VOLVER AL EVANGELIO (I)
1. Nostalgia
La expresión “volver al Evangelio” suele emplearse como una necesidad. En su uso se advierte de ordinario un sentimiento de extravío mezclado de cierta contrariedad. La fórmula “volver al Evangelio” se aplica casi siempre en referencia a la institución religiosa a la que se está adherido o, al menos, con la que se mantiene alguna afinidad. Y acostumbran a utilizarla personas que han constatado en dicha institución significativos y evidentes indicios de que se halla de mucho tiempo atrás atascada en un callejón sin salida. Es frecuente exteriorizar esta expresión: “volver al Evangelio” en forma de llamada que pone sobre aviso de tan descaminada tesitura y demanda retomar la senda acertada que nunca debió abandonarse.
2. del camino abandonado
La acción verbal ‘volver a’ entraña un doble movimiento, el de dejar atrás una ubicación equivocada y el de localizar y emprender el camino que nunca debió abandonarse. El primero es una marcha atrás. El segundo significa progreso y actualización. Ambos movimientos coinciden con los que tuvieron que realizar los discípulos tras la ejecución del Galileo: Dejar atrás su fiebre nacionalista, sus afanes individualistas y sus ambiciones de poder, y retornar a la ruta de la fraternidad marcada sin vacilaciones por Jesús. El vocablo `Evangelio’ o ‘Buena Noticia’ señala con optimismo el destino al cual dirigirse. En especial, indica la posibilidad real de alcanzar DE INMEDIATO el gran anhelo humano jamás logrado y tenido como imposible.
3. Cautelas para retomarlo: preguntas,
Pero resulta necesario evitar errar de nuevo. Conviene, pues, tener claras las señas de esa dirección conocida con tal denominación: Evangelio. Encontrarlas exige huir de ocurrencias, fanatismos, planteamientos doctrinarios inamovibles, ideas extendidas carentes de rigor… y plantearse con disciplina, datos y base científica algunas cuestiones: ¿Qué es el Evangelio? ¿Cuál es su novedad? ¿Cómo se inició? ¿Cuáles fueron sus primeros pasos? ¿Cuál es su Mensaje esencial? ¿Cómo cerciorarse de la autenticidad de ese Mensaje? ¿Cómo reconocerlo en la práctica? ¿En qué forma se pueden detectar las interpretaciones falsificadas? ¿Adónde nos conduce el Evangelio? ¿Cuál es su itinerario? ¿Se recorre en forma individual o colectiva? ¿Cuáles son sus características más sobresalientes?…
4. Reflexión y análisis
Estos interrogantes reclaman de entrada poner en cuarentena expresiones y fórmulas moldeadas por idearios religiosos y tenidas como verdades absolutas. El carácter dinámico del Evangelio recusa ser enclaustrado en conceptos y creencias. Sin un desarrollo práctico en la realidad de cada tiempo, el Evangelio carece de entidad y de futuro. Sin actividad, su energía queda anulada. Se impone, pues, una coherente reflexión y análisis desde los originales de los documentos base que informan sobre la Buena Noticia (“Evangelio”) y su avance: el llevado a cabo por el Galileo hasta su culminación.
5. Modestos, pero firmes inicios en comunidades distantes
Hacia la mitad del siglo I un número importante de comunidades de adheridos al Proyecto de Jesús se extendían ya por la zona oriental de la cuenca mediterránea. Hay constancia incluso de su presencia en el mismo corazón del imperio dominante de entonces: Roma. El Mensaje del Galileo, el Evangelio, calaba. El sorprendente e innovador Proyecto de aquel hombre echaba raíces, avanzaba y daba sus frutos. Esa acogida, aunque modesta, era demostración de su extraordinario valor. Evidenciaba sobre todo la concienzuda tarea realizada por las mujeres y hombres que habían acompañado al leal amigo de Nazaret desde Galilea hasta la capital, Jerusalén, donde fue ejecutado como un malhechor.
Los primeros y audaces transmisores del Mensaje, personas sin capacidad oratoria reconocida y en su mayoría gente de escasa cultura, demostraron ser eficaces a pesar de sus grandes carencias. Ellos se sirvieron en aquellos momentos iniciales de palabras, dichos, argumentos, sentencias, ejemplos, razonamientos…, próximos a las explicaciones que habían recibido del mismo Jesús el Galileo.
6. La “Buena Noticia”: el nombre que le puso Marcos
Pero en poco tiempo, una genialidad de un joven de nombre Juan Marcos (https://wtrio.org/2013/12/%c2%bfquien-era-marcos/) puso en manos de los mensajeros y de las comunidades generadas por ellos un instrumento de valor incalculable. Se trataba de un documento engendrado en el seno de una comunidad cercana a Pedro, conocida por el nombre de una mujer: María. Pedro, una vez liberado de sus ataduras al ideario religioso judío, actuó con inteligencia, eludiendo retornar a la comunidad oficial de Jerusalén caracterizada por su tendencia judaizante. Pedro había dejado atrás por fin sus ambiciones de poder y la ideología nacionalista. Era ya otro. Él sería la fuente principal que utilizó Marcos para escribir su obra:
“Una vez que cayó en la cuenta fue (Pedro) a la casa de María, la madre de Juan, el llamado Marcos” (Hech 12, 12).
