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Democracia liberal versus democracia social

      Me extraña el alarde y defensa a ultranza que algunos significados políticos hacen de lo que ha dado en llamarse “democracia liberal”.

      Me pregunto por qué no hacen referencia a la “democracia social”, protectora a la vez de las libertades individuales y del bienestar de los ciudadanos.  

      Y me lo pregunto no ya desde un planteamiento ideológico, doctrinario, o nominalista.  

      Me lo pregunto porque luego escucho a esos mismos “liberales democráticos”, presentarse como “constitucionalistas” y defensores a ultranza de la Constitución española. Lo cual, a mi modesto entender, supone incurrir en patente contradicción.  

      Pues, ¿qué dice nuestra Constitución de 1978?  

      Atendiendo las intenciones, expresadas en el Preámbulo, y a la definición que hace de la Nación española, y al sentido general de su lectura, obtenemos el siguiente resultado:

       Comienza el Preámbulo diciendo:

<< La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover en bien de cuantos la integran en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: (…) >>

       Y seguidamente hace referencia a “un orden económico y social justo” y a proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos (…) “y también promover la economíapara asegurar a todos una digna calidad de vida”.

       Igualmente marca su objetivo de “establecer una sociedad democrática avanzada

       Y en el artículo primero, apartado 1, dice :

<< España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad, y el pluralismo político. >>

       Es decir España se constituye “en un Estado social y democrático de Derecho”.

      Y garantizando los derechos y libertades individuales artículo 10 dice:  

1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden jurídico y de la paz social.  
2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España

      Nada dice la Constitución de que España sea una democracia liberal.  

       Repitámoslo: España es “un Estado social y democrático de Derecho”.

       ¿Por qué algunos, que se declaran constitucionalistas, proclaman a los cuatro vientos que quieren para España una “democracia liberal“?

      Misterio es…  

22 comentarios

  • pepe blanco

    Joder, y yo que siempre pensé que García-Trevijano era de derechas y aquí lo citan los adalides de la izquierda más radical de Atrio! En cuanto al republicanismo de García-Trevijano, ¿cómo encajarlo en sus continuas visitas a Estoril para visitar a Don Juan?

    • Nacho Dueñas

      Pepe, no sé si paso ante tí como uno de los “adalides de la izquierda mas radical de Atrio”. Pero, ¿acaso un izquierdista no puede citar a un derechista si éste tiene razón? Y es que soy izquierdista pero no sectario. ¿Debería serlo?
      Con respecto a las vistas a Estoril, él ya era amigo de juventud del hoy emérito, pero tales viajes obedecían a algo muy lógico: la estrategia de que la monarquia constitucional fuese el motor de la democracia que pretendía. Apuesta posibilista ¿Cuál es el problema?. Y, de nuevo, en tanto que republicano (“repúblico” se autodefine el), no debía ser sectario. ¿Debería serlo?
      Ay, buen Pepe, qué bueno debatir contigo. Va a ser que para mí un debate sin el Pepe Blanco es como una ensaladilla rusa sin aceitunas, jajaja.

    • pepe blanco

      Ja,ja. me gustan mucho las aceitunas.

      Y ahora en serio, no sé si me convence tu hipótesis de que GT buscaba que la monarquia constitucional fuese el motor de la democracia que pretendía, teniendo en cuenta que lo que afirmaba pretender era una república constitucional. ¿Es razonable pensar que buscaba el apoyo de Don Juan para conseguir el establecimiento de una república?

      Me parece estupendo que no seas sectario, pero me sorprendió que citarais a GT.

      Un cordial saludo.

      (Sobre Newton, la Física Cuántica y otros asuntos relacionados, hablaremos en otro momento…)

      • Nacho Dueñas

        Pepe, si quieres que sea sincero, la explicación que doy de Estoril no me consta, es una deducción que, erronea o no, se me antoja verosímil.
        Un abrazo, y qué bueno el verte por aquí.

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

                No debería entrar a este tema, Nacho Dueñas, porque reclama un tiempo que no tengo. Has dicho muchas y muy interesantes cosas, y con muchos datos que requieren una reflexión que hecha a medias es impropia, y dejada por mi parte ahí, flotando en el aire, sale demasiado airosa. Una y otra vez apelas a que son hechos que cualquiera puede conocer y que los muestras “con una mínima carga de apreciación subjetiva”. No, con bastante, apreciación subjetiva; legítima, pero bastante. Yo también, seguro, pero intento situar hecho. Veamos.

                – Yo no seguí a Trevijano con detalle, lo recuerdo pero sin impactarme su discurso; yo era, políticamente, demasiado joven; estaba muy verde; sí percibí que exigía un proceso democrático mucho más depurado, y sé que las presiones de las fuerzas del régimen franquista lo impidieron. No sé por qué la izquierda socialista-comunista lo aceptó. Ellos dijeron que porque el riesgo en “el juego de cartas”, estaba al límite. Yo también lo sentía así. Lo palpaba en el ambiente de cada asamblea, manifestación y lectura que tenía. Fui a muchas. No lo sé. Pero tampoco voy a negarlo. Entonces lo vivíamos así, como que todo estaba al límite de irse al garete y, por ende, si la cosa salía mal, muchos encarcelados y muertos hasta el nuevo intento. Es una interpretación de hasta dónde pudo o no forzarse más el trato con el régimen franquista. Yo lo viví así, con ese sentido de estar al límite. Con mucho miedo. Creo que entonces no se pudo ir mucho más lejos, no mucho más. Sin duda, después, se ha podido. Pero ese después no ha llegado, esa es la verdad.

