Este artículo de Tamayo se publica hoy en ATRIO en relación con el anterior
En diciembre de 2011, con motivo del quinto centenario del Sermón pronunciado por el dominico fray Anton Montesino en Santo Domingo, escribí un artículo aparecido en el diario EL PAIS. Me encuentro ahora en Santo-Domingo-República Dominicana, dando un ciclo de conferencias en el Centro de Teología de Santo Domingo, en el Convento de los Padres Dominicos, donde en su día vivió Montesino. He visitado el majestuoso monumento dedicado al fraile dominico erigido en el Malecón de esta ciudad de Santo Domingo, donde están inscritas las palabras centrales del sermón. En lugar tan emblemático he reescrito el artículo que envío a mis amigas y amigos.
EL SERMÓN DE FRAY ANTÓN MONTESINO
El 21 de diciembre de 1511, el cuarto domingo de Adviento, subía al púlpito del convento de los dominicos en La Española (Santo Domingo) fray Antón Montesino para pronunciar un memorable sermón, que se convertiría en una de las primeras y más radicales denuncias de los abusos de la conquista española en Abya-Yala y en un antecedente del pensamiento latinoamericano liberador.
Una parte del sermón Ha llegado hasta nosotros gracias a la profética e incisiva pluma de fray Bartolomé de Las Casas, que recoge lo sustancial de la prédica y las reacciones a la misma en el tercer libro de su Historia de las Indias (Tomo II, M. Aguilar Editor, Madrid, s/f, pp. 385-395).
El sermón fue preparado por todos los miembros de la comunidad de Santo Domingo, quienes lo firmaron de su puño y letra para dejar constancia de la autoría colectiva y de la relevancia de tan decisiva pieza oratoria. Los dominicos lo habían preparado a conciencia a partir de sus propias averiguaciones sobre el “crudelísimo y aspérrimo cautiverio” al que los encomenderos españoles sometían a los indios en las minas de oro y otras granjerías, y tras escuchar numerosos testimonios sobre la “tiránica injusticia” y las “execrables crueldades” contra los nativos, tratados como animales “sin compasión ni blandura”, y “sin piedad ni misericordia”, según la descripción de Las Casas. Tras tan concienzudo análisis de la realidad acordaron denunciar desde el púlpito el régimen de la encomienda por considerarlo contrario “a la ley divina, natural y humana”.
El Prior de la Comunidad Pedro de Córdoba encargó pronunciar el sermón a fray Antón Montesino, uno de los primeros dominicos en llegar a la isla, afamado predicador, hombre de letras, muy animoso, “aspérrimo en reprender vicios” “muy colérico en sus palabras” y “eficacísimo en sus frutos”. El templo estaba a rebosar. Ocupaban los primeros puestos las principales autoridades coloniales, entre ellas el almirante Diego de Colón, hijo del conquistador. También estaba presente el clérigo Bartolomé de Las Casas, en su calidad de encomendero. Ante un público tan cualificado el predicador no tuvo pelos en la lengua y, recurriendo al género literario interrogativo, todavía más incisivo en la denuncia, habló a los presentes de esta guisa:
“Voz del que clama en el desierto. Todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y creador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos? Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos? Tened por cierto, que en el estado que estáis, no os podéis más salvar, que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe en Jesucristo”.
Terminada la misa, Diego de Colón y los oficiales reales se dirigieron al convento de los dominicos para reprender al predicador por el escándalo sembrado en la ciudad, acusarlo de “deservicio” al Rey y exigirle que se retractase en público el domingo siguiente. Siete días después fray Antón Montesino volvió a subir al púlpito y, lejos de desdecirse, se ratificó en las denuncias y afirmó que los encomenderos no podían salvarse si no dejaban libres a los indios y que irían todos al infierno si persistían en su actitud explotadora. El sermón provocó todavía mayor alboroto que el del domingo anterior, y los oficiales reales enviaron al rey cartas de protesta contra los frailes.
