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Sacerdotes casados ¿para la Amazonia o para toda la Iglesia?

A medida que se acerca el Sínodo de la Amazonía, el panorama de la Iglesia y su cumbre romana se anima. Invito a seguir de cerca esos temas en Religión Digital, que liberada de su dependencia del derechista Periódico Digital y con un magnífico equipo, está cada vez mejor. Pero hoy es preciso publicar este escrito que nos envía Cejudo, en nombre de todo el Moceop (Movimiento por el celibato opcional). La oposición a Francisco no se anda con chiquitas: el cardenal Brandmüller declara herético el documento de trabajo del próximo Sínodo. AD. 

        El Papa Francisco ha convocado el Sínodo para la Amazonía. en el que se va a abordar un tema muy importante: escuchar la tierra y cuidar de ella y todos los componentes que la integramos, distintos e interdependientes.

        Dentro de ese cuidado se proponen, entre otros medios, la posibilidad de ordenar a hombres casados, respetados y aceptados por sus comunidades, y conceder algún tipo de ministerio a las mujeres que están desempeñando un papel central en la iglesia amazónica.

        Hay que recordar que Pedro, primer papa estaba casado y que varios papas hasta el siglo IX y XII también lo estuvieron. Los sacerdotes casados existieron prácticamente hasta el Concilio de Trento, en el siglo XVI, donde ya se impuso el celibato obligatorio para todos los sacerdotes.

        Pero como todos reconocen, la obligatoriedad del celibato, no es ningún dogma de fe, sino una norma de la Iglesia – en palabras del papa Francisco – que puede ser cambiada en cualquier momento.

        Esta noticia ha suscitado muchos comentarios y motivado muchas preguntas, que nos han llegado a Moceop, pidiéndonos aclaraciones y pronunciamientos. Varias compañeras y compañeros del movimiento han expresado sus opiniones a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Dejamos aquí algunos de estos comentarios:

        -Nos parece mejor que las comunidades elijan y designen a las personas idóneas para los distintos ministerios que precisen y que luego la autoridad eclesiástica (obispos, ) los habilite para dicha misión. La ordenación, tal como se hace, lleva un añadido de casta y poder que no hace falta en la comunidad de iguales. Refuerza el clericalismo, que el mismo Francisco denuncia.

        -Va a recuperar la importancia de la comunidad, nacida y comprometida decididamente con su hábitat y su entorno. Augura una nueva forma de ministros en la Iglesia, organizados como servidores de la comunidad por su modo de ser y de servir; que se ganan la vida con su trabajo, con familia y hogar propios .

        -Ministros que surgen de las propias comunidades, corresponsables y con capacidad de decisión en equipo.

        Aquí, ahora, queremos expresar nuestra valoración como movimiento, aprovechando sus declaraciones, que coinciden con la perspectiva grupal.

        Valoramos como positivo que se plantee institucionalmente la posibilidad de ordenar a personas casadas, con familia, surgidas de las mismas comunidades y la de conceder algún ministerio a las mujeres. Sin embargo el documento no se atreve a hablar claramente de la ordenación, también de mujeres, en estas mismas comunidades.

        La noticia nos alegra y nos da esperanza, porque supone que algo se mueve en la pétrea maquinaria vaticana, que avanza muy lentamente hacia los cambios necesarios para este siglo XXI. Queremos ver que la sensibilidad jerárquica se ha despertado ante las necesidades concretas de cristianos y comunidades y se relativiza, de algún modo, un algo de la ley disciplinar y la tradición. Incluso, puede suponer un inicio de volver a “recuperar aspectos de la iglesia primitiva cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos”, como dice la Instrucción.

        O lo que es lo mismo: recuperar la importancia de la comunidad, nacida y comprometida decididamente con su hábitat y su entorno, acostumbrada a decidir en grupo y junto a líderes naturales. Y hasta siendo muy optimistas, queremos ver que es una oportunidad para atisbar nuevas formas de ministerios.

        Pero también debemos decir que, aunque positiva, esta iniciativa nos parece insuficiente y corta, pues, en principio, parece una medida excepcional, de emergencia, y no aplicable a la Iglesia universal y de forma habitual.

        Además esta solución de urgencia no rompe la barrera generada en torno al cura, como un ser aparte y un estatus superior de agente de pastoral impuesto, dando lugar a un clericalismo, que el mismo Francisco ha denunciado con fuerza.

        Tememos que se pueda abrir en las comunidades una doble categoría de presbíteros: los de siempre, célibes, impuestos, preparados, frente a los elegidos para situaciones excepcionales. Y mientras tanto, en este encontrar soluciones sin tocar la ley general disciplinar (sacerdotes célibes y varones), las mujeres, una vez más, seguirán relegadas a servicios ministeriales no ordenados, de tercera o cuarta categoría.

        Se ignora toda la experiencia creyente acumulada por los movimientos de curas casados existentes por todo el mundo. Ni se nos ha consultado, ni se ha tomado en cuenta nuestra aportación, que va mucho más al fondo cuestionando todo un estilo de vida y de ministerio, más centrado en la vida que en el culto

        En Moceop siempre hemos considerado el celibato como un don de Dios, cuando es libremente aceptado, no impuesto por ley, y que su opcionalidad nos parece una práctica válida y evangélica para toda la Iglesia. Así mismo creemos que las comunidades son las que deben elegir y designar a las personas idóneas para sus distintos ministerios que precisen y luego los hermanos mayores (obispos) las acepten y ratifiquen en la misión, con ordenación o sin ella, ya que la ordenación tal cual se concede en la actualidad lleva en sí un añadido de casta y poder que dificulta la relación en una comunidad de iguales.

        Hay que tener en cuenta que el 70% de las personas de la región de la Amazonía no tiene posibilidad de participar en la misa dominical.

        El cardenal brasileño Claudio Humes, afirmó que “la ausencia de la eucaristía -que se consagra en la misa- en las comunidades amazónicas es un gran límite porque para la Iglesia es fundamental y necesaria para desarrollar una comunidad fiel a Jesucristo”.