                – (Me recuerda todo esto mucho a Grecia con Tsipras y Varufakis. Tsipras cedió, decía que más allá el infierno, y sus críticos dijeron-dicen, que se vendió. Varufakis no quería ceder, y quedó más digno, se fue a París o Londres a su apartamento (de lujo; este detalle la debo confirmar) y cátedra. Creo. Este fue más fiel a los principios. Si hubiera ganado, tal vez Europa hubiese tenido que pagar la salida con otras condiciones, o tal vez los griegos más pobres lo hubieran tenido que pasar todavía peor. ¿Todavía peor? Sí, peor. Puede ser. En teoría, Tsipras se rindió-vendió. En la política practicada, la que no queda en clase, tal vez hizo lo posible).

                – El ejemplo que pones del tratamiento del cáncer, y ante él, la valía de la opinión del oncólogo y la del enfermo, muy inteligible, pero incurre en el error de que no son hechos coetáneos, sino alejados en el tiempo. Vistos a la vez, el oncólogo tiene toda la razón, pero si piensas que el enfermo dice que ha sobrevivido cuarenta años con aquella mediocre terapia, dirá que ahora se actúe de otro modo (como dice el oncólogo), pero que entonces estuvo bien y se arriesgó lo suficiente. A los hechos me remito, dirá el enfermo, ¿quién sabe si con otra terapia yo hubiese sobrevivido? Hubiese sido más puro el proceso, dirá el oncólogo; pero ¿yo, con nombre y apellido, hubiese sobrevivido, señor? Interesante en política, ya lo creo. (Para un estudioso con conciencia muy crítica, ahora lo digo en sentido de “revolucionaria”, cualquier riesgo le puede parecer relativamente menor, y para otro, con conciencia histórica más cauta, el mismo riesgo le puede parecer mayor. Los dos con sentido crítico sobre los hechos y con sentido crítico sobre los objetivos irrenunciables. Es una ponderación de los hechos en relación a unos objetivos y la correlación de fuerzas in situ. (Dejo de lado a quien directamente está por el statu quo y no quiere cambio alguno en la justicia social desde los más pobres). Es la política en su diversidad estratégica tras los mismos objetivos. Los hechos siempre van envueltos en un proyecto político que los configura en su interpretación. Vaya rollo).

                – Haces una relación de hecho cuyas fuentes están al alcance todos, dices, para mostrar que no los inventas, pero, yo los veo algo simplificados (¡no simples!) por el factor “de mínima carga de apreciación subjetiva”. No tan mínima.  

                – Me refiero a alguno y los complico. El modelo de jefatura de Estado no fue puesto a referéndum como se le reclamaba desde instancias nacionales e internacionales (por mínimos democráticos, desde luego, lo comparto, pero ¿cuáles y con qué peso internacional o nacional fueron esas instancias? ¿De peso? No las recuerdo. No he mirado si fue la ONU, la UE, alguno Foro Internacional Democrático de primer nivel, no lo sé, lo reconozco. Espero que no sea la Internacional Socialista o Comunista (como se llamaran), porque en ese tiempo era como una recomendación del Obispo para que Pablo Iglesias cambie hoy su moral civil. Pero sí recuerdo que poner a referéndum la jefatura de Estado en la primera transición era casi seguro perderlo todo, y que saliera República, bueno, bueno, bueno. Trevijano era demasiado optimista, tal vez, o sus fuentes. Solo es impresión lo que digo de esto. Podía haber ocurrido lo contrario. Había mucho miedo de volver a la República en mucha gente. Solo con revolver en el problema podía ser el final del proceso. Por tanto no era tan fácil ni tan sin motivos. No domino las encuestas ni sé en cuáles se basaba Trevijano. Es verdad que la mera propuesta a las fuerzas de la dictadura, las sublevaba, y así hasta hoy. Sin duda parecía más prudente políticamente más tarde a esta pieza mayor y, después, pasó que ya nadie la ha tocado. Pero la verdad es que su falta de respaldo democrático fue su fuerza y es todavía su debilidad).
               
                – Otro caso. Que no fue un proceso constituyente propiamente tal con el Derecho Constitucional en la mano, ¡claro! Lo sabe todo el mundo, fue lo que pareció a las fuerzas políticas, y a la mayoría de la gente de entonces, que daban de sí las costuras de la dictadura amenazante. Otra vez un problema de cálculo de riesgos, costes y beneficios. Luego “la transición española está sobrevalorada”, claro, con ojos de hoy, lo está, claro que sí; y sobre todo, porque hace años que tenía que haber rehecho las claves del edificio democrático (jefatura, judicatura, ley electoral, milicia, leyes económicas, …), lo propio de una democracia de calidad y transparencia, pero no se lo atribuyas al proceso de transición en su primera fase, sino a cómo se ha anquilosado después. Me dirán, “por cómo surgió, derivó…”. Sí, eso hay que corregir, pero ¿qué réditos ha proporcionado? Cada generación ha de volver sobre esto. Yo creo que aquella eligió bien. Las siguientes tienen sus propios retos y pasarán por parecidas dudas y soportarán similares críticas. (De hecho, ya te quejas de que al actual Podemos no es lo que en el 15M surgió…). Así va a ser siempre. Yo acepto que se me diga.

