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La Gran Broma de Dios

Alguno de vosotros sabéis que ando estos días algo excitado por el reciente descubrimiento de la vida y obra de un genial matemático y buscador espiritual, Alexandre Grothendieck (1928-2014). Estoy leyendo su última obra “La llave de los Sueños o Diálogo con el Buen Dios”, escrito en 1987, inédito de unas 1.000 páginas. Su traductor al español, Juan Antonio Navarro, catedrático de Matemáticas en la Universidad de Extremadura, me ha autorizado a difundir los textos que considere oportunos. Creo que Alexandre va a ser un buen compañero de esa búsqueda con que ATRIO se prepara para vivir los  años veinte. Esta madrugada me siento impulsado a adelantar estas siete páginas (387-393) del libro referido. Se las dedico a Andrés O-O, de quien es la entrada anterior, recién agregado a esta aventura de búsqueda del fundamento relacional de la realidad. AD.

27   Cuando hayáis comprendido la lección – o la Gran Broma de Dios

(1 de julio 1987) 458 Jesús mismo es el que había anunciado a los apóstoles que el último Juicio era inminente, e iba a llegar antes de que pasase la generación a la que él se dirigía. Me parece poco probable que los apóstoles le pongan esas palabras, sin que las haya dicho. Parecería pues que Jesús se habría equivocado, al menos en lo que respecta al momento aproximado en que se situaría la Gran Desolación que precedería al último Juicio 459. Este error, que tan profundamente marcó la vida de los cristianos en los primeros siglos de nuestra era, aparente- mente nunca ha sido constatado como tal por los cristianos, sino que ha sido discretamente escamoteado por todos. Al ser Jesús igual a Dios, ¿no es infalible? Cuando la fe afirma y cree, ¿no debe callarse la razón?

En cuanto a mí, confieso que la “fe” que vuelve estúpidos a seres que Dios creó dotados de razón, y que vuelve tramposos a seres normalmente rectos, me parece una fe falsa, o una fe muy enferma. Y la historia de las Iglesias cristianas confirma con bastante elocuencia hasta qué punto la “fe” que predicaban y sustentaban estaba realmente enferma. Esa fe asustada por la recta mirada de la razón y por la clara luz del día, mientras hace bellos discursos sobre la luz que triunfa sobre las tinieblas, es bien ajena al intrépido espíritu de Jesús, y dudo que agrade a Dios. Es verdad que el buen Dios ha visto muchas otras…

Más de una vez, durante estos últimos meses de ebullición interior, he pensado con cierta perplejidad en diferentes casos que conocía, en que parecía que Jesús se equivocaba. Después de todo, sin ninguna duda Jesús estaba en íntima relación con Dios, ¿entonces por qué Dios no le ha dicho “lo siento, hijo, ¡pero ahí te equivocas!”? ¡Eso no era difícil! Visiblemente, me quedaban (y aún me quedan hoy…) cosas por aprender sobre los famosos “caminos de la Providencia”. Se dice que son insondables, y seguramente con razón. Pero seguramente también ningún intento de sondearlos, hecho con seriedad y bajo el impulso de una sed de conocer o de una necesidad espiritual más profunda, quedará sin fruto 460.

En el caso que aquí me ocupa, la situación es aún peor. Todas las predicciones relatadas en la Biblia, y seguramente más aún las que provienen de la boca del Cristo en persona, se supone que están directamente inspiradas por Dios. A mí mismo, que no soy cristiano, me costaría pensar que no es así. ¿Cuál era la intención de Dios, al permitir que Jesús se equivocara de forma tan grosera en una cuestión que, en una óptica humana, parece de una importancia prodigiosa – o al menos, que no podía dejar de parecerles así a los cristianos de los primeros siglos de nuestra era (y que reaparecerá como tal de aquí a poco seguramente…)? Casi se estaría tentado a decir (tanto peor si blasfemo – ¡estoy seguro de que el buen Dios no me lo tendrá en cuenta!): ¿cuál era Su intención , al inducir a Jesús al error? Pues de la voz de Dios en él es de la que Jesús debió escuchar lo que anunciaba con tanta seguridad 461, y no por ciencia infusa de su cosecha…

Aquí el caso es peor que aquél en que sólo los apóstoles estaban en cuestión 462; aquí es Jesús en persona el que pierde prestigio, como un profeta que mete la pata (algo en absoluto permitido a los profetas), sin contar al buen Dios que trampea (algo en absoluto permitido al buen Dios de mi catecismo). Lo menos que puede decirse es que eso tiene de qué hacer dudar de la existencia de una Providencia divina, y de la de Dios por añadidura. Si no estuviera seguro al respecto de primera mano, ¡seguro que mi fe vacilaría!

Pero al poner así mis perplejidades negro sobre blanco por primera vez, me viene al instante una idea seguramente algo loca: ¿no será una especie de provocación de Dios a los hombres, o en todo caso a los cristianos de las generaciones siguientes? Quizás la idea no me habría venido si Dios no me hubiera dado ya un golpe de ese tipo, en uno de mis sueños. Pero eso quedaba estrictamente entre Él y yo, no era cosa del otro jueves. Aquí por el contrario parecía enorme. (Es verdad que una vez que empiezas a conocerLe, nunca termina de asombrarte…) He aquí la impresión que me viene.

Con esa señal, ¿no muestra Dios claramente que Jesús en modo alguno era infalible (como infaliblemente los celosos apóstoles no dejarían de verlo y presentarlo)? Que en modo alguno era un “superhombre” o un Dios (como los cristianos siguiendo a los apóstoles no dejarían de verlo a todos los fines prácticos 463, dejando a los teólogos que partieran en cuatro los pelos que hiciera falta para distinguir entre Dios padre y Dios Hijo), sino que realmente era U N   H O M B R E como usted y yo, pero U N O   D E   V E R D A D. Un hombre que se atrevía a ser plenamente libre y plenamente creador, un hombre que se atrevía a salirse del molde de una tradición que violentaba su instinto espiritual y su sana razón. Un hombre que aceptaba sellar con una muerte ignominiosa, abandonado por los hombres y el mismo Dios, el mensaje de libertad y de amor que traía a todos los hombres.

