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Egodicea

Tema nuevo, pero, al mismo tiempo antiguo con lenguajes diferentes. Así y todo, importante en el mundo occidental por la pluralidad de significados del ego. El ego es valorado y desvalorado, defendido y atacado según el ángulo desde donde se contemple, se viva y se explique.  Por eso, me atrevo y arriesgo a hablar de él así como enseñarlo, de ahí la palabra “dicea”. Por tanto “egodicea”.

Para comprender mejor mi intención, el punto de partida debiera ser para la persona lectora su propia experiencia, no las creencias o enseñanzas. Además, sabiendo las diferentes explicaciones sobre qué es el ser humano desde la biología, la psicología, la filosofía, la teología, las diferentes religiones y  últimamente las neurociencias. ¿No ha encontrado la persona lectura ante muchos sustantivos el prefijo “neuro”?

El último que he encontrado ha sido en la revista “Muy interesante”: El neuropecado. Y en otro lugar, “Iberdrola”: Los neuroderechos. Tenemos un buen campo de investigación. Pero es preciso simplificar.

Pues bien, ante este magno panorama, no hay otro camino que sentir y explicarse el ser humano a sí mismo: ¿Qué entiende por ego? Ciertamente, hay que leer para informarse y formarse. Los mapas ayudan y más si están bien hechos y nos inspiran confianza, pero es preciso partir de nuestro territorio, de nuestra interioridad para formular nuestro propio mapa que puede coincidir con otros autores: El mapa no es el territorio.

De ahí, mi riesgo y atrevimiento de presentar un mapa o un intento de “egodicea”. Y para ello debo indicar qué autores me han inspirado. El primer autor, de inicio, es Sigmund Freud (1856-1939). Recalco de inicio. Pone las bases con la metáfora del caballo: El jinete (ego, que conecta con la realidad), el caballo (ello, el mundo pasional sin límites) y las riendas (superego o las normas ancestrales, tribales, familiares junto con el ideal o ideales, que debe clarificarse).

Y sin olvidar nunca, la gran aportación freudiana: el inconsciente individual.

Luego, ampliado por Carl G. Jung (1875-1961) con su inconsciente colectivo, dinamizado con los arquetipos, que mueven lo individual como colectivo.

Y pone en juego diversos personajes: El héroe, el triunfador, etc.

Posteriormente, completado con una cartografía más amplia, que abarca lo perinatal, toda la movida del embarazo, realizada por Stan Grof (1930-…). Y la visión de la psicología transpersonal con Michael Washburn (1943- …). Sintetizando: El ego psicoanalítico.

Todos ellos vienen del psicoanálisis o de la psicología profunda. Y se entiende por “profunda” porque se busca y analiza los entresijos escondidos en nuestro interior. Y el ego tiene una tendencia a negarlos porque molestan, pero al mismo tiempo por ser dinámicos pueden ayudar o fastidiar. Y conocer esta sombra es de un gran beneficio para el sujeto como para la colectividad.

Ya he indicado antes, la metáfora del jinete que monta a caballo con sus propias riendas. El jinete o el ego cuanto mejor conozca su caballo, el mundo pasional, que son las pulsiones, más que instintos, que es el ello, mejor los podrá gestionar con un criterio sano, razonable, madurativo, es decir, pensar por sí mismo y construir su propio criterio para saber adaptarse a la realidad, no conformarse a ella.

Ciertamente que debe tener en cuenta las normas, los ideales, la sociedad y, a pesar de todo esto, el jinete o el ego tendrá que hacer su propio criterio. Le será preciso dialogar con su superego, que son los valores de la sociedad actual como las anteriores. Y qué ideal le exige. Si es “un ego ideal”, es un narcisismo.

Y el narcisismo es un término que rige a partir de Freud y que su nomenclatura clásica es orgullo o soberbia. O si es “un ideal para el ego”, entonces es un trabajo propio para elaborar su propia escala de valores, su axiología.Voy a dar un paso más. Intuyo que todo eso es nuevo para la persona lectora. La herencia cultural, aún vigente,  es que somos cuerpo/alma o materia/espíritu o memoria/entendimiento/voluntad reprimiendo o suprimiendo el mundo pasional. Pero este mundo emocional hoy queda más manifiesto con el libro “la inteligencia emocional”, que publicó en el 1995 Daniel Goleman (1946…).

Se habló muchísimo y aún se habla mucho hoy en día. Pero, Freud ya marcó el cambio: Lo pasional hay que integrarlo, no reprimirlo ni suprimirlo. Y así ha sido y es. Sabemos que con la inteligencia emocional se tiene en cuenta, pero a costa de negar el auténtico inconsciente tanto freudiano como junguiano.

Para este aspecto, hay la metáfora de la imagen del “iceberg” o la montaña de hielo. La parte que el ego conoce es solo lo que hay en la superficie y con algo de esfuerzo lo que alcanza la vista desde la cima, pero no así todo el resto. Y quien mueve el iceberg no es el que está en la punta de la superficie, sino lo que está escondido o profundo; como el caballo, que es el mundo de los deseos, el que guía.  De ahí, el gran esfuerzo en conocer el fondo del iceberg o el caballo a través de la reflexión, del silencio, de la lectura y también de una ayuda, no precisamente siempre clínica, de un acompañante

Por tanto, podemos considerar la estructura anímica como un teatro. Sus estancias o lugares: el consciente (el escenario y las butacas), el preconsciente (lo que se esconde detrás de las bambalinas y fácil de saberlo), el inconsciente (lo debajo del teatro y las buhardillas). A más en este teatro actúan personajes:  Ello, ego y superego.

Y estos personajes o instancias que forman parte de esta estructura anímica, que no mental. El “ello” tiene un origen biogenético, la fuerza pasional de todos los presentes. El “ego” su origen es psicogenético que es conformado en base a lo pulsional, el actor. Y el superego es también psicogenético pero adquirido en base a las costumbres, normas sociales junto con el apuntador y público.Y para ir concluyendo, el ego debe ir pasando por etapas diferentes como infancia, adolescencia, juventud, madurez, ancianidad y a la par niveles de consciencia diferentes: el arcaico, el mágico, el mítico, el racional y el integral.

Todo ello para una nueva materia: la “egodicea”. Y nos explica EL PROCESO MADURATIVO INTEGRAL a través de pre-ego, ego y trans-ego como nos indica la psicología transpersonal.  Muy importante el “trans”, que es ir más allá de sí mismo o despertarse en un nivel más profundo de totalidad u “holístico”.

Por tanto, ni cuerpo ni alma; ni materia ni espíritu, ni solo un manojo de nervios o neuronas, sino UN PROCESO MADURATIVO INTEGRAL gracias a que el ego es un ser hablante.  Todo cuanto he intentado narrar hay que verificarlo cada uno personalmente: EXPERIMENTAR.

 

 

34 comentarios

  • carmen

    Quizás sería mejor que le mandases un correo personal. Es un señor encantador. Buscalo. Seguro que lo encuentras y si no, se lo pides a Antonio. Antonio le pide permiso y si se lo da, te lo dice.Así se han puesto en contacto conmigo varias personas de ATRIO 

  • carmen

    Perdón, María Luisa.Infórmate muy bien.No veas el jaleo en que me metí hace unos años. Enorrrrrme. Con toda mi buenísima intención. Consultando y todo. Al final, todo se volvió en mi contra. .A muchiiiisimas  personas, estos temas, no, no les gusta tocarlos. No sé si porque en el fondo, esa educación en la culpa cristiana ha podido con ellas. O por miedo, puro miedo a cómo se le pueda juzgar, o quizás una mezcla de todo. Ni idea.

