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Homosexualidad, eutanasia y aborto

         A propósito de algunos hechos y pronunciamientos ocurridos en los últimos días en torno a los temas de homosexualidad, eutanasia y aborto, me he dedicado a escribir unas reflexiones que deseo compartir –y madurar– con otras aportaciones. Las resumo en tres puntos:

  • 1. Entiendo la Ética como respeto práctico a una jerarquía de valores. Por eso no comprendo ciertos pronunciamientos y tantos silencios “sonoros” por parte de “pastores”, que me parecen demasiado condicionados por ideas viejas, y que pasan de largo ante problemas humanos fundamentales, y en cambio se detienen –y mucho– en cuestiones de segundo orden.

        ¿Cómo explicar estas conductas? ¿Por apego, poco razonable hoy, a la tradición viejotestamentaria, que Jesús no siempre respetó; por ignorancias inconscientes ancladas en un pasado “sacralizado”; por falta de auténtica libertad interior, que incapacita para discernir con claridad? (No quiero pensar que en algunas ocasiones sea por hipocresía.)

        El caso es que, en mi opinión, esos pronunciamientos no respetan la jerarquía de valores evangélicos y parece que así se margina o ignora la esencia del Reino. En el Reino de Dios, en el mensaje de Jesús de Nazaret, es más importante la denuncia de la injusticia –corrupción, depredación de bienes públicos etc.–, que causan sufrimiento al ser humano, que los fallos de sexo. Es más importante la liberación y promoción de quien sufre opresión y abusos… Es más importante denunciar y promover-liderar la defensa, por ejemplo, contra los desahucios, etc. etc.

        Si los “pastores” están más preocupados y alzan la voz contra los que “mal-copulan” sin límites ni control, que contra los que roban, matan o impiden una vida digna…; si se callan cuando algunos entran en el rebaño y maltratan o sacrifican las ovejas, a las que dejan casi sin pan, sin techo o sin cobertura sanitaria etc., y después van a misa o visitan monasterios…; si en éstos y parecidos casos, los “pastores” se callan y acogen…, son sencilla y lamentablemente cómplices.

        Cuando políticos y hombres de negocios se arriman al “pastor”, y en sus programas respaldan sus doctrinas y exigencias, y al mismo tiempo roban y depredan o engañan con mentiras, son lobos que entran, con piel de oveja, en el rebaño, también en busca de votos cautivos por la enseñanza tradicional –de la que no han sido capaces de liberarse– o por la ignorancia o buena fe de muchos débiles y sumisos, incapaces de discriminar bien.

        En este caso, ¿qué cristianismo es ése que calla ante quien devora pisos, ahorros…, ante quien privatiza y, sin escrúpulos, deja casi en desamparo a los más débiles, favoreciendo de hecho con su silencio un darwinismo social? ¿Es cristiana esa pasividad del “pastor” que mira para otro lado cuando el lobo depreda, o que recibe en la iglesia o en un monasterio…, sin exigir reparo y cambios más solidarios? ¿No es esto obscenidad mayor que la que a veces exhiben públicamente algunos grupos gay, tan insistentemente condenados? Es más grave apoyar movimientos sociales o políticos que defienden y aplican el sistema neoliberal (que, tal como se impone, es incompatible con el Mensaje del Reino) que hacer la vista gorda con la homosexualidad públicamente transgresora y provocadora.

        Por otra parte, parece que bastantes “pastores” son poco conscientes –¿por sus fijaciones ideológicas ancestrales?– de que en la Iglesia y en su doctrina se han introducido influjos, claros o sutiles, de ideas y valores –más bien, contravalores– gnósticos y maniqueos que, de forma encubierta y racionalizada, perduran en muchas mentes y doctrinas de la jerarquía, de “pastores”. Piénsese, por ejemplo, en la reiteración de la virginidad de María, en el “sin romperlo ni mancharlo”, en el “virgen de las vírgenes” etc., introducidos en oraciones y hasta en fórmulas conciliares… ¿No se perciben aquí sutiles restos gnóstico-maniqueos, doctrinas que tanto aborrecían el sexo y la relación sexual? En tanta insistencia y condena de la homosexualidad, ¿no se percibe algo parecido? La historia y la tradición influyen en nuestras mentes más de lo que se reconoce.

        Por eso, puestos ante la homosexualidad –que a muchos nos puede resultar repugnante o cómica, según se mire–, creo que debemos verla con respeto –respeto silencioso–, comprensivo y acogedor, sin condenas. (Pese a que en algunas circunstancias festivas se pasen demasiado…)

  • 2. ¿Y qué decir de la eutanasia? En este tema está ocurriendo algo parecido. Se calla ante guerras, muchas de ellas tan crueles que matan seres inocentes, niños…, o se guarda silencio ante muertes por hambre –y hoy morir de hambre es un asesinato, como alguien dijo, con razón–, y en contraste grave e incoherente se prohíbe la eutanasia –que por supuesto debe regularse y controlarse bien–; eutanasia que en muchos casos no es más que practicar una obra de caridad con quien sufre sin esperanza…

        En estas circunstancias, ¿cómo entienden e interpretan los “pastores” el quinto mandamiento? Son laxos para lo más grave e inmoral, y al tiempo se manifiestan estrictos, “fieles”, contrarios a lo que puede ser un gesto de amor y de caridad… ¿Cómo llamar a estas conductas? ¿Ceguera, mala comprensión por rígida, ignorancia incubada por el apego a una tradición mal entendida y sobrevalorada, hipocresía?

  • 3. Un apunte breve sobre el aborto, tema que también requiere matices, a veces muy finos. Me parece razonable en casos extremos. ¿Pero el aborto sin matices es moral, es ético? No podemos frivolizarlo ni dejar de ser coherentes: Si me opongo a una guerra que mata, si apruebo el castigo por asesinato…, ¿se puede tomar a la ligera el aborto libre, que supone la muerte de un niño inocente?

