*(Leyendo al obispo anglicano Spong)
Tanto los creyentes como los no creyentes piensan que Dios es un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que domina el universo, Juez Supremo de las personas, premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos, que habita en el cielo y que promete a sus seguidores la salvación eterna en los cielos. El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente, Es una imagen antropomórfica de Dios.
El carácter personal atribuido a Dios es nuestro propio carácter personal, proyectado sobre Dios. ¿Pero no es Dios el totalmente Otro, el diferente al ser humano, infinito, justo y la eterna bondad? Esta es la imagen teísta de Dios. ¿Será posible prescindir de esta imagen de Dios construida según un perfil humano, y buscar unas nuevas imágenes alejadas del teísmo? Es lo que pretende el obispo Spong, según señala en su libro:
“Si pudiéramos conseguir dejar el teísmo de lado, quizás se abrirían ante nuestros ojos otros caminos para estudiar a Dios… Si las analogías humanas que habíamos proyectado sobre los cielos nos habían llevado al caos, quizás deberíamos examinar aquellos aspectos de la experiencia humana que nos hacen ir más allá de los límites normales, o hacia horizontes nuevos. Tal vez sea posible presentar la experiencia cristiana en imágenes no teístas” (p 66)
Hoy esa imagen de Dios no se resiste por más tiempo, “Somos testigos de la muerte de Dios, del Dios que hemos conocido”, dice el obispo. El Dios del teísmo ha muerto y quizás no pueda resucitar. Hemos de buscar nuevas imágenes de Dios más acordes con la realidad, alejadas de las proporcionadas por el teísmo reinante en la tradición creyente.
Una primera aproximación a este intento de salir del teísmo aplicado a la imagen de Dios nos lo proporciona el Primer Testamento, utilizando unas palabras hebreas. El nombre propio de Dios en el Primer Testamento es en hebreo Yhwh (Yahweh), “Yo soy el que soy”, son palabras que expresan seguramente la realidad del ser divino y de su actividad. Para nombrar a Dios se emplea la palabra Ruah (viento, soplo), como soplo de Dios, en cuanto fuerza vigorizante, dadora de vida. Otra palabra aplicada a Dios fue Nephesh (aliento), como fuerza que brota de cada ser, aliento idéntico a la vida. Y también se emplea la palabra Roca, como imagen impersonal aplicada a Dios, que es mi roca, mi fortaleza, mi libertador (Salmo 18)
“Si algo tan impersonal como el viento, nuestro aliento, o una roca podían ser usadas por nuestros antepasados como imágenes de Dios, seguro que nosotros podremos ser más valientes y abandonar nuestras imágenes personalistas, y empezar a considerar nuevos significados y figuras retóricas radicalmente diferentes en nuestra búsqueda de Dios” (Spong, p. 71)
Un segundo intento lo encontramos en los místicos.”Dios está siendo en mi ser y es el ser de todos los seres. Mi yo es Dios” (M. Eckhart). La dimensión mística reconoce que todos somos parte de Dios y Dios es parte de lo que somos. Dios es el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. Para ellos Dios se encuentra en las profundidades de la vida llamando a toda la creación a la transcendencia. “Toda la creación es capaz de revelar este Uno divino desde las profundidades de su propio ser” (Spong). La vida misma es una revelación de Dios que surge de las profundidades de la vida. Toda persona es capaz de ser teofanía, signo de la presencia de Dios.
Recientemente teólogos y pensadores han continuado con esta búsqueda de imágenes no personalistas de Dios. Se ha hablado de Dios como el “totalmente Otro” (Barth, Otto); Dios es “el Gran Compañero, el que sufre con nosotros y nos comprende” (Whitehead); como el núcleo esencial y la base fundamental de todo lo que es, el “Centro de todo Ser, la Base del Ser, el Fundamento del Ser” (Tillich); asimismo se habla de Dios como dador de vida, fuente de vitalidad: y también como Amor que es fuente de vida, recordando la definición de Dios que realiza Juan (1 Jn 4, 8.16) cuando dice que Dios es Amor. Dios se hace presente, acontece, allí donde acontece el amor (A. Torres Queiruga)
“Este Dios no sería un poder teísta, un ser entre seres, cuya existencia podríamos debatir. Este Dios no sería el tradicional divino hacedor de milagros, un mago, un repartidor de premios y castigos, bendiciones y maldiciones. Tampoco el super-padre celestial y caprichoso que a ratos nos consolaba, escuchaba nuestros gritos y era el Señor tapagujeros, mientras dejaba que otros tuvieran que aguantar su sufrimiento hasta el final en un mundo radicalmente injusto” (Spong, p. 74).
Se impone, por lo tanto, hacer un esfuerzo para buscar imágenes nuevas de Dios, diferentes del Dios teísta del pasado. Imágenes de Dios no como un ser externo a la vida, sino de Dios como el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. A esta búsqueda nos ayuda el obispo Spong, concretando tres imágenes: Dios como el Fundamento del Ser, como Fuente de la Vida y Fuente del Amor. No se trata de imaginar un Dios como un poder divino externo, sino como centro infinito de todas las cosas, y como plena expresión de nuestra humanidad. Dios como Fundamento del Ser, que nos llama a ser todo lo que uno puede ser; como Fuente de la Vida, que nos invita a vivir en plenitud; y como Fuente del Amor, que nos impulsa a amar abundantemente.
Finalmente así resume el obispo anglicano estas nuevas imágenes de Dios:
“El Dios que es la Base del Ser, no se puede poseer. Dios es una presencia universal que permea toda la vida. Dios no bendice ni maldice a ciertos individuos dependiendo de unas reglas de conducta impuestas. Dios, la fuente de la vida, nos llama a todos a vivir plenamente. Dios, la fuente del amor, nos llama a todos a amar generosamente. Dios, la Base del Ser, nos llama a todos a tener el valor de ser nosotros mismos. Así que cuando vivimos, amamos y tenemos el valor de ser, estamos comprometidos de un modo sagrado, engrandecemos nuestra humanidad, y rompemos nuestras barreras” (Spong, p 225).
*J. Sh. Spong. Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir. Editorial Abya Yala. Quito. Ecuador 2014
- Pedidos a Ecuador: editorial@abyayala.org . Colección Tiempo Axial
- En el COR de Zaragoza suelen tener depósito de este y otros libros:zaragoza@comitesromero.org
Santiago:
Me gustaría poder cuestionar en privado específicamente las afirmaciones que haces públicamente pero a Juanerl en tu entrada de 12 de junio, 3.0 h de este hilo.
Si me lo permitieses ruego que autorices a Antonio Duato a facilitarme alguna dirección electronica. Si lo prefieres públicamente puedo proponerte mis preguntas que son multiples y detalladas en una o varias entradas en este mismo hilo. Reconozco que, cualquier decision de no responder en ningún caso deba ser interpretado como signo de debilidad por tu parte (sé que puedo ser frecuentemente demasiado preguntón y puntilloso y que ninguna de esas cualidades sea precisamente virtud).
No me anima (al preguntarte) el espíritu de emulación o controversia, competición (por ejemplo de conocimientos, ilustración, efectividad de comunicación, ni de cualquier otro tipo) y tienes el derecho a preferir que no te proponga mis preguntas porque a mí me sobra tiempo en mi retiro y a tí quizás te falte por stus obligaciones. Si prefieres que no te envíe mis preguntas, aquí autorizo ahora a Antonio Duato si se lo pides a que te facilite mi dirección electronica a fin de que por favor me especifiques si quieres conocer mis preguntas o no. Desde luego, no es necesario aclararque puedas preferir ignorar esta solicitud simplemente en uso de tus derechos a utilizer tu tiempo más productivamente que resolviendo mis obsesiones.
Mi reparo a preguntarte sin antes pedirte consentimiento es triple:
1. Fuera extenso hacerlo en Atrio
2. Mi ignorancia o incapacidad no tiene por qué instilar dudas en otras personas.,
3. Tu entrada es parte de un diálogo que es público, pero directa y explícitamente sotenido con Juanel. Gracias.
Hola MªPilar
Es verdad, la historia pesa. Se han dicho y se dicen tantas cosas sobre Dios…, algunas en sistemas de pensamiento muy bien elaborados y coherentes, como el tomista, que han resistido durante siglos la crítica racionalista; otros no tan elaborados filosóficamente han perdurado mucho más tiempo, como el politeísmo; y también se han dicho cosas sobre Dios irracionales y fantasiosas cargadas de magia. Ya es hora de que cerremos el libro sobre las máscaras de Dios y las quitemos todas sin quedarnos ninguna.
