Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

julio 2018
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  
7446 Artículos. - 113037 Comentarios.

¿Después de Dios?

Puerto del Pireo › Noreste: Athens: Juega 24 horas
 

Ya veis. Esta vez el teólogo habla de Dios. Y de Dios en nuestra sociedad. José Ignacio es jesuita hasta la médula. Y le felicitamos hoy. Como también felicitamos a Iñaki San Sebastián, vasco también hasta la médula como el de Loyola, cuya fiesta se celebra hoy. AD.

        Que Dios está ausente de nuestra sociedad europea es un dato innegable, como profetizó Nietzsche. Pero Nietzsche no habló de inexistencia sino de muerte de Dios. Y, para dejar las cosas claras, añadió: “lo hemos matado nosotros”. La ausencia de Dios es, pues, una opción nuestra, no un dato previo a nuestro existir con el que nos encontramos. Las razones de esa opción serán diversas: para que el hombre pueda crecer y ser libre (Marx o Sartre), para liberarnos de ilusiones infantiles (Freud) o para explicar el escándalo del mal… Pero lo que parece claro es que, más que en la inexistencia, nuestra sociedad vive en “el exilio de Dios”, con expresión precisa de Lluis Duch.

        Desde los orígenes lo divino parece haber sido percibido como un Poder Supremo al que debemos el ser y que actúa por encima de nosotros. En los grandes poemas homéricos, las acciones humanas (una batalla, una empresa o viaje) no tienen el resultado planeado por el hombre, sino el decidido por algún poder divino superior. Lo que sucede es que en el panteón homérico los dioses se pelean entre ellos y ayudan o hacen fracasar a los humanos sea para complacer a algún devoto (que le habrá hecho antes un buen regalo), o para fastidiar a otra divinidad que protegía a aquel devoto.

        En el Antiguo Testamento bíblico pervive algo de ese modo primitivo de ver: no es el hombre el que triunfa o fracasa en su obrar, sino Dios el que produce ese resultado: “el hombre propone y Dios dispone”, dirá luego el refrán (bastante burdo en mi opinión). Pero el A. T. añade a ese modo de ver un matiz absolutamente nuevo: Dios da la victoria o la derrota, el éxito o el fracaso, no por simpatías o regalos recibidos, sino como recompensa o castigo por conductas éticas.

        La gran aportación de Israel a la historia humana es esa vinculación profunda entre sentimiento ético y vivencia religiosa. Por eso, su gran batalla no es la lucha contra el ateísmo, sino contra la idolatría. Los ídolos se diferencian del Dios verdadero no en que sean dioses menores sino en que son, por así decir, “dioses sin ética”: no están para exigir bondad sino para darme la razón frente a los demás. Lenguajes como el de Trump o el Bush junior confirman esta observación por poco que se los analice.

        Esa aportación del pueblo judío culmina en cómo revela a Dios Jesús de Nazaret. Aun siendo reconocido y confesado como la Manifestación plena de Dios, Jesús no enseña nada sobre Dios. Se limita a decir que podemos llamarle Abbá (Padre) y que eso nos exige un cambio de mentalidad que reclama la plena confianza en Él y la libertad-igualdad-fraternidad entre nosotros, como expresión y verificación de esa dignidad de hijos. A eso llamaba Jesús “reinado de Dios”.

        Por eso (y en contraposición a otras teologías que ciñen la experiencia de Dios a la propia intimidad o a la naturaleza), la mística judeocristiana vivencia a Dios en la historia: allí donde parece más difícil encontrarle. Tan difícil que el mismo cristianismo relegó ese reinado de Dios al más allá de la historia, provocando así reacciones que prometían el reino de Dios para este mundo, aunque fuera con otros nombres (paraíso socialista, mayo 68 etc.), y que hoy, ante su fracaso, prefieren mirar resignadamente al propio ombligo o al Oriente.

