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Los nuevos obispos de Francisco

En Religión Digital Jesús Bastante habla de repóquer de auxiliares en en enombramiento de arzobispos, a pesar de que el Nuncio Bernardito (nueva carta de protesta desde Cádiz en Redes Cristianas) siga presentando candidatos carcas. Francisco sigue decidido a que su reforma le sobreviva y reconfigura a toda marcha el episcopado y el Colegio de Cardenales quee eligirá a su sucesor. Y a pesar de errores supinos (uno de ello la administración de la justicia en Vaticano, como muestra el clásico John Aleen) parece que se pueden hacer irreversibls los cambios. Así lo espera este veterano teólogo italiano tras el nombramiento del nuevo arzobispo de Buenos Aires. AD

Buenos Aires tiene nuevo arzobispo

por: Francesco Strazzari, SettimanaNewsjunio 6, 2023

El nombramiento de Jorge Ignacio García Cuerva como arzobispo de Buenos Aires fue recibido con alegría y satisfacción por amplios sectores de la Iglesia argentina, pero no faltan ataques por su simpatía por el peronismo. Es sin duda una elección feliz porque el arzobispo está totalmente en línea con el Papa Francisco: la pasión por las periferias, la fuerte atención a los pobres y los que no tienen voz, la competencia en los campos jurídico y teológico.

Nació el 12 de abril de 1968 en Río Gallegos, sede de la diócesis del mismo nombre y capital de la provincia de Santa Cruz, en la costa sur de Argentina. Sacerdote desde 1997 e incardinado en la diócesis de San Isidro. A los 49 años, en 2017, fue obispo auxiliar de Lomas de Zamora y fue consagrado el 3 de marzo de 2018.

Su lema episcopal es significativo: “No apartes tu rostro del pobre” (Tobías 4,7).

El 3 de enero de 2019 fue trasladado a Río Gallegos. El 20 de julio de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos y, el 26 de mayo de 2023, fue promovido a arzobispo metropolitano de Buenos Aires, sucediendo al Card. Mario Aurelio Poli.

Algunos medios le recuerdan sus simpatías por el peronismo y de tener estrechos vínculos con Sergio Massa, una personalidad política controvertida, cuyas extravagancias y pasajes de una orientación política a otra son conocidos.

García Cuerva admite que estimaba el peronismo, pero que no era prisionero de él. Vale la pena explicar qué significó el peronismo

 

Período de Perón

 Una visión general rápida permite identificar sus características. El general Juan Domingo Perón participó en el golpe de Estado que, en 1943, puso fin al gobierno de Ramón Castillo y se convirtió en vicepresidente, ministro de Guerra y Trabajo en la junta militar. Preparó una serie de reformas sociales, que le dieron gran popularidad, especialmente entre las clases trabajadoras recién urbanizadas (los descamisados).

 

En 1946 fue elegido presidente de la República, dando lugar a un régimen populista, en el que jugó un papel importante su esposa Evita, actriz casada en 1945, que realizaba una actividad política en armonía con los sindicatos. Los planes de bienestar y la demagogia descarada de muchas opciones económicas llevaron al país a la crisis.

Alarmados, en 1955 los militares lo derrocaron. Perón se exilió en España, de donde regresó en 1973, tras el éxito electoral del líder peronista Héctor José Campora. Fue reelegido presidente y trató de mediar entre la izquierda peronista con fines revolucionarios y el partido justicialista, que tenía posiciones conservadoras en sintonía con los militares.

Falleció en Buenos Aires el 1 de julio de 1974. Fue sucedido por su segunda esposa, Isabelita.

El peronismo de los años 70 fue una mezcla de diversos sentimientos y diferentes tendencias. Estaba el complaciente de la Confederación General del Trabajo y el movimiento judicialista oficial, dispuesto a negociar con los militares; estaba la tendencia autonomista, profundamente nacionalista y regionalista; Estaba la tendencia de la izquierda, que se hizo cargo de las demandas de los trabajadores, muy cercana a los sacerdotes del Tercer Mundo; Finalmente, estaba la tendencia representada por los militantes de la extrema izquierda, los guerrilleros, que entendían el peronismo como una revolución armada.

