El 22 de octubre de este año murió en Lima, con 96 años cumplidos, el iniciador de la TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, Gustavo Gutiérrez (1928-2024).
Era un amigo entrañable, con el que colaboramos a partir de los años setenta para hacer una teología adecuada a la situación de América Latina, hecha de injusticias sociales y de pobreza humillante.
Como para todo teólogo, el centro de su indagación es Dios. En primer lugar Dios como experiencia de vida, en especial a partir el sufrimiento humano, y solo después como reflexión reverente.
El tema perturbador que le acompañó a lo largo de toda su vida era el sufrimiento. Él mismo sufrió de poliomelitis y estuvo durante años en una silla de ruedas. Después, operado, caminaba con dificultad. Era pequeño, cojo, fornido, cara de indio quechua y dotado de una inteligencia extraordinaria, creativa, llena de humor y de bellas “trouvailles” como esta: “los políticos sólo tienen en mente una intención, la segunda”. En suma, era fundamentalmente un hombre bueno, sencillo, humilde y espirituoso.
Su gran pregunta, de fondo biográfico, era: ¿cómo comprender a Dios ante el sufrimiento del inocente; cómo comprender a Jesús resucitado en un mundo donde las personas debido a la opresión mueren antes de tiempo; cómo encontrar a Dios liberador en un mundo donde falta fraternidad y solidaridad?
El mensaje cristiano no solo concierne a la vida eterna y al Reino de Dios, sino que ofrece estímulos para mejorar la vida presente, especialmente la de los pobres y oprimidos, en la convicción de que la vida eterna y el Reino de Dios ya comienzan aquí en la Tierra. Es más, el propio Jesús histórico fue un pobre y no tenía dónde reposar su cabeza. De aquí que Gustavo Gutiérrez entiende la teología como “una reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra de la revelación”.
El libro fundador en 1971 fue TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, PERSPECTIVAS. Curiosamente, ese mismo año, sin conocernos, yo escribía JESUCRISTO EL LIBERADOR, Juan Luis Segundo en Uruguay y Segundo Galilea en Chile trabajaban también en una perspectiva de liberación. No nos conocíamos pero oíamos una llamada, creo, venida del Espíritu (Hegel diria del Weltgeist) y nosotros éramos solo meros micrófonos que realzaban el sonido de esa llamada.
El eje estructurador de este tipo de teología es la opción no excluyente por los pobres, contra la pobreza y a favor de la justicia social y de la liberación, apoyándose siempre en la tradición de los profetas y en la práctica del Jesús histórico. Bien afirmaba Gustavo: “Los pobres son los predilectos de Dios, no porque sean cristianos, religiosos o buenos, sino porque Dios, identificándose con ellos, es bueno y misericordioso”. Dios vivo opta por aquellos que menos vida tienen. Este es el fundamento teológico de la opción por los pobres, por su vida oprimida y por su liberación.
Hombre profundamente espiritual, vivió con los pobres en el barrio periférico Rimac de Lima. De esa inserción nacieron casi todas sus obras, especialmente BEBER EN SU PROPIO POZO; EL DIOS DE LA VIDA; LA FUERZA HISTÓRICA DE LOS POBRES; DÓNDE DORMIRÁN LOS POBRES; EN BUSCA DE LOS POBRES DE JESUCRISTO: EL PENSAMIENTO DE BARTOLMÉ DE LAS CASAS y otros.
Como otros teólogos de la liberación sufrió incomprensiones y persecuciones, especialmente del Cardeal de Lima, Cipriani, del Opus Dei, con la acusación de que sería una teología marxista. Esa idea era reforzada por el mayor opositor, diría que hasta perseguidor de la Teología de la Liberación, el Cardenal López Trujillo de Medellín (Colombia). Esa acusación no se sostiene, pero siempre se le ha hecho a todos los que, como Dom Helder Câmara, entienden la situación de los pobres como víctimas de una sociedad de injusticias y de explotación que demanda una transformación histórico-social.
En América Latina se extendió el concepto de pobre a los indígenas, los negros, las mujeres, pobres económicos, culturales y de otra opción sexual. Así surgieron las distintas vertientes de la Teología de la liberación. Para cada grupo específico, su método adecuado y su correspondiente liberación. El método es siempre: ver la realidad sufriente; juzgar con medios científicos y a la luz de la fe; actuar para transformar esa anti-realidad, teniendo como protagonistas principales a los propios oprimidos.
De ahí la liberación a partir de la fe. Marx nunca fue padre ni padrino de la Teología de la Liberación como la acusan, sin fundamento, algunos todavía hoy. Su inspiración se encuentra en las fuentes de la fe cristiana, en las Escrituras y en la tradición de figuras como San Francisco de Asís, San Vicente de Paúl y otros que dieron centralidad a los pobres.
Por su seriedad recibió innumerables premios y títulos de doctor honoris causa. No daba importancia a estos reconocimientos, pues se situaba siempre en el lugar de origen, la pobreza y los pobres con los cuales compartía la vida.
El Papa Francisco lo recibió en Roma, en un gesto de reconocimiento de su reflexión como una riqueza para toda la Iglesia. En sus exequias, el Papa envió este breve mensaje: “Hoy pienso en Gustavo Gutiérrez, un grande, un hombre de Iglesia que supo estar callado cuando tenía que estar callado, supo sufrir cuando le tocó sufrir, supo llevar adelante tanto fruto apostólico y tanta teología rica. Que en paz descanse”.