        Por tanto, y como conclusión, decir que nos parece un iniciativa positiva en principio, pero que llega tarde; que puede abrir otras posibilidades, pero que deben llegar más al fondo evangélico sin miedos ni líneas rojas y con mayor participación de todos los miembros del pueblo de Dios.

        27 de Junio de 2019

27 comentarios

  • oscar varela

    Hola George!
    No es la primera vez que escribes la palabra “circunstancia”, así:
    – entre resaltadoras comillas (“”), y más resaltador aun
    – insistiendo en el “singular”.
    Lo hube dejado pasar varias veces
                – pero tu reiteración me dice que te es muy importante.
     
    Coincido en la importancia (equiparable al “yo”),
    que hay que darle a ¡la circunstancia!
     
    Tal vez, para ajustar la coincidencia,
    Convendría ajustar previamente lo que antecede en tu frase:
    – “en general salvando las necesarias distancias (de «circunstancia» en singular)”-
     
    Dejo, para ello, hablar a Julián Marías en su
    Comentario a Meditaciones del Quijote” (págs.. 242-9),
    donde Ortega ahonda la idea de “mundo circundante” (Umwelt)
    del biólogo Von Uexküll por la de “mundo perceptible”.
     
    Si así fuere (estoy convencido):
    las “necesarias distancias” son imposibles de salvar.
    * La Vida la hacemos EN SOLEDAD.
    * La coincidencia con OTRO es IMPOSIBLE
                – ¿Imposible?
                – ¡Si! … a no ser que …
                (quede esto para lo que dirá 12 años después -1926-
    En “Vitalidad, Alma, Espíritu”)
    ……………………
    Acá lo de Marías:
     
    “ Uno de los conceptos capitales de la filosofía de Ortega es el de circunstancia, que ha venido a convertirse en un “término” técnico de ella y ha tenido una larga vida dentro del pensamiento inspirado en él y aun en el uso de la lengua española. Que yo sepa, no ha sido nunca utilizado antes como término filosófico, ni después sin referencia a Ortega. Con­viene, sin embargo, tener presentes otros términos análogos y que pudieran haber sido antecedentes su­yos. Se pensará, sobre todo, en el alemán Umwelt (mundo en torno o mundo circundante).
     
    1- En Husserl
    Es sabido que este concepto se encuentra en Husserl (Ideen, §§ 27, 28 y 29), y representa el mundo, no como rea­lidad física ajena, sino en cuanto me rodea, y no es sólo un mundo de cosas, sino de valores y bienes, un mundo práctico. Y cuando suspendo la “actitud natural” (natürliche Einstellung), o más bien le su­perpongo otras actitudes particulares, por ejemplo la aritmética, obtengo los “mundos circundantes idea­les” (ideale Umwelten).
     
    2- En Uexküll
     Esta expresión Umwelt, sin embargo, había sido usada ya antes por el biólogo J. von Uexküll, en sus Ideas para una concepción biológica del mundo (1913), y en el propio título de su libro Umwelt und Innerwelt der Tiere (1911). Uexküll se proponía introducir en la biología un concepto más riguroso y fecundo que el de milieu o environment tales como eran usados por el darwinismo y se encuentran incluso en William Ja­mes (cf. su Great Men and Their Environment, 1880).
    Al poco tiempo, sin embargo, el término Umwelt fue usado en el antiguo sentido de milieu, y para remediarlo introduce Uexküll los términos Merkwelt y Wirkungswelt.
     
    3- En Ortega
    Ortega advirtió, en el prólogo a la traducción española de las Ideas para una concepción biológica del mundo, de Uexküll: “Debo declarar que sobre mí han ejercido desde 1913 gran influencia estas meditaciones biológicas. Esta influencia no ha sido meramente científica, sino cordial. No conozco sugestiones más eficaces que las de este pensador, para poner orden, serenidad y op­timismo sobre el desarreglo del alma contemporá­nea.”
     
    Ya que Ortega cita expresamente esta “fuen­te” suya —en la que no se ha solido reparar—, con­viene examinarla con alguna atención.
     
    “El mundo que rodea los órganos de los sentidos de la ostra jacobea sólo alojaría en este caso un ob­jeto único. Este mundo es por completo obra de la organización de la ostra jacobea; si se cambiara su organismo, tendría también que cambiarse este mun­do. Ahora, como la organización de todos los ani­males es distinta, se sigue de ello que este mundo varía de animal a animal.
     
    ’’Para designar este mundo, que es el producto del organismo, he intentado introducir la palabra Urnwelt. La palabra se ha naturalizado prontamente, pero no la idea. Este término es empleado ahora para designar lo que rodea inmediatamente a un ser vivo, en el mismo sentido que antes la palabra milieu. De este modo ha perdido su sentido peculiar.
     
    3.1- “Mundo perceptible”  – “Mundo de efectos”
    ”Es un afán totalmente vano querer oponerse con­tra el uso del lenguaje, y tampoco la expresión “mun­do circundante” corresponde con bastante exactitud al concepto que le es atribuido. Por ello quiero po­ner en su lugar el término “mundo perceptible”, Merkwelt, y significar con ello que para cada ani­mal hay un mundo especial, que se compone de las notas distintivas recogidas por él del mundo ex­terior.
     
    ”E1 mundo perceptible, Merkwelt, que sólo depen­de de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso central del animal, se completa por el “mundo de efectos”, Wirkungswelt, que abarca aquellos ob­jetos a los cuales están acomodados los instrumentos de comer y moverse del animal…
     
    ”Si se quiere abarcar el mundo de efectos y el mundo perceptible con el nombre de mundo cir­cundante, bien puede hacerse; pero debe uno darse cuenta en seguida de que de los dos juntos no resul­ta ninguna unidad, sino que para ello es imprescin­diblemente necesario el organismo del animal, que es el que crea la dependencia entre ambos mun­dos” (Ideas para una concepción biológica del mun­do, Madrid, 1922, p. 52-53). (Véase también el co­mentario de Ortega a éstas ideas en “Biología y pedagogía”, apartado “El medio vital”, 1920, incluido en El Espectador, III, O. C., II, 289-291.)
     
