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La Buena Noticia (9/21)

EL EVANGELIO. PRIMEROS PASOS (3)

18. La enseñanza de Jesús en la sinagoga ha supuesto el primer encontronazo del Galileo con la institución.

        Los congregados allí no habían visto cosa igual. Han quedado de una pieza. Acostumbrados a la cansina repetición de una retahíla de preceptos que les hacía la vida imposible y a unas promesas nunca alcanzadas, han sido testigos directos de un nuevo modo de enseñar que les ha abierto todo el campo al optimismo. El Galileo les ha dejado encandilados, aunque solo ha habido asombro, no adhesiones.

19. Marcos sitúa la siguiente escena en esa misma jornada.

        Sigue siendo sábado, el día sagrado con el descanso como principal precepto:

“Enseguida, al salir de la sinagoga, fue a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan.
La suegra de Simón estaba postrada por la fiebre.
Enseguida le hablaron de ella; él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles”
(Mc 1, 29-31).

20. La primera puntada de Marcos hila con el relato anterior.

        La sinagoga ha quedado atrás, aunque el rastro de lo ocurrido en la asamblea no ha desaparecido: “Al salir de la sinagoga…”. Jesús, principal protagonista camina hacia un lugar familiar. El nuevo espacio será la casa. Las dos parejas de hermanos son nombradas ahora en esta escena. El texto da a entender que únicamente Santiago y Juan asistieron con Jesús a la asamblea. Son esos dos quienes acompañan de vuelta al Galileo mientras el texto supone en el domicilio a Simón y Andrés: “…fue a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan”.

        20.1. La mención de un nuevo personaje: “La suegra de Simón” señala a este como dueño de la casa.

        La mujer está acogida en este hogar y recibe toda la influencia de la familia. Se amolda a la manera de vivir del grupo que la protege. Sus alegrías reflejarán la alegría del entorno familiar que la cobija. Su mayor problema revela también el padecido por ese núcleo que la ampara. Marcos no informa sobre las otras personas residentes en ese domicilio ni sobre las circunstancias particulares existentes en ese ambiente. Todo recae sobre este personaje, “la suegra de Simón”, por el estado en que se encuentra. Esta situación parece inundar todo el espacio.

        20.2. El texto usa dos verbos para aportar dos notas sobre ella. Son la clave para interpretar el relato.

        20.2.1. El primer apunte lo ofrece el imperfecto       κατέκειτο (‘estaba echada’, ‘estaba tumbada’)

        del verbo        κατά-κειμαι (‘estar tendido’, ‘estar acostado’, ‘estar reclinado’). Este es el mismo verbo y tiempo verbal usado más adelante en la escena del hombre paralítico para indicar su posición: “…la camilla donde YACÍA el paralítico” (τὸν κράβαττον ὅπου ὁπαραλυτικὸς κατέκειτο) (Mc 2,4). La mujer, al igual que el paralítico, se halla en posición horizontal, una postura que incapacita para la actividad ordinaria.

        20.2.2. El segundo, la forma verbal πυρέσσουσα (traducida: “por la fiebre”),

        del verbo πυρέσσω    (‘tener fiebre’), de la raíz πῦρ (‘fuego’, ‘ardor’, ‘pasión’), revela la causa de la postración. El sentido es que la mujer “estaba ardiendo”. El texto no explicita, sin embargo, enfermedad alguna. El enlace con lo ocurrido en la sinagoga ofrece una pista inicial para entender la situación de la suegra de Simón. Allí aparece la fogosidad nacionalista de una ideología que embauca con promesas futuras mientras subyuga a base de preceptos y de miedos. Al Galileo le llamaron “Jesús Nazareno” instándole a actuar con el fuego violento propio de las gentes de las aldeas de montaña de Galilea.

 

21. La injusticia social provoca una bronca que calienta       

La suegra de Pedro es fiel reflejo de lo que ocurre en aquella casa. Allí predomina ese violento ardor nacionalista en busca de ser dominadores de otros pueblos, un fracasado objetivo que deja postrado e incapacitado.

 

22. Jesús le da una mano

        A Jesús le hablan acerca de la situación de la mujer que sufre el calenturón de aquel ambiente. Tal información no se atribuye a ninguno de los integrantes de la casa. Se habla de un modo impersonal y plural, lo que hace suponer que se trata de una conversación del grupo familiar expresando lo que allí ocurre. Así lo expresó Marcos con su sobriedad y profundidad característica: “Enseguida le hablaron de ella”. El saber hacer del evangelista se observa en las tres acciones con que interviene Jesús ante los hechos. Su libertad, signo de su autoridad, una capacidad por encima de lo permitido, aparece diáfana. No le importó actuar en sábado e infringir gravemente la ley decidiendo tocar a una mujer postrada: “…él se acercó, la cogió de la mano y la levantó”. El texto no habla de curación ni de milagros, sino de determinación y energía. El Galileo no se mantiene inmóvil. Rompe la pasividad y la distancia: “se acercó”. Su intervención no se reduce a palabras, oraciones, exorcismos… No hay misterios, sino una mano alcanzando y sujetando la otra: “la cogió de la mano”. No se trata de consuelos ni caricias dando ánimo. La mano aprieta liberando de la postración y ayudando a recobrar la dignidad decaída: “la levantó”.

