“(…) Dios inspire a la comisión y Dios inspire al Gobierno para que cumplan los altos fines que les están encomendados. Se suspenden las sesiones de la Asamblea.”. Fue entonces cuando el Sr. Milans del Boch dijo: ” ¡Viva la República!” Y varias voces en el salón y en las tribunas dijeron “Viva“. Eran las dos de la madrugada.
Sucedió esto al finalizar la sesión de la Asamblea del 22 de marzo de 1873, en que se acordó su disolución. Había comenzado la sesión a las tres y media de la tarde con el firme deseo del Gobierno de que se declarase la Asamblea en sesión permanente hasta que se votasen “la Ley de abolición de las matriculas de mar” y “la Ley de abolición de la esclavitud en Puerto Rico”. No fue fácil llegar a ese día.
Y posiblemente a él no hubiera llegado nunca el Gobierno de Figueras si no fuese por el inestimable y lúcido apoyo del parlamentario, del grupo radical, general Rafael Primo de Ribera (el “Bueno”, diría Morayta), cuyo voto particular fue inicialmente presentado en la sesión del día 7, (junto con el informe de la comisión contrario al proyecto de Ley de suspensión de la Asamblea) y discutido y tomado en consideración en la sesión del día 8 con las vicisitudes que diremos.
I – RADICALES Y REPUBLICANOS
En agosto de 1872, los radicales, en unas elecciones “más limpias” que las anteriores, habían conseguido, como dijimos en su momento, 274 escaños y los republicanos 74, de un total 391 (más 18 representantes de Cuba y 11 de Puerto Rico). Con estos resultados la conjunción de radicales y republicanos resultaba abrumadoramente mayoritaria en el Congreso.
Tras la abdicación de Amadeo, unidas ambas Cámaras (Senado y Congreso) en Asamblea, se proclamó la República el día 11 de febrero de 1873, y se formó un gobierno “de coalición” de antiguos radicales y republicanos, que duró 13 días, pues la continuidad de la coalición en el gobierno se mostró imposible. El día 24 de febrero se formó, en las circunstancias que ya dijimos, un nuevo Gobierno presidido por Figueras con mayoría de republicanos “viejos” (homogéneo).
De este modo se obvió la división de pareceres existente en el Gobierno, pero no la división en la Asamblea, donde la pugna entre ambos grupos, radicales y republicanos, persistió y aún se incrementó tras el fallido golpe de Martos del día 24 de febrero; existía especial divergencia sobre las fechas en que habría de disolverse la Asamblea y convocarse elecciones para unas nuevas Cortes Constituyentes.
Por otra parte, los conservadores y alfonsinos no cejaban en su oposición al proyecto de prohibición de la esclavitud en Puerto Rico, que estaba en trámite en la Asamblea, y algunos radicales amagaban con en votar con ellos para presionar al Gobierno y aún pedían, con no buena intención, que el Gobierno hiciese suyo tal proyecto (heredado del Gobierno de Zorrilla); pues si el proyecto de abolición fracasaba, fracasaría el Gobierno:
“(…) No sólo hay algunos radicales, muy pocos afortunadamente, que deseando suscitar entorpecimientos y obstáculos al Gobierno de la República, se manifiestan dispuestos a votar contra el proyecto de ley de abolición de la esclavitud en Puerto-Rico o a modificarle esencialmente, no obstante haber sido ellos mismos los que más le aplaudieron cuando se presentó por el gabinete anterior y los que más interés han manifestado para que se discutiera y aprobara en la Cortes (…) // También han pretendido , con igual objeto, que el gobierno aceptara como suyo el proyecto. Si el Gobierno acepta la responsabilidad del proyecto se unirán a los conservadores y a la liga para combatirle, y si aquel le rechazase, le defenderían con vigor y aparente entusiasmo. (…) // (…) La principal misión del gobierno actual es apresurar la reunión de la Asamblea Constituyente, conservar el orden, combatir la insurrección y defender la República, que es el gobierno del pueblo, contra toda clase de enemigos. (…)” (La Igualdad, 1-03-1873, pág. 1)
II – CONSPIRANDO CONTRA EL GOBIERNO
Fuera de la Asamblea, digamos que “en la calle“, los enemigos del gobierno seguían conspirando. De los contactos entre conservadores y radicales decía “La Igualdad” (1-03-1873):
