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DADA CUENTA del domingo18/08/2024

Felicidades, Alberto, porque cantaron los ruiseñores el día de San Jacinto hace… un montón de años. AD.

UNO. – 

El ministro Bezalel Smotrich, responsable de finanzas en el gabinete Netanyahu, afirma que “Estamos llevando ayuda a la Franja de Gaza porque no tenemos otra opción (…) No podemos, en la realidad global actual, gestionar una guerra. Nadie nos permitirá causar que dos millones de civiles mueran de hambre, aunque podría estar justificado y ser moral hasta que nos devuelvan nuestros rehenes”. Otro levantino, nacido en estos pagos hispanos, Daniel Furió Navarro, coordinador local de VOX y concejal del municipio de Paiporta (localidad de 25.000 habitantes) ha escrito en X: “El que quiera terminar con la inmigración debe de cumplir con la ley, por lo cual, si alguien asalta nuestra frontera o entra de manera ilegal, hay que decirle, ¿atrás o plomo? Si decide continuar hacia adelante, hay que aplicar el plomo…”.

¿Anécdotas? Aquí tenemos a mister Trump: Project 2025 es un programa político de actuación, recogido en en un documento de 922 páginas ideado y propuesto por The Heritage Foundation para ser realizado durante los primeros 180 días de la presidencia del actual candidato republicano el señor Trump. Diseña una reforma radical del gobierno federal, expandiendo el poder presidencial, el despido de 50.000 funcionarios que serían sustituidos por personas leales a Trump y una nueva ideología y orientación de las agencias federales. El presidente de la fundación Kevin Roberts ha informado en el podcast de Steve Bannon, War Room, que los republicanos están “en el proceso de recuperar el país” y de “la segunda Revolución Americana, que se librará sin derramamiento de sangre si la izquierda lo permite”. El director ejecutivo de Project 2025 es Paul Dans, antiguo jefe de la Oficina de Gestión de Personal de EE. UU. bajo el mandato de Trump que alabó recientemente el trabajo que está haciendo Roberts “devolviendo” a la organización “a niveles nunca vistos”. ‘Proyecto 2025’ explica cómo debería llevarse a cabo la expulsión de millones de personas: tolerancia cero para los inmigrantes ilegales, redadas en colegios y hospitales e iglesias. Ha prometido Trump la mayor deportación de la historia de Estados Unidos.

Elon Musk anunció oficialmente su apoyo a la candidatura del expresidente republicano. Su respaldo a Trump llevaba siendo implícito desde hacía años, al menos desde el 2022, pero supuso la culminación de un giro ideológico impulsado por sus intereses empresariales y algunas situaciones familiares.  Una muestra de la batalla soterrada que revocan ya los planes de las derechas extremas en Norteamérica y su reflejo en Europa es lo ocurrido esta semana.  Autoproclamado defensor de la libertad de expresión el multimillonario está envuelto en un conflicto con la UE, pues opina que quiere obligarlo a “censurar la palabra”. La Comisión había iniciado a finales de 2023 una investigación oficial sobre X, por emitir contenidos ilegales y la eficacia de las medidas tomadas por la empresa para combatir la manipulación de la información. Las conclusiones se esperan en las próximas semanas. La Comisión puede imponer multas de hasta el 6% de la facturación mundial de la empresa en cuestión. En este caso, incluso podría decidir basar su cálculo en los ingresos de todas las empresas propiedad de Elon Musk, dada su influencia decisiva en el funcionamiento de X. Además, en caso de violaciones graves y repetidas, puede prohibirle operar en la UE. Thierry Bretón, francés propuesto por Macron, comisario de mercado interior y digital que llamó al orden al jefe de X, Musk, para que se atuviera a su   deber de cumplir con las normas europeas sobre la moderación de contenidos, elaboradas en el Reglamento de Servicios Digitales (conocido como DSA, Digital Services Act). Con la entrada en vigor de esta legislación, en octubre de 2022, la Unión Europea (UE) se ha convertido en pionera en el marco de las redes sociales y los riesgos sistémicos que plantean para la sociedad, obligándoles a prevenir “la amplificación de contenidos peligrosos” ´Esta obligación se aplica a cualquier publicación accesible a los ciudadanos europeos, incluidas las “transmisiones en vivo”. También se impone a “usted, como usuario con 190 millones de seguidores”, recordó el comisario a Elon Musk, quien ocasionalmente comparte información falsa, incluida las elecciones estadounidenses. Pues bien, de modo inmediato la presidenta Von Leyden hizo saber que esa llamada al orden del comisario francés no había sido consultada con ella. Para que todos sepamos donde anda cada uno.