    4- Filosofía influenciada por esta “nueva” Biología: FUNCIÓN y SERVICIO.
    No son éstas las únicas ideas de Uexküll que tie­nen significación dentro de la filosofía actual; por ejemplo, las de función y servicio, como condición de las realidades vitales:
     
    – “Todas las cosas que desig­namos con una determinada palabra, como, por ejemplo, silla o coche, no se determinan inequívoca­mente por la nota del color, de la dureza, del olor o del gusto, ni tampoco por su esquema de espacio, sino por su función. La silla es un objeto para sen­tarse; el coche, un objeto para ser trasladado en él de un sitio a otro” (ob. cit.. p. 55). “Encontramos por todas partes una función humana, a la cual pres­ta sostén el objeto con su función antagónica. Para sentarse sirve la silla; para subir, la escalera; para trasladarse de un sitio a otro, el coche; etc. Pode­mos hablar de un ser-silla, un ser-escalera y un ser-coche, sin ser mal comprendidos, pues el servicio que rinden las producciones humanas es a lo que nos referimos propiamente bajo la palabra que designa los objetos. No es la forma de la silla, del coche, de la casa, lo que es designado por la palabra, sino su servicio. En su servicio está la significación del obje­to para nuestra existencia” (ibid., p. 59).
     
    5- “la circunstancia” anticipos pre-vistos (Ortega en 1910)
    Ahora bien, la idea fundamental de circunstancia como condición de la vida humana se había origi­nado ya en el pensamiento de Ortega independiente y previamente a los estímulos de Uexküll y Husserl. En el extraordinario ensayo Adán en el Paraíso (1910), que expone, en forma muy trabada y cohe­rente, aunque con menos rigor conceptual, el núcleo de lo que habría de ser la filosofía de Ortega, se en­cuentran, y con toda generalidad —no reducidas a la biología, ideas que son el antecedente inmedia­to de las Meditaciones del Quijote:
     
    – “Tómese una cosa cualquiera, aplíquense a ella distintos sistemas de valoración y se tendrán otras tantas cosas distin­tas en lugar de una sola. Compárese lo que es la tierra para un labriego y para un astrónomo: al la­briego le basta con pisar la rojiza piel del planeta y arañarla con el arado; su tierra es un camino, unos surcos y una mies. El astrónomo necesita de­terminar exactamente el lugar que ocupa el globo en cada instante dentro de la enorme suposición del espacio sidéreo: el punto de vista de la exactitud le obliga a convertirla en una abstracción matemática, en un caso de la gravitación universal. El ejemplo podía continuarse indefinidamente. No existe, por lo tanto, esa supuesta realidad inmutable y única con quien poder comparar los contenidos de las obras artísticas: hay tantas realidades como puntos de vis­ta. El punto de vista crea el panorama. Hay una realidad de todos los días formada por un sistema de relaciones laxas, aproximativas, vagas, que basta para los usos del vivir cotidiano. Hay una realidad científica forjada en un sistema de relaciones exac­tas, impuesto por la necesidad de exactitud” (O. C., 1, 471).
    – “Cuando Adán apareció en el Paraíso, como un árbol nuevo, comenzó a existir esto que llama­mos vida… ¿Qué es, pues, Adán, con la verdura del Paraíso en torno, circundado de animales; allá, a lo lejos, los ríos con sus peces inquietos, y más allá los montes de vientres petrefactos, y luego, los mares y otras tierras, y la Tierra y los mundos?” (ibid., 476).
     
    Y por último:
    – “Adán en el Paraíso. ¿Quién es Adán? Cualquiera y nadie particularmente: la vida. ¿Dónde está el Paraíso? ¿El paisaje del Norte o del Mediodía? No importa: es el escenario ubicuo para la tragedia inmensa del vivir” (ibid., 489; los subrayados son míos). (Véase mi comentario de este ensayo orteguiano en “Algunas precisiones sobre la filosofía de Ortega” —Leonardo, vol. III, Barcelo­na, 1945—, recogido bajo el título “Vida y razón en la filosofía de Ortega” en mi libro Filosofía actual y existencialismo en España.)
     
    Por último, la expresión “circunstancias” aparece directamente en un artículo de Ortega fechado en enero de 1911, “Vejamen del orador”, y precisamen­te con mi sentido general, que preludia el pasaje de las Meditaciones del Quijote aquí comentado:
    – “¿Qué son las circunstancias? ¿Son sólo estas cien personas, estos cincuenta minutos, esta menuda cuestión? Toda circunstancia está encajada en otra más amplia; ¿por qué pensar que me rodean sólo diez metros de espacio? ¿Y los que circundan estos diez metros? ¡Grave olvido, mísera torpeza, no hacerse cargo sino de unas pocas circunstancias, cuando en verdad nos rodea todo! Yo no simpatizo con el loco y el místi­co: alcanza todo mi entusiasmo el hombre que se hace cargo de las circunstancias, con tal que no se olvide de ninguna” (O. C., I, 557). Palabras que parecen enlazarse con las que en las Meditaciones introducen este concepto: “El hombre rinde el máximum de su capacidad cuando adquiere la plena conciencia de sus circunstancias. Por ellas comunica con el uni­verso.”
    ……………………………
     
    6- “¡La circunstancia! ¡Circum-stantia!” OFRENDA y PROYECTO
    Se trata de evitar la tri­vialidad con que a menudo se usa, y que aparece re­flejada en la definición del diccionario académico, y dar a esta palabra la plenitud de su significado; por eso la toma en su sentido latino literal, y con el va­lor de un plural neutro: circum-stantia: “¡Las co­sas mudas que están en nuestro próximo derredor!”
     
    La circunstancia es todo lo que nos rodea, lo que está circum me, en torno a mí, a mi alrededor. Es un concepto puramente funcional y que no prejuz­ga nada, sino que toma la realidad en toda su inme­diatez y pureza; en este sentido, mucho más radi­cal que Umwelt.
     