        Me parece que aquí hay mucha incoherencia y tal vez hipocresía… Concreto algo más:

        La derecha política hasta hoy –y también alguna mal llamada izquierda– ha apoyado las guerras y la pena de muerte, y sin embargo prohíbe el aborto… La izquierda política es en general más contraria a las guerras y a la pena de muerte, pero reclama libertad para el aborto, despenalizado… ¿Es esto coherencia? ¿Es propio de una izquierda, que se dice humanista y progresista?

        Una mujer, si no puede o no quiere tener un niño –a no ser en casos de alto riesgo para la vida de la madre o de graves malformaciones del feto– que lo dé en adopción, pero que no lo mate. Esto es, a mi parecer, lo humano y coherente. El aborto libre, sin más, no es de progresistas. La auténtica izquierda, que valora al ser humano como el primer valor, si quiere ser humanista, honesta y solidaria, debe defender la vida y promocionar en todo lo que pueda al ser humano. De lo contrario es incoherente y justifica lo injustificable. (Éste es mi parecer)

        Yo a la izquierda –y me confieso un hombre de izquierda, es decir, un hombre que quiere una sociedad, una política y una economía con ética– le pido ética coherente… En esto se diferenciará de la derecha, que (perdonen) defiende en primer lugar intereses.

        (Al hablar de derechas o de izquierdas se debe matizar bien: hay buenas personas, llenas de buena voluntad en una y otra parte. Aquí hablo en general, pero sin intención de generalizar.)

        En suma:

  1. En mi opinión, no es propio de una auténtica izquierda humanista reclamar el aborto libre, sin límites razonables. Sin algunos límites, la izquierda se rebajaría, se degradaría.
  2. Sería bueno revisar el posible fondo gnóstico–maniqueo infiltrado en la moral cristiana, que tantas angustias ha generado. Respeto la dignidad y la libertad de las personas homosexuales. No las desmesuras de las fiestas gay.
  3. Apoyo la eutanasia como caridad.
  4. Es preciso repensar la jerarquía ética de los valores cristianos evangélicos.
  5. Para ello necesitamos más verdad interior, ésa que hace libres, y que nos hará más flexibles mentalmente, y más humildes de corazón, esa humildad y limpieza de corazón que hace posible ver y entender mejor a Dios.

        NOTA: Agradezco a quien matice y enriquezca estas reflexiones. Creo que es más importante escuchar y aprender que “tener la razón”, y no crecer ni madurar.

24 comentarios

  • George R Porta

    Un remedio a la cuestión del embarazo no deseado es la de que no ocurra si no lo es. Para esto no basta que la mujer no quiera si el hombre lo desea, sobre todo en el contexto del matrimonio. Debe haber sin excusa o excepción un respeto radical por el deseo de la mujer. Si la mujer no lo desea no puede haber ningún impedimento para que evite el embarazo.

    No obstante, ambos, el hombre y la mujer encuestión, deben bucar los hijos con toda intención y voluntad, incluyendo la investigación genética para comprobar que no haya posibilidades evitables de que la criatura nazca con defectos irreparables. Y si esa posibilidad no está al alcance de los futuros progenitores lo que no es aceptable es simplemente jugar a la ruleta rusa y sujetarse solo al azar en materia tan grave.

    El componente médico de este asunto es mucho mayor que el componente legal o el componente moral. Si la existencia de una tercera persona va a ser puesta en peligro solo puede ser justo protegerla preventivamente al máximo y esa medida de prevención no está al alcance de la mano, por la razones que sea, es obvio que el embarazo no es posible como no lo es si alguno de los progenitores no lo desea, sobre todo la mujer.

    Lo que los curas y las instituciones opinen siempre quedará por debajo de este nivel de derecho a la autonomía mayor que solo está encuadrada en los límites del fuero interno.

  • George R Porta

    Gracias a Carmen, Asun y Ana por sus saludos tan cordiales y que, desde luego, gustosamente reciproco.

  • George R Porta

    Carmen, por favor, perdone el error siguiente si se anima a leer mi respuesta a su comentario de hace unos poco minutos:

    Donde se lee: «además hasta hace muy poco la literatura psicoterapéutica al respecto era abundante al respecto.» debe leerse «además, hasta hace muy poco, la literatura psicoterapéutica al respecto no era abundante».

    Gracias.

  • ana rodrigo

     

     
    Lo peor es cuando los mismos pastores son lobos disfrazados de ovejas.
     
    Los valores son un abanico de objetivos, y es cierto que debe haber una jerarquía de los mismos que no sea excluyente de los demás valores; el problema está cuando se quiere compatibilizar los valores con lo que son injusticias y demás contravalores. Callar ante tantos sufrimientos, es complicidad. El que llevemos el 2019 con una mujer asesinada por un hombre cada semana, son 17 en total, y los obispos y las homilías se callen, es una vergüenza. Lo mismo que los silencios que tú enumeras ante tantos hechos objetivos, no especulativos ni inventados. Es terrible y hay que poner en evidencia estas contradicciones tan flagrantes a ver si les llega algo a esas cabezas sin corazón en tantas ocasiones, sobre todo a los portavoces y jerarcas muy emperifollados en mitras, báculos, colores y colorines de solideos, fajines y demás abalorios suntuosos, más el boato litúrgico y vacío de contenido, y que hablan en nombre de la Iglesia. En fin, queda mucho por hacer y pelear.
     