La ansiedad o anhelo por conocer a Dios no disminuye al ponerle una máscara o imagen, cualquiera que sea. Sólo podrá disminuir el anhelo de conocimiento si lo posponemos al tiempo en el que puede darse la posibilidad de verlo cara a cara. Si estamos convencidos de esto como yo lo estoy, si alguien me dice que ha visto a Dios o que Dios es tal cosa o tal otra pues para mí no tiene ninguna credibilidad, por muchas cumbres místicas que haya recorrido, por elevadas que hayan sido sus experiencias religiosas. Dios es Misterio y no podemos banalizar a Dios, ni reducirlo a experiencias personales que son sólo humanas, por muy extraordinarias que parezcan. Y en esto incluyo las propias de Jesús de Nazaret, mi amigo y compañero, mi maestro, al que trato de seguir con todo mi interés y esfuerzo.
Las afirmaciones o simples sugerencias sobre las experiencias “divinas” personales de Jesús me parece que no tienen coherencia con su vida o su mensaje. Lo que Jesús manifiesta es hasta dónde puede llegar lo humano en su límite máximo. Si decimos que Jesús lo alcanza por ser divino y por tanto único en este carácter, el resto de los humanos estamos excluidos de esa humanidad de Jesús, porque nosotros no lo somos. Por esto pienso que Jesús no tuvo “ventajas” divinas para resolver sus conflictos humanos, sufre y lucha igual que nosotros como el hombre que fue. Pero no tengo duda alguna de que estaba lleno de plenitud de vida humana y nosotros sí podemos aspirar y tratar de conseguir una vida humana plena, semejante en todo a la de Jesús.
Por lo dicho parece que le estoy quitando a la gracia toda función poniendo el acento en el esfuerzo personal de seguimiento a Jesús, a modo prisicilianista, pero no es así. Lo que no estoy dispuesto a reconocer en la gracia es su supuesto poder mágico. La gracia potencia y fortalece el deseo de plenitud en mí, y en otros puede significar deseo de Dios y seguir lo que cree su Voluntad (difícil discernimiento pues tendría que ajustarse a la Verdad). Pero el problema que veo con la gracia es que, o bien, se da por igual en todos los humanos y su eficacia proviene de la aceptación personal o del rechazo que introduce el problema de la culpa, o bien, solo es para unos cuantos privilegiados y por tanto discriminatorio. No sé cómo salir del embrollo y por tanto es un asunto que tengo pendiente.
Uffff…;
Cuando comprendamos que “Dios”…¡¡¡No tiene imagen, y según Jesús, no se le puede poner de ninguna manera.
¿Por qué nos empeñamos en enclaustra-lo… desde nuestra “pequeña mente” y nuestra grandes necesidades nunca resueltas mientras caminamos?
Nunca podremos comprender, el Misterio… Por eso lo es, porque no podemos apresarlo.
Lo triste es, que habiendo pasado grandes personas por esta historia nuestra, que han dejado hermosos Proyectos…
Nos hemos quedado en la experiencias de los tiempos más ancestrales… donde su conocimiento de cuanto les rodeaba era muy pequeño.
Sentían la necesidad de encontrar algo superior y lo encontraban… de muchas maneras, algunas… ¡ya desaparecidas! porque eran una auténtica barbaridad… por desconocimiento.
De ahí, vienen muchas normas, costumbres ritos… copiados y acicalados para cada ocasión.
Nada hay nuevo bajo el sol… Lo más triste es, que dentro de esos… copiados; hemos ocultado la grandeza de los Mensajes que podrían sacarnos de la pequeñez humana en que vivimos.
mª pilar
Ya sé Santiago que lo que estoy diciendo da la impresión de cambiar el testimonio apostólico, pero lo que intento es precisamente lo contrario, conservarlo, de tal manera que yo en mi contexto lo pueda entender. Y la Plenitud, la plenitud de vida humana la puedo entender perfectamente sin misterios ni ocultaciones, sin lo sobrenatural ni magias. Y estas cosas son poco entendibles hoy, porque no tienen cabida en nuestra cosmovisión y contexto, sobre todo para una mente científica como la mía. Y Dios es misterio y también está más allá de nuestro mundo, externo a nuestro sistema y por tanto sobrenatural. Con todo yo no quito a Dios de nada, sólo lo estoy situando más allá de nuestros límites, en el fondo y fundamento de todo, también del legado apostólico, pero en el primer plano de mi interés, motivación y actividad sitúo la plenitud de vida humana, porque la pienso como la mejor forma y entendible de relacionarnos con Dios. Y creo que es la plenitud humana cuando nuestra historia haya culminado, lo que nos dará acceso a Dios por obra del Espíritu.
¿Hay acaso alguna cosa de nuestra fe común que no tenga cabida en la Plenitud Humana? Es que si todo cuanto decimos de nuestra fe entra en la Plenitud, hacemos de nuestra fe más entendible y creíble. No estoy quitando a Dios de la vida de Jesús y de su comprensión, ni tampoco de la Trinidad ni de los dogmas en general. Lo que intento es poner el acento en lo humano que entendemos bien, y por esto los trato de interpretar en clave humana sin eliminar la divina. Es que lo humano llena “casi” por completo el NT, lo divino sólo surge con fuerza en la Iglesia al asumir la filosofía helenística. Lo dicho por la Iglesia en el contexto de esa filosofía, intento y trato de que pueda aprovecharse para un contexto humanístico-cientista, más próximo a nosotros.
Es que tú mismo lo dices, Dios se hizo visible en la HUMANIDAD de Jesús, no dices que los discípulos vieron a Dios en Jesús cara a cara. Jesús nunca habla directamente de Dios, sino de Dios en relación con lo humano en plenitud. La encarnación de Dios en Jesús es la piedra angular de la fe, sin ella no hay acceso a Dios. Por eso Dios nos amó primero, pero lo que Dios ama en nosotros no es la gota de divinidad supuesta en nosotros, sino que nos ama por lo humano que somos y nos va dirigiendo hacia sí, hacia la plenitud de vida humana que podemos llegar a tener. Jesús transmite su mensaje a sus discípulos, pero difícilmente se entiende que les transmitiese su divinidad. Los apóstoles ni son Jesús ni son divinos, son sólo humanos marcados con el sello de la plenitud humana que Jesús les dio.
Dios, Juanel, es el Espíritu hecho Hombre…..Dios es el amor encarnado en Jesus de Nazaret…Por eso, creemos a la unanimidad de los testigos que sellaron con sangre lo que ellos “vieron y palparon” como afirma Juan el ultimo de los testigos….Por eso ese , existe ese consenso de la prueba testifical de los que vieron al Cristo vivo y al Cristo resucitado…O sea, el Dios que era invisible y que se hizo visible en la humanidad de Jesus….”Lo que sabía” ese Dios Hijo visible se los transmitió a sus Apóstoles y como el Padre lo había ya enviado a El, El mismo “envió” a los suyos….a proclamar al mundo la Buena Nueva del Amor encarnado….asumido en nuestra propia humanidad….porque no fuimos nosotros los que amamos primero….sino que amamos porque El -el Dios amor- nos amó a nosotros primero…ya que Dios siempre nos precedió y nos precede…..Por eso, en realidad, la Iglesia es apostólica….porque la base de nuestra fe, que es el amor del Dios invisible, nos fue revelado en Jesus…visible….a través del unánime testimonio de los discípulos mas íntimos de Jesus…
Nosotros pues, en cierta manera, somos privilegiados al poder tener la oportunidad de contemplar a Dios en Jesus de Nazaret….poder conocerle….poder llegarnos hasta el en la oración y en el espíritu….a traves de la Iglesia…..y poder llegar a amarle….Nuestra oportunidad es ahora mucho mayor que la era pre-cristiana….Entonces existía la fe…pero podia haber sido mas oscura….ahora en la era cristiana nuestra fe bautismal cabe ser resplandeciente….Mucho pues depende de la gracia…pero tambien de nuestra propia misma voluntad…
Un abrazo Santiago Hernández
Vamos a ver Santiago si logro explicarme. ¿La Trinidad funciona y se nos hace totalmente comprensible en el ámbito humano? Pues yo pienso que sí. Todas las fórmulas trinitarias del NT junto a las que citas, tienen cabida en el ámbito humano. Por ejemplo que se abra el Cielo o que aquellos tres discípulos vieran la transfiguración, tienen cabida en el ámbito humano pues no se trataría de otra cosa que traer el futuro humano al presente y hacerlo visible. La fórmula trinitaria que emplea la Iglesia “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” es que para mí hacen referencia tanto al componente humano y humanizador de Dios como a su divinidad. Lo divino está oculto fuera de nuestro alcance, pero lo humano sí lo está comprensible y realizable como plenitud de vida.
