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Esperanza a pesar de todo

Moltmann en su casa de Tübingen en 2021

Son muchos los artículos que en las últimas semanas hemos publicado en recuerdo del gran teólogo fallecido Jürgen Moltmann. Pero me ha parecido oportuno publicar este de Jesús Mari Alemany por dos motivos. Porque él fue discípulo suyo y es capaz de resumir toda su teología de la esperanza en una vivencia de clase. Y porque Jesús Mari es un gran amigo mío, desde hace muchos años, de cuya sabiduría y pasión por la paz espero aún seguir recibiendo mucho. AD.

        El teólogo protestante Jürgen Moltmann falleció este mes de junio a los 98 años. A pesar de la avanzada edad, la noticia me conmovió. Probablemente es el mejor profesor de teología que he tenido en una larga carrera. Pero además fue un autor clave para situar la esperanza como motor de la vida personal y colectiva. Su obra característica se titula “Teología de la esperanza”.

       En nuestra cultura estamos acostumbrados a pensar la teoría y sólo después pasar a la práctica. Yo aprendí  de Moltmann en la Universidad de Tubinga que  con la esperanza ocurre al revés. Se experimenta en la vida sólo después se puede conceptualizar. Moltmann coincidió en la misma universidad de Tubinga con otro gran pensador judío marxista, Ernst Bloch, cuyo “Principio esperanza” resultó lugar de referencia  para la filosofía centroeuropea vuelta hacia el futuro de los años 60 y 70, así como para los famosos diálogos  de Salzburgo entre cristianos y marxistas.

       Recuerdo una de nuestras clases, cuando el profesor quiso justificar la pertinencia de su tema estelar: la teología de la esperanza. Para nuestra sorpresa no alegó conceptos y autores, sino comenzó a relatar con enorme sinceridad y sencillez su personal drama juvenil. A los 17 años, movilizado a la fuerza en la guerra de Hitler, un compañero cayó muerto a su lado. Fue una matanza bélica, en la no parece que la esperanza fuera lo más razonable.

        Más tarde,  prisionero de guerra en Escocia, un pastor protestante norteamericano le dejó un nuevo testamento y los salmos. La experiencia vital de la derrota de la esperanza y del absurdo de la muerte hizo nacer  precisamente su orientación hacia la esperanza. No había comenzado siquiera  a estudiar teología. “Creer a pesar de todo” es una decisión vital difícil pero más eficaz que cualquier argumento racional. La esperanza puede crecer incluso más en momentos muy inhóspitos para los conceptos como un regalo de y para la vida. Elisabeth, su esposa, solía decir “quien no toca el suelo no puede llegar al cielo”.

        Hoy, una sensibilidad apocalíptica asalta cada día cualquier atisbo de esperanza. La humanidad está siendo deshumanizada y degradada a mera hominidad. Si queda un atisbo de responsabilidad comunitaria o compromiso  no se sabe bien dónde ni cómo invertirlo. Pienso que debiéramos hacerlo en esperanza. El último derecho humano que se puede negar o perder es el derecho a la esperanza. No es necesario buscar argumentos o razones para justificarlo, sino basta estar atentos a la vida y contemplar la de aquellos testigos de esperanza en situaciones históricas o personales muy adversas.

17 comentarios

  • carmen

    Exactamente Santiago. Tantas respuestas como personas. A usted le va un montón lo de la gracia cristiana y esas cosas. A mí, como mucho y a ratitos, me gusta un montonazo lo que dice el Himno Amazing Grace. Seguro que lo conoce. Hay mil versiones de mil cantantes diferentes y de grupos de godspell..

    Creo que lo compuso un señor protestante , pero hay muchas leyendas acerca de su composición.Hay algunas que son una auténtica maravilla.
    Buen día.

    • oscar varela

      USO … GRACIAS!

       
      DESESPERACIÓN y CRISTIANISMO
       
      1- El CRISTIANISMO empieza por diferenciarse de todos los demás desesperados de su tiempo
      – en que es más radical que todos ellos y el único consecuente con su DESESPERACIÓN.
       
      2- Más de una vez nos hemos sorprendido pensando lo siguiente:
      “Yo hago esto y aquello y lo de más allá para vivir, pero este vivir mío, tomado en su integridad, desde el nacer hasta el morir, ¿tiene algún sentido?”
       