    Acabo de leer en El País un titular del autor de un libro “El sueño de Sancho”, Manuel Lozano Leiva, y el titular del artículo dice: “Cuando la Iglesia se opuso a la higiene, la vacunación y la anestesia general Siempre con siglos de retraso, siempre en la babia, alejándose del mensaje de Jesús para el que la persona y sus sufrimientos estaba muy por encima de todo lo demás. ¿Qué le aporta a una persona sufriente la virginidad de María o la infalibilidad del Papa, etc.?, por ejemplo.
     
     Ahí siguen, en el limbo de los inconscientes, o de los que no quieren ser conscientes del mundo en el que vivimos, una tragedia.
     
    Últimamente he asistido a tres misas que le celebraron en honor a mi hermana fallecida y muy querida por todo el mundo, y en las homilías, no se habló de ella y del dolor de sus seres queridos, solamente hablaban del cielo en que ya descansaba en brazos del Padre. Al final, le pedí permiso a uno de los curas (amigo mío de cuando éramos jóvenes antes de ser sacerdote) para hablar yo, y no le gustó nada, pero me dio igual, hablé.
     
    José Antonio,discrepo contigo en tres cosas: una, sobre el aborto regularizado por ley cuando está en la fase cigoto o embrión, no cuando ya su desarrollo ha llegado a término y puede vivir autónomo de la madre. Yo no sé qué partido pide el aborto libre sin límites, no lo conozco. El que lo diga un individuo, no es indicativo de ser de izquierdas ni de nada, es su opinión personal.
     
    Dos, sobre los homosexuales parece que cuando dices los respeto, les haces un favor. El respeto es elemental con cualquier ser humano, los homosexuales son seres humanos, y, como tales, iguales a todos los demás. Después, habrá conductas como en los hetero que pueden gustar más o menos, pero no afecta a la homosexualidad de las personas. Por ejemplo yo nunca me he disfrazado en carnaval porque no me gusta, y, ya ves cómo están las calles de hetero, de homo de ELTB, etc. por esas fechas.
     
    Y tres, cuando hablamos de izquierda y derecha en política, pienso que no se trata sólo, -que también-, de la bondad de cada individuo, sino de un programa de gobierno colectivo resultado de las voluntades individuales a través del voto. Lo que tenemos que valorar son las propuestas de los partidos para el bien común, y allá cada cual con su conciencia o su capacidad de discernimiento.
    Venga, pa lante, que poco a poco se llega lejos.

     

    • George R Porta

      ¡Hola, Ana! Un saludo cordial. Deseo que tu familia y tú estéis todos bien.
      Solo un comentario al margen:
      En 1853 el uso de la anestesia durante el parto estaba prohibido en Inglaterra por razones bíblicas y en abril de ese año Victoria ya tenía 33 años y se enfrentaba a su octavo parto (Leopoldo). Por miedo a morir debido a complicaciones de edad y tal, consultó, contra la opinión de los médicos de su corte y la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra, a un médico londinense, John Snow, que propugnaba el uso del éter o el cloroformo durante el parto para disminuir el sufrimiento de la mujer y que se agotara.
      El escándalo fue grande, más bien en sordina, pero desde entonces las mujeres pudieron aliviar sus dolores de parto, Biblia o no Biblia, porque Victoria autorizó el uso de la anestesia. Antes de hacerlo con ella, Snow había utilizado la anestesia en 77 ocasiones. Murió solo cuatro años más tarde, reconocido por sus trabajos en anestesiología y epidemiología.

      • ana rodrigo

        Gracias, querido George por tus buenos deseos, sabes que son recíprocos por mi parte hacia ti.

        La casuística del absurdo debe ser infinita en nuestra iglesia y, en concreto en moral sexual, debe ser la traca. A mí me dijo una exmonja que, no hace tantos años, las obligaban a ducharse medio vestidas con una especie de túnica, o que una exalumna, después de la noche de bodas le había dicho: “madre, qué feliz soy, no he sentido nada”. O un exjesuita me dijo que, otro compañero, cuando estudiaba el arte griego, ponía una pegatina para tapar las fotos de las esculturas, o que nunca había mirado la anatomía femenina en un libro por miedo a pecar y que llegó al matrimonio sin saber cómo eran los genitales femeninos. La ignorancia y la represión han ocasionado mucho sufrimiento a muchas personas.

        En fin, a veces es mejor reirse un rato por no llorar, pero este clero y sus normas y su moral, necesitan un buen rebolcón mental.

        Un abrazo grande, querido George.

  • Carmen

    George.

    También he leído un montonazo sobre el tema de la homosexualidad . Hace año y medio  mi hijo me dijo que tenía una pareja , un chico. Mi sorpresa no tenia límites, pero hice la mejor interpretación de mi vida. A los quince días vino mi yerno a conocerme. Es un chaval encantador. Ya forma parte de la familia.

    Mis hermanos, mis amigos, mis amigas, mi otro hijo, mi nuera, todos me decían: hija, por favor, a estas alturas de vida, tu cabeza funciona bien, no entiendo tu preocupación. Y les decía. Mi hijo va a tener una dificultad añadida a la vida, que de por sí ya es complicada. No es otra mi preocupación. La respuesta era, ya estás, no pienses tanto. Eso son cosas del pasado.

    Pero hace meses salió un partido político que se llama VOX. Estoy segura de que ahora quizás empiecen a entender mi preocupación.

    Y si, por lo que he podido leer, no se sabe cuál es el origen, pero gracias a dios, la OMS ya no la considera enfermedad. Sencillamente , ahí estån. Posible hayan estado ahí siempre.  No sé. Tampoco me importa importa ya demasiado, son personas. Punto. Con iguales derechos ,deberes y dignidad y merecedores de respeto como cualquier otra.

    Un saludo cordial.

