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Meditación de la técnica, 1/12

Curso-taller basado en libro del mismo nombre de José Ortega y Gasset (1933)

I

PRIMERA ESCARAMUZA CON EL TEMA

Destilado: El ser humano se nos presenta como un ser de carencias. Si quiere vivir, ha de cubrir todas sus necesidades biológicas, y para ello ha de cultivar la tierra, construir cabañas, hacer fuego, etc. Sin embargo, sería preciso observar varias cosas:

  • El ser humano realiza esas acciones para vivir, que es la necesidad originaria de la que las demás son consecuencias.
  • Vive porque quiere, porque desea vivir, y lo hace, no tanto llevado de su instinto, como guiado por su voluntad y su reflexión. La necesidad de vivir no le es impuesta a la fuerza.
  • A diferencia de los animales, cuando no encuentra en la naturaleza (en su circunstancia) lo que necesita, lo produce.
  • Con ello trata de liberarse de las necesidades, para no tener que estar pendiente de satisfacerlas y poder ocuparse de otros quehaceres que considera como más suyos.
  • Esto puede hacerlo porque no se identifica con su circunstancia y con sus necesidades, sino que puede distanciarse de ellas y «ensimismarse», para inventar y crear procedimientos y nuevas formas de actuación.
  • Con estos procedimientos técnicos puede modificar la circunstancia o naturaleza, logrando que en ella haya lo que no hay o logrando que lo haya cuando se necesita.

Uno de los temas que en los próximos años se va a debatir con mayor brío es el del sentido, ventajas, daños y límites de la técnica. Siempre he considerado que la misión del escritor es prever con holgada anticipación lo que va a ser problema, años más tarde, para sus lectores y proporcionarles a tiempo, es decir, antes de que el debate surja, ideas claras sobre la cuestión, de modo que entren en el fragor de la contienda con el ánimo sereno de quien, en princi­pio, ya la tiene resuelta. On ne doit écrire que pour faire connaítre la vérité—decía Malebranche volviendo la espalda a la literatura. Hace mucho tiempo, dándose o no cuenta de ello, el hombre occidental no espera nada de la literatura y vuelve a sentir hambre y sed de ideas claras y distintas sobre las cosas importantes.

      Así ahora me atrevo a remitir a La Nación las notas, nada litera­rias, de un curso universitario dado hace dos años, en que se intentaba contestar a esta pregunta: ¿Qué es la técnica?

      Intentemos un primer ataque, aun tosco y desde lejos, a esa interrogación.

      Acontece que cuando llega el invierno, el hombre siente frío. Este «sentir frío el hombre» es un fenómeno en que aparecen unidas dos cosas muy distintas. Una, el hecho de que el hombre encuentre en torno a sí esa realidad llamada frío. Otra, que esa realidad le ofende, que se presenta ante él con un carácter negativo. ¿Qué quiere decir aquí negativo? Algo muy claro. Tomemos el caso extremo. El frío es tal que el hombre se siente morir, esto es, siente que el frío le mata, le aniquila, le niega. Ahora bien; el hombre no quiere morir, al contrario, normalmente anhela pervivir. Estamos tan habi­tuados a experimentar en los demás y en nosotros este deseo de vivir, de afirmarnos frente a toda circunstancia negativa, que nos cuesta un poco caer en la cuenta de lo extraño que es, y nos parece absurda o tal vez ingenua la pregunta: ¿Por qué el hombre prefiere vivir a dejar de ser? Y, sin embargo, se trata de una de las preguntas más justificadas y discretas que podamos hacernos.

      Suele salírsele al paso hablando del instinto de conservación. Pero acaece: 1.°, que la idea de instinto es en sí misma muy oscura y nada esclarecedora; 2.°, que aunque fuese clara la idea, es cosa notoria que en el hombre los instintos están casi borrados, porque el hombre no vive, en defini­tiva, de sus instintos, sino que se gobierna mediante otras facultades como la reflexión y la voluntad, que reobran sobre los instintos. La prueba de ello es que algunos hombres prefieren morir a vivir y, por los motivos que sean, anulan en sí ese supuesto instinto de conservación.

      Es, pues, fallida la explicación por el instinto. Con él o sin él desembocamos siempre en que el hombre pervive porque quiere y esto es lo que despertaba en nosotros una curiosidad acaso imper­tinente. ¿Por qué normalmente quiere el hombre vivir? ¿Por qué no le es indiferente desaparecer? ¿Qué empeño tiene en estar en el mundo?

      Nosotros vamos ahora a soslayar la respuesta. Nos basta, al menos por hoy, con partir del hecho bruto: que el hombre quiere vivir y, porque quiere vivir, cuando el frío amenaza con destruirle, el hombre siente la necesidad de evitar el frío y proporcionarse calor. El rayo de la tormenta invernal incendia una punta del bosque: el hombre entonces se acerca al fuego benéfico que el azar le ha pro­porcionado para calentarse. Calentarse es un acto por el cual el hombre subviene a su necesidad de evitar el frío, aprovechando sin más el fuego que encuentra ante sí.

      Digo esto con el azoramiento con que se dice siempre una perogrullada. Sin embargo, nos convie­ne —ya lo verán ustedes— esta humildad inicial que nos empuja con Perogrullo. Ahora no vaya a resultar que encima de decir perogru­lladas las digamos sin entenderlas. Eso sería el colmo, un colmo que con gran frecuencia practicamos. Conste, pues, que calentarse es la operación con la cual procuramos recibir sobre nosotros un calor que está ya ahí, que encontramos —y que esa operación se reduce a ejercitar una actividad con que el hombre se encuentra dotado desde luego—: la de poder caminar y así acercarse al foco caliente. Otras veces el calor no proviene de un incendio, sino que el hombre, transido de frío, se guarece en una caverna que encuentra en su paisaje.

      Otra necesidad del hombre es alimentarse, y alimentarse es coger el fruto del árbol y comérselo, o bien la raíz masticable o bien el animal que cae bajo la mano. Otra necesidad es beber, etc.

      Ahora bien; la satisfacción de estas necesidades suele imponer otra necesidad: la de desplazarse, caminar, esto es, suprimir las dis­tancias, y como a veces importa que esta supresión se haga en muy poco tiempo, necesita el hombre suprimir tiempo, acortarlo, ganarlo.

      Lo inverso acontece cuando un enemigo —la fiera u otro hombre— pone en peligro su vida. Necesita huir, es decir, lograr en el menor tiempo la mayor distancia. Siguiendo por este modo llegaríamos, con un poco de paciencia, a definir un sistema de necesidades con que el hombre se encuentra. Calentarse, alimentarse, caminar, etc., son un repertorio de actividades que el hombre posee, desde luego, con que se encuentra lo mismo que se encuentra con las necesidades a que ellas subvienen.

      Con ser todo esto tan obvio que —repito— da un poco de vergüen­za enunciarlo, conviene reparar en el significado que aquí tiene el término necesidad. ¿Qué quiere decir que el calentarse, alimentarse, caminar, son necesidades del hombre? Sin duda que son ellas con­diciones naturalmente necesarias para vivir. El hombre reconoce esta necesidad material u objetiva y porque la reconoce la siente subjetivamente como necesidad. Pero nótese que esta su necesidad es puramente condicional. La piedra suelta en el aire cae necesaria­mente, con necesidad categórica o incondicional. Pero el hombre puede muy bien no alimentarse, como ahora el mahatma Gandhi. No es pues, el alimentarse necesario por sí, es necesario para vivir. Tendrá, pues, tanto de necesidad cuanto sea necesario vivir si se ha de vivir. Este vivir es, pues, la necesidad originaria de que todas las demás son meras consecuencias.

      Ahora bien: ya hemos indicado que el hombre vive porque quiere. La necesidad de vivir no le es impuesta a la fuerza, como le es impuesto a la materia no poder aniquilarse. La vida —necesidad de las necesidades— es necesaria sólo en un sentido subjetivo; simplemente porque el hombre decide autocráticamente vivir. Es la necesidad creada por un acto de voluntad, acto cuyo sentido y origen seguiremos soslayando y de que partimos como un hecho bruto.

      Sea por lo que sea, acontece que el hombre suele tener un gran empeño en pervivir, en estar en el mundo, a pesar de ser el único ente conocido que tiene la facultad —ontológica o metafísicamente tan extraña, tan paradójica, tan azorante— de poder aniquilarse y dejar de estar ahí, en el mundo

      Y por lo visto ese empeño es tan grande, que cuando el hombre no puede satisfacer las necesidades inherentes a su vida, porque la naturaleza en torno no le presta los medios inexcusables, el hombre no se resigna.

      Si, por falta de incendio o de caverna, no puede ejer­citar la actividad o hacer de calentarse, o por falta de frutos, raíces, animales, la de alimentarse, el hombre pone en movimiento una segunda línea de actividades: hace fuego, hace un edificio, hace agri­cultura o cacería. Es el caso que aquel repertorio de necesidades y el de actividades que las satisfacen directamente aprovechando los medios que están ya ahí cuando están son comunes al hombre y al animal.

      Lo único que no podemos estar seguros es de si el animal tiene el mismo empeño que el hombre en vivir. Se dirá que es imprudente y hasta injusta esta duda. ¿Por qué el animal ha de tener menos apego a la vida qué el hombre? Lo que pasa es que no tiene las dotes intelectuales del hombre para defender su vida. Todo esto es probablemente muy discreto, pero una consideración un poco caute­losa, que se atiene a los hechos, se encuentra irrefragablemente con que el animal, cuando no puede ejercer la actividad de su repertorio elemental para satisfacer una necesidad —por ejemplo, cuando no hay fuego ni caverna—, no hace nada más y se deja morir.

      El hombre, en cambio, dispara un nuevo tipo de hacer que consiste en producir lo que no estaba ahí en la naturaleza, sea que en absoluto no esté, sea que no está cuando hace falta. Naturaleza no significa aquí sino lo que rodea al hombre, la circunstancia. Así hace fuego cuándo no hay fuego, hace una caverna, es decir, un edificio, cuando no existe en el paisaje, monta un caballo o fabrica un automóvil para suprimir espacio y tiempo.

      Ahora bien; nótese que hacer fuego es un hacer muy distinto de calentarse, que cultivar un campo es un hacer muy distinto de alimentarse, y que hacer un automóvil no es correr. Ahora empieza a verse por qué antes tuvimos que insistir en la perogrullesca definición de calentarse, alimentarse y desplazarse.

      Calefacción, agricultura y fabricación de carros o automóviles no son, pues, actos en que satisfacemos nuestras necesidades, sino que, por lo pronto, implican lo contrario: una supresión de aquel repertorio primitivo de haceres en que directamente procuramos satisfacerlas.

      En definitiva, a esta satisfacción y no a otra cosa va este segundo repertorio, pero —¡ahí está!— supone él una capacidad que es precisamente lo que falta al animal. No es tanto inteligencia lo que le falta —sobre esto ya hablaremos algo, si hay tiempo— como el ser capaz de desprenderse transitoriamente de esas urgencias vita­les, despegarse de ellas y quedar franco para ocuparse en actividades que, por sí, no son satisfacción de necesidades. El animal, por el contrario, está siempre e indefectiblemente prendido a ellas. Su existencia no es más que el sistema de esas necesidades elementales que llamamos orgánicas o biológicas y el sistema de actos que las satisfacen. El ser del animal coincide con ese doble sistema o, dicho en otro giro, el animal no es más que eso. Vida, en el sentido bioló­gico u orgánico de la palabra, es eso.

      Y yo pregunto: ¿tiene sentido, refiriéndose a un ser tal, hablar de necesidades? Porque recuerden ustedes que, referido este concepto de necesidad al hombre, consistía en las condiciones sine quibus non con que el hombre se encuentra para vivir. Ellas, pues, no son su vida o, dicho al revés, su vida no coincide, por lo menos totalmente, con el perfil de sus necesida­des orgánicas. Si coincidiera, como acontece en el animal, si su ser consistiese estrictamente y sólo en comer, beber, calentarse, etc., no las sentiría como necesidades, esto es, como imposiciones que desde fuera llegan a su auténtico ser, con que éste no tiene más remedio que contar, pero que no lo constituyen. Carece, pues, de buen sen­tido suponer que el animal tiene necesidades en el sentido subjetivo que a este término corresponde referido al hombre.

      El animal siente hambre, pero como no tiene otra cosa que hacer sino sentir hambre y tratar de comer, no puede sentir todo esto como una necesidad, como algo con que hay que contar, que no hay más remedio que hacer y que le viene impuesto. En cambio, si el hombre consiguiera no tener esas necesidades y consecuentemente no tener que ocuparse en satisfacerlas, aún le quedaría mucho que hacer, mucho ámbito de vida, precisamente los quehaceres y la vida que él considera como lo más suyo. Precisamente porque no siente el calentarse y el comer como lo suyo, como aquello en que Su verdadera vida consiste y de otro lado no tiene más remedio que aceptarlo, es por lo que se le presenta con el carácter específico de necesidad, de ineludibilidad. Lo cual inesperadamente nos descubre la constitución extrañísima del hombre; mientras todos los demás seres coinciden con sus condi­ciones objetivas —con la naturaleza o circunstancia—, el hombre no coincide con ésta sino que es algo ajeno y distinto de su circunstan­cia; pero no teniendo más remedio, si quiere ser y estar en ella tiene que aceptar las condiciones que ésta le impone. De aquí que se le presenten con un aspecto negativo, forzado y penoso.

      Por otra parte, esto aclara un poco que el hombre pueda desen­tenderse provisionalmente de esas necesidades, las suspenda o contenga y distanciado de ellas pueda vacar a otras ocupaciones que no son su inmediata satisfacción.

      El animal no puede retirarse de su repertorio de actos naturales, de la naturaleza, porque no es sino ella y no tendría al distanciarse de ella dónde meterse. Pero el hombre, por lo visto, no es su circuns­tancia, sino que está sólo sumergido en ella y puede en algunos momentos salirse de ella, y meterse en sí, recogerse, ensimismarse y sólo consigue ocuparse en cosas que no son directa e inmediatamente atender a los imperativos o necesidades de su circunstancia. En estos momentos extra o sobrenaturales de ensimismamiento y retracción en sí, inventa y ejecuta ese segundo repertorio de actos: hace fuego, hace una casa, cultiva el campo y arma el automóvil.

      Notemos que todos estos actos tienen una estructura común. Todos ellos presuponen y llevan en sí la invención de un proce­dimiento que nos permite, dentro de ciertos límites, obtener con seguridad, a nuestro antojo y conveniencia, lo que no hay en la naturaleza, pero que necesitamos. No importa, pues, que, en la cir­cunstancia, aquí y ahora, no haya fuego. Lo hacemos, es decir, ejecutamos aquí y ahora un cierto esquema de actos que previamente habíamos inventado de una vez para siempre. Este procedimiento consiste a menudo en la creación de un objeto cuyo simple funciona­miento nos proporciona eso que habíamos menester, el instrumento o aparato. Tales son los dos palitos y la yesca con que el hombre primitivo hace fuego o la casa que levanta y le separa del extremo frío ambiente.

      De donde resulta que estos actos modifican o reforman la circunstancia o naturaleza, logrando que en ella haya lo que no hay —sea que no lo hay aquí y ahora cuando se necesita, sea que en absoluto no lo hay. Pues bien; éstos son los actos técnicos, específicos del hombre. El conjunto de ellos es la técnica, que podemos, desde luego, definir, como la reforma que el hombre impone a la natura­leza en vista de la satisfacción de sus necesidades. Éstas, hemos visto, eran imposiciones de la naturaleza al hombre. El hombre responde imponiendo a su vez un cambio a la naturaleza. Es, pues, la técnica, la reacción enérgica contra la naturaleza o circunstancia que lleva a crear entre ésta y el hombre una nueva naturaleza puesta sobre aquélla, una sobrenaturaleza. Conste, pues: la técnica no es lo que el hombre hace para satisfacer sus necesidades. Esta expresión es equívoca y valdría también para el repertorio biológico de los actos animales. La técnica es la reforma de la naturaleza, de esa naturaleza que nos hace necesitados y menesterosos, reforma en sentido tal que las necesidades quedan a ser posible anuladas por dejar de ser pro­blema su satisfacción. Si siempre que sentimos frío la naturaleza automáticamente pusiese a nuestra vera fuego, es evidente que no sentiríamos la necesidad de calentarnos, como normalmente no sentimos la necesidad de respirar, sino que simplemente respiramos sin sernos ello problema alguno. Pues eso hace la técnica, precisa­mente eso: ponernos el calor junto a la sensación de frío y anular prácticamente ésta en cuanto necesidad, menesterosidad, negación, problema y angustia.

      Quede aquí esta primera y tosca aproximación a la pregunta: ¿Qué es la técnica? Pero ahora, una vez lograda esa aproximación, es cuando empiezan a complicarse las cosas y a ponerse un tanto divertidas, como veremos en las lecciones próximas.

     

125 comentarios

  • oscar varela

    CORONAVIRUS –LLAMAS ANDINAS – TÉCNICA
    los anticuerpos de las llamas podrían esconder una respuesta
    https://www.pagina12.com.ar/265209-coronavirus-los-anticuerpos-de-las-llamas-podrian-esconder-u
     
    Las llamas, camélidos sudamericanos y símbolo de la cultura andina, atesoran en su sistema inmunológico un tipo particular de anticuerpos que poseen propiedades biotecnológicas singulares.
    – cuentan con “nanobodies”: las moléculas más pequeñas que existen en la naturaleza; característica que les permite reconocer a otras y neutralizarlas.
    – conservan sus propiedades en pH extremos y resisten altas temperaturas.
     
    – “En el caso de SARS CoV-2 se pueden enganchar a la vesícula del virus hasta neutralizarlo y evitar que se una en las células, utilice la maquinaria celular en su provecho y en detrimento de nuestros organismos”.
     
     

    ¿CÓMO ES EL PROCESO EXPERIMENTAL? 
    – Se inmuniza a la llama hasta que alcanza su grado máximo de defensas para combatir al virus. Se le extrae sangre, se identifican con precisión sus nanoanticuerpos y, como resultado, se obtienen aquellos que son capaces de reconocer moléculas virales y neutralizarlas.
     
    – “Nuestro objetivo será utilizarlos para nebulizar a aquellas personas que están muy expuestas al coronavirus, como los enfermeros y los médicos. Las partículas virales podrían neutralizarse en la garganta y evitar que conquisten los pulmones. Esa barrera de defensas serviría muy bien para frenar el contagio. En definitiva, sería útil como prevención para aquellos individuos que aún no se han infectado y como tratamiento para los que tienen al patógeno en el organismo”.
     
    – podría administrarse por vía oral, nasal y a través de inyecciones, si es que la enfermedad se halla en una fase avanzada y la droga debe actuar directamente en los pulmones.
     

    – “Lo que nosotros extraemos del animal es el código genético del anticuerpo que nos sirve. Eso, más tarde, se expresa y se puede replicar de manera ilimitada, del modo en que lo hacen las empresas biotecnológicas con otros fármacos. Es muy positivo porque a la llama solo le sacamos sangre una sola vez y utilizamos su material genético de manera indefinida” 
     
    – Los anticuerpos, previamente, deberían “humanizarse” para no ser rechazados por las personas; de lo contrario, el sistema inmune de los humanos podría atacar al reconocerlo como un agente extraño. Resuelto este paso, la droga estaría en condiciones de cumplir con todas las funciones que se esperan que realice.
     

    NOTA DE COLOR
    La llama en cuestión fue bautizada “Spike” en referencia a la proteína clave que se encuentra en la superficie del virus. Es blanca y cuenta con una pintita marrón que la distingue del resto. Se encuentra en la Unidad de Camélidos del campo experimental que el INTA tiene en Castelar. Fue donada –junto con otras cuatro– por Estancias y Cabañas “Las Lilas” y el transportista las trasladó desde Saavedra (provincia de Buenos Aires, a 700 km de CABA) en plena cuarentena. Contó con un permiso especial que confeccionó el Ejército para sortear los retenes y así fue como este camélido, que apenas tiene un año de vida, consiguió arribar al campo.
     
    – “Para nuestra sorpresa, Aymar Moris (quien manejaba el camión) nos regaló sus honorarios y el combustible del transporte. Por eso, en retribución a su buena acción otra de las llamas lleva su nombre”, relata emocionada.
    – “Para que todos se queden tranquilos, los camélidos son tratados por especialistas. No hacemos más que extraer su sangre en una ocasión y realizamos algunas pruebas control sin ningún tipo de riesgo, por supuesto. Cuando todo esto termine habrá que buscarle un lugar para vivir, yo me las quiero quedar”, remata Parreño.
     

    • Jose Antonio Pastor M.

      He leído la noticia. Así es como se obtienen, hace unas décadas se utilizaban conejos, y es posible que todavía. La biotecnología es una complejidad muy simple y sencilla en algunos procesos. Las llamas son mamíferos de la familia de los camélidos (Camelidae). Hace unos años el virus MERS-CoV zoonótico, es decir, que se transmite de los animales a las personas estuvo implicado en algunos casos de infección por un tipo de coronavirus. Los estudios han revelado que las personas se infectan por contacto directo o indirecto con dromedarios infectados. Se identificaron casos en varios países, como Arabia Saudita, Egipto, Omán o Qatar.
      No se conocen bien los orígenes del virus pero, se cree que el virus podría ser originario de murciélagos y haberse transmitido a los camellos en algún momento. Me imagino que por ese motivo ha sido seleccionado como animal para experimentar.
      Saludos.