    La descripción de Ortega añade in­mediatamente unas cuantas notas de vivo interés: las cosas mudas levantan sus tácitas fisonomías; es decir, la circunstancia, por lo tanto, no tiene voz o sentido. Pero no se trata tampoco de un inerte o pasivo “es­tar ahí”, sino que las cosas son ofrenda y donativo. Nosotros estamos orientados hacia algo; se acumu­lan las imágenes: fija la mirada en remotas empre­sas, proyectados, el héroe avanza como un dardo hacia una meta. Ofrenda y proyecto son los rasgos iniciales con que se dibuja el diálogo entre la realidad circunstancial y el sujeto de quien es circuns­tancia.

    • George R Porta

      ¡Hola Oscar! Agradezco que respondieses de esta manera aunque me das mucho material para digerir.
      Te respondo con miedo porque sé que no estaré a tu altura, lo que desearía, pero sé que no puede ser, pero tampoco quiero dejar de responderte porque no cae en saco del todo roto lo que me has escrito y no responderte lo mejor que pueda, esté bien o mal, mejor o peor, fuera como ignorar lo que escribiste y eso no lo quiero.
      Imagino que no podamos conocer la «circunstancia» del propio Ortega más de lo que se la hubiera podido conocer si él mismo la hubiese «realizado», existiendo durante un período mayor. Cuando su existencia se detuvo y quedó, en absolute silencio, todo lo que él pudo haber estado pensando, sintiendo, lamentando, celebrando, olvidando, perdiendo de conocer, en los momentos más próximos a su final fue y es real pero al mismo tiempo quedó envuelto en una especie de no-realidad por ser una realidad no accesible ni siquiera a él mismo. Hay una parte de la realidad que no es posible adivinar y que no es sustituible por el conocimiento que de la misma realidad tenga otra persona por próxima que le sea a aquella que calla o muere, precisamente porque nadie puede substituir a nadie. eso es lo que me hizo pensar que la noción propuesta por Antonio (seres necesarios) quizás fuese válida.
      Las distancias que se pueden salvar, me parece, son las internas de una existencia a otra, que son distancias que conectan porque en la singularidad de la circunstancia ni el vacío es inmaterial, por decirlo de alguna forma, y la distancias hacen que las cosas queden conectadas (hecho que prueba la distancia) por ejemplo entre el Jesús de entonces, de su tiempo, de su propia existencia, y el que ha devenido tan diferente y aún así siempre dentro de la circunstancia de aquél Jesús de su propio tiempo. No me refería me parece a que haya dos personas con circunstancias paralelas y la una desconectada de la otra, pero si a que hay personas diferentes, al menos conectadas solo por la distancia que las semara, como puede haber dos canicas rojas idénticas pero cada una sí misma y al mismo tiempo canicas ambas y capaces de distanciarse más o acercarse más la una a la otra si ruedan.
      Me has dado mucho material para digerir y temo defraudar tus expectativas si de mí tienes alguna (que no creo que sea el caso porque es fácil darse cuenta de que soy un dilettante en muchas materias o en todas.
      He impreso lo que escribiste y volveré sobre ello aunque no marearé tu perdiz tratando de explicarme cuando solo intuyo lo que te escribí. estoy seguro de que no puedo saber qué pudiera hacer Jesús, pero si sé que la circunstancia única implica espacios de proximidad y distanciamiento y que estas dos últimas nociones son lo mismo pero diferenciables. Bueno quizás ya estoy mareando la perdiz… Un abrazo.

  • oscar varela

    Hola George!
     
    Te has tomado el trabajo de
    pensar-me para ayudar-me.
    Gracias!
     
    Tal vez sea parecido a lo que yo-me-hago:
    “Pensar-me para ayudar-me”.
    Por eso, otra vez: ¡Gracias!
     
    Y tal vez sea parecido a lo que “los que piensan, hacen”:
    “Pensar-se para ayudar-se”.
     
    ¿Qué nombre darle a todo esto?
    Me parece que, después de varias maduraciones,
    en ATRIO nos lo vamos nombrando como “ENCUENTRO”.
    (“lugar“ de) ENCUENTRO.
    ………………………………………….
     
    En cuanto a “CONTENIDO” de tu pensar para mí
    ¿está bien si le doy un porcentaje elevado
    en lo que yo resumiría en la muy habitual pregunta:
    –          “¿QUÉ HARÍA JESÚS EN MI LUGAR?”?
    –           
    cosa que, en mí, es una práctica presente
    con elevadísimo porcentual de ausencia.

    • George R Porta

      Posiblemente tienes razón en algunas de las cosas que afirmas, pero en cuanto a la conclusión, yo hubiese formulado la pregunta en estos términos: «¿qué hubiera esperado Jesús que sus seguidores hicieran?», en general salvando las necesarias distancias de «circunstancia» en singular. Un abrazo

  • oscar varela

    Hola!
    Del miércoles 3 al domingo 7 de julio
    Brasil hace el XXIII Encuentro de Sacerdotes Casados y sus Familias.
    En Manaos (epicentro geográfico Pan-Amazónico).
    La Agenda mira hacia el Asunto de este Artículo.
    Es el objetivo de dicho Movimiento.
    ……………………….
    Cumplo con mi tarea (Secretario de la Federación Latinoamericana)
    Al mismo tiempo y personalmente alerto a los Cumpas
    sobre el posible “gatopardismo” latente en la propuesta.

    Esto último debo estar haciéndolo muy mal
    porque –aunque reiteran el Cargo/carga, año tras año-,
    NADIE me cree ni me da bolilla!:
    de que la Religión es cosa del pasado.

    ¿Qué hago: me quedo o me voy (ya que no me echan)?

