ALEGRÍA EN UNA BODA FRACASADA
Uno de los primeros relatos del evangelio de Juan habla de lo ocurrido en la celebración de una boda. El texto dice así:
“Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús; y fue invitado Jesús, como también sus discípulos, a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús se dirigió a él:
– No tienen vino.
Jesús le contestó:
– ¿Qué nos importa a mí y a ti, mujer? Todavía no ha llegado mi hora
Su madre dijo a los sirvientes:
– Cualquier cosa que os diga, hacedla.
Estaban allí colocadas seis tinajas de piedra destinada a la purificación de los Judíos; cabían unos cien litros en cada una.
Jesús les dijo:
– Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
– Sacad ahora y llevadle al maestresala.
Ellos se la llevaron. Al probar el maestresala el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo:
Todo el mundo sirve primero el vino de calidad, y cuando la gente está bebida, el peor; tú, el vino de calidad lo has tenido guardado hasta ahora.
Esto hizo Jesús como principio de las señales en Caná de Galilea; manifestó su gloria y los discípulos le dieron su adhesión” (Jn 2, 1-11).
Hay muchos textos en los evangelios que parecen no tener discusión. Dicen lo que dicen; se aceptan tal cual y… a otra cosa, mariposa. De algunos, tan populares como este, se diría que está todo dicho y no cabe disquisición alguna. Los hechos son tal cual aparecen…, ¡y punto.
1. Estos parecen ser los hechos
Como invitado a una boda, el Galileo ha salvado allí, a instancias de su madre, una situación embarazosa. Lo ha conseguido echando mano de sus dotes sobrenaturales. Ha convertido agua en vino; ¡así…, por las buenas! El encargado del banquete se ha quedado pasmado. Y se lo dice al novio. Tan impresionante milagro ha logrado que los discípulos crean en el Galileo. Y ahí se acaba la historia.
2. Pero vayamos por partes
Por un lado, hacer algo fascinante y que por arte de birlibirloque aparezca vino donde antes había agua, porque se sabe a ciencia cierta que era agua, tampoco es cosa del otro mundo. Por otro, afirmar que los discípulos llegaron a creer como consecuencia de esa actuación, ya es pasarse.
Ese hecho maravilloso se queda en nada comparado con lo realizado por Moisés ante el mandamás del entonces imperio dominante, Egipto. Ante sus mismas narices le dio un bastonazo al rio y, de inmediato, el Nilo se convirtió en sangre:
“Levantó el bastón y golpeó el agua del Nilo a la vista del Faraón y de su corte. Toda el agua del Nilo se convirtió en sangre. Los peces del Nilo murieron, el Nilo apestaba…” (Ex 7,20-21).
Y hay que suponer que no solo el rio, también los estanques, los aljibes y todas las vasijas que, en las casas, contenían agua. Ese fue el encargo:
“El Señor dijo a Moisés:
Dile a Aarón: Coge tu bastón, extiende la mano sobre las aguas de Egipto: ríos, canales, estanques y aljibes, y el agua se convertirá en sangre. Y habrá muerte por todo Egipto en las vasijas de madera y en las de piedra” (Ex 7, 19).
Y el Nilo ni era ni es cualquier cosa. La capacidad de las seis tinajas no tiene comparación con el caudal de agua que fluye por el Nilo. Se trata del segundo río más largo del mundo, con cerca de siete mil kilómetros que atraviesan diez países. Es navegable y habitan allí hasta cocodrilos. Y la sangre, como se sabe, tiene más entidad y es más difícil de conseguir que el vino. Y aun así, eso no fue nada especial. Los magos de Egipto lograron hacer con sus encantamientos lo mismo inmediatamente después (?) (Ex 7, 22).
Pero el líder del imperio dominante, el Faraón, en vez asombrarse, modificar su conducta y aceptar las peticiones de Moisés, dijo que nanay, y siguió como si nada:
“El Faraón se volvió a palacio, pero no aprendió la lección” (Ex 7, 23).
La simple comparación con la gesta de Moisés avisa que entender el texto del evangelio de Juan como un milagrito del Galileo responde a una lectura muy a la ligera.
3. Algunas consideraciones tras una mirada de conjunto:
a. Se trata de una boda, pero no hay atisbo de fiesta por ningún lado.
Falta el jolgorio. Ni pizca de alegría. Los amigos de los contrayentes andan desaparecidos. Sin baile, sin vino a porrillos, sin el jaleillo propio del convite, sin noticias de celebración, sin que aparezcan los novios, sin besos ni abrazos…, más que una boda, tiene toda la pinta de ser un funeral.
b. La celebración de una boda duraba unos siete días.
El vino corría de principio a fin. Eran momentos de sobrepasarse. Durante la celebración se proponían acertijos (Jue 14,10ss.). Pero aquí todo se reduce a unos instantes, sin que nadie acertara a saber cómo pudo faltar el vino y de dónde salió ese caldo excelente. Sobre lo demás, se ha echado la cremallera.
c. Nada se comenta respecto a alguna actuación de los discípulos.
No participan. Y resulta extraño que no se les viera tomándose algunos vinillos. Porque, al parecer, a ellos les iba la marcha. Según el libro de los Hechos Pedro asegura que el grupo de seguidores no está borracho. Y no lo argumenta indicando que fueran abstemios, sino porque todavía era temprano:
“…porque estos no están borrachos como suponéis vosotros; no es más que media mañana” (Hech 2,15).
d. El resto de personajes actúan en forma hierática.
No se descubren en ellos emociones ni sentimientos. No hay bromas ni risas ni baile ni diversión. El buen rollo ha desaparecido por completo. Se diría que son seres virtuales y sus intervenciones, automáticas.
e. Como contraste se ofrecen detalles minuciosos sobre cosas,
se diría, que de menor importancia: El relato se inicia con una indicación temporal en apariencia innecesaria: “al tercer día”. A medio relato se anota que las tinajas son seis y su capacidad es de unos cien litros cada una.
f. El encargado del convite,
sobre quien recaía la responsabilidad de que el festejo fuera sobre ruedas anda desnortado. Está desaparecido. No se entera de nada. Ni ejerce su dominio sobre el banquete, ni lleva la batuta respecto al ambiente y la celebración, ni está al tanto de las cuestiones de la máxima importancia.
g. Al final del texto se dice que el Galileo manifestó así su gloria,
lo que no aparenta concordar con el Prólogo donde se afirma que su gloria era “plenitud de amor y lealtad” (Jn 1,14).
