Corre por ahí, con cierto éxito, un pensamiento llamado no-dualista que nos trata de premodernos e ilusos a quienes no lo compartimos. Me gustaría reflexionar sobre ello.
Leo en internet en una página de divulgación: “Advaita es una palabra del sánscrito que significa “no dos”. Sinónimo de Advaita es no-dualidad… La distinción sujeto-objeto, que es la característica más sobresaliente de lo que los individuos no iluminados consideran que es la realidad, no existe realmente, aunque lo parezca. Este es un hecho muy importante sobre la existencia, porque es la distinción entre sujeto y objeto la responsable de gran parte del sufrimiento existencial que caracteriza a la vida humana. Es causante de todo tipo de trastornos emocionales, porque al aceptar la dualidad sujeto-objeto como un hecho coloca al individuo en conflicto con los objetos”.
“De hecho, la realidad es no-dual. Esto significa que la distinción entre sujeto y objeto realmente no existe. El sujeto no es diferente de los objetos. Tanto el sujeto como los objetos son manifestaciones aparentes del Sí mismo o Consciencia no dual”.
Por tanto, como ha escrito un autor muy seguido, “el yo es una realidad ilusoria, creada por la mente, alimentada por el pensamiento y mantenida por la memoria”.
Lo primero que me sorprende de esas afirmaciones es su categórico dogmatismo. ¿A usted le parece que es un sujeto frente a múltiples objetos? Pues sepa que se engaña radicalmente. Usted mismo, cuando se mira al espejo, debe saber que sólo ve una realidad ilusoria.
Pero la verdad es que no quiero discutir semejantes afirmaciones. Hay que dejar a cada uno con su fe, por extraña que nos parezca. Sí quiero en cambio manifestar mi sorpresa ante el relativo éxito que tienen en el Occidente racional y tecnificado. Porque no cabe duda de que en la configuración de la mentalidad y la cultura occidentales está la afirmación rotunda del yo, del sujeto. Yo pienso, luego existo.
Alguna vez he planteado a distintos auditorios la siguiente pregunta: en Occidente nació la música gregoriana, la renacentista, la barroca, Bach, Vivaldi, Mozart, Beethoven, Stravinski… ¿por qué esto fue así mientras en Japón llevan 400 años repitiendo sin variación alguna el teatro kabuki? Mi repuesta era que eso ha ocurrido gracias al cristianismo pero quiero ahora ser menos confesional: es el resultado del despliegue de las riquezas del yo (occidental). Para mi siempre han constituido un símbolo eminente de ese espíritu los veintidós años de trabajo de Miguel Angel para crear esa obra titánica que es la capilla Sixtina.
Sin duda ese yo que busca realizarse y crear hubo de hacerse dialogante. Lo teorizó Martin Buber en 1928 en su Yo y Tú, pero sin abandonar nunca nunca la afirmación personal.
Los partidarios del Advaita utilizan una metáfora sugerente: La relación entre el individuo aparente y la Unidad, o el Ser, es la misma que la relación entre una ola y el océano. La ola es el océano “ondulando”, tú y yo somos la Unidad “personeando”. Digo que es una metáfora sugerente pero añado que poco aceptable para una concepción occidental. Lo expresaba perfectamente Miguel de Unamuno cuando afirmaba: “Yo soy yo, como cada quisque, género aparte. Y mi progreso consiste en ‘unamunizarme’ cada vez más”.
Llevadas al campo de la espiritualidad, estas dos concepciones abogan por una salvación personal o bien por un desvanecerse en el Todo. Afirmarse o diluirse, esa es la cuestión. Pues en ese dilema, frente a cualquier nirvana, la salvación cristiana es personal: “Aun no se ha manifestado lo que seremos porque cuando se manifieste lo veremos tal cual es porque seremos semejantes a El” (1 Jo 3,2).
Llegados a este punto, me pregunto cuáles son las razones del éxito relativo entre nosotros de estas teorías.
La primera que se me ocurre es más elemental; la formuló una vez Raimon Panikkar diciendo: la salvación siempre viene de lejos. Lo que llega con un aura de misteriosa novedad, encontrará fácilmente una acogida.
Otra posible es la mala relación con los objetos. Muchos dedican gran parte de su vida a ejercer un trabajo que tiene que soportary que no les satisface en absoluto. Pueden encontrar un paliativo en esa versión casera que es la mindfulness.
A mi modo de ver, sin embargo, no es tanto la filosofía de base lo que cuenta en la práctica sino sus repercusiones religiosas. Durante siglos el Dios cristiano ha sido un Dios personal, pero al que la tradición ha ido convirtiendo en un compañero más, en una persona junto a las otras. La crisis de esa concepción teísta ha llevado a muchos a preferir un Dios impersonal al que no se le puede llamar Padre sino Presencia, Todo, Uno. Con esa realidad no se puede dialogar, hay que sumergirse en ella. Lo dice claramente el autor citado más arriba: “Ni Dios ni Jesús. Sin un ´tú` porque no hay ningún ´yo` que los perciba como tales”.
En su libro Creo en Ti (1939) Jean Mouroux volvió a retomar la imagen de Dios personal, vivido como como Alguien. La nueva tendencia no-dualista rechaza esa concepción como mítica. Purificándola sin duda de todas las adherencias y equívocos del teísmo, yo prefiero mantener mi yo y poder dirigirme a un Dios Padre que como tal nos acompaña, en el que no quiero disolver ese yo que me gusta bastante y que espero que a el también le guste. Que me ben-diga.
Me argüirán que todo eso es producto de la ilusión de una conciencia egoica. ¡Qué se le va a hacer!
Estimado Sr. Barberá, con este van dos, en este medio que yo sepa, los artículos dedicados a disentir sobre la “No dualidad” http://www.atrio.org/2016/08/la-nueva-espiritualidad/ . Me parece estupendo expresar y disentir. Creo también que cuando cita a un autor reiteradamente debe especificar el nombre, para nadar sin guardar la ropa. Y creo también que es posible disentir con razones y argumentos sin desvalorizar.Gracias por sus reflexiones en este portal.
Por otro lado, Isidoro, no hay que preocuparse demasiado ya que no creo en las trampas, ni creo poder caer en ellas. No hay por que no atreverse, ni constituye un reto, hacer primero filosofía y después teología. Precisamente la apertura que nos ofrece la filosofía nos lleva de la mano hacia la trascendencia teológica que esta por encima de nuestra realidad física. Jamas por nuestra propia naturaleza biológica podríamos acceder a la trascendencia per se. Somos los únicos seres creados capaces de pensar siquiera en la posibilidad de lo que se encuentra “mas alla” de lo tecnológicamente natural. Si la conciencia humana a pesar de su substrato físico-biológico no nos hubiera sido dada como un don NUNCA podríamos llegar hasta las cosas que exceden lo meramente físico….nos quedaríamos en lo concreto del reduccionismo animal..pero nuestra conciencia es “algo mas” que lo material…somos seres con un destino que no es temporal sino eterno y trascendente, e inmerso en lo espiritual.
No existe antagonismo entre filosofia y teologia. Las dos pretenden responder a la cuestion existencial. Una aporta la razon y la otra la FE en la Revelacion. Las dos buscan la verdad de diferente manera, por eso no existe servilismo sino complementariedad.
Un saludo cordial Santiago Hernandez
Bueno, bueno, bueno….me encantan estas “derivaciones” del tema. Porque en la no-dualidad entra todo con todos.
Y nótese, de nuevo, que digo “derivaciones” porque no hay nada en la no-dualidad que quede fuera. Un no-lugar en el que se sitúa el hombre sabio Jesús, en la escena de la moneda del Cesar, pero que no le impide, a nivel relativo y aparente, ponerse en el lugar de los que le hacen la pregunta tan capciosa, en cuyas mentes da para mucho la polémica y la trampa, en las que gusta desenvolverse la radicalización y el fanatismo más intransigente y hasta mortal.
Me detengo, pues, en la famosa escena de la disyuntiva encerrona. Quien saca la moneda, precisamente la posee por ser amigo y servidor del Cesar en su vida cotidiana. Su gesto es de ello indicador, por lo que la respuesta se alinea en aquello que da sentido a su modo de considerar la realidad de su mundo: O esto o aquello. Si no estás conmigo, entonces, estás contra mí.
Sin embargo, Jesús, pasando por encima de las barreras impuestas, mejor dicho, atravesándolas y conociéndolas en todo su espesor, está insinuando , al tiempo, mucho más de lo que dice y señala en su respuesta, a nivel profundo, instando a descubrir qué “ truco” catalizador de verdad hay en su fondo.
La Verdad está siendo, con y sin nosotros, querámoslo o no. Es paciente, pero no tonta.
Gracias a todos, pero no me preguntéis por qué.
Tengo la impresión de que Isidoro me ha dado una patada en el trasero, tal vez con razón. Acepto la crítica por mi alergia ad hominen cuando me mentan a Savater. Con este personaje me pasa lo mismo que a Isidoro con Zubiri. Soy incapaz de leerle una línea. Alguna vez que lo he intentado, solo a nivel periodístico y en temática políitca, tenía que dejarlo porque se me removían las entrañas. No se cuanto me he perdido por no saber de su difunta filosofía. Me consuelo, no obstante, al saber que su utilitarismo filosófico no le interesa y nunca le ha gustado a M.Luisa.
Es de agradecer a Oscar V. el que nos adentre un poquito en la interesante personalidad de Isidoro. Se ve que es una persona muy leída y con mucha información, de la que siempre aprendes algo. Es una pena que, a algunos al menos, nos haga sentir su falta de empatía para hacerse querer un poquito más. Quizá, sin darse cuenta, se nos muestra demasiado seguro de si mismo, con excesiva querencia a escribir ex-cátedra.
No lo tomes a mal, MLuisa. Descansa y no nos abandones.
De poco, Isidoro, me das en la yugular! Pero qué tienes en contra mío?
Aparte de que a mí lo que me llena y me interesa es el hecho de poder participar y argumentar sobre los titulares como el de este hilo que expresa, bajo su titulo, una inquietud que todos más o menos hemos podido experienciar, no me preocupa ni me quita el sueño no saber de mis compañeros/as participantes aquello que de ellos, por mi misma, en sus escritos, no haya podido descubrir. Ante todo respeto, amigo!
“No seré yo el que, no habiendo leído, dices, ni una línea de Zubiri…”
Pues eso amigo, por qué entonces si no lo has leído estas injustas calificaciones? En tu tono empleado noto que confundes el hecho de que una persona pueda ser afín a un determinado pensamiento filosófico, con lo que podría significar en cambio la adherencia a la persona del filósofo mismo, cosas completamente distintas. En el primer caso que es el que a mí me ocupa, lo verdaderamente sorprendente es que el aporte de dicho pensamiento, al contrastarlo con las circunstancias que se puedan vivir en determinados momentos de la vida, te proporciona un contenido de experiencia tal que te llega a resolver toda la dificultad teórica que en su lectura te hayas podido encontrar. Por eso lo que más me atrae no es hablar de mí sino contrastar experiencias propias con las propias de los demás extrayendo de ellas aquello que, precisamente, es lo que las une y que a cada cual enriquece por separado.
Me siento cansada, amigo, y lo que sí te rogaría es que no te alargases ya más en tus curiosidades porque mi intención es dejarlo aquí.