Dios le dijo a la cristiandad (aún por nacer): ¡atrévete – ¿vais a tragar durante mucho tiempo la poción preparada por los apóstoles (con la mejor fe y el mejor celo del mundo, por supuesto)?!

Una vez que pasó la generación de los apóstoles, la situación estaba clara: el hijo de Dios era tan falible como usted y yo, ¡al menos cuando se trata de fechas 464! Pero en nombre de la “Fe” con mayúscula, y extendiendo generosamente la infalibilidad de Jesús a los apóstoles, que casi se convertía cada uno en un buen Dios intangible como Jesús (¡ningún buen cristiano me dirá lo contrario!), los cristianos iban a hacer callar de común acuerdo su equivocada razón, eso se daba por sentado. Bien sabía el buen Dios lo que iba a pasar, y que iba a durar un buen rato. Él sabe mejor que nadie que los hombres son duros de mollera cuando la “Fe” está en juego, y que no entienden las bromas, sobre todo en cosas de religión. Y que el buen Dios en persona pueda gastar una broma (por no hablar de una broma tan enorme…), ¿quién podría tener una idea tan sacrílega (suponiendo que crea en Dios) o tan grotesca (suponiendo que no crea)?

Sí, Él debía saber bien que podría durar un milenio o dos – cuanto más tiempo pasase, más venerable y onerosa se haría la tradición, y menos se les ocurriría intentar comprender. Incluso tal vez (la idea me viene ahora mismo) Él había decidido: cuando hayan comprendido la lección que Yo les he preparado, ¡entonces tendrán derecho al Gran Día, al Día de la Promesa!

Cómo será, ese Día, si será como Jesús pensaba o como los evangelistas creían recordar haberle escuchado decir – que los que creyeran en su linda doctrina irían directos al paraíso, y los otros directos al infierno preparado para ellos – eso es otra historia y Dios no me ha hecho saber nada preciso al respecto. Pero lo que sé o creo saber (a menos que Él también me haya gastado a mí una broma, pero me extrañaría que hiciera la misma dos veces…), es que el Día está cerca.

Y como por casualidad, también ahora es el momento en que un Señor llamado Marcel y que osa llamarse cristiano, también osa declarar que Jesús, el Cristo, era un hombre como los demás, que los apóstoles por más santos que fueran también eran hombres y fali- bles por añadidura, y que quizás no habían entendido muy bien lo que Jesús había querido decir (concediendo sin embargo que eran excusables…); que quizás sería el momento de in- tentar comprenderlo, en vez de seguir repitiendo piadosamente y sin cambiar una tilde lo que los santos apóstoles habían aprendido de él para su propio uso y el de sus contemporáneos (esperando que ese famoso día D tan inminente echara el telón final). Tiene todo el aspecto de ser el primer cristiano en comprender la Apuesta-broma-provocación de Dios, al menos tácitamente y sin llegar a decir que Dios nos habría hecho eso.

Quizás después de todo, incluso Dios no sabía muy bien cuando se terminaría el Primer Acto en la historia del género humano, el (si no me equivoco – ¡pero atención, soy falible!) de la humanidad-rebaño. Eso dependía de él, pero también de nosotros. De nosotros, sus colaboradores, a menudo de mierda ¡ay! Colaboradores presuntuosos, colaboradores por llamada divina, pero muy lejos de estar a la altura de tal papel. El Segundo Acto previsto, bien podría ser precisamente el de la humanidad colaboradora. Lo veo encaminarse hacia un Tercer Acto, quizás el que Jesús llama el Reino de Dios en la tierra, en cada uno sin excepción sería un auténtico colaborador de Dios…

Si es cierto que Jesús es un don que Dios ha hecho a los hombres, don tal vez previsto desde la eternidad, o al menos que la misión confiada a Jesús es un don de Dios a los hombres (renovada por Jesús mismo al aceptar esa pesada misión), podría decirse que Dios ha puesto de su parte para que los hombres logren terminar su Primer Acto. Su parte, para que lleguemos por fin, por fin a la etapa de una humanidad que realmente sea humana, y ya no irremediablemente sumida en su estado original de rebaño, más animal que humano. Una vez que Jesús ha venido, y una vez que nos hemos apresurado en crucificarlo, a él que de manera tan inadmisible se salía del rebaño, ahora les tocaba a los hombres poner la suya. Demostrar que la Misión de Jesús no era sólo una perla divina tirada en un rebaño.

Es verdad que no han faltado místicos cristianos que han sabido apreciar la perla, y de muchas formas – y Dios les ha devuelto ciento por uno. Pero quizás no han sabido reconocer más que una parte de su valor: han visto el amor y han correspondido con generosidad – pero no han visto la libertad, y en eso eran pusilánimes. Permanecieron prudentemente en el rebaño de los “fieles” – y fueron infieles a ellos mismos, al sentido común que Dios les había dado en herencia como a todos, no para negarlo en nombre de una supuesta “fe” en Él, sino para usarlo con discernimiento, con audacia – libremente.

Por otra parte es chocante el abundante uso hecho por la tradición cristiana de la imagen del rebaño (de borregos), del que se supone que Jesús es el pastor. ¡Todo un programa! Re- conozco que esas imágenes borreguiles siempre me disgustaron profundamente – me decía que ahí, al pequeño Jesús como mínimo le había faltado gusto. Pero seguramente sentía, sin detenerme en ello, que ahí había una incompatibilidad de dimensión muy distinta a una cuestión de “gusto”. Ahora me digo que Jesús seguramente nada tiene que ver en eso el pobre, de nuevo son los apóstoles los que lo habrían condimentado por su cuenta, como supieron, con la mejor intención del mundo 465 – y después de ellos los reflejos de rebaño hicieron el resto…

Esto me recuerda que me han dicho que el tal Marcel, ex-ciudadano politécnico que habría “dejado todo” para retirarse al campo, mucho antes del gran movimiento comunitario que siguió al 68, estaría también él cuidando un rebaño de borregos – pero esta vez de los de verdad, de los de cuatro patas, y no de borregos por libre elección. Ahí es donde ha debido tener amplia ocasión de meditar sobre las diferencias (queridas por Dios) entre esos simpáticos cuadrúpedos y los hombres (en cuanto a las otras diferencias, hay que decir que no son tan a nuestro favor), y sobre las semejanzas (tampoco muy halagüeñas). En cualquier caso el hecho es éste: ha sido el primer cristiano (al menos así parece) en descubrir que la misión de Jesús en modo alguno era la de mantenernos en el estado de borregos carentes de juicio, que se integran dócilmente en el rebaño, para mayor comodidad de los que nos gobiernan. Sino que vino a animarnos a cada uno a llegar a ser, como él mismo hizo antes que nosotros, una persona plenamente humana. Y lo que distingue espiritualmente al hombre del borrego es (todo teólogo nos lo confirmará) la libertad.

