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Profeta

  1. La boca de otro

El término ‘profeta’ procede del griego ‘prophētēs’, que a su vez deriva del verbo ‘phēmi’ (‘hablar’, ‘decir’). Unido al prefijo ‘pro’ (pro-phēmi’), este verbo significa: ‘hablar en lugar de’. El prefijo ‘pro’ no tiene carácter temporal (‘hablar antes de’ o ‘hablar anticipadamente’), sino instrumental (‘hablar por otro’ o ‘en nombre de otro’). Ser profeta consiste, pues, en hablar en sustitución de otra persona. En muy raras ocasiones el AT utiliza el término ‘profeta’ en sentido de pre-decir. El profeta no es un conocedor del futuro, sino un portavoz ceñido a la realidad de su presente. Es por encima de todo una boca, la boca de quien le ha encargado transmitir un mensaje y él lo ejecuta con fidelidad, talento y soltura.

  1. Una boca para la alta política

El término ‘profeta’ aparece por primera vez en Ex 4,16. Este versículo forma parte del final de un largo relato (Ex 3,1 – 4,17) que escenifica un diálogo imaginario entre Yahvé y Moisés. En esa ficción se oye la voz de Yahvé encargando a Moisés la transmisión de un mensaje dirigido al faraón y otro a los integrantes de las tribus hebreas esclavizadas en Egipto. A uno y otros debe comunicarles su decisión de hacer salir a los esclavos de la situación opresiva que padecen para conducirlos a la libertad y convertirlos en un pueblo. ¡Asuntos de alta política!

Ante la continua resistencia de Moisés interponiendo impedimento tras impedimento y formulando como argumento terminante su torpeza para hablar, Yahvé resuelve que su hermano Aarón hablará por él. Aarón le servirá como profeta; es decir, será su boca:

  • “Él hablara al pueblo en tu nombre, él será tu boca (prophētēs)”. (Nueva Biblia Española. Traducción Schökel-Mateos).
  1. Analistas de la realidad

De tanto repetir equivocadamente (¿o interesadamente?) que los profetas del AT se distinguían por vaticinar lo que acontecería un tiempo más tarde, se ha extendido la ignorancia respecto a su verdadera tarea. Pero conviene poner las cosas en su sitio. Porque jamás los profetas fueron adivinadores del porvenir. Lejos de esa idea, su mirada estaba circunscrita en exclusiva al presente más palpable. Los profetas se caracterizaban por ser agudos analistas de la realidad en la que estaban inmersos. La mayoría de los libros que recogen la actividad de los profetas comienzan declarando con extremado detalle el marco espacio-temporal en el que actuaron estos inconfundibles personajes:

  • “El año treinta, quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto, hallándome entre los deportados, a orillas del río Quebar…” (Ez 1,1-2).
  1. Tres miradores

Como vigías del momento histórico en que vivían, escrutaban los sucesos a partir de tres claves derivadas de otros tantos acontecimientos singulares que dieron origen a la existencia de Israel:

  • La libertad. Porque Israel nació desde la opción de unos grupos esclavos por ser un pueblo libre. El Éxodo (Ex 12,29-14,31).
  • La justicia. Porque, una vez libres, las tribus hebreas decidieron erigirse como pueblo en base a una Ley Constitucional (el llamado Decá-logo: ‘diez leyes’) que aprobaba la justicia como fundamento de la recién aparecida nación y regulaba las relaciones sociales entre sus integrantes. La Alianza (Ex 20,1-17).
  • La igualdad. Porque tras la conquista de la tierra de Canaán, resolvieron repartirla de manera que cada una de las tribus y cada familia contó con un lote que aseguraba en condiciones de igualdad su subsistencia y su dignidad. La Promesa de una tierra (Jos 13 – 19).
  1. Denuncias y anuncios

 Las tres claves: Libertad, justicia e igualdad constituyeron un excelente sistema de medidas utilizado por los profetas para evaluar con acierto el estado de la nación. Ellos proclamaron desde estos tres miradores sus denuncias y sus anuncios. ¡Arriesgando el pellejo! Denuncias de opresión, injusticia y desigualdades acusando a sus respectivos responsables. Anuncios de las consecuencias derivadas de haber fracturado las columnas que servían de soporte a la vida del pueblo.