Gracias de nuevo por vuestros comentarios y también por los consejos…Yo, que me considero un simple amateur y que provengo de otro aspecto de la ciencia y de la filosofía, también subscribo (o suscribo) que “no hay nada mortuorio en la filosofía” ya que existe una “pregunta y un problema” en cada una de las cosas y acontecimientos del Cosmos…La primera pregunta es ¿Por qué estamos aquí? y la segunda obligada ¿Hacia donde vamos? Son las primeras preguntas lógicas y elementales de todo ser pensante,…Y todo ser que posea algo de raciocinio….será capaz, al menos alguna vez, sino muchas, de formular esa preguntas existenciales que constituyen la base de la razón… …
Por tanto, por supuesto que existe también la “filosofía de la Ciencia” y no tengo por qué antagonizar Ciencia y Filosofía, ni anatematizar a ninguna de las dos, ni mucho menos “matarlas”, puesto ambas son complementarias en cuanto al conocimiento se refiere, y al mismo tiempo ellas ocupan papeles y objetos bastante diferentes en el vasto mundo del saber…Por eso, para mí es la filosofía cristiana la mas coherente de todas las corrientes que se han sucedido a través de los siglos…aparte de la validez que le da a la Ciencia Teológica…como el aspecto y la respuesta cabal a la Última Realidad….
Por lo demás, reconozco con Isidoro que no soy un experto en Zubiri…Pero tampoco lo descarto, como me pasa con el personalista Max Scheler y el fenomenólogo Dietrich von Hildebrand…Y creo que merece la filosofía zubiriana, al menos ser estudiada y leída a pesar de lo difícil que resulta adentrarse en su neo “lenguaje” que es, a su vez, explicativo de su pensamiento. Zubiri, pues, trata de desglosar la filosofía pura de manera ecléctica y en este sentido es una apertura hacia lo moderno, y un camino para entender la complejidad de la misma realidad que vivimos cada día….
Un saludo cordial Santiago Hernández
La erudición, es solo el primer paso de la sabiduría. De hecho la sabiduría no precisa en sí de erudición, aunque una sabiduría con poca erudición es solo accesible o a grandes iluminados, o a genios con un instinto de acierto en el discernimiento cuasi pleno.
Todos tenemos nuestro propio discernimiento. Pero hay discernimientos del 20 % de acierto, y los hay del 95 %. Eso es innato, al que Dios se lo da, San Pedro se lo bendice.
Un genio es el que acierta un 95 % de sus discernimientos, y un sabio tipo Sócrates, Einstein o similares, el 99 %.
Para los que no somos genios, y nuestro porcentaje es medio, tenemos que suplir la falta de puntería, con tirar muchas veces. En vez de francotiradores, tiramos con ametralladora, poniéndolo todo perdidito de casquillos, y con el gasto, (de tiempo) correspondiente.
Necesitamos mucha información, para en su proceso, sacar bastante conocimiento interdisciplinar, y con ello, jugar a la lotería de nuestro discernimiento medio, y sacar algo de sabiduría.
Pero la sabiduría no es conocimiento, sino el nuevo enfoque, la nueva perspectiva con la que contemplas el conocimiento hallado. La cantidad del mismo, a veces hace calidad, aunque muchas veces no hace más que bulto y caos mental.
(Hay gente que tiene bibliotecas de miles de libros, y si embargo en sus diarios ves, que su pensamiento, no ha dado el salto sintético, porque como decía Lichtenberg: “Hay mucha gente que lee para no tener que pensar”.
Buscad leyendo y hallaréis meditando. (San Juan De La Cruz)
Por eso, después de la erudición, (mayor o menor, pues todos tenemos la nuestra), hay que sintetizar, hay que catalizar el conocimiento, hay que lanzar hipótesis que engloben todo, y produzcan un significado y un sentido para todo lo que nos interesa: el mundo, el hombre y los dioses, (la trilogía délfica), y su aplicación en nuestra vida.
Esa síntesis-hipótesis personal, será equivocada en muchos términos, pero es nuestro pensamiento personal. Y así es como avanza la cultura.
Y eso es lo que más se echa de menos en este tiempo: el pensamiento propio. Y esa ha sido la perdición de la filosofía académica en general: se enseña qué pensaba este y el otro, pero no se incita al lector o al alumno a decir: ¿qué pienso yo?, ¿qué piensas tú?.
Las ideologías culturales, intentan rellenar ese vacío, mediante catecismos de ideas generales, sobre todo, religión, ciencia, política, psicología, etc., que intentan imponerse como “correctas”. Pero eso para mí es insuficiente. Unas ideas valdrán y otras no: una misma ley para el buey y el león, es opresión.
Respecto a mi calificativo de esotérico al nuevo pensamiento-relato-hipótesis que de significado a todo, es porque si el pensamiento antiguo, no nos ha valido y no nos proporciona el sentido y significado requeridos, hay que introducir elementos nuevos, (hasta ahora no introducidos), ya por ser desconocidos (por eso hay que estar a la última en los nuevos descubrimientos), y/o por ser misteriosos, (elementos que habíamos rechazado anteriormente por prejuicios u otra causa). De ahí lo de esotéricos.
Si en un guiso nuevo echas los mismos elementos, que el antiguo, al final te saldrá algo igual o muy similar al anterior.
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Por cierto, como añadido a mi comentario a M.Luisa, creo que no me he explicado del todo bien.
A mí me gustaría conocer lo que Zubiri nos puede aportar en la solución de nuestras dudas concretas. Y ya que Zubiri, no puede explicárnoslo, (y si viviera tampoco nos leería), desearía que su buena conocedora, M. Luisa, nos lo explicara. De ahí mi decepción y pequeño reproche.
Nada más. Tú, M. Luisa, como todo el mundo, puedes escribir de lo que estimes oportuno, faltaría más.
Hola!
1.- Gracias Iñaki!
2.- Gracias M. L.! A Zubiri se le reconoce su Empresa Constructora Vial. Zubiri no es esta o aquella Ciencia, sino el Método (Camino que lleva con seguridad a la Meta) de cualquiera de ellas: “distinguiendo” y “precisando” ad infinitum va desbrozando la Selva, mapeando el bruto territorio de las Cosas que nos salen al paso. Zubiri es difícil. Muy difícil. Imposible si no se entra como se ha de entrar en la Ciencia: sin ninguna pretensión de resolver problemas urgentes. El Método científico mete bisturí al Habla de la Gente para acotar sus vocablos im-precisos, metiendo las Palabras en la exprimidora para que re-sumen solo sus jugos “esenciales”. La Ciencia se construye, así, con “cotas”, con una “terminología”. ¡Claro, el que inadvertidamente se topa con ella, no entiende ni papa, pero entiende que allí hay secretos bien guardados; y -si no se es una zorra esopiana- reverencia a sus dioses poniéndose incondicionalmente en las manos del Recetario; ciertamente que habrá quienes –como la zorra- pegan la vuelta y le muestran el culo cagándose en ella (creo que a ese tal Cela lo mostraron bajándose los pantalones)
3.- También ¡Gracias Isidoro!: porque traes otro “estilo”´, antípoda del zubiriano. Se trata del “acumulativo-sapiencial”. (¿podrías clarificar por qué lo llamas “eso-, o exo-térico?). Este “estilo” es muy rico y accesible. No necesita la enorme concentración de fruncir el ceño con cara de constipado, buscando la sutil distinción. Se entiende abriendo los ojos. Cada saber experiencial lo es en un Paisaje ¿Cómo lograr uno que los incluya a todos? Por eso tu proposición de la necesidad de “síntesis” o catalización de ellas. Una forma de catalización es la llamada “erudición”. Es la más pobre, porque las múltiples y variadas “experiencias” –esenciadas en decires- catalizan en la cabeza del erudito, pero no está comprobado que lo hagan en la realidad de su vida. Por eso tu Traver citado lo va perfilando casi científicamente. Toda esta búsqueda es válida y está bien encaminada porque su “razón” son las experiencias de lo ya vivido, pero acotadísima a los “Relatos” que nos han contado y damos “por supuesto” (léase creencia). ¿Y si esos “Relatos” –incluido el de Jesús- a los que confiamos “ciegamente” el sentido de nuestras vidas, no fueran completos sino parciales? Convendría abrir ese interrogante del “tantear antes de dar el paso; y así sucesivamente”. No conviene comprar el mundo entero con la leche que llevo a la Feria en el cántaro de barro que llevo en la cabeza, descuidando los pasos que todavía voy dando por el camino.
…………..
¡Voy todavía! – Óscar.
Vamos a ver M.Luisa. No seré yo el que, no habiendo leído, ni una línea de Zubiri, diga que es bueno, malo, que me gusta o que no me gusta. No lo se, no lo conozco.
Solo veo a Zubiri, reflejado en una de sus fervientes discípulas: tú. (Ya sé que el maestro no tiene culpa de lo que hagan los discípulos. Incluso muchos maestros huyen de sus discípulos: Lacan les decía: Por favor, hagan lo que yo, no sean lacanianos).
Y da la casualidad, (será mala suerte), que de las ideas de la única zubiriana confesa que tenemos cerca, y que participa abundantemente en comentarios, yo no sé su opinión concreta y explícita en ningunos de los problemas que hemos debatido en estos dos años largos en que yo sigo el foro, ni políticos, ni científicos, ni teológicos.
No se si eres, cristiana o no, si practicante o no, si eres evolucionista, o no, y que clase de ellos eres. Solo se de M.Luisa que es catalana soberanista. (Para lo único que te has explicado algo).
Si “Zubiri configura la filosofía como una nueva ciencia”, (cosa que no dudo en absoluto), dado que tú eres su representante en este foro, ¿por qué nunca has intervenido en ninguna de los diálogos sobre temas de ciencias, que yo recuerde en estos dos años largos que llevo en el foro?.
Mójate un poco, no solo te opongas, y explícanos tu pensamiento-reflejo del de Zubiri. Siempre es bueno leer ideas de otros, para poder discernirlas.
En resumen, eres catalana, pero pareces gallega: no se sabe si subes o bajas. Por no decirnos ni siquiera nos dices nada de si te gusta Podemos, o no y por qué.
Respecto a las críticas varias a las ideas de SaVater, porque no es políticamente de nuestra cuerda, me parece un poco bajuno, por no decir sectario. Las ideas se critican y si no gustan se expone una idea contraria, suficientemente razonada. Pero descalificar ad hominen es un poco burdo. (Es un efecto secundario de mezclar en un mismo foro, pensamiento y política, que los usos y costumbres de cada cosa, son muy distintos).
Pero bueno, no vamos ahora a rasgarnos las vestiduras.
No, ni hablar! a mí tampoco me interesa el utilitarismo filosófico de Savater, nunca me ha gustado. Recuerdo que de joven no pude terminar de leer su libro dedicado a su hijo “ética para Amador” pensé que alguna idea me daría para la mía en aquella época crucial entre la dictadura y la democracia.
Ni que decir tiene que suscribo el párrafo que Oscar le dedica a Zubiri. Qué extraño, no? pero en fin lo acojo con gusto!
“El “estilo” filosófico de Zubiri muestra que no hay nada de mortuorio en la filosofía, sino una matriz siempre multípara de las Ciencias, que nacen y re-nacen empujadas por aquella sutil pregunta por el “SER”. Porque la filosofía es un “hacer CUESTIÓN-PROBLEMA de lo que las Cosas SON”.
En efecto, déjenme decis sólo dos palabras, Zubiri configura la filosofía como una nueva ciencia, es decir, plantea su búsqueda como un nuevo modo de saber las cosas. Y en cuanto saber, este modo, está inscrito en un horizonte que ya no consiste en limitación, sino que por su propia índole indeterminada la realidad lo abarca todo.
saludos a todos!
Mira que nos traes citas de personajes brillantes, (la de Kierkegaart 08.10. fantástica), y ahora, amigo Isidoro, nos sorprendes citando a Francisco Savater, el hombre de las mil chaquetas.
