A VUELTAS CON LA MAGDALENA 2/2
6 El Galileo VE –desde lo alto– DOS personas
Tras la presentación, el narrador advierte de la mirada del Galileo sobre las dos mujeres antes de dirigirse a ellas. Él ve también a DOS personas:
“Jesús, entonces, VIENDO a LA madre y, al lado de ella, a su discípulo predilecto, dijo a LA madre” (v. 26).
Supone que el Galileo observa a partir de una posición única. Desde el emplazamiento donde le han colocado se divisa todo. No hay lugar a dudas. La interpretación de su mirada ha sido descrita por el autor del cuarto evangelio con el máximo cuidado y detalle.
Su minuciosidad exige no pasar de largo. Se impone el análisis. Nos detenemos a examinar tres datos:
7 Lo que VE la MIRADA
“La madre” (ἡ μήτηρ)
El narrador nombra ahora por dos veces a la madre del Galileo, pero en ninguno de los dos casos utiliza, como en la presentación de las mujeres, el pronombre que indica su relación con él (‘SU madre’). Emplea, en cambio, el artículo determinado (“LA madre”) para expresar el nuevo sentido de su maternidad.
1. “al lado de ella” (παρεστῶτα)
Un participio del verbo griego παρίστημι (“estar al lado”, “estar junto a”) traducido: “al lado de ella” señala, como asociada a la madre, a alguien anunciado a continuación. Al autor le ha parecido en este caso insuficiente la conjunción (‘y’; καὶ) y ha añadido un participio verbal (“al lado de ella”) para subrayar la estrecha proximidad entre los dos personajes.
2. “el discípulo predilecto” (ὁ μαθητὴς ὅν ἠγάπα)
De manera sorprendente, sin que haya sido nombrado en la presentación de los personajes, se menciona ahora de sopetón a una persona disimulada bajo una fórmula que despierta el interés por descubrir su identidad. La comunidad autora del cuarto evangelio ha propuesto en último lugar una gran incógnita a resolver. El encubrimiento intencionado del personaje revela su importancia. Se trataría de una persona altamente significativa. Alguien de singular envergadura a tener en consideración por los colectivos de seguidores del Proyecto. Se precisa ahondar en este personaje para poder reconocer su verdadero rostro.
8 Ser “discípulo”
En la cultura contemporánea al NT se considera ‘discípulo’ a quien vive asociado a un maestro. No se concibe a un discípulo sin maestro. La condición de discípulo solo se obtiene a través de la relación personal y continua con alguien reconocido por su capacidad pedagógica. El discípulo no era quien aprendía enunciados, dichos o teorías, sino el que intentaba identificarse con su maestro para llegar a vivir de manera similar a su modo de encarar la vida. La lealtad al maestro era, por tanto, el distintivo esencial del auténtico discípulo. Un sello – LA LEALTAD – del que ninguno de los Doce hizo gala en vida del Galileo.
Por discípulo se entendía siempre en el entorno judío a alguien perteneciente al género masculino. Resultaba impensable que una mujer entrara a formar parte del grupo de discípulos de un maestro de la ley.
El colectivo de discípulos del Galileo parece que fue reducido. En algunas ocasiones puede suponerse limitado a los Doce, aunque por su carácter simbólico, ese número tiene solo sentido figurado. ‘Discípulo’ y ‘seguidor’ son términos prácticamente equivalentes. El pequeño conjunto de discípulos estaba constituido por sus seguidores íntimos, hombres y mujeres, con los que podía hablar con claridad sin excluir ningún tema. El término griego traducido por discípulo, μαθητὴς, empleado en evangelios y Hechos (nunca en los demás escritos) 261 veces, los engloba a todos. En cambio, el vocablo μαθήτρια (discípula) se usa en solo una ocasión, en el libro de los Hechos 9,36, para aludir a una mujer seguidora llamada Tabita. Si en la mentalidad judía resultaba inconcebible una mujer discípula, en el grupo de seguidores de Jesús se incluyen tanto hombres como mujeres. Ahora bien, para designar a ese heterogéneo colectivo se utiliza siempre el acostumbrado masculino: μαθητὴς.
Es importante significar que en el libro de Hechos, el concepto ‘discípulo’ adquiere un nuevo significado. Se les llama así a todos los integrantes de la comunidad. No hay escuelas de maestros, porque Maestro solo hay uno. Discípulo será a partir de entonces todo aquel que demuestre su lealtad al Proyecto.
9 El “predilecto”
El término μαθητὴς se halla en este relato de Juan asociado a la expresión ὅν ἠγάπα ( “el predilecto”; lit. “el que amaba”), que oculta a ese personaje bajo una envoltura estampada con un sello único. La fórmula apunta en la dirección de ser una figura representativa. Señala el ideal de quien sigue los pasos de Jesús, el paradigma de discípulo deseado y querido por él. Destaca como camarada inseparable, de demostrada lealtad. De ese modo se presenta en otros tres momentos singulares donde se repite ese enunciado con idénticos términos (Jn 13,23; 21,7.20).
El “discípulo predilecto” interviene en estas tres escenas siempre en relación con alguna actitud de Pedro. Se le nombra por primera vez con esta fórmula en el contexto de la cena de despedida narrada por Juan. Allí ocupa el lugar preferente junto al Galileo:
“Uno de los discípulos estaba reclinado inmediato a Jesús; era el predilecto de Jesús (ὃν ἠγάπα ὁ᾽Ιησοῦς)” (Jn 13,23).
9.1 Excursus al “lugar” de Pedro
Se comía recostado sobre alfombras o divanes apoyándose sobre el brazo izquierdo y en posición perpendicular al espacio ocupado por la comida. El lugar preferente y más deseado por los comensales era el que se ocupaba delante de quien presidía la comida. El anfitrión lo reservaba para el más querido, para el incondicional. Suponía una posición idónea para una comunicación muy personal con él, para la confidencia. De ahí que tras la noticia de que en el grupo hay un traidor, Pedro intente que el discípulo que ocupa el lugar destacado pregunte al Galileo por su identidad:
“Simón Pedro le hizo señas de que averiguase por quién podría decirlo” (13,24).
Pedro no ocupa el lugar de privilegio. Su posición está alejada de la zona de máxima intimidad. Su posición no le facilita la comunicación directa con el Galileo. Tiene dificultad para llegar a él y conocer de primera mano aquello que quisiera saber. Para estar al corriente precisa recurrir al “discípulo predilecto”. Busca ocultar su interés y mantener la reserva. Por eso le hace su petición mediante gestos (“le hizo señas”). Sabe que Jesús le desvelará el secreto. Mientras “el discípulo predilecto” mantiene una relación fluida y estrecha con el Galileo, Pedro se encuentra imposibilitado para el intercambio de información delicada. El canal idóneo de comunicación pasa en primero lugar por quien ha demostrado su lealtad y ha sido correspondido por el amor de su Maestro.
9.2 Más sobre el “discípulo predilecto”
Los otros dos momentos en que se menciona al “discípulo predilecto” se encuentran en dos relatos referidos a la tarea a realizar por la comunidad tras la ejecución de Jesús.