  1. Una ideario religiosamente político

Comoquiera que la tradición admitía sin discusión que libertad, justicia e igualdad tenían su origen en designios de Yahvé demostrados en gestas históricas (Éxodo, Alianza y Promesa), tal criterio proporcionaba a los profetas completa seguridad al hacer sus discursos. Profundamente convencidos, repitieron sin desaliento hasta el hartazgo que esos tres valores básicos constituían la esencia de la vida y de la religión. Un ideario religiosamente político. Además, aseguraron sin rubor que poseían el más acreditado salvoconducto para intervenir como defensores de tales principios y hacer de ello el único objetivo de su actividad:

“Grita a voz en cuello, sin cejar,
Alza la voz como una trompeta…
…abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos,
Dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos;
Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo,
Vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne” (Is 58,1.6-7).

  1. Justicia, ante todo

Para los profetas, sin justicia no hay religión que valga:

“Detesto y rehúso vuestras fiestas,
No me aplacan vuestras reuniones litúrgicas;
Por muchos holocaustos y ofrendas que me traigáis,
No los aceptaré ni miraré vuestras víctimas cebadas.
Retirad de mi presencia el barullo de los cantos,
No quiero oír la música de la cítara;
Que fluya como agua el derecho
Y la justicia como arroyo perenne”
(Am 5,21-24).

  1. El Dios parcial

Según ellos, la intervención de Yahvé en la historia no tuvo como objetivo el que le homenajearan con el culto y con acciones litúrgicas. Los escritos de los profetas dejan entrever, por el contrario, que a Él estas actividades religiosas le importaban un pimiento:

“Añadid vuestros holocaustos a vuestros sacrificios
y comeos la carne;
pues cuando saqué a vuestros padres de Egipto,
no les ordené ni hablé de holocaustos y sacrificios”
(Jer 7,22).

Los profetas imaginaron un Dios enfrentado a explotadores de variada calaña y a toda ideología garante de la opresión. Creyeron a pie juntillas que Él estaba a favor de los insignificantes y los más desprotegidos por el sistema injusto. Se situaban, así, en las antípodas de toda religiosidad limitada al fervor, a las devociones y a practicar obras de caridad desde la holgura y el bienestar económico, pero cómplice silenciosa de la injusticia y reacia a comprometerse con los más débiles y aplastados.

  1. Bocas del Gran Callado

Los profetas asumieron su función y se consideraron fieles portavoces de Yahvé. Hasta el punto de asegurar que reproducían con exactitud lo que Él les había dictado directamente. Una certeza nada real y cargada de fantasía. Eso sí, muy útil en un contexto esencialmente religioso para asignar la máxima autoridad al contenido de sus discursos.

De hecho, los libros de los profetas del AT rebosan de manifestaciones directas de Yahvé. Naturalmente, se trata solo de una forma de expresión típica de estos personajes. Porque en realidad todos ellos ejercieron de boca del Gran Callado, del Excelso y Absoluto Silencioso. Resulta evidente que de Él nadie ha oído nunca nada. Ni siquiera resulta posible saber si existe o no existe. Las religiones, sin embargo, no tienen reparos en presumir constantemente de ser poseedoras y adjudicatarias legítimas del conocimiento de Dios. Tal presunción demuestra únicamente una descomunal ignorancia.

  1. El Galileo, conocedor de Dios

En el texto de Mt 11,27 (par. Lc 10,22), en una época inclinada a idealizar y divinizar la figura del Galileo, el evangelista puso en boca de este las siguientes palabras:

  • “…al Padre lo conoce solo el Hijo…”.

A la ortodoxia más recalcitrante le resulta fácil deducir de estas palabras la divina condición del Galileo y su especial conocimiento de Dios. Ahora bien, ‘ser hijo’ y ‘tener conocimiento’, son expresiones que conviene diseccionar para evitar que una lectura equivocadamente literal conduzca a confusión.

  1. El término ‘hijo’ no significa en la cultura del NT: Uno que procede de…, sino: Uno que se parece a… Es hijo quien hace exactamente lo que ha visto hacer a su padre y actúa del mismo modo que él. Ser hijo se entiende desde la práctica; no, desde la metafísica. No radica en disfrutar de la misma naturaleza, sino en compartir idéntica actividad.
  2. El verbo conocer’ nada tiene que ver con el concepto de ‘saber’ de la cultura griega. No se trata de un conocer teórico a partir de la observación o del razonamiento lógico, sino de un conocimiento práctico nacido de la propia experiencia. Este verbo se usa incluso, tanto en el Antiguo como en el NT, para expresar las relaciones sexuales (Mt 1,25).