 

DOS. – 

Arezou Badri, de 31 años, madre de dos niños, fue tiroteada el pasado 22 de julio en la ciudad de Nur, en la norteña provincia de Mazandarán (Irán), al no atender la orden de la policía de detenerse y según una información de la BBC ha quedado paralizada, en principio sin posibilidad de revertir su situación.

 

La presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, la de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill, y la de la Universidad de Columbia, Nemat Shafik, presentaron su dimisión de sus cargos académicos y gerenciales, la última de ellas el día 14 de agosto. Tres mujeres, nombradas recientemente, y que no han sobrevivido a la avalancha propalestina de estudiantes y parte de la facultad de sus campus, frente a los grandes donantes y al Partido Republicano decididamente pro-israelí.

 

El día siguiente a la dimisión de Nemat shafik, es el 15 de agosto y la dulce y laica Francia conmemora por ley la siguiente: “Al tomar a la Santísima y Muy Gloriosa Virgen como protectora Especial de nuestro reino, le consagramos particularmente nuestra persona, nuestro Estado, nuestra corona y nuestros súbditos”, formaliza el acto oficial que fue la declaración del 10 de febrero de 1638. Este texto, que tiene fuerza de ley, fija el menú de las celebraciones que tendrán lugar cada año para la Asunción de María a los cielos. Ese día, en el presbiterio de Notre Dame. En medio del altar mayor se levanta una imagen de la Virgen María mirando hacia los cielos, rodeada de dos hombres arrodillados de los que muchos visitantes desconocen que fueron dos de los soberanos más ilustres de Francia: Luis XIV (que reinó de 1643 a 1715), y su padre Luis XIII (1610-1643). “Regnum Galliae, regnum Mariae”: “El reino de Francia es el reino de María”.

 

Hablando de mujeres.  En Kenia, la comunidad de las Hermanas Sacramentinas cuenta con cuatro miembros: Sor Mary Carmen, Sor Mary Angelina, Sor Mary Rachael y Sor Mary Veronica. “Esta congregación de monjas con discapacidad visual es única en su género y es la única en Kenia”. “Nuestro fundador, Don Orione, era una persona caritativa y nos pidió que fuéramos madres y hermanas de los pobres. Ofrecemos nuestra falta de vista a Dios por los hermanos y hermanas que no conocen la verdad, para que puedan experimentar a Dios, la luz del mundo”. Las hermanas hacen la Adoración por turnos y se dedican a otras tareas comunitarias como la agricultura, la cría de aves de corral, la realización de rosarios y el tejido de punto como actividades generadoras de ingresos para su sustento independiente. “Nos unimos a la congregación para dar y recibir; no nos unimos para ser ayudadas. Tratamos de ser autónomas en todo lo que hacemos”. “Necesitamos oportunidades, no compasión”. “Afrontamos los desafíos con alegría, ser invidentes no nos quita los talentos y las habilidades”. A la Divinidad nadie la ha visto ni la puede ver. Estas monjas lo saben por duplicado. Pero están.