    Pero creo, pienso, opino que es responsabilidad última del que ha sufrido daño el hacerlo más o menos público.
    La parte que lo ha hecho algún tipo de daño, lo negará siempre.Y esto es lo que hay.Piensa muy despacio cada uno de los pasos que vas a dar.Diría que la que está atrapada es la persona que ha sufrido daño. Ella sabrá por qué. Ella , creo, tiene que decidir y nosotras, apoyar.

    Perdona que intervenga, pero, es que no veas cómo te entiendo.Suerte.
    Y, ni se te ocurra sentirte culpable de absolutamente nada. Prohibida la culpa. Sustituye la palabra culpa por responsabilidad. A mis hijos les tengo prohibido que utilicen esa palabra en mi presencia. Un abrazo.

  • carmen

    Eso mismo es. Una síntesis de todo lo sabido desde el siglo veinte. Tal cual.

    Jaume no es un especialista en psicoanálisis. Va más por el camino que, desde su punto de vista, le viene bien seguir a la persona, supongo que para que su visión de la vida sea más positiva. Viene a decir , conócete a ti mismo, valórate un poquito más, y haz lo que puedas dentro de ‘ tu metro cuadrado’.

    Claro, hay que conocer la linea de pensamiento del autor de un texto. En todos los casos. Y,  desde luego que lo intento.

    Querer desviar la atención a que si Freud tenía o no razón o  sí Jung acertó o no con sus arquetipos, o si la hija de Freud estaba o no de acuerdo con su padre, me parece absurdo.
    Negar a estas alturas la existencia del subconsciente, o sea, no lo puedo entender. Posiblemente no se pueda ver, ni medir, ni nada de esas cosas, pero negar me parece tremendo. Si no gusta el nombre, cámbiese, si no se está de acuerdo con teorías sobre su importancia  en el ser humano, enunciense otras, pero negarlo? El psicoanálisis es una técnica que trata de ayudar a que el paciente o la persona que recurre a un psiquiatra intente entenderse a si mismo. Porque la solución, y en eso estoy totalmente de acuerdo con Carl Roger, depende cde nosotros. Si se necesitan fármacos con ellos y si no, sin ellos.

    No estamos hablando de hipnosis.Si la técnica va bien, ayuda. Y si no, pues se rechaza. Quién es partidario, que la aplique y quién no , pues no.
    Decir que es más barato un confesionario, me parece un insulto a la psiquiatría y al sacerdocio.

    Y vuelvo a mi metro cuadrado.

    • ana rodrigo

      Con tu permiso uso el responder. Gracias.

      A mí me está resultando muy interesante el debate entre profesionales, pero yo, que no lo soy, voy a centrarme en otra perspectiva, me refiero a la casuística.

      Si cada persona es un mundo, ella y sus circunstancias, abren una puerta al “infinito”. A corto plazo, yo comparo en qué situaciones tan adversas tuvieron que sobrevivir mis abuelos y mis queridísimos padres con todo en contra, cuando la única herramienta era sus deducciones personales de opciones; las de mi generación (82 años), que hemos pasado la mayor parte de nuestra vida en casi iguales condiciones, hasta un momento determinado donde aparecieron los profesionales para proporcionarnos herramientas para que cada persona, como dice Carmen, encuentre sus soluciones.

      Pero las circunstancias van cambiando a gran velocidad, y ahí están las que viven la generación de mis hijas, con salarios precarios y con alquileres imposibles, si, además tienen hij@s, eso ya es horrible, con sicólogos y sin sicólogos; menos mal que todavía estamos los padres y, en mi caso, sólo su madre, que puede echarles una mano; pero lo que van a vivir mis ciet@s y mis dos biznietas, creo que va a ser peor, porque además del trabajo y vivienda, tienen unas redes sociales que ejercen como carcoma en mentes jóvenes para querer ser y creer lo que proponen l@s influencers.

      A raíz de la DANA se está generalizando la frase de que “el pueblo salva al pueblo” ignorando, despreciando, desconociendo, incluso con mala fe, que es el estado y sus instituciones son las que hacen posible, mejor o peor, un país. Esto es muy peligroso porque si no se cree que el Parlamento, el Senado, el Gobierno, los jueces, los médicos, los y las barrender@s, quienes recogen la basura y quienes la recicla, el profesorado,  etc, etc, etc., tendremos el caos. Y si se deteriora la democracia, mis niet@s y mis biznietas, lo van a tener muy difícil.

      A nivel personal, dentro de la infinita casuística, yo he tenido unas y muchas circunstancias muy adversas a lo largo de mi vida, hasta que en un momento determinado empezaron a existir los servicios sicológicos profesionales para quienes pudieran utilizarlos como ayuda. A mí, que, afortunadamente, no he tenido que utilizar estos servicios, quienes me salvaron mi vida emocional, fueron personas que me escucharon, parece un gesto muy banal, pero os aseguro que es muy importante. Recuerdo cuando una profesora en mi adolescencia anuló mi autoestima a mala fe, era mala y, además, monja, y otro amigo me dijo “Ana, tú vales mucho, etc.”, y cambió mi vida desde comenzar a tener confianza en mí misma, y, no menos importante, el que me ha dado fuerza de compartir mis penas con amigas y amigos, el poder “vomitar”, -con perdón-, aquello que tenía dentro y que me hacía daño. Y, agradezco, el que con estas ayudas haya podido conmigo misma, el sacar adelante yo sola a mis cuatro hijas (dos biológicas y dos no biológicas (una sorda de nacimiento, que conseguí que hablase, que estudiara su carrera universitaria y que sea autónoma y maravillosa persona), pero igual de hijas todas, y resolver tantos problemas que se conjuntaban para hundirme, pero no pudieron conmigo.
       
      Por todo esto, añado a las soluciones que proponen los profesionales, la escucha a quienes necesitan ser escuchados. Las relaciones sociales, la huida de la soledad y el abandono. ¡Cuán importantes somos para los y las demás!

  • M. Luisa

    Hola Jaume, como veo que se ha entremezclado en el tema un particular enfoque personal, no sé si me podrías decir a grandes rasgos   qué dirección tomar en un caso de abuso sexual muy próximo cuando se me es comunicado después de muchos años. Te pregunto esto porque si ya desde el primer momento mi apoyo y comprensión fue radical, mostrándome incluso decidida a guardar el silencio que se me pedía, ahora me encuentro en una encrucijada. Pienso que la persona afectada obra así por la recomendación del psicólogo al que asistió, según me dijo. Por mi parte, aun creyendo que no era esa la forma de afrontarlo, me ceñí a lo que me pedía. Me avoqué incondicionalmente a ella para resarcirla, al menos de algún modo el callado sufrimiento  vivido. Pero ahora resulta que el psicólogo de la parte victimaria al negarse ésta con rotundidad de tales hechos, les inhibe de toda responsabilidad,  dándoles a entender   que  a veces  estos casos son patológicamente inventados.    Esto es lo que   últimamente me preocupa  porque me encuentro atada de manos,

    • Jaume PATUEL PUIG

      Saludos cordiales, M. Luisa:
      Como entiendo que es un tema muy personal, prefiero no tocarlo en los comentarios, que pueden ser interpretados de forma muy distinta, como han sido, excepto alguno, los comentarios a mi artículo, que no dejo de agradecer.

