La dimensión de lo femenino no es exclusiva de las mujeres, pues tanto los hombres como las mujeres son portadores, cada cual en su propio estilo, de lo masculino y de lo femenino. Tomás de Aquino en la Suma Teológica, ya en su primera cuestión, al abordar el objeto de la teología, dejaba claro que ella puede abordar cualquier tema, siempre que lo haga a la luz de Dios. En caso contrario perdería su pertinencia. Por lo tanto, en esta perspectiva, cabe preguntarse acerca del sacerdocio de las mujeres, realidad que les fue negada en la Iglesia romano-católica. Y considerar las buenas razones teológicas que garantizan su conveniencia.
El llamado “depósito de la fe”, es decir, la positividad cristiana no es una cisterna de aguas muertas. Ella se reaviva confrontándose con los cambios irrefrenables de la historia, como en el caso suscitado por el Sínodo de la Amazonia.
Así, en todo el mundo se verifica cada vez más la reafirmación de la paridad de la mujer, en dignidad y derechos, con el hombre. Comprensiblemente no es fácil desmontar siglos de patriarcalismo que implica disminuir y marginar a la mujer. Pero lenta y consecuentemente las discriminaciones van siendo superadas y, en ciertos casos, hasta castigadas. En la práctica, todos los espacios públicos y las más diversas funciones están abiertas a las mujeres. ¿Vale esto también para el sacerdocio de las mujeres dentro de la Iglesia romano-católica? En las Iglesias evangélicas, en la anglicana y también en el rabinato, las mujeres han sido admitidas en la función antes reservada sólo a los hombres.
Hasta fecha reciente la Iglesia romano-católica, en los estratos de la más alta oficialidad, se negaba a plantear la cuestión, especialmente con Juan Pablo II. Ella quedó rehén de la secular cultura patriarcal, pero no puede convertirse en un bastión de conservadurismo y anti-feminismo en un mundo que avanza hacia la riqueza de la relación hombre y mujer. El Papa Francisco tiene el mérito de plantear las cuestiones pertinentes del mundo de hoy, como la cuestión de la moral matrimonial o el tratamiento a los homoafectivos y a otras minorías.
Como afirmaba aún en el siglo pasado una feminista, A. van Eyde: «El bien del hombre y de la mujer son interdependientes. Ambos quedarán lesionados si en una comunidad uno de ellos no puede contribuir con toda la medida de sus posibilidades. La Iglesia misma quedaría herida en su cuerpo orgánico si no diese cabida a la mujer dentro de sus instituciones eclesiales» (Die Frau im Kirchenamt, 1967: 360).
La minuciosa investigación de teólogos y teólogas del más alto nivel ha demostrado que no hay ninguna barrera doctrinal ni dogmática que impida el acceso de las mujeres al sacerdocio.
En primer lugar, hay que recordar que hay un solo sacerdocio en la Iglesia, el de Cristo. Los que vienen bajo el nombre de “sacerdote”, son sólo figuras y representantes del único sacerdocio de Cristo. Su función no puede ser reducida, como sostiene la argumentación oficial, al poder de consagrar. Se puede decir que toda la vida de Cristo es sacerdotal: se presentó como un ser-para-otros, defendió a los más vulnerables, también a las mujeres, predicó fraternidad, reconciliación, amor incondicional y perdón. No sólo en la última Cena se muestra sacerdote, sino en toda su vida, es decir, fue un creador de puentes y de reconciliación.
La función del sacerdote ministerial no es acumular todos los servicios, sino coordinarlos para que todos sirvan a la comunidad. Por el hecho de presidir la comunidad, preside también la eucaristía. Este servicio (que San Pablo llama “carisma”, y son muchos) puede muy bien ser ejercido por las mujeres como se muestra en las iglesias no romano-católicas y en las comunidades eclesiales de base.
Y habría razones de las más convenientes que fundamentan tal ministerio por parte de las mujeres.
En primer lugar, la primera Persona divina en venir al mundo fue el Espíritu Santo, que asumió María para engendrar en su seno a la segunda Persona, el Hijo encarnado, Jesucristo. El Hijo solo vino después del “fiat” (el sí) de María.
Seguían a Jesús no sólo apóstoles y discípulos, sino también muchas mujeres que le garantizaban la infraestructura. Ellas nunca traicionaron a Jesús, lo cual no se puede decir de los Apóstoles, especialmente del más importante de ellos, Pedro. Después de la prisión y la crucifixión todos huyeron. Ellas se quedaron al pie de la cruz.