    • George R Porta

      ¡Hola Carmen! Un saludo cordial. Me alegra saber que tiene una buena y cariñosa relación con su hijo y con la pareja de este. Eso es bueno. Ya sabe que soy palabrero y le anticipo que esta respuesta es más bien larga, pero así escribo.
      La conducta sexual no es mi especialidad. Me he dedicado a la depresión, la bipolaridad y las crisis existenciales, pero en ese contexto he tratado de ayudar a personas que se reconocían como homosexuales y que, en sus propias palabras, lamentaban o se angustiaban por serlo.
      He practicado la psicoterapia desde antes de que la homosexualidad fuese eliminada del Manual (DSM-II) de Diagnóstico estadounidense, pero, aun así, si no en la totalidad lo era en la mayoría de los casos, la angustia se debía más a la anticipación del rechazo que quienes sentían la necesidad de permanecer en el llamado «closet» sabían que recibirían sobre todo de sus más allegados si salían del closet. He visto mucho sufrimiento tanto en quienes sufrían anticipando el rechazo (o al recibirlo de hecho) cuanto entre quienes les rechazaban.
      No me arrepiento de haberles acompañado en ese camino y de haber moderado el enfrentamiento en varios casos en los que mi apoyo y mi presencia ayudó a que mis clientes salieran de sus closets con respecto a sus progenitores y, en algún caso, con respecto a su cónyuge. Nunca rehusé ayudar también a las otras partes del conflicto y pude hacerlo en un número de ellos. No recuerdo ningún caso en el que un cura o un pastor evangélico o reformado no me hiciera resistencia o me declarara la guerra. Un par de casos con la Testigos de Jehová y los Adventistas fueron simplemente muy cercanos al conflicto legal en una corte de justicia y desde luego con los correspondientes tribunales de corrección de sus propias organizaciones.
      Fui por ocho años consultor del Tribunal de la Arquidiócesis de Miami y también me alegro de haber ayudado a frenar el apuro por anular matrimonios de hombres que necesitaban esclarecer sus situaciones porque estaban saliendo del closet estando casados y con hijos. La causa de ralentizar el proceso era precisamente tratar de limar las asperezas para que no fuese anulado el matrimonio por condenación o rechazo. En un par de casos, la esposa decidió permanecer en el matrimonio y el Tribunal no pudo anularlo, ex oficio, porque fue retirada la solicitud. Tuve pocos casos de mujeres y no sé mucho de la homosexualidad femenina.
      Una cosa no he sentido que pudiera hacer: Mediar en los conflictos de pareja entre homosexuales. Sigo opinando que, habiendo psicoterapeutas homosexuales en Miami, sea solo apropiado para mayor efectividad en los resultados que uno de ellos/as proveyera la ayuda. No me anima a este respecto el rechazo, pero la relación íntima en el contexto de la homosexualidad, hombres o mujeres es diferente y no sé si comprendo bien el asunto porque, además hasta hace muy poco la literatura psicoterapéutica al respecto era abundante al respecto.
      En cambio, me alegra haber apoyado y ayudado a lograr que unas cuantas parejas pudiesen adoptar, que es un campo en el que la literatura clínica y legal al respecto abunda y opina con gran autoridad y abundancia de evidencia.
      La crisis de los abusos clericales de 2001 me puso en contacto con un número considerable de casos y quedó bien claro que el maltrato infantil es más una cuestión de maltratadores/as heterosexuales y cercanos/as a la familia, que de hombres y mujeres homosexuales. Perdí dos buenos amigos sacerdotes que en su juventud practicaron la homosexualidad y fueron denunciados por relaciones que habían tenido hacía unos treinta años, cuando aún estaban en el seminario, durante los meses de práctica pastoral. Uno se suicidó por miedo al escándalo a pesar del apoyo que le dimos para que afrontara la situación y el otro abandonó el curato, aunque pudo haber hecho mucho bien sin hacerlo porque era extraordinario proveyendo consejería pastoral con los/as encarcelados/as y los enfermos terminales. No he sabido más de él porque se fue a Centroamérica, y emprendió su práctica psicoterapéutica, pero rehusó mantener el contacto. No entiendo su actitud, pero la respeto.
      Hay algo que me pesa, y es mi opción de no haber tenido una cónyuge y descendencia. Mientras esperaba en Cuba para realizar mi entrada a la vida religiosa y por los años que estuve en ella de un modo u otro, era inevitable optar por posponer o renunciar al matrimonio y lo lamento. Una de las causas, años más tarde cuando estando en Roma abandoné la orden religiosa a la que pertenecí, fue precisamente la hipocresía eclesiástica que vi de cerca en cuanto a la homosexualidad y en general. Entonces ya tenía experiencia como profesional clínico y, desde luego, mis opiniones habían cambiado mucho. Me moriré sin descendencia porque ya estoy viejo y me pesa no haber tenido hijos/as.
      Es bueno que el aire se haya despejado y que hoy día, con festejos más o menos exagerados como preocupa al autor del artículo, o sin ellos, las personas que se reconozcan homosexuales puedan llevar su vida como prefieran y que no sean despreciadas o perseguidas por ello. El resto del mundo humano lo hace.

      • Carmen

        Gracias.