      Te adjunto mi c/e: jpatuel@copc.cat
      Tel 626 96 50 12

  • Javiierpelaez

    Jaume. Un abrazo.

  • Jaume PATUEL PUIG

    Javier, la afirmación de una antropología lo puedes discutir con Freud y Jung que así lo afirmaron. El psicoanálisis es una técnica, que hemos experimentado y nos ha ayudad en mucha parte no en todo; y por otra, una concepción nueva del ser humano (=antropología). Y en está es indispensable que entre la filosofía por la puesta del inconsciente individual (Freud), tribal (Szondi) y colectivo (Jung).

    Y a gozar de la vida desde un pétalo de la margarita. Es “una” visión. Y como “mi” experiencia del diván no se puede repetir -por suerte- no tiene evidencia científica. ERGO,…Y no debo esperar al año 1990 para que nos diga “la Universidad” proveniente del unos despachos del Gobierno a indicarnos el contenido de la licenciatura en psicología (=criterio científico. ¿total? ¿parcial? o ¿ideológico? Este ha sido el debate en Francia: La ideología “científica” por encima de la Ciencia o del Ser Humano.  Y con este comentario, y de agradecimiento a todos los comentarios que los considero constructivos, ¡no faltaba más! y los que han opinado no son “neófitos”, por eso los considero una gran aportación.

    Todo está siempre abierto a construir, dialogar, respetar para pasar de la hOminización a la hUmanización, sino no es dialogar.  

    • oscar varela

      Jaume PATUEL PUIG

      ¿No se te ocurrió pensar que:

      “Mientras vos ‘deshojas margaritas’
      tu novia se pudrió de esperar

      y decidió irse con otro?”

      Gracias por escuchar!

    • Fernando

       
      Buenas tardes:

      Primero una pequeña crítica. Cada persona, entiendo que desde su libertad y opinión, ha realizado comentarios, salvo alguna excepción, que tratar sobre un aspecto del articulo pero no del núcleo del mismo, “el ego”, cada uno ha ido a lo suyo, creo que se dice “a su bola”. Y el psicoanálisis es una parte, y no la más importante, yo así lo creo. Pienso que el tema da para más, propicia algo más personal. También, pienso que el planteamiento del artículo es algo confuso, que plantea cuestiones que ya han sido tratadas a lo largo del siglo XX, quizá fuera más interesante un planteamiento más actualizado. Incluso el debate sobre el psicoanálisis, su cientificidad y eficacia terapéutica, es muy antiguo, desde el mismo Freud. Yo creo que ahora nadie en el campo de la salud mental se plantea esa cuestión. Sí es necesario colocar al psicoanálisis en su espacio, que no es terapéutico ni tiene relación con la medicina. Ahora bien, Los últimos hallazgos de las neurociencias nos informan de la llamada plasticidad neuronal, sabemos que la experiencia emocional deja una huella en la red neuronal y sus conexiones sinápticas, la neurona puede modificar sus contactos con otras neuronas llegando a modificar su estructura e incluso la organización cerebral, Freud ya habló de esto en 1895 en su trabajo “proyecto de una psicología para neurólogos” lo llamó “primera huella psíquica o signo de percepción” que es lo que las neurociencias definen actualmente como “huella sináptica”, y hay estudios que demuestran una efectividad de la terapia psicoanalítica.  

      En ese debate no me ha quedado claro los comentarios del autor del artículo Jaume a los de Mónica. Más que un debate, veo en ambos una exposición con argumentación cerrada e incluso corporativista.

      En Francia ese debate ciencia e ideología, es muy antiguo. Yo lo viví cuando era estudiante de medicina en Francia, hace muchos años. No se ha impuesto una ciencia ideologizada, existe una independencia epistemológica de la ciencia con respecto a la ideología. Pero aun así, ambas no pueden estar separadas, sin la unidad teórico practica de la razón nos veríamos abocados a un conocimiento impotente y a una praxis arbitraria.

      Gracias.

  • Javiierpelaez

    Mónica nos llama neófitos.
    No coincido con Patuel en que el psicoanálisis pueda fundamentar una filosofía o una antropología.Ahora decir que es una para ciencia.
    Yo creo que lo convierte en humo es precisamente creerse que hay ahí una antropología.Freud inventó un buen método clínico.Las conclusiones que se pueden sacar para la antropología o la sociología o la moral me parecen bastante especulativas.Esto se debe tb a que algunos les gusta pertenecer a determinadas escuelas y a que en determinadas épocas los sabios en determinados saberes( Marx,Freud) eran bastante osados sobre la elaboración de teorías generales o lo eran sus discípulos.
    Hoy ningún especialista de una determinada parcela del saber se mete en semejantes vergeles.

    • oscar varela

      De acuerdo Javier!

      Los “científicos-profesionales”

      (encadenados a la ‘modernidad’)

      no pueden dejar de pensar que

      la ‘Filosofía’ es una ‘Ciencia’;

       

      Imposibilitados de pensarla

      como un DRAMA personal,

      el de ‘su vida’.

       

      Gracias!

      • Javiierpelaez

        Óscar yo no tengo formación filosófica y bien que me pesa.

        • oscar varela

          Te pesará tal y tal falta de ‘conocimientos’

          pero si llevas una ‘VIDA ALERTA’ ‘pensarás‘.

           

          La ‘profesionalidad’ de los Conocimientos

          suelen ser un obstáculo y ocultar el Pensamiento

          [Pensamiento es todo lo que se haga

          para ‘salir de una DUDA vital]

           

          “Struktur hemnt strukturbildung”

          “Lo ya Estructurado impide crear nueva Estructura”

           

          El “especialista” es el ‘bárbaro’ de nuestro tiempo.

          [‘Bárbaro‘ es el que no sabe qué le pasa ni qué está pasando]

           

          Gracias!

  • M. Luisa

      Muchas gracias   por tu consideración, Jaume,  y dirigirte a cada uno de nosotros.  Sí, de acuerdo contigo en algún punto, pero precisamente en este indeterminado ir más allá de lo sentido y de lo pensado es por donde se cuela aquello que otros pretenden colarnos, por ejemplo, las creencias y o ideologías-

    Este ir más allá de lo sentido,   por su indeterminación lo favorece. En cambio, si este ir más allá nos lo deja abierto esto mismo que estoy sintiendo, es decir,  la realidad inteligiblemente sentida,  entonces la cosa cambia de arriba abajo. Pero es que hay más. Porque  ¿Qué se quiere decir  con ese ir más allá, pero”a través de” , como tú lo expresas? Pues, a mi modo de ver,  a través de la obertura que nos deja lo sentido en tanto que realidad (no se agota en él) porque no solo nos afecta, sino que en esta afección nos lanza a la nuestra propia, a reconocernos como realidad sustantiva y, por tanto, con capacidad para ser.

    Contrariamente, encerrados por la mera afección de nuestro sentir objetivo, tal objetivación  paraliza nuestra sensibilidad y nos retrotrae  vulnerables. Como ya ves de tu expresión me quedo  con el “pero”. Ir más allá  a través de … y añado,  de la realidad sentida.  Pues es la realidad la que nos abre a la posibilidad  de ir más allá de lo sentido, mostrándonos en forma de sentimiento la nuestra propia, nuestra propia realidad.  Ahí radica el sentido de apropiación, un tema que se trata en otro hilo.

    Gracias Jaume, un cordial saludo.