                – Sobre los partidos como bloques cerrados, sí, es verdad, prácticamente como todas las democracias que conozco, y que los poderes fácticos los “determinan”, sí, los condicionan con un nivel de condicionamiento que puede ser, en su extremo, determinación, otro mal en distinto grado de las democracias formalizadas. Y en las mediterráneas, más. No lo acepto, pero no lo considero una señal de identidad exclusivamente española (ni solo europea). Hay que volver a esto. Y la determinación es relativa, no por española, sino porque el poder económico de los mercados en las democracias formales tiene un peso decisivo, otra vez correlativo  a según y cuál es el país. Pero siempre con condicionamiento máximo.

                – Y aquí un tema concreto y discutible. Si España salvó su banca, lo propio hicieron todos los países capitalistas, salvo Islandia y alguno parecido. Cierto que varios países recobraron el dinero, es verdad, pero habían salvado su banca privada, mientras que España salvó, sobre todo, banca pública (el sistema de cajas de ahorros), expresión del virreinato de las fuerzas vivas de cada región. El Estado pudo dar los 50.000 millones de euros (según otros 100.000) a un nuevo banco público que recogiera todas las Cajas en pérdidas; quizá, pero tal vez la banca privada lo hacía más barato, o no quería competidores y ganó voluntades políticas, o el gobernante pensó que iba a ser un pozo sin fondo en pérdidas, o Europa reclamó que mejor la privatización. Si hay bancos privados (como el Banco Popular, que en la ruina, han sido salvados con dinero público, corrijo encantando; añado que mi pobre madre, que en paz descanse, perdió un buenos miles de euros en unas acciones de ese banco que había adquirido de manos del Cajero de la aldea en los años setenta, por supuesto “sin ningún riesgo”; una forma de ahorrar, nada artificial o jugadora, pero que, por no ser Caja de Ahorros, el Estado no asume, Esto para recordar que el Estado no ha salvado a la banca privada in genere, que hay que afinar mucho; seguramente lo que ha hecho, y hace, es facilitarles en demasía el negocio financiero y ofrecerles el monopolio del dinero barato y buenos contratos que, en caso de pérdidas, el Estado recupera: autopistas, centrales nucleares, plataforma de gas Castor, etc.; esto es muy injusto socialmente).

                – En este sentido, otro hecho bastante “subjetivizado” sería, para mí, que la Constitución se cambió por una simple llamada de Europa. Fue con nocturnidad y alevosía, sí, pero no por una simple llamada, sino por cientos y cientos de llamadas reclamando a España que controlara el déficit y la deuda pública, porque la prima de riesgo española (la que recae sobre la deuda del estado que se vende en los mercados de dinero para captar recursos y cubrir sus gastos en déficit) crecía y crecía en su diferencia con la alemana (y otros países solvente de la UE) y el euro, ¡la moneda común!, corría el peligro de descarrillar porque nadie quisiera aceptarlo como moneda de pago si había tras él economías que nunca podrían devolver lo que se les prestaba; y si prestaba la Comisión Europea, mal, pero si prestaban los bancos alemanes y colocaban los títulos en bancos americanos, nadie podía asegurar el valor de nada, y a España, como al resto de Europa, le sobrevenía una crisis bancaria y, a los todos, global; podían dejar que los bancos alemanes perdieran su capital prestado a España, pero entonces o el Estado alemán se hacía cargo de sus bancos, o le decía a su gente que sus ahorros “se han perdido en España, Italia o Grecia”. Por egoísmo de los bancos alemanes, confiados en que Europa no dejaría caer a España y se haría cargo de su deuda, pero lo cierto es que el Estado alemán tenía que salvarlos o, repito, decirle a su población que sus ahorros no existen. ¿Podía España decir, no cambio la Constitución?, claro que sí (como Varufakis), pero Zapatero (Tsipras) dice “es el momento”. Presiones inmensas y miedo a multiplicar una crisis que trajera no solo millones de parados, sino millones de hambrientos. Son decisiones difíciles, pero en todo caso no son una simple llamada y ya está. La cosa se las trae. Por el sobrepoder fáctico del dinero, sí, pero no porque a los de la transición se les crucen los cables una noche y punto, un artículo constitucional cambiado para regusto del capital. La presión era extrema, “no hay más dinero, si no hay cambio del artículo”. Usted elige. Quizá forzar las cosas y húndase el mundo, que seguro que se ven obligado a salvarnos… Porque detrás iba Italia y Francia, y…

                Me he alargado lo que no quería y todo es matizar y matizar, más que negar, y se me ha ido un tiempo que necesitaba para una obligación fuera de casa. Pero bueno, quizá haya merecido la pena. Disculpas por el rollo. Muchas gracias y un saludo.

                –

  • Román Díaz Ayala

    Democracia, esa que antecede a las leyes, pero que está en el espíritu de una sociedad, a veces sólo como una aspiración porque el sistema de Estado no la permite (caso por ejemplo, de las dictaduras) se cimenta en unas principios y valores compartidos. Las leyes hacen uso de los mismos como unos tecnicismos que adquieren aspectos formales. Estos valores y principios se discuten, adquieren corpus, en los procesos constituyentes. Se materializan en una Constitución o Carta Magna sometida a la soberanía popular. Entonces los principios relacionan la ética política con la ética jurídica.
    No podemos dejar de lado los derechos que pertenecen a cada uno de los individuos que conforman la sociedad. Valores, principios y derechos conforman la ética pública. La recoge la Constitución de 1978y están fundamentados en nuestra concepción de la dignidad humana.