  • Antonio Duato

    Ya está casi una semana este primera entrada (o “lección” en la terminología inicial) y yo sin aportar casi nada a ese animado diálogo de más de cien comentarios, casi sin paja, pues esta vez todos habéis mostrado tanto interés por escuchar a los demás que por polemizar. A mí se me ocurren estos puntos después de haberos leído a todos:

    1. Me sigue interesando más Ortega como estimulador de pensar la realidad que como constructor de un sistema filosófico, definidor de la realidad. ¡Y vaya que lo ha logrado con esta primera clase del curso!

    2. Yo no sería tajante en que el homo se distingue de los otros seres vivos por la técnica. Independientemente de que los animales (e incluso las plantas) hayan usado instrumentos para transformar la naturaleza, la capacidad de usar estrategias para acomodarse al medio, según demuestran sus instintos transmitidos por el ADN es mucho más impresionante de lo que podría saberse en tiempos de Ortega. Hoy la evolución está mucho más estudiada que en tiempos de los precursores Lamarck y Darwin. La  biología molecular con la epigenética y otras ciencias afines han revolucionado el conocimiento del origen de la vida y sus especies. ¿Cómo nace el ojo o el cerebro? ¿Solo a base de fortuitas alteraciones en la réplica del genoma? La misma técnica que alguien pensó que alejaría al humano de Dios, al apartarle lo “natural” que proviene directamente de la mano de Dios, permite todo lo contrario. A mi me hace pensar y contemplar mucho el hobby de seguir en directo la construcción y vida en los nidos de aves. ¿Cómo se ha ido inventando y fijando el display de cagar los pollitos en los nidos de águilas o colibrís, tan distintos pero igual de eficaces para el fin de mantener los nidos limpios de excrementos e insectos? ¡Qué maravilla! ¡Altísima ocasión para el asombro místico!

    3. Es indudable que el resquemor contra el progreso de la tecnología ha sido una constante en el mundo de la religión y la espiritualidad, que no ha desaparecido del imaginario espiritual de quienes se cree modernos. Hasta en los más antiguos relatos de la Biblia hay ya señales de este rechazo del progreso tecnológico. Lo más agradable a Dios era el pastoreo (Abel) y la agricultura (Cain). Aquel más que esta, que tiende transformar más la tierra y las corrientes del agua. En el capítulo IV del Génesis, cuando se enumeran los hijos y pueblos procedentes de Set y Cain, se colocan en la descendencia de este último los progreos técnicos. Nietos de Cain eran “Jubal,  que fue padre o maestro de los que tocan la cítara y la flauta… y Tubalcaín, que fue padre de los trabajan con el martillo toda especie de obras de cobre y de hierro”. De ellos nació el gran proyecto técnico de construir el blasfemo proyecto de la Torre que llegase al cielo. Por cierto, ¿alguien conoce el precioso cuento de Ted Chiang La torre de Babel?  Una joya de ciencia ficción.

    • oscar varela

      Hola Antonio!
      Te leo que:

      Ad 1- “te interesa más Ortega
      a) como estimulador de pensar la realidad que
      b) como constructor de un sistema filosófico, definidor de la realidad”-

      Gracias! Precisamente el SISTEMA FILOSÓFICO de Ortega
      propicia como “Objeto formal” la VIDA HUMANA (la de c/cual).
      Ella no es ni alma ni cuerpo NI COSA alguna,
      sino DRAMA: un hacer y pasarme a MI (c/cual)
      Esa REALIDAD RADICAL de “MI VIDA” es de lo más SISTEMÁTICO que hay,
      p.e.: la Edad, el Sexo, la Generación, el País, el Ideoma, etc… , CIRCUNSTANCIAL, en fin
      No se la puede “DEFINIR”, sino “NARRAR”.

      ¿No será, entonces, hora de que retomar el impulso de quienes dieron origen a la DES-VELACIÓN (“FILOSOFÍA” es una denominación cursi) por BUSCAR LA VERDAD DESNUDA?
      ¿Un “andar dándole vueltas”, un “flirteo” como el asedio a Jericó para que se le abran las puertas)

      La “filosofía” de Ortega es más de pies andantes que de cabeza.
      ………………………….

      Ad 2-
      a) “Yo no sería tajante en que el homo se distingue de los otros seres vivos por la técnica”
      No se ve que haya “tajo” que “defina” partes.
      Por más que te (y nos) maravillemos de la EVOLUCIÓN NATURAL (multimillonaria en años)
      ¡¿Cuánto te/nos maravilla asistir a su desarrollo sentaditos en casa?!

      b) “Hoy la evolución está mucho más estudiada que en tiempos de los precursores Lamarck y Darwin”
      ¡Así parece ser!
      La EVOLUCIÓN natural llegada a mí en concretísimos óvulo y esperma de quienes son mis papá-mamá en un momento de amoroso drama. Y que se han ido haciendo cargo en la libertad de que me vaya liberando y haciendo mi propia vida. Lo de ellos y lo mío ya no está determinado en aquella EVOLUCIÓN natural. Son nuestras HISTORIAS, la de ellos y la mía, cada cual la suya.
      ………………………….

      Ad 3- “el resquemor contra el progreso de la tecnología ha sido una constante en el mundo de la religión y la espiritualidad”-
      ¡De acuerdo!, con las siguientes advertencias:

      a) el uso del término “espiritualidad” des-pista en un mundo des-pistado. Sirve tanto para un roto como para un descocido.

      b) la “religión” al ser una válida respuesta para los que necesitan de un “dios” asegurador (no-azaroso), es comprensible que vean en el Poder “creador” humano de “que haya lo que no hay” (acá llamado TÉCNICA) un competente a disuadir.

      • oscar varela

        En los tiempos que corren me gustaría saber más y mejor
        de lo que sea el CONFUSIONISMO.
        Entiendo que NO ES RELIGIÓN, sino
        ALGO ASÍ COMO HUMANISMO
        ¿Cuanto RESQUEMOR le han tenido a sus TÉCNICAS?

  • Isidoro García

    No se si es adelantarme a próximas entradas del Curso, pero he encontrado en mis archivos, esta frase de Aldous Huxley, que en 1958, profetizaba:   
           “No creo que haya personas siniestras deliberadamente tratando de robar a las personas sus libertades, pero sí creo que hay un número de fuerzas impersonales, que nos llevan a una dirección de menos libertad y también creo que hay un número de dispositivos tecnológicos que pueden ser utilizados para acelerar ese proceso de alejarnos de la libertad, imponiendo control.
          Hay dos fuerzas impersonales importantes: la presión en aumento de la población presionando sobre los recursos existentes, y por otro lado la tendencia a la sobreorganización. En cuanto la tecnología se vuelve más y más complicada, se necesitan organizaciones más elaboradas y más jerárquicas.
          De esta forma, cada vez hay más personas viviendo sus vidas como subordinados en estos sistemas jerárquicos controlados por burocracias, ya sean burocracias de grandes negocios o burocracias de grandes gobiernos”.
     
            Lo de la superpoblación, (y en 1958 había 3.000 millones, y ahora estamos al borde de los 8.000), tiene sentido en que cuando los problemas son mas agobiantes y graves, se tiende a ser menos sutil y respetuoso con los derechos formales, (primum vivere, dopo filosofare).
     
        Respecto a lo de la sobreorganización, hay que subrayar la lucidez de Huxley, pues hizo esta profecía cuando aún se calculaba en las empresas con pequeñas máquinas de sobremesa, y los ingenieros utilizaban reglas de cálculo manuales.
     
        La popularización de la informática, en las empresas que se inició en la década de los setenta, y la informatización general de la sociedad, ha producido, las grandes corporaciones y multinacionales. Antes, la inmensa burocracia que era precisa para mantener viva una organización mediana, suponía una limitación organizativa muy grande para su crecimiento.
     
        Hoy día los flujos de información son mucho mayores y muy rápidos, y eso facilita mucho la gestión. Eso inevitablemente genera unas diferencias crecientes en la productividad entre personas con “información” y sin “información”.
     
        Ahora bien, estos determinismos de la tecnología, a su vez tiene sus efectos positivos respecto a la cuestión tratada por Huxley de las libertades. Pero antes hay que tener muy claro, qué es lo que queremos.
     
        Yo lanzaría una pregunta al aire: Si se encontrara una pastilla que inhibiera la agresividad y las actitudes violentas hacia nuestros congéneres, e impulsara la empatía, y al amor y compasión por los demás, ¿usted la tomaría cuando lo necesitara y recomendaría a los demás tomarla?. ¿Y se la obligaría tomar al ciudadano convicto de saltarse la ley o claramente antisocial, si lo determina un juez?.

  • M. Luisa

    Un par de dudas me han asaltado mientras leía. Las  expongo a continuación  por si alguien tiene a bien aclarármelas.

    Una/ tengo la impresión, igual me  equivoco,  que  Ortega, tiende a identificar la vida con el sujeto y no como un ámbito anterior a la distinción entre sujeto y objeto. Veo ahí un problema de alteridad.

    Dos/  también  me gustaría saber  si realmente Ortega pensaba que la inteligencia se definía por la percatación de las relaciones entre la cosas y  por tanto los chimpancés eran capaces de aprehender estos nexos ideales que se establecen entre medios y fines.

    Muchas gracias

  • Román Díaz Ayala

    Isidoro.
    Las distintas series de Star Trek tocan todos los palillos de lo que se discute en el mundillo científico con el aporte de la ficción, como es natural.
    En Espacio Profundo Nuevo ( años 2369-2376) se presenta el caso de un líder “majorano” que debido a unas conferencias de paz que de fin al armisticio de la guerra con el planeta Major, es operado por el Doctor Basile quien le implanta un injerto positrónico en una parte del cerebro para demorar el momento de su muerte, gravemente enfermo después de un accidente. Una vez terminadas las conversaciones y vsto que se moría irremediablemente su novia Kira pide la médico que una vez puesto que le ponga todo el cerebro positrónico.
    El médico le dice que una vez trasplantado ya no sería “la misma persona”, sino otro ser. Le faltaria “la chispa vital”

    En otra de las series hay un personaje, un androide “Data”. Allí se plantea crudamente si es persona o nó, en la misma línea de Isaac Asimov.

    Estamos en el campo de la ciencia ficción y la fantasía, donde nunca se establecen datos o criterios de racionalidad.

    • Isidoro García

      Amigo Román: Yo tengo la teoría de los tres estados del Universo: La materia inanimada, la Vida, y la Inteligencia.

      Estos tres estados o reinos epistemológicos, van desarrollándose en la evolución del Universo, desde el Big bang, y en cada uno de ellos, las Grandes Leyes generales del Universo, (encriptadas en el diseño original de la materia, (quarks), y de la energía primigenia), se van desplegando en unas Leyes generales de Reino.

      En la Materia inanimada, rigen las leyes de la Física y la Química. En la Vida, rigen las Leyes de la Biología, (Entropía, Evolución y Emergencia), y en la Inteligencia, rigen nuevas Leyes propias que se añaden a las anteriores, (en cada Reino siguen vigentes las Leyes de los Reinos anteriores).

      El grave problema de la Ciencia Ficción, es que se narra desde aquí, lo que pasará allí. Y aquí y allí, rigen leyes distintas.

      Nosotros actualmente, estamos intermedios entre dos Reinos, con una pata en cada lado, y por eso estamos espatarrados. (Somos como los virus, en el sentido que los virus, también están caballo entre la materia inanimada y la Vida: unas veces son moléculas inanimadas, inertes, y por sí mismos no se pueden multiplicar, lo que es característica propia de la vida).

      Nosotros estamos empezando a atisbar un poco el mundo de la Inteligencia, y poco a poco vamos haciéndonos a la idea de lo que será. (Y esta idea está muy relacionado con el famoso “Conocimiento de Dios”).

      Mucha ciencia-ficción, es de los años cincuenta a setenta, cuando aún, conceptos como la cibernética, informática, Inteligencia artificial y Vida artificial, o no existían o estaban en sus inicios, y además muchos escritores no eran científicos, y lógicamente patinaban fácilmente).

      Pero en realidad, hoy día en que ya concebimos perfectamente que más pronto que tarde se podría replicar una copia de nuestra organización cerebral en un soporte físico, entonces nuestra “personalidad”, nuestro “yo”, (que parece que no es más que una rutina cerebral potente, que controla parcialmente muchas otras subrutinas), podría estar metido en un frasquito, como los cerebros de Frankestein.

      Yo empecé a reflexionar sobre el tema, el día que leí, que si se hace uno un trasplante de cualquier órgano, uno sigue siendo el mismo, pero si se hiciera uno de cabeza, entonces ya seríamos el “otro”, el dueño de la cabeza, que se habría hecho un trasplante cuerpo.

      Uno está donde está tu cerebro, y si estás en un chip guardado en una cajita de cartón, pues esa cajita es tu nueva casa. (Y ya echándole mucha imaginación, quizás ahí podría estar el religioso “cielo de los justos”), y lo dela “resurrección de la carne”, sea menos carnal y mas… cuántico. ¿Has oído hablar del computronium?

      Gracias Román, por estimularme. Tú si que sabes lo que me gusta.

  • Asun Poudereux
  • pepe blanco

    – Me gustaría incidir en un par de aspectos de los que no se suele hablar. Si no recuerdo mal de cuando estudiaba esas cosas, para el materialismo cultural, el ser humano ha llegado a ser tal ser humano gracias a que lleva consigo, genéticamente determinada, la semilla de toda técnica:

    – Unas manos con cinco dedos uno de los cuales se opone a los demás, lo cual le permitre asir, agarrar objetos. La finura de los movimientos que le permiten sus manos supera con creces la destreza de otros primates que también tienen dedos opuestos. Pero es pura técnica genéticamente determinada.

    – Y, sobre todo, el desarrollo del aparato fonador que le ha permitido desarrollar un lenguaje simbólico. El desarrollo del aparato fonador también es pura técnica genéticamente determinada.

    – Obviamente, no parece que hayan sido procesos que surgieran de la noche a la mañana. Fue una evolución lenta, pero de un marcadísimo carácter biotecnológico que, si triunfó, fue porque esos avances biotécnicos, geneticamente determinados, eran muy beneficiosos para su supervivencia.

    – Enlazando con el texto de Ortega: si el ser humano puede hacer fuego, es porque tienen un dedo gordo opuesto a los demás que le permite coger palitos.

    – El homo sapiens, además de místicus, es técnicus. Homo técnicus, sapiens, místicus.

    • oscar varela

      Hola pepe!
      Te leo:
      -“si el ser humano puede hacer fuego, es porque tienen un dedo gordo opuesto a los demás que le permite coger palitos”-
      Es claro que el ser humano apela a “lo que hay”
      * mano con dedos prensiles para “hacer fuego”.
      * aparato fonador desarrollado para “hablar”.
      Ortega no pone en duda las condiciones necesarias;
      Ortega –para comprender LA TÉCNICA- parte del concepto de:
      1) NECESITAR ALGO QUE NO LO HAY AHÍ EN SU DERREDOR.
      2) ADAPTANDO ESE DERREDOR PARA SATISFACER SU NECESIDAD.
      Eso expone en estas primeras escaramusas.
      ………………..
      NOTA: la perspectiva de tu aporte nos llevaría, tal vez,
      A barrunto-repasar las dos grandes tesis evolucionistas:
      La “creacionista” y la del “diseño inteligente”
      (creo –si mal no me acuerdo-, que se habló en Atrio
      con los Cursos de Herrero del Pozo y el de Filip)

      • pepe blanco

        Hola oscar,
        Hasta donde yo entiendo, el materialismo cultural no tiene nada que ver ni con el creacionismo ni con el diseño inteligente. Puede ayudar a engender el materialismo cultural echarle un vistazo al articulo de la wiki sobre su fundador, Marvin Harris.

        Sé que choca un poco pensar en el ser humano como un ser que ha evolucionado biotecnologicamente. Otro ejemplo clásico, complementario de lo que comenté antes, de esa evolución fue la adquisicion de la posición erguida, que liberó definitivamente las extremidades superiores que pudieron ser usadas a partir de entonces sin restricciones con fines estrictamente técnicos (hacer cosas, todo tipo de cosas).

      • oscar varela

        Pepe: Te sigo y leo sobre “materialismo cultural”:

        1- trata de comprender las relaciones entre las partes de los sistemas socioculturales y la evolución de estas relaciones.

        2- se dividen en tres categorías que tienen relaciones causales entre ellas:
        a) «INFRAESTRUCTURA»: modos de producción y reproducción (tecnología).
        b) «ESTRUCTURA»: economía doméstica, social y política
        c) «SUPERESTRUCTURA»: conductas y pensamientos

        3- se prioriza la primera categoría: la «INFRAESTRUCTURA»:
        a) defiende que las innovaciones que surgen
        – son preservadas y propagadas
        – cuanto más potencian la eficiencia de los procesos productivos y reproductivos
        – que sustentan la salud y el bienestar y
        – que satisfacen necesidades y pulsiones biopsicológicas básicas en el hombre
        b) Las innovaciones de tipo adaptativo
        (que incrementan la eficiencia de la producción y la reproducción)
        tienen grandes posibilidades de ser seleccionadas.
        …………………….
        Entendido, Gracias.
        Acá, en lo de Ortega, la cosa es más pedestre, de Pedro Grullo,
        casi (y si le sacas el “casi”, mejor) es cotidiana.

        Digamos como cuando al “sentir hambre” no me como la vaca,
        sino que la faeno, la adobo, cocino, te invito a que traigas un vinito manso,
        la servimos en la mesa … y charlamos.

        ¡cuánto nos hemos DISTANCIADO de “masticar” la vaquita
        interponiéndole Técnicas sobre Técnicas!
        Esa sub-yacente INFRAESTRUCTURA ARQUE-TÍPICA
        (no confundir con PROTO-TÍPÍCA)
        es de lo que acá se escaramucea.

  • Isidoro García

    Me insta el amigo Román a que profundice en el tema de la tecnología humana, objeto del actual curso, que nos facilita el amigo Oscar. Y la amiga M. Luisa me señala la diferencia entre inteligencia animal e inteligencia humana.

    A mí no me gusta andar por los andurriales, pues no tengo buenas piernas para ello, y se acaba uno atascando en disquisiciones terminológicas y detallistas, cuando no en polémicas de egos de ver quien es el más listo de la clase, (a lo que yo soy propenso).

    Yo añoro a los pájaros, que vuelan libres por el cielo, no se embarran, y tienen una visión del terreno “a vista de pájaro”.

     

    Y como muy bien dice la amiga Carmen, y yo tengo pocas ideas propias, por ello, (como buen vago convicto y autoconfeso), voy a robar-copiar de nuevo, un largo párrafo del crítico religioso y cultural posmoderno, Mark C. Taylor, defensor de la interdisciplinariedad cultural:

    “Una sensación de crisis domina el mundo de hoy. A medida que las antiguas figuras y patrones se desmoronan, se percibe que nos encontramos en un punto crítico, pero aún no se pueden discernir los contornos del llamado nuevo orden mundial.

        Este malestar no es el simple resultado de la ansiedad que acompaña y caracteriza al nuevo milenio. Más bien hay una creciente conciencia de que las estructuras mismas que constituyen el mundo cambian cada vez más deprisa, de modo que la realidad misma se transforma de manera inesperada.

           Estos momentos de transición tienden a generar inseguridad e incertidumbre.

        En nuestros días, como en la época de Lutero, el suelo se abre bajo nuestros pies y todo el mundo trata de encontrar un fundamento firme que, una vez más, pueda proporcionar sentido y propósito a la vida. 

         Con un presente inquietante y un futuro incierto, muchos de los perplejos se vuelven hacia el pasado para encontrar una guía. 

            Si los cambios que están teniendo lugar son, de hecho, radicales, esta estrategia está condenada al fracaso. Los antiguos mapas no pueden proporcionar una guía correcta para los nuevos territorios”. (…)

        “Lo que se necesita es una concienzuda reformulación de las cuestiones, para articular una nueva visión del mundo, que no sólo nos ayude a entender el lugar que ocupamos en él, sino que también proporcione una serie de principios rectores, que nos sirvan para manejar conflictos que a menudo parecen inmanejables”.

     

    Y para situar esta frase en el contexto en el que nos estamos moviendo, creo que levantando la mirada, y yendo hacia lo que quizás sea el fondo de la cuestión, el gran problema de los tiempos presentes y futuros, está en determinar, qué es el ser humano: cuál es su naturaleza, que tenemos que intentar desarrollar lo más plenamente posible.

    Ese debería ser el objeto de la Psicofilosofía, o Filopsicología o como queramos denominar a la disciplina antropológica que nos sitúe en el nuevo Universo que vamos conociendo.

    Pero si partimos de concepciones antiguas, tradicionales, todo se acaba convirtiendo en un voluntarismo bienintencionado, en un “todos tenemos que ser buenos”, inútil e irritante, sobre todo para los que no somos buenos.

     

    (Va a parecer que esto es una forma de quitarme de enmedio. Y en parte lo es, pero no estoy en mi mejor momento, y se nota).

     

    • Román Díaz Ayala

      No importa, te apoyaremos entre todos.
      mi insistencia obedece a que tienes una concepción del ser humano qu has puesto a prueba a través del lienzo de la teología e incluso de algunas concepciones políticas a través de los muchos comentarios de estos años.Y estamos removiendo hoy los adoquines de la contemporaneidad en el pensamiento y tú no puedes faltar.

    • Carmen

      Oye, oye.
      A mí no me metas en jaleos. Ya tengo yo bastante con las cosas que digo sin querer para que encima me ayudéis. Yo no he dicho que no tengas ideas propias. Pues si las llegas a tener …
      Hijo, buen momento? En imposible que en este momento haya nadie en el planeta que esté en un buen momento.
      Uuuuuufffffff

      • Román Díaz Ayala

        No se si se han cruzado comentarios, pero si esto sirve de aclaración lo de la ayuda era para Isidoro que no está de buen ánimo según confiesa en el final de su comentario que da pie al mío.Eran palabras para confortarlo.