        En este contexto se comprende que el exilio de Dios antes evocado haya producido una sensación inconsciente de orfandad que el mismo Nietzsche describió como nadie (y quizá sólo él se atrevió a hacerlo): “¿dónde va ahora la tierra? ¿Caemos sin cesar? ¿Vamos hacia adelante, hacia atrás, hacia algún lado, erramos en todas direcciones? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿Nos persigue el vacío? ¿Tendremos que convertirnos en dioses?”… Este tipo de preguntas sólo podía nacer en la tradición judeocristiana: en una cosmovisión donde la historia es un ámbito de creatividad y de progreso. No allí donde la historia es pura apariencia o eterno retorno, y el ser humano una simple parte de esa naturaleza.

        Así, el exilio de Dios fue dando lugar primero a una “época del anhelo”, luego a una época del sinsentido y hoy a lo que cabría llamar época de “los placebos de Dios” que funcionan como un recurso terapéutico para sentirnos mejor: apelan a Dios “por el consuelo que nos produce, pero no esperan ser desafiados con Dios”, en fórmula feliz de un teólogo norteamericano. Quizá pues el peligro de nuestra hora actual no es que la gente no crea en Dios, sino que vaya creyendo en ídolos y convierta la laicidad en superstición.

        Y es que la idea de Dios molesta siempre: porque lo primero que sugiere es una experiencia de alteridad (dicho teológicamente: “a través del otro llegamos al Otro” en un resumen mínimo de lo cristiano). Pero la alteridad nos molesta y a veces mucho: por algo decía el Zaratrusta de Nietzsche: “todos somos iguales ¡ante Dios! Pero ahora ese Dios ha muerto”. Quizá por eso añadió Nietzsche que, muerto Dios, o nos convertimos en superhombres o seremos “los últimos hombres”. Iría bien no olvidar eso cuando le citamos: porque no parece que estemos consiguiendo la primera alternativa…

        Por eso si los cristianos se dedicaran a denunciar y ridiculizar (como la Biblia) esos falsos dioses “obra de manos humanas” (el Dinero y la Nación entre los primeros), quizás harían un buen servicio a la laicidad. Porque desde un Dios auténtico se relativizan todos nuestros absolutos como se relativiza la diferencia entre el nivel del mar y el Everest, si la miramos desde un extremo del universo. Pero, para no olvidar la historia, eso hay que hacerlo siendo también aquello que Gloria Fuertes, con expresión genial, calificó como: “poetas de guardia”.

        Quizá pues la muerte que anunció Nietzsche no sea la de Dios sino la de la llamada “civilización judeocristiana”. Eso puede traer más bien que mal: porque, por otro lado, Dios va reapareciendo hoy renovado, en algunas trayectorias personales difíciles y desconocidas, aunque dignas de ser mejor conocidas.

        De momento, puede que la tarea del creyente de hoy no sea tanto anunciar a Dios, sino proclamar lo que K. Barth llamó el significado “del hecho absolutamente transformador de que Dios existe”. Otro día seguiremos por ahí.

24 comentarios

  • Joserra, Arriandiaga

    Dios es ma’s bien un asunto de vivencia  que de creencia. Y lo experimentemos, creamos  o no en Su existencia, cuando  vivimos la vida  en profundidad, creciendo  como personas en aquello que de verdad nos humaniza, por  los  caminos  de la tenura, de la solidaridad, del bien  y de la bondad. El verdadero exilio o muerte de Dios se produce en nuestra vida personal o en la sociedad en general cuando vivimos centrados en nuestro propio bienestar e interes egoista y nos cerramos a las necesidades y problemas de los demas. La insolidaridad  y el egoismo son los verdaderos asesinos  de Dios en  nuestras vidas.

     

    • Santiago

      Tienes razón Joserra cuando afirmas que no podemos reducirnos en nuestro egoísmo personal…Somos seres que sólo nos realizamos cuando salimos de nosotros…y nos damos personalmente…Como dice el autor “la muerte de Dios” no significa la “no existencia” del ser Supremo…sino simplemente “dejar de creer”…perder la fe..Pero Dios es la pregunta existencial universal…no es una formulación fantástica y sin nada que la sostenga…La evidencia se encuentra en “las huellas” dejadas por el Creador en nosotros y en el Cosmos, aunque no todos sean capaces de captarlas o aceptarlas como tal…Es tan fuerte este argumento que forma parte “per se” de ese patrimonio de fe universal que se encuentra y se ha encontrado presente en todos los pueblos del mundo…Es, por tanto, mas probable y posible, desde la humana razón, que exista Dios, que lo contrario…Es mucho mas difícil actualmente negar la existencia de un Creador universal…que afirmarlo como posible.