  • carmen

    Mónica.Cómo es eso de que el psicoanálisis es como la parapsicología?Creí que eras psiquiatra, pero no debes de serlo.
    Neuróloga quizás? 

    • Isidoro García

      Uso el responder. Gracias.

         (Esta es mi simple opinión personal, discutible como no puede ser de otra manera. Yo no tengo ninguna experiencia personal práctica sobre el tema, solo teórica).
       
             El tema del papel del psicoanálisis, en el mundo de la cultura y de la salud, es un tema que podríamos definir como transversal. Hay inventos, que son muy buenos para una cosa, pero no lo son para todo. Yo siempre pongo el ejemplo de la paellera: es magnífica par hacer una buena paella, pero es muy mala si se le colocan unos cables y se enchufa a la tv como antena parabólica. Pues eso pasa con el psicoanálisis, sirve para lo que sirve.
          Y lo mismo que seguro que no sirve para tratar enfermos mentales graves, exactamente igual, los psiquiatras, y los neurocientíficos, no sirven como ayuda y acompañamiento existencial, si no son además personas sabias, equilibradas y con experiencia existencial adecuada.
       
             Hasta la irrupción de Freud, en la cultura humana, el tema de la salud fisiológica y mental, era encargada a la ciencia de la medicina, y paralelamente el tema de la “felicidad”, y su correlato el del desarrollo del proceso de maduración y autorrealización, se encargaba fundamentalmente a la religión, y muy limitadamente a las escuelas filosóficas laicas, como el estoicismo, epicureísmo y el escepticismo griegos, y el taoísmo, el confucionismo y el budismo, orientales, con algunos intentos de constituir iglesias laicas, como fue la masonería.
           Estaban muy delimitados los campos de la Ciencia por un lado, y de la religión y la filosofía por otro.
              Y entre medias, existía el tenebroso mundo de las enfermedades mentales graves, de las que no se sabía casi nada, y para las que no se conocían ni las causas que las originaban, ni remedios químicos válidos, ni terapia alguna: solo cabía la reclusión y apartamiento del mundo normal.
            Eran un agujero negro, dentro de la Ciencia médica. Y en el s. XIX se empezó a estudiar torpemente el tema, y en ese ambiente estudió Freud, que nació en 1856.
            Y el psicoanálisis, fue un gran intento de crear un mapa de la mente, empezando por mostrar a la cultura, que además de la consciencia racional, de la filosofía, existía una parte inconsciente de la mente, que influía mucho más de lo que se aceptaba, que era nada.
            Esa fue la gran contribución del psicoanálisis, que no fue su descubrimiento, (porque ya había habido filósofos que lo habían apuntado, como Nietzsche). El mismo Freud lo reconoce: “el inconsciente lo descubrieron antes que yo, los filósofos y los poetas”.
            Pero hoy en día, el tema de la salud mental se ha ampliado enormemente.
          Antes había dos clases de humanos, los locos y los cuerdos. Pero ahora que ya sabemos más, hemos descubierto que casi todo el mundo sufre algún tipo de trastorno de la personalidad, de mayor o menor intensidad. Y con ello existen tres categorías muy distintas:
       
      -Los que sufren problemas mentales psiquiátricos o algún trastorno de la personalidad inhabilitante, que precisan necesariamente de terapia médica psiquiátrica.
       
      – los que, que sufren un trastorno de la personalidad de mas bajo nivel, que no los inhabilita sino que les dificulta una vida mas o menos “normal”, y a los que les conviene una terapia psiquiátrica, y/o simplemente psicológica.
       
      – Y en tercer lugar, además, los que aspiran a la felicidad, y a la madurez humana plena, que precisarían también una ayuda existencial, y consejo de vida, para lograr un conocimiento adecuado de sí mismos.
             Consejo que podría ser filosófico, o psicológico, de una persona mas o menos sabia, y con experiencia existencial.
              Aquí la psiquiatría y la psicología también puede ser útiles, pero no en cuanto su conocimiento científico, sino si es una persona sabia, equilibrada y con experiencia existencial adecuada, que no te la da un título académico.
             O simplemente pueden buscar la ayuda ellos mismos, en su propio interior, con lecturas adecuadas y en resumen con la formación de una cosmovisión equilibrada y con los menores errores posibles.
            Aquí todos disponemos de la ayuda impagable e insustituible de nuestro inconsciente colectivo sabio, que además nos conoce perfectamente pues es una parte integrante de nuestra mente.
       
          El psicoanálisis, de hace 125 años, abrió un camino impagable a las personas de los dos últimos grupos, y si no consiguió efectos terapéuticos en casos graves, es porque en aquellos tiempos, no existían ni la base teórica necesaria, ni la ayuda farmacológica precisa.
               Han pasado muchos años, y por ello, ahora, el psicoanálisis, me imagino que puede ser muy útil, no para curar enfermos, sino para esos dos últimos grupos de personas. Y especialmente para aprender a conectar y escuchar a nuestra “espíritu” personal.

  • Javiierpelaez

    Ahora ,como digo lo anterior,tb digo que no soy muy partidario de una “filosofía psicoanalítica”. La filosofía es otra cosa.

  • Javiierpelaez

    No considero que el psicoanálisis sea paraciencia. De hecho muchos psiquiatras(aún de la sanidad pública) te remiten a la psicoterapia psicoanalítica,aparte de que hay psiquiatras que son psicoanalistas. Tampoco estoy de acuerdo con la impugnación que hacen algunos pacientes de la medicación. Ahora sí creo x mi experiencia que ,siendo necesaria la medicación (imprescindible) ,hay un poco de “pastillismo”. Esto ,en términos generales,se debe a las carencias bastante notables,por no decir escandalosas,de nuestro sistema público de salud mental.

    • Monica

      La psicofármacos son imprescindibles en  en el tratamiento de trastornos agudos de salud mental y en patologías mentales graves. Se ha experimentado mucho, y son muy efectivos en estados de ánimo  reactivos a problemas biográficos o a dificultades de interacción con el entorno, hasta trastornos debidos a factores biológicos congénitos con mayor o menor carga génetica familiar, o adquiridos a causa de enfermedades intercurrentes o de tratamientos farmacológicos depresógenos. No producen adicción y proporcionan un bienestar al paciente.

      Si tu Javier te encuentras bien con ese tipo de técnicas, genial. No se aplican en la sanidad pública, por lo que ya he expuesto largamente. Pero si se tiene tiempo, dinero, y ganas de desahogarse, pues genial, tambien pueden acudir a un confesionario, es más barato y quizá igual de efectivo.

      • Javiierpelaez

        Yo no he discutido el uso de medicamentos. Es más yo he criticado en Twitter a gente que lo hace. No he discutido nunca que los trastornos mentales graves requieran medicación. Sé que el enfermo mental es el único que no se sabe enfermo. Tengo familiares esquizofrénicos y la dificultades de que se tomen los medicamentos. Tb sé que el psicoanálisis no es útil para todas las patologías mentales. De ahí a decir que el psicoanálisis es un confesionario. Conviene no simplificar. Doy x concluida esta conversación de besugos.

  • Jaume PATUEL PUIG

    Gracias por los comentarios constructivos. Gracias bien sinceras puesto que es un enriquecimiento: NULLA DIE SINE LINEA…

    Solo puntualizo, pues es un gran debate fuera del “academicismo”..