      • Carmen

        Lo sé. Me he dado cuenta. Las mías también. Pero vaya usted a saber si lo hemos conseguido o la he liado más.
        Aaaaaayyyy. Soy única liándola.
        Isidoro, mañana sale el sol otra vez. Fijo.
        Un abrazo

      • Isidoro García

        Muchas gracias por los buenos deseos. Pero no es nada ni grave ni anormal. Es solo que hay veces que uno lo ve todo claro, y otros momentos, está uno disperso y no acaba de relacionar nada con nada. (Es la teoría de las pelotas en el aire del prestidigitador).

        Cuando uno “vive” de la razón, siempre puedes contar con ese instrumento, (aunque es verdad que poco a poco se va deteriorando). Pero cuando uno vive del “insight”, de la intuición, del subconsciente, entonces, eres como un muñeco de ventrílocuo, que hablas unas veces mucho y otras nada, (aparte de que unas veces dices cosas “agudas” y otras veces, grandes tonterías).

        Lo único bueno que tiene el inconsciente, es que le mantiene a uno en su verdadero sitio y en su verdadero tamaño, es una permanente cura de humildad, (y mira que odio yo esa palabra castradora). Por eso añoro bastante el tiempo, (que vendrá), en que la tecnología cerebral psicotrónica, nos suplemente y nos haga mas regulares y mas lúcidos.

        Pero vamos, que yo sigo, y me esforzaré porque Atrio sea un foro plural y con variedad de mensajes.

  • Carmen

    Es que yo no sé si es válido el hablar de Trabajo en general en este momento. Y vuelvo a lo mismo.

    Qué trabajo, en qué lugar del planeta.?

    No sé nada de esto. Es cierto. Eso es así. Pero yo creo que el concepto de trabajador del que habla Marx no está referido a los que trabajan en oficinas, por ejemplo. Ni a los maestros, ni a  los funcionarios, ni a los médicos, ni… Para mí que se refiere a la mano de obra. Es decir, a los obreros. A lo mejor estoy equivocada, pero por la época en que escribió tiene toda la pinta. El mundo era otro. Creo que escribió en la época en la que empezaba la industrialización. Cuando la gente abandonaba su lugar de origen porque se morían de hambre y se acercaba a las ciudades porque era donde había trabajo en fábricas y demás. Creo, diría que observó la explotación que sufría esa clase obrera ,pensó, sacó conclusiones y escribió libros. Creo que su teoría económica y social ha influido un montonazo en el mundo . Y que ha influido para bien.  Estoy absolutamente convencida.

    Pero  ahora , quienes son los  trabajadores? Somos todos. De acuerdo. Pero me apuesto lo que sea que Marx no pensaba así.

    Y además es que en este mundo globalizado, tampoco tiene mucho sentido hablar del trabajador en general. El trabajador, de qué, en què país, con qué derechos dentro del país en que vive? Porque los empresarios está claro que ponen sus empresas donde la mano de obra es más barata. Eso es así. O al menos las primeras fases de su producción. Y luego, lo transladan donde lo creen conveniente. Todo esto es debido  al menos actualmente, gracias a la comunicación , a todo tipo de comunicación y en todo el planeta.

    Hay trabajos que en determinados países únicamente los hacen los migrantes. Muchos no tienen ningún derecho. Es cierto. Pero , a ver cómo lo digo, hay como distintas velocidades en el mundo del trabajo. De un país a otro hay diferencias enormes, pero es que dentro de un mismo país, tb las hay.

    Por eso digo que ya no existe un único mundo de trabajo, de trabajadores. Hay varios diferentes. Unos hemos progresado más, sin duda a muchas ideas liberadoras entre las que se encuentra la de Marx. Sin duda.

    Pero el mundo ha cambiado. El trabajo también. Por eso digo que los conceptos de trabajo, de trabajador, de las industria, de tecnología, de todo ha cambiado tantísimo que hay que buscar soluciones nuevas, planteamientos nuevos, planteamientos globales.Pero para eso se necesitará pensar en claves globales. En claves nuevas, que ni idea puedo tener de en qué puedan consistir.

    Digo lo mismo que Pilar. Así pienso. A lo mejor ni viene a cuento. Sorry.

    Buena tarde.

  • oscar varela

    Al “Cuaderno” de ELOY:
     
    1- ¿qué relación existe, si la hay, entre la técnica y el trabajo?
     
    El TRABAJO es el ESFUERZO (para que haya lo que NECESITAMOS pero no hay)
    La TÉCNICA es la triquiñuela para TRABAJAR MENOS (ahorrar ESFUERZO).
     
    En Lecciones siguientes habrá que corregir esto del ESFUERZO, ampliándolo,
    al considerar cómo el ser humano ESTÁ-EN-EL-MUNDO.
     
    Aparecerá, entonces, que la NECESIDAD de las NECESIDADES
    (en el empeño del ser humano de seguir viviendo)
    es un ESTAR-BIEN (el BIENESTAR O FELICIDAD)
     

    2) En qué medida las circunstancias en que se crea o aplica la técnica y se realiza el trabajo,  repercuten en el sujeto, es decir en la persona que lo ejecuta, contribuyendo a su realización o desrealización como persona?

    La TÉCNICA, en esta primera escaramuza encarado acá por Ortega, no se “aplica”,
    porque se la estaría dando por supuesta, concretada en tal o cual “técnica”.
     
    La TÉCNICA es, precisamente, la decisiva “modificación” de la Circunstancia (des-favorable) en otra (favorable) haciendo que haya lo que SE NECESITA y no hay en esa ahí circunstancia.
    Su ejecución y logro va consiguiendo su pre-tensión: OTRO MUNDO – FELIZ.
     
    NOTA: recordar que cualquier “LOGRO” nunca está asegurado;
    que la esencia de la vida es PELIGRO
    ……………………….
     
    3), 4) y 5) Lo de Carlos Marx con lo de Ortega:
    Ahora no me meto por respeto a los diversos contextos históricos – epistemológicos que implican “terminologías” diferenciadas (aunque interesantes de considerar)

  • ELOY

     
    MI CUADERNO DE CLASE
     
     En mis notas apunto: .
     
    1) ¿qué relación existe, si la hay, entre la técnica y el trabajo?
     
    2) En qué medida las circunstancias en que se crea o aplica la técnica y se realiza el trabajo,  repercuten en el sujeto, es decir en la persona que lo ejecuta, contribuyendo a su realización o desrealización como persona?
     
    3) Dice Marx que la acción humana realizada mediante el  trabajo, por cuenta ajena, tiene como resultado 1) que el fruto del trabajo no pertenezca al trabajador 2) pero tampoco le pertenece al trabajador la acción misma, es decir el proceso del trabajo.
     
    Y cabe preguntarse, si en tales circunstancias “el proceso del trabajo”  es equivalente a la acción, creación y utilización de la técnica. :: 
     
    4)  Marx considera a la naturaleza como “cuerpo inorgánico del ser humano? . Dice.  :
     
    La universalidad del hombre aparece en la práctica justamente en la universalidad que hace de la naturaleza toda su cuerpo inorgánico tanto por ser 1) un medio de subsistencia inmediato, como por ser 2) la materia, el objeto y el instrumento de su actividad. La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre; la naturaleza en cuanto ella misma no es cuerpo humano. (…) Que al vida física y espiritual del hombre está ligada con la naturaleza no tiene oro sentido que el que la naturaleza está ligada consigo misma, pues el hombre es una parte de la naturaleza. ”
     
    5) Añade Marx::
    El animal es inmediatamente uno con su actividad vital . No se distingue de ella. Es ella.  El hombre hace de su actividad vital misma objeto de su voluntad  y de su conciencia. Tiene actividad vital consciente. No es una determinación con la que el hombre se funda inmediatamente. La actividad vital consciente distingue inmediatamente al hombre de la actividad vital del animal. (…)” (Marx, “Manuscritos“, citado, págs. 110 y 111)
     
     Me pregunto:
     
    ¿Hay alguna relación entre el planteamiento de Ortega y Gasset y el de Carlos Marx en este punto?. ¿Donde aquí se habla de actividad vital consciente, alude se alude en Ortega y Gasset a la inteligencia?
     
    Buen día.
     

    • mª pilar

      Primero…¡Pido disculpas! por…que quizá no he comprendido bien el planteamiento.

      Para mí, el trabajo o profesión(da igual su categoría)es una acción plenamente consciente de la persona que lo realiza; y sería muy bueno, que esta se hiciera con el mejor de los conocimientos, repito…sea cual sea el trabajo o acción… que se realiza.

      En la mayoría de los casos, se tiende a buscar aquella acción que más interiormente le llama-me gusta- a la persona que lo realiza.

      Si está contenta, preparada, y pone toda su capacidad para el mejor resultado:
      ¡Albricias!

      Ha conseguido que este mundo sea mejor.

      Pero tenemos un grave problema, que no ha cambiado (todo lo que sería deseado y necesario)es:

      La “mirada” de las empresas hacia sus colaboradores, y sin la cual, no saldrían adelante ninguna de ellas; no funcionan de manera justa.

      Las personas que poseen el poder…que les da el dinero… se convierten en casi…contratadores de “esclavos”… y ahí está su manera de mirarlos:
      Como personas de inferior categoría, a las que hay que soportar, pero de ninguna manera, hacer que por su trabajo o colaboración, puedan llevar una vida digna.

      De esta circunstancia, nace el desapego de ambas partes:

      1º.- Una, porque explota sin respeto alguno, ha las personas que hacen posible que sus empresas sigan adelante.
      2º-. Las personas que se sienten maltratadas (en muchos casos) su colaboración no es digna, se trapichea con el tiempo y su actuar, así creen demostrar su descontento por el trato que reciben.

      Y así, vamos caminando en un mundo desigual y descontento por ambas partes.

      No por tener más riqueza (casi siempre hecha no muy legalmente) el resto de personas son de peor calidad.

      Y las personas que se preparan para realizar esas “colaboraciones-trabajos” haciendo lo que hacen, no conseguirán nunca, que estas circunstancias cambie de sentido.

      Un buen empresario-jefe-o persona que contrata otros servicio; nunca tratará con sus colaboradores, de forma rácana e injusta; y está demostrado, que las empresas u otras colaboraciones, que cambian esos hábitos, funcionan mucho mejor, y sobre todo, en un ambiente cordial y justo.

      Lo contrario, solo trae, servidumbre, descontento, mal emplear el tiempo, y baja calidad en las relaciones humanas.

      Fui educada de manera que:
      ¡Haz tu trabajo-colaboración, lo mejor que seas capaz, y si no estás contenta…dejalo!
      Nunca dejes de ser tu, y defiende siempre tu dignidad como ser humano.

      Siempre me fue muy bien; tube empresarios muy malos (humanamente hablando) y también, un par de ellos, que decidieron compartir sus beneficios, cuestión a la que pregunté, si mis compañer@s también lo recibirían, me respondió, que no todas las personas respondían igual en su comportamiento hacia la empresa, y entonces dije, que lo hiciera con cada cual, según su trabajo-colaboración.

      No sé como lo hizo, no pregunté. Creo firmemente, que hay que crear un ambiente colaborador en ambas partes, para conseguir, que cada persona dentro de lo posible, (porque el poder del dinero, pudre el entendimiento de quienes lo poseen a cualquier nivel) para mí, el trabajo-colaboración, es un bien para toda la humanidad, por eso, no hay que realizarlo como una esclavitud, sino el camino para crecer como personas, y hacer que este mundo sea más justo.

      El paso del tiempo, la técnica, ha mejorado (en muchos casos) nuestra manera de vivir, nuestra salud, nuestra educación; no se que pensarían hoy Ortega y Gasset y Marx, pero ciertamente la técnica, tiene una fuerza que puede mejorarnos como personas si la ponemos al servicio de la humanidad, para conseguir, que este mundo sea más justo y mejor.

      Si no tiene nada que ver con lo aquí se está debatiendo, pido mis más sinceras disculpas.

      • ELOY

        Sí tiene que ver y mucho lo que dices, con lo que aquí se trata

        Hoy día las empresas en general están obligadas a cumplir unas normas legales que protegen al trabajador.

        No sucedía lo mismo en tiempos de Marx , ni sucede lo mismo, por lo que nos informa la prensa, en muchos lugares del mundo y aún, muy cerca de nosotros en zonas de inmigración , temporeros, o en las que ante la gran cantidad de paro existente, las personas trabajadoras, de forma más o menos limitada u “oculta” se trtan simplemente como una “mercancía más”.

        Incluso con todas nuestras garantías yo he conocido casos de abuso por parte de empresarios , grandes o pequeños, que saltándose las normas, no resetan los derechos de los trabajadores.

        Muchas personas, por otra parte, se pasan loa vida – onos pasamos una parte de la vida – haciendo trabajos solo para subsistir nosotros y nuestras familias. Eso quiere decir que no tenenos ocasión de desarrollar nuestras capacidades en plenitud sino “fuera del trabajo habitual”. Y hay quien lo consigue o quien no.

        El tema es complejo y la casuística grande, Pero en esencia nos ayuda a comprender algunas de las expresiones citadas de Carlos Marz, sobre que muchas personas, en determinadas circunstancias, no se reslizan como peronas en el trabajo.

        Tener un trabajo vocacional es, como dices, una suerte.

        Gracias.

  • oscar varela

    LA INTELIGENCIA DE LOS CHIMPANCÉS (OCT3,574-579)
    (entrega a ATRIO en 2 Entradas debido a su largueza)
     
    (continuación 2/2)
     
    Reflejo, instinto, asociación, son tres principios explicativos que nos permiten ordenar en tres clases diferentes las reacciones adecuadas del animal. Cuando la reacción es simple y uniforme, rígida, inva­riable, cualquiera que sea el estimulante, decimos que es un mero reflejo. Cuando se trata de una reacción complicada, en que inter­viene toda una serie de actos y que se adapta a ciertas variaciones del estímulo, decimos que es un instinto. El pájaro que hace por vez primera su nido, lo hace ya bien; no necesita aprendizaje. Y la obra supone un número considerable de movimientos que se amol­dan a las circunstancias; no como el reflejo, que se dispara idéntico, sea cualquiera su motivo. La mejor definición del instinto es ésta:
    son instintivas aquellas acciones del animal que, ejecutadas por pri­mera vez, son ya perfectas; es decir, lo suficientemente adecuadas para conseguir un resultado útil. Tal vez en el instinto no cabe per­feccionamiento ulterior.
     
    El instinto, sin embargo, es también ciego, automático, ininteli­gente. No se ejecuta en vista de una situación dada, sino que procede mecánicamente en su desarrollo general; sólo en el detalle goza de un cierto margen para adaptar aquel proceso mecánico a las cir­cunstancias. La ardilla entierra las nueces que le sobran una vez harta. En un laboratorio, la ardilla llevará la nuez sobrante tras un canapé, y sobre el suelo de mármol hará estúpidamente los movi­mientos de escarbar una tierra que no existe y de sepultar en ella el fruto.
     
    Reflejos e instintos son, pues, como piezas de repertorio que trae ya inscritas en su organismo el animal cuando comienza a vivir. Ahora bien; la reacción inteligente será aquella que el animal impro­vise en vista de una situación nueva. Por ejemplo: en la jaula de un chimpancé colocamos unos plátanos a altura tal que la bestia no pueda cogerlos por mucho que brinque. Echar la mano al fruto, saltar hacia él son actos del repertorio instintivo. Pero en la jaula hay un cajón. El chimpancé, después de brincar inútilmente en dirección a los plátanos, mira en derredor; sus ojos se fijan en el cajón, y del cajón van a la fruta. Luego se acerca al cajón, lo arrastra hasta colocarlo bajo los plátanos, se sube en él y alcanza el fruto. ¿No ha habido aquí una creación inteligente? El cajón ha adquirido un nuevo carácter. Antes era para el mono un objeto habitual, sobre el cual los otros chimpancés se sentaban; ahora es miembro de una relación ideal, y no meramente visual: es medio o instrumento para alcanzar la fruta. La reacción del simio es adecuada y es nueva, improvisada con arreglo a una situación también nueva. El animal parece haber entendido el nexo ideal que se establece entre un objeto y una finalidad, merced al cual el objeto se convierte en medio para otra cosa.
     
    He aquí otra experiencia. El plátano es colocado fuera de la jaula, delante de sus barrotes, a distancia suficiente para que no pueda el mono cogerlo con la mano. En la jaula hay un palo. El mono acabará por tomar el palo y atraer el plátano. Köhler complica más la situación: pone el palo también fuera de la jaula, donde no llega la mano del chimpancé. Dentro de la jaula deja un palo más pequeño. El mono, después de fracasar con sus procedimientos ins­tintivos, toma el palo menor, con él atrae el mayor, y con éste, por fin, la fruta. Más aún; si en vez de esos dos palos se dejan en la jau­la o cerca de ella dos cañas de diámetro diferente y se coloca el plátano muy lejos, el chimpancé acaba por enchufar una caña en otra y de este modo capturar el plátano. Ha creado un instrumento. Ya no puede definirse al hombre como homo faber o, según la expre­sión de Franklin, animal instrnmentificum.
     
    Nada de esto es comparable a las gracias de un mono amaestrado; pero el caso es que aquí es el mono maestro de sí mismo. El simio de circo no entiende lo que hace. Sus reacciones no son reflejas ni instintivas, puesto que son adquiridas; pero son tan mecánicas como aquéllas. Un tercer mecanismo ciego rige sus movimientos de aso­ciación. El gato escaldado que huye del agua, huye también del agua fría, como dice el decir. Su fuga es automática. No hace sino repetir un movimiento que ya otras veces siguió a la impresión del líquido caliente. La asociación viene a ser un instinto adquirido.
     
    Las observaciones más interesantes de Köhler son aquellas en que el animal, para resolver el problema, tiene que ejecutar movimien­tos contrarios a los que el instinto le impone. Nunca aparece tan clara la chispa de intelección como en el conflicto contra el instinto y su superación. Se pone el plátano en un cajón cerca de los barrotes, y al cajón se le quita la tabla opuesta a la jaula. En tal coyuntura, el mono no puede acercar a sí el plátano, porque la tabla inmedia­tamente próxima se lo impide. Tiene que coger un palo y empujar el plátano hacia el otro lado del cajón que está libre, y luego, por la derecha o por la izquierda del cajón, atraerlo a sí. Casi todos los animales de Köhler fracasaron en este ensayo, de cariz más sencillo que otros. Lo instintivo es acercar el plátano, lo inteligente es alejar­lo, haciéndose cargo de las circunstancias.
     
    La inteligencia es, pues, la percatación de relaciones entre las cosas; es ver a éstas como miembros de una estructura, en la cual cada una tiene su papel, su «sentido». Un ser que al cambiar la situación o estructura perciba el cambio de papel, de «sentido» de las cosas integrantes, a pesar de que visualmente siguen siendo las mis­mas, es un ser inteligente. Ejemplo de este cambio es un palo que, siendo el mismo, se usa unas veces para acercar el plátano y otras para alejarlo.
     
    Un detalle curioso y que invita a la meditación es éste; parece que había de ser más difícil traer un cajón desde lejos al sitio opor­tuno que, viceversa, quitarlo simplemente para coger el plátano, que está del otro lado. Pues bien; esto es lo que cuesta más trabajo al chimpancé. Es decir, que es más difícil prescindir mentalmente de una cosa instalada delante de nosotros, imaginando una estructura o situación nueva de que se halle ausente, que añadir a lo presente un nuevo elemento. En la historia humana asimismo ocurre siempre: que es más fácil agregar lo nuevo al pasado que desasirse de éste. ¡Cuántas mejoras sociales no se lograrían sencillamente sin más que suprimir supervivencias del pretérito! La agilidad de la vida americana, su eficiencia ejemplar, no se debe a una inteligencia superior a la europea; más bien la superioridad se halla de nuestra parte. Pero los europeos tenemos mucho pasado, mucha supervivencia ar­caica, muchos cajones que quitar.

  • oscar varela

    LA INTELIGENCIA DE LOS CHIMPANCÉS (OCT3,574-579)
    (entrega a ATRIO en 2 Entradas debido a su largueza)
     
    Pocas veces una pura investigación psicológica ha producido impresión tan honda y fulminante como el examen de la inteli­gencia de los chimpancés de Wolfgang Köhler, que comenzó a publicarse en 1917. Hoy ejerce Kóhler el mandarinato de psicología que más alto rango posee en el mundo: la dirección del laboratorio berlinés, investida hasta hace pocos años por Stumpf. Recientemente ha resumido sus observaciones sobre la mentalidad de los antropoides en una conferencia dada en Madrid (Sociedad de Cursos y Conferen­cias). A los que escucharon esta conferencia —principalmente gente de letras y gente de mundo— les pareció interesante y grata, pero un poco ingenua.
     