Nosotros que lo conocimos en su trabajo y en su día-a-día damos testimonio de que vivió y murió con claras señales de santidad personal. Y le echaremos mucho de menos.
la Teología de la Liberación, de la que fue principal teórico Gustavo Gutiérrez fue un intento de interpretar el Evangelio a través de la crisis económica de los pobres, como verdaderos seguidores de Jesús, según la teología de la liberación, trabajar hacia una sociedad justa, lograr un cambio social y político. Liberar a los materialmente pobres y alimentar a los físicamente hambrientos, a la vez que derribar a los materialmente ricos, pero es ese el Evangelio de Jesús?, quizá coloca la acción social al mismo nivel que el mensaje evangélico, no sea lo más correcto, lo digo desde una interpretación estrictamente evangélica, no personal, con que puedo estar más de acuerdo con Gutiérrez. Porque las escrituras priorizan lo espiritual sobre lo social, el evangelio es para toda la gente, incluyendo a los ricos, asignar un estatus especial a cualquier grupo como preferido por Dios es discriminar, algo que Jesús no hace, trae unidad a su iglesia, no división por razones socio económicas, raciales o de género.
Estoy contigo, amigo Óscar. Hay “empobrecidos” porque hay “empobrecedores”, muchos de éstos quizá poco conscientes de que se enriquecen a costa de muchos empobrecidos. Los empobrecedores -que adoran el ídolo del poder del dinero- conciben la ética con parámetros ególatras discriminadores. Ëtica compatible con las “fake news”. Ética que necesita vasallos. Los empobrecedores no son conscientes -y si son conscientes, marginan y/o racionalizan- lo que Jesús de Nazaret declaró incompatibles: Dios y el dinero, convertido en ídolo. Éste es el gran problema a estudiar y resolver para crear un mundo mejor. Éste es el mayor problema, aunque también hay otros ídolos que separan y discriminan y matan…
Teología de la Liberación. Perspectivas (Libro en formato PDF)
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Nunca quiso ayudar a la misa en las fiestas principales de la comunidad. El cura de un distrito vecino que venía a celebrarlas le pidió que hiciera de sacristán, le exigió muchas veces. Lahuaymarca tenía un sacristán indio.
━ Ese no sabe. Repite las palabras como loro, no entiende; casi no es cristiano. Tú eres mestizo, organista, contestas en latín. La misa será más grande contigo ─ le dijo el cura en la víspera de una fiesta grande.
━ Quemado yo padre [i]. Mi iglesia dentro de mi pecho, quemado. ¿Cómo voy a cantar? La Gertrudis igual que ángel canta ─ el sacristán contesta.
━ La Gertrudis no piensa en Dios; canta triste, sí, porque es deforme.
━ Padrecito, tú no entiendes el alma de indios. La Gertrudis, aunque no conociendo a Dios, de Dios es. ¿Quién, si no, le dio esa voz que limpia el pecado? Consuela al triste, hace pensar al alegre; quita de la sangre cualquier suciedad.
━ Bueno, terco. No puedo obligarte. Esa «Kurku»[ii] tiene algo, algo extraño, duele.
━ El Dios, pues, padrecito. Ella ha sufrido entre los señores[iii]. Dios de los señores no es igual. Hace sufrir sin consuelo.
…Ha llegado amarillo, rotoso, sin chullu*[iv] siquiera. Ha regresado igual de su ropa, pero en su ojo había Dios.
━ ¿Qué Dios? ¿Cómo sabes?
━ Dios es esperanza. Dios alegría. Dios ánimo. Llegó «unpu»[v], enjuermo, agachadito. Salió tieso, juirme, águila. Era mozo no más. Dios hay aquí, en Lahuaymarca. De San Pedro se ha ido, creo para siempre…
━ Tú tampoco eres cristiano verdadero, hijo. Tantos años de sacristán! Y piensas como brujo. Dios está en todas partes, en todas partes.
El viejo sacristán de San Pedro movía negativamente la cabeza.
━ ¿Había Dios en el pecho de los que rompieron el cuerpo del inocente maestro Bellido? ¿Dios está en el cuerpo de los inginieros que están matando «La Esmeralda»? ¿De señor autoridad que quitó a sus dueños ese maizal donde jugaba la Virgen con su Hijito, cada cosecha?
No me hagas llorar, padrecito. Yo también como muerto ando. Don Demetrio tiene Dios, en la «Kurku» está Dios, cantando; en don Bruno pelea Dios con el demonio; para mí no hay consuelo, de nadies.
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“Todas las sangres”
José María Arguedas
Notas:
[i] referencia a la iglesia del pueblo que fue quemada en el Capítulo XI.
[ii] significa jorobada en quechua
[iii] Gertrudis fue violada por uno de los terratenientes
[iv] gorro de lana con orejeras usado en las regiones andinas para protegerse de la inclemencia del frío. De aquí en adelante, el sacristán se refiere a Demetrio Rendón Willka, un indio comunero que representa la nueva conciencia de los indios y es acusado de «comunista»
[v] significa enfermizo en quechua.
Si “conjugáramos” el Sustantivo “POBRES“,como se ‘conjugan’ los Verbos,hablaríamos de:- “EMPOBRECIDOS” y- “EMPOBRECEDORES“