblo realmente quiere, la autoridad de los expertos es más cuestionada y tenemos una identidad por así decirlo menos rotunda. Pero esto no impide que se multipliquen las apelaciones a zanjar nuestros debates por algún procedimiento que deje fuera de dudas cuál es la voluntad popular, los expertos imponen sus recetas económicas con una determinación que parece desconocer sus recientes fracasos y se restablece la divisoria entre nosotros y ellos de manera que no deja lugar a dudas. No quiero decir que estas tres cosas no existan, sino que son conceptos cuya invocación no nos resuelve definitivamente ningún problema porque concretarlas es un asunto político. Como otros conceptos similares, son invocados legítimamente pero hay que considerarlos construcciones políticas y no datos innegociables. Lo que la política pretende es que estos conceptos y otros similares no sean armas arrojadizas sino asuntos de entrada polémicos pero sobre los que es posible lograr un compromiso político. El objetivo de la política es conseguir que la voluntad popular sea la última palabra pero no la única, que el juicio de los expertos sea tenido en cuenta pero que no nos sometamos a él, que las naciones reconozcan si pluralidad interior y se abran a redefinir y negociar las condiciones de pertenencia. Entender lo que pasa es hoy en día una tarea más revolucionaria que agitarse improductivamente, equivocarse en la crítica o tener expectativas poco razonables. La política no puede seguir siendo lo que afirmaba Groucho Marx, el arte hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Una nueva ilustración política debería comenzar desmontando los malos análisis, desenmascarando a quienes prometen lo que no pueden proporcionar, protegiéndonos tanto de los que lo tienen todo claro como de quienes no saben nada. Nunca fue más liberador el conocimiento, la reflexión, la orientación, el criterio.
Creo que las respuestas a esta pregunta provocadora debe ir impregnada de RACIONALIDAD CRITICA. No se trata – como se hace en redes sociales – de decir lo que sale de las tripas. Nuestro mundo necesita racionalidad, pensamiento interdisciplinar. Ver todos los problemas en su complejidad y desde muchos puntos de vista. Y creo que las aportaciones del filósofo DANIEL INNERARITY pueden ser valiosas como punto de partida.