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La primera república española (XVIII)

    ¿ESPAÑA EN BUSCA DE UN PRESENTE “SACIADO”?

El historiador alemán Hagen Schulze al final de su “Breve historia de Alemania” (Alianza. 2013) concluye que tras la reunificación en 1990 Alemania dejó de inquirirse sobre su propio ser. “Por primera vez en la historia el estado nacional alemán es un “presente saciado(NOTA 1)

Vistas las pulsiones independentistas existentes en Cataluña y en otros territorios de España y la inquietud que muestran los políticos para el encaje de las realidades de “nación” (o naciones) y el “Estado”, cabe preguntarse por el nivel de satisfacción que España tiene de sí misma y qué “presente saciado”, cabe vislumbrar en un razonable futuro.

No caben respuestas simples ni improvisadas, En todo caso cabe recordar el papel fundamental que en este proceso de “saciedad” debe tener la “genealogía” del presente, es decir la Historia, y la proyección del futuro.

Shulze, en expresa referencia a los alemanes, pero con alance de aplicación universal, afirma:

Para poder tener un futuro en Europa debemos saber cuál es el pasado sobre el que se asienta el presente alemán. Nunca se parte de cero, sino que siempre se conecta con algo anterior. Quienes olvidan esta premisa y creen hacer algo nuevo, nunca pueden saber, a ciencia cierta, que es lo que están haciendo.

Dice Josep Fontana (“Historia Análisis del Pasado y Proyecto Social.”. Austral. 2013 impresión 2016): “Toda visión global de la historia constituye una genealogía del presente“ y también que “Hay que comenzar a construir, a un tiempo, la nueva historia, y el nuevo proyecto social, asentados en una comprensión crítica de la realidad presente.”

Al respecto cabe preguntarse:

 ¿Qué estamos haciendo en España en aras de la construcción a un tiempo, de una nueva historia, y un nuevo proyecto social?

¿Sentimos esta tarea como una esperanza de futuro en la que podemos participar o tan solo como un problema que, con desgana, hay que resolver?

¿Dónde están los lideres político e intelectuales que pueden ayudarnos a diseñar, y construir, con perspectiva histórica, nuestro proceso de consolidación como un Estado social y democrático de Derecho, que propugna la Constitución?

 

  I – EL “GOLPE DE ESTADO” LIDERADO POR PI Y MARGALL

Pi y Margall fue artífice principal de la supresión de la Comisión Permanente de la Asamblea que, aunque tomada “por acuerdo del Consejo de Ministros” Pi firmó, en solitario el día 24 de abril de 1873. Se opusieron Castelar y Salmerón a la disolución y el resto de los ministros digamos que, en general, “miraron para otro lado”. Lo relata Miguel Morayta en los siguientes términos:

Castelar y Salmerón se opusieron a ella, estimándola un golpe de estado, un verdadero hecho de fuerza, pues la permanente era la representación viva de la asamblea nacional de la que recibió sus poderes el gobierno de Figueras y su existencia la República; pero los demás ministros no se atrevieron a ponerse enfrente de la opinión de los federales. Salmerón y Castelar inclinaron la cabeza (…).

En consecuencia el Gobierno llevó a la Gaceta del 24 de abril dos decretos de esa misma fecha, el uno, con siete considerandos, acordando la disolución de la Comisión Permanente de la Asamblea y el otro disolviendo “los batallones 1º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º y 10º y los de artillería, zapadores, caballería y veteranos de voluntarios de la República que, en más o menos medida, como monárquicos de abolengo, tomaron parte en el 23 de abril. ” (Morayta, citado, pág. 92 y 93).

 Las razones que esgrimía el Decreto de disolución de la Comisión Permanente, eran una serie de “considerandos” sin ninguna cita legal de normas en que pudiera sustentarse la decisión de disolución. ¿Fue esa disolución el acto de un gobierno dictador, no parlamentario, y que marcaba la ruptura total con la Constitución de 1869?

Cuando en marzo 1874 ve la luz el texto de Pi “La Republica de 1873. Apuntes para su historia“, queda patente su afán de justificar lo actuado pero no podrá por menos que afirmar que disolver la Comisión Permanente de la Asamblea era en rigor un golpe de Estado” y, que, en cierto sentido, este golpe de Estado que convirtió al Gobierno de la República a los ojos de todos (“amigos y enemigos” ) en una “dictadura revolucionaría“, era el anticipo de los levantamientos cantonales que habrían de producirse posteriormente, al punto que, dice Pi, “La misma noche del 23 nos amenazaba un general con que iba a proclamar la federación quisiera o no quisiera el Gobierno“.