      • Carmen

        Pues eso eso de la adopción, ni idea tengo.
        No sé qué pensarán hacer. Son jóvenes, están en la treintena. Y es un tema del que me gustaría saber algo. No sé. Soy maestra. Los niños a veces son tremendos. Estoy pensando en sus posibles compañericos de clase.
        De todas maneras harán lo que crean oportuno. Es una pareja valiente. No pienso opinar, solamente apoyar, pero eso no está reñido con informarme y pensar.
        Cuando hablamos aquella noche le dije: no te quedes sin tener un hijo. Es esa cosa que me entra y que soy incapaz de callarme. Se rió y dijo: dame tiempo, somos jóvenes.
        Pero es algo que tengo en la cabeza. Me puede recomendar algún libro? No sé gran cosa, pero tengo una licenciatura en ciencias de la educación, de la rama de educación especial. Se lo digo para que sepa que si el texto no es muy complicado, quizás lo pueda entender.
        Me hará el favor?
        Gracias.
        Y respecto a no tener hijos, olvídese de eso. No vea la de jaleos que se ha ahorrado. Además de que da la impresión de que ha ayudado a mucha gente. Ellos no le olvidarán. A veces les digo a mis hijos: mis críos me quieren más que vosotros. No les gusta, pero a veces, uf.

      • Asun Poudereux

        Muchas gracias, George. A mi parecer, el testimonio que vas compartiendo con amigos, conocidos y desconocidos, va dejando multitud de huellas, en ocasiones muy profundas, difíciles de no hacerlas propias y universales, como si tus mismos hijos, fruto de tu saber hacer, te escucharan y te contemplaran.

        Lo hecho, hecho está, con la mejor intención que se puede, y aunque no lo veamos ya mismo, me hace confiar que siempre es para el bien de toda la Humanidad.

        Un abrazo atriero abierto, George.

  • George R Porta

     
    Sobre la homosexualidad: este es un tema igualmente candente.
     
    En la segunda versión del Manual de Diagnóstico y Estadísticas de la Asociación Americana (estadounidense) de Psiquiatría (DSM II, en inglés) Robert Spitzer, el psiquiatra que dirigió la redacción de cinco versiones del proyecto, defendió y logró eliminar la homosexualidad sin más especificación de entre la lista de diagnósticos psiquiátricos, dejando solamente el caso de la homosexualidad disfórica como posiblemente patológica. En 2011, cuatro años antes de morir, declaró que lamentaba profundamente haber publicado un estudio en 2001 en el que proponía un modo de hacer reversible la homosexualidad que no había conducido a evidencias de esa posibilidad y que lo consideraba afrentoso para las personas que se definían como homosexuales.
     
    Tal parece que la etiología de la homosexualidad permanezca indeterminada. Nadie ha podido afirmar con suficiente validez y autoridad que sea genética o que sea aprendida o en qué condiciones y proporciones es lo uno o lo otro.
     
    El autor propone moderación a los homosexuales en sus fiestas. No me parece equitativo mencionarlo si es que no se menciona la necesidad de la moderación en las fiestas no homosexuales. Después de todo cualquier exceso es cuestionable y la prudencia y la moderación parecen siempre preferibles.
     
    La moderación es necesaria si es que festejar inmoderadamente va a interrumpir o conturbar el ambiente de quienes no participan del festejo.
     
    Los Carnavales de Río de Janeiro, en Brasil, por ejemplo, son conocidos por la intensidad que los caracteriza en todo sentido. Seguramente muchas personas que los presencien se escandalizarán, pero quien asiste a esos festejos lo hace voluntariamente.
     
    Lo mismo ocurrió con la pederastia y los escándalos del clero y el correspondiente encubrimiento por parte de los obispos. Ambos, los crímenes de pederastia y los crímenes de encubrimiento, los cometieron voluntariamente y por lo tanto no tienen defensa. Más aún después que se sabe que la sospecha de un vínculo necesario entre la pederastia y la homosexualidad no es ni evidente ni necesaria causa de sospecha.
     
    Al final del retiro de los Sudaneses con Francisco, el video que publicó Atrio permite ver a Francisco exhortar a los asistentes a resolver sus diferencias en privado y la falta de transparencia parece que para Francisco sea menos grave que el escándalo.
     
    Hay un pequeño ensayo de jurisprudencia sobre el derecho a la privacidad y el Internet muy interesante. Desconozco si existe en español, pero en inglés se titula «The Unwanted Gaze: The Destruction of Privacy in America» (N. York, Random House, 2000).  La traducción del título (mía) es la siguiente: «La mirada indeseada: La destrucción de la privacidad en América». Jeffrey Rosen es profesor de la Escuela de Derecho de la acreditada George Washington University, en Washington D.C. Su discusión ocurre sobre un dictum de los Rabinos en la Mishná: Ha-Mishpat Ha-Ivri que aconseja o instruye que nadie debe construir una casa con puerta o ventana exactamente opuesta a la puerta o la ventana de la casa de otra persona… o prohíbe que se construyan ventanas de una residencia familiar que se abran directamente a una plaza pública o un patio común, precisamente para evitar el daño que se puede hacer mirando con «mirada curiosa» o de intruso (Hezzek Re’iyyah, en la Enciclopedia Talmúdica de Jerusalén, 1975, volumen 6, columna 673, de una discusión propuesta por Maimónides).
     
    Abrirse a la curiosidad intrusa es considerado no solo imprudente sino hacerse cómplice de la intrusión.
     
    En suma, parece que la prudencia ha sido considerada buena, necesaria, desde hace siglos.
     
    El consejo de Francisco, desde ese ángulo, modera prudentemente la cuestión de la tan exigida transparencia. La privacidad permite no ser transparente, no vivir expuesto al daño de la mirada intrusa, aunque conlleve el riesgo de la criminalidad oculta. Y eso no es malo cuando la autonomía es ejercida a base de bien.
     