Si su evolución intelectual es tan calamitosa y perdedora como sus andanzas política, en Euskadi(País Vasco), su credibilidad como filósofo debe de andar por los suelos.Quizá M Luisa tenga algo que decir.
Me sumo al comentario de Oscar Varela.
Yo, cuando le aconsejé al amigo Santiago, que no cayera en la trampa de elefantes, o de sofistas, que le ponía M.Luisa, no le estaba diciendo más que la primera mitad del consejo: lo que no debía hacer.
(Dice Manuel Durán, en sus diarios, “Diario de un aprendiz de filósofo”, como a Sócrates se le entendía muy bien, y que trataba de los problemas de la gente, y que el papel de los sofistas de su época, era similar al papel residual, académico y culterano, de la filosofía actual, de los catedráticos en sus torres ebúrneas, con sus jergas y jerigonzas ininteligibles mas que para cuatro).
La segunda parte del consejo, es qué debe hacer antes o simultáneamente a hacer teología: y es hacer ciencia, y reflexionar sobre sus resultados.
La ciencia no ha sido espoleada por la espuela de la filosofía. Todo lo contrario, ha discurrido ajena totalmente a sus influjos, lo que le ha ocasionado el aislamiento de la superespecialización, (el mismo fantasma que le ha sucedido a la filosofía ultraacadémica.
Y ahora, cuando vemos que tenemos excesiva información. Unos pocos conocimientos, pero no sabemos a donde vamos, empezamos a comprender que se necesita unificar los conocimientos de un Universo Uno.
Se precisa, sí, una ultra-nueva-filosofía, que desde luego no será la de los jerguistas, sino la de la multidisciplinariedad de la Consiliencia, la Unidad del Conocimiento, que señalaba E. O. Wilson, un afamado Científico.
Consiliencia es “un avance del conocimiento mediante la conexión de sucesos y de teorías basadas en hechos de varias disciplinas para crear un terreno común de explicación”.
E. O. Wilson denuncia: “Nos estamos ahogando en información, mientras estamos hambrientos de sabiduría. El mundo a partir de ahora estará a cargo de los sintetizadores, personas capaces de reunir la información adecuada en el momento adecuado, pensar críticamente acerca de ella, y tomar decisiones importantes con prudencia”.
Sobre el hombre “nuevo”, interdisciplinar y sabio, el hombre “cósmico”, cabe decir lo que Keynes escribió sobre el buen economista: “debe poseer una rara combinación de condiciones. Tiene que llegar a mucho en diversas direcciones y debe combinar facultades naturales que no siempre se encuentran reunidas en un mismo individuo. Debe ser matemático, historiador, conocedor de la política y la filosofía. Debe dominar el lenguaje científico y expresarse y hacerse entender en lo vulgar, contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y concreto con la misma altura. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vistas al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre ni de sus instituciones debe ser olvidada por él. Ha de ser simultáneamente desinteresado y utilitario; tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista y, sin embargo, tan cerca de la tierra como un político”.
Y esta Consiliencia debe solventar su “nexo de unión con las humanidades, particularmente con la filosofía.
Con esta última no habrá problemas de consiliencia debido a la misma naturaleza de la filosofía y su naturaleza promiscua y a la vez humilde donde coincide con los postulados de Wilson de centrarse más en realizar la pregunta correcta que en encontrar la verdad”. (A. Pacheco)
No se precisan solo especialistas, que de esos, hay demasiados. Lo que falta, es gente de integración, de síntesis, y creativos: un “catalizador”.
La hipótesis del catalizador. (Francisco Traver)
Quizá necesitemos ahora -más que a muchos nuevos pensadores- a los que podríamos llamar “catalizadores” o “ejecutantes” (que diría Houellebecq) o “integradores noéticos” usando terminología de J. Huxley.
Estas personas “catalizadoras” que si bien no son grandes aportadores para el nuevo hombre, no obstante, serán fundamentales como enlaces de una nueva red de pensamiento (vivencia cósmica) que haga posible una mutación metafísica, como ocurrió con el cristianismo, con la época industrial, o como debe ocurrir con la nueva humanidad.
Si no aparecen estos nuevos humanos, catalizadores cósmicos, seguiremos desparramados como nudos de una red, sin apenas conexiones. Solo creando esta intra-red, la mutación metafísica, la trasformación que nos haga trascender podrá llegar a ese número crítico -en el que las diversas confluencias, bien de nuevos valores asimilados, bien de opuestos…- hará posible la emergencia de la nueva evolución generalizada. (Juan Rojo, el Hombre cósmico).
¿Cuáles son las características de estos humanos que han logrado ya esa mutación metafísica que llamamos integración? ¿Los podemos identificar?
No es un científico, ni un artista, ni un homo técnicus (hemisferio izquierdo) ni un homo dionisiacus (hemisferio derecho), no es nada de eso.
Un catalizador no es un erudito, ni un superdotado, ni siquiera un universitario de nuestros días armado de másteres o de conocimientos especiales, ni un superhombre, ni un ser carismático, ni un gurú, ni un místico, ni un profeta new age. Es inútil buscarle entre aquellas personas de éxito, de dinero o de poder.
Es también inútil buscarle entre los hombres famosos, los que destacan, el catalizador es un líder pero puede carecer de seguidores pues no está interesado en el proselitismo, es un líder descentralizado y sostenible.
No defiende ninguna causa pues su causa está más allá de las confrontaciones mundanas que animan a los seres comunes que se identifican con causas concretas y con líderazgos de confrontación a los que seguir.
Mitad logos y mitad dionisos el catalizador se distingue no por sus saberes, sus conocimientos o su influjo magnético en ciertas personas sino porque carece de objetivos y por tanto no usa recursos ajenos, ni los malgasta, ni propicia desencuentros entre ellos.
El catalizador es un iniciado que ha logrado conjugar sus asimétricos hemisferios y fundir la acción de su hemisferio izquierdo con la del hemisferio derecho. Ha superado la asimetría y con ella la dualidad, ha dado un salto por encima de las vallas que separan a la mayor parte de los hombres con su mundo interior y que es causa de un cierto nivel de hemisfericidio (o déficit de integración) sea del derecho o del izquierdo.
Le distinguiréis por su manera de pensar, por el uso que dan a sus pensamientos, por cómo piensan las cosas, por su manera de fundir lo que sabe en algo de un nivel de definición que abarca todas las partes. Por su originalidad a la hora de plantear y resolver problemas.
Lo distinguiréis por su mente sabia, la que va más allá del conocimiento y aplica la resta y el descarte de lo obsoleto. Le distinguiréis por su capacidad de integrar lo nuevo y lo viejo sin esconderlo, separarlo u ocultarlo. Le distinguiréis por su falta de memoria sobre lo banal.
No es tampoco un hombre santo, ni un modelo de conducta para los jóvenes, es inútil buscar en él las perfecciones de la virtud que exigiríamos a un líder espiritual. No es nada de eso.
El catalizador es un hombre común que ha logrado pensar de forma transversal aprovechando las prestaciones del raciocinio con las prestaciones de la intuición dando por resultado una visión nueva de las cosas.
Una visión nueva que no trata de amordazar ninguna de las formas que le precedieron, el catalizador no está en la estéril dialéctica cognitiva sino en la expansión de la conciencia. No está en la verdad sino en la práctica del día a día. No está en las ideas sino en el flujo de las mismas.
No está en la razón sino en el uso moderado del juicio, ese que deja espacio para lo irrazonable, lo paradójico o lo inusual: el pensamiento de tipo moiré -equivalente del oximoron retórico- al decir de Gregory Bateson un gran catalizador.
– ¿Debemos pagar tributos al Cesar, Maestro?
– ¿A quien pertenece esta efigie?
– Al Cesar, maestro.
– Entonces dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Hola!
El “¡filósofo!” Sabater.
Ahora resulta que Isidoro y M. Luisa aceptan que el “¡filósofo!” Sabater decreta:
–“La filosofía ha muerto: ¡quién iba a decirlo!”-
¿Se sui-cidó don Sabater y los Cumpas I. y M.L van al entierro?
……………….
El “estilo” filosófico de Zubiri muestra que no hay nada de mortuorio en la filosofía, sino una matriz siempre multípara de las Ciencias, que nacen y re-nacen empujadas por aquella sutil pregunta por el “SER”. Porque la filosofía es un “hacer CUESTIÓN-PROBLEMA de lo que las Cosas SON”.
Tal vez se haya empezado a dudar de que las Cosas SEAN; más bien se percibe que las Cosas andan esquivo-escondiendo su SER: que ellas solo están SIENDO.
Azuzadas por la espuela filosófica, las Ciencias persiguen los escurridizos SERES de las Cosas, especializándose más y más.
Pero en tanta gloria ganada hay algo dramático:
Hormo-narcotizados por la gloriosa “razón científica”, puede que no sepamos qué hacer con tanto Conocimiento sin fronteras que nos ubique “dónde estamos parados”. Des-orientados entonces. Perdidos infelices entre las Cosas.
Pero esto estaría exigiendo una “ultra-filosofía”, que no es la “filosofía” que hay en uso.
Tal vez don Sabater resucite, pero ya no sería aquél “tachado” ¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.
Tú crees Isidoro que a Santiago le interesa lo que diga el filósofo Fernando Savater?
En fin… no entraba para esto. Entraba para agradecerles, como siempre, a Asun y a Iñaki sus comentarios. También, por supuesto, a Santiago, aunque fijándome más en su paciencia como interlocutor discrepante.
Amigo Santiago, M.Luisa te aconseja hacer filosofía antes que teología. ¡Cuidado: precaución, prudencia!. Acuérdate de lo que dijo el filósofo Fernando Savater en “La filosofía tachada”:
“La filosofía ha muerto: ¡quién iba a decirlo!. Mucha gente ni sabía que estaba enferma. Unos pocos no ignoraban sus achaques, pero creían que el fatal desenlace tardaría en producirse, y le auguraban una larga agonía, casi indiscernible de la vida eterna… Los más piadosos se dirán: la pobre era muy vieja, y tal vez haya sido mejor así.
La mató su cariño no correspondido por la ciencia, el salvaje conflicto generacional, que la enfrentó con las últimas de sus hijas, la sociología y la psicología, que abandonaron finalmente, como el resto de sus hermanas, la casa del padre; murió de una indigestión de nubes, de pedantería aguda, de una perpetua embriaguez de neologismos.
No pudo sobrevivir, anciana como era, a los horrores de las dos guerras mundiales, y al sutil espanto de la corrupción de las conciencias, por la propaganda totalitaria”.
Pues entonces Santiago, si vivimos como dices en un mundo imperfecto donde no existe verdadera justicia, donde los inocentes sufren, etc., cambiemos este mundo.
La posibilidad de hacerlo ya la expuse el otro día cuando me referí a aquellos dos modos de percibir la realidad. Cambiemos este mundo de corta distancia construido desde un Cosmos donde la sensibilidad de las cosas en él contenidas, nos sitúa ciertamente en un terreno al que le podemos llamar mundo. Pero este mundo no deja de ser sólo nuestro mundo. Y entonces, cabe hacerse la pregunta ¿visto así tal cual constituye esto realmente un Mundo? A mi modo de ver no.
Es a lo que en otro lugar me he referido a la insuficiencia que presentan las cosas al tener sólo de ellas una mera visión objetiva. Desde este punto de vista lo humano pisa, desde luego, terreno existencial pero cercado por el cosmos que las circunda, ve las cosas cerradas en su “coseidad”. Sin embargo, la realidad humana en tanto realidad es lo que nos hace abrir, en el trato mismo de las cosas a la realidad de ellas.