 

TRES. – 

Me permito dedicar este apartado a los obtusos personajes políticos, culturales, religiosos y otros elementos sin graduación conocida que odian o vilipendian a los inmigrantes, especialmente negros y moros. Dos meses después de las conmemoraciones del desembarco de Normandía, Emmanuel Macron y los jefes de Estado y de Gobierno de Camerún, Gabón, Comoras, República Centroafricana, Togo y Marruecos se reunieron en el sur de Francia para recordar el 80 aniversario de la operación “Dragoon”, el equivalente al desembarco normando pero en la Provenza, un episodio desconocido pero esencial de la Liberación.“No habría habido una victoria aliada sin la contribución de otros pueblos, sin los extranjeros, sin los negros y otros tiradores” africanos, recordó el jefe de Estado camerunés, Paul Biya, durante su discurso en la necrópolis internacional de Boulouris, en Saint-Raphaël sur le Var.

“Esta lucha se llevó a cabo juntos, para defender los valores e ideales universales de paz y justicia”, continuó el Sr. Biya. El líder camerunés recordó el papel desempeñado por los “combatientes” de África, “herederos de tradiciones guerreras, admirables de coraje, audacia y lealtad”.

“Oficiales del Imperio o hijos del Sahara, nativos de Casamance o Madagascar, (…) no eran de la misma generación, no eran de la misma confesión, (…) sin embargo, eran el ejército de la nación, el ejército más ferviente y más abigarrado, agregó, a su vez, el jefe de Estado francés. Soldados del acto II de la liberación del país, soldados convencidos de que cuando se trata de defender el interés vital de la nación, todos los que se reconocen como franceses tienen vocación de estar juntos”. Despojado de alharacas grandilocuentes, lo cierto es que los padre y abuelos de los jovenes que pretenden llegar a Europa, contribuyeron con sus vidas y su valor a salvarnos de la barbarie de 1939 a 1945. Los jefes de gobierno y de Estado del Consejo UE y los miembros de la Comisión UE con la atildada y tremenda señora Von Layden y su FRONTEX y demás leyes y reglamentos harían bien en recórdarlos por las buenas, antes de verse obligados a aceptarlo por las malas.

CODA. –  

Nací tal que hoy festividad de san Jacinto, confesor. En la biografía que publica el Vaticano este 17 de agosto reconoce que Jacinto nació en Silesia en 1183, nieto del obispo de Cracovia. En Roma conoció a santo Domingo y entró en la Orden de Predicadores con la tarea de evangelizar Polonia y todo el Este. Para tener nietos, su excelencia reverendísima hubo de tener hijos.

4 comentarios

  • Javiierpelaez

    Felicidades retrasadas Alberto. Ese ministro israelí está justificando un holocausto partido por tres. Menudo tarado. En cuanto Elon Musk es un payaso integral ,hombre peligrosísimo. No sólo lo que twitea ahora,llegué a ver un tweet suyo que parecía una cierta apología de la agresión sexual…
    Es la prepotencia personificada: despide en directo al personal que controlaba la red(en un programa de radio,el despido libérrimo made in USA),se coloca un bonus escandaloso que no se lo autorizan en un Estado y se va a otro,tira cohetes que explotan…Un completo mamarracho que la NASA lo debería mandar a Marte…
    La comunidad de monjas ciegas ya lo leí en religion digital ,me resultó curioso…Me recordó el humor con que la Comunidad de Santos Tomás comentaba los pasajes del evangelio de ciegos un sindicalista de la ONCE…Es muy conocido … Además de ahí una vez le ví en un juicio,llevaba una asistente de la ONCE que le leía la prueba…En Madrid tb hay otro abogado ciego bastante conocido…Luego está Llarena,juez,que está a verlas venir.

