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Sobre el evangelio de Lucas, 3

Nazaret. Mensaje y desprecio I

 

  1. La energía vital (Πνεῦμα) de Jesús

Una breve síntesis (Lc 4,14-15) bastó a Lucas para dar cuenta del arranque y la andadura de Jesús por Galilea planteando su Proyecto. El evangelista expuso en su resumen que el Galileo tomó su decisión gracias a la energía vital (“…con la fuerza del Espíritu”; v.14a) adquirida mientras expresaba su compromiso tras el bautismo (“…mientras oraba Jesús después de su bautismo, se abrió el cielo y bajó sobre él el Espíritu Santo”; Lc 3,21-22). La pujanza de esa Vida le condujo a tomar conciencia de sí mismo y optar por oponerse a todas las seductoras incitaciones a cambiar de ruta (“…y el Espíritu lo fue llevando por el desierto durante cuarenta días, mientras el diablo lo tentaba” (Lc 4,1-2). Esa fuerza vital le impulsó por fin a proponer su mensaje mediante una novedosa pedagogía social (“Enseñaba…”; v.15a) por las diferentes asambleas de pueblos y ciudades (“…en aquellas sinagogas”; v. 15a).

  1. Tras esa nota preliminar, Lucas sitúa la intervención de Jesús ante la asamblea de su pueblo

como escaparate de su actividad por Galilea. Así la describe:

“Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, según su costumbre, y se levantó para tener la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desarrollando el volumen, dio con el pasaje donde está escrito:

El Espíritu del Señor descansa sobre mí,
Porque él me ha ungido.
Me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a proclamar la libertad a los cautivos,
y la vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
a proclamar el año favorable del Señor (Is 61,1-2).

Enrolló el volumen, lo devolvió al sacristán y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él, y empezó a hablarles.
–Hoy ha quedado cumplido este pasaje ante vosotros que lo habéis escuchado.
Todos se declaraban en contra, extrañados del discurso sobre la gracia que salía de sus labios, y decían:
–        Pero, ¿no es este el hijo de José?
Él les repuso:
–        Seguramente me citaréis el proverbio aquél: <<Médico cúrate tú>>; todo lo que nos han dicho que ha ocurrido en esa Cafarnaún, hazlo también aquí en tu tierra.
Y añadió:
– Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra. Pero no os quepa duda de que en tiempos de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en toda la región, había muchas viudas en Israel; y, sin embargo, a ninguna de ellas enviaron a Elías, pero sí a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y en tiempo del profeta Eliseo, había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, ninguno de ellos quedó limpio, pero sí Naamán el sirio.

Al oír aquello, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad y lo condujeron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificada la ciudad, para despeñarlo. Pero él se abrió paso entre ellos y emprendió el camino” (Lc 4,16-30).

  

12.“…Enseñaba en aquellas sinagogas…”

Este relato frontal de Lucas se corresponde con el que Marcos colocó, en cambio, al final de la primera fase de las actuaciones de Jesús por Galilea (Mc 6, 1b-6). Pero tan drástico cambio de posición no supone discordancia respecto a Marcos, porque Lucas resaltaba en su extracto previo que Jesús había viajado ya por la región: “…Enseñaba en aquellas sinagogas…”. La mudanza de un extremo al otro apunta a una intencionalidad del tercer evangelista. Lo confirman las evidentes modificaciones realizadas sobre la narración del texto fuente:

  1. En el escrito de Lucas está ausente el grupo de discípulos que, en su entrada, Marcos indica que acompañaban a Jesús (“Fue a su tierra seguido de sus discípulos”; Mc 6,1b). El tercer evangelista no ha hablado de ellos con anterioridad.
  2. Ni siquiera había hecho mención de las dos parejas de hermanos: Simón, Andrés, Santiago y Juan.
  3. Tampoco se nombra en su texto, como sí hace Marcos, a María ni a los hermanos de Jesús. Sí, en cambio, se alude a José, al que Marcos no nombró nunca en su evangelio.
  4. En el texto de Marcos solo se indica que Jesús expone su pedagogía social a la asamblea (“…se puso a enseñar en la sinagoga”; Mc 6, 2), en el de Lucas se dan detalles relativos al contenido de dicha pedagogía.