El conocimiento que, según el texto de Mateo, el Galileo tenía del Padre se sitúa fuera del rango intelectual. Su conocimiento venía demostrado porque su praxis y su proyecto de sociedad alternativa (el reinado de Dios) daban forma social definitiva a las tres gestas atribuidas a Yahvé en el AT:

  • El Éxodo o la Libertad
  • La Alianza o la Justicia
  • La Promesa o la Igualdad

El proyecto del Galileo representó la nueva obra creadora. Sus integrantes ya no serán solo imagen de Dios. Por su esquema de valores y su manera de vivir y comportarse, han alcanzado la condición de HIJO-A.

  1. La vía para conocer a Dios

El conocimiento de Dios no es, por tanto en la cultura bíblica, un saber de carácter intelectual. Resulta imposible conseguirlo haciendo oraciones o a través de la mística; tampoco con espiritualidades o siguiendo la ruta de las religiones. Ni siquiera de la considerada verdadera, porque verdaderas son todas. Y, desde luego, no se logra por medio de la teología. El vocablo teo-logía confunde. Nada tiene de ciencia ni de saber. Es simplemente un hablar sobre Dios. Desmesurado unas veces; obsesionado, otras. Endiosado, muchas. Engañosamente afianzado en falsas revelaciones, la mayoría. Para el Antiguo y el NT el conocimiento de Dios se obtiene solo a través de una praxis comprometida con la justicia. El profeta lo explicitó con absoluta claridad:

      “…practicó la justicia y el derecho;

      Hizo justicia a pobres e indigentes,

      Y ESO SÍ QUE ES CONOCERME –dice el Señor-“ (Jer 22,16).

81 comentarios

  • Salvador Santos

    Hola María Luisa
     
    Gracias. Entiendo tus razonamientos.
     
    Al ser práctico, el proyecto del Galileo no descarta ninguna vía que confluya en esa praxis. Se autoexcluyen los dogmatismos y fanatismos, sean ideológicos o religiosos. Estos se caracterizan por su condición de inmovilistas. El proyecto de sociedad alternativa se distingue por un dinamismo proclive a progresar en cada época, en cada circunstancia y con cada persona. Nadie del grupo fariseo se incorporó al grupo del Galileo.
     
    Un cariñoso abrazo, María Luisa  

  • M.Luisa

    Buenos días,  Salvador, necesitaba este par de días para pensar y hallar  el modo cómo podría  resumir, dándole cuerpo  dentro de un simple comentario,   aquella  intuición de la que te hablé el otro día  en torno a la cual presentía, una feliz convergencia con tus planteamientos y modo de pensar.

    Creo que a Oscar Varela le pasó lo mismo con la “razón vital “ orteguiana, pero cuando me pongo a pensar en las distintas  circunstancias que  nos llevaron  a él y a  mí a esta exigencia de búsqueda convergente con tu rigurosidad exegética,  descubro que si bien su motivación  tal vez estuviera relacionada con su salida del sacerdocio, la mía,   en cambio, la exigencia que me movía a encontrar esa afinidad de pensamiento  venía en sentido contrario pues,  precisamente, mi vida sencilla como la que más estaba exenta de toda religiosidad. Pero  al irrumpir ésta  de forma abrupta, fanática y  con la peor de sus caras no pude sino tener con ella un enfrentamiento depurativo que ahora me resulta muy válido contrastándolo  con lo que has compartido aquí con nosotros/as.

    Entonces, si como decía antes, Oscar desde la perspectiva filosófica orteguiana halló sintonía con tu propuesta de “Sociedad Alternativa” vertiendo su contenido exegético sobre la “razón vital”.

    También para mí, pero en perspectiva zubiriana se  ha dado esta sintonía a partir del concepto formal de  “Inteligencia Sentiente” cuya unidad cognitiva experienciable a nuestro alcance refleja bien a las claras la unidad de acción del Galileo.

    La gran dificultad está sin duda en no distinguir la diferente asignación que caracteriza al término “sentiente” del término “sensible” porque de esta confusión  han derivado consecuencias nefastas.

    Por ejemplo, si este concepto de “Inteligencia sentiente”  se entiende como un esfuerzo de superación al  racionalismo tradicional, entonces  no se puede confundir  “sentiente”  con sensible   porque si lo primero nos remite “paso a paso“  a la Realidad sentida y  anunciada, es decir, no objetivada subjetivamente, al ser aquella  proyectiva su correlato no puede ser  otro que   la  inteligencia humana.