    Artículo 1,1: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.”

    Estos “valores superiores”, no son simplemente un acto retórico de unos constituyentes, padres de la patria, que ahítos después de una comida o una cena en Hardy, se disponen a adornar el documento.

    Nunca en la historia de España el pueblo se sintió mejor representado y confiado en quienes les representaban y gestionaban sus aspiraciones más profundas.

  • ELOY

     
    Muchas gracias por vuestros comentarios.
     
    Permitidme una breve reflexión.
     
    Sin afán de entrar ahora en polémicas  “nominalistas” o de otro tipo, me parece oportuno señalar simplemente que, a mi entender,  lo que llamamos “democracia” no existe en estado “puro” o “perfecto” en ninguna parte del mundo. 
     
    Me parece, además, y como cualquier mortal puedo estar equivocado, que la democracia no surge simplemente, con carácter puntual, en un acto o en una ley. 
     
    Creo que es un proceso más complejo el de su instauración, sea esta con mayor o menor perfección,  y en uno u otro grado. 
     
    No son sólo las leyes las que nos ayudan a consolidar la democracia, aunque también.
     
    Simplificando podríamos decir que la democracia “no nace”, sino “que se hace”. Se hace  y se rehace cada día, con más o menos defectos e imperfecciones en la convivencia familiar, social en general, e institucional del vivir diario. 
     

     
     
     

    • carmen

      Totalmente
      Absolutamente de acuerdo.

      Y sabes qué creo? Que hemos permitido retroceder en cosas que ya habíamos conseguido. Lo hemos permitido.
      A ver si nos espabilamos todos un poquito.
      La comodidad que tenemos, el no meternos en jaleos, parece una conquista, pero no lo es. Es un retroceso. Y lo estamos pagando, no tanto nosotros como nuestros hijos.
      Algo no hemos hecho bien.

  • M.Luisa

    Programas como este harían falta hoy!!  era el mío favorito cuando yo era joven, terminaba más allá de las tres de la madrugada, mi hijita dormía y yo había de ir a trabajar el día siguiente,  pues sólo de mi trabajo hemos vivido las dos. Mi objetivo,  ¡salvar la dignidad!!

  • mª pilar

    Hermoso art. Y muy triste es nuestra realidad.

    Me disgusta decir:

    “Todos los políticos son iguales…y mediocres” pero dan ganas de gritarles:

    ¡Basta ya, de mentir, calumniar, insultar!

    ¡Pónganse a trabajar!

    Cada cual desde su mirada y respeten…ha esa parte del pueblo…que esta acatando todas las órdenes y luchando por salir adelante.

    Ahora más que nunca, comprendo la importancia de nuestro voto; dado con ese extraordinario sentido que emana de nuestra Constitución.

    Gracias Eloy por este sentido y hermoso art. Gracias de corazón.

  • M.Luisa

    No voy a repetir lo ya expuesto  por Nacho Dueñas, pero me ratifico en todo lo que dice.  Si las cosas se hacen mal desde un principio no es de extrañar   que esto a la larga traiga consecuencias   y haya quienes al vivirlo con  asfixia intenten cambiarlas, intenten hacer algo.

    No sé si se acordarán de la entrevista que hace unos años  se le hizo a una periodista española muy conocida  aunque, ya me disculparán,  en este momento no recuerdo su nombre, pero   en dicha entrevista se puso de manifiesto  la coacción  que hubo,  incluso con la presencia de armas,   sobre   el periodo constituyente de la misma.

    En estas condiciones, si el resultado para una gran mayoría del pueblo les ha sido  suficiente,  si   lo conseguido así  las deja   satisfechas, es decir hay conformación entre lo que quieren y se les da, entonces no estamos hablando de capacidad humana sino de querer. De un querer que se identifica con poder.  Y  la cuestión, pienso,  ha de considerarse a la inversa … Es la capacidad que soy la  que  puede,   es mi potencial el que se abre a ella… verlo así   nos pone ante la evidencia  de que no somos poca cosa como leo en otro artículo, (de esto se aprovechan otros)   sino como  conocemos bien aquí  por haberlo leído en otro artículo que se le contrapone el cual  nos dice   que somos efímeros pero necesarios.

    Necesarios precisamente para que las cosas cambien y  nos muestren por ellas mismas  las pocas esquirlas de verdad que contengan. Como en este caso lo que hay de verdadero  tanto en nuestra    Democracia como  en nuestra Constitución.

  • Nacho Dueñas

    Amigo, y compañero de foro, Román, no puedo estar más en respetuoso desacuerdo contigo.

    A ver:

    -¿Consenso?

    No se puede hablar de consenso cuando, según el lúcido y crítico (y tal vez por ello censurado en esta España de las libertades) Antonio García Trevijano, algo tan fundamental como el modelo de la jefatura del Estado (es decir, la monarquí), no fue sometido a referendum, tal y como instancias tanto nacionales como extranjera se lo demandaban. Razón, según Trevijano: que la opción República ganaría la consulta. Puedo poner más ejemplos, pero en atención a tu paciencia, no me extenderé.