      Por eso la “creencia” o “fe” en Dios es doble…Por un lado, no puede ser una fe ciega y absurda, sino que la razón juega un papel importante puesto que vine a existir en un mundo objetivo…Y por el otro, existe en mi un íntimo convencimiento subjetivo que me lleva a creer…Porque no es solamente “vivencia y experiencia”, sino conocimiento…Nuestra única y exclusiva capacidad para acceder a “lo trascendente” nos permite llegar hasta Dios…Si no poseyéramos este privilegio humano solamente llegaríamos a pensar “lo meramente concreto”, lo que se reduce a lo físico y biológico en nosotros…Pero los seres humanos somos los únicos que podemos abstraer, conceptualizar, formular teorías e hipótesis,, amar, sufrir y decidir.
      Nuestra información sobre el Cosmos y sobre nuestra realidad se ha desarrollado y ha sido progresiva a través de los siglos de historia.

      Sin la exclusividad de la razón humana estaríamos anclados como animales instintivos en una sola función inmutable. No podríamos haber progresado. Por tanto estaríamos todavía en los comienzos de la pre-historia. Sin embargo, las huellas de Dios se encuentran grabadas indeleblemente en los procesos de la información inteligente progresiva que recibió y recibe el Cosmos desde fuera para poder venir a la existencia, organizarse y desarrollarse…De ahí que nuestro ascenso vertiginoso en conocimiento y experiencia en general, a través del paso del tiempo, es y ha sido nuestra característica humana mas específica y que nos distingue de los otros seres creados…

      Como dice el autor de este artículo: “Dios va reapareciendo hoy renovado” para que le conozcamos cada vez mejor…pues su Revelación ha de ser también de naturaleza infinita conforme al aumento en la capacidad nuestra de conocimiento…En Dios no existe el término, lo finito…sino que cada vez podemos conocerlo y experimentarlo mejor…

      Una disculpa por mi extensión y un saludo cordial

      Santiago Hernández

    • m. pilar

      ¡Gracias Joserra… claro, conciso, y sobre todo… preñado de sentido evangélico!

      Ahí esta la auténtica Esencia… No la que se ha vestido de ilusionismo, magia, desconocimiento de la persona; en ella está toda la fuerza, para dilucidar cuanto necesite y transitar por la vida con verdad y dignidad.

      Gracias.
      m* pilar

  • Santiago

    No podemos excluir totalmente la razón en nuestra búsqueda de Dios ya que entonces seríamos “otra cosa”…Podemos llegar con la razón hasta la pregunta afirmativa, pero le  es imposible a la razón abarcar la característica infinita de la divinidad que se encuentra por encima de nuestra misma naturaleza humana…Con nuestra razón podemos pensar que la idea universal de un Creador no se reduce al absurdo…particularmente cuando nosotros somos solamente seres contingentes y dependientes primariamente de “otro” para venir a la existencia y mantenernos en ella, y por ende “hemos venido a existir”…La ciencia actual nos aclara muchos puntos en relación al milagro de existir….aunque no pueda llegar a saber “el por qué”…

    Coincido con José Ignacio en que “la idea de Dios molesta siempre” puesto que implica la falacia de que somos y debemos ser “super-personas” capaces de llegar a ser dioses por nosotros mismos…Por tanto “ni podemos ni debemos” depender de nadie ni de nada puesto que creemos en nuestra “omnipotencia” intrínseca…Somos y seremos capaces de resolverlo todo y arreglarlo todo, para llegar a la perfección completa de “nuestra humanidad”….Sin embargo, la realidad mundial es otra…y no parece que este axioma existencialista se esté cumpliendo, al menos en la parte “socio-política” del planeta tierra…