Dices que el Amor es algo así como la “sustancia” de Dios. Y esto no lo puedo entender bien puesto que el amor lo entiendo entre personas humanas, y como la Trinidad la pienso humana puedo entender su amor, ¿pero qué es un Amor divino? ¿por qué razón divinizas el Amor? Puedo entender que la plenitud humana sea plenitud de amor, y todo lo más a lo que puedo llegar sea la de tomar al amor como la condición necesaria para dar el salto a lo eterno en la culminación de la historia humana. Pero de esto no se concluye la afirmación del evangelista Juan: “Dios es Amor”, llega aquí como conclusión pero profundamente matizada por la sentencia de él mismo “a Dios nadie lo ha visto jamás…., sólo el Hijo y él es quien nos lo ha revelado” Pero una cosa es lo que “sabe” el Hijo y su experiencia personal y otra es la experiencia de Juan y lo que éste sabe, como nosotros, lo único que Juan nos puede decir es lo que el Hijo le dijo, pero él no es Jesús ni nosotros tampoco. Ni Juan ni nosotros podemos saber ni tener la experiencia de un amor divino.
Puedo entender la Trinidad en el ámbito humano. Jesús es el hombre que vive en plenitud y su Padre es el hombre que la confirma y le sirve de referencia a lo largo de toda su vida. Es que el Padre de Jesús es exageradamente humano y para él es además el soberano de Cielo, soberano del tiempo humano de Plenitud, pues del cual depende no sólo su origen sino su realización. Incluso puedo entender el Espíritu si lo tomo en el sentido del espíritu común y compartido de todos cuantos viven la vida en Plenitud, sin magias ni sustancias extrañas a la naturaleza del ser humano.
Hacia el final debe decir “el privilegio de poder amar nos acerca con-naturalmente” en vez de “no acerca”. Pido disculpas. Vale. SH
Gracias a ti, también Juanel por compartir tu vision personal sobre la Trinidad…Coincido contigo en lo esencial…por eso creo que siempre estamos cerca….aunque no del todo….Esto no importa…ya que cada uno de nosotros va siguiendo un camino diferente pero que creemos verdadero….Y este es el testimonio de nuestra conciencia….la que va a ser nuestra regla de fe hasta el final…siguiendo y obrando lo que es mas “conduncente hacia el fin para el que fuimos creados”…Si somos honestos y si procedemos de buena fe y tratamos siempre y en todo momento de encontrar la verdad, entonces el testimonio de nuestra conciencia es lo que nos dará la paz…y con esta paz podemos vivir entonces la vida humana coherentemente…hasta encontrar la PLENITUD TOTAL..que no se realizará sino en la otra vida….
Por otro lado, Dios no se puede revelar totalmente a nosotros en esta vida…puesto que nosotros no somos capaces de asimilar totalmente la naturaleza divina…Sin embargo, si Dios no hubiera revelado parte de su MISTERIO, nada sabríamos de la intimidad de la vida divina…Por eso el Evangelio está lleno de alusiones trinitarias, tal y como las vivieron los testigos de la vida de Jesus..Por eso durante su bautismo en el Jordán, Jesus “subiendo del agua vio rasgarse los cielos y descender hacia El, el Espíritu en forma de paloma; y una voz vino de los cielos: “Tu eres mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mc. 1,9-11; Lc. 3,21-22; Juan 1,31-34). Algo parecido ocurre durante la Transfiguración (Mc 9,2-9; Mt. 17, 1-7; Lc 9,28-36). Por eso todas las formulas sacramentales y apostólicas son tambien trinitarias siguiendo la recomendación del mismo Jesus: “Enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt. 28, 19) Tanto la Iglesia latina como la oriental usan estas formulas que se remontan al Evangelio…..
PERO coincido en que el Misterio no se revela completamente….Lo que se revela es que el amor ES el conenido de la sustancia divina…y que Dios es relación…puesto que es unidad en pluralidad….Por tanto, es capaz de amar fuera de si mismo….capaz de crear por amor…para comunicarse con nosotros que somos parte de su obra creadora…Por eso Tomas de Aquino contesta afirmativamente a la pregunta de si en Dios existe el amor….ya que este atributo es su esencia verdadera….Esto no es totalmente absurdo..puesto que nosotros mismos somos el producto de ese amor divino….y nosotros mismos hemos recibido la capacidad de amar..para podernos relacionar en la vida y poder llegar hasta El…
PERO la Revelación fue gradual y el Dios del Antiguo Testamento no se revela como el Padre de Nto. Señor Jesucristo. No es todavía el Dios trinitario de Jesus de Nazaret….Era entonces el Padre del Pueblo de Israel, el padre del Cosmos, el padre celestial…Es entonces el “comienzo” de la Revelación del Dios UNO….
POR eso la definición de Dios como lo que ES -que es AMOR- es lo que es mas apropiado para el mundo actual ya que amar es por si mismo comunión y relación. Es el movimiento de un ser hacia otro ser acompañando del deseo de union con el ser amado. Por eso la Trinidad es el misterio del amor y es el modelo perfecto de el, puesto que solamente en las PERSONAS divinas se realiza PLENAMENTE la UNIÓN QUE ES TOTAL….de tal manera que de las tres personas se constituye UN SOLO DIOS….Por eso, nosotros estamos en vía hasta esta PLENITUD DEL AMOR…solo en tránsito hasta que se cumpla cabalmente despues de nuestra muerte…POR lo tanto, es solo por la FE por la que podemos atisbar el misterio….sin embargo, nuestro privilegio de poder amar, no acerca con-naturalmente hacia Dios….es este deseo infinito que llevamos dentro,que es insaciable en este mundo, y que se realizará en el “otro”,el objeto verdadero de la esperanza cristiana….
Mis mejores deseos para ti y tu familia…..de Santiago Hernández
Gracias Román por tus palabras de apoyo. Te leo siempre con atención lo que escribes en las líneas de Atrio en las que intervengo. A menudo dices cosas interesantes que me sirven y me gustaría comentar, pero el tiempo es el que es y no doy abasto para comentar todo lo que quisiera. Ya voy todo el día dándole a las neuronas con unos cuantos temas y tengo que seleccionar entre las aportaciones o ideas que surgen.
¿Tú crees Santiago (como “casi” la totalidad de la Teología Católica) que la Trinidad desvela o revela el Misterio de Dios? Pues yo no. Lo que se revela en Cristo no es la Naturaleza de Dios sino solamente el cómo llegar hasta Dios-Misterio, que incluye la imagen trinitaria. El Padre no es lo mismo que Dios-Misterio. Ni siquiera el Padre-Hijo-Espíritu las tres personas de la Trinidad en una sola unidad por el Amor que comparten, es o revela el Misterio de Dios. La Trinidad funciona como revelación de la Plenitud de vida humana, pero no nos dice nada acerca del Misterio de Dios. Es más si pensamos en el Misterio como Trinidad en lugar de disolverlo lo espesa y lo oculta aún más, alejándolo de cualquier racionalidad, no sólo mediante la inteligencia racional y emocional, sino también de la intuición o aprehensión intelectiva.
Sin embargo, si usamos la imagen trinitaria como medio para alcanzar a Dios-Misterio, entonces puede funcionar a nuestro favor y no para empantanar más las cosas haciéndolas incomprensibles. Cuidado que yo no estoy negando que Cristo sea Dios, que sea igual al Padre y que compartan un mismo Espíritu, sino que todo ello queda en el ámbito humano, aunque apunte al paso aún velado de éste al ámbito divino. Pero no se entra en ninguna descripción ni concreción del ámbito divino, sólo se abre la posibilidad de conexión entre uno y otro siendo el Cristo, o el Hijo, clave en el proceso.
Juanel, agradezco siempre tus oportunos comentarios…Comprendo y repeto el camino que has recorrido y recorres en realación a tu FE…Sin embargo, como dices, el eterno presente de Dios, no depende, ni podría depender, de que yo lo crea como verdad o no, sino que es un atributo esencial a su existencia….YA que en la Creación, no solamente hay creación de energía sino tambien del tiempo pues la sucesión que implica el devenir de la existencia es propia del desarrollo del Cosmos y por ende de la vida en si misma…
Al ser Dios completamente libre y al actuar en libertad nada le forzó a crear…no existe un co-dependencia obligada entre el Cosmos y Dios como afirman los panenteístas, sino que EL SER obró libérrimamente….