Fray Antón Montesino fue enviado a España para dar cuenta y razón de su sermón al rey. Tras muchos impedimentos, logró entrevistarse con el anciano monarca, a quien expuso un largo memorial de los agravios de los conquistadores contra los indios: hacer la guerra a gente pacífica y mansa, entrar en sus casas y tomar a sus mujeres, hijas, hijos y haciendas, cortarles por medio, hacer apuestas sobre quién les cortaba la cabeza de un tajo, quemarlos vivos, imponerles trabajos forzados en las minas, etc.
Aquel sermón no cayó en saco roto. Marcó el comienzo del cristianismo liberador, del reconocimiento de la dignidad de los indios y del respeto a la diversidad cultural y religiosa en Amerindia. Fue, asimismo, el germen de la teología de la liberación. Tres años después, Bartolomé de Las Casas renunciaba a su función de encomendero, se convertía en el defensor de los derechos de los indios, en el iniciador de la variante latina de la filosofía europea de la alteridad y de la tolerancia, según Francisco Fernández Buey y en el precursor del diálogo interreligioso e intercultural.
Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría” de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de La teología de la liberación en el nuevo escenario político y religioso (Tirant lo Blanch, 2011, 2ª ed.) e Invitación a la utopía. Estudio histórico apara tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 2012).
Muy interesante la entrevista del link, al jesuíta Jorge Costadoat…y solamente quisiera resaltar algunos de los puntos en los que coincido con él..
Escribe el P. Jorge en la entrevista, publicada en Religión Digital, que “la teología, tradicionalmente se ha abocado a pensar en la revelación de Dios en el pasado, y tal como esa revelación ha sido transmitida en la tradición de la Iglesia por el magisterio y los teólogos. Y eso, es perfecto, es un acervo teológico que nos sirve hoy en día, pero que fundamentalmente nos sirve para fundamentar cómo Dios está actuando ahora. El Dios que habló en el pasado, sigue hablando en el presente y nosotros sentimos que lo tenemos que interpretar, fundamentalmente,…. es algo en el presente. Los grandes acontecimientos de la historia.
Es por eso que el dice que la teología del futuro ES, como comenta Oscar, la “Teología de los signos de los tiempos” basándose en la magnífica Constitución Gaudium et Spes, (Los Gozos y las Esperanzas) del Vaticano II y que todavía ha de ponerse en práctica…Y leyendo Gaudium et Spes podemos entonces saber con certeza lo que pensaban los Padres del Concilio sobre como debía llevarse a la práctica la evangelización del mundo actual..
Y dice: “..es deber de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz de Evangelio de forma que….que la Iglesia pueda responder a las perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas”
“Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, (2 Cor 5,15), da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo, a fin de que pueda responder a su máxima vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo, a la humanidad, otro nombre en el que sea necesario salvarse. (Hechos 4,12)
“Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se hallan en su Señor y Maestro. Afirma, además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante…hay muchas cosas permanentes…que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre. (Hebreos 13,8)
“Bajo la luz de Cristo, imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, el Concilio habla a todos para esclarecer el misterio del hombre y para cooperar en el hallazgo de soluciones que respondan a los principales problemas de nuestra época” (Conc. Vatic. II, Gaudium et Spes, Cap. 1, No. 4, Edit. BAC, pag 212-214, 2da Edición) (las negritas y la puntuación son míos)
Lo transcrito por mi, de Gaudium et Spes, es solo un extracto del significado de ésta Constitución para el mundo actual.. y ES ésta la base de la verdadera teología “de liberación”…que nos hace libres en la verdad de Cristo…Por eso el P. Jorge afirma que aunque conoce teólogos de la liberación que “coquetearon con el marxismo porque no había muchas alternativas, hace cuarenta años, de cambio social, más que ésa”…sin embargo, en realidad nunca fué necesario el marxismo, ni esencial como el mismo dice, para un cambio social…Sólo la Iglesia de Cristo “a la luz del Evangelio”, correctamente interpretado en el contexto de toda la historia de la Iglesia, y en la unidad de la doctrina oral y escrita de todo el magisterio del Pueblo de Dios,…. puede resolver los graves problemas sociales y religiosos que afronta el mundo actual…Sólo la Iglesia puede dar la luz, dar la esperanza, y dar el amor a todas las aspiraciones del corazón humano…y marcar el camino a seguir para dar validez a nuestro destino final, que ya ha comenzado en esta vida..Sólo en el contexto histórico y teológico de la Revelación transmitida a nosotros desde Cristo podremos orientarnos correctamente en la paz y en la alegría de la fe..