  • oscar varela

    Hoy, domingo 18 de agosto se celebra en Argentina “EL DÍA DE LAS INFANCIAS” Un NIÑO llamado Lobsang Rampa “EL TERCER OJO” – Lobsang Rampa Capítulo cinco (parte)  Poco antes de las seis de la mañana, asistido por el muchacho que me había despertado, me encontré frente a la puerta del cuarto del lama Mingyar Dondup. Aunque no había llamado, me dijo que entrara.—Siéntate aquí conmigo, Lobsang. Tenemos muchas cosas que discutir juntos. El Abad Mayor ha dicho que podemos trabajar juntos. Hemos trazado tu encarnación previa y fue buena. Ahora queremos volver a desarrollar ciertos poderes y habilidades que tenías entonces. Queremos que en espacio de unos pocos años acumules más conocimientos que un lama en toda una vida muy larga.Hizo una pausa, me miró intensa y largamente. Sus ojos eran muy penetrantes.—Todos los hombres deben tener libertad para elegir su propio camino —siguió diciendo—. Tu camino será difícil durante cuarenta años, si sigues el buen camino, pero te llevará a obtener grandes beneficios en la vida próxima. El mal camino te dará comodidades, blandura, riquezas, en esta vida, pero no te perfeccionará. Tú, únicamente tú, puedes elegir.Se calló y me miró.—Señor —repliqué—, mi padre me dijo que si fracasaba en el lamasterio no debía regresar a casa. ¿Cómo puedo entonces, tener una vida blanda y cómoda si no tengo casa a la que volver? ¿Y quién me señalará el buen camino si lo elijo?Sonrió y respondió:—¿Lo has olvidado? Hemos trazado tu encarnación previa. Si eliges el mal camino, el camino de la comodidad, serás instalado en un lamasterio como una Encarnación Viviente, y dentro de pocos años serás un abad. ¡Tu padre no diría que eso es un fracaso!Algo en el modo cómo habló me hizo preguntarle:—¿Lo consideraría usted un fracaso?—Sí —replicó—, sabiendo lo que sé, diría que es un fracaso.—¿Y quién me mostrará el camino?—Yo seré tu guía si tomas el buen camino, pero sólo tú debes elegir, nadie puede influir en tu decisión.Lo miré fijamente. Y me gustó lo que vi. Un hombre grande de ojos negros, penetrantes. Una cara abierta, y frente alta. Sí me gustó lo que vi. Aunque tenía sólo siete años, mi vida había sido dura y había conocido mucha gente, y podía juzgar si un hombre era bueno.—Señor —dije—, me gustaría ser su discípulo y seguir el buen camino. Y agregué con cierta tristeza supongo:— ¡Pero sigue no gustándome trabajar duro!Lanzó una carcajada, y su risa fue profunda y cálida.Lobsang, Lobsang, a ninguno de nosotros nos gusta el trabajo duro, pero muy pocos somos lo bastante sinceros para admitirlo. Miró los papeles— Pronto tendremos que hacerte una pequeña operación en la cabeza, para forzar la clarividencia, y después apresuraremos tus estudios por medio del hipnotismo. ¡Te haremos estudiar mucha metafísica y medicina!Me sentí un poco triste: más trabajo. Me parecía que en todos mis siete años no había hecho otra cosa que estudiar, con poco tiempo para dedicar al juego o a remontar cometas. El lama pareció conocer mis pensamientos.—Oh, sí, jovencito. Ya remontarás muchas cometas después; pero las verdaderas cometas, las que elevan hombres. Pero primero tenemos que ver cómo arreglaremos tus estudios. —Se volvió a sus papeles, y les echó una ojeada—. Veamos, de nueve a una. Sí, con eso basta para empezar. Ven todos los días a las nueve, en vez de asistir a la ceremonia, y veremos qué cosas interesantes podremos discutir. A partir de mañana.