    -¿Cómo hablas de transparencia y reconoces luego que se trataron asuntos del contenido, de la constitución a elaborar, en restaurantes? Eso no pasa ni en Guinea Ecuatorial

    Ademas, en los restaurantes lo que se trató fue un anteproyecto, que no fue elaborado por gente electa para ello, sino nombrados a dedo. y  los que la discutieron en el Congreso eran diputados ordinarios, no constituyentes. Con el Derecho constitucional en la mano, esto es una aberración. Una constitución tiene legitimitad de origen cuando la elaboran diputados constituyentes (es decir, electos para dicha elaboración, a la vez que se abren mecanismos de participación efectiva ciudadana para dicha discusión y elaboración. Como se hizo en Venezuela. Y en Cuba. Y en Ecuador. Y en Bolivia. En España no. Y esta aberración no es menor por mas que en España a posteriori se refrendara por plebiscito. Y en Venezuela. Y en Cuba. Y en Ecuador. Y en Bolivia.

    -Hablas de un presente revisionismo. Y me parece bien que se haga. Y se aplique el pensamiento critico a un proceso al que se le ha idealizado. Y mucho.

    -No sé, amigo, si lo de “falsear los datos” lo dices por mi comenario anterior. Si así es, dime por favor, qué dato he falseado. En todo caso, todos los datos que ofrezco son obvios (que no podemos elegir ni al Jefe del Estado ni al Presidente, que los partidos son bloques cerrados dond emanda un cúpula, que sobre ellos están los poderes fácticos que hacen y deshacen, que los jueces no son independientes…

    A mí me parece un acto de salud mental pública el aplicar el pensamiento critico, en concreto a procesos, repito, que han recibido un tratamiento tan acrítico y edulcorado. Si los ilustrados del XVIII no hubisen hecho lo mismo, a saber si aún estaríamos en la monarquia absoluta, la servidumbre de la gleba, las galeras, la leva en masa y el derecho de pernada.

    Un saludo, amigo, con todo respeto.

    Nacho.

     

    • Román Díaz Ayala

      Nacho, querido amigo, entiendo que sientas y pienses tal como te has manifestado con respecto a nuestra Transición, aunque aquí no se trate de fe o de creencias, sino de ideología.
      Yo te aventajo por la edad, pues he sido testigo directo y partícipe de los hechos, de aquel momento que califico de “histórico”. Y no venía del franquismo, sino en la oposición y colaborando en la clandestinidad.
      Es decir, que pertenezco a “la memoria viva”, que no por ser subjetiva no lo es menos que la que tu hayas cultivado en tu trayectoria personal, sobradamente conocida por nosotros aquí en este foro.
      Que la Transición esté ampliamente debatida, y ahora por la historiografía, demuestra lo sana que es nuestra sociedad civil, esta que ha crecido y madurado en un período democrático jamás conocido en España, salvo breves e interrumpidos momentos del siglo XIX y XX en nuestra España. Quienes nos sentimos partícipe de esta sociedad civil luchamos para que tampoco se vuelva a interrumpir por los ataques de los extremismos restauradores o de otro tipo.

      Un saludo.

      • Nacho Dueñas

        Amigo Román, en estoos comentarios ofrezco no sentimientos y pensamientos referentes a la transición, sino hechos y acontecimientos, si acaso con una mínima carga de apreciación subjetiva. Y los hechos son los hechos, así los acepte o los niegue tanto el que lo vive (tú) como el que lo analiza.
        Tienes todo mi respeto como testigo o protagonista. Pero el cáncer (por poner un ejemplo gráfico) lo cura el que lo estudia (oncólogo) por muy respetable y necesaria que sea la postura y la actitud de quien la vive (el canceroso).
        Caso contrario, no vadría, valgan como ejemplo, la biografía de Felipe (siglo XVI) realizada por Kamen (S. XX) o el estudio de la revuelta de los comuneros (siglo XVI) escrita por Pérez (S. XX). Ellos hablan de lo que no vivieron, como es mi caso con la transición.
        Quedo a la espera, amigo, de saber dónde falseo la historia, como parece que insinuas. O lo que es lo mismo, que me refutes los datos que ofrezco.
        Saludos y feliz día.
        Nacho.

        • carmen

          La historia, no sé. Pero te has confundido un pelín con Newton. No pensaba en absoluto que el centro del universo fuese la tierra, ni el ser humano.
          Es que Newton es un gigante de la ciencia. Que luego saliese la relatividad y todo lo de la mecánica cuántica y tal, no quiere decir que no se cumplan con bastante precisión sus leyes en lugares como el sistema solar. Leyes para andar dentro de casa.

          • carmen

            Es que, no sé.
            No creo que nadie tenga la razón en todo.
            A lo mejor tú sí y por eso te sientes tan fuerte.
            Qué quieres que te diga. Creo que vivo en un sistema democrático y en un estado de derecho.
            Seguro que se pudo hacer todo mejor. Pero desde luego eso no hace que crea que vivo en una especie de autocracia, o República extraña, o monarquía absoluta…
            Estaré engañda, pero así pienso

          • Nacho Dueñas

            Amiga Carmen, no es que me sienta ni fuerte ni débil, es que, sencillamente, hago uso de algo que, no hace 20 años, pero sí hoy, es gratuito, rápido y tan útil como infrautilizado: el libre acceso a datos, fuentes y argumentos, gracias al internet. Y procuro informarme de modo crítico y sacar mis propias conclusiones. Y si por ello me sale un punto de marisabidillo, lo lamento, pero no es mi intención.
            Yo tampoco creo que vivimos en una monarquía absoluta, pero sí en una oligarquía sutil de los poderes fácticos, que ocultan que hacen y deshacen a placer, por más que haya elecciones libres y limpias (que lo son). ¿Cómo si no explicarías os siguientes hechos?:

            -En la crisis del 2007, mientras la gente pasaba hambre (solo en Barcelona 3000 niños desnutridos según datos del propio ayuntamiento) a la banca, causante de la crisis, se la regaló de modo gratuito e innecesario unos 50.000 millones de euros. Se nos mintió diciendo que se devolverían. Ya se ha reconocido públicamente que 40.000 no se devolverán.
            -Durante la presidencia de Zapatero, presunto socialista (????), bastó una llamada del poder financiero europeo, para que se reuniera el Congreso y, a la prisa, sin debate, dos dias antes de irse de vacaciones, se aprobó una reforma exprés de la constitución para anteponer el pago de la deuda a la inversión social. Técnicamente legal, se trata de una medida antidemocrática al ir contra el programa electoral, el mandato de los votantes, el espíritu de la constitución y el sentir de la democracia.
            -La banca es la responsable directa de unos 650 desahucios diarios, más de 3000 suicidios. Ante esto, casi el 90% de la opinión pública demandó al Parlamento la ley de dacion en pago, medida a favor de las mayorías, demandada por la mayoria, y técnicamente viable, de hecho se aplica en numerosos países de modo exitoso. El congreso se negó, siguiendo el dictado de la banca y no de la ciudadanía.

            Y en cuanto a las libertades y DDHH, seguimos sin investigar serios indicios de torturas, dejando sin luz a la Cañada Real, maltratando en algunos centros de menores, vendiendo armas y barcos de guerra a Arabia Saudí…Y a lo largo de esta presunta democracia, he ahí la GAL, la cal viva, Lasa y Zabala, el caso Almeria, las guerras del golfo, los vuelos de torturadores de la CIA aprobados por ZP, el caso Mengele, la ley mordaza, la ley Corcuera, la ley de extranjería, Galindo, Intxaurrondo…
            Otra cosa es que quien no se mete en política no lo perciba. Pero eso mismo pasaba con Franco, salvando las distancias, que son amplias.

            Ahora, con Newton:
            -Newton diseñó un modelo de universo, con pretensión de verdad ontológica y objetivista, que tenía a Dios en el centro, y abajo a la tierra, y dentro al ser humano, que de facto era el ser más importante del cosmos. y compuestos de cuerpos y objetos independientes, sometido a leyes excactas. Ese modelo está hoy refutado por la física moderna.
            -Newton hoy día solo es científicamente pertinente para la “tridimensionalidad” cotidiana, pero no vale ni como modelo d ela macro (el cosmos) ni de lo micro (el átomo).
            -Newton ignora un par de elementos del universo, según la reflexión filosófica suscitada por la física moderna (Wilber, Capra, Bohr, boff, Progogine, Bateson, Seldrake, el propio Escohotado…): la interrelacionalidad de la totalidad, el carácter vivo de la materia, y la inexistencia de ésta última, al menos como la conocemos.
            -Por último, el debate entre Newton y la cuántica, es que aquel es la base de la modernidad, paradigma fracasado tras las guerras mundiales, la pobreza, la desigualldad, la URSS…y la cuántica y su reflexión sustentan el paradigma novedoso de la trans-modernidad, por donde su mueven los nuevos referentes de liberación (eco-feminismo, eco-socialismo, espiritualdad, anticonsumismo.
            Joder, cómo me enrollo…
            Saludos.
            Nacho.

          • carmen

            Mira.
            No voy a entrar.
            Creo que no conoces el alcance y el respeto del mundo científico por Newton. Personalmente jamás lo he considerado filósofo.
            Además creo que si pensaba que había algún ser centro del universo, era él mismo. No le sobraba soberbia. Pero es algo bastante común. Y todos, los del universo Macro y del Micro, lo respetan. Exactamente igual que a Galileo. Quizás crees que Galileo no está superado? Porque lo importante no es el último descubrimiento, lo importante, a mi modo de ver son dos factores. El conocimiento de todo lo descubierto hasta la actualidad y la imaginación, el genio, para tratar de desafiarlo. Pero nadie parte de cero. Por eso mismo se respeta a los que dieron grandes pasos. O de verdad crees que lo que ahora dice la ciencia es palabra de Dios? No, es palabra de científico de científica y como tal sujeta siempre a revisión y a mejora. Gracias a Dios.

            En cuanto a lo demás. Hablo de cabeza, no miro la Wiki. La miró cuando algo de lo que aquí se cita me llama la atención. Seguramente por eso mi manera de hablar es diferente. Hablo desde la reflexión de situaciones vividas y conocimientos adquiridos a lo largo de toda mi vida. Nada teórico.
            La wiki, está genial si no sabes nada del tema. Todo es nuevo. Y muchas veces me hago un buen jaleeeeeeo. Y pregunto. Y sigo leyendo hasta que entiendo algo. Y otros artículos a los que te remite, ya sabes.

            Me faltan conocimientos, lo que en el mundo de la pedagogía se llama conocimientos significativos. Que vienen a ser algo que has leído, has memorizado y no lo has echado al baúl del olvido, sino por alguna razón, forma parte de tu conocimiento íntimo y personal, como la película.
            Así que no voy a entrar. Solamente he querido decir algo que pienso sobre Newton, personaje que no me gusta como tal pero que respeto profundamente como científico, entre otras cosas porque separó mundo mágico del científico.