    • George R Porta

      Parte I
      ¡Hola, Oscar! Que «lo mejor» sea contigo y los tuyos. Un abrazo cordial.
      Haces una pregunta abierta y me atrevo a responderla, pero ya sabes que soy palabrero cuán errado puedo estar o errante puedo actuar.
      El dilema en el que parece te encuentras es un dilema doloroso porque por algo permaneces tratando de mantener la apertura del grupo en el que funges de Secretario de la Federación Latinoamericana y tratas de que fluya la información y la experiencia que puede mejorar la experiencia del evento que celebran, pero eso supone resistencia y diversidad.
      He aquí una buena ocasión para volver a mirar, me parece, la diferencia entre respeto y tolerancia. Aquél exige cada uno asuma y mantenga la posición que quiera.
      Mirando a la conducta del Galileo con los Doce que le seguían o, mejor, le acompañaban, sin acoger y, por lo tanto, sin sentir y sin comprender suficientemente o a la medida que deseaba el Galileo, aquello que éste les proponía. Resulta que nuestro Galileo ni les reemplazó por otro grupo, que hubiera podido, ni se excluyó de ellos, sino que se mantuvo con ellos y considerándoles «de él», es decir identificándose con ellos y formando parte de ellos. Ya entonces no le eran leales en el sentido de acoger y asumir el proyecto que les proponía y encomendaba, porque se mantuvo entre ellos y siendo parte de ellos cuando la proximidad de su asesinato ya era evidente.
      No sé qué hubiera ocurrido si el Galileo hubiese dejado de respetar el secreto de la identidad del traidor o, mejor, de los traidores ―siempre asumiendo que las narraciones evangélicas sean verídicas con respecto a los hechos tal y como ocurrieron. Guiado por la intolerancia que fue capaz de sentir, por ejemplo, contra los cambistas del atrio del Templo, pues debió denunciarles. Quizás porque como no ocurrió no hay modo de saberlo, los otros hubiesen hecho a los traidores objeto de la violencia y la historia hubiese sido otra. Pero no, no los denunció. Se contentó con simplemente decir que quien le iba a entregar mojaba el pan donde él mismo lo hacía, pero eso lo hacían todos. Tampoco echó del grupo a los hijos de Zebedeo por sus ambiciones políticas cuando discutían con ellos o entre sí acerca de ese tema y al hacerlo le demostraban que no sabían de qué iba su proyecto de sociedad alternativa y lo que esperaba de quienes lo acogieran como propio, dando «el paso».

    • George R Porta

      Parte II
      Me pregunto, pues, quien rompe con algo como esta organización en la que funges como secretario de una federación y sientes que la misma traiciona las expectativas puestas en ella; las cuales ha admitido que sean las suyas propias pero que dolosamente, consciente o inconsciente de la mala fe presente en su duplicidad, no tiene intenciones de realizarlas ―asocio la noción de gatorpardismo a una forma de cambiar todo sin que en realidad nada cambie y, por lo tanto, con una forma de manipulación o engaño con mayor o menor consciencia de mala fe― me pregunto, si no esa persona que considera romper y separarse de la situación de ambivalencia porque le es dolorosa e inaceptable, si no debe asumir que en efecto se encuentra en una situación comparable con aquella del Galileo.
      Me parece que sí. Mi explicación es que se trata de una situación que demanda el respeto por y de quienes no ven o niegan ver su gatopardismo y la necesidad de tolerarlos para continuar o sostener la conversación, al estilo del Galileo. Pienso que el respeto permite el espacio de cada persona, se encuentre esa persona errada de buena o mala fe. ¿Si la injusticia no ocurre como denunciarla? Por otra parte, la tolerancia que quizás lo haga a uno cómplice de la injusticia de los gatopardistas, como pienso que le ocurrió al Galileo y ahí su verdadero sacrificio, pero que permite mantenerse a la escucha y al habla, aunque sea al precio de la propia fidelidad a sí mismo, no pudiera ser precisamente el crisol necesario para que los gatopardistas en algún momento descubran su gatopardismo, si no todos, algunos.
      Aquí en Atrio a menudo se expresa la condena y el rechazo de quienes son tenidos por errantes o por distorsionados en su modo de ver las cosas. A menudo, es cierto que parezca que yerren en comparación con lo que quien los condena piensa o siente. Pero no veo, con sinceridad no digo, que la actitud de rechazo separándose sea precisamente la que asumió el Galileo frente al gatorpardismo de sus Doce, el cual incluía el gatopardismo del traidor que, si es cierto que sintió horror de sí mismo como atestigua alguna narración evangélica, en realidad no había medido la magnitud de lo que hacía al traicionar a alguien que sinceramente le llamaba amigo, sin gatopardismo aunque le respetaba en su error y toleraba su traición. Quizás esa sea la circunstancia que hizo que el Galileo no revelara su identidad, que sabía que no comprendía la magnitud de su traición: Una forma de perdón.

  • Carmen

    A ver si la que soy de otro planeta es mi persona. Francamente, no me extrañaría.

    Para mí un cura es una persona normal. Y si se quiere casar, pues que se case y si no, pues no. Y claro, en un matrimonio hay dos personas. Si ellas dos, y no solamente el cura, ellas dos deciden casarse, pues es que no veo problema

    Y si no hay mucho dinero, pues tendrán que trabajar los dos, digo , no sé.  Porque  supongo que la pareja del sacerdote en cuestión podrá hacerlo. Y si además de atender a su iglesia tiene que trabajar de otra cosa, es que sigo sin ver el problema. Se llama pluriempleo.

    Pero, qué tiene de especial un sacerdote que le impida enamorarse, querer vivir en pareja , construir una familia…? No entiendo. Para mí son hombres normales. Bueno,  algunos no del todo.

    Pero a lo mejor es que vengo de otro lugar y mi cabeza es otra.

    Pues bueno.

  • George R Porta

     

    No se habla mucho del número de hombres casados que desean ser ordenados sacerdotes. Menos aún de cuentas mujeres casadas querrán que sus maridos sean ordenados o permanecer casados con ellos. Ni de cómo reaccionarán sus hijos/as que están acostumbrados a aceptar que los curas no se casan y de repente este que tienen en la casa si tiene mujer y se va a la habitación con ella a la noche.

     

    Los salarios que se pagan a los diáconos son muy bajos y los que se pagan a los curas lo mismo. Como ninguno tiene que sostener familia, que se sepa, no se espera que tengan los mismos gastos de aquellos curas que tuvieran familia.

     

    Siendo las leyes como son, ¿qué ocurrirá cuando a dos curas se les pague diferente salario por el mismo empleo? ¿Qué ocurrirá si este tsunami de liberalidad sigue su curso, su ola se engrandece y llega a la altura de la ola episcopal y un buen día aparece un movimiento de curas gays que quieren casarse con sus parejas?

     

    Esta madeja tiene realmente un tremendo potencial para ser compleja y para enredarse malamente.