Marcos identificó su libro con el título: “La Buena Noticia” (τὸ εὐ-αγγέλιον, un antiguo vocablo griego con esa significación: ‘buena noticia’ y transliterado a nuestra lengua como: Evangelio):
“Orígenes de la BUENA NOTICIA de Jesús, Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1,1).
7. ¿Un Mesías conforme a la tradición? ¡Olvídense!
Este encabezamiento señala a Jesús de Nazaret, protagonista de la obra, como el portador de la Buena Noticia. Él mismo fue considerado la Buena Noticia al ser quien habría de ponerla en marcha: el que los escritos del AT llamaron ‘el Mesías’. Según las antiguas promesas, este personaje, el Mesías, pertenecería a la rama genealógica de David, actuaría como acostumbraba ese rey criminal y, de acuerdo a la tradición, nacería en el mismo pueblo donde él nació: en Belén de Judá. Pero Marcos no relacionó a Jesús con David. Incluso, siguiendo al evangelista, Jesús hizo trizas la idea tradicional de que el Mesías habría de ser sucesor de David:
“Mientras enseñaba en el templo, abordó Jesús la cuestión preguntando
–¿Cómo dicen los letrados que el Mesías es sucesor de David? …
… David mismo lo llama Señor; entonces, ¿de dónde sale que es sucesor suyo?” (Mc 12,35.37).
Marcos no hizo pensar que Jesús se parecería a David ni necesitó hacer cabriolas literarias trasladando a Belén el nacimiento del de Galilea. El título del libro de Marcos adelanta que el Galileo actuaba con el aval del único que merece ser aceptado como rey (“Dios”), aquel a quien sí se parecía (“hijo de”).
8. “La”: el artículo que hace “barajar y dar de nuevo”
El término “Buena Noticia” aparece articulado (“la Buena Noticia”) indicando que no se trata de uno más de los muchos sucesos favorables, sino del acontecimiento más deseado, el insuperable, el mejor que podía comunicarse a quienes estaban padeciendo desde siempre una situación desesperada tenida ya por irremediable. La Buena Noticia expresa, pues, que se ha producido el cambio más relevante. A partir de ahí, las cosas ya no son ni serán igual. Lo que se tenía como inamovible ha dejado de serlo. La Buena Noticia advierte de una nueva actualidad con vigencia y porvenir. Es motivo de alegría permanente; el disfrute más grande que se puede alcanzar. Esa dicha inigualable es una de las características más destacadas del Evangelio. Su mismo nombre lo indica: ‘Buena Noticia’. El Evangelio descarta tristeza, resignación, mortificaciones, penitencias, quebrantos y, sobre todo, miedos. Por el contrario, reclama fiesta permanente e inacabable. Cargado de realidad, el Evangelio ha abierto una brecha definitiva en los dominios del orden injusto y permite deleitarse sabiendo de la posibilidad de tener a la mano una vida cargada de felicidad aquí y ahora. La Buena Noticia no es una inocentada para ingenuos; no defrauda obviando soluciones para los insignificantes y los hambrientos, atiborrándoles de esperanzas con el anuncio de una época dorada para un futuro distante e impreciso. Aquellas comunidades reconocieron el Evangelio por experiencia y gozaron de su realidad social sabiendo que no habría otra novedad mejor. Con ese término articulado (τὸ εὐ-αγγέλιον: “la Buena Noticia”) inició el Galileo su proclama:
“Cuando entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar LA BUENA NOTICIA (Evangelio) de parte de Dios” (Mc 1,14).
9. “Evangelio”: un nuevo género literario
El escrito de Marcos no se asemeja a ninguna otra obra de la antigüedad. La originalidad del primer evangelio quedó señalada por su insólito patrón, un estilo único y una novedosa estructura. El tempranero texto de Marcos supuso la inauguración de un flamante género literario que podría ser denominado con el vocablo transliterado del griego εὐαγγέλιον: ‘evangelio’.
10. de estilo pedagógico
El contenido del evangelio de Marcos destaca por su carácter pedagógico. El autor huye en su procedimiento de toda idealización del principal protagonista de su obra. Lo presenta como un humano en busca de sentido; un hombre de pueblo reconocido por su firmeza, lealtad y compromiso. En las páginas del evangelio de Marcos despunta el simbolismo de personajes y acciones figuradas, utilizados por él como vehículos transmisores de su enseñanza. Relato a relato y sección a sección, va aleccionando respecto a la praxis desarrollada por Jesús y continuada por la comunidad de donde arrancó la iniciativa de este excepcional evangelista.
11. rumiado con Pedro en la casa de la madre de Marcos
Pedro aportó datos fidedignos del Proyecto de aquel aldeano de Nazaret y de la trayectoria seguida por él con el colectivo de discípulos que le acompañó desde Galilea hasta Jerusalén. Pedro no omitió detalles de su propia obcecación ni de su persistente deslealtad ni de los oscuros y ocultos intereses que le movieron a unirse a Jesús. Marcos elaboró con dichos apuntes un relato didáctico de máximo provecho para la continuidad del Proyecto a través de las numerosas comunidades acogedoras de su obra.