Pero si la supresión de la asamblea, argumentará Pi, era efectivamente un golpe de Estado, era, no obstante, a su parecer, distinto a otros que registra la Historia, pues había tenido por objeto “sobreponer la voluntad de un pueblo a la de unos pocos hombres”.

¿Nos suenan estos o similares argumentos? He aquí un fragmento del relato de Pi:

«(…) Dispersa ya por las iras populares la Comisión Permanente no quedaba otro recurso que disolverla. Después de todo, no era más que la representación de una Asamblea que, al suspender sus sesiones, había convocado a la que debía reemplazarla. Había sido hasta entonces un elemento de perturbación; y no hubiera podido ser en adelante sino fomento de pasiones y escándalos. Nació con poca autoridad; ¿qué prestigio había ya de quedarle? Reanudar las sesiones de la Asamblea era, después lo sucedido, de todo punto imposible; y pues para esto solo vivía, la prolongación de su existencia era completamente inútil. “Disolverla era en rigor un golpe de Estado, más ¿en qué se parece ese golpe a los demás que registra la historia? Todos han tenido por objeto sobreponer la voluntad de un hombre a la voluntad de un pueblo; solo este ha tenido por objeto sobreponer la voluntad de un pueblo a la de unos pocos hombres. Había habido un cambio nada menos que en la forma de gobierno; se hacía indispensable consultar cuanto antes a la Nación y llamarla a organizar la República . La Asamblea había fijado el día de la consulta; y al paso que la comisión quería retardarla, nosotros cumplir el acuerdo. ¿Quién estaba más dentro de la voluntad de la Asamblea? ¿quién más ganoso de conocer y cumplir la voluntad del pueblo?. //

Como quiera que fuese, es indudable que después del 23 de abril tenía yo una fuerza inmensa. Era el Gobierno en aquellos momentos el arbitro de los destinos de España; y el partido tenía puestos en mí los ojos . Si yo hubiese querido que al día siguiente se hubiese proclamado la República federal, proclamada habría quedado. Si hubiera querido que las provincias hubiesen convocado desde luego sus parlamentos, convocados habrían sido. Amigos y enemigos, todos creían entonces que por los acontecimientos del 23 de abril el Gobierno había pasado a ser una dictadura revolucionaria. No sólo podíamos hacer, se nos exigía que hiciéramos. La misma noche del 23 nos amenazaba un general con que iba a proclamar la federación quisiera o no quisiera el Gobierno. Los días 23 y 24 recibía yo en Gobernación numerosas comisiones que pedían unánimemente federación y reformas.; y el que menos, pedía que al grito de “Viva la República Federal” dejase desfilar por la Puerta del Sol los batallones de voluntarios».

 

II – INTRANSIGENTES, CONSERVADORES E INFILTRADOS ALFONSINOS.

Pese a las presiones de los republicanos intransigentes, mantuvo Pi incólume su fe en la necesidad de llegar a la constitución de las Cortes Constituyentes y que estas definiesen el camino de la República, así como su fe democrática en unas elecciones totalmente limpias. También supo resistir Pi a las presiones que en persona le presentaron “los jefes intransigentes, junto con los jefes de batallón de miliciaspara que procediera a reemplazar “todos los ayuntamientos y las diputaciones con federales de confianza“. Siendo únicamente remodelada la alcaldía radical de Madrid, que se había unido con sus milicias al golpe del 23 de abril.

La oposición conservadora y los radicales no quisieron reconocer la democrática actitud de Pi en cuanto al proceso electoral de las Constituyentes y propagaron la insidia de que las elecciones iban a ser manipuladas, de modo que los radicales, incluso tras el Manifiesto del Gobierno a los electores del 3 de mayo de 1873 (Gaceta del 3) y las Circulares de Pi y Margall Nicolás Salmerón del 5 de mayo (Gaceta del 6) garantizando la limpieza electoral, mantuvieron públicamente su retraimiento en un manifiesto del 6 de mayo. (NOTA 2)

Dice Hennessy que, tras el 23 de abril,

«la incómoda cooperación de radicales y federales estaba rota (…) y los dirigentes federales quedaron frente a frente con sus propios extremistas, quienes hasta finales de 1873, constituyeron la principal oposición. (…) El triunfo de Pi y Margall se debió, otra vez, a los intransigentes de Madrid, aunque la victoria no significaba que la administración estuviera dispuesta a hacerles concesiones. Tanto los amigos como los enemigos consideraban ahora al Gobierno como una dictadura revolucionaria y los intransigentes esperaban acompasar su reputación revolucionaria con la acción revolucionaria. (…) //