El lema de Perón era claro: independencia económica, soberanía política, justicia social. El movimiento fue llamado justicialismo y fue duramente atacado por los Estados Unidos y la jerarquía católica. También fue rechazada por parte de la sociedad argentina y se descompuso gradualmente. Finalmente, Perón fue exiliado.

El gobierno de Perón fue indudablemente un gobierno popular, que luchó contra el imperialismo y las oligarquías locales. Organizó a los trabajadores en un sindicato fuerte y cohesionado, les dio a los trabajadores una conciencia social y política. Se promulgaron muchas leyes sociales, se concedió a las mujeres el derecho al voto y se reformó la Constitución. La gente alcanzó un nivel de vida decente.

 

Qué era el peronismo

El peronismo se mantuvo vivo incluso en los difíciles años de Arturo Frondizi (1958-1962), durante la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1969) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973). Sin embargo, faltó la carga innovadora y la gente se levantó en Córdoba, Mendoza, Tucumán, Rosario.

El peronismo, o justicialismo, en los años 70 era un movimiento de liberación, no un partido. Un movimiento organizado y bien articulado, a la vanguardia de la lucha antiimperialista en Argentina. Fue un movimiento nacional, que se basó en los caudillos Rosas e Yrigoyen y se inspiró en el cristianismo como todos los movimientos populares argentinos.

Fue un movimiento ideológico, que propuso, en su segunda fase, el cambio total de las estructuras del país y el establecimiento del socialismo, adaptado a la Argentina. Nada que ver, sin embargo, con el socialismo internacional dogmático y burocrático.

Fue un movimiento popular, que involucró a la clase obrera, enteramente peronista, sin recurrir a la lucha de clases y sin la pretensión de monopolizar la revolución. Las masas populares, en las elecciones del 11 de marzo de 1973, tenían confianza en Perón, quien se expresó de la siguiente manera:

«El justicialismo fue la transformación indispensable, en un contexto pacífico, de formas brutalmente capitalistas a un socialismo nacional y humanista.

 

El juicio de los teólogos

La jerarquía católica, en 1945, apoyó abierta y públicamente a Perón porque el caudillo estaba comprometido con la defensa de la escuela privada católica y la indisolubilidad del matrimonio. Cuando Perón no cumplió con los pactos, la jerarquía católica pasó a la oposición.

En los años 70 estaba activo el movimiento de sacerdotes tercermundistas, lo que preocupaba a los obispos, quienes, en 1972, volvieron a salir al campo para condenar su actividad política. El teólogo Juan Carlos Scannone, jesuita y maestro de Bergoglio, en el Colegio Máximo de San Miguel, me hizo una evaluación de ese período: “La forma de hacer teología en Argentina se debe en gran parte al clima cultural creado por el peronismo. En el plano político, el peronismo le dio gran importancia a los trabajadores, los famosos descamisados, es decir, aquellas masas de trabajadores que, desde dentro del país, convergieron en Buenos Aires. En la concepción peronista, es el pueblo, no la clase, lo que tiene gran importancia. Las personas son entendidas y sentidas como una categoría; Se piensa que parte de la unidad y no del conflicto como en el marxismo.

La “teología del pueblo” nació en Argentina y algunos, como Gustavo Gutiérrez y yo mismo, la consideramos “una corriente con características propias dentro de la teología de la liberación”, aunque otros la distinguen de ella. Comienza desde la unidad del pueblo para resolver conflictos, no desde la lucha de clases. En el marxismo, la unidad viene sólo al final, en una sociedad sin clases. Es curioso que Bergoglio fuera a Alemania para profundizar en los “tensos opuestos” en el pensamiento de Romano Guardini, a quien tenía en gran estima.