12 Adopción del nuevo estilo: Mateo y Lucas
El evangelio de Marcos tuvo tal reconocimiento que no necesitó para gozar de autoridad ser atribuido a alguno de los Doce, como más tarde se tuvo por costumbre con otros textos. Su valor podía descubrirse desde sus primeras líneas y asombraba en todos los relatos hasta su abrupto e incitante final. Desde muy temprano se admitió a Marcos como autor de la obra. Unos cuarenta años más tarde, otros escritos conocidos por los nombres de Mateo y Lucas, imitando la manera original de hacer de Marcos, se sirvieron de él encajándolo junto a otras fuentes como eje central de sus ejemplares. Estos dos evangelistas, eso sí, hicieron retoques en su texto base, bien para adaptarlo a sus objetivos didácticos o bien para mejorar la imagen del Galileo. Más de la mitad de Mateo y Lucas son Marcos.
El evangelio de Marcos fue hasta esas fechas fundamental para el desarrollo de las primeras comunidades. A partir de entonces, los textos de Mateo, Lucas y, más tarde, el de Juan, compartieron con él esa elemental tarea. El Proyecto del Galileo había quedado plasmado con energía desde esas cuatro coordenadas. Tal plataforma se constituyó en la única vía para poder conocerlo a fondo e involucrarse como adherido a dicho Proyecto: una nueva y humilde sociedad constituida por un número indeterminado de pequeñas comunidades.
13. La figura irreemplazable y olvidada: El/la Lector/a
De la mano de cada uno de los evangelistas salía, tras un trabajo denodado, un solo ejemplar. Una figura irreemplazable y olvidada, tenía como función principal la lectura y explicación detallada del texto a unas asambleas –cada una de ellas llamada con el nombre común: iglesia; ἐκκλεσία (“asamblea”)– integradas en su mayoría por personas analfabetas. Ese personaje era conocido como el/la Lector/a (ὁ ἁναγινώσκων; ‘el que lee’). Se trataba de alguien de probada lealtad y especialmente preparado/a, cuya excelente tarea hacía posible que el Mensaje llegara diáfano al conjunto de quienes escuchaban su exposición (https://www.atrio.org/2011/11/excelentisimo-teofilo/).
El perfecto conocimiento del Mensaje por parte de el/la Lector/a garantizaba su llegada sin adulteraciones hasta oídos de cada asamblea (ἐκκλεσία: “iglesia”). Marcos salió inusitadamente desde su papel de narrador a la escena del relato llamando la atención de el/la Lector/a con el fin de que este/a pusiera los cinco sentidos en entender la importante advertencia en clave atribuida a Jesús:
“Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo –TÉNGALO PRESENTE EL LECTOR– entonces, los que estén en Judea huyan a los montes, el que esté en la azotea no baje ni entre para coger algo de su casa, y el que esté en el campo, no vuelva atrás para coger su manto” (Mc 13, 14-16).
El entendimiento del Mensaje (Evangelio) resultaba necesario tanto para el/la Lector/a como para cada asamblea (iglesia). De ese modo se evitaba confundir la trayectoria vital e irse por otros derroteros a la hora de desarrollar el Programa trazado por el Galileo. El libro del Apocalipsis asegura que la alegría asegurada por él se obtiene con la lealtad a esa ruta. Coincide en esa idea con la expuesta en el llamado Sermón de la montaña del evangelio de Mateo:
“Dichoso el que lee y los que escuchan esta profecía y hacen caso de lo que está escrito en ella, porque el momento está cerca” (Ap 1,3).
Hola!
Hola! Leo en
La Buena Noticia (2/21) Salvador Santos, 26-septiembre-2023
VOLVER AL EVANGELIO (I)
4. Reflexión y análisis
a) El carácter dinámico del Evangelio recusa ser enclaustrado en conceptos y creencias.
b) Sin un desarrollo práctico en la realidad de cada tiempo, el Evangelio carece de entidad y de futuro.
c) Se impone, pues, una coherente reflexión y análisis desde los originales de los documentos base que informan sobre la Buena Noticia (“Evangelio”) y su avance: el llevado a cabo por el Galileo hasta su culminación.
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José Miguel Lertxundi, joven –no tan ‘joven’-, que estimo de amplia y profundo ‘conocimiento’ entra a poner en ‘cuestión’ la INTERPRETACIÓN (Auslegung) de Salvador; cosa que en variadas ocasiones solicité –en Atrio.org-, al compa Salvador, al mismo tiempo que respeté su prudente silencio a mis inquisiciones por otros Autores y Propuestas.
Los planteos de José pueden verse en el Post arriba mencionado, y fueron del 28 de Setiembre:
1) 28/09/2023, 15:47 pm
2) 28/09/2023, 18:03 pm
3) 28/09/2023, 15:58 pm
4) 28/09/2023, 18:45 pm
5) 28/09/2023, 16:22 pm6) 28/09/2023, 13:14 pm
A cada uno respondió Salvador, con un tácito “debería continuar” y que tal vez reaparezca una y otra vez, si José pudiera mostrar tener suficiente fuelle.
