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La afirmación del yo

Más allá y más acá de toda metafísica

El Yo, siempre ha sido objeto de la psicología como un objeto más entre otros. Se le analizaba desde fuera del Yo, intentando establecer su identidad. Se invocaba su presencia a través de la mirada. Un Yo ahí frente al Yo que lo analiza bajo las condiciones de la experiencia objetiva y sensible, separándolo de su conciencia viviente. Ese Yo, es una realidad impersonal, un Yo, sin densidad, sin identidad propia, un Yo irreal.

El dato más inmediato de la conciencia psicológica del Yo, no consiste en un estado, sino que reside en una afirmación percibida como tal, por sí misma. Afirmación que es previa a su experiencia de sí. El Yo personal, no puede pronunciarse sin esta experiencia en la que la afirmación y la propia experiencia acontecen al unísono. No es tampoco un acontecimiento puntual. Quienes la viven, no pueden hacer otra cosa que considerar a aquellos que no la viven como “ciegos a la realidad persona¨. No se conocen, mejor dicho, no son capaces de reconocerse. El tomar posesión de sí es un dinamismo existencial, que impregna cada instante de la existencia. Por eso no tiene carácter contingente.

En materia de existencia personal, conocer, es co-nacer, nacer con, y muy a menudo renacer con, como fruto de un dinamismo entre mi yo en in-tensión y mi yo en ex-tensión.

Lo que la razón capta, es el yo fenoménico, que es posterior al acto de su toma de posesión de sí, y como tal, ya es susceptible de descripción por aquella, pero de tal forma que su dinamismo tiende tanto a dispersarlo como a materializarlo. Este era el punto en el que Jung en su “fenomenología propia del sí”, intercalaba una especie de proyección o de sombra del “Sí” sobre el “Y0”. 

Esta toma de conciencia de uno sobre el otro, sugiere una concepción de una existencia previa y empírica de ambos, conformando una especie de fenomenología del inconsciente, y constituyéndolo como el fundamento misterioso y velado de una forma directa a la razón. De aquí, nacieron todos los arquetipos que susurran al oído de la conciencia de sí, y en la que se ampara la propia razón. Este dinamismo engendró la corriente psicológica del psicoanalis desde un punto de vista fenomenológico retrospectivo, y finalmente anclado en el inconsciente.

El acceso al proceso sobre el que el yo personal se organiza sobre sí, para tomar posesión de sí, no puede surgir desde dentro de ninguna fenomenología. Hemos de perforarla para poder entrar en una “psicología profunda”. En una especie de metafísica del “Yo en el SÍ”, en la que emerge un compromiso y una ética de sentido finalista, y en una relación dinámica, fundamento de toda fenomenología posterior y a semejanza de lo que acontece con las ciencias físicas, cuando intentamos profundizar en la realidad material.

Es curioso que: en ambos ámbitos, el del Yo personal y el de la realidad física de la naturaleza, al profundizar en ellos, acabemos tropezando con un mismo principio de indeterminación, pero abierto a una dinámica fenomenológica en el primero, y “aparentemente” objetiva y evolutiva en el segundo.

Enfatizo lo de aparentemente, porque ambas realidades son inseparables. No puede existir una sin la otra. No podemos perder el contacto de la actividad viviente en la afirmación del Yo integral que se posee, con la más exterioridad de sus manifestaciones. Recordemos que la posesión de sí, incluye tanto al “yo en in-tensión”, como al “yo en ex-tensión”. El yo en intensión, un yo que, trasciende a toda realidad material, se constituye en el espíritu del yo contingente en extensión. Trascendencia y contingencia se dan la mano en el “Yo” integral.

La afirmación del Yo, es una ascesis dirigida. Ella es “respuesta-responsabilidad”, es un único y englobante acto existencial. Acto solo posible desde el ámbito de la libertad. En caso contrario no hay posesión de sí, no se precisaría para nada, al quedar el ser exento de responsabilidad.

Dicho esto, podemos ahora dar un salto de la psicología profunda, de la metafísica de la fenomenología, a la antropología del ser que debe tomar posesión de sí, pero habiendo buceado ya por las esencias del ser que quiere ser libre.

Lo primero que evidenciamos, es que la manera según la cual tiene lugar la adquisición de la conciencia del yo, depende muy estrechamente de las condiciones sociales, históricas y ambientales vividas por el Yo. Así, esta reflexión metafísica, en las clases sociales menos preparadas para la reflexión, su interiorización reviste formas más rudimentarias, pero no necesariamente carentes de sentido.