El mismo Gustavo Gutiérrez, el fundador de la teología de la liberación, me confió un día que veía en el peronismo un surco para aquellos que, fuera del marxismo, luchan por los pobres. Les recuerdo algunos puntos fijos del pensamiento de Bergoglio: el todo es más que la suma de las partes; la unidad vence al conflicto; La realidad es más importante que las ideas; El tiempo prevalece sobre el espacio”.

Otro de los grandes teólogos argentinos, Carlos María Galli, me confirmó, en una reunión en la facultad teológica de Buenos Aires, que Bergoglio nunca se ha separado y nunca romperá con estos cuatro axiomas. Su sucesor en la arquidiócesis, Jorge Ignacio García Cuerva, ya ha dado pruebas, como obispo de Río Gallegos, para ponerlas en práctica.

 

 

 

 

9 comentarios

  • Santiago

    Gracias Antonio LL. por tu reflexión. Tambien a mi me siempre me ha hecho pensar esta definición del amor  ya que aunque me “desollara vivo”  y aunque me quedara en la pobreza por dar, no importa lo que yo “doy” sino como “lo doy” y como “me doy”….Por eso  en realidad, no se trata de  la cantidad de la “obra” sino su “calidad” y la forma que emplearla…¿Cómo amo? ¿Cómo he amado? ¿Cómo debo amar? es la pregunta de nuestro examen, sin angustias, sino en la paz de Cristo…Porque cada día podemos ascender un poco en el deseo de amar a Dios y al prójimo….No se trata de mi, sino de la felicidad del prójimo…Eso de “quedeme y olvideme”…olvidarme de mi, salir de mi y alcanzar a Dios y a nuestros hermanos..es querer de verdad…Pero eso puede  llegar a ser la labor de toda la vida…Un poco cada día..aunque retrocedamos..Y no importa si es la indigencia de nuestra vida diaria…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • Santiago

    No es necesario, Gonzalo, “decrecer ningún nivel” de nuestra vida…Podemos usar de nuestros bienes, si los poseemos lícitamente, para ayudar a los mas desvalidos y vulnerables. Uno de estos multimillonarios filantrópicos seguía el consejo dado de que tan pronto le entraba el dinero, lo empleaba en algo útil para el prójimo.

    La justicia social evangélica -como el justicialismo- no implica una lucha de clases con odio y re-sentimiento. La predicación de Cristo enseñaba a “vencer con amor”, amando a “nuestros enemigos” y es radicalmente diferente a los que aceptan el “materialismo dialéctico” donde todo se reduce a una revolución cruenta o no, con objeto de lograr la utopía de una sociedad sin clases. El cristianismo, sin embargo, enseña que esta vida se ordena a la vida verdadera que es la vida eterna, diferencia esencial con las ideologías materialistas en boga.Pero Cristo no predica esta clase de revolución sino que Su mandamiento nuevo es amar como El mismo nos ama: con amor de caridad..y dar cumplimiento -sin destruirla- la Ley eterna del Padre promulgada en el Sinaí e impresa en nuestros corazones por El. Un saludo cordialSantiago Hernández  

    • Antonio Llaguno

      Me ha encantado lo que has escrito, Santiago.

      Porque no hay mayor revolución que la del Amor. En 1Cor 13, 3 nos lo deja claro: “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”

      Y es que el Amor es lo que da sentido a todo en este mundo.

      Siempre he echado de menos que algún sesudo pensador o filósofo se ponga a hacer esta reflexión: Supongamos que no tengo ninguna creencia religiosa y quisiera pensar en ¿Cómo debería ser Dios, en caso de existir? ¿Qué es lo que haría que si Dios existiera, creara una realidad? Por pura lógica.

      Desde mi pequeña intuición mental, sólo puedo encontrar una causa por la que si existiera Dios, podría haber querido crear algo así: El Amor.

      Dios necesita amar y ser amado. Dios, en si mismo, no es nada ni nadie. No necesita adoración sino Amor, porque Él solo puede dar Amor y existir amando.

      Es solo una intuición personal que trasciende todo dogma o creencia que yo tenga grabados en mi cerebro.