    • juan antonio vinagre oviedo

      Respondo a George, Ana y Carmen, cuyas aportaciones agradezco de veras. Sólo alguna precisión por mi parte. Sintetizar mucho en temas tan complejos, que a veces requieren mucho matiz, es un riesgo que asumo. En un resumen, no siempre se dejan claras las ideas que uno expone.
      1. De nuevo, gracias, George. Ahora que te conozco un poquito mejor, me inspiras más aprecio. Sólo tres-cuatro comentarios a los tuyos:
      a) Aunque no viva este tipo de desmesura con preocupación, sí admito que en una crítica acerca de un tema, no debo centrarme sólo en un aspecto. Hay muchas desmesuras y más graves: conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, que causan víctimas etc. Pero sobre todo, la desmesura del poder y la riqueza que abusan y causan aún más víctimas… Ésta sí es la gran desmesura…
      b) La prudencia y la moderación en la vida… es algo que se viene recomendando, y enseñando, al menos desde Confucio. A mí me parecen cada vez más necesarias, especialmente hoy que se crean tantas necesidades inútiles o acaso nocivas… Ya sé que con esto no digo nada nuevo: todos o casi todos lo compartimos.
      c) Estoy contigo en que el DSM goza de cierta autoridad. Yo también lo he consultado más de una vez. Te hablo ya del DSM IV. Aunque a veces me parece que necesita revisión. Algunos artículos quizá sean un poco sesgados…
      d) Sólo añadir un comentario al concepto de libertad. La libertad no es el valor absoluto. La persona sí que lo es. Por eso a la libertad le pido ética. Una libertad sin ética ¿qué es? ¿Permiso para la revancha, para la venganza, para desfogar el resentimiento o para encubrir intereses etc.?
      Por último, lo que recuerdas, George, sobre Victoria y Snow, me evocó a Darwin, que también pasó malos tragos con los conservadores anglicanos. A muchos les destruía los esquemas de interpretación bíblica literal…, como con Galileo y antes con Copérnico… (Lutero también se le opuso.)
      2. Gracias también a ti, Ana. Quizá yo deba matizar más algunas frases. Trato de distinguir -aunque no siempre lo consiga- entre persona -valor absoluto indiscutible- y actos o ideas de la persona. Con éstos puedo no estar de acuerdo, pero la persona sigue siendo para mí -así lo deseo- un valor casi sagrado, merecedor de atención y afecto, sin discriminaciones.
      Claro que teóricamente lo principal son los programas políticos -cuando se pide el voto-, pero últimamente me fijo más en la fiabilidad de la persona que lo expone, pues cabe mucho fraude… y promesa falsa.
      3. Por último, Gracias a ti, Carmen. Cuando escribí el artículo no pensé en tu caso. (Mira la importancia que le doy…) Sólo añadir que me pareces una buena persona, y que eso es lo importante, no la “respuesta rápida”. Un cordial saludo a todos.

      • George R Porta

        Gracias por leer lo que escribí y por estos comentarios.
        El DSM IV revisado y el DSM 5 han introducido muchos cambios, como siempre unos más o menos acertados y otros exigiendo o estableciendo bases nuevas a un nuevo paradigma de diagnosticar: Han creado como estos grandes paraguas ampliables bajo los cuales se agrupan formas patológicas que aún requieren estudio, por ejemplo, los problemas de tipo autista, en lugar de establecer el autismo como una categoría diagnóstica él mismo.
        Spitzer murió y no pudo invertir mucho tiempo en el DSM IV – R siquiera. Tuve la fortuna de asistir a varias de sus conferencias para renovar mi licencia clínica. Era un estudiante extraordinario y un mejor profesor. Además, ofrecía sus conferencias en escenarios de la naturaleza estadounidense de enorme belleza y eso lo hacía todo más tentador. Tuvo que enfrentar muchos rollos bastante chungos con el problema de la corrección política que me parecieron injustos y, sobre todo, con la influencia evidente que trataban de ejercer las industrias farmacológicas sobre la definición de los diagnósticos o los criterios para aplicar un diagnóstico determinado. La taxonomía, como sabes, es compleja en materia de diagnóstico.
        Ya estoy jubilado y solo mantengo una práctica pequeña, mitad pro bono, para no perder la costumbre y, como sabes, para enriquecerme porque ya los pacientes dan mucho más de lo que reciben.
        Un abrazo cordial.

      • Carmen

        No es mi caso. No sé si aquí, los que leen o escriben artículos o comentarios en Atrio, conocen a alguna persona que pertenezca al colectivo homosexual. Pero es que aunque nadie de los que aquí entren no conociesen a nadie, seguiría sin ser mi caso. De hecho usted ha escrito este artículo. Será porque es un tema candente.Y mi persona ha contestado. Lo mismo que esta señora que decidió morir con la ayuda de su marido, no es su caso. Es el tema de la eutanasia de lo que se habla.
        Lo que sucede es que tengo una determinada forma de abordar las cuestiones, desde un punto de vista de mis vivencias personales. Otros hablan desde una perspectiva, digamos cónica. Eligen un punto exterior y … Pero prefiero la perspectiva personal, porque, pienso igual que usted, lo importante es la persona. Pero no sé confunda, no era una personalización, es un recurso estilístico.
        Porque en el fondo, y aunque cada uno de nosotros seamos seres únicos e irrepetibles, tenemos todos sentimientos muy parecidos. Y cuando empatizas con alguien que presenta un aspecto de su vida con toda su alma, quizás, es posible que te replantees determinados asuntos.
        Al menos existe esa posibilidad, creo, no sé. Hay quien dice que la sinceridad está sobrevalorada. Vaya usted a saber…

        Un saludo cordial.

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Hola George:
      Me encanta verte de nuevo en este Atrio que amamos.

      Personalmente experimenté tu gran capacidad de escucha; y algo muy importante para mí; comprobar, que no mezclas para nada… los asuntos puramente humanos, desde ese conocimiento, por tu preparación, estudios, y manera de resolverlos; con las creencias que cada cual viva.