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Por mi parte, acá, en “oscar varela – 01/11/2023, 0:12 am”
daba yo a entender (ítem 😎 que la INTERPRETACIÓN de Salvador nos espabila;queriendo decir con ello que la de Marcos fue la Verdad de ‘el mundo de ese tiempo’ = de (definitiva) mejora: la Sociedad Alternativa.
Pero que no pasó de mejora sino en el ámbito RELIGIOSO (Resurrección, Dios)
el cual ámbito’ se ‘acaparó’ todos los terrenos de la multifacética REALIDAD.
Concluyendo entonces:
“Hoy nadie sabe qué hacer con la RELIGIÓN (Fe y Creencia)”.
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Cabría preguntarse ¿y DESPUÉS: QUÉ?
Me respondo que del Laberinto se sale por arriba (o por abajo), e.d., absorbiendo lo anterior como ‘período’ o ‘etapa’, dando así el ‘sentido’ al estadio presente.
Me respondo analogando la Rima XXI de Gustavo Adolfo Bécquer:
¿Qué es poesía?, dices, mientras clavasen mi pupila tu pupila azul,¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?Poesía… eres tú.
Analogándola a lo del Docente José Ortega y Gasset a sus Alumnos de la década del ‘40’:
“FILOSOFÍA ERES TÚ”
(no un QUÉ sino un QUIÉN)
Definición que alcanza su máximo en un Texto a pedido luego por una Revista de Brasil:
“La AUTOBIOGRAFÍA es el SUPERLATIVO de la RAZÓN VITAL”
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No me respondo nada acerca de la ‘caballerosa y erudita” contienda entre Salvador y José (si es que se diera); pero creo que José –en este aspecto- puede llevar ventaja.
Gracias!
Pues sí.La Nueva Biblia Española, ya se lo dije a mi amigo Santiago. Gran trabajo. Enorme trabajo. Me llamó mucho la atención una cosa. En El antiguo Testamento, firmado por Schökel, a continuación venía una lista de colaboradores. Incluso conocía a alguno personalmente. Un jesuita guay donde los haya. Bueno, no sé si vive aún o se ha ido derechito al cielo.
Y la parte del Nuevo Testamento solamente venía firmado por Juan Mateos y también por Schökel. Recuerdo que pensé, vaya un señor completo, sabe del antiguo testamento y del nuevo. Eso no es frecuente. No sé. Quizás el director del trabajo fue , efectivamente Juan Mateos y, como en el caso del antiguo testamento, algún colaborador tendría. No sé. Eso pensé. Y eso sigo pensando.
Cuando fui a París, como me gustan las iglesias y más si están vacías, me encontré con una dedicada a María Magdalena. No entendía nada. Estaba en el altar. No entendía.
Había por ahí una señora con pinta de tener algo que ver con la iglesia, una especie de cuidadora, intuí. Porque no tendré muchos títulos , pero intuición no me falta, como soy mujer… Ya se sabe…Y también me gusta hablar. Entre el francés que soy capaz de hablar y que la señora tuvo interés de comunicarse conmigo, pues superinteresante. Recuerdo que al final de , pues de lo que fuera aquello que mantuvimos, le dije: pues fíjese, de esto, nada en España. Es más, si algo se dice de Maria Magdalena, no va precisamente en esta dirección. La señora sencillamente, sonrió.
Pero es que en los últimos ejercicios espirituales que hice, nada menos que en Loyola, cuando el jesuita dijo que la mujer a la que se iba a apedrear y Jesús intervino con aquella célebre frase era una prostituta, no lo pude resistir. Adúltera, dije desde mi sitio. Prostituta no, adúltera. Y ya, se abrió una especie de debate. Porque no es lo mismo. Pues sí, sí. Eso de haber leído el nuevo testamento firmado por Juan Mateos y Schökel , tiene su aquel. Porque, efectivamente, lleva un montonaaaazo de anotaciones, que hace que cualquier persona que no sabe teología pueda leerlos.
Porque diría que una cosa es la Teología y otra la exégesis. Ahora, que el nihil obstat lo da la iglesia católica cuando no se opone a la teología oficial. Repito, oficial. Insisto, oficial, eso es una verdad como un templo.Y no voy a intervenir más. No tengo pedigrí. Sé cómo funciona esto.
Buena tarde.
Salvador.Es que, en fin. Tú sabrás. Pero vivimos en un mundo donde el currículo y eso de la titulitis manda mucho.A mí me encanta lo que escribes. Y he leído alguna exégesis que otra que no son tuyas.
Y me gusta el Jesús feminista, defensor del débil, nada de líder político, cosa que creo que no defiendes. Me gusta el Jesús de María Magdalena. Y también me encanta Juan el Bautista.
No sé si en esa época había personajes como Jesús. No lo creo. Habría mucho gurú religioso y mucho líder político. Y , sobre todo , mucho escrito de esos que se llaman apocalipticos, creo.
Algo he leído, pero no tengo títulos, solamente soy maestra. Y mujer, no sé muy bien qué quiere decir la palabra feminista, pero tengo el convencimiento absoluto de que tenemos los mismos derechos las mujeres que los varones. Los mismo. Otra cosa es que así se considere por un tanto por ciento alto de la población.