    Se ha observado que los madrileños, cuando creen haber enten­dido un tema científico de que se les habla, lo encuentran siempre ingenuo. Y el caso es que tienen razón. Hay en la ciencia un fondo de ingenuidad, más aún, de puerilidad, que contrasta con la «lis­teza» del buen madrileño. Un hombre de ciencia es un poco niño toda su vida. Decidme lo que una persona «seria», completamente seria, de una nación o tribu que ignorase el sentido de la ciencia, pensará por fuerza si entra en un laboratorio de física o de química. Ve allí hombres maduros, cuando no ancianos, de aspecto tan «se­rio» como el suyo, pero que se dedican a ir y venir por el aposento, vestidos con grandes blusones, destapando frasquitos, encendiendo hornillitos, doblando tubitos de vidrio en una llamita de alcohol, pesando minucias en el juguete de una balanza, y todo esto con el gesto beatífico que ponen los niños cuando juegan. Comparativa­mente es mucho más serio —¡qué duda cabe!— un Consejo de Ad­ministración en que se barajan millones, se afrontan huelgas, se fijan jornales, se determinan dividendos. Es más seria también la política, aunque sea la de un Gobierno de provincia, en que se maneja la Guardia civil y la Policía, se giran órdenes a los alcaldes de los pue­blos, se encarcela a los periodistas y se combate un motín. En rigor, hasta es más serio un baile, más comprometido, más satisfactorio, de consecuencias más efectivas para el individuo. Frente a todas estas cosas, la ciencia cobra un aire pueril que conviene subrayar. La importancia de sus resultados, que patéticamente solemos enca­recer, tiende a ocultarnos el hecho indubitable de que la ciencia no existiría si ciertos hombres no conservasen en su madurez un lujo de infantilidad. Porque se trata, en efecto, de un lujo, de un más en la escala de la vitalidad; no de un menos. Interesarse por lo que pasa en un líquido cuando se vierten sobre él unas gotas de otro, supone, como puro fenómeno biológico, mucha más pujanza vital, más sobra de íntimas energías, que todas esas ocupaciones «serias». El interés desinteresado, la curiosidad hacia los objetos, mide, con rara exactitud, la dosis de fuerza vital que poseamos. Por eso en el niño son enormes y casi nulas en el hombre decrépito. Por eso son mayores en el sano y menores en el enfermo. La energía orgánica apenas ha sobrepasado la medida estrictamente necesaria para sos­tener al individuo; tiende a rezumar desde éste hacia el contorno, hacia el mundo en derredor. En el simbolismo fisiognómico, que es siempre tan certero, vemos esto confirmado; el gesto «serio» es sín­toma biológico de depresión, de balance vital poco favorable. La energía orgánica no llega a más que a la frontera del cuerpo, incapaz de añadir al movimiento ineludible el suplemento lujoso de movili­dad que es la sonrisa.
     
    Pues bien; Köhler ha vivido seis años en Tenerife, dedicado a la infantil operación de observar unos chimpancés. Se proponía averiguar si los actos de estos animales implican inteligencia en un sentido rigoroso del término. Este sentido rigoroso coincide, por el pronto, con el más usual del vocablo. Inteligencia es comprensión de lo que se tiene delante; es percatarse de que las cosas son lo que son. Pero entonces, se dirá, todos los animales tienen inteligencia. El pollo recién nacido pica el grano de trigo que encuentra en el suelo; se da cuenta, pues, de que aquel punto material es diferente de la tierra en torno, y, además, de que es comestible; en suma, de que es un grano de trigo. Y esto lo ejecuta igualmente el pollo criado por gallina que el nacido de incubadora. Sin embargo, esta conducta supondría, no ya inteligencia, sino don profético; no sería entender lo que se tiene delante, sino prever el futuro. ¿Cómo sabe el pollo que aquel diminuto objeto, nunca visto por él antes, es sustancia nutritiva y que le va a sentar muy bien?
     
    Tengamos, pues, un poco de cautela y no confundamos los he­chos con la explicación inyectada en ellos por nosotros. Lo que ve­mos es una reacción adecuada, útil, beneficiosa para el animal. Que esa reacción adecuada proceda de inteligencia, es ya una hipótesis nuestra, y, como tal, sólo será fehaciente cuando sea inevitable.
     
    El animal, incluso el hombre, ejecuta muchos movimientos ade­cuados que logran un resultado ventajoso para su organismo y que no implican inteligencia. Si alguien acerca rápidamente a nuestros ojos un objeto, nuestra cabeza se retira bruscamente y los párpados se cierran en un instante. Sin embargo, no hemos decidido el mo­vimiento por inteligencia. Ha acontecido en nosotros automática­mente. Entonces decimos que se trata de un movimiento reflejo.
    (sigue en 2/2)

  • ELOY

     
    Dice M. Luisa:
     
    Pensando esta mañana que todo contrapunto, o, punto de vista crítico puede ser beneficioso (…)
     
    Pues bien
     
    Yo también llevo unos días buscando en casa el libro  “Manuscritos Economía y Filosofía” de Carlos Marx, que hasta ahora vengo citando en Atrio por notas y apuntes que tenía.. Libro que en efecto he localizado.
     
    Y al abrirlo (llevaba mucho tiempo cerrado) encontré en su interior una hojita impresa, doblada, que debí guardar en momento y circunstancia que no recuerdo, en la que encuentro dos citas que considero destacables sobre la necesidad de contradecir y poner en cuestión, incluso desde dentro de los sistemas ideológicos más establecidos, que pudieran tener pretensión de “la verdad”, las ideas creencias y planteamientos filosóficos e ideológicos.
     
    << El pensamiento dialéctico se ofrece como la forma más flexible del trabajo intelectual en sentido estricto. Goldmann ha dicho: Existe para todo pensamiento dialéctico la posibilidad :de un pecado capital que debe evitarse a toda costa. Se trata de la toma de posición unilateral del “sí” o del “no”. Engels escribió un día que decir ” sí, sí, o no” , es hacer metafísica, y bien conocido es el sentido altamente peyorativo que en él tenía esta palabra . La única manera de acercarse a la realidad humana , y Pascal lo ha descubierto dos siglos antes que Engels, es decir “si y no”, reunir los extremos contrarios (L. Goldmann)
     
    Por otra parte se dice tambiénen esa hojita (de autor que desconozco):
     
    << La adopción de una doctrina racional no garantiza la racionalidad, como actitud de los adheridos a ella. (…)
     
    Buen día a todas y a todos.
     

  • M. Luisa

    En efecto, la obra de  Köhler,  adquirió un fulminante éxito  en su época porque sus investigaciones  creyeron borrar  definitivamente la  frontera   que, en la cultura occidental, separa al hombre del animal. A partir de sus descubrimientos en los que quedaba patente que los chimpancés daban muestra de un comportamiento inteligente   se generó  mucha literatura con lo cual   y teniendo en cuenta que la filosofía siempre se ha adentrado en las honduras  del conocimiento humano, pienso que no fuera, tal vez, una de aquellas lecturas que hubiera dado  pie, días atrás, en otro hilo,  a pronosticar finiquitado el porvenir de la filosofía.

    Si realmente esto se llegó a pensar en tiempos de   Köhler, entonces bien  podría  haber ocurrido que algunos filósofos,   precipitadamente, se  hubieran visto obligados  a encontrar  algún salvavidas.

    Sin embargo, antes de cualquier posición frente a  las tesis de este gran psicólogo alemán pienso que  nos deberíamos preguntar  ¿qué entiende Köhler por inteligencia?

    Adjunto un párrafo extraído del libro de “El hombre y el animal” de Alberto del Campo: Para perfilar su concepto , Köhler comienza por contraponer dos comportamientos distintos, el biólogo o directo y el inteligente o indirecto. Si un animal capaz de guiarse óptimamente, se dirige en línea recta sobre el alimento que se le muestra, diremos que ese animal sigue un camino “natural  “  pero nunca se nos ocurrirá afirmar que esa reacción del animal revela algún grado de inteligencia. Por el contrario, si a un animal le  bloquean artificialmente el camino que le llevaría directamente hacia el alimento, y se ve forzado a dar un rodeo, a emplear un camino indirecto o a utilizar un método artificial para alcanzar su objetivo, entonces, en opinión de Köhler ese animal ha demostrado poseer “inteligencia”. Y es que todos los problemas que les presentó a sus monos fueron problemas de “rodeo”.

    Sería, pues,  falso pensar que la inteligencia se definiera por la percatación de las relaciones entre las cosas. Existe pues una distinción muy clara entre las reacciones signitivas que se producen en el organismo animal y el acto en el que se hacen presentes a los humanos las cualidades objetivas de las cosas.

    • Isidoro García

      Yo me refiero a inteligencia como capacidad de relacionar en un modelo mental, varios elementos sensitivos o cognitivos, porque a los chimpancés se les ponían en la jaula, de forma desordenada, una serie de elementos, cajas, palos, cuerdas, etc. y ellos ni intentaban coger el alimento exterior, que claramente estaba fuera de su alcance.

      “Reflexionaban”, y de repente empezaban a montar el artefacto recolocando cajas, juntando palos, etc. hasta que “fabricaban” un artilugio “tecnológico”.

      Esta actitud exige necesariamente montar un plano mental interno, con los elementos relacionados de una manera determinada.

      A los de nuestra generación, todavía en los años 50 y 60, se aseguraba que los animales no fabricaban mecanismos artificiales. Eran los últimos restos de antropocentrismo, y muchos de letras, y mas si están clericalizados, todavía lo piensan.

      La inteligencia animal y la humana son un mismo continuum, en donde la diferencia es la complejidad: la cantidad del número de elementos que se pueden relacionar, que va de tres a tres mil.

      Y cuando dispongamos de la inserción de inteligencia artificial, llegará a tres millones,… y “hasta el infinito y más allá”. Y nacerá el homo cósmicus.

      • M. Luisa

        Pero ¿qué opinión de inteligencia tan desoladora si como Kölher se piensa que en las pruebas que sometía a sus chimpancés se atisbaba indicios de ella?

        Todas ellas eran problemas de rodeos que a su juicio obedecían a respuestas de un “proceso de ideación” pero si en su mente, en la mente de Kölher primaba la comparación con los humanos, es como he dicho desolador pensar que el primado de la inteligencia arraigue en la ideación y en la “percatación de las relaciones entre las cosas”.

        Por lo que leo en estos artículos que se incluyeron ayer entiendo que Ortega y Gasset era afín a esta concepción de la inteligencia y asumía que los chimpancés eran capaces de aprehender esos “nexos ideales” que se establecen entre “medios” y “fines”. Y es que como ya comenté ayer estas investigaciones causaron un tremendo impacto en el mundo intelectual de la época porque parecían impugnar la larga tradición filosófica que desde Aristóteles ha estado en la base de toda antropología.

        Ahora bien, preguntémonos cómo definía Aristóteles el hombre? Aristóteles definía el hombre como animal racional, por lo que al comienzo de su política tiene cuidado en subrayar esta distinción “entre todos los animales el hombre es el único que tiene logos” por la cual cosa sobre esta clara distinción, la definición de Aristóteles pasó a significar que el hombre es el único animal capaz de “forjar ideas” el animal racional, y así es como ha dominado a lo largo de la historia, tanto el racionalismo como el logoguicismo.

        Desde entonces a la inteligencia se le ha extraído de un plumazo aquel momento tan primordial y tan suyo que no sólo es la captación de lo sentido sino el impulso de ir más allá de esta primera impresión. Lo sentido humanamente no se agota en el sentir tal como le ocurre al animal que, al vivir en el medio circundante que le rodea le vasta, le es suficiente.

        El humano todo lo que siente tiene carácter de realidad y no tan sólo de mero estímulo. Salvar esta grave confusión histórica será lo que realmente nos abrirá hacia un nuevo horizonte.

      • M. Luisa

        …convendría para una mejor comprensión textual comenzar el segundo párrafo así “todas esas pruebas eran problemas….

      • M. Luisa

        Cómo sino, con lo anterior dicho, se interpreta en filosofía, la función de hiper-formalización del cerebro en su evolución al pasar del sistema límbico al sistema cortical?

  • Isidoro García

    Hace unos días hablaba sobre la superioridad de los métodos de conocimiento inductivos, de observación de la realidad, (la Ciencia, y en concreto la psicología), sobre  los métodos meramente deductivos, especulativos, (la Filosofía clásica).

    Y justo en el momento en que estamos iniciando el curso sobre la tecnología de Ortega, leo en un librito sobre Wolfgang Köhler, uno de los fundadores de la psicología Gestalt), como justo hace algo mas de cien años, (y veinte años antes de que Ortega escribiese su Curso-conferencias), estudiando chimpancés en Tenerife, descubre como estos tenían fuertes intuiciones, (insights), inventando técnicas, a base de relacionar inconscientemente toda una serie de elementos cognitivos y percibidos, para lograr de golpe, y casi sin prueba y error, “artefactos” para conseguir sus fines.

    Lo cual me indica que si los filósofos, (Ortega en este caso), hubiese estudiado chimpancés como Kölher, o hubiera leído a este, hubiera dejado de asociar exclusivamente la tecnología con naturaleza humana.

    Y hubiesen llegado a la conclusión, de que la tecnología es un fruto natural emergente de la dinámica de nuestra cosmovisión personal, que funciona como un sistema complejo autónomo, autoorganizativo, como los sistemas inestables de Prigogine.

    Creo que fue Aristóteles el que aseveró que las mujeres tenían menos dientes que los hombres, y alguien dijo, que le hubiera bastado que simplemente hubiese contado los dientes de la boca de  su mujer, para evitar ese error.

    • Román Díaz Ayala

      Te pido que afines un poquito más en tu intención de comprensión de lo que aquí, en esta entrega, anticipa Ortega. Tu puedes. Tienes que saltar sobre el modo de expresión propio de los años 20 y treinta del siglo pasado, en unas meditaciones que en principio fueron unos apuntes de clase. Estoy seguro que en años posteriores Ortega fue afinando la expresión de sus pensamientos.
      ¡Claro que podemos llamar técnica a lo que hace un chimpancés sacando termitas con una pajita, o un macaco aplastando nueces con una piedra.! Pero apúrate mejor en comprender lo que quiere decir como “técnica para el ser humano, pues en ello se extiende muy claramente ya desde esta primera presentación de sus clases.

  • M. Luisa

    Pensando esta mañana que todo contrapunto, o, punto de vista crítico puede ser beneficioso  para el esclarecimiento de aquellas dudas que legítimamente durante cualquier  estudio nos puedan asaltar, es por lo que me anima a considerar unos  apuntes tomados años atrás  del  libro “Ignacio Ellacuría. Intelectual, filósofo y teológo” que algunos de vosotros  a lo mejor tenéis  porque  lo editó ATRIO.

    De él retuve planteamientos muy iluminadores  de los cuales uno de ellos  fue lo que me impulsó, en mi primer comentario, sacar el tema del instinto en el  cual resbaló Ortega.

    No es la terquedad mi afán sino el ir  obteniendo  frutos según se avanza.  Creo, por tanto, que todo contrapunto es bueno con tal de evitar cansinas repeticiones que nos lleven constantemente a la casilla de salida como si no se hubiera aprendido nada a lo largo del camino.

    Sobre el instinto, y recordando, como digo,  aquella lectura, me preguntaba en mi primer comentario y así lo plasmé …¿No se hallará aquí precisamente el punto  de arranque que   posibilite  aquellas facultades?

    Bien, estas facultades,  las que se refería Ortega (los que hayan leído el párrafo) eran   la reflexión y  la voluntad  que son, según él,  las que  gobierna al ser humano para querer vivir. A mí también me lo parece, por supuesto, pero en una sustentación previa.

    Pues bien, esta mañana he buscado el libro  para hallar en él ese punto  crucial  en el que, como por aquel entonces  estaba yo inmersa en la trilogía de Inteligencia Sentiente de X. Zubiri, fue de aquellas cosas que a una le sucede cuando   en su mente , eureka se decía antes,   quedan formalizados  unitariamente dos  extremos. En este caso el del instinto animal  superado por el instinto humano.

    Pues bien, en el libro citado, Ellacuría  citando este parágrafo de Ortega, dice:  (…) “Pero no es la voluntariedad lo que hace humana la “vida animal”        del ser humano, sino que la vida humana es humana aún en lo no-voluntario, en lo instintivo, en lo biológico”.

    Y mi reflexión ahora con respecto  a la anterior de mi primer comentario  es la siguiente:  La volición ineludiblemente se incluye dentro de  la esfera de lo deseable, este es el orden que por necesidad exige la estructura humana.

    No recuerdo ahora a qué venía  al caso pero  sí que sé  que    gratuito no era  el referirme tiempo atrás,  mucho antes de  anunciarse el presente curso, sobre  que la filosofía hoy en  día,  gracias a las ciencias, es directamente metafísica,  no procede dividirla como se hacía en  el aristotelismo o en el neo- escolasticismo  en primera y en segunda.  Se trata de fundamentación, de  una fundamentación ética-metafísica en la que la vida humana  es su realización acabada  haciéndola permanecer y aumentándola como plenitud.

    Espero que mi crítica sea acogida  con la mejor voluntad y que en ella se vea únicamente el  deseo de avanzar… salir del callejón… ayer, voces aquí mismo  recordaban y con razón  cuestiones y  planteamientos que se repiten sin que de momento  los humanos tomemos realmente conciencia de ellos.

  • oscar varela

    Hola a TODOS LOS ATRIEROS!

    O F R E C I M I EN T O   ¡¡¡GRATIS!!!

     

    Quién quiera tener todos las Lecciones del Curso-Taller

    en Archivos Word

    puede pedirlos a olgoscar05@yahoo.com.ar

     

    ¡Vamos todavía! … mientras el Covid-19 nos va “archivando”

    • ELOY

      Muchas gracias Oscar.
      Pero eso, entiendo, no es obstáculo para que semana a semana, vayas dejando aquí en ATRIO el correspondiente capítulo, y lo comentemos.

      • oscar varela

        El CURSO-TALLER es de ATRIO, no mío.

        Pienso que el poseer las Lecciones por anticipado
        no dañan el entrar a Comentar. Todo lo contrario.

        Es solo eso.

    • Alberto Revuelta

      Estoy leyendo las entradas, aprovechando los silencios del final de la jornada, y aprendiendo tanto del texto magisterial que había leído en la facultad como, sobre todo, de los comentarios. Un acierto la propuesta de Oscar y la aceptación de Antonio. Como hoy es la fiesta de la Virgen de Lujan, Oscar, me tomaré una copa de blanco frío a tu Salud pidiendo que el archivo tarde. Abrazo

      • oscar varela

        Hola Alberto!
        El “milagro” de la Virgen de Luján
        consistió en una FALLA TÉCNICA.

        Era una Imagen encargada a Europa.
        Al cruzar la carreta el río Luján
        se atascó y no quiso seguir viaje.

        Al fin, sacaron la imagen
        y los bueyes la desempantanó.

        La “réplica” de la original la hizo
        un escultor amigo mío de localidad cercana (Belén de Escobar).

        El Obispo (Eduardo Scheining) hace poquito que está ahí,
        cuya Sede es la Diócesis de Mercedes
        (¡capital Nacional del embutido!)
        amigo cuando estaba en San Fernando y yo hacía Radio
        FM LA BARCA, que él había fundado.

        Ellos todavía siguen creyendo en esas cositas
        (¡TÉCNICAS también!

  • ELOY

     
    Hola Honorio.
     
    Gracias. Me alegro micho de tu aportación al taller sobre Ortega y la Técnica.. 
     
    De lo que dices a mi me parece importante, tal como las entendí, tres  cuestiones, que reflejo en los siguiente putos: :
     
    1) ¿Hablamos del yo o del colectivo de los seres humanos?
     
    2) ) ¿De qué estáis hablando? ¿Para qué sirve todo esto?. habláis de un ser humano abstracto y genérico.
     
    3) Dices::  “”nuestra técnica no sirve para vivir mejor, sino para destruir nuestra naturaleza circundante y nuestra supervivencia como especie “.
     
    Son preguntas capitales, fundamentales, que quizá pudieran interpretarse como una enmienda “a la totalidad”, pero yo no lo veo así. Pueden ayudarnos a llegar a la raíz del problema. a.
     
    Pero como se repite estos días  los problemas complejos no pueden tener respuestas simples.
     
    Las respuestas muchas veces tienen que ser complejas y no siempre “solucionan”, No siempre aciertan,
     
    Creo que esas tus preguntas nos van a acompañar todo el taller, y yo voy ahora a aportar, en este comentario y en otros, si es posible, sólo algunas ideas quizá algo o mucho deslavazadas.
     
     1) En general las personas nos movemos con una “filosofía de la vida”. Reflexionar lo que somos cada uno y en conjunto, nos ayuda a conformar esa “filosofía.
     
    2) La “filosofía” y la acción no son contrarias, no se excluyen , por el contrario se necesitan mutuamente.
     
    3) ¿El ser humano “nace” y la “persona” se hace?.
     
    Es decir ¿en qué medida el ser humano nace biológicamente, con sus características naturales , y en qué medida la “realización” de la persona es fruto de un proceso que se va desarrollando en él  tiempo?
     
    4) ¿Cómo y en qué medida ese desarrollo de la “persona” se fragua y /o depende de las “circunstancias”?
     
    5) Sobre la técnica y sus efectos, creo que me he referido otras veces en ATRIO a Marcuse, que efectivamente, en un diálogo con Löwenthal, afirmaba que la técnica   podría ser fuente de salvación del ser humano y no de alienación. Y así lera el diálogo: :
     
     Dice Löwenthal
     
    ” (Creo) …. que en todos los rincones de la moderna sociedad industrial los especialistas de la técnica, pero también los especialistas de la organización y de la decisión acerca de organizaciones complicadas, se hacen cada vez más imprescindibles, no cada vez menos necesarios. .(…)
     
    Responde Marcuse:  
     
    “… no hay duda que la posición de los especialistas se hace cada vez más importante con el progreso de la técnica.. En esto veo un signo favorable  para nosotros, no desfavorable. Pues cada vez importa más la cuestión de quienes son los especialistas, si lo son de la Guerra o de la Paz. Si son especialistas de la explotación intensiva o especialistas que desean lo contrario. Y creo que la intelectualidad tiene, en este punto, la tarea de hacer que los especialistas sean distintos de los de hoy, que sean especialistas de la liberación. Pues hay realmente una técnica de la liberación, una tecnología de la liberación; y hay que aprenderla.” (NOTA 1)  .    .    
     