    01.Y el artículo se basa en la “empírica” sino “flatus vocis”. El cientificismo cae en esa fase, no la Ciencia. Las neurociencias es conocer bien el vehículo pero no el conductor. Y cada afirmación del ser humano hay que “apofatizarla(=negarla)”, sino lo cosificamos o objetivizamos. Ergo: pasa a ser dominio del amo.  Si se mercantiliza todo “lo sagrado y divino” (el calendario de golosinas de adviento, un ejemplo) como no va a a ser todo “lo que puede liberar al ego”… para volver a dominarlo o autoengañarse. 
    02. El trans, lo uso “ir más allá de, pero a través de”…siempre a descubrir “más allá de lo que siente, piensa y dice el “ego psicoanalítico”. 
    03. El psicoanálisis no es psicología…y su aplicación no es válida para todo sujeto humano. Además, hay una tendencia a negar o manipular  EL MUNDO INCONSCIENTE puesto que “conscienciarlo es antiautoritario”.  Y hay una gran afición cientificista  a convertir EL EGO en TRANSPARENTE. Para ello “popularizando el término se desgasta”. Y eso satisface al EMPRESARIADO DE LA SALUD MENTAL sino no pueden “cuantificar”. 
    04. Si los perros ladran, significa que cabalgamos, como se dice, si mal no recuerdo, en el Quijote.
    05.Carmen, Isidoro, Oscar, Ana, M.Luisa, Mónica, Javier y Antonio, gracias sincieras.
    06. CONCLUYO: El psicoanálisis o mejor dicho, los psicoanálisis, o psicología profunda o psicología dinámica (su “shibbolet” es el inconsciente que tanto los poetas, filósofos, teólogos han hablado, pero Freud, corroborado por las neurociencias, nos lo muestra) no es más un que pétalo de la margarita (gran metáfora para comprender la multiplicidad y luchar contra el reduccionismo, no lo reductor que es interdisciplinariedad).”Donde hay el ello, que devenga el ego”: trabajo interior, silencio, meditación, espiritual, religioso, oración o como digo últimamente: UN PROCESO MADURATIVO INTEGRAL. 

  • M. Luisa

    No sé si será oportuno dejar aquí un breve comentario dirigido a Antonio Llaguno en respuesta de uno suyo en el Post de Carlos Barberá”La ciencia y Dios”  el cual por el cambio de ordenador me pasó desapercibido. Y ahora, debido  a la actual normativa  en la que pasado el mes se cierran los comentarios, se me diera esta oportunidad  que agradezco de antemano. Me decía Antonio Llaguno; Entre otras cosas, Maria Luisa, porque no tenemos ni idea de lo que es la materia. En respuesta a mi comentario, que traslado aquí; Es cierto, Antonio, que el materialismo ha conducido a posicionarse al lado del ateísmo, pero si a la ciencia hay que encumbrarla, es decir, ensalzarla por algo, no es por su investigación de la materia, sino sobre todo y últimamente, de lo que emerge de ella. La materia no se opone al espíritu. Ahora bien, tal nombre se le ha asignado con anterioridad a  lo que de por sí le es real a la materia misma, es decir, de aquello que le posibilita al hecho de su propio dinamismo. Y aquí viene lo que ahora le respondo.  Dices, Antonio, que no tenemos ni idea de lo que es la materia, bien, pero de la realidad física de las cosas sí. Por esto se hace del todo necesario,  con respecto a nuestro conocimiento de ellas,   anteponer a la percepción ese momento físico y, por tanto, aprehensivo  que la sensibilidad humana por ser fluyente  envuelve. Se trata de un momento anterior al de la percepción que tenemos de las cosas.   El cual, ha sido este, el de la percepción, el que ha prevalecido filosófica y psicológicamente.   Por lo que  se comprende entonces  que haciendo caso omiso de lo real, es decir, del constituyente mismo de las  cosas,  se imponga luego  el tener que hacernos un juicio de ellas y en ese precipitado racional fue a lo que  dio comienzo el llamado racionalismo.  Pocas veces o ninguna, que  recuerde, habré  hablado aquí de la materia, pero sí, en cambio, de la “realidad”. A ella se lanzan a hablar muchos filósofos actuales realistas. Mario Bunge, John Holland, Nicholas Rescher fallecido recientemente, entre otros muchos… Hay dos opciones seguir con el racionalismo idealista sensibilizando la REALIDAD o lanzarnos  a la complejidad de lo real.Mil gracias, Antonio Duato 

  • Javiierpelaez

    Yo solo puede estar agradecido al psicoanálisis. Como he tenido la suerte de psicoanalizarme 14 años(hablo de suerte xq cuesta pasta y está excluido de la sanidad pública),sólo puedo decir que el psicoanálisis me libró de tener que medicarme. Reconozco que he tenido verdaderas revelaciones interpretando algunos sueños.Vamos que en el diván he sacado algunos conclusiones sobre sueños que me han sorprendido a mí mismo. Sin embargo,como determinadas fases de la enfermedad (xq la psicológica es enfermedad,x eso hablamos de salud mental)son dolorosas ,te queda una cierta prevención psicológica a la introspección y tb como una cesura o sensación de distancia respecto de determinados períodos vitales. Tb la enfermedad tiene un cierto componente  egótico y te da la sensación como que había falta de apertura a los demás (aunque ciertamente en algunos momentos no podía ,aunque yo afortunadamente nunca he dejado de trabajar). Por otra parte aunque el psicoanálisis es muy útil,tb es verdad que aprendes pautas de comportamiento de tal manera que,cuando aparecen ciertos fenómenos psicológicos actualmente,sabes cómo debes reaccionar por lo que yo no rechazo que la psicología conductista sea inútil xq a lo mejor en el psicoanálisis conoces la verdad de determinados fenómenos,pero tb aprendes que hay una relación causa/efecto entre el comportamiento y los fenómenos (si yo he entendido al conductismo). Por lo demás creo que a mí me ha ayudado tener unos valores(un ideal del ego),nunca he sido narcisista aunque sueño bastante despierto,de tal manera que yo observo mi juventud y esta mi edad adulta y observo una continuidad moral.A mí el cristianismo en que fuí educado y la particular interpretación que yo le he dado,me ha ayudado aún en momentos psicológicos difíciles. Tb creo que en  el orden psicológico ,los experimentos con gaseosa….Vaya rollo… jajajaja 

    • oscar varela

      USO – Gracias

       
      LA PERCEPCIÓN
       
      1- La psicología trata de desentenderse del mundo exterior
      e investigar la intimidad del hombre.
      – El psicólogo vira en redondo su atención, que habitualmente tiende hacia lo externo,
      – y, de espaldas a las cosas, la dirige al fondo espectral de sí mismo.
      – en lugar de atender a las cosas presentes nos invita a mirar nuestro ver.
       
      2- Pero hay fenómenos psíquicos en que las realidades nos son inme­diatamente dadas.
      – Nuestra fantasía libre tiene siempre, a la postre, que pedir prestado su material
      – a otra función psíquica más elemental: LA PERCEPCIÓN.
      – El imaginar está reducido a zurcir trozos que la percepción le proporciona.
      – Nuestras ideas proceden y las usamos como de un crédito abierto sobre la percepción.
      – toda imagen, como toda idea, supone alguna ocasión previa
      – en que nos pusimos en contacto con el objeto luego imaginado o pensado.
      – Este contacto es la percepción.
       
      3- Los psicólogos distinguen dos clases de percepción:
      la percepción externa en que se nos hacen presentes las cosas de nuestro contorno, y
      – la percepción de nuestra propia persona, de nuestro yo: la percepción íntima.
       
