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En la muerte de Gianni Vattimo

¿Más sobre la figura del recién fallecido Gianni Vattimo? No podía no publicar esta reflexión de nuestro promotor Tamayo. Pero recomiendo también recordar una vez más lo que ya en ATRIO, 2015, se habló y discutió sobre lo que hace pensar sobre todo su libro Creo que creo (o como el título original más general: Credere di credere). Este es el enlace a esa entrada e hilo de comentarios que también recomiendo: https://www.atrio.org/2015/09/lo-religioso-mas-alla-de-la-religion/ . AD.

DESPUÉS DE LA CRISTIANDAD: POR UN CRISTIANISMO NO RELIGIOSO

        En cuanto he tenido noticia del fallecimiento de la muerte del filósofo italiano Gianni Vattimo he recordado el encuentro que mantuve con él y con la filósofa Teresa Oñate, una de las mayores especialistas en el filósofo del “pensamiento débil”, hace cinco años en Metalibrería, librería de Madrid, en torno a la relación entre cristianismo y filosofía, él a través de Nietzsche y Heidegger, yo a través de Bloch y Benjamin.

Enseguida he ido a la sección de filosofía de mi biblioteca y he encontrado una amplia selección de sus libros. Uno de ellos es Después del cristianismo. Por un cristianismo no religioso (Paidós, Barcelona, 2003), que me resultó muy iluminador cuando se publicó en castellano hace 20 años y he vuelto a leer con el mismo interés y la misma fruición que entonces. Comparto y actualizo la reflexión que hice en su momento sobre este libro tan sugerente y original.

        Empiezo por recordar la afinidad, ya desde el subtítulo, entre Dietrich Bonhoeffer, teólogo alemán ejecutado por el nazismo, y el filósofo italiano fallecido el 19 de septiembre en torno al cristianismo no religioso. En las cartas que Dietrich Bonhoeffer escribió a su amigo Eberhard Bethge en 1944 (Resistencia y sumisión. Cartas y apuntes desde el cautiverio, Sígueme) desde la sección militar de la cárcel de Berlín-Tegel donde estaba preso por haber atentado de pensamiento, palabra y obra contra el nazismo y el Führer, anuncia la llegada de una “época totalmente irreligiosa” que ya no necesita de la hipótesis de Dios.

        En un clima así, aboga por una interpretación no religiosa del cristianismo, que renuncie a hablar de Dios de forma metafísica, a pensarlo en clave de absoluto e infinito y a situarlo fuera del mundo. Esa interpretación lleva a descubrir a Dios en la debilidad y la impotencia, en el sufrimiento y la cruz, no en la omnipotencia.               

        Seis décadas después fue Gianni Vattimo quien retomó en el libro que estoy releyendo la idea de Bonhoeffer y defiende un cristianismo no religioso, si bien desde nuevas bases y desde tradiciones distintas. Vattimo, que en su época de estudiante aprendió del pensador neotomista Jacques Maritian a desconfiar de algunos dogmas de la modernidad, se reencuentra ahora con el cristianismo a través de Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, dos filósofos críticos de la modernidad.

        ¿No resulta esto paradójico tratándose de dos pensadores no cristianos, y en el caso de Nietzsche, anticristiano? En absoluto, cree el filósofo italiano. Con el anuncio de la muerte de Dios, Nietzsche no está haciendo una profesión de ateísmo, sino mostrando que no hay un fundamento último. En realidad, no niega la existencia de Dios. Lo que ha muerto, para él, es el “Dios moral”, el Dios de la escolástica medieval y de la metafísica, el “Dios de los filósofos”, al que se refiriera Pascal.