9.2.1 El primero de ellos (Jn 21, 7)
– se desarrolla en el contexto de una pesca. La pesca representa la tarea, productiva o no, de la sociedad alternativa (“la barca”). Pedro, por su propia cuenta, toma la iniciativa de ir a pescar y se le agrega un grupo de discípulos:
“Les dijo Simón Pedro:
– Voy a pescar.
Le contestaron:
– Vamos también nosotros contigo
Salieron y se montaron en la barca, pero aquella noche no cogieron nada” (21, 3).
9.2.2 Otra vez Pedro y el “discípulo predilecto”
Usan la barca, lugar para la actividad. Pero, ausente la luz, la pesca resulta infructuosa. Pedro, sin Jesús, dirige a los demás a un trabajo improductivo. Decepcionados, ninguno de los de la barca reconocerá al Galileo al presentarse él en la playa al rayar el día:
“Al llegar ya la mañana, se hizo presente Jesús en la playa, aunque los discípulos no sabían que era Jesús” (21, 4).
Tras unas palabras entre ellos, el Galileo les indicará el punto donde echar la red. Ante el resultado extraordinario de la pesca: “…no tenían en absoluto fuerzas para tirar de ella (la red) por la muchedumbre de peces” (v. 6b), será el discípulo predilecto ¡y no, Pedro! quien reconozca de inmediato a Jesús:
“El discípulo aquel, el predilecto de Jesús, dijo entonces a Pedro:
–Es el Señor” (v. 7a).
Pedro ha querido ir por cuenta propia a un trabajo que compete a la comunidad y ha arrastrado con él al grupo a una tarea inútil. Obviando el Proyecto se obtiene fracaso tras fracaso; la frustración está garantizada. Solo siguiendo la ruta marcada por el Galileo el trabajo de la comunidad produce fruto. Pedro no piensa que el buen resultado de la misión se ha producido por la presencia del Maestro. El “discípulo predilecto” será quien lo entienda: Si hay cosecha, ahí está el Señor. Será el discípulo predilecto el que se lo haga saber a Pedro. Este anda equivocado pretendiendo una función de liderazgo que no ha roto con la del orden injusto. Siguiendo esa pauta le resulta imposible entender el Proyecto. De ese modo nunca será fructífero su trabajo. Tampoco podrá reconocer al auténtico “Señor”.
9.3 El segundo
Se narra en la escena siguiente, caracterizada por una conversación privada entre Jesús y Pedro. Pedro debe rectificar su actitud. El más gallito de los discípulos, el que se decía amigo indiscutible, había negado su relación con el Galileo repetidamente antes del canto del gallo (Mc 14,66ss.). Aún después de haber sido ejecutado Jesús, sigue empecinado y sin comprender el Proyecto de sociedad alternativa. Jesús le pregunta ahora por tres veces si le ama. La identificación con él resulta necesaria para una adhesión sincera al Proyecto. Las respuestas afirmativas de Pedro indican que está en disposición de iniciar el seguimiento. Jesús, entonces, le invita de nuevo a seguirlo, como en su primer encuentro con él:
“…añadió:
–SÍGUEME” (Jn 21, 19b).
Pedro deberá dejar atrás el trayecto equivocado seguido por él tanto tiempo y darse la vuelta en la dirección marcada por el Galileo. Al girar los ciento ochenta grados, verá a quien ha mantenido siempre su fidelidad a aquel hombre de Galilea; la persona que nunca le falló, quién ocupó el lugar preferente en la cena de despedida: “el discípulo predilecto”. Tal discípulo iba como siempre iba: SIGUIENDO:
“Al volverse, Pedro vio al discípulo predilecto de Jesús que iba siguiendo, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado…” (Jn 21,20).
El “discípulo predilecto” se muestra por su lealtad como ideal a imitar. Está ahí, siguiendo y pegado al Maestro. Pero no será él a quien Pedro deba seguir. Pedro se ha fijado en él nada más darse la vuelta. Aquel discípulo no se ha equivocado en sus pasos. Se presenta como referencia de seguimiento, aunque el Pastor Modelo será siempre el Galileo. Es él quien marca el camino:
“…Le respondió Jesús:
–– Tú sígueme a mí” (21, 22).
9.3.1 El “discípulo predilecto” y Pedro: es decir, Proyecto y Anti-Proyecto
En estos tres casos, “el discípulo predilecto” es presentado, interviene y habla, aunque siempre lo hace en confrontación con Pedro. Uno y otro representan dos posiciones antagónicas ante el Proyecto. Si el primero se revela como ejemplo de lealtad, Pedro se significó por mantener con tozudez unos criterios heredados del orden injusto y contrarios a la propuesta del Galileo. Ambos actúan como figuras representativas: Pedro, de la ideología del poder, la que mantuvieron los Doce; “el discípulo predilecto”, de la sociedad alternativa: la comunidad de seguidores leales.
10 ¿Quién sería el “discípulo predilecto”?
De Pedro se puede asegurar su realidad como ser histórico; pero ¿qué decir respecto al “discípulo predilecto”? ¿Es solo un personaje de ficción ideado por la comunidad autora del cuarto evangelio? ¿Su modelo de seguidor? De ninguno de estos tres relatos puede deducirse su identidad como persona real. Sin embargo, en la escena de la cruz, única vez que aparece sin Pedro, tal vez encontramos indicios respecto a la persona encubierta bajo la veladura de esta fórmula exclusiva del cuarto evangelio.
En la escena junto a la cruz “el discípulo predilecto” no ha sido presentado explícitamente, como ocurre en los tres relatos anteriores, antes de su aparición activa en escena, precisamente porque se corresponde con una de las mujeres citadas con anterioridad: “María la Magdalena”.
La correspondencia entre los personajes la ha marcado con claridad el autor del evangelio con la estructura por parejas seguida en su presentación. Este llamará a “SU madre”: María la de Clopás. Y a María Magdalena la presentará como “la hermana de su madre”. El Galileo verá a María la de Clopás como “LA madre” (Antigua Alianza) de la que ha nacido la sociedad alternativa (Nueva Alianza) representada por “el discípulo predilecto”: “María la Magdalena”.
Resulta legítimo objetar que el término griego μαθητὴς (‘discípulo’), de género masculino, no concuerda con el nombre de María, al que correspondería el femenino μαθήτρια (‘discípula’). No obstante, como hemos indicado más arriba, en consonancia con aquella cultura en que era inimaginable ver a una mujer formando parte del círculo de seguidores de un rabino, el masculino μαθητὴς era, en la práctica, el exclusivo término empleado para referirse al colectivo o a alguno de los seguidores. En los evangelios nunca se usa el femenino ‘discípula’.
El término ‘discípulo’ (μαθητὴς) engloba a todos los seguidores, hombres y mujeres. El adjetivo ‘predilecto’, indicando al más querido del colectivo, convierte a ese discípulo en un REFERENTE fundamental: en figura representativa de toda la comunidad de seguidores. El empleo del femenino ‘la discípula predilecta’ habría reducido ese carácter general, conduciendo a equívocos. La expresión ‘discípula predilecta’ es susceptible de ser entendida en un sentido restrictivo como alusiva a alguien especial, ¡pero solo entre las mujeres seguidoras!