Pues eso.Es que leo opiniones que no comparto. Y sin embargo, comprendo. La vida eterna, menuda oferta que no se puede rechazar…Seguiré leyéndote.
Por cierto, estoy haciendo gestiones para ver si encuentro algún libro de esos rojos, de las lecturas de misa. Ya sabes. Hay que tener amigos hasta en el infierno…
Hola Carmen
Ya es mucho ser maestra. Y, sobre todo, mujer.
La Magdalena no tenía un currículo para envidiar. Y contaba, además, con el hándicap de ser mujer. Pero fue ella quien logró que el Evangelio no se quedara en nada. Todavía hoy cuesta reconocer su singular iniciativa.
Los leccionarios (libros rojos) usados en los templos para las lecturas fueron encargados por Tarancón a los traductores de máxima confianza y fiabilidad: Alonso Schökel para el AT y Juan Mateos para el NT. La traducción posterior del NT, obra de Juan Mateos, recibió el Nihil Obstat de Carlo Martini (cardenal italiano). La jerarquía eclesiástica española intentó que Juan Mateos rectificara ciertas cosas de la traducción. ¿Quién se equivocaba, Juan Mateos, Martini, los obispos españoles? Juan Mateos se negó a cambiar nada. Y los jerarcas obligaron a retirar de sus librerías religiosas esta traducción avalada por Martini. No pudieron condenarla públicamente porque los textos que se leían en las iglesias eran precisamente los traducidos por Juan Mateos.
Te mando un beso, Carmen
La traducción de Luis Alonso Schókel y Juan Mateos, es tal vez la mejor traducción, en el ámbito católico, desde el punto de vista del lenguaje castellano. Es una traducción para ser leída por un lector que no tendrá que aprender un “lenguaje bíblico” para leerla. Para mí no ni de lejos la más fiel, del Nuevo Testamento se han hecho en castellano unas cincuenta versiones diferentes. la versión oficial de la Conferencia Episcopal Española no es acertada en muchas de sus traducciones, habiendo vuelto a posturas tradicionales y conservadoras, ya hace tiempo superadas. Es todo un mundo, y creo Salvador que únicamente debates sobre una de las infinitas versiones de un texto. Lo de María Magdalena no lo veo por ningún lado, dudo mucho que existiera como personaje real, sí como una alegoría.
Hola José Miguel
¿No te parece que para ser una alegoría, tenga la Magdalena un papel tan destacado en los cuatro evangelios?
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Eso sí, no se nombra en ningún otro lugar del NT. Pablo, cuando habla de apariciones de Jesús, omite incluso a las otras mujeres. ¿Por qué? Algo de eso indico en el último de los artículos que escribí sobre esta mujer. Copio un párrafo por si interesa recordarlo a alguien:
“La ausencia de la de Magdala se nota. Origina un enorme hueco que manifiesta una carencia esencial. Da la impresión de que ella, nada más acabar su decisiva actuación, hubiera desaparecido. ¿O tal vez se empeñaron en que no apareciera? ¿A qué se debió ese silencio? Tal vez se pensó que la Magdalena estorbaba. Es muy probable que, en un contexto dominado por hombres, el hecho de ser mujer fuera considerado un impedimento insalvable para concederle el lugar que le correspondía. Porque -¡y ya es extraño!- ni siquiera se la menciona… de pasada. Sea como sea, su falta produce un vacío que dura ya demasiado tiempo. Y es que cerca de veinte siglos después de que se escribiera el último de los evangelios, la Magdalena parece una figura disimuladamente camuflada en algún rincón perdido de la estantería de las piezas ornamentales. No es de extrañar que más de uno haya llegado a pensar: “mejor será quitarla de en medio, no vaya a ser que trastoque las tradiciones sobre las que se asienta nuestra estructura y nos desbarajuste el orden del escaparate”.
Un abrazo
Buenas tardes Salvador,
¿La Magdalena un papel destacado en los cuatro Evangelios?. Sí aparece en: Mateo 27:56,61, 28:1; Marcos 15:40,47; 16:1-19; Lucas 8:2; 24:10; y Juan 19:25; 20:1,18. ¿Pero de qué forma?. De forma simbólica haciendo hincapié en la tradición judía, tan presente en Jesús, de que la mujer simboliza el paso de la fe imperfecta a la perfecta, y eso gracias a las palabras reveladoras de Jesús.
Incluso en Lucas, que es el que más veces se refiere a las mujeres, en ninguna ocasión colocando a hombres y mujeres en situaciones paralelas o semejantes. Isabel( 1,6; 1,57), María (1,26); La profetisa Ana (2,36); La suegra de Pedro (4,38); La viuda de Naim (7,11-17); La pecadora arrepentida (7,36-50); La hemorroísa (8,43-48); La hija de Jairo (8,40-42.49); Marta y María (10-38-42); La mujer encorvada (13,10-17) ; La mujer de la dracma perdida (15-8-10); La viuda importuna (18-1-8); El óbolo de la viuda (21-1-4); Las mujeres que presencian la Pasión (23,27-28); Las mujeres junto al sepulcro (23,55; 24,1-12); Las mujeres que se sobresaltan (24,22-24).