 

  1. Lucas dará tanto relieve a la presentación de Jesús en sociedad que 

13.1. pospondrá el sacar a colación a personajes como:

el leproso (Lc 5,12ss.; Mc 1.39ss.), el paralítico (Lc 5,17ss.; Mc 2,1ss.), Leví (Lc 5,27-28; Mc 2,14), el hombre del brazo atrofiado (Lc 6, 6-11; Mc 3,1ss.), el esclavo de Gerasa (Lc 8,27-39; Mc 5,2ss.), Jairo (Lc 8,40-42; Mc 5, 22-24a) y su hija (Lc 8, 49-56; Mc 5,35-43.) y la mujer que se desangraba (Lc 8, 42b-48; Mc 5,24bss.).

13.2. Retrasará igualmente situaciones como:

la enseñanza en la asamblea de Cafarnaún (Lc 4,31-37; Mc 1,21bss.), comida con recaudadores y descreídos (Lc 5,29-32; Mc. 2,15ss.), encuentros con fariseos (Lc 5,33-39; Mc 2,18ss.; 23ss), denuncias falsas contra él (en Lc, de parte de algunos entre la multitud: Lc 11,14-23; 12,10; en Marcos, por letrados llegados desde la capital (Mc 3,22ss.) y acercamientos a él de sus familiares directos (Lc 8,19-21; Mc 3,31ss.).

13.3. Y ubicará en diferentes contextos (Lc 8, 4-8; 13, 18-19)

algunas de las parábolas de Marcos (4,3ss), separando de ellas la escena de la tempestad sobre la barca (Lc 8,22-25; Mc 4,35-41).

 

  1. Las diferencias entre Marcos y Lucas evidencian que ni uno ni otro son crónicas.

Cada uno de ellos ha colocado la escena en el lugar apropiado a sus procedimientos y objetivos pedagógicos. Y las diferencias entre ambos aparecen, además, como claros exponentes de las distintas y alejadas circunstancias desde las que trabajaron, así como de la desigual forma de plantearse la vida las comunidades destinatarias de sus escritos. La composición de Lucas da buena muestra de ello.

14.1. Lucas recoge de inicio la entrada del texto de Marcos:

“Fue a su tierra…” (Mc 6,1b), aunque la desdobla concretando: “Llegó a Nazaret, donde se había criado”. Por un lado, precisa el lugar al que acude: “Llegó a Nazaret”, una minúscula aldea de no más de cien habitantes, nunca nombrada en el AT. Y por si no era suficiente con su nula entidad, según el texto de Juan, destacaba en algunos círculos por su mala fama: “Natanael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn 1,46). Además de citar la ínfima aldea, el evangelista hace notar la relación de Jesús con dicho lugar: “…donde se había criado”. Esta segunda anotación indica que allí transcurrió su vida hasta alcanzar la madurez, el período en que comenzó su andadura por Galilea (“Así, también él, comenzó a los treinta años”; Lc 3,23. ‘Treinta’ representa simbólicamente la edad madura; la edad media de vida se calculaba entonces en torno a los cuarenta años). El apunte habla también de que era persona conocida desde pequeño por todos los habitantes de la aldea.

14.2. La acción comienza al compás de lo afirmado en la síntesis previa

respecto a su constante dedicación a su actividad pedagógica: “El sábado entró en la sinagoga, según su costumbre…”. El hecho hace referencia a su incorporación a la asamblea. En lugares tan ínfimos como Nazaret, no contaban con un edificio dedicado a los servicios religiosos; las asambleas tenían lugar en el patio de alguna de las casas familiares de la aldea. Lucas omite aportar datos y detalles de la celebración. Prescinde de mencionar, por ejemplo, la posición y distribución de los asientos y nada dice respecto al orden del rito. El servicio litúrgico comenzaba por el canto de un salmo; le seguían una manifestación de fe: el ‘Sema’ (una oración constituida por tres textos del AT, Dt 6,4-9; 11,13-21 y Núm 15,37-41); continuaba con unas bendiciones de la plegaria diariamente obligada para todos los judíos, la conocida como ‘Semoneh Esreh’, formada por dieciocho bendiciones. Acto seguido, se leía un texto tomado del Pentateuco y otro de los profetas. Y se finalizaba con la bendición sacerdotal. Lucas se desinteresó de todo este circuito ajeno a la vida de sus destinatarios y se centró exclusivamente en la actuación del Galileo. El texto parece darle a él toda la iniciativa: “…y se levantó para tener la lectura”. El evangelista dejó en el anonimato de la generalización al autor de la única maniobra no realizada por Jesús. El evangelista resaltaba de ese modo el absoluto protagonismo del Galileo: “Le entregaron el volumen del profeta Isaías…”.