     

    Con todo el problema más difícil es el de la mujer que se entera que pronto estará casada con un cura y que por lo tanto las horas presenciales del marido van a disminuir porque ahora su marido tendrá dos empleos y uno de ellos le será asignado tiempo de servicio o ministerio que no podrá escaquear.

     

    He repasado todos los comentarios (menos los míos) y lo cierto es que, aun incluyendo los míos este es un tema abierto a la especulación. Los copié y los envié, guardando el anonimato de Atrio y de los atrieros/as, a un amigo luterano que está casado y su mujer ha sido realmente cómica especulando sobre la Iglesia Católica y los curas casados, porque los curas jóvenes que conoce en la arquidiócesis de Miami le parecen todos amanerados y extrañitos. Después de escucharla me ha parecido que, si tiene razón, en la arquidiócesis de Miami el arzobispo quizás tenga que salir a reclutar hombres que deseen ser curas y no sé quién los va a preparar en el seminario interdiocesano del Estado de Florida porque aunque hay algunos profesores seglares, varones y mujeres que enseñan, ellos casados y ellas monjas, y los curas son viejos y pertenecen al curato que tenía que adherirse al celibato y no debía tener hijos.

     

    Y qué habrá que hacer con los hijos e hijas de estos pro-curas, porque si son católicos y sobre todo adolescentes han crecido en una cultura religiosa en la que los curas no se van por la noche a la alcoba con sus mujeres y, de repente, ahora viven con uno que sí lo hace. Y no solo eso, si han estado evitando los embarazos ¿Qué harán después de la ordenación? Quizás como la inmensa mayoría de los matrimonios no lo consideren pecado en su fuero interno, pero ahora, debiendo obediencia a la jerarquía no podrán evitarlos y el salario no se va a aumentar solo por causa de nuevos embarazos.

     

    Creo que sea bueno que pueda haber más curas disponibles para quien los necesite y que la experiencia conmocione la Iglesia actual y que no se les exija que renuncien a un derecho que el Concilio reconoció como específico de los seglares y es el de participar activamente en la política como ocurrió al principio de esta historia cuando Constantino ofreció puestos políticos en las ciudades del Imperio a los presbíteros y a los obispos cristianos.

  • Si hoy le preguntáramos al gran Erasmo que piensa del celibato, evidentemente que no estaría a su favor porque él mismo fue hijo de un sacerdote que no fue fiel a sus compromisos. Ya por este motivo concreto, el celibato le plantea un gran problema.
    Además, le tocó vivir en una época en la que no pocos eclesiásticos y religiosos violaban escandalosa o clandestinamente sus deberes. Esto era, para él como para otros muchos, una razón de preguntarse si no sería preciso abolir esta “injusta” ley eclesiástica (ya que no es dogma de fe,) que para muchos (que han dejado su ministerio y han tomado mujer) esta ley les resulta una carga demasiada pesada. Hoy la historia se repite en el tema del celibato. Han pasado más de 500 años y el tema se actualiza y no se agota.
    En la época de San Pablo, entre los rabinos, el matrimonio era un deber: “Quien no tiene mujer, no tiene nada que valga, no tiene alegría, no tiene ayuda, ni bendición”, decía el rabí Jacob.
    Existe el caso de Simeón ben Azzai (hacia 110), que permaneció célibe a pesar de haber enseñado él la doctrina clásica, según la cual el que no se casaba era como si derramara sangre y disminuyera la imagen de Dios. Y como le reprochaban que no vivía conforme a lo que predicaba, respondió “¿Qué puedo hacer? Mi alma está plenamente consagrada a la ley. Otro pueden ocuparse de que la población del mundo se mantenga”.
    Interesante lo que San Justino nos dice acerca del celibato: “Y entre nosotros hay muchos y muchas que, hechos discípulos de Cristo, desde niños, permanecen incorruptos (célibes) hasta los sesenta y setenta años, y yo me GLORIO de podéroslos mostrar de entre toda raza de hombres.” (San Justino. Apología I, 15.
    Aquí otra de San Atenagoras: “Y hasta es fácil hallar a muchos entre nosotros, hombres y mujeres, que han llegado a la vejez célibes, con la esperanza de más INTIMO trato con Dios.” (Legación por los cristianos c.33).
    Saludos

    • Carmen

      Por favor. Relee lo que escribes. Sé lo que es decir cosas así sin pensar porque soy de las que no atrancan, pero por favor. No sé qué idea puedes tener tú de las relaciones sexuales. Pero te aseguro que a mí jamás me han manchado.
      No sé quiénes son ni San justino ni ese anexagoras o algo así. Pero por lo que dices que dicen, no sé, una vuelta por un psiquiatra no les vendría nada mal.
      Me dejas sin palabras y créeme que no es fácil. Pero es que si no digo nada, es que me siento superculpable por callar.
      Sorry
      Buenas noches o buenos días, según donde estés.

      Vaya un día que llevo. Entre unos y otros me vais a volver loca hoy
      Un abrazo

      • Carmen, aquí no estamos tratando de las relaciones sexuales sino del celibato y de aquellos que por falda dejaron su ministerio. Reitero que a nadie se le ha obligado abrazar su celibato.
        El hecho de que algunos ex curas hayan tomado mujer, no se puede tomar como ejemplo para los futuros sacerdotes.
        Yo por ejemplo, no me voy a casar para después divorciarme, no, me caso para toda la vida, como lo manda el Señor: “Hasta que la muerte los separe”.
        La UNICA diferencia que existe entre un célibe, es que éste está las 24 horas DISPONIBLE para las COSAS del Señor, y el no casado de las 24 horas tiene que restar su tiempo para AGRADAR a su mujer e hijos y esa es la gran diferencia. No es verdad que al ligar el sacerdocio con el celibato fuerza al candidato a renunciar al matrimonio.
        Me pregunto: ¿los sacerdotes han escogido verdaderamente el celibato o lo soportan como una especie de pasaporte para la ordenación?
        Termino con las palabras del sabio Domingo de Soto: “Nadie es obligado a abrazar el sacerdocio, a nadie se obliga a hacer el voto de castidad. Es más, según los sagrados cánones, nadie puede ser ordenado sacerdote si no es después de un maduro examen, edad suficiente para que PUEDA JUZGAR POR SI MISMO DELIBERADAMENTE LO QUE PUEDEN SUS FUERZAS”. San Pablo recomienda a Timoteo: “que no impusiera a nadie repentinamente las manos.”
        Pero por estas cosas no se le puede juzgar ni condenar a la Iglesia.
        Saludos

      • Carmen

        No sé yo si eso de casarse para toda la vida lo manda el señor. Es que tampoco entiendo lo del señor. Si admites un señor, te consideras siervo y yo me considero una persona libre, dentro de todos los dentros. Y esa idea vino a mi cabeza procedente del humanismo cristiano.