El encuentro del Resucitado con María de Magdala tiene un significado simbólico parecido al del diálogo con la samaritana: poner de relieve que esa mujer pasa de un estado de fe imperfecta a perfecta. El Evangelio de Marcos apenas hace mención, ni Mateo. El caso del Evangelio de Juan sí aparece significativamente en contra de las tradiciones recogidas por Pablo y los otros evangelistas. Juan 20 contradice al testimonio de Pablo (1 Cor 15,5) y el indirecto del Evangelio de Marcos (16, 7) sobre a quién se apareció Jesús en primer lugar, a Pedro. Juan escoge a María Magdalena para transmitir la noticia de la resurrección, lo que en el fondo significa conceder una función especial a las mujeres. Cada uno de los Evangelios corresponde a una comunidad distinta de cristianos. Luego se fueron mezclando y se recopilaron los textos, lo que implica que había un público receptivo a una determinada interpretación, en unas la mujer era mejor considerada que en otras. Evidentemente en los evangelios apócrifos existen referencias muy numerosas y destacadas a María Magdalena, quizá te refieras a estos.
Solo un dato a no pasar por alto, José Miguel: Los personajes reales que aparecen en los evangelios figuran con sus nombre. Los figurados carecen de él. La gran mayoría de mujeres que citas no tienen nombre. La Magdalena sí. Y cada relato donde una mujer aparece tiene un sentido diferente. No basta la generalización. Respecto a alguna de las figuradas puedes encontrar una explicación en ATRIO:
https://www.atrio.org/2012/10/leyendo-a-marcos-19/;
https://www.atrio.org/2012/10/leyendo-a-marcos-20/;
https://www.atrio.org/2012/10/7776/.
Cuando una mujer real juega un papel representativo, como es el caso de la Magdalena en Juan, también se explica con detalle:
https://www.atrio.org/2020/12/el-proyecto-de-jesus-madurando-en-el-tiempo-17/;
https://www.atrio.org/2021/01/el-proyecto-de-jesus-madurando-en-el-tiempo-y-18/.
Gracias. Un abrazo.
La traducción de la Biblia y los comentarios al Nuevo Testamento de Juan Mateos han sido durante años pilar y referente silencioso de la Teología de la Liberación así como alimento del movimiento de comunidades cristianas de base, tan difundido en los años del posconcilio por España y Latinoamérica. Yo entiendo y comprendo que aquí tengan mucho eco, pero para mi, que algo se de este tema, tienen una relativa validez.
Comencé a explicar el Evangelio en el verano de 1974 una vez acabado el trabajo de la traducción. Sigo empeñado en ese asunto, pero no hablo de teología, se llame como se llame. La explicación del texto se iniciará dentro de dos semanas. Aún estamos en artículos introductorios.
Abrazos
Salvador toda mi consideración a tu colaboración con Juan Mateos, pero permíteme la discrepancia y la critica a la traducción, aunque quizá me sorprendan tus nuevas aportaciones que seguiré con mucho interés. Yo no he sido traductor, a lo más he intentado mal que bien, explicar Nueva Testamento, y luego, durante más de 35 años griego en mi facultad de filología. Tuve la gran fortuna de hacer un curso intensivo de Hebreo bíblico y rabínico en la Universidad Hebrea de Jerusalén, también anduve varios años por Roma y Reino Unido, y algo se me quedó, aunque con los años tengo mucho que releer.
Un abrazo.
Hola José Miguel
Gracias.
Discrepar es normal y muy saludable. Lo importante, a mi juicio, es converger en lo esencial. He pasado largo tiempo dedicado a dirigir empresas y tengo encima un atraso de muchos años. Reconocerlo me supone estar abierto a la discrepancia con intención de seguir aprendiendo. Hay una letra de unas sevillanas que dice: “Saber es aprender”.
Abrazos
Sobre el Evangelio de Marcos, o de quienes en realidad lo escribieron, se le atribuye, por algunos, un rigor literario y una frescura y modernidad inesperadas, una manera para iluminar la labor cristiana de nuestro tiempo.
Para mí no hay en general en esas opiniones un planteamiento histórico y crítico de lo que nos transmite el evangelista , sino ina forma de darle sentido con vistas a la edificación de un ícono social y espiritual aunque partiendo del análisis literario. Y para nada eso concuerda con el Jesús histórico.
Amigo Salvador, estimo y considero muy destacada tu aportación, tan elaborado y erudita. Las múltiples y eruditas lecturas disciplinares hechas al evangelio de Marcos durante el pasado siglo y lo que va del presente, proyectan un escenario heterogéneo de mínimas convergencias. Intención, propósito, trama, urdimbre, teología, son algunos de los términos que han invadido con mayor fuerza el texto marcano para construir “coherencia discursiva” en un monólogo siempre orquestado por el intérprete. No es de extrañar que la hermenéutica de la sospecha haya calado tan profundamente en el espíritu de nuestro siglo. Para combatir la esterilidad de los enfoques disciplinares y las ideologías que los sustentan, es necesario minar los presupuestos y someterlos a prueba. Así buscamos acercarnos al evangelio de Marcos a través de las categorías del Análisis Crítico del Discurso propuestas por el lingüista. Y la verdad se queda en NADA, como el de todos lo autores. Te leo como puedo leer un estudio sobre el Quijote, y sobre el personaje creador por Cervantes, una evaluación para desmenuzar y reconocer los distintos aspectos que conforman una obra. Este trabajo se realiza examinando el argumento, el tema, la exposición, el estilo y otras cuestiones referentes a una obra literaria, pero al menos en este caso tenemos una referencia histórica y bibliográfica. Esta bien como recurso intelectual pare creyentes en esa fe, que no es religiosa y que tiene poco fuelle social. Como antiguo biblista ni siquiera lo tendría en consideración para tratarlo en una de mis clases. Lo siento, un abrazo.