            Y, perdona que insista, siento mi país como un estado de derecho. Y una democracia .
            Equivocada?
            Pues a lo mejor. Según de la definición de de que partas. Supongo. La mía me permite pensar así. Está clarísimo que la tuya no te lo permite.
            Un abrazo.

        • Román Díaz Ayala

          Nacho, no insinúo nada ni tampoco uso de argumento alguno ad hominem. Me esquivo de cualquier controversia, porque en ella aparece el elemento de reafirmación de posicionamientos adquiridos, previos o en proceso. Entonces, los argumentos, afirmaciones y negaciones se hacen a instancia de parte.
          Cuando hablo de sentimientos, de pensamientos e incluso de falsear los hechos estoy haciendo una descripción de lo que está sucediendo en nuestro solar patrio y que sacude a la sociedad civil. Si fueses tú únicamente quien sostuviera algunas de las tesis que has planteado, entonces sí tendría que aceptar tu interpelación. Pero no es así. Por la derecha y por la izquierda, en los centralismos y en la periferia se han venido estableciendo unos nuevos relatos que son falsificaciones históricas, cuando aún nuestra generación, que tiene memoria y que no carecemos de algún protagonismo tiene voz suficiente para hacerse oír.
          Estamos en crisis, y tú lo sabes. El conflicto en Cataluña sigue abierto, aunque con grandes esperanza de resolución dado que están volviendo la visión de la realidad y el buen juicio. Aunque no es el único desafío, algunos enormemente graves, que tenemos en frente y tú también lo sabes.

          • Nacho Dueñas

            Mis disculpas, amigo, si entendí que lo de falsear los datos de la historia iba por mí. Y gracias por tu tono correcto y respetuoso. Yo también creo haberlo tenido.
            Saludos.

  • Román Díaz Ayala

    Hasta años muy recientes recientes la democracia liberal era sinónimo de sociedades  abiertas y laicas, el progresismo en la filosofía del Derecho. Un humanismo que hacia del modelo democrático la defensa de los valores de libertad, de igualdad, de solidaridad, en el contexto de una sociedad civil.

    Como otras muchas cosas en los tiempos que corren “lo liberal”, viene a ser un vocablo abusado por los propiamente  “neo-liberales”, que presentaron una ofensiva en lo Económico  y en doctrina política. Pero ése no fue el espíritu de nuestro ordenamiento jurídico nacido con la Constitución de 1978.

    Como muy bien escribió Gregorio Peces-Barbas ” en su trabajo La España Civil” (en la  Introducción): El espíritu y el talante de consenso pusieron las bases de un Estado social y democrático de derecho, que es el punto de partida de la España civil”.

    El consenso era firme y estable además de consecuente con la ciudadanía española, y para lo cual, en un clima de transparencia, por primera vez en muchos años, con pleno conocimiento de la sociedad y en una serie de elecciones y referendos. El consenso se consiguió  tras largas e interminables sesiones en el Parlamento Español, en sesiones y comisiones, en grupos de trabajos, que a veces se extendía, eso sí, a otros despachos, lugares de comida etc., sin que por ello se restara ni una coma de los textos sometidos a votaciones. El consenso se reafirmó en los famosos “Pactos de la Moncloa” con  las fuerzas sociales.

    Se puede no estar de acuerdo, pero no falsear los hechos. Y actualmente parece haber una actitud “revisionista” también que se da algunas izquierdas ( gracias a Dios, no todas) que quieren hacer de nuestro hecho constitucional una continuación del franquismo. ¡Ay, si Carrillo levantara la cabeza!

  • Nacho Dueñas

    Queridos amigos:

    Niego de modo categórico que en España haya democracia. Sí que hay una institucionalidad estable (pero eso no es democracia), como hay estado de derecho (que tampoco es sinónimo de democracia, como sostenía Antonio García Trevijano), como tampoco hay un especial estado policial (que tampoco es sinónimo, si bien es un elemento necesario para ella.

    Y lo voy a fundamentar:

    1. Modo de elaboración de la Constitución:

    No hubo en rigor proceso constituyente (criterio de democraticidad), sino unas cortes “regulares” que a poosteri le fue atribuida una función constituyente. Esto es fundamental, pues la ciudadania no participó de modo directo (elaborando propuestas)  o indirectos (mediante la elección de diputados constituyentes con el mandato de discutir y elaborar una).

    Esto posibilitó que la Carta Magna se elaborara de facto a la sombra, en restaurantes y mediante cambalaches de contenido (“te quito la pena de muerte si me respetas la propiedad privada”).

    2. Jefatura de Estado.

    Vitalicia, hereditaria, no electa, impune a posibles delitos, y masculina. Pues todavía hay quien defiende la monarquía.

    3. Presidencia del gobierno:

    No electa por la ciudadanía, sino votada por el Congreso. Por tanto, no solo no solo se le niega a la ciudadania el derecho a elegirlo, sino que se quiebra la elemental separación de poderes (en este caso entre el ejecutivo y el legislativo.

    Por esto, Antonio García Trevijano nego con toda la razón el carácter de democraticidad a las autodenominadas “democracias parlamentarias”, donde el parlamento vota al presidente.

    4. Independencia del poder judicial:

    La cúpula del Tribunal Supermo (que dicta justicia en última instancia) como la del CGPJ (que regula cargos, ascensos y destinos) son puestos a dedo por el Congreso, lo cual es un obvio elemento de control (sutil pero real) del parlamento a la judicatura.