Por los datos ofrecidos en los evangelios respecto al grupo de discípulos varones, ninguno de ellos destaca como seguidor leal. Por el contrario, cada vez que intervienen lo hacen mostrando sus despropósitos y el absoluto desatino respecto a las propuestas del Galileo. Llegado el momento de su captura para enjuiciarlo y promover su ejecución, todos salieron por piernas poniendo tierra de por medio. Ninguno de los evangelios señala la presencia de discípulos varones durante el ajusticiamiento del que dijeron tener como Maestro.
11 María Magdalena, paradigma del amor leal
Solo las mujeres aguantaron el tipo. Y entre ellas, la de Magdala. Allí estuvo, la primera, delante de todas las mujeres, lo más cerca que pudo y le dejaron. Fue ella la que no se resignó e insistió en llevar adelante el Proyecto como demostración de su amor leal. El amor leal le hizo sentir la Vida. Su lealtad no se detuvo ante la muerte de su Maestro. Llegó más allá de lo que a los discípulos les pareció el final. Ella había comprendido lo que ninguno de los seguidores alcanzó a atisbar, que el amor leal da la Vida. Su experiencia le condujo al convencimiento de que al Galileo no pudieron arrebatarle esa Vida. Fue, por esa razón, también ella la que les plantó cara a Pedro y al grueso de los discípulos varones sacándolos de su cobardía. La comunidad autora del cuarto evangelio encontró en María Magdalena el mejor ejemplo de lealtad al Proyecto. Nadie como ella había demostrado tanto amor y lealtad al Galileo.
El evangelio de Juan dejó la incógnita para ser resuelta por las asambleas a las que llegara su texto. Pero ¿cómo podrían descubrir la identidad del “discípulo predilecto”? Desde su perspectiva, alrededor del año 100, la mayoría de comunidades repartidas por Asía Menor y la cuenca del Mediterráneo conocían los textos de Marcos, Mateo y Lucas. Sus integrantes tenían conocimientos sobrados del posicionamiento de los seguidores del Galileo durante su trayectoria histórica. Tuvieron ocasión de descubrir a la persona que en ese colectivo destacó por su lealtad. Del resto de escritos del NT estuvo ausente el nombre de la Magdalena. Pero el cuarto evangelio dejó constancia de su valor único como modelo de discípulo y aportando las claves para dar con la persona velada tras la incógnita. Bastaba la escucha de las explicaciones del Lector. Él daría también detalles sobre el comportamiento de los discípulos en los momentos más oscuros e inciertos del colectivo de seguidores. ¿Quién resultaba más idóneo que la Magdalena para ser reconocido como “discípulo predilecto”? ¿Quién podía representar mejor a la sociedad alternativa que la que le dio el impulso que necesitaba para reiniciar su andadura?
12 El Galileo –desde lo alto- ilumina las DOS Alianzas
Desde la cruz, el Galileo se dirige a cada uno de los dos personajes ante él. En primer lugar a quien representa al resto fiel de la Antigua Alianza. El narrador le llama “la madre”:
“dijo a LA madre”:
El cambio de “SU madre” a “LA madre” es intencionado, guarda una importante significación. Señalará el papel que desde este momento le corresponde a la Antigua Alianza. Le anima a aceptarlo. La muerte del Galileo no supondrá el final del Hijo. La comunidad de seguidores le sustituye. Prosigue su tarea y lo representa. Ella será desde entonces el hijo que ampare al resto fiel de la Antigua Alianza. A ese colectivo representado por María Magdalena debe orientar su mirada. El encargo que el Galileo le traslada lo indica:
–“Mujer, mira a tu hijo” (v 26b).
No la llama madre, sino “mujer”, el término que un marido usaba para dirigirse a su esposa. La considera la antigua esposa del AT. Es la segunda vez que la llama así. La primera, como aclaramos con anterioridad, fue en el relato de la boda de Caná. Allí tomó ella la iniciativa al comprobar que la Alianza se iba a pique. Faltaba lo esencial de una relación entre esposos: el amor y la alegría simbolizados por el vino. Ella pretendía que el Galileo arreglara el desastre. Pero él, dirigiéndose a ella con el apelativo: “mujer”, es decir, atribuyéndole el papel simbólico de esposa que intenta reconducir la situación, le avisa de que la tarea que él trae entre manos se sitúa fuera de ese contexto de boda fracasada, tiene otro rumbo y estará señalada por otro momento:
–“¿Qué nos importa a ti y a mí, mujer? Todavía no ha llegado mi hora” (Jn 2, 4).
En este relato en torno a la cruz, a la antigua esposa (“mujer”) le toca aceptar que “la hora” ha llegado. La Antigua Alianza ha alcanzado el instante que determina su acabamiento. Comienza el nuevo tiempo, el esperado. En él no tendrá la función de esposa. Su cometido será otro. El Galileo le invita a admitir el cambio. Pasará a tener la condición de madre. La lealtad del resto fiel de la Antigua Alianza a la promesa del reinado de Dios no ha resultado del todo estéril, ha retoñado:
“Saldrá un renuevo del tocón de Jesé,
y de su raíz brotará un vástago.
Aquel día la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos:
La buscarán las naciones y será gloriosa su morada” (Is 11,1.11).
De la Antigua Alianza ha rebrotado un nuevo retoño, el colectivo que constituye la sociedad alternativa a quien representa “el discípulo predilecto”. Él está a su vera; ella deberá reconocerlo como fruto de sus entrañas: “mira a tu hijo”.
El verbo griego ὁράω (‘ver’, ‘mirar’, ‘observar’, ‘fijar la atención’) es el mismo utilizado anteriormente para indicar que el Galileo ‘constató’ desde su posición elevada la presencia de esas dos personas a las que les da un encargo bilateral. El verbo implica aquí ‘percibir a través de los sentidos’, ‘comprender’ y ‘reconocer’. El resto fiel de la Antigua Alianza ha de ser consciente de que la sociedad alternativa se ha gestado al cobijo de su lealtad. El reconocimiento del nuevo colectivo como hijo extinguirá definitivamente su papel de esposa. A partir de ahora le toca asumir su nueva posición de “madre”.
A la actitud de “la madre” admitiendo como hijo al colectivo que conforma la sociedad alternativa ha de corresponderle la acogida de dicho colectivo. La actitud modélica de la comunidad que representa “el discípulo predilecto” cumple todas las condiciones para que no quede en el abandono:
“Luego dijo al discípulo:
–Mira a tu madre” (v. 27a).
De nuevo se repite el verbo ὁράω: “Mira”, esta vez dirigido al discípulo reclamándole el reconocimiento de su origen. A la comunidad que ese discípulo representa le corresponde la responsabilidad de acoger en su seno a quienes mantuvieron su confianza en la promesa del tiempo definitivo.
13 La cruz mostró dos realidades incuestionables:
- La entrega y lealtad de Jesús al Proyecto de sociedad alternativa.
- La absoluta equivocación y la maldad esencial del orden establecido.
El evangelio de Juan designó el momento de la cruz como “la hora” de Jesús. El colofón del relato alude con ese término a dicha circunstancia. Señala con él la respuesta inmediata y amorosa del discípulo leal que recibe el encargo:
“Y desde AQUELLA HORA la acogió el discípulo en su casa” (v. 27b).