      Si Dios no fuera Amor, sólo Amor y nada más que Amor, no solo la realidad no tendría sentido sino que tampoco tendría interés para mi.

      Una vez hablando con un amigo mío, ultra conservador católico, le dije: “Mira Bruno, no sé si el Dios que predicas existe o si el Dios que existe es como tú lo predicas. Lo que sí sé es que si es así, a mi no me interesa. Puedes quedarte con él (Así en minúscula). No es digno de una criatura tan especial como el ser humano”

      No sirvió de nada, me llamó hereje, blasfemo y me condenó al infierno con vehemencia… pero como somos amigos, luego nos tomamos unas cañas en paz y dejamos que Dios, sea el que sea si es que es, dirima nuestras diferencias.

      Que los dos somos del Atleti y eso une.

       

    • Rodrigo Olvera

      Si Santiago está en lo correcto sobre la predicación de Jesús, no tendríamos otra opción más que concluir que Jesús fue un hipócrita que no vivía lo que predicaba; pues los evangelios están llenos de momentos en que no hay una pizca de amor sino bastante agresividad tanto en las palabras como en los actos de Jesús.

      Expresiones como “raza de víboras” o “sepulcros blanqueados” no son ejemplo de “vencer con amor”; los mercaderes del templo que perdieron sus palomas cuando Jesús les rompió sus mesas a latigazos no se sintieron “amados”. Tampoco debió sentirse amado Herodes cuando dicen que Jesús lo insultó mandándole decir “díganle a ese zorro…” Explícitamente los textos evangélicos describen momentos en que Jesús habla y actúa lleno de ira; incluyendo la clarificación de que no había venido a traer paz a la tierra sino fuego.

      Y no necesitas Santiago responderme con alguno o varios de los malabares mentales con que se busca torcer los textos para que dejen de decir lo que claramente dicen para que se ajusten forzadamente a esa imagen de Jesús. Los conozco muy bien desde que era adolescente.

       

      El mejor libro de cristología que he leído es Galilea año 30, de Carlos Bravo. Es una versión didáctica en estilo narrativo de su tesis de doctorado. El título de dicha tesis es “Jesús, hombre en conflicto” y parte de la hipótesis de que para comprender adecuadamente a Jesús y su mensaje es indispensable comprender los conflictos que generó su predicación. Ésto, por supuesto, rompe con esa imagen romantizada y edulcolorada de “Jesús ajeno al conflicto social”, tan funcional a los grupos de poder a los que en su época Jesús confrontó y que ahora promueven interpretaciones como la “teología de la prosperidad, el “choque de civilizaciones”, y los ataques maliciosos contra Bergoglio.

       

      • Antonio Llaguno

        Yo no veo contradicción, Rodrigo, entre esos momentos en que Jesús se muestra iracundo y un Jesús que basa su vida y predicación en el Amor.

         

        Y no lo veo porque es precisamente por Amor, por el Amor a quienes sufren las conductas que Él condena, por lo que Cristo se comporta así.

         

        Hace algunos años, en unas vacaciones en México, mi suegra puso una película sobre la vida de Cristo (El Mártir del Calvario) en la tele y el actor (Enrique Rambal), que seguro que si estuviera haciendo de malo en una telenovela podría ser un actor de carácter, representa a un Jesucristo al que habría que darle un poco de chile en la comida a ver si le surgía la sangre en las venas en vez de horchata.

         

        Y es que se nos ha tratado de mostrar un Cristo que, de tan bueno, parece imbécil. Que tiene que hablar engolado y con tonito de mal profesor. En fin véanlo en Youtube. Si ese es Jesucristo, yo soy campeón olímpico de Marathon.

