Aunque a veces se parezcan a un diálogo a dos y se separen del capitulo de Miquel, los hilos provocados por las entregas anteriores son de verdad interesantes y animan a seguir con esta catequesis con un nuevo capítulo. Seguimos recomendando el texto completo en el sitio original: http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/error_encarnat3_sp.htm. AD.
Jesús y la Sabiduría
Un capítulo más sobre el error del Dios encarnado. Podéis repasar los dos capítulos anteriores
- Recordemos que la encarnación fue uno de los referentes teológicos del movimiento de los curas-obreros: encarnarse en el mundo obrero.
Así, pues, ahora no me pregunto por el hecho de la encarnación, por la realidad objetiva que pueda esconderse bajo la formulación de “se encarnó por obra del Espíritu Santo” .
Esta es la formulación del Primer Concilio de Constantinopla (año 381), consignada en el llamado Símbolo Niceno-Constantinopolitano. Pero en Nicea (año 325) no sale la palabra “incarnatus” (sarkwqe,nta): se habla de un “unigénito nacido del Padre“.
El vocabulario de la encarnación no está presente en los primeros “credos” cristianos (cuadro preparado por Domingo Melero)
Fórmula escrita entre 150-180, casi acristológica. Se conserva en el “Testamentum in Galilaea D.N.I. Christi“ | Fórmula también acristológica utilizada quizás ya en el siglo III, en la liturgia egipcia. | La forma “romana” y “occidental” más antigua del Símbolo Apostólico (según Rufino). Hay una forma oriental con pequeñas variantes. Utilizada a mediados del siglo II. Se encuentra en Justino (+ en 167) y también en Ireneo, Hipólit, Tertuliano, Orígenes, con pequeñas variantes. |
Y en Jesucristo, Salvador nuestro, | Y en su Hijo unigénit, nuestro Señor Jesucristo | Y en Jesucristo, su Hijo unigénito, nuestro Señor, que nació del Espíritu Santo y de María virgen |
Nos preguntamos por la manera cómo se originó en algunos grupos de seguidores de Jesús esta idea de la encarnación, cómo fue su “fabulación“. ¿Era possible que unos judíos, educados en un monoteísmo, llegaran a imaginarse una “divinidad encarnada” (sarkwqe,nta) y “hecha humana” (evnanqrwph,santa), como afirmaría, muchos años después, la forma oriental del Símbolo Apostólico, según el texto de Cirilo de Jerusalén?.
Es preciso subrayar la pequeña frase “en algunos grupos“, ya que esta “fabulación” (la creación literaria de una entidad divina encarnada) no se dio en todos -ni en la mayoría- de los diversos grupos de seguidores de Jesús. No participaron de esta “fabulación” los seguidores de Jesús representados en el documento Q ni los acogidos bajo la Didajé o Doctrina de los Doce Apóstoles. Roger Haight (jesús, símbolo de dios) nos lo dice bien claro:
En la teología lucana la cuestión de la preexistencia o de la encarnación no se suscita nunca” (pág. 183).
Y también excluye esta “fabulación” del evangelio de Marcos:
El mesianismo define el estatus de Jesús como hijo de Dios en categorías funcionales más que metafísicas, por lo que no debería interpretarse en el sentido precisado con el tiempo gracias a los debates cristológicos de época patrística” (pág. 179).
Ahora nos toca examinar los textos neotestamentarios que relacionan Jesús con la Sabiduría, preguntándonos si representan una interpretación de Jesucristo como pre-existente y encarnado (un modelo de cristología en tres etapas)
Ya lo sabemos, pero es necesario repetirlo de vez en cuando:
Esto indica que Jesús [a partir de la experiencia de Pascua] fue interpretado entonces más explícitamente con categorías que apuntan a una relación peculiar y en algunos casos única con Dios… Muchas de estas interpretaciones de Jesús están a nuestra disposición, ya que el Nuevo Testamento consiste en el testimonio literario directo de las soteriologías y cristologías primitivas, si no las más primitivas… Quiero ante todo documentar el hecho del pluralismo de soteriologías y cristologías en la enseñanza normativa del Nuevo Testamento… ¿Cuáles son las razones de este pluralismo?… Una primera reflexión concierne a la profundidad y amplitud del pluralismo de la cristología del Nuevo Testamento… Los diferentes autores y comunidades no dicen las mismas cosas sobre Jesús, dicen cosas realmente diferentes… El pluralismo marca también las interpretaciones exegéticas de cualquier cristología del Nuevo Testamento (por ejemplo, el texto de Filipenses 2, 6-11 es diversamente interpretado)… La diversidad en la interpretación (pluralismo exegético) podría ser indicativa ante todo de las valoraciones bastante diferentes sobre cómo se desarrolló la cristología del siglo I… …sobre la evolución histórica que se extiende por los últimos dos tercios del siglo I en comunidades diferentes y en momentos diversos, ejemplificando los niveles diferentes de desarrollo representados por diversos autores o grupos de ellos, expresados en los diferentes géneros y categorías literarias, y que responden a situaciones vitales y a problemas diferentes.
Roger Haight, Jesús, símbolo de Dios, Pág.169ss
- La palabra “fabulación“.
No os extrañéis que utilice esta palabra. Con esta palabra quiero indicar el proceso a través del cual una imagen va tomando cuerpo, va agarrando vida. O como una interpretación, una teoría se va desarrollando. Recordemos lo que decía Taciano, el Sirio, uno de los apologistas del sigo II que no querían hablar de Jesucristo, en su Discurso a los Griegos:
No deliramos, oh griegos, ni decimos tonterías cuando anunciamos que Dios se ha aparecido en forma humana (Qeo.n evn avnqrw,pou morfh/| gegone,nai). Vosotros, que os burláis de nosotros, comparad vuestros mitos (tou.j mu,qouj uvmw/n) con nuestras narraciones (hvmete,roij dihgh,masin). […] Los que os entretenéis con esta clase de cuentos (toiau/ta de. meletw/ntej), ¿cómo podéis burlaros de nosotros? Por tanto, considerad vuestros propios relatos (Dio,per avpoble,yantej pro.j ta. oivkei/a avpomnhmoneu,mata) y aceptadnos, al menos, por haber forjado mitos semejantes (ka’n w`j o`moi,wj muqologou/ntaj h`ma/j avpode,xasqe). Nosotros no somos insensatos, en cambio, vuestra religión sí que es pura charlatanería. (XXI)
usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/apologetes_tacia_sp.htm
Parece que Taciano era muy consciente de que la afirmación cristiana de un “Dios en forma humana” era una “fabulación“, la creación de un mito, al menos no más malo que los mitos de los griegos.
James D. G. Dunn acaba el capítulo VI (The Wisdom of God [La sabiduría de Dios]) de su libro christology in the making: a new testament inquiry into the origins of the doctrine of the incarnation(1980) con estas palabras:
Aquí vemos el origen de la doctrina de la encarnación.
Intentaremos, pues, acompañados por James Dunn, reseguir las etapas de esta “fabulación” hasta llegar al origen de la doctrina de la encarnación.
[Nota: No sería necesario repetirlo, pero no estará de más:
la encarnación es una doctrina, una construcción humana.]
* * *
E. Schweizer, en un articulo (Zur Herkunft der Präexintenzvorstelung bei Paulus) de 1959, decía:
La idea de la pre-existencia le llegó a Pablo a través de las especulacions sobre la Sabiduría.
Más tarde (Zum religionsgeschichtlichen Hintergrund der “Sendungformel”) del año 1966 decía:
Detrás de la formulación “Dios envió su Hijo a…” que se encuentra en Pablo y en Juan, hay una cristología que intenta incluir a Jesús dentro de las categorías de la misión de una pre-existente Sabiduría o Logos.
Autor citado por James D.G. Dunn, al principio del capítulo VI (pág. 163). También cita a Felix Christ (Jesus Sophia: die Sophia-Christologie bei den Synoptikern) del año 1970:
Jesús aparece… como el portador o representante de la Sabiduría, però mucho más que eso: como la misma Sabiduría. Como Sabiduría preexistente Jesús Sophia
Y James Dunn dice:
La afirmación de que la cristología de la Sabiduría nos proporciona el puente principal desde la más primitiva creencia en Cristo como exaltado a la creencia de que Cristo también preexiste con Dios antes de su vida en la tierra es substancial.
Esta afirmación era recogida por Roger Haight, remarcando el acuerdo fundamental entre Dunn y Elizabeth A. Johnson:
Se considera a menudo la cristología sapiencial como un puente hacia una interpretación de Jesucristo en tres etapas completas como preexistente y encarnado… La premisa en este ámbito consiste en aceptar que existía ya una tradición activa sobre la Sabiduría, que proporcionó el lenguaje para moldear la experiencia y la interpretación de Jesús de Nazaret por sus seguidores. (pág. 185)
¿Cuándo (when) y cómo (how) se pasa de la creencia en el Cristo exaltado a la creencia en el Cristo preexistente en Dios (antes de su vida terrenal)?
[Nota: La traducción es mía y, a pesar de la ayuda del Sr. Google, puede tener un buen margen de mejora].
* * *
Roger Haight, llevado quizás por un espíritu pedagógico, nos presenta como textos neo-testamentarios a considerar en este capítulo los siguientes: 1Cor 8, 5-6; Col 1, 15-17; He 1, 1-3a; Mt 11, 27-30.
James Dunn había ampliado esta listat:
- en las cartas paulinas: 1Cor 1, 22-30; 1Cor 8, 6; 1Cor 10, 1-4; Rm 10, 6-10; Col 1, 15-20
- en los escritos post-paulinos: Lc 7, 35 / Mt 11, 19; Lc 10, 21s / Mt 11, 25-30; Lc 11, 49-51 / Mt 23, 34-36; Lc 13, 34s / Mt 23, 37-39; Heb 1, 1-3
¿Presentan estos textos una doctrina de la pre-existencia?
Roger Haight, en su libro jesus, symbol of god (año 1999):
Y ¿qué significan estas afirmaciones?
Por una parte, algunos exegetas consideran abiertamente estos textos (Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Mt 11, 25-30) como una representación de un Jesucristo preexistente.
Pero, por otra parte, otros intérpretes piensan que estos textos y sus paralelos están bastante lejos de eso. James Dunn, por ejemplo, reconoce que en su cristología sapiencial Pablo quiso mostrar que Jesús es la encarnación nueva y total de la Sabiduría divina. Admite también que Mateo supera a su fuente Q (en la que Jesús es un mensajero de la Sabiduría), identificando a Jesús con la Sabiduría misma.
Es claro que himnos, como el de Colosenses, están comparando a Jesús con la personificación de la Sabiduría divina. Además, este lenguaje metafórico de la personificación condujo finalmente a una cristología en la cual Jesús es de clase diferente a otros mediadores de Dios y disfruta del estado metafísicamente divino de la preexistencia personal.
Pero Dunn afirma no encontrar en la tradición judía anterior a Jesús consideración alguna de la Sabiduría como hipóstasis o entidad divina, pues ello no tendría cabida en el monoteísmo judío. Estas afirmaciones sobre la Sabiduría no pasan de ser una personificación figurada.
James Dunn había dicho:
Pero todos estos textos han estado significativamente influenciados por la terminología de la Sabiduría: el lenguaje de estos pasajes es el lenguaje utilizado por la figura de la Sabiduría en la literatura sapiencial del Antiguo Testamento y, particularmente, de la literatura inter-testamentaria. En el judaísmo pre-cristiano la figura de la Sabiduría divina recibió una considerable importancia y son estas descripciones de la Sabiduría las que en gran medida han determinado el lenguaje de estos pasajes (pág 164)
Antes de seguir avanzando; ¿qué entendemos por “cristología de la Sabiduría”? Dejemos la palabra a James Dunn:
Por cristología de la Sabiduría en esta primitiva etapa entiendo una manera de hablar de Cristo, sobre todo en relación con el cosmos, que adopta un lenguaje y fraseología ampliamente utilizado en el judaísmo precristiano cuando hablaba de la Sabiduría divina. Este lenguaje es casi seguro que fue entendido por Pablo y sus lectores como atribuyendo a Cristo el papel que en relación con el cosmos el judaismo precristiano había atribuido a la Sabiduría; es decir, más brevemente, ellos comprendían que Cristo era identificado con la sabiduría de Dios.
He leído hoy este largo comentario de Miquel Sunyol, y la impresión que me deja es de desconcierto, pues no sé exactamente qué es lo que está “buscando” entre tanto documento y autores, ¿la verdad sobre Jesús? Ante la constatación de tantas tipologías de Jesús derivadas de las muy diversas teologías de los autores de los evangelios y de las numerosas cristologías de autores más o menos actuales, no tengo clara la respuesta de Miquel Sunyol a la pregunta fundamental ¿qué dice sobre quién es Jesús?
En mi opinión por más que revise con la máxima atención y esfuerzo los documentos, textos de las Escrituras y conciliares, no podrá eliminar la interpretación sobre Jesús de la Tradición de la Iglesia. Todo cuanto conseguirá es que hay otras interpretaciones sobre Jesús, quizás más plausibles y fiables deducibles de los documentos que disponemos, pero me parece muy improbable que llegue a demostrar que la interpretación de la Iglesia es IMPOSIBLE, que no es una tipología sobre Jesús posible y deducible de los documentos, junto a las demás. Y aunque esta interpretación sea de probabilidad escasa, cosa que está lejos de poder hacerse, entre otras cosas porque no existen datos directos sobre los sucesos entorno a Jesús, la interpretación de la Tradición de la Iglesia seguirá en pie, por el enorme valor que tiene, el sentido y finalidad que le proporciona a la vida, y las expectativas de fe y esperanza que suscita.
Destaco de su comentario una frase que me llamó la atención: “la gran revolución de Jesús consiste en haber abierto a los humanos otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado, la vía profana de la relación con el prójimo”. Esta frase la comparto. Pero, aunque esto sea cierto no completa la gran revolución de Jesús. En Jesús hay mucho más que un maestro de vida humana, que pone la plenitud de lo humano en el centro de la vida, y que es esta plenitud humana la que abre el acceso a Dios. Hay mucho más porque en Jesús se encuentra la manifestación “completa” de la plenitud humana, no veo modo alguno de añadirle algo más. Quizás se me puede objetar que a Jesús le falta conocimiento digamos científico del entorno natural y humano, ni tampoco tiene pautas para la organización de las sociedades, ni propuso fuentes de riqueza y abundancia, …, su objetivo casi exclusivamente son las relaciones personales en plenitud que abren el acceso a Dios, lo cual es bastante más que suficiente, es “completa”, completa en cuanto al acceso a Dios.
Si confiamos en la propuesta de Jesús y su proyecto de vida, y que por medio de la plenitud humana se abre el acceso a Dios, es porque también confiamos en que Jesús “conoce” la vía de acceso, porque “sabe” quien es Dios. Y esto solo se hace razonable y factible por el proceso de la encarnación, tal como lo ha interpretado la Tradición de la Iglesia.