        Heidegger, a su vez, se opone a la metafísica objetivista en nombre de la libertad humana y cree que no es posible pensar la realidad como una estructura anclada en un fundamento último. En consecuencia, tampoco puede unificarse el pluralismo actual en nombre de una verdad última. “Si Dios ha muerto y la filosofía ha tomado en consideración que no puede captar con certeza el fundamento último –argumenta Vattimo- ha concluido también la ‘necesidad’ del ateísmo filosófico”, y es posible creer de nuevo en Dios, escuchar su palabra y tomar en serio la Biblia, libro que, a su juicio, la metafísica racionalista ha ido negando poco a poco. Sólo una filosofía ‘absolutista’, concluye, cree sentirse autorizada para negar la experiencia religiosa.

        Vattimo considera a Heidegger un pensador cristiano, siendo consciente de que es una idea no compartida, y un intérprete que se inspira en el cristianismo como hilo conductor con quien comparte su afirmación “Solo un Dios puede salvarnos”. El filósofo italiano se mostraba muy en sintonía con el Papa Francisco y compartía con él su petición a los jóvenes “Hagan lío”.

        Vattimo considera a Heidegger un pensador cristianos, siendo consciente de que es una idea no compartida, y un intérprete que se inspira en el cristianismo como hilo conductor con quien comparte su afirmación “Solo un Dios puede salvarnos”. El filósofo italiano se mostraba muy en sintonía con el Papa Francisco y compartía con ékl su petición a los jóvenes “Hagan lío”.

        Vattimo critica con especial severidad la imagen del Dios totalmente otro que ofrece buena parte de la filosofía moderna de la religión, por considerar que está muy cerca del Dios del Antiguo Testamento, tiene muy poco que ver con el Dios encarnado en Jesucristo, conserva muchos de los rasgos del Dios violento de las religiones naturales y sigue siendo, en definitiva, el viejo Dios de la metafísica. La crítica se dirige en concreto a la amplia influencia ejercida por Lévinas y a la deconstrucción de Derrida.

        La filosofía de la religión cristiana de Vattimo no transita por los caminos trillados del pensamiento moderno, que entiende la filosofía de la historia como una interpretación secularizada de la idea judeocristiana de la salvación, sino por otros que la modernidad ha descuidado:

  • la teología de la historia del monje calabrés Joaquín de Fiore;
  • los discípulos espirituales de éste, entre los que cita a Novalis, Schleiermacher, Schelling y Dostoievski, a quien llama “el pensador cristiano más fiel al Evangelio”, con su paradójica elección de Cristo incluso contra la verdad;
  • el anuncio de la muerte de Dios de Nietzsche, que, afirma, coincide con el relato evangélico de la crucifixión y radicaliza la paradoja del novelista ruso;
  • la ontología del acontecer de Heidegger frente a la metafísica del ser;
  • los estudios antropológico-religiosos de René Girard, con quien coincide en que si existe una “verdad divina” en el cristianismo, que consiste en el desvelamiento de los mecanismos violentos de lo sagrado, que caracterizan al Dios metafísico.

        Vattimo reflexiona sobre la relación entre metafísica y violencia. La presencia de la violencia en la historia del cristianismo es innegable. Y se mantendrá mientras esta religión esté vinculada a la tradición metafísica.

        Estamos ante una concepción posmoderna de la fe, que nada tiene que ver con la aceptación de los dogmas rígidos del catolicismo oficial, y ante una imagen de la Iglesia como comunidad de creyentes que escucha y pone en práctica el mensaje cristiano, al decir del propio autor. Es la Iglesia de “después de la cristiandad”. Es esta una filosofía que tiene bastante de autobiográfica. Ahí radica quizá parte de la riqueza y del atractivo del libro de Vattimo.

        En la biografía de Vattimo se encuentra la opción por los sectores empobrecidos y la ubicación en los márgenes, que son la seña de identidad de la ética del cristianismo. Es precisamente en los márgenes de la sociedad donde se han fraguado siempre –y siguen fraguándose– las alternativas, las grandes transformaciones, en definitiva, la utopía. “El cambio –afirma Gianni Vattimo– lo impulsan los que no están bien: los pobres, los oprimidos. El cambio no tiene por qué ser mejor, pero el mantenimiento de lo que hay implica una clausura del futuro. Hay una motivación ontológico-cristiana: por un lado, los oprimidos intentando cambiar las cosas; por el otro, el hecho de que los débiles son más. Eso es la democracia”. Y el corazón del cristianismo, añado, yo.