      4- Entre las cosas exteriores a nuestro yo hay dos linajes de ellas muy distintos entre sí:
      – hay las cosas corpóreas de nuestro derredor y
      – hay las otras perso­nas, los otros yo, los prójimos.
      – ¿Cómo llegamos a noticia de que frente y junto a nosotros existen otras personas?
      – ¿Hay, además, otra clase de fenómenos psíqui­cos en que percibimos a los demás hombres?
      – ¿Hay una percepción del prójimo?
      (es el problema humano por excelencia)
       
      5- Como en la percepción externa, esto es, en el ver, oír, tocar,
      – se constituye ante nosotros el mundo físico, el cosmos material;
      – En la percepción del prójimo se instaura el orbe de la convivencia.
      – En ella hinca sus últimas raíces toda sociedad,
      – lo mismo la amplísima que llamamos nación,
      – que aquellas otras formas de sociedad mínima en que conviven dos personas
      – y solemos denominar simpatía y amis­tad y amor.
       
      6- Las teo­rías usuales parten de dos prejuicios característicos del pensamiento moderno.
      – Suponen que primariamente no percibimos más que nuestro yo, y solo después,
      – construimos más o menos hipoté­ticamente el yo de los demás.
      – El segundo prejuicio cree que del prójimo nos es dado la apariencia física de su cuerpo,
      (color, forma y movimientos)
      – y que la existen­cia de un yo en ese cuerpo es una añadidura que nosotros ponemos.
       
      7- Del mundo exterior no percibimos sino un reducido paisaje o escena
      – que se nos presenta destacado sobre la vaga totalidad del universo material.
      – Entre el universo y nosotros se intercala nuestro cuerpo como un cedazo o retícula
      – que selecciona por medio de sus sensaciones los objetos que integran el mundo.
      – ¿no acontece lo propio en la percepción íntima?
       
      8- No percibimos de nuestro yo sino un corto número de pensamientos, imágenes y emociones
      – Nuestros sentimientos que opera en lo más profundo de nuestra psique se hallan latentes,
      – sin que se perciban más que aquellas emociones subrayadas por la oportunidad vital.
      – ¿Cómo se produce esta selección de lo que en cada caso percibe cada cual de sí mismo?
       
      EL “INTRACUERPO”
       
      9- La psicología, preocupada por el problema de la percepción externa,
      – ha estudiado preferentemente, las funciones corporales de ojos, oídos y tactos periféricos;
      – esto es, los sentidos o sensibi­lidad exterior.
       
      10- Pero el cuerpo posee también una sensibilidad interna mucho más rica,
      – variada y de fina textura que la externa,
      – constituida por el repertorio innumerable de las sensaciones musculares y de movimiento,
      – los contactos internos, las presiones sanguíneas de venas, arterias y vasos;
      – el dolor y placer orgánicos, las delicadas impresiones en las entrañas y órganos pro­fundos
      – y, en fin y sobre todo, las corrientes sutilísimas de la se­creción interna.
      – Todo ese pueblo incalculable de estados, sensitivos intracorporales,
      (con sus incesantes y exquisitas modificaciones),
      – nos acompañan desde la concepción y es el teclado maravilloso
      – sobre el que se apoya directamente la percepción que de nosotros mismos tenemos.
       
      11- Como los sentidos exteriores son el aparato selector, el tamiz
      – que en cada caso detiene o deja pasar los objetos del mundo exterior,
      – así la sensibilidad intracorporal subraya o apaga nuestros estados íntimos
      – y hace que percibamos ahora estos y no los otros; luego, los otros y no estos.
       
      12- Ciertamente, el pensa­miento es un acto puramente psíquico y nada corporal;
      – pero la percepción de nuestro pensamiento exige, en efecto, su expresión interior, movimientos embrionarios de la lengua, iniciación de contracción y distensiones en la boca. Nuestro cuerpo, desde su faz interna, nos revela nuestro propio pensamiento, como su órgano externo de audición nos descubre el del prójimo.
      – Juega, pues, la sensibilidad intracorporal en la percepción íntima el papel de un actor que mima y gesticula, subraya o apaga nuestra vida psíquica, de cara a nuestra mirada interna como ante un público. Esa sensibilidad es, pues, uno de los factores de que depende la experiencia que cada cual tiene de sí mismo.
       
      CUANDO EL ‘OTRO’ ES ‘OTRA’
       
      13- Es un hecho notorio que el cuerpo femenino está dotado de una sensibilidad interna
      – más viva que el del hombre, cuyas sensaciones orgánicas intracorporales
      – son vagas y como sordas com­paradas con las de la mujer.
      – La mayor sensibilidad orgánica de la mujer trae consigo que su cuerpo exista para ella
      – más que para el hombre el suyo.
      Los varones, normalmente, olvidamos nuestro hermano cuerpo; no sentimos que lo tenemos si no es a la hora frígida o tó­rrida del extremo dolor o el extremo placer. Entre nuestro yo, puramente psíquico, y el mundo exterior no parece interponerse nada.
      En la mujer, por el contrario, es solicitada constantemente la atención por la vivacidad de sus sensaciones intracorporales: siente a todas horas su cuerpo como interpuesto entre el mundo y su yo, lo lleva siempre delante de sí, a la vez como escudo que defiende y rehén vulnerable. Las consecuencias de esto son claras: toda la vida psíquica de la mujer está más fundida con su cuerpo que en el hombre; es decir, su alma es más corporal —pero, viceversa, su cuerpo convive más constante y estrechamente con su espíritu; es decir, su cuerpo está más transido de alma.
      – Ofrece, en efecto, la persona femenina un grado de penetración entre el cuerpo y el espíritu mucho más elevado que la varonil.
      En el hombre, comparativa­mente, suelen ir cada uno por su lado; cuerpo y alma saben poco uno de otro y no son solidarios; más bien actúan como irreconci­liables enemigos.
      – En la mujer, el cuerpo influye en la normalidad de la vida más que en el hombre;
      – es notoria la abundancia de sueños que se producen en la mujer al dormir.
      – El hombre dormido sueña menos.
      – Y como es cosa indudable la influencia en el soñar de las sensaciones intracorporales.
       
      14- Este trato frecuente con su cuerpo hace que la mujer lo domine más que el varón.
      – De aquí el extraño fenómeno de que la mujer resista el gran dolor y miseria física mejor que el hombre y, en cambio, sea más mesurada en entregarse a los excesivos placeres;
      – de aquí la sorprendente eurit­mia y comedimiento en la apostura femenina, el compás y conten­ción de sus gestos.
      – En esta observación puede hallarse la causa de ese hecho eterno y enigmático que cruza la historia humana de punta a punta: la propensión de la mujer al adorno y ornato de su cuerpo.
      – Su nativa contextura fisiológica impone a la mujer el hábito de fijarse, de atender a su cuerpo, que viene a ser lo más próximo en la perspectiva de su mundo.
      – Y como la cultura no es sino la ocupación reflexiva sobre aquello a que nuestra atención va con preferencia, la mujer ha creado la egregia cultura del cuerpo, que históricamente empezó por el adorno, siguió por el aseo y ha concluido por la cortesía, genial invento femenino, que es, en resolución, la fina cultura del gesto.
       