    Entonces,  aquella confusión   lo que haría, que es en realidad lo que ha ocurrido históricamente  en todos los idealismos y racionalismos ha sido haber   sensibilizado la inteligencia  con lo cual se la ha desnaturalizado  ya que la inteligencia  siendo de origen orgánica no tiene vuelta atrás a lo sensible.

    Seguiría Salvador, pero  creo que con lo expuesto,  aunque torpemente, se puede comprender que asumo todos tus postulados al referirte a la “fe” como adhesión al proyecto  real y visible del Galileo.

    Un fuerte abrazo!

  • oscar varela

    Hola! (de nuevo)

    Ayer sábado tuve una reunión con un excelente y variopinto grupito de “curas-salidos” (algunos casados y sus esposas, otros no-casados) de la zona de Santiago en Chile.

    Estaba presente por casualidad, también, un matrimonio laico al que luego de un tiempito de debates se le preguntó cual era su opinión. El tipo dijo:

    – “Perdonen, pero lo que pienso es que ustedes están prisioneros de una estructura y no parecen tener la libertad de salir de ella”-

    ……………….

    Me pareció dar en el clavo, porque a lo más que se llegaba en el debate era la superación del clericalismo. No se accedía a la base de todo que es la vida humana.

    Se están haciendo muy honestos ensayos de “cristianismo”. Jesuitas como Puga, Costadoat, etc. … hasta el mismo Pagola.

    Buenos, no-clericales, pero eclesiales …

    … ¿y después qué? …

    ¿siempre el Gatopardismo?

    • George R Porta

      ¡Hola, Oscar! Saludos cordials. Tengo curiosidad por saber si el Puga jesuita que mencionas es Mariano Puga Concha. Sé que originalmente era cura diocesano y después de Pinochet estuvo entre los Hermanitos de Jesús (Charles de Foucauld) y que andaba de misionero en barca por el archipiélago (Chiloé), pero no tenia ni idea de que hubiera podido a su edad entrar en los jesuitas. ¿Te importa enviarme un sí o no si es o no es jesuita? No es cosa de cotilleo curioso. No somo amigos pero tengo algo que qgradecerle y le agradezcoi y También le admire mucho. Gracias. Saludos a Olga.

    • Mª Pilar

      Creo Oscar… que puse mi comentario en la otra entrada, y creo que sería más adecuado… si es que lo es… en esta.

      ¡Disculpa amigo!
      pili

    • Carmen

      Son ustedes un grupo genial. No sé pueden hacer una idea de lo que aprendo leyendo los artículos y los comentarios. Se nota en los mios a que mi vida ha sido otro tipo de vida.
      Por supuesto que están atrapados por sus vivencias anteriores. Y quién no lo está? Todos lo estamos. Pero hay como dos grandes grupos de personas. Las que luchan por liberarse porque las cosas no le cuadran y las que prefieren quedarse porque creen que de esa manera la vida les será más fácil.
      Personalmente también me he sentido totalmente atrapada. Y aunque creo que gané una primera batalla, la lucha no tiene fin.
      Creo que la mayoría de ustedes también ganaron una batalla, quizás la más importante, pero, señores,señoras,la vida sigue y somos como somos. Y así hasta el fin. Por eso cuando alguien muere de le desea que descanse en paz. La vida no es fácil para nadie, pero si te atreves, una vida puede dar para mucho.
      Un cariñoso saludo.

  • oscar varela

    Hola!

    El Comentario de Olguita hace gala de conocer bien la Religión judía (antigua y actual).

    Ok!

    Si a esa consideración le agregamos otra constatable:

    * que a Jesús lo hicieron mierda los judíos (jerarcas y feligresía),

    * ya la cosa se pone más problemática para esa con-sabida religión judía que Olguita nos pintara (Mandamiento base: amar al prójimo como a uno mismo, etc.)

    Entonces -pienso yo- estalla la siguiente claridad:

    * que a Jesús le pasó lo que le pasó porque su Proyecto hace mierda a la Religión!

    ¿No es esta una tesis básica de lo que se nos está articulando por el Autor?

    ……………………….

    La Religión, cualquiera y en cualquiera de sus manifestaciones han devenido en ser el Ocultamiento del Proyecto vital.

    Esto tiene un nombre: Gatopardismo.