    Ciertos casos notorios (Garzón, Fungairiño…), y la separación notoria entre “jueces conservadores” y “jueces progresistas”, así lo sugieren.

    5. Los partidos políticos son bloques verticales de poder:

    Es decir, fingiendo ser cauces de participación, son tapones de participación, al depender de facto de una cúpula blindada, que designa jerárquicamente, vertical y cerradamente candidaturas al congreso, el senado, las alcaldías, los consejos de administración de empresas públicas, las cajas de ahorro, las universidades, las ministerios, las embajadas…Como decía Alfonso Guerra (aunque se refería a otra cosa, “el que se mueve no sale en la foto”.

    De hecho, los cargos electos se deben no a los votantes sino a los partidos, y la cúpula de estos no a la ciudadania y a su programa sino a los poderes facticos (mediante entre otros elementos, las puertas giratorias, recuérdese a Felipe Gonzáles y a Aznar. Y en la práctica, un candidato a cualquier cargo político electo no tiene futuro como alternativa real si no cuenta con el apoyo de la banca, la prensa y la “partidocracia”.

    6. Los poderes fácticos dominan a la clase política:

    No solo por lo explicado en el apartado anterior, sino por otros elementos, la banca, la industria y la prensa controlan, de moso sutil pero real, a la clase política. ¿Alguien cree democrático que una élite no electa y a la sombra imponga su voluntad contra la de los votantes (piénsese en los desahucios, el 80% de la cudadanía a favor de la dación en pago no pudo contra el poder de la banca, dueña de las casas a desahuciar?

    Y esto es consecuencia directa de no haber habido tras el 75′ un proceso constituyente real, mediante una necesaria ruptura instucional y pacífica como pretendía la Platajunta. Ello hubiese posibilitado el darle el poder electoral real a la ciudadanía para imponerse sobre los poderes fácticos. En cambio, se impuso la arcangélica transición, tutelada por la CIA y el Dpto de Estado de EEUU, consistente en “domesticar” a las izquierdas y legalizarlas, abrir un orden electoral tecnicamente libres y limpias, sacrificando (desde el punto de vista del establishment) a la clase política de entonces (las cortes franquistas y su arquitectura política), pero sin toca ni cribar no solo al ejercito, la policía y la judicatura, sino a los poderes facticos (el empresariado, la banca, la industria, tal vez la Iglesia…). Esto blindó a dichos poderes de la voluntad popular, que de modo sutil impone su voluntad a la clase política, lo cual es antidemocrático.

     

    Por ello, hoy están sucediendo algunos acontecimientos, gracias al apoyo de la apatía ciudadanía, que indignadísima por algunos temas secundarios (la ley educativa, la gestión de la pandemia, la corrupción y presuntos delitos del Borbón emérito, las declaraciones de Pablo Iglesias o el máster de la Cifuentes), poblemas muchos más profundos y reales, que en una democracia real no se podrían permitir:

    -Que la Cañada Real lleve más de 100 días sin luz, en plena pandemia y ola de frío, con niños y enfermos.

    -Que España venda armamento y fragatas (y aquí, mi buen amigo y alcalde Kichi es corresponsable) a Arabia Saudí, que junto con otras potencias está arrasando Yemen y provocando la muerte de decenas de miles de personas, muchas de ellas niños.

    -Que la UE vuelva a señalar a España, un año más como permisiva frente a la tortura, lo cual genera impunidad, frente a numerosos testimonios que ameritan una investigación.

    -Que mientras la pobreza aumenta por a pandemia, las grandes fortunas han disparado sus ganancias, y el gobierno se levante generoso una mañana y anuncia la subida del 0`00000000000005 del salario mínimo (buena, esta cifra es una licencia poética hiperbatónica).

    -La corrupción estructural del PP (ya no son tumorcillos, es una metástasis): caja B, Villarejo, Bárcenas…) o la del PSOE (gente gastándose en coca y prostitutas el dinero de los parados de Andalucía. O la del Jefe del Estado emérito, del cual constan “irregularidades fiscales” que han ameritado una “puesta al día en los impuestos” dulces eufemismos que pueden ocultar una serie de delitos ocultados a su vez por un poder político que lo hace impune, ayer por aplicar el delito de “injurias contra la corona”, y hoy con la figura mediática de “ataque a la monarquía”. Como si cuestionar hoy a Pedro Sánchez o ayer a Rajoy frente a hipotéticos indicios de delito hubiese sido tachado por alguien medianamente lúcido como “injurias al ejecutivo”.

     

    Frente a todo esto, el 15-M y el primer Podemos (y no lo que queda de él, hoy domesticado y absorbido por el poder) tenían toda la razón al exigir “una democracia real ya” a partir de un “proceso constituyente”.

    Por eso me molesta mucho las ínfulas de superioridad de España como “democracia avanzada” (término otorgado por informes de matriz occidental, anglosajón y eurocéntrico), frente a democracia menos estables pero mucho más reales como Ecuador con Correa y Venezuela con Chávez. Esta afirmación, que parece una boutade o salida de tono, estoy dispuesto a defenderlo en debate con quien quiera, armado de datos, fuentes y argumentos.

    Se dice que a Gandhi le preguntaron por la “civilización occidental”. Y que respondió “me parecería un idea estupenda”. Eso pienso yo de la democracia española. No creo que un poquito de humildad al respecto nos venga nada mal.

    Un abrazo a todos.

    Nacho.