Esto es lo propio y así se ha de entender conceptualmente el término zubiriano de “respectividad” al cual me referí días atrás. Porque no es lo mismo estar en relación con las cosas que estar respectivamente a ellas. Si de ayuda, en este punto puede servir, diría que una aproximación a este concepto de respectividad, podría ser lo que otros autores se refieren cuando hablan sobre “lo que nos hermana”.
Dicho esto, vuelvo ahora a la distinción entre los términos relación y respectividad. Se pueden situar ambos conceptos en aquellos dos planos donde uno, decía el otro día, queda limitado, el de la relación (entre sustancias) y el otro, el de la respectividad (entre sustantividades) queda abierto al campo mismo de la realidad. Si hablamos de una metafísica intramundana la mera relación entre las cosas no las haría trascender, es más desde este punto de vista al cual sitúo el planteamiento de Santiago es cuando se echa mano de “lo trascendente” es decir de la necesidad de recurrir a la trascendencia entendiendo ésta como algo que nos llega del más allá, con lo cual entonces ya se estaría hablando más que de metafísica contemporánea, de la ultrafísica tradicional. Atrévete, Santiago, a hacer filosofía antes que teología.
YO también quiero agradeceros vuestras acertadas intervenciones y vuestras citas…Pero no se trata, ni mucho menos, de “eludir responsabilidades”, y confiarnos al Espíritu Santo “sin disparar un tiro” como dicen por mi tierra…Pero si poseyéramos todas las respuestas humanas a todos los problemas existenciales que encierra el Cosmos donde vivimos, entonces podríamos resolver todos los conflictos y las dificultades de todo tipo que la vida nos presenta cada día…Pero la realidad es otra, vivimos en un mundo imperfecto donde no existe verdadera justicia, donde los inocentes sufren, donde las catástrofes nos asedian sin ninguna aparente lógica, donde no existe un pago proporcional a lo que nosotros creemos merecer…Esto no puede impedirnos hacer lo máximo para resolver los conflictos y lograr mejorar el mundo en que vivimos, aun sabiendo que siempre nos “vamos a quedar cortos”…
Fe y seguimiento SI son complementarios…LA FE no debe ser informe y muerta….Debe ser viva`y en el desarrollo de un proyecto PERO…la misión dada por Jesús a sus discípulos mas directos fué la de predicar lo que el les había enseñado en orden a la salvación, que es lo trascendente y el destino final adonde debemos llegar en el uso correcto de nuestra libertad, que nos fue dada como don especial…La Iglesia, el Pueblo de Dios, clérigos y laicos, testigos presenciales del KERYGMA primitivo preservó y transmitió esta enseñanza…como fue recibida por Ella..Pero NO todos los miembros de la Iglesia iban a seguir correctamente el mensaje…Ya en el Colegio Apostólico existió un traidor a la causa de Cristo y sus discípulos no se distinguieron, al principio, por su santidad…Ya Jesús conocía nuestra flaqueza humana y llegó a preguntarles, ante el aflujo y reflujo en torno a su identidad y doctrina, “¿también vosotros querer marcharos?”…….TODOS somos llamados a seguir a Jesús…sin embargo no todos llegan…no todos llegaremos a ese ideal…usando nuestra propia decisión, en nuestra propia libertad….
Por eso no se trata de retroceder al Evangelio…como un anacronismo..sino buscar la fuentes y la base de la fe y ese proyecto en desarrollo…No se puede edificar, como dice el Evangelio, en terreno movedizo…Tenemos que establecernos en una base firme que posea credibilidad suficiente para poder confiar…Siempre tenemos que ir a las bases y al origen si queremos aprender la verdad…porque ciencia no es filosofía….Freud no es Hipócrates….cristianismo no es marxismo…ni existencialismo…ni relativismo…Sino que constituye una PERSONA con un claro mensaje…Esa es la verdad que tenemos que encontrar, primero en las fuentes, para que podemos integrarlo a nuestra vivencias existenciales…
Un saludo cordial Santiago Hernández
Una vez más estoy con MLuisa porque, si no he entendido mal, la valoración de si somos justos con nuestros hermanos dependerá, precisamente, de que nuestra respuesta a sus desventuras sea verdaderamente humana. Vamos que, demasiadas veces, está en nuestras manos hacer mucho más de lo que hacemos.
Aferrarnos a que no existen respuestas humanas, para todos los complejos problemas existenciales, en línea con Santiago, puede sonar a eludir responsabilidades. Algo así como lavarse las manos y escabullir el bulto.
También estoy con las puntualizaciones de MLuisa (12.10), Totalmente de acuerdo cuando dice que…la Iglesia se apropió del mensaje de Jesús de Nazaret y lo desencarnó. Ahora se trata de de-construir lo ideológicamente construido, desviándose de la esencia del mencionado mensaje.
Fantástico, clarificador y conciliador, asimismo, el comentario de Asun. Retengo muy especialmente el tercer párrafo completo. Nos sitúa ante un Jesús de Nazaret que se mueve en la no-dualidad.
Son de agradecer las lecciones de estas atrieras. Hay que ver lo que saben y que bien lo explican.
Aun habiendo un expreso deseo de volver a los orígenes del mensaje de Jesús de Nazaret , el problema de la dualidad, en lo que implica esta visión, permanece vigente, si lo que es a considerar es fe y/o seguimiento a su persona y proyecto, derivando, bien en puesta en actualidad de la religión sin cambios en su estructura y objetivos institucionales alejados de la comprensión y práctica de la vida de Jesús, bien en rechazarla de plano al situar el acento en estos errores, que tanto daño han hecho y hacen, ya que el movimiento pendular alimenta la dispersión, la confrontación constante y el autoengaño inoculado de pobreza y reduccionismo dependiente, fuentes de radicalidad y mayor separación.
Sin embargo, podría considerarse transcenderla tal como nos ha llegado sin rechazarla en lo que comporta en esencia, y según las interpretaciones que hagamos, y sobre todo experiencias que consecuentemente vivamos, llegar a ver en Jesús aquello que le movía a hacer ver por sus propios medios y desde una consciencia transpersonal a su entorno de personas, para sumergirles sumergiéndose en lo esencial de la vida y liberarles liberándose de todo lo que les impide vivirla en humanidad e interrelación con todo y todos y, sin dudarlo, en y a través de y desde lo que somos, siendo.
Es decir, el hacer nuestro y de modo consciente lo que siempre ha estado ahí en todo, en cada uno/a, por tanto, en todos. Jesús se mueve en la no-dualidad, a nivel profundo y relativo, pues no busca honores, ni fomenta la polémica que ridiculiza ni los enfrentamientos, sino sencillamente la comprensión de la cosmovisión integradora de realidades en interconexión abierta de todos los seres humanos, capaz de asombrarse, compadecerse y abrirse ante lo todavía desconocido.
Gracias a por vuestros comentarios.
Hoy, con un poco más de tiempo me entretendré en el comentario de Santiago del pasado día 8.
Parece como si en el párrafo siguiente que he seleccionado de él, lo hubiera traído aquí como un recordatorio pendiente de réplica pero concerniente al artículo que en otro hilo trata sobre el diaconado femenino. Dice así:
“Por eso, en el caso de los Evangelios y del Nuevo Testamento, no hay duda que podemos nosotros querer darle todas las interpretaciones que nos venga a bien en el siglo XXI…y podemos construir “otro” Evangelio y otra Escritura…Sin embargo, la FE en Jesús es una…el fue una sola PERSONA…y fueron sus discípulos directos los que recogieron fielmente la verdadera esencia de la identidad de esa única persona…No importa que fueran 12 discípulos al principio (…)” etc., etc.,”
Frente a esto, lo primero que tengo que decir es algo que ya en diversas ocasiones he manifestado como algo cuestionable y no es otra cosa que la pregunta por la fe. Porque la fe se tiene en Jesús o en lo que él nos anuncia?
Si la fe, pero la fe de la iglesia, como dice Santiago, se ha tenido, se ha puesto en Jesús, porque entonces retroceder ahora de nuevo a Él en el siglo XXI según insiste el papa?
Pues porque, a mi modo de ver, la fe es algo puesto a un proyecto. Lo aunciado, lo manifestado por Jesús es un proyecto a realizar, por tanto es ahí donde se tiene que depositar la fe, la fe que según el seguimiento realiza el proyecto. No es lo mismo fe y seguimiento pero ambas cosas se complementan.
Entonces, nos debemos preguntar, qué ha hecho la iglesia, para tener que retroceder al evangelio, aun con su afirmación en que su fe ha estado puesta en Jesús? Pues que dejó de seguir a Jesús pero no dejó por ello de apropiarse ideológicamente de su mensaje con lo cual al convertirlo en algo meramente predicable lo deslindó de su esencia aprehensiva, somáticamente humana. Lo desencarnó, en expresión común.
El esqueleto ideológico se ha ido esclerotizando. Entonces, si esto es así volviendo ahora a la frase de Santiago donde en ella se le achaca al siglo XXI la pretensión de querer “construir” otro evangelio, no se tratará más bien de una de-construcción con respecto a lo anterior ideológicamente construido?
Otro punto discutible de la misma frase es el siguiente:
“…y fueron sus discípulos directos los que recogieron fielmente la verdadera esencia de la identidad de esa única persona…”
¿De verdad sus discípulos directos recogieron fielmente su esencia? O esta esencia mejor se va desplegando en el tiempo? Me inclino por lo segundo con lo cual ahí se extraen dos consecuencias. Una, la de concentrar la atención en el proyecto como antes he señalado. Y dos, si esto es así no tiene sentido circunscribir la esencia en el discipulado sino que como proyecto es la esencia lo que hace de él algo abierto y por tanto realizable por toda la humanidad.
De momento lo dejo aquí…
Ante el comentario de Santiago quisiera decir dos cosas.
Primero: yo no me referí a la tragedia de Haití porque su tratamiento y engarce viene facilitado por cual sea nuestra opción de aquellos dos aspectos que le dediqué al primer asunto, según los cuales el campo perceptivo humano puede quedar o limitado o abierto. Porque, aun estando de acuerdo con la explicación que nos hace Santiago no deja de ser ésta, para mí, la consecuencia de haberla favorecido bajo el prisma del limitado campo de nuestra percepción.
Segundo: pienso que si es así como él lo ve debería replantearse lo que dice al comienzo de su comentario, sí, en efecto, eso de que no existen respuestas humanas para todos los complejos problemas existenciales. Porque que yo sepa, el hecho de ser justos con nuestros hermanos para evitar todo tipo de empeoramiento frente a tragedias naturales está en nuestras manos, dependerá precisamente de que nuestra respuesta a tales desventuras sean verdaderamente humanas.