 

 

14 comentarios

  • ana rodrigo

     Siguiendo lo que dice Isidoro para conseguir los puntos y aparte, escribo esto como introducción, a ver si funciona el truco.

    • ana rodrigo

      Ayer, 25, asistí, en la Fundación Euroárabe de Altos Estudios de Granada, a una jornada contra los Delitos de Odio y la Infradenuncia, desde las 9 de la mañana hasta laso ocho de la tarde, con dos breves descansos. Presentaron esta jornada el director de proyectos de la Fundación y la Subdelegada del Gobierno de Granada, en representación institucional.

      Fue un día muy intenso con varias actividades e intervenciones más tres ponencias. Se trataron los delitos de odio desde el racismo, la xenofobia, en general contral@s inmigrantes, contra el colectivo LGTBQmás, por razones de género, contra el gitanismo. Intervinieron desde profesores de universidad, asociaciones diversas, testimonios personales, un guarda civil, una intervención de un homosexual y un matrimonio homosexual, una ponencia sobre lo potencia social que tienen los medios de comunicación y, en concreto, las redes sociales.

      Digo todo como aportación al tema del que estamos hablando aquí, es decir, el mensaje liberador del evangelio fuera de la religión. Desconozco si, entre tantos intervinientes, o que sí en el público, había personas religiosas y cristianas,, que sí,, pero, los temas no se presentaron desde ningún motivo religioso, sino desde los derechos y la dignidad de la persona humana.

      Y creo que esta es la sociedad actual, una sociedad madura, viva y presente en la lucha por valores y derechos, desde una ética civil y laica, dirigida, por tanto, a toda la sociedad creyente y no creyente, como mensaje y lucha universal. Ni pensamiento débil, ni pensamiento líquido, más bien todo lo contrario: fuerte, potente, humano, Y, además, con una sensibilidad y una competencia, fuera de serie.

      • ana rodrigo

        Debí decir no desde el racismo sino contra el racismo, contra el gitanismo.

         

        Casi me sale bien el truco de Isidoro, la próxima vez espero que me salga mejor.

  • M. Luisa

    En un clima así no religioso al cual   recordando a Vattimo nos introduce este artículo de J.J. Tamayo, se nos impone   concebir la realidad  no como independiente de nuestra mente, sino en unidad con ella. Casi podría decirse que la escisión que empezó con Agustín llega hasta nuestros días. ¿No será que esta independencia de la mente sea  lo que le permite a Vattimo hablar del pensamiento debil?.  En mi reflexión no me  referiré a su último libro titulado  “De la realidad” el cual no he leído. Últimamente, sin embargo,  acuciada por los  realismos imperantes, estoy siguiendo un curso de filosofía que trata de los diferentes modos habidos en la historia de concebir la realidad. Tal vez  eso y también  por el hecho de su utillaje hermenéutico, me permita afirmar como “inapariencia” su modo de concebir la realidad. Es decir, apunta a lo típico que de ella dice la neurología cuando afirma aquello de  que las apariencias nos engañan.  Ahora bien, lo que en realidad se nos da en apariencia hay que distinguir el proceso óptico y el neurológico y, por tanto, se trata de un binomio pero no de una oposición. Esta lógica metafísica en busca de la única verdad incluso ha llegado  aunque secularizada  hasta los lógicos del Circulo de Viena y seguidores actuales también los hay, como el filósofo norteamericano J. Kaipayil (2009). La verdad apodíctica defendida por  las religiones tiene  sentido en un horizonte teologal de itinerario agustiniano que va del exterior al interior y del interior al superior, pero esto es lo que en el nuestro precisamente  debe cambiar. Si Vattimo aboga   por una interpretación no religiosa del cristianismo, no ha de dejar escapar la verdad contenida en  la realidad fenoménica, es la que da fortaleza al pensamiento  situándola en el mundo  no fuera de él. Y para finalizar,  los que habéis advertido  la similitud del tema con el Post. de S. Santos  tiene su razón de ser precisamente por el útil hermenéutico en ambos.   Por esto decía allí que la Buena Noticia más que informar  (exterioridad como idea) da forma,    forma  nuestro  pensar, conduciéndonos física y mentalmente a experimentarla  por nuestros propios medios. Desde aquí un saludo agradecido al profesor Tamayo.   