La fase siguiente de la República hasta la reunión de las Cortes el 1 de Junio , fue, por tanto, de frustradas esperanzas revolucionarias al tomar los federales de provincias como una advertencia de Madrid la negativa a reemplazar los ayuntamientos republicanos.(…) //

Cuando se vio claramente que Pi y Margall no se dejaría empujar hacia una proclamación prematura de la república federal ni consentiría cambios administrativos, los intransigentes agudizaron su ataque tratando de infiltrarse en cuantos puestos oficiales les fuera posible con el fin de influir en las elecciones. (…)» (Hennessy, citado, Cap. 8).

Pero también los conservadores supieron infiltrarse para incentivar a los intransigentes y llevarlos hacia “el abismo” que a la postre redundaría en beneficio del alfonsismo. Así lo expresa Miguel Morayta en relación al diario republicano “·La Igualdad” y su director Pérez Luzaro:

«(…) los alfonsinos sintieron renacer sus esperanzas y, unos y otros, seguros de que todo podían esperarlo de las divisiones de los federales, procuraron alentarlas. “La Igualdad” escrita casi siempre por los archirrevolucionarios e intransigentes del federalismo, que tantos conflictos produjo a los gobiernos y más aún al partido republicano, fue propiedad del alfonsino señor Pérez Luzaro, quien, en los días de la Restauración, alegó públicamente como valioso servicio prestado por él a los Borbones, las campañas de aquel periódico». Morayta, citado páginas 93 y 94)

NOTAS

NOTA 1 El “presente saciado” de Alemania no fue posible sino tras su turbulenta historia y nada significaría si no se contemplase desde esa necesaria e ineludible perspectiva. //La noche del 9 de noviembre de 1989 cayó la frontera marcada por el “Muro de Berlín” levantado por la Alemania del Este. Era el significativo principio del proceso de reunificación de la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal Alemana (RFA) que culminó en 1990, hace tan solo 28 años, aunque nos pudiera parecer que fue hace mucho más tiempo. // El 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el llamado “Acuerdo de dos más cuatro“, en el que participaron los dos gobiernos de la Alemania dividida por la Guerra, más las cuatro potencias vencedoras (Francia, Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética) Con este tratado se extinguió la “tutela” o “responsabilidad conjunta”, de las dichas cuatro potencias sobre Alemania en su totalidad, “lo que suponía el final de la postguerra. // El 3 de noviembre de ese mismo año, a petición de la Cámara Popular de la Alemania del Este, se incluyó a la República Democrática Alemana en la aplicación de la Ley Fundamental de Bonn de 23 de mayo de 1949. que regía en la Alemania Federal. Desde entonces. el 3 de noviembre, de cada año Alemania celebra el aniversario de su reunificación.

NOTA 2. El Manifiesto del Gobierno del 3 de mayo de 1873 dirigido a los electores va firmado por el Presidente Figueras y por todos los Ministros y termina diciendo:

(…) Salvándose la República se salva el derecho; sucumbiendo la República sucumbe el derecho con ella. La tabla a que la libertad puede únicamente asirse es la República. Y los partidos liberales de oposición se arrepentirán muy tarde de sus dos errores presentes; primero de haber querido retardar el voto de los comicios, y segundo de haberse negado a contribuir a la mejor y más perfecta organización de la República. // Pero si el Gobierno en verdad no puede dirigirse a los partidos, puede y debe dirigirse a los electores, y a los electores se dirige. Reuníos con calma, discutid con libertad, enteraos de todos los problemas que agitan a las sociedades modernas, elegid a los hombres que os inspiren, más fe y más confianza por la pureza de sus intenciones y por la exaltación de su patriotismo. Árbitros sois de vuestro pensamiento y de vuestro voto; si por despecho ó por temor no lo depositáis en la urna, no culpéis a nadie de las consecuencias que este suicidio moral pudiera traeros, culpaos á vosotros mismos. El Gobierno confía en la sensatez del pueblo español, confía en la serenidad de su juicio, y espera que, atendiendo a las inspiraciones de su pensamiento, a la voz de su conciencia, acertará a formular los grandes principios de la civilización moderna, y con la victoria de estos principios, a robustecer el derecho de todos y la grandeza de nuestra amada patria.