        Marcos concluye el relato en forma concisa. Su última afirmación da la última pista al Lector respecto a cómo ha de interpretarse: “Se le quitó la fiebre y se puso a servirles”. El febrilento fanatismo nacionalista se aferra como solución al enfrentamiento y victoria sobre el imperio dominante. Con ese criterio, cambian los actores, pero el dominio se perpetúa como falso remedio de la sumisión. Dominar y servir son actitudes y realidades contrapuestas. El reinado de Dios, proclamado ya presente por Jesús, excluye toda dominación abriendo la entera cancha al servicio. El dominio caracteriza al orden injusto; el servicio, a la alternativa a ese sistema. Simón, el cabeza dura, no lo entenderá hasta tiempo después de que hubieran ejecutado a su amigo el Galileo.

 

23. Ardores rebeldes del pueblo desposeído

        El estado febril de los integrantes de la casa de Simón no era exclusivo de esa familia, una buena parte de la población se hallaba en idéntica situación. Y resultaba lógico. Esa extendida actitud de oposición violenta frente al orden establecido tenía su razón de ser. La gran mayoría de familias había perdido los pequeños terrenos que aseguraban su subsistencia. Los trabajos proporcionados por los grandes terratenientes eran escasos y de corta duración; los impuestos al imperio dominante y al Templo, asfixiantes; los preceptos obligatorios establecidos por los ideólogos de la institución, angustiosos. El decaimiento, las penalidades y las desgracias hacían mella en la población. La carencia de dignidad, la debilidad y el desánimo provocaban situaciones lamentables. Los males se multiplicaban. Escaseaba la vida. Y…, por si faltaba algo, el dogma religioso tradicional afirmaba que los males provenían de castigos divinos y, por el contrario, quienes disfrutaban de posiciones privilegiadas y excelente régimen de vida, las habían obtenido como premio divino a su buen comportamiento.

 

24. Con este contexto de trasfondo, Marcos engarzó con finura la escena que sigue a los dos anteriores relatos.

        La popularidad alcanzada por Jesús en la sinagoga se hace notar y el cambio producido en la familia de Simón no ha pasado desapercibido:

 “Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados.
La ciudad entera estaba congregada a la puerta.
Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”
(Mc 1, 32-34).

 

25. Dos apuntes temporales: “Caída la tarde” y “…cuando se puso el sol” acaban el hilvanado de las escenas.

        El segundo añade una nota precisa que concreta el momento. Indica la finalización del sábado (los judíos consideraban el fin de una jornada una vez ocultado el sol). Se ha acabado la prohibición de caminar más de lo establecido para ese día (2000 codos; aproximadamente un kilómetro): “Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cercano a Jerusalén, a la distancia que se permite caminar un día de sábado”. (Hch 1,12). Solo entonces se pone la gente en movimiento buscando solución a sus necesidades: “…le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados”. La gente aspira a ser libre y salir de la penuria, pero sigue amarrada a la preceptiva legal marcada por la tradición y sostenida a rajatabla por la ideología oficial. De ahí que solo se muevan una vez pasado el sábado.

 

26. Marcos ha omitido la identificación de los actores principales.

        No es lo que importa. El Lector podrá deducir con lógica que son aquellos que han visto en el anuncio del Galileo la posibilidad de salir de un estado que parecía no tener solución. Y acuden a él acompañando a quienes se hallan en las peores condiciones, los incapaces de moverse por sí mismos. El evangelista menciona a dos tipos de personas: “los que se encontraban mal” y “los endemoniados”. A ambos les falta la vida. No acuden por sí mismos. Unos y otros se caracterizan por carecer de independencia y de futuro.

        26.1. Los primeros son aquellos ya rendidos tras una vida apagada y carente de recursos.

        Las circunstancias y el entorno en el que desarrollan su vida les ha deteriorado hasta el punto de que la existencia se le ha vuelto una carga insoportable: “…los que se encontraban mal”. El adverbio κακῶς (‘malamente’, ‘mal’) expresa ese estado de decaimiento general que afectaba a multitud de personas, lo que hace pensar que estaba originad por circunstancias políticas, legales, sociales y económicas cuyas consecuencias iban despojando un día tras otro a multitud de personas de lo más valioso que poseían: la vida.