Un saludo cordial
Santiago Hernández
“La Teología de los signos de los tiempos es el futuro de la teología”
http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/05/06/jorge-costadoat-si-al-fundador-del-cristianismo-le-fue-mal-a-los-demas-que-queremos-abrir-algun-camino-nos-tiene-que-ir-mal-religion-iglesia-dios-jesus-papa-francisco.shtml#inicioComentarios
1- “Se hacía impresentable que el motivo por el que me echaban de la Universidad era que yo enseñara con mucha libertad”
2- “Todas las otras teologías son auxiliares respecto de la Teología de los signos de los tiempos”
3- “Hoy por hoy, surge como muy importante el tema de la teología de la mujer”
4- “Hay mucha gente que tiene la sensación de que se nos está yendo un gran papa, que ha dado en el clavo de la teología y de la Iglesia latinoamericana, que es la opción por los pobres”
5- “Hoy los teólogos de la liberación están todos exultantes con este papa, porque en el fondo él responde muy bien a lo que es esa corriente”
6- “Es difícil pensar que vaya a haber un Papa como este: audaz, que habla sin papeles”
7- “Si un cristiano no tiene problemas en un mundo injusto, ¿de qué se trata?”
8- “Tengo la impresión de que el sacerdocio y la comprensión del sacerdocio, no ha asimilado los grandes criterios del Concilio”
9- “Deberíamos de ir todos a un modelo de Iglesia más fraternal, donde el sacerdote sea realmente un hermano y en el camino, con la creatividad de todos, ir creando una Iglesia nueva”
10- “Esta situación de la mujer en la Iglesia, creo que es el desafío más grande de todos; no hay razones teológicas con el peso suficiente para impedirlo”
11- “Este papa ha planteado una eclesiología interesante y tremendamente evangélica. Y es, que la Iglesia es para anunciar el Evangelio”
12- “Aquí el centro no es el Papa, ni la Iglesia. El centro es el Evangelio y eso exige ordenar las cosas de otra manera”
13- “Hemos pasado de una Iglesia de capilla a una Iglesia que se la juega en la calle con todos los riesgos que eso tiene”
14- “La religiosidad en América Latina sigue siendo poderosa”
15- “El Cristianismo debiera ser un principio integrador de la persona en su conjunto”
16- “Es posible ser rico y cristiano. Millonario y cristiano. ¿Cómo es posible en un mundo donde hay tanta miseria, tanto hambre, tanta guerra, tantos refugiados migrantes?”
17- “¿No le vas a dar la comunión a una familia que es cristiana porque no está en regla? Si el Evangelio no es para esta gente, está todo mal”
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Nota mía: poco a poco se van acercando a una Teología Pro-fana ¿o no?
Es de agradecer que, con ocasión de su actual viaje a Sto. Domingo, Juanjo nos recuerde las convicciones y garra oratoria de Montesino, quien, a juzgar por su frase “en el estado que estáis, no os podéis más salvar, que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe en Jesucristo”, no parece que fuera, como Bartolomé de las Casas, precedente del diálogo interreligioso e intercultural.
Me hace pensar que, en la misma época, en España y en la misma Orden dominicana, las convicciones y actitudes iban en sentido opuesto, ya que en Valladolid estaban con igual celo los mayores inquisidores.
Y me lleva a pensar también con tristeza, la diferencia entre aquellos grandes dominicos que no tenían pelos en la lengua y se enfrentaban a las autoridades por defender los derechos humanos, y los actuales dominicos, tan adaptados a los poderes que echo en falta surja de una vez entre ellos algun Montesino, algun Savonarola o algun Bartolomé de las Casas del s. XXI que renueven los ideales de su fundador Domingo de Guzmán, que por algo están celebrando los 800 años de existencia.