Se trata del momento culminante. Él divide la historia. El discípulo toma la iniciativa. Responde imitando la entrega y lealtad del Galileo. A ella, la madre, solo le compete aceptar o no la acogida. Su función consistirá en admitir el fruto de su fidelidad como la nueva y definitiva sociedad, la nueva esposa: la comunidad que la acepta y ampara. La sociedad alternativa no reniega de sus orígenes, los asume. Los fieles de la Antigua Alianza no serán despreciados. Ahora ya sin templos, ni culto, ni sacerdotes, ni leyes, ni institución, tienen cabida en la nueva sociedad que no excluye a nadie y se distingue por la familiaridad. Entrarán a formar parte del colectivo donde se desarrolla la Vida, una Vida que a “la madre” no le faltará. La comunidad la tomará bajo su tutela abriéndole todas las puertas de su nueva familia: “la propia casa” (traducción del griego: εἰς τὰ ἴδια).
14 Las Interpretaciones: literal y figurada
Los esfuerzos por mantener la historicidad de este relato de Juan conducen a perder la riqueza de su sentido figurado. La interpretación literal suele refugiarse en generalidades y protegerse entre tradiciones. Atrancada y atascada en la letra de cada escrito renuncia a ofrecer una explicación con sentido a los relatos haciendo insalvables las contradicciones de los textos. Su procedimiento no facilita el entendimiento; obliga sin discusión ni razonamiento a la creencia.
14.1 María, la madre de Jesús
No hay constancia alguna de que María, la madre del Galileo, fuera acogida en la casa de alguno de los discípulos. Tenía hijos suficientes para encontrar amparo de sobra. Tan es así que el único lugar en que se la nombra fuera de los evangelios, en el libro de los Hechos, aparece acompañada otra vez por sus otros hijos, los hermanos del Galileo:
“Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, con las mujeres, además de María, la madre de Jesús, y los hermanos de él” (Hech 1,14).
14.2 María, la Magdalena
La sociedad alternativa es desde aquella “hora” la nueva esposa. Estará representada por María Magdalena, a quien en los relatos de la resurrección del evangelio de Juan Jesús la llamará: “mujer”:
“Jesús le preguntó:
– MUJER, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas? (Jn 20,15a).
Ella, la María de Magdala, es también la que la comunidad autora del cuarto evangelio encubrió bajo el título: “el discípulo predilecto”. Esta denominación le otorgaba el valor de prototipo de discípulo y reconocía su papel como impulsora de la sociedad alternativa. Gracias a ella esa comunidad alcanzó la experiencia de una Vida que pudo plasmar en su escrito. La Ma<gdalena fue la mujer que ocupó junto al anfitrión Jesús el lugar preferente en la cena de despedida; aquella que descubrió su presencia tras el trabajo fructífero de los discípulos; la que Pedro vio, al darse la vuelta para salir de su cabezonería, cómo ella nunca había dejado de seguir al Maestro.
Fuera de los evangelios, ninguno de los escritos del NT, la nombra. Pero alrededor del año 100, el cuarto evangelio reivindicó la envergadura y la tarea desempeñada por esta mujer extraordinaria. Y la dejó velada para la historia tras esa fórmula: “el discípulo predilecto”. La incógnita exige ser descubierta como referencia al prototipo de discípulo; un ideal para todo tiempo y todas las comunidades a las que llegue este texto de Juan. La falta de reconocimiento como referente único del amor leal de aquella mujer de Magdala quizás solo produzca siglo tras siglo una persistente desorientación. Tal vez como la que demostró Pedro, que en desatinar sí fue un auténtico líder.
Pienso que el ser humano es un ser muy complejo. Somos seres muy complejos. Buscamos soluciones complejas a problemas que pueden ser sencillos de solucionar. Pero no, nos gusta lo complejo. Solamente hay que ver el lenguaje de la ciencia, las matemáticas. Son absolutamente complejas. Y si no demuestras algo matemáticamente, sencillamente no existe. Esa era la queja de Einstein, no sé las matemáticas suficientes para demostrar que lo que digo es cierto. Y no precisamente porque no supiera, sino porque no sabía Lo suficiente.
Pues eso mismo llévenlo al terreno de la teología. Lío total. Y estoy prescindiendo de ingrediente Poder. Dejando el Poder al margen. Lío total.
Mi mente es sencilla, creo en la sencillez. Creo que en el razonamiento el ser humano todavía no ha descubierto la línea recta, el camino más corto.
Pero claro, es una idea muy personal.
Con todos mis respetos a Iñaki, Óscar y Juan Antonio. Es mucho más sencillo que todo eso. O crees que realmente resucitó y ya está. La forma da igual porque jamás lo vais a poder saber, pero sí creer.
O piensas que no resucitó y que decidieron seguir con su obra, su idea acerca de lograr una sociedad más justa. Y pensaron que seguía vivo en ella.
Y eso es todo.
Que cada cual sienta y decida , si es que esto en realidad es una decisión, quizás sea una necesidad, un sentimiento, no sé, porque está en su derecho .
Salvador no se ha pronunciado al respecto, sencillamente explica lo que hay en el texto.
No sé exactamente qué piensa Óscar.
Tengo claro que tanto Iñaki como Juan Antonio creen en la resurrección aunque como es natural no saben exactamente en los términos que fue.
No creo en esa resurrección. Pienso, siento creo que mientras que a una persona se le recuerda, no muere. Luego para mí no hay resurrección, lo que sucede es que aunque muriese físicamente porque la vida empieza y acaba porque son las reglas del juego, en mi cabeza está presente. Para mí no ha muerto. Pero claro, hay otras personas que para mí tampoco lo han hecho.
Y ya está.
No veo el problema.
El problema es lo que vino después. La gran manipulación de su herencia intelectual, por llamarla de alguna manera. Da la sensación de que si no resucitó todo es mentira y su vida no tiene validez porque era una persona normal, un ser humano como todos. Y sin embargo para mí es lo que lo hace tremendamente grande, enorme…
Opiniones…
Hola Carmen
Tienes suerte de verlo todo tan sencillo. Entiendo tu discurso y no me cuesta nada quedarme con él. Permíteme, de todos modos, que discrepe un poquito en lo de la sencillez. Dos mil años después seguimos dándole vueltas a lo de…”Dios y hombre verdadero” y si falta la lucecita de la Fe, no acabamos de entenderlo….ni con la ayuda de Santiago.
¿Cómo crees que se seguirá hablando de estas cosas, por ejemplo, dentro de otros dos mil años……o dentro de dos millones de años?.
Un placer leerte.
Bueno, sencillo después de llevar cincuenta años dándole vueltas en la cabeza. Porque salí del colegio con dieciocho cumplidos en abril y este abril cumpliré 68. Y ya me recuerdo haciendo preguntas.
Y antes. Cuando era pequeñica, pequeñica no podía entender. Me daba muchísima lástima ese señor cubierto de sangre. Me dijeron que era porque como somos malos, él nos perdonaba . Fue por nosotros.
Malos? Mi familia, mis primos, mis amigas, mi madre, mi padre, mis hermanos malos? Yo era mala?
Y…pues no. No somos malos, no en el sentido que decían, no murió porque éramos todos malos.
Entonces por qué murió? Porque se metió en problemas con el Poder, se volvió peligroso porque tenía mucho tirón.
Resucitó?
A mí me trae sin cuidado. No espero ni premio ni castigo una vez que haya dejado de vivir la vida que conozco. Pero me encanta el personaje.