        26.2. El segundo grupo, “los endemoniados”,

        está descrito con el participio δαιμονιζόμενος del verbo δαιμονίζομαι (‘estar poseído por un demonio’). Se denominaba así a un buen número de sujetos que lejos de claudicar y quedar derrengados ante las circunstancias, se habían embebido de la ideología ultranacionalista hasta el punto de quedar hechizados por sus fines y métodos violentos. Desposeídos de personalidad, se caracterizaban por una belicosidad desmedida y autodestructiva a la que recurrían como único medio de escapar de la esclavitud. La libertad por la que decían combatir les resultaba completamente desconocida. Su acometividad carecía de límites y su identidad era solo conocida públicamente por la violencia que manifestaban a cualquier hora del día.

        Eran tantos “los que se encontraban mal” y “los endemoniados” que Marcos escribe:

“La ciudad entera estaba congregada a la puerta”.

 

27. El evangelista hace uso de la exageración: “la ciudad entera” para aportar otra nota aleccionadora.

        El verbo griego que usa: ἐπῐ-συνάγω (‘reunir’, ‘congregar’) es un compuesto de la raíz de donde procede el término ‘sinagoga’ (συναγωγή). Una multitud busca encontrar salida a su penosa situación. Acude al espacio que da respuesta a la necesidad humana y se recupera la libertad y la vida. Sin embargo, sigue manteniendo su obediencia a la tradición y está retenida en la ideología por los líderes que la imponen a base de discursos y preceptos: “se congregaba”. Están a la espera: “a la puerta”. El Galileo no permanecerá a resguardo tras ella. Será él quien tome la iniciativa.

        Tanto a “los que se encontraban mal” como a “los endemoniados” les recupera devolviéndoles a la vida que habían perdido. Respecto a los primeros, el texto afirma que los restableció: “curó a muchos que se encontraban mal” (ἐθεράπευσεν πολλοὺς κακῶς ἔχοντας). El verbo empleado: θεραπεύω (‘cuidar de’, ‘estar al servicio’, ‘tratar’, ‘curar’) se aplica a las personas denominadas anteriormente de igual forma: “que estaban mal”  (κακῶς ἔχοντας). El anuncio del Evangelio logra que se liberen de los muchos sufrimientos (νόσος: ‘enfermedad’, ‘mal’, ‘sufrimiento’) que tanto le han hecho padecer: “…con diversas enfermedades”. En cuanto a los invadidos por los tradicionales dogmas ultranacionalistas, infectados por una violencia crónica, “los endemoniados”, ese mismo anuncio les ha librado de la ideología (δαιμόνιον: ‘demonio’) que les esclavizaba, de modo que han podido recobrar la libertad perdida y su propia personalidad.

 

28. El breve relato finaliza con Jesús acallando con autoridad los furibundos intentos

        de un empecinado sector de la multitud de reconducirle por el camino de la tradición. Prendidos en la ideología nacionalista, trataron sin éxito de que el Galileo llevara a cabo la implantación del reinado de Dios conforme a los intereses de los líderes institucionales y maestros de la teología:

“…y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”.

        Esa tentativa de corromper el anuncio del Evangelio se produjo anteriormente en la escena de la sinagoga de Cafarnaún: “Sé quién eres tú, el Consagrado por Dios”. La conexión de este relato con aquella escena resulta evidente. La ideología de los poderosos pretende que Jesús acepte los métodos y fines del mesianismo surgido del AT, el que habría de conseguir para siempre la hegemonía política de Israel sobre el resto de naciones. Jesús no pasará por el aro de ninguna de las maneras. Y buscará el momento y el lugar adecuados para dedicarse a reflexionar a fondo sobre el asunto…

 

29. El relato siguiente destaca, nada más comenzar,

        un movimiento del Galileo que hilvana con el final de la anterior escena:

 “En la madrugada, muy de noche, se levantó y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron y le dijeron:
¡Todo el mundo te busca!
Él les respondió:
Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido”
(Mc 1, 35-38).

 

30. La tosca entrada de Marcos construida con tres adverbios:

        Καὶ πρωἴ ἔννυχα λίαν (“Por la madrugada, muy de noche”) tiene mucho que decir y no debe pasar inadvertida.

        30.1. El primero de los adverbios:

        πρωί (‘temprano’, ‘por la mañana’, ‘demasiado pronto’) alude a la última sección de la noche. Los judíos habían acogido el modo militar romano de estructurar la noche por turnos. De modo que dividían la noche en cuatro turnos de tres horas. A cada uno de ellos le llamaban de una manera determinada. ‘La tarde’: desde las 18 horas a las 21; ‘la media noche’: de 21h a 24h; ‘el canto del gallo’: desde las 0 horas a las 3 y ‘la mañana’: de 3h a 6h. πρωί habla aquí de unas horas muy tempranas, antes de clarear el día.