14.3. El relato pasa por alto la lectura de la Ley.

No es lo que interesa a Lucas. Importa únicamente lo que se va a leer de Isaías. El evangelista no ceja en su afán de conceder la iniciativa a Jesús. La ambigüedad parece ir en dirección a elevar su figura y el papel que desempeñó en la asamblea: “…y, desenrollando el volumen, dio con el pasaje donde estaba escrito:”. Elegido por Jesús o establecido de antemano como lectura de ese sábado, el texto de Isaías recogido por Lucas dice:

“El Espíritu del Señor descansa sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a proclamar la libertad a los cautivos,
y la vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
a proclamar el año favorable del Señor”

El texto pertenece en su conjunto al tercer Isaías, llamado así al autor de los capítulos 56 al 65 del libro del AT conocido por ‘Isaías’). Este profeta desconocido escribió tras el destierro de Babilonia, una vez los exiliados supervivientes estuvieron de vuelta en su tierra a partir del año 538 antes de nuestra era. El profeta escribió un poema que ocupa por completo el capítulo 61 del libro de Isaías. La composición, a la que pertenecen los versos citados por Lucas, describe la tarea de mensajero asumida por el autor y el contenido del mensaje a transmitir por él a quienes vivían tras el exilio condiciones infrahumanas. Existe cierta similitud entre este testimonio vocacional del autor y el del segundo Isaías (Is 42,1ss.). El arranque (Is 40, 1-11) de este otro profeta (caps. 40 al 55) fue citado por los cuatro evangelistas, aunque más extensamente por Lucas, asociándolo a la misión del Bautista (Lc 3,4-6; Mc 1,3; Mt 3,3; Jn 1,23).

 

  1. Lucas reelabora el Πνεῦμα de la cita de Isaías

 La cita tomada por Lucas del tercer Isaías (Is 61,1-2a) recoge el inicio del poema. Lo hace siguiendo literalmente y casi al cien por cien el texto griego de la versión de los LXX. Ahora bien, antes de penetrar en la cita conviene advertir en ella algunas notas irreconciliables con la lógica e incompatibles con una interpretación realista de los hechos narrados. Resulta harto improbable:

    1. Que Jesús hubiera reducido la lectura de un conocido poema con once versículos a poco más de uno.
    2. Que, además, omitiera el verso escrito en cuarto lugar,
    3. y que añadiera, como penúltimo verso, uno tomado de otro capítulo (Is 58,6) del volumen que tenía entre las manos.

Estos datos aportan una primera pista a favor de considerar esta narración como una elaboración de Lucas a partir de su fuente: Marcos.

El poema del tercer Isaías consta de dos partes. En la primera (Is 61,1-3), el profeta se refiere a él mismo; escribe en primera persona transmitiendo su propia experiencia y justificando la misión de origen divino a la que se siente comprometido. Comienza con la palabra:  Πνεῦμα, que enlaza y viene como anillo al dedo a Lucas para dar continuidad al hilo con que ha hilvanado sus primeros relatos: “El Espíritu del Señor descansa sobre mí”. La percepción de una incontenible fuerza vital (πνεῦμα) que le inunda asegura al profeta su procedencia divina. Se siente tocado sutilmente por Dios para una tarea especial. Esa potencia desbordante de vida le ha marcado: “…porque él me ha ungido”. La nueva vida que posee le ha señalado, impulsándole a ser transmisor de un mensaje inaplazable. El verbo griego utilizado para dar cuenta de esta huella:  χρίω (‘tocar ligeramente’, ‘untar’, ‘ungir’) hace surgir el adjetivo verbal:  χριστός (‘ungido’, equivalente a la significación del transliterado del hebreo: ‘Mesías’). La única finalidad de la misión consiste en trasladar una primicia: “Me ha enviado a dar la buena noticia…”. La novedad (εὐαγγέλιον; ‘buena noticia’) supone algo desconocido, original y flamante; nada que ver con la situación vivida de ordinario. Los destinatarios del mensaje ni siquiera lo pueden imaginar. Son aquellos cuya existencia carece hasta de futuro. Se trata de los incapaces de salir de la atroz coyuntura socio-económica donde se hayan atrapados: “…a los pobres”. El profeta alude con este término a los retornados a su tierra tras el duro exilio. No tienen nada; les falta todo. En Babilonia han perdido hasta la propia identidad como pueblo. El abatimiento ha traspasado los últimos límites. Están abrumados; carecen de toda esperanza.