ES EXACTO Iñaki de SS. de no existen respuestas humanas para todos los complejos problemas existenciales…Podemos formular las preguntas y sin embargo las respuestas se encuentran mas allá de nuestra capacidad de comprensión…No hay duda que tragedias como la de Haití nos sacude a todos en lo mas profundo..máxime cuando los seres humanos empeoramos muchas veces la miseria de nuestros hermanos o en muchos casos actuamos claramente contra la justicia..En el caso de los haitianos recuerdo que después del devastador terremoto del 2010 se recogieron donativos por valor de millones de euros en todo el mundo y que hasta la fecha NUNCA han llegado a esa empobrecida región del Caribe, y por tanto, la infrastructura ya tan gastada y casi inexistente nunca se llego a construir…Todo quedó peor que antes..Los beneficiados fueron los voluntarios humanos que recibieron lecciones de vida de los nativos de allí. Cuando oímos a los haitianos expresarse y enfocar los problemas que los atormentan no tenemos dificultad alguna en empatizar con ellos…porque tenemos su misma naturaleza….que es capaz de sufrir, amar y sobrevivir en medio de los peores desastres…Sus virtudes y su coherencia son un ejemplo constante que nos hablan muchas veces de las trivialidades de nuestras quejas, y de la frivolidad como tratamos muchos de los problemas que nos acontecen, sin pensar que todo lo que poseemos es pura gracia y un regalo constante de la existencia…y que también puede desaparecer en un súbito instante…
Por lo demás, esa religación que es la conexión con nuestra realidad, nos hace ver que lo verdaderamente trascendente nos supera y que se encuentra en otro nivel…pues nosotros vemos esta realidad como en un espejo…en el que no se puede penetrar…Sólo vemos ahora una realidad escindida y estructurada en cadenas donde faltan eslabones importante…Nuestra visión, pues, es solamente parcial..vemos oscuramente y con dificultad…..y al mismo tiempo sentimos que nos dirigimos a algo infinitamente superior que llegará a calmar completamente nuestra sed intelectual y espiritual…No lo logramos durante la vida en la tierra…pues todo aquí es imperfecto…Solo experimentamos momentos felices…
Por otro lado, la filosofía de Cristo habla de nuestra realidad más próxima…El más próximo es nuestro prójimo que puede ser del mismo estilo del samaritano extranjero de la parábola evangélica, a quien no conocemos bien…..La mayoría de nosotros solo puede ayudar, en el orden del amor, al que se encuentra mas cerca de nosotros…Sabemos que la inmanencia divina no solo se refiere a la grandiosidad del Cosmos sino a la mas mínima obra que nos salga del corazón…no solo se refiere a lo general…sino a lo particular…no solo a las grandes empresas…sino al empeño en hacer de lo mas pequeño lo mas perfecto y lo mas útil posible…Es por eso que los valores evangélicos se dirigen a lo individual y a lo particular antes de lo que es colectivo y general…Fueron los entes individuales los que proporcionaron la dinámica de las colectividades vitales….Fueron primeros las personas que dieron origen a las familias y las familias a los pequeños pueblos, y estos a los estados…y los estados a las naciones….Siempre existe un orden en la Creación…Es en ese orden como debe desarrollarse nuestra vida….
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Hola M Luisa y gracias por tus siempre atinados comentarios.
Vamos a ver. Creo haber entendido lo del campo receptivo humano. Una cosa es mirar a la pobreza, en general, como un simple dato estadístico objetivable. Otra muy distinta darse de narices con ella y quedar marcado por el impacto,…. más la sensación de impotencia para hacerle frente.
Total que, no sé exactamente cómo, ni por qué, mi yo se instala en el campo ilimitadamente abierto de la realidad de los hechos. Una realidad trascendental, (metafísica intrahumana¿?), por razones púramente físicas y no conceptivas.
El problema es que, llegado a este punto, las preguntas me siguen persiguiendo. Lamentablemente, las fórmulas con las que trato de darles respuesta o esquivarlas, no acaban de funcionar.
Muy oportuno, Iñaki, contrastar esta experiencia tuya que vives y que nos cuentas con el trasfondo metafísico que has seleccionado de mi comentario.
El campo perceptivo humano no consiste tan sólo en una configuración de las cosas objetivándolas en un ámbito en el que así poder tenerlas dominadas, controladas. La pobreza por ejemplo.
Entonces, así objetivada la pobreza, sales tú a la calle y al toparte con ella de frente te “impresiona”. Esta impresión tuya te deja instalado no en el ámbito perceptivo de las cosas meramente percibidas, sino que tal impresión te saca de él y te instala en el campo mismo de la realidad.
Por eso la impresión humana no es efímera porque en ella va contenida la trascendencia. El campo perceptivo es limitado pero vertido al momento de realidad de las cosas se hace ilimitadamente abierto, de ahí que el momento de realidad de cada cosa abarca la realidad de todas las demás. Así es como la realidad es trascendental. No es nada fuera de las cosas reales y, sin embargo, trasciende a ellas remitentemente. Lo metafísico es así trascendental, y lo es no por razones conceptivas sino por razones físicas. La realidad no es la máxima abstracción sino, al revés, es la máxima concreción.
“La razón filosófica es el ama seca de la vida; vigila nuestros pasos, pero no nos amamanta”. (Kierkegaard)
Aunque la temática no es para profanos, como la ignorancia es siempre atrevida me lanzo a la piscina.
Me apropio de una frase de M-Luisa: La metafísica intrahumana no parte de las alturas sino del mismo terreno sobre el cual se pisa.
Veamos algo de lo que piso sobre el terreno. Cada vez que paseo por las calles de Bilbao, me tropiezo con una media docena de personas, de distintos colores, edades y sexo, pidiendo una limosna. Por si esto fuera poco, estos días llegas a casa y la TV te planta en la sala el nuevo batacazo al pueblo de Haiti. Esta buena gente, auténticos abandonados de la aldea global ,no se había recuperado del terremoto y ahora se les viene encima un huracán.
No sabría decir si estas personas son más, menos o igual insignificantes que yo y más, menos o igual importantes que yo. Solo sé que mi impotencia ante tanta miseria, en medio de tanta abundancia, me hace daño. Trato de refugiarme tras una pequeña limosna aquí o allá y la correspondiente sonrira de quien recibe la ayudita, pero me quedo con demasiadas incógnitas y poco consuelo. ¿Cómo puede resistir una persona tanta miseria?. ¿Recibe alguna compensación que quienes estamos mejor no podemos captar?. ¿Cómo averiguar si el tuve hambre y me diste de comer cristiano aporta algo novedoso?. ¿Profundizar en una no-dualidad panteistica, (algo así como todos somos olas de un mismo mar, o chispas de un mismo fuego), abre algún camino a la esperanza?.
¿Y si ponemos en liza a la felicidad que es lo que pasa?. El verdadero sabio reconoce eso de…solo sé que no sé nada. Al rico en dinero y poder le pasa que…cuanto más tiene, más quiere. Siempre le falta algo sigue estando insatisfecho. ¿Que es lo que proporciona la tan ansiada y siempre esquiva felicidad? ¿Somos todos caminantes insignificantes e importantes, en un valle en el que se reparten lágrimas para todos?.
Tras leer a Santiago me veo impulsada a decirle a Isidoro aquello que ayer de él obvié por creerlo innecesario, y es que al poco tiempo de su presencia aquí en ATRIO me convencí enseguida de su natural bondad y de la búsqueda de ir, en unión con ella, hacia la verdad.
Te he ido conociendo, Isidoro, más que por el tono de tu lenguaje por cómo de coincidente en tantas ocasiones resulta ser nuestro pensamiento con respecto a tu selección de citas, como ayer ya te adelantaba. Y esto, para mí, independientemente de si en la frase se entra o no en el conocimiento interno de su estructura, es un gran paso en el entendimiento de las relaciones personales.
El problema nuestro es posterior, nos identificamos en lo que nos dice la frase citada de un tal autor pero a la hora de enfrentarnos a la realidad de lo expresado en ella emprendemos caminos diferentes.
Cuando tenga ánimos y un poco de tiempo me detendré en el comentario de Santiago.
SIEMPRE admiro a todos los participantes aquí, particularmente a los que enfatizan la ciencia y la filosofía..Lejos estoy de querer desbaratar e interferir en los diálogos respectivos…Sin embargo, creo entender un poco el lenguaje y pensamiento “isidoriano”…No hace falta mucha psicología o sentido común para comprenderlo, máxime cuando se ha escrito en ese tono de lenguaje por un período dilatado de tiempo..
Aparte de mi admiración por ti, Isidoro, me parece una verdadera majadería de Cela el usar palabras vulgares para juzgar una filosofía, como la zubiriana, que ha tenido verdadera relevancia en los últimos tiempos y que ha encajado bastante bien en lo moderno al tratar de desglosar mucho mejor y con mas detalle la realidad. El que una persona, aunque tenga todas las cualidades del mundo, vitupere la obra de un colega de las “letras” porque le es difícil entender su “lenguaje” particular y no pueda “entenderla” me parece incoherente y arrogante. Pienso que el ser filósofo o escritor “premiado” no nos da derecho al insulto y a cualquier cosa que se convierta en derogación de la dignidad del ser humano.
Por otro lado, siempre se ha de buscar el verdadero sentido que le dió el autor a su obra, ya sea en relación a la filosofía y letras, o a la ciencia empírica o experimental…Si no buscamos y encontramos su verdadero sentido o su máxima aproximación, entonces estamos en “otra onda” y nos vamos apartando cada vez mas de la intención original por la que formulamos la base de un conocimiento…Que es lo que en mayor o menor escala estamos viendo en el mundo de hoy….
Por eso, en el caso de los Evangelios y del Nuevo Testamento, no hay duda que podemos nosotros querer darle todas las interpretaciones que nos venga a bien en el siglo XXI…y podemos construir “otro” Evangelio y otra Escritura…Sin embargo, la FE en Jesús es una…el fue una sola PERSONA…y fueron sus discípulos directos los que recogieron fielmente la verdadera esencia de la identidad de esa única persona…No importa que fueran 12 discípulos al principio…Ni que después Marcos fuera discípulo directo de Pedro y Pablo…Ni que Lucas helénico hubiera resuelto el “tambìén, después de haber investigado escrupulosamente desde su origen,….las cosas verificadas entre nosotros según nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y después ministros de la palabra” y ponerlas entonces por escrito con el objeto de reconocer “la solidez” de las enseñanzas que nosotros recibimos (Lucas 1, 1-4)..Ni que el Evangelio griego de Mateo tenga una base histórica en los logia del Apóstol Mateo arameo… Ni que Juan Apóstol proteste en su Evangelio cuando “uno de los soldados con una lanza le traspasó” a Cristo “el costado..Y el que lo había visto lo ha testificado, y su testimonio es verídico y el sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis” (Juan 19, 34-35)..Y es este mismo Juan el Apóstol, el Anciano, el único Apóstol superviviente, el “discípulo amado” que murió en Éfeso a fines del siglo I que también dijo, escribiendo a los fieles del Asia Menor “Lo que era desde el principio; lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida,-y la vida se manifestó, y la hemos visto, y DAMOS TESTIMONIO, y os anunciamos la vida eterna….y lo que hemos visto y oído os lo ANUNCIAMOS también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros…Y estas cosas escribimos nosotros para que nuestro gozo sea cumplido” (1 Juan 1-3) (Las mayúsculas, las negritas, los puntos suspensivos y los paréntesis son míos) El gran exégeta moderno Rudolf Schnackenburg (1914-2002) ha estudiado con asombrosa profundidad el sentido de Juan Apóstol y su escuela teológica de Éfeso reflejado en su Evangelio y en sus Cartas Apostólicas en la historia del NT.
No importa, pues, cualquier otra interpretación que se encuentra fuera del contexto de la Escritura…puesto que la esencia de la verdad está en el testimonio de los testigos mas próximos a Jesús, como la esencia de las matemáticas de Einstein y a las investigaciones de Freud, como los escritos filosóficos de Platón y de Aristóteles, residieron en sus discípulos más próximos que transmitieron el verdadero sentido del autor o al menos la aproximación mas cercana a la base de la esencia…Después se pudo desarrollar la Iglesia, se pudieron expander los conocimientos matemáticos, se pudo ampliar a Freud, se pudo poner al día a Platón y Aristóteles sin perder su originalidad sustancial..Sería un caos intelectual apartarse cada vez mas del verdadero sentido de la base de la ciencia o la filosofía…El conocimiento tiene sus leyes que no debemos violar so pena de caer en el vacío…
La base de la FE católico-cristiana, pues es una UNIDAD entre el testimonio oral reflejado en la Escritura, la formulación una síntesis primaria en la regula fidei, que es el CREDO y en la transmisión por sucesión apostólica de la VERDAD de Jesús….ES tan simple como eso…No es algo que pertenezca al siglo XXI sino que la FE de la Iglesia, que se basa en la PERSONA de Jesús de Nazaret, empezó en el siglo I…y esto ha persistido a través de todos los siglos, hasta hoy…
Un saludo cordial a todos de Santiago Hernández
Mira Isidoro, el tema traído aquí, el de la no-dualidad, guste o no guste, es un tema estrictamente metafísico. Entendiendo por metafísico no lo que está más allá de la física sino lo físico en su función de “trans”, es decir, lo físico en su trascender mismo.