Es un hecho que ese Marcel Légaut no es la gran vedette, y son pocos los que alguna vez han oído hablar de él. No es premio Nobel de la paz ni de otra cosa, ni un gran profesor de matemáticas o de teología, los periódicos no han hablado de él, para llenar sus columnas, como de un gran bienhechor de la humanidad. Le he buscado en el pequeño Larousse para ver si aún vivía466 y no lo he encontrado. No digáis que no es delirante, aventurarse a sugerir que el buen Dios podría conceder tanta importancia a un cierto quídam de borregos, que Él prepararía el Gran Cambio de Decoración justo ahora, mediante un libro del dicho quídam que nadie o casi nadie ha leído y del que no han hablado en la Tele. Es cierto que Jesús en su tiempo fue un cierto individuo sin domicilio fijo, compañías sospechosas, situación irregular, escandaloso, finalmente desenmascarado como vulgar malhechor y tratado como se merecía. El buen Dios tiene verdaderamente un gusto de lo más dudoso – aunque después del mil o dos mil años a veces la perspectiva cambia, y Él goza del favor de la gente borreguil.

Es cierto que hay muchos otros signos además del que acabo de decir. Los signos de un fin de civilización, si no de un Fin de los Tiempos o de un Fin del Mundo. Esos signos, a escala planetaria, implican claramente y directamente a todos los hombres sin excepción – y no sólo a nosotros, sino con nosotros a los animales, las plantas, la tierra las aguas los aires – todo lo que vive y se mueve y yace en nuestra Madre la Tierra.

No pienso que esto sea puro azar, que esos signos de declive agudo y de descomposición de un Mundo coincidan en el tiempo con ese otro signo, por humilde e insignificante que parezca, de una renovación espiritual. No de un movimiento de rebaño en fila india, con nuevas masas de nuevos “fieles” que se meten en tropel en nuevas Iglesias y en las más bellas Capillas abiertas volando para ellos. Sino una renovación en el silencio, y en lo secreto del corazón de un hombre, solo. De un hombre que, solo, ha sabido encontrar su camino hacia ese otro hombre solitario, muerto hace dos mil años por libre elección y por amor a nosotros, y retomar de nuevo su Misión.

NOTAS:

458 Véase el reenvío a la presente nota en la nota “‘Monsieur Légaut – o el pan y la levadura” (no 20), página 368.
459 Tendré amplia ocasión de volver sobre este tema en el capítulo de este libro consagrado a los sueños proféticos.
460 Compárese con la reflexión del día siguiente “La Providencia: ¿invención o descubrimiento?” (no 30), y también la del mismo día “Mi amigo el buen Dios – o Providencia y fe” (no 22).

458 Véase el reenvío a la presente nota en la nota “‘Monsieur Légaut – o el pan y la levadura” (no 20), página 368.
459 Tendré amplia ocasión de volver sobre este tema en el capítulo de este libro consagrado a los sueños proféticos.
460 Compárese con la reflexión del día siguiente “La Providencia: ¿invención o descubrimiento?” (no 30), y también la del mismo día “Mi amigo el buen Dios – o Providencia y fe” (no 22).
461 (5 de julio) Vuelvo sobre esta perplejidad en la reflexión de hoy, en la nota “Dios no es un seguro a todo riesgo – o mensaje e interpretación” (no 31), y me apresuro a calmar al lector inquieto: a pesar de todas las apariencias, ¡la buena fe del buen Dios está fuera de toda duda!
462 Véase al respecto la nota “Los apóstoles son falibles – o la gracia y la libertad” (no 21).
463 La tendencia idolátrica en el hombre no está limitada a los cristianos, sino que parece extendida universalmente. Así, en el budismo está bien entendido, “oficialmente”, que Buda no es Dios igual que no lo es Jesús, llamado “el Cristo” – lo que no impide que a todos los fines prácticos sustituya a Dios en el creyente budista, y para él esté revestido de los mismos atributos. Además la Sutra de la Flor de Loto (Sutra apócrifa que está en la base de la corriente nichirenita del Budismo japonés) da prácticamente un status oficial a esa divinización de Buda, al igual que los apóstoles instituyeron un dogma “oficial” de la divinidad de Jesús.
464 En la nota del siguiente día “El infierno cristiano – o el gran miedo a morir”, toco de pasada otras cuestiones (que Légaut llamaría de “ideología religiosa”), en las que estaríamos tentados a decir que Jesús “se ha equivocado”, cuando parece que hace suyas ciertas concepciones judaicas tradicionales. (Por ejemplo las del infierno, que además habría completado con la contrapartida paradisíaca.)
Parecería que eso es un hecho muy general, que incluso una espiritualidad muy elevada no elimina totalmente las concepciones surgidas del condicionamiento religioso y cultural, que contribuyen a estructurar la psique. Por el contrario, esos seres se distinguen por la facultad de leer el corazón de los demás, y de discernir con una seguridad sin duda alguna las disposiciones de verdad o de mentira en las que se encuentra otro ser. Es en ese plano, más que en cualquier otro, en el que parece revelarse el poder de visión del “ojo espiritual”, y no en el de las concepciones religiosas generales sobre la existencia y la naturaleza del más allá etc. También es en este plano, esencial sobre todo en la relación de ser a ser (pero accesorio cuando se trata de edificar una doctrina o una ideología religiosa), en el que puede pensarse que seres como Jesús, y ciertos santos o místicos cristianos o no, tienen una mirada segura que no les engaña jamás, y que estaríamos tentados de llamar “infalible”.
465 (5 de julio) Quizás haya una confusión parcial en mi espíritu con el tema de “Cristo cordero pascual”, en que Jesús mismo es representado como cordero, símbolo de pureza y de dulzura, sacrificado en redención de nuestros pecados. Ese simbolismo es ajeno al del rebaño. Por otra parte se lee en San Mateo (9, 36):
“Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor”
(hay un pasaje paralelo en San Marcos.) Supongo que es ese pasaje evangélico el que está en el origen de la imagen cristiana del rebaño (de ovejas, que transformé en “borregos” sin ninguna intención maliciosa ¡lo juro!). Aparentemente los apóstoles no tienen nada que ver con ello. Por el contrario, la compasión de Jesús se transparenta bien en este texto, que continúa con:
“Entonces dice a sus discípulos:
“La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.”
Nótese que en esta exhortación de Jesús se trata de trabajadores para segar, y no de pastores para recoger y guardar un rebaño.
466 Al final me he enterado por personas interpuestas de que Marcel Légaut está vivo, que tiene 87 años, que da conferencias y que anima estancias de reflexión evangélica, que ha escrito muchos otros libros además de los que acabo de leer o voy a hacerlo (publicados en 1970), y que vive en un departamento justo al lado del mío..