ES POR ESO, que el ALFA Y OMEGA del Apocalipsis no solamente se refiere a Cristo en su naturaleza humana, sino que se refiere a la PERSONA de Cristo, que es el HIJO de DIOS encarnado….Por eso Juan, el teólogo principal de la Escuela de Éfeso, al escribir su Evangelio, ayudado por sus discípulos, recuerdo perfectamente la identidad de Cristo, Jesus de Nazaret, cuando predicaba por Palestina durante su vida pública:
“Todo lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo” y “Antes que Abrahan existiese existo yo”..”Por eso mas querían los judíos matarle a Jesus, porque no solamente violaba el sabado, sino que tambien decía ser Dios,Padre suyo, haciéndose asi igual a Dios” (Juan 5,17,18)
Unidad y Trinidad de Dios surgen eternamente de un unico acto y son un unico misterio..Dios existe en cuanto Trinidad como PERSONA..El Amor es lo que coonstituy su la sustancia divina, es propiamente el contenido de la sustancia divina….y ha de aplicarse por igual en esta union trinitaria: Padre, Hijo y Espiritu Santo…
Un abrazo Santiago Hernández
Error. ?
Devolución debe ser leído. ? Devoción.
Juanel, creo que nos leemos muy bien. .
Las ideas quedan sujetas a opinión, las experiencias son testimoniales, y nos mostramos vulnerables en la expresión de nuestros sentimientos. Pero nos convertimos en mejores personas.
Eres muy afortunado teniendo a tu lado a quien es objeto de toda tu devolución ? Qué puedes echar de menos?
Gracias Antonio, siempre he rechazado alabanzas porque mi estúpido orgullo se dispara. Pero ahora en estas horas bajas por el estado de salud de mi mujer (ahora con el respirador, que nos acaban de decir que es para toda la vida, ¡es que es muy joven para esto, 65 años! ¡joder!), pues me vienen bien para levantarme un poco el ánimo. A veces me pregunto si en Atrio me leen y se interesan por lo que comento, aparte de los que intervienen en mis diálogos. Tú me das confianza para seguir adelante.
¡Ah! también me vale tu consejo de mantenerme en mi apuesta personal, de vida plena personal y relacional, que afecta a todos sin exclusiones, sin revestirla de lenguajes pseudocientíficos y sin definiciones dogmáticas. Es curioso lo mismo me indica siempre mi buena mujer, cuando comentamos lo que escribo.
Un abrazo
¡oK! George, nuestros límites buscan la alteridad, nuestro ser completo no puede realizarse en soledad, la iluminación budista tampoco corresponde a mi idea de plenitud…
Santiago, suponemos y pensamos (creo que bien) que Dios en sí mismo no cambia, pero lo que cambia es nuestra percepción, intuición, idea, contenido,…. acerca de Dios. Sin salirnos de la Biblia, durante muchos siglos concibieron a Dios como juez implacable, castigador vengativo de los pecados de su pueblo elegido, calmando su furia con el aroma de sacrificios de sangre. Esto nada tiene que ver con el Dios de Jesús como el Padre inquieto por sus hijos (parábola del hijo pródigo), todo amor y acogida. Sí hay imágenes nuevas y viejas sobre Dios.
Lo que escribe Juan (o su escuela) en su Apocalipsis, “hago nuevas todas las cosas” “yo soy el alfa y el omega” se refiere a Cristo no directamente a Dios ¿verdad? Yo no considero a Dios como eterno presente, no porque sea verdad o no, sino porque no sé cómo encontrarlo ni en dónde. No me fío de recorrer una escala ascendente ni descendente, porque tampoco sé si alcanzará a Dios o no, ni tampoco sé de dónde partir para bajarla. Lo que sí puedo intuir es que la vida en plenitud puede acompañar a la vida humana. Y esa plenitud pienso que podría relacionarse de algún modo que aún no sé con Dios, simplemente lo pienso por mi esperanza y por tanto por mi fe.
Las imágenes de Dios no pueden ser nuevas o viejas..El reto del ser humano existencial es abrirse a la posibilidad -ya sea minima o máxima que “otra realidad” mas alla de ésta terrestre en verdad exista..y que ya sea a través de la negación o de la afirmación, de lo positivo o negativo, de lo creativo o de lo transformativo..siguiendo una vía ascendente o descendente PUEDA llegar hasta la vida “veradadera”, que se encuentra solamente en Dios…….Dios es, pues, siempre nuevo y siempre está presente..ES, en realidad,.un eterno presente….que está relacionado necesariamente con nuestro tiempo cronólogico y terrestre…..Existe esta relación…
Por eso, Juan, el ultimo Apostol escribió sobre esta PALABRA que haciéndose carne TRASCENDIÓ a traves de lo siglos y que le dice:
“HE AQUÍ QUE HAGO TODAS LAS COSAS NUEVAS…Escribe que éstas PALABRAS son fieles y VERÍDICAS…Yo soy el ALFA Y EL OMEGA, el primero y el ultimo, el principio y el fin. …Y yo, Juan, (soy ) el que veía y oía estas cosas…Y he aquí que vengo presto. Dichoso el que observa LAS PALABRAS de la profecía de este LIBRO. (Apocal. 21,5 y sig; 22,7-8-13)
Un saludo cordial de Santiago Hernández
La opción por la benignidad en el vivir, renovada de constante ya es un logro inmenso. La atención, la memoria, y por lo tanto la consciencia de sí mismo/a desafortunadamente solo pueden ser parciales porque de alguna manera hemos alcanzado el uso de la atención puntual, del enfoque que análogo al campo visual tiene de común ciertos límites incluso de profundidad (poder resolutivo) y la audición que no puede captar sonidos fuera de un cierto rango de decibels. El olfato, posiblemente esté también de alguna forma inscrito en un cierto perímetro y niveles de intensidad, etc.
Si el vivir y sentir (en cualquier acepción del verbo) están inscritos dentro de unos ciertos límites, en consonancia con ello está la percepción de la alteridad y la urgencia natural a interactuar y todo ello dentro de un Mundo que en ultimo instancia no debe poder ser fraccionario.
Utilizando la razón empírica se concibe al individuo en soloedad y opcionalmente en sociedad y a muchos individuos en esas mismas condiciones duales o multiples de soledad y sociedad aunque no haya evidencia de que ese grado total de autonomía o independencia haya sido jamás alcanzado por nadie.
Esto sugiere que la máxima realización personal o individual deba ser incomplete a fin de no perder la sociabilidad, la capacidad gregaria. La debilidad de la iluminación suprema budista es precisamente que solo le puede atribuir a la vida comunitaria o en sociedad un valor utilitario. Lo cierto es que será muy difícil encontrar especies animals, vegentales e incluso minerals y todas las categorías intermedia, viruses, etc. que no tengan tendencia a vivir en vecindad y colaborar su vivencia.
La pregunta de rigor fuera, si esto fuse cierto, cu’la fuera el propósito de una maximización individual que no pudiera ser sino aislante porque solo el individuo máximo sí-mismo/a pudiera auto-comprenderse en su univocidad. Confieso que me parezca absurdo. Que a mi modo de ver, desde luego seguramente cuestionable y hasta muy cuestionable la defectividad o la incompletitud crean el espacio de la complementariedad y por lo tanto causan lo gregario que aparece por doquier en la Naturaleza. Las fuerzas cósmicas de atracción y repulsion son expresiones dialécticas de ello, de este devenir y vivir constantemente individuándose y asoiciándose consciente o inconscientemente.
La maximisación del ser solo pudiera ser excluyente del resto y condenara a vivir como en una burbuja de jabón y a la cima de alguna montaña: Nada más fuera necesario. Lo defectuoso o carente, en cambio, puede amar y server siempre y cuando no aprenda a odiar y a competir letalmente como tan a menudo, lo admito, ha sido y es el caso.
Veo que este interesantísimo hilo está llegando al tema de la vida después de la muerte. Y el gran Juanel, tras sus largas disquisiciones científicas y teológicas, declara su simple creencia en una vida plena personal y relacional tras el momento mismo de su muerte donde continuará la Vida hacia la plenitud no solo personal sino global.
Es muy respetable esta fe si se queda en esa apuesta personal, sin revestirla de lenguajes pseudocientíficos y sin definiciones dogmáticas. Pero de ello tratará el post de Spong que ya está programado que salga mañana. ¡Allí nos vemos!
Ok, juanel!
Abrazo y suerte! – Oscar.
Hola Oscar y gracias a ti por interesarte por mis locuras, locuras de plenitud.
La Plenitud no es algo para mi lejano, como un ideal u horizonte utópico, más allá de las circunstancias de mi vida. Al contrario, yo trato de vivir como si ya estuviese en ella y esto tiene consecuencias importantes en mis relaciones personales y con mi entorno ya y ahora. La Plenitud empapa mis circunstancias y si no es así trato de hacer que lo sea.