Estas formas, tienen muchas gradaciones, siendo las personas más desprotegidas socialmente las que no precisan de estas razones, porque entre otras cosas, en ellas la lucha por la existencia acapara todos sus esfuerzos personales, y además, quedando estas infusiones introspectivas, en muchos casos, como patrimonio de personas ociosas.

La verdadera toma de posesión de sí, no es un acto racional y puntual, es una constante existencial, que como tarea ineludible arrastraremos a lo largo de toda nuestra singular y concreta existencia.

El yo al tomar posesión de sí, se “autoimplica” relacionalmente con sus semejantes, en una dinámica de corresponsabilidad que le lleva a responder no solo por ellos, también por su mundo, su hábitat existencial externo. Esta dinámica reabsorbe el misterio del bien y del mal en nuestras existencias. Lo reabsorbe responsabilizándose de él y no evadiéndose de él.

Personalmente, no me percibo en una corriente espiritualista evolutiva, en la que dicho dinamismo acabe, no sé cómo, alumbrando mi existencia, para que yo responda a esa vibración cósmica de orden. Dinamismo que me exige renunciar a mi metro y medio cuadrado para difuminarme en un yo “especie”. La singularidad del ser humano no tolera el gregarismo de la especie.

 

7 comentarios

  • M. Luisa

     Para ver si te entiendo bien, Mariano, me detendré solo ahora a desgranar el sentido interpretativo que, en mi opinión, le das al  párrafo que selecciono, contrastándola con la mía
    El acceso al proceso sobre el que el yo personal se organiza sobre sí, para tomar posesión de sí, no puede surgir desde dentro de ninguna fenomenología. Hemos de perforarla para poder entrar en una “psicología profunda”. En una especie de metafísica del “Yo en el SÍ”, en la que emerge un compromiso y una ética de sentido finalista, y en una relación dinámica, fundamento de toda fenomenología posterior y a semejanza de lo que acontece con las ciencias físicas, cuando intentamos profundizar en la realidad material.  

    Elijo este párrafo porque de alguna manera en él se habla de la apropiación  personal, idea  provocada  en un primer momento por lo que de tal apropiación  experimentaron Legout y Alexander y que en posterioridad  hemos ido desarrollando.  

    La experiencia de la apropiación personal, en mi opinión,   no alude al clásico “en sí” nouménico de Kant,  separándolo del fenómeno   que es, por lo que pienso  que tú, previniéndote de toda fenomenología, dices que habría de perforarla para poder entrar en una psicología profunda. Pero es que entonces no se sale de ir  de un logicismo a otro.  Como experiencia, la apropiación personal no puede, sino estar dada por el propio dinamismo interno  de la persona. Un dinamismo  como momento físico y estructural de su propio dar de sí, sin tener que recurrir a ningún “en sí” más allá  del de  su  propia realidad.  No se trata de un proceso de originación dialéctica guiados por una finalidad absoluta, sino a la inversa; es  la esencia la que es absoluta y en consecuencia,  abierta. Abierta   no a lo trascendente  “en sí” sino abierta a lo que ya  “de suyo” es, pero considerado  trascendentalmente
    Pensando en  J.L. Herrero del Pozo, habría llegado la hora de decir: ¡Ya fuera las muletas!

    • mariano alvarez valenzuela

      M. Luisa. Extraordinaria y magníficamente expresada tu aproximación a lo que quiero manifestar sobre ese acontecimiento de tomar posesión de sí. Hablando en términos matemáticos, diría que estás en el límite de lo que quiero expresar, lo que pasa es que, todo límite, limita con el infinito, y éste es indescriptible. Mis expresiones también son expresiones límite, rayando la metáfora. Cuando digo perforar, a su vez estoy diciendo “salir de” todo psicologismo, no caer nuevamente en él, como tú muy bien acabas diciendo.

      Si yo, ahora tratase de “contra-argumentar” lo que me estás diciendo, entraría en un bucle de límites, pues siempre tendríamos a mano, tú y yo, argumentos que por mucha finura metafísica de la palabra, podríamos determinar lo que es indeterminable.

      Pero fíjate en lo que ahora te diré, y que puede poner punto final a nuestros intentos metafísicos de llegar a lo que tú identificas como esa  “esencia no abierta no a la trascendencia, sino abierta la lo que ya de suyo es, pero considerado transcendentalmente”: La persona el ser humano no solo tiene la facultad de “saber”, también tiene la facultad de “creer”, facultad que le abre horizontes que sobrepasan a los del saber. Por eso en su praxis existencial, prima lo que cree sobre lo que sabe, y normalmente lo que cree no tiene fondo acotable por su palabra.

