Ante la previsible y controvertida elección como Presidente del Gobierno del Sr. Rajoy, el 25 de Octubre de 2016, se alentó, según informaron los medios de comunicación, un movimiento de protesta bajo el slogan de “rodeemos el Congreso”. Un destacado líder de Podemos, en conferencia de prensa, ese mismo día, alegó como argumento justificativo de la protesta y su ubicación, un precedente de la década de 1920. Pues bien, pienso que uno de los antecedentes más significativos de las acciones de rodear el Congreso, puede estar en lo sucedido los días 10 y 11 de Febrero de 1873 cuando se proclamó la Primera República. José Fernández Rúa (NOTA 1) lo cuenta así:
“(..) En la calle los grupos se engallan. Intervienen los defensores del orden. La temperatura es baja; ha caído una intensa nevada sobre Madrid. Pero es lo mismo. El público se agolpa no solo ante el edificio del Congreso, sino también se muestra bullicioso e inquieto en la Puerta del Sol, frente a Gobernación, y en otras plazas como la de Antón Martín y la de Santo Domingo, escenarios de no pocas asonadas (…) ”
Incide en el tema “La Correspondencia de España” del 11 de de Febrero que da testimonio de la actividad del Presidente del Congreso Nicolás María Rivero hablando “a las masa populares (…) aconsejando la calma y la templanza“. Y en otra información, refiriéndose a la noche del día 10, en su edición del 11, dicho diario da cuenta de que “cómo la ansiedad del público que anoche se agrupaba a las puertas el congreso era tanta” y varios diputados salían de tiempo en tiempo a dar a conocer a las gentes el contenido de las tareas de la cámara, al parecer por impulso del presidente Nicolás María Rivero.
Y sigue diciendo:
“A cosa de las diez de la noche salió el presidente del Congreso con algunos voluntarios a despejar la calle de Floridablanca, lo que consiguió fácilmente. A las doce de la noche no quedaba persona extraña en los contornos del edificio. Un piquete de caballería contribuyó también a alejar a los curiosos. “
II – LAS PREVISIONES LEGALES
Normalmente las legislaciones intentan preservar la libertad de voto de los Parlamentos y por consiguiente la libertad de voto de los parlamentarios.
Pareciera que la presión directa de las gentes rodeando los parlamentos o increpando a los diputados o senadores, fuese el mayor peligro para su independencia. Hoy sabemos que no.
Los peligros para la independencia de voto de diputados y senadores puede llegar de forma más sutil y mucho más efectiva por diversas vías.
Estos días estamos viendo como desde fuera del Congreso y sus aledaños, se ha presionado a los diputados socialistas para modificar su voto. Lo que pasó está en la prensa y no hace falta pormenorizarlo aquí, pero si hacer una llamada para reflexionar sobre tan anómalo hecho. .
Parar evitar la presión a los parlamentarios de presiones directas, el artículo 55 de la Constitución de 1869 decía:
“No se podrán presentar en persona, individual ni colectivamente, peticiones a las Cortes. //Tampoco podrán celebrarse, cuando las Cortes estén abiertas, reuniones al aire libreen los alrededores del palacio de ninguno de los cuerpos legisladores“
Como ya se dijo en entrega anterior, el vigente artículo 494 del Código Penal, sanciona con pena de prisión o multa la promoción dirección o presidencia de manifestaciones u otra clase de reuniones ante las sedes del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma, cuando estén reunidos, alterando su normal funcionamiento.