4. Estamos ante un relato figurado
Repleto de elementos simbólicos, ha sido imaginado y redactado por el autor del cuarto evangelio para transmitir unas ideas.
Reparemos en solo algunos detalles:
a. Se trata de una boda
En el AT, los profetas usaron la imagen de una boda como símbolo para describir la Alianza de Dios con el pueblo. Yahvé representaba a un esposo fiel, amoroso y protector. El pueblo hacía las veces de esposa que aceptaba y reconocía a Yahvé como su Señor. En el imponente capítulo 16 de Ezequiel se narra la historia de esa relación como una historia de amor de Yahvé (Esposo) hacia su pueblo (esposa). En el v.8 se lee:
“Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor;
extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez;
te comprometí con juramento, hice alianza contigo
-oráculo del Señor- y fuiste mía”.
En Mt 22,1-14 el Galileo usa el ejemplo de una boda para referirse al reinado de Dios:
“Se parece el reinado de Dios a un rey que celebraba la boda de su hijo”.
Utiliza la figura del novio, de los amigos del novio y de la fiesta para referirse a sí mismo y a los discípulos:
“¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras el novio está con ellos? En tanto tienen al novio con ellos no pueden ayunar.” (Mc 2,19).
La boda se celebra en Caná de Galilea. De allí era originario uno de los discípulos del Galileo llamado Natanael (Jn 21,2). Según parece los habitantes de Caná despreciaban a los oriundos de Nazaret:
“Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo.
Al descrito por Moisés en la Ley, y por los Profetas, le hemos encontrado: es Jesús, hijo de José, el de Nazaret.
Natanael le replicó:
¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn 1,45-46).
b. Sin mediar explicación alguna, se dice que la madre de Jesús “estaba allí”.
No se menciona su nombre. Aparece como personaje figurado. Pertenece al colectivo de la boda (Antigua Alianza). El Galileo le llamará: “Mujer” (1,4), forma de llamar el esposo a la esposa. Representa al conjunto de fieles del pueblo que aguardaban la llegada de la época soñada. Ella ha comprendido que la Alianza está desgarrada porque falta lo más importante: el amor. Y descubre al Galileo lo que, sorprendentemente nadie ha captado en la fiesta, una carencia fundamental para su buen desarrollo:
“No tienen vino” (v. 3).
El aviso está referido a otros. Ella no se incluye (no dice: ‘tenemos’, sino ‘tienen’). Pertenece a la Antigua Alianza, pero busca reconquistar la alegría y el amor. El vino simboliza ese amor ausente:
“¡Ay, tu boca es un vino generoso que fluye acariciando
Y me moja los labios y los dientes” (Can 7,10).
La edad dorada y definitiva que estaba por venir se dibujó con la imagen de una comilona regada con los mejores vinos:
“El Señor de los ejércitos prepara
para todos los pueblos en este monte
un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares enjundiosos, vinos generosos” (Is 25,6).
La madre ve la antigua Alianza en situación dramática. Sin amor, se resquebraja. Pretende la intervención del Galileo para resolver la situación. Mantiene la esperanza de que la antigua Alianza se puede salvar. Pero no hay arreglo posible. La respuesta del Galileo marca las distancias. La expresión que utiliza (Τί ἐμοὶ καὶ σοί; transliterado ‘Ti emoi kai soí’ “¿Quién te mete a ti en lo mío?”) indica oposición. Con ella expresa rechazo a la intervención solicitada. Esta típica expresión semítica es idéntica a la que encontramos en Mc 5, 7 en boca del endemoniado de Gerasa. Y en Mc 1,24, con la única variación en el género del primero de los pronombres (ἡμῖν en lugar de ἐμοὶ). En este caso fue pronunciada por otro endemoniado, el de la sinagoga de Cafarnaún para oponerse al mensaje del Galileo: “¿Quién te mete a ti en lo nuestro?” (Τί ἡμῖν καὶ σοί).
La madre ha actuado como representante del pueblo, como la esposa que desea recuperar la relación amorosa. El Galileo la llamará “mujer”. Esa era la manera de dirigirse el marido a su esposa. En ninguna parte de la literatura judía se dice que un hijo llamara así a su madre.
b. El momento del Galileo no había llegado todavía
Nada tendrá que ver con la Antigua Alianza. Su actuación supondrá ruptura con el pasado. A su rechazo a intervenir, añade: “Todavía no ha llegado mi hora”. El momento del Galileo lo señalará al pasar a los suyos la copa, sello y compromiso de la Nueva Alianza, LA SUYA, y quedará sellada con su ejecución (ver en Atrio: https://www.atrio.org/2019/06/la-cena-segunda-parte-invitacion-al-compromiso/):
“Esta es la sangre de la alianza MÍA, que se derrama por todos” (Mc 14, 24).
c. La madre ha entendido
Su iniciativa resulta inviable. No insiste. Desecha cualquier excusa o argumento. Espera, pero preparando el camino a la llegada de ese instante crucial. Es ahí donde aparecen nuevos personajes, los sirvientes:
“Su madre dijo a los sirvientes” (v.5a).
d. Los sirvientes parecen salidos de ningún sitio
Nada se ha sabido de ellos con anterioridad. ¡Y la madre del Galileo les manda, como si fuera ella la jefa del banquete! Los sirvientes, además, no refunfuñan ni remolonean ante la orden. Parecen estar dispuestos a las indicaciones de la madre. Esta les pide disponibilidad ante las instrucciones futuras del Galileo:
“Cualquier cosa que os diga, hacedla” (v.5b).
Los sirvientes representan a aquellos fieles de la Antigua Alianza que, como ella, están prestos a colaborar con su proyecto. No deberá importarles ni la actividad que él les solicite ni las consecuencias que de ella se deriven (“cualquier cosa”). A partir de aquí la función del personaje ‘madre’ ha terminado y desaparece de la escena.
5. En un decorado desnudo, seis (6) tinajas de piedra
Llegado a este punto de la acción, el relato da cuenta con el máximo detalle de la presencia de unos objetos que no pasan desapercibidos. Forman parte de un desnudo decorado del triste banquete:
“Estaban allí colocadas seis tinajas de piedra destinadas a la purificación de los Judíos; cabían unos cien litros en cada una” (v.6).