Fueron ellas las que primero, en una actitud genuinamente femenina, acudieron al sepulcro para ungir el cuerpo del Crucificado. El mayor acontecimiento de la fe cristiana, la resurrección de Jesús, fue testimoniado en primer lugar por una mujer, María Magdalena, hasta el punto de que S. Bernardo dijese que ella fue “apóstol” para los Apóstoles.
Si una mujer, María, pudo dar a luz a Jesús, su hijo, ¿cómo no va a poder representarlo sacramentalmente en la comunidad? Aquí hay una contradicción flagrante, sólo comprensible en el marco de una Iglesia patriarcal, machista y compuesta de célibes en el cuerpo de dirección y de animación de la fe.
Lógicamente, el sacerdocio femenino no puede ser una reproducción del masculino. Sería una aberración si así fuera. Debe ser un sacerdocio singular, según el modo de ser de la mujer, con todo lo que denota su feminidad en el plano ontológico, psicológico, sociológico y biológico. No será la sustituta del sacerdote. Realizará el sacerdocio a su propio modo.
Vendrán tiempos en los que la Iglesia romano-católica acomodará su paso al del movimiento feminista mundial y con el del propio mundo, hacia una integración del “animus” y del “anima” para el enriquecimiento humano y de la propia Iglesia.
Estamos, pues, a favor del sacerdocio de las mujeres dentro de la Iglesia romano-católica, escogidas y preparadas a partir de las comunidades de fe. Les corresponde a ellas darle una configuración específica, diferente de la de los hombres.
*Leonardo Boff es teólogo, filósofo y ha escrito con Rose-Marie Muraro, Femenino-Masculino: una nueva conciencia para el encuentro de las diferencias, Record, 2010.
Traducción de Mª José Gavito Milano
No que a alguien le interese lo que haga, pero leo esteas primeras líneas y lo dejo porque la contradicción me parece demasiado obvia aunque Boff parece no estimarla:
«La dimensión de lo femenino no es exclusiva de las mujeres, pues tanto los hombres como las mujeres son portadores, cada cual en su propio estilo, de lo masculino y de lo femenino.» (Enfasis añadido).
Si cada cual la porta en su propio estilo ambas son respectivamente exclusivas y el hombre que intente «leer» dicha condición en la mujer, aún entonces la leerá distorsionadamente como ocurre a la mujer que intente lo contrario.
Más aún, los especialistas parecen cada vez más concluyentes al afirmar la interpretación de que el hombre que maltrata a una mujer, sea su cónyuge, compañera de andadura o lo que sea, solo padece la alucinatoria psicosis de matar a su propia feminidad porque la teme como a lo peor, o sea porque en el fondo yace también, aunque no la única, como causa su homofobia aprendida. Uno de los campos más contribuyentes a la posibilidad de esta interpretación es el estudio de la violencia de las cárceles que, por necesidad legal al menos, solo son de hombres o de mujeres y no combinadas.
Así, quede claro, que no le atribuyo nada a la mujer que no atribuya al hombre en términos de limitación o de capacidad. Pero del mismo modo que no hace mucho Boff publicaba la indispensabilidad del padre en el hogar, sabiendo (no es posible que lo ignore) el número incontable de ocasiones que en el pasado y en el presente los padres se hayan abstenido de hacer biennotable que su mujer, generalmente también la madre de sus hijos, es de su propiedad como la cachimba que utiliza para fumar, es muy difícil determinar si ha sido más o menos maligno que el hombre funja como padre mientras no cambie su función como marido, esposo, cónyuge, etc. La una no puede separarse de la otra y, desde luego, tiene que cambiar la complicidad de la madre en perpetuar la homnofobia si y cuando sea cómplice consciente o no de ello.
Cuando mi universo se derrumbó hace ya bastantes años, no es cierto, repito, cuando fui lo suficientemente lúcida como para empezar a entender que ese universo en el que vivía podía llegar a destruirme, pues decidí luchar. Todavía no entiendo de dónde saqué fuerzas. El resultado ha sido estupendo no solo para mí sino para toda mi familia.
Bueno , pues mi hermana, la que había muerto obviamente no, la otra porque el resto son varones, me mandó a un psicoanalista de su ciudad. Fui cuatro semanas, es decir, cuatro sesiones de una hora.