    • Mª Pilar

      Muy querido Oscar:
      ¡Totalmente de acuerdo!

      Seguir sintiéndose “curas” después de haber abandonado ese camino… sigue pesando en ellos, como si de verdad creyeran que su consagración es, una marca para toda la vida.

      Ya salieron, conviértanse en personas de a pie, como toda persona… que si de hecho está bautizada, lo está, con el mismo óleo, con el que quieren marcarnos… como si de ganado se tratase.

      Son opciones que se manifiestan por medio de un rito… solo es eso; en el momento que yo, decididamente abandono, dejo des ser “diferente” pasando a formar parte del pueblo.

      Si quieran hacer algo bueno dentro de la iglesia ¡háganlo como parte de ella y junto a quienes ya no tienen ningún rango! Son parte tan importante como el más pequeño o el más grande de la comunidad.

      Trabajos no les faltarán, dejen de sentirse “especiales” ¡No lo son! al menos para mí, ni cuando son, ni cuando dejan de serlo.

      Cada cual será especial, según su entrega, su compromiso, su servicio. Como todas las personas que les rodean, ahí donde quieran estar.
      Eso es lo único que les hará “especiales” para quienes tenga el honor de compartir sus vidas… ellos y ellas.

      Un abrazo compartido.
      pili

  • Salvador Santos

    Hola Carmen
     
    Antes de nada, dos o tres preguntas: ¿Por qué me hablas de usted? ¿Por qué te diriges a mí diciendo: “Señor Santos”? ¿Y la igualdad? Para aclararlo, te invito a casa (Murcia) y a comer.
     
    Respecto al envío de “dos en dos”, puedes leer una explicación detallada en el destilado de Óscar Varela Leyendo a Marcos – 23.
     
    El Galileo consideró que el sistema injusto no admite reforma. Su proyecto requería una nueva vía. La vieja estructura (‘odres’) resulta inútil para una novedad cargada de alegría (‘vino’). Pensó que no servía de nada esperar una intervención divina que arreglara de forma definitiva y universal este sistema injusto. Optó por la idea de que un resultado global comienza por un paso. Pequeño y humilde, pero firme.
     
    Necesitaba un grupo humano. No importaba el tamaño; sí, su potencialidad (Las tres parábolas de Marcos. Destilado de Óscar: Leyendo a Marcos – 8,9,10 y 11). E invitó, a cielo abierto, a quien quisiera constituir con él esa primera célula. No organizó una secta. Al contrario tiró los muros sectarios y excluyentes. Invitó a religiosos y a descreídos. No eran obstáculos las creencias. Se trataba de  desarrollar una praxis conforme a los valores de la sociedad alternativa. Así concibió la fórmula para destronar al poder y hacer reinar a la Vida.
     
    Consiguió un grupo de poca monta: un traidor al pueblo (Leví); un terrorista de cuidado (Simón el Fanático); otro tal Simón duro de mollera; dos hermanos de ambición desmedida; y lo que resultaba un escándalo: unas mujeres de dudosa condición. ¡Los rabinos tenían prohibido salir a la calle con sus mujeres!
     
    En el libro de Hechos aparece una comunidad, la de María, madre de Marcos. Y otra, la oficial, la de Jerusalén, presidida por Santiago, un hermano del Galileo. La primera fue cuna del evangelio. La oficial siguió manteniendo las reglas religiosas judías. Pedro, una vez liberado de sus ataduras ideológicas judías, optó por acudir a la no oficial. Pablo salió con instrucciones de la oficial. Marcos dejó plantado a Pablo. Bernabé hizo lo mismo más tarde. Puedes leer alguna de estos asuntos en el artículo Una fecha para Marcos/III.   
     
    Proliferaron comunidades seguidoras del proyecto. También apareció más tarde una institución religiosa con el nombre de cristiana que despegó a partir de la libertad religiosa promulgada por el conocido Edicto de Milán.
     
    Mi trabajo se limita a lo que conozco: el NT. Respecto a instituciones o religiones llamadas cristianas prefiero no desbarrar. Ellas deben ser explicadas por otros expertos. A mi juicio, se pueden reconocer por su praxis. Si siguen el proyecto del Galileo o no lo hacen se notará por sus hechos, no por sus discursos. Un olmo no da manzanas, ni una viña, melones.   
     
    La invitación va en serio.
     
     Un abrazo entrañable, Carmen.