        30.2. Los otros dos adverbios:

        ἔννυχα, plural neutro de ἔννυχον (‘de noche’, ‘todavía de noche’) y   λίαν (‘mucho’, ‘demasiado’) añaden, unidos, el matiz de que eran momentos de noche cerrada dominados por una gran oscuridad. Trasladando la expresión completa a nuestra lengua podría decirse: “De madrugada, estando aún bastante oscuro…”.

        Estos dos apuntes temporales actuando como apertura, al igual que en el relato anterior (“Caída la tarde, cuando se puso el sol…”; 1,32) invitan a detenerse y advertir su doble función: la de enlace con la situación precedente y la de dejar constancia de la importancia del momento y el valor de la acción a la que este da lugar.

        Marcos había presentado a una multitud llegando a Jesús tras la puesta del sol. Desde el final de su actuación con la gente hasta el último cuarto de la noche han pasado pocas horas. El evangelista pretende hacer ver que el tiempo de descanso ha sido excesivamente corto. Señala en primer lugar el momento con cierta concreción. Habla de un período determinado “en la madrugada”          para sugerir urgencia y necesidad de emprender una tarea que no tiene espera. En segundo término, la expresión: “muy de noche” alude a la confusa situación planteada por el agolpamiento de la gente, una multitud confundida respecto a la tarea que Jesús lleva entre manos. El Galileo frustró los conatos de reconocerlo como el Mesías de corte nacionalista prometido por el AT (“…y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”) y se alejó a deshoras del lugar, evitando así los desasosegados y desorientados movimientos masivos.

 

31. Jesús abandona temprano ese cerrado espacio: “…se levantó y salió”.

        Actúa solo. Nadie le acompaña. Busca un lugar alejado de toda concentración humana. Camina decidido en busca de una zona que impida interferencias e interrupciones: “se marchó a despoblado”. Su objetivo lo requiere: “…y allí se puso a orar”. Su oración está estrechamente relacionada con la avalancha de una multitud que, encallada en la tradición y empeñada en encontrar soluciones individuales a los males sociales, impide su tarea. A solas con el Padre, allí donde el engaño no tiene cabida, el Galileo hallará confirmación absoluta acerca de la andadura elegida y el objetivo a alcanzar. Solo en otras dos ocasiones presenta Marcos a Jesús orando. Siempre lo hará solo y en relación con la tarea a la que se ha comprometido (Mc 6,46; 14, 35.39).

 

32. Por lo que cuenta Marcos, Simón no llegó a aprender la lección del cambio dado por su suegra.

        Simón se moviliza encabezando al grupo de quienes estaban con Jesús (οἱ μετ᾽αὐτοῦ; lit.: “los con él”; fórmula técnica con la que el evangelista designará más adelante al grupo de seguidores). Tratan de encontrarlo escudriñando la noche: “Echó tras él Simón y los que estaban con él”. Una vez han dado con él: “lo encontraron”, sale a relucir el objetivo que pretenden:

        “Le dijeron: – ¡Todo el mundo te busca!”.

        El pequeño núcleo de seguidores está alineado con la multitud. Permanecen a oscuras. Siguen al Galileo con la pretensión de convertirlo en un líder de masas. Han contemplado el éxito que ha alcanzado en las multitudes y ven en él a quien puede realizar por fin con garantías las expectativas políticas que llevarán al pueblo a su esplendor. Con él pueden tener a mano la conquista del poder, la reforma de las instituciones y el dominio sobre las potencias extranjeras. El papel de ellos podría entonces elevarse al primer nivel. De ahí que le soliciten regresar junto a las masas: “¡Todo el mundo te busca!”.

 

33. Jesús no dará marcha atrás. Tiene clara su andadura y su objetivo.

        La oración le ha dado aún mayor seguridad y firmeza. Su salida de la confusión multitudinaria en medio de la oscuridad de la noche tenía como finalidad seguir la ruta planteada con su anuncio del Evangelio. Las masas se irán perfilando en el texto como gran impedimento para adherirse a su Proyecto. Su proclama no se vería frenada por la popularidad. A pesar de la decepción sufrida, los discípulos habrán de decidir si le acompañan en la divulgación de su anuncio. Él les empujará a seguirle:

        “Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar (κηρύξω) también allí, pues para eso he salido”.

        El objeto de la salida de Jesús está expresado con el mismo verbo (κηρύσσω ‘proclamar’, ‘anunciar’, ‘pregonar’) usado para introducir el anuncio del Evangelio: “Se puso a proclamar (la Buena Noticia (κηρύσσων τὸ εὐαγγέλιον) de parte de Dios”. El Galileo ha salido a reemprender su tarea de proclamar el Evangelio. Los discípulos habrán de dejar atrás los atrayentes movimientos masivos (“Vámonos a otra parte”) para entregarse sin distracciones a esa misma misión: heraldos de la Buena Noticia.