“Estaban allí” es la misma expresión que situó a la madre en el banquete: “Estaba allí”. El número seis es símbolo de lo imperfecto o inacabado. Es la cifra que nunca llega a la perfección: el siete. Cuantos más seises se le agreguen, más demostración de su defecto. El 666 es el número que el libro del Apocalipsis reserva para el cabecilla del imperio dominante, un absoluto deficiente mental agresivo que el autor del texto anima a descubrir con inteligencia (¿también ahora?):
“Aquí del talento: quien sea inteligente descifre la cifra de la fiera, que es una cifra humana. Y su cifra es 666” (Ap 13,18).
Las tinajas son de piedra. Representan a la Ley grabada en dicho material. Una Ley dictada por un Dios de enfado fácil que mantiene continuamente angustiado al ser humano. Las tinajas, de considerable volumen, no tenían otra utilidad sino la de quitar las continuas manchas que encorajinaban al divino legislador. Los ‘Judíos’ son siempre en el evangelio de Juan los dirigentes del pueblo. Estos estaban a cada momento purificándose. Todo el día pensando en ‘la mancha’, habían olvidado lo importante: la justicia (‘la deuda’).
Pero la indicación del Galileo a los sirvientes:
“Llenad las tinajas de agua” (v. 7).
advierte que las tinajas estaban vacías. La limpieza y la integridad que ofrece la Ley es un absoluto disimulo. Las tinajas se encuentran secas. Nada hay en su interior con capacidad para renovar al ser humano.
Ante esa realidad, y una vez llenadas de agua, el Galileo dará una doble instrucción a los sirvientes:
“…Sacad ahora y llevadle al maestresala” (vv. 7.8).
Utilizará las tinajas para mostrar el acabamiento de la Ley. Ha hecho llenar las tinajas inútiles para mostrar la llegada de la alternativa. Los sirvientes cumplieron la orden y las llenaron hasta el borde. Luego extrajeron agua de los recipientes para llevarla al responsable del convite: el maestresala. El maestresala, que en las bodas solía ser el amigo íntimo del novio (Jn 3,29), representa aquí a los responsables del pueblo. El apoderado de la boda (Antigua Alianza) no ha aparecido; ha eludido su responsabilidad como animador principal de la fiesta. Los sirvientes han estado faltos de dirección. El maestresala ha brillado por su irresponsabilidad. Ni sabía de la situación de las tinajas ni que faltaba algo esencial: el vino (símbolo del amor). Es lo que Isaías achacaba a los dirigentes del pueblo:
“Los guardianes están ciegos y no se dan cuenta de nada,
son perros mudos incapaces de ladrar;
los vigilantes se tumban, tienen ganas de dormir;
son perros hambrientos e insaciables,
son pastores que no saben comprender;
cada uno va por su camino y a su ganancia, hasta el último” (Is 56,10-11).
Los jefes del pueblo, los pastores, no han realizado su trabajo. No han procurado el sustento de las ovejas. Se han aprovechado de ellas para su propio engorde:
“¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos!
¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores?
Os coméis su enjundia, os vestís con su lana;
matáis las más gordas, y las ovejas no las apacentáis.
No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas,
ni vendáis a las heridas;
no recogéis las descarriadas, ni buscáis las perdidas
y maltratáis brutalmente a las fuertes.” (Ez 34,2-4).
El agua sacada de las tinajas no tendrá como objetivo la purificación. Una vez fuera de sus recipientes habituales, ha cambiado su significado. Se transforma en símbolo del amor leal. La limpieza del ser humano no se conseguirá a través de rituales, sino por medio del amor. El agua usada para quitar la mancha ha pasado a ser el vino que alegrará la nueva y definitiva fiesta. Ha llegado el tiempo definitivo.
Se da a probar al maestresala. Este reconoce su calidad. Y, naturalmente, no se alegra. Se le han roto los esquemas. Elevará su protesta al novio. No acepta que pueda haber mejor vino que el del antiguo orden, un vino picado. Se mantiene en el criterio de siempre. Él apuesta por la tradición, la Antigua Alianza. Eso es lo único válido para él. Considera que el mejor vino (amor) es el de toda la vida, el que lleva y se reconoce por la etiqueta de la Ley. Cualquiera que venga después de él siempre será baratura.
El maestresala tiene un problema. O le falta inteligencia o le sobra obcecación; o, tal vez, ambas cosas. No ha captado o no ha querido saber que no hay amor (vino) en la Antigua Alianza. Ese matrimonio ha fracasado.
El maestresala no reflexionará sobre su equivocación, su negligencia y la dejación de su responsabilidad. Se mantiene en sus trece. Ni siquiera capta su contradicción. Parece tan descerebrado como el 666. Echa toda la culpa al novio. Le recrimina que el vino que han estado bebiendo era tintorro aguachirle y que ha mantenido el excelente en la recámara para el final. Desconoce al Galileo como portador de ese amor excelente, el amor leal.
Los líderes del pueblo están disconformes con la novedad que ha presentado el invitado de Nazaret. Ellos mantienen la validez de las antiguas tradiciones. Ahí se sienten seguros. Conforman la plataforma desde donde dominan. Eso sí, se desentienden de la vida de la gente. Están ciegos ante el estrepitoso fracaso de la Antigua Alianza y no se reconocen como responsables del descalabro.
7. El final
El relato termina apuntando que se trata de una señal, la primera de una serie de ellas:
“Esto hizo Jesús como principio de las señales en Caná de Galilea” (v. 11a).
Una señal posee carácter simbólico. Evoca algo importante e invita a que su significado sea entendido en su totalidad. De la fracasada Antigua Alianza ha surgido la alegría del tiempo anunciado por los Profetas. Esa señal inequívoca manifiesta la gloria del Galileo a la que aludía directamente el Prólogo del evangelio:
“…y hemos contemplado SU GLORIA
-la gloria que un hijo único recibe de su padre-
PLENITUD DE AMOR Y LEALTAD” (Jn 1,14b).
Los discípulos lo han comprendido perfectamente. Por eso le dan su adhesión:
“…y sus discípulos le dieron su adhesión” (v. 11).
La mayoría de traducciones escriben: “y sus discípulos creyeron en él”. Sin embargo en el texto no aparece una preposición que deba ser traducida en sentido estático por la nuestra: “en”. Juan emplea, como acostumbra a hacer con este verbo: εἰς en funciones de preposición de acusativo. Su significado (‘a’, ‘hacia’) tiene carácter dinámico e indica relación:
“ἐπίστευσαν εἰς αὐτὸν” (literalmente: “dieron su adhesión a él”; “le dieron su adhesión”).