Lo primero que me voy a encontrar en la Plenitud serán las personas que aquí en este momento se relacionan conmigo y yo con ellas o me conocen o tienen un simple contacto,… y también las de mi pasado y las de mi futuro que me quede por vivir aquí. Y esas relaciones tienen que llegar a ser plenas. Tienen por tanto que ser francas, confiadas, que no guarden secretos ni dobles intenciones, reconciliadas (si hubo algún desencuentro), evitar hacerles cualquier daño pues me pedirán cuenta de ello, ayudarles si tienen necesidad y puedo hacerlo….. En definitiva, seguir el programa de Jesús de Nazaret, desde ya/ahora.
Mi mirada no está en una empresa remota, sino en mis circunstancias actuales, en la gente que me rodea próxima o más lejana, pues son ellas con las que caminaré hacia la plenitud en nuestra común segunda vida. Aprenderemos juntos a vivir la vida plenamente, guiados y ayudados por aquellos que ya la tienen.
Hola y Gracias juanel!
¡Oh amante de la Plenitud!
¿De qué te sirve la Plenitud si no está en la Circunstancia de tu vida?
¿A quién aprovecha suicidar nuestro propio corazón?
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– “El hombre rinde el máximum de su capacidad cuando adquiere la plena conciencia de sus circunstancias. Por ellas comunica con el universo.
¡La circunstancia! ¡Circum-stantia!
¡Las cosas mudas que están en nuestro próximo derredor!
Muy cerca, muy cerca de nosotros levantan sus tácitas fisonomías con un gesto de humildad y de anhelo, como menesterosas de que aceptemos su ofrenda y a la par avergonzadas por la simplicidad aparente de su donativo.
Y marchamos entre ellas ciegos para ellas, fija la mirada en remotas empresas, proyectados hacia la conquista de lejanas ciudades esquemáticas.
Como en esas historias donde el héroe avanza raudo y, recto, como un dardo, hacia una meta gloriosa, sin parar mientes que va a su vera, con rostro humilde y suplicante, la doncella anónima que le ama en secreto, llevando en su blanco cuerpo un corazón que arde por él, ascua amarilla y roja donde en su honor se queman aromas.
Quisiéramos hacer al héroe una señal para que inclinara un momento su mirada hacia aquella flor encendida de pasión que se alza a sus pies.
Todos, en varia medida, somos héroes, y
todos suscitamos en torno humildes amores.”-
…………………
¡Vamos todavía! – Oscar.
¿Dejar a nuestros antepasados en la cuneta? Pues pienso que no. Me gusta entretenerme en lo que podría pasar si sucede lo que creo, aunque se trate de diversión y no de fe y menos de saber. Supongo que a los más próximos a nosotros en el pasado, nos será relativamente más fácil recogerlos y conducirlos paso a paso, por lo más significativo de la corta historia que nos separa, hasta nuestro mundo con sus verdades y conocimientos. A los más lejanos pues lógicamente será más difícil y más largo. Lo mismo harán con nosotros las generaciones futuras, hasta que todos podamos llegar suavemente y sin traumas, al final de la historia en las condiciones de plenitud.
Pienso que son las generaciones próximas del futuro las que conocen mejor nuestras circunstancias y podrán mejor llevarnos hasta las suyas, y la nuestra a la anterior del pasado, y así sucesivamente hasta que afecte a todas las generaciones. Habrá mucho trabajo que hacer en nuestra segunda vida, pero son muchos los que intervienen y el trabajo de cada uno sólo implicaría a los suyos, a sus personas queridas y que murieron antes que él, pues la segunda vida viene del futuro al pasado y no al revés. Por esto pienso que yo despertaré a mis padres, a mi hija, a mis hermanos, amigos… que murieron antes que yo, y a mí me despertarán mis hijos, mi nieto, mis amigos,…. los que vivían aún al ocurrir mi muerte. Como despertaré junto a los que dejé vivos, que me prepararán un entorno similar al que tenía al morirme, no me daré ni cuenta del corte de la muerte.
¿Qué hacer con los antiguos dioses, con las antiguas verdades? Pues pienso que lo mismo que los del futuro harán con las nuestras. Dejar aquellas que no han tenido continuidad y rescatar el origen de las que las han tenido. Las ideas y las imágenes de Dios y su contenido, así como las verdades de cada generación son siempre relativas, parciales y provisionales. Ahora bien, en el caso que coincidiesen con las de la Plenitud, habrían tenido continuidad en el tiempo y serían entonces más verdad que las otras. Sin embargo ¿cómo saberlo? Aún las verdades más evidentes en el pasado, han sido refutadas después ¿por qué razón no lo iban a ser las nuestras? La Verdad Absoluta no está a nuestro alcance y considero que lo más próximo a ella que podremos estar será al final de la historia en el tiempo de Plenitud.
Hola!
“NUEVAS imágenes de Dios”
¡Ok!
Pregunto:
¿Y qué hacemos con las VIEJAS imágenes de Dios,
* qué hacemos?
* dónde están?
*dónde las hemos puesto?
* qué “puesto” ocupan en la Tabla?
* siguen en el Torneo de la vida?
* descendieron y solo juegan en menor Categoría?
* pueden “re-pechar” y subir?
* …
Pero ¿no se nos plantean preguntas más graves?
Por ejemplo:
Los “prójimos” -lejanos en el tiempo, o Ante-pasados:
– ¿estaban equivocados?
– ¿fue un error sus vidas?
– ¿cómo los justificamos?
– o los dejamos en las cunetas?
– Y si los justificamos en su Verdad, que no sería la nuestra, entonces ¿cuál sería la Verdad?
– ¿Acaso fuera que la Verdad es “relativa”?
…
Y la Cuestión, entonces me rebota a mí:
¿Cómo justifico que la VERDAD (de los Ante-pasados)
la considere un ERROR que quiero-necesito CAMBIAR por una “NUEVA” imagen de Dios?
…………………….
¡Lindo bolonqui ¿no?!
…………………….
Parecería ser que las Categorías de nuestro Ideo-Lenguaje heredado no nos satisfacen ni ayudan a encontrar el Sendero.
Entonces tal vez sea en serio que “necesitamos una NUEVA DE-VELACIÓN ¿no?
¡Voy todavía! – Oscar.
Hay algo que quiero añadir. Si la Plenitud humana se alcanza al final de la historia que supongo a plazo tan exageradamente largo, (en la que pueden ocurrir muchos “cuellos de botella” por catástrofes de todo tipo reduciendo la población humana a un mínimo, al borde de la extinción, pero que esos RESTOS puedan continuar la trayectoria humana hasta su final con éxito), ¿qué importancia tiene para mí que se alcance o no, siendo algo tan lejano en el tiempo?
La respuesta que doy es que su importancia para mí es máxima. Creo que en el punto justo de mi muerte, cuando mi identidad y biografía estén completas, yo despertaré INMEDIATAMENTE en el mundo humano de la Plenitud futura, tal y como soy, un individuo biológico de mi especie, esencial y totalmente el mismo, en continuidad de vida y sin sentir siquiera mi muerte. Mi muerte será algo así como el despertar de un coma profundo, del cual saldré con salud y vigor como nunca antes. La vuelta a la vida no la pienso como resurrección, es decir, como intervención de Dios, sino intervención (tipo tecnológica) de algunos de los seres humanos del futuro de Plenitud implicados en ella. El tiempo en la Tierra habrá sido muy largo, durante siglos hasta alcanzar la Plenitud, pero yo no tendré ni que recorrerlos ni esperar a que transcurran. Creo que voy a estar pronto en el tiempo futuro e histórico de la Plenitud Humana, a la vuelta de la esquina, sólo tengo que esperar unos pocos años, justo hasta el instante de mi muerte. A partir de ella tendré una segunda vida pero no en Dios, en el ámbito divino, sino entre seres humanos y en su entorno natural tal y como vivo ahora. Tengo la Plenitud al alcance de la mano, por lo que trato desde ya vivir como si estuviese en ella, es decir, vivir lo más cerca posible de la plenitud de vida, que significa para mí vivir en la dirección y en el modo que Jesús de Nazaret mostró.
Lo sé, lo sé, es una creencia “casi” imposible y extremadamente improbable. Pero a mí me resulta tan formidable, que me basta con una posibilidad escasa y ese “casi” imposible para mantenerla. Para rechazarla tendría que probar o que alguien me demostrase su imposibilidad total y completa. Y al menos por lo que sé, no existe ningún impedimento en cuanto al conocimiento científico que tenemos, que demuestre su imposibilidad. El cómo podría suceder, una cosa como la expuesta en mi creencia, es evidente que no podemos saberlo pues cualquier previsión de conocimientos futuros es como poco escasamente fiables. Lo que sí es factible es proyectar hacia el futuro lo que ya tenemos y me gusta entretenerme en atisbar posibilidades y si sucede también me gusta imaginar sus posibles consecuencias.