      Te pregunto:
      ¿No está haciendo mucho daño… ahora, antes, y lo que seguirá viniendo… si la iglesia, persiste en meterse en todos estos temas, desde… ¡La fe, o la religión, endiosando todo cuanto toca?

      Experimento con tristeza, que cuando estos temas, se miran desde la llamada vida de “salvación o promesa de ella” todo toma un giro de mala objeción, a la hora de “calificar” a las personas.

      Nos has presentado, los tres apartados por separado, y desde una mirada especializada en ellos; y cambia totalmente el sentido, a la hora de contemplarlos; y eso me reafirma… el daño que se puede causar, cuando nuestra mirada, no está limpia de toda religiosidad; eso es otro tema, totalmente personal, y que no debería empañar los caminos de las ciencias y sus avances, al poseer más conocimientos.

      Si entramos en el terreno de la:

      ¡Libertad!

      Hay tanto que limpiar en ella de… religiosidad.

      Para mí, es algo que cada ser humano puede conseguir, tanto si es religioso o no; y cada persona la utilizará, según su madurez humana hasta llegar a la máxima plenitud posible; y desde ahí, al servicio del bien común.

      Quizá esté equivocada, es así como lo siento, y como procuro vivirla, sin revestirla de ninguna creencia religiosa.

      Un abrazo entrañable
      pili

      • George R Porta

        Gracias, amiga pili por tu comentario con el que estoy plenamente de acuerdo. Cuando la mirada se torna juicio nada bueno sale.
        Hace años, recién llegado a España, encontré en una librería de viejo una edición del ensayo de Anna Harendt sobre el juicio de Eichmann en Jerusalem (La Banalización del Mal) y, entonces, no lo comprendí bien. Lo conservé y lo leí muchas veces hasta comprender cómo una judía que había experimentado el genocidio nazi podía denunciar la manipulación que Ben Gurion hizo del proceso a Eichmann. Todo se resumía a ese cambio de hacer justicia a hacer demagogia. Eichmann era culpable y fue justamente castigado, lo que estuvo mal fue el show.
        Esta perversión puede ocurrir y ha ocurrido en la ciencia y, particularmente en la psiquiatría con respecto a la conducta sexual, la personalidad, la adaptación cultural… Si se tira del hilo se llega inevitablemente a la visión religiosa de la «imperfección» humana que es solo natural por el mucho sufrimiento que amplísimos sectores de la humanidad experimentan a pesar de tanto progreso logrado.
        La religiosidad es alienante y por lo tanto no digo que no se pueda ser persona religiosa y creyente, solo digo que hasta eso debe ser objeto de prudencia.
        Al Galileo no se le conoce por persona religiosa sino compasiva, paciente, servicial y ese es el camino de las relaciones humanas como has escrito en Atrio tantas veces con esas u otras palabras.
        ¡Cuánto daño ha hecho la interpretación a la ligera del dictum en el Cuarto Evangelio en el que se atribuye al Galileo haber exhortado a ser perfectos como su Padre!
        No sé si lo dijo realmente o no, pero estoy seguro de que solo exhortaba a tratar de completar la vocación humana de cada uno lo más posible, a sabiendas de que nadie puede ser perfecto y que por lo tanto no hay nadie con derecho a juzgar a nadie, ni siquiera a sí mismo, si no puede simukltáneamente permanecer dentro de los parámetros de la compasión, de la solidaridad.
        Un abrazo cordial.

  • George R Porta

     

    Parte II

     
    Pablo VI introdujo el tema de la «paternidad responsable» que su sucesor Juan Pablo II eliminó del discurso magisterial católico. Aunque no se admitió hasta 1975, el gobierno de los EE. UU. llevó a cabo experimentos en las cárceles comparables a los de Mengele en Auschwitz. Este enlace lleva a un artículo sobre ello: https://elpais.com/diario/1995/10/04/sociedad/812761201_850215.html. Lo mismo ocurrió en Guatemala (América Central) durante los años 40 del siglo pasado: Cf. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/09/110901_guatemala_experimentos_medicos_en.
     
    La hipocresía acerca de la sacralidad de la vida es rampante y el aborto es un tema de una gravedad enorme y en la que la autonomía personal humana es desafiada posiblemente más que nunca a nivel individual.
     
    Así pues, la responsabilidad de decir que sí o que no al embarazo es enorme y no veo cómo se puede legítimamente infringir el terreno de la autonomía sin dañar gravemente la dignidad de la madre, la del padre o ambas y en este mismo orden.
     
    Una economía de mercados desregulados como la que prevalece en el mundo y el pillaje que sufre el planeta son flagrantes evidencias de la hipocresía de quienes se sienten con derecho a decidir sobre la vida de otros, nacidos y por nacer.
     
    Posiblemente, el silencio respetuoso por la autonomía de los progenitores es la única alternativa del resto hasta que la ciencia pueda afirmar con mayor certidumbre en qué momento la vida humana en el vientre de la madre constituye no solo una vida viable en términos de duración sino en términos de dignidad lo que implica el ejercicio responsable de autonomía y, valga la redundancia, de autonomía ejercida independientemente en grado o extensión suficiente.
     
    Sobre la eutanasia: Por este mismo camino se llega al tema de la eutanasia cuando la vida se extiende excesivamente y la persona no puede ejercer su autonomía. Por ejemplo, en el caso de la demencia y, más específicamente, la demencia del tipo Alzheimer.
     
    El Galileo fue un tipo de riesgos. Por ejemplo, cuando prefirió violar la ley y curar en sábado o cuando interrumpió el apedreamiento y prefirió confiar en que la mujer quedara sujeta a su propia autonomía y con la oportunidad de cambiar su conducta.
     