25 comentarios

  • Alberto Revuelta Lucerga

    Paréceme, leyendo a algunos de los avisados intervinientes, que resisten impávidos el vivir sin buscar, ni encontrar, sentido a su estancia por estos pagos (los que fueren). Bastaría con acunarse o dejarse acunar. Recuerdo un aforismo latino de la vieja Pontificia salmantina: Felix qui potuit rerum cognoscere causas. Dichoso aquel que pudo conocer la causa de las cosas. 

    No me gusta que me acunen.

     

  • ROMAN DIAZ AYALA

    ?? Nadie se percata de que esta reflexión (!brillante!) puede que parta de una referencia errónea de los textos sinopticos.?

    • George R Porta

      Por favor, señor Ayala, explique en qué sentido ý cuáles textos. Lo agradeceré.

      • Román Díaz Ayala

        Hola, George, querido amigo y paisano
        (desde nuestra cubanía mutua el cambio de trato suprimiendo el tuteo puede ser entendido de forma insultante, al menos para quienes somos guajiros de tierra adentro. En España es un posicionamiento de sumisión cuando no hay otra cosa que lo justifique).
        Tambien yo estoy interesado en conocer en qué textos se apoya el autor para interpretar que Jesús se equivocó en sus predicciones en cuanto al futuro que aguardaba al grupo de discípulos. No se trata de dar una lección magistral sobre la apocalíptica y los anuncios sobre la destrucción del templo.

      • George R Porta

        Gracias por tu amistad y por tu tolerancia. No fue mi intención ofenderte pero interrumpiste la comunicación conmigo más bien abruptamente durante un diferendo en Atrio, hace más de un año y no he querido dejar de ser respetuoso. No me gusta asumir nada y atribuir menos.
        No tuviera a menos serlo, pero no soy campesino o guajiro ni de tierra adentro, aunque quizás me hubiera gustado serlo, pero no tomo tu atribución como insulto. Soy más bien cercano a la costa y más pescador que agricultor.
        Sigo sin saber por qué supones que se tratase de un error en el uso de los Sinópticos. Al parecer tu te percatas de ello y te extraña que no se percaten otras personas, pero lo dejas en suspenso. Si nadie se percata de ello más bien parece que no sea tan obvio como te lo resulta a tí y, si te interpreto correctamente, te captura la atención el hecho del silencio al respecto.
        Por lo demás no me preocupa mucho que alguien quiera escribir una lección magistral sobre la apocalíptica y la destrucción del templo. Me parece que el Apocalipsis no tenga tanto valor, para mí, excepto la extraordinaria interpretación de Lutero (sobre todo el capítulo 20), como muchos fundamentalistas le atribuyen y la destrucción del templo tampoco parece que haya sido independiente de la profanación por parte de los romanos, las invasiones árabes mahometanas, y la desidia hebrea. O quizás no.

      • Roman Díaz Ayala

        Como te expliqué en nuestra conversación de Madrid, hace ya algún tiempo, yo soy de un pueblo azucarero ( Central San Germán, después Central Urbano Noris) casi en el centro de Oriente, hoy perteneciente a la provincia de Holguín. Vuelta Abajo, de donde tú eres y la proximidad de La Habana, para un guajiro de tierra adentro, como yo, es otro mundo.
        Ya habrás notado que mis intervenciones en Atrio son intermitentes, aunque procuro en lo posible seguir todos sus hilos, especialmente a la parte comentarista, pero no siempre puedo mantener una conversación participativa.

        La premisa de la que parte el autor de este hilo y sobre la cual realiza una fecunda reflexión, pero que no creo que le haya servido sólo de pretexto para su discurso es la siguiente:
        .
        “Jesús mismo es el que había anunciado a los apóstoles que el último juicio era inminente e iba a llegar antes de que pasase la generación a la que se dirigía.”

        Quienes estén en complicidad con el autor podrán admitir que a)hablaba del juicio final b)que éste empezaría al final de los tiempos y c)que Jesús se equivocó situándolo en el tiempo de sus contemporáneos.
        Pero como es natural no habla de textos ni tan siquiera menciona los pasajes “apocalípticos” de los Evangelios ( en los sinópticos).

        Sólo es tal cosa la señalada por mí.

    • George R Porta

      Gracias por ampliar tu comentario que ahora comprendo. Hasta donde conozco de Grothendieck no era religioso y posiblemente no le interesó la teología sino que debió permanecer más bien inclinado hacia la filosofía por la vertiente humanista y, metodológicamente, desde el punto de vista de la gnoseología y la hermenéutica, aunque su arranque estuviese en las matemáticas. Gracias..

  • oscar varela

    Hola!

    La NOTA 102

    me resulta una excelente exposición de “razón histórica”;

    en última instancia, una “razón narrativa”.

    Estamos, al decir de Ortega, ante una AUTOBIOGRAFÍA

    siendo ésta el “superlativo de la razón vital

    Digno de señalarse, dos características:

    UNA: que uno está siempre corriendo el peligro de “gatopardearse”

    (vivir sin “enfrentar” la vida “propia” “reabsorbente”).

    DOS: la precisión de fechas en el sentido de Edad o Generación.