Apreciado Gonzalo:
Veo por los comentarios que has hecho en ATRIO sobre mi “Catequesis sobre el error del Dios encarnado” que recomiendas la lectura de Joseph Moingt (L’homme qui venait de Dieu) como “compensación” a tener en cuenta a los fragmentos extraídos por mi de los libros de Roger Haight (Jesus, symbol of God) y de James Dunn (The Christology in Making).
Ciertamente dos libros resultan insuficientes para hablar del “Dios encarnado”, pero la suma de un tercer libro seguiría siendo insuficiente.
El libro de Moingt (Les Éditions du Cerf) me lo regaló hace ya muchos años Xavier Melloni, comprado muy posiblemente en una de sus estancias en París. Lo “leí” como después vi que leía John Spong:
Cada año tengo la costumbre de tomar uno de los grandes libros teológicos o bíblicos y estudiarlo intensamente, considerándolo como mi maestro… Cuatro o cinco páginas cada día, dedicándome a comprobar todas sus referencias, a tomar gran cantidad de notas y a interactuar con él en profundidad…
Todavía tengo en uno de los discos de mi ordenador una carpeta “Moingt”. Veo que los archivos son del 2003, pero después he podido constatar que mi lectura de Moingt es ya de finales del siglo pasado. En diciembre de 1998 publiqué en mi web “Jesús de Nazaret ¿es la divinidad encarnada? Y el último párrafo decía:
Más tarde, después de haber leído la primera parte de la cristología de Joseph Moingt (L’homme qui venait de Dieu), un regalo del mismo Xavier Melloni, podía escribir:
Voy teniendo la convicción de que lo que decía en la playa les parecería bastante bien a todos aquellos padres apostólicos, pues nunca se sabía, cuando ellos se ponían a hablar de Jesús, si se referían a él tal cual o si hablaban de él como “recapitulatio” de toda la humanidad.
Recuerdo que abandoné esta lectura (“de cuatro o cinco páginas cada día”) después de haber leído la primera parte de su cristología . Pero no lo hice por una falta de interés por saber cómo Joseph Moingt lograría salir exitoso de su reto de “refundar su fe en el Cristo Hijo eterno de Dios en la historia de Jesús y reorientarla en el sentido de la historia de los hombres”.
…nous héritons la charge de refonder la foi au Christ Fils éternel de Dieu dans l’histoire de Jésus et de la réorienter dans le sens de l’histoire des homes (p. 285)
¡Lejos de mi esta falta de interés! Algunos años antes (1985-1986), cuando me atreví a pedir una excedencia laboral para viajar a tierras americanas (Brasil, Bolivia, Venezuela) con la simple finalidad de “visitar” a mis amigos, a más de uno dejé estupefacto cuando decía que iba “a estudiar Calcedonia”. Estudio que se concretó, al seguir los consejos de José Ignacio González Faus, en la lectura (al ritmo “de cuatro o cinco páginas cada día”) de los tres tomos de “El hombre de hoy ante Jesús de Nazaret”, obra de Juan Luis Segundo, un jesuita del Uruguay.
La verdad es que no abandoné la lectura de Moingt, sino que me adentré en ella: durante años mis lecturas se centraron en aquel extraño “rumor” que fue recorriendo poblaciones de la cuenca del Mediterráneo.
Au moment d’aborder une phase nouvelle et décisive de l’histoire du discours chrétien, dans laquelle sera défini l’objet de la foi, phase caractérisé par l’apparition d’un nouveau locuteur (l’Église rassemblée en concile), et d’un nouveau type d’élocution (un langage d’autorité à prétention universaliste), jetons un regard en arrière pour prendre nos repères sur le chemin parcouru depuis que nous avions recueilli les échos de la rumeur de Jésus. (p. 141)
A Joseph Moingt ya le reservé una silla en una imaginaria «fila 0» de imaginarios oyentes de mis charlas.
Joseph Moingt
La gran revolución religiosa llevada a cabo por Jesús consiste en haber abierto a los humanos otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado, la vía profana de la relación con el prójimo… Se convirtió en Salvador universal por haber abierto esta vía accesible a todo ser humano.
Ver toda la “Fila 0”
http://www.tinet.cat/~fqi_sp04/apologetes_sp.htm#fila0
Una lectura “imparcial” de los diversos documentos neotestamentarios no nos permite hablar de una “gran revolución religiosa llevada a cabo por Jesús”: el movimiento de Jesús (Jesús y los suyos) no rompió, en sus principios, ni con la sinagoga ni con el templo.
Destruido el templo por el ejército romano resultaba bien fàcil poner en boca de Jesús palabras tales como “No quedarà aquí piedra sobre piedra que no sea destruida”.
Y fue la “sinagoga” la que, en torno del año 90, expulsó a aquellos judíos que reconocían a Jesús como Mesías.
“Abrir otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado”, ¿no era lo que había hecho, ya antes de Jesús, Juan el Bautista? Perdonar los pecados en el desierto…
Lo que algunos llaman “concilio de Jerusalén”, contado de manera diversa por Pablo y por Los Hechos, ¿no es la prueba de que en tiempos de Jesús, ni él ni sus discípulos tuvieron pretensiones de “universalidad”?
Gonzalo, tienes toda la razón al advertir que dos libros no son suficientes para hablar del “Dios encarnado”, pero ahora no voy a retomar la lectura de Moingt. Y no solo porque al ritmo “de las cuatro o cinco páginas diarias” me llegaría la muerte antes de saber cómo acaba la película, sino porque un libro que hoy quiera hablar del “Dios encarnado” que no haya recibido ningún toque de atención de los señores de la Congregación de la Defensa de la Fe no me da ninguna garantía.
Pero me he puesto a leer el libro de otro filosofo/teólogo francés y, como Moingt, jesuita. El autor se llama Georges Morel (1921-1989), a quien Torres Queiruga califica de “un pensador tan fino”, y el libro lleva por titulo ”Jésus dans la théorie chrétienne” (publicado por Aubier en 1977), el tercero de una trilogía (Questions d’homme).
Según Wikipedia entró en la Compañía de Jesús en 1941 y es ordenado sacerdote en 1949. Redactor de la revista Études y profesor de teología hasta 1963 por decisión de sus superiores. Dejará la Compañía en 1975. Puedes ver lo que publicó Le Monde cuando murió el 23 de mayo de 1989 en Le Vésinet.
No sé si a ti te pasó lo mismo: que un día los superiores jesuitas ya no te dejaron enseñar. Y, como él, sigues siendo un hombre profundamente creyente en Dios. De Georges Morel lo sabemos por un discípulo suyo, el jesuita Jean Moussé, el cual, debido a su situación financiera, no pudo seguir los pasos de su maestro y no tuvo más remedio que permanecer en la Compañía de Jesús, en silencio, però “nourri, logé et blanchi”, hasta su muerte acaecida en 2003 (según testimonio de Bernard Baudelet).
Ya he empezado a preparar un resumen, de próxima aparición en mi web, de lo que Morel dice sobre el Dios encarnado en Jesús. Pero ya he visto que a Paul Valadier, que también debe ser un jesuita, no le gusta nada lo que Georges Morel dice. Te adjunto la crítica de Valadier (http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/valadier.pdf).
En un segundo comentario escribes:
El Nuevo Testamento muestra cristologías y teologías diferentes, cualquiera de ellas puede ser válida para considerarse cristiano, aunque todas no tengan la misma garantía histórica. Para mí lo más significativo es el comportamiento de Jesús, el que nos ha llegado a través de los sinópticos, su comportamiento más que algunos discursos, y aun así filtrado por los evangelistas.
De acuerdo en las dos primeras líneas: multiplicidad de teologías y cristologías diferentes en el Nuevo Testamento. Roger Haight se esforzará en demostrar cómo de esta multiplicidad diversa (“pluralismo, que puede aparecer como un confuso atolladero de interpretaciones diferentes”) puede salir un criterio normativo, es decir, algo que deba ser aceptado por todos los que se consideran “cristianos”.
Las tres siguientes líneas (y permíteme que no siga ahora las normas de lo “políticamente correcto”) parece que estén escritas antes de 1901. Y, para no alargarme, me remito a uno de mis sermones ya publicado hace un par de años en mi web: “El secreto mesiánico” (http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/secret_marc_sp.htm)
Y me gustaría añadir una cosa. Reconocer la “sabiduría” de la Iglesia, la cual, en su proclamación pública (litúrgica), nunca habla de Jesús “a secas”. Ella nos habla de Jesús “según Mateo”, de Jesús “según Marcos”, “según Lucas”, “según Juan”. Nunca nos habla de Jesús “según los sinópticos”. Y con razón: ¡hay tantos “Jesuses” en los sinópticos!! Y a partir de los sinópticos nunca llegaríamos a un “Dios encarnado”.
Hace unos años introducía una de mis charlas en el Fòrum Català de Teologia i Alliberament con estos párrafos:
Dejadme precisar un poco más. Cuando digo “evangelios” no quiero decir “Mateo, Marcos, Lucas, Juan (y con eso no quiero negar que cada uno de estos textos tenga su individualidad, su singularidad, su teología). Cuando digo “evangelios” quiero referirme a los “documentos” que dieron origen a los evangelios actuales.
Uno de ellos, un relato o narración de la pasión (prescindo ahora si sería necesario precisar un poco más el título de esta narración), que fue seguido por Marcos y Juan. Este último evangelio (el que llamamos de Juan), que hasta ahora había corrido las etapas de la carrera “a su bola”, ahora, en esta última etapa, se pone a correr con el grupo, demostrando siempre, que si quiere, puede ir a la suya. Esta primitiva narración de la pasión comenzaría, según el orden de Juan, con el relato de la unción en Betania.
No es ahora el momento de preguntarnos cómo los autores de los evangelios de Marcos y Juan lo encontraron ni de qué manera lo utilizaron.
También sabemos (mejor dicho, suponemos) que la versión de Marcos fue seguida por Mateo y Lucas (éste último tomándose unas cuantas libertades para borrar y añadir)
El relato de la Pasión
¿Historia recordada?
¿Profecía historizada?
Segundo documento: el relato, más bien narrativo, que encontramos en Marcos, desde el bautismo de Jesús a la última semana en Jerusalén, que fue “copiado”, independientemente el uno del otro, por Mateo y Lucas, que ha dado lugar a la expresión de “evangelios sinópticos”.
Tercer documento: el llamado Documento Q (que algunos llaman “Evangelio Q”): todo aquello que es común a Mateo y Lucas y que no se encuentra en Marcos.
Si quieres saber más…
El Documento Q
El documento joánico y aquellas partes que son propias de Mateo y Lucas. Y no olvidemos los evangelios de la infancia (en Lucas y Mateo) que, a pesar de hablarnos de ángeles y de vírgenes, de pastores y reyes, de magos de Oriente y estrellas, de matanzas de niños y de huidas, también nos quieren hablar de Jesús.
Pero hoy, si queremos dar una respuesta a la pregunta propuesta, no podemos dedicar más minutos a hablar de estos documentos ni tampoco intentaremos dar una respuesta a una posible pregunta: ¿cuál de estos documentos es más apropiado para conocer a Jesús de Nazaret?
La pregunta propuesta era: ¿JESÚS FUE AMIGO DE LOS POBRES O MÁS BIEN SUS AMIGOS / AMIGAS ERAN MÁS BIEN RICOS? .
Si quieres leerlo…
“Casi” todas las novedades sociales o avances científicos pueden emplearse para el bien o para el mal, (en relación con la plenitud humana sin exclusiones), dependiendo de las intenciones del que la pone en práctica. También la idea, la fe confiada o la esperanza en la encarnación humana de Dios, puede tomarse en sentido de dominancia y sometimiento, o bien de liberación humana de todas sus esclavitudes incluida la muerte.
La fe confiada en la encarnación de Dios lleva a la esperanza de que algún día la humanidad al completo entrará en el ámbito divino, conocerá a Dios, lo verá cara a cara sin velos. Y esto se hace posible e incluso razonable si pensamos que el contenido de Dios tiene desde siempre un componente humano constitutivamente. De este modo podremos entrar en la misma esencia o naturaleza de Dios porque lo humano está en él, porque Dios se humanizó primero. Mi esperanza no se detiene en un Cielo de felicidad creado junto a Dios para los humanos, sino que alcanza a entrar directamente en él, a formar parte de él. Y esta idea proviene directamente de la encarnación que lo hace posible. Ni judíos ni musulmanes tienen esta idea de Dios, al contrario, la creen blasfema o idólatra, y muchos otros las consideran desvaríos especulativos o fantasías míticas.
Y es que, si la entrada o acceso al ámbito divino está cerrado, el triunfo final del bien, el lograr la Plenitud Humana al final de la historia, tiene los días contados, no podrá permanecer, dado que no existe ningún lugar de nuestro Universo ni de cualquier otro que pueda existir, que permanezca para siempre. Solo Dios permanece en lo Eterno, y si Dios es también humano nosotros también permaneceremos en él en lo Eterno.
Es verdad que lo importante es trabajar por un mundo mejor aquí y ahora, y en la dirección hacia la Plenitud que habla de justicia, libertad, paz, amor, …, sin exclusiones. Lo que suceda después pues no depende de nosotros y la actitud razonable es dejarlo en las manos de Dios. Pero si entro a concretar mi esperanza última, ésta se refuerza si pienso que Dios es además de Absoluto, Plenitud Humana, y, por tanto, la humanidad formará parte de él, cuando el tiempo llegue a culminar. Si no fuese así, cosa que podría ser verdad, la Plenitud acabará en nada junto con todo lo demás del Universo. En consecuencia, mi propuesta de Dios como Absoluto y Plenitud Humana sería un error, la humanización de Dios y su realización en la encarnación no habría tenido lugar, y mi esperanza última sería vana. ¿Saberlo? Saberlo no lo sé, pero me viene bien para mi vida de aquí y ahora seguir cultivando la esperanza en sus últimas expectativas, confiando en el anuncio de Jesús de vida eterna.
Pido perdón por el error que aparece en la quinta línea de mi última entrada. Donde se lee: «que se niega a tomar la parte de los oprimidos» lo que debe leerse es «que se niega a tomar parte con los opresores». Gracias.
La preocupación por la divinidad de Jesucristo es algo equivalente a la necesidad de presenter a Abraham en comunicación directa con Dios a fin de comenzar una historia sin precedente, sobre todo teniendo en cuenta que la Biblia comenzó a ser redactada en la época del Segundo Exilio y con el propósito de fomenter el sentimiento de pueblo escogido en exclusive y de justificar distintivamente el retorno al culto. No en balde hay toda esta hermenéutica de las prefiguraciones que la carta a los Hebreos con todo y ser la más cuestionable de toda, con tanto éxito ha logrado server a la restauración de la jerarquía sacerdotal cristiana y Católica.