    Por otro lado, Jesús nos habló de Dios, no solamente mencionando constantemente al “Padre” que era el suyo propio…sino que se proclamó El mismo Dios…ante sus discípulos y ante Caifás y ante todo el Sanedrín…y que fue la causa directa de la petición de la teocracia judía de la muerte de Jesús al Procurador Romano de entonces…El había dicho públicamente también que El era el camino, la resurrección y la vida…y quien creyera en El, que era Dios mismo, “tendría vida eterna”….Por eso la enseñanza de Cristo va mas allá de una mera descripción de Dios…

    Pero desde entonces, como dice el autor, “Dios va reapareciendo hoy renovado, en algunas trayectorias personales difíciles y desconocidas”…Por eso Dios es el invisible y el mas visible, el gran ausente y el eterno presente….porque la opción de la FE es por lo personal y por lo creador, y es por la primacía de lo particular contra lo universal…Lo mas alto para Dios es lo que es particular…lo mínimo…y la primacía sigue siendo la libertad contra la primacía de una necesidad meramente cósmica..

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

  • M.Luisa

    Me alegro mucho que aparezcas por aquí Iñaki, tengo un sobrino que se llama Ignacio y me hizo acordar de ti el pasado 31, espero que la operación vaya muy bien, a mí también me operaron de una hernia hace algunos años y ya ves, vivita y aquí dando guerra… Un abrazo!
    ———————————-

    Con la muerte de Dios Nietzche se refirió al dios al cual llegó la razón absoluta o la razón pura por eso añade “lo hemos matado nosotros” no la razón humana que es limitada,  la humanamente sentida que es propiamente la nuestra, sino aquella razón que nosotros nos damos.

    No es casual que Nietzche aparezca justo a la caída de la metafísica de Hegel y Kant. La razón no es la facultad de lo absoluto, Nietzche lo vio muy claro al desenmascarar su carácter interesado y su voluntad de poder. Si esa realidad existe, la de Dios ,habrá que fundamentarla en el lugar opuesto al de la razón, si hasta entonces la filosofía ha andado de cabeza, nos viene a decir Nietzche, ahora pisará tierra firme.

    A eso se refirió, según mi opinión, cuando hizo decir a su Zaratustra “Mirad yo os enseño el superhombre” El superhombre no es sino una persona capaz de generar  su propio sistema de valores  identificando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder entendiendo este poder no como una fuerza voluntariosa sino a modo como antes he distinguido entre “la razón nuestra” y “nuestra razón” la propiamente humana, que es la genuina” es decir abierta sensiblemente (con los pies en la tierra) a toda posibilidad real. De ahí la posibilidad de Dios que más que una opción nuestra es una de nuestras opciones.

  • olga larrazabal saitua

    Siguiendo la tradición familiar, en que celebrábamos Iñaki Deuna con gran cena y coro, les mando un saludo cantado por el Orfeón Donostiarra.

    Nuestra fiesta terminaba con la Marcha de San Ignacio cantada a grito pelado.

    Nada como una comida y un buen canto para sentir la plenitud de la vida.

     

     

    • oscar varela

      1- No sé cuál del “duplicado” borrará el Moderador A.D.
      2- La frase final de Olguita es interesante por lo “emotiva”.
      3- Invito a que se le agregue la “UBI-cación” a esa “SITU-ación”;
      – quedaría así:
      * “Nada como una comida y un buen canto
      para sentir la plenitud de la vida,
      en un Panorama de Paisaje sosegado”-

      • Antonio Duato

        Y la letra en castellano del himno a San Ignacio, que parece que los jesuitas quieren cambiar es esta:

        LETRA HIMNO A SAN IGNACIO DE LOYOLA

        Fundador sois Ignacio y general de la compañia real
        que Jesús con su nombre distinguió:
        la legión del Loyola con fiel corazón.
        Sin temor enarbola la cruz por pendón
        Lance, lance a la lid fiero luzbel
        a sus monstruos en tropel.
        Del luzbel las legiones se ven ya marchar
        y sus negros pendones el sol ha de enlutar.
        Compañía de Jesús corre a la lid, a la lid.
        Del infierno la gente no apague su ardor
        que ilumina la frente de Ignacio, el valor
        y a voces escuchanse de tropas bélicas
        y lanza sus lábaros en la batalla campal
        fiel presagio, del auro bélico y de la paz,
        del auro y de la paz

      • oscar varela

        Leo de A.D.
        -“quieren cambiar”
        Mirar p’alante
        hace necesario
        cambiar el p’atrás.