    Las “zonas” de fechas generacionales andan alrededor de los 30, 45 y 60 años (cada 15).

  • Antonio Duato

    Gracias por lo que vais aportando en este hilo. Agradezco especialmente la Necrológica que traduce George y los testimonios de quienes habéis entrado al fondo del asunto, como Ana Rodrigo en el último. Yo sigo leyendo con calma la obra de Alexandre (en francés, o Alexander en su natal alemán) que se me hace interesantísima por si misma, no solo por su relación con Légaut. No me resisto a copiaros esto que me ha salido hoy en el cap. 33 (p. 108) de La llave de los sueños:

      “Quizás sea éste el momento de precisar que ese periodo que he calificado de “estancamiento”, entre 1944 y 1974, incluye también (con dos años de diferencia) el largo movimiento de una degradación incomprendida, sordamente inquietante y, por momentos, de una violencia alucinante, primero en la relación entre mi madre y yo (1952-57), luego, sin interrupción alguna, en la familia que fundé desde el mismo año de su muerte (1957-76) [102] . Esa degradación no terminó hasta la entrada de la meditación en mi vida (octubre de 1976) – entonces es cuando ese peso, que me había aplastado tanto durante veinte años, por fin se me quitó de encima…

      Nota 102. Entre 1952 y 1970 mi actividad matemática se convierte más y más en un refugio de los problemas, jamás afrontados, de mi vida familiar. La desmesura de mi dedicación a las matemáticas se me presenta ahora como una compensación y un drenaje de la angustia inhibida que mantenía y creaba esa degradación inexorable. No creo que tal actitud de huida fuera congénita en mí, pues se volatilizó como por ensalmo en 1974 y en 1976 (y dudo que sea congénita en alguien). Pero, a falta de haber tenido otro ejemplo delante de los ojos, la idea misma de otra actitud ante los problemas que me ponía la vida ¡jamás se me vino antes de los cuarenta y seis años! Sin contar con que en absoluto me daba cuenta de esa actitud de huida – de ese rechazo a enfrentarme verdaderamente con los problemas que me acosaban, es decir, de buscar su sentido. Para eso hubiera hecho falta que tuviera idea de lo que es “enfrentarse” a un problema personal (nunca había visto hacerlo a nadie), y que supiera que los “problemas” tienen un sentido, y que si verdaderamente lo buscamos, lo encontramos…”

     

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      ¡Gracias Antonio!

      No me extraña que te guste el libro; hace un análisis de su vida muy profundo… en cuanto puede liberarse de “sus ataduras… no queridas pero si impuestas”.

      Y dice bien, cuando pudo enfrentarse al problema en que vivía:

      ¡Cambió su vivir!

      Y su vida en el entorno que había creado.

      ¡Si! Se puede hacer ese cambio, cogiendo el “toro”-problema por los cuernos.
      ¡Gracias, es muy estimulante!
      mª pilar

  • ana rodrigo

     

     
    Pienso que cada ser pensante, con conciencia y consciencia, y salud cerebral (todo nuestro pensamiento está en el cerebro), somos el resultado de un entorno cultural en el tiempo y en el espacio, religioso o no, que nos ha configurado, más de lo que somos capaces de creernos, para vivir de la vida de un modo determinado. Y, cuando, caemos en la cuenta de esto es así y queremos liberarnos para ser lo que cada cual elijamos ser, sabemos por dónde empezar, pero no sabemos hacia qué camino dirigir nuestras inquietudes, y elegimos uno, o vamos cambiando de camino, si el elegido no nos satisface. Esto nos hace entrar en un laberinto en el que, o no encuentras la salida mientras sigues buscándola, o crees que ya la has encontrado y te acurrucas ante un muro creyendo que ya has descubierto el fondo de lo más hondo del porqué de tu existencia. Pero el misterio sigue, por mucho que lo persigas con la razón.
     
    Por eso yo he tomado dos senderos para vivir sin angustia. Uno, ir desbrozando de mi vida todo aquello irracional o a-racional que he aprendido a lo largo de mi vida, e ir seleccionando aquello que se ajusta a mis expectativas vitales, que no tienen que coincidir con las de los demás. Y esto, más que un objetivo a conseguir en un momento determinado, se convierte en un camino que, como la utopía, cuando más la persigues, parece que más se aleja. Aunque lo conseguido por el camino dé bastante satisfacción y sentimiento de quitarte una carga pesada de encima.
     
    El segundo sendero para vivir con alguna orientación satisfactoria, es la experiencia interior e intransferible. Como dice Oscar Si quieres entregarte a dormir descansadamente,– no te determines voluntariamente a “querer” dormir, – déjate acunar por tus “ganas” de dormir. Lo contrario, sería vivir en constante angustia. Pienso que la vida tiene sentido en sí misma, a pesar de tantos sinsabores, porque es lo que tenemos y hay que aprender a vivirla.
    Y, de paso, digo, que atrio, para mí, y quienes escribís comentarios, es una buena herramienta de ayuda a la reflexión necesaria para vivir conforme a nuestra capacidad de pensar, de reflexionar, de buscar, de encontrar luz allí donde yo sola no soy capaz de encontrarla, y, como resultado, seguir el camino de vivir mientras me sea posible, de forma constructiva. Como diría Machado: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Lo que yo escribo en mis comentarios, no es una teoría de predicador para los y las demás, sino una reflexión personal que yo me hago para mí que, como he dicho, me ayuda a seguir el camino.

    Gracias a atrio y a todos y a todas las que me enriquecéis con vuestras reflexiones, que, cual abeja, voy libando lo mejor que encuentro para convertirlo en miel, esa miel que tan necesaria se hace especialmente en los momentos bajos de la vida, porque la vida también da golpes que te dejan noqueada y tienes que recuperar el sentido.

     

  • George R Porta

     
    Muere un Matemático Solitario

    Obituario de Grothendieck por Sophie des Beauvais, corresponsal de «The World Policy Journal» (20 de noviembre de 2014). Traducción del inglés-americano mía y huelga decir que no está autorizada.

    Fuente: Cf. https://worldpolicy.org/2014/11/20/a-reclusive-mathematician-passes-away/

    Alexander Grothendieck era un misterio, no sólo para el mundo, sino para su propia familia. El solitario matemático francés nacido en Alemania, murió tranquilamente el 13 de noviembre, a los 86 años, en Ariège, al suroeste de Francia.