Me dijo al final. Tienes problemas , verdad? La gente no entiende nada, verdad? Parecía brujo. Pues creo que los tengo todos, le dije. Y entonces me dijo algo que no había oído nunca y que no paro de darle vueltas y no logro entender del todo.
Me dijo: tu parte masculina y femenina están igualadas. Como vio que iba a decirle alguna cosa, se adelantó. No, no me refiero a lo que estás pensando. no es eso, no . Es tu estructura mental, tienes rasgos tanto de hombre como de mujer. Y me enumeró una serie de características de las dos estructuras mentales.
Y yo no dejo de preguntarme. Estructuras mentales diferentes? Quién lo ha dicho?
Ese es el problema. Ese. No somos diferentes. No a ese nivel. Al físico por supuesto y viva la diferencia, que dicen los franceses. Pero mentalmente? A lo mejor es que los estereotipos del hombre y la mujer están tan arraigados en nuestra cultura que incluso los psicoanalistas los dan como ciertos.
A ver si no hay que tener fuerza para luchar contra eso. Pero las mujeres somos corredoras de fondo. Podremos llegar a convencer a la misma psiquiatría que ese concepto es agua pasada.
Apostamos?
Un saludo cordial.
Y adoro a ese señor, me salvó la vida.
Te leo:
– “Podremos llegar a convencer a la misma psiquiatría”-
Te digo:
¡No solo a la psiquiatría!
……………………..
Llevará un tiempito,
el que alargaremos
o acortaremos
según funcionen
ovarios y huevos
sociales!
Bueno, pues hasta ha salido, LA PREDESTINACIÓN tan cara a las columnas de esa iglesia misógina y andropocéntrica, Saulo el converso y Agustin de Hipona. Uno, echando mano cada dos por tres del clásico “Está escrito” y escogido por Dios desde el vientre de su madre y el otro, remachando las bobadonas del primero, privando al ser humano de libertad y por tanto de responsabilidad por sus actos, puesto que si había que cumplir un guión preestablecido. no somos más que marionetas.En fin, dos versiones de un dios lamentable.
La inconveniencia de todo sacerdocio.
Fin de la cita, diría Rajoy.
¿Quién como mujer soy yo para decir que las premisas de las que se parten estructuran un mundo que nada tiene que ver con la Realidad de la que, sin embargo, extraen enseñanzas doctrinales y se autootorgan el conocimiento y autoridad sin fisuras venidos directamente de lo que llaman Dios?
Me pregunto, qué cosmovisión es ésta en la que se excluye la gran mayoría de la Humanidad, y a las mujeres en su totalidad:
-Lo que llamamos sagrado está en todos. No lo reduzcamos tan banalmente. -—-Dónde está el Amor que tanto anhelamos y al mismo tiempo apartamos¿?
– La persona que no se acepta tal como es, y no entra en su propio infierno, es incapaz de amar plenamente a los demás.
-Lo que resuelve de modo engañoso poniendo vetos en su contra. ¿Dónde está Jesús ahí? Desaparece.
-Jesús acoge a todas las personas. Resulta contradictorio que instituya precisamente aquello que toda su persona denuncia.
-La traición a Jesús sigue actuando. Se sigue al mismo tiempo ignorando. El mundo es el que es, no por casualidad.
Cambiemos de tema, porque éste no nos lleva a ninguna parte que no hayamos sufrido duramente, unos muchísimo más que otros, sus consecuencias.
El mundo no se viene abajo por más que se resistan y nos hagan creer que sí. No dependemos de sus miedos a perder hegemonía y poder, sino de los nuestros.
No dejemos que nos los fabriquen más y retroalimenten con sutilezas. Dejémosles en su mundo.
Y cuando quieran ver, verán. Jesús sigue siendo el mismo.
Querida Asun, hubiese pensado que supierad la respuesta a tu pregunta inicial, al afirmarte «como mujer». Un abrazo
Es muy sencillo, Luis. Crees que tienes que compartir todo lo que dice la ortodoxia de la iglesia. El día que te des cuenta de que esa ortodoxia defiende intereses , únicamente intereses, no sufras demasiado .
Y estas convencido de que el varón y la mujer tenemos categorías humanas distintas. A la mujer sencillamente se la posee, es una posesión más del varón . Eso sí, profundamente respetada, como su posesión más valiosa. Espero.