    • oscar varela

      “EL TERCER OJO” – Lobsang Rampa

       

      Capítulo cinco (parte)
       

       

      Poco antes de las seis de la mañana, asistido por el muchacho que me había despertado, me encontré frente a la puerta del cuarto del lama Mingyar Dondup. Aunque no había llamado, me dijo que entrara. El cuarto era muy agradable, y en las paredes había pinturas magníficas, algunas pintadas directamente sobre la pared y otras sobre seda. Sobre las mesas bajas había algunas estatuillas de dioses y diosas, hechas de jade, oro y “cloisonné”. De la pared también colgaba una gran Rueda de la Vida. El lama estaba sentado en la actitud del loto sobre un almohadón, y frente a él, sobre una mesa baja, había una cantidad de libros, uno de los cuales estaba estudiando cuando entré.
      —Siéntate aquí conmigo, Lobsang. Tenemos muchas cosas que discutir juntos, pero antes, una pregunta impor­tante para un muchacho que está creciendo: ¿has comido y bebido lo suficiente?
      Le aseguré que sí.
      —El Abad Mayor ha dicho que podemos trabajar juntos. Hemos trazado tu encamación previa y fue buena. Ahora queremos volver a desarrollar ciertos poderes y habilidades que tenías entonces. Queremos que en espacio de unos pocos años acumules más conocimientos que un lama en toda una vida muy larga.
      Hizo una pausa, me miró intensa y largamente. Sus ojos eran muy penetrantes.
      —Todos los hombres deben tener libertad para elegir su propio camino —siguió diciendo—. Tu camino será difícil durante cuarenta años, si sigues el buen camino, pero te llevará a obtener grandes beneficios en la vida próxima. El mal camino te dará comodidades, blandura, riquezas, en esta vida, pero no te perfeccionará. Tú, únicamente tú, puedes elegir.
      Se calló y me miró.
      —Señor —repliqué—, mi padre me dijo que si fracasaba en el lamasterio no debía regresar a casa. ¿Cómo puedo entonces, tener una vida blanda y cómoda si no tengo casa a la que volver? ¿Y quién me señalará el buen camino si lo elijo?
      Sonrió y respondió:
      —¿Lo has olvidado? Hemos trazado tu encamación previa. Si eliges el mal camino, el camino de la comodi­dad, serás instalado en un lamasterio como una Encarna­ción Viviente, y dentro de pocos años serás un abad. ¡Tu padre no diría que eso es un fracaso!
      Algo en el modo cómo habló me hizo preguntarle:
      —¿Lo consideraría usted un fracaso?
      —Sí —replicó—, sabiendo lo que sé, diría que es un fracaso.
      —¿Y quién me mostrará el camino?
      —Yo seré tu guía si tomas el buen camino, pero sólo tú debes elegir, nadie puede influir en tu decisión.
      Lo miré fijamente. Y me gustó lo que vi. Un hombre grande de ojos negros, penetrantes. Una cara abierta, y frente alta. Sí me gustó lo que vi. Aunque tenía sólo siete años, mi vida había sido dura y había conocido mucha gente, y podía juzgar si un hombre era bueno.
      —Señor —dije—, me gustaría ser su discípulo y seguir el buen camino. Y agregué con cierta tristeza supongo:
      — ¡Pero sigue no gustándome trabajar duro!
      Lanzó una carcajada, y su risa fue profunda y cálida.
      Lobsang, Lobsang, a ninguno de nosotros nos gusta el trabajo duro, pero muy pocos somos lo bastante sinceros para admitirlo. Miró los papeles— Pronto tendremos que hacerte una pequeña operación en la cabeza, para forzar la clarividencia, y después apresuraremos tus estudios por medio del hipnotismo. ¡Te haremos estudiar mucha meta­física y medicina!
      Me sentí un poco triste: más trabajo. Me parecía que en todos mis siete años no había hecho otra cosa que estudiar, con poco tiempo para dedicar al juego o a remontar cometas. El lama pareció conocer mis pensamientos.
