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Antropoceno

   Hay que intentar tener en lo posible una mirada o visión de la geo.político.económica no global, sino mundial. ¿Qué estado busca ser quien establezca la “paz mundial”? En la historia: la paz romana, la paz constantiniana, la paz cristiana, la paz americana. Pero todas, sin excepción alguna, la base ha sido la violencia, el dominio y la esclavitud. O dicho de otra forma: Abuso total de poder. Y ahora el poder financiero versus la soberanía de los estados o naciones.

    Hoy, no hace falta insistir, la Humanidad (en mayúscula) está en plena crisis o nueva oportunidad para dar una respuesta diferente ante este desbarajuste. La crisis es de una dimensión como nunca ha estado en la historia humana o un paso tan fuerte como el que hubo del paleolítico al neolítico. La prepotencia del tecnocapitalismo, la inteligencia artificial (IA) o tal vez la memoria artificial (MA) que ya en los años 1950 había abierto la puerta al dilema: Aumentar o mejorar, ¿nos ha llevado o nos ha abierto a una nueva visión?  Aumentar su potencia era la guía de la Humanidad, es decir, la Humanidad al servicio de la técnica (que es lo mismo que decir al servicio de la éliteplutocracia, que quiere aumentar la producción). O mejorar y poner la técnica al servicio de la Humanidad por parte de los poderes del Pueblo que quiere mejorar la vida. Cito los nombres de este dilema: Brody y Negroponte (Le monde diplomatique, en español… nº 346, agosto de 2024). He dibujado una sencilla pincelada global para aterrizar en la acción local.

    Pues bien, este nuevo paradigma nos está engendrando un nuevo tipo de ser “ser humano”: antropoceno. La etimología de esta palabra griega es: antropos, hombre o ser humano; kainos, nuevo o reciente. Este sustantivo, a partir del año 2000, fue popularizado por el químico holandés Paul Crutzen, ganador del premio Nobel de química, 1995, por designar una nueva época geológica caracterizada por el impacto del hombre sobre la Tierra. Y de ahí la gran lucha por conservar el planeta tierra.

      Hechas estas aclaraciones, empezamos “un nuevo curso”. ¿Nuevo en qué? Lo que sí siempre es nuevo cada curso es que todo el alumnado tiene un año más y en principio el alumnado pasa al otro peldaño o curso de la enseñanza, no de la educación. Confusión de términos desgraciadamente. El alumnado está inmerso (2006-2024, es decir desde 3 meses a 18 años) en un sistema donde se siente una perplejidad considerable y con un profesorado, en términos generales, confundido y con una consejería, que da la impresión, de no estar nada concienciada de la problemática.

Entonces el gran cuodlibeto actual podría ser: ¿Qué hacemos? ¿O qué pueden hacer? ¿Qué hacemos los padres, los abuelos para respetar al profesorado, la autoridad de la maestría o de la profesión de enseñar? Y ahí hay de todo. Debemos tener cuidado con las estadísticas y con la intoxicación televisa. No todo va tan mal. Hay personas del sistema que dejan la piel, vocacionalmente.

  •       ¿Qué puede hacer la “Conselleria”? Prestigiar, defender, empoderar a todo el profesorado, darles el rol de faros, orientadores y que tengan los medios de estar al día. El dilema ante la técnica: ¿fin o medio?
  •       ¿Qué pueden hacer los que enseñan? Uno de los aspectos que pueden hacer es entusiasmar al alumnado a ser críticos en todo, de forma respetuosa, hablando, dialogando… Como dice un proverbio: “Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”.
  •       ¿Y el alumnado? Aquí entra en juego la familia, sea el modelo que sea. Debemos educarlo en la constancia, en una vida real, no fantasiosa, que no quiere decir que no haya ilusiones y metas, a enfrentarse con los fracasos porque siempre habrán y sacar lecciones, a pensar por sí mismo, aprender hacer silencio para encontrar los valores en su interior y una buena capacidad crítica. Y otros valores o si se desea ayudarle a construir “una escala de valores” (=una axiología).

    De todo esto puede emerger el antropoceno… pero a veces como tiene más peso lo artificial que lo natural, se fabrica el antropoide, es decir, “similar al ser humano”. Éste reemplazar al ser humano puede comportar esclavitud para la mayoría de la humanidad.

      De todo esto puede emerger el antropoceno… pero a veces como tiene más peso lo artificial que lo natural, se fabrica el antropoide, es decir, “similar al ser humano”. Éste reemplazar al ser humano puede comportar esclavitud para la mayoría de la humanidad.