En fin.
Mucha suerte. La vas a necesitar. Porque al final de nuestra trayectoria vital es cuando en realidad hacemos nuestro propio juicio final. No sé si lo hará dios, espero que no, pero en todo caso lo hará después del nuestro propio.
Y, recuerda, te juzgarås a ti mismo por tu capacidad de amar. No por tu capacidad de controlar. Lo dijo san agustín. Y si el lo dijo, será cierto. No?
La paz Carmen, a mi juicio la Iglesia no me “dice”, me enseña a Jesucristo. No olvides que estoy en una Iglesia de la carne, la misma Iglesia de Ireneo, Justino, Agustín, de Tomás de Aquino etc. ¿Cuál es la diferencia? ¡Que difícil resulta hoy AMAR a la Iglesia! Todos moriremos, pero la Iglesia seguirá existiendo hasta el final de los tiempos. Y esto no me da sufrimiento. Yo no creo que Rhaner, Congar, Lubac, Guardini, Balthasar Pozo, Royo Marín, Lagrangue, etc hayan sufrido estando en “esta” Iglesia. Y a pesar de todo, NUNCA la abandonaron.
El mismo Nemann sufrió desengaño cuando conoció a los santos católicos y estudió a los Padres de la Iglesia UNA e indivisa.
Ni la Iglesia ni sus pastores son puro espíritu. No existe el angelismo en la estructura de una Iglesia de la carne. Tu visión sobre el hombre y la mujer, no se ajusta a mi pensamiento. Yo no he dicho que existan categorías distintas entre la mujer y el varón. Ambos son valiosas, somos imagen y semejanza de Dios, y no olvido que en el “otro” está Cristo. Ambos merecen respeto, sobre todo con el más débil.
Carmen, todos necesitamos de “algo”, nadie está COMPLETO ( a).Al final de nuestra existencia, no sabemos lo que viene, pero al menos no pierdo la esperanza de encontrarme con Aquel que no pude verlo aquí en la tierra. Esa es mi esperanza que me hace vivir y estar alegre con toda mi historia.
Saludos
Ok. Me alegro.
Y si . Ambas son valiosas. Me alegro leerte decir eso.
Da igual que no tengamos la misma idea acerca de , pues de muchas cosas. Si te va bien, adelante. A veces me da la impresión de que juzgas duramente a los sacerdotes que dejaron el sacerdocio por tomar mujer. Me disgusta la expresión, pero a lo mejor es normal por tu tierra. No sé.
Prefiero pensar que lo hacen por amor.
Y cuando tienes cerca de ti personas homosexuales, te das cuenta de que no es que no hay diferencia con las hetero, es que si no te lo dicen, ni te enteras.
Creo que la iglesia tiene que cambiar determinadas leyes y consignas internas. No entiendo esa intransigencia porque hace sufrir a muchísimas personas muchísimo. No lo puedo entender. No me refiero a ti. Me refiero a los que indican las pautas de actuación.
Por supuesto que paz.
Y adelante con lo que creas. Si te va bien,por qué vas a cambiar?
Tú sabrás.
Un abrazo
A ti también Carmen, deseo de todo corazón que te vaya bien en todo. Al decir “bien” no estoy diciendo que no tengas ningún tipo de sufrimiento, y de rechazar la cruz para estos tiempos. No conozco tu historia y tú tampoco conoces la mía, pero ambos necesitamos del amor y de la misericordia de Dios. Y ambas son valiosas porque Dios nos quiere como HIJOS.
A mí también a veces me da la impresión, que se “juzga” muchísimo al clero cuando ellos se pronuncian en el tema del celibato, la homosexualidad, unión del mismo sexo etc.
Por ejemplo, al pobre Rouco le han dado de alma, así a otros muchos y no paran. ¿Qué culpa tienen ellos de ser pastores? Como dice el Maestro: “A quien mucho se le dio, mucho se le pedirá”. Además ya estamos todos para morir, nos miramos en el espejo, contemplamos nuestras manos y nos damos cuenta que están totalmente arrugadas, estamos camino al dormitorio, o sea al cementerio. Me pregunto ¿hasta cuándo juzgar? Me incluyo. Ya no hay tiempo para eso.
He leído cientos de historias de hombres que a pesar de que la Iglesia fue dura con ellos, se mantuvieron en la OBEDIENCIA.