En esto consiste la metafísica intramundana que no parte de las alturas sino del mismísimo terreno sobre el cual se pisa. Y tanto el escrito de M.Corbí, como el del presente artículo no se entenderían sino fueran contemplados desde este punto de vista. Y en este sentido uno se ha de esforzar para comprenderlo porque no se puede pretender que las condiciones de inteligibilidad exigidas en esta materia sean las mismas que expresamos en nuestras relaciones cotidianas.
No te quepa duda que bajo el estilo poético usado por Corbí hay un edificio filosófico científico que lo sostiene. La jerga y el argot, amigo mío, no sirven para construir conceptos que alberguen a la vez ciencia y filosofía. Esta ha sido la gran novedad que empezó a vislumbrarse a principios del siglo XX llevada a cabo por grandes filósofos porque, anteriormente, o bien, se hacía ciencia, o bien filosofía.
Lo primero que quiero decirte amiga M.Luisa, es que es un gusto poder contestarte, por haber podido entenderte. Cuando no te refugias es el argot y la jerga “zubiriana”, es un placer poder comunicarnos.
Lo que dices de las citas, lo comprendo perfectamente. Las citas son “memes”, ideas unitarias, que sirven de ladrillo para construir un edificio. Y soy consciente de que todas las ideas individuales, son equívocas y que tienen varios sentidos y significados en función del lugar que ocupan en el edificio. Un mismo trozo de hierro puede estar dentro del bisturí salvador o en la navaja asesina.
Y sé que casi siempre el rechazo que muchas veces sentimos, proviene de la no comprensión del modelo global, desde el que parte todo el razonamiento.
Yo a veces me pregunto: Con lo mucho que yo escribo, lo que me alargo, y lo clarito que lo intento poner, ¿cómo es que todavía no se sabe lo que pienso?.
Lo que pasa es que a veces pienso: ¿No será que de forma similar a que no entiendo el “zubiriano” de M.Luisa, ni el estilo “jesuítico” de Oscar, los demás no entienden el “isidoriano”.
Algunos psiquiatras, lacanianos creo, hablan de que “habitamos un lenguaje”, vivimos en nuestro mundo personal. Nos hacemos la ilusión de que el lenguaje es una convención común entre los que saben ese lenguaje, pero la realidad es que cada palabra en cada uno de nosotros tiene una resonancia y un significado solo “parecido”, al que tiene para los demás.
Pero… una frase tiene muchas palabras, y un comentario tiene muchas frases. Con solo que cada palabra, el otro lo interprete con un significado 0,98, que el del autor, el significado de un escrito de mil palabras es 0,98 elevado a 1000, que es una cantidad ínfima.
Esa es la verdadera maldición babélica, y no la de los idiomas, que la moderna tecnología resolverá muy pronto.
Nos mata la polisemia de significados de las palabras que utilizamos. Cuando yo hablo de “Inteligencia”, es lo mismo que ahora está de moda hablar de “Conciencia”.
Pero Conciencia, para muchos de nosotros los viejos, tiene resonancias a esquema moral personal, así que en cada palabra que leemos o escuchamos, hay que hacer una retraducción interior para no perderse. Y a la quinta que haces, ya estás cansado o perdido.
Es como un campo de minas, que cuando has dado un paso, luego tienes que dar el siguiente, y al final, tan preocupados por no estallar, ya no sabemos ni dónde vamos.
Por eso cuando leo al amigo Santiago, que los oyentes en directo de Jesús, entendían el 100 % de lo que decía, y que los oyentes de los oyentes, igual, y que los oyentes de los oyentes de los oyentes, igual, no puedo dejar de sonreírme. ¡Qué más quisiéramos!.
Todo en la vida es tan complejo, y todo tan fluído y se nos escapa de las manos, que necesitamos un modelo reducido, (reduccionismo), para entendernos un poquito y no volvernos locos del todo.
Por esa gran dificultad de comunicarnos, creo que el undécimo mandamiento de las Tablas de Moisés, (que no pudo escribir, porque se le acabó la piedra), es “HABLAR CLARO”.
Y por eso irritan los estilos crípticos, y los estilos “misteriosos”, que pretenden dar un aspecto de “interesante”: ¿qué habrá querido decir el autor?.
Y por eso la reacción de Cela, que comentaba ayer, es lógica, cuando debido a la inteligencia que se le supone al autor, se piensa que el estilo obscuro es deliberado, o al menos que el autor no se ha esforzado lo suficiente con el sufrido lector.
Una cosa es escribir en tu casa y guardarlo en un cajón, que es un acto íntimo y personal, y otra cosa es el que publica lo que escribe, aunque solo sea una simple carta de correspondencia, dirigida a la lectura de otra persona.
Todo este largo preámbulo sirve para comentar lo de la inteligencia espiritual, y la relación de espiritualidad y religión.
¿Porque qué entendemos por “espiritualidad”. Aquí hemos hablado comentarios y comentarios sobre lo que es la “espiritualidad”, y cada uno tiene su idea diferente.
Yo lo que achacaba al escrito de Corbí, es que desde la mera espiritualidad personal, (que para mí, es un proceso de maduración o auto-realización personal), se sacase de la manga el conejo de prestidigitador, de que “la vida es bella”, o sea que el hombre es “de importancia suma”.
Cuando oigo estas cosas, siempre me acuerdo del twuit: “Se que la vida es bella. El que es feo soy yo”.
El hombre es de importancia suma, sí, aquí el que no encuentra sentido a la vida soy yo. Y el que necesita un motivo para levantarme de la cama soy yo, y el que precisa algo para no liar su vida en una serie de conductas adictivas y autodestructivas, soy yo.
En la vida, no sacas de un cajón, nada que alguien no haya metido antes. Milagros, poquitos. El grave problema de la espiritualidad voluntarista es que al final encuentras lo que has metido antes. La autosugestión campa por doquier y hablar con alguien sin que haya nadie, es algo muy sospechoso.
Siempre repito lo de ponerse cien veces amarillo por no querer ponerse una vez colorado. No queremos “rebajarnos” a admitir un “mito”, una “mitología”, un “relato hipotético” que muchos tacharán de “sobrenatural” y de anticientífico. (¡Qué van a pensar de mí!, ¡yo soy muy serio!).
Pero entonces apechuga y reconoce la realidad, (que de todas formas te va a arrollar, digas lo que digas), y sufre la dura y estresante condición humana.
Y si eso te “mata” y no lo puedes soportar, paga el precio correspondiente: el precio de la fe, de la conciencia de irracionalidad, de la duda, de la inseguridad, de que “te señalen con el dedo”.
Todo tiene un precio, uno u otro. O te tapas la cabeza o te tapas los pies: la manta es corta.
Pero refugiarse en entelequias filosóficas, en un Dios, (Dimensión Absoluta, DA), que como es DA y no sabemos nada de ella, no compromete a nada, es un truco barato. Mi loca fantasía me imagina a D. Mariá Corbí, en la puerta de una discoteca, y le dice al portero, yo entro gratis, que soy filósofo. ¿Qué le dirá el portero albano-kosovar?. Y la realidad es un portero albano-kosovar, que como te pongas chulito, te calza una hostia.
Si uno necesita sentido a su vida, hay que currárselo. Y eso son las religiones: un peaje obligado. Otra cosa es que si somos listos, busquemos el precio más apañado, más lógico, con menos contradicciones y con menos saltos en el vacío. Pero el salto hay que darlo.
Siguiendo un poco mi comentario de ayer, le preguntaría a Isidoro, ¿por qué en la actualidad se habla de inteligencia espiritual y sin embargo, fiel a esta idea, sería absurdo hablar de una espiritualidad inteligente?, que cuanto menos haría rechinar nuestros oídos? Pues porque, entre otras cosas, a mi modo de ver, lo que empieza por ser empírico no es lo espiritual sino la inteligencia que al emanar de lo sensitivo está en contacto directo con la realidad de las cosas, las cuales en sus diferentes formas abarca esta tan característica y propia del ser humano que es la espiritualidad. Una espiritualidad que estando lejos de ser predicada, es decir, como algo externo a modo de entidad, surge por experiencia desde lo más recóndito del ser humano interna y dinámicamente estructura. Por tanto, al no consistir en ningún ente predicable tampoco no necesita de soporte alguno religioso.
Déjame añadir algo que tal vez te sorprenda y es que firmaría casi todas las citas y frases que, de diferentes autores, vienen salpicando tus comentarios. Y esto es muy positivo de cara a ir buscando acercamientos temáticos, lo cual en muchos de ellos así me lo ha parecido.
Lo que ocurre, sobre todo a la hora de profundizar en esta cuestión es que bajo cada frase o cita de autores que se menciona siempre hay un pensamiento rigurosamente estructurado que las sostiene y del cual muchas veces al desconocerse es cuando entonces el contenido de la frase nos aparece inestable como sosteniéndose sobre tierras movedizas.
Al respecto y para terminar te diré que el pensamiento de Mariá Corbí no anda muy alejado, al menos en algún aspecto, del de T.Chardin y del de Panikkar y creo que a ellos les eres afín.
Hola!
Prudencia o imprudencia
Hoy, ahora, en estos mismos instantes implota la DUALIDAD polar:
ALTA TENSIÓN:
RUSIA RESPONDE CON FUERZA A LAS AMENAZAS DE EEUU
https://elrobotpescador.com/2016/10/06/alta-tension-rusia-responde-con-fuerza-a-las-amenazas-de-eeuu/
Hola!
Pareciera que una prudencia, errónea o acertada, sea el mejor consejo que se ha dado a sí mismo (y a nosotros) el Autor, cuando termina su reflexión con esta resignación:
– “Me argüirán que todo eso es producto de la ilusión de una conciencia egoica. ¡Qué se le va a hacer!“-
Aun cuando resigando ¡Voy todavía! – Óscar.
No, amigo Isidoro, no interpretas bien a Corbí si empiezas por tergiversar ya de entrada su enunciado, el cual dice así Somos insignificantes y de importancia suma.
Es por ese orden, no al revés como tú le haces decir en esta frase:“Según Corbí, somos muy importantes, pero efímeros y breves. Y añades: ¿Dónde está la importancia?”. Claro, partir de lo importante es de lo que se han valido, hasta el momento, todas las antropologías idealistas, pero Corbí es realista y es precisamente por vía de lo empíricamente efímero que descubre lo importante, la importancia suma. La forma evolucionada de ser lo humano. La confusión empieza ahí!
Ah! Por cierto no me extraña en absoluto lo que cuentas de Paco Umbral y de Cela, te diré que a parte de que no eran santos de mi devoción comprendo que no lo entendieran, si ante su lectura, no eran capaces de renunciar a sus anquilosados esquemas mentales, porque Zubiri ante todo fue un rompedor…un rompedor metafísico, claro esta!
Añadido al comentario anterior, referente a la alergia a la confusión.
En su libro “Las palabras de la tribu”, Francisco Umbral, cuenta que Camilo J. Cela le dijo un día: “No aguanto a Zubiri, Paco. Si yo entiendo a Ortega y a Nietzsche y a Schopenhauer, ¿por qué no voy a entender a Zubiri?. Porque habla para que no se le entienda. Que se vaya a la mierda”.