“Sabemos que anteanoche y ayer mañana se han celebrado varias conferencias entre algunos generales pertenecientes al partido conservador y varios jefes de grupo de la mayoría radical (…)”. Los nombre de Becerra, Topete y Serrano andaban específicamente en danza: “Ayer, antes de reunirse la Asamblea celebró el Sr. Becerra varias entrevistas con algunos notables de la conservaduría, y entre ellos con el inquieto y bullidor Topete, que a su vez fue inmediatamente a conferenciar con el general Serrano.// ¿Qué significan esas conferencias en tales momentos y entre tales personas? “
En el campo republicano los más intransigentes pensaban que “la República Federal” tardaba ya mucho en llegar. No contribuía a despejar el enrarecido ambiente la situación en el Ejercito, especialmente en Cataluña donde el intento golpe de Gaminde (21 de febrero) en Barcelona prolongaría sus efectos de indisciplina en los cuarteles hasta el intento de golpe del domingo 9 de marzo en Barcelona, en que, en palabras de Pi y Margall “Todo hacía presagiar que el estado catalán iba a ser de pronto un hecho”
(NOTA 1) La urgencia de aprobar la convocatoria de las Cortes Constituyentes la expresaba el diario republicano “La Igualdad“, en los siguientes términos:
“Todos los días se espera con impaciencia y verdadera ansiedad que señale la Asamblea la época de las Constituyentes, y acabe de una vez, de cualquier manera, de embarazar la marcha del Gobierno republicano, que en estos periodos de alteraciones, crisis y guerras civiles necesita tener completamente expedita su libertad de acción. Pero el momento decisivo se aplaza continuamente y mientras tanto el malestar del país aumenta, y las esperanzas legitimas del pueblo empiezan á convertirse en descontento y devoradora impaciencia, (…)” (La Igualdad, martes 04- 03-1873, pág. 1)
No obstante, parecía indudable que el sostenimiento del Gobierno Republicano era la única opción viable y cumplía un papel de baluarte frente a los que pugnaban por proclamar ya “la Federal”. En este sentido es significativo el efecto pacificador que, sobre la revuelta del 9 de marzo en Barcelona, tuvo la noticia (además de la del viaje de Figueras a Cataluña) de la viabilidad parlamentaria que se había dado al Proyecto de Ley de disolución de la Asamblea y convocatoria de elecciones. en la sesión del día 8. Así lo cuenta “El Pensamiento Español (Diario Católico, Apostólico Romano)” del martes 11 de marzo (pág. 2), en noticia fechada en Barcelona el día 9:
“Resultado de acuerdos tomados anoche por diputación provincial, hoy debía el ejército y pueblo unido proclamar República federal, para dar fin al conflicto general, provocado por parte de esa mayoría. Recibido después telegrama del Gobierno, dando cuenta votación recaída sobre voto de Primo de Rivera, y llegada mañana del Sr. Figueras; se suspendió todo movimiento hasta oír al presidente del Poder ejecutivo. La diputación en pleno decretó hoy con entusiasmo general disolución del ejército, organizándolo de nuevo voluntariamente, con haber de 8 reales. Todo él acepta esta medida, y con entusiasmo pide se le conduzca a terminar guerra civil. Completa tranquilidad y general entusiasmo. —Suarez.” (NOTA 2)
III – MARTOS REMA EN CONTRA
El 26 de febrero de 1873 se habían reunido, en el salón de sesiones de la Asamblea, más de 220 parlamentarios pertenecientes al antiguo partido radical. Ocupó la presidencia Martos por decisión unánime y tras “suplicar que no se discutiesen ciertas y determinadas cuestiones”, expuso la conveniencia de que el partido nombrase una junta directiva. El marqués de Sardoal expuso lo que había sucedido en la “comisión de los catorce” y finalmente se eligió, por mayoría, una junta directiva presidida por Martos. (“La Correspondencia de España” jueves, 27-02-1873) (NOTA 3)
Según otras informaciones de ese mismo diario y día, no todos los radicales estaban satisfechos del transcurso de la reunión y que algunos de los nombrados vocales no estaban por aceptar el nombramiento. Tras la reunión, algunos radicales que previamente estaban dispuestos a votar a favor de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, manifestaban estar decididos a “votar en contra o abstenerse“.. Esto da idea de, que dentro de los radicales, la crisis del día 24 y las diferencias de estrategia sobre la disolución de la Asamblea, había creado profundas fracturas de opinión.