¿Será que ellos veían a la Iglesia con los ojos de la fe y nosotros con la razón? A veces pienso que deseamos una “reforma” no de justicia, sino de “venganza”.
En fin, solo el Maestro conoce lo más secreto de nuestro ser.
Saludos a todos los que te rodean, que junto con mi familia me voy a ver la final entre Brasil y Perú. Hablando de este deporte, escuché en la radio que a nivel mundial, el deporte ha movido 411 mil millones de euros. Si ese dinero lo invirtiéramos en los más necesitados del planeta, sería otro mundo. Y no hablo de las armas. Pero ese es nuestro mundo, y Dios no tiene la culpa de nada.
Hola!
ATRIO lee a BOFF
BOFF no lee a ATRIO.
¡Así de simple!
Por supuesto.
Hace mucho tiempo que lo leo en diagonal.
El pública, dice cosas…
El pobre señor se sigue creyendo en la vanguardia. Pues bueno. No le ha ido mal en la vida. Me alegro mucho por él.
Pero, uf. Es que no puedo, no puedo…
Pero nosotros sí nos leemos entre nosotros/as, querido Oscar y, como dice Carmen, en ocasiones vamos por delante de quien escribe el post, y nuestras reflexiones nos hacen caminar hacia adelante, que creo que es de lo que se trata. Por ejemplo en este artículo parece que avanza, pero no, se queda en el camino.
Sobre si Boff no lee atrio, creo que debe ser verdad, porque los que escriben mucho a lo largo de su vida y publican en tantos medios, no sé si les interesa lo que el común de los mortales pensamos, porque ellos siempre han escrito desde otro nivel magisterial.
Creo que el artículo semanal que publica atrio, Boff no lo escribe para atrio, sino que alguien que nos quiere, lo hace llegar a atrio. Si os acordáis éste asunto le ponía nervioso a Pepe Blanco.
Algunos artículos nos hacen reflexionar y otros no, somos libres de comentarlos o no.
Una cosa si es cierta: “Todos moriremos y la Iglesia seguirá existiendo”. Casi todos los comentaristas y me incluyo que tenemos una edad muy avanzada, todos de nosotros estamos tocando la “puerta” del “otro lado”.
No existe ni nos consta una VOLUNTAD de parte del Señor en orden a admitirlas para este sacramento. De ahí que SOLO elige a hombres, y por tanto, no es un “cuento”.
El teólogo protestante de Suiza Jean Jacques von Allmen se pregunta: “¿Es legitima la consagración de las mujeres para el ministerio pastoral? Y se responde: NO.
La secularización de los ex curas casados, han provocado en muchas partes un poderoso LAICISMO con un gran rechazo totalmente al Magisterio. La secularización de hoy parece dejar a la Iglesia como sola y abandonada. Muchos ex curas en lugar de ENCARNARSE en SU ministerio como servicio a la Iglesia, se han enCARNAdo en las faldas. En otras palabras, fieles al seguimiento del doctor Martin Lutero, que como todos sabemos, dio una patada a SU ministerio para tomar mujer. Y de ahí su REPULSA y ataque al celibato que LIBREMENTE propone la Iglesia al candidato.
Sólo la Iglesia puede decir qué es el sacerdocio, cuál es su misión, cuáles sus deberes. Lo que es fundamental en el ministerio, la iglesia lo conoce, lo sabe y lo dice. Y, como en tantos puntos de su doctrina, sería más acertado precisar, que ante todo, lo vive y, cuando es necesario, lo dice, y lo determina. Pero fundamentalmente lo vive.
“Nadie toma para sí este honor, sino el que es llamado por Dios” (Hebreos 5,4).
“Tú Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a quién de estos dos has escogido” (Actos 124). Pudo el Espíritu Santo haber escogido a una mujer, pero eligió a un varón.
Saludos y no tengo nada contra los excasados.