    Su trabajo en geometría algebraica, un campo de matemáticas que se enfoca en la relación entre ecuaciones y espacios geométricos, le ganó la fama.

    Siendo apátrida durante la mayor parte de su vida, se le concedió la ciudadanía francesa en 1971. Era conocido por ser un matemático extremadamente prolífico, a pesar de que la mayor parte de su trabajo nunca fue publicado. Es reconocido porque sus descubrimientos aún encuentran aplicación en varios campos científicos y por su compromiso radical medioambiental y pacifista.

    Grothendieck se alejó de las matemáticas en el apogeo de su carrera y vivió en reclusión durante el resto de su vida. A pesar de su distanciamiento de las matemáticas, es considerado uno de los mayores matemáticos del siglo 20. “Fue uno de los gigantes de las matemáticas…su trabajo las transformó enteramente”, declaró a la France-Presse, el matemático francés Cedric Villani, que ganó la medalla Fields en 2010. François Hollande describió a Grothendieck como “una personalidad fuera de lo ordinario en la filosofía de la vida.”

    Nació en Berlín en 1928, hijo de un padre anarquista ruso, Alexander “Sacha” Shapiro, y una periodista y madre revolucionaria, Johanna “Hanka” Grothendieck. Sus padres lo dejaron a él y a Berlín para irse a París, mientras los nazis tomaron el poder en Alemania, y luego se mudaron a España para luchar en la guerra civil española junto al Frente Popular. Grothendieck finalmente se reunió con sus padres en 1940 en el sur de Francia, poco antes de que su padre fuese enviado a los campamentos de Le Vernet y después al de Auschwitz, donde murió en 1942.

    En la Universidad de Montpellier estudió matemáticas y en Nancy realizó sus investigaciones de grado. A finales de la década de 1940, ya formaba parte de la élite matemática europea. Para continuar su carrera, se dedicó a la enseñanza y a la investigación.

    Debido a que no era ciudadano francés no pudo entrar en el servicio público y se mantenía apátrida, viajando bajo la protección del «Pasaporte Nansen» (*). Fue renuente a enrolarse en el servicio militar y por eso no solicitó la ciudadanía francesa.

    Decidió mudarse a Saõ Paulo y a los Estados Unidos para enseñar como profesor universitario. Dos años más tarde, regresó a Francia, y entró como investigador en el recién creado Institut des Hautes Études Scientifiques (IHÉS). Renunció en 1970 cuando descubrió que dicha institución estaba parcialmente financiada por el Ministerio Francés de Defensa.

    Fue galardonado con la Medalla Fields en 1966, un premio internacional considerado entre los más altos en matemáticas, y a menudo comparado con el Premio Nobel. Se negó a ir a Moscú para recibir el premio por razones políticas.

    En la década de 1960, comenzó su distanciamiento de la comunidad científica y de sus instituciones, principalmente por razones políticas e ideológicas. Aunque nunca declaró explícitamente su razonamiento, su distanciamiento se atribuye a la negativa de las comunidades científicas a aceptar sus preocupaciones medioambientales.

    Más tarde, en una carta que escribió para explicar por qué rechazó el Premio Crafoord, un premio de matemáticas también de muy alto calibre, declaró que la evolución de la comunidad científica estaba animada de un “espíritu insano.”

    En 1970, junto a otros dos matemáticos, fundó un grupo pacifista y ambiental llamado Vivre et Survivre (literalmente “vivir y sobrevivir”) que se opuso a la proliferación de armas nucleares y promovió el activismo medioambiental.

    En ese momento, el Collège de France, una institución de educación superior e investigación, donde la asistencia es libre y abierta a cualquier persona, le ofreció una cátedra temporal en matemáticas, pero Grothendieck la usó como tribuna política. En lugar de enseñar matemáticas, tituló su clase “¿Debemos continuar la investigación científica?” (¿”Faut-Il continuer la Recherche Scientifique?”). Luego enseñó en la Universidad de Montpellier, desde 1973 hasta el final de su carrera, y gradualmente se retiró de la sociedad durante ese tiempo.

    En 1990, se retiró a un lugar que mantuvo en secreto, pidiendo a las pocas personas con las que todavía estaba en contacto que destruyeran toda su obra inédita. Vivió en un pueblo aislado y pequeño en los Pirineos franceses por el resto de su vida, lejos de sus conocidos, su familia, la comunidad científica y el mundo.

     

    (*) El Pasaporte Nansen era una cédula personal destinada a servir de documento de viaje, a los refugiados bajo la protección de la Liga de las Naciones. Fueron diseñadas por Fridtjof Nansen en 1922, para atender a los desplazados por causa de los diversos conflictos armados del siglo XX (sobre todo de antes y después de la Primera Guerra Mundial).

  • Juan Ramón

    Gracias, Antonio. Muy sugerente, y muchos puntos de conexión.

    Me siento invitado a acercarme también a Marcel Legaut, nombre para mí asociado a Atrio, y a quien reconozco que aún no he leído.

    Genial lo del rebaño, a mí siempre me ha mosqueado un poco (aunque no venga mucho al caso, prefiero el enjambre al rebaño)

  • oscar varela

    NOTA a la “Nota de orientación (tal vez)
     
    * Si quieres entregarte a dormir descansadamente
                – no te determines voluntariamente a “querer” dormir;
                – déjate acunar por tus “ganas” de dormir.
    ………………………….
     
    Reitero mi “tal vez” (puedo estar equivocado)
    Pero diría que:
    El “vaciamiento por esfumación”
    de la Primera Figura del Teatro del Mundo (DIOS)
    ha dejado un reguero de DES-ORIENTACIÓN;
    (no se sabe con certeza qué troley hay que tomar para seguir).
    POR ESO tipos concienzudos como
    (acá: Alexandre Grothendieck, Marcel Légaut y Antonio Duato)
    hacen punta y arrastran a muchos hacia una:
    BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA
     
    Aplíquesele la NOTA de orientación:
    SE HAN DETERMINADO VOLUNTARIAMENTE
    A BUSCARLE UN SENTIDO A LA VIDA
    (que no los deja vivir acunadamente! –tal vez)

  • oscar varela

    Hola!
    Dos “tal vez” (porque no puedo asegurar que sea así):
     
    UNO: “tal vez” el Occidente-cristiano durante el siglo XX haya ido
    declinando a DIOS hacia un Sentimiento tornasolado
                -(por un lado) Dolor por un miembro que se tuvo y ya no se tiene
                -(por el otro lado) Placer por ese miembro que se tuvo
    DIOS sería una especie de “MUÑON”.
     