Son significativas también las Circulares del los Ministerios de Gracia y Justicia y de Gobernación, ambas del 5 de mayo de 1873 (Gaceta del 6) dirigidas, respectivamente a jueces y fiscales y a los Gobernadores Civiles instándoles a actuar con absoluta imparcialidad en las anunciadas elecciones.

En la Circular de Nicolás Salmerón se dice, entre otras cosas, por ejemplo, los siguiente: “(…) Que el Gobierno de la República a fuer de leal y honrado ha de abstenerse de intervenir en la contienda electoral, a que por deber hoy más que nunca están obligadas a acudir todas las parcialidades políticas, sometiéndose al fallo inapelable de la Nación; que ha de amparar el derecho de todos con la decisión y firmeza a que su autoridad le obliga, como imparcial y severo juez del campo que el voto de libres ciudadanos disputa con la fuerza de las ideas; que ha de reprimir enérgicamente cuantas demasías osara cometer la pasión sin tolerar indignas excepciones; que para ello fía en el concurso de las Autoridades judiciales, (…)”

La Circular de Pi y Margall dice en sus primeros párrafos: “(…) No tiene el Ministro que suscribe por el mejor de los Gobernadores al que procure el triunfo a más candidatos adictos a su causa, sino al que sepa conservarse más neutral en medio de la contienda de todos los partidos. El que más respete la ley, el que mejor garantice el derecho de todos los candidatos y la libertad de todos los electores, ese será el que se muestre más merecedor de gobernar una provincia. No ha venido la República para perpetuar abusos, sino para corregirlos y extirparlos. (…)

NOTA FINAL. Este artículo corresponde al número XVIII de la serie “LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA”. En los textos reproducidos, el subrayado de palabras o frases y la utilización de negrita son míos

 

4 comentarios

  • ELOY

     
    Hola Román Díaz Ayala y Benjamín Díaz Roldán.
     
    Gracias por vuestro comentario.  
     
    A lo dicho anteriormente sobre el probable carácter meramente burgués y “asocial” (falto de reivindicaciones sociales como “punto fuerte”) cabría añadir una serie de cuestionamientos, más allá de los meramente jurídicos ( que en sí ya son importantes y esenciales, en términos democráticos ) de cómo habría de configurarse esa “futura República” cuyos “viva” se han escuchado en el Parlamento Catalán.
     
    ¿Quien se postulará a partir del 1 de Octubre como Presidente de la República?. ¿O , por el contrario, nos encontraremos con un “Comité de Dirección” o “Directorio”?. ¿Quién integraría  ese Directorio o “presidencia mancomunada de la República?. ¿Cuál  sería su plazo de funcionamiento?. ¿Sería precisa la urgente convocatoria de elecciones constituyentes?.
     
     Y a todo ello habrán de añadirse las muchas preguntas formuladas por el Sr. Coscubiella, en su intervención parlamentaria, que figura en el video colgado en el “Tablón de Atrio”.
     
      Enlace: Joan Coscubiella, desde la izquierda, habla de democracia a los independistas.
     
     
     

  • RománDíazAyala/Benjamín Díaz Roldán

    1873…1920…2017

    ¡Extraordinaria  manera de enfocar el trasfondo histórico para arrojar alguna luz sobre nuestro presente!

    Pi i Margall y laRepública Federal, la España que se sacudía la Restauración para encarar su segundo períododemocrático, también en forma de república como modelode Estado ( y el Federalismo como causa aún no resuelta del todo pero encauzada en los estatutos vasco, catalán y gallego y truncado por la guerra)

    ..y hoy,con todas las opciones abiertas,desde el ejerciciode nuestra común soberanía.

    y sin particularismos…

  • ELOY

     

     

    Hola Oscar.
    Gracias por este “soplo de reflexión” que nos haces llegar y que curiosamente permanece vivo en esencia en muchos aspectos, pese al tiempo transcurrido y a los muchos e importantes cambios que se han producido en España desde la década 1920.
    Considero muy importante tu aportación porque al análisis sereno y la distancia suelen poner cierta dosis de “cordura” por encima de los sentimientos heridos o la inmediatez de los impulsos y puede ayudar a enfocar los problemas desde la “genealogía” del presente, es decir desde la Historia.
    En todo caso, y de forma complementaria, me gustaría compartir contigo y con todos los lectores que pudieran estar interesado en mis dudas y mi inquietud por el proceso que está teniendo lugar en Cataluña.
    En relación al movimiento independentista de Cataluña liderado por su Gobierno autonómico me pregunto, si a la vista de la realidad que conocemos, puede y debe ser catalogado como un movimiento básicamente burgués en cuyas manifestaciones públicas no resaltan – prácticamente no tienen lugar –  las reivindicaciones sociales o de clase.
    Los movimientos y revoluciones burgueses han tenido un papel importante la Historia y en la lucha contra al absolutismo pero también es verdad que han servido en cada momento para allanar el camino al capitalismo o para consolidarlo.
    Josep Fontana, en su libro “Historia: Análisis del pasado y Proyecto Social“. al fijar su reflexión sobre la Revolución Francesa afirma (págs. 103 y 105):
     