      3- De nada vale la justificación relativa de mi vida si el hecho total de vivir no la tiene.
      Nuestra existencia es en sí misma un vacío de sentido, una pura pretensión fallida.
       
      Esta es la perspectiva que adopta
      – quien se ha desinteresado de la trama interior del vivir,
      – quien idealmente se ha apartado de los asuntos vitales,
      – quien se ha ido tan al extremo de la existencia que se ha salido de ella.
       
      4- A todos nos ha acontecido una y otra vez plantearnos esta pregunta y adoptar esta perspectiva,
      – solo que no nos hemos instalado definitivamente en ese pensamiento.
      – Al contrario: la vida nos requería con sus placeres, con sus atractivos, con sus incitaciones de toda clase, y hemos preferido ocuparnos de su, por lo menos, aparente riqueza interior, usar la otra perspectiva, la intravital, a vivir exclusivamente de aquella preocupación sobre el valor total de la vida.
       
      – Eso nosotros, porque no estamos verdaderamente desesperados.
      – Las cosas de la vida aún nos entretienen, nos distraen.
      – Pero un desesperado tenderá a colocarse siempre en esa dimensión
      – que consiste en percibir la falta de sentido que la vida en conjunto tiene.
       
      5- Este extremismo se afirma en la negación misma de su totalidad.
      – E ipso facto esta negación se convierte en lo más positivo.
      – El hombre desesperado cae en la cuenta de que esto –DESESPERAR
      no es algo que le pasa, pero que podía no pasarle, y de que puede librarse si le pasa,
      – sino que es su ser mismo.
       
      – Esta vida, en su sustancia misma, no es sino DESESPERACIÓN.
      – El hombre es una realidad que no puede valerse a sí misma;
      – no está en su propia mano, no se sostiene a sí mismo.
      DESESPERAR es sentir que somos constitutiva impotencia,
      – que dependemos en todo de algo distinto de nosotros.
       
      6- El hombre está en su verdad cuando reconoce que no puede con sentido vivir desde sí mismo,
      – cuando descubre su radical dependencia -y poniéndose íntegro en manos del poder superior, de Dios, se dispone a vivir desde Él.
      – La verdad sólo se encuentra cuando el hombre se declara incapaz de ella y se dispone no a buscarla él,
      – sino a recibirla por revelación.
      – El hombre, al reconocerse como lo que es –nada-, hace de sí un vacío que Dios llena al punto.
       
      ………………………
      El CRISTIANO convierte
      por una dialéctica automática
      la DESESPERACIÓN en SALVACIÓN.
      ……………………….
       
      7- Pero he aquí que este extremismo, como todos, va a tener que pactar.
       
      – Esa negación de lo intramundano es una exclusión arbitraria.
      – Al entenderse el hombre con Dios, camina torpemente por el mundo y es incapaz de entenderlo.
      – Poco a poco va a irse interponiendo de nuevo entre el hombre y Dios.
       
      – Muy bien lo reconoce y lo dice el católico Wilson en su libro l’esprit de la philosophie médiéval.
      “A partir del siglo XIII el universo de la ciencia (se entiende la puramente humana) comienza a interponerse entre nosotros y el universo simbólico, divino, de la alta Edad Media”.
      [Ésta va a ser la crisis renacentista].
       
      – Cuando Galileo y Descartes descubren un nuevo tipo de ciencia, de razón humana que permite con toda exactitud predecir los acontecimientos cósmicos, el hombre recobra la fe y la confianza en sí mismo. Vuelve a vivir desde sí, más que nunca en la historia.
      [Eso ha sido la Edad Moderna -el humanismo].
      …………………………….

  • Santiago

    Y es que el mundo es un complejo singular de variedad…
    Y así es “la especie humana” no solamente hay variedad “morfológica” sino variedad de “respuestas”…
    Y el ser humano es capaz de llegar -y de hecho llega- al heroísmo. Puede llegar al modelo más acabado de sacrificio por el otro, por su religión, por la patria… Y en contraste puede responder de la manera más abyecta, más despótica, más malévola y más cruel posible y llegar a los crímenes y traiciones como están registrados los genocidas de la historia al estilo Nerón, Hiler, Stalin etc etc…por tanto existen “grados” de respuesta ante el reto de la vida…Tenemos la gracia de que el cristianismo nos invita a que demos la mejor respuesta para llegar a la felicidad completa….
    Y así es nuestro libre albedrío el que está en juego en el mundo..Es porque somos libres y responsables de nuestras acciones porque podemos realizarnos como personas humanas y aspirar a la vida trascendente y permanente destinada al Bien total…ya que nuestros deseos son de naturaleza infinita..Un saludo cordialSantiago Hernández

  • carmen

    Toda la razón, Mónica.Le dedico mi tiempo al análisis de textos. Te sorprendería lo que pienso.Lo que es innegable es que pertenezco al planeta tierra. Me gusta pertenecer. Que no me van a incinerar, que mi cuerpo se convertirá en un proceso de degradación en carbono y nitrógeno básicamente. Que pasará al subsuelo y colaborara a la formación de otros seres vivos.