Hola, Luis Alberto, yo he dicho que, cuando no se hace una exégesis correcta, se le hace decir al evangelio “cuentos”. Decir que a la celebración de la Pascua solamente asistieron 12 hombres, es una simpleza, porque cualquiera sabe que el número doce tenía un simbolismo porque correspondía con las 12 tribus de Israel; además a la cena pascual asitían hombres y mujeres, y aunque solamente hubiesen sido hombres porque fuese esa ¿? la costumbre de aquella sociedad, es así como había que interpretarlo, como una costumbre de otra sociedad, no como exclusión de las mujeres a la cena, si tenemos en cuenta la trayectoria de la vida de Jesús en defensa de la mujer. Por tanto, si Jesús hubiese excluido de la mesa común a las mujeres por ser mujeres, automáticamente Jesús quedaría desacreditado como ejemplo universal de valores. Por tanto, decir que Jesús instituyó el sacramento del sacerdocio sólo para hombres en una cena de amigos y amigas, creo que no es correcto. Jesús nunca quiso ser sacerdote ni se llevaba bien con ellos. Que la Iglesia lo haya hecho la interpretación que conocemos, no quiere decir que no esté equivocada, como se ha equivocado tantas veces en la historia y en cuestiones muy graves.
Por otra parte, el que hables de esa manera de los curas casados, es totalmente ofensivo para ellos y, sobre todo, para las mujeres que no somos solamente carne. ¡Qué morbo más tóxico y asqueroso hablar de la mujer como carne!
Ya sé que no te voy a convencer, conociendo tus ideas expresadas tantas veces en atrio, pero creía conveniente decirte lo que te digo, para que no haya confusiones en quienes nos leen pensando que todo lo que se escribe en atrio es aceptable, aunque tú como persona tienes todos mis respetos, pero no tus ideas.
Estimada Carmen, si uno se ha hallado ofendido (a) por mi comentario, pido perdón, al menos eso es lo que me enseña la Iglesia a mis 65 años y que cada día me perfora mis oídos las palabras de santa Teresa: “soy la nada más el pecado”.
La Iglesia me ha enseñado a “combatir” no contra las personas, sino a sus ideas. Sin embargo, da la impresión que yo estoy en el error o equivocado y ustedes en la verdad. Digamos una especie de magisterio de “teólogos y exegetas vivientes”. Por ejemplo, y en palabras tuyas “cuando no se hace una exegesis correcta”. En otras palabras “Carmen está en lo correcto y yo en lo incorrecto en cuanto a exégesis”. Pero no olvidemos que en una “infalible” exegesis, siempre cabe el ERROR.
Pero como dice el p. Villoslada: “Comprender y aún admirar no es aprobar.
Como hijo de la Iglesia, trato de seguir las huellas del Maestro, unas veces caigo y otras EL me levanta, pero, cuando es tocado la MADRE es evidente que el hijo la defienda.
Yo creo que hay que distinguir entre elección y misión que no es lo m ismo, y tú lo sabes mucho mejor que yo. Te aclaro que tú siempre me vas a “ganar” porque yo ni siquiera tengo estudios completos, pero al menos me “defiendo”.
Es verdad lo del simbolismo de los “doce” (Mt 19,18) Pero voy a las Escrituras: “Cuando se hizo de día llamo a sus discípulos (500 personas entre hombres y mujeres), y ELIGIO doce entre ELLOS”. (Lc 6,13-16).
Y todos varones. El que no esté de acuerdo con esta elección de SOLO varones que se “queje” ante el Maestro, pero no a la Iglesia ni a la “cúpula” (frase de muchos comentaristas) eclesiástica.
Por lo menos, la frase DOCE aparece 26 veces en todo el N.T. refiriendo a los DOCE varones. El Maestro mismo les pregunta: “¿No os he elegido YO a vosotros, los Doce” ( Jn 6,70).
No estoy hablando de cuantos asistían a la cena pascual, podrían haber sido miles entre hombres y mujeres y posiblemente niños (a), pero estamos tratando sobre la ELECCIÓN y no de “presencia” en la Pascua.
La Iglesia no inventa las cosas, sólo realiza lo que su Esposo ha realizado, no se trata de excluir a nadie para acercarse a la mesa eucarística, sino de ELECCION. Y eso es todo. Nosotros hemos creado la exclusión, la marginación etc.
Bueno, no es una cena “cualquiera” porque en ninguna cena “cualquiera” se dice del pan: “Este es mi cuerpo” y del vino “esta es mi sangre”.
Me juzgas por mis expresiones diciendo que soy un morbo y asqueroso porque dije que algunos tiran una patada a su ministerio para tomar mujer. Bueno Carmen, esto es una realidad. Sin embargo cuando pillan a un obispo o a un sacerdote metido en la pedofilia, hacen leña del fuego.