El 4 de marzo en la sesión de la Asamblea (Gaceta del 5) el Presidente Figueras leyó un proyecto de ley convocando las Cortes Constituyentes para el día 1º de mayo, acordándose que pasara a las secciones para nombramiento de comisión, que habría de informarlo. Ese mismo día Cristino Martos, se apresuró a promover una reunión de los radicales para que el proyecto del Gobierno fuese informado desfavorablemente por la comisión encargada de su estudio:
“Para la nueve de la noche de ayer estaba convocada la antigua mayoría radical llamada por sus jefes para comunicarle la resolución adoptada por la junta directiva. La reunión duró un cuarto de hora. Después de un breve discurso del Sr. Martos quedó aprobado que los radicales presentarían hoy en las secciones sus candidatos contrarios al proyecto de ley leído por el gobierno republicano.” (La Igualdad” del 5-2-1873)
Alegaba Martos que las circunstancias no eran las adecuadas para votar libremente, más lo que temía era perder la mayoría que los radicales tenían en la Asamblea. Contrasta esta postura de Martos en esa fecha, con la que el mismo había anteriormente mantenido en la sesión del 24 de febrero, en plena crisis e intento de “su golpe”, cuando propuso como fecha de las elecciones el 31 de marzo, de modo que el 20 de abril podría estar constituida la nueva Asamblea. (NOTA 4)
IV – PRIMO DE RIVERA “EL BUENO”
En la sesión parlamentaria del día 8 de marzo (Gaceta del 9) se produjo la presentación y discusión del dictamen sobre el citado proyecto de Ley de convocatoria de Cortes Constituyentes. El dictamen era contrario al proyecto presentado por el Gobierno, y negaba la inmediata necesidad de establecer fechas para la disolución de la Asamblea y la convocatoria de elecciones, proponiendo que habría de ser la Asamblea la que en su día juzgase ser el momento para ello. Pero, como ya se dijo, el general Rafael Primo de Rivera, miembro de la comisión, presentó un voto particular que aceptaba el proyecto del Gobierno modificándolo en algunos puntos.
Al iniciarse la discusión tomó la palabra el Presidente Figueras aludiendo al citado voto particular de Primo de Rivera y aceptándolo expresamente, pese a las modificaciones que introducía, como son, decía Figueras, “las facultades, en cierto modos indefinidas de la comisión permanente y lo que se refiere al plazo de las elecciones. Sin embargo, el Gobierno acepta el voto, siendo éste límite el último punto de transacción a que puede llegar (…)”.El proyecto también modificaba la edad para votar que el inicial proyecto del Gobierno establecía en 20 años y el voto particular lo elevaba a 21 años
Pero, advierte el Presidente del Ejecutivo, caso de que “rechazado el voto por la Cámara, en el acto mismo el Ministerio saldría de este banco, depositando en manos del Sr. Presidente de la Asamblea la dimisión de sus cargos“. Es decir, se hacía de la aprobación del voto de Primo de Ribera, cuestión de Gobierno.
Ante las diversas intervenciones e favor y en contra del voto particular de Primo de Ribera, Martos veía peligrar sus tesis, de modo que, perdiendo la neutralidad exigida al Presidente de la Asamblea, bajó de la presidencia y argumentó como un parlamentario más, en favor del informe de la Comisión y en contra del voto particular de Primo de Ribera, aunque al poco, en un extraño cambio de opinión, Martos acabó apoyando el voto particular de Primo de Ribera; y ello le supuso la suficiente pérdida de autoridad que tuvo que dejar definitivamente la presidencia de la Asamblea, lo que se hizo oficial en la sesión del 11 de marzo (Gaceta del 12). Le sustituyó en la Presidencia Francisco Salmerón elegido el 19 de marzo (Gaceta del 20)
Sobre el contradictorio comportamiento de Martos dice “La Igualdad” (9-03-1873): “(…) y no falta quien piense que el Sr. Martos dejaba que se enredara la madeja para cuando el nudo no tuviera solución presentarse como salvador omnipotente y acudir como el “Deux est machina”, de la tragedia antigua. (…)” (“La Igualdad“)
V – ARGUMENTACIONES SOBRE EL VOTO PARTICULAR
Argumentó el general Rafael Primo de Ribera la imposibilidad de un gobierno mixto o radical alternativo al Gobierno homogéneo republicano; y que, en todo caso, los radicales, grupo al que el mismo pertenecía, no tenían autoridad moral, habiendo sido fervientes monárquicos, para constituir un gobierno republicano y además sería peligroso para la paz social:
“El Gobierno radical que aquí se formase no duraría tres días; pues aunque en Madrid habría poco, ¿quién sabe lo que ocurriría fuera? (Fuertes rumores e interrupciones.) // Señores, no sirve el valor estúpido: lo que sirve es tener corazón para llevar adelante la noble empresa que se trata de realizar; si yo mandando fuerzas expusiera temerariamente la vida de los soldados, seria digno de castigo. Prudencia es lo que se necesita, y no valor. Si de valor sólo se tratara, creo poder decir que yo tengo tanto como el primero, y por cierto que los militares estamos más expuestos a morir por la patria que los que me interrumpen. (Bien, bien.) // Creo haber demostrado que, siendo imposible un Gobierno misto y un Gobierno radical, no queda otra solución que la de un Gobierno puramente republicano; y siendo así hay necesidad urgentísima de votar este voto (…) // Por consiguiente, concluyo como empecé, rogando á la Cámara que, inspirándose en su patriotismo y en el amor a la libertad, piense bien el voto que va á emitir y resuelva favorablemente el que he presentado.”