      AMOR SEXUAL
       
      15- Pero la conexión, peculiarmente estrecha, entre alma y cuerpo que caracteriza a la mujer,
      – rinde sus más claros efectos en el sacro recinto del amor.
      – Si comparamos hombres y mujeres de tipo medio, normales, de igual educación y rodeados del mismo ambiente social, pronto salta a la vista su diferente actitud ante el erotismo.
      – Es nor­mal que el hombre sienta deseos y placentero arrebato carnal hacia mujeres que no despiertan en su ánima el menor afecto.
      – Por decirlo así, envía a su cuerpo para que cumpla los ritos del amor carnal, con total ausencia de su espíritu.
      – Asimismo, no es raro que el hombre de extremada selección y firme disciplina mental experimente un amor puramente psíquico, hecho todo él de místicos sentimientos, sin ganga alguna de carnales instintos.
      – Ello es que el hombre ha oscilado siempre entre esos dos polos y extremos del amor carnal y el amor místico, entre el sensualismo y el platonismo.
      – Ambos, empero, suelen repugnar a la mujer.
      – Normalmente es incapaz de sentir atracción física si no va precedida de una adhesión sentimental, y, viceversa, cuando el puro afecto psíquico, en apasio­nada tormenta, se apodera de su espíritu, arrastra y estremece su carnal soporte, como la ráfaga encorva la mies de oro en estío y arrebata en otoño las hojas caducas.
       
      16- La mujer merced a su predisposición psicológica logra, desde luego y sin esfuerzo,
      – esa perfecta unidad entre el amor del alma y del cuerpo que es, sin duda, la forma ejemplar y la ecuación moral del erotismo. Norma y ejemplo a que solo ciertos hombres egregios, de exquisita condición, consiguen elevarse.
       
      17- Hallándose así el cuerpo femenino todo él transido y como satu­rado de su espíritu,
      – adquieren un peculiar sabor simbólico las con­cesiones que de sus gracias corporales haga.
      – La entrega del cuerpo es para ella, en verdad, símbolo y síntoma de sus sentimientos, y cada concesión al amado es la medida del nivel que en ella alcanza el amor.
      ………………………………………………..
      LA PERCEPCIÓN DEL PRÓJIMO (OCT6)
      La Nación, de Buenos Aires, agosto de 1929.

    • Monica

      El psicoanálisis si ayuda pues genial, tampoco estoy en desacuerdo con la naturopatía, aunque sea como efecto placebo.

      El psicoanálisis no debe confundirse con la psicología ni con la psiquiatría. El psicoanálisis pretende ser una teoría y una técnica terapéutica. Como teoría sería aceptable si se mostrara que es uficientemente verdadero; como técnica, si se mostrara que es suficientemente eficaz. Pero para poder sostener la pretensión de verdad o la pretensión de eficiencia, un cuerpo de ideas y prácticas tiene que someterse el mismo a los cánones de desarrollo de la ciencia pura y aplicada, por lo menos si desea ser tomado por una ciencia. Ahora bien, el psicoanálisis no consigue pasar las pruebas de cientificidad. Tengamos esto claro. Por otro lado, En los tratamientos cognitivo-conductuales se plantea un trabajo colaborativo con el paciente, evitando ¨culpar a la víctima¨ por sus problemas, se propone una búsqueda conjunta de objetivos, en el psicoanálisis no.

      El psicoanálisis tiene mucha riqueza literaria, pero ninguna evidencia empírica. Cuando se han sometido esas teis a contrastación el resultado ha sido un total fracaso. La investigación sobre eficacia clínica está muy desarrollada.   Podría argumentar muchos más, pero seria muy largo y muy técnico.

      En fin,  el psicoanálisis es tan seudocientífico como la parapsicología. El único modo que tienen los psicoanalistas  de evitar este estigma es adquiriendo otro, sosteniendo como hace Lacan y sus discípulos, que no tienen pretensiones científicas, pues pertenecen a la psicología humanística o a la retorica. Pues bien pero que se abstenga de tratar enfermos con patologías mentales.

       

      • Jaume PATUEL PUIG

        Freud criticó duramente reducir, como defecto de fábrica, al campo únicamente clínico. Su interés fue y es, y continua siendo: UNA (No “la” aunque en frase de Kandel y Rosal: el mejor mapa) ANTROPOLOGIA:
        Y afirmar que el psicoanálisis es como la parapsicología es no seguir el buen debate de que el psicoanálisis goza de dos vertientes: arte y Ciencia. Es decir, tiene axiología y ciència.
        Las neurociencias no presentan per se una axiología.
        Y el psicoanálisis, que no es pseudociencia, tiene base empírica. No entraré en el debate puesto que no es su lugar en Atrio.
        Reitero la base de mi escrito anterior: La metáfora de la margarita. Y el concepto de “ciencia” es protocolo con premisas filosóficas, que no exponen siempre.
        Y preparo el próximo artículo: HAPICRACIA.

        • Monica

          Jaume, con mi consideración y respeto a su persona y conocimientos:

          Estoy de acuerdo, no podemos entrar en el debate puesto que no es su lugar en Atrio, y ello es susceptible a opiniones subjetivas de neófitos en esta cuestión, como podemos comprobar por varios comentarios.

          Puedo aceptar que el psicoanálisis se pueda considerar una  ciencia conjetural y por tanto opuesto a las ciencias exactas o formales, por tanto el procedimiento que se sigue está basado en la conjetura y las inferencias y no así en lo medible y lo cuantificable. Sí es Axiomática pues se dedica a  estudia los valores y su evolución histórica, desde una perspectiva  psicopedagógica, que creo que es su campo de conocimiento, sí es interesante para el conocimiento de los elementos y procesos que inciden en una perspectiva antropológica del valor de la educación, así ayuda a analizar la realidad en forma crítica desde el punto de vista de los valores. Pero no confundamos a los lectores, cualquier afirmación  basada en la observación jamás puede ser considerada científica. Se puede denominar científica cuando predomina la consideración de los datos, que están disponibles para todas las partes interesadas, y cuando la teoría está basada en datos y cambia en respuesta de nuevas observaciones, Freud no es lo más destacado dentro del psicoanálisis, reconozco que ha habido psicoanalistas que han profundizado en buscar un matiz científico.

          Durante el siglo XX los estudios psicología tuvieron un vinculo en las carreras de humanidades impartidas en las facultades de filosofía. La Ley de Reforma Universitaria (B.O.E 1/9/1983) dio lugar a una profunda modificación de la estructura curricular en toda la Universidad Española y, en particular, de la Licenciatura en Psicología, con el desarrollo de los decretos derivados de ella. Pero hasta el 20 de Noviembre de 1990 no se establecen las directrices generales del título universitario de Licenciado en Psicología. Es el inicio para normalizar esta especialidad dándole el carácter científico que tiene. Es comprensible la carencia de generaciones de licenciados cuya formación estaba mediatizada por otras materias ajenas.

  • Monica

    Bueno, el artículo puede ser interesante desde el punto de vista filosófico, la relación con el psicoanálisis pues correcto, pues carece de apoyo empírico. El tiempo y la clínica han demostrado que son teorías demasiado simples para explicar algo tan complejo como es la mente humana. Evidentemente, existen un gran avance en técnicas psicoterapeúticas, que van dejando atrás la subjetividad que suponía este tipo de métodos, ya obsoletos, para así logran un mejor diagnóstico y posterior tratamiento, de hecho la mayoría de los psicoanalistas son laicos, es decir personas sin formación en medicina ni en psicología. Pero además de la ineficacia de los métodos psicoanalítico, estos pueden producir un efecto perjudicial para el paciente, pues le desvía de su trauma o patología real, oculta la causa y la solución de sus sentimientos, padecimientos y conductas disfuncionales, cuando una de las funciones principales de una correcta psicoterapia es enseñar a discernir cómo debe de afrontar sus pensamientos, cómo comprender su historia, no se modifican los pensamientos y los comportamientos en base a su pasado, se actúa sobre el presente de forma activa. Bueno sería muy extenso y ni tengo tiempo ni ganas. Sobre el tema del ego hay un libro de Ann Freud, hija de Sigmund, pedagoga y psicoanalista no médico, titulado “El ego y los mecanismos de defensa”.