Por su parte, sin aludir ya a la presencia física en torno al Parlamento, el vigente artículo 498 del Código Penal castiga con pena de prisión de tres a cinco años a los que emplearen fuerza, violencia, intimidación o amenaza grave para impedir a un miembro del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma asistir a sus reuniones, o, por los mismos medios, coartaren la libre manifestación de sus opiniones o la emisión de su voto,”
III – SERRANO ENTRA EN ESCENA – REPICAN LAS CAMPANAS
Alrededor del Congreso (física o figuradamente), no solo merodeaban los republicanos, sino también individuos de todas las tendencias políticas. ” La Correspondencia de España” del 12 de Febrero de 1873 da noticia de la cercana presencia del general Serrano:
“Los Periódicos de la noche dan las siguientes noticas e impresiones:
– El Duque de la Torre ha estado hoy a la una y media en casa del Presidente del Congreso. Al declarar aquel a este que él y sus amigos dispuestos a apoyar la solución que la Cortes den al gravísimo conflicto constitucional pendiente, el Sr. Rivero le ha tendido los brazos con efusión.
El Duque de la Torre se ha echado en ellos y ofrecido al presidente de Congresos que esta noche, cuando esté constituido el gobierno y pueda recibir, irá con gran número de generales, amigos suyos y de la causa del orden, a ofrecerle sus espadas y sus servicios.“
Por otra parte no faltó ese día el alegre sonar de las campanas de varias Iglesias y parroquias, celebrando la llegada de la República. En La Correspondencia de España del mismo día 12-02-1873, pág. 1, se dice:
“Los republicanos, posesionados de la plaza de Antón Martin, proclamaron la república mucho antes de que se tuviera conocimiento de la resolución de las Cortes soberanas, por lo que apareció a las nueve de la noche completamente iluminada dicha plaza y la iglesia de Montserrat comenzó a tocar a vuelo sus campanas, cuyo ejemplo siguieron poco después, varias parroquias“.
IV – NICOLÁS MARÍA RIBERO
Era “cimbrio”, es decir republicano de convicción pero aceptando la monarquía de Amadeo de forma circunstancial. En la circunstancia de la abdicación de Amadeo Nicolás María Rivero, pretendió la presidencia de la República y aceptó el apoyo de Serrano y sus amigos generales adeptos “al orden”, según acreditaba “La Correspondencia de España, citada anteriormente..
Cuando para conocer y dar respuesta a la abdicación de Amadeo, el Congreso y el Senado habían acordado reunirse en sesión conjunta,(vulnerado lo establecido en la Constitución) correspondió presidir el conjunto de ambos cuerpos a Nicolás María Rivero, nacido en 2015, por razón de mayor antigüedad que el presidente del Senado , Laureano Figueroa Ballesteros, nacido en 1816.
Recordemos que tras haber dimitido el Gobierno de Zorrilla como consecuencia de la abdicación de Amadeo, el Presidente del Congreso, Nicolás María Rivero, sintiéndose investido de una potestad políticamente suprema, mostró sus formas autoritarias ordenando a Zorrilla y los ya exministros de su Gobierno, a volver a ocupar sus puestos en el banco azul, a lo que se negaron. por las formas empleadas para ello, reiterando, no obstante, su disposición de colaborar con la Asamblea. Como consecuencia de este incidente interpeló Martos a Rivero, alegando que se reclamaba de ellos con imperio aquello que sin esa circunstancia hubieran de inmediato aceptado. Del alegato de Martos cabe destacar la frase:
“(:::) no está bien, señores representantes de la nación española, que en contra de la voluntad de nadie , parezcan que empiezan las formas de la tiranía el día que la monarquía acaba.(…)
Consecuencia de este incidente, Ribero decidió bajarse de la Presidencia del Congreso, dejándola en manos de la Vicepresidencia, lo que contribuyó a frustrar sus aspiraciones a presidir el nuevo gobierno.
V – EL LIDERAZGO DE MARTOS
Tras la abdicación de Amadeo, el ya expresidente del Gobierno, Manuel Zorrilla se dirigió a Portugal, estableciéndose en Elvas y no volvería a España hasta finales de Octubre de 1873, retirándose a su finca de Tablada. Martos se erigió desde el primer momento en sucesor de su liderazgo al frente de los radicales. Además, al poco, llegó a presidir la Asamblea, sustituyendo a Nicolás María Rivero,
Frente a lo sucedido con Rivero, que alcanzo la presidencia de la Asamblea por antigüedad, Martos la alcanzó en votación de la misma Asamblea
En la sesión de la Asamblea Nacional del 12 de Febrero de 1873, (Gaceta del 13-02-1873) reanudada a la tres de la tarde bajo la presidencia del señor D. Manuel Gómez (Vicepresidente) resultó elegido presidente de la Mesa Cristino Martos por 222 votos (eran la mitad más uno 131). Nicolás María Rivero obtuvo 20 votos; José María Rivero, 4; Marqués de Perales, 1; Papeletas en blanco, 16..