    DOS: “tal vez” el Occidente-cristiano durante el siglo XX haya ido
    (y sigue) buscando con determinación voluntaria algún “sustituto”
    que “ocupe” el LUGAR VACÍO del evanescido.
     
    …………………….
    Nota de orientación (tal vez):
    * Si quieres entregarte a dormir descansadamente
                – no te determines voluntariamente a “querer” dormir;
                – déjate acunar por tus “ganas” de dormir.

  • Antonio Duato

    Pregunta Oscar si es que “el tipo escribe bien o es que el traductor es muy bueno”. Creo que las dos cosas, pero, para que puedas calibrarlo tú mismo, aquí aporto el original francés que no ha sido aún publicado. ¡Qué cuidada está cada una de las mil páginas escritas con máquina!

    https://www.atrio.org/wp-content/uploads/Nota-27-a-Llave-de-los-sueños-en-francés.pdf

    Lo que yo más he estimado en estas páginas, elegidas entre muchas otras tal vez mejores, es cómo este anarquista, hijo de anarquistas, un superdotado para las matemáticas, sin encasillarse ni esconderse en sus diferentes yos, llegado a una edad madura, se puso en busca de su yo profundo y del sentido y misión de su propia vida. Y entonces es cuando encuentra en Marcel Légaut un ejemplo único de buscador de la propia humanidad, del misterio que está en cada uno de nosotros y de inteligencia de Jesús, hombre de Dios llegado a plenitud.

    Lo importante de Légaut para él y para mí no es que fuera buen filósofo, exegeta o teólogo. Los ha habido muchos mejores. Lo extraordinario es cómo fue fiel a su misión de trabajar en conocerse a sí mismo, de creer en sí mismo y de entender desde ahí el sentido del universo y de la singular humanidad de Jesús.

    • Carmen

      Pues por eso mismo estoy convencida de que todo eso de que el mundo mundial se ha vuelto ateo, es una tontería y de las gordas. En primer lugar porque nos tenemos que referir al mundo occidental cristiano. O católico , para ser más exactos.
      Y en segundo lugar , quizás lo que suceda es que Nietzsche tenía razón y ese dios que nos presentan ha muerto. Y que Marx también tenía su parte de razón cuando decía que la religión, repito, la religión era el opio del pueblo. La religión.
      A lo mejor, pienso, que el camino pasa por redefinir todo. Cambiar el modelo de dios por otro de acuerdo a la mentalidad de ahora. Porque recuerdo que nadie sabe lo que es ni como es dios, luego nos vamos a equivocar, fijo. Pero lo que es absurdo es seguir manteniendo modelos que nos vuelven locos. Porque el modelo de dios como señor feudal, dios de la vida y de la muerte, a ver, y perdona la expresión, eso vuelve loco al mismo dios.

      Quizás, digo quizás,no sé, pero podría ser que tanto Marcel Lègaut como este señor, sencillamente decidieron luchar contra un modelo impuesto y buscaron respuestas en su interior. Y claro, llegaron a conclusiones parecidas. Bueno, conclusión no es la palabra adecuada, a intuiciones, a ideas, a yo no sé qué palabra utilizar, parecidas. Porque si es cierto que todos tenemos un trocito de dios dentro, o un destello de dios y ya tropiezo otra vez con las palabras, pues entonces es lógico.
      Siento no poder expresarlo mejor.
      Luego si esto fuera un poco cierto, el camino a seguir sería como un replanteamiento de, pues de todo.
      Como una búsqueda de la espiritualidad que , es que no tengo la menor duda, todos llevamos como una semillica dentro.
      Perdón, pero no lo sé expresar mejor.

      • Carmen

        Porque, no fastidies. Mi nietecico de veinte meses, es decir, ni tan siquiera dos años, es la segunda vez que lo internan, es de esos que pasa un virus cerca y lo coge , y se asfixia y lo tienen que internar para ponerle oxígeno, aerosoles, corticoides y todo el jaleo. Se te rompe el alma y eso que sabes que no es grave y que sale. Pero tengo el alma rota . Aquí estoy, en la terraza de la casa de mi hijo porque he venido a echar una mano con mi nieta que tiene tres años y medio. Tengo que pensar que dios todo lo manda en su infinita providencia porque es lo mejor para nosotros? Vamos, anda.
        La vida es como es y a luchar. Pero no metamos a dios en estas cosas, porque la gente sale corriendo y diciendo barbaridades y con toda la razón.
        Dios tiene que ser otra cosa. No sé qué es, pero sé lo que no es. Y hasta que eso no nos entre en la cabeza, la gente se considerará no únicamente atea, sino ante cristiana, anticatólica y antirromana. Y para esto sí encuentro palabras.

  • oscar varela

    MINIATURAS – Poemas para escribir en la uña
    Fancisco Vázquez (de San Fernando – Argentina)
    Colección: “En menos que canta un gallo”
    (Libros enanos para versos pigmeos)
    ……………………….

    ¡Oh si el mozo supiera …!

    ¡Oh si el viejo pudiera …!

    ¡Atrás, soñador!

    En el cuenco de mis manos

    no queda ninguna flor.

    (En la primavera

    los jóvenes, sueñan …

    los viejos, recuerdan …)

  • GIORDANO BRUNO

    Bueno, pero no solo Jesús se equivocó en eso de atribuir el fin del mundo ya. Ahorita que dirían los colombianos, no más. Y fuese, y no hubo nada. Otro que sin haber visto en su vida a Jesús, también lo hizo Saulo el converso, ( y no me molesto en buscar en que carta) pero lo dice, añadiéndole sí datos espectaculares, como no podía ser menos en un visionario como él.Ángeles trompeteros que bajan del cielo, volando por los aires, y más. Pero a todo eso la gente, sus seguidores, ya les llama él “cristianos”, se preguntan: ¿Y para que trabajar si el fin de todo va a ser tan inmediato?. Claro que, tiene que volver a lo dicho y retractarse, porque ese final no acaba de llegar, y mientras tanto hay que comer, por lo menos. Y cantando la palinodia, amenaza a los que se niegan a trabajar. Consta que ninguno le eche en cara la falsedad de lo que anunciaban. Por lo menos él no lo cuenta. Hay cosas que, en horas 24 las musas no pasan al teatro. Sólo en los poetas. Con la magia pasa que, se puede puede comer, pero  engañando a los demás.