      Y concluyo mi reflexión al inicio de este nuevo curso para emerger un verdadero antropoceno con un pensamiento de un autor de hace más de 2.500 años: LaoTsé:

El viaje de mil millas comienza con un solo paso.”

   Y otro pensamiento de Ángela Duckworth (1970…), psicóloga, profesora de universidad:

   “El talento es importante, pero el esfuerzo es dos veces mayor que el talento”.

Y sin olvidar nunca que debemos sentir este “antropoceno”, que no es un “antropoide” (similar a un ser humano), en todas sus dimensiones, básicamente la más profunda: sentirse que es y forma parte de este pluriverso más que universo. Y frente a nuestra también profunda ignorancia de esta profundidad, nos conviene recordar la frase de Confucio:

“Lo que conoces, nómbralo. Lo que no conoces, reconoce que no lo conoces. A esto se llama sabiduría.”

El antropoceno debe ser holístico: Integrar todas las dimensiones del ser humano sino no es nuevo.

 

 

13 comentarios

  • M. Luisa

    Es importante, creo,  para la deriva reflexiva  de esta tan magnífica  exposición que nos brinda Jaume Patuel, seguir esta primera advertencia que nos hace él mismo: nuestra visión al problema ha de ser no global sino mundial.  Es decir, entiendo, enfocar la crisis “de lo que nos está pasando” no desde una visión globalizante dando cabida en ella una parte al sometimiento, sino desde una  visión ecuménica  y rica, abierta al Mundo que en su realidad misma totalizadora resulte ser  más que verlo conjuntamente-   

    -De ahí mi duda respecto  de si este nuevo paradigma, en vez de estarnos engendrando un nuevo tipo de ser humano, no nos estará empujando para que nos abramos a la realidad que ya somos para así afrontarlo realmente tal cual se nos presenta. Todo ser humano es antropo, pero no todo antropo es realmente ser humano-  

    -Pienso que no se trata de seguir la vía del “ser” de Parménides, pues esta ha sido la que nos ha llevado a este escenario tan aberrante.  El poder unificador del “Ser” ha prevalecido ofuscando la unidad  plural configuradora del Mundo, de este nuestro mundo del que nos hemos de responsabilizar. Esto es lo que, a mi modo de ve,  está por hacer-      

    -Todo ser humano es antropo, pero no todo antropo es realmente ser humano. Gracias, Jaume, un cordial saludo!

  • mariano alvarez valenzuela

    ¡Genial, Oscar tus ocurrencias!.  Has sido capaz de sintetizar mi artículo sobre las arrugas del tiempo aún sin haberlo leído, y de paso también el carácter subjetivo  y objetivo de la realidad. Evidentemente sin ocurrencia no hay tiempo, ni objetivo ni subjetivo, esa es la esencia del tiempo, pues nuestra realidad además de currante es ocurrente, aquí va otra ocurrencia mía. Agradezco tu ocurrencia en leerme y responderme, demuestras ingenio y finura expresiva. Valoro tu respuesta, pues lo breve si bueno, dos veces bueno…

  • Jaume PATUEL PUIG

    Bien agradecido a Ana (vocación profunda de educadora), a Carmen, siempre inquieta y con cuodlibetos muy actuales, a Oscar, cómo se destruye la naturaleza por intereses perversos y a ti, Mariano, por ayudarme a profundizar en el contenido de Antropoceno. Vuestros comentarios ayudan a continuar reflexionando y escribiendo aunque a partir de este curso escribiré bimensualmente. Pero en este cambio que vivimos nosotros, cierto que no sabemos cómo fueron los anteriores, nos toca no perder la esperanza en un Horizonte de nueva humanidad.Y gracias a Antonio por publicar los artículos. 

    • oscar varela

      USO _ Gracias!

      Leo (al final):

      “nos toca no perder la esperanza en un Horizonte de nueva humanidad.”

      ……………………….

      Leo a una periodista:
      La esperanza es el opio de los pueblos
      “Por todos lados se escucha con dolor la pérdida del camino, del sentido,
      – sobre todo, la angustia de no saber dónde rascar para encontrar la esperanza.
      – Los discursos no encienden.
      – La promesa de un futuro mejor suena a dentista diciendo que el torno no duele nada.”
      – Las paredes no rezan venceremos

  • ana rodrigo

    Amigo Jaume, un artículo muy oportuno, en un momento muy oportuno. Yo he sido docente toda mi vida laboral, hace 15 años que me jubilé y sigo sintiendo un cosquilleo mental y emocional al principio de cada curso escolar. Lo mío fue tan vocacional que me jubilé voluntariamente a los 67 años, disfrutaba tanto que, cuando entraba en el aula con dolor de cabeza, resfriado e incluso, a veces, con fiebre, me pasaba como a Lola Flores cuando subía al escenario, se me quitaban todos los males.