Por su parte el parlamentario Rubau Donadeu, concluyó su exposición de los sucesos en Barcelona y la postura de la Diputación diciendo: “No existe, pues en Barcelona peligro alguno; pero ¡ay del día en que el telégrafo anuncie la calda del Gobierno republicano! ” Y el parlamentario Canalejas, del grupo radical, apoyó el voto particular de Primo de Ribera y concluyó diciendo:
(…) ¿Qué garantías tenemos que pedir al Gabinete? ¡ Definiciones metafísicas! (…) ¿Hemos de entrar ahora en buscar una definición de la unidad de la patria, que acaso no podremos dar ninguno? No: démosla la solución que nos pide el país con lágrimas en los ojos, y que es la tranquilidad que necesita. (…) //. (…) seamos lógicos con la confesión del día 11.(…) El día 24 hemos reconocido, al dar facultades extraordinarias al Sr. Presidente que no había más Gobierno posible que el que se sienta en aquel banco (…) seamos fieles a nuestro compromiso de honra y votemos aceptando ese término de avenencia que se nos presenta en el voto particular. // (…)”
En una de sus intervenciones el Presidente del Poder Ejecutivo argumentó la importancia de no hacer cambio en el Gobierno Republicano y apoyar el voto de Primo de Ribera, en las perjudiciales repercusiones internacionales que supondría no hacerlo: “(…) Todos sabéis que la Europa entera está en una actitud expectante con respecto a la nueva forma de Gobierno establecida en España y que han aplazado el reconocimiento para cuando se reúnan las nuevas Cortes. // Pues bien, yo os pregunto: ¿ era posible que sin desprestigiarnos a los ojos de Europa hubiéramos consentido una tercera renovación del Ministerio y una tercera crisis en días, para que se contaran por semanas las crisis y las modificaciones ministeriales de la moderna República española (…)”
Finalmente se procedió a la votación nominal del voto particular de Primo de Ribera que quedó tomado en consideración por 187 votos contra 19; estos votos en contra, dirá Morayta, eran los del los amigos de Martos.
VI – LA CONVOCATORIA DE CORTES
La Ley de disolución de la Asamblea y convocatoria de Cortes fue aprobada el 11 de marzo (Gaceta del 30) La Ley establecía en esencia lo siguiente: La Cortes, compuestas sólo del Congreso se reunirían en Madrid, con carácter de Constituyentes el 1º de Junio. Las elecciones tendrían lugar los días 10 a 13 de mayo, de acuerdo con la Ley electoral vigente, salvo considerar, a efectos de la misma, la mayoría de edad a los 21 años. Una vez votados definitivamente el proyecto de abolición de la esclavitud en Puerto-Rico, el de abolición de las matrículas de mar y el de organización, equipo y sostén de los 80 batallones de Voluntarios de la República, suspendería la Asamblea sus sesiones, previo nombramiento de una Comisión de su seno, que representaría a la Asamblea hasta la constitución de las nuevas Cortes, en la que la Asamblea y el Gobierno habían de resignar sus respectivos poderes
El 17 de marzo de 1873 (Gaceta del 21) se aprobó la Ley por la que se autorizó al Gobierno para organizar 80 batallones con el nombre de Voluntarios de la República, cada uno de a seis compañías y 600 plazas. El 22 de marzo de 1873 se aprobaron la Ley de abolición de matriculas de mar y la Ley de abolición de la esclavitud en Puerto Rico (Gaceta del 26)
VII – EL RELATO DE MIGUEL MORAYTA
El republicano Morayta, testigo y en parte protagonista (fue nombrado el 9 de marzo 1873, Secretario de general del Ministerio de Estado, del que era titular Castelar. Gaceta del 11), lo cuenta así:
“(…) // Más tras muchas conferencias y cabildeos, la mayoría de aquella comisión dio al fin dictamen, pero tan desfavorable, que proponía que la asamblea nacional acordara por su propia iniciativa o a instancia del poder ejecutivo, el decreto de convocatoria, tan pronto como a juicio de la misma asamblea pudieran verificarse las elecciones en circunstancias bastantes a garantizar la libertad del sufragio,, y que, llegado el caso de la convocatoria, la asamblea nacional fijase el momento de la suspensión de sesiones, el nombramiento de una comisión permanente, el número de los individuos que habrían de componerla y las facultades de que debiera quedar investida.//
Más uno de los miembros de aquella comisión , el general don Rafael Primo de Rivera, hermano del que tanto hizo después para que España perdiera las Filipinas, formuló voto particular. En él aceptaba lo propuesto por el gobierno con estas modificaciones: << Las constituyentes se reunirían el 1 de junio; las elecciones se harían el 10, 11, 12 y 13 de mayo; se considerarían electores los mayores de 21 años>>, y respecto a la comisión permanente decía: << esta comisión podrá por sí o a propuesta del gobierno, abrir de nuevo las Cortes, siempre que lo exijan circunstancias extraordinarias>>.
El gobierno hizo suyo este voto particular y los radicales resolvieron dar en su discusión la batalla; y el 8 de marzo, el señor La Guardia, íntimo de Martos, al hablar en contra, insultó a los federales, profetizando incendios y saqueos, y Echegaray fustigó el federalismo, y Martos abandonando el sillón presidencial , denostó a los republicanos echándoles en cara los favores que le debían. //
Primo de Ribera, el Bueno, defendió brillantemente al gobierno y atacó con dureza a sus antiguos correligionarios; Figueras llegó al límite de la habilidad y de la elocuencia, demostrando como él y sus ministros habían cumplido honradamente sus compromisos; y Martos, procediendo como el 24 de febrero, se echó atrás, y el poder ejecutivo y Primo de Rivera triunfaron, aprobándose el voto particular por 188 contra 19. Todos estos constituían la camarilla íntima consejera de Martos. //
Aquella victoria del gobierno resultó ostentosa, pues antes de comenzar la sesión todo era andar los martistas por los corredores y salones del Congreso amenazando con sus votos, ufanándose de su resolución y augurando el acabamiento de la supremacía de los federales. El resultado fue tan elocuente que el señor Martos renunció en el acto su cargo de presidente de la asamblea; y si se le hicieron funerales de primera clase, el 19 de aquel mes fue elegido en su lugar don Francisco Salmerón. Cuatro semanas de presidencia le valió pues al señor Martos haber hecho a la República el grave daño de inutilizar al señor Rivero , viniendo por sus propias culpas a ser baja, como, aun cuando por otra causa, lo fueron también Rivero y Ruiz Zorrilla en las filas de las fuerzas vivas de la República. // (…) El 23 de marzo de 1873 la asamblea nacional suspendió sus sesiones después de nombrar la comisión permanente convenida (…)” (NOTA 5)
NOTAS
NOTA 1. Pi y Margall: “La Republica de 1873. Apuntes para escribir su historia”. Madrid 1874, pág. 21
NOTA 2. En la sesión del 10 de marzo (Gaceta del 11) se dio cuenta en la Asamblea de que había salido para Barcelona el Presidente Figueras y se consultó si se encargaría interinamente de la Presidencia el Sr. Pi y Margall, lo que así se acordó. En la sesión del 22 (Gaceta del 23), se informó a la Asamblea del regreso de Figueras a Madrid (nota en Gaceta del 25) poniendo fin a la Presidencia interina de Pi. Ver intervención de Figueras en Barcelona en Gaceta del 14 de marzo de 1873 El día 9 hubo en Alcoy una “Manifestación internacionalista (10.000 obreros) que recorre la ciudad exigiendo aumento de salario y reducción de jornada” (Javier EchenagusIa, citado, pág. 78)
NOTA 3. La Junta directiva era la siguiente: Presidente: Cristino Martos; Vocales: Nicolás María Rivero, Domingo Moriones, Laureano Figuerola, José de Echegaray, Francisco Salmerón y Alonso, Tomás Mosquera, Manuel Becerra, Ángel Fernández de los Ríos, marqués de Sardoal, Manuel Llano y Persi y Juan Bautista Alonso.