No le dieron su adhesión porque le vieron hacer un prodigio químico, sino porque comprendieron que había sustituido la Ley incapaz de dar vida (‘las seis tinajas vacías’) por EL AMOR Y LA LEALTAD: Gloria de Jesús y esencia (“vino”) de la sociedad alternativa, la que consintieron en llamar: el reinado de Dios. A aquél amigo de Galilea y a su Proyecto se sumaron los discípulos; y la comunidad autora del cuarto evangelio lo quiso refrendar componiendo este relato.
Mire Santiago.
Posiblemente usted me vea como una especie de demonia . Pero no lo soy. Sencillamente digo lo que pienso. Como usted, como todos los de Atrio. Soy consciente de que no poseo la verdad, porque no sé qué es la verdad. Creo que tan solo hay opiniones.
El problema es que no creo que por el hecho de tener un nombre en el mundo de la cultura, tenga que fiarme de lo que dice un señor. Porque señoras, pocas, aunque ya va habiendo alguna. Si leo una cosa y me encaja en mi estructura mental, la incorporo, y si no, pues no.
Y eso es todo.
Eso es construirme un mundo a mí medida? Pues a lo mejor. Pero, por qué me tengo que construir un mundo a medida de otros? Porque tienen la Verdad? Pues vuelvo al punto de partida. Qué es La Verdad?
Por supuesto me refiero al mundo de los pensamientos. El de la realidad física, eso es otra historia. Ya sabe.
En fin.
Me apetecía decírselo.
Es difícil imaginar que el líder de la comunidad joánica que vivió entre ellos, en Éfeso, hasta el 100 AD, que era además un Apóstol-testigo, no precisara lo “figurativo” del género literario que supuestamente se escogiera para el relato de las Bodas de Caná. Es más lógico que se centrara en una parábola. Sin embargo, el relato es de género “histórico” aunque se mezclen simbolismo y enseñanza didáctica.
Pero en el banquete de la celebración de las Bodas de Canà existen datos geográficos, cronológicos, específicos y personales que lo enmarcan como un “hecho real”. Y está claro que el “discípulo amado” que dejara su herencia en la comunidad de la Iglesia de Éfeso, que conocía de cerca a Jesús y que “viera Su gloria” quisiera transmitir la base de su FE a los encomendados a el en la predicación del Evangelio. El milagro es parte de esa fe, aunque no sea el origen de la causa. Esto fue pues lo que el autor del Evangelio quiso transmitirnos.
El problema de la crítica racionalista desde el siglo XVIII en adelante siguiendo con Strauss, Baux, Renán etc y aumentada en nuestros días es el rechazo “a priori” de lo sobrenatural y la negación dogmática de la intervención de Dios en el Universo. De ahí los argumentos circulares para destruir la historicidad y la veracidad de los Evangelios. Imposible tarea cuando los autores de ellos son los testigos de TODO el siglo I y Papías es el enlace principal con el siglo II
Sobre ell milagro del vino, como dijo Francisco en su homilía del 2016 en Canà de Galilea las tinajas llenas de agua para los “rituales judíos”, que se transformaron en bodegas de vino súbitamente, representan cabalmente en Pablo “De la Ley fundada por Moisés, a la gracia y la verdad por Jesucristo”
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Anda que menuda la ha cogido usted con la literalidad del texto de Juan. Me refiero a la literalidad de la traducción del evangelio que usted maneja. Tremendo.
Tengo la impresión de que usted cree que todo esto de revisar los textos de los ejemplares más antiguos de los evangelios y tratar de dar un nuevo sentido con todo lo que el ser humano ha progresado en Mil novecientos años es una especie de sacrílegio gordo. Gordísimo.
Y no logro entender el porqué.
Para su tranquilidad le diré que de todas las personas que escriben aquí la única que está convencida de que Jesús de Nazaret no es El Hijo de Dios, atención a El,es mi persona. Una maestrica a la que le interesa este tema.Y además, jubilada. Cero peligro.
Las demás, estoy segura de que les gusta esta traducción , interpretación o como se le quiera llamar que está haciendo el señor Santos. Es superinteresante. Punto
Nadie que esté convencido de su divinidad va a dejar de estarlo por leer estos artículos. Se lo aseguro.
No logro entenderle. Está como obsesionado en defender , qué quiere defender exactamente? Eso que llaman su fe? Pero si no necesita defensa… bueno, si es su fe en Jesucristo y tal pues no.. Pero si es su fe en La Iglesia…eso es otra cosa. A lo mejor esa defensa a la que usted se siente obligado es la responsable de que su mente se vuelva una especie de muro de hormigón donde todo lo que le suena a amenaza, rebota.
Qué defiende usted exactamente? A la iglesia? No es necesario. No corre peligro. Sobrevivirá. Fijo
Que Jesús es El Hijo de Dios y como tal es capaz de hacer milagros contra todas las leyes naturales porque puede, porque quiere y así lo manda?
Y eso es tan importante? Para creer en su divinidad hace falta milagros?
Pues le digo una cosa, por ejemplo, en la célebre resurrección de su amigo Lázaro. Si veo salir a un muerto de su sepulcro, salgo corriendo en dirección contraria y no hay quien me alcance .
Diferentes puntos de vista.
Sin más.
Pues yo si viera salir de su tumba a un muerto como Lázaro “atado de pies y manos con vendas..envuelto en un sudario” no hay duda de mi tremenda sorpresa pero mi curiosidad me llevaría a quedarme para poder interrogarle sobre esta increíble experiencia..
En el caso de “las revisiones” y “reconstrucciones” de la Escritura en los últimos siglos, no se trata de “lo literal” ya que una misma palabra o frase puede utilizarse de diferente modo. Lo que interesa es el “sentido” que el e v a n g e l i s t a quiso comunicarle usando un género literario propio de su cultura, y trasladarlo nosotros, sin perder su esencia, a nuestra cultura de hoy. No se trata de imaginar o improvisar o especular o adivinar, sino descubrir lo que los testigos habían “visto y oído” de labios de Jesús -lo que más se acercaría a la verdad- en la predicación oral del kérigma primitivo de la Iglesia.
La importancia es que nosotros “recibimos” este kérygma por medio del núcleo de los Doce, inicio del carisma de la Iglesia de Jesús y que este “mensaje” es uno, y cierto, NO relativo, por tanto o lo recibimos con el mismo “sentido” con que fue enseñado, o recibimos algo falso o contrario a la verdad y a la FE.
Claro que separar a los miembros corruptos de la Iglesia pero no podemos separar a Cristo de Su Iglesia en su carisma esencial sacramental en la que El se encuentra vivo para la salvación de todos.