    • M. Luisa

      Si algun@s de vosotr@s me pudierais decir cómo lográis espaciar los párrafos os lo agradecería. Pues en el borrador  cumplen esa norma, lo que pasa es que cuando  traspaso el texto en este recuadro todo él queda compactado dificultando su lectura.

      Muchas gracias.

      • Isidoro García

        Amiga M.Luisa, yo solo he encontrado una forma, que es a través de hacer dos comentarios. En el primero, pones el primer párrafo, y los restantes los pones en un segundo comentario respondiendo a tu primer comentario.

        Ahí ya pegas el resto de tu texto Word, como texto sin formato, y en este segundo comentario ya salen los puntos y aparte.

        A lo mejor hay un método más sencillo, pero al menos este funciona. Un saludo.

         

        • M. Luisa

          Gracias, Isidoro, a la próxima lo probaré, pues a ti veo que te funciona…

          Gracias, amigo!

  • Juan A. Vinagre

    La pregunta que formulan Ana e Isidoro -¿tiene sentido un cristianismo no religioso?- también yo me la he planteado más de una vez. Y la respuesta me parece que se encuentra clara en la parábola del “Venid, benditos”. En la esencia de esa parábola -no en los “añadidos” finales de condenas terribles, eternas, que dudo sean de Jesús-, se encuentra la respuesta. Y digo “añadidos”, porque, a mi juicio, no responden a la esencia del gran Mensaje del Reino. Responden a una visión V. T., que, en mi opinión, “compensó” el evangelista y/o su comunidad (suponiendo que no sea una interpolación posterior: en cartas de Pablo se observan interpolaciones); compensó-redujo la libertad del “Venid, benditos” de Jesús, presentando a Dios Padre Abbá, como un juez terrible, estilo Juan Bta. (Recuérdese la Capilla Sixtina, de Miguel Angel) Es verdad que Jesús en su didáctica evangélica se acomodaba, pero -a mi juicio- no tanto como para contradecirse. Jesús en su vida fue una persona flexible y también en lo esencial muy coherente. Por otra parte, el hecho de que la iglesias se vacíen y las ONGs. crezcan ¿no significa nada?  Muchas ONGs. se parecen más, reflejan mucho mejor el espíritu de esta parábola que una asistencia al templo, con poco compromiso social.

    Por eso, cuando se trata de interpretar palabras de Jesús, a mi juicio, es más importante (no digo único) partir de la ESENCIA de su mensaje que de las meras palabras -griegas o arameas-, dependientes de un contexto cultural…  La palabra auténtica de Jesús es válida para todos los tiempos. Es siempre actual. No pasa.  Este es el principal criterio de discernimiento y de interpretación.  (Creo que tanto el papa Francisco como Vattimo van en esa línea: Menos teorías-doctrinas y más prácticas. O lo que es lo mismo: más buenos samaritanos, aunque vivan al margen del templo, del viejo templo.)

  • ana rodrigo

    Isidoro, yo había pensado lo mismo que dices tú, es decir, si un comentario en post de Salvador, La Buena Notica, cabe también en este artículo de Tamayo. Sin en entrar en los filósofos y en la filosofía que destila este artículo de Juanjo, por mi desconocimiento en la materia, voy a centrar la atención en la praxis de Jesús como ser humano, es decir una praxis humanista que, como es obvio, siendo Jesús un hombre creyente que desarrolla su vida en un contexto religioso-judío, siempre tiene ese otro aspecto religioso sobre Dios. De aquí que yo voy referirme a la idea de “el cristianismo no religioso”.