    Quizás hay muchos temas en los que el Galileo hubiese preferido los riesgos asumiendo responsabilidad por ello. Por ejemplo, oponiéndose al Templo y combatiéndolo. ¿Cuántos se escandalizaron al verlo? Posiblemente un número grande y sin embargo el escándalo no lo detuvo.
     

     

  • George R Porta

     

    Parte I

    Sobre el aborto: En materia de ciencia la confiabilidad y la exactitud de lo afirmado depende de la probabilidad de error que al afirmante le parezca mínimamente necesaria. Para unos será 0.05 y para otros 0.01, y aún otros se conformarán con un rango de probabilidades.

     
    Aún es materia de debate si el óvulo fecundado constituye ya un ser humano o no; o si eso solo se puede afirmar después de que ciertas características están ya presentes y son verificables en el feto. Esto se suele marcar por el número de semanas. Con todo, el hecho es que se debate.
     

    La posición más conservadora es que ante la duda ―de si la criatura puede en efecto ser considerada ya un ser humano en etapas tempranas de desarrollo― es preferible no abortar si la alternativa es matar por carencia de certidumbre y por lo tanto que el aborto es condenable siempre. Los menos conservadores, prefieren aprobar el aborto si la madre no desea la preñez por la causa que sea.

     

    Me parece que la voluntad del padre de poder ser considerada. Si ambos, padre y madre, han deseado llevar a término el embarazo, pero la madre rehúsa cualquier forma de vida en común y, ulteriormente, la presencia del padre en el futuro de la criatura engendrada, la sola voluntad de la madre no debiera bastar porque el padre debiera tener derecho a participar de la vida de su hijo/a.

     

    Esto cuestiona atribuir a la mujer absoluta propiedad sobre la gestación o preñez solo basado en el hecho de que ocurre en su propio cuerpo.

     

    Queda el enorme problema de las deficiencias o dificultades congénitas, genéticas o adquiridas, que limitarán permanentemente el ejercicio de autonomía, cosa esta tan íntimamente ligada a la dignidad de la persona y su derecho a determinar su vida.

     

    Conozco una escuela dedicada a menores que padecen autismo severo e irreversible y, durante mi entrenamiento profesional, obtuve una plaza de interno en la Debbie School del Mailman Center for Child Development asociada a la University of Miami que era una de 23 clínicas similares financiadas por la familia Kennedy en los EE. UU. Estaba dedicada a la investigación de patologías genéticas detectadas durante el embarazo o después del nacimiento.

    Las anomalías permanentes que he visto no estoy seguro de que justifiquen que esas criaturitas hayan nacido. Al mismo tiempo la ignorancia o la indiferencia acerca de su posibilidad antes de concebirlas tampoco se justifica. Antes de la época en que el tema se hizo evidente, no era claro en el dominio público que fumar tabaco, intoxicarse con alcohol, y hasta ciertos medicamentos prescritos legítimamente (por ejemplo, la Talidomida) podían causar defectos permanente e irreversibles durante el embarazo.

  • juan antonio vinagre oviedo

    Gracias, Gonzalo, por tu precisión. Carmen: yo trato de respetar siempre a cualquier persona, sea de una tendencia u otra, incluso puedo llegar a ser amigo. No pido comprensión sino respeto. En lo de “repugnante o cómico” me refiero a los excesos de ciertas fiestas, que más que de reivindicación, me parecen de exhibición desmedida…  Claro que ha habido grandes personas homosexuales, muy destacadas y de agradecer por su labor.  Un cordial saludo

    • Carmen

      Me alegro de que usted pueda incluso llegar a ser amigo de personas homosexuales. Dice mucho a su favor.

      No quería molestarle, pero soy de respuesta rápida. Nací así. He procurado controlarme en lo posible para no molestar a los demás, pero así soy. También hay personas que pueden llegar a ser amigas mías. Y eso que a veces puedo llegar a ser sincera hasta la hijoputez. Pero, gracias a dios , me he encontrado con muchas personas que saben ver a la persona que llevo dentro. Porque lo importante es la persona que eres,

      Que le vaya bien.

  • Gonzalo Haya Prats

    Coincido totalmente con el autor, aunque comprendo que este equilibrio tan matizado puede ser malinterpretado tanto desde un extremo como desde el contrario; pero en eso consiste la libertad, en exponer y razonar lo que uno piensa y siente, aunque no coincida con sus mismos amigos.

  • Carmen

    Dice que es usted psicopedagogo?

    Tengo un hijo homosexual. Es de todo menos repugnante o cómico. Sencillamente es un ingeniero de caminos que está trabajando en una empresa , entró con una beca y no les debió parecer repugnante porque ya lleva ocho años.

    No sé qué idea puede tener usted de la homosexualidad. Tampoco me importa. Pero quizås le convendría leer un poquito. Se va a quedar muerto cuando vea la de mentes brillantes en todos los campos aquejadas de esa cosa ridícula llamada homosexualidad.

    Le sorprenderá lo que le voy a decir, pero no necesitan comprensión, necesitan respeto, exactamente igual que usted o yo.

    Y ya que estamos, lea un poquito sobre el desarrollo del embrión durante el periodo de gestación. Un poco solo. Lea algo de leyes y plazos.

    Y le recuerdo que hasta hace muy poco, a los niños que nacían muertos, pero ya a termino, los mandaba la iglesia al limbo porque no podían ir al cielo.

    En fin.

    Distintas maneras de pensar.

    Buen día.

    • Gonzalo Haya Prats

      Carmen, he escrito mi comentario antes de leer el tuyo. Creo que la expresión del autor a la que te refieres ha sido desafortunada, pero el autor está hablando solamente de algunas manifestaciones exhibicionistas, no de comportamientos muy respetables. Comprendo tu comentario, que manifiesta el sentimiento ante ciertos injustos tópicos sociales.