Amigo Juanel: Agradezco tus comentarios y los leo con atención pero me parece que tengamos dos posiciones filosóficas diferentes y eso complica la comunicación. Para mí el Misterio no es objeto de exploración y me parece que tu acercamiento es diferente. Si eso es cierto, cuando opine sobre lo que escribes, no sabré si te he interpretado correctamente.
Cuando enseñé nunca me gusto hacerlo provocando o pinchando. Estas conversaciones blogueras no son enseñanza y desde luego creo que nunca fui pero ahora ciertamente no soy maestro de nada o nadie. No obstante cuando alguien lee críticamente a otro o le comprende y le puede apoyar o le contradice y ni siquiera en la enseñanza eso me parecía Bueno.
En fin, lament no poder participar de tu exploración que me parece que haces con gran siceridad pero el Misterio me parece, creo confiadamente que se revelará a mí, si lo hace, y a cada persona de cada era, cuando lo sea, lo mismo se se trata de un primate de hace miles de años como de alguien del siglo XXX y lo hará sin intermediario o sin asumir una forma humana como supone el mito Cristiano. Un abrazo cordial a ti y a los deseos de que tu familia esté bien.
Gracias a ti George, pues me ayuda mucho en mis propuestas el que me indiquen posibles incoherencias, o insuficiencia de credibilidad o de validez, o la falta de confianza que inspira,…, tal como haces. Me gustaría mucho que me siguieras pinchando en mis planteamientos, aunque no sean los tuyos, claro si te apetece.
6. Finalmente Segunda Parte 2. Tecnología fallida y “llegar a ser”. Primero una aclaración. No entiendo lo que se quiere decir en el ejemplo final. Para poder comentarlo necesitaría que tuviese un mayor desarrollo explicativo.
“Llegar a ser”. Si el ser se entiende en sentido final, completo, como lo entendía Parménides “el ser es y el no-ser no es” sin paso de uno a otro, es decir, que el ser no puede dejar de ser, es evidente que la Plenitud Humana en este sentido no ha llegado a ser, pues puede llegar a desaparecer junto con el Cosmos. Si el ser se entiende en su origen sujeto al devenir, sin tener en cuenta su completud, entonces nuestra especie y los individuos que en ella hay son seres, junto con todos los demás que existen en el Cosmos. El origen de la Plenitud Humana, puede remontarse al punto de la historia en el que el primer ser humano puso su pie en la Tierra. En su devenir hay un aumento de lo humano, no linealmente ni en continuo ascenso, sino más bien a trompicones, que pasa por un punto clave, Jesús de Nazaret, y tendrá su apogeo si lo tiene al final de la historia humana, en donde culmina. En este punto está completa puesto que no cabe añadirle algo más de lo humano, está en su límite máximo, y por esto cabe pensarla inmensa. Rebasarlo significa salir de su entorno cósmico y entrar en la divinidad.
Tecnología fallida. Mi perspectiva sobre la Plenitud es a muy largo plazo. Si nuestra especie humana tiene un origen desde hace unos 30 ó 40 mil años, pues puedo imaginar otros tantos para alcanzarla, incluso muchísimo más dado que hay especies en nuestro planeta que tienen cientos de millones de años de antigüedad, ¿por qué no la nuestra? A plazo tan largo pues puede ocurrir de todo, no sólo tecnología fallida y fuertemente destructiva, sino también catástrofes naturales tremendas, intensa actividad volcánica, impacto de grandes meteoritos,….., guerras de todo tipo, hambrunas, epidemias,……, pero nada me impide seguir pensando que a pesar de todo ello quede un RESTO por mínimo que sea, que pueda continuar la trayectoria de la historia humana hacia su futuro y el de todos.
Es cierto que lo que me preocupa últimamente del futuro y sus posibilidades tecnológicas es que si nuestra especie podrá seguir considerándose humana, o incluso poshumana, y no otra cosa completamente distinta e irreconocible. He leído algo de un historiador, llamado Noah Harrari, que hace proyección de la historia hacia el futuro, y que dice que la nueva revolución que vivirá el mundo no será industrial o sociocultural, sino personal. El ser humano será el motivo de su propia revolución, empezará a experimentar cambios genéticos y corporales, y una conexión entre la mente y los ordenadores. Esto que ya ha empezado nos hace estar en una situación, por primera vez en la historia, en la que no sabemos qué ocurrirá dentro de 50 años en el mundo. Y si esto parece ser así…… temo que mis planteamientos han llegado tarde. Los problemas para la fe cristiana serán otros, muy distintos a los surgidos por el choque entre la Ciencia y la fe, que han motivado los míos.
Saludos cordiales
Gracias, Juanel, por tus comentarios. a los míos, aunque concluyo que no he sabido expresar bien lo que pienso y creo eb los míos. En definitivas mi intención era taratar de comprender lo que propones y por eso mis solicitudes de mayor explicación de tu parte, pero lo importante no es que yo comprenda aquello que creas o pienses sino que para tí sea coherente y suficientemente válido, confiable. Además veo la aproximación de Santiago a tus comentarios y me parece qué los de él puedan ser más productivos porque posiblemente haya más cercanía entre su modo de creer y el tuyo. Os deseo a ambos una fructífera colaboración en la búsqueda y la mutual confirmación. Un saludo cordial.
4. Primera parte 4. La utopía como motor de vida. Dice el texto que lo que mueve la vida no es la utopía sino la necesidad y la ignorancia. Bien, está bien, puedo aceptarlo aunque sea una simplificación útil. Pero añado que la necesidad no sólo es biológica en referencia a las necesidades vitales básicas, con unos mínimos de bienestar cubiertos, también necesitamos tener fe en lo que hacemos y esperanza en que las cosas nos van a salir bien. Y la utopía puede servir como se indica de motor de la esperanza. Pero no sólo de la esperanza creo yo, sino también de la vida. Necesitamos una vida ilusionada, pues lo contrario desilusionada, desesperanzada, apagada,…., nos lleva más pronto que tarde a un deterioro de la salud que puede acabar con la vida. Es por esto por lo que la utopía puede llegar a ser “motor” de la vida, que no tiene que ser único sino entre otros motores. El grado de importancia o peso de la utopía en la vida depende de las decisiones que vaya tomando cada uno. Y mis decisiones encadenadas me han llevado a ver en la utopía de Plenitud el grado máximo, el que centra mi vida. En otros ese motor utópico puede ser marginal o incluso detenido y apartado. No juzgo la vida de los demás, cada uno usa el motor o los motores de su vida como cree que le convienen o interesan. Ni mejor ni peor, solo diferentes. Y a mí me encanta la diversidad humana.
Dice el texto que la necesidad y la ignorancia no caben en la Plenitud. Repito que la Plenitud es humana y aunque el conocimiento sobre nosotros mismos y nuestro entorno sea completo, aún lo ignoraremos todo sobre Dios. Y aún cuando todas nuestras necesidades humanas estén del todo satisfechas y cubiertas por exceso, nos quedará la necesidad de Dios, cada vez más punzante en la medida que el tiempo de Plenitud se alargue, hasta recibir como don de Dios su divinidad en lo eterno.
5. Segunda parte 1. Imágenes de Plenitud y lenguaje mítico. De Plenitud hablo del punto máximo del apogeo humano justo al borde de su límite. Y es que si nos colocamos en este límite máximo, en el apogeo de la humanidad, caben múltiples imágenes “casi” tantas como individuos. Las imágenes se forman al tratar de responder a las preguntas ¿cómo me gustaría a mí que fuese el mundo? ¿cómo me gustaría verme a mí y a los que me rodean en las mejores condiciones y circunstancias posibles? ¿cómo pienso yo que serían esas mejores condiciones en su grado máximo?…. Y es que las posibles respuestas son en mi opinión muy reveladoras de las inquietudes personales.
En cuanto al lenguaje mítico pienso que es útil su empleo cuando el discernimiento racional no puede penetrar en ciertos temas en los que el lenguaje común resulta insuficiente. Pero también, el lenguaje mítico es lo propio cuando se quiere hablar de un tiempo a-histórico. La Plenitud Humana la pienso alcanzada en tiempo histórico, por lo cual el lenguaje mítico sobra. Pero el paso de la Plenitud Humana al Ámbito Divino es esencialmente a-histórico y si queremos hablar sobre ello por muy racional y lógico que nos parezca el lenguaje empleado, su fondo necesariamente es a-histórico y por tanto mítico.
Sigue…..
George, en el texto que pinchas aquí planteas muchas cuestiones, que voy a comentar como texto dejando tus opiniones y tu persona al margen. En algunas cuestiones encuentro respuestas o expreso mi opinión rápidamente, pero en otras tengo que cavilar, aunque éstas son las que me motivan más me resultan más difíciles resumir lo que pretendo decir. Seguiré el orden que sigue el texto, aunque se alargue un poco.