    De hecho, llevo una temporada preguntándome yo a mí misma y en voz alta, aquí en atrio, por qué la sociedad moderna y, en concreto, la juventud actual, se aleja de la religión, mientras el mensaje humanista se acepta totalmente desde una perspectiva laica. De lo que se deduce que sí se puede vivir el cristianismo no religioso.

    Son innumerables las asociaciones, fundaciones, ongs, voluntariado en el que sus componentes no son religiosos y sí viven valores que nuestra generación hemos recibido desde la religión, como pueden ser la compasión, la solidaridad, la lucha contra el mal, el perdón, la esperanza, la no prioridad vital del dinero, la fraternidad-sororidad, el compromiso por l@s más vulnerables, la no violencia, la paz, la igualdad entre los seres humanos, explícitamente la igualdad entre hombres y mujeres, o la Declaración Universal de Derechos Humanos. Antes se hacía proponían desde la voluntad de Dios y ahora se hace desde la dignidad humana. Y yo creo que independientemente de la voluntad individual, la sociedad va por ahí.

    Conclusión, se puede vivir el cristianismo no religioso, pienso que sólo hace falta mirar la realidad. Como decía Oscar el otro día, todos los espacios públicos están abarrotados mientras los templos se están vaciando cada vez más.

    Me ha llamado la atención en este viaje del Papa a Marsella como ha afrontado el tema de lal@s migrantes desde los más elementales derechos humanos, sin referencia, por lo que he leído a la voluntad de Dios (temo que quien esté mejor informado del viaje, pueda introducir algún matiz diferente.

    • ana rodrigo

      Creo que Francisco, desde el principio, ha centrado sus declaraciones públicas más en lo humano que en lo divino, aunque también lo haga, por eso es Papa, claro. Por eso los mensajes de Francisco tienen una aceptación más amplia en la sociedad secularizada

  • Isidoro García

            Estaba yo iniciando un comentario al hilo del amigo Salvador Santos, “La buena noticia”, y otro al hilo del artículo de Tamayo, “Después de la cristiandad: por un cristianismo no religioso”, y he pensado, que en el fondo trata del mismo problema, y he decidido refundirlos los dos.  «Hay una perplejidad en el agotamiento de categorías de interpretación que ya no sirven para interpretar los acontecimientos del hoy. Nuestra actualidad histórica rebasa las ideas existentes. Por eso son ideas que ciegan, que no ven. (Bergoglio, 1987).

    • Isidoro García

      1.- Los evangelios, que mal que tal son la única fuente de las ideas de Jesús, se escribieron, tras de 30 a 50 años de transmisión oral, mediante los sucesivos recuerdos, (de 3 a 20 transmisiones sucesivas), del testimonio oral de un testigo presente de los hechos.

      La memoria, no funciona como una grabadora de voz, que reproduce siempre fielmente lo grabado. La memoria, en cada transmisión, rehace y reinterpreta lo recordado, en función de la cosmovisión personal del recordante.

      Y así funciona como “el teléfono escacharrado”, fenómeno psicológico superdemostrado.

      Por ello, la interpretación de unos textos, (suponiendo que después de escrito, no haya habido ninguna interpolación, corrección, adición o supresión de texto), por muy erudita que sea, es como ampliar una imagen con muy pocos píxeles originales: que amplificamos lo borroso.

      Por eso el análisis de los textos, ha de hacerse con brocha gorda, no con brocha fina, sustanciándose en las ideas y principios generales, y no en detalles semánticos, que desfigurarán las ideas originales de Jesús.

       

      2.-El cristianismo, en puridad, consiste en seguir las ideas de Jesús, que mal que tal nos han llegado de él. Es innegable a través de sus exposiciones, especialmente en sus parábolas y metáforas, que tenía una extraordinaria penetración psicológica, y un enfoque de la realidad, genial e inmejorable.