        Dejemos pues, que el amor hable. Porque increíblemente, sigo creyendo en él.

        Un abrazo.

      • Carmen

        Y los sacerdotes no tienen voto de castidad. Lo que no pueden es contraer matrimonio. Fíjate la discusión a la que puede dar esta locura. Pero hace calor y…

      • Carmen

        Estoy segura de que no me consideras una persona demoníaca.
        Segura.
        Solamente que pienso distinto.
        Un abrazo

    • M* Pilar García Martínez de Aguirre

      Alberto: No tengo nada con los curas que viven su dedicación plenamente.
      “Mí” problema es:

      Que después de dejarlo, compartir su vida con mujer… Sigan sintiéndose “curas”¿?

      Zapatero a tus zapatos. Y pienso, que si de verdad quieren… Pueden trabajar intensamente para hacer ¡Vida! No solo para ellos y su familia, sino para cuántas personas puedan ayudar.
      m* pilar

      • Hola María, nadie tiene nada contra nadie, el problema es que existe una campaña anticlerical (no confundir lo eclesial con lo eclesiástico) dentro de la Iglesia para ABOLIR definitivamente el celibato. La Iglesia tiene sus leyes (Derecho Canónico) y eso hay que respetarlo a acatarlo, lo demás viene del engaño del Demonio.
        En las comunidades Neocatecumenales en la cual estoy más de 45 años, han surgido cientos de presbíteros que hasta la fecha han escogido la MEJOR PARTE de sus vidas que no le será quitada.
        Saludos

  • Juan Cejudo Caldelas

    Mª PIlar: El comunicado que hemos difundido dice:

     

    “….ya que la ordenación tal cual se concede en la actualidad lleva en sí un añadido de casta y poder que dificulta la relación en una comunidad de iguales”

     

    Creo que estamos haciendo una crítica a la ordenación por lo que supone de pertenencia a una casta que dificulta las relaciones de igualdad que debe haber entre todos los miembros de la comunidad.

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Gracias Juan:
      Lo había comprendido; es que tengo un problema personal… con el afán de los “curas casados” de seguir sintiéndose curas… ¿por qué?

      Comprendería perfectamente, si se sintieran llamados…curas o no… a trabajar (en nuestro caso) por:
      ¡La Nueva Alternativa del Galileo!

      Es mi incomprensión sobre este tema; no era así en un principio; toda persona que siguió el camino… trabajó sin sobresalir… acaso… en el servir.

      Un abrazo entrañable.
      mª pilar

  • carmen

    Es que hay un montonazo de gente que piensa distinto.

    Es que los curas no van a desaparecer. Que vaaaaaaaaaaaaaa. Los que quieran ser sacerdotes que lo  sean, pero por favor, que los dejen casarse. Me refiero a vivir con una pareja a la que quieren. Y si les apetece formar una familia, pues que lo puedan hacer. LO que nunca va haber es un sínodo de esos  , que creo que es una reunión de obispos, para decir que ya no hay sacerdotes porque no hacen falta. O sea, Imposible.

    Es que hay como dos planos distintos: los que necesitan una religión y los que nos sentimos atados por ella. Los primeros necesitan sacerdotes y a los  segundos pues ni falta que nos hace.

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Muy estimado Juan:

    La palabra… ¡Ordenar! 

    Ya me pone en guardia… porque se crearan de nuevo las castas.

    Gonzalo Marañón, obispo en la Amazonia ecuatoriana, eran 7 religiosos. Lo primero que hicieron es, darse a conocer y conocer a su vez, que era lo más urgente en aquel lugar.

    Ante la imposibilidad de llegar entre los siete, a dar un servicio plenamente satisfactorio; lo primero, comenzaron a formar en el espíritu del Galileo;  de ese fuerte empuje, empezaron a sentir la necesidad de colaborar hombres y mujeres… más mujeres por cierto.

    Primero, se rodeó de personas preparadas para la lucha urgente de allá, y de fuera:

    Abogadas, ¿por qué será? un medico, asistentas sociales, enfermera, perito en conocimiento de la tierra; eran tantas cuestiones urgentes, que todo fue preparándose al mismo tiempo.

    A los de fuera: es ofrecía tres años de servicio absoluto:

    ¡Sin volver a casa! No había medios para sufragar los gastos.

    Cuando creyó que estaban todas las personas preparadas, comenzó el envío y las responsabilidades, que ellos, iban comprobando y al mismo tiempo, buscando medios, para seguir con aquella hermosa labor.

    Y cuando los enviaba… hacían una gran celebración… eran todas ellas ¡ungidas! …no ordenadas… era, como una bendición especial.

    Descubrirlas en su ambiente, explicándole al “padrecito” como habían ido las cosas en cada lugar.

    ¡Era impresionante!

    Eso no le gusta nada a la “iglesia-poder” y ha hecho todo lo posible por ningunearlas, silenciarlas, y hacerles la vida imposible.

    Querido Juan; si siguen pensando en curas… al estilo de siempre… no remediará nada, seguirá todo igual y las “castas” sacerdotales seguirán en pie.

    Creo firmemente, que cuando las personas sienten el deseo de comprometerse… no necesitan ordenamientos especiales… necesitan formación e información, para lo que se espera de ellas.

    Y hacerles sentirse:

    ¡Como parte viva de iglesia común!