Antes de nada, decir que respeto mucho a Salvador y su exposición didáctica. En esta ocasión ante las preguntas que en algún momento de su artículo plantea Salvador, me permito una-s pregunta-s más, en torno a la suya: “¿EN QUÉ FORMA SE PUEDE DETECTAR LAS INTERPRETACIONES FALSIFICADAS?” (falsificadas, incluso de buena fe, en relación con el Evangelio) Mi-s pregunta-s -que tal vez en el fondo intenten ser una respuesta, al menos provisional- son: Para discriminar bien lo que hay (o se atribuye) a/de Jesús y lo que hay de interpretación del propio evangelista y de la comunidad en la que vivía, y con la que reflexionaba sobre el significado de Jesús y su mensaje del Reino, ¿el mejor referente no es la ESENCIA del Mensaje evangélico? En otros términos, ¿algunas palabras o pasajes, que en los sinópticos y en Juan se desvían o de alguna manera contradicen pasajes esenciales del Mensaje evangélico no serán más bien palabras-interpretaciones del evangelista -y de su comunidad-? Es decir, ¿de los discípulos -que entendían e interpretaban el Mensaje del Reino con criterios V. T.-, y no de Jesús? (En Hechos se comprueba este proceder) No se pueden atribuir a Jesús -persona muy coherente y firme en los principios-, palabras que se desvían o contradicen la esencia de su Mensaje del Reino. ¿La ESENCIA de ese Mensaje -un mensaje muy innovador-, que a mi juicio, está clara, no es la mejor referencia para discernir? Más aún: ¿esa ESENCIA no debe ser también el referente prioritario para discernir ante interpretaciones y doctrinas de la tradición? “La ley y los profetas hasta Juan…, a partir de ahora se anuncia el Reino: un mensaje nuevo…” (Hace unos días hice una alusión a las palabras finales del “Venid, benditos”: “id, malditos, al fuego eterno”… (Condena que suena a la hoz de Juan Bta.) Esto no encaja con la imagen de un Padre-Abbá ni con “perdonad siempre” ni con “amad a vuestros enemigos” etc. etc.) A los Evangelios hay que ir y saber discriminar ESENCIAS QUE NO PASAN, de lo que pasa… “Si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas…” En suma, “solo Dios es bueno”. No lo deformemos…
Hola Juan Antonio.
Respecto a tu pregunta: “¿EN QUÉ FORMA SE PUEDE DETECTAR LAS INTERPRETACIONES FALSIFICADAS?”, el método más simple para reconocerlas es que carecen de análisis rigurosos hechos sobre el original.
En los evangelios hay pocos dichos originales de Jesús. Pero la esencia de su mensaje no ofrece dudas. Ahora bien, hay que saber diferenciar lo esencial de su Proyecto del ropaje literario en el que se expone. Por mi parte no he encontrado ninguna contradicción entre los cuatro evangelios respecto a lo esencial del Mensaje. Las diferencias en la exposición, necesitan, en cambio, explicación a fondo. Las simples ocurrencias -no dudo de su buena intencionalidad- solo contribuyen al desarrollo de la confusión.
Veamos brevemente un ejemplo sencillo: Mateo y Marcos, dirigiendo sus escritos a comunidades de judíos, escriben que Jesús gritó en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46; Mc 15,34). En un medio de ejecución que provocaba la muerte por asfixia, lo que hizo Jesús fue cantar el salmo 22. Este salmo es una composición de dos salmos más antiguos, una lamentación y una acción de gracias. Hay que leer este salmo completo para saber el contenido de lo que cantó Jesús. Los destinatarios del evangelio de Lucas tenían difícil entender esto. ¿Qué hizo, pues, el evangelista? Recogió el sentido del salmo 22 y lo expuso con el versículo de otro salmo: “Jesús clamó con voz muy fuerte: – Padre en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23,46; ver Sal 31,6).
Lo esencial del mensaje de Jesús es también clave, como dices, para descubrir las falsificaciones. Pero habrá que analizar y saber primero cuál es la esencia de ese mensaje. Porque se conoce poco o no se quiere conocer. A Jesús no le aceptaron su Programa ni la institución religiosa, ni los poderes nacionales, ni los maestros en teología, ni la familia, ni las multitudes, ni siquiera los discípulos. Lo explicaremos en estos artículos.
Te mando un abrazo
Complementando lo escrito esta mañana en otro hilo.