1. Primer comentario. “Mi Reino no es de este Mundo” aquí mi respuesta es rápida, pues cualquier libro sobre la o de Teología de la Liberación centra el mensaje de Jesús en el Reino, no en el otro mundo sino en su realización aquí y ahora. Por lo cual puedo afirmar sin temor a equivocarme que la utopía posible del Reino en este mundo no es un ideal mío, quiero decir de mi invención, sino de Jesús. (La respuesta es escueta y podría ampliarla si viniese al caso).
2. Primera parte. 1. Plenitud y creatividad. Para comentarlo me viene bien lo que trae el texto en la segunda parte, la definición de Plenitud en el DRAE en su segundo significado de “apogeo”. También lo pleno tiene un sentido de lo “lleno” “completo”, como un vaso lleno de agua hasta el borde. Lo que se llena en la Plenitud Humana es lo humano hasta el borde, hasta su límite máximo. No queda nada más que añadir a lo humano, está completo y lleno. Pero lo humano ¿es totalidad, como supone el otro significado de Plenitud? Pues evidentemente no. Santiago lo diría de otra manera “la humanidad no puede descansar impasible e inmóvil hasta descansar en Dios”. Lo humano tiene límites, como el vaso de agua, límites que siempre en la humanidad habrá gente que intentará traspasar inquieta, un espacio de creatividad. Y en el apogeo de la Plenitud vencidos todo mal, sufrimiento y muerte, aún le faltará la totalidad, su permanencia en lo definitivo y eterno. Y en este periodo final aunque esté inquieta y creativa, no podrá traspasar su límite si Dios no interviene transformándola por el Espíritu, espiritualizándola y divinizándola.
3. Primera parte 2 y 3. Sobre la placenta y lenguaje figurado. Nada que añadir; primero porque este no es el lugar para una clase dialogada de desarrollo embrionario, sobre lo que fui profesor universitario durante años; segundo porque el lenguaje figurado empleado en el texto lo entiendo en el mismo sentido en el que se usa.
Sigue….
Juanel, tambien yo, por supuesto, me uno a la apuesta..quizás mejor que la que propuso Blas Pascal….y tambien creo que la humanidad, o sea, nuestra misma naturaleza alcanzará su PLENITUD escatológicamente, y precisamente, como dices tu, “cuando sea insertada en el ámbito divino”….por eso que ella tiene que ser transformada en y por el espíritu divino de manera activa..ya que no puede hacerlo por su propia virtud…..Esta espiritualización tiene pues su meta final en Cristo…en el Cristo total que es la plenitud absoluta….
Por eso, nuestra oraciones son en la esperanza….ya que nuestra “vision” aquí abajo es muy poca….Tenemos que pedir, en esta oración humilde de esperanza, que lleguemos poco a poco a la luz…Solo Cristo puede iluminarnos para encontrar el camino y perseverar en el hasta el fin…..Esa es lo que debe ser la oración fundamental de petición…
Un abrazo…reitero mi amistad Santiago Hernández.
Pascual, estoy contigo en lo de Pablo…..Los enemigos del Evangelio lo han querido desacreditar…Hay que ver que cantidad de ataques “paulinos” existen desde que “algunos” han querido socavar los fundamentos de la FE..Sin embargo, la figura de Pablo es colosal…El Doctor de la Ley, discípulo de Gamaliel….el amigo personal de Cephas y de los demás apóstoles es la máxima figura del primer siglo al poder interpretar y profundizar la estrecha relación que existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento…que no se pueden separar…ya que constituyen una UNIDAD…Leyendo a Pablo, estamos en presencia de la esencia básica de la teología católica…y por eso es que ha sido objeto de tan “mala prensa”.y de tantas críticas en los “últimos tiempos”…Sin embargo, en Pablo la fe de la Iglesia es contemporánea a la era apostólica…sus cartas se escribieron al unísono del evangelio marcano…hacia los 5o…cuando la fe se expandía rapidamente por toda palestina y por toda el Asia Menor, cuando la FE de la Iglesia primitive se vivía con toda intensidad por los testigos oculares de la vida y muerte de Jesus….Nadie como Pablo puede clarificar la identidad y la mission de Cristo…y nadie como él llega a revelar la fuerza y la atracción que ejerció Jesus durante su vida pública….Nadie como Pablo puede mostrarnos el significado de ser cristiano..quizas por ser el mismo un pecador converso,que consintió en el martirio de Esteban, y que vivió en si mismo el MISTERIO de la gracia…
Enhorabuena por el empeño en tu propuesto estudio-ensayo….Se que lo vas a disfrutar…
Un abrazo de Santiago Hernández
Segunda parte:
1. Afirmas también: “Y en la Plenitud caben muchas imágenes y hasta un lenguaje mítico.” Si entiendo la noción generalmente aceptada de “Plenitud” no caben en realidad “muchas imágenes de” y otras estuvieran ausentes. En la Plenitud lo único ausente fuera el vacío, la ausencia, la carencia, la no-completitud. Permíteme recordarme a mí mismo lo que el diccionario de la RAE (para encontrar un lenguaje común) tiene que decir acerca de la voz: “Plenitud. (Del latín plenitūdo). 1. f. Totalidad, integridad o cualidad de pleno. 2. f. Apogeo, momento álgido o culminante de algo. Estás en la plenitud de la vida. ~ de los tiempos. 1. f. Época de la Encarnación de Jesucristo”; porque si incluyera cualquiera de esas formas reales fuera, obviamente, una Plenitud “no-plena”.
Con respeto a la afirmación “y hasta un lenguaje mítico”, el mismo fuera innecesario porque existiría la verdad original a la que hiciera referencia. El “mito” es memoria y referencia a lo que no ha podido preservarse de otra forma menos aproximada y siempre enmascara una realidad profunda que no es recuperable en su propia manifestación sin intermediarios de lenguaje o imaginaciones. En una Plenitud “plena” el conocimiento fuese pleno, algo que en la realidad mundana, la de este Mundo en el que vivimos no es posible a menos que una enorme parte no olvidada adquiera la forma mítica. Es hipotetizable que cuando se afirme que el ser humano no utiliza toda la capacidad intelectual que posee se esté afirmando algo que en realidad no se sepa porque la diversidad y la magnitud de la mitología y la potencia de la imaginación mítica han sido y son no conocibles (ni siquiera de conjunto porque nunca hayan sido articuladas o porque lo hayan sido y hayan penetrado aún más en lo oscuro del “misterio” como lo no consciente o no conocido que sí puede ser afirmada como parte de nuestra realidad “real” aún en el sentido de Ortega de la realidad como la misma actividad que llamamos “vivir”) y, desde luego, cada día que pase, una buena parte de ellas es menos conocible aún.
2. Finalmente afirmas: “Me gusta entretenerme imaginando en ella unas relaciones personales con plena confianza, empatía, llenas de amor,….., imagino unas condiciones de altísima tecnología y conocimiento,… imagino…. ¿me preguntas por creatividad? pues también me la puedo imaginar inmensa.” Y en este punto y a este respecto, con gusto respeto tu opción, aunque no puedo dejar de preguntarme ¿qué destino das a la destructividad que va implícita en el descartar la tecnología fallida? O preguntarme ¿Cómo puede la Plenitud ser inmensa y no haber llegado a ser, por ejemplo, “total” a fin de alcanzar su completitud (incertidumbre + complementariedad)?
Un saludo cordial.
Leo lo siguiente: “…Si se trata de plenitud de vida humana ¿cómo supones la pérdida de lo esencial de lo humano como es la creatividad,…, e imaginas algo así como un estado de inactividad durmiente en la placenta de la Gran Madre? ¿La vida plena humana es la fetal? Cierto que planteo la Plenitud como horizonte utópico, pero es que reivindico la utopía como motor de la vida, del quehacer humano. Y en la Plenitud caben muchas imágenes y hasta un lenguaje mítico. Me gusta entretenerme imaginando en ella unas relaciones personales con plena confianza, empatía, llenas de amor,….., imagino unas condiciones de altísima tecnología y conocimiento,… imagino…. ¿me preguntas por creatividad? pues también me la puedo imaginar inmensa.”
1. Plenitud y creatividad: La creatividad ocurre en el espacio de la necesidad y la necesidad no puede existir en la plenitud, sobre todo si ésta es un sustantivo (con mayúscula): porque una tal “Plenitud” debiera ser como mínimo absolutamente “plena”.