    << La mayoría de los revolucionarios, sin embargo, representantes de una burguesía en ascenso, optarán por el camino “normal” que conduce por la vía del desarrollo capitalista y se manifestarán en contra de cualquier proyecto de “ley agraria” y de los planteamientos igualitarios en el terreno económico (…) //
    (…) Tras haber ganado la partida, la burguesía arrinconaba sus viejas armas de combate ideológico para volver a los fundamentos tradicionales de la sociedad; las herramientas críticas de ayer no tenían utilidad alguna cuando era ella la que se había instalado en el poder y su preocupación fundamental era la de conservarlo. >>
    Desde esta perspectiva y suponiendo que la hipótesis de movimiento básicamente “burgués” resulte correcta, no se entiende, el decidido – y en general acrítico – apoyo que desde los movimientos anticapitalistas o de reivindicación social y obrera (por ejemplo desde algunos sectores de “Podemos”)  recibe el actual movimiento  independentista catalán, liderado por su gobierno autonómico.
    En todo caso Josep Fontana, más allá de los avatares históricos de la Revolución Francesa o de la Revolución Industrial, concluye que “es misión del historiador – (yo diría que también del ciudadano) –  contribuir a estudiar cuales son las causas de este presente que en nada se parece al futuro que nos prometieron hasta hace pocas décadas, para averiguar donde se torció el rumbo del progreso o cual era la mentira que condujo a estas profecías fallidas”  (pág. 275)
    Gracias de nuevo Oscar. Un abrazo

     