Este conjunto de tres palabras: ‘Espíritu’ (Πνεῦμα), ‘Ungido’ (Χριστός) y ‘Buena Noticia’ (Εὐαγγέλιον) constituye la base desde donde Lucas apoya y desarrolla su pedagogía. La pujante energía de la Vida auténtica (‘Espíritu’) impulsa. La aceptación de esa fuerza vital inunda, deja marcado y compromete a actuar como heraldo (‘Ungido’) del mensaje soñado: la llegada de la época definitiva, donde impera la libertad, la fraternidad y la paz (‘La Buena Noticia’).

 

  1. La Buena Noticia del Πνεῦμα liberador

Los destinatarios del mensaje liberador fueron aunados por el profeta bajo una misma denominación: “…a dar la Buena Noticia A LOS POBRES”. Identifica mediante esa denominación a las multitudes desvalijadas de sus vidas, sus bienes y sus tierras. Ellos han pasado la existencia fuera de lugar, dominados y escarnecidos. Al igual que los grupos tribales esclavos en Egipto, no son nada. Ni siquiera tienen una historia de su servidumbre. La tiranía les ha arrancado lo mejor de sí mismos. Y aunque han vuelto a su tierra, se hallan en el más triste de los abandonos. La Buena Noticia solo puede significar para los abatidos por tanta miseria:  QUE DEJARÁN DE SER POBRES.

La Buena Noticia no es una esperanza para un tiempo venidero. La NOTICIA publica un hecho ya ocurrido con posibilidad de ser comprobado. La calificación de BUENA invita a la alegría y la fiesta porque anuncia un cambio radical que acaba con una situación indeseada. Lucas llamará “LOS POBRES” al colectivo de los adheridos al Proyecto del Galileo. Afirmará que son felices y dará la razón de disfrutar de esa alegría:               

 “Jesús, dirigiendo la mirada a sus discípulos, dijo:
–    Dichosos VOSOTROS LOS POBRES,
porque TENÉIS A DIOS POR REY”
(Lc 6,20).

Los integrantes de las comunidades destinatarias del texto de Lucas sienten ser ellos los llamados ‘pobres’. Ellos se adhirieron al Proyecto de sociedad alternativa: el reinado de Dios. La fraternidad les ha liberado de todos los yugos y disfrutan, colmados de Vida auténtica (Hech 2,1ss.). Mujeres, esclavos y un conjunto de personas sin relieve social alguno ha encontrado un verdadero hogar. Habiendo llevado una existencia sombría, tirados en las afueras y bajo dominación de un orden injusto, basado en el poseer mediante procedimientos destructivos, han adquirido la dignidad que les corresponde por ser humanos. La Buena Noticia (El Evangelio) es una realidad y no una esperanza con un lejano horizonte. La esperanza acabó con el Bautista. La materialidad de lo esperado cobró cuerpo con el Galileo.

 

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8 comentarios

  • carmen

    Óscar.Has leído u oído alguna vez a Salvador Santos pronunciarse sobre La Iglesia, salvo para decir que significa asamblea?

    Yo no.Su tema no es La iglesia. Hace exégesis. Punto.Nosotros sí hablamos de la Iglesia. Desde luego, yo no paro.

    No me digas que a estas alturas piensas que son sinónimos…

  • carmen

    Pues como me siento aíre…
    Ya lo creo que ha influido, influye e influirá la iglesia católica, con el Papa felizmente reinante al frente. Y todas las iglesias cristianas. Y los musulmanes. Y los judíos. Los demás, no sé.

    Consejos vende que para él no tiene. Porque  dentro de la iglesia católica  hay cosas  verdaderamente sangrantes. Y por aquí anda un artículo de un señor que dice alguna cosa sobre el sínodo de los obispos. Entiendo que no se fíen de mí. A lo mejor de este señor sí. No sé.Y no estoy hablando para nada de los evangelios. Ni el de Marcos, ni el de Mateo, ni el de Lucas y el de Juan no sé, porque únicamente entiendo los dos o tres primeros versículos del capítulo uno .U

    n saludo a todos. 

  • carmen

    Absolutamente precioso.Me gusta eso que has escrito. Después de La Esperanza vine la construcción de lo que se ha esperado.Me encanta.
    Buen día.