    6) Me remito ahora Honorio, a las citas que hice anteriormente, en este mismo artículo, de Hegel y Marx.
     
    Si posible fuera, me gustaría completar dichos comentarios en próximas aportaciones, ahora que ya son diversas y varias los comentarios que se han hecho, y se va terminando el tiempo de esta primera entrega de Oscar , para pasar el martes próximo a la segunda.  
     
    Un saludo Honorio.
     
    NOTA 1. Herbert Marcuse: “El final de la utopía”. Ediciones Ariel1968..
     

  • oscar varela

    PRIMITIVISMO Y TÉCNICA
     
    1- El análisis del tiempo presente es sustancialmente equívoco.
    – Todos los rasgos actuales presentan doble vertiente.
    – Cualquiera de ellos no sólo tolera, sino que reclama una doble interpretación, favorable y peyorativa.
    – Y este equívoco no reside en nuestro juicio, sino en la realidad misma.
    – No es que pueda parecemos por un lado bien, por otro mal,
    – sino que en sí misma la situación presente es potencia bifronte de triunfo o de muerte.
     
    2- No creo en la absoluta determinación de la historia.
    – Al contrario, pienso que toda vida y, por tanto, la histórica, se compone de puros instantes, cada uno de los cuales está relativamente indeterminado con respecto al anterior, de suerte que en él la realidad vacila, piétine sur place, y no sabe bien si decidirse por una u otra entre varias posibilidades.
    – Este titubeo metafísico proporciona a todo lo vital esa inconfundible cualidad de vibración y estremecimiento.
     
    3- Nuestra situación
    puede ser tránsito de una nueva y sin par organización de la humanidad
    Pero también puede ser una catástrofe en el destino humano.
     
    4- No hay razón para negar la realidad del progreso,
    – pero es preciso corregir la noción que cree seguro este progreso.
    – Más congruente con los hechos es pensar que no hay ningún progreso seguro,
    – ninguna evolución, sin la amenaza de involución y retroceso.
     
    5- Todo, todo es posible en la historia
    – lo mismo el progreso triunfal e indefinido
    – que la periódica regresión.
     
    6- Porque la vida, individual o colectiva, personal o histórica,
    – es la única entidad del universo cuya sustancia es peligro.
    – Se compone de peripecias.
    – Es, rigorosamente hablando, drama.
     
    7- Esto, que es verdad en general,
    – adquiere mayor intensidad en los “momentos críticos”, como es el presente.
     
    8- Es claro que toda vieja cultura arrastra en su avance
    – tejidos caducos y no parva cargazón de materia córnea,
    – estorbo a la vida y tóxico residuo.
    – Hay instituciones muertas,
    – valoraciones y respetos supervivientes y ya sin sentido,
    – soluciones indebidamente complicadas,
    – normas que han probado su insustancialidad.
     
    9- Todos estos elementos de la civili­zación,
    – demandan una época de frenesí simplificador:
    – La levita y el plastrón románticos solicitan una venganza por medio del actual deshabillé y el “en mangas de camisa”. Aquí, la simplificación es higiene y mejor gusto; por tanto, una solución más perfecta, como siempre que con menos medios se consigue más.
    – El árbol del amor romántico exigía también una poda para que cayeran las demasiadas magnolias falsas zurcidas a sus ramas y’ el furor de lianas, volutas, retorcimientos e intrincaciones que no lo dejaban solearse.

  • Román Díaz Ayala

    Carmen, podríamos escribir tú y yo una guía para perplejos, pero no te preocupes, pues son una docena de entregas semanales que tomarán distintos rumbos, porque el texto de Ortega lo es suficientemente rico.Proviene de una conferencia en la Universidad de verano de Santander en 1933, y un ensayo luego escrito en 1939. Oscar Varela nos dice que durante su estancia en Argentína lo escribió en el periódico la Nación en entregas semanales. Aquí está hoy ampliamente difundido (Alianza Editorial etc.) y es objeto de otros estudios adsequibles en la RED.
    Pero conviene en primer lugar disipar algunos malentendidos.
    Ortega sería hijo de unas circunstancias temporales que lo alejan de nosotros, pero no tanto que no sea uno de los protagonistas de nuestro tiempo actual. Su pensamiento ha adquirido una rabiosa actualidad.

    Te pongo un ejemplo clarificador a proposito del presente ensayo. Inauguró la filosofía de la técnica ( antes que Heidegger), precursora de la “Filosofía de la Tecnología” de la segunda parte del siglo XX.

    Habrás notado que varias corrientes filosóficas se disputan desde sus planteamientos acompañados de sus léxicos propios encontrar  afinidades o complicidad con sus propios postulados. Aquí ya han salido términos heideggerianos, de Zubiri, planteamientos marxistas ( el marxismo filosófico) y vendrán más, por aquello de que con el uso común del lenguaje todos nos impregnamos un poco.

    lo importante es que la oferta de Ortega sigue siendo única y válida, lo cual iremos descubriendo, una vez exponga más detalladamente sus tesis.

    • oscar varela

      Así lo creí yo, Román, al decírselo a Antonio Duato:
      “Te ofrezco 12 Lecciones de Ortega: MEDITACIÓN DE LA TÉCNICA.
      Son breves.
      Es absolutamente novedoso el Planteo y discurso
      (aunque tenga 87 años de haber sido pensado)”-
      ………………
      Gracias y Abrazo!

    • Carmen

      Claro.
      Tendrás razón.
      Gracias.
      Solamente he comentado lo que he leído. Quizás debería de no hacerlo. Alguna vez conseguiré no decir lo que pienso. Pero es que esto de la encerrona lo llevo como puedo.
      Gracias.

      • Román Díaz Ayala

        Acostúmbrate a pensar que aciertas, porque sacas a colación lo que realmente se cuece, con independencia del estado de opinión de unos y otros.
        Te pongo un ejemplo. Lee atentamente lo que acaba de escribirle Eloy a Honorio Cadarso. Pone en evidencia que existe una desconfianza y hasta una condena de la técnica. Eso es un estado de opinión muy extendido y parte del debate también en el campo filosófico. Se la considera algo maligno y apocaliptico. La SEgunea Guerra Mundial les dió argumento y luego el período de la Guerra Fría.
        Tú has citado “Tiempos Modernos” de Charles Champlin. Se suele citar como ejemplo de esa postura., igual que se cita continuamente el Titanic como muestra de la desconfianza al mito del progreso.
        pero es que resulta que la técnica es la naturaleza humana ( y sólo a ella entre los demás seres) como la musica, el arte ( si quieres el rupestre para darle más tono) son expresiones del “espíritu humano”, y si quieres alargar la lista, habla de la matematica que sin ser una ciencia es un “lenguaje” con categorías abstractas para ver las relaciones de las cantidades.
        La pregunta que flota en el aire es, ¿ cómo la técnica nos hace realmente humanos?¿Sinla técnica existiría el ser humano?

      • Carmen

        Pues que primero me definan técnica
        El ser humano está donde está por sus capacidad de invención, de investigación. De construcción
        Eso es malo?
        Habríamos desaparecido del planeta pero vamos, fijo. Pero si no tenemos defensa alguna nada más que nuestro córtex. Y nada menos. Por eso somos la especie que lleva milenios dominando el planeta. Francamente, prefiero que se domine así que a mordisco limpio como los dinosaurios.

        Mira. He aprendido un montón de cosas de otra manera diferente a vosotros. A base de leer novelas, ver películas, teatro. Y escuchar. Y observar. Por eso mis referencias son siempre de películas, de novelas. He descubierto el siglo diecinueve a través de la novela. Hay auténticas obras maestras, Y en el siglo veinte, no veas. De todo tipo.Yla ciencia ficción. Y la novela negra y la gótica. Y la de terror. Porque los maestros no están únicamente entre los filósofos, ni entre los grandes reconocidos, qué va.
        Y del cine, bueno. No veas. He visto un montonaaaaazo con mi padre, hace mil años, en la televisión. Mi padre era un cinéfilo. Y le gustaba que me quedase con él viendo cine en la tele. Por la noche. El se quedaba durmiendo y yo, alucinada. Mis hermanos todos se fueron.A studiar , se casaron, en fin. Me decía: nena, está te va a gustar. No fallaba.

        Quiero decir que mi lenguaje es otro. No sé de filosofía, pero sí de vida. No por mí, sino por grandes maestros, de otro tipo. Pero grandes, grandes, grandes. Por favor. Enormes.

        Y me parece que se está defendiendo la tesis de el planeta de los simios. La primera. La de los años sesenta . Y, francamente. No lo puedo compartir.

        En fin.
        Da igual.
        Vosotros sois vosotros y no me tengo que meter en vuestras cosas.
        Gracias. Eres muy amable conmigo

        Además, que no. Lo que sucede es que me encanta hablar y aquí estoy, como todos, en casa.
        Cuídate mucho.

      • Román Díaz Ayala

        Bueno bueno, los dinosaurios fueron una familia singular de especies que dominaron la tierra durante más de 150 millones de años, ¡Y porque cayó un aerolito! Los humanos apenas podemos contar con dificultad unos 2,5 millones ( género homo).

        el planeta de los simios, novela y película, fueron del tiempo de la Guerra Fría. Las novelas hablan de preocupaciones sociales en un plano muy simbólico, pero son las mismas, las que estamos compartiendo en este espacio.
        Cuídate tu también y mucho. Temo lo de la fase I. La gente lo está tomando a cachondeo.

  • Carmen

    Es que aquí se está mezclando dos ideas diferentes.

    A mí juicio, lo que está destrozado el planeta no es la tecnología. Por favor. Es el consumismo atroz. La globalización. El liberalismo económico a ultranza.

    Pero la tecnología no puede hacer daño bien utilizada.

    Lo que sucede es que cuando este señor empezó a escribir, el mundo era otro. El se podría plantear como la tecnología de los años treinta podría acabar con puestos de trabajo. Lo vería como una especie de deshumanización. Y lo entiendo. Perfectamente. Pero en su circunstancia histórica. Exactamente igual que lo reflejó Chaplin en Tiempos Modernos. Es que los entiendo. Me van a decir que desbarro cuando diga que Chaplin negaba en rotundo el posible éxito del cine sonoro. Y es que lo entiendo. Su personaje de Charlot, era pura mímica, en el momento en que le añada voz, se hundirá, decia.

    Pero acabó dirigiendo e interpretando el Gran Dictador. Que si el personaje del judío no es el mismísimo charlot retocado , que venga dios y lo vea.

    Pues eso mismo pasa con quién a estas alturas se cuestione la tecnología. Habrá que cuestionarse su utilización. Es que no es lo mismo.

    Y habrá que separarla del consumismo sin sentido en el que estamos inmersos. Ese es el que se está cargando el planeta. Pero claro. ortega no podía pensar esto. Porque era sencillamente impensable.

    Por eso digo que su texto ha envejecido.

    Estamos en otro momento. Habría que analizar la realidad presente  no la pasada.

    Por esto mismo digo que Marx ahora escribiría otro texto diferente, aunque le pusiera el mismo título al libro. Porque la realidad es otra. Y si es cierto que las circunstancias influyen en la vida del ser humano, que creo que sí, la circunstancia que no se puede dejar de lado es la realidad del momento en que se vive.

    Pero claro, entiendo que no entiendo de esto. Sencillamente pienso sobre lo que ustedes dicen.

    Es superinteresante. Y quien crea que no merece la pena leer lo que escribo, seguramente tendrá razón. Pero me gusta hablar.

    Sorry.

  • Honorio Cadarso

    “El HOMBRE, EL HOMBRE, EL SER HUMANO,…” ¿Hablamos del YO, o del colectivo de los seres humanos?

    Hablamos del “HOMO HOMINI LUPUS” o de la especie humana, del género humano?

    De todos los hombres y mujeres, de chinos, malayos, africanos, sudamericanos, Trump, Abascal, de todas/os. Parece como que este punto de partida no lo tenemos muy claro, que quizá Marx lo tenía un poco más claro, y Machado (Antonio) también, y algunos más.

    Lo demás que exponéis, colegas, está muy bien, y muy profundo. Pero nos seguimos matando unos a otros como cerdos. Y destruyendo la naturaleza, nuestra técnica no sirve para vivir mejor, sino para destruir nuestra naturaleza circundante y nuestra supervivencia como especie.

    ¿O no?

  • M. Luisa

    Gracias Eloy por tu indicación, la verdad es que ando un poco despistadilla últimamente pues he de combinar varios trabajos a la vez y para esos trotes  yo ya no sirvo. Según voy leyendo  tu intercambio con Oscar me despierta gran interés  proporcionándome  alguna que otra respuesta   a los interrogantes  que en mi juventud me hacía cuando  por aquel entonces Ortega era, como se suele decir, mi filósofo de cabecera.

    Aquí, sin embargo,  a nadie sorprenderá si confieso que, en efecto,   habiéndome cautivado entonces su pensamiento,   ahora, con el paso de los años y precisamente para  salvar mis circunstancias tuve que dar un gran paso hacia delante.

    Entrando un poco en materia dejaré  a modo cómo si de una alumna del curso se tratara unas pocas líneas de trabajo.

    Ortega se trajo de Alemania la fenomenología y pese a que pronto la   cuestionó para llegar a su idea de la vida como realidad radical, contó con el apoyo de la “intuición” fenomenológica que fue el  punto de partida que determinó la filosofía de su Maestro Hurssel. Sin embargo, como ya expresé  anteriormente, siempre me ha llamado la atención  que, Ortega,  queriendo  soslayar  la primacía  de la conciencia Hursseliana para no caer en el idealismo, pase por alto el eslabón primario del instinto humano y vaya directamente a la intuición como  dato cognitivo primario.

    Lo dice él mismo: Pero acaece: 1º, que la idea de instinto es en sí misma muy oscura y nada esclarecedora; 2º, que aunque fuese clara la idea, es cosa notoria que en el hombre los instintos están casi borrados, porque el hombre no vive, en definitiva, de sus instintos, sino que se gobierna mediante otras facultades como la reflexión y la voluntad, que reobran sobre los instintos.

    Llama mucho la atención  aquí el “casi”  porque si se reconoce  que son las facultades  como la reflexión y la voluntad lo que importa para la vida,  entonces en el reobrar mismo de éstas,  qué función hacen los instintos que están en la base…¿No se hallará aquí precisamente el punto  de arranque que   posibilite  aquellas facultades?

    Es curioso que sea  desde  ahí  de donde partiera  su discípulo X. Zubiri  retrocediendo  hacia  aquel eslabón  de sensibilidad olvidado, más allá del cual   no se puede ya retroceder.  La “intuición” hurseliana   la convirtió en “aprehensión”. Si en aquel concepto  dominaba el aspecto conciencial,   en el de   aprehensión quedaba recogido  el aspecto sentiente de la conciencia.

    Ahora bien, para evitar  erróneas interpretaciones, téngase en cuenta  que el término aprehensión está muy lejos de significar lo mismo que antaño en Aristóteles, pues, como es sabido  el concepto de naturaleza ha ido variando   en el transcurso de la Historia.

    Buenos días a tod@s!

    • ELOY

      Muchas gracias M. Luisa.

      No sé mucho de escuelas filosóficas, y te agradezco especialmente tus aclaraciones.

      Tampoco soy experto en ningún “filosofo” en concreto, aunque suelo leer todo lo que puedo, intentado relacionarlo en mi cabeza con las preguntas “vitales” que me parecen fundamentales.

      • M. Luisa

        Eloy, eres un gran conocedor en historia política, tus artículos son fantásticos!

        Un abrazo

    • José

      Buenos días M. Luisa yo tampoco soy gran conocedor de filosofía. Debe ser usted como mínimo Doctora, verdad? Me hace entrar apetito por esa ciencia… Gracias.

      • M. Luisa

        ¡Hola José, por dios! eres demasiado generoso conmigo …que va no soy doctora, la necesidad me ha obligado a adentrarme por estos recovecos! Aquí se aprende mucho, de Oscar, por ejemplo, conductor del presente curso, he aprendido un montón.

        Te agradezco tu amabilidad, y te mando un abrazo!

  • ELOY

    Perdona Oscar, me queda una duda significativa: ¿Cómo es que el ser humano no “encaja” en su habito natural,? ¿ y nace desencajado?.

    Quizá a lo largo del curso se calare el tema.

    No pido adelanto de respuesta . Sino constatación de la pregunta.  Muchas gracias.

    • oscar varela

      A tu pregunta:
      ¿Cómo es que el ser humano no “encaja” en su hábito natural?
      Te arrimo esto que leeremos en la Lección 2:
      “el empeño del hombre por vivir, por estar en el mundo, es inseparable de su empeño de estar bien. Más aún: que vida significa para él no simple estar, sino bienestar, y que sólo siente como necesidades las condicio¬nes objetivas del estar, porque éste, a su vez, es supuesto del bienestar.“-

      • ELOY

        Muchas gracias Oscar.
        ¿Qué entiende cada uno por el bienestar?
        El que va por sus ideas a la cárcel ¿qué bienestar busca?, Consigo mismo quizá , más que en relación al mundo exterior?.
        Igual que la palabra “justicia” ¿la palabra “bienestar” puede decir mucho o poco, quizá?

        Como me dices, lo iremos viendo. Muchas gracias

  • ELOY

    Muchas gracias Oscar.

    Mi planteamiento no es lucirme de lo que no sé. Y de Orega se muy poco.

    Pero mi planteamiento es ¿Hasta que punto la teoría de Ortega no solo tengo que comprenderla , sino creer en ella?.

    Porque esa es su hipótesis para comprender la realidad de la que habla, pero hasta que punto esa hipótesis sigue siendo válida (in eternum?) y he yo personalmente de compartirla.

    Quiero entenderla y dudo en compartirla, hasta ahora ……. Veremos como sigue.

    Ese es mi planteamiento.

    Cada vez que envío un texto a ATRIO, en general, una vez enviado, intento, si creo en él, que se publique , pero publíquese o no, siempre me digo: “bueno yo he intentado decir lo que pienso, o aclarar algo, o desmentir algo.. Mi obligación está cumplida. ” He intento dormir tranquilo.

    Con este último tuve dudas porque eran notas para “mi cuaderno de clase”, pues tú mismo me dijiste que habíamos de trabajar , en un comentario cuando la presentación del curso.

    Un abrazo y muchas gracias por tus comentarios.

     

     

     

    • oscar varela

      1- “¿lucirte?”
      Solo ejemplo al voleo. Nada personal!

      2- sobre el “creer” una “teoría”:
      Eso es imposible. Son niveles diferentes
      – LA IDEA LA TIENES TÚ
      – LA CREENCIA TE SOS-TIENE ELLA

      3- “hipótesis”, “validez”, “eternidad”, “compartir”:
      La “hipótesis” no es “válida” sino para ser “validada” o “in-validada” (prueba).
      Por lo tanto y además carece de “eternidad”.
      Todo se pude “compartir”; es la mecánica del diálogo y la cooperación.

      4- “envíos” para publicar (o no):
      (¡plim-plaf! sacudiendo las manos)
      “hacer honestamente lo que haya que hacer”-

  • oscar varela

    Otra cosa, ELOY:
    Sobre la “ALIENACIÓN” que comentaste:

    Si nos fijamos un poquito, yo diría que
    para Ortega, originariamente el ser humano “no-se-aliena (en-ajena)”, sino que
    “SE ENCUENTRA” “se percibe” ALIENADO (él habla de EXTRAÑADO)
    No “en-caja” en la circunstancia (mundo)
    Eso AHÍ (mundo, circunstancia, naturaleza) no es SU Mundo.
    La diferencia radical con el animal consiste en que
    – El animal está “locado” fijado en su lugar (milieu); mientras que
    – él es un “loquito” molesto. Sin lugar AHÍ (circunstancia – mundo – naturaleza).
    Pero halla-tiene OTRO LUGAR DONDE METERSE (el DENTRO de sí)
    Y se mete (se EN-SÍ-MISMA) in-quieto
    (no para “contemplar” el afuera que se trajo adentro: mundo, naturaleza), sino
    para trazar un Plan de ataque a esa circunstancia-mundo y
    con (facilidades que le presenta) y contra (dificultades que le presenta)
    HACER SU MUNDO OTRO (el que él siente dentro anhelante).
    Ese QUE-HACER es LA TÉCNICA
     
    El ser humano es un empedernido DUPLICADOR de MUNDO:
    “ESTE” mundo le resulta siempre un “Valle de lágrimas”
    LA TÉCNICA será esa “FABULACIÓN”

    • oscar varela

      A ese “EXTRAÑAMIENTO”
      la gente de mi Barrio lo llama:
      “SENTIRSE SAPO DE OTRO POZO”

  • oscar varela

    Hola ELOY!
    Te leo:
    – “Mi primera actitud ante el texto es la de intentar comprenderlo:
    – ¿Qué se me dice aquí?-“
    (y siguen las demás: segunda, tercera y la 4ª. Fundamental)
    ………………………………………..
    ¿Estás seguro que es esa (intentar comprender el texto) la “primera”?
    Puede ser. Pero:
    ¿No habría otra “más so-terrada”?
    (que no es “anterior” porque no está en la “serie” –antecedente-consecuente)
    (que, como “soterrada”, es “radical” y por eso no se la suele ver, atender)
    Claro que no se trataría de una “actitud” o “comportamiento” (behavior)
     
    En esa “realidad radical” consiste “tu vida” aquí y ahora:
    en ese quehacer elegido de leer un texto para intentar comprenderlo.
    En ese “por qué” y “para qué” has tomado esa “actitud-comportamiento”
    consiste el secreto insobornable de “tu vida”.
     