No se trata de defender nada, ni de ningún temor. Sino es una cuestión de testimonio y opinión de la misma manera que todos procedemos por estos contornos.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Se nota que es usted médico. Entiendo que le gustase hablar con Lázaro. Menudo artículo sale de ahí…
Efectivamente. Hay que encontrar lo que nos quieren decir con esos textos.
Únicamente veo repetido un mensaje una y otra vez. Confiad en vosotros mismos, juntos lograremos un mundo mucho más justo. Dios no está para castigar, está para dar fuerza, y sobre todo, sobre , no olvidéis nunca que la fuerza mayor que podemos encontrar está en el Amor. Así que, mirad a los que están a vuestro alrededor con amor. El resto vendrá por añadidura.
Y esa es mi lectura.
Y me gusta.
Por cierto, ha leído usted en el apocalipsis de Juan ese trocito que dice: y al que me siga, le daré un guijarro blanco con su nombre y el lucero de la mañana.
O algo así dice.
Me quedé muerta. Al final, con un poco de suerte me voy a mi estrella.
O eso no se vale literalmente?
Cuídese mucho. Póngase mascarilla y no se me haga usted negacionista.
Hasta la próxima.
Es por eso que la virtud de la esperanza nos es necesaria, no sólo para continuar y sobrellevar con paciencia las penas que nos depara la vida, sino para continuar hasta el final.
La angustia vital se refiere al mero hecho de vivir buscando la Verdad sin poderla encontrar totalmente. Nos angustiamos al no encontrar la verdad de la vida que se nos va escapando diariamente.
Existe pues la Verdad absoluta, de otra manera nos conformaríamos con lo poco o mucho que hemos aprendido. Sin embargo, perseguimos un conocimiento que nunca llegará a satisfacerse ni a realizarse totalmente durante nuestra existencia terrestre. Y es que nuestra capacidad tiene límites y sólo vemos un espejismo real pero no es más que la superficie. Todo esta apariencia ha de colapsar un día. Entonces “veremos cara a cara”, tal y como es la realidad en sí, y no en fragmentos e incompleta como es nuestra pobre visión de la tierra. La esperanza será pues la única virtud que nos sostendrá hasta que podamos “ver” con suma claridad. La esperanza sólo puede residir en la trascendencia divina.
Gracias. Todos debemos tener sumo cuidado en no exponernos sin necesidad al virus.
Saludos cordiales
Santiago Hernández
Bien, antes no me podía alargar porque se me quemaba algo en la cocina, pero ahora añadiré una cosa más a mi comentario de las 12h45´ allí respondía escuetamente a Salvador y decía: Inteligencia Sentiente. Pues bien, hay que notar ahí la ausencia de conjunción. Su unidad es formalmente estructural, no hay dualidad, esa es una diferencia fundamental diferencia.
Es apasionante seguir a Salvador pero más apasionante es caer en la cuenta de esta convergencia ratificadora.
Hola, Salvador! Leyendo tu respuesta de anteayer a Gonzalo, que la encuentro magnifica me doy cuenta de que quizá será debido al sentido diferencial que por parte de los conceptos, unos derivados de la exégesis lingüística y otros haciéndolos derivar yo misma hacia un carácter de ellos más filosófico, no me facilita en nada que puedan congeniar y esto hace parecer que ambos decimos cosas diferentes.
Voy a ponerte un ejemplo. Es verdad que cuando dices que el evangelio no se escribió para inteligentes, es obvio que no estás despreciando la inteligencia, sino que es un modo de hacernos ver esa connotación tan negativa heredada del racionalismo.
Precisamente al empezarse a estudiar el evangelio de Marcos, hacia el siglo XIX, como nos dices, me casa el hecho de que también en aquellos momentos de la historia se comenzaba a considerar, en su estudio, no pura la inteligencia. A ver en ella el arranque sensible-biológico de su origen tan despreciado en la antigüedad.
Pienso que esto representó una gran oportunidad para entrar en la comprensión de lo que ahora estudiamos aquí. Sin embargo, siendo esto verdad, por otro lado no nos ayuda en nada que entretanto, recientemente, se nos haya colado por en medio la llamada inteligencia emocional, tan de moda en la actualidad.
Si antes la inteligencia se concebía racionalista ahora con eso de la inteligencia emocional se la convierte tan erróneamente en materia sensible. Y la sencillez del evangelio no tiene que ver ni con una ni con otra.
Esperaré tu respuesta, un abrazo!
Hola M. Luisa
La frase viene a ser un tópico y no tiene más significación que: el evangelio se escribió para ser entendible por cualquier persona.
Un abrazo
Siendo así no me extraña que las citas evangélicas cualquier persona se las pueda apropiar y hacerlas ir por donde mejor le convenga. ¿Es cosa de entendimiento o de experiencia?
Es cosa de entendimiento y experiencia.
Inteligencia Sentiente, pues.
Eso decía un señor que se llama Harari. Me suena de ver su nombre por aquí.
Vino a decir algo superlogico que según venga , tiene muchos detractores. La inteligencia en abstracto es un absurdo, por mucho que la midan los tests.
Me parece genial. Anda que no tuve que estudiar el tema en una asignatura que se llamaba diagnóstico. Me echaba las manos a la cabeza. Porque a finales de los ochenta, eso del sentiente ni se pensaba. No porque no hubiera ya teorías, sino porque ni caso.
Por lo visto, este señor Harari ha caído mejor a los de siempre. Parece que ese concepto se está habiendo camino. Por lo visto estamos descubriendo que el ser humano es algo más que un puñado de algoritmos.
Me he equivocado. No es respuesta a nadie. Es una reflexión personal. Hay que ser maestra con quince años de experiencia y entonces estudiar ciencias de la educación para entender lo que digo.
Pero las cosas empiezan a cambiar. No hay nada como un autor que tenga éxito. Lo que nunca entenderé es por qué unos autores barren y otros, diciendo lo mismo, ni caso. Para mí es un misterio.
Pero bueno, tengo una lista infiniiiiita de cosas que no entiendo.
Abriendo, sorry
Según de quién venga…
Otra vez sorry
Y otra vez sorry por si acaso hay algún error más.
El contexto mismo del Evangelio nos dice que siguiendo la cronología de Juan es más probable que este hecho, no sea una mera alegoría, sino un acontecimiento real. Esto no quiere decir que Juan no intentara enseñarnos la misión de Cristo con ocasión de este “banquete de bodas” usando signos e imágenes simbólicas.