    • ana rodrigo

      Utilizo el responder. Gracias

       
      La historia de la humanidad va por etapas, textos, contextos y paradigmas. En este caso,
       

       
      a) Israel llevaba consigo una historia de pueblo elegido por Dios al que le había prometido un Mesías para liberar a Israel. Jesús nace en ese contexto lleno de magia: ejércitos de ángeles, embazados milagrosos (Isabel y María), una de ellas, virgen, nacen dos niños muy especiales en el contexto en el que nacieron, Juan y Jesús: el Espíritu y el diablo (Lc. 4,1-2); las sinagogas-templos en las que se creía en su Dios, el que siempre había estado del lado de Israel.
       

       
      b) Ese Jesús que nace en estos contextos tan portentosos, que se considera el Ungido del que hablaba Isaías, no obstante, rompe con ese contexto y crea el suyo propio: el rebelde, el revolucionario, el que enseña doctrinas que escandalizan a sus coetáneos judíos, que éstos -El Sanedrín- piden su muerte y que las autoridades romanas, aún lavándose las manos Pilatos, lo condena a muerte en la cruz.
       

       
      c)Hubo unos años en que sus seguidores y sus seguidoras, entendieron que sí, que era el Mesías, pero, sobre todo, entendieron sus enseñanzas basadas en valores humanos y que aquel proyecto de vida era válido y necesario para cualquier ser humano. Pero, como todo venía de Dios, se convirtió en una religión estructurada.
       

       
      d) Esta institución creó una estructura más laica que religiosa, empezando por los emperadores Romanos, Constantino y Teodosio, por tanto, aparece el poder, la jerarquía, la masculinización, el clero…..Y según iba pasando el tiempo, la acumulación de riqueza material y los pobres pidiendo en la puerta del templo. Dejémoslo aquí, es decir, dejemos las guerras y demás…
       

       
      e) Nueva etapa, otras religiones, judía, islámica junto al Cristianismo, en una sociedad laica y que no cree en la magia, pero sí tiene principios y valores autónomos, aunque coincidentes con El Cristianismo, en cuanto a valores humanos
       
      f) Pregunta, ¿qué hacemos después de dos mil años de lecturas literalistas y espiritualistas? Porque, en el caso de que el Cristianismo quiera influir en la sociedad actual, habría que partir de cero y dedicarle más tiempo a la exégesis y “así y todo”….. En esto momentos, en todos los lugares del mundo, es la política la responsable de que no haya pobres, la Iglesia, lo que puede hacer es caridad, pero no resolver la injusticia estructural de la sociedad. Lo que la deja en el interior del templo con sus prédicas más o menos esotéricas, según el clérigo de turno. Este Papa actual da lecciones de enseñanzas para una sociedad más justa y en paz, pero ¿se le hace caso? ¿Influye en los gobiernos y en la legislación de cada país?
       

      Un abrazo, Salvador, y gracias

       

      • salvador santos

        Hola Ana
         
        He imaginado que has lanzado tus preguntas al aire; de ahí que no haya respondido.  
         
        Un abrazo

        • ana rodrigo

          Efectivamente, son preguntas que me hago yo. Gracias

        • oscar varela

          f) Pregunta,
          ¿qué hacemos después de dos mil años
          de lecturas literalistas y espiritualistas?
          …………………

          “Preguntas al aire”

          ¿“al aire…”?;
          ¿a qué “aire”?
          ¿al “cuete” o al “πνεῦμα”?
          …………………

          ¡Ojito!

          Está bien que nuestros ojos vean el PASADO,
          pero es insoslayable no verle su FUTURO
          proyectado desde nuestro PRESENTE

          ¡La HISTORIA (completita)
          es la real fuente de INSPIRACIÓN!

          Gracias!

          • ana rodrigo

            Gracias, Oscar, creo que has explicitado mi hábito de reflexionar desde esta perspectiva histórica con este excelente comentario tuyo. Creo que el haber estudiado Historia y haberme dedicado a explicarla durante tantos años, me condiciona inconscientemente en mis reflexiones. No se puede hacer mejor síntesis con lo que tú dices. La historia es un continuum

            Está bien que nuestros ojos vean el PASADO,
            pero es insoslayable no verle su FUTURO
            proyectado desde nuestro PRESENTE
            ¡La HISTORIA (completita)
            es la real fuente de INSPIRACIÓN!”
             

            Gracias. Abrazos

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