¿Quién o quienes necesitan para sobrevivir que Jesús sea Dios encarnado, que sea divino? Nadie. Pero quién lo necesita estratégicamente para garantizar in cierto orden social, la religion y la religion organizada no la simple creencia. Por eso llegó la Iglesia a convertirse en la madre del imperio y por eso estuvo presente del lado de poder tan a menudo. Esa es la función que le toca a la jerarquía por ser «vicaria» de Jesucristo en la Tierra y custodia de sus verdades. Cuando emerge una Iglesia que se niega a tomar la parte de los oprimidos y concibe su mision como descolgar a los pueblos de la cruz (Ellacuría/Sobrino) los poderes solo pueden tratar de matarla.
Una Escuela de Teologia con los pies en la tierra es la de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, en El Salvador, donde enseñó Ignacio Ellacuría y siguen enseñando teólogos y filósofos realmente preocupados por hacer aterrizar la Teologia. Este es el link al Centro Mons. Romero: http://www.uca.edu.sv/cmr/ del cual es director Jon Sobrino y que cuenta, si no me equivoco, con profesores del rango del Dr. Tamayo y otros que a menudo aparecen en Atrio.org.
No es mi intención apropiarme de un tema que ha comenzado con mucho acierto Ana Rodrigo y que seguramente pudiera desarrollar mejor que yo, ni la de «surfear en su ola» e interrumpirla, pero este es un tema recurrente en mis entradas de Atrio y solo pretendo añadir mi granito de arena otra vez.
¿Por qué la divinidad de Jesucristo ha consumido un número inmenso de veces más páginas escritas, discusiones y muertes que su humanidad? Porque aquella es problemática, tenida por necesaria cuando no lo es y más un pilar institucional de dominio y opresión que la segunda. Si Jesús, el Galileo de Nazareth no fue humano, esa misma verdad termina la discusión, porque no se argüiría la divinidad si no hubiera confianza suficiente en su humanidad.
Es relativamente fácil comprobar que las estatuas o imágenes de Jesús resucitado no causan la misma respuesta piadosa que las del crucificado. Puede que sean bellas, artísticamente hablando, pero no parece que engendren la piedad o la conmoción que causa la del crucificado en agonía o ya fallecido. Mirando el cuadro del aragonés Goya «Fusilamientos del 2 de Mayo» es muy difícil no advertir que el fusilado al centro del grupo y con los brazos en cruz, vestido de blanco, alude al crucificado en medio del horror, solo vestido de blanco que recuerda el tradicional «perizoma» de las representaciones artísticas y teatrales del Cristo Crucificado, situado esta vez como siempre del lado de las víctimas, precisamente, en el foco de la luz, justo en el lado opuesto a los soldados que dispararán en cualquier momento.
Otro tanto puede decirse de la imagen de la Macarena, la Dolorosa, el Carmen o la Merced (menciono las de España, pero casi cada república hispanoamericana tiene una advocación de María como Madre, comparadas con la de la Inmaculada que es la que representa la Patrona del Imperio estadounidense. Esta predilección, como mínimo, es una cuestión de identificación con el dolor y con el sufrimiento de la mujer y de la madre que son experiencias de un enorme contenido humano y que se han convertido en iconos míticos insustituibles en la religiosidad de las masas.
Los pobres, los oprimidos se pueden identificar con el Crucificado o con la Madre Dolorosa o identificar sus necesidades y esperanzas con la de la madre que representa protección y consuelo, pero no es igualmente fácil identificarse con la triunfante e inhumanamente inmaculada María que parió a su hijo y parece que nunca envejece y hasta atravesó los cielos y se perdió en el cosmos.
Tuvo razón Sergio Méndez Arceo en sus catequesis populares de Cuernavaca (México) cuando aún tenía el respaldo de Pablo VI y luchaba porque se permitiese a los pobres seguir sus devociones populares y explicaba que si no se eliminaba la opresión no se podía impedir que «los lamentos de aquellos corazones oprimidos» encontraran alguna dirección, aunque fuera a las estatuas levantadas en peanas a pocas varas del suelo. La cita de Marx le valió la persecución y as la primera oportunidad la jubilación y la desarticulación del Centro de Intercultural de Documentación que le había permitido fundar a Iván Illich en su diócesis de Cuernavaca para tratar de que los misioneros europeos y norteamericanos que venían a la América al Sur del Río Grande se adaptaran a los pueblos y no se impusieran. Hoy día el CIDOC se llama Cuernavaca Language School y no por gusto lleva el nombre en inglés (Escuela de Lenguas de Cuernavaca).
Si alguien quiere estudiar Teología debe poder hacerlo y ojalá que tenga la suerte de encontrar una escuela de esa rama del saber que haga honor a la investigación y búsqueda de la verdad para bien y no para dominar ideológicamente. Como en toda otra rama del saber, me parece que todo descansa en la limpieza ética y la dedicación de quien investiga y mantiene una autocrítica clara, para asegurarse de que no se vuelve otro Dr. Fausto cuando sus ambiciones de Carrera, fama, éxito, le tienten, le lleven al pináculo del templo.
Parece evidente que si el propósito de un doctorado es investigar para exponer la verdad y en el proceso de la investigación y la defensa de la verdad descubierta se causa avance en ambos, el patrimonio universal de verdad y el de la metodología investigativa en las diferentes ramas del saber ¿Cómo pudiera entrañar ello una pérdida de tiempo?
Es el propósito o el objetivo lo que justifica la investigación aun cuando ésta demuestre que la hipótesis de la cual partió es falsa o fue mal concebida. Los doctorados son solo acreditaciones de saber y de capacitación en alguna rama del saber. Ojalá que hubiera muchos más y suficientemente acreditados.
Cuando el propósito de la investigación es, por el contrario, imponer una doctrina o idea que disminuye el patrimonio universal de verdad o la validez y la confianza de la metodología investigativa no se pierde el tiempo, pero se criminaliza la ciencia. De mala ciencia está llena la historia y, gracias a esa corrupción del saber, la eugenesia, el belicismo, la destrucción del ambiente natural y la opresión de millones de obreros y trabajadores han ocurrido y posiblemente se repetirán.
Gracias George por el link de Wikipedia. Muy interesante y documentado. En el caso del uso que le doy al plural del que hablamos, yo no lo llamaría un plural de “modestia” sino “de inclusión” pues es esa mi intención. Como que me siento o quiero sentirme parte de una comunidad de valores compartidos, incluirme yo y también incluír a los demás Claro que no puedo siempre lograr mi propósito pero se puede empezar por la buena intención.
Por otro lado, es muy difícil, como tú mismo sugieres, lograr que los interlocutores o lectores interpreten correctamente el sentido que en realidad queremos dar al giro del lenguaje que usamos. Es por eso que siempre tenemos que cuidar el estilo que con el que escribimos y interpretar positivamente el de los demás compañeros.. Me doy cuenta, ahora más que nunca, que intercambio frecuentemente el singular y el plural de primera persona como costumbre. Quizás porque huyo precisamente del personalísimo. Sin embargo, considerando el conjunto y el momento actual del mundo es probablemente aceptable distintas formas de expresión, con los límites que impone el sentido y el bien común.
Por lo demás, no me molesta en absoluto tu comentario ni tampoco el de los demás, sea a favor o en contra de lo que escribo. Mis réplicas son más bien aclaraciones y explicaciones, y no enfados o perretas. Estoy ya un poco mayorcito para los ex-abruptos.
Un saludo cordial de
Santiago Hernández
Amigo Jorge: ¿Te parece poca la singularidad de un Jesús, que “simplemente”, fuera el humano designado “por el Padre”, como Jefe de la humanidad, y representante de la misma en la mesa de los “dioses” inteligentes de esta zona del Universo?.
Particularmente yo creo que la divinización de Jesús, ya en plena cultura grecorromana, fue en principio algo parecido a una “apoteosis”, un ensalzamiento de un humano a una categoría de humano superior, de héroe, de “semidios”, lo que sería algo similar a la canonización del santo moderno: y se le designaba como el “Señor”.
Lo que pasa es que en la dialéctica de este movimiento de “divinización” del humano, (posiblemente proveniente de una imagen primordial de origen arquetípico interno), con la teología neoplatónica del momento, del gran y único Supercreador del Universo, esta “divinización” del hombre, se transformó en encarnación del Dios, que es lo mismo pero en sentido contrario. Yo lo considero un error en la interpretación de la verdad arquetípica, simbólica, intuída desde nuestra sabiduría interna.
Se podría catalogar como un exceso bienintencionado de “amor” y “cariño”. Algo como cuando una madre/padre considera a su hijo/a, como los más guapos del mundo. Por eso lo llamo desvarío dialéctico. Un desvarío, es una exageración, un pasarse de frenada, algo bueno en la dirección, pero exagerado en la intensidad o valoración.
Pero para la humanidad en general, es mucho más trascendente, que Jesús sea un ejemplo histórico proléctico, anticipatorio del futuro ascenso de la especie humana a una especie “divina”, (suficientemente inteligente), que el hecho anecdótico de que un “Dios”, hubiera deseado encarnarse en esta mísera y concreta especie del Universo que somos nosotros.
Me alegra que el autor del texto de inicio de esta línea entre en los comentarios. Gracias, Miquel.
Miquel, tus argumentos para afirmar el error de todos los siglos de la Iglesia Católica para proclamar y transmitir el escándalo de Dios encarnado en un hombre, Jesús de Nazaret, me parecen poco sólidos. En mi opinión te pierdes en la letra de los textos y documentos en un contexto muy erudito, sin captar lo esencial de aquello que se quiere transmitir. Cierto es que las formulaciones, argumentos y desarrollo teológico de las ideas esenciales, están enmarañadas en un lenguaje espeso en el que te mueves con soltura (yo no), pero creo que puede extraerse de ellos lo esencial y traducirse a nuestro contexto sin tener que cambiar su sentido y significado, tal y como haces.
Creo que la calve de interpretación está en las intenciones e ideas previas que se toman al tratar de explicar el tema de la encarnación. Si de entrada se cree y se piensa que lo de la encarnación es imposible y un error teológico, todo cuanto viene después en docta consulta y análisis de los textos va en el sentido de justificar tales ideas iniciales. Y lo mismo pasa en sentido inverso buscando en los textos justificaciones a la encarnación.
Si se pierde la percepción de la singularidad de Jesús de Nazaret, entonces puede intentarse asimilarlo a otras interpretaciones menos escandalosas, más asumibles por el sentido común, en coherencia con la excelencia humana de Jesús, quitándole su componente divino. Por ello se habla de Jesús como símbolo o metáfora de Dios, un hombre a través del cual podemos “ver” a Dios, pero no a Dios “con nosotros”. No a Dios hablando, actuando, viviendo…, como hombre, un hombre concreto y singular, Jesús de Nazaret. ¿Que es escandaloso, irracional? Pues sin duda lo es, pero todo depende de la idea previa que se tenga sobre Dios. Si en Dios hay un componente humano y humanizador, la idea de la encarnación no es tan descabellada como parece a primera vista. Sólo se trata de hacer efectiva o realidad eso que ya pertenece a Dios, encarnándose. Y hay posibilidades que no contradicen las leyes de la Ciencia, ni hay necesidad a apelar al misterio o al milagro para proponerlo con coherencia y razonabilidad creíble.
No he podido intervenir en Atrio en estos días y me quedó pendiente la respuesta al comentario de Isidoro (6/7, 21:35) de mi propuesta sobre la singularidad de Jesús (6/7, 10:32).
Creo que los argumentos que das Isidoro contra la singularidad de Jesús son en mi opinión como poco insuficientes. Primero empezaré por las dos últimas razones. Sobre el perdón que da Jesús de forma indiscriminada, (70 veces 7), no al inocente que carece de sentido ni siquiera como ignorante de su culpa, (perdónales porque no saben lo que hacen, en las supuestas palabras de Jesús en la cruz), sino al verdadero culpable consciente de su culpa que Jesús realiza reiteradamente a lo largo de su vida. ¿Quieres ejemplos? Y sobre el AMOR a los enemigos tu argumento refuerza la singularidad de Jesús, porque afirmas lo contrario, y cito textualmente “a los enemigos no hay que amarlos”.
Sobre un Dios encarnado y un Dios crucificado pretendes descalificar ambas cosas por ser especulaciones teológicas, desvaríos que no concuerdan con nuestra sabiduría interna. Desvaríos como tú los calificas, que refuerzan la singularidad de Jesús. No niego que su origen se encuentra en las especulaciones teológicas de la patrística como señalas, pero dicha teología encuentra su base argumental en las Cartas de Pablo y en el Evangelio de Juan y sus Cartas. Aportan una tipología concreta de Jesús, entre otras muchas posibles, que es la que ha apoyado y transmitido la IC desde su origen.
Gracias Ana, ya me doy a la tarea de buscarlos para leerlos.
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Aprovecho para dar estos otros enlaces a diversos sitios en la WWW a literatura proveniente de diversos países que sugieren la actualidad y la validez del tema para quienes como en el texto que cité en mi entrada anterior de las 4.42 h el día 8 de julio ppdo., menosprecian la experiencia de los curas obreros:
Un artículo relativamente reciente e interesante sobre el tema en los EU: https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2014/06/04/los-sacerdotes-obreros-reviviendo-las-ensenanzas-de-la-accion-y-la-justicia-social/ o el siguiente de Hispanoamérica: http://revistasic.gumilla.org/2013/muere-el-cura-obrero-jose-ignacio-angos-s-j/
De España: http://www.elcultural.com/revista/letras/De-la-misa-al-tajo-La-experiencia-de-los-curas-obreros/25133
http://ccp-gr.blogspot.com/2015/07/anos-70-la-salida-de-la-carcel-de-los.html http://hoaccadizyceuta.blogspot.com/2009/05/curas-obreros-cuarenta-y-cinco-anos-de.html
https://ccp-gr.blogspot.com/2015/07/antonio-quitian-cura-obrero.html
Esta es la bibliografía adicional que ofrece Botei en su artículo de CiJ Cuadernos, No. 175, «los curas obreros», al cual se accede por este portal: www.cristianismeijusticia.net:
ANCEL, Alfred; Mis cinco años de obispo obrero, ed. Estela, 1963.
PÁMPOLS, Ramir y otros; Curas obreros, Barcelona, Cristianisme i Justícia, Cuaderno nº 17 (1987); POULAT, Émile; Une église ébranlée, París, Casterman, 1980; PÉREZ PINILLOS, Julio; Los curas obreros en España, Nueva Utopía, 2004; TABARES, Esteban; Los curas obreros, su compromiso y su espíritu, Nueva Utopía, 2005; RAMBLA, Josep Mª; Dios, la amistad y los pobres. La mística de Egide van Broeckhoven, jesuita obrero, Santander, Sal Terrae, 2007; CORRALES, Xavier; De la misa al tajo, Universidad de Valencia, 2008; CENTENO, José; DIEZ MAESTRO, Luis; PÉREZ PINILLOS, Julio; Curas Obreros, Herder, 2009, 31.