      • Pues a mí me da miedo ese himno.
        Una vez entré en una capilla en el Santuario de Loyola. Había una misa como muy rara, era todo hombres. Al final cantaron algo rarísimo en un idioma muy duro al oído. Debió de ser ese.

        No me gusta. Parece una marcha de esas militares para ir a la guerra.

      • m. pilar

        Querido Antonio… hace muchísimo tiempo que ya no se canta así, ahora es más suave, más moderada y emotiva; a mí, tampoco me gusta esta ni un poquito.
        m* pilar

      • olga larrazabal saitua

        No se de que época es la Marcha de San Ignacio. Seguramente del Barroco, con la Contrarreforma a todo cañón, y Luzbel presente en las iglesias siendo lanceado por algún arcángel vestido de soldado romano. Es obvio que Iñigo de Loyola era soldado y formó un ejército de típos vestidos de negro con muy mala fama entre los novelistas del siglo 19.

        Y esta cohorte vestida de negro cantando una marcha en idioma kikle-kakle extraído de algún Aquelarre ancestral, puede causar terror a algún visitante desprevenido.

        Pero el kikle-kakle o euskera también tiene sus gracias, inventando palabritas que pasaron al castellano. Como ser la palabra “comensale” escoltada de “bebensale”, ya que esa terminación “sale” quiere decir “aficionado a” según me han informado. Y si le agregamos “aquelarre” barrika (barriga) y garbanzo, besugo y otras por el estilo, tenemos una juerga con puchero, pescado y vino y una panza en forma de cuesta.

    • m. pilar

      Querida Olga…¡¡¡Cuantos buenos recuerdos me traen las dos interpretaciones!!!

      Las dos las he cantado en la coral a la que estaba unida, el Agur jaunak, en un concurso de corales… fue muy emocionante cuando todos los representants vascos se pusieron en pie cundo la estábamos interpretando y el gran aplauso final.

      ¡Gracias Olga por estos emocionados recuerdos, gracias!
      Un abrazo entrañable.
      pili

      • olga larrazabal saitua

        Hola Pili: Para espantar un poco el espanto producido por la canción, hago unos alcances. Esta Marcha debe haber sido compuesta en plena Contrarreforma Barroca, donde en las Iglesias se veía a Satanás en forma de dragón y a algún Arcángel vestido de soldado romano dándole con la lanza, mientras el público jesuita, vestido de negro, se sentía el ejército de la luz contra las tinieblas, y hacían las cosas más inverosímiles en las tierras de Oriente y América.
        Para un visitante desprevenido, ver este numerito y cantado en Euskera, es como caer en la mitad de un Aquelarre con idioma de brujas y todo. Aunque el idioma de brujas le ha regalado al Castellano palabras más profanas comenzando por Aquelarre, siguiendo con Comensale y Bebensale, garbanzo, besugo, y Barrika, que es la panza en forma de cuesta que sale después de comerse un puchero y un besugo y beberse una barrica.

  • ana rodrigo

    Y qué o quién es Dios? Pues como nadie lo ha visto ni lo ha oído, pues ahí tenemos dioses a la medida de cada cual. Y lo que nadie podrá discutir es lo que su dios le supone en su vida, puesto que todos los dioses son buenos ? y quieren que seamos buenos, pues ahí vamos tirando. Retiro lo de que todos los dioses son buenos, porque el dios bíblico deja mucho que desear en algunos de los libros y autores. Un dios violento, que toma partido por un pueblo en contra, brutal y salvajemente de otro, un dios misógino al que se le atribuyen voluntades terribles contra las mujeres, castigador de malos y -como decía alguien- y de los buenos como se descuiden, Omnipotente y todopoderoso, menos para evitar el mal, etc. etc.

    Así que nos quedaremos con la experiencia personal y colectiva en tanto en cuanto en nombre de ese dios triunfe el bien, la justicia, la paz, la solidaridad, el respeto a las personas y a la naturaleza, que promueva la realización de las personas se persiga siempre un mundo mejor, etc.  Y respeto a quienes piensen que esto también se puede conseguir sin la creencia en Dios.