El hecho está enmarcado en el lugar y en el tiempo correspondiente en el plan narrativo del Evangelio. En Caná que es hoy Kefer-Kenna a siete kilómetros al Norte de Nazaret.
Y “ al tercer día”,… puesto que “este principio de los milagros” (v 11) de Jesús fue posterior a la elección de los primeros discípulos (J 35-51) ya que “obró ademàs Jesús otros muchos milagros que no han sido escritos en este libro. Y éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyéndolo tengáis vida en nombre Suyo” (Juan 20:30-31)
Y como Su madre estaba presente en el banquete continúa la narración del hecho así: “Después bajó a Cafarnaúm El y Su madre” ya que Cafarnaúm está a unos 210 metros por debajo del nivel medio d e l Mar Mediterràneo, hoy Tell-Hum.
Perfectamente enmarcada esta celebración en Caná de Galilea como un acontecimiento donde coincidieron Jesús, Su Madre y sus discípulos (v 1-2), Juan procedió no sólo a narrar el primer milagro de Jesús por el cual “creyeron en Él sus discípulos” (v 11)., sino a decirnos de Jesús que “todavia no había llegado” Su hora.
No había llegado todavía “Su hora” o sea la Cruz ni la Resurrección y sin embargo Jesús anticipa un poco “Su gloria”, la gloria que le dio Su Padre desde toda la eternidad, realizando el milagro, que como todos los otros, no tenían una explicación natural, y así “manifestó Su gloria” (v 11)
Jesús santifica con Su presencia aquella celebración, creando la fiesta de la alegria donde el vino es presencia y símbolo del don de Dios. Sin duda, Juan, el discípulo más joven, el que amaba Jesús, no se detuvo en los detalles pequeños de aquel banquete sino que se fue a lo esencial que enmarcaba el comienzo de la Revelación verdadera del Mesías.
Un saludo cordial
Santiago Hernàndez
He leído el enlace de Teófilo y los comentarios.
Muerta estoy.
Con razón la gente lee mi nombre y piensa, ya está esta…Dios santo. Menudo nivel.
Me estoy riendo sola de pensar que estarán pensando: qué hace una persona así en un lugar como éste?
Ay, señores, señoras, están ustedes ante un caso de democratización de la enseñanza. O del aprendizaje.
Tengan paciencia. Les aseguro que doy la media de inteligencia, de cultura de este país. La media.
Quizás ese haya sido el problema de todo esto de la decadencia del cristianismo y tal. Nunca se nos ha tenido en cuenta. Y somos los destinatarios de eso que llaman evangelios. O quizás no.
Ya no sé.
Hola Salvador.
Sabes lo que se me acaba de ocurrir?
A que no te atreves con el apocalipsis? Dicen que su autor es Juan. A lo mejor es la misma comunidad. O no.
Me encantaría entender aaaaalgo de ese libro.
Leí en algún sitio que el género apocalíptico estaba como de moda, algo así como una ciencia ficción rocambolesca , aderezada con un simbolismo enorrrrrrme. Que el Apocalipsis de Juan no es una excepción, sino que pertenece a un determinado género de esa época.
A lo mejor no es cierto.
Me encantaría entender algo .
Cuando acabes con esto…
Si te apetece…
Si te atreves…
Hola Carmen
Cuando trabajaba en la empresa privada, cada vez que se reunía el Consejo de Administración, los consejeros mostraban su preocupación por los asuntos importantes y los urgentes. Siempre les contesté lo mismo: “Lo importante se hizo hace varios meses; lo urgente, la semana pasada. Pero para los milagros tenéis que darme 24 horas”.
Tus deseos de conocer la explicación del Apocalipsis lo tienes concedido. La recibirás a través de tu correo a ser posible mañana.
Un abrazo
Oooooohhhhhh!!!
Gracias
A ver si me explico.
Jamás he entendido nada del evangelio de Juan. Posiblemente porque cuando he intentado leerlo tenía en mi cabeza la idea de que no estaba escrito para personas como pueda ser yo, sino para gente con una alta preparación en teología , expresiones de griego antiguo y tal. Y además no entendia nada del verbo que estaba desde el principio no sé dónde.
Me sé las historias que nos contaban en la iglesia cuando leían el evangelio. Pero cuando lo he intentado leer, no pasaba del cuarto versículo.
Adet,es que la gente no sabía leer, luego hacia falta que alguien lo leyese.
Y claro. No sé ustedes. Pero siempre, siempre he asistido a las clases. Es cierto que lo que decían algunos profesores se podía entender perfectamente con los apuntes que te pasaban o incluso que dejaban en la fotocopiadora de la universidad.
Pero no. Que va. No es lo mismo. No lo es. Un texto escrito es muchísimo más rígido, expresa muchísimo menos que cuando el mismo autor habla. Esa es mi experiencia. Si además habla en un lenguaje simbólico, habría que esperar que el receptor estuviese al tanto de todos los símbolos que utiliza el que habla. Pero claro, si los destinatarios no están muy puestos es ese lenguaje simbólico, de escrituras, de números de esos mágicos…pues seguramente no entenderían nada si únicamente se leyese el texto.
Cómo me voy a imaginar que el número de tinajas son seis porque es un número imperfecto porque va antes del 7, que es la perfección? Una persona que trabajaba de sol a sol, una mujer que ni existía, una persona que no había tenido a ningún tipo de educación en aquella época iba a pensarlo? Pues no creo. Era necesario un lector, o lectora, que explicase el texto. Porque iba dirigido a ellos, no a los sacerdotes del templo.
Al menos eso pienso.
Quizás por esa necesidad de explicación ese evangelio ha pasado a la historia como un evangelio para gente preparada. No porque su estructura gramatical fuese compleja o utilizase palabras cultas, sino porque su lenguaje es altamente simbólico.
Por eso me ha parecido entender que dice Salvador que es un evangelio para ser leído y explicado en grupos.
Me parece.
A lo mejor, no.
Desde luego si a mí no me lo explica, no me entero de la película.
Hola!
En torno al “NIVEL CULTURAL” del Relato evangélico:
1- A Gonzalo:
– no pienso en “de y para intelectuales sofisticados”
– sino en “el esfuerzo de ‘pensar’ sus NUEVAS vidas”,
(donde: “pensar” = el Hecho + ese esfuercito)
¿Cómo Relatar algo NUEVO con Palabras VIEJAS?
(donde: ‘con-struir’ lo NUEVO exige ‘de-con-struir’ lo VIEJO).