Otras personas si lo creen. Están seguros de que resucitó porque era dios mismo. Pues tampoco veo el problema.
Supongo que el quid de la cuestión, el intríngulis que dicen en mi pueblo está en ser honesto contigo mismo. Encontrar una respuesta sin miedos.
O dudar eternamente. Hay que elegir.
En cuanto a tu pregunta me gustaría que en un futuro, lo lejano que sea necesario, desaparezcan las religiones y la espiritualidad se haga tan palpable como ahora lo son las religiones.
Pero no sé. El futuro en realidad no existe, existe el presente . Y el pasado, que es recuerdo de lo que fue un presente. Luego el futuro depende de lo que hagamos ahora.
Ya sabes que pienso que sí se liberase a Jesús de la divinidad, es decir, del hecho de la resurrección biológica que es lo que llevó a considerarlo dios mismo, creo que posiblemente el personaje de Jesús de Nazaret podría ser uno de los grandes humanistas de todos los tiempos.
Pero…
Un abrazo
Esta iglesia “poder” por si sola…se caerá…solo la alimentarán esos grupos que en verdad:
El hermoso Mensaje del Evangelio, les importa muy poco; solo les interesa su pompa, sus lujos escandalosos, y sus predicaciones acomodadas a los que se creen “grandes por “tener y poseer” riqueza; eso no les abre las puertas de el Reinado de Dios, porque ell@s mismos se han acomodado afuera de su Mensaje.
Quizá mis ojos no lo vean…pero llegará…y los que lo llevan en su misma entraña, no dejarán de trabajar, para que toda persona pueda levantarse y salir afuera, donde brilla la luz, el amor, la justicia.
Lo creo con todo mi ser, y por, y desde ello, he vivido y soy.
Jesús otorgó a la mujer su verdadera dignidad y su lugar preponderante en la sociedad humana como el “corazón” que ama de verdad.
Juan narra detalladamente cómo Jesús hablaba en público con mujeres contra la costumbre judía y hasta “pedía de beber” a la samaritana en el pozo de Jacob a sabiendas de la enemistad proverbial contra este pueblo co-regional que era Samaria.
No sólo esto sino que Jesús se arriesga y defiende a la adúltera salvándola de la lapidación. A María Magdalena la salva de su posesión diabólica y la incorpora a la unción de la gracia a la que ella correspondió hasta seguirle “al pie de la Cruz”
Jesús al romper los moldes de aquella sociedad patriarcal injusta hasta el desprecio del “espíritu de la Ley” hubiera podido fácilmente incorporar a Su madre y a Sus seguidoras al ministerio sacramental. Ya había sacerdotisas paganas en los pueblos circundantes. Sin embargo, prefirió darle a la mujer libertad para que se situara y escogiera la “mejor parte” que era Jesús mismo. Como decía Teresa de Lisieux: “en el corazón de mi Madre la Iglesia yo seré el amor y así lo seré todo”
Un saludo cordial
Santiago Hernandez
Santiago, ya sabes que pensamos de manera muy distinta y que casi nunca entro en discusión con tus creencias, a las que respeto, cosa que, excepcionalmente, voy a hacer en este momento.
Desconozco en qué momento se relacionó las palabras atribuidas a Jesús en la cena que celebró con sus amigos y con sus amigas, con la fundación del sacerdocio. A Jesús lo mataron los sumos sacerdotes y la religión, de lo que se deduce que Jesús no estuviese pensando ni en el sacerdocio y en fundar una nueva religión, él se dirigió a la comunidad que estaba con él y le siguió los pocos años de su vida pública.
Tampoco tiene mucho sentido que excluyese a las mujeres en el supuesto del sacerdocio, primero porque su trato con las mujeres fue de igual a igual, como tú mismo señalas, y, en segundo lugar, porque el número doce tenía un sentido simbólico en relación con las doce tribus de Israel. No olvidemos que Jesús era y se comportaba como un judío, quitando y poniendo aquello que necesitaba el judaísmo para ser más humano y menos absurdo.
Ha sido la religión que se creó después de su muerte, cuyo poder sagrado o no, quedó en manos de hombres, los que han marginado a la mujer con todo tipo de justificaciones a las que se ha adornado por hombres y mujeres, con frases bonitas como la que tú citas a Teresa de Lisieux.
Esta marginación se extendió a toda la sociedad en cuestiones civiles, pero la sociedad moderna ha conseguido tratarla como igual, y ahí estamos recorriendo este largo camino en el que la sociedad nos trata como iguales, mientras la Iglesia sigue en la suya. Si Jesús levantase la cabeza volvería a coger el látigo.
Como dice Castillo, la Iglesia-religión, se ha olvidado del evangelio y se ha ido cargando y construyendo con lo que la sociedad de cada época ha aportado en una época premoderna, ahora toca que esta iglesia, desde el evangelio aproveche lo que la sociedad moderna aporta de racionalidad y se aleje de la mitología que ha ocultado el mensaje original del evangelio y, sobre todo, el de Jesús que está debajo los mitos de su época.
La sociedad, silenciosamente, va abandonando la Iglesia porque no hay quien digiera la concepción de un feto por un espíritu, ni que los angelitos cantasen, ni que José llevase a María a kilómetros de distancia a punto de dar a luz, ni que una estrella guiase a unos REYES que venían de no sé dónde, etc. etc. Aquí no hay historia, hay mitos, y la sociedad actual busca otra cosa en la que se pueda creer utilizando las aportaciones de las ciencias sociales actuales.
Un abrazo cordial
Me uno totalmente a tu pensar y sentir.
¿Cuándo se darán cuenta, lo lejos que están del Proyecto de Vida que proclamó Jesús?
Hay que seguir adelante con la esperanza, en que algún día lo comprenderán y caerán de su caballo…y se…
¡Convertirán!
Hola!
Algunas cosita (solo 2; aunque hay muchas más):
1- Esta exégesis me es más convincente porque:
– tiene “coherencia” de Conjunto (es “sistemática”)
– es “verificable” en cada uno de los rincones
de la Vida humana de cada cual.
2- Aceptado el acotamiento de atenerse al “Oficio” exegético
(varias veces reclamado por Salvador),
vuelvo a insistir sobre la existencia de una “elite-intelectual”
actuante en la redacción de evangelio de Juan.
No puedo pensar sino en esos “algunos” dedicados
a la composición de esa intrincada filigrana del “sistema coherente”.
Allá, el LECTOR, habrá tenido que rendir algunos exámenes algo más rigorosos.
(supongo que habría por ahí un “oscar” preguntando cositas)
Hola!
La cosa es demasiado “gorda” como para despacharla
con casi solo asunto “sexuado”.
[en los juegos de naipes como “truco” o “mus”
se cuida el “poroteo” puesto sobre la mesa;
de ahí el dicho: “no mezclemos los tantos”]
………………………….
Esta “interpretación” parece ser mucho menos “inocente” que la “habituada”.
Nada menos que la “famosísima” Escuela Biblia de Jesrusalem, traduce
sin el menor empacho lo que nos han “habituado”.
– Por lo que hace al intríngulis de “LA” madre y “SU” madre (v. 26)
ni se da por enterada (ni nos entera).
– Cuando en el v. 25 se habla de la Madre, la refiere al cap. 2,1
dando siempre “por supuesto” que se trata de “la Virgen María”.