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  APORTACIONES

15 comentarios

  • carmen

    Hola Santiago.Una vez conocí a alguien que sabía mucho sobre los profetas. Al menos publicó montoooones de libros. Se convirtió en una persona muy importante.

    Ya sabe, no soy importante. Me imagino las cosas como me gustarían que hubiesen sido. Mi Jesús imaginario es un señor espectacular. Cierto? Pues supongo que no. Eso sí, de Dios, nada, en absoluto. Se siente.

    Pues imagínese la importancia que le puedo dar a lo que pensara o hiciera caifás. Me cae fatal.Cuídese mucho.Un abrazo. 

  • Edmé

    Jesús nunca usó el término “cristiano”. Nació y vivió como un judío, y sus primeros seguidores también fueron judíos. El cristianismo surgió como una religión distinta sólo en los siglos después de la muerte de Jesús.Todo esto es cierto?.  

    • Edmé

      Y sigo preguntando.

      La cuestión: “¿Fue Jesús el Mesías?”, requiere de una pregunta anterior: “¿Cuál es la definición de Mesías?”. Los Profetas, quienes escribieron cientos de años antes del nacimiento de Jesús, tuvieron la visión de una era mesiánica como un período de paz universal, en la que la guerra y el hambre serían erradicadas, y la humanidad aceptaría la soberanía de Dios. Durante el primer siglo, la idea desarrolló que la era mesiánica atestiguaría una resurrección general de los muertos, la reunión de todos los judíos en la Tierra de Israel, incluyendo las 10 tribus perdidas, un juicio final y paz universal.

      “Judíos para Jesús” es una rama de un movimiento más amplio llamado Judíos Mesiánicos. Los miembros de este movimiento no son aceptados como judíos por la comunidad judía en general, aun cuando algunos de sus adherentes hayan nacido judíos y que su vida ritual incluya rituales judíos. Aunque un judío por sí mismo podría aceptar a Jesús como el Mesías y técnicamente seguir siendo judío (la negación de cualquier creencia o práctica judía no anula lo judío de uno), las creencias de los judíos mesiánicos son teológicamente incompatibles con el judaísmo.

      En la mayor parte de la historia cristiana, los judíos fueron considerados los responsables de la muerte de Jesús. Esto es debido a que el Nuevo Testamento tiende a colocar la culpa de manera específica en el liderazgo del Templo y, de manera más general, en el pueblo judío. De acuerdo a los evangelios, el gobernador romano Poncio Pilato se mostró reticente a ejecutar a Jesús, pero fue alentado por judíos sedientos de sangre, una escena que fue capturada de manera bien conocida por la controversial película de Mel Gibson del año 2004, “La Pasión de Cristo”. De acuerdo al Evangelio de Mateo, después de que Pilato se lava sus manos y se declara a sí mismo inocente de la muerte de Jesús, “todo el pueblo” (es decir, todos los judíos en Jerusalén)  responden, “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos”.

      Este “clamor de sangre” y otros versículos fueron usados para justificar siglos del prejuicio cristiano contra los judíos. En 1965, el Vaticano promulgó un documento llamado “Nostra Aetate” (el latín para “En Nuestra Época”) que declaró que los judíos en general no deberían ser tomados como responsables por la muerte de Jesús. Este texto cimentó el camino para un acercamiento histórico entre judíos y católicos. Varias denominaciones protestantes alrededor del globo subsecuentemente adoptaron declaraciones similares.

      Algunos han sugerido que Jesús fue un rebelde político que buscó la restauración de la soberanía judía y fue ejecutado por los romanos por sedición, un argumento que se propuso en dos obras recientes: “Zelote” de Reza Aslan y “Jesús kosher” de Shmuley Boteach. Sin embargo, esta tesis no es ampliamente aceptada por académicos del Nuevo Testamento. Si Roma hubiera visto a Jesús como el líder de una banda de revolucionarios, habría arrestado también a sus seguidores. Tampoco hay evidencia alguna en el Nuevo Testamento que sugiera que Jesús y sus seguidores eran zelotes interesados en una rebelión armada en contra de Roma. Más plausible es la hipótesis de que los romanos veían a Jesús como una amenaza para la paz y lo asesinaron debido a que estaba ganando seguidores que lo veían como una figura mesiánica.

      Algunos han interpretado ciertos versículos en los Evangelios como rechazos de la creencia y práctica judía. En el Evangelio de Marcos, por ejemplo, se dice que Jesús declaró “limpios” a alimentos prohibidos, un versículo comúnmente entendido como un rechazo de las leyes dietéticas kosher, pero esta es la extrapolación de Marcos y no necesariamente la intención de Jesús. Jesús y sus primeros seguidores judíos continuaron siguiendo la ley judía.