    • Carmen

      Gracias. Aprendo mucho leyéndole. Buscaré lo que me indica.
      Me hace gracia, dice por qué le hablo de usted. Es una señal de respeto profundo.
      Mi suegra no consiguió que la tutease. Era curioso. Tenía cinco yernos que le llaman de usted y cinco nueras, cuatro la tuteaban, pero…y eso que al final,en sus últimos años hablaba un montonazo conmigo. Las personas mayores, mayores,llega un momento en que necesitan hablar de cuando eran jóvenes. Estoy segura de que me contó cosas que no saben ni sus hijas. Superinteresante.
      Murcia es una ciudad preciosa, me alegro de que viva por allí.

      Si es posible, alguna vez comeremos juntos.

      Gracias por todo

  • George Porta

    La cuestión de las «notas» de la Iglesia, «una, santa, católica, apostólica» está aludida en una entrada de Carmen que se pregunta cómo es que la Iglesia sea «única».
    En mi tesina de Teología que desde luego no mereció ni merece reconocimiento, propuse una quinta nota, «comunicante» en cuya proposición precisamente discutí por qué la ruptura interior (los cismas, los problemas de la reforma, etc.) no pueden afecta la unidad porque cualquier diferendo de opinion o de formulación de la creencia (o la fe como doctrina) solo agrieta la apariencia de la Iglesia a ciertos niveles y una tal fractura es un evento dinámico, es decir, pertinente a solo un aspecto de la existencia y no a todas. La bendición de la Guerra, en cualquier forma o medida, por ejemplo, fuera más dañina a la unidad de la Iglesia, que cualquier diferendo doctrinal.
    En otras palabras, el auténtico tejido de la Iglesia originada a partir del acontecimiento «Jesús de Nazaret» (Michel De Certeau) como se aprende de las tradiciones originadas a partir de dicho evento,  es la común naturaleza humana de quienes la forman, que no tiene ruptura de continuidad con la naturaleza humana de quien la niegan. Lo humano debiera ser más importante para adjudicar la calificación de «única» a la Iglesia que cualquier cosa doctrinal y/o dogmática, etc.
    De ahí la relevancia de que Juan XXIII haya dirigido sus cartas encíclicas  (por ejemplo Pacem in Terris (11 de abril de1963) a las personas «de buena fe» católicas o no y la del reconocimiento de los agnósticos que hizo Benedicto xvi, en el aeropuerto de Friburgo (25 denoviembre de2011).
    Lo de la «quinta nota», es decir, el carácter de comunicante, fuera en realidad la consecuencia de la bondad que entra en la Iglesia y sale de ella tanto por efecto de la mera existencia de la gente que no se reconoce creyente, cuanto de la que se reconoce tal. Una consecuencia significativa fuera el sinsentido de la sentencia de excomunión por cuestiones de doctrina y la importancia de la excomunión que no requeriría sentencia por causa de maleficencia. Con esto quiere decir, que lo que Olga Larrazábal señala acerca de la Tora y el cumplimiento del mandato de amarse mutuamente fuera la única legítima razón para reconocer la «unicidad» de la Iglesia y su incumplimiento la única causa legítima para adjudicar ruptura. Vistas así las cosas, la autoridad jerárquica, como en el sacramento del matrimonio, solo tuviera función de testigo y no de ministro de la cesación de la comunicación del amor, la bondad por causa de la opción por el mal, la maldad o maleficencia, el no-amor.
     

  • M.Luisa

    Apreciado Salvador,  Infinitas gracias por la explicación dada en tu comentario de ayer  al que por circunstancias que no vienen ahora al caso  no pude responder de forma inmediata como hubiera deseado.

    No puedo estar más de acuerdo contigo con la diferenciación que sobre la fe estableces   según sea   su punto de partida. Este ha sido mi gran campo de batalla durante muchos años. Luego, desde tu primer curso aquí no dejé de trabajar la posibilidad de hallar aquella similitud, o aquella convergencia  de la que te hablé el otro día que, por contraste,   a partir del resultado provisional de mis estudios críticos al racionalismo,  junto  con  los conocimiento bíblicos que nos proporcionaste   antes y ahora,  he podido con gran satisfacción  constatar que ciertamente es así.

    Con más detalle pienso  detenerme   la semana que viene , ahora sólo disponía de este breve tiempo  que he aprovechado para que  al menos pudiera  dar señales de vida y mostrarte mi agradecimiento.

    Un fuerte abrazo!