  • oscar varela

    Hola!
    Pongo acá lo que sigue, porque es un lugar de historiadores, no tanto de política, como lo señala la Introducción del Escrito hace 97 años. Más no sé!
    ………………
    (Nota introductoria) ESPAÑA INVERTEBRADA (1920)
    No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solu­ción de los problemas políticos distanciarse de ellos por algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espon­táneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
    En este ensayo de ensayo es, pues, el tema histórico y no polí­tico. Los juicios sobre grupos y tendencias de la actualidad española que en él van insertos no han de tomarse como actitudes de un combatiente. Intentan más bien expresar mansas contemplaciones del hecho nacional, dirigidas por una aspiración puramente teórica, y en consecuencia, inofensiva.
    …………………….
    Capítulo 5 (Ia. Parte) – PARTICULARISMO
    1- Apretados unos contra otros los hechos innumerables, fundidos en una curva sin poros ni discontinuidades, la historia de España adquiriría la clari­dad expresiva de un gesto, y los sucesos contemporáneos en que con­cluye el vasto ademán se explicarían por sí mismos.
    2- Entonces veríamos que, de 1580 hasta el día, cuanto en España acontece es decadencia y desintegración.
    * El proceso incorporativo va en crecimiento hasta Felipe II.
    * El año vigésimo de su reinado puede considerarse como la divisoria de los destinos peninsulares.
    * Hasta su cima, la historia de España es ascendente y acumulativa;
    * desde ella hacia nosotros, la historia de España es decadente y disper­siva.
    ………………
    3- El proceso de desintegración avanza en riguroso orden de la periferia al centro.
    * Primero se desprenden los Países Bajos y el Milanesado;
    * luego, Nápoles.
    * A principios del siglo XIX se separan las grandes provincias ultramarinas, y
    * a fines de él, las colonias menores de América y Extremo Oriente.
    4- En 1900, el cuerpo espa­ñol ha vuelto a su nativa desnudez peninsular.
    * ¿Termina con esto la desintegración?
    * Será casualidad, pero el desprendimiento de las últimas posesiones ultramarinas parece ser la señal para el comienzo de la dispersión intrapeninsular.
    ………………
    5- En 1900 se empieza a oír el rumor de regionalismos, nacionalismos, separatismos…
    * Es el triste espec­táculo de un larguísimo, multisecular otoño, laborado periódica­mente por ráfagas adversas que arrancan del inválido ramaje enjam­bres de hojas caducas.
    6- El proceso incorporativo consistía en una faena de totalización; grupos sociales que eran todos aparte, quedaban integrados como partes de un todo.
    * La desintegración es el suceso inverso: las partes del todo comienzan a vivir como todos aparte. A este fenómeno de la vida histórica llamo particularismo.
    ………………
    La esencia del particularismo es que cada grupo deja de sentirse a sí mismo como parte, y, en consecuencia, deja de compartir los sentimientos de los demás.
    ………………
    * No le importan las esperanzas o necesidades de los otros y no se solidarizará con ellos para auxiliarlos en su afán. Como el vejamen que acaso sufre el vecino no irrita por simpática trans­misión a los demás núcleos nacionales, queda éste abandonado a su desventura y debilidad.
    * En cambio, es característica de este estado social la hipersensibilidad para los propios males. Enojos o difi­cultades que en tiempos de cohesión son fácilmente soportados, parecen intolerables cuando el alma del grupo se ha desintegrado de la convivencia nacional.
    * En este esencial sentido podemos decir que el particularismo existe hoy en toda España, bien que modulado diversamente según las condiciones de cada región.
    ………………
    El propósito de este ensayo es corregir la desviación en la punte­ría del pensamiento político al uso, que busca el mal radical del cata­lanismo y bizcaitarrismo en Cataluña y en Vizcaya, cuando no es allí donde se encuentra. ¿Dónde, pues?
    ………………
    Para mí esto no ofrece duda: cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España.
    * Castilla ha hecho a España, y Castilla la ha deshecho.
    ………………
    Analícense las fuerzas diversas que actuaban en la política espa­ñola durante todas esas centurias, y se advertirá claramente su atroz particularismo. Empezando por la Monarquía y siguiendo por la Iglesia, ningún poder nacional ha pensado más que en sí mismo. ¿Cuándo ha latido el corazón, al fin y al cabo extranjero, de un mo­narca español o de la Iglesia española por los destinos honda­mente nacionales? Que se sepa, jamás.
    ………………
    Han hecho todo lo contrario: Monarquía e Iglesia se han obstinado en hacer adoptar sus destinos pro­pios como los verdaderamente nacionales; han fomentado, genera­ción tras generación, una selección inversa en la raza española. Sería curioso y científicamente fecundo hacer una historia de las preferencias manifestadas por los reyes españoles en la elección de las personas. Ella mostraría la increíble y continuada perversión de valoraciones que los ha llevado casi indefectiblemente a preferir los hombres tontos a los inteligentes; los envilecidos, a los irreprochables.
    ………………
    Ahora bien: el error habitual, inveterado, en la elección de personas, la preferencia reiterada de lo ruin a lo selecto, es el síntoma más evidente de que no se quiere en verdad hacer nada, emprender nada, crear nada que perviva luego por sí mismo. Cuando se tiene el corazón lleno de un alto empeño, se acaba siempre por buscar los hombres más capaces de ejecutarlo.
    En vez de renovar periódicamente el tesoro de ideas vitales, de modos de coexistencia, de empresas unitivas, el Poder público ha ido triturando la convivencia española y ha usado de su fuerza nacio­nal casi exclusivamente para fines privados.
    ………………
    ¿Es extraño que, al cabo del tiempo, la mayor parte de los espa­ñoles, y desde luego la mejor, se pregunte: para qué vivimos juntos? Porque vivir es algo que se hace hacia adelante, es una actividad que va de este segundo al inmediato futuro.
    * No basta, pues, para vivir la reso­nancia del pasado, y mucho menos para convivir. Por eso decía Renán que una nación es un plebiscito cotidiano. En el secreto ine­fable de los corazones se hace todos los días un fatal sufragio que decide si una nación puede de verdad seguir siéndolo.
    * ¿Qué nos invita el Poder público a hacer mañana en entusiasta colaboración? Desde hace mucho tiempo, mucho, siglos, pretende el Poder público que los españoles existamos no más que para que él se dé el gusto de existir. Como el pretexto es excesivamente menguado, España se va deshaciendo, deshaciendo…
    Hoy ya es, más bien que un pueblo, la polvareda que queda cuando por la gran ruta histórica ha pasado galopando un gran pueblo…
    ………………
     
    Pero esta interpretación del secesionismo vasco-catalán como mero caso específico de un particularismo más general existente en toda España queda mejor probada si nos fijamos en otro fenómeno agudísimo, característico de la hora presente y que nada tiene que ver con provincias, regiones ni razas: el particularismo de las clases sociales.