      El Nuevo Testamento también incluye numerosos versículos que declaran a Jesús como igual a Dios y como divino, una creencia difícil de reconciliar dada la insistencia del judaísmo de la unicidad de Dios. Sin embargo, algunos judíos de la época encontraron compatible con su tradición la idea de que lo divino podía tomar una forma humana. Otros quizá vieron a Jesús como un ángel, tal como el “Ángel del Señor” que aparece en Génesis 16, Génesis 22, Éxodo 3 (en forma de una zarza ardiente) y en otros versículos.

      El historiador judío del primer siglo, Josefo, menciona a Jesús, aunque la mayor referencia en su “Antigüedades de los Judíos” parece haber sido editada y aumentada por escribas cristianos. Hay pocas referencias en el Talmud a “Yeshu”, que muchas autoridades creen que se refiere a Jesús. El tratado Sanhedrin del Talmud, originalmente registró que Yeshu el Nazareno fue colgado en la víspera de Pésaj por el crimen de llevar por mal camino a los judíos. Esta referencia fue eliminada de versiones posteriores del Talmud, probablemente debido a su uso por los cristianos como un pretexto para la persecución. En el período medieval, un trabajo llamado Toledot Yeshu, presentó una historia alternativa de Jesús que rechaza las creencias fundamentales cristianas. La obra, que no es parte del canon de la literatura rabínica, no es tan conocida. Maimónides, en su Mishné Torá, describe a Jesús como el fallido Mesías previsto por el Profeta Daniel. En vez de redimir a Israel, Maimónides escribe, Jesús causó que los judíos fueran asesinados y exiliados, cambió la Torá y llevó al mundo a adorar a un falso Dios.

      Todo esto cómo lo ves amigo Salvador, tu eres cristiano no?. gracias amigo.

      • Edmé

        Para otro rato expongo la versión cristiana de Jesús, la versión que conozco. Un poco larga será …, yo quiero conocer. Soy ateo, de una familia atea, aunque con tradiciones, en sus familias, de distintas religiones  abrahámicas y monoteístas.

        • salvador santos

          Hola Edmé
           
          Es la primera vez que leo aquí tu nombre. Mi bienvenida.
           
          Ando fuera de casa, por Cataluña. No volveré allí hasta mediados de diciembre. Ahora dedico casi todo mi tiempo a ejercer como abuelo y a tareas domésticas. No podré por tanto responder con extensión a tus preguntas ni a los temas que expones. Muchas respuestas las puedes encontrar en los artículos publicados aquí desde hace años. Te sugiero leer como comienzo cuatro artículos breves titulados: ‘El Bautista y Jesús, esos dos tipos tan raros’.
           
          Jesús fue un mal judío según la Ley, la ortodoxia religiosa, los teólogos, las instituciones de Israel y hasta para su familia. Tampoco fundó ninguna religión. Eso surgió, como bien dices, mucho más tarde.
           
          El término Mesías, trasliterado del hebreo, significa ‘ungido’. El tema procede de la primera etapa del pueblo hebreo, una vez conquistado el territorio de Canaán. El pueblo no tenía ejército para hacer frente a los continuos ataques de tribus extranjeras. En esas ocasiones el pueblo entero combatía. Y se elegía a una persona de cualidades sobresalientes para dirigir la operativa. A este se le ungía como elegido y consagrado por Dios para llevar a cabo la liberación. Tras una historia de adversidades y esclavitud, se esperaba que un nuevo liberador (Mesías) llevara al pueblo a la victoria y consiguiera la hegemonía política sobre el resto de naciones. Ni Jesús ni los adheridos a su Programa entendieron así la liberación. Esta tenía un destino universal y habría de hacerse de otro modo. Esa Buena Noticia es lo que estamos explicando actualmente. Seguir esos artículos desde el principio resulta importante para entenderla.
           
          Que seas ateo es una buena base para entender a Jesús. En unas semanas analizaremos un relato que parece estar escrito del revés. Jesús come con los descreídos y los religiosos se quedan fuera.
           
          No suelo usar el término ‘cristiano’ porque tiene acepciones que se prestan a confusión. Pero que estoy por Jesús y su Proyecto se me nota a la legua.
           
          Mer quedo con tu nombre, Edmé.

           
          Aprovecho para mandarte un abrazo.

          • Edmé

            Gracias Salvador!

            Bien te iré leyendo y preguntando. Soy ateo y mis padres también, ateo por educación, tampoco es que niegue todo, quizá me falta información, la que tengo de mis abuelos es bastante radical con respecto a sus creencias, seguramente mis padres huyeron de todo creencia por este motivo.

            Jesús es un personaje, creo que histórico, muy interesante y esencial en nuestra cultura. Mis abuelos maternos son de una secta cristiana fundada a principios del siglo XIX, mis abuelos paternos de una religión monoteísta anterior al Cristianismo. Imagínate el concepto que tienen de Jesús, muy distinto. Tengo amigos católicos con otro punto de vista, también musulmanes, budistas, mi hermana anduvo una secta en donde profesan actores famosos de Hollywood. Bueno veremos amigo.