      —Oh, sí, jovencito. Ya remontarás muchas cometas des­pués; pero las verdaderas cometas, las que elevan hombres. Pero primero tenemos que ver cómo arreglaremos tus estudios. —Se volvió a sus papeles, y les echó una ojeada—. Veamos, de nueve a una. Sí, con eso basta para empezar. Ven todos los días a las nueve, en vez de asistir a la ceremonia, y veremos qué cosas interesantes podremos discutir. A partir de mañana. ¿Tienes algún mensaje para tus padres? Hoy iré a verlos. ¡Les llevo tu coleta!
      Quedé confundido. Cuando aceptan a un muchacho en un lamasterio, le cortan la coleta y le afeitan la cabeza, y la coleta la envían a sus padres, por medio de un pequeño acólito, como símbolo de que el hijo ha sido aceptado. Pero el lama Mingyar Dondup iba a llevar mi coleta personalmente. Eso significaba que me había aceptado a su cargo como su “hijo espiritual”. Ese lama era un hombre muy importante, un hombre muy inteligente que gozaba de reputación envidiable en todo Tibet. Supe que no podía fracasar si ese hombre era mi guía.
      Esa mañana, de regreso en el salón de clase, fui un alumno muy desatento. Tenía los pensamientos en otra parte, y el maestro tuvo tiempo y oportunidad de satisfa­cer su gusto de castigar por lo menos a un chiquillo.
      Me parecía muy dura la severidad de los maestros. Pero me consolaba, para eso estaba yo allí, para aprender. Para eso había reencarnado, aunque en ese momento no recor­dara qué era lo que tenía que volver a aprender. En Tibet creemos firmemente en la reencarnación. Creemos que cuando se llega a un grado avanzado de evolución, puede elegirse entre ir a otro plano de existencia o volver a la tierra para aprender algo más, o para ayudar a otros. Puede ser que un hombre sabio tenga cierta misión en la vida, pero que muera antes de completar su tarea; en ese caso, así lo creemos, puede regresar a completar su misión, siempre que el resultado sea para el beneficio de los demás. Muy pocos pueden lograr que se trace su encama­ción previa; tiene que haber ciertos signos, y el costo y el tiempo lo hacen prohibitivo. Quienes tienen esos signos, como yo los tenía, se denominan “Encamaciones Vivien­tes”. En su juventud eran objeto del más severo de todos los tratamientos —como me había ocurrido a mí—, pero en su vejez se convertían en objetos de veneración. En mi caso se me iba a tratar de un modo especial para “sobre­alimentar” mis conocimientos ocultos. ¡Para qué, no lo sabía en ese momento!
      Una lluvia de golpes sobre mis hombros me hizo regre­sar violentamente a la realidad del salón de clase.
      ¡Idiota, bobalicón, imbécil! ¿Han entrado los demo­nios en ese cráneo duro? Tienes suerte de que sea hora de asistir a la ceremonia.
      Con esa observación, el irritado maestro me propinó un fuerte golpe final, y salió majestuosamente del salón. El muchacho que estaba a mi lado dijo:
      —No te olvides, esta tarde nos toca trabajar en las cocinas. Ojalá podamos llenar las bolsas de tsampa.
      El trabajo en las cocinas era realmente duro, los “regu­lares” nos trataban como a esclavos. No había hora de descanso después de la cocina. Dos horas sólidas de traba­jo rudo, después derecho a la sala de clase. A veces nos hacían quedar un rato más en las cocinas, y llegábamos tarde a clase. En ese caso nos estaba aguardando un maestro furioso, que manejaba liberalmente el bastón sin darnos oportunidad de explicarle el motivo del atraso.
      Mi primer día de trabajo en la cocina fue casi mi último día. De mala gana marchamos por los pasillos de piedra hasta las cocinas. A la puerta nos recibió un monje muy irritado.
      ¡Vamos, bribones, inútiles, haraganes! —gritó—. Los diez primeros, vayan allá a atizar el fuego.
      Yo era el décimo, bajamos otra escalera. El calor era abrumador. A nuestro frente vimos una luz roja, la luz de los fuegos crepitantes. En todas partes había montones enormes de estiércol de yac, que era el combustible de los hornos.
      — ¡Tomen esas palas y alimenten los hornos! —bramó el monje a cargo de los hornos.