2- A Salvador:
Estimo que:
– el “ejemplo narrado” contradice la necesidad de un “LECTOR”
(su narración ‘futbolera’ NO LO NECESITÓ para los asambleados)
Estimo que:
– en la medida que se cambia de Público y Escenario (histórico-cultural)
para re-presentar la Obra “auténticamente”
es imprescindible el TRADUCTOR (LECTOR).
Esto último, creo, es lo que nos lo ofrece maravillosamente!
El ejemplo cojea. Buscaré otro.
Abraazo
Hola Salvador!
Tus Escritos están llenos de “indicios”
que harán “cojear” cualquier otro intento.
Bastaría solo uno, que no es “indicio”
sino algo “EXCELENTÍSIMO” por ti descubierto
y desarrollado:https://www.atrio.org/2011/11/excelentisimo-teofilo/
Salvador, tienes un dominio extraordinario de la Biblia para relacionar textos, y probablemente tienes razón en la interpretación de los símbolos del evangelio de Juan. Sin embargo 0me produce bastante desazón ver que el evangelio de Jesús se ha convertido en un evangelio para intelectuales sofisticados capaces de descifrar los símbolos., donde queda lo de lo has ocultado a los sabios ytehas revelado a los sencillos. Desde luego que todo el pasaje de canano es real sino simbólico, pero el pueblo puede entender que el Reino es un banquete deboda sin más complicaciones. Ya sabemos que tu no eres elitista, no hay más que ve Unpaso, un mundo. Quizás tenemos que ver a Dios con los sencillos y con los complicados. Las primeras comunidades tardaron en admitir este evangelio en el ca on de las Sagradas Escritras
Hola Gonzalo
Para hablar del asunto que planteas, suelo recurrir al siguiente ejemplo. Imaginemos que dentro de dos mil años, entre las ruinas que hemos dejado después de unas cuantas destrucciones, aparece un trozo de papel donde está escrito el siguiente texto:
“El carrilero corrió la banda saliendo desde su zona a pase del central; sorteó a varios contrarios y superó al defensa que cubría al extremo izquierda. Tras burlarlo se adentró hasta el vértice del área y lanzó el cuero hacia el semicírculo viendo al media punta que llegaba como una exhalación. Este lanzó un potente disparo que entró por la escuadra hasta el fondo de las mallas”.
Este texto se entiende hoy sin necesidad de aclaración. No se escribió para inteligentes, sino para ser entendido por cualquiera. Dentro de veinte siglos, en una cultura muy diferente a la nuestra, requerirá un análisis y una explicación. Pero esto se escribió para sencillos. La pregunta es ¿quiénes han ocultado esto a los sencillos? ¿Quiénes tenían la responsabilidad de hacerlo entendible y no malearlo?
A mi juicio, Gonzalo, la dificultad se introdujo cuando se eliminó la figura del Lector y se optó por poner el evangelio al servicio del poder y el poder en manos de ignorantes.
Como sabes, el evangelio de Marcos, el primero y más sencillo no empezó a ser estudiado hasta casi el siglo XIX. Durante dieciocho siglos se pensó que era un resumen de Mateo. Y en las iglesias se ha estado leyendo textos en latín hasta hace nada. El Proyecto de Jesús no puede ser más sencillo. Pero ¿quién lo ha ocultado? ¿Quiénes se adueñaron de él? ¿Dónde está la ignorancia: en la gente sencilla o en los que pusieron el evangelio al servicio de su poder? ¿Durante cuantos siglos se ha explicado este texto hablando de un milagro?
La responsabilidad es nuestra y no de un texto que escribieron hasta con emoción hace veinte siglos para gente sencilla que podía entender perfectamente a quien se refería el libro del Apocalipsis cuando hablaba del número de la fiera, el 666.
Un fuerte abrzo, Gonzalo
“Los mitos no examinados, donde quiera que sobrevivan, tienen una potencia subterránea, afectan nuestro pensamiento de manera peculiar para la que no estamos preparados, y cuanto menos alertas estemos, menor será nuestra capacidad para resistir su influencia” Evelyn FOX KELLER.
Evelyn es una historiadora de la ciencia que descubre otra manera de historiar; se podría traspolar a la teología, incorporar al sujeto o lo subjetivo en la descripción; la necesidad de una fórmula matemática perfecta pareciera ser la misma necesidad de generar un ser humano sin pecado, un Dios en la religión; es una necesidad racional que trata de abstraer sacando lo subjetivo, lo humano digamos. Para Denise najmanovich epistemologa, lo importante no es el producto acabado sino el proceso, no es la subjetividad acabada, sino una subjetividad q se va haciendo; no es la historia cerrada sino la función historizante dinámica que puede revisar alguna conclusión previa; todas son hipótesis o procesos parciales.
se trata de abrir no de cerrar…si se cristaliza una historia se cierra, se petrifica; y a veces las historias sirven y son funcionales por mucho tiempo en un contexto y a veces dejan de serlo, ya no son más funcionales según el tiempo o el contexto; la pregunta es si el mito es funcional o no?
Pues a nosotros, a nosotras , nos han contado historias. Que además estaban escritas en la biblia, que a su vez es palabra de Dios, según nos han marchado en todas y cada una de las eucaristías.
Nos las sabemos de memoria, a base de oír cómo las leían textualmente. Y ya ni las escuchamos. Suenan a falso
Ahora llega Salvador y nos dice algo que para mí es definitivo: estas historias no están para leerlas tal cual. No.
Estas historias son para que las lea trocito a trocito un lector, uno, entre otras cosas porque casi nadie sabía hacerlo, y ese lector lo tenía que explicar, porque el texto estaba escrito en un lenguaje simbólico, al que eran muy aficionados las personas de esa cultura.
Salvador hace el papel de lector. Lee un trocito y…explica.
Si además estuviésemos alrededor de una lumbre, que se dice en mi tierra, con una mantica , comiendo cascaruja y un bebiendo un vino dulce, sería como volver a una cultura oral.
Que es lo que había entonces. Una cultura oral.
Y nos quedaríamos fascinados con todo lo que cuenta. Luego te lo puedes creer o no. Eso es asunto tuyo.
Pero claro. Si nos metemos en críticas con un concepto de cultura escrita, que ha sido el nuestro desde aquello de la imprenta, y que por cierto ya está cambiando ese tipo de cultura por otro, ya saben audiovisual, de realidad virtual y tal, pues entonces se pierde totalmente la Magia.