            Abrazo!

        • oscar varela

          Hola Edmé!
          Los Artículos de Salvador Santos aparecen en ATRIO en la columna izquierda cliqueando su nombre (Salvador Santos).
          Si te interesara tenerlos como Archivo en tu Compu, yo los tengo porque, además, los imprimí fotocopiados y anillados para entregar (gratis) a quien los necesitara.

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          Abrazo!

          • Edmé

            Hola Oscar!

            Muchas gracias por el ofrecimiento, de momento voy a leer algunos de los artículos de Salvador y si me van interesando te digo.

            Abrazo amigo!

        • Santiago

          Sigue en la búsqueda Edmé…La figura histórica  de Cristo es fascinante…y se puede analizar de muy diversos ángulos…pero el cristianismo no es solo doctrina, sino  que es un “encuentro” real con ese Jesús de la historia que nos ofrece un camino de esperanza…Porque Jesús poseía naturaleza humana como nosotros y las narraciones de los discípulos- testigos fueron fidedignos, hay que remontarse a su lengua  aramea, y descifrar su contenido y su sentido,  para poder entender lo que dice la predicación de Jesús ya que  Jesús y todos sus discípulos hablaban esa forma del hebreo…Este libro “Los Orígenes Históricos del Cristianismo” por José Miguel García podría ser de tu interés. Creo está en el Amazon.com .

          Un abrazo

          Santiago Hernández

           

          • Edmé

            Gracias Santiago.

            Encontré ese libro, “Los orígenes Históricos del Cristianismo” de José Miguel García.

            “La identidad de la comunidad cristiana no nace de una combinación de circunstancias sociales y políticas, sino del encuentro con Jesús. El cristianismo se define por afirmar que Dios se ha encarnado en un judío del siglo primero de nuestra era, cuya muerte ofrecida en la cruz y resurrección gloriosa al tercer día han alcanzado la salvación de todos” (p. 334).

            “La verdad de los Evangelios no se limita exclusivamente a las «ipsissima verba aut facta» de Jesús, es decir, a lo que él personalmente pudo decir o hacer. La verdad evangélica incluye también todo lo que el Espíritu Santo, completando la obra de Jesús, quiso revelar mediante la predicación de los apóstoles, la fe de las primeras comunidades y los redactores: “Cuando venga el Espíritu de la verdad os guiará a la verdad completa”

            Complicado no, seguiré

            Abrazo!

          • Santiago

            Si, Edmé, no es un libro muy fácil pues se presta a investigar esas fuentes primordiales del mensaje de Jesús. Hay que estudiarlo con paciencia y con calma.

            Y después uno se topa con la fe, que es un asentimiento del intelecto y un consentimiento de la voluntad a lo que creemos que es verdadero. Es por eso que para los cristianos la fe no es “ciega”, ni tampoco un salto “en el vacío” sino que posee una base en la razón, que hace que lo que creemos no sea totalmente irrazonable e incomprensible, sino coherente y posible. De ahi la noción y  el debate sobre la gracia y su interacción con la libertad del ser humano etc etc.

            Agradezco mucho tu interés y tu perseverancia. Mi aprecio sincero.

            Abrazos

            Santiago Hernández

             

  • carmen

    Daniel era el de los leones?

    Y qué tiene que ver la interpretación de caifás aquí? Por qué hizo una interpretación correcta el señor caifás? Una interpretación es , pues eso, una interpretación. A mí no me gusta nada caifás y no me fío un pelo de ese personaje.He leído que cabe otra interpretación, decir, soy hijo del Hombre , y al final ganaremos. Se refería al Hombre libre.

    Y en eso creo. Me gusta mucho más. Es mi interpretación. Por qué va a ser mejor la de caifás que la mía? A ver si nos aclaramos con las interpretaciones, porque Hijo de Dios no quería decir que era hijo biológico, sino que se parecía a… Eso lo sé.Está claro, aquí cada uno interpreta lo que le gusta. O lo que le viene bien. Me parece estupendo. Yo también quiero jugar a eso. Además , para mí que el señor caifás se la tenía jurada a Jesús por muchas cosas. Es muy fácil hacer una interpretación desde el Poder. Hace dos mil años y ahora también.A mí me gusta que Jesús fuese un varón humano. No me gusta nada que fuese Dios. En absoluto. Y si no se me admite entre los cristianos, pues bueno. Pues qué le vamos a hacer. Pero no sé por qué la interpretación de caifás fue la correcta. Y menos aún qué tiene que ver Daniel en todo esto.

    Buen día a todos los hijos e hijas de los hombres…y mujeres. 