         

        Sin embargo siempre recordaré el gesto de Willem Defoe en “La Última Tentación de Cristo” (Le peli es buena pero la novela de Kazantzakis es genial) en que cuando realiza el milagro de las bodas de Caná mira a su amigo, el novio y le hace un guiño de complicidad, como diciéndole: “Me debes una”

         

        Y es que yo siempre he pensado que si creemos en un Cristo que es prácticamente Superman, su resurrección solo alcanzaría a Spiderman, Batman y similares. Cristo fue un hombre con una enorme conexión con el Abba pero un hombre y como todo hombre (O mujer) fue capaz de amar y de compadecerse y fruto de esa compasión por los más desfavorecidos pudo tener momentos de ira ¿Por qué no?

         

        Esa obsesión de la Iglesia de “Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto” no se lleva a cabo ni siquierea en Cristo.

         

        Gracias a Dios

      • Santiago

        Rodrigo, gracias por tener la amabilidad de dirigirte a mi..cuando esto pasa comprendo que he tocado una “tecla” clave que te hace reaccionar y enseguida te apresuras a escribir..Lejos de molestarme tu actitud ésta me estimula a contestarte.

        Pero reflexionando en lo que planteas creo que la ira no siempre equivale a odio. Y en este sentido coincido con Antonio Ll. en que no ve “contradicción” entre la ira y el amor. Porque un padre puede “airarse” con su hijo y al mismo tiempo amarlo mucho. A mi me ha pasado con mi propio hijo.

        Jesús expresa la verdad cuando con ira expulsa a los vendedores del templo porque mi casa es casa de oración y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones” . Era una expulsión con dolor y justa ante la desecration del templo de Dios. Este castigo provenía de la mano del Jesús de la Misericordia que castigándonos nos invita a la conversión a El 

        Y lo mismo con los judíos que Le infamaban a pesar de Sus milagros que maliciosamente atribuían al demonio Belzebú. Es por eso que les quitaba la máscara de la hipocresía y les llamaba lo que eran: raza de víboras y sepulcros blanqueados.  ¿O es que acaso al desenmascarar el delito un juez no busca la conversión del reo al bien y un llamado a una reflexión madura?

        Por eso, Jesús, que vino a dar testimonio de la verdad, la proclama sin dudar un instante. Porque Su Evangelio es el de la verdad que es justicia y misericordia a la vez.
        Y cuando amamos es cuando decimos la verdad.

        A El no se le escapa la hipocresía farisaica que haciéndose pasar por “justos” le preguntaban:

        “¿Es que nosotros estamos ciegos?” Pero Jesús les responde : “Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado; mas ahora decís: “Vemos”; vuestro pecado permanece”(Juan 9:40-41)

        Pero Jesús nos ama “hasta el extremo” de dar Su vida por nosotros.

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Antonio Llaguno

    Los últimos nombramientos de Francisco han sido muy criticados en medios conservadores, por lo que deben ser buenos, en especial el nuevo de Madrid que ha sido fruto de todas las iras infovaticarcas e inforcarcólicas.

  • ELOY

    Gracias Gonzalo, en pocas palabras has desgranado todo un un ideal de vida.Y me parece importante el recuerdo de que «la realidad es más importantes que las ideas»; Por eso si se desconoce la realidad. la desigualdad, la pobreza, los abusos de poder, la problemática de la salud, incluida desde luego, de forma destacada, la salud mental, etc. se produce el gran fracaso de la sociedad , de la política y de los planteamientos “ideocráticos” y “doctrinarios”.    

  • Gonzalo Haya

    No entiendo de los diversos matices del peronismo, pero aprecio esos principios fundsmentales de Bergolio, principalmente  que “la realidad es más importantes que las ideas”; este ha sido el sello que ha culminado mi conversión. Lo más importane son las personas; la pastoral es más importante que la dogmática. Las ideas sólo son explicaciones confusas y parciales del misterio. La Biblia nos muestra cómo Dios se ha ido adaptando a la situación sociocultural de su pueblo; y la Historia de las religiones nos lo muestra aún más claro con circunstancias más distintas y mas complejas. Peronismo o no, lo más importante es promover la justicia social y el cuidado de los desvalidos y de la naturaleza, aunque eso signifique decrecimiento de nuestro nivel de vida privilegiada.