    Podrían ser muchos los “motivos”:
    – preparar una disertación
    – lucir de “entendido”
    – apoyar o refutar al disertante
    – pasar el tiempo sin tener otra cosa mejor quehacer
    – Etc.
     
    Bueno, esa “realidad radical” (“MI VIDA” / la de CADA CUAL)
    es el “objeto formal” de la Filosofía de Ortega y Gasset.
    (“objeto formal” extraño a toda la filosofía “clásica”, porque
    no es “objetivable” más que en el “modo de decir narrativo”
    propio de la vida humana que es “lo que hago y me pasa”.

  • ELOY

     
                                                     I
     
    Mi primera actitud ante el texto que se no ofrece es de intentar comprenderlo. . ¿Qué se me dice aquí? ¿Lo habré entendido bien?.
     
    Una segunda actitud es de cautela: ¿Es verdad lo que se me dice aquí?
     
    Y una tercera actitud, me pregunto , verdad o no, ¿ me lo creo.? ¿Lo asimilo en mi comprensión de la realidad y del mundo al punto de incorporarlo al conjunto vital de mis creencias.?
     
    Y cuestión fundamental para mí, es preguntarme ¿Modifica explica, lo leído hasta ahora, en algo mi relato interior sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza, ente el ser humano y su circunstancia. ?
     
    .
     
    Ahora, sumido en cierta indecisión, dudoso de mi comprensión, cauto ante mis propias creencias, os dejo algunos de los puntos que a la vista de este primera texto de Ortega, he apuntado deslavazadamente en mi cuaderno de clase:
     
                                              II
     
    En el texto que manejo de “La Primera Escaramuza con el Tema “, Se habla de necesidades (básicamente de subsistencia) “vitales” y se dice:
     
    La vida – necesidad de necesidades – es necesaria solo en sentido subjetivo simplemente porque   el hombre decide automáticamente vivir” (pág. 24)
     
    (pág. 25) Se pregunta y responde Ortega:
     
     “¿Porque el animal ha de tener menos apego a la vida que el hombre? Lo que pasa es que no tiene las dotes intelectuales  del hombre para defender su vida.
     
    Me pregunto ¿no las tiene?
     
    Para Ortega naturaleza , equivale a “circunstancia”: (pág. 25) : “Naturaleza no significa aquí sino lo que rodea al hombre, la circunstancia.”
     
    Dice Ortega: (pág. 27)
     
    El animal no puede retirarse de su repertorio e actos animales, de la naturaleza, porque no es sino ella y no tendría al distanciarse de ella donde meterse. Pero el hombre, por lo visto, no es su circunstancia,, sino que está solo sumergido en ella y puede en algunos momentos salirse de ella y meterse en sí, recogerse, ensimismarse,  y, solo consigo, ocuparse de cosas que no son directa e inmediatamente atender a los imperativos y necesidades de su circunstancia. ”
     
    ¿El hombre es distinto de la naturaleza y de su circunstancia? ¿No forma el hombre parte de la naturaleza?.
     
    Según Ortega Los actos del hombre pueden modificar “la circunstancia  o naturaleza”. Dice ( pág. 28) Pero a través de qué o como la modifica?. A través de actos, yo a estos actos los llamaba trabajo, ¿son esos actos “técnica”. ?.
     
    Dice Ortega:
     
    “De donde resulta que estos actos modifican o reforman las circunstancias o naturaleza, logrando que en ella haya lo que no hay. Pues bien estos son los actos técnicos específicos del hombre. El conjunto de todos ellos es la técnica.” (pág. 28)
     
    Pero ¿qué son los actos técnicos y cuáles son los actos no técnicos? ¿El planificar , el pensar, el imaginar es un acto técnico? ¿O lo es solo el hacer material ?
     
    En pág. 29, ( y me adelanto un poco al texto que vendrá)  dirá Ortega, ”
     
    Actos técnicos (…) no son aquellos en que el hombre procura satisfacer directamente las necesidades que la circunstancia o naturaleza le hace sentir, sino precisamente, aquellos que llevan a reformar esa circunstancia, eliminando en lo posible  de ella esas necesidades  suprimiendo o menguando el azar y el esfuerzo que exige satisfacerlas
     
                                                               III
     
    ¿Se cuestiona Ortega hacer una valoración ética de la técnica, al estilo de Marcuse, técnica de la liberación o técnica de la explotación ?.
     
    ¿Una valoración meramente neutra de la técnica es liberadora ?
     
      Esperemos a lo que venga . en las próximas entregas que nos haga llegar el curso de Oscar. . .
     
                                                           IV
     
    En qué medida el término “necesidades” engloba y cómo, entre otras, la escala de necesidades de Maslow?. ¿Cómo se encuadra la necesidad de autorrealización? .
     
                                                            V
     
    Seguiré atento, desde una actitud de comprensión y análisis las siguientes entregas del texto de Ortega y Gasset.  
     
     
     

    • mª pilar

      ¡Gracias por compartirlas!

    • M. Luisa

      Hola Eloy, ¿qué tal, cómo estás? Una cosa quiero preguntarte pues hace rato que intento ir a estas páginas de las cláusulas que comentas y no detecto ningún enlace que me lleve al libro de Ortega que es de donde supongo que tú las extraes.Gracias

      • ELOY

        Hola M. Luis.
        Estoy bien, gracias.
        Las páginas que figuran, son del libro “Meditación de la Técnica y Otros Ensayos sobre Ciencia y Filosofía, de Ortega y Gasset. Publicado por Revista de Occidente. Alianza Editorial. Año 2004.

        Creo que todos los textos están en el capitulo I que publicó Oscar Varela en ATRIO, excepto el que figura de la página 29, que corresponde al comienzo mismo del Segundo capítulo del libro de Ortega, que supongo comentaremos a partir del martes próximo.

        Gracias. Un saludo.
        NOTA: Si algún texto no está aquí publicado, si me lo indicas, lo busco.

    • Carmen

      Has visto Tiempos Modernos de Chaplin? Te gustará.

    • Román Díaz Ayala

      Eloy, es muy bueno eso de tu actitud ante el texto, tu intención primera de comprenderlo. (La interpretación es una forma de comprensión, a veces errónea, pero válida para la honestidad de quien busca la verdad)
      El interés para mí radica en la rabiosa actualidad del tema, axial porque la crisis de nuestra sociedad tecnológica da sus coletazos con la pandemia y porque en todos los niveles ( incluso aquí en Atrio) se está considerando el humanismo, como post (Heidegger, que tiene mucho que ver con el tema) o como un humanismo ilustrado (que viene desde la Ilustración)que no ha completado su ciclo -considerando, digo, desde distintas vertientes y creo entender ( el tiempo lo dirá) que Ortega apunta certeramente a un humanismo tecnólogico.
      En cuanto a un humanismo válido para este siglo XXI he seguido atentamente algunas conferencias impartiidas por Amelia Valcárcel en el Instituto Tecnológico de Monterrey (México)

      • Román Díaz Ayala

        Por otro lado, Atrio es una escuela de pensamiento ( foro y no escuela si lo prefieres, pero hay razones suficientes para indicarlo así) que el proceso de secularización la ha ido depurando de sus restos de confesionalismo. Conesto lo que quiero indicar es que estamos haciendo un ejercicio común de análisis filosóficos con la obra de Ortega como eje.
        La teología puede asomar, porque hay una respuesta teológica a todo lo que el ser humano se pregunta. La filosofía nace en la medida en que tomamos consciencia de nosotros mismos y generamos conocimientos lo hacemos en forma de interrogantes y cada respuesta es un ensayo, y por eso nos lleva a otras.
        Tú que tienes lectura hecha de José María González Ruiz ( El Cristianismo no es un humanismo) éste utiliza el mito de Prometeo siguiendo a Hesiodo qjuien no sólo lo explicaba como antepasado de los hombres, sino que cifró el descubrimiento del fuego, el comienzo de la técnica, y así un dominio consciente de la Naturaleza por parte de la humanidad para su beneficio. Tal cosa le da pie al teólogo para explicarnos que el Dios bíblico no es un rival de la autonomía creadora del hombre.

      • ELOY

        Muchas gracias Ramón por tu comentario, que añade perspectiva al tema.

        Supongo que a lo largo de las distintas entregas de Oscar podamos todos ir profundizando cada vez mas en el tema y aportar distintos matices y opiniones.

  • Santiago

    Coincido con Antonio V que todas vuestras colaboraciones son súper interesantes y es un placer leerlas. Por eso creo que se puede seguir el hilo perfectamente porque cada comentario aporta un nuevo matiz a la complejidad del mundo cósmico-espiritual en el que nos movemos

    Por tanto es válido lo de que “si busco la verdad real” es porque “estoy en ella” puesto  que existe, ya que de otra manera no la buscaría, Y el mero deseo del corazón humano por lo infinito, permanente y eterno es una señal que nuestro destino ha de ser trascendente en “otra vida” porque de otra manera no podríamos siquiera pensar en esa posibilidad. Lo meramente físico-biológico solo nos permite acceder “a lo concreto” y no a “la abstracción”, ni al amor, ni a la conciencia de nuestra realidad existencial.

    Por otro lado, el proceso de selección natural es más bien adaptativo y conveniente. La selección natural actúa solamente en la “periferia” de los programas o algoritmos codificados pero nunca sobre el “interior” celular. Este algoritmo inicial es extrínseco y supone una inteligencia superior El entorno con la ayuda de la selección natural no puede prescribir información para la organización del programa algorítmico ni de la más mínima información biológica.

    Por eso las secuencias prescriptivias se llaman instrucciones y programas. Son algoritmos de secuencias complejas, en realidad una información cibernética que se encuentra en clave algorítmica para dirigir inteligente y sofisticadamente toda la compleja vida celular. Es pues un plan inteligente que ofrece programas altamente informativos, aperiódicos y con uma complejidad específica.Por tanto, carece de fundamento la teoría de una autorregulación celular sin el previo concurso de una información dada extrínsecamente por medio de algoritmos previamente formulados.

    Un saludo cordial

    Santisgo Hernández

    • Carmen

      Luego somos capaces de abstracción, exactamente…por qué? Me he perdido.
      Porque una inteligencia superior o un ser superior nos ha programado para eso como si fuésemos organismos cibernéticos? Pues como sea así, llegamos a lo de siempre, podia haberlo hecho un poquito mejor…Es decir; problema, El Mal.

      Creacionismo a tope? Es usted una persona muy rápida, muy inteligente. Al menos a mí me lo parece.

      Con todos mis respetos a todos, soy Darwinista. Por supuesto que se ha mejorado en más de 150 años su teoría o su hipótesis o lo que fuese lo que planteó este señor después de muuuuuuchos años de investigación. Por supuesto. Pero la base es que la supervivencia de una especie depende de la capacidad de adaptación al medio, las especies de los seres vivos podrán o no sobrevivir. No le voy a hablar de los puntos en los que se basa,eso de que todos somos diferentes, y que cada generación es más numerosa que la anterior y todo eso. Lo sabe usted perfectamente.

      Y además, en eso mismo estamos ahora. Bueno, y siempre. En ser capaces de adaptarnos al medio nuevo, porque cambiar, ha cambiado. Por lo que sea, ha cambiado. Seamos o no responsables, ha cambiado.

      Espero que hayamos sido programados para superar este cambio. La verdad. Creo en que mi especie tiene unas capacidades increíbles. Y estoy segura de que seguiremos adelante.
      Usted seguirá pensando que es porque algo, alguien nos programó para ello y mi persona seguirá pensando en que saldremos porque tenemos capacidad de elegir. Porque las circunstancias pesan, pero no deciden.

      Espero que sigan todos bien. Cuídense mucho.

      • Santiago

        Muchas gracias, no se queda ni mucho menos en la retaguardia, …. pero los algoritmos están referidos por supuesto a la vida intracelular que fue informada extrinsecamente desde siempre por la imposibilidad obvia de que la materia energética pueda pensarse “a si misma”. Respecto a nosotros, seres espirituales, nuestra vida reside en nuestra libertad. Nuestra “programación” es cualitativamente superior al simple algoritmo biológico. Es de otra naturaleza. Fue un soplo del espíritu.

        Somos mucho más que seres cibernéticos. Éstos no son capaces de amar, tampoco pueden sufrir ya que el que ama sufre. No tienen pues esa experiencia única de amar que es la razón y el sentido de nuestra existencia y que le da la motivación a nuestra vida. Mucho menos los seres computerizados pueden decidir libremente “sine materia” y sin que alguien no los haya determinado previamente “a una forma de ser” puesto que nosotros los seres libres “de verdad” podemos decidir algo aún en contra de nosotros mismos: podemos escoger el mal camino. Nadie nos fuerza, ni siquiera nuestras circunstancias… a pesar de lo del YO y “mis circunstancias”

        Por tanto, más que programados se nos dio la capacidad de poder ver la realidad de nuestra existencia, pensar en nuestro destino, dar gracias por poder ver l a luz, y decidir entonces escoger el bien que conduce a la felicidad perpetua y entonces alejarnos cada vez más de la ceguera de las tinieblas. La vida solo es una. Existe solo una oportunidad para vivirla y merecer algo.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • Carmen

        Somos el ejemplo andante de personas que jamás llegarían a un acuerdo. Pero no me diga que no es divertido.
        Se da cuenta? Hay siempre mil argumentos para defender una idea y otros mil en contra
        Eso tiene que separar a las personas? Nunca he entendido eso, me refiero a la separación que suele ocurrir entre personas que piensan diferente. Lo que sucede es que no es sencillo el separar las ideas de lo que son las personas. Hay una zona de sombra que las separa, no es una línea, es una zona. En cuanto una de ellas entra en esa ella y se adentra en el ataque personal, toda la diversión empieza a tambalearse y termina por desaparecer. Y entonces es posible que los amigos se vuelvan enemigos. No le ha sucedido nunca? Pues observé a su alrededor.
        En fin.
        Usted está convencido de su creacionismo. Y de ahí no lo va a mover nadie. Al menos jamás admitirá una sola duda públicamente y menos por escrito y en un foro de estos. Está clarísimo. Lo que diga a sus amigos ya no sé. Pero tampoco tiene pinta. Ahora, lo que pase por su cabeza es otra historia.

        Y , aquí la que escribe, no vea, me encanta discutir y usted me lo pone muy fácil. Se mantiene alejado de esa zona de sombra, y si alguna vez me meto de cabeza, a usted le da lo mismo y espera a que salga.

        Cuídese. No sabemos si la especie está preparada
        para resistir este virus, Desde luego, daño está haciendo. Así que encaje este confinamiento y la crisis que está acarreando lo mejor que pueda, eche una mano a los de su alrededor, es la circunstancia que nos ha tocado a todos en este momento. Pero no nos vamos a rendir ante ella.
        Mucha suerte

      • Santiago

        No hay por qué llegar a un acuerdo..Creo que la dinámica del debate es suficiente para que ambas partes se enriquezcan. Mi mejor amigo de carrera era, por lo menos, agnóstico confeso con rasgos de ateísmo puro, pero ésto nunca dañó nuestra verdadera amistad. Todo lo contrario, la reforzó. Teníamos debates de largas horas y ambos logramos ser más flexibles considerando que practicábamos la misma filosofía humanista de amor al enfermo, gran vínculo que unió a nuestras familias incluyendo esposas e hijos. Lamenté su muerte ocurrida hace poco. Era una gran persona y buen profesional. Sus pacientes revelaron a su muerte la profundidad de su dedicación y exquisita compasión por ellos.

        No, no me considero creacionista puro sino que mi opción es por una Inteligencia que es libre y creadora en vez de una “necesidad cósmica” que me reduce y determina. Una fuerza creadora personal que es capaz de legar inteligencia cósmica vital al Universo y que nos sostiene y nos salva, y da sentido a la misma vida, en vez de creer en el absurdo naufragio total en la muerte. Nada impide, en este sentido, que hubiéramos sido “creados” a través de un proceso evolutivo. La maravilla sería mayor que en un momento dado de la historia, por infusión de la gracia, una pareja pudo empezar a pensar en Dios como Creador. Nada impide creer en este realismo cósmico. No solo posible sino lo más probable, según la ciencia moderna.

        Por otro lado esta pandemia nos va a dejar un mundo cambiado de cierta manera. Será difícil la recuperación económica de las naciones y la recuperación de nuestras libertades personales que se ven cada vez mas afectadas por la “toma del poder” de la intentona de globalización. El tiempo nos va decir hasta que punto la politización del virus va a ser efectiva con objeto de cambiar radicalmente la sociedad humana hacia “algo distinto”. Por supuesto, hay que seguir cuidándose del estrago extremo que pudiera causarnos este morbo moderno.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • Carmen

        Pues si.
        De acuerdo en todo , en casi todo. He tenido bastantes amigas y algunos amigos. Ya me conoce. Me gusta eso de discutir. La gente suele tener mucha paciencia conmigo. Digo suele.
        Pero una amiga de esas del alma, de esas personas que son radialmente diferentes en tu forma de pensar en determinados aspectos y nos pasábamos hooooooras discutiendo y desesperando a todos, sin embargo es la persona a la que he sentido más cerca. Lo que sucede es que la vida separa. Cuando nos vemos de vez en cuando, parece que el tiempo se detuvo en el momento en el que nos habíamos visto la última vez. Eso es magia pura. Y claro, chocabamos siempre en las mismas cosas. Una de ellas era mi preocupación innata por todo este jaleeeeeeo de Dios. No te entiendo, me decía, como te puede importar? No tenía respuesta.

        Pues si, de acuerdo en todo lo que dice, salvo en que la vida no es absurda en sí misma por el hecho de tener que morir. Es parte del juego. Es como decir que si me salen tres seis seguidos en el parchís, no me voy a casa. Pues no juegues. Pero así son las normas.
        Eso es lo que nos separa. Ahora le digo a usted lo que me decía mi amiga a mí. No te entiendo.

        Cuídese.

      • Santiago

        Por supuesto, nadie entiende lo que no quiere, porque es necesario la v o l u n t a d de creer. Es por eso que somos libres porque podemos negarnos totalmente a aceptar la verdad, aunque sepamos que lo es. La voluntad es personal en el fuero interno de cada cual. Por eso Pablo decía que Dios no sólo actúa en la acción sino en el querer la acción. Dios nos invita solamente. No fuerza sino invita porque la voluntad es esencialmente libre aunque sometida a fuerzas internas y externas. El mérito consiste en elegir bien porque podemos equivocarnos. La verdad es una, no es relativa. Si fuera relativa caeríamos (¿no estamos ya cayendo?) en un caos social y moral. No todos estamos en lo cierto

        Por eso ES que “creemos para entender” y “entendemos para creer”..Las peripecias de nuestro intelecto y voluntad nos llevan a la decisión última puesto que no nos basta la razón, ni la “mera intuición” para descubrir el “juego de la vida” y saber lo que existe en realidad, sino hace falta que aceptemos una luz mas potente que nos quíe hacia el camino “real” para llegar al verdadero descanso del corazón y para que, al fin, cese la comedia. Come se dice en Payasos; “la comedia e finita”

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • Carmen

        A veces pienso que tiene miedo a pensar.
        Cuídese mucho.

  • Carmen

    La finalidad de Darwin no fue dar un sitio al ser humano en la naturaleza. En el origen de las especies el tema no es el se humano. Es el porqué de tal variedad de especies y como el medio en el que viven condiciona su evolución. Que luego filosóficamente se hicieran planteamiento es otra historia Darwin era un naturalista, que se decía entonces. Lamark tenía otra teoría evolucionista, pero tampoco era filosófica. No voy a decir cuál de ellas ha tenido más influencia. Por supuesto que desde 1859 hasta ahora ha habido descubrimientos científicos que han matizado mucho el evolucionismo de Darwin. El ADN, las mutaciones genéticas…en fin. Por supuesto. Porque la ciencia no se estanca. Pero la mayoría de científicos son darwinistas, con matices, por supuesto

    También hay otros que son creacionistas. Estupendo

    En cuanto a la evolución del ser humano hay muchas más dudas que certezas. Todavía no se sabe cómo se pudo desarrollar tanto el córtex , esa capa fe nuestro encéfalo y parece ser que nos define como humanos porque ahí radican un montón de capacidades humanas. Entre ellas el idear eso que llaman técnica.

    Y eso viene de lejos. La técnica de la obtención del fuego. Se imaginan al ser humano sin saber cómo iniciar un fuego? Pues eso también es técnica. Y la rueda…

    Somos una especie maravillosa, con unas capacidades abracadabrantes. Pero con unas carencias también alucinantes. No sobra soberbia de todo tipo.

     

  • juan antonio vinagre oviedo

    Estoy impresionado -y muy interesado- por el alto nivel de reflexión en torno al tema que plantea Ortega. Reflexiones que sirven también para conocer mejor el pensamiento de los comentaristas, que de alguna manera constituyen nuestra circunstancia en ATRIO. Reflexiones que son de agradecer.

    Respecto a Ortega, al Maestro Ortega, a quien siempre recordaré agradecido, sólo un pequeño apunte: Tiene palabras de gran lucidez, que aún hoy son de actualidad, de mucha actualidad, pero no todas sus reflexiones son hoy asumibles, sin matices. Su pensamiento fue variando y madurando con el tiempo. Y en cuanto varió o fue modificando su pensamiento, también fue modificando su circunstancia, circunstancia -exterior o interior- que es siempre revisable, a fin de poder crecer y progresar… Lo cual quiere decir, desde mi perspectiva, que el YO, como él mismo reconoce, es más importante que su circunstancia.  Yo que supera y se sobrepone al instinto e incluso a muchas necesidades…  YO que es creativo e innovador, que, si madura adecuadamente, descubre y utiliza la técnica, pero no se somete a ella, como es el riesgo que hoy se corre en nuestra sociedad tecnologizada y convertida en un valor prácticamente prioritario para muchos…

    Puede que esta reflexión parezca y sea una perogrullada, pero insisto en ella, porque éste es un grave riesgo que hoy nos tienta demasiado: Cosificarnos y convertir la tecnología en un ídolo, al que nos sometemos y rendimos culto… sin control ni sentido crítico en demasiados casos… La tecnología para el ser humano, no el ser humano para la tecnología. Porque de caer en esta tentación, no nos superaríamos. El afán de superación es, a mi juicio,  una tendencia fundamental del hombre-mujer, que siempre quiere y necesita ir a más…  Si el ser humano se cosifica da la razón a los que defienden “el fin de la historia”. Y el ser humano es un proyecto en evolución y progreso o deja de ser humano.