    • Santiago

      Muchas gracias por su comentario y su interés. La interpretación de Caifás fue la correcta, no porque el creyera en Jesús divino- sino porque Jesús mismo  era el que se proclamaba Hijo de Dios verdadero, el hijo de Yavé, cosa abominable para el,como Sumo Sacerdote, y a los oídos judíos y es por eso que se rasgó sus vestiduras. Quiso decir Caifás que lo que afirmaba Jesús iba en serio y era pura blasfemia, y debía por esto, ser condenado a muerte.

      Pero lo que nosotros creamos, pertenece a nuestra libertad puesto que podemos elegir siempre creer algo, y aunque no sea lo correcto. Dios quiere que seamos libres de escogerle porque si no, nunca podríamos ser libres de amar, y eso es lo más importante: el Amor. No podemos forzar el amor.

      Por otro lado Daniel fue profeta del AT 700 años antes de Cristo. Fue sobre todo profeta de los últimos tiempos apocalípticos y de la instalación del Reino de Dios sobre la tierra. Fue un personaje bajo Nabucodonosor y enviado por el Rey Darío al foso de los leones del que salió ileso (Dan 6:16-25) En su profecía mesiánica se asemeja a la respuesta de Cristo a Caifás y así Daniel dice: “y vi venir entre las nubes del cielo a como hijo de hombre” y es por eso de la cita. Sólo por la referencia y la coincidencia.

      Paz y un buen día. Efusivos saludos cordiales

      Santiago Hernández

       

  • Santiago

    ¿“Eres Tú el Mesías, el Hijo del Bendito? Jesús dijo: Yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo sobre las nubes del cielo” (Salmo 109:1; Daniel 7:13)

    Caifás, interpretó correctamente el sentido de la frase de Jesús de Nazaret que se autodenominaba el Hijo del hombre y el “Hijo del Bendito”que es el equivalente a Hijo de Dios para los judíos, especialmente para “los sumos sacerdotes, ancianos y los escribas”…  y por eso Marcos continúa:

    Y el Sumo Sacerdote, rasgando sus túnicas, dice: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos. Oísteis la blasfemia. ¿Qué os parece? Todos ellos le condenaron, diciendo ser reo de muerte. (Marcos 14:61-64)

    Y por esta declaración de Jesús proclamando “oficialmente” Su divinidad,  le llaman reo es de muerte y Caifás junto con el Sanedrín, “atando a Jesús, le llevaron de allí y le entregaron a Pilato” para que le condenaran a muerte por crucifixión.( Marcos 15:1)

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández 

  • carmen

    Pues creo, no sé si es cierto, tengo la impresión de que todos los otros textos que hablan sobre las andanzas de Jesús, son una especie de historias sueltas, relatan situaciones, dichos, sentencias…pero no sé si llegan a componer una historia completa.A lo mejor no es cierto, pero leyendo algunos textos apócrifos, saqué esa idea.

    Sin embargo, el primer texto que me parece completo es este evangelio. Quizás se elaboró buscando precisamente eso, el componer una historia al estilo de la cultura judía, llena de simbolismos y esas cosas que utilizan ellos para narrar. Pero es una historia hilvanada. No son historias sueltas.

    Me he dado cuenta cuando has insistido en la continuidad que tiene la historia. En la precisión de la hora del día, o cuando enlazas salió del templo y se dirigió a…No sé. A lo mejor no es así. No me extraña que fuese el primer evangelio escrito. No me extraña que posteriores autores lo tuviesen de referencia, aunque claro, modificasen lo que creyesen oportuno. Cada evangelista tenía su forma de escribir y también su idea de lo que representaba el personaje.

    No me extraña que en el evangelio de Marcos no hubiera ninguna declaración directa de Jesús diciendo que Yo Soy El Hijo De Dios. Como tampoco me extraña que posteriores autores pusieran esa afirmación en su boca. Seguramente tenían claro que lo era. O tenían claro lo que tenían que escribir. Se estaba construyendo una religión nueva. Y para ello se necesita un Dios nuevo.

    Lo llamativo es que no rompen con el Dios de la religión judía. Y es que no pueden romper. Ellos eran judíos.Es todo muy interesante.Y, a ver, únicamente leyendo periódicos te das cuenta de que la violencia, verbal, física, con armas , o simplemente utilizando las palabras , no es el camino para solucionar nada. No el abuso de Poder…en fin. No es el camino.

    Y, además, reconozco que me tira mucho Juan el que bautizaba, pero no es el camino. Porque son los mismos perros con otros collares. De nada vale entonces.En fin. No me importa en absoluto que lo que escribes sea la verdad de lo que sucedió en estado puro. Porque no existe La Verdad. Existen opiniones. Me refiero a la opinión de Marcos. De la comunidad de María. No tengo duda de tu capacidad para hacer una exégesis genial. Me refiero a la historia que relata el evangelio de Marcos.Pero es tan tan bonita …