    Me celebraron la jubilación varias veces: el AMPA (Asociación de madres y padres), el alumnado (antiguo y actual en ese momento, mis compañeros y compañeras, mi familia y amigos y amigas. En la revista del instituto me escribieron varios artículos uno de ellos de mis antigu@s alumn@s; estos últimos, me decían cosas que yo les decía, “si cuando tengáis 50 años, os acordáis de “esto nos lo decía Ana”, con eso me doy por satisfecha, pero, me lo dijeron en mi jubilación. Por ejemplo, yo siempre les decía: soy funcionaria del ministerio, primero de Educación y, después, de Ciencia, porque la educación en valores era transversal en todos los temas. En Geografía, ecología, en Historia, la condición del ser humano, en Historia del Arte, la creatividad y la belleza, en Ética, específicamente valores.

    Siento un bastante pudor, pero en un artículo que me escribieron en la revista del instituto un grupo de antiguos alumnos/as me decían, entre otras muchas cosas, “En sus clases ponía tal entusiasmo que nos motivaba a la hora de estudiar, nos aportaba energía…etc.” “Nos ha enseñado a valorar la vida, cada momento, cada ilusión, hasta cada problema y ante todo cada persona, sin importar su raza, religión o cultura. Nos enseñaba que en la vida hay cosas que merecen la pena y otras por las que no hay que preocuparse.”. En el escrito del director decía, “Ana hace algo que hoy en día resulta difícil: pensar por sí mismos. Transmite valores tan deteriorados en la sociedad en la que vivimos, etc. etc”.

    Fui evolucionando con el paso del tiempo durante más de cuarenta años, pero entonces los cambios, en tantos aspectos, no iban a la velocidad que van hoy. Mis antigu@s compañer@s que siguen en activo me dicen que no puedo ni imaginarme lo que ha cambiado el alumnado. En estos días pasados ha estado conmigo una de mis nietas, dentro de su sensatez de sus 20 años, yo la escuchaba y le decía, todos los días aprendo algo de ti.

    Como dije en el artículo de Leandro, siempre les decía a mis alumnas/os, tenéis que aprender a discernir en todo aquello que os digan o que leáis desde una buena información. También les decía, sin saber ya lo había dicho Lao Tse hace 2.500 años, “si queremos ir a Madrid, el camino comienza cuando demos aquí mismo, el primer paso.” Por medio, andan Machado y Serrat. “caminante no hay camino, se hace camino al andar…”

    Perdonad el haber personalizado tanto mi comentario, pero la educación mía, personal, y la de l@s demás, es consustancial a mi persona. Gracias, Jaume, por tu artículo

    • oscar varela

      USO _ Gracias!
      BRASIL
      Acaparadores de tierras y productores rurales incendiaron y devastaron otras 2.000 hectáreas de tierras indígenas en el sur de Pará,
      – que se encuentran entre las más deforestadas de la Amazonía;
      – Dos niños indígenas fueron trasladados a Altamira por problemas respiratorios.

      https://www.ihu.unisinos.br/643618-fogo-de-grileiros-devasta-2-800-campos-de-futebol-em-terras-indigenas-no-para

    • ana rodrigo

      En mi comentario anterior hablé mucho, -con perdón-, demasiado personalizado porque era mi experiencia, y de cómo el alumnado habían captado y expresado a su manera de que realmente se habían enterado de lo que yo intentaba transmitirles desde mi compromiso con la educación.

      En una ocasión, hace muchos años, le propuse a un grupo de 4º curso de a ESO (14-15años), que, quien quisiera, podría salir a la pizarra y nombrar algún valor, y el resultado, me dejó impresionada cuando vi que habían llenado la pizarra nombrando todo tipo de valores.

      Dice Jaume al hablar del cambio profundo de la época en que vivimos: “La crisis es de una dimensión como nunca ha estado en la historia humana…La prepotencia del tecnocapitalismo, la inteligencia artificial (IA) o tal vez la memoria artificial (MA)”. Cierto, no se puede ni se debe eludir la realidad, porque la historia de la Humanidad es permanente evolución (buena o mala) y hay que ser conscientes de cómo estas cuestiones técnicas y sociales, configuran una sociedad desde unos tipos de poder muy potente que impregnan esta nueva sociedad. No obstante, yo creo que lo que no cambian nunca son los valores, que siguen siendo la base de la humanidad en cualquier etapa de la historia. Como resume muy bien Jaume: El antropoceno debe ser holístico: Integrar todas las dimensiones del ser humano sino no es nuevo.”