……………………….
Por estas “razones” he pedido al Cumpa Vinagre
que verifique su “más o menos fundadas”.
Gracias!
Para conocer aceptablemente al Jesús histórico, la vía más fiable son los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), no Juan. En Juan hay ya mucho más simbolismo y elaboración teológica que en los sinópticos, aunque se apoye en algunos hechos históricos de base (entre los que puede estar la aparición de Jesús a María M.) En este sentido las interpretaciones pueden ser diversas, según la mentalidad y la base cultural de la comunidad en la que vivía y se desenvolvía cada autor.
De cualquier forma, María Magdalena es un-a personaje impresionante, que consta en los cuatro evangelios. Fue una ejemplar -y muy entrañable- seguidora de Jesús. Más ejemplar y fiel que los hombres. Por eso quizá sorprende que Lucas no haga referencia a la aparición (a María M.) de Jesús en el huerto ni a la misión que le encomendó: DI A TUS HERMANOS… Esto es, anuncia que vivo y los veré. El primer anuncio de la resurrección de Jesús lo transmitió una mujer. Este dato me parece muy significativo e intencionado por parte de Jesús: Da protagonismo a la mujer en la misión más importante, como es el anuncio de que Jesús de Nazaret vive. Éste mandato me parece, insisto, el mayor anuncio del Reino, que Jesús encomendó precisamente a una mujer. Por eso sorprende que en Hechos no se la mencione… (En este tema ha sido más preciso Juan?) Puestos a hacer interpretaciones, más o menos fundadas, ¿será que María M., siguiendo la recomendación de su Maestro, tras su “ida”, se puso intencionadamente en un segundo plano? ¿O la pusieron después los androcéntricos de siempre? (Dejamos leyendas aparte.)
No hablo ya de la Magdalena penitente… que nos transmitieron, deformada…
María de Magdala es un ejemplo a imitar, en el seguimiento de Jesús. También hoy, y siempre.
Te leo:
“Puestos a hacer interpretaciones, más o menos fundadas …”-
¿Dónde ves el “más o menos”
(de fundamentación)
en esta esto de Salvador?
Gracias!
AMIGO ÓSCAR: Por favor, no vayas más allá de lo que digo. Fíjate en las palabras que siguen a “más o menos fundadas”… Aunque no siempre coincida con otras interpretaciones -ni siquiera esté muy seguro de algunas mías-, estoy convencido de que la diversidad de interpretaciones nos enriquecen, si las miramos como lo que pesan: tienen un valor relativo, siempre revisable.
Por otra parte, quizá sea bueno recordar que el evangelio de Juan tuvo algunas dificultades para ser reconocido y admitido en el canon del N. T. Algunos del siglo II lo veían mejor entre los apócrifos. Hacía mucha teología (interpretación) y dejaba cosas oscuras… Aunque se basaba muchas veces en hechos reales, la interpretación simbólica también era real. (Me apoyo en expertos en la materia, que no siempre coinciden entre sí.) Por eso mi convicción personal es centrarme en la ESENCIA del Mensaje del Reino, que para mí sí está clara.
Un cordial abrazo para Salvador y para ti, Óscar.
Ok, Juan!
Hay un estilo para “esquivar el bulto”
que se entretiene en “acumular sospechas”.
[léete a partir de párrafo “Por otra parte …”]
Otro estilo -en el mismo sentido- es el de
– “hacerse el chiquito”,
– “de esto no soy especialista” …
¿Te animas a decir qué piensas acerca de la llamada “resurrección”
-asunto que está a la base de la M. Magdalena-
como “fundadora” del Relato que rescató el Proyecto?
Gracias, de todas maneras, Juan!
Y de que María Magdalena ha sido siempre merecedora de aplausos, mira, no. Por ahí sí que no. Hay por ahí un cuadro de estos tipo Bosco , que no digo que sea de él, que de llama María Magdalena, o la Magdalena penitente, que da escalofríos.
No, de eso nada. La magdalena era sinónimo de pecadora. No fastides.
O a lo mejor me he educado en otra iglesia. Es posible. Ya no entiendo prácticamente nada…
Era. Atención al tiempo verbal.
Claro que a lo mejor era únicamente para las personas que nos sentábamos en los bancos de las iglesias. A lo mejor los predicadores nos lo decían por nuestro bien y ellos sabían otras cosas. Tampoco sería extraño.
Hola, Oscar: Respondo a tu deseo, sin tratar de esquivar el bulto, pero también procurando no precipitarme en un tema -la resurrección-, que requiere mucho matiz…, pues excede nuestra capacidad de explicación. Entiendo que en las cosas de Dios tenemos que andar con mucho cuidado, si no queremos concebirlo de modo antropomórfico, de manera que deformemos la imagen de Dios. Y cuando no entiendo las cosas de Dios -y entiendo que no pueda entender-, acabo con la frase: “Creo tal como estén las cosas delante de Ti”.
No obstante, algo me parece que entiendo o intuyo respecto a la resurrección: yo más que de resurrección, hablaría de “mutación” o transformación de cuerpo material a cuerpo espiritual. (Recuerda el “zoon pneumatikon”, de Pablo, y el prefacio de difuntos donde dice: “mutatur, non tolitur…”) Por ahí va mi intuición, que por otra parte es algo parecido -no igual- a lo que ocurre en la misma naturaleza: si en ella ha habido mutaciones, a veces sustanciales -paso de homínidos a sapiens, con un componente interno ya INMATERIAL-, ¿por qué voy a negar la posibilidad de una nueva mutación sustancial tras la muerte corporal? No quiero levitar, pero Jesús de Nazaret, en quien creo (tal como sea delante de Dios Padre) nos enseñó que habría una mutación, no al tercer día, sino en el mismo día de la muerte. Así se lo dijo al buen ladrón… “HOY estarás conmigo en el Paraíso”.
Amigo Óscar, ojalá que me reconociera chiquito ante Dios, y así lo aceptara de corazón. Más: ojalá que amara este papel, aunque solo fuera un poquito, no como lo amó la gran Teresa de Lisieux…
Gracias Juan!
Muy bueno lo tuyo.
Lo has explicitado clarito.
No me cabe ninguna duda.
Ocurre que no le veo mucho “Por-Venir”;
porque ya fue requete-ensayada esa “mutación”.
Estamos -desde hace ya más de un siglo-,
en la bisagra histórica de otra Puerta.
(entendiendo que todo etymon “per” = “peligro”)
A los que promueven una “giratoria”
solo me queda alertar de “anacronismo”.
(no intento más que eso: alertar)
De verdad se pensaba que no tenía que ser canónico?
Qué guuuuayyy.
Ahora me encaja todo un poco mejor.
Y es que lo que ha dicho Salvador en este capítulo es un misil contra los cimientos de la iglesia. No entendía nada.
Gracias.
Porque es que está admitido como uno de los cuatro evangelios canónicos. Prometo que no entendía como era posible. Con razón Salvador insiste tanto en la figura del contador de historias, no sé exactamente, lector? Claro. Hace falta una interpretación porque es todo simbólico. Por eso nos han dicho siempre que es difícil de entender. Claro. Por si acaso se nos ocurría algo acertado.