  • oscar varela

    Hola!
    Dos cosas (por ahora; luego, veremos cómo sigue esta Novela)
    ……………………
    UNA: (una de dos)
    – O el tipo escribe bien
                – O el “traductor” es muy bueno.
    ……………………
    DOS: (ofrecimiento a Antonio Duato; y al que lo quiera meditar):
     
    NARRACIONES COMPLETAS
    enrique anderson imbert
    Ed.Corregidor-1990.
     
    PREFACIO
     
    Tengo ochenta años y, aunque creo que seguiré escribiendo, quiero darme el gusto de ver, yo, una buena edición de mis narraciones completas.
     
    Me han pedido que las prologue con una autobiografía. Lo siento, pero no puedo… ¿De veras es importante que los lectores sepan quién soy? Porque yo tampoco lo sé. Cuando escribo yo no soy yo sino varios yoes. Para hablar de mí tendría que usar máscaras, enfrentar espejos, impostar voces… ¡Y triplicarme! pues en mis narraciones hay tres personas en un solo Autor. Por favor, no confundan a los miembros de esta Trinidad: Hombre, Escritor, Narrador.
     
    El Hombre, macho o hembra, es un animal capaz de formular símbolos: los del lenguaje, el mito, la religión, la poesía, el arte, la política, la filosofía, la ciencia, etcétera. La capacidad de transformar la realidad mediante un proceso de abstracciones, aunque común al género humano, se manifiesta en unos individuos más que en otros. No todo hablante produce con su hablar cuentos y novelas. El hablante que lo hace es un hombre raro que a ciertas horas del día siente ganas de expresarse contándonos algo que ocurrió o imaginó. Al ponerse en tensión creadora adquiere una segunda naturaleza. En una especie de licantropía —pues acaba por parecerse a un lobo solitario— el hombre se convierte en escritor.
     
    El Escritor ya no es el mismo hombre que en un medio social atiende a las necesidades más ordinarias de la vida. Es su “doble”. Elige de todas las experiencias disponibles —reales o imaginarias— aquellas que mejor se prestan al arte de narrar, y para narrarlas inventa a un personaje: el narrador.
     
    El Narrador es el otro yo del escritor, así como el escritor es el otro yo del hombre con vocación literaria. Al revés de los dioses que, según los Gnósticos, se debilitaban a medida que uno engendraba a otro y éste al siguiente, el narrador tiene más fuerza expresiva que el escritor, y el escritor más que el hombre que lo respalda. Los personajes, acontecimientos y circunstancias del relato o la novela que el lector lee son ficciones narradas desde el punto de vista de este personaje ficticio que es el narrador.
     
    De los tres —Hombre, Escritor, Narrador— el único biografiable es el primero, y su biografía importa menos que las ficciones de los restantes dos. Igual que en un cuento de hadas, de los tres príncipes el tercero es el principal.
     
    El lector, sin ningún esfuerzo, conoce al narrador con las palabras que le lee y, aguzando la mente, alcanza a conocer las intenciones del escritor que sopló esas palabras al narrador. Si el lector, además, desea verle la cara al hombre de carne y hueso del que salieron el escritor y el narrador, debe recurrir a informaciones biógrafos que son exteriores a las aventuras que ha leído.
     
    Al lector que se contenta con gozar del texto le digo: “Aquí tienes mis narraciones: léelas e interprétalas”. Al lector más curioso que busca datos le aviso que en el segundo volumen encontrará un apéndice biobibliográfico.
     
    Y basta de juegos. El aviso que acabo de pasar descubre que mis argucias sobre la Trinidad han sido un subterfugio para que la biografía que me pidieron que exhibiese en un Prefacio se recate, con hipócrita modestia, en un Postfacio.

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Me encanta esa sencillez al comunicar sus experiencias; y lo del rebaño ¡¡¡genial!!!

    Y el olor a oveja… Cuando puedes observarlas de cerca… por aquellos lares de Soria, donde pasé varios veranos, para reforzar la salud de uno de mis hijos… recogían al atardecer sus ovejas, y muy de mañana salían para la pradera; las miras, con esos grandes ojos y muy tristes (no se la razón, pero tienen la mirada triste) y piensas, que en cuanto den su peso, irán al matadero para saciar nuestro apetito.

    Solo balan sin cesar, no protestan, no piensan… al menos eso creo… se fían de sus pastores… menos en el cuento de Carmen… que decide por donde quiere estar, después de haber buscado un lugar donde se sienta como en casa.

    Eso nos sucede mucho a gran parte de la raza humana; y si hablamos de religiones..:

    ¡Tremendo!

    No pensamos, no decidimos, “medio” obedecemos ha  nuestra conveniencia, porque mudar, optar, pensar y hacer:

    ¡Es harina de otro costal!

    mª pilar

  • Carmen

    Me encanta .

    Me produce muchísima ternura este señor. Está, estuvo, buscando sus respuestas. Espero que las encontrase. Me hace gracia que se detenga tanto en el concepto de rebaño. Hubo una época que me dio  por escribir cuentos, no guardo ninguno , cambié de ordenador y todo se perdió. Pues escribí tres o cuatro sobre un personaje, la oveja rosa. Era una oveja que iba de un rebaño a otro preguntando,  cada rebaño  era de un color, pero no encontraba ninguno del suyo. se metió una vez en una reunión de pastores y salió corriendo a todo correr, asustadísima. Era un personaje muy bonico. Creo recordar que al final acabó correteando sola por los prados y alimentándose de flores de colores. Le encantaban las flores.

    En fin

    Me ha gustado mucho.

  • Una reflexión mas que interesante. La fe tiene que andar en harmonía con la razón y el buen sentido de la vida. Me gusta mucho.