El otro día Oscar preguntaba por las comunidades de base de Murcia, y hoy he escrito en otro hilo, la cantidad y calidad de tantísima gente que no se confesaron creyentes y que abordaron temas conocidos ya y/o también por quienes hemos crecido y vivido desde el mensaje evangélico. Yo estuve acompañada por tres matrimonios, amigos míos desde hace más de 30 años, de la comunidades cristianas de base de Murcia, que están trabajando a tope en todos aquellos ámbitos sociales más vulnerables, desde la com-pasión, la solidaridad, la lucha por sus derechos, etc.
De la gente que conozco en el ámbito cristiano en el que me muevo, no concebimos el ser seguidor@s del mensaje de Jesús sin nuestro compromiso personal; hablo de Murcia porque el otro día se mencionó a este colectivo, pero puedo decir lo mismo de las comunidades de Granada y de Andalucía. Como siempre digo, venga de donde venga, siempre estará ahí el mensaje de la liberación de el Galileo.
Nota. Una de las organizadoras de estas jornadas Internacionales Contra los Delitos de odio de ayer, es hija de uno de los matrimonios a los que he hecho mención más arriba, porque ella ha mamado desde que nació el ambiente cristiano de sus padres comprometidos. Aunque ella ahora no sea religiosa, ahí siguen los valores que conoció desde pequeña.
Y, como dice Alberto, somos muchedumbre quienes nos hemos alimentado y seguimos alimentándonos del mensaje y ejemplo de vida de El Galileo, llevándolo a nuestra vida real en la medida que podemos, pero siempre como referente.
Salvador, haces honor a tu nombre al testimoniar el contenido de “La, Buena Noticia” que en su singularidad ya encierra la universalidad de toda buena noticia y que nos invita a recorrer un itinerario de vida nueva en la que ya nada volverá a ser igual. Palabras que nos proponen “bajar” desde nuestra Jerusalén a la Galilea del Galileo y volver a empezar. Con qué frecuencia queremos actualizar sus palabras (“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”) a los nuevos tiempos sin que previamente recorramos dicho camino. Sus palabras son un verdadero itinerario de vida y no un acomodamiento a nuestros itinerarios.
Como he empezado diciendo; gracias por esta exposición que testimonias con tu nombre y rubricas con tu apellido.
Gracias a ti, Marianao. Das en la diana con tu afirmación: “nos proponen bajar desde nuestra Jerusalén a la Galilea del Galileo”. Volver al Evangelio es retornar a Galilea. La idea partió de la convicción de aquella mujer, María la Magdalena. Ella marcó el itinerario acertado por la garantía que le ofrecía saber que él iba delante:
“Va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis como os había dicho” (Mc 16,7).
Aprovecho para mandarte un abrazo
El martes pasado en alguna respuesta a comentario ajeno leí: “A Jesús, habiendo llevado su explicación a la práctica, le huyeron hasta los suyos. Al final se vio solo y ejecutado. Pero aún así, él confió en su Proyecto. Otra cosa es que no viera la respuesta de sus amigos.”. Leo hoy tu reconocimiento histórico y cordial a Pedro y otros como él y a las comunidades que nos transmitieron la imagen, la vida y el amor a Jesús. Porque iba a escribir ese día y lo hago ahora que somos legión los que sin alaracas hacemos real el proyecto del Galileo, de Pedro y los sin nombre entonces, igual que ahora. En los ámbitos en que me muevo hay un centenar largo de personas ancianas y jóvenes y críos que saben que se puede ser feliz siguiendo los pasos del Señor. Aprendiendo, sufriendo, a obedecer. No es fácil – nunca lo ha sido ni lo será- resucitar jóvenes en Naim, taponar hemorragias en la Decapolis, alabar ancianas en el Gazofilazio y menos sortear a Herodes y a sus Alfeos en el telonio, ni correr delante de la cohorte de la torre Antonia. Pero ahí andamos, desaparecidos para El País, pero vivos en los suburbios del distrito 93 de Paris, en las 3000 de Sevilla y en Badalona o el Cerro en Cádiz. Muertos para quienes calculan la Fe y el seguimiento con la señora Legarde y EYoung o el Anuario Pontificio, pero bien vivos para recuperar sudaneses apaleados por Marlashas y Melonis y Danmanis y hacerlos como ayer aparecer en Paris después de 59 días en el hospital de Nadir, duchados y con ropa nueva para maquear con las nenas hijas de emigrantes de Nanterre. Si te echan de Anhtioquia de Pisidia, vente a Sevilla que aquí llevamos a las mujeres artistas liberadas en coche caballos enjaezados a la Federica, al cementerio de San Fernando a esperar allí la Resurrección de los muertos. Buen día y gracias, Salvador
Gracias a ti, Alberto.
Por si alguien no ha tenido posibilidad de leerlo, reproduzco aquí el final del salmo que cantó Jesús mientras lo ejecutaban. Es el número 22, el que empieza y era llamado: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
Ese canto termina del siguiente modo:
“Porque el Señor es REY, él gobierna a los pueblos.
Ante él se `postrarán las cenizas de la tumba,
ante él se inclinarán los que bajan al polvo;
A MI ME DARÁ VIDA.
Mi descendencia le servirá y hablará del Señor,
a la generación venidera le anunciará su rectitud,
AL PUEBLO QUE HA DE NACER, lo que él hizo” (Sal 22,29-31).
Un abrazo