(Perdón a M.Luisa, que se que no le va a gustar nada el exabrupto de Cela sobre su Zubiri).
(Que quede claro que soy un gran admirador de Mariá Corbí, tengo su web CETR entre los favoritos, y echo de menos un Centro cultural similar al suyo en Madrid).
Con cierto ánimo de polémica y estimular el diálogo y la reflexión, diré que me ha sorprendido que el amigo Pablo Osés, haya aprendido mucho del artículo de Corbí, que cita. Y por eso me he parado a analizar qué me pasa a mí, que muchas veces no aprendo nada.
Perdonad, que personalice, pero creo que yo tengo un vicio, que intento convertir en virtud: soy alérgico a lo confuso. Hay mucha gente que les atrae la confusión, quizás porque en las aguas turbias, cabe mejor la fantasía de profundidad. A mí me gusta mucho el orden geométrico en las ideas, y la claridad, y mi lema favorito es la frase de Einstein: Uno no sabe una cosa, hasta que no se la ha sabido explicar a su abuela.
Os cuento lo que a mí me ha parecido el artículo.
LA DUCHA ESCOCESA DE MARIÁ CORBÍ
Hay dos clases de teísmo del Dios Absoluto: el claro, que muchos califican de infantiloide, y que a mí me parece improbable, cuasi imposible, y el teísmo confuso, que no es lo mismo que lo complejo.
La diferencia entre complejo y confuso, está en el grado de entendimiento del significado del tema en cuestión. Para un relojero, un reloj por dentro es complejo, para un profano, un reloj por dentro es confuso: ruedecillas por aquí y por allá.
La espiritualidad de Mariá Corbí, a mí me parece muy confusa. Aunque puede ser que sea porque no conozco bien la terminología y la jerga filosófica.
Porque a mí me parece que es una mezcla confusa al tiempo de panteísmo, y de teísmo, (lo cual es ya el totum revolutum).
Es parcialmente panteísmo, cuando dice: “Toda criatura es sólo una forma breve de la dimensión absoluta (DA). Nada más”.
Por otra parte es un teísmo deísta. La inefabilidad de Dios, la lleva muy bien hasta el extremo de denominarlo como DA, (dimensión absoluta), lo cual en el fondo es la afirmación de Algo absoluto, aunque eso sí, le elimina toda referencia como persona. Y por otra parte actúa en nosotros, desde el punto de que nosotros somos una forma breve de ello.
Pero no basta con cambiarle el nombre a las cosas. Ayuda un poco a huir del enorme desgaste de palabras como DIOS, pero el concepto sigue detrás del nuevo nombre, (nominalismo).
Total: ¿Qué no somos nadie?. Eso es lo que se repite en los entierros, y es la pura verdad, pero creo que ya somos mayorcitos para saber eso, con la cantidad de entierros a los que hemos asistido.
No somos nadie cada uno de nosotros, la humanidad entera, la Tierra, el Sol y el Universo. Y dada esa triste realidad, yo no se para que nos levantamos de la cama por la mañana. Esto lo ha escrito Corbí, después de lo del Barça con el Celta. Pero luego se ha dado cuenta de que se había pasado y lo corrige en la segunda parte.
¡Somos muy importantes!. ¡Somos chispas de la DA!, pero ¿cómo se entiende eso?. No dudo que Corbí lo entienda, pero no ayuda nada a los demás a comprenderlo. (Yo lo explico como que la DA es Inteligencia suma, y nosotros en cuanto disponemos de unos pocos cuantos de inteligencia, “participamos”, en en el Universo Inteligente, (la DA, Dios, o como queramos llamarlo). Pero somos autónomos, individuales y creativos.
(Una de las más importantes conciliación de opuestos, es justo, ese que estábamos tratando desde hace días: comprender cómo seguir siendo individuos-egos inteligentes y creativos, dentro de una Ente-Comunidad, de nivel superior ontológicamente a nosotros.
Es la misma dinámica que tuvieron que resolver las moléculas respeto a sus átomos constituyentes, y los seres pluricelulares, respecto a las células que los constituyen: siempre estamos en la misma dinámica evolutiva de la complejificación).
Según Corbí, somos muy importantes, pero efímeros y breves. ¿Dónde está la importancia?. Somos tan importantes como una florecilla del campo, o como una bacteria de la neumonía. Indudablemente somos una maravilla técnica, y cuanto más se sabe del Universo, se sabe que todos y cada uno de sus componentes, son algo maravilloso y casi inexplicable.
¿Pero eso, sirve para definirnos como de importancia suma? Me parece un poco exagerado.
El que somos realmente importantes es el mensaje principal de las religiones, y concretamente del cristianismo. Pero hay que articular un relato, para explicarlo y razonarlo.
La “importancia” nuestra se tiene que traducir en algo más que en simplemente participar de la maravilla del Universo. Para justificarla hay que articular una hipótesis-relato, (objeto de fe y de intuición), gratuita y sin justificación, de que “Alguien” o “Algo”, que pueda hacerlo, nos facilita un suplemento especial, que no tienen las florecillas del campo, que nacen, florecen y desaparecen.
Porque dicho tan abstracta y filosóficamente como Corbí, su declaración no pasa de un canto al sol, de un deseo voluntarista, para ayudar a que la gente se levante de la cama el lunes por la mañana después de que tu equipo haya perdido o empatado en casa.
En resumen, Corbí, dice lo mismo que la religión, pero sin religión. Yo comprendo que lanzar a la palestra un relato-hipótesis, sin prueba alguna, objeto solo de fe, es un sacrificio intelectual grande, pues es salir al mundo intelectual a pecho descubierto, para que te lo partan. (Siempre estarán los amarrateguis del “todo que se vea en el microscopio”, que nunca se equivocan, porque nunca arriesgan nada, para partirte el pecho con fruición).
Y la postura mas cómoda es rodear todo lo esencial que dicen las religiones, en una bruma filosófica, sin tener que arriesgar nada de tu prestigio académico. Pero a mí eso no me basta. La vida es de los valientes.
Hola!
Lo de Mariá Corbí en 2016:
– “Somos insignificantes y de importancia suma”
plagia los cantado hace 80 años atrás:
1.- INSIGNIFICANTES:
2.- SUMAMENTE IMPORTANTES:
…………………..
NOTO que el mismo Corbí recurre al 1 y al 2, e.d. DUALIDAD ¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.
Gracias, Pablo O. , por el enlace. Como podrás “ver” M. Luisa en su último y conciso comentario explica filosóficamente la mirada en la que adentrarse para que de modo directo e inmediato percibamos la No-Dualidad.
Muchas gracias a los dos.
Me permito traer este artículo que Mariá Corbi ha puesto en su web este 16 de septiembre. Me identifico con todo lo que dice. Siento que por fín voy descubriendo el Mediterráneo.
Las contradicciones internas surgen precisamente del producto resultante de la objetivación conceptual que nos hacemos de la realidad.
La posibilidad de la in-contradicción, es decir, de la conciliación de opuestos, viene dada no en el ámbito cerrado de los conceptos -ahí no nos aparecería nunca esa conciliación- sino en el ámbito físico de la realidad donde se encuentran las cosas que conceptuamos.
Por tanto, el ámbito de lo psicológico (más bien diría psíquico) queda corto y encogido para tratar el problema de la no-dualidad
Las contradicciones internas nos causan una gran ansiedad psicológica, y para minimizar dicha ansiedad, se suelen reprimir en la parte inconsciente de la mente, incorporándolas a la “sombra” inconsciente, en forma de disonancias cognitivas reprimidas.
Pero esos componentes de la sombra saltan ocasionalmente a la conciencia, cuando se da alguna situación relacionada con ese elemento reprimido, o simplemente cuando se encuentran bajas las defensas represoras, ya por meditación o por sucesos para-psicoideos.
Hay una especie de “entropía mental”, que se podría llamar al nivel de aislamiento de las dos partes de la mente, la consciente y la inconsciente. Cuanto más aisladas están se produce una mayor dislocación mental y un florecimiento de contradicciones internas.
La maduración psicológica, consiste en ir haciendo conscientes esos elementos e integrarlos poco a poco en la conciencia, mediante un proceso cognitivo, que encuentre un modelo donde ambos sean conciliables, disolviendo las contradicciones internas entre los dos núcleos mentales, y logrando equilibrio psicológico y sinergias cognitivas.
“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz, sino haciendo consciente la oscuridad”, (C. G. Jung).
Dice Thomas Merton: “Hay veces que agotamos nuestras mentes al aferrarnos tercamente a una visión muy parcial de las cosas, negándonos a ver el profundo acuerdo existente entre algo y su opuesto complementario”.
Pero este proceso es lento y laborioso, aunque es preciso entenderlo, pues si se produce demasiado aceleradamente, da lugar a episodios psicóticos desestabilizadores. Dice Osho: “Nada es posible sin esfuerzo. Y también nada es posible, sólo con esfuerzo”.
…Sigo…con mi reflexión
La conciliación de opuestos respecto de nuestra cognición nos sitúa no frente a lo alternativo sino frente al problema de la alteridad. Una forma de alteridad como aquella según la cual, las cosas se nos imponen. Por tanto la alteridad en sí misma es algo abierto.
Veámoslo con aquella aparente oposición planteada ayer entre la sensibilidad y la inteligencia la cual sería oposición si al hablar de ellas nos refiriéramos a lo que son en sí estas notas humanas. Pero no es esto a lo que me refiero. Lo que me refiero no es a una metafísica de la inteligencia ni a una metafísica de la sensibilidad lo cual ha sido lo propio del dualismo, sino a algo más sencillo y evidente. A lo que me refiero es al acto que cada una de ellas realiza, al acto de sentir y al acto de inteligir (no digo pensar porque podría conducirnos a errores) . Si como he dicho al comienzo las cosas, en su forma de ser, se nos imponen, entonces son ellas las que, al ser aprehendidas, nos ofrecen un contenido de alteridad. Un contenido de alteridad tal que capacita potencial y unitariamente estas facultades nuestras, de manera que la sensibilidad intelige y la inteligencia siente. En la no-dualidad, no hay ni alternativa ni alteración, hay simplemente alteridad.
Por supuesto, repito, sólo es a modo de reflexión.
Muy interesante el comentario del amigo Isidoro y ahora que lo he leído de nuevo, esto que dice de la conciliación de opuestos aparece implícitamente expresado en el mío anterior. Por ejemplo, la mencionada dualidad interior que concretándola en notas específicas humanas están referidas a los sentidos y la inteligencia, ambas siendo dos potencias opuestas – por eso la filosofía antigua las separó – ejercen en la nueva concepción física de la materia esta conciliación de opuestos, hasta el punto que de no tener esta estructura unitaria con el sentir la inteligencia no estaría facultada para producir su acto. De ahí que la constitución morfogenética de la inteligencia sentiente sea, en términos zubirianos, “una especie de modulación de la facultad del puro sentir animal en la facultad de sentir intelectivamente, o sea, humanamente.
Hola!
1- Los Comentarios de Isidoro, tanto en este Post de Carlos como en el de Leonardo, me parecen muy buenos en sí mismos y en el logro de una comunicación “al alcance de la mano”.
El secreto de ese logro me parece encontrarlo en el método tomista “distinguir para unir”.
Este método tiene en sus entrañas “lógicas” la percepción de que las realidades “compuestas” (duales o más), no todas pueden separar los elementos que la componen sin el riesgo de destruirlos, aniquilarlos y esfumarles así el significado que tenían en el compuesto concreto. (Nótese que “concreto” quiere decir “el resultado al que han llegado los elementos movilizados”)
Con penetrante percepción de las creaturas duales (y todas lo son porque “se-mueven” o “son-movidas”), el tomismo logró encontrar “términos” lingüísticos esclarecedores.