¿Acaso Lutero no tiro una patada a su sacerdocio y se metió con Catalina? ¿Acaso Boff, Tamayo, Pikasa no han tomado mujer? Esto no es morbo ni perversidad. La sexualidad la ha creado Dios, pero no echemos la culpa a la Iglesia de nuestras debilidades a una elección libremente aceptada realizando una gran cruzada para abolir de una vez por todo el celibato.
Reitero, si he ofendido a alguien, pido perdón.
Saludos a todos desde el Perú.
Luis Alberto, soy Ana Rodrigo, no Carmen la que te escribió.
Solamente aclararte una cosa, yo nunca dije que tú fueses morboso ni asqueroso sino que, contestando a tu frase: “Muchos ex curas en lugar de ENCARNARSE en SU ministerio como servicio a la Iglesia, se han enCARNAdo en las faldas”. yo te contesté: “Por otra parte, el que hables de esa manera de los curas casados, es totalmente ofensivo para ellos y, sobre todo, para las mujeres que no somos solamente carne. ¡Qué morbo más tóxico y asqueroso hablar de la mujer como carne!”, no personalicé los adjetivos en tí, sino califiqué a esos mismos adjetivos en tu expresión “se han enCARNAnado en las faldas”.
Aquí lo dejo….
Ana tranquila que no es el fin del mundo. Dice San Agustín: “Es propio del hombre equivocarse”. Y yo como siempre, me equivoco, perdón.
Saludos
Si entiendo algo, que me maten
No éramos amigos?
Y a mí qué me importa que tengas estudios o no? No entiendo.
Crees que discuto contigo porque no tienes estudios?
Pues a día de hoy, con la persona que más hablo y mejor me entiendo es con mi fina, la señora que viene a ayudarme a casa.
Me molesta eso que has dicho. No sé qué idea tienes de mí.
Y si te crees que soy el acabose en esto de títulos universitarios, te equivocas totalmente. Además de que soy una ignorante total en esto de la teología.
Solamente que pensamos diferente.
A mí no me tienes que pedir perdón porque no me has molestado por pensar cómo piensas, estaría bueno. Aquí la hereje soy yo.
Y si te he molestado, que parece ser que sí y mucho, lo siento. No era mi intención.
Pues yo creía que éramos amigos.
Pues soy idiota porque este escrito rezuma como resentimiento hacia mi persona. Por qué? No entiendo.
Bueno. Sí entiendo. Me gustaría no entender, pero entiendo. Siempre es igual. Siempre. La disparidad de opiniones se toma como ataque personal. Y el ir a tu aire como soberbia. Eso es una realidad. Tan cierta como el aire que respiro.
En fin. Nada nuevo bajo el sol. Uno más que añadir a la lista.
Vamos a ver. La Jerarquía católica se está planteando, por un lado, si ordenar a hombres casados, y por otro, si a las mujeres se las puede permitir ser diaconisas; como gritarían los aventureros que llegaron al continente americano “¡¡¡tierra a la vista!!!”, y creyeron descubrir o hacer emerger, una tierra que llevaba ahí millones de años, y a unas gentes y culturas con varios cientos de años o algunos milenios de existencia.
Así está el Vaticano ahora. Y todo ello, con inmensas y casi insalvables resistencias patriarcales-machistas-androcéntricas. Si el hombre es el centro del universo, es el único ser humano digno de recibir y dar órdenes divinas, ¿van a igualar hombre y mujer en derechos y dignidad? ¿Cómo Jesús va a recibir órdenes tan divinas, como el cura toledano del que yo hablaba el otro días, de una mujer? Juan Pablo II dio a entender que este capítulo quedaba cerrado por los siglos de los siglos, porque la mujer no era hombre a la hora de consagrar y lo justifica con el “cuento” (sin exégesis ni nada) de que en la última cena sólo había hombres, y a ellos Jesús los ordenó sacerdotes. Es que da risa, por no decir pena de la falta de luces de las que carecen los que mantienen estas teorías. Pobre Jesús, él que no quería ni oír hablar de los sacerdotes, le endosan estas “teologías” que tanto han condicionado y condicionan el ser y estar de la Iglesia en la historia y en el mundo.