    • M. Luisa

      Hola Juan Antonio, en el capítulo O/12, del presente curso, o sea en el anterior, me objetabas algo de lo cual luego te di una explicación y ahora, no sabes cuánto te agradecería saber si estás de acuerdo o no. Lo digo para ir aclarando las ideas vertidas siempre expuestas a susceptibles cambios, incluidas las mías propias, por supuesto. Un saludo

      • juan antonio vinagre oviedo

        Hola, Mª luisa: Respondo a tu deseo. Mi respuesta más que una objeción, era un matiz, una expresión de cómo yo veo las cosas. Matiz siempre dispuesto a revisar, pues las opiniones humanas -e incluso las verdades humanas- tienen mucho de provisionales y por ello revisables. Con relación a lo que decías -y tal como yo lo entendí- no tengo inconveniente en estar de acuerdo. Si busco la verdad REAL, de alguna manera, ya la poseo o me posee… Pero en este caso, pienso que ya me he elevado a la teología: SI BUSCO LA VERDAD -DE DIOS EN ESTE CASO-, AÚN SIN SABERLO, YA LO HE ENCUENTRADO. No sé si estas palabras son para ti la explicación que esperabas. (Cuando hablamos en términos abstractos no resulta fácil expresar ni comprender bien lo que uno lee o escribe. Nuestro lenguaje además es ambiguo.) Un cordial saludo, Mª Luisa.

    • M. Luisa

      De entrada mi agradecimiento, Juan Antonio, pero pienso que si condicionamos la búsqueda de la verdad sometiéndola a la nuestra propia, es decir, a nuestro sólo buscar, no creo que su encuentro aunque nos satisfaga vaya más allá de la verdad objetiva como ya señalé en mi primer comentario. La verdad real no se deja buscar, te encuentra ella.

      Ahora bien, otra cosa es si a esta búsqueda le quieres dar de entrada ya un sentido teológico como tu mismo le das (búsqueda condicionada como te decía al comienzo) idea que estaba, por cierto, totalmente alejada de mi intención. Sin embargo como pienso que se trata de algo muy legítimo, si acaso, según mi opinión, estaría reservado al final del camino, de la búsqueda, como una opción libre pero nunca al principio. Esta es mi reflexión.

      Un cordial saludo

  • ELOY

     
    En la Introducción manuscrita a la meditación de la técnica que se publicó en 1977, y a la que antes me he referido, comienza Ortega y Gasset haciendo una rotunda afirmación :
     
    Sin la técnica el hombre no existiría. Así, ni más ni menos
     
    Y añade:
     
    El porqué de esto va a constituir el tema de las seis lecciones durante las cuales vamos a vivir trabados ustedes conmigo, yo con ustedes“.
     
    Y más adelante, en el mismo texto citado, en la hipótesis de que tal rotuna afirmación no fuera cierta, dirá: 
     
    supongamos que la técnica no fuese consustancial al hombre sino un añadido que sobre su existencia elemental y primaria ha sobrevenido, o dicho de otro modo, supongamos que el hombre haya podido existir sin técnica. Lo que nadie puede dudar es que desde hace mucho tiempo la técnica se ha insertado entre las condiciones ineludibles de la vida humana. Es, pues, hoy una de las máximas dimensiones de nuestra vida, uno de los mayores ingredientes que integran nuestro destino. Hoy el hombre no vive ya en la naturaleza, sino que alojado en la sobrenaturaleza que ha creado en un nuevo día del Génesis: la técnica “.   
     
    NOTA. La negrita de resalte es mía.
     

  • M. Luisa

    Leyéndoos esta mañana  y siguiendo un poco la línea en la que dejé ayer noche mi comentario, quisiera añadir que estas dos corrientes evolucionistas que  se mencionan eran  junto con otras, por aquellas fechas, objeto de debate el cual su  finalidad no  era otra que  la  de designarle  a la especie humana  un puesto en la naturaleza.

    Pues bien, aunque todo ello tenía entonces su importancia  la tesis que actualmente goza de mayor vigencia es que la especie humana procede por evolución de las anteriores  y no puede reclamar para sí un puesto especial en el árbol evolutivo.

    La cuestión  es que   en medio de aquella discusión apareció H. Klaatsch quien evidenció el carácter inadaptado, deficitario y poco especializado de la especie humana frente al muy especializado de los antropoides.  A partir de aquí por lo que he leído, en biología se acepta generalmente que cuanto más adaptada o especializada está una especie, más difícil  será que evolucione.

    La tesis que actualmente goza de mayor vigencia es que la especie humana procede por evolución de las anteriores  y no puede reclamar para sí ningún puesto especial en el árbol evolutivo  pero que su inmadurez biológica profundamente deficitaria, le coloca en un lugar especial respecto a todas las especies de su entorno.

    Esta sorprendente condición biológica fue en aquel debate erróneamente interpretada por algunos filósofos, uno de ellos fue Arnold Gehlen,   de tal manera que se entendió como que el hombre era un ser constitutivamente deficitario. Pero es que  no se trataba  de un ser deficitario, ni de defecto alguno siquiera, sino de simple déficit. Entonces vista así la cuestión debe entenderse de otra forma, porque si se trata de  un déficit es también una ventaja.  Aquella ventaja que diferencia a la humana de las demás especies al hacer posible la apertura creativa al mundo  y con ello la aparición de la cultura.

    Encontrándonos en este punto se entenderá mejor ahora la razón de aquella estructura que tantas veces menciono y  que por su  obertura  caracteriza de modo especial al ser humano, de tal manera que lo posibilita a la creatividad y en consecuencia  hace posible también la cultura.

    • M. Luisa

      …Por eso decía ayer que hay que contar con el instinto porque si no hay ruptura evolutiva entre el animal y el hombre, el instinto como base dentro de la estructura humana cobra toda su importancia, porque para sobrevivir el hombre en su propio hacer habrá de convertir el instinto en una intuición que, a propósito de Bersong ya mencionado es en ella de donde arrancará su filosofía pues la intuición fue el motor de toda su búsqueda.

      El instinto como materia sensible en el animal se agota en el puro estímulo, es decir, hace de las cosas objetos para vivir, en cambio al hombre para vivir la objetividad animal le será del todo insuficiente y por tanto habrá que enfrentarse con ellas, con las cosas, no en cuanto objetos sino en cuanto realidades y en eso consiste la superación estructuralista entre el instinto y lo intuitivo de la intuición humana.

      • M. Luisa

        …Y en este sentido la técnica no es algo primario sino el producto resultante de un modo de hacer… de aquel modo cómo los humanos nos enfrentamos con las cosas (del cosmos, cósmicas) convirtiendo el Cosmos en Mundo. La Técnica tiene condición modal, es decir, no surge de la mera espontaneidad

  • Santiago

    No creo que la técnica “en si” sea una mera reforma de nuestra naturaleza humana. No podemos pues dividirnos en “departamentos” puesto que el ser físico-biológico y el ser espiritual   que es lo propiamente humano, constituyen una unidad hipóstatica que nos define como seres únicos, inconfundibles, y separados naturalmente y extranaturalmente del resto de los seres creados…

    Es por eso que la técnica es un producto del ser inteligente que es capaz de dirigir el instinto de supervivencia en algo constructivo y útil. No solo lo instintivo sino cualquier forma cultural el ser humano es capaz de tranformarla para  e l   progreso puesto que la abejas  han sido incapaces en millones de años de variar sus celdas hexagonales a pesar que su “técnica” es perfecta para el objeto que se proponen.

    Es por eso que la dignidad humana supera la técnica meramente animal. Podemos controlar nuestra irascibilidad, podemos superar nuestra depresión que nos destruye, y somos capaces de sacrificar nuestro derecho a comer, a disfrutar de lo lícito, por una causa noble, ya sea por los que amamos o por lo que más admiramos. Por tanto, nuestra vida no está sujeta a reduccionismos absurdos ya que somos libres, y no dependemos estrictamente de las matemáticas o de  “modelos” que nos determinen como “personas”. Nuestras instintos no nos fuerzan sino que con la tecnica de destreza, habilidad, fe, y esperanza y con el aprendizaje, la investigación la experiencia y la gracia que se encuentra en la parte espiritual más profunda de nuestro ser siempre llegaremos al destino final último que supera todas las expectaciones naturales.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • Carmen

    Perdón.

    Este mundo de hoy no es el de ,Marx  ni el de Hegel.

    Estoy encantada leyendo los comentarios. Pero apuesto triple contra sencillo que si Marx viviese en el siglo XXI no tendría ese concepto de trabajo. Porque sencillamente ha cambiado. Y el concepto de capital, también. Estamos en un mundo nuevo.

    Porque serán filósofos, no lo dudo, pero Marx tiene un toque de economista bastante fuerte.

    Supongo que este comentario no viene a cuento, como la mayoría de los míos, pero si no lo digo, me muero. No son únicamente filósofos. De hecho hay modelos económicos basados en su pensamiento. Quizás por ello hayan envejecido. Porque si la realidad cambia, el análisis de la realidad pasada no es válido para la realidad nueva.

    Sorry

    Sorry

    Sorry.

    Me encanta leerles.

     

    • Carmen

      Pero es que Ortega tampoco escribiría lo que he leído que dice de la técnica.

      Este señor no me querría en sus conferencias, fijo. Me refiero en este momento. Hace cien años,a lo mejor si.
      De esta me excomulgan, pero lo que he leído ha envejecido también un montón.

      Y es que solamente los auténticos Grandes son capaces de transmitir un pensamiento de esos que no envejecen, de esos eternos. De los que perduran.
      Porque les aseguro que el querer vivir nos viene de fábrica. No es por voluntad. No. Es porque no podemos evitarlo. No va a seleccionar la naturaleza a una especie que elija vivir cuando le apetezca. Vamos. Imposible.

      Madre mía

      Sorry

      Les aseguro que no soy tonta del todo. Les aseguro que algo he entendido, pero quizás no haya sido lo suficiente.

      Ya no digo nada más
      Me limitaré a leerles. Aprendo un montón.

      No se enfaden. Tomenme como a la tontica de la clase.

  • M. Luisa

    La novedad  en el estatuto antropológico que presenta Ortega en este estudio es muy interesante  porque muestra la inquietud  y la preocupación  que se produjo en los  siglos XIX y XX a raíz de la efervescencia científica para buscarle a la especie humana su lugar propio en el mundo.

    Ahora bien, pienso que es un error abandonar el instinto  humano como momento primario del conocimiento  porque como ya apunté el otro día hablando con Isidoro, el instinto por ser humano es a la vez intuitivo  y aquí ya su función no es meramente orgánica sino que en ella va incluida otra  función, la de aprehender algo otro. Digo esto porque  llama la atención que Ortega  el concepto de “vitalismo” en el que de algún modo  resume todo su pensamiento  no diferencia entre el uso filosófico y el uso biológico del término.

    Leo en un lugar que dice :   el hombre vive porque quiere, porque decide autocráticamente vivir, pero entonces esta decisión, este acto de voluntad de dónde le viene sino de un previo acto  de conciencia?

    Por otro lado si empleamos el vocablo pensar  no en sentido estricto y riguroso sino vulgar sería falso decir que es la vida lo que nos fuerza a pensar sino que es la intelección la que nos fuerza a vivir pensando….en fin lo dejo aquí porque ya es muy tarde…Buenas noches!

  • Román Díaz Ayala

    Se habla hoy de reintegrarnos en la naturaleza, en una vuelta que se entiende como una reconciliación con ella ( el Paraíso perdido) pero también se habla de todo lo contrario; de llevar la tecnología más allá, en una perspectiva de que no existen límites para el ser humano. La ciencia y la tecnología nos transformarán  hasta genéticamente: la transhumanización.

  • ELOY

    Hola Oscar, me parece que pueden complementar esta inicio del curso algún dato circunstancial sobre el texto de Ortega.

    El texto de Ortega proviene de un curso dado en la Universidad de Verano de Santander en 1933, al que se refiere el propio Ortega en el Prólogo, fechado este en Buenos Aires, el 27 de Octubre de 1939.

    Y eso encuadra el texto entre dos fechas, en distintos momentos de la Historia de España, que quizá no sabemos, quizá sí, quizá no, si de alguna forma han afectado al contenido original.

    Por otra parte el texto que manejo, reimpresión de 2004, del texto aparecido en 1939, edición de Espasa Calpe,  y posteriormente editado en 1982 , en la Primera edición de sus obras completas.

    Va acompañado de una Nota Preliminar  y de una Introducción bajo el título ¿ Qué es la Técnica? , sobre la que , en nota a pie de página se dice: “Esta Introducción apareció manuscrita entre los papeles inéditos de Ortega (…) “.

    Esta Introducción costa de 7 páginas escasas en el libro de bolsillo que manejo.

    Gracias Oscar por tu incansable labor.

    Un abrazo.

     

    • oscar varela

      Hola ELOY!
      Creo entre esas dos fechas (1933 – 1939) esta la publicación en el Diario argentino LA NACIÓN, que es donde siempre escribió Ortega “para poder alimentar a su familia”.
      Ver en anterior (0/12) ítem 5- El Volumen (cabal e irónica advertencia del Autor)
      donde se lee:

      “— Tal y como fueron pronunciadas estas lecciones aparecieron en La Nación, de Buenos Aires, segmentadas mecánicamente en artículos domi¬nicales.
      … Yo esperaba, para publicarlas … Pero veo que los editores fraudulentos de Chile recortaban de La Nación estas informales prosas mías y formaban con ellas volúmenes…

      Abrazo.

  • Jose Antonio Pastor M.

    Voy a empezar mi opinion con la teoría de la evolución y las dos corrientes mas importantes que han influido en ella.
    El Lamarckismo, que se basaba en dos ideas, cambio adaptativo y herencia de los rasgos adquiridos durante la vida del individuo.
    Medio siglo más tarde, aparece la selección natural de variaciones aleatorias, introducida por el Darwinismo, teoría que llega a desplazar al Lamarckismo hasta el día de hoy, a pesar de sus errores. Actualmente esta teoría vuelve a tomar fuerza a través de la epigenetica y voces tan importantes como el bioantropologo Máximo Sandin, quien dice “El Dawinismo convirtió la biología en una visión sórdida y cruel de la vida”

    El ejemplo clásico es el de como evolucionan las jirafas hacia la adquisición del cuello largo. Esta adquiere esa característica para alimentarse que es lo que vemos, ( fenotipo).
    Lamarck nos dira”La jirafa solo tiene que estirar el cuello para evolucionar” Darwin dirá esto otro “En el medio ha habido una variación y solo han quedado las mas aptas, las de cuello largo que son las que llegan al alimento”

    Bueno en el hombre como parte de la naturaleza podríamos hablar de la vida del hombre desde estas dos visiones.
    Desde una postura Lamarckista que yo relaciono con lo que se cuenta en este texto, donde hablamos de la libertad del hombre para vivir. El hombre solo tiene que tener la libertad y voluntad de querer algo que necesita para poder alcanzarlo. La voluntad y libertad son parte de su yo. Esto me recuerda al voluntarismo Franciscano donde la voluntad esta por encima de la inteligencia ( podríamos decir que incluso de los procesos inteligentes que nos llevan a la técnica). Es un hecho ad intra.
    Ahora podemos enfocarlo desde el punto de vista Darwinista. Hay un hecho externo a mi ad extra que condiciona y crea unas circunstancias que hace que el individuo mas adaptado a ese medio sea el que sobrevive. Ya tenemos las dos teorías, relacionadas con el yo y mis circunstancias. El darwinismo para mi no explica muy bien porque hay individuos que no cumplen esta premisa. Hay hombres y mujeres cuya voluntad han permitido el querer vivir y llegar a vivir, ademas no siempre se concreta muy bien que es ser mejor o peor adaptados.

    Pero hasta ahí llega la biología.. Porque la pregunta es ¿de donde surge esa voluntad y ese querer vivir?

    La filosofía nos daría muchas respuestas pero la teología nos dirá también algunas cosas interesantes. Nos dice por ejemplo que esas ganas de vivir surge del espíritu que es Señor y dador de vida que procede del padre y el hijo y ese espíritu es Dios, que nos ha creado con amor y por tanto nos ha dado esa inercia que es el hecho de querer vivir. Y aquí viene algo muy importante, que el hombre también tiene la posibilidad de ser co-reador. Por tanto el hombre tiene la voluntad de querer vivir con lo que encontramos en nuestro ambiente y circunstancias con lo que decimos y sentimos que necesitamos.

    Ademas podemos manipular esa naturaleza y esa materia para crear cosas no solo para nuestra supervivencia si no también con la posibilidad de nuestra extinción. Pero aquí surge que esta posibilidad de creación, de cocreacion nos lleva inexorablemente a la ética y responder a esta vida de caos que es el mundo. Como dice mi admirado Jose Maria Castillo sobre Jesús y los evangelios, yo me haría las siguientes preguntas: Esto creado por mi llamado técnica,
    ¿Posibilita sanar y curar la enfermedad de los hombres y mujeres de este mundo incluidos los pobres? ¿Posibilita la alimentación compartida de todos los hombres y mujeres incluido los pobres? ¿Posibilita las relaciones humanas de fraternidad y sonoridad de los hombres y mujeres de este mundo y los pobres?

    Parece que la materia viva que compone la estructura del hombre-mujer tiene la posibilidad de perpetuarse a través de manipular la materia, cocreando y posibilitando también no solo la supervivencia sino la extinción de la especie Homo Sapiens Sapiens.

    Entonces ¿Qué es la técnica?
    Para mi es un acto libre, voluntario y etico que tiene el hombre para poder transformar su yo y sus circunstancias para vivir por el hecho de querer vivir.

    • oscar varela

      Hola José Antonio!

      1- Lo de Lamarck y Darwin es interesante.
      ¿Conoces “DE LA AMEBA AL MONSTRUO PROPICIO”
      Raíces naturalistas del pensamiento de Ortega y Gasset
      [Tesis de Manuel Benavides Lucas en la Universidad Autónoma de Madrid – 1986]?

      2- Te leo:
      “La filosofía nos daría muchas respuestas pero la teología nos dirá también algunas cosas interesantes”

      Solo me remito a lo que le recién le dije a Antonio Duato.

      Gracias y Abrazo!

      • oscar varela

        José Antonio!
        Te dije que lo de Lamarck y Darwin era INTERESANTE
        y te remití a una Tesis, que en su Introducción, entre otras cosas dice
        (ayudando a situar históricamente esto de la Técnica):

        “Hasta 1929 la mayoría de los naturalistas creyeron en la eficacia de mecanismos antidarwinianos como el lamarckismo, el vitalismo y la ortogénesis. Pero en una conferencia celebrada en Tubinga en 1929 se produjo un desacuerdo total entre naturalistas y genetistas, y en el decenio siguiente la situación habría de cambiar drásticamente.

        Para Ortega ya en 1924 en «Ni vitalismo ni racionalismo» su fe en el vitalismo había comenzado a resquebrajarse. Allí rechaza explícitamente el concepto de entelequia, nervio del vitalismo de Driesch, y en ese mismo año («Vitalidad, alma, espíritu») introduce el concepto de excentricidad, —tomado, sin duda, de Plessner—, con el que se rompe el plácido acomodo del hombre con su circunstancia, extrapolación incauta de la «centralidad» del animal con su Umwelt (circunstancia) de Jakob von Uexküll

        Los sucesivos abandonos de Ortega, las cesuras de su pensamiento fueron debidas no tanto a la influencia, —externa, por lo demás—, de otros filósofos, cuanto a los cambios de paradigma científico, especialmente de la biología, a que hubo de asistir en su vida: darwinismo, eclipse del darwinismo por obra del mutacionismo, del mendelismo y del vitalismo, síntesis moderna.

        Ortega abandona su idealismo y objetivismo juveniles para dar paso al perspectivismo, al raciovitalismo y a la nueva relación de equilibrio entre el sujeto y el objeto, no debido a la influencia determinante de un pensador particular, sino como resultado de la reflexión progresivamente madurada sobre la relación del hombre con su circunstancia, surgida, a su vez, de las reflexiones de Von Uexküll sobre el mundo circundante de los animales.

        Al ver minado poco a poco el vitalismo por formas pintorescas de evolucionismo —Klaatsch, Westenhöffer, Dacqué—, modera sus entusiasmos vitalistas hasta abandonar del todo la imagen del hombre acomodado, adaptado, como el animal, a su mundo o circunstancia.

        A partir de 1932 el lenguaje cambia radicalmente:
        1- el hombre no coincide con su circunstancia, es un centauro biológico, un animal inadaptado que escapó de la naturaleza, un ser indigente.
        2- Es el momento en que comienzan a desplegarse sus reflexiones sobre la técnica y la historia:
        3- el hombre, a diferencia del animal,
        – no tiene naturaleza, sino historia;
        – no tiene un mundo o circunstancia, sino que,
        – a través de la técnica, tiene que crearse su mundo
        (es un fabricante nato de universos).