    Otra cuestión es Jesús el galileo, referente humano y religioso para quienes le interese esta persona y su mensaje, mensaje pionero en tantos valores que posteriormente se han ido codificando a nivel universal, válidos en todos los tiempos y lugares que se hayan puesto en práctica sin manipulaciones interesadas hasta casi desfigurarlo, empezando por la Institución- Iglesia que, como decía el Vaticano II ha ocultado el rostro de Jesús.

    Como dice el autor del post, la sociedad occidental actual no necesita a Dios para conseguir altos objetivos humanos, y los objetivos espirituales-religiosos, los hay que tampoco necesitan de Dios. Pero como no sabemos de Dios nada más que lo que los y las demás nos cuentan, pues poco o nada se puede dogmatizar al respecto.

     

  • Asun Poudereux

    Gracias, por este artículo.
    No sé si es el temor lo que induce al reciclaje perpetuo sobre el tema en cuestión.
    ¿Después de Dios?
    Sólo el título ya induce a pensar que es un objeto  de construcción humana. Pues lo que sea que Es, sigue ahí en la Vida misma, seamos conscientes  y/o semi solo. Aunque por desgracia, en muchas vidas y circunstancias,  parece que la inconsciencia predomine, es decir, no se despierte a  la Consciencia, en la que todo es y somos. Propongo aquí este enlace de publicación reciente en atrio:
    Nebo ya es mujer. Nebo ya ha aprendido
    Alberto Revuelta, 01-agosto-2018

    Y siguiendo ¿Exilio de Dios?
    No creo.  Sentir  como Presencia, Lo que es,  es  mucho   más íntimo que nuestra  propia intimidad. Ya lo expresó alguien.
     En ausencia de esta experiencia se percibe y se etiqueta como subjetividad sin más. Comprensible, cuando no mueve a la interrelación  abierta, respetuosa  y silenciosa en el actuar.

     ¿Qué nombre ponerle a esa inmanencia que al mismo tiempo todo trasciende? Creo que es lo de menos. No es preciso su ponderación,  pues si es Todo, también es su contrario Nada. Lo que diga se queda pequeño y lejano.

    Desde luego nada de lo que podamos catalogar, encasillar y almacenar. No sirve para muco, por más que sea el intento de la persona, cualquiera que sea, que se proyecta a sí misma, en lo que piensa , cree que Es aquello que llamamos Dios,  al apartarse, sin quererlo,  de su mismidad: La Vida misma, con todo lo que entraña.

    Entonces, no  se ha de buscar a Dios tampoco,  sino vivir  Eso que llamamos Dios, y aún mucho mucho más, porque Eso no acaba ni empieza en uno/a mismo/a, siendo Amor.

    Se interconecta y entrelaza en el otro y con los otros seres, con toda vida,  con todo el universo de seres desconocidos,  por  ignorados, saltados por encima y hasta incluso despreciados.

    ¿Creyente o no creyente?
    Creyente o no creyente,  distinción que queda ya trasnochada. Siendo lo que viene, conviene. También con las distinciones y separaciones el sentido profundo de la  auto-crítica se pasa por alto. Algo se da por obvio y mucho daña.

    Coincidimos como seres humanos que anhelan serlo, en y a  ser fiel a uno mismo. A ser uno con la vida, que abraza. Dar la espalda al camino en su contra. Al menos de seguido.

    A hacer el bien sin mirar a quien. Yo soy, solo, si tú eres.

    A ser libre, si el otro, tanto como decir los otros, son libres en su despliegue de vida en consciencia, en la que todo es, siendo.

    No hace falta reinventar ni reinventarse. Ya todo es dado para su despliegue. El espacio permanece  abierto….

    P.D.- Felicidades a todos los Ignacios. ¡¡¡Y vamos palante!!! Ánimo.