Es decir, cuando la sociedad va a la carrera en un cambio radical de época en todos los sentidos, estos hombres aún están pensando en el pleistoceno. Dejar que las mujeres sean diaconisas, es como decirles, haced lo que siempre habéis hecho: ser subordinadas fieles al servicio de lo que nosotros no somos capaces de hacer, el cuidado de las personas, las secretarias de los curas y los espantapájaros que alejen heterodoxos y herejes, para que se callen de una vez. ¡Es que los y las feministas os estáis pasando 20 pueblos, habéis perdido el norte y todos los puntos cardinales!
Estoy de acuerdo con todo lo que habéis comentado mis predecesores en este hilo. Que se hunda el chiringuito de una vez, y partamos de cero.
Intentar a estas alturas poner a la mujer a la altura de los hombres, por lo que al clérigo se refiere, me parece que es volver no al origen del llamado cristianismo . del que bien sabemos que Jesús, no escogió a ningún hombre de tal oficio, porque o tenía que echar mano de los del Templo, o bien al paganismo griego o romano, que sí ocuparon gran rango, y también la diversidad de sus ocupaciones….De manera que por ese lado, parece casi seguro, que las cosas no tienen la menor justificación.
Por mi parte pienso, estando fuera, que si alguna posibilidad debe ser: contemplada por las mujeres es la más absoluta igualdad, pero no referido a la tal iglesia, sino referido a su correcta traducción: ASAMBLEA, Mientras sigan las ATADURAS, estarán tan PRESAS como los hombres. De la Asamblea nadie puede ser, por sí, sino por su SERVICIO más que nadie. Decir iglesia es tanto como decir JERARQUÍA, y por eso precisamente, se rehuyó la traducción y a la vista está por donde siempre fue.
Con la estructura que siempre ha sido, la iglesia se ha encontrado con la vida. Y con ella por más que se empeñe no puede. Darle a las mujeres responsabilidades que se habían reservado para la JERARQUIA significa que hoy los cambios tienen que ser de ESA ESTRUCTURA y no otra cosa que, como acostumbró : dar gato por liebre. Si es así, más vale que echen mano de hombres casados, de curas de China o Japón, o de la Cochinchina…..es decir, erre que erre….Un cordial abrazo de hermano, Leonardo.
¡¡¡Que pesadez… con el dichoso sacerdocio!!!
El Galileo Jesús ¡no lo fue! y atacó con gran dureza a los sacerdotes, por haberse convertido en explotadores del pueblo… algo parecido sucede en esta “iglesia poder”.
Hay más curas con ansias de ¡carrera eclesial! que los pocos curas que de verdad se han entregado en hacer posible el Proyecto-propuesta, del Galileo.
Y así les ha ido… jamás fueron tenidos en cuenta, más bien, les hicieron la vida imposible; y puedo decirlo, porque tuve la dicha de conocer a personas así de entregadas y dedicas a servir.
Y lo harían de igual manera si no fueran curas… de hecho lo han seguido haciendo en la oscuridad.
mª pilar
Como dijo Óscar Varela en un comentario de otro tema: gran artículo del siglo XIII.
Reconozco que este tema lo encuentro de traca. No sé cómo se puede argumentar ni a favor ni en contra. Es como argumentar acerca de si la tierra se mueve alrededor del sol o el sol alrededor de la tierra.
Pero bueno. Habrá que hablar porque ahora va a haber una reunión de obispos que son partidarios en su mayoría de que el sol gira alrededor de la tierra, porque todo el mundo sabe que el hombre, que no la mujer, es el centro del universo porque está hecho a imagen y semejanza de Dios.
Magnífico.
Buen día a todos.
Anda que sí.
Menuda iglesia nos ha tocado en el reparto.
Dice el artículo que hasta hay ya mujeres rabinas. Y nosotros seguimos igual. Tal como éramos. Viva la verdad absoluta.
De verdad que…uf.
Y si ahora se plantean el dejar un poco la verdad de lado es porque los hombres, esos seres maravillosos y superiores, dueños del planeta, a mayor gloria de dios, no son suficientes. Que si no, de qué…
Dios mío y dios mío.
Hala, todos los cristianos católicos de España a votar a Vox. Esos sí que tienen ideas claras. Sin contaminaciones.
A ver si entre ese partido y la iglesia católica ponen las cosas en su sitio otra vez y nos dejamos de tantas tonterías inducidas por el demonio en persona. Ya no sabe qué inventar. Mujeres sacerdotes, la ideología de género, el machismo con faldas…
Qué san Agustín nos ilumine.