        Si el vitalismo ahora abandonado soslayó por irrelevante la cuestión del origen de los organismos, la nueva situación recupera la preocupación por el mismo. Largas y sostenidas hubieron de ser sus meditaciones sobre el origen del hombre, dados los sucesivos esbozos del mito que a este propósito traza hasta ofrecerlo plenamente desarrollado en El mito del hombre allende la técnica (1951). En su elaboración se dan cita Klages, Lessing. Köhler, Bachofen, Dacqué y Goldschmidt, y en él se concilian las ideas que venían trabajando el pensamiento de Ortega desde el abandono del vitalismo:
        – el hombre es un animal inadaptado, dotado de fantasía, creador de técnicas, oriundo de los pantanos, cambiante y, por tanto, histórico.

        Buscar las raíces del pensamiento orteguiano en el estado propio de las ciencias de su tiempo (biología, psicología animal, física, matemática, etnología, historia) significa entroncarle con los más altos momentos de la filosofía occidental;
        – aquellos en que la reflexión, adueñándose de los resultados alcanzados por una revolución científica, elaboró conceptualmente una nueva visión del mundo, que afectaba por igual a la metafísica, a la teoría del conocer, a la ética, a la estética y a una teoría general del hombre.

        – La diferencia con otros grandes pensadores del pasado radicó en el hecho de que, así como aquellos no asistieron a crisis o cambios de paradigma de las respectivas ciencias a lo largo de su existencia —la matemática y la biología griegas, la física galileana, la mecánica newtoniana—, las cuales firmemente establecidas, gozaron de buena salud durante siglos o aparecieron a los ojos de aquellos como conquistas definitivas.

        – Ortega tuvo que asistir a profundas mutaciones de la teoría y metodología biológicas y a la crisis general de fundamentos en las ciencias señeras, como oportunamente registró en sus últimos escritos. Puede mostrarse documentadamente que su pensamiento osciló no tanto al compás de la incidencia de determinados pensadores, cuanto al de las distintas hipótesis naturalistas y al de las crisis de fundamentos de las ciencias.

        De este modo su pensamiento aparece en su plena autonomía, y no como una mera regurgitación epigonal de filosofías foráneas, por muy ilustres que éstas sean”

      • Jose Antonio Pastor M.

        Gracias, gracias por el enriquecedor comentario. No conozco “DE LA AMEBA AL MONSTRUO PROPICIO”
        Raíces naturalistas del pensamiento de Ortega y Gasset. Voy a buscarlo por internet (la técnica) y conocer esta faceta de Ortega. Nuevamente gracias. Seguimos con el taller.

    • Isidoro García

      Las peculiaridades de la naturaleza humana, entran en círculo vicioso, repleto de hipótesis contradictorias y dialécticas, si no las enmarcamos en un modelo más adecuado de la realidad.

      En resumen hay dos grandes hipótesis, que se revelan insuficientes. La primera la naturalista clásica, que intenta explicar al humano, como animal, superior, pro animal. La segunda es la maravillosista, o trascendente, en la que entra el mundo sobrenatural extra-Universo.

      Yo creo, que la hipótesis mas adecuada es la naturalista compleja o emergente.

      La hipótesis naturalista clásica, está basada en el darwinismo clásico, que tiene como ejes:
      -la aleatoriedad de los cambios en la naturaleza de todos los seres vivos, incluidos los del humano.
      -una psicología humana clásica, en la que impera la voluntad y la racionalidad humana.

      La hipótesis darwiniana clásica, (sin desmerecer en absoluto, el inmenso papel científico y precursor de Darwin), tiene claras deficiencias, y por eso, surgieron hipótesis intuitivas que la contradecían, como los neolamarckismos, y los vitalismos, de Bergson y otros.

      Lo que sucede es que al no disponer aún de ideas para justificar científicamente dichas hipótesis, esas ideas intuitivas, no podían demostrar su idoneidad, y además caían en arbitrismo personalistas, propias de toda especulación en el vacío, o sea sin apoyos firmes donde sostenerse.

      No olvidemos que no fue hasta 1953, cuando se descubrió el ADN y las teorías de la complejidad, empezando por Prigogine, y sus estructuras disipativas, son de 1967.

      Según esta teoría, existe una Ley general de la complejidad del Universo en el mundo de la vida, (del mismo rango e importancia que las leyes de la Gravedad y de la Entropía de la energía, en el mundo inanimado), según la cual, existe una fuerza o tendencia imparable a que en todo sistema vivo, se va produciendo una acumulación paulatina de información y complejidad.

      El primer ser vivo surgió, cuando a una molécula orgánica compleja, además de las leyes químicas, (normales en lo inanimado, mediante interacción de electrones), se le unió una subrutina de información emergente, que le proporcionaba una alternativa de comportamientos, que era adecuada para su mantenimiento. (Era adecuada, porque si era inadecuada, la molécula se desintegraba y desaparecía).

      Paulatinamente fueron añadiéndose nuevas sub-rutinas, y hasta aquí han llegado las aguas.

      Esa fuerza universal es el “élan vital” preintuído por Bergson, algo así como el “empuje a la vida” o la vida abriéndose paso a través de la materia.
      Y de ahí viene todo lo demás.

  • Antonio Duato

    Veo que ya Eloy ha sacado en este primer escalón del curso todo lo referente a la alienación que se produce al separarse de la naturaleza y al apropiarse por dominio de los medios técnicos del trabajo de los demás. Si vamos tan aprisa no vamos a sacar provecho de la manera mayéutica con que Ortega procede en sus lecciones. Lo que aquí viene a decir es una perogrullada: el ser humano es capaz no solo de acomodarse y aprovecharse de la naturalez sino de transformar la naturaleza exterior a él (su circunstancia), por medio de técnicas inventadas (o descubiertas) por él, para crear una sobrenaturaleza.  Me ha gustado el empleo de esa palabra en un sentido tan distinto del empleado por la teología.

    Hoy se habla mucho de que nos reintegremos en la naturaleza, dejándola totalmente libre de intervención humana transformadora. Pero esto es como imposible. Tanto ha transformado la especies homo, y sobre todo el homo sapiens, su entorno y ambiente, que casi es imposible distinguir entre natural y artificial. También la vida ha sido factor transformador-creador de la tierra. Pero se supone que las otras especies (incluidos los virus) transforman de manera natural, siguiendo pautas de evolución o instintos. Y lo que hacen los humanos ¿no es también natural, siguiendo la evolución de la inteligencia técnica que es distintivo de la especie homo sapiens, como el cambiar el fluir de los ríos es distintivo de las especies castor?

    • oscar varela

      Hola Antonio!
      Te leo:
      ” Me ha gustado el empleo de esa palabra (SOBRENATURALEZA) en un sentido tan distinto del empleado por la teología.”
      ………………
      Así es. La “Teología” -trata sobre un “ser humano” del que no hay rastros de que haya existido: el “creado” por Dios. Creado “SOBRENATURAL”, que se auto-despilfarró con el Cuento del Pecado Original. Su “objeto” es un ser “caído” de lo sobre-natural.

      Nada que ver con el “ser humano” que ha de encargarse la “Filosofía”, que es el que hallamos a la vuelta de cada esquina de nuestro Barrio-Mundo. Un ser-histórico.

  • ELOY

     
    Muchas gracias ana rodrigo
     
    Me parece bien tu planteamiento, pero en este caso concreto, me pareció oportuno hacer la nota a pie de página justificando mi opción.
     
    ¿Porqué?  Por facilitar las citas de autores de otros siglos, sí, pero no solo.
     
    Sino, fundamentalmente porque la realidad es que en el texto que he escrito “hombre”, equivale claramente a “ser humano“;  sin que se aplique ninguna adjetivación, ni cualidad distinta a varón y hembra, es decir a “hombre” y “mujer”. 
     
    Porque a lo largo de todo el texto es el  ser humano, el sujeto de referencia. Gracias.
     

    • ana rodrigo

      Hola, Eloy, si la palabra hombre significa ser humano, siempre será mejor esta expresión inclusiva, sin que suponga la manipulación del texto original (los autores pensaban en el ser humano), y el uso genérico de la palabra Hombre como si se refiriese también a mujer en estos tiempos a la sensibilidad femenina ya no lo considera aceptable; yo sí me identifico en la expresión ser humano y no me veo en la palabra hombre.
      Tod@s sabemos que el lenguaje está vivo y lo vamos creando constantemente.
      Un abrazo grande y gracias a ti por leerme.

  • Román Díaz Ayala

    para Ortega hay una técnica, la propiamente dicha según su planteamiento, que es específica del ser humano; es decir no solo modificamos nuestros “comportamientos” para poder seguir viviendo, sino que modificamos “el entorno” , cambiamos las circunstancias y la naturaleza para sacar provecho de ello. Con los humanos “lo natural” se hace “artificial”. Hacemos un uso instrumental de la naturaleza, igual que la escritura se basa en un uso instrumental del lenguaje.

  • ana rodrigo

    Yo voy a leeros todo lo que escribáis y a aprender, porque veo un nivel que yo no creo que alcance.

    Sólo voy a ser un poco impertinente, como siempre que hablo de este tema, y es que aunque Ortega, Hegel o Marx utilizasen el término hombre y hombres para referirse a los seres humanos, estoy segura que, si viviesen ahora, se adaptarían a las “circunstancias” de que la mujeres no somos hombres y dirían seres humanos. Dicho con todo el cariño, pero la impertinencia siempre es lo que es, y pido perdón por ello.

  • ELOY

     
     
     
    ORTEGA. – CURSO DE ATRIO
     
    Hola Oscar
     
    Me voy a fijar en algunas frases o palabras “circunstanciales” , es decir que forman parte de una explicación, pero que, si nos fijamos, encierran conceptos sustanciales.  (1)
     
                                    I) UNA PRIMERA ALIENACIÓN
     
    En el destilado inicial
     
    Esto puede hacerlo porque no se identifica con su circunstancia y con sus necesidades, sino que puede distanciarse de ellas y «ensimismarse», para inventar y crear procedimientos y nuevas formas de actuación. ”
     
    Primero En este texto se describe un proceso: de separación, es decir de “alienación”   
     
    El hombre que desde el principio forma parte de la naturaleza, llega un momento en que toma conciencia de sí mismo (“se ensimisma”) y contempla la naturaleza que lo rodea (“su circunstancia”) tras un proceso de distanciamiento de ella;  es decir logra separarse de la naturaleza y la contempla desde fuera, desde sí mismo.
     
    Ese separarse de la naturaleza, supone una “alienación”, (en términos de Hegel y Marx) una primera alienación.
     
                                    II) UNA SEGUNDA ALIENACIÓN
     
    En el texto principal:
     
    De donde resulta que estos actos modifican o reforman la circunstancia o naturaleza, logrando que en ella haya lo que no hay —sea que no lo hay aquí y ahora cuando se necesita, sea que en absoluto no lo hay. Pues bien; éstos son los actos técnicos, específicos del hombre. El conjunto de ellos es la técnica, que podemos, desde luego, definir, como la reforma que el hombre impone a la natura­leza en vista de la satisfacción de sus necesidades. ”
     
    De modo que, ya desde fuera el hombre vuelve a la naturaleza (su circunstancia)  para relacionarse con ella , para utilizarla, para transformarla. Es decir deja de estar “ensimismado” y separándose de sí mismo vuelve a la naturaleza: Se trata de una segunda separación , es decir de una segunda alienación.
     
    Y en esta acción de relación con la naturaleza, que supone esfuerzo, que es  trabajoso, que constituye el trabajo, el hombre transforma la naturaleza y se   transforma a sí mismo: se realiza:
     
                                III) LA REALIZACIÓN EN EL TRABAJO
     
     De modo que en una primera percepción el hombre (ser humano) se realiza. en el trabajo.
     
    Esto sucede, en general en el trabajo artesanal, cuando el hombre trabaja para sí mismo y percibe el resultado de su obra como fruto propio.
     
    Pero en los sistemas de producción de las sociedades modernas, en que el hombre trabaja sujeto a fines que no le son propios, sino sólo, subordinadamente, para fines de otros en el que el ser humano singular, la persona,  percibe un salario, y no satisface sus propios objetivos en el trabajo que realiza, sino que obtiene un dinero para satisfacer sus necesidades vitales u otras, resulta que no se realiza el hombre es el trabajo, sino , en todo caso fuera del trabajo.
     
    El trabajo en tales circunstancias resulta “desrealizador del hombre“, resulta “alienante”, en el sentido que separa al hombre de sus propios fines de su propia realización.
     
    Modificar esas circunstancias de trabajo, humanizándolas, será el objetivo a conseguir  para que la personas humana pueda realizarse en el trabajo.
     
                                         IV – HEGEL Y MARX
     
    Hegel considera que en el trabajo el hombre consigue el “perfeccionamiento de su cuerpo y de su espíritu” (2) , es decir se realiza como persona.
     
    Por eso dice Carlos Marx (3) “c Hegel entiende el extrañamiento, respecto de sí mismo, la enajenación esencial , la desobjetivación y desrealización del hombre, como un ganarse a sí mismo. En resumen, aprehende (dentro de la abstracción) el trabajo como “acto generador” del hombre, el relacionarse consigo mismo, como un ser extraño, como “conciencia genérica y vida genérica” en devenir.
     
    El trabajo aparece en Hegel como “acto generador del hombre“. .
     
    Tanto para Hegel como para Marx (4) el trabajo productivo ocupa un lugar central entre las actividades humanas . Pero hemos de car notar que Marx no se refiere tanto al trabajo en general , sino al trabajo en las en la situación histórica en la que vivía, y advertía: ” No nos coloquemos  (…) en una imaginaria situación primitiva”, y dice tambien: “Nosotros participamos de un hecho económico actual” y sigue: “El obrero es más pobre  cuanto más crece su producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuanta más mercancía produce. La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no solo produce mercancías; se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en que produce mercancías en general.
     
    Este hecho, por lo demás, no expresa sino esto: El objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser extraño, como un poder independiente del productor (…) el producto  es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su objetivación. (…)
     
    Y sigue diciendo: “Hasta tal punto aparece la realización del trabajo como desrealización del trabajador, que este es desrealizado hasta llegar a la muerte por inanición”
     
    El trabajo supone para Marx “desrealización humana“, desrealización que aparece unida con la alienación, porque para Marx , estas consecuencias están “determinadas por el hecho de que el trabajador se relaciona con el con el producto de su trabajo como un objeto extraño” y “la enajenación del trabajador en su producto significa no solamente que su trabajo se convierte en un objeto extraño” y “la enajenación del trabajador en su producto significa (…) que se convierte en un poder independiente de él; que la vida que ha prestado al objeto se le enfrenta como una cosa extraña y hostil”.
     
     Para Marx, el trabajador realza su trabajo sobre y con la naturaleza, y así la naturaleza es el “medio de vida del trabajador  y ofrece “medios para la subsistencia del trabajador mismo, es decir víveres“.
     
    De modo que destaca Marx dos aspectos importantes: 1) la realización del trabajo en sí, que necesita de la naturaleza y 2) como algo distinto, la obtención de “víveres , de “medios de subsistencia” del trabajador mismo. De modo que si bien el trabajador obtiene medios de subsistencia , él , como persona, se desrealiza en el trabajo. Dirá Marx:
     
    Ciertamente el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero para el trabajador chozas. Produce belleza, pero deformidades para el trabajador. Sustituye el trabajo por máquinas, pero arroja una parte de los trabajadores a un trabajo bárbaro, y convierte en máquinas .a la otra parte. Produce espíritu, pero origina estupidez y cretinismo para el trabajador. ”
     
    ================================
     
    NOTA 1. Utilizo la expresión “hombre” como ser humano, hembra y o varón
     
    NOTA 2. Hegel : “Filosofía del Derecho”, Editorial Claridad S.A. . Buenos Aires 1968., pág. 80.  
     
    NOTA 3, Karl Marx “Manuscritos: Economía y Filosofía. Alianza Editorial 1974, pág. 201.
     
    Nota 4. Alonso Olea: “Alienación: Historia de una palabra. I.E.P. Madrid 1974 págs. 104 y 105.  
     

    • mª pilar

      Gracias por estas importantes aportaciones.

      Muy especialmente me ha llamado la atención, por estar totalmente en sintonía con ella, son las de Marx.

      Me siento identificada con ese sentimiento y deseo del autor.

      Gracias Eloy.

      • ELOY

        Gracias a ti Pilar.

        Para hacer una hipotética traslación de algunas de dichas consideraciones a la situación actual fáctica, hará que considerara elementos espacio temporales.
        Marx veía la realidad de su época, los procesos de la industrialización, la falta de normativa laboral que protegiese al trabajador en un régimen de liberalismo, similar quizá al que existe hoy en muchos lugares, en el que el trabajador se ha cosificado, se ha convertido en mera “mano de obra”, se ha convertido en mercancía.
        Convertido “el trabajo” y el “trabajador” en mercancías , la persona se cosifica. Y al trabajador no le queda nada , porque los frutos de su trabajo le han sido comprados, a ínfimo precio de mercado.

        Pueden hacerse muchas preguntas y reflexiones. Pero ahora una muy “pedestre:

        ¿Qué porcentaje de sus beneficios debieran estar obligadas las empresas a repartir, como mínimo, entre todos sus trabajadores a final de año, de forma obligatoria?.

    • Román Díaz Ayala

      Eloy lee el penúltimo punto del destilado: “Esto puede hacerlo porque porque no se identifica con sus circunstancias y con sus necesidades sin que puede distanciarse de ello y “ensimismarse” para inventar y crear procedimientos y nuevas formas de actuación.
      Yo leo del texto:
      …”Lo cual inesperadamente ( con clara referencia a lo que acababa de escribir, el carácter específico de necesidad, de ineludibilidad de aquello que considera como no-suyo,pero que tiene que ser aceptado) nos descubre la constitución extrañísima del hombre, mientras todos los demás seres coinciden con sus condiciones objetivas – con la naturaleza o circunstancias – pero no teniendo más remedio si quiere ser o estar en ella tiene que aceptar las condiciones que ésta le impone.”

      podemos construir nuestros propios discursos sobre los discursos de otros, es legítimo siempre que se tenga la complicidad de que no tratamos de interpretar, sino de sacar conclusiones. La conclusión que yo saco es la naturaleza espiritual ineludible del ser humano, su naturaleza libre, su inteligencia que le caracteriza como “persona”.

      • ELOY

        Gracias Román.

        Parto de dos textos que cito, y los interpreto desde algunas de las perspectivas en que fui instruido en un curso del doctorado el año 1975 en la Universidad.

        No tengo pretensión como comprenderás de desviar nada.

        Además, creo que respondo a las inquietudes que manifestó Honorio Carrasco y a la respuesta de Antonio Duato, en que hablaba de un “marxismo humanista”. Si mal no recuerdo.

        Creo que ni en mi intención ni en mis palabras hay nada que contradiga un enfoque espiritual , al que haces referencia.

        En todo caso, me gustaría, poder completar lo dicho con alguna otra consideración.

        Pienso, puedo estar equivocado, que Ortega, hubo de tener a la vista muchos de los planteamientos de Hegel y Marx , en sus consideraciones de la relación del hombre con la naturaleza.

      • Román Díaz Ayala

        Efectivamente Eloy. El pensamiento de Ortega es tan suficientemente rico, y tenía a su alcance las corrientes filosóficas de la primera parte del Siglo X. Su influencia en generaciones posteriores ( me hablas de 1975) tuvo que ser enorme. En mis años de estudiante era continuamente mencionado y algunos de sus libros de obligada lectura ( vivía fuera de España hasta 1963) Lástima que no te pueda acompañar en tus análisis, pero aprendo y también creo que no viene mal un nuevo repaso al marxismo en las actuales circunstancias, igual que hizo la teología católica en la postguerra (la segunda mundial)

    • mª pilar

      Totalmente de acuerdo.

      Es un deseo y una lucha, que siempre me ha acompañado…dentro de mi pequeño mundo de acción…

      Gracias por responder, me ayuda a comprender mejor los textos que nos presentan… los que si… saben de estos temas.

      Gracias, y un abrazo entrañable.

  • mª pilar

    Gracias Oscar:

    Una llamada a recordar, nuestra manera de caminar y sus posibilidades.

    Promete ser interesante. Gracias por este curso, que nos invita a conocer nuestras posibilidades y su sentido.

  • Román Díaz Ayala

    Tosca aproximación, pero muy orientativa. Nos enfrenta al  proceso de la humanización. Modificamos el comportamiento para poder seguir viviendo y prosperar como especie.

    Compartíamos con otros animales el resguardo de un risco, la blandura de una sombra en los calores, la seguridad de una cueva.

    Compartíamos también la técnica más elemental haciendo de una piedra, un palo, una pajita, un hueso o una cornamenta, un utensilio para llegar de diversas formas al alimento. Nacía la cultura y con ella las diversas formas de reconocernos frente al entorno 8 las circunstancias) pero haciendo de la técnica una prolongación de nosotros mismos.. El filo de una piedra hacía más eficaz el uso de nuestra dentadura, y un madero prolongaba la extensión de nuestros brazos.

    La cultura de la piedra nos resulta útil para estudiar y clasificar el  largo para nosotros proceso  de humanización que lleva al homo  sapiens moderno.

    En unos primeros momentos el lenguaje y su evolución se hicieron una herramienta muy útil, una técnica inmaterial, de progreso humano, y luego el invento de la escritura, cuando ya los hombres se habían vuelto sabios en el sentido de filósofos. La técnica de la escritura se hizo muy común en las muchísimas civilizaciones del pasado, y las que aún sobreviven.

    No hay ciencia sin filosofía, y así la técnica se ha convertido en “tecnología” en momentos más recientes. (No creo que Ortega llegue a usar este término en este trabajo, ya veremos)