  • Gonzalo Haya

    Amigo Óscar, no veo que González Faus menosprecie los esfuerzos que unos seres humanos hacen por ayudar a otros. Creo que trata de explicar por qué queremos y debemos hacerlo. A ti te basta el que te lo pide tu conciencia, tu com-pasión (en el mejor sentido del término), tu sentido cívico, o como lo llames. Otros necesitamos, o queremos, explicar no sólo por qué lo hacemos sino también por qué debemos hacerlo. Por qué hay que tener en cuenta los derechos humanos de los demás; por qué tenemos derecho a tener derechos; por qué se puede obligar a un poderoso hacendado a respetar los derechos de sus habitantes nativos. ¿Por consenso social? ¿Por el poder coercitivo del Estado? ¿Sustituimos la fuerza de los poderosos por la fuerza asociativa de los débiles? Creo que todos buscamos un motivo que trascienda nuestros propios intereses. Podemos llamarle Dios, conciencia, justicia, dignidad… Creo que hemos denigrado la imagen de Dios al considerar su trascendencia como algo fuera de nosotros, que nos impone sus leyes. Creo que vale la pena tratar de explicar nuestra propia experiencia de trascendencia, aunque los conceptos y las palabras nos resulten siempre insuficientes o, peor aún, contaminadas por nuestros propios intereses. ¡Vamos todavía!

  • Si que estoy un poco ausente. Aunque voy relativamente bien, no dejo de acusar el peso de los 80 que se me vienen encima. Siempre hay algún achaque que te obliga a estar pendiente de la siguiente llamada del ambulatorio o del hospital. Hoy mismo me acaban de confirmar que el próximo día 16, de este mismo mes, me operan de una pequeña hernia inguinal.

    De todos modos no trataba de contar batallitas, sino de agradecer a AD, a Carmen y a cuantos se han acordado de mi, sus felicitaciones, coincidiendo con la fiesta de Inazio Deuna, en Euskadi. Son cositas que emocionan a un pendejito como yo.

    En cuanto al art. de JIGF, si que lo he leido. Está en su línea jesuítica, pero como que suena a …déjà vue. Su mayor mérito, desde mi particual punto de vista, es el de haber generado una respuesta como la de Oscar. Esta sí que me ha gustado.

    • Mª Pilar

      Un poco tarde… lo siento, aun así…
      ¡¡¡Muchas Felicidades!!!

      Y un buen paso por el hospital, y si es posible, breve.

      Un abrazo.
      mª pilar

  • oscar varela

    Hola!

    Estas “avivaditas” teológicas requetebien “jesuitas”,

    de “entrar con la tuya para salir con la mía“,

    siguen teniendo valor en Generaciones anteriores.

    A las Generaciones del siglo XXI no se les mueve el Amperímetro.

    ……………………..

    1- “entrar con la tuya“:

    inicio del Art.

    – “Que Dios está ausente de nuestra sociedad europea es un dato innegable”-

    2- “salir con la suya“:

    final del Art.

    -“el hecho absolutamente transformador de que Dios existe”-

    ……………………

    ¿Cuándo se darán cuenta estos “super-teólogos” que sus elucubraciones solo huellitas de un Dios que ya nos hubo pasado, pero que ya no pasa?

    ¡Aplíquese su propia medicina del “tiempo” como “historia” don José Ignacio!

    Cuando dice:

    -” el peligro de nuestra hora actual no es que la gente no crea en Dios,

    sino que vaya creyendo en ídolos y convierta la laicidad en superstición.”-

    Ud. menos-precia, llamando ídolos supersticiosos, los esfuerzos que los seres humanos hacen por otros seres humanos; parece agradarle verlos en sus imperfecciones.

    Personalizo:

    – Si a Ud. le falta Dios, Ud no sabe qué hacer en este mundo.

    – Si a mí me falta Dios, yo sé qué tengo que hacer en este mundo.

     

  • Nacho Dueñas. Acabo de hablar con mi sobrino Nacho y me he acordado de ti.

    Felicidades!!!

  • Felicidades, Iñaki.!!! Espero que estés bien . Te echo de menos.

    Felicidades a todos los ignacios.

    Si el Segre del anterior general de los jesuitas lee esto , o alguien que lo conozca lo lee: felicidades.

  • Reconozco que no he leído el artículo. Hace calor, aunque ya en mi playa es otra cosa.

    Después de dios? De qué dios?