      Las imágenes que hay detrás de tus propias creencias jamás podrás objetivarlas.

      A partir de aquí, si quieres, compartimos creencias y no saberes.

      Aprecio y valoro enormemente tus comentarios. Me inspiran, me enriquecen y me ayudan, no solo a saber más, sino a creer también más.

    • oscar varela

      USO – Gracias!

       
      LA GENTRIFICACIÓN DIGITAL
       
      1 – Lo genérico y popular es más recomendado en la actual internet,
      – mientras que a lo menos convencional le cuesta destacarse.
      – los algoritmos de recomendación están aplanando la cultura.
       “Cualquier contenido que encaje en esa zona promedio
      – va a tener promoción y crecimiento acelerados,
      – mientras que el resto se queda en el camino”.
       
      TIKTOKENIZACIÓN DE LA CULTURA
       
      2 – Los ALGORITMOS alimentados a base de nuestras conductas previas,
      – están creando una cultura de consumo atenta a lo que funciona para desta­carse.
      – Una “cultura promedio” que no se permite la experimentación
      – Por ejemplo:
      – los hits de estribillo precoz para que oyente ansioso no lo abandone.
      Spotify solo monetiza las pistas de más de mil reproducciones,
      – y una función para escuchar “los mejores 20 segundos” de cada tema,
      – de modo que todo está pensado para un consumo inmediato.
       
      3- TikTok se globalizó en 2020, el año del confinamiento;
      – su algoritmo en pocos minutos detecta los intereses del usuario,
      – para luego ofrecer un catálogo de videos que le resulten atractivos.
      – La plataforma china cambió las reglas de juego de sus antecesoras
      (Facebook, Twitter o Instagram)
      – Su mayor fortaleza radica en seguir temáticas, no personas.
       
      4- Esta nueva dinámica modificó los comportamientos de los influencers,
      (figuras pop del capitalismo de plataformas)
      – Si antes se destacaban por su metier (moda, viajes, fitness, cine, etc.)
      – ahora persiguen al algoritmo para no perder relevancia,
      – atentos a qué funciona y qué no, para adaptarse a una realidad
      – que muta a una velocidad difícil de seguir.
      – Así vemos surgir creadores de conte­nido que son referentes de un tema
      – y se transforman en coaches, maestros yogui o expertos en finanzas.
       
      5- La tecnología que venía a democratizar el conocimiento
      – y nuevas maneras de adquirir información, atraviesa un momento crítico.
      – Toda tecnología provoca efectos que surgen luego de su implementación masiva.
      – Los algoritmos son útiles porque el usuario ahorra tiempo y obtiene lo que desea,
      – pero sus efectos no son neutrales; producen un aplanamiento del contenido.
       
      CÁMARAS DE ECO
       
      6- Niko Pajkovic inventó tres usuarios con men­tes de diferentes estereotipos:
      * el fanático de los deportes,
      * el amante del cine de autor y
      * el consumidor compulsivo de co­medias románticas.
      – Empezó a notar cambios en las costumbres de cada uno de estos usuarios,
      – en la pantalla del fan deportivo se veían “imágenes que incluían movimiento y colores brillantes’;
      – en la del amante del cine: “imágenes más oscuras, de arte en blanco y negro y retratos de acto­res”.
       
      7- Los efectos de la “CÁMARA DE ECO” en el consumo de noticias,
      – al capturar la tendencia política del usuario, suma­do a su comportamiento.
      – tiende a mostrar contenido similar a través del algoritmo.
       
      8- Los ALGORITMOS son fórmulas matemáticas progra­madas
      – para detectar patrones en el consumo humano colectivo
      – y posteriormente vincu­larlos con un consumo individual.
       
      9- “Todos deberíamos tener miedo.
      Cualquier persona que trabaja con tecnología vinculada a asuntos humanos
      debe tenerlo presente en todo lo que haga.
      Y escuchar su conciencia.”.
      ………………………………
      “Destilado” al blog de Caja Negra Editora

  • M. Luisa

    También como Jaume, Mariano, agradezco tu artículo, pero fijaros, también por mi parte os digo que si respiramos e inspiramos es porque en donde estamos instaurados es en la realidad misma, por la cual cosa nuestro posicionamiento de ella habrá que partir

    Ciertamente, dices bien, Mariano. Si con objetivar la realidad del Yo psicológicamente se considera ya suficiente como para que desde ahí conseguir  una identitaria unidad de la persona,  ¿para qué entonces  recurrir  a ninguna  metafísica?