El tomista J. Maritain (inspirador de la rama política “Democracia cristiana” dentro de la “Teología”) fue el principal utilizador del hallazgo intelectual tomista bajo la dupla terminológica: “distinción y diferencia”; donde la “diferencia” permite la separación de elementos; mientras que la “distinción” no la soporta sin el deterioro de los elementos (duales o más) de la realidad-concreta.
…………….
2- Teniendo en cuenta lo dicho, leo de Isidoro
– “Uno entiende todo en función de la cosmovisión que ha ido formando y acopiando en su desarrollo cultural”-
O sea que el “todo” (o no-dual) se apoya en “lo-que-hemos-sido” (formando y acopiando)
…………….
Pero heme aquí que nada ni nadie es solo “lo-que-ha-sido” sino y principalmente “lo-que-busca-ser”;
Y entonces vuelve a aparecernos con más crudeza y perentoriedad la insoslayable “dualidad o más” del movimiento de tener que “¡seguir-yendo!”
Parece que es imposible a la Realidad no ser “in-quieta” en su afán de eludir el Gerundio (Participio activo, “Praxis” o Pragmática) ¿no?
Óscar.
“yo” es un pro-nombre personal, de acuerdo, pero que por serlo afirma la realidad que soy. Una afirmación entre el yo relativo y el Yo absoluto de mi realidad. Es por tanto mí realidad la que empieza por ser dual: lo que tengo por naturaleza y aquello que voy siendo según lo propio de ser de mi naturaleza humana. El cómo se es.
Por tanto, la dualidad que primero hay que prestar atención no es a la exterior sujeto-objeto sino a la interior que abarca los dos subsistemas que nos constituyen: el orgánico y el psíquico. Y en esta subsistencia en la que el sistema orgánico lo sea psíquicamente y el sistema psíquico lo sea orgánicamente estaremos en condiciones de hablar de la no-dualidad que, en tanto realidad, se es. Y consecuentemente esta unidad intrínseca repercutirá en el modo también unitario de percibir las otras realidades que no soy yo…
Uno entiende todo en función de la cosmovisión que ha ido formando y acopiando en su desarrollo cultural. Por eso una misma frase escuchada o leída, expresada ideas muy diferentes según la mentalidad, o la cosmovisión del que las lee.
Un ejemplo. Si digo que la presente humanidad, está viviendo sus últimos días, unos interpretarán que es un aviso de un catastrófico y apocalíptico del fin del mundo. Y otros sin embargo entenderán que se refiere al proceso evolucionario de metamorfosis de la humanidad, que hará a esta desaparecer, dando lugar a una nueva especie más evolucionada, que ya no será “humana”, sino “superhumana”.
Pues lo mismo me pasa a mí con muchas de las frases concretamente del Advaita, que si no las entiendes, son obviedades, tautologías y tonterías, y si las entiendes, adquieren su significado.
Pero eso pasa con todo. A mí me sucede con todo lo que no entiendo, que son muchas cosas. Me pasaba con el Tao, hasta que le fui cogiendo un poquillo el tranquillo, y pasa lo mismo con el cristianismo que para el que no lo entiende, le parece una colección de absurdeces, pero si le coges el punto, de repente, te abre un mundo nuevo.
Por eso las controversias entre creyentes y no creyentes, llevan inevitablemente en el mejor de los casos a un diálogo de sordos, cuando no a una discusión agria, agresiva, maniquea y sectaria.
Dice Andres Schuschny: “Ya no hay lucha de clases. La lucha es hoy entre visiones del mundo…”, y con cada visión del mundo, (cosmovisión), se da un significado distinto a cada frase escrita o pronunciada.
Pero volviendo al buen artículo del conforero Carlos, yo creo que lo de la no-dualidad, es un tema que cada uno interpreta de una manera distinta. Los expertos no se ponen de acuerdo. En diferentes traducciones la palabra “no-dos”, (advaita es sánscrito), se traduce como “Identidad” (D.T. Suzuki), “Unidad-no Diferencia” (Mitchell&Lou), “Diferencia e Igualdad” (T. Cleary), “se interpenetran”, (Deshimaru) (copiado de por ahí).
Yo creo que podría estar relacionado con la conciliación de opuestos, que es el camino y la prueba del nueve de la sabiduría. Cuanto mas sabio eres, mas dicotomías y contradicciones has resuelto comprendiéndolas.
Y la “perplejidad”, tan añorada por algunos, (haciendo de la desgracia, virtud), consiste en estar rodeado de contradicciones, sin ver solución alguna a ellas.
Claro es que resolver estas contradicciones, se puede hacer bien o mal. Se puede utilizar la solución del nudo gordiano, y cortarlo a capón, y creerse por ello, los mas listos del mundo. Es un peligro más: el “By-pass” cultural o espiritual. No hay atajos, ni caminos fáciles, por eso muchos dicen que solo poco antes de morir, le adviene a uno un atisbo de sabiduría.
Dice Maslow: “A nivel de la auto-realización se resuelven muchas dicotomías, se perciben los opuestos como unidades, y se reconoce todo el sistema dicotómico de pensar como algo inmaduro.
Las personas que se auto-realizan poseen una fuerte tendencia a fundir el egoísmo y el altruismo en una unidad superior, superordenada. Trabajo-diversión, vocación y pasatiempo, deber y placer, elevada madurez e infantilismo.
La división entre lo exterior y lo interior, entre el yo y lo demás, se difumina, y ambos elementos aparecen como permeables mutuamente, en los niveles superiores del desarrollo de la personalidad.
La dicotomización parece actualmente ser característica de un nivel inferior del desarrollo de la personalidad y del funcionamiento psíquico; es tanto causa como efecto de psicopatología”.
Aparte de esto, el amigo Carlos toca temas, dignos cada uno de un desarrollo especial por su importancia:
– El tema metafísico de la relación sujeto-objeto, que a mí personalmente me parece sofístico y especulativo, y que no conduce a nada. (Aunque posiblemente se deba a mi ignorancia metafísica).
– el tema psicológico del yo-conciencia vs. la mente total conciencia-subconsciente. ¿El Ego consciente, (que tiene muy mala prensa), es el dueño de nuestra personalidad, o sólo lo cree ilusamente?.
– El tema teológico del papel de la personalidad individual, dentro de la Mente Global, a la que quizás vayamos a incorporarnos, (Cielo, Comunión de los Santos, Cuerpo de Cristo, Nirvana, Shekinah judía, Supermente de Aurobindo, Paraíso islámico, etc.)
Tres patadas a seguir.
Hola!
“yo” es un Pronombre personal.
Después está la “dualidad”, que es el “tú”
(un “tú” en que se camufla otra dualidad: Tú-mujer / Tú-varón)
Y después está la “trialidad”, que es el “él” o “ella”
(acá sin camufle ¿extraño, no?)
Pero después se nos vienen encima los “plurales”,
Donde pareciera ser que la “dualidad” se expande en “multi-plicidad”
——————
También están las realidades de “energía”,
que se empecinan en ser, por lo menos, “polares” (e.d. duales y también triales)
………………….
También está éste “mi-yo” que no puede soslayar el andar a las caricias o a las trompadas con el mundo, que le toca y lo toca.
………………….
En fin, que pareciera ser que la NO-DUALIDAD es una característica de “lo-que-nos-ha-pasado”, porque eso no lo podemos cambiar (fue así y punto);
pero “lo-que-nos-puede-pasar” está por verse en la “dualidad-trialidad-pluralidad” del ¡seguir yendo todavía!
Óscar.
De acuerdo contigo, Román, que si somos ciudadanos “tolerantes y flexibles”, debemos también dejar una apertura y una brecha, y permitir siquiera un grado de confianza en nosotros mismos..con respecto a lo que percibimos como verdaderamente trascendente…algo o Alguien que siempre va a superarnos..en todo….
En cuanto a lo que escribe magníficamente Carlos en su artículo crítico, yo creo que una cosa es lo subjetivo y otra lo objetivo, el Cosmos y yo, Yo y mis circunstancias externas..y otra cosa son mis propias experiencias, y mi propia manera de ver mi íntima realidad, la que pertenece a mi persona individual y mi particular experiencia de lo que yo contemplo en la objetividad de lo que ocurre a mi alrededor, en el Cosmos donde vivo…Por eso, muchos existencialistas rechazan estos 2 tipos de “experiencias”..y para ellos no existe distinción entre “mi realidad interna y mi realidad externa”, a pesar de la diversidad de opiniones sobre la objetividad…que evidentemente existe en todos los seres humanos….una manera personal de ver la realidad…Pero creo que es compatible el concepto de Padre y Presencia de Dios en el mundo, que es también el Hermano y el Todo, es Uno y es Múltiple, en el Misterio insondable de la divinidad…como reconocen y han reconocido todos los teólogos…
La trascendencia, pues, va mucho mas allá de “energía lúcida” y como dice también Gonzalo no solamente es “una individualidad” sino que Dios contiene todas las posibilidades, todas las colectividades, todas las potencialidades y todas “las realidades” en grado sumo…La Realidad Última, pues, ha de ser mucho mas perfecta de la que nosotros simplemente percibimos por los sentidos físicos y espirituales. Por eso nosotros vivimos una realidad “en fragmentos”, aunque cierta, dentro de nuestra propia naturaleza humana que se encuentra enmarcada y limitada por nuestra particular biología.
Un saludo cordial Santiago Hernández
Hemos sido conducidos por la razón hasta un punto de embriaguez, porque la hemos utilizado como un narconizante, que ya sólo le damos valor de realidad lo producido por nuestra imaginación, a todo sustituto de lo que nos había sido dado. La razón ha venido a suplantar todo testimonio de verdad sin tener en consideración la autoridad del Dios que se nos reveló en Jesús, precisamente por su envoltura humilde de una divinidad humanizada.
Y así le damos más valor a una Tradición, a un Concilio, a novísimos textos de teología, para ocultar el sencillo mensaje de verdad del testimonio de vida del galileo y al testimonio escrito del Espíritu Santo.
De ahí a ocupar nuestras mentes con las corrientes época les que nos alejan más del testimonio sólo hay un pequeño paso. Pequeño para la mente, pero largo y doloroso para el corazón.
Y nos debería bastar con dejar abierta la puerta de ese corazón para que Dios nos visite.
Todo lo que tiene que ver con Dios, o con la Realidad última, es un misterio que no estamos capacitados para comprender, al menos en nuestro estadio actual. Ya el Concilio Lateranense IV reconocía que lo que decía sobre Dios tenía más de error que de acierto. Creo que la no-dualidad tiene que reconocer una diferencia muy importante entre la realidad y la ilusión, con lo cual no cambia mucho las cosas, porque las ilusiones sufrimos y tenemos que esforzarnos por superar los sufrimientos injustos de tantos inocentes. Quizás platón expresó mejor el fondo de la no-dualidad con la teoría de la caverna, y las ideas y su realización en el mundo.
En cuanto a un Dios personal o impersonal, yo me inclino cada vez más a pensar en Dios como energía lúcida (personal pero no necesariamente individual, con lo mejor de lo personal, que es el conocimiento, el amor, la justicia…). Si esa energía ha producido esos efectos en el mundo, es que de algún modo posee esas capacidades.
En consecuencia, el yo será ilusión, apariencia, sombra…, pero es la manifestación de la Realidad última, que me confiere una responsabilidad de mejorar la representación de esa manifestación; pero reconozco que en todo lo que acabo de decir hay más de error que de acierto. Esas son las consecuencias de nuestra necesidad de comprender y al mismo tiempo de nuestras limitaciones.