  • ana rodrigo

    Gracias, Jaume, qué buen artículo y qué buen profesional, y lo mejor para mí, es que lo he entendido todo. Pero no sé si me atreveré a hacer algún comentario desde mi propia experiencia sin “meter la pata”, aunque lo asocio a cada una de mis experiencias vitales que, a los 82 años, son muchas. Un abrazo

  • carmen

    Pues sí.La verdad es que mi cabeza tiende a la sencillez. Que no está reñida con la profundidad, quiero decir que no tengo ningún miedo a meterme dentro de mi propio pensamiento. Ninguno.

    Otra cosa es que lo consiga.De momento, me defiendo.Y además conecto un montón con la manera de pensar de Jaume. Y, no sé por qué. Pero así es.

    Me encanta la frase que dicen que dijo Antonio Machado. Oscuro para que me atiendan y muy claro para que me entiendan. A lo mejor no es suya, pues bueno. Y es que ser profesor de secundaria, imprime carácter. Fijo.

  • M. Luisa

    Sin duda que el tema de este artículo abarca  todo un campo cuyo objeto de estudio bien  puede  llenar de sentido  las singulares  experiencias de cada cual. No obstante, y dicho con todo respeto,  me pregunto ¿viniendo  recientemente  de estar tratando, en otro hilo,   intentar   comprender  el acontecer de  la apropiación de sí mismo,    no parece  ahora,  en vez de profundizar en ello, tomar la directa por la vía más cómoda y simplista?  ¿Acaso da miedo meterse en las profundidades  humanas?  Allí tratábamos de salvarnos  del estado de    vulnerabilidad, aquí parece  que con la inteligencia emocional se la reclama instalándose en ella-

    Lamento también no estar de acuerdo  acerca de ese significado que se le da  a esa partícula  “trans”. El “trans”   en efecto, cobra interés  en ese transcenderse así mismo, pero sin ir más allá de esta realidad en la que ya se es. De lo contrario, estaríamos todavía anclados  en una concepción idealista del  “trans”. 

    Es, pues, creo, en ese trascenderse a sí mismo  donde cobra pleno sentido luego  hablar  del Todo  Holístico. Porque si selecciono la frase completa donde aparece ese “trans”,  de casi al final del artículo en la que se lee:   “Muy importante el “trans”, que es ir más allá de sí mismo o despertarse en un nivel más profundo de totalidad u “holístico”  Qué mejor, una vez hecha la anterior observación sobre el “trans” y  asumiendo lo propio que defiende el Holismo   el cual  no admite sumas en la constitución del Todo, se percate  precisamente en ello  ese cumplimiento de la propia trascendencia   

  • carmen

    Super claro.Preciosísimo.Es una síntesis estupenda.Cuídese mucho. Un abrazo fuerte.

    • Isidoro García

      Matizo la opinión de Carmen. Yo creo que el amigo Jaume, ha hecho un magnífico ejercicio de análisis de la mente humana.

      Análisis que siempre es el primer paso para el conocimiento. El segundo debe ser la síntesis, que ya tiene un componente mas subjetivo: hay que elegir entre las opciones de hipótesis presentadas, las preferidas por el autor.

      Y el tercero, ya debe ser la especulación filosófica de las conclusiones existenciales, que podemos y debemos sacar de dichos análisis y síntesis.

      O sea entrar en qué ideas y creencias habituales en la cultura del momento, se ven afectadas por el esos nuevas ideas especulativas a que hemos llegado, y así ir depurando paulatinamente, nuestro conocimiento de la realidad.

      (Ahí me gustaría que una persona como el amigo Jaume, con amplio bagaje profesional y existencial en estos temas, entre en el futuro. Ya sé que en un artículo breve, no es posible hacerlo todo, pues los temas complejos, no se pueden tratar en cinco líneas).

       

      Ese es un terreno, menos académico y mas personal, con el gran peligro de cometer errores y subjetividades, y emitir opiniones no aceptadas por todo el mundo.

      En este terreno, los viejos, compensamos nuestra decadente agilidad mental, con el plus de la libertad que nos da, el no importarnos ya la opinión de los demás, y el poder ponernos el mundo por montera, y decir lo que realmente pensamos, a pesar de las presiones del zeigeist y su p… madre.

       

      Entre los muchos temas citados por Jaume, yo me intereso especialmente por el tema del superego, y el ideal del ego. Me parece un tema especialmente interesante, en un momento cultural que se caracteriza por su exceso de moralismo, que genera polarización, wokismo y maniqueísmo: nosotros-buenos y los otros-malos. Es un narcisismo grupal evidente y clamoroso, que debía avergonzar a muchos.

      Y en un clima en el que se endiosa a la “conciencia moral” inmutable, como si fuera algo claro y evidente, (que solo los tontos, locos o perversos, pueden negar), cuando no es mas que un constructo mental ideológico, (político-religioso), y por tanto discutido y discutible, como todos los constructos mentales.

      La moral no debe ser un asunto religioso, y menos aún político, sino sobre todo debe ser un fenómeno filosófico.

       

      En mi reflexión personal sobre el “espíritu”, o “Inconsciente colectivo”, he integrado el tema del “superego” o “conciencia moral”, y ya lo he tratado anteriormente.

      Considero que en la mente humana, hay un confrontación constante entre

      -el ideal del yo, (o del ego), dirigido y desarrollado por la razón racionalista, y constituido por el corpus del ideal moral del zeigeist cultural del momento, o de ciertas ideologías, (religiosas o políticas), que es muy concreto y detallado, en contra de

      – El yo ideal del espíritu, que es un patrón arquetípico de comportamiento universal y general hacia el bien, el conocimiento y la armonía con el Universo, pero que es difuso y no detallado, y además como todo lo arquetípico, necesita ser complementado y detallado con nuestros conocimientos acertados sobre la Realidad del Universo. (¿Cómo vamos a ir en armonía con el Universo, si desconocemos la realidad del Universo?).

      Esta confrontación, se enmarca dentro de la confrontación del ego-yo, el jinete de nuestra mente consciente, que además de embridar las tarascadas de nuestro “ello” emocional e instintivo, ve menoscaba su “autoridad egoica”, con ciertas intuiciones y advertencias, que nos manda el “espíritu”, y que culturalmente, son descalificadas automáticamente por el ego racional, como tentaciones del demonio, (los religiosos), o pensamientos “fachas”, (los modernos del zeigeist dominante), o pensamientos “progres”, (los modernos conservadores).

      Aquí, convendría seguir la idea de Jung, de la individuación, de intentar la conciliación, (en lo que se pueda), de esas contraposiciones, con un análisis detallado y cuidadoso, y sin apriorismos ideológicos.

      La individuación de Jung, supone la trabajosa unificación de la mente, alcanzando sucesivos equilibrios inestables, cada vez mas lúcidos, que constituyen el proceso de maduración , autorrealización y “salvación” religiosa.