NOTA 4. En la Asamblea el día 24 de febrero (Gaceta del 25), tras la dimisión presentada por el Poder Ejecutivo, y antes de suspender la sesión, que se reanudaría posteriormente a las 5 de la tarde, Martos presentó un plan de acción con estas palabras: (…) Las elecciones, pues, si así lo estimase la Asamblea (porque todos estos son actos y resoluciones que de la voluntad de la Asamblea dependen, y ahora su Presidente en la forma que puede y el estado de su salud y de sus fuerzas se lo permiten, está exponiéndolos aquí), habrán de fijarse para el 31 de marzo, en cuyo día podrían acaso empezar; y la Asamblea Constituyente habría en este caso de estar reunida el 20 de Abril. Se habrán de hacer las elecciones por la ley electoral vigente, cuando más con la sola novedad de fijar la mayor edad según el proyecto que la Asamblea examinará, discutirá y votará, adoptando las resoluciones que estime convenientes. (…)
NOTA 5. Sigue diciendo Morayta que la comisión estaba “constituida por 12 radicales: los señores Rivero, Beranguer, Figuerola, Izquierdo, Mosquera, Becerra, Monpeón, Molini, Vargas Machuca, Ramos Calderón, Labra y Canalejas; del demócrata que no votó la República Romero Ortiz; de los dos alfonsinos, Estaban Collantes y Salaverría, y de los cinco federales Cala, Díaz Quintero, Martra, Palanca y Cervera. De esta comisión permanente formaría parte la mesa, compuesta de don Francisco Salmerón, presidente; de los cuatro vicepresidentes, marqués de Sardoal , Chao, Gómez (D. Manuel) y Sorni, y de los cuatro secretarios Balart, Benot, López (D. Cayo) y Moreno Rodríguez. // La Asamblea nacional de 1873, a pesar de algunas veleidades, había cumplido como buena y España le debe imperecedero aplauso.” (Miguel Morayta, citado, págs. 86, 87 y 88) Aunque Morayta incluye a Becerra, este renunció en la misma sesión del día 22 y fue sustituido por el siguiente en votos que era Juan Ulloa. (Gaceta 23-03-1873)
NOTA FINAL. En los textos reproducidos, el subrayado de palabras o frases y la utilización de negrita son míos.
Muchas gracias Román Díaz Ayala por tu comentario.
No sueles faltar a las citas que va deparando el “relato” que en ATRIO venimos haciendo sobre los la Primera República española.
Quisiera aprovechar tu intervención parar hacer una aclaración que, por olvido, no hice en el texto
Si te fijas, al final del epígrafe V del artículo, digo que en la sesión del sábado 8 de Marzo 1873 fueron 187 los votos a favor del voto particular de Primo de Ribera, tal como efectivamente figura en el extracto de la sesión de ese día (Gaceta del domingo día 9).
No obstante afirma Morayta, en el relato que textualmente se reproduce en el epígrafe VII, (al final del apartado 4º) que fueron 188 los votos a favor, es decir un voto más de los que figuran en el extracto oficial de la sesión del día 8 de Marzo.
En el computo global tiene razón Morayta, pues efectivamente en la sesión del lunes 10 de Marzo de (Gaceta del domingo, día 11) consta que “(…) leída el acta de la anterior fue aprobada después de haberse anunciado que constaría en el acta y Diario de las Sesiones el voto del Sr. Velasco (D. Ladislao) conforme con la mayoría en la votación del sábado, a consecuencia de haber manifestado que no aparecía su nombre en la lista de los votantes á pesar de haber tomado parte en la votación.”
Por consiguiente los votos a favor del voto particular de Primo de Rivera fueron en total 188, frente a 19 en contra.
Gracias de nuevo y un abrazo.
NOTA: No se si finalmente has tenido ocasión de acceder al libro de Hennessy (La República Federal en España) del cual hay una edición de 2010 en “Los libros de la Catarata”.
La presente entrega (XV de la Primera República Española) es una joya historiográfica señalando la fecha del 22 de marzo de 1873 un puntal de nuestra historia contemporánea: La Asamblea permanente tenía que dar un paso trascendental y orientarse definitivamente por la república sin dejar de atender los desafíos de su presente que incluía lo dos focos de guerras civiles del Carlismo y de Cuba, que en la isla tenía el carácter de guerra de liberación por la independencia. A España le urgía el Federalismo propugnado por los políticos “de la cátedra” y que sólo los republicanos podrían llevar a cabo.