      Dice Henry de Lubac: «El Evangelio está lleno de paradojas, por las cuales la mente se turba al principio. El Salvador enseña con gran sencillez, pero también dice: «Bienaventurado el que no se escandalice en mí”.

      Discutir la sabiduría humana de Jesús de Nazareth, es como discutir la de Sócrates.

      Ahora bien, en su faceta “religiosa”, la figura de Jesús, produce una doble controversia y escándalo. Por una parte, la de la “divinización” de Jesús, que se podría solventar entendiéndola metafóricamente.

      Pero incluso en su vertiente del Jesús meramente un gran sabio humano, inevitablemente Jesús, estaba incardinado por su cultura y su tiempo, en una religión tribal primitiva, que él se esforzó, por “modernizar”.

      Y sus enseñanza e intuiciones, se acabaron institucionalizando en una nueva religión organizada, en un proceso similar al del budismo anteriormente, que de una reforma e intento de mejora del hinduismo, se transformó en una nueva religión organizada.

       

      3.   Así que el seguidor de Jesús de Nazareth del tercer Milenio, se encuentra en una tesitura que debe resolver.

      Toda religión trata de la relación del Humano con el Absoluto, que supone un proceso de acercamiento hacia lo que llamamos la “Trascendencia”.

      Pero la Modernidad, guiada exclusivamente por la razón, ha puesto en duda seriamente, primero la existencia de un primer Origen, y después sospecha de la posibilidad de comunicación con este supuesto “Dios”, en caso de existir.

      En los planteamientos de la Ciencia moderna, Dios, es una hipótesis no necesaria. Y es que quizás el ser humano ha puesto su mirada demasiado lejos para sus pobres ojos.

      Debería haber sido un poco más modesto, y “conformarse”, con poner la mirada en el Universo del que evidentemente formamos parte, y cuyas Leyes, nos obligan necesariamente.

      Esa mirada mas útil y sobre todo al alcance de nuestras posibilidades, es lo que podemos denominar como la “trascendencia”, con “t” minúscula.

      Y posteriormente, además, veremos Qué o Quien hay detrás del Universo.

      Hoy existe la hipótesis científica de un Universo auto-creado, idea que aunque es difícil de aceptar por nuestro intelecto, que prefiere una relación dualista efecto-causa, eso no significa que la Realidad sea algo que podamos comprender.

      Pero haya detrás del Universo, Algo o Alguien, o no lo haya, lo que es claro es que el Universo en sí, es una estructura extraordinariamente inteligente, que ha generado evolutivamente, (y sigue haciéndolo), un rosario infinito de maravillas, de las que quizás la mayor sea el pensamiento inteligente.

      El proceso de cercamiento a la trascendencia, el Universo, nos da muchas posibilidades y facilidades, de ir desgranando poco a poco, todas las leyes del Universo, (las conocidas y las aún por conocer), mediante el método científico y racional, y eso es el elemento fundamental para cualquier pensamiento en este ya tercer Milenio.

      Una vez asumido este planteamiento universal, cada uno, puede asumir las hipótesis particulares, de que detrás del Universo, está Dios, y que el que lo dirige y sostiene es una emanación de Dios, el “Espíritu” divino. Pero en principio, todos ya caminaríamos con los pies en el suelo del conocimiento científico.

      Esa es la razón de la imparable obsolescencia y colapso cultural de las religiones clásicas deístas: “Las religiones, (y las ideologías, y las instituciones humanas), colapsan cuando pierden su poder de inspirar”, (Pannenberg).

      A todo esto, se unen las críticas cada vez mayores del racionalismo excluyente de la Modernidad, y la puesta encima de la mesa de la mente inconsciente, que cada vez está mas demostrado, que es la verdadera fuente y decisora de nuestros pensamientos y actuaciones.

       

      4.     El Universo, funciona como todo un sistema-entramado de los elementos que lo componen, junto con sus relaciones mutuas, según las Leyes del mismo Universo.