    Ahora bien, tampoco en mi opinión, creo que el yo consista en una afirmación perceptiva, sino más bien en una reafirmación actualizada de la realidad persona. Me pregunto: ¿Afirmación perceptiva de qué?  La afirmación nunca es algo primario, sino término siempre  de algo que ha sido en origen  sentido y luego reafirmado en cuanto experimentado.

    Es la experiencia de mi realidad la que me hace reafirmarme en ella  como un yo. Por tanto,  el yo no es mi realidad, sino el ser de mi realidad sustantiva. ¿Qué quiero  decir con ello?   En cuanto sustantiva, la realidad personal es autosuficiente  en su estar siendo, lo cual quiere decir que  efectivamente ha superado la subordinación metafísica de la  sustancia…

    Nada más de momento, Mariano. ¡También, mi agradecimiento!   

  • mariano alvarez valenzuela

    Jaume, con tu comentario, consigo lo que pretendo con mis artículos/reflexiones. Es como un eco que enriquece lo que expiro al escribir y vuelve a mí con un valor añadido. Por supuesto muy agradecidamente tomo nota de tus matizaciones. La vida es inspiración y expiraciónMe ha sorprendido gratamente lo que al final dices sobre: “EL ALIENTO que da la VIDA en la vida”, pues es como una premonición sobre mi futuro artículo titulado: “Inspiración y Expiración, el Viento del Espíritu”,  que en un futuro próximo pienso remitir a la redacción de Atrio, en el que además trato de recoger el guante que nos ha tendido AD, nuestro editor, en relación a la espiritualidad en A. Grothendieck. Pero preferiría que antes viera la luz el que acabo de remitir, bajo el título: “El Número”, en el que la espiritualidad está incrustada en la más pura esencia de toda realidad humana, realidad que construye a la realidad, en línea con esa espiritualidad que emergió en un insigne matemático como el citado AG.

    Por otra parte, soy consciente de que muchas de mis reflexiones no suelen interesar mucho, a la luz de las pocas respuestas que reciben. Pero he de confesar que no me gusta escribir lo que sé, que suele ser lo que los demás también saben, sin salir de la monotonía del saber. Saber x Saber= Saber. En el resultado no hay ninguna novedad. Prefiero saber lo que escribo, más que escribir lo que sé. Sorprendiéndome, y  descubriéndome en esa dinámica con las respuesta de los lectores afines, que también quieran descubrirse en esa relación que es Inspiración y Expiración compartida persona a persona. El verdadero “ALIENTO” de la VIDA en la vida.Como puedes apreciar, mi repuesta es la inspiración de tu expiración. Sin ella, me ahogo en mi propio aliento……

    • mariano alvarez valenzuela

      Mi respuesta a Jaume Patuel ha salido casi toda de seguido, no sé si será error mio, o no. Aunque creo que apretada, se entiende. Pido disculpas.

  • Jaume PATUEL PUIG

    Mariano, te he leído un par de veces y atentamente. Es un tema de los que me gusta. Ciertamente, cada uno construye, felizmente, su mapa.

    Me quedo con verbos constructivos: “perforar” y así llegamos al mismo manantial cósmico. “Renunciar”, prefiero “desprender” o “doler”, lo siento más constructivo: un duelo. “evolucionar” sí y no. Sí, su dinámica; no, un fin. A mi me gusta partir del “ego”, que nos construimos, para “desmunuzarlo” y “perforándolo” ir al Fundamento Dinámico (El Ego y el Fundamento Dinámico es el títiulo del libro de Michel Washburn). El ego deviene “YO” integral.Y no “renuncio” al m2 sino que lo perforo y el m2 es más que su geografía, hay historia personal y compartida con una visión holística. Y todo “se desvanece” y “brota” una INMENSIDAD para admirar, contemplar y agradecer. Y sin dejar de recordar CAMINANTE NO HAY CAMINO… y ¿escuela espiritual? En un decir: “la salesianidad” por un actuar. Pero, como bien dices al final: “La singularidad del Ser Humano no tolera el gregarismo”.Somos seres que respiramos, o el ego respira, EL ALIENTO que  da la la VIDA en la vida. Y al dejar de respirar: ALIENTO.

    Gracias por tu artículo, Mariano.  

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