  • carmen

    La verdad es que no sé si esta crisis es la mayor de todas las que han experimentado las distintas  sociedades. No he vivido otra. Por lo que cuentan los libros de historia y algún documental que otro que he podido leer o ver, nuestra especie ha superado? Muchas. O sencillamente ha pasado por ellas. No lo sé.Sí sé , o sí creo que una crisis es una oportunidad para un cambio profundo.Lo que me sucede es que no veo la solución, es todo demasiado complejo. A poco que sepas, todo se va enredando más y más. Por un lado vas entendiendo alguna cosa y por el contrario todo se enreda.Me gusta el artículo porque va dirigido al presente en su referencia a familia y profesores y en gran parte al alumnado. Ellos son el futuro. Ellos tendrán que resolver. En realidad es su crisis. Pienso que mi generación tuvo las suyas y la de mis padres la , las suyas, y la de mis abuelos…

    Estoy segura de que en un momento de sus vidas pensaron lo mismo que nosotros ahora: no entiendo qué nos pueda traer el futuro. Todo está cambiando tanto, no veo la solución, no entiendo, a dónde nos va a conducir…?

    Y sí, podemos hablar desde las ideas que podamos tener adquiridas por la historia que ha llegado hasta nosotros desde que hay registros escritos. No sé lo que se pueda o no ajustar a la realidad. La historia es tan vulnerable, tan manipulable como todos los registros escritos humanos.Y sin embargo sé una cosa. Aquí seguimos. Y si en todas las épocas han visto una salida, por qué no la van a encontrar en ésta?En cuanto al modelo económico tengo la certeza de que cambiará. Porque sencillamente no es sostenible . Y lo que no es sostenible, pues no se sostiene. Eso sí, con nuevos modelos. Los clásicos no valen ya. Solamente el nombre de neoliberalismo trae consigo el fracaso. Si no funcionó el liberalismo el neoliberalismo, tampoco funcionará. De hecho no creo que esté funcionando.   Tengo que pensar que las generaciones nuevas no van a ser capaces de elaborar otros nuevos? Por qué? No sé. El Tiempo dirá. El Tiempo siempre dice. Un abrazo. Me gusta leer lo que escribes. Se nota un montonazo que perteneces al mundo de eso que llaman Enseñanza. 

    • mariano alvarez valenzuela

      Utilizo el “Responder” para que el texto salda correcto:

      Este artículo de J. Patuel, así como el anterior de L. Sequeiros, a mi modo de ver, tocan un tema humano, histórico y social de primera magnitud, si bien lo abordan con ciertos matices diferenciadores, pero con el mismo fondo.

      Sequeiros, lo aborda desde una perspectiva racional y educativa, y Patuel, además con una visión holística, y ambos se integran en una necesidad que en el caso de Sequeiros se fundamenta en una “esperanza” y en el de Patuel en una “acción” ya en este momento existencial, tal y como aconteció en la crisis de transición del paleolítico al Neolítico.
      Así, Sequeiros finaliza su artículo con la siguiente expresión: “Tal vez tengan que pasar años para que la “educación” para la ciudadanía nos enseñe a vivir y vivirnos seguros en un mundo multicultural, diverso y más diversificado, menos dogmático y menos eurocéntrico”, y Patuel lo finaliza con dos citas, la primera de LaoTsé:” El viaje de mil millas comienza con un solo paso.” Y la segunda de Ángela Duckworth: “El talento es importante, pero el “esfuerzo” es dos veces mayor que el talento” y añadiendo que: “el antropoceno debe ser holístico: Integrar todas las dimensiones del ser humano sino no es nuevo”.

       No quiero ni mucho menos dar a entender con esto, que entre ambos exista alguna discrepancia, pues estoy completamente de acuerdos con ellos. Intentaré explicarme desde mi perspectiva científica matemática y por tanto objetiva y también desde mi perspectiva humana (no científica) y por tanto subjetiva, sobre mi anterior afirmación de estar de acuerdo con ambos, pero al final matizando mi punto de vista personal al respecto.

      La perspectiva objetiva matemática y científica contempla y analiza la realidad no humana bajo los conceptos de integración y diferenciación, con el cálculo integral y con el cálculo diferencial, en los que tanto la esperanza y en última instancia la voluntad, que son quienes movilizan todas la facultades humanas, no son variables objeto de que se puedan algoritmizar (objetivar) y por tanto no hay función matemática que las pueda representar, en tanto que la ciencias humanas, es decir antropológicas que deben englobar al concepto de Antropoceno más allá de la pura objetividad, sí debe integrar a estas dos variables abordadas por los dos autores citados en sus respectivos artículos.