Sírvannos estos datos como introducción al análisis de los trece días de gobierno de Figueras y a la participación de Martos en el desarrollo de la crisis ministerial.
NOTA 1. José Fernández Rúa: “1873. LA PRIMERA REPÚBLICA.”.. Ediciones Giner. Madrid 1975, página 236.
Hola Román.
Gracias por tu comentario.
Pero gracias sobre todo por tu fidelidad siguiendo los artículos relativos a LA PRIMERARA REPÚBLICA ESPAÑOLA, como anteriormente seguías los de CAMINO DE LA REPÚBLICA.
El contenido de tu comentario es sugerente de nuevos enfoques y matices en esos años complejos del Sexenio y especialmente los relativos a la Primera República.
Como puedes observar el general Serrano, Duque de la Torre, no perdía ocasión de intentar acercarse de nuevo al poder.
Como sabes lo conseguirá poniéndose en 1974 al frente de la Republica , que ya bajo su mandato se convertirá en “autoritaria”.
Las antiguas Cortes monárquicas (Congreso y Senado), desaparecerán y se reconvertirán, con los mismos integrantes, el 11 de Febrero de 1873, en la “Asamblea Nacional”.
A su frente tanto Nicolás María Rivero, en su momento, como Cristino Martos, ya en pleno tiempo republicano intrigarán parar llevar el agua a su respectivo molino.
No podemos olvidar que también en las Cortes actuales , los respectivos grupos intentarán llevar al agua a su molino.
Espero sigas ilustrándonos con tus comentarios.
Esta vez no le ha faltado agudeza a Eloy y ha estado muy atinado principiando su entrega ( la V de esta tacada) con “rodear el Congreso”, pues nos ha puesto en un mismo plano visual los acontecimientos de los que estamos siendo protagonistas en España con lo que aconteció en febrero de 1873
El Sexenio (Revolución, Monarquía parlamentaria y República) fue un breve pero intenso primer período democrático. La república fue un cambio exigido, casi de guión, y no una revolución dentro de la revolución.
Ahora estamos todavía inmersos en el período constitucional de 1978, ya para treinta y ocho años, cuando el anterior período democrático, inscripto en el siglo XX, no duró una década ( la república de 1931 a 1939)
Pero alguna fuerza política se empeña su actuación arrancando una página de la historia del siglo XIX o repetir esquemas ensayados en otras periferias: movilizar a las masas, mostrar que son la oposición dentro del Parlamento convirtiéndose en protagonistas de la calle.
No saben diferenciar las “modalidades del poder”, que ya no se ejerce de la misma manera que antaño o en otras costas. En la España de entonces, no existía una Administración fuerte, que puede funcionar autónomamente gracias a su base político-jurídica y a la descentralización del Estado.
Y ahora la presidencia de Gobierno, hace las funciones de un Primer Ministro, pues la representación del Estado la obstenta otra instancia, que así ha demostrado su función histórica. En la presidencia de Aznar ocurrían cosas muy curiosas, aquél quien fue llamado “caballerete”, que se ofrecía como representante supremo de España en los encuentros iberoamericanos que se volvían cada vez más protocolarios, ninguneaba al Rey de lo lindo. Algo de eso quizo hacer Rajoy en marzo pasado, pero Sánchez salvó la situación presentándose a candidato para ser investido presidente.
La calle en democracia es de los ciudadanos y hay que ganársela en las urnas, y ser lo suficientemente humilde para representar a ese pueblo en la Sede de la soberanía popular.