    Me encanta la idea. Aquí seguirán los elementos básicos que han configurado mi cuerpo .En cuanto a Dios o no Dios. Eso es hablar por hablar. Ni idea de lo que es. Me gusta pensar que está en la belleza.Y lo que piensen los demás está demás… Qué dice una canción de Mecano.

    Buen día.

    • oscar varela

      USO … GRACIAS!

       
      FE y TRADICIÓN / ESPERANZA y FILOSOFÍA
       
      1- La Tradición consiste en un peculiar sonambulismo.
      El «tradicional» piensa, siente y quiere en los modos que desde tiempo «inmemorial» halla establecidos en su contorno humano sin poner­los en cuestión, sin sentir la menor duda respecto a su validez. El sistema de la tradición viene a ser, en el hombre, un sucedáneo del sistema de los instintos que como animal perdió. En la medida en que estamos sumergidos dentro de una tradición vivimos sus for­mas «instintivamente». Esta es la vida del puro «creyente», de la radical «fe».
       
      2- Para que la Filosofía nazca es preciso que la exis­tencia en forma de pura Tradición se haya volatizado,
      – que el hom­bre haya dejado de creer «en la fe de sus padres».
      – Entonces queda la persona suelta, con la raíz de su ser al aire, por tanto, desarraiga­da,
      – y no tiene más remedio que buscar por su propio esfuerzo una nueva tierra firme
      – donde hincarse para adquirir de nuevo seguridad y cimiento.
      (Donde esto no acaece o en la medida en que no acaece, no hay filosofía)
       
      En la Edad Media va habiendo filosofía conforme va atenuán­dose la fe. Esta no es una diversión ni un gusto, sino una de las reacciones a que obliga el hecho irremediable de que el hombre «creyente» cae un día en la duda. La filosofía es un esfuerzo natatorio que hace para ver de flotar sobre el «mar de dudas» o, con otra imagen, el tratamiento a que el hombre somete la treme­bunda herida abierta en lo más profundo de su persona por la fe al marcharse.
       
      3- Como la pura «Tradición» era un sustituto de los ins­tintos desvanecidos,
      – la filosofía es un sustituto de la «tradición» rota.
      (En el hombre no hay más que sustituciones y cada una de éstas conserva adherida a su espalda el cadáver de aquello que está llamada a sustituir).
       
      4- Por eso la filosofía parece ir contra la «Tradi­ción» y contra la «Fe». Mas no hay tal.
      – No es ella quien mató a ésta, sino, al contrario, porque estas murieron o se debilitaron no tuvo más remedio la filosofía que intentar, bien que mal, sustituirlas.
      (Por una óptica ridícula, propia a las cosas humanas, el sucesor apa­rece como un suplantador, un enemigo y un asesino, cuando en rigor no hace sino servir al que se fue, intentando prolongar su virtud y, para ello, ocupando su puesto vacío).
       
      DESEPERANZA
       
      5- La pérdida de la «fe» no lleva forzosamente a la Filosofía.
      – El hombre puede no hallar modo de sostenerse sobre el mar de dudas en que ha caído y, en efecto, caer hasta el fondo.
      – El fondo es la DESESPERACIÓN
       
      (La desesperación está siempre cualificada por aquello de que se desespera. Cuando la «fe» muere se produce una cierta forma de deses­peración que suele llevar a una nue­va época de fe.
      Cicerón expresa el estado en que él y sus afines (los «Académicos») se hallaban, diciendo que estaban quasi desperata cognitioni certi. La expresión es sobremanera paradó­jica y acaso no va mal vertida así: ‘Estamos poseídos por la desesperación de no poder conocer’. La brecha que esta desesperación representaba abrió al cristianismo la entrada en la historia).
       