    Siento no ver a los curas “especiales” y si han dejado de serlo; me encantaría, que se sintieran parte viva del hermoso Proyecto del Galileo Jesús, porque lo llevan en su entraña y en su corazón y no pueden dejar de hacerlo.

    Un abrazo entrañable.

    mª pilar

     

  • George R Porta

     
    Parte II
    Si esa parte corporativa de la Iglesia quiere ser coherente con ella misma tendrá que reconocer que, a diferencia de lo que opina el rancioso cardenal Walter Brandmüller, esta presencia de las mujeres en la iglesia amazónica, considerada central para y por esas comunidades amazónicas, en la medida que constituyen Iglesia, constituyen también fruto del Espíritu Santo. No es como yo lo reconozco, pero es como el magisterio eclesiástico ha venido explicando casi todo lo que no puede o quiere, aunque deba condenar por diabólico.
    Yo creo que esta presencia ministerial de la mujer es una evolución necesaria de esas mismas comunidades amazónicas y por lo tanto si funciona y contribuye al «bien común» de las mismas debe ser aceptada y reconocida por el resto de la Iglesia como algo «carismático», auténtica y legítimamente hablando.
    El principio de la cita que extraje del artículo es un insulto, al menos a la inteligencia, después del descalabro y la corrupción que los hombres ordenados dentro y por la parte corporativa de la Iglesia han sido capaces de provocar. No hay derecho a que exijan de los hombres casados una decencia y una aceptación de parte de las comunidades que sus homólogos ya ordenados no pueden asegurar que disfruten en sus respectivas comunidades.
    Para mí fuera mucho más importante comenzar por reconocer como ministerio auténtico y legítima el de las mujeres. Los hombres necesitamos mucho tiempo de reflexión y de discernimiento antes de llegar a la conclusión de que nuestras respectivas comunidades necesitan más de lo mismo que han tenido. En efecto, es muy probable que estos hombres casados y respetados ya no fueran otros que los diáconos que se han plegado a la jerarquía y aún no se sabe qué rol jugaron en la cobertura de la corrupción que recién comienza a revelar sus verdaderas dimensiones: Anchura, profundidad, «longura»…
    Otra cosa muy distinta fuera que las comunidades espontáneamente produjeran un ministerio de hombres comparable con el de las mujeres, porque si este es funcional y efectivo ya se ha convertido en un modelo a considerar.

  • George R Porta

    Parte I
    No se debe poner vino fresco en odres viejos dice el saber popular y aparece en las narraciones evangélicas. No nací en una cultura vitícola y en mi cultura nativa, ocurría lo contrario, para almacenar licores era mejor servirse de toneles o tinajas curados con el uso, excepto que no se podían utilizar para contener dos substancias diferentes.
    Posiblemente la noción del sacerdocio tenga que ser diferenciada para poder compatibilizarla con la idea del matrimonio. En este aspecto, la experiencia de las Iglesias Reformadas o Evangélicas que hace siglos que han diseñado un ministerio tal puede ser de enorme utilidad, como lo fue en su momento la lectura crítica y «científica» de los textos bíblicos.
    Una consecuencia inmediata será que las propias comunidades deberán de aprender a evaluar la eficiencia de un tal ministerio y los ministros/as deberán también a asimilar el sentido de bien común de las comunidades que les acojan o de las cuales emerjan.
    Estas líneas que extraigo del artículo definen ya un importante aspecto: «la posibilidad de ordenar a hombres casados, respetados y aceptados por sus comunidades, y conceder algún tipo de ministerio a las mujeres que están desempeñando un papel central en la iglesia amazónica.» (Énfasis añadido).
    Comienzo por las palabras finales: Si de facto las mujeres son ya centrales en la iglesia amazónica, más bien lo único que ha de hacer la parte corporativa eclesiástica es escucharlas con humildad y atención y acogerlas formalmente sin resistencia.

  • oscar varela

    Hola!
    1- Juan Cejudo: firmeza incansable
    2- a) el Árbol no deja ver el Bosque
    2- b) el Sacerdote no deja ver al Casado

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Oscar amigo:

      No solo al… Casado:

      La comunidad elegirá libremente, a las personas hombres o mujeres, para… desempeñar… lo que esta crea que pueden realizar en cada materia, que sea necesario desarrollar, para su crecimiento personal y ayuda a quienes la componen… y en su entorno.

      Así lo hacía el Galileo.

      Pude comprobarlo en la Amazonia de Ecuador; y encontré, personas extraordinarias, cada cual en su cometido.
      pili

  • ana rodrigo

     
    La primera objeción que pongo a esta iniciativa tanto para hombres casados como para mujeres, es que el Vaticano lo hace por necesidad, porque no tiene sacerdotes célibes para los oficios religiosos. Si no tuviese esta necesidad no se acordarían de los derechos de igualdad en la comunidad cristiana.
     
    A continuación me pregunto ¿cuáles son las funciones específicas e imprescindibles de los sacerdotes tal como es existen ahora? ¿Administrar los sacramentos? ¿De verdad que los sacramentos aparecen en los evangelios tal como se practican ahora con hombres-sacerdotes célibes incluidos? Máxime cuando, por lo menos en España, o en cualquier sociedad secularizada, casi no se practica ningún sacramento.
     
    Yo pertenezco a CCP y ni tenemos templo ni sacerdotes, somos la comunidad la que mantenemos encendida la antorcha evangélica tanto en su mensaje como en su compromiso. Creo que eso es lo que hacían las primeras comunidades cristianas.
     
    Los veteranos/as y de atrio ya me habrán leído una anécdota, que no por repetida, es menos ilustrativa. Un sacerdote fue a visitar una comunidad que no tenía sacerdote y, cuando le dijeron que celebraban la Eucaristía ellos solos, les preguntó ¿Y pensáis que Jesús se hace presente? A lo que le contestaros: “eso es problema suyo”
     

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      ¡¡¡Muy bueno, genial Ana!!!

      Yo haría otra pregunta:

      ¿De verdad creéis que Jesús se hace presente en los ritos que celebra la iglesia-toda, incluidos los fieles… seguidores?

      Puesto que nada tienen que ver, con lo que Él celebraba, anunciaba, vivía.

      Un abrazo entrañable.
      mª pilar