      Es como un gran campo de fuerzas, en el que nos movemos, “en él vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: “Porque también nosotros somos linaje Suyo”. Hechos 17:28.

      O sea que no estamos en el Universo, libres de condicionamientos, y al albur de lo que nuestra mente-conciencia-razón determine, sino que estamos enmarcados en un campo de fuerzas predeterminado por las Leyes del Universo.

      Y ante la gran dificultad de prosperar en ese difícil marco, y poder con ello lograr la supervivencia de la especie, el mismo Universo, mediante evolución emergente, nos ha dotado en nuestra mente de una guía interna para conseguir navegar adecuadamente por el Universo. Y ese es el ”espíritu personal”.

      Si n os guiamos solo por la razón, como dice Bergoglio, las categorías con que actuaremos, ya no estarán adaptadas a los nuevos retos a los que nos enfrentamos, de una sociedad del conocimiento, y no una sociedad de la supervivencia física ante los otros seres del Universo, como ha sido hasta ahora.

       

      5.    ¿Tiene sentido un cristianismo no religioso?.

      Pues yo creo que sí. Hay muchas personas que necesitan que se les diga que creer y cómo actuar, y en este sentido, las religiones institucionales, deben asumir esa misión de tutela de aquellas personas, que o no saben, o no quieren, o no tienen tiempo de decidir su vida por ellos mismos.

      Pero se supone, que en este Tercer Milenio, y los siguientes, la evolución general de las conciencias, irá evolucionando hacia una mayor autonomía del ser humano, que deberá ir atendiendo a su respectivo “espíritu personal”, sustituyendo el cristianismo religioso, por un cristianismo “espiritual”.

      Este proceso, suscitará resistencias a perder mucho poder e influencia, pero es la implacable Ley de la evolución de las conciencias.

      • Isidoro García

        6.     No nos damos cuenta de la auténtica revolución en las mentes religiosas, que supone, el no creer en una vida eterna futura, o en el caso de creer en ella, el no poder concebir un Dios castigador y vengativo.

        Porque la religión tiene como objetivo fundamental la salvación de nuestra alma, y toda la dinámica religiosa, gira en torno a ello: plegarias constantes, sacramentos como dispensadores de gracia,… Miedo y más miedo.

        En la nueva situación mental, el objetivo fundamental del humano es madurar humanamente y desplegar y desarrollar su naturaleza.

        Y para eso no se precisa la acción directa de Dios, pues ya estamos bien equipados por nuestra naturaleza provista por el Universo-Dios (¿?), de mecanismos para conseguirlo: el “espíritu” como guía, y la razón como motor.

        Es el uso de los métodos transformativos, que tanto citaba el amigo Luis Troyano, al que también se le echa en falta. Y para eso, están las “escuelas filosóficas” y de desarrollo personal, o sea el acercamiento a la “trascendencia”, con “t” minúscula.

        La religión se queda entonces para los que nos guste el esoterismo, la “gnosis”, y la especulación imaginativa.

        La religión cristiana organizada, como todas las religiones, son instituciones de otra época pasada. Vivimos una Nueva Era, y hay que hacer como los gitanos, cuando les daban un piso en un edificio en la ciudad: hay que dejar el burro en el pueblo o venderlo, pero no puedes subirlo por las escaleras.

  • José Miguel Lertxundi

    Conocí a Gianni Vattimo hace muchos años en Zurich, en lo personal amable pero distante. En un hilo anterior llamado ” el buscón”, hice mención de los conceptos de modernidad y postmodernidad tan mencionados en la obra de Vattimo. Para mi un filósofo demasiado valorado, que tiene como aportación una buena interpretación de la corriente hermenéutica de Gadamer, como reflexión en el sentido etimológico del término, es decir, como actividad interpretativa que permite la captación plena del sentido de los textos en los diferentes contextos por los que ha atravesado la humanidad, lo postmoderno en Vattimo es solamente una licencia interpretativa.