      6- La filosofía, nacida de la desesperación, no se queda sin más en ella.
      – La filosofía cree haber encontrado una salida en el terrible e impasible acantilado:
      – es, precisamente, una «vía»
       
      (El tér­mino aporía —cuestión— nos permite reconstruir del modo en que fue­ron vividos los primeros y decisivos instantes de la filosofía.
      Poros significa la salida que encontramos en un lugar terrestre, fluvial o marítimo don­de parecía no haberla. De aquí sus secundarias significaciones: camino, puente, trayecto. Pero en poros todo esto está matizado por su negación.
      – No es un camino cualquiera, sino el que súbitamente descubrimos cuan­do habíamos desesperado de hallarlo. Por eso poros significa también «recurso», «expediente» y, en consecuencia, solución.
      – Si la situación en que estábamos antes al no ver salida ni descubrir camino se es­tabiliza, nos sentiremos «sin salida», «sin camino», y a esto corres­ponde exactamente el vocablo a-poría con que se denominó el pro­blema, la cuestión, la dificultad, es decir, aquello que se presenta a la mente obliterado, que no deja paso a nuestra comprensión.
       
      – De poros, que decía con todo su dramatismo lo que es camino, a sa­ber, el tránsito que en una urgencia necesitaríamos, que no parece ha­berlo y de pronto descubrimos, se fue al vocablo más tranquilo hodós, el camino que ya está ahí y podemos, sin más, recorrer, que no ha sido cuestión o aporía. Mas, por lo mismo, no satisfizo a poco la expresión y hubo que intensificarla metiendo de nuevo en esta idea inerte de camino hecho el sentido dinámico de «ir más allá», de avance en la ruta y seguridad de avance. Entonces se empezó a decir méthodos, cuya mejor traducción sería, en este caso, «progreso».
       
      – En la palabra méthodos revive, pues, lo esencial del antiguo sentido de poros [«por-ta» y «por-tus»] en el sentido este de «monte, puerta o vado» (Ulises habla de todo lo que ha sufrido buscando los pasos del mar). Por ello esta palabra «vía» —hodós, méthodos— es la que se repite más en los primeros filósofos (Parménides, Herádito). Lo cual indica que la filo­sofía es también una fe. Consiste en creer que el hombre posee una facultad —la «razón»— que le permite descubrir la auténtica realidad e instalarse en ella.)
       
      7- Esta Fe inicia la peculiar tradición que es la filosofía, mezcla, pues, de lucidez y ceguera.
      – Dentro de ella estamos.
      – Queda siempre en el hombre una última dosis de sonambulismo, residuo del animal que un tiempo fue.
      ………………….

  • carmen

    Posiblemente tu intuición acerca de Dios, o lo que piensas acerca de Dios no sea lo mismo.El Dios l que me gustaría que existiese, se manifiesta en todo. En las hormigas, en los volcanes, en el mar, en los leones, en las estrellas, en el viento, en las jirafas, en las leyes físicas, en el agua y su excepción como líquido, en la cerveza fría, en mis hijos, en la música que me gusta, en mis nietos, en algunos poemas que, uf, no pueden ser más bonitos, en mis amigos, en los peces, en las ballenas, en mis contertulios de Atrio…

    Y, no sé cómo decir. Sí espero respuesta. De las hormigas, en los volcanes…Porque formo parte de todo ello. De todo el universo. Y cuando muera, por el ciclo del carbono y del nitrógeno y esas cosas, seguiré formando parte de este planeta, de este universo, con sus hormigas, sus volcanes…No lo sé explicar mejor.

    • Nacho Dueñas

      ¿Que no lo sabes escribir mejor?

      Me parece precioso lo que has escrito, en forma y fondo. No recuerdo, Carmen, haber leído algo más bello al respecto.

      Enhorabuena y un abrazo.

      Nacho.

    • Monica

      Entender cómo, cuándo y por qué el ser humano divaga. En otras palabras, cómo piensa y cuándo esta actividad (divagar) ayuda, y cuándo no. El proceso de divagación mental es adaptativo -como en el caso de la creatividad- y cuando se vuelve desadaptativo, en el caso de “rumia” depresiva, esa que inventa narraciones para consolar su ego, su ignorancia. Fantasías que sí ayudan en un instante determinado, que pueden ser muy poéticas, pero  no representa lo que el inconsciente cree y quiere.  Cada uno se encarga de darle el propósito y el sentido a su existencia, la razón de ser varía en cada individuo, eso les da mayor valor a los humanos. No conocemos los secretos del universo, ni somos capaces  de explicar muchos aspectos del desarrollo humano.