2. Sí, una Plenitud en la que no haya necesidad de descubrir algo, pudiera ser metafóricamente equivalente a la vida en la placenta cuando no haya patología que la desestabilicen más allá de lo tolerable y recuperable como parte del crecimiento. Más aún el crecimiento en la placenta ni es idílico ni es impasible y menos inmóvil sino dinámico porque está movido por la necesidad de crecer que el huevo y la esperma iniciales no pudieron detener ni renunciar. (Lo de la “Gran Madre” lo interpreto acallando mi sentido cáustico del humor pero muy dificultosamente, por respeto a tu seriedad, Juanel y a Atrio.)
3. Si la naturaleza fetal es interpretada literalmente como la de la criatura humana o animal antes de nacer o explotar la placenta, obviamente no. Si se trata de lenguaje figurado, se sobran los millones de personas (en realidad gente que ha sido despojada de su personalidad en situaciones de opresión o deshumanización) y que viven, metafóricamente al menos) confinados a la insoportable prisión de una placenta artificial que les impide desarrollar sus potencialidades.
4. No comprendo qué quieres expresar al afirmar la certidumbre de tu planteo de “Plenitud como horizonte utópico” pero eso sea una reivindicación de “la utopía como motor de la vida”. Eres libre de pensarlo y plantearlo en esos términos si así lo comprendes. Pero aunque sea cierto no es válido desde mi punto de vista, desde el cual la utopía no es el motor de la vida sino de la esperanza que hace llevadera a la vida que es una proposición diferente. LO que mueve a la vida en mi percepción es la insatisfacción que engendra la necesidad y el deseo, como que lo que mueve al conocimiento es la ignorancia. Y la necesidad y la ignorancia no caben en una Plenitud que sea (valga el rejuego de palabras) “plena” o máximamente lograda. Cualquier otra forma de Plenitud fuera incompleta y por lo tanto “no plena”.
Hasta donde sé, pero desde luego solo en esa medida, la única descripción de Jesús acerca del Reino es atribuida tardíamente aunque quizás legítimamente, afirmando que su “reino no es de este Mundo” lo cual elimina toda proyección mundane de cualquier future de la realidad porque la única que conocemos y posiblemente podemos conocer es “mundana” y de este Mundo.
Esa es la razón por la que considero que la hipótesis,, cualquier hipótesis de Plenitud, al ser imaginada no pueda ser atribuida a palabras de Jesús y por lo tanto deber ser interpretada como otra utopia humana, que no tiene que ser algo condenable pero que debe auto-reconocerse como limitada a lo mundane con sus pros y contras, sobre todo aceptando que alguna divinidad creara esto tan en proceso que es la realidad en la que y de la que existimos.
Gracias, Santiago, por tus ideas. Estoy por cambiar mi campo de trabajo para centrarme en la trilogía paulina, por donde sospecho que anda la madre del cordero especulativo: “1.-En Él vivimos. 2.-En Él nos movemos. 3.-En Él somos. Y ahora voy a reflexionar, ah, eso sí, con la ayuda de muchos atrieros y la tuya y Juanel y Óscar y…en particular
Me alegro Santiago de que mi propuesta sobre la Plenitud te vaya sirviendo en tus planteamientos de justificación de la fe. Es que los dos primeros párrafos los podía haber escrito yo, vamos que estamos de acuerdo. Ya me habías insistido en que nuestras posiciones estaban cerca, que coincidíamos bastante y yo no llegaba a entenderlo, pues por lo que decías me parecías muy alejado de las mías.
En lo que sigue hablas de lo sobrenatural, de la interacción entre lo analítico y lo místico. Sobre lo místico no veo ninguna posibilidad de que aporte algo a mi propuesta, como he explicado en mi comentario anterior. No soy de la opinión de que la religión será mística o no será, pues considero que la religiosidad puede tener pilares donde sustentarse y progresar distintos a la mística y que tengan poco o nada que ver con ella. Con respecto a lo sobrenatural mi posición es cortar por lo sano. Nada de lo sobrenatural admite mi propuesta. Lo sobrenatural pertenece a una cosmovisión diferente a la mía que se remonta a un lejano pasado. Si fuese algo nuevo con perspectivas de futuro sería bien distinto, pero algo del pasado con lo precario de los conocimientos que disponían entonces, comparados con los nuestros que aún consideramos muy insuficientes, poco es lo que podemos aprovechar en estas materias. (¡Ah! Santiago, no por pensar una cosa esa cosa es real y menos aún considerarla proveniente de Dios, sólo por suponer en nosotros la capacidad de poder pensarla).
Mi religiosidad se asienta en la incertidumbre y en una apuesta. Se asienta en la fe no sólo en que la Plenitud será alcanzada en esta vida humana al final de la historia, sino que también será acogida por Dios y que si esto fuese así y yo lo creo, apuesto por ello, entonces la Plenitud pertenecerá al ámbito divino en el cual será insertada. Mi oración, que significa para mí el signo más claro de expresión religiosa, no se dirige a Dios-Misterio-Trascendente ante el cual solo cabe el silencio, sino hacia la Plenitud que es humana pero también divina, por constituir su destino último y definitivo. Por tanto mi oración se dirige a humanos en plenitud de vida, en particular hacia Jesús de Nazaret “vivo”. Y de aquí parte todo lo demás de mi religiosidad, por supuesto cristiana.
Saludos cordiales
Como me pasa a menudo las primeras impresiones sobre un texto suelen estar equivocadas. Me tengo que repensar las cosas antes de opinar. Ayer calificaba la “razón histórica” como ridícula y si esto es así resulta que yo también soy ridículo porque a mí me interesa. Quizás no tanto la mirada al pasado aunque también, sino su proyección hacia el futuro que si mal no recuerdo también tiene su importancia en el marxismo. Tal vez precisar que la razón histórica sea lo único que nos queda de una vida desilusionada sea demasiado, pero es verdad en mi opinión que la lucha por una trayectoria de la historia humana hacia la utopía puede devolver la ilusión por la vida, en donde puede asentarse una esperanza y por tanto una fe. La lucha por la utopía, que en mi propuesta la Plenitud lo es, ocupa un lugar central determinante, pero no es única ya que la Plenitud no acaba en sí misma sino que se abre a lo religioso.
En cuanto a la revelación el texto dice “hay revelación siempre que el hombre se siente en contacto con una realidad distinta de él, cuando nos parece absolutamente realidad y no mera idea, presunción, imaginación”. Este texto fuera de contexto me parece algo de lo más común, cuando me relaciono con mi vecino pues no solo me parece sino que estoy seguro de que mi vecino es real y no una idea o una imagen o una presunción. Cuando salimos del sí mismo “chocamos” de inmediato con nuestro entorno natural y humano, algo externo a nosotros que se nos impone digamos de forma absoluta como dice su autor. Ahora bien, si en ese salirnos del sí mismo evitamos el choque con los demás y con el mundo que nos rodea, pues podemos seguir adelante y traspasar todos los límites que nos salgan al paso, buscando un fondo un punto de llegada en el que el avance se detenga. Este avance también puede hacerse en sentido inverso, en lugar de salir entrar en el interior en el “hondón del alma” tanto como se pueda, evitando cualquier límite buscando un fondo que también lo detenga ¿Hay alguno? El autor me dice que sí, que se trata de la “realidad trascendente” que se le impone por revelación y que puede, con la “razón” surgida de ella, adquirir conocimiento que estima superior al científico.
Mi objeción a lo que me dice el autor es que esa “realidad trascendente” que detiene el avance podría ser simplemente un interpuesto fabricado en nuestro cerebro precisamente para evitar esa huida hacia ninguna parte. En mi opinión no existe fondo alguno en el que podamos detenernos. Si nos empeñamos en quitar límites, es que lo podemos hacer tan bien que nada se interponga en nuestra escapada. Es una huida sin fin en algo así como la Nada budista, a lo que yo prefiero referirme como Misterio, y que por no tener ni límites ni fondo no puede decirse nada de él y menos aún sacar de él o de esta experiencia de escape algún tipo de conocimiento. Y la única actitud que me parece válida ante el Misterio es un profundo silencio respetuoso y expectante. La única actitud o experiencia mística a la que doy validez .
Pascual, con respecto a la “realidad trascendente” no hay duda ninguna que todos aspiramos a ella….El problema reside que el mundo actual y la vida que estamos viviendo no parecen indicarnos el camino…Las últimas investigaciones de la Ciencia indican que el Universo no está reduciendo su velocidad, como se pensaba antes, sino que continua ACELERANDO su velocidad de expansion . Es decir la energía “oscura” está repeliendo las galaxias y “acabando” con el Universo. Esta fuerza destructiva, que no es mas que el aumento de la entropía, ES en la actualidad imposible de detectar y no se sabe por qué existe y cual es su origen. Si esta energía “negra” continua separando el Universo, a la larga, la Vía Láctea se convertiría en una galaxia solitaria. El Universo, que comenzoó en un instante, creándose los primeros elementos de la materia en la primera millónesima de segundo del