      Yo era un pobrecito de siete años entre los demás de mi clase, entre los cuales ninguno tenía menos de diecisie­te. Apenas podía levantar la pala, y en el esfuerzo por poner el combustible en el fuego, lo dejé caer sobre los pies del monje. Con un alarido de rabia me tomó por la garganta, me hizo girar. . . y tropezó. Me empujó hacia atrás. Me atravesó un dolor terrible, y se sintió el asquero­so olor a carne quemada. Había caído contra el extremo al rojo de una varilla que sobresalía del horno. Con un grito caí al suelo, entre las cenizas calientes. En la parte superior de la pierna izquierda, casi en la articulación, la vara me había quemado hasta el hueso. Todavía tengo la cicatriz blanca, que aun ahora me provoca serias molestias. Años más tarde, por esa misma cicatriz me identificaron los japoneses.
      Se produjo una conmoción. De todas partes venían monjes corriendo. Yo estaba todavía entre las cenizas calientes, pero pronto me sacaron de allí. Tenía quemadu­ras superficiales en casi todo el cuerpo, pero la de la pierna era seria. Rápidamente me llevaron arriba para que me viera un lama. Era médico y se aplicó a la tarea de salvarme la pierna. El hierro estaba herrumbrado, y cuando me penetró en la pierna quedaron trocitos en la carne. El lama tuvo que explorar la herida y quitar los trocitos hasta que quedó limpia. Después me la cubrieron con compresas de polvo de hierbas. Me frotaron el resto del cuerpo con una loción que me calmó el dolor de las quemaduras. La pierna me latía sin cesar y tenía el con­vencimiento de que jamás podría volver a caminar. Cuan­do terminó, llamó a un monje para que me llevara a un pequeño cuarto lateral, donde me acostaron sobre almoha­dones. Un monje anciano se sentó a mi lado en el suelo y comenzó a orar por mí. Pensé que era muy lindo eso de rezar por mi salvación después de haber ocurrido el accidente. También decidí vivir de un modo ejemplar, dado que había tenido experiencia personal de lo que se sentía cuando el fuego del infierno lo atormentaba a uno. Recor­dé un cuadro que había visto, en que un demonio pincha­ba a una infortunada víctima en el mismo lugar en que yo me había quemado.
      Puede pensarse que los monjes eran personas terribles, muy distintas de lo que podría esperarse. Pero. . . “monjes”. . . ¿qué significa? Aplicamos esa palabra a cualquier hombre que viva en un lamasterio. No es necesariamente un religioso. En Tibet casi todos pueden ser monjes. A menudo se “envía” a un muchacho para que se haga “monje” sin que tenga elección alguna en el asunto. O un hombre puede decidir que ya ha tenido bastante de vida pastoril, y quiere asegurarse un techo sobre la cabeza cuando la temperatura es de cuarenta grados bajo cero. Se hace monje no por convicciones religiosas, sino por su propia comodidad como persona. Los lamasterios tenían “monjes” como personal de servicio, constructores, peones y basureros. En otras partes del mundo se los llamaría “sirvientes” o su equivalente. La mayoría de ellos habían tenido una vida penosa; la vida desde los tres mil seiscien­tos a los seis mil metros de altura puede ser difícil, y a menudo eran malos con nosotros, los muchachos, simple­mente porque no lo pensaban o porque carecían de senti­mientos. Para nosotros la palabra “monje” es sinónimo de “hombre”. Los miembros del sacerdocio recibían nombres muy distintos. Un chela era un alumno, un novicio o acólito. A lo que el hombre común llama monje, nosotros llamábamos trappa. Son los más numerosos en un lamaste­rio. Después viene ese término del que tanto se ha abusa­do, lama. Si los trappas son los soldados sin nombramien­to, el lama es el oficial nombrado. ¡A juzgar por la manera como hablan y escriben la mayoría de los occiden­tales, hay más oficiales que soldados! Los lamas son maestros, gurus, como los llamamos nosotros. El lama Mingyar Dondup iba a ser mi guru y yo el chela. Después de los lamas venían los abades. No todos ellos estaban a cargo de lamasterios; muchos tenían cargos en la adminis-

       
       
       

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