Con razón nos han metido a Lucas por las orejas, amigo de Pablo . Y a Mateo, que decían que era el primero, pero resultó no serlo, nadie lo sabía? Y luego está el de Marcos. Es diferente al de Lucas y Mateo. No sé por qué, pero son como más costumbristas que el de Marcos.
Y luego, después, aparece el de Juan, que según dice Salvador y es que confío en él, se siente, es una comunidad que reflexiona sobre el mensaje. No lo cuenta, reflexiona.
Es todo muy interesante.
Juan, me has dado una clave para aclararme un poquito.
Gracias.
Amigo Oscar: Gracias por tu amable respuesta de ayer. Permíteme introducir solo dos cositas: 1) Esa “alerta” de que hablas, yo la aplicaría en primer lugar a la Iglesia, a los servidores de la Iglesia, que han caído en la tentación del poder y que por ello viven (o enseñan) en contradicción con el Mensaje del Reino… Eso sí que no tiene “porvenir”. 2) Otra “alerta” la pondría cuando una sociedad o un gobierno, que se dice cristiano, dicta normas insolidarias… o cultiva la corrupción, y los servidores del Reino se callan o compadrean…
Como una nota final, recomendaría leer el último libreo de R. Tamames: “Buscando a Dios en el universo”.
Gracias de nuevo, Oscar.
Hola Juan A.V.
Muy interesante tu diálogo con Oscar, en el que aparece el apasionante tema de la resurrección.
Para los que no sabemos casi nada, lo fácil es quedarnos con lo que nos contaron desde niños. María Magdalena habló con Él. Los de Emaus también y acabaron reconociéndole. Tomás metió la mano en su costado. Le vieron ascender a los cielos….Para que darle vueltas. El Cristo de la Fe resucitó y punto. Sin embargo, de viejo cuesta tanto entenderlo que se seguirá investigando la vida del Jesús Histórico el tiempo que haga falta. Personalmente me quedo con lo de la mutación, aunque esto, en mi modesta opinión, nos retrotraería a lo de la dualidad en la persona ( cuerpo y alma), que no es precisamente del gusto de M.Luisa.
Un saludo cordial
Hola, Iñaki, aparezco aquí como una socrática más porque como tú, en términos de resurrección, confieso que no se nada ni me preocupa, podemos esbozar algo para que la razón trabaje, pero en última instancia la razón, humildemente, lo derivará hacia a un estricto acto de confianza. Y en este sentido dices bien, pues la mutación creo que no es el camino, la mutación puede servir para explicar la evolución, pero no va más allá. El esbozo al que me he referido no puede partir sino de una experiencia dada unitariamente y configurada mundanalmente porque si no fuera así la razón inútilmente trabajaría en el espacio vacío de una imaginación. Pienso que el tema tratado aquí nos habría de volcar no a lo específico y mutable sino a la inespecificidad de lo real como en tantas ocasiones a ello me he referido.
Un abrazo, Iñaki! y pásate por el hilo que habla de Trump pues no vaya a pensarse que lo que allí digo tiene que ver con alguna ideología sino solo y simplemente hablo de justicia.
Hola!
Anteriormente hablé de “trabalenguas”.
He aquí uno en el ítem 10 ¿Quién sería el “discípulo predilecto”?:
La correspondencia entre los personajes la ha marcado con claridad el autor del evangelio con la estructura por parejas seguida en su presentación. Este llamará a “SU madre”: María la de Clopás. Y a María Magdalena la presentará como “la hermana de su madre”. El Galileo verá a María la de Clopás como “LA madre” (Antigua Alianza) de la que ha nacido la sociedad alternativa (Nueva Alianza) representada por “el discípulo predilecto”: “María la Magdalena”.
¿Qué se ha de entender?
¿Habrá otra forma de redactarlo?
Gracias!
Hola Oscar
Tienes razón. Tal vez mejore simplificando y en forma esquemática. Algo así:
La correspondencia entre los personajes la ha marcado con claridad el autor del evangelio con la estructura por parejas:
1. En la presentación:
– Su madre es presentada por su nombre: María la de Clopás.
– La hermana de su madre, por el suyo: María Magdalena.
2. En la acción:
a. El narrador distingue en la mirada de Jesús a las dos Marías:
– A la de Clopás, como LA Madre.
– A la de Magdala, como discípulo al que él amaba.
Gracias.
Un abrazo
No es difícil para una mujer percibir la influencia global exclusiva y la visión de la tradición patriarcal al interpretar la Biblia tal como nos llegó. Lo que parece estar sucediendo es una dificultad por parte del creyente para cambiar su forma de ver dónde el hombre es el gran eje y el centro, cuando la mujer es ocultada y continúa siendo ocultando con todos sus potenciales e influencia universal en las relaciones e interacciones humanas.
La religión, al ser cosa de hombres, nos ha llevado a donde estamos, porque la mente analítica del hombre con su perspectiva masculina, sin oposición femenina, tiene la soberanía y la última palabra. Y el mundo es el que es, porque así se ha querido y se sigue queriendo. Toda moneda tiene dos caras, y no lo sería sin ambas jamás. No puede ser completa una mano sin su palma y dorso, ya que nada podría hacer la una sin la otra.
¿Por qué, entonces, prosigue esa razón sin sin no-otra-razón en ser toda y única razón?
Y me temo que esa toda y única razón pretende seguir siéndolo.
Muchas gracias, Salvador. Me pregunto, si es posible que ese modo de ver el mundo y comprender la vida cambie, si sólo tuviera que depender del hombre¿?
Aquí estoy. De abuela y madre total. A la una vienen a ver qué le han dejado los reyes magos.
Y cuando hago estas cosas la cabeza vuela.
Es absolutamente tremendo lo que dice Salvador. Trae unas consecuencias enormes. Porque si en vez de ser Juan, hubiese sido Pedro, nos hubiese dado lo mismo. Pero esto es brutal. Porque hubiese sido una acción compartida por una pareja. Esas parejas que hablan, que les prometo que las hay. Que comparten opiniones y luchan por lo mismo.
Y ahí encaja perfectamente la reacción de María Magdalena cuando matan a Jesús. Perfectamente.
Pero absolutamente todo el tinglado de la iglesia, sencillamente se desmorona. No quedan ni los cimientos, porque la piedra angular ya no sería Pedro, sería la de Magdala.
Es tremendo.
A mí me encanta.
Verdad? Pues ni idea. Tampoco vamos a saber nunca la verdad… o sí, cuando cada uno de nosotros y nosotras estemos en nuestra estrella.
Buen día de reyes Magos.
Es un día totalmente mágico. Sobre todo cuando hay niños por enmedio.
Pidan un deseo. Se les concederá. Fijo. Los reyes son magos… pero claro, si no creen en la magia, pues ustedes se lo pierden.
Un abrazo a todos y todas.
Salvador, esta vez me has dejado absolutamente KO.
Besos.