Es una pena. Porque la Magia muy pocos saben construirla y todos sabemos acabar con ella.
Disfrutemos de esta experiencia.
Ya saben. Lumbre, mantita…
Y luego , pues no se lo crean si no quieren. No es obligatorio.
Pero es precioso.
Al menos para mí.
Efectivamente, Salvador hace una explicación de éste primer signo, que dice Juan, de Jesús, con un montón de interrogantes que, curiosamente nunca nos han importado: ¿Cómo podía faltar vino en una boda? ¿Porqué era tan torpe el mayordomo y María tan atenta? ¿Para que hacían falta 6 tinajas “vacías” para las purificaciones?
Sin embargo, una lectura atenta nos va descubriendo su significado, que Salvador explica a las mil maravillas. También lo hace Juan, o la comunidad donde y para quien escribe el autor del cuarto evangelio y nos dice que el agua es la religión vacía; que las tinajas representan la Ley,, pero en la letra solamente, no en el espíritu.
Que sea el primer signo significa que le seguirán otros, siete en total que es el número perfecto en contra del seis que es el imperfecto.
María es el pueblo del A.T., Juan la sitúa dos veces en su evangelio, una en Caná y otra junto a la cruz, y en ninguno de los dos estuvo, pero nos quiere decir que puesta al principio y al final representará al nuevo pueblo que se dará su adhesión. No le pone nombre: la llama mujer.
Gracias salvador.
En Europa la palabra führer nos da terror. Al menos a algunos.
Y además, todos los führer se contemplan a sí mismos como libertadores de, pues de algo, según les apetezca.
Un abrazo, Salvador.
Hola!
¡¡¡Pa’caerse de culo!!! ¿no?
¿Podrá Salvador informarnos de los antecedentes
de esta “interpretación”?
Los “Betrunkenen” adherimos y seguiremos
a nuestro Führer Libertador.
Hola
Sobre los antecedentes:
1. En la traducción del NT de Juan Mateos aparece como título de este relato: CANÁ: SUSTITUCIÓN DE LA ALIANZA.
A continuación del relato hay página y media de explicación.
2. Los Juanes: Mateos y Barreto realizaron hace unos cuarenta años un análisis lingüístico y un comentario exegético que se editó en un libro bajo el título: EL EVANGELIO DE JUAN.
3. Juan Mateos expuso ese evangelio durante años a algunas comunidades. Sus explicaciones fueron grabadas en modo casero. No tienen calidad profesional. Si alguien está interesado en las dos referidas a este relato, en alguna otra o en todas (Pueden ser más de ochenta conferencias) puede entrar en lista de espera y se las puedo ir mandando en dosis.
Abrazos
¿En serio?
O sea que “la cosa”:
-¿es reciente?-
¿solo “reciente”?
¿solo “reciente”?
¿solo “reciente”?
“No puede ser,
No puede ser,
no puede ser.”
(Pablo Neruda)
Primero:
¡Gracias Salvador, por explicar así el texto, y descargarlo de toda la “imaginería” que lleva consigo!
Estudié, como he dicho alguna vez, Teología en mi C. Pignatelli:
¡No, para obtener un título!
No lo imparten para eso, sino para bajarlo al suelo; gracias a los diferentes profesor@s que venían cada curso.
Para mí, no es nueva esta manera de explicar:
Juan Mateos N.T. y A.T. L. Alonso Schókel entre otros muchos… alguna mujer… como Mª Dolores Aleíxandre; también, Benjamin González Buelta, Jon Sobrino, González Faus…y tantos que ya no están entre nosotros.
Pero, va pasando el tiempo, y “creo” he ido madurando, y se han ido cayendo… esos amarres… que casi todas las personas, que pertenecen al clero ellos, y ellas como religiosas… siguen teniendo ese sabor dulzón…que van creando las “devociones varias” que nos mantienen atados al biberón de las promesas futuras.
¡Ya no utilizo biberones! El Proyecto del Galileo Jesús, tiene fuerza en si mismo, dado, que cada ser nacido, lleva grabado en su entraña, cuanto necesita, para desarrollar aquello a lo que quiera adherirse.
¡Luz u Oscuridad-Tiniebla!
No se trata de devociones varias, se trata de una opción personal que cambia nuestra manera de vivir.
Así es mi manera de: mirar y ver…y vivir…en la medida de mis capacidades.
Gracias Salvador, por tu lucha constante, en que llegue limpio de polvo y paja este Proyecto de Vida.
Lo que me entusiasma por encima de todas las cosas es:
Que toda persona de corazón bueno, puede hacerlo Vida en su vivir cotidiano.
Y como… entonces… no es una sencilla tarea, sobrevivir a la fuerza que posee el poder unido al “dios” dinero.
Dice Salvador: “Hay muchos textos en los evangelios que parecen no tener discusión. Dicen lo que dicen; se aceptan tal cual y… a otra cosa, mariposa. De algunos, tan populares como este, se diría que está todo dicho y no cabe disquisición alguna. Los hechos son tal cual aparecen…, ¡y punto”.
Yo me pregunto si su discipulado lo aceptaron así, tal cual, como un hecho real, o supieron trascender el relato hasta llevarlo a darle una explicación en relación a lo que ellos sabían ya de las escrituras (Como ha hecho Salvador), o si lo vieron como un acto de magia (milagro), o si esto se escribió para resaltar la presencia de María, “mujer” o si, finalmente, para que Jesús se presentase como el Mesías poderoso que podía hacer cualquier cosa con las leyes naturales, convertir el agua en vino, en un suceso tan irrelevante.
Es que, si es un mensaje de Dios a través de este relato, dado como verídico o no, sacaríamos la conclusión de esta lectura, como de tantísimas otras del NT, que Dios nos lo pone muy difícil porque habla solamente a los entendidos, a los teólogos, a los expertos.
Quiero decir que, o bien estudias teología y exégesis desde el principio de los tiempos y desde el principio de tus días, o tienes que creer lo que te dicen los entendidos (en masculino), es decir creer a los demás tanto si lo entiendes como si no.
La verdad es que nos ponen muy difícil saber lo que tenemos que creer, por lo que la feligresía, en general, se queda con un relato mágico, bonito, y ya está como al ni@ que le cuentan un cuento y le sacan la moraleja. Así hemos llegado a las creencias, a los dogmas, a los ritos a la ignorancia de no saber leer los textos bíblicos en general, del escepticismo o de mirar hacia otro lado más convincente.
Gracias, Salvador, una vez más por ayudarnos al discernimiento realista y razonable.