      El conocimiento y la experiencia, nos dan la posibilidad de analizar comportamientos. La escritura, como reflejo de la actividad cerebral, deja evidencias del estado psíquico y físico del que escribe. De más joven me interesó la grafopatología, la detección de enfermedades a través de la escritura. Evidentemente del análisis grafológico en un blog no se pueden ver las patologías físicas, por los signos gráficos, los renglones, las palabras decrecientes, temblores, perdidas de presión, podemos averiguar una posible patología, que el caso neuronal puede ser muy evidente.

      En el ámbito psiquiátrico, no es necesaria la escritura física,  y podemos hacer un estudio exhaustivo de cada comentario con un pequeño margen de error. Vemos los rasgos de personalidad y las posibles patologías. En Atrio hay materia suficiente para hacer un estudio de las distintas formas de personalidad que intervienen, incluso, aun siendo escasas, son más variadas que las que veo en consulta y en mis pacientes. Quizá alguno lo está haciendo  este o en otros blogs.

  • David

    Es la esperanza la que sostiene y conduce a cada persona, a cada creyente, a través de la vida. Activa la esperanza en el mundo para acelerar la llegada de ese mundo mejor. La esperanza de un creyente no puede depender de un futuro que en algún momento se convierte en presente y luego en pasado, sino en el advenimiento, en el cual todos los eventos están dinámicamente en proceso. Nuestra esperanza no consiste solo en un traslado de lo presente hasta el futuro, para asirnos de la recompensa, sino que  es un traer el futuro a nuestro presente y dar como cierto lo que Dios nos ha prometido. Gracias Antonio, yo tengo dificultad de asimilación en este tipo de esperanza, como bien sabes, ya no me alcanza. Pero sí para mirar más allá de los límites que tenemos asignados,  lo que permite la superación de la resignación, la desilusión, el cansancio, el dolor, el miedo. Ser  feliz con la felicidad de quienes nos rodean, y  con el gozo que brota del corazón.

    • oscar varela

       
      (Consistencias ‘natural’ y ‘humana’)
       
      Según la doctrina vetustísima de los egipcios, cuatro divinidades asisten al nacimiento del hombre:
      Daimon, el poder elemental que es nuestro CARÁCTER;
      Ananke, las NECESIDADES inexorables de nuestra condición;
      Eros, la capacidad de sentir ENTUSIASMO;
      Tyche, la conciencia del AZAR
       
      ¿Y Elpis, la esperanza?
       
       La planta, por ejemplo, no espera nada; somos nosotros quienes esperamos que cada nueva primavera flo­rezca y cada nuevo estío u otoño fructifique.
       
      Todas las leyes físicas y biológicas no bastan para asegurarnos mínimamente res­pecto a lo que nos va a pasar dentro de unos instantes. Esto nos pone de manifiesto lo que hay de más extraño en la condición del hombre.
       
      El tiempo es, ante todo futuro, porvenir. Este es el que originariamente nos interesa, nos importa. ¿Por qué? Porque el porvenir es por esencia lo que no sabemos cómo va a ser, ni siquiera sabemos si dentro de un minuto existiremos aún. Vivir como presencia del porvenir es estar en lo absolutamente proble­mático. ¿Qué va a pasar en el mundo y, por tanto, a cada uno de nosotros dentro de un año? No lo sabemos. El porvenir es, por defi­nición, inseguro. La raíz de la existencia humana es la conciencia de inseguridad.
       
      Constantemente estamos proyectados sobre el futuro, atentos a él, en alerta y espera de lo que pueda venir. Somos, pues, porvenir y, sin embargo, no lo tenemos. Porvenir, futuro es precisamente lo que no está en nuestra mano.
      …………………………
       
      (Excursus sobre el Azar)
       
      Esta indocilidad del porvenir, esta su insumisión a nuestra vo­luntad, esta dolorida conciencia de que lo mismo puede pasamos mañana una cosa que otra nos la representamos bajo la fisonomía de un poder misterioso sin figura ni personalidad, inexorable y despectivo que llamamos Azar.
       
       Si pudiéramos entrar aquí en el estudio del hombre primitivo, veríamos cómo es el Azar el primer Dios ante el que la humanidad se encontró. Pero ese Dios primigenio, el Azar, no tiene inteligencia, no tiene voluntad, no tiene compasión ni sensibilidad alguna; en suma, no es un Dios personal. Depender pura y simplemente de un poder sobre el cual no cabe ejercer el menor influjo, que es sordo, que es ciego, que, en rigor, es… Nadie, resulta demasiado horrible y por eso los hombres tuvieron que imaginar figuras de dioses más asequibles, a quienes se pudiese llegar con la plegaria, el culto y el sacrificio. Y esas figuras de dioses asequibles fueron puestas como máscaras tranquilizadoras, sobre el Azar, para ocultar el Dios primigenio que no tiene cara.
      ………………..
       
      (Esperanza versus Azar)
       
      Nuestro vivir consiste primariamente en un estar proyectados sobre el porvenir. El porvenir es la inseguridad. Esta inseguridad está administrada, regida por el poder irracional del Azar. Si la vida es un sistema de ocupaciones, nuestra primaria ocupación es ocu­parnos de nuestro porvenir.
      Pero el porvenir es lo que aún no es, por tanto, es ocuparnos por anticipado con algo. La ocupación con el porvenir es pre-ocupación.
      A esto —preocuparnos— reaccionamos buscando me­dios para asegurar esa inseguridad. Entonces retrocedemos del por­venir y descubrimos el presente y el pasado como arsenales de medios con que podemos contar. Al chocar, pues, con el porvenir que no tenemos en nuestra mano rebotamos en él y somos lanzados hacia lo que tenemos: presente y pasado.
      De esta manera nacen la técnica y la historia.
      Pero es evidente que no podríamos hacer esto si ante la terrible inseguridad que es el Azar no hubiese en el hombre una última confianza tan irracional como el Azar mismo: es la Espe­ranza.
       
      Aquí tenemos conjugadas, articuladas las dos potencias específicamente humanas de la vida humana: Tyche y Elpis —la casualidad y la esperanza.
       
      Aquí tenemos una concepción de la vida humana que no es naturalista, no es botánica, sino que es dramática, es un puro acontecer en el sentido de un acontecer a nosotros.
       
      Así hemos descubierto que el hombre no tiene naturaleza; en lugar de ello tiene historia. Esto, no es una filosofía de la Naturaleza. Esto es lo que nos separa definitivamente y de un modo radical de todo el pensar antiguo y, por tanto, del humanismo.
      A la razón universal o Providentia de los estoicos y a su esquemática nieta la razón pura de Kant sucede en nosotros la razón viviente y dramática.
      ……………………………….
      (Ortega y Gasset OCT9, 586-589)

  • carmen

    Otra persona que cree en la especie humana. Cada una cree en lo que puede y en lo que ha decidido creer, a pesar de todo. Son apuestas personales.

    Si Europa remontó después del desastre de la guerra del catorce al cuarenta y cinco, después del crak del 29, después del fascismo, por qué no va a poder remontar cuando pase esta crisis en la que estamos inmersos?

    Gracias, me ha encantado leerlo. Y a colaborar en lo posible para que el daño sea el menor posible.
    Buen día.

    • Antonio Llaguno

      ¿Y por qué no íbamos a creer en la especie humana?

      No hay nada mejor en lo que creer. Ni siquiera la fe en Dios, pues la fe en Dios pasa necesaria e implacablemente por la fe en la especie humana.

      Es a través de nosotros, de cada un@ de nosotr@s, a través de quien se expresa Dios. Incluso si creyera (Qué me cuesta mucho) en esas revelaciones mágico/supersticiosas a las que los cristianos a veces damos excepcional relevancia (Apariciones, zarzas ardiendo, sueños misteriosos, ángeles anunciadores, etc…), nos necesita para poder expreasarlas.

      Y luego está ese lugar interior que cada ser humano (Y humana) tiene dentro y que es dónde yo sí creo profundamente que se encuentra Dios, se manifiesta Dios y Dios construye su proyecto y nos regala la esperanza.

      Creamos en el ser humano.

      Creer en el ser humano significa creer en el prójimo que amamos, creer en nosotr@s mism@s y creer en Dios.

      Y sí, siempre habrá Hítleres, Francos, Putines, Pol Pots, Pinochets, Videlas, Castros, y todos los ejemplos que cada quién quiera poner de tiranos, opresores, malvados y canallas, siempre.

      Pero si cada uno de nosotros empieza por su casa a sembrar esperanza, la esperanza brotará. Como un fresno vivo.

      Yo planté uno en mi jardín cuando murió mi padre. Ahora cada año le veo sacar hojas nuevas. Muy chiquito aún, apenas una rama que se levanta orgullosa pero débil del suelo. A mi no me dará sombra. Pero habrá otros que dentro de 30 años o de 50 se sentarán a su vera en verano y les cobijará con su, entonces sí, majestuosidad. No sabrán que está ahí en memoria de mi padre, fallecido hace unos años, en la pandemia, pero yo creo que mi padre, desde el abrazo del Padre amoroso, si lo sabrá y sonreirá satisfecho.

      Y como el fresno de mi jardín, cualquier cosa, por pequeña que parezca: La educación de los hijos, la ayuda a los vecinos, el cuidado de nuestros mayores, la solidaridad con esa familia ucraniana que vive cuatro manzanas más alla de la nuestra, la acogida a ese (O esa) compañer@ de trabajo que entra nuevo y se encuentra perdido, el respeto por ese inmigrante que tiene su esperanza y su ser tan lejos.

      Hay tantas cosas que nos permiten construir esperanza.

      Y es que eso es la esperanza. Hacer cosas sabiendo muchas veces que estás construyendo para que otros la disfruten y lo estás contruyendo gratis. Por el mero placer de dar.

      Busquemos en casa y veamos cuanto tenemos cerca que necesita que construyamos algo para el o ella.

      Estoy seguro que ya puse este poema de Gloria fuertes alguna vez por aquí pero es que viene al pelo

       

      Vamos a ver si es cierto que le amamos.
      Vamos a mirarnos por dentro un poco.
      ¡Hay cosas colgadas que a Él le lastiman!
      Freguemos el suelo y abramos las puertas.

      Que salgan las lagartijas y entren las luces. 
      Borremos los nombres de la lista negra.
      Coloquemos a los enemigos encima de la cómoda.

      Invitémosles a sopa.
      Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos.
      ¡Que Dios se encuentre a gusto si baja!

      (Gloria Fuertes)

      Con cariño y esperanza

      • Nacho Dueñas

        ¡Ese es mi Llaguno!

        Precioso texto, lleno de amor y de positividad.

        -Con todo respeto y cariño a la figura de tu padre (cuando cuentas historias familiares a menudo me emociono por las cosas cosas que dices. Al hablar del árbol que sembraste y creció, me ha recordado una canción preciosa de Alberto Cortez, “Mi árbol y yo”, que me permito ofrecer: (https://www.youtube.com/watch?v=9ZoppiCqEH0 )

        -Ahora, yo no creo en la especie humana. No puedo creer en una especie que está perpetrando la 6ª extinción masiva delos  seres vivo planetarios, compañeros de viaje nuestro; o que permite que casi 1000 millones de personas pasen hambre cada noche cuando sobran medios técnicos para evitarlo; o que se está suicidando por una absurdo e innecesario colapso ecológico (con consumir con racionalidad se acababa el problema.

        -Aclaro que me cae bien la mayoría de personas que conozco, que miro tanta infelicidad innecesaria con una mirada empática, que sí creo en determinadas personas y causas. Y que sí que creo en la Vida, en el amor, que estoy lleno de esperanza, y que me considero alguien (lo digo con toda sinceridad y modestia) inusualmente feliz. Pero, en la especie no creo.

        -El poema de Gloria Fuertes, precioso. Yo lo conozco por el famoso libro “Gritos y Plegarias”, todo un best-seller de la época, acerca de la teología de la liberación, a partir de canciones, poemas y texto. Le debo muuucho a ese libro. Mucho.

        Un abrazo , Llaguno, y feliz verano.

      • Rodrigo Olvera

        Gracias mi estimado amigo, por traer el arte al tema.

        Las manifestaciones de la esperanza son  múltiples, como múltiples las personas y sus circunstancias.   Comparto tres expresiones que han alimentado mi andar. La segunda es particularmente emotiva para mí, porque me tocó en vivo – aunque no presencial pero sí atendí la trasmisión en vivo.

        1) Volver a los 17

         

        2) Todavía cantamos

         

        3) seremos escuchados

         

        Abrazos y esperanzas

  • Rodrigo Olvera

    De lo mejor que he leído en mucho tiempo. 

    Gracias Antonio por permitirnos recibir la voz de tu amigo Jesús Marí. Con estas breves palabras, lo siento ya como un amigo propio. 

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