Sin embargo, el “discípulo predilecto” se identifica dentro de los Doce. Si, Jesús tuvo muchos discípulos pero en el Evangelio se ve como El mismo escoge a los Doce, incluyendo a Judas Iscariote, quien le iba a entregar..En esa Última Cena sólo estaban presente los Doce:
”Cuando llegó la tarde, se puso a la mesa con los Doce discípulos” (Mt 26:20; similar a Mc 14:17-18; Lc 22:14)
Por eso, tanto Mateo, Marcos y Lucas hablan en conjunto de la revelación del traidor en la Última Cena pero sólo Juan se identifica como el “discípulo predilecto”, al que “Jesús amaba”
Dice Jesús: …”os digo que uno de vosotros me entregará..Uno de sus discípulos, aquél a quien Jesús amaba, estaba recostado en el pecho de Jesús. Simón Pedro le dijo por señas: Di a quien se refiere. El echándose familiarmente sobre el pecho de Jesús, le preguntó: Señor, ¿quién es? Aquél a quien diere el bocado que voy a mojar” (Jn 13: 21-26)
Porque de los tres íntimos amigos de Jesús, que son Pedro, Santiago y Juan entre los Doce los cuales que constituían el núcleo central de Su predicación y enseñanza, sólo Juan puede ser reconocido por el “discípulo amado” que equivale al “predilecto”.
María es llamada Mujer por Jesús, Su Hijo, sin que esto menoscabe su papel como Madre. De hecho resalta su lugar como intercesión suplicante y poderosa delante de El.. El “discípulo amado” lo entendió “y desde aquella hora la tomó el discípulo en su compañía” (Jn 19:27)
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Estimado Salvador, valorable tu esfuerzo de otorgar un significado a los textos sagrados; le pido a Dios iluminación para hallar en los diversos textos sagrados de las diversas tradiciones el pedazo de sabiduría, el pedacito del rompecabezas q Dios armó ahí. Creo q todos somos iguales y todos tenemos un pedacito de sabiduría q transparentar, único, y eso nos transforma en obras de arte a cada uno. No hay nadie más importante q otro a los ojos de Dios, para mi, somos todos importantes a sus ojos. El profe de coach insiste “freud no está invitado a la fiesta” y yo por dentro me rebelo, como defensora de pobres y ausentes y pienso “hay mucho de bueno en freud, cuestiones sabias y otras q quedaron a medio camino” y yo no soy freudiana, solo q valoro a tod@s; todos tenemos algo sabio q transparentar, comparto dos trozos del libro “el camino del artista” de julia cameron q me resuenan:
“7. Quiérete a ti mismo. Si el facilitador te resulta de algún modo «equivocado», cámbiate de grupo o funda uno tú mismo. Busca constantemente tu propio guía interior, más que un guía exterior. Lo que buscas es formar una relación de artista a artista con el Gran Creador. Mantén a raya a los gurús. Dentro de ti mismo tienes tus propias respuestas.”
“Y sobre todo: Dios es la fuente. Ningún poder humano puede desviar nuestro bien para crear. Todos somos conductos para un bien superior que trabaja a través de nosotros. Estamos conectados de igual modo a una fuente espiritual. No siempre sabemos quién de entre nosotros nos enseñará mejor. Todos debemos valorarnos y servirnos los unos a los otros. El camino del artista es tribal. El espíritu de servicio nos proporciona nuestro dharma: ese camino correcto que soñamos con seguir en nuestros momentos de fe más plena.”
todos nos iluminamos mutuamente…yo creo q jesus fue caminando y aprendiendo de todos, le resonaba algo sabio y lo hacía parábola. Hay un montón de cuestiones q dudo de los evangelios justamente porq miro con buenos ojos a Jesús, una cosa es quien el fue y otra lo q hicieron de él, lo q proyectaron en el!
Valorable q rescates y pongas los reflectores en la magdalena siendo q siempre se ponen en varones pero no acuerdo en la asimetría maestro discípulo.
Hola!
¡S.O.S. – URGENTE!
¡Que venga el LECTOR y aclare este “trabalenguas” des-pistador! de:
– “LA madre”
– “SU madre
– “Mujer”
– “María la de Klopás”
– “María la Magdalena”
– “la hermana de su madre”
– “El discípulo predilecto”
– “Hijo”
Todo sazonado con salsa de “Alianza” y “Comunidad”:
– “Antigua”
– “Nueva”
……………………
Ok!
Esto es comprensible por no haber editado –junto a los Escritos evangélicos-,
el imprescindible “Manual de Instrucción” o “Prospecto” del Remedio
(cualquier síntoma adverso: ¡CONSULTE A SU MÉDICO DE CABECERA!)
… salvo (al que no se hubo “dado pelotas”) el “excelentísimo TEÓFILO”
Nota inesperada: ¿habrá que, a un tal Salvador, cambiarle el nombre?
Hola Salvador
Una suerte seguir vivito y coleando, haberte conocido a través de ATRIO y leer este original artículo.
Desde mi ignorancia, diría que nos presenta una realidad apasionante y facilitadora, a la hora de intentar profundizar en el conocimiento del Jesús Histórico, del Hombre.
Un abrazo y Feliz Año Nuevo.
En este momento, solamente agradecerte, Salvador, el trabajo, el tiempo, y la dedicación que has dedicado (perdón por la redundancia) a tus escritos desinteresadamente, sólo para que podamos acceder a otra tipo de interpretaciones tan diferentes a lo que siempre, cual rueda de molino dando vueltas sobre sí misma, nos habían contado.
Como dice Mª Pilar, me he emocionado a leerte hoy, en concreto. Nunca había entendido porqué, si a los pies o cerca de la cruz estaban las mujeres, Jesús hiciese un giro de 180º para dirigirse al discípulo amado que no se había mencionado.
Ostras Salvador.
Es tremendo lo que dices. Se intuye desde el principio de esta última parte, cuando empiezas a aclarar los términos griegos y tal.
Siempre he oído que el discípulo predilecto en realidad no se nombra un explicitame, pero que estaba clarísimo su nombre, Juan. El más joven del grupo.
Al menos eso había entendido.
Por otra parte había leído historias sobre María Magdalena, en la línea que tú dices. Pero si leí alguna vez que una mujer era el célebre discípulo predilecto, mi cabeza no lo registró. No lo recuerdo.
Y es posible que tenga mucho sentido. Pero me has dejado muerta.
Tengo que pensarlo.
Un abrazo
¡Huauuuu!
Esto si que me ha removido en lo más profundo de mi ser.
Y me ha ido embargando una emoción antes no sentida ante este relato; porque ciertamente, los discípulos hombres…estaban tan asustados y por ello escondidos…pero esta mirada:
¡Resalta el momento con intensidad!
Me causa “penica” comprobar, la “tardanza” en la absoluta adhesión al Proyecto del Galileo, especialmente de Pedro, que siempre me conmovido su fidelidad cuando “pudo” desprenderse de su estilo personal; pero Jesús supo desde un principio que lo lograría y le sería fiel hasta en la muerte.
Me ha emocionado la fidelidad y la entrega del:
¡Discípulo predilecto!
Y es, que no hay otra manera, o lo asumes o no, y si lo haces, quizá con “cabezonerías” pero cuando te acoge desde la misma entraña:
¡No hay más que seguirlo!
Gracias Salvador, de verdad que me ha emocionado profundamente; según lo iba leyendo…mi entraña se estremecía ante esa fidelidad y amor incondicionales…aunque la historia la ha dejado en total oscuridad.
Al contemplarlo ahora, en esta nueva mirada, ha serenado mi espíritu; no hay que ser “famosa-especial-brillante” hay que optar y caminar fielmente hasta el final de nuestra vida.
Gracias de corazón, un abrazo entrañable.