      El término Antropoceno ha sido y es objeto de muchos debates entre científicos y aunque este concepto que nos remite o propone  una nueva era geológica y que aún no ha sido reconocida – que yo sepa – por la Comisión Internacional de Estratigrafía, precisamente por la dificultad y no solo por la necesidad de criterios claros y consensuados por la comunidad científica para ser admitida como tal, sino que en “mi opinión”, este concepto  va más allá y nos sitúa en el límite en el que la razón científica y objetiva de la realidad tropieza con la voluntad y la esperanza no científicas y subjetivas del sujeto en cuestión, sujeto antropológico y no meramente geológico, histórico y sociológico. ¿Cómo Integrar científicamente lo no integrable, por ser estas realidades dimensionales distintas? ¿Qué variable sería capaz de relacionarlas sin perder su carácter de continuidad?, pues acaso ¿el Antropoceno, podría llegar a expandirse como un acontecimiento Antropocósmico sin ser antropoide o solo antropomorfo, es decir sin dejar de ser Antropo?, ¿pero en cuál de las dos versiones, la objetivada o la subjetivada?, pues toda función matemática para que sea integrable y diferenciable a la vez, es preciso que no pierda su carácter de continuidad en todo su dominio, es decir, ha de ser contínua en todo su trayecto de realidad, y en este caso de realidad antropológica existencial, singular, concreta y única e irrepetible, es decir independiente del tiempo de su existencia, salvo que la realidad subjetiva acabe condicionada o determinada y supeditada a la objetiva de la ciencia física y matemática, o a la inversa.
      Recientemente he remitido a la redacción de Atrio un artículo bajo el título de “El tiempo también tiene arrugas” que si es publicado puede abrir un espacio de debate sobre lo objetivo y lo subjetivo en la interpretación de la realidad, de toda realidad, pero centrado en esa misteriosa facultad humana que es la “voluntad” y que está por encima de todas las demás facultades humanas y a las cuales de alguna forma se apela en estos dos magníficos y bien traídos artículos y que Patuel nos sintetiza finalmente recordandonos la frase de Confucio: “Lo que conoces, nómbralo. Lo que no conoces, reconoce que no lo conoces. A esto se llama sabiduría.”

      • Jaume PATUEL PUIG

        Mariano, me lo he copiado aparte para profundizarlo. Gracias

        • mariano alvarez valenzuela

          Me encantaría que compartieses, en su momento, las impresiones que te surjan de este comentario mio sobre el concepto de Antropoceno, y que intento ampliarlo a uno más abierto que su a vez fuera capaz de integrarlo en una visión Teoantropológica o al menos Antropoteolócia. Ya se que esta última expresión no es común en el lenguaje teológico ni filosófico. Creo que el vocablo Antropoceno se queda enclaustrado en un contexto científico-cultural intrahistórico, sin abrirse al misterio de la Libertad y la responsabilidad, quedando dentro del  ámbito de la necesidad propia de todo sistema evolutivo e incapaz de alcanzar su plenitud autónomamente. Aspecto éste último que me suena a pura utopía. Agradezco tu predisposición.

      • oscar varela

        mariano alvarez Valenzuela dice:
         
        “Recientemente he remitido a la redacción de Atrio un artículo bajo el título de “El tiempo también tiene arrugas”
        – sobre lo objetivo y lo subjetivo en la interpretación de la realidad, de toda realidad,
        – pero centrado en esa misteriosa facultad humana que es la “voluntad
        …………………
        “El tiempo también tiene arrugas”
        1- ¿Qué es primero: el tiempo o las arrugas?
        Pienso que sin arrugas no habría tiempo;
        – todo sería lineal
        – no lo percibiríamos.
        ………………….
        2- Fui al Cumple ’90 de mi hermano y les dije:
        “Hace justo 90 años más 9 meses
        a nuestros padres se les OCURRIÓ algo;
        vos, hermano, sos ese ‘algo’, esa OCURRENCIA.
         
        La comprensión de la Realidad consiste en:
        “qué se-me-ocurre (lo subjetivo)
        con lo que me ocurre” (lo objetivo)
        ………………….
        3- Lo de la voluntad lo dejo -por ahora.
        Veremos qué ocurre con la ocurrencia de mariano
         
        Gracias!

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