Me alegra poder añadir estos referents porque eso afirma la actualidad de aquella experiencia, no importa la amargura que le guarden otras personas, la cual puede ser comprensible y hasta justificada, pero que no debe ser utilizada para denigrar o condenar en general, algo que también, como todo lo humano, tuvo mucho de bueno.
Bueno entonces:
Aceptado el ERROR;
¿Cuál es, AHORA, el TRIAL (“ensayo” o “proceso”).
¿Acaso la METÁFORA, el SIMBOLISMO?
¿Qué sera ESO, no?
………………..
Miquel hace bien en retro-traerse al año 1963 con la aparición de Honest to God, Tsunami lanzado por Robinson; que leí en 1964 preparando mi Tesis para Licenciatura teológica en el Angellicum de Roma.
Hola Miquel!
Gracias por la Respuesta.
Todo Ok!
Un apunte insignificante respecto a lo que dice George sobre literatura de curos obreros. Conozco dos libros más, el de Curas obreros de Granada y el de Curas obreros de Sevilla.
¿No es hora ya de utilizar mas claramente la palabra ERROR? Hace algún tiempo esto mismo propuse en una mesa de debate y por poco me pelan! Así que todavía nos queda tiempo para que la maduración nos alcance a todos.
Bien, antes no he especificado la distinción a la que me refería entre el intelectualismo y el inteleccionismo ya que aquí es para mí una constante el manifestarla. Pero, me viene bien ahora transcribir la frase que leí de Joseph Moing que la revela y puede servir de ejemplo:
“La gran revolución religiosa llevada a cabo por Jesús consiste en haber abierto a los humanos otra vía de acceso a Dios distinta de lo sagrado, la vía profana de la relación con el prójimo…” esta última sería por vía intelectiva (inteleccionismo) y la que habría que recuperar, mientras el acceso a Dios mediante lo sagrado sería la intelectualista la que nos ha llevado al ERROR
Quisiera aprovechar este comentario- respuesta de Miquel Sunyol para hacer la reflexión siguiente y preguntarle si este problema en una filosofía del conocimiento se resuelve haciendo la distinción entre el intelectualismo y el inteleccionismo
Un saludo
Respondo rápido a la pregunta formulada por Oscar Varela, respuesta que quizás sea ampliación de lo ya insinuado en el capítulo que sirvió de introducción.
El año 1977 (hace cuarenta años!!) se publicó en Inglaterra the mith of the god incarnate (El mito de Dios encarnado), un conjunto de artículos de diversos autores de la iglesia anglicana (teólogos, exegetas, especialistas en el Nuevo Testamento).
La principal tesis del libro (que Jesús no había enseñado nunca que él fuera el Dios encarnado y que esta idea había sido un invento de la iglesia) no era una novedad: era una cosa ya conocida y aceptada en los círculos cristianos de la investigación teológica y bíblica. La novedad era la aceptación pública de esta tesis por diversos miembros importantes del “stablishment” de la iglesia anglicana. Y era también una novedad la reivindicación de que la doctrina de la encarnación pedía una discusión pública.
Siguió, no sólo en las revistas especializadas, sino también en la prensa, un fuerte debate que empujó a unos y a otros, a defensores y detractores, a utilizar todos los instrumentos literarios de un buen ataque y una buena defensa. La verdad es que no se llegó en la Gran Bretaña a superar lo que catorce años antes había sucedido con la publicación de honest to god (Sincero para con Dios) del obispo John A.T. Robinson. Dieciséis años más tarde, el año 1993, ya sin amarguras y con las aguas ya calmadas, John Hick, teólogo presbiteriano de Birmimghan, que había sido el editor del libro de 1977, vuelve a estudiar el tema en su libro the metaphor of god incarnate. christology in a pluralistic age. Se publicó en versión castellana (la metáfora del dios encarnado. cristología en una época pluralista) por la editorial Abya-Yala (Quito – Ecuador) el año 2004.
De este libro, ya hace unos años (en mayo de 2009), extraje 14 tesis, que no pretendían ser un resumen de todo el libro. Puedes ver esto en:
http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/tesis_hick_sp.htm
Hace cuarenta años se habló del MITO DEL DIOS ENCARNADO; dieciséis años más tarde se habló de LA METÁFORA DEL DIOS ENCARNADO. ¿No es hora ya de utilizar más claramente la palabra ERROR?
El título EL ERROR DEL DIOS ENCARNADO lo utilicé ya en 2010 al resumir unas páginas de Roger Haight, jesuita, autor pues católico, sin ninguna pretensión de abandonar la fe “de sus mayores”. Y cayó bajo las garras del Santo Oficio (tuviera el nombre que tuviera entonces). El error fue confundir una “personificación” con una “hipóstasis”. Pero eso ya está explicado en el primer capítulo de esa “catequesis” (http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/error_encarnat01_sp.htm)
Últimamente me he puesto a leer JÉSUS DANS LA THÉORIE CHRÉTIENNE, el tercer volumen de una trilogía QUESTIONS D’HOMME, publicada por Aubier entre 1976 y 1977, cuyo autor es otro jesuita francés, que ya había dejado la Compañía en 1975, Georges Morel. Pone en cuestión y se la carga, la tesis de Jesús, un hombre, como “Dios encarnado”. Sus superiores jesuitas ya le habían suspendido en sus funciones docentes de profesor de filosofía/teología (1963), después de haber publicado tres volúmenes sobre la obra de San Juan de la Cruz. Permíteme que ahora me remita a la respuesta que estoy preparando a comentarios que ha hecho Gonzalo Haya. Ten, pues, unos pocos días de paciencia.
Preguntas quiénes serían los “erroristas”. Mi respuesta -a riesgo de parecer presuntuosa- vendría a decir: Todos aquellos y todas aquellas que -a pesar de lo que se ha ido diciendo desde diversos ámbitos cristianos- siguen hablando de Jesús de Nazaret como verdadero y único “Dios encarnado”, sin darse cuenta que una tal afirmación (quizás como todo lenguaje religioso) sólo puede tener un sentido metafórico o simbólico. Dejemos por el momento y por unos cuantos años de hablar -como cristianos- de un “Dios encarnado”. Ya llegará el tiempo de poder de nuevo hablar de Jesús como “símbolo de Dios” o de Jesús como “la metáfora del Dios encarnado”.
Quizás me digas que por coherencia también deberíamos dejar de hablar de la Trinidad, de la cual -creo que se puede decir- los diversos documentos neotestamentarios no hablan (la Trinidad es un “invento” posterior). Puedes ver lo que ya publiqué en mi web en 2011 LA TRINIDAD CRISTIANA ¿MISTERIO O IGNORANCIA? ¿O UNA SIMPLE DOCTRINA?, escrito que -como verás- quería ser una explicación de una afirmación mía de finales del siglo pasado: “…que este “un, dos, tres” del Dios trinitario es un producto “a devolver”. ¿Qué pinta la Santísima Trinidad en el Tchad?”
Ayer no tenía acceso a mi ordenador y tampoco tenía a mano estas otras referencias a los curas obreros o sacerdotes trabajadores como les llaman otros. Este enlace conduce a una nota interesante sobre ellos: https://es.wikipedia.org/wiki/Sacerdotes_obreros.
esta es la conclusion de mi entrada inmediata anterior. Perdón por la extension.
A todos les admiré y admiro muchísimo por su entrega, su sencillez, su ejemplaridad evangélica y por su testimonio de amor y servicio donde fueron a menudo probados antes de ser aceptados, incluso por la Iglesia Católica en Cuba.
Su presencia en Cuba se debía a la iniciativa y el coraje del Encargado de Negocios Interino, Msgr. Cesare Zacchi, que fue in gran visionario y un auténtico servidor de la Iglesia en muchos sentidos, aunque no haya sido perfecto como algunos le reprochan. Yo no. Sin haberle tratado personalmente, le admire y le agradezco lo que hizo por Cuba y que hubiera facilitado la presencia de todos estos religiosos comprometidos en tiempos en los que no pocos curas cubanos estaban deseando salir de Cuba.
Esta porción extraída de la entrada en otro hilo, acerca de los curas obreros, comienza de un modo curioso porque confiesa que: «Estamos demasiado condicionados por el Trump ese, que pisa a las mujeres y a los de Irán y Qatar en nombre de su dios…». Esta afirmación me apena porque gracias a Dios no es mi caso y me cuesta entender que, en España, tan lejos, y donde Trump y los EE. UU. no son ni remotamente admirados hasta donde sé, haya españoles que se dejen condicionar por «el Trump ese…» (sic). Es penoso, pero en el mundo ocurre de todo. Me apena que quien esto opina lo haga en primera persona del plural y por lo tanto incluyéndose. Ojalá que lo supere pronto.
La entrada a la que me refiero acerca de los curas obreros sigue de esta manera: «No me hablen de los curas obreros y de su encarnación en el mundo obrero. ¿Qué pasa, que para encarnarse en el mundo obrero tuvieron que renunciar a su ser verdadero de burgueses y de profesionales de la religión? Pues no, Jesús no volvió al pueblo desde su cuna aristócrata ni burguesa, Jesús asumió, racionalizó y convirtió en su programa de vida la lucha por el pueblo en el que nació, del que formó parte desde muy arriba de sus antecesores. Y no intentó hacer a sus colegas más religiosos precisamente, no dio demasiada importancia ni al Templo de Jerusalén ni al de Garizin (sic), se centró sobre todo en llamarlos a todos a la solidaridad y la ayuda mutua, a la autoestima y a la conciencia de su dignidad de hijos de Dios…»
Cito el párrafo completo para mantenerlo en contexto. Realmente, nada de esto se puede atribuir en general a los curas obreros y es injusto decir esto como una especie de reproche generalizado. Hay muy poca literatura accesible acerca de los curas obreros en España. Hay una biografía de «Mariano Gamo» escrita por Juan A Delgado de la Rosa y publicada en 2012 que la distribuye Amazon.com en España; Paco García Salvé es mencionado como referente en el tema en artículos de «El País».
Julio Pérez Pinillos publicó un libro titulado «Curas Obreros» que recoge testimonios en abril de 2004 con la editorial Nueva Utopía. Aún se pueden encontrar algunas revistas reproducidas en internet utilizando la clave «curas obreros» que recogen información histórica del movimiento y de sus pros y cons. Este enlace conduce a un artículo de Manuel Azcárate: http://www.filosofia.org/hem/dep/pce/nb044057.htm sobre los curas obreros en Gipuzkoa (Guipúzcoa) que es informativo e interesante.
¿Por qué esto sí es importante este tema y se debe mencionar? Porque una reforma de la Iglesia (con mayúscula) requiere cambios en sus vehículos de comunicación y una mejor utilización de sus recursos no solo de ministerios ordenados, pero de los seglares y éstos/as por medio de su testimonio de vida cristiana.
Esto refiere a los problemas ya ranciosos de, por ejemplo, la absurda negativa a ordenar mujeres y hombres casados. Pero en segundo lugar se refiere al anuncio del evangelio allí donde la injusticia se hace más patente y más necesitada de un testimonio (también de una voz) de esperanza. Ese es el campo obrero fabril, portuario, rural, todos. Desde luego solo menciono dos o tres que me parecen importantes, pero hay muchos más.
Esta es la primera parte de esta entrada que concluye en mi entrada inmediata siguiente:
He revisado las sucesivas páginas de los artículos del Sr. Sunyol y he visto que solo hay dos entradas relacionadas con los curas obreros y una ha sido la mía. Interesantemente la otra fue hecha en la página anterior a esta de las tres que lleva publicadas el Sr. Sunyol.
Y sin intentar atribuir «temperamento» a la otra entrada, en ella se desautoriza lo que yo afirmo de los curas obreros, cuyo Movimiento admiré y admiro, haya sido éste lo que haya sido, que como cualquier otra cosa, en unos lugares seguramente fue más auténtico y en otros menos.
Me parece injusto manchar la memoria de aquellos que fueron extraordinarios ejemplos y saca la cara por los que conocí.
Tuve la oportunidad de conocer a algunos que después de haber sido curas obreros en Francia y en Bélgica, fueron a trabajar como sacerdotes a Cuba y allí fueron sacerdotes obreros.
Conocí a varios que eran Hermanitos de Jesús (fundados por Voillaume) después de haber sido curas obreros y laboraban en Cuba como carpinteros, obreros agrícolas y mecánicos de tractores en la agricultura. Otros, de la congregación de los Hijos de la Caridad que fundaron en Cuba una fraternidad, también eran obreros de limpieza de los hospitales y residencias de ancianitos y atendían una parroquia particularmente pobre. Conocí a las dos primeras Hermanitas de Jesús, una trabajaba de empleada en una biblioteca pública, en el mantenimiento de la limpieza (estaba graduada de La Sorbonne) y la otra en un hospital (era enfermera graduada de La Sapienza en Roma). No sé cuantas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul conocí que eran enfermeras graduadas y hasta médicos y trabajaban como simples ayudantas en el leprosorio, las casa de menores con desafíos cognitivos, etc. (Las monjas que son obreras nunca molestaron mucho a los obispos).
Hola Santiago: Gracias por tu respuesta. A riesgo de pecar de impertinente y por no tener acceso en este momento a la Nueva Gramática de Lengua Española de la RAE, permíteme sugerirte una Mirada a este enlace en el que de manera comparable a la RAE explica el uso del plural mayestático. Espero me puedas disculpar si la insistencia te molesta porque no es esa mi intención. https://es.wikipedia.org/wiki/Plural_mayest%C3%A1tico
Te agradezco mucho, compatriota George, que hayas tomado todo tu interés para comentar sobre lo que escribí en mi última entrada de este bloque y que seas asiduo en leerme…Yo también huyo de la controversia personal, pues me parece que sólo conduce a una lucha para ver quien gana y eso generalmente es destructivo…Siempre he querido comentar, a través de los años por aquí, sobre la pura ideología o sobre el tema específico o relacionado con ella, pues es mucho mas saludable y, además se hace lógico cuando queremos que el diálogo sea constructivo..y no nos destruya…
Por eso sólo tomé el tema de la “arrogancia escandalosa” en general, ya que la frase me llamó la atención,… pues se ha citado y se cita algunas veces con relación a las distintas posturas o estilos, con relación a mi o a otros, que indicarían altanería u orgullo desmedido de parte del que escribe….A pesar de mis muchos defectos, mi intención nunca ha sido de superioridad humana alguna, sino que expongo lo que realmente creo como tú haces los mismo, y como lo hacen la mayoría de los participantes en este bloque…..Ya se que tienes un poco de “fijación” con el uso incorrecto de la primera persona del plural que como dices, “te recuerda el antiguo plural mayestático de los papas y reyes”…Sin embargo, en este caso, el Papa y los reyes lo usaban para afirmar su autoridad individual y en mi caso, es todo lo contrario, pues solo pretendo comentar lo que pertenece a la comunidad de los fieles, participando y uniéndome en el sentir de muchos que comparten parte de lo que yo también creo….Si te fijas en el contexto de algunos de mis comentarios, puedes entender lo que quiero decir….
Por eso, creo que cada uno en su estilo, sin insultos y vulgaridades, puede expresarse con libertad sobre lo que considera su opinión, sin que nadie pueda sentirse ofendido por ello…pues si mi simple opinión sobre cualquier tema se interpreta como ofensa, entonces también yo puedo decir lo mismo al leer opiniones de otros compañeros, con las cuales no coincido…Pero en la democracia verdadera se trata de respetar todas las opiniones, aunque se opongan diametralmente a lo que yo creo…Por eso, te doy las gracias por querer que yo mejore mi forma de escribir…Estoy seguro que viniendo de ti, de mi tierra, el consejo siempre está bien intencionado, más en estos momentos donde estamos ante una crisis mundial de comunicación personal…todo se ha vuelto mas impersonal…a medida que la técnica ha avanzado extraordinariamente, y existe un cierto grado alto de indiferencia sobre las miserias humanas…
Por tanto, tomo en cuenta tu deseo de que revise mi estilo…y además veré, si en atención a los que tienen la amabilidad de leerme, puedo dar cada vez mas referencias sobre lo que escribo, aunque no siempre es posible, por ejemplo,…cuando existe una evidencia obvia o cuando es una deducción lógica capaz de penetrar la mente y los sentidos de los lectores, o cuando el tiempo y el espacio te impiden extenderme mucho, y, a veces, cuando tienes la intuición de que estás en el camino de lo cierto……Pero, ¡ah paradoja humana! también he sido criticado por escribir demasiadas citas, palabras, frases, etc. etc. Y por supuesto, mucho será interpretado, de cualquier manera, de acuerdo a nuestra ideología personal…
Con mis mejores deseos
Santiago Hernández
¡Hola Jorge! Permíteme comentar algo y comienzo por pedir excusas por la longitud de esta entrada a ti y a quien la lea. Estas dos afirmaciones tuyas, que te agradezco, me parecen particularmente interesantes y fecundas para mí, de ahí que las comente. No me anima la controversia, solo busco de ahondar en ellas. Te leo abreviando:
«No son razones exegéticas o hermenéuticas de los textos las que van a inclinar la balanza, sino la intención con la cual se lee… …la falsedad de las Escrituras, cosa que está muy lejos de poder hacerse».
1. Me gustaría poder comprender cómo el texto bíblico lingüísticamente tan antiguo — primitivo, vulnerable, metáfora y/o simbólico, parabólico— puede ser recibido prescindiendo de la intención hermenéutica con la que fue originado, sobre todo en clave de lectura orante.
2. En particular los textos evangélicos conocidos, canónicos o no, en ocasiones atribuyen a Jesús expresiones enigmáticas, exhortativas, que me parece que solo cobren su mayor y más fecundo sentido en contexto orante, precisamente porque es en ese contexto que su sentido críptico y finalidad ética pueden ser vistos. Me refiero a este tipo de expresiones: «quien tenga ojos para ver que vea, oídos para oír, que oiga» e implícitamente algo así como «a quien le venga el sayo que se lo ponga». En este sentido, Mateo 13, 1-51 es particularmente ejemplar.
3. Mi configuración personal que agradezco (teológica, filosófica, científica) recibe las aguas de dos riadas: El existencialismo de Camus y de Sartre y, andando, en esa dirección existencialista, la hermenéutica «filosófico-teológica» de Ricoeur (sobre todo aquella que llama «de la sospecha» y su complemento, «de la restauración» para acercarse a la Ética) y en esa misma línea, después de huir de Cuba, la antropología de René Girard (que tanta afinidad tuvo con ellos y sobre todo con Ricoeur) y la escuela analítica post-freudiana aunque Freud y Girard ya me intrigaron en la Isla.
4. En Cuba, desde luego, fui militante en la Acción Católica y nunca rehusé tratar de comprender a Marx, aunque detesté a Lenin y lo sigo detestando.
5. Por la vertiente de la oración, igualmente importante para mí y ya desde Cuba, debo mucho a la tradición orante «teresiano-sanjuanista». No me considero experto en ninguna de ellas, pero si he de reconocer alguna forma de herencia que haya venido configurando mi existencia y en ella mi esperanza confiada (así defino mi experiencia de fe cristiana).
6. Estas fueran mis vertientes originarias y no puedo prescindir de sus nombres, aunque me queden anchos, para hacerme entender.
7. He venido a permanecer, en la intimidad de la oración, en mi propósito consciente, mi opción intencional, confiado en mi esperanza de que las promesas atribuidas a Jesús se puedan cumplir y mi deseo de que se cumplan, però renunciando a la dependencia de ese cumplimiento a fin de permanecer en la esperanza confiada y no en la certidumbre (o en la confianza como forma de certidumbre, si lo prefieres).
8. Por ese camino, a diferencia de Pablo, no condiciono mi «esperanza confiada» o fe a que sea cierta la resurrección de Jesús, el galileo. Eso me parece que sea un atrevimiento de Pablo, quizás debido a su formación de fariseo helénico (no carga peyorativa de mi parte en estos adjetivos).
9. Ya he existido la mayor parte de esta existencia que gratuita o innecesariamente (de mi parte no de la de mis padres) recibí a través del amor muy real de ellos. Ciertamente el mundo no me necesitaba ni me necesita: Sin mí solo hubiese como el desierto sin un grano cualquiera de sus arenas, o el mar sin una gota cualquiera de sus aguas.
10. No existiendo ya mis padres cuyo amor recíproco fue la causa y el surgidero de mi existencia, no siento derecho a recibir ninguna otra existencia adicional. Si la resurrección ocurre me parece que será otra existencia gratuita, igualmente innecesaria para mí, pero, en modo alguno siento que tenga derecho a ella: Si ha de necesariamente ocurrir (lo cual cuestiono) preferiría que realmente fuera una existencia exclusivamente feliz.
Aunque tal vez pudiera prescindir de ella, para quienes les pueda interesar y estén libres de prejuicios, voy intentar dar una somera explicación al comentario que dejé ayer.
La aclaración también la considero oportuna al tener que ver con el hecho de que si bien llego a la misma conclusión del artículo, mi planteamiento transcurre por vía distinta.
Por ejemplo, al hablar en mi comentario de ayer de “acto” humano, introduje en el tema el elemento físico de la cuestión. Pero no como oposición a los estudios hermenéuticos, históricos y exegéticos del artículo, sino como aportación complementaria y fundamental.
Precisamente por la vía física es cuando a partir de la cuántica, la filosofía puede, en retrospección, revisar conceptualmente los términos más punteros de la tradición y dotarlos de un significado nuevo.
Esta visión puede responder de algún modo al porque de mi fijación conceptual del “ acto humano” y no en el de “ acción humana” Por qué? Vaya por delante que sólo pretendo dar una pocas pinceladas, sobre todo para no alejarme demasiado de las directrices del artículo.
Dicho esto, por qué esta visión puede dar respuesta a esta fijación mía, pues porque este “acto” al cual me refiero carece por completo de la potencia que Aristóteles le asignó. Es decir en él no se registra acción alguna. No hay actuación por parte de la conciencia sólo aprehensión. Tampoco, conceptualmente, la “intuición” hursseliana se le asemeja. Aquí “ acto” significa “actualidad”, dicho de otra manera, puede también significar “mismidad” entre sujeto y objeto.
Este acto humano por excelencia es el primero de los que con posterioridad le seguirán en la estructura del conocimiento antes de que el logos formule falsas afirmaciones.
Ese acto pertenece al ámbito del mostrar, aquel que también recoge Wintgenstein en sus proposiciones estableciendo una diferencia entre “ mostrar” y “decir”.
Si como dije días atrás los conceptos filosóficos modernos llevan incorporados los elementos aportados por la ciencia, el concepto de aprehensión llega a nuestros días renovado. Es el que cobra más sentido a ese nivel en donde la realidad se nos muestra, no intuyéndola, ni percibiendo precipitadamente su contenido sino apresándola, sintiéndola.
Lo que se obtiene de este análisis toca el verdadero fondo de la cuestión en torno al tema de lo que después puede entenderse por “plenitud humana” más que si se hubiera emprendido por vía humanista ya que ésta al decantarse por las ciencias del espíritu desatendió las ciencias físicas y con ello, la novedad que en el pasado siglo éstas aportaron en el amplio ámbito de la fisiología y la biología etc, etc.
A mí me parece, (no con certezas de la Verdad y de forma personal en atención al comentario de George), que la actitud y el interés previo al tomar la lectura atenta de las Escrituras (NT y AT) que usa hoy la IC en sus diversas versiones tal como nos han llegado, y que incluyen las muchas vicisitudes ocurridas en el texto a lo largo de la historia, influyen de manera contundente y determinante en las conclusiones que personalmente se deducen de ella. Si se buscan razones de autoridad, de Verdad revelada, …, se encuentran, pero también se encuentran si se buscan incertidumbres, falacias, mitos, contradicciones, hechos imposibles, etc., pues insisto en que los juicios previos a la lectura son determinantes. No son razones exegéticas o hermenéuticas de los textos las que van a inclinar la balanza, sino la intención con la cual se lee. Si la intención es demoler o deconstruir la interpretación de las Escrituras por la IC, por una actitud atea beligerante u otras causas, pues por mucho que se insista en la exegesis, hermenéutica, critica textual histórica, …, no es posible hacer que cambie la perspectiva de lectura y sus conclusiones. Las dudas e incertidumbres pueden aumentar con la lectura si esto es lo que se busca, al estar preocupado por ellas quizás en exceso. Lo mismo pasa en sentido inverso, la persona que comparte la fe de la IC, por mucha crítica a los textos que se haga no cambiará su perspectiva, a menos que se llegase a demostrar sin paliativos la falsedad de las Escrituras, cosa que está muy lejos de poder hacerse.
Por si a alguien le sirve (pienso en las incertidumbres que George manifiesta), en mi lectura de las Escrituras no busco confirmar mi fe, ni tampoco lo contrario ahondar en las dudas e incertidumbres que tengo, he tenido o pudiese tener, ni tampoco trato de disminuirlas o resolverlas por la lectura atenta. Lo que busco no es la verdad de la revelación, a la cual debería modelar mi comportamiento y pensamiento, sino un motivo de encuentro con Dios, en actitud humilde y receptiva. El tiempo que me tomo de lectura tiene que ver mucho más con la oración que con la racionalización o justificación de mi fe. El tiempo de racionalización, de las dudas, de las preguntas, …, es un tiempo y actitud a lo largo del día diferente. Y es que pienso que la racionalización, el encajar de forma coherente el contenido de la fe, …, no funciona en el sentido de profundizar la fe y la disolución de dudas e incertidumbres, sino solamente en el sentido de su justificación para poder explicarla a los demás. Por la razón sola difícilmente se consigue tener fe o profundizar en ella. La profundización en la fe se va realizando en la oración, en ir aumentando poco a poco la conciencia del encuentro con Dios. Una fe fuerte, en la que las dudas e incertidumbres carecen de importancia e interés, es el resultado de una oración perseverante. No intento sermonear a nadie, solo explico lo que yo hago y me sirve, por si a alguien más también le sirve.
Santiago, leo en tu entrada de las 3.15 h «Por otro lado, yendo hacia otros comentarios, en relación con “arrogancia escandalosa” al comentar yo el valor de los Evangelios, ésta consistiría en que yo me erigiera supremo árbitro de lo que escribe»
La expression más cercana en las entradas de este hilo es mía a las 7.12 h de ayer y literalmente es como sigue: «…arrogancia realmente escandalosa». Te aclaro que no me referí a ti però si te sientes aludido, quizás vale la pena que te lo pienses. Trato de evador las controversias personales por haberlas sufrido però si he de decir algo personal, que afecte la percepción de la persona me lo sé callar. A menudo he pedido a Antonio Duato que le pida a la persona que me de acceso privado para decirlo lo que sea.
De cualquier modo, ya en el pasado te manifesté la impression que tengo cuando leo lo que escribes que tu estilo demasiado a menudo pontifica y afirma cosas como si fueran incuestionables y como si tu opinion fuera de in expert máximo. Puede que lo seas, però en ese caso por respeto a los que te leemos, quizás debieras considerer ofrecer referencias de manera que cada uno pueda revisar por su cuenta lo que afirmas.
Tu fe, realmente no me incumbre, es la tuya y la has formulado muchas veces. Es tu derecho, En eso consiste este espacio de Atrio, pero expresarse en primera persona de plural a menudo recuerda el antiguo plural mayestático de los papas y los reyes y en modo alguno se puede asociar con una actitud modesta y humilde. Para eso está la primera persona: Yo creo, yo opino, yo sé, etc. ZPuedes continuar escribiendo como gustes. No soy expert en este arte de escribir en blog pero eso no me descualifica del todo para llamar tu atención sobre ese detalle.
Vaya usted a saber si mis defectos o errors son mayores y peores, pero no son conscientes o intencionados y creo que cuando te expresas en esos términos lo haces con esa intención porque te parece necesario, correcto, debido o lo que sea. Pues quizás vale la pena que lo revises.
En cuanto a esta entrada como no me aludiste en tu comentario, por favor ignórala y si es possible no la respondas porque mi interés no es la controversia.
Hay otras personas que se expresan en términos conclusivos mucho más radicales que los que tú empleas y a las entradas de esas personas y a ellas me refería, no a ti.
Muchas gracias Ana R. por tus palabras…También yo respeto a todos, incluyéndote a ti,….. los/las que con sinceridad y honestidad tratan en todo momento de buscar la verdad en esta vida…Siempre tengo presente el valor de la persona humana en cuanto tal, y he tratado de separar su ideología, sea cual fuere, de todo lo demás…Por eso, aunque yo aquí aparezca muy “tradicional”, y en otros círculos no tanto, esta discrepancia no me impide el diálogo, porque no se trata de una lucha “a la persona”, sino al pensamiento…Tanto mis amigos, creyentes o no, reciben de mi el mismo aprecio…De esta manera, creo que estoy en línea con un mero aproximamiento a lo que es realmente ser cristiano, aunque mis limitaciones y defectos personales me impidan llegar a un grado un poco mas elevado…Sin embargo, considero que hay que intentarlo, al menos queriendo serlo…
Por otro lado, yendo hacia otros comentarios, en relación con “la arrogancia escandalosa” al comentar yo el valor de los Evangelios, ésta consistiría en que yo me erigiera supremo árbitro de lo que escribo..Pero no es esta mi postura, aunque por aquí todos tenemos nuestras opiniones y posiciones y las exponemos sin ninguna restricción……Sin embargo, los Evangelios, en mi opinión, poseen una fuerza histórica incalculable para ser libros tan antiguos, no superado por ningún otro hasta ahora… y lo que yo expongo son estos datos presentes ya en la historia, sin decir que me pertenecen a mi exclusivamente, ya que han sido objeto de múltiples comentarios y opiniones a través de los siglos. ¿Por qué no comentarlos en siglo XXI a la luz de la mas seria de las exégesis? Arrogancia sería de los que “a priori” niegan la posibilidad de lo extra-natural, y se expresan dogmáticamente en el rechazo absoluto de una fe posible, y de lo que está por encima de nuestra razón natural y quieren silenciar a los que quieren exponer el derecho a opinar….Tanto los que está a favor o en contra de un hecho tienen el derecho a expresarse sin que se les descalifique personalmente por ello…
Por otro lado, todos los esfuerzos de la Crítica Independiente durante el siglo XIX hasta los encarnizados esfuerzos del presente momento del mundo actual, han tenido como blanco la destrucción de la fe cristiana en los autores de los Evangelios…El último blanco y gol final era aniquilar el valor de los Evangelios como fuente histórica pero para llegar aquí era preciso probar que no eran obras del siglo I o por lo menos ni de testigos presenciales y oculares, ni de personas muy próximas a los hechos, que eran obras de “autores desconocidos” lejanos a los sucesos que narran, que no reflejan ya la fe de la primitiva Iglesia de Jerusalén, sino la fe de las Iglesias del siglo II…Pero cada vez mas existe multitud de documentación que la catequesis oral primitiva ya fue puesta por escrita muy poco tiempo después de la muerte de Cristo…Que la Iglesia primitiva que consistía en testigos, muchos de ellos, viviendo hasta principios del siglo II, aceptaron, en consenso, esta catequesis oral y escrita, del kerygma primitivo…del que participaron notablemente no solo los 11 Apóstoles, sino sus mas inmediatos discípulos como Pablo, Marcos, Lucas que fueron contemporáneos de todo el testimonio presencial y ocular…que según el criterio mas estricto se trata de lo que es histórico aunque no fuera sistematizado como los libros modernos que narran el devenir de la vida en el mundo…
Por eso toda la Iglesia primitiva estaba inmersa en la PALABRA del SEÑOR, los que estaban dentro del cristianismo, los que se convertían y los mártires que también iban al tormento citando la PALABRA de los Evangelios…También los discípulos del hereje Cerinto, que vivió en el tiempo de los Apóstoles y se le considera el mayor enemigo que tuvo Juan, el Apóstol,…… usaban el Evangelio de San Mateo, pero rechazaban las cartas de Pablo (Adv. Haer. I, 5 (PG 41, 383-384)..Los herejes Ofitas reconocían los 4 Evangelios, como prueban los testimonios recogidos por W. Voelker, en su obra “Quellen zur Geschichte der christlichen Gnosis”, Tubingen, pag. 142-143. Tiene un índice de los textos sagrados en las obras gnósticas. Y también Basílides, hereje de la escuela de Menandro, discípulo de Simón Mago. Basílides por los fragmentos que nos ha conservado el libro de los Filosofúmena, se ve que usó el Evangelio de S. Lucas. También conoce los otros 3 Evangelios. Pero se sirve con preferencia de Lucas por su tendencia étnico-cristiana. (Philosophumena, VII, 13-27 (PG 16, 3293-3322)…etc etc
Tanto la crítica del texto, como la crítica interna y la histórica, son favorables a los 4 Evangelios en el momento presente de la exégesis actual. Los Evangelios son genuinos y auténticos. Narran la verdad de la vida de Jesús de Nazaret desde diferentes aspectos y usando distintos géneros literarios y formas de composición…Para los cristianos es el consenso en la fe de las Iglesias cristianas, unidas en una misma FE, que es el mismo Jesús, lo esencial y lo coherente de esta misma FE…Por supuesto, podemos creer en ellos o no, rechazarlos o aceptarlos, de la misma manera que pudimos haber conocido personalmente a Jesús de Nazaret en el siglo I y creer que era un falso profeta, o que era en realidad el Hijo de Dios, Dios y hombre verdadero, tal como se presenta El mismo en la Buena Nueva, venida a nosotros mediantes SU Palabra…No es arrogancia, simplemente una opinión…
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Hola!
Pregunta a Miquel:
¿Por qué se te ocurrió titular usando el vocablo “ERROR“?
¿A quiénes “ERRORISTAS” tenías en la mira para lanzarle los dardos de de “Veracidad”?
¿Ok?
Jorge te hago un comentario al tuyo de las 10,32.
Lo de que al Inconsciente personal, “no pertenece la idea de un Dios con nosotros “encarnado” en los pobres y marginados, más bien en los ricos y poderosos…”. Estoy de acuerdo. Todo lo del Dios “encarnado” en humanos, sean pobres o poderosos, es un constructo teológico, el de la divinización de Cristo, fruto de la especulación patrística de los cuatro o cinco primeros siglos. Son desvaríos de la razón, justo por no ir en paralelo con nuestra sabiduría interna.
Lo que el Inconsciente Colectivo contiene, es un comportamiento instintivo de cierta empatía y solidaridad ante el sufrimiento ajeno.
Los que os consideráis tan solidarios, pensad, que posiblemente no lo hacéis por una decisión racional personal, sino que la razón justifica una conducta instintiva subconsciente genética, que lleváis grabada primero en los genes, y de ahí en la mente subconsciente involuntaria. Y esas conductas instintivas, van muy unidas a sensaciones emocionales, y sensitivas.
Los psicólogos de la psicología transpersonal, han comprobado en su clínica, que el humano que ha conseguido desarrollar su proceso de maduración psicológica y autorrealización, es una persona de naturaleza empática y sensible al dolor de sus semejantes. El humano maduro, es bueno, no por mérito moral personal, sino por naturaleza de la especie. Y las conductas insolidarias, agresivas y asociales, son fruto de patologías mentales o frenos y bloqueos en el proceso de desarrollo normal de su conciencia personal.
Y respecto a que “Al inconsciente colectivo no pertenece la idea de un Dios despreciado, insultado, torturado, asesinado, …, y maldecido en el patíbulo de la cruz romana”, lo mismo. Eso es una especulación teológica para justificar el fracaso mesiánico de Jesús, y al tiempo, trabajarse un poquito el papelito de la lágrima de los creyentes, trabajando sus sentimientos.
Respecto a que “Al inconsciente colectivo no pertenece la idea del perdón indiscriminado, incluido pecadores y malhechores, más bien el castigo y a menudo la venganza, ni ahora ni en la Judea del s.I., pertenece de forma singular a Jesús de Nazaret”, igual.
Yo creo que la sabiduría contenida en el Inconsciente Colectivo, existe un concepto de justicia, de perdón del inocente y no perdón al verdaderamente culpable. Lo que pasa es que la sabiduría “daimónica”, comprende que en realidad, no somos culpables de nuestra naturaleza no plenamente desarrollada.
Los humanos somos como una fábrica de televisores perfectamente diseñados, pero en cuyo proceso de fabricación y ensamblado, se producen una serie de fallos y errores, y el producto resultante funciona mal. No por fallo de diseño del televisor, sino por una morfogénesis inadecuada ya fisiológica y/o mental . Por eso Jesús decía: “Perdónales, porque no saben lo que hacen”.
Y lo mismo con “Al inconsciente colectivo no pertenece la idea del amor a los enemigos hasta sus últimas consecuencias, más bien el machacarlos, ni ahora ni en la Judea del s. I.”.
El día que comprendemos que nuestros ofensores, son pobre gente disfuncional, (respecto al óptimo de nuestro diseño original),al igual que lo somos nosotros, empezaremos a perdonarnos a nosotros mismos, y luego disculparemos y perdonaremos a los ofensores.
No hay que amar a los ofensores, hay que comprenderlos, disculparlos,… al tiempo que huyes de ellos naturalmente.
En resumen, la hipótesis del “Inconsciente Colectivo”, supone que al igual que todo animal o planta, es en sí mismo “perfecto” para sobrevivir, (y por ello sobrevive la especie), el humano, por razones “maravillosas”, tiene un mecanismo interno, posiblemente ligado a la inteligencia, por el cual, se va adaptando a las sucesivas circunstancias que encuentra, y poco a poco, va depurando su comportamiento hacia actitudes cada vez más “civilizadas”, más humanísticas, y más racionales, (aunque quede aún terreno por recorrer).
Al que le parezca utópico lo anterior, solo que reflexione, la gran diferencia entre el hombre de hace doscientos mil años, y el hombre actual.
Por alguna razón “misteriosa”, cuanto más utilizamos y desarrollamos la inteligencia, depurando nuestra cultura y conocimientos de la realidad, más “humanos” resultamos con nuestros semejantes y con el resto de seres vivos del Universo.
Tenemos un determinismo natural hacia la humanización de la especie. Yo al menos lo creo así, y la historia creo que nos lo demuestra. Como no soy moralista, tengo fe en la Humanidad, y creo que todo acabará bien,… a pesar de nosotros.
Parece más bien cuestionable si no injustificado distinguir lo humano y humanista en el mensaje de Jesús. Si algo le ha dado valor y lo ha hecho perdurar es precisamente el ethos que implica, el cual es en gran medida obvio hasta para no creyentes del tipo de Marx, Bloch, Nietszche y otros más modernos. Los contrarios, por ejemplo, Ayn Rand, Hitchens, etc., no pueden negar el vaklor ético de la tradición cristiana aunque nieguen cualquier otro valor ahistórico.
Leo: «Roger Haight (Jesús, símbolo de dios) nos lo dice bien claro: En la teología lucana la cuestión de la preexistencia o de la encarnación no se suscita nunca” (pág. 183). Y también excluye esta “fabulación” del evangelio de Marcos: El mesianismo define el estatus de Jesús como hijo de Dios en categorías funcionales más que metafísicas, por lo que no debería interpretarse en el sentido precisado con el tiempo gracias a los debates cristológicos de época patrística” (pág. 179)».
1. El uso que el autor hace del texto que atribuye a Haight no evidencia tan claramente lo que pretende. La ausencia de documentos originales solo permite estudiar las copias de copias y no hay ninguna evidencia de que estos documentos se puedan estudiar sin ponerlos en contraste con el resto. Este resto constituye un cuerpo literario tan amplio o vasto, que más bien fuera presuntuoso afirmar nada categóricamente como para afirmar que algo sea dicho conclusivamente sin reserva.
2. Categorizar la creencia como invención es errar en cuanto a la autoría de los textos evangélicos. La hipótesis más aceptada parece que sea la de una progresión desde lo oral a lo escrito y esto último en gran parte suscitado por el interés/necesidad de conservar la integridad de la diversa tradición oral debido a la dispersión cristiana facilitada por los viajes de comercio, etc., y la actividad misional primitiva, concurrente y posterior a Pablo, Bernabé, etc.
3. Posiblemente hasta la aparición de la imprenta en Europa (ss. xiv-xv) hubo un número cualquiera de copistas y amanuenses replicando los textos con más descuido que cuidado lo cual solo aumenta la imposibilidad de afirmar nada categóricamente. Dichas reproducciones no fueron todas, ni remotamente, de los mismos textos más antiguos que ya eran diversos e incluían interpretaciones y un dominio mayor o menor del latín y el griego por parte de los copistas.
4. Esto parece excluir la posibilidad de que alguien estuviese «fabulando» o escribiendo como si estuviese inventando una historia como se pudo inventar la de Harry Potter. El DRAE define con claridad «fabular» como inventar o imaginar. La segunda acepción fuese más aceptable porque toda teología es imaginaria, en el sentido de que el ser humano no puede tener experiencia de lo divino y de ahí la aproximación metafísica al tema que es imaginaria por naturaleza.
5. El debate patrístico parece más bien confirmar la necesaria diversidad de opiniones (y/o de controversias al respecto) que pudieron tener cualquier momento de arrancada en cualquier lugar inicial de las diversas tradiciones orales.
6. Si afirmar categóricamente en estas materias como pretenden los más fundamentalistas o conservadores es tan difícil, negar categóricamente como pretenden los más laicistas o liberales parece más bien imposible.
Leo de Jorge: Si el seguimiento a Jesús de Nazaret consiste en “encarnarse” en los pobres y marginados, enfermos y necesitados, …, tal como se ha dicho por aquí, cosa que comparto, ¿qué tiene esto que ver con los dogmas y la teología? Pues a primera vista poca cosa. Pero, (siempre hay un pero) el seguimiento a Jesús no se cierra o concluye en un humanismo de altos vuelos, en una ética de máximos, sino que la vida de Jesús está en función y referencia continua a Dios, un Dios encarnado, un Dios que está en los “encarnados”, un Dios con nosotros, en los pobres y afligidos. Y claro, llegados a este punto podríamos permanecer en él sin más, pero muchos no podemos acallar la razón: ¿cómo es esto posible? Y de esta presunta arranca la teología.
Pues precisamente porque el seguimiento a Jesús no se cierra en un humanismo de altos vuelos, su ética habrá de fundamentarse desde la perspectiva no de los altos vuelos de la razón, sino empezando por lo más básico, a partir del acto humano e cual queda caracterizado por “lo que” aprehende en él. Si Jesús no es universal, este acto sí. Una ética de deberes no es universal, pero este acto sí.
Cuando luego la razón quiere ir más allá buscando explicaciones no lo hace independizándose de él, de este acto primario sino que es precisamente este acto primario lo que le empuja a pensar. La IC en su teología desconectó de él. El nexo se soltó y se dispuso a mediar y a especular. Cuando Francisco dice que hay que volver a los orígenes, está hablando precisamente de recuperar aquel acto primario de aprehensión que se perdió en el tiempo, ¡el acto humano por excelencia!.
Antes de nada, quiero manifestar mi admiración y respeto por Santiago, por su sinceridad y coherencia con su manera de ver y vivir la fe desde un punto de vista, para muchos/as de nosotros, tradicional. Pero Santiago es tan correcto, tan sincero y tan constante a pesar de nuestras “herejías”, que tiene todo mi aprecio a su persona y mis respetos a su fe.
El diálogo y las reflexiones sobre la propuesta de Miquel me están resultando muy interesantes.
Sobre la encarnación de Dios en Jesús, la encarnación de Jesús en los más desfavorecidos de la vida, y la ética “de altos vuelos” como dice Jorge, siempre se me plantea la siguiente cuestión, que ya alguien ha apuntado anteriormente.
La ETICA con mayúscula, es una cuestión meramente humana y al alcance de los humanos, sean religiosos o no. La ética de Jesús como humano fue óptima, (aunque el rechazo de la mujer siriofenicia fue un error reconocido por él mismo).
Cada vez tendemos más a imitar a Jesús en su relación con las gentes por las que se preocupaba. No entró en política, en leyes justas, etc. Pero no podemos olvidar que Jesús ha pasado a la historia, no sólo como un ser humano impecable, sino por su fe en Dios. Y aquí es donde entra la clave de lo sobrenatural, de lo transcendente, que, como ya ha dicho alguien, en nuestra sociedad estos conceptos no encajan.
La teología hace lo que puede, pero a la hora de la verdad, es la persona individual la que debe de optar en su fe. En una sociedad racionalista como la nuestra seguimos a tientas con todas las incertidumbres; cierto que cada vez más limpias de magias y de fe “del carbonero”, pero a oscuras, como siempre.
Perdona Isidoro, pero lo que dices no le encuentro apoyo alguno. Al inconsciente colectivo no pertenece la idea de un Dios con nosotros “encarnado” en los pobres y marginados, más bien en los ricos y poderosos, ni ahora ni en la Judea del s.I., pertenece de forma singular a Jesús de Nazaret. Al inconsciente colectivo no pertenece la idea de un Dios despreciado, insultado, torturado, asesinado, …, y maldecido en el patíbulo de la cruz romana, más bien todopoderoso, ni ahora ni en la Judea del s.I., pertenece de forma singular a Jesús de Nazaret. Al inconsciente colectivo no pertenece la idea del perdón indiscriminado, incluido pecadores y malhechores, más bien el castigo y a menudo la venganza, ni ahora ni en la Judea del s.I., pertenece de forma singular a Jesús de Nazaret. Al inconsciente colectivo no pertenece la idea del amor a los enemigos hasta sus últimas consecuencias, más bien el machacarlos, ni ahora ni en la Judea del s.I., pertenece de forma singular a Jesús de Nazaret. ¿sigo?
Si conoces autores o “mitos” de Oriente u Occidente que hagan disminuir la singularidad de Jesús, en apoyo a eso que te refieres como inconsciente colectivo, te agradecería que me lo comunicaras, quizás esté en un error que deba corregir.
Si la recepción de la «revelación» depende de la medida (capacidad) del recipiente (en realidad del receptor), ¿quién y cómo se conoce la medida de la propia receptividad? ¿Quién y como se sabe cuál sea la capacidad de recepción suficiente? ¿Estamos de nuevo en el camino del fascismo y la idea de in grupo superior, es decir de in grupo que tiene mayor receptividad?
Quiero aclarar antes de nada que mi posición tiene poco que ver con actitudes dogmáticas sumisas a una autoridad, o con la adhesión fundamentalista al creerse en posesión de la Verdad, incluida la revelación nada menos que por el Espíritu Santo a la Iglesia Católica. Nada de todo ello tiene que ver con mi actitud y racionalidad. Lo que me interesa de los dogmas de la teología católica es “conocer”, con la precisión de sus formulaciones, qué es lo que dice el núcleo central de la fe de la IC en su particular interpretación de las Escrituras, Tradición y Magisterio. Mi esfuerzo se centra no en aceptar esas formulaciones dogmáticas con una fe ciega e irracional, sino en la comprensión racional de esas formulaciones realizadas en un contexto muy distinto al nuestro, que sea válido en nuestro contexto científico-tecnológico sin alterar en nada su sentido y significado. Los dogmas me sirven de guía al pensamiento, pero no pasan de ahí. No me pregunto por su veracidad y menos me influye la cuestión de autoridad, solo me interpelan a pensarlas de un modo que sean racionalmente comprensibles en un discurso que tenga suficiente coherencia interna, plausibilidad y credibilidad racional, para mí, por si a alguien también le sirve.
Es verdad que las formulas dogmáticas están escritas en el contexto de la filosofía helenística con conceptos propios de ella, hoy obsoletos, lo cual hace que lo que dicen sea no solo incomprensible sino sobre todo imposible. En consecuencia, veo dos opciones: simplemente abandonarlos que es lo más sencillo, o bien hacer el esfuerzo de una reformulación o expresión de los mismos en nuestro contexto. Lo primero significa la ruptura con los siglos anteriores de la IC, que sin duda podría hacerse, pero implica explicar las razones del porqué se hace y sus justificaciones, asumiendo sus consecuencias que son profundas. Lo segundo no es ruptura sino reforma, para decir lo mismo que ha dicho la IC desde su origen y en continuidad con todas las transformaciones realizadas por la IC a lo largo de todos los siglos de su historia.
Si el seguimiento a Jesús de Nazaret consiste en “encarnarse” en los pobres y marginados, enfermos y necesitados, …, tal como se ha dicho por aquí, cosa que comparto, ¿qué tiene esto que ver con los dogmas y la teología? Pues a primera vista poca cosa. Pero, (siempre hay un pero) el seguimiento a Jesús no se cierra o concluye en un humanismo de altos vuelos, en una ética de máximos, sino que la vida de Jesús está en función y referencia continua a Dios, un Dios encarnado, un Dios que está en los “encarnados”, un Dios con nosotros, en los pobres y afligidos. Y claro, llegados a este punto podríamos permanecer en él sin más, pero muchos no podemos acallar la razón: ¿cómo es esto posible? Y de esta presunta arranca la teología.
En el tema de la Revelación religiosa, actualmente hay dos hipótesis totalmente contradictorias:
La hipótesis creyente, dice que “Dios” o qué o quien sea que nos trasciende, (que está fuera de la humanidad), ha inspirado ideas/intuiciones más o menos directamente, sobre la Realidad desconocible al humano, a una serie de personas, (profetas), para que nos sirvieran de guía de Conocimiento y comportamiento a los humanos.
La hipótesis escéptica/agnóstica, por el contrario, después de una fuerte estudio crítico histórico/literario de los textos sagrados, y comprobar sus muchas contradicciones interna, su historicidad muchas veces sospechosa, los múltiples y constantes errores de transcripción, (polisemia de las lenguas antiguas, y muchas dudas en el significado exacto de cada término en su época histórica), traducciones a las lenguas actuales, etc., llega a la conclusión de que dichos textos son fruto literario exclusivamente de la imaginación del autor o autores, que mucha veces solo recogía y transcribía tradiciones orales transmitidas generacionalmente, como elemento cultural del grupo social.
Ambas hipótesis son contradictorias y excluyentes. Pero a riesgo de resultar pesado, quiero señalar que existe una tercera hipótesis sobre el tema, que consigue una síntesis y superación de esas contradicciones: la hipótesis del Inconsciente Colectivo.
Según esa hipótesis psicológica, los humanos venimos dotados genéticamente, con todo un equipaje de programas neuronales comportamentales, (del mismo tipo que los programas comportamentales de todo ser vivo según su especie), que entre otras cosas, contiene de forma latente, un precipitado de saberes y conocimientos, que el humano ha ido aprendiendo experiencialmente a lo largo de su historia.
Este corpus de “sabiduría”, es la fuente de la proyección a la mente consciente, bajo la forma de inspiración literaria o en algunos casos “religiosa”, de muchas intuiciones/ideas, que no sabemos de donde nos vienen, (como sabe cualquier creador).
El problema es que esta información inconsciente-base, viene codificada en forma simbólica, arquetípica = diríamos que como taquigráficamente, posiblemente como resultado de sus sucesivos procesos de codificación, primero en lenguaje neuronal, luego al lenguaje genético, y posteriormente, nuevamente neuronal.
Por eso el autor, para darle un sentido/significado, necesita rellenarla y completarla con elementos de su cultura personal.
Y este proceso se repite en el lector. El lector, debe eliminar los elementos culturales personales del autor, y rellenarla, (interpretarla), con sus propios elementos culturales. Si no lo hace así, cae en el literalismo fundamentalista, o en el seguidismo de la interpretación concreta de una autoridad determinada.
Gonzalo Haya, ha señalado varias veces, como en “La metáfora del Dios encarnado” de John Hick, se interpreta la formulación del dogma como resultado de la transformación del lenguaje simbólico oriental en lenguaje ontológico griego.
Yo creo que no es el lenguaje oriental, tan simbólico, (aunque todos los lenguajes son sistemas simbólicos de significados). El lenguaje oriental semítico, no es tan metafórico, como pueden serlo el chino, con sus grandes escritos simbólicos, (p.e, El Secreto de la Flor de Oro).
La dificultad de interpretación proviene de que la revelación es fruto del ocasional flujo de intuiciones/ideas, que provienen de ese contenido inconsciente colectivo, que viene expresado en lenguaje fuertemente simbólico y arquetípico, (que necesita para darle un significado, la adición de muchos elementos culturales del hermeneuta, pues como decía antes, en la mente viene como “comprimido”-taquigráfico, y en la interpretación, se precisa su añadido.
Por eso, el amigo Gonzalo señaló hace tiempo que “como dice Torres Queiruga, la revelación es progresiva, y se adapta al desarrollo cultural de los pueblos. “Lo que se recibe, se recibe en la medida del recipiente”.
Y también: “Cada uno interpretamos un Jesús según el estadio de nuestra evolución espiritual y cultural?. Y eso les sucedió a los cuatro evangelistas (y muchísimo más a los otros autores del Nuevo Testamento)”.
La mayoría de los biblistas serios alcanzan consenso en cuanto a la fecha de circulación del evangelio llamado Marcos y lo sitúan probablemente tan temprano como 50 AD (O’Callahan) y no más tarde de 70 AD ( L’École Biblique de Jerusalem) . Eso quiere decir que cuando comenzó a circular muy probablemente habría testigos oculares de los Hechos que recogía y hubieran podido desacreditarlo o desecharlo por insuficiente o malinformado; que debió circular antes de la profanación del templo y la separación entre judíos no cristianos y judíos-cristianos (ca. 68-70 AD).
Esos mismos biblistas serios También parece que estén de acuerdo en pensar que Pablo no conoció los evangelios escritos, aunque conociera las tradiciones orales que los originaron y debió vivir in corto período de tiempo cuando el evangelio en sus primeras redacciones comenzó a circular porque el martyrio de Pablo en Roma debió ocurrir entre 55 y 63 AD, pero no se conoce de ninguno otro anterior al mismo. Pablo sin embargo no sintió necesidad de referirse a él o de afirmar o negar nada de lo que las primeras redacciones de Marcos decían ni de elaborar una mariología. aunque Pablo ministraba tanto en las comunidades de mayoría judía, como helena, de Asia Menor como de la Cuenca norte mediterránea, en lugares de población casi completamente pagana como de tránsito para viajeros de todas partes y hacia todas partes (Corinto, por ejemplo).
Aparentemente ninguno de los evangelios sinópticos tuvo necesidad de reclamar el monopolio de la verdad contrariando a los otros dos o a los apócrifos, o de pontificar para definir que había que creer o que nó aunque divergían en su narración de los mismos Hechos.
¿Qué clase de rigidez fundamentalista puede mover a alguien, hoy día, a afirmar qué haya que tomar por cierto o histórico o falso; cómo interpretar o no la tradición; y hacerlo una forma discursive que reclama infalibilidad dogmática para sí e inerrancia para lo que cree?
¿Quién puede atreverse a afirmar con credibilidad suficientemente legítima qué hizo o no hizo Jesús en su tiempo o sus intenciones al hacerlo u omitirlo?
Es posible especular que hubiera hecho ahora o qué significa en el presente algo que se le atribuye haber dicho entonces; pero afirmar qué dijo y que no dijo o qué quiso significar al decirlo o no, es del rango de una arrogancia realmente escandalosa.
Los Evangelios Sinópticos afirman la Encarnación de una manera precisa y explícita aunque no usen términos teológicos…..No hay por que desmantelar la FE..Esta tiene una base histórica y teológica…No existe el silencio “lucano” ni “la fabulación” marcana…Lucas, estaba en contacto apostólico directo a través de Pedro y Pablo, y recoge la verdad de Jesús en vida de María, porque ella “guardaba todos esos cosas en su corazón” (Lc. 2, 51) y en vida de los discípulos del Señor…
Por eso Lucas, que se confiesa como un investigador “de las cosas verificadas entre nosotros según nos las trasmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y después ministros de la palabra, he resuelto yo también, después de haberlas investigado todas escrupulosamente desde su origen” (Lucas 1,1-4) no duda en citar las palabras de Gabriel a María afirmando de Jesús que “éste será grande y será reconocido como Hijo del Altísimo y le dará el Señor Dios el trono de David su padre y reinará sobre la casa de Jacob eternamente y su reino no tendrá fin” (Lc. 1,32)…Y en la Trasfiguración es el Padre el que dice: “Este es mi Hijo querido, escuchadle” (Marcos 9,7)..No solamente El pertenece a Dios sino que es el Emmanuel, el Dios con nosotros (Mateo 1, 21)..En virtud de la filiación divina de Jesús es porque los Sinópticos afirman que Jesús expulsa los demonios “con el dedo de Dios” esto es, por medio, del Espíritu de Dios..”Y si en virtud del Espíritu de Dios yo lanzo demonios, señal es que ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mc 12, 28). Por eso cuando el Mesías adviene a la historia humana, “el reino de Dios está dentro de vosotros” (Lucas 17,21)…Y al final, a la muerte de Jesús el centurión afirmará lleno de FE: “verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios” (Marcos 15, 39)
Por eso es que Marcos, discípulo y amanuense de Pedro, en la cuarta centuria, recogía la verdad viva de la Iglesia que nacía…Tanto el, como Lucas y Mateo se dedicaron apologéticamente a probar, ante los judíos y los gentiles, que Jesús mediante su vida y resurrección, ES el verdadero Mesías, Hijo único de Dios, que vino al mundo en la historia a revelarnos el amor del Padre y a redimirnos del mal para que pudiéramos alcanzar la salvación y entrar al final en su Reino, que ya comienza en esta vida…
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Leo en el artículo, arriba, lo siguiente: «Recordemos que la encarnación fue uno de los referentes teológicos del movimiento de los curas-obreros: encarnarse en el mundo obrero».
«Encarnarse en el mundo obrero» no es lo mismo que «dejarse encarnar del mundo obrero». Posiblemente uno de los factores que llevaron a la interrupción del experimento de los sacerdotes obreros fuera el miedo de los obispos, a que los sacerdotes resultaran «encarnados» de la urgencia de la justicia; que en el proceso resultara desmontada la mentalidad clerical tradicional y reconfigurado el sacerdocio. Ciertamente esa era una experiencia para la que los seminarios ni preparaban en la época, ni preparan ahora.
Joseph Bouchaud, que fue superior general de los Hijos de la Caridad, publicó un librito de impresiones recogidas mientras recorría el mundo visitando las fraternidades a su cargo, con el título muy sugerente de «Los Pobres me han evangelizado» en el que narra el shock que le produjo a su visión del mundo y de la vida el contacto con los marginados del planeta. Ese es el sentido de encarnar. Los pobres le encarnaron de evangelio.
Quien sigue a Jesús debe aceptar ser encarnado de Jesús. Del mismo modo que Jesús frecuentando a los rechazados de Israel resultó encarnado de ellos (Flp 2, 7). El proceso de encarnación no es algo que uno mismo diseña para vestir, es algo en lo que uno resulta dolorosamente reconfigurado, convertido, rediseñado por la realidad y eso obviamente amenaza el conservadurismo o el fundamentalismo pro-institucional.
Quien sirva por amor ha de dejarse encarnar de aquellos/as a quienes sirva y dejarse hacer en todo semejante a ellos/as. Pablo parece que pensara así (1 Cor 9, 22-23). Esto es cosa difícil de decir o escribir y seguramente mucho más difícil aún de realizar, de vivir.
Veo que el tema se anima y que vuelve Jorge, blandiendo lo que él cree que es la única fe cristiana católica, la expresada en los concilios ecuménicos, recogidos en la colección de Detzinguer, con fórmulas que son definitorias, definitivas e irreformables.
El dogma para él es como un bloque único y cristalizado. Si se fragmenta para analizar más a fondo su valor se rompe todo. O lo tomas todo o no eres católico. Es admirable esa fe de una pieza, como Natanael, que está en su libro lleno de crítica científica a intervenciones mágicas en el orden natural, pero totalmente reacio a hacer crítica científica histórica e interpretativa de los textos bíblicos y conciliares que definen el orden totalmente otro de lo sobre-natural.
Sabes lo profundamente que respeto tu enorme honestidad intelectual, Jorge.En el fondo, Jorge, como ese otro gran hombre de honradez ejemplar que es Carlos Díaz, estarás viendo en algunos que escribimos u hospedamos textos como los de Miquel Sunyol (siguiendo a Haigt, Dunn, Johnson…) que se replantean las formulaciones protoconciliares sobre naturaleza y persona, trinidad y unión hipostática, a “católicos débiles” que nos avergonzamos de confesar nuestra fe ante los hombres de este siglo XXI. Pero ten cuidado, que esas actitudes de firmeza casi heróica pueden conducir al fundamentalismo.
¿Entonces? ¿Abdicar de toda creencia tradicional? Incluso, en Biblia, como insinúa George más introducido en matices interpretativos, ¿renunciar incluso del Canon o hacer un canon para cada uno?
Perdonadme que haga una referencia a Francisco, que es hombre de arraigada fe para mi y que quiere conducir la Iglesia hacia una mayor FE, más depurada, más orientada como predicaba Jesús al hombre, rostro de Dios, que a las creencias y mandatos expresados en los textos de la Ley. Claro que no renuncia a ser católico y tiene dificultades teóricas e interpretativas sobre le magisterio anterior. Pero va decidido y el último cambio en la cúpula del antiguo Santo oficio, puede allanar mucho su reforma católica.
Esta reforma no consistirá, como no lo hizo el Vaticano II, en derogar los viejos dogmas (números del Dezinger, donde hay del todo) sino en crear una nueva jerarquía de verdades: sobre creencias concretas o expresiones de fe se podrá dudar o relativizar, sobre el respeto y la defensa de la dignidad de toda persona humana, sobre el amor solidario en definitiva, todos debemos estar unidos. Y ese es el evangelio de Jesús. Y esa es la fe verdadera que hizo mártir a Oscar Romero, a cuyo amigo y confidente, el humilde Jorge Rosa, ha hecho ahora cardenal, con escándalo de muchos.
Sirva como una muestra de lo cerca que estoy de estos diálogos sobre lo que es la fe y las creencias tradicionales en el cristianismo. Creo que es lo más valioso que tiene ATRIO. Que continúe sin miedo el contraste de pareceres
Esta reflexión va para Jorge, a la vez que le doy la bienvenida por estar de nuevo entre nosotros. Y es que, no se piense que los caminos personales como les llamas, sean caminos individualizados de carácter disperso, no. Todo lo contrario, los caminos personales tomados desde la opción y como colofón de experiencias, abren un ámbito mucho más fuerte y arraigado de aquel que surge por el mero hecho de transitar caminando “juntos” .
Lo que se busca no es unidad de conjunto sino unidad de sistema donde los individuos que la constituyen rebasen su carácter de sujeto. Desde la perspectiva analítica del artículo, el momento de unidad de conjunto se va esfumando en beneficio de la unidad de sistema. Por lo demás, no estaría mal que la IC reconociera este grave error que denuncia el artículo
¡Ah! Y que conste que transitar por caminos personales de seguimiento a Jesús me parecen tan válidos como el seguir la guía de la IC. Lo que no me parece tan bien es que se trate de camuflar y no se presente a las claras, como propuesta fuera de la IC para aquellos que quieran hacerlo. Sin embargo, a los que la IC nos sirve de guía siempre nos viene bien echar una ojeada a lo que se dice sobre Jesús desde fuera.
Para el seguimiento a Jesús no hacen falta teologías, lo importante pienso que consiste asumir en la medida de lo posible una ética de máximos y llevarla a la práctica siguiendo el ejemplo de Jesús como guía y maestro. Creer con confianza que el final de la humanidad y su meta es la Plenitud Humana del Reino anunciada e iniciada por Jesús, en el que todos y todas nos veremos en él y llegaremos a él, por lo que por coherencia creemos en una “nueva vida” tras la muerte, lo cual implica la creencia en la resurrección.
Hoy hablar de la otra vida y de resurrección es más bien confuso, una nebulosa de incertezas, dado que el cambio de paradigma ha dejado en suspenso lo sobrenatural y la posesión de un alma inmortal humana. Muchos han abandonado estas creencias, pueden que conserven un pensamiento utópico de que todo acabará bien, incluso que la meta final humana sea la Plenitud del Reino, pero quizás solo sea para la última generación humana que la alcanzará, pero ninguno/a de nosotros/as estaremos allí. Y si nuestra resurrección parece poco plausible, pues entonces también lo parece la de Jesús.
Desde luego, esta posición no es la de las Iglesias cristianas, sobre todo la Católica, que ha mantenido desde el principio la fe en la resurrección y encarnación de Jesús, y de ella la nuestra, elevada a dogma en Nicea y matizada en los concilios posteriores. Una cosa es decir que en nuestro contexto actual se ha vuelto muy difícil explicar lo que desde siempre ha dicho la IC, y otra bien distinta es intentar demostrar mediante exégesis, que la IC y sus concilios se han equivocado en la transmisión de su fe, puesto que las fuentes de las Escrituras pueden tener una lectura muy diferente a la dirección que tomó la teología en el magisterio de la IC a partir del s.IV. ( insinúa una lectura mítica, …, al modo de la mitología griega, tales como los mitos de Zeus, Prometeo, …)
Esto último es lo que me parece que el autor pretende demostrar, y yo me pregunto cuáles son sus intenciones. Es que me parece muy poco probable, más bien imposible, que la IC cambie el núcleo central de su fe, lo cual implicaría el reconocimiento de que se ha equivocado en toda su tradición y magisterio desde el s.IV. Creo que el autor no es tan ingenuo como para pretenderlo. Entonces, ¿cuál es su intención? No tengo más respuesta que lo que pretende es que cristianos con información suficiente para entender la exégesis que realiza, abandonen la guía de la IC en su fe, y transiten por caminos personales.
Me pregunto y pido perdón por la extensión de esta entrada a quienes la lean:
1. ¿Seleccionar los Sinópticos excluyendo a Juan como la fuente par excellence no fuera crear arbitrariamente otro canon evangélico y tan arbitrario como lo fue la definición del actual Canon que lo incluye, pero excluye a los apócrifos?
2. ¿Cómo se pudiera distinguir ese nuevo Canon autorizado restringido de la forma antes «autorizada» dogmáticamente o por decreto conciliar que conocemos?
3. En ese caso ¿no estaríamos aun hablando de «revelación» y de inspiración divina o exógena y ahora posiblemente tan multiplicada como creyentes hubiera?
4. ¿No es la llamada «teología tradicional» precisamente la que ha construido nuestra noción actual y preferencial de un cierto Jesús?
5. ¿Cuál fuera la legitimidad y autenticidad del Nuevo testamento más allá de los Sinópticos si se descarta la teología y el magisterio tradicional?
6. ¿No fuera una decisión arbitraria, por lo tanto, dogmática, eliminar a Juan, a Pablo y al resto de lo queda del NT una vez separado el conjunto Sinóptico?
7. Un argumento central de la Reforma fue y sigue siendo que la Escritura tenga vida en sí, y que por sí sola llegaba a cada lector/a de ella sin necesitar intermediarios. Eso no pudo impedir el desarrollo orgánico de una exégesis propia porque la experiencia de la propia Reforma lo cual es evidente por la propia existencia de la misma, además diferenciada de una Iglesia reformada a otra. La Traducción que de la Biblia hizo Lutero a su lengua vernácula no era idéntica a la Traducción Latina que utilizaban las cristiandades después del Cisma del s. xi y ello sigue siendo fuente de diferencias, aunque cada vertiente exegética reclama la veracidad, al menos parcialmente, en exclusiva.
8. Si cada persona se construyera su propio Jesús, yo particularmente no creo tener problema con ello: Algunos textos proveen fronteras interpretativas porque son éticos y Jesús defendió, como propone Juan Mateos, que la obligación desde el punto de vista de Jesús era la de cumplir los mandamientos y éstos en su carácter relacional, ético.
9. Por otra parte, si se elimina la legitimidad basada en la autoridad, desaparece la justificación para excluir a los evangelios apócrifos y la literatura «evangélica» que aún está siendo procesada desde los varios descubrimientos del Mar Muerto, pero es muy difícil a cada persona, a menos que sea especialista, completar su imagen de Jesús incluyendo ese material. ¿Cuándo fuera suficiente lo que ya se conoce y quién aseguraría la validez de ese grado de suficiencia para no caer en las «fantasías dogmáticas» por causa de la propia ignorancia, incapacidad, imposibilidad práctica u otro criterio individual? Tanta diferenciación acerca de Jesús convertiría a Jesús en un tópico de intercambio imposible sin crear discusión o incluir riesgos de autoritarismo y al hacerlo ¿no traicionaría eso la intención original expresada en los textos conocidos de compartir la «buena noticia» jesuánica?
Esta la parte final de mi entrada siguiente:
10. Lucas, particularmente, fue escrito con una serie de narraciones (de la Infancia) que ningún lector crítico serio puede admitir como históricos o siquiera como posibles. La resurrección y la ascensión son eventos muy diferentemente tratados e igualmente cuestionables hoy día. Si la validez de los Sinópticos se somete a la luz de la modernidad, muy poco quedaría de ellos.
11. Aun leyendo los tres sinópticos en paralelo, si las diferencias pueden dar libertad al lector/a para construirse su propio Jesús y optar por seguir a ese y no a cualquier otro, por esa misma razón una tal libertad introduce la posibilidad de «confusión» que incluiría ocultándola la «auténtica» afirmación de Jesús y su «proyecto de vida» porque fuera, cada una, una entre varias. Y eso sin contar con la probabilidad muy real de que cada cual con absoluta sinceridad tuviera o que renunciar a compartir lo que sabe o a tratar de que su versión sea «dogmáticamente» aceptada como la auténtica. Lo contrario fuera verse obligado/a admitir que su versión es defectuosa y necesitada de corrección, con lo cual admitiría la noción de autoridad exógena y conduciría a la situación cuasi-ecuménica actual. La lógica salida fuera eliminar la posibilidad de la existencia histórica de Jesús, el galileo de Nazareth que originó toda forma de cristiandad. Eso no parece posible siquiera para los ateos/as serios, históricamente hablando.
12. No me refiero solo a la autoridad Católica-Romana porque las Iglesias Evangélicas forman sus diversas federaciones en las que cada rama reclama igual legitimidad y lo único que los une es enfrentarse al catolicismo romano y las Reformadas no andan muy distantes.
13. En resumidas cuentas ¿cómo se puede prescindir de la historia de los textos y de su lectura a lo largo de los siglos sin incurrir en alguna clase de autoridad o autoritarismo que repita la imposición dogmática de ciertos textos como los auténticos sobre cualesquiera otro y por lo tanto considere a otros textos e interpretaciones espurios o «parcialmente auténticos» como comunicadores de la verdad sobre y del Jesús que anduvo por las tierras de palestina?
Estoy al cien por cien de acuerdo con lo que dice Gonzalo. Precisamente anoche Blas y yo estuvimos haciendo un comentario parecido.
Yo creo que una religión, que la fe, basada únicamente en teologías, dogmas y doctrinas, es una fe muerta. Y esto lo sabemos y lo hemos leído y repetido a lo largo de nuestra vida de forma rutinaria: la fe sin obras, está muerta.
Como sugiere Gonzalo, lo más importante del NT es esa esencia de vida que Jesús emite y que los evangelistas recogen a su manera, con ciertos filtros culturales, comunitarios o personales, a través de los cuales se percibe lo esencial: una persona que tienen como referente al hombre Jesús, una persona cristiana, debe hacerse como niño (evangelio dixit), es decir, tener el corazón limpio como un bebé, no contaminarlo con el mal que nos rodea de fuera adentro y viceversa. “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”.
Dios es una experiencia, no una teoría. Claro que no somos descerebrados ni irracionales, pero la fe no es cuestión sólo de razón, es la convicción y la esperanza del triunfo del bien y nuestra aportación a generar ese bien que brote desde nuestra conciencia, desde lo más profundo de nuestro ser.
La persona de Jesús no cambio la sociedad ni el mundo que le rodeaba si no es a aquellas personas que se encontraba por el camino, pero su mensaje si puede cambiar el mundo, como el grano de mostaza o como la levadura.
Estas reflexiones que nos propone Miquel, a mí personalmente, me están ayudando mucho a clarificar ideas y pre-juicios estériles en sí mismos.
La teología tradicional analizaba las decisiones de los concilios, y era un tabú el alterarlas. Con este presupuesto inalterable se interpretaba las expresiones bíblicas. Creo que es una honradez intelectual, tanto como histórica, el volver a los orígenes y seguir su desarrollo histórico. El Nuevo Testamento muestra cristologías y teologías diferentes, cualquiera de ellas puede ser válida para considerarse cristiano, aunque todas no tengan la misma garantía histórica. Para mí lo más significativo es el comportamiento de Jesús, el que nos ha llegado a través de los sinópticos, su comportamiento más que algunos discursos, y aun así filtrado por los evangelistas. Ese comportamiento es el que revela lo mejor de mi conciencia.