Firmada el pasado día 2, a los 19 años de la muerte de Wojtyla y a cinco años de de haberse decidido publicarla, con el antiguo nombre y prefecto de la Congregación de Defensa de la Fe, el nuevo Dicasterio, con la cooperación del papa Francisco y su nuevo cardenal Fernández, se ha hecho público esta importante declaración. Yo la leído de cabo a rabo y me ha hecho pensar mucho . Tal vez expresaré algo en comentarios. Entretanto invito a leer al menos la introducción con que se inicia y describe el trabajoso proceso. Espero vuestros comentarios tras leer el texto completo, pero con matices y no belicosas posiciones maniqueas. AD.
Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe “Dignitas infinita sobre la dignidad humana”, 08.04.2024
Presentación
En el Congreso del 15 de marzo del 2019, la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe decidió iniciar «la redacción de un texto subrayando lo imprescindible del concepto de dignidad de la persona humana en el seno de la antropología cristiana e ilustrando el alcance y las implicaciones beneficiosas a nivel social, político y económico, teniendo en cuenta los últimos desarrollos del tema en el ámbito académico y sus comprensiones ambivalentes en el contexto actual». Un primer proyecto a este respecto, elaborado con la ayuda de algunos expertos durante el año 2019, fue considerado insatisfactorio, en una Consulta restringida de la Congregación, el 8 de octubre del mismo año.
La Sección Doctrinal elaboró ex novo otro borrador del texto, basándose en las aportaciones de diversos expertos. Ese borrador fue presentado y debatido en una Consulta restringida el 4 de octubre de 2021. En enero de 2022, el nuevo borrador se presentó a la Sesión Plenaria de la Congregación, durante la cual los miembros acortaron y simplificaron el texto.
El 6 de febrero de 2023, el nuevo texto corregido fue evaluado en una Consulta restringida que propuso algunas modificaciones posteriores. La nueva versión se sometió a la valoración de las Sesión Ordinaria del Dicasterio (Feria IV) el 3 de mayo de 2023. Los miembros acordaron que el documento, con algunas modificaciones, podía ser publicado. El Santo Padre aprobó los Deliberata de esta Feria IV en el curso de la Audiencia concedida a mi el 13 de noviembre de 2023. En esa ocasión me pidió, además, resaltar en el texto algunas temáticas estrechamente relacionadas con el tema de la dignidad, como por ejemplo el drama de la pobreza, la situación de los emigrantes, las violencias contra las mujeres, la trata de personas, la guerra y otros. Para honrar lo mejor posible esta indicación del Santo Padre, la Sección Doctrinal del Dicasterio dedicó un Congreso a profundizar en la carta encíclica Fratelli tutti, que ofrece un análisis original y un estudio en profundidad del tema de la dignidad humana “más allá de toda circunstancia”.
En una carta fechada el 2 de febrero de 2024, con vistas a la Feria IV del 28 de febrero siguiente, se envió a los miembros del Dicasterio un nuevo borrador del texto, considerablemente modificado, con la siguiente aclaración: «Esta nueva redacción se hizo necesaria para responder a una petición específica del Santo Padre. El Santo Padre había pedido explícitamente que se prestara mayor atención a las graves violaciones de la dignidad humana que se producen actualmente en nuestro tiempo, en la senda de la encíclica Fratelli tutti. Así pues, la Sección Doctrinal tomó medidas para reducir la parte inicial […] y elaborar con más detalle lo que el Santo Padre había indicado». La Sesión Ordinaria del Dicasterio, aprobó finalmente el texto de la actual Declaración el 28 de febrero de 2024. Durante la Audiencia concedida a mí, junto con el Secretario de la Sección Doctrinal, Mons. Armando Matteo, el 25 de marzo de 2024, el Santo Padre aprobó esta Declaración y ordenó su publicación.
La elaboración del texto, que duró cinco años, nos permite comprender que estamos ante un documento que, debido a la seriedad y centralidad de la cuestión de la dignidad en el pensamiento cristiano, necesitó un considerable proceso de maduración para llegar a la redacción final que hoy publicamos.
En las tres primeras partes, la Declaración recuerda los principios fundamentales y los supuestos teóricos para ofrecer importantes aclaraciones que puedan evitar las frecuentes confusiones que se producen en el uso del término “dignidad”. En la cuarta parte, presenta algunas situaciones problemáticas actuales en las que no se reconoce adecuadamente la inmensa e inalienable dignidad que corresponde a todo ser humano. La denuncia de estas graves y actuales violaciones de la dignidad humana es un gesto necesario, porque la Iglesia está profundamente convencida de que no se puede separar la fe de la defensa de la dignidad humana, la evangelización de la promoción de una vida digna y la espiritualidad del compromiso por la dignidad de todos los seres humanos.
Esta dignidad de todos los seres humanos puede, de hecho, entenderse como “infinita” (dignitas infinita), como afirmó San Juan Pablo II en un encuentro con personas que sufrían ciertas limitaciones o discapacidades,[1] para mostrar cómo la dignidad de todos los seres humanos va más allá de todas las apariencias externas o características de la vida concreta de las personas.
El Papa Francisco, en la encíclica Fratelli tutti, ha querido subrayar con particular insistencia que esta dignidad existe “más allá de toda circunstancia”, invitando a todos a defenderla en cada contexto cultural, en cada momento de la existencia de una persona, independientemente de cualquier deficiencia física, psicológica, social o incluso moral. En este sentido, la Declaración se esfuerza por mostrar que estamos ante una verdad universal, que todos estamos llamados a reconocer, como condición fundamental para que nuestras sociedades sean verdaderamente justas, pacíficas, sanas y, en definitiva, auténticamente humanas.
La lista de temas elegidos por la Declaración no es, ciertamente, exhaustiva. Sin embargo, los temas tratados son, precisamente, los que permiten expresar diversos aspectos de la dignidad humana que pueden estar oscurecidos en la conciencia de muchas personas hoy en día. Algunos serán fácilmente compartidos por distintos sectores de nuestras sociedades, otros no tanto. Sin embargo, todos nos parecen necesarios porque, en su conjunto, ayudan a reconocer la armonía y la riqueza del pensamiento sobre la dignidad que brota del Evangelio.
Esta Declaración no pretende agotar un tema tan rico y decisivo, pero pretende aportar algunos elementos de reflexión que nos ayudarán a tenerlo presente en el complejo momento histórico que vivimos para que, en medio de tantas preocupaciones y angustias, no perdamos el rumbo y nos expongamos a sufrimientos más lacerantes y profundos.
Víctor Manuel Card. Fernández
Prefecto
Parece que el equipo informático ya me responde. Pues bien, daré un poco más de seguimiento a lo anterior. Se pregunta José Ignacio tras leerme ¿tendría conciencia del bien y del mal si no me lo enseñaran? Deduzco que esto lo extrae de la lectura que hace referente a cómo expreso yo eso de la dignidad de la persona, pero me temo que lo ha entendido de forma incorrecta. Él habla de enseñar el bien y el mal, ¿pero no es esto retroceder hasta Platón? Con tomar conciencia de la idea del bien no es suficiente. Lo plenario del caso es cuando se experiencia “lo bueno” lo real de las cosas en el día a día, es ahí donde se crece en dignidad. Asir lo bueno, hacerlo tuyo, como en el caso del orgullo que no es una propiedad (mía que tenga) sino que este emerge notoriamente en el ejercicio de la propia dignidad. Es ahí, justo, cuando se percibe lo insuficiente que es para tratar el tema de la dignidad, la ontología. G. Bachelard, ya desde la década de los cuarenta del siglo pasado, en su filosofía del no hizo un magnífico análisis de cómo , para estas filosofías antiguas –hasta por lo menos en Kant -, la sustancia sea el garante de que la Ontología todavía pueda persistir. Y en mi modesta opinión, de eso se vale el texto de la declaración.
Desde el móvil, pues tengo el equipo en el taller.Es importante la coincidencia destacada por Óscar, gracias.A José Ignacio, no es válida su interpretación.Por ejemplo, ateniéndonos al escrito del enlace sobre el sentimiento de orgullo, te comento, No es mi orgullo el que me hace ser, sino mi apropiación de él como real para realizarme como persona .Saludos
También doy mi opinión sobre la Declaración “Dignitas…” del dicasterio vaticano, avalada por el papa Francisco. Y doy mi opinión consciente de que puede ser revisable. En temas tan delicados, y algunos complejos, no es fácil fundamentar bien. Entiendo que esa Declaración, como se dice en el mismo texto, ofrece “elementos para la reflexión”. Y esto es lo que voy a hacer: un pequeño análisis reflexivo. Así pues:
-Esta Declaración “Dignitas…” no es una encíclica. Recuerda la Declaración de una junta de cardenales que, con el visto bueno del papa, rechazaba y condenó la doctrina de Galileo sobre el heliocentrismo. (Aunque, en algunos aspectos, recuerde también la “Humanae vitae”, hoy ya desfasada en algunos puntos.) Esa Declaración me parece inmadura, precipitada, sacada a luz con forceps. Debía haberse esperado y reflexionado más… antes de entrar en ciertos detalles.-No obstante, ofrece datos para la reflexión: Aunque muchos no lo reconozcan, esta Declaración ofrece correcciones a dictados de dicasterios anteriores, y también correcciones entre papas medievales y modernos: Las persecuciones por la fe, la inquisición y sus condenas, el rechazo de la libertad religiosa y de prensa, la oposición a los Derechos Humanos… son temas revisados por concilios y papas posteriores. El Vaticano II no coincide con el Vaticano I ni con el IV de Letrán. Francisco no admitiría las posturas de papas del s. XIX… (libertad, Derechos Humanos…) “Yo también me equivoco”, llegó a decir. Esas correcciones -como las que Jesús hizo con el V. T.- lo que enseñan es que ciertas doctrinas y tradiciones tienen un valor relativo y revisable. Por eso pienso que en esa y en otras declaraciones y doctrinas se debe esperar a que maduren más… Vivimos, formamos parte de un proceso evolutivo de maduración progresiva. Por ello, no deben sorprendernos los errores de interpretación ni la necesidad de correcciones. Lo único que no pasa es la esencia del Mensaje del Reino.-Una valoración global: *Francisco es un iniciador del cambio, no más (y ya no es poco) *Muchas doctrinas humanas eclesiásticas tienen un valor relativo y por ello revisable. *Mientras no nos convirtamos al Evangelio esos dos paradigmas vivirán enfrentados, y dentro de ellos tendremos que aprender a convivir lo mejor posible, si queremos ser algo de testimonio… * El valor absoluto es la PERSONA humana, no las ideas. Por eso, ¿es coherente que la iglesia jerárquica hable de la dignidad de la persona humana y luego margine a la mujer dentro de la Iglesia?
NOTA: Las discrepancias son propias del ser humano que conforma la Iglesia-Fraternidad de Jesús, sobre todo si piensan y viven dentro de un paradigma estático tradicionalista. Cuento con ellas, aunque sean lamentables. Pienso que algo nos quiso enseñar Jesús, también para hoy, cuando nos habló de la cizaña en el campo del Reino y cuando se valió de hombres débiles que lo abandonaron… y no lo entendían, pese a sus clases particulares… Si no entendéis la parábola del sembrador, ¿cómo entenderéis las otras y los problemas que en el tiempo se presentarán…? Por eso la necesidad de espera a que algunas ideas y principios éticos maduren más.
-Ahora bien, ¿por qué estas visiones y discrepancias? Porque, a mi juicio, unos viven y piensan dentro de un paradigma estático y tradicionalista y otros piensan dentro de un paradigma dinámico (aparte de las estructuras de personalidad: fanatismo, rigidez…) Los primeros no admiten un magisterio que vaya en proceso evolutivo -también en las ideas- y que sea revisable… Por eso, las luchas y oposiciones y descalificaciones…, que tanto dificultan la convivencia. Lo cual quiere decir que para unos las ideas son más importantes que la confluencia en el amor. Es decir, para unos las ideas -y sus tradiciones- valen más que las personas… Las personas más “dignas” son las coherentes con las ideas… Ésta es una forma – inconsciente?- de marginar el Evangelio. El paradigma de Jesús era innovador. Por eso lo eliminaron.-Más en concreto, la maternidad subrogada, el aborto (personalmente soy flexible y riguroso en este tema), la eutanasia…, necesitan más finas y humanas interpretaciones.-La NOTA de más arriba debe ir aquí. Se descolocó…
Un poco de humor sobre derechos laborales en la iglesia católica https://www.elmundotoday.com/2024/04/un-cura-demanda-a-la-virgen-maria-porque-se-le-aparecio-fuera-del-horario-laboral/
Jajaja, de lo que son capaces de hacer unas cuantas copas, en este cura y en muchos relatos considerados sagrados por estar escritos en libros considerados, a su vez, sagrados…Claro que por el hecho de ser considerados así, al aplicárseles la condición de mitos o de metáforas, o apoyándose en profecías, con la consiguiente exégesis y la auto-otorgada autoridad de hombres y clérigos, lo conviertan en palabra de Dios y son intocables. Cada cual puede poner nombre a infinidad de creencias y de dogmas de fe que parecen haberse escrito en plena resaca. Y, hasta aquí puedo llegar, porque puedo ofender a alguien.
Atendiendo y concordando con M. Luisa: (10/04/2024, 7:34 am)
Atendiendo y concordando con M. Luisa: (10/04/2024, 7:34 am)
“Mientras no se salga del planteamiento ontológico para tratar el tema de la dignidad humana, no se logrará llegar al verdadero fondo del problema”
“La dignidad de la persona no puede ser ya tratada ontológicamente, como lo ha venido siendo a lo largo de la historia”
“La ceguera persistirá mientras no se revierta el obsoleto concepto de “sustancia” para definir la esencia de la realidad humana”
Habría que fijarse cómo esta gente (Tucho, und so weiter)
trata el otro “componente” de la vida humana: LA CIRCUNSTANCIA.
Como solo tienen una ‘Antropología’ entrada en “crisis terminal” a inicios del siglo XX con Husserl, es que solo les ocurre hablar de “condiciones” en que se pueda encontrar lo que llaman “ser humano”.
Es por eso que dicen: “Todo esto nos lleva a reconocer la posibilidad de una cuádruple distinción del concepto de dignidad: dignidad ontológica, dignidad moral, dignidad social y finalmente dignidad existencial.”
Quedando la ”dignidad ontológica” la matriz a las que las demás se subordinan y hay de reportar.
El documento-declaración del Cardenal Fernández Dignitas Infinita -dado con la aprobación de Francisco -ratifica la doctrina constante de la Iglesia sobre el mismo título y sobre la ética moral-social bajo la luz evangélica..Las nuevas y últimas cuestiones de la presente sociedad también han sido abordadas en lenguaje “comprensible” y “asequible”a todos…los no expertos… Por eso, partiendo de lo que ES fundamental, el documento afirma: “Todo ser humano creado por Dios y redimido por Cristo” -sin desviarnos lo más mínimo- posee sólo por este hecho -no por creación o por imaginación propia- sino por “recepción divina- la dignidad humana que entonces le es inalienable, infinita porque trasciende toda circunstancia y es ontológica en cuanto al “ser” que le fue otorgado de parte de Dios. Y por ser Dios, Primero y Supremo, a El debe referirse cualquier otra Declaración de Derechos Humanos. No podemos juzgar lo que es digno o no, solamente con nuestro exclusivo criterio relativista -como si nuestra subjetividad fuera la norma en el caos de opiniones- sino atendiendo a lo que es objetivo y trascendente, y a lo que redunda en un bien permanente en el orden moral y social que ha sido establecido desde el principio de nuestra existencia en este mundo.Un saludo cordial Santiago Hernández
Estimado José Ignacio
Siempre es un gusto dialogar contigo. Me alegra hacerlo una vez más.
Por ahora, sólo quiero aclarar un punto: Lo que yo escribí no es ni una argumentación ni una reflexión. Es un paso previo: una percepción; y ni siquiera una percepción definitiva sino una primera impresión. Es una distinción importante. Coincido contigo en que en una argumentación no podemos suponer intenciones. Pero esto que compartí no era una argumentación sino una percepción, y en las percepciones no sólo se puede sino se suele incluir suposiciones. El trabajo reflexivo – acto segundo- incluye entre otros aspectos verificar, modificar o descartar tales suposiciones.
Desde hace 110 años los avances de las nacientes ciencias cognitivas ya dieron cuenta de que todas las personas arrancamos de percepciones aún en las más racionales reflexiones. No sólo es “válido” es “natural”; no hay una sóla persona que se aproxime a una reflexión sobre cualquier tema sin percepciones propias sobre el tema. Las percepciones pueden ser acertadas o equivocadas; pueden tener más o menos componentes de pre-juicios (no se piense en términos peyorativos sino de proceso: elementos que han sido incorporados anteriormente al acto de juicio; como la experiencia, el entrenamiento, la educación, los valores, la personalidad, el universo simbólico del propio inconsciente, etc.).
Solemos no estar conscientes de estos elementos al iniciar el acto del juicio; entre menos los reconozcamos, más posibilidades existen de que influyan negativamente en un juicio lógico. Entre más los reconozcamos y los visibilicemos, más posibilidades de que el juicio ejerza una función de control de tales pre-juicios, comprobando, modificando o descartando su acierto. Por éso es una buena práctica iniciar con el reconocimiento de las percepciones, para identificar los propios pre-juicios que pueden influir en nuestra reflexión y argumentación. Es lo que pretendí.
En este sentido, tanto presuponer una intención oculta como siempre presuponer una intención de decir la verdad son ambos pre-juicios. En términos formales, tienen el mismo valor (o los aceptas como parte del proceso, en una etapa previa al juicio a ambos; o rechazas como no válidos por ser presunciones a ambos).
Uno de los problemas con las suposiciones ocurre cuando no se tiene la flexibilidad y honestidad intelectual para reconocerlas equivocadas o necesitadas de modificación. Ahí sí el pre-juicio procesual se convierte en prejuicio epistémico o ideológico. Ahí sí que hay un problema, el considerar siempre que la primera impresión es idéntica aun juicio reflexivo.
Bueno, no me extiendo más.
Abrazos y esperanzas
Así es nomás!
Gracias!
* Cuando juzgamos, cuando decimos, por ejemplo: «esto es blanco»,
– nos encontramos con un acto complejo cuyos elementos son asaz disparejos.
– Hay en él un puro acto de predicación por el cual afirmamos la «blancura» de «esto».
* Pero este acto de predicación es imposible sin otros dos actos
– en que se nos da la «blancura» y el «esto» a que nos referimos.
– En el ejemplo que tomamos:
– «esto» significa un objeto visual presente,
– algo que sólo puede estar ante nosotros mediante un acto perceptivo;
– «blancura» puede llegar a nosotros también en un acto perceptivo,
– sea en un acto meramente imaginativo, tal vez en un acto de fantasía.
Percepción, imaginación y fantasía son tres clases de actos
– que se reúnen en una clase única
– si las ponemos en relación con el acto predicativo.
– Frente a éste tienen aquéllas de común la función de presentar inmediata y simplemente objetos. Las llamaremos actos presentativos.
* La predicación no es un acto presentativo,
– sino que supone ineludiblemente éstos.
– ES, pues, EL JUICIO UN ACTO DE SEGUNDO GRADO
– que se funda en ACTOS PRESENTATIVOS O DE PRIMER GRADO.
– Y mejor aún:
– el juicio es una estructura de actos en la que hay
– un acto fundado y actos básicos o fundamentales.
Para fijar la esencia de los actos más simples sobre que se levanta el complejo edificio de nuestra conciencia integral, conviene, pues, traer a análisis preciso
el acto presentativo más importante: LA PERCEPCIÓN.
(Ortega y Gasset OCT1,244-260 “SOBRE EL CONCEPTO DE SENSACIÓN” – Revista de Libros, junio 1913)
La cosa es tan antigua como esta:
“Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu”
Tiempo ha que no entro al diálogo escrito en Atrio, pero me animo a decir algo en este caso. Ana, me gusta lo que nos dices. Lo de lo relativo a las mujeres, obvio. La praxis y estructura eclesial católica nos desnuda. Punto. Lo relativo al pasado de los humanos, antes de que se hablara del Dios bíblico y católico, esto es más flojo, Ana. Tú sabes que la mentalidad cristiana es que Dios fue, es y será por todo la eternidad, o sea, todo en Él -lo que sea Dios/dios- alcanza a todos y todo en la dignidad. Lo descubramos nosotros cuando lo descubramos. La fecha histórica es aleatoria para su existir. Esto no plantea problema. Otra cosa es su “desvelamiento vivido” en la conciencia común de la humanidad. El catecismo y hasta la cristología en esto son razonamiento subordinado.
Y en ese Dios pone el texto DI su fundamento y supone que cualquiera debería recurrir a Dios (a un Dios) si quiere decir algo definitivo sobre un valor absoluto -suelto de condición- en el ser humano; no sólo reconocido entre todos con buenos motivos, sino probado para todos en buena lógica, es decir, la que cuenta con un Absoluto. Ya sabes que a la teología le gusta mucho lo de los fundamentos absolutos, los que da una fe/FE; es su especialidad, y si se mantiene en su plano, no es un problema insalvable; incluso es una aportación interpelante; la realidad, sin embargo, es que hasta los fundamentos de lo humano son siempre de máxima valía lógica, pero a la medida humana. (Si vuelves al art.1 de la DdDH de 1948, ya verás, lo sabes, que allí se hace una declaración de principios como evidencia, es decir, no se entra en el porqué de manera clara y directa. Es un ejemplo. Eso no significa que quien recurre a un Dios ya tiene razón. Cierra mejor el círculo lógico de la prueba pero no prueba nada, fuera de la FE, al referirlo a una fe/FE
Me encantan los casos que pones después, pero no puedo ir uno por uno, si bien el de “la identidad de género en un cuerpo equivocado” lo planteas con acierto pleno, si bien al catolicismo más cuerdo lo que le inquieta es la ideología de que cada uno puede elegir y cambiar según lo va deseando; o sea, la idea de los deseos y gustos como fuente de los derechos… esto suena muy hueco como concepto. Conceptual y moralmente es algo a repensar a fondo, por más que las religiones pequen de ver problemas en todo y vayan por detrás y tarde en casi todo (Óscar); pero el mundo está un poco desnortado, ¿no?, por más que las mayorías digan que todo va bien si te gusta; el progreso es ahora mismo en muchos círculos sociales todo lo nuevo por experimentar o a la moda ¿Sí? No hay que exagerar.
Y luego, el hecho de que muchos de los grandes dilemas morales de la humanidad, la mayoría de la sociedad los resuelva fuera de la tradición religiosa cristiana, (occidente, sobre todo), nada prueba, en principio, sobre el acierto o desacierto de esa cultura moral mayoritaria de la sociedad. Es un buen dato, pero no prueba. Eso es el fundamento de la ética civil, razonar todos desde todas las tradiciones morales sobre el porqué y cómo, y darnos una ley democrática para caminar, sobrellevando bien las diferencias que subsisten legítimamente en el debate social que sigue y sigue y sigue… hasta que se dé, si se da, otra formulación de la ley común, y sigue y sigue… Esto en lo público. Pero eso no prueba que estamos en la mejor moral posible, sino en la mejor ley democrática para permitirnos convivir en paz, libertad y justicia. (Un sueño bueno). Toda religión o ideario humanista, que respete a la persona en sus derechos humanos, puede decir que cree posible mejores realizaciones morales de la dignidad; la cuestión es que dé razones comunes y respete el proceso democrático en las diferencias; ya nivel de vida privada, la libertad de conciencia para decidir. Porque el principio kantiano es claro, tratar a todos y tratarnos como personas, siempre como un fin y nunca como un medio o cosa… (Miguel)… pero esto mismo qué es en cada caso; por ejemplo, en la gestación subrogada… o en la legítima defensa… ¿convertida en terror?, o más moderada, ¿igualar el número de asesinados?… Descubrir-realizar nuestra dignidad en una práctica humanitaria que construye nuestra dignidad de personas en la historia -creo que dice María Luisa-, pero ¿por qué tengo que respetarte si tú llegas a otra conclusión que me daña y me “victimiza”? … ¿a qué apelo para convencerte de que sí o sí me tienes que respetar, si tú no lo ves, o no aceptar limitarte?, ¿cómo sé si estamos creciendo históricamente bien en nuestro desvelamiento dignidad?, ¿cómo valorar mi crecimiento personal en dignidad?, ¿tendría conciencia del bien y del mal si no me lo enseñaran?…
No puedo seguir con demasiados detalles que dialogados sería más fácil llegar a acuerdos compartidos… Rodrigo, siempre preciso, desarrolla su argumentación de calidad, pero creo que en este caso sustenta su reflexión con la forma de una sospecha, en un juicio de intenciones en la Iglesia y su texto doctrinal, que trasciende lo que en el texto se ve; tenemos experiencia histórica para sospechar de ella y sus pretensiones de dominio moral, pero “en la intelección primera” no se puede suponer, que la clerecía autora del texto, se mueve bajo esa pauta de asegurar su poder moral, para decir lo que dice y renovar los borradores hasta asegurarse ese dominio diciéndolo… En principio, de lo que informa el texto es de que ha sido sucesivamente reelaborado, precisando, a su juicio, mejor, la antropología católica de la dignidad humana; y en principio, ha de suponerse que para lograr una aportación lo más “acertada” posible en sus consecuencias morales precisas; si el interlocutor no es creíble en su intención, ya no hay diálogo posible; en mi opinión, el otro siempre busca decirme la verdad, si bien, me dice su verdad, pero presumo que piensa bajo la condición de decirme la verdad; si dialogo, es que lo pienso; y si no, lo dejo; que esto, como resultado, represente más de lo mismo en la oposición eclesial con respecto a lo que el mundo ha elegido ver moralmente (Óscar), o más de lo mismo sobre el poder moral que la Iglesia retiene y busca conservar (Rodrigo), lo comparto en su medida, de verdad, pero no significa de antemano que un texto haya intenciones ocultas al buscar la verdad moral al modo de un religión; menos aún que el argumentario es malo porque el mundo ya lo resuelve de otro modo (Óscar). Solo significa, prima facie, una argumentación plagada de teología que saca de esa condición teológica ventajas en la filosofía moral, sin diferencia alguna en la pretensión de certeza, cosa que es lógico que la sociedad laica no reconozca; (y de rebote, hay poder moral si alguien cree que esa religión es necesaria para fundar la moral de todos); y los competentes partícipes de ATRIO, tampoco; pero no por eso quedarían probadas unas intenciones u otras tras el texto, sino una mala reflexión ética, o menos mala, o para otros, buena y muy buena; el análisis primero debe creer que la intención es intelectualmente honesta, por torpe o superada que la cultura moral laica lo crea o la historia conozca muchos abusos de poder de esa clerecía. Luego, podrían hacerse distintas hipótesis sobre la intención, pero eso, hipótesis secundarias a lo que el texto presenta, interpretaciones respetables. Todo esto necesitaría de un diálogo con la gente de Atrio, yo creo que fácil para mí en cuanto a llegar a acuerdos; estoy cómo en lo que leo; nos ofreceríamos matices metodológicos y materiales que nos ayudarían a seguir pensando y corregir lo que no he entendido. Pero no es posible estar en ello más tiempo… la mañana sigue y urge seguirla. Seguiré en mi silencio sin desprecio de ninguna idea, de verdad. Un saludo.
LEVANTADO DEL SUELO
José Saramago
1- Los campesinos sin tierra del Alentejo portugués
– desde 1910 hasta el día levantado
– de la Revolución de los Claveles.
2- trabajadores rurales de Portugal,
«gente de poco tener y mucho sentir»
– sobre la que recayeron todas las obligaciones
– sin gozar de ningún derecho:
– La diferencia de clases en el latifundio,
– el papel de la Iglesia,
– la lucha por la libertad,
– el amor que no necesita palabras para ser total,
– la vida dura y la muerte fácil de varias generaciones.
3- Levantado del suelo habla de trabajadores;
– el orgullo propio de aquellos que se levantaron del suelo
– y no volvieron a él,
– porque del suelo sólo debemos querer el alimento
– y aceptar la sepultura,
– nunca la resignación
ORGULLO: AUTO-ESTIMA (no como auto-complacencia)
(La DIGNIDAD ejecutiva)
1- El orgullo, bien valorado, nos da seguridad y confianza
Es natural en todos los seres humanos y
– nos coloca en el centro de nuestra propia vida, sin ser por ello egoístas
– es una emoción positiva, activadora y retrospectiva
– que se presenta luego de obtener un resultado favorable
– sobre alguna acción personal o para con otros.
– Genera bienestar, mejora la motivación y el compromiso conductual.
2- Función
Tiene funciones adaptativas y autorregulatorias
– por la información de la meta alcanzada,
– la activación conductual para sostener el compromiso y
– el reforzamiento afectivo de conductas y valoraciones del self
– relacionadas al control del aprendizaje.
– Como emoción social informa sobre el nivel de estatus y
– aceptación de una persona y
– refuerza las conductas socialmente valoradas
– que ayudan a mantener un autoconcepto positivo y
– el respeto de otros.
3- Descripción fisiológica, psicológica y neurofisiológica
El orgullo tiene una expresión no verbal reconocible:
– sonrisa leve,
– postura expandida y
– cabeza levemente inclinada hacia atrás.
– Esta emoción puede identificarse como positiva o negativa.
– El orgullo positivo se manifiesta en autoestima y autoconfianza.
– Nos ayuda a valorarnos y a descubrir nuevas fortalezas.
– El negativo se despliega con engreimiento, arrogancia
– y es generador de conflictos.
– Esta soberbia manifiesta inseguridad o complejo de inferioridad.
4- ¿De qué manera reacciona nuestro cerebro?
Distintas zonas del cerebro intervienen (similar a la vergüenza),
– hay un desarrollo temporal dividido en dos etapas:
– En la primera, el orgullo se origina en el lóbulo parietal superior.
– En la segunda, se involucra a los lóbulos parietal, medial frontal y el precúneo.
5- ¿Cómo se identifica y manifiesta?
– Se experimenta orgullo después de un logro valorado socialmente,
– generándose un sentimiento de autovaloración y autoeficacia.
Convendría indigar de donde procede este texto, que no es de Oscar Varela:
Programa Institucional de Tutoría de la Facultad de Psicología-DGDH, Universidad Nacional Autónoma de México.
Y además no se que tiene que ver con lo que estamos hablando.
A veces necesito traducción.
La Declaración habla de Dignidad no de Orgullo y ninguno de los tipos de Dignidad que describe se compadece con la palabra Orgullo.
Si entendemos la palabra Orgullo como se entiende en algun tipo de reivindicaciones como por ejemplo el “Día del Orgullo Gay”, tampoc tiene que ver con la dignidad.
En estos casos la palabra “Orgullo” es por oposición. Se está orgullosos de ser gay… a pesar de la discriminación o la persecución que se sufre. Al igual que los cristianos primitivos estaban tan orgullosos de serlo que hasta se enfrentaban a la muerte.
Pero el concepto de “Dignidad” que es de lo que se trata aqui, es mucho más básico. Un ser humano (yo mismo por ejemplo, si se me reconoce la condición) tiene “dignidad” simplemente por ser, independientemente de que este o no orgulloso de serlo.
Una persona con deprsión y tendencias suicidas no esta orgulloso de si, pero es sujeto de una dignidad completa y debe ser objeto de compasión, amor y acogida por parte de los cristianos, indpeendientemente de lo que él piense de si mismo.
A veces, con Oscar, no me entero de que va la vaina.
Más que en el texto que citas, Miguel, deduzco que está tomado el comentario de Oscar, literalmente, de este otro Texto, también procedente de México: https://www.gaceta.unam.mx/el-orgullo-bien-valorado-nos-da-seguridad-y-confianza/
¿Hasta cuándo va a seguir Oscar con esa manía de copiar sin referir origen? ¿O de salirse por el querido Saramago? En este hilo se están expesando opiniones generale y particularizadas a los muchos temas que se incluyen en este texto paraguas de infinita dignidad humana. Hay cosas muy buenas (Olvera, Ana, Llaguno, Miguel, Calleja…) en las que coincido plenamente. Voy madurando mi opinión personal. Espero aportarla pronto. Tal vez con el título “La ‘Humanae Vitae’ del papa Francisco”.
Sí, en ambos está, en el que indicas está más concretado. Tienen el mismo origen, la UNAM, y de la Facultad de Psicología, Dirección General de Divulgación de las Humanidades.
Querido José Ignacio, gracias por leer mi comentario y gracias por dedicarle tanta atención en tu comentario. Viniendo de ti es honor.
Solamente voy a aclarar un aspecto al que haces mención. Cuando dije “Si la fuente de la dignidad es el único Dios verdadero que se manifestó en Jesús para salvar a la Humanidad….”, estaba pensando en la teología paulina, creo creo que en Rom, 8,3, que también lo hizo Juan en su evangelio) sobre el principio de que Dios envió a su único Hijo para salvarnos del pecado (no es literal, es la idea en la que abundó Pablo, creo que es en Rom.8,3), y que la Iglesia la ha convertido en el centro de la teología, tomando la cruz como símbolo central del cristianismo . Sí, ya sé que esto requiere mucha exégesis…, lo dejo aquí. De hecho el tiempo comenzó a medirse, en un momento determinado, en antes de Cristo y después de Cristo.
Hasta hace pocos años la iglesia consideraba el limbo como el lugar donde iban los no bautizados y en ellos incluía a quienes vivieron antes de Cristo y. como no sabía qué hacer con ellos, los envió al limbo. Ya sé que es una vulgaridad que no está al nivel de de lo que atrio se merece, pero la historia ahí está. Según he leído, tiene una larga historia, creo que fue Benedicto XVI, hace unas décadas, el que dijo que el limbo no era una verdad dogmática y que quizá se encontrase una solución para los niños que mueren sin ser bautizados. En este sentido es en el que escribí el párrafo antes citado. ¿Qué tiene que ver esto con la dignidad humana? este sería otro capítulo, muy largo, sobre todo si tenemos en cuenta dicha dogmática y toda la tradición de la Iglesia.
De todas formas, muchísimas gracias, J. Ignacio, por tus aportaciones. Un abrazo
…
Dediqué el tiempo que me regaló el partido del Madrid y el hecho de que mi señora sea merengona declarada incondicional a leer la Declaración intégramente; pero pienso que para poder evaluarla, hay que ponerse en contexto.
Es muy curioso que esta Declaración, largamente esperada por muchos y muy necesaria a mi juicio, si se hubiera hecho bien, ya estaba siendo criticada antes de su publicación.
Tras los vaivenes de la Fiducia Suplicans, que tanto trajín han traido, la parte más tradicionalista de la Iglesia Católica ya se estaba poniendo la venda antes de la herida juzgando la pertinencia, oportunidad y conveniencia de una Declaración como esta, que suponían polémica.
Sin embargo, tras la publicación, todos los medios conservadores han manifestado alivio, mientras que al otro lado han dado muestras de decepción.
Son muy llamativas las respuestas de dos represntantes, cada uno de cada lado: mientras que los obispos alemanes la han criticado fuertemente y manifestado un “Para este viaje no hacia falta alforjas”, el Cigüeño Infovaticarca incluso ha manifestado su intención de leerla, vista la opinión de sus referentes más propios (Apuntada esta intención de leerla con esa displicencia tan habitial del señor catedrático en insidias religiosas)
En mi modesta opinión, la respuesta de los obispos alemanes, está tan bien argumentada que no se puede leer la Declaración sin testar la opinión de estos obispos. El sitio donde se puede comprobar con mayor detalle la posición alemana es https://infovaticana.com/2024/04/09/a-los-alemanes-no-les-gusta-dignitas-infinita/ pero siendo Infovaticana una web con marcada ideología ultra habrá que separar lo que es información de lo que es opinión del periodista.
Curiosa es la reacción de los dos sitios más ultras de los USA (De donde proviene la mayoría de la reacción ultra tradicionalista actual) a Life Site News no le gusta pero a National Catholic Register sí. En fin que como siempre, cada quién acerca el ascua a su sardina.
¿Cuál es mi criterio (Si es que puede un cristianito de a pie como yo tener algo parecido a un criterio)? Pues muy parecido al de los obispos alemanes, “no es por no ir, pero ir pa na; como que no”
Por entrar en detalle, la Declaración comienza con un prefacio o introducción muy farragoso, lento de leer con un montón de retruecanos filosóficos y teológicos que se reduce en:
1) El ser humano posee digindad por ser creado a imagen y semejanza de Dios
2) Qué entienden por dignidad, a la que dividen en 4 tipos diferentes
3) Una queja plañidera sobre las dificultades que han existido para poder emitir un documento comoe este.
De la segunda cuestión ya ha opinado con muy buen criterio Rodrigo Olvera. No entraré en ello. Simplemente decir que coincido plenamente en su apreciación.
Respecto a la tercera, apuntar que dicen en mi tierra aquello de “Excusatio non petita accusatio manifesta”. Si tanto costó emitirla, no haberlo hecho. En especial si te sale tan blandita. Es verdad que pienso que es muy necesario hablar de la dignidad del ser humano para un cristiano pero si va a quedarse en hablar a medias, mejor no hacerlo.
Y respecto a la indiscutible dignidadd el ser humano por ser creado a imagen y semejanza de Dios, discrepo profundamente.
El ser humano, tiene dignidad por sí mismo. Con o sin semejanza a Dios. Mis perros no son semejantes a Dios y tienen dignidad. La Selva Amazónica no ha sido creada a semajanza de Dios y debe ser tratada dignamente y así con cada ser vivo o incluso algún ser muerto que existen en el mundo.
Para mi la dignidad la confiere a cada ente, la propia chispa vital e incluso la necesidad que tiene la vida en el planeta de esa cosa tratada. Por ejemplo, el planeta posee dignidad porque si no lo tratamos dignamente la vida humana desaparecerá; una piedra sin embargo, podría no tenerla puesto que su existencia no condiciona la vida de ningún ser vivo y por lo tanto digno.
Tan es así, que el propio Dios, debe tener un comportamiento digno con sus criaturas. Un Dios castigador, vengativo, justiciero, intervencionista en la vida humana, simplemente no es digno de sus criaturas y simplemente no merece ser Dios (Esta afirmación me ha proporcionado varias acusaciones de blasfemia, pero yo siempre contesto que a Cristo le crucificaron por blasfemo).
La dignidad proviene de la propia vida, de la propia condición del ser humano, no de Dios. Dios se complace y recrea en esa dignidad del ser humano libre, pero nada más.
Luego entra en harina y comenta brevemente varias formas de indignidad en la vida humana y ahí es donde está el problema.
Aquellas que son evidentes y que suscita consenso, son tratadas con contundencia (Guerra, hambre, esclavitud,…) pero claro, eso no necesitaba una declaración. Si salvamos alguna diferencia en el concepto de “guerra justa” o pena de muerte con la que chirrían alguos ultras, todo el mundo está de acuerdo en lo dicho. No hay chiste que dirían en mi México querido.
Pero el problema llega cuando se trata de justificar el concepto de dignidad aplicado a circunstancias más polémicas y hay dos posiciones muy claras:
1) Cuando se ciritcan ciertos aspectos de la sociedad es bueno hacer autocrítica y la autocrítica brilla por su ausencia cuando afronta el tema de los abusos sexuales y la dignidad de la mujer. Es lamentable como pasa por ellos de puntillas y sin afrontarlos dignamente, lo cual, en un a declaración sobre la dignidad, da que pensar.
En especial el ninguneo a las aspiraciones de la mitad de la población, las mujeres, porque en un parrafo afirma que nos solo las violaciones lesivas a laddignidad deben combatirse sino tambien cuando existe una diferencia de trato entre colectivos semejantes con dignidad igual… para pasr a seguir dicriminando a la mujer con una actitud paternalista muy molesta en lo párrafos siguientes.
Cualquier mujer se sentirá ninguneada por la declaración y los varones que amamos a las mujeres también.
2) Cuando afronta asuntos polémicos que no tienen un claro consenso en la sociedad y por lo tanto en la Iglesia, los condena sin maticas.
Y aquí entramos en las condenas sin matices de asuntos como el aborto, la fecundación artificial, la maternidad subrrogada, la homosexualidad (Aunque no entre en este tama realmente) o o que llama la “Teoría de Genero”.
Es decir donde realmente es necesaria esta declaración se limita a seguir por donde siempre sin matizar y sin dialogar con nadie.
Para este viaje, no hacian falta tantas alforjas.
Nuestro querido Tucho (Yo le admiro de corazón y la lectura de alguno de sus libros va mucho más allá que esta Declaración) ha perdido una oportunidad estupenda de pasar a la historia como el hombre que empezó el cambio.
De esto se deduce una cosa. Francisco no va a ser el Papa que cambie la Iglesia (Si es que ese papa llega a ser algun día). Si va a ser el prcursor o el iniciador del cambio, el tiempo lo dirá, pero él no va a cambiar nada.
Eso no me hace quererle menos ni defenderle menos pero si que me deja claro lo dificil que va a ser que esta Iglesia cambie a mejor.
No deja de ser curioso que a pesar de todo esto, Life Site News haya escrito ayer que es na Declaración sin sentido católico ¡¡¡¡PORQUE NO MENCIONA AL PECADO NI AL DEMONIO!!!
Habrá que seguir peleando
Me ha gustado mucho la idea de A. Llaguno, de que el humano, tiene dignidad, no porque según el Génesis, “fuera creado a imagen y semejanza de Dios”, sino porque todo integrante del Universo, tiene por ello mismo, esa dignidad, (=esa grandeza).
Parece mentira, que muchos están de acuerdo en que los mitos, mitos son, con su núcleo interno de verdad intrínseca, pero que nunca se deben tomar literalmente, al pie de la letra, y luego, un tema tan importante como este de la dignidad humana, se fundamente, en la lectura literal y fundamentalista de una frase mitológica, como si hubiese sido escrita de puño y letra por la mano de Dios en persona, como las tablas de la Ley.
Y a mí eso de la dignidad “infinita”, me parece un exceso emocional tan grande, que es casi ridículo. Es como la madre que dice de su niño que es el mas guapo del mundo. Hay muchos que piensan que nunca un halago exagerado sobra y desentona.
Como dice el refrán que, “Cuando la li-mosna, (o el halago), es grande, hasta el santo desconfía”.
Esos excesos sentimentales, son en parte causantes de la divinización trinitaria de Jesús, y de que a su buena madre, la tachen de madre nada menos que de Dios.
Realmente el ser humano, y el resto de integrantes del Universo, (hasta el modesto trozo de carbón sucio del subsuelo), estamos hechos de la materia teilhardiana, una mezcla variable de energía/materia y de inteligencia/información.
Algo que es tan complejo y extraordinario, que puede ser asimilado verdaderamente como algo “sagrado”.
Como dice el amigo y maestro Leandro: “La materia física incluye en su interior una capacidad potencial para expandirse, evolucionar y ascender hacia el espíritu.
No hay escisión ontológica entre materia y espíritu, sino que ambas son etapas de un mismo proceso de complejificación y ascensión de la Materia hacia el Espíritu”.
Recuerda Isidoro, que todos somos, en el fondo más profundo, algo tan grande y tan sencillo al mismo tiempo como es el “polvo de estrellas”
Un saludo
Una declaración que no contenta a nadie, por lo que leo en los distintos medios de opinión. Hace concesiones a las nuevas situaciones humanas y sociales, para unos tímidamente y para otros en exceso. Curiosamente condena la discriminación contra la mujer en la sociedad, pero, ¿y en la Iglesia? Bueno, es un inicio de cambio, de adaptación a los nuevos tiempos. La idea de la dignidad infinita de la persona humana es uno de los pilares fundamentales y encuentra sus raíces en la antigüedad clásica y, sin duda, en el pensamiento cristiano. La dignidad inherente de la persona humana fue reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas. Pero ¿la dignidad humana es expresión que cada cual interpreta a su antojo? yo creo que no. El ser humano es un fin en sí mismo, cualquiera que sea el estado de su salud o de sus capacidades intelectuales y físicas, y nunca puede ser tratado como medio, esa es la dignidad. Está muy bien, para creyentes, lo de que la dignidad de la persona humana no es infinita porque su ser no es infinito, que sólo la dignidad de Dios es infinita porque su ser es infinito, que como criaturas comporta un valor intrínseco, limitado y finito. Pero tenemos una realidad corporal, y la corporalidad es parte esencial de la personalidad.
Mientras no se salga del planteamiento ontológico para tratar el tema de la dignidad humana, no se logrará llegar al verdadero fondo del problema. Es precisamente por su intrinsiqueza que la dignidad de la persona no puede ser ya tratada ontológicamente, como lo ha venido siendo a lo largo de la historia, haciendo de ella un mero seguimiento como si de una moral se tratara. Todo lo contrario, pues si la dignidad le es intrínseca a la persona, como el escrito mismo lo reconoce, entonces será ella misma realizándose quien la descubra (propuesta evangélica donde las haya). La ceguera persistirá mientras no se revierta el obsoleto concepto de “sustancia” para definir la esencia de la realidad humana.
Partiendo del anacronismo al que hace mención Oscar y, recordando que la Iglesia siempre llega tarde a los cambios sociales, voy a hacer mi comentario, por supuesto, sin intención de sentar cátedra de nada. Cada cual es cada cual
Esta Declaración del Vaticano sobre la dignidad humana, en sintonía con la Declaración Universal de los DDHH, en cuestiones aceptadas universalmente en todo el mundo, creo que es procedente que la Iglesia lo haga suyo y lo publique urbi et orbe, para la comunidad católica, pues hay afirmaciones que solamente afecta a quienes son católicos y, aún siéndolo, lo los cumplan.
Pero, antes de esta Declaración, la Iglesia debería cumplir el artículo 2 de la Declaración de los DDHH donde se reconoce la igualdad y que dice: “Toda persona tiene todos los derechosy libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.” ¡¡¡Las mujeres también tenemos dignidad, punto, sin más explicaciones!!!.
A partir de aquí voy a hacer alguna observación:
1.- La Declaración Dignitas infinita parte de un a priori, lógico, por otra parte viniendo de la Iglesia católica, al fundamentar sus argumentos en el Catecismo, en el Evangelio o en la Biblia. Si, de los, aproximadamente, 8.500 millones de seres humanos actuales, sólo son católicos unos 1.500 millones, ya nos está indicando que no todas las conclusiones a las que llega esta Declaración, pueden ser universales.
Si la fuente de la dignidad es el único Dios verdadero que se manifestó en Jesús para salvar a la Humanidad, dicho Dios anduvo despistado, -situándonos desde el homo sapiens-, durante unos 200.000 años, con todos los millones de personas que vivieron en ese espacio de tiempo sin el Dios del que habla la Declaración infinita.
2.-Es cierto que, independientemente de este documento, ya hay una ética universal en la que población, religiosa o no religiosa, que está de acuerdo, como es la condena de la pobreza, guerra, la cuestión de l@s migrantes, las agresiones sexuales, la violencia contra la mujer, la dignidad de las personas con discapacidad o la violencia digital y de cualquier otro tipo.
3.- Las cuestiones de género, de trans, del aborto y la eutanasia, temas que, por, otra parte, ya se han tratado en ATRIO en varias ocasiones, sí constato que una gran parte de la sociedad actual, no acude a Dios para resolver aquello que la Iglesia cree –está en su derecho– que atenta contra la dignidad humana.
a) Respecto al género: si Dios (en el caso de que haya creado al ser humano directamente) se ha equivocado poniendo una identidad de género en un cuerpo equivocado, quienes vivan esta situación, les resultará difícil creer en el Dios de la Iglesia católica y que no sea moral buscar una solución a su problema bio-sicológico. En el ser humano todo se gestiona desde el cerebro como un órgano corporal, yo no sé dónde está el alma.
b) Respecto a la subrogación del embarazo, la técnica ha avanzado mucho, no sólo en la reproducción, sino en las incubadoras y la medicina que salvan muchas vidas cuando el bebé es prematuro. Mejor es un vientre humano. Aquí, cada cual, puede decidir según su propia conciencia. Incluido determinado feminismo que rechaza este tipo de reproducción. El bebé que nazca, será tan digno como cualquier otro ser humano. Sin hablar de los implantes de órganos o de aparatos para la supervivencia.
c), Sobre el aborto, ya hemos hablado mucho en atrio y no voy a decir nada que no haya dicho ya. Solamente digo que no me parece acertado llamar niño a un unas células que llevan consigo la posibilidad de llegar a ser una persona.
d) Y, finalmente, el tener una muerte digna, cuando la vida ya no es tal vida, sino sufrimiento horrible e irremediable, un Dios misericordioso, no puede permitir tal barbarie, como le dijo Jesús en la cruz “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado
Hola Ana, uso tu “responder” – Gracias
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DIGNIDAD es PONERSE DE PIE Y ANDAR
1- ¡La fe se ve!
– Jesús ve unos personajes entrando con estrépito, aunque sin haber pronunciado palabra:
“Llegaron llevándole un paralítico transportado entre cuatro. Como no podían acercárselo por causa de la multitud, levantaron el techo del lugar donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. VIENDO Jesús la fe que tenían…”
Jesús vio esa dinámica que abre caminos nuevos
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2- Fe y cobardía se contraponen.
“Sobrevino un fuerte torbellino de viento; las olas se abalanzaban contra la barca y la barca empezaba ya a llenarse”
“él se había puesto en la popa, sobre el cabezal a dormir”
“Maestro, vamos a sucumbir, ¿y no te importa?”
“¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”
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3- ¡La fe salva!
(a) “…llevaba doce años con un flujo de sangre…, había sufrido mucho por obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor…”
“acercándose entre la multitud, le tocó por detrás el manto”
“Hija, tu fe te ha salvado”
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(b) “Iban por el camino, subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante”
“un ciego estaba sentado junto al camino pidiendo limosna”
“- Hijo de David, ten compasión de mí”
“- Ánimo, levántate que te llama”
“Tiró a un lado el manto”
“Se puso en pie de un salto”
(recobró la DIGNIDAD)
“Se acercó a Jesús”
“Rabunni [Señor mío] que recobre la vista”
“Vete, tu fe te ha salvado”
“y lo seguía en el camino”
……………………
PONERSE DE PIE en un Colectivo comprometido con los insignificantes.
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Hola Ana y Oscar, os leo con atención y me alegra que estéis luchando por la verdad, yo me siento muy viejita y no estoy en forma pero de vez en cuando os leo…y alguna persona más… pero de vez en cuando.
¡Os quiero y respeto muchísimo amigos!
Un abrazo muy entrañable para quien lo quiera recoger.
Pili
Pili, sabes que eres una persona muy querida en atrio y, creo que en todos tus ámbitos personales. Yo te tengo en mi corazón y, justamente, llevaba unos días pensando que hacía mucho tiempo que no sabíamos de ti, así que, tu aparición, ha sido un respiro solidario muy alentador. No te preocupes por lo que digas, sólo con que nos envíes una señal, yo y, creo que quienes te hemos disfrutado en atrio, te lo agradeceremos. Un abrazo muy grande.
Yo te comprendo muy empáticamente porque mis 82 años me están limitando mucho. Escribir en atrio me supone bastante esfuerzo, pero intento hacer lo que puedo, dándole muchas vueltas desde mi profundo respeto a los y las demás, pero intentando dar pequeños empujoncitos por un mundo mejor. En cuanto mis compromisos sociales, también están muy limitados. No obstante, apuro todo lo que puedo mis escasas fuerzas: el viernes estuve en la puerta del ayuntamiento por los sin techo, el sábado, en una maravilloso acto por la libertad y la justicia, contra el genocidio en Palestina y, dentro de un rato saldré a una manifestación contra la ley europea de inmigración. Casi haciendo bulto, pero hasta ahí puedo llegar en este momento. Siempre con ganas de más pero aceptando las limitaciones naturales.
Abrazos cordiales a la familia atriera. Me gusta utilizar el término “familia” porque llevamos muchos años compartiendo anhelos, experiencias y reflexiones siempre provechosas, desde el la dedicación, la generosidad y entrega de Antonio Duato.
Hipótesis iniciales, conforme voy leyendo la Presentación y la Introducción
1.- En el primer párrafo de la Presentación se menciona que se hizo un proyecto elaborado con ayuda de expertos, pero fue considerado insatisfactorio. De inmediato recordé la historia de la Humanae Vitae y pensé “ok, no fue aceptable para los burócratas clericales“. Siguiente paso, otro borrador basado en aportaciones de expertos, mismo resultado inaceptable para los clérigos que tuvieron a ver “simplificar” y “acortar” el texto. Dos rondas más de modificaciones de los clérigos consiguen por fin que los clérigos consideren que ya es aceptable para publicarse… pero el Papa pide modificaciones para “aterrizar” el documento a problemáticas sociales [supongo que el texto “aceptable” para los clérigos era un texto de elucubración abstracta sobre la dignidad]. Esto lleva a que se presente otro borrador “considerablemente modificado”.
Sería muy iluminador poder conocer todas las versiones de borradores; permitiría conocer los modos de pensar de los clérigos del Dicasterio. Mi hipótesis es que mostraría claramente como funciona en la curia romana el clericalismo que tanto denuncia Bergoglio; como cada versión anterior de la “considerablemente modificada” para “responder” (complacer) a solicitud expresa del Papa buscaba apretar las tuercas dogmáticas de las enseñanzas vaticanas sobre el tema.
2.- El punto 7 de la Introducción es la que presenta esta novedad de distinguir 4 tipos distintos de dignidad. Mi primer pensamiento fue “¿qué ganan los clérigos inventando esta distinción? ¿para qué les sirve?” Lo primero que pienso es que cada vez que la iglesia católica ha rechazado un avance de la sociedad laica, cuando ya no puede oponerse lo que hace es inventar matices para seguir manteniendo su necedad sin pelear una batalla que ya está perdida: así pasó con Libertad (primero se opuso, cuando ya no pudo oponerse hizo la distinción entre libertad y libertinaje) con la igualdad de género (primero se opuso, cuando ya o pudo hizo la distinción entre la lucha por igualdad de género y la “ideología de género”), etc.
Mi hipótesis es que esta distinciones serán usadas en el cuerpo del documento para pretender que se puede promover la dignidad (la dignidad ontológica) y mantener las enseñanzas y prácticas eclesiales que violentan las otras dignidades.
3.- Veo cómo describen las dignidades:
a) Sobre la ontológica, dice que “esta dignidad no puede nunca ser eliminada y permanece válida más allá de toda circunstancia”… es decir, las otras sí pueden ser eliminadas y no necesariamente permanecen válidas. Énfasis en que las circunstancias posibilitan que no sean válidas. Se fortalece mi sospecha sobre la ganancia clerical de usar estas distinciones.
b) Sobre la moral, enfatizan que la persona por sus decisiones morales puede no ser digna. De inmediato pensé en la frasecita que hasta el día de hoy su usa en el ritual católico de la eucaristía “Señor, no soy digno…”. ¿Qué utilidad puede haber en ésto? Mi hipótesis es que sirve para mantener las prácticas discriminatorias en el catolicismo en contra de personas que han abortado, que tienen orientación sexual homosexual, que se han divorciado y vuelto a casar por nombrar tres categorías de personas “no dignas” moralmente según las enseñanzas clericales: mantienen dignidad ontológica y entonces no hay que insutarlas y hasta se les puede bendecir, pero carecen de dignidad moral y por ello está bien que se les excluya de sacramentos. No trates de argumentar la dignidad para forzar a la iglesia a cambiar su enseñanza y prácticas contra tí.
c) Sobre la social, ahí se aclara que no es la persona la que no es digna (como si pasa en la moral) sino las condiciones en las que vive, refiriéndose sólo a condiciones económicas, como si no hubiera otros factores sociales que atentan contra la dignidad. No explica más en este numeral. ¿Qué función puede tener esta distinción? ¿Para qué puede servir, cuando bastaría con mencionar que hay condiciones sociales contrarias a la dignidad en lugar de crear otra categoría de dignidad? Bueno, al hablar sobre la dignidad (en un sentido a lo que después se menciona como dignidad ontológica) se menciona que merece ser no sólo reconocida y respetada sino protegida y promovida. Mi hipótesis es que aquí está la función de la distinción: todo lo que se dice en el discurso papal en materia de condiciones económicas es bueno en la medida de lo posible, son obras de caridad, pero no es una exigencia ineludible que no depende de las circunstancias.
d) Sobre la existencial, el numeral enfoca sobretodo los temas de vida digna y muerte digna. Aquí la función de hacer distinción entre dignidad ontológica y dignidad existencial me parece evidente: no uses el tema de dignidad para tratar de evadir las enseñanzas y prácticas clericales en contra de la eutanasia y temas similares.
Estas son sólo hipótesis. Puedo estar equivocado. La lectura del desarrollo del contenido del documento podrá ir confirmando, afinando y descartando las hipótesis. De ser acertadas mis hipótesis iniciales, diría que el documento no pretende ralmente promover la dignidad humana, sino defender la “dignidad” de las enseñanzas y prácticas eclesiales contra los avances de la sociedad en materia de dignidad humana.
Veremos
El Bisturí en su laberinto
1- Tucho recordó que si bien en 1452 el Papa Nicolás V había apoyado la esclavitud en una carta al rey de Portugal , en 1537 Pablo III excomulgó a quienes la defendían por considerarla “humana”.
2- “en una época de cambios lentos como este, un Papa dijo prácticamente lo contrario de un precedente con sólo 80 años de diferencia”
3- “Este es un ejemplo que muestra cómo evoluciona la comprensión de la verdad y que no siempre crece en una dirección homogénea con los documentos anteriores”
4- lamentó que “ahora parece que el Papa Francisco no puede decir nada diferente a lo que ya se ha dicho, como si el magisterio estuviera cerrado con los papas anteriores”.
5- “Es evidente que en los dos últimos siglos el argumento ha tenido un desarrollo mucho mayor, con una gran riqueza en el magisterio desde León XIII. La Iglesia aprendió por las malas, pasando por fases difíciles, hablando al mundo, escuchando a la sociedad, lo que dice el pensamiento, la cultura del mundo”.
I.- Buena voluntad “Anacrónica” – II.- Disimulando el anacronismo
I.- Buena voluntad “Anacrónica”
1. (Dignitas infinita) Una dignidad infinita, que se fundamenta
– en su propio ser
– más allá de toda circunstancia, estado o situación.
3. Pablo VI decía:
– “ninguna antropología iguala a la antropología de la Iglesia”
4. la Iglesia se hace presente en la línea de su misión de carácter religioso
– y no social o político.
5. la dignidad de la persona es:
– «un principio fundamental que la fe en Jesucristo crucificado y resucitado
– defendido desde siempre»
7. reconocer la posibilidad de una cuádruple distinción:
– dignidad ontológica,
– dignidad moral,
– dignidad social y finalmente
– dignidad existencial.
8. dignidad ontológica enraizada en el ser mismo de la persona humana
– y que subsiste más allá de toda circunstancia.
9. definición clásica: «sustancia individual de naturaleza racional»
– es el fundamento de su dignidad.
– en cuanto “sustancia individual”, la persona goza de dignidad ontológica
(en el nivel metafísico del ser mismo)
…………………………….
II.- Disimulando el anacronismo
31. no sería realista afirmar una libertad abstracta, libre de cualquier condicionamiento, contexto o límite.
– «el recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones de orden económico, social, jurídico, político y cultural»
………………………
Gracias!
El trabajoso parto de ‘Dignitas infinita’
Luego de 25 años de dramático “parto” …
¡tuvieron que hacerle “cesárea” nomás!
“Tucho” es el “Bisturí” -casi obsoleto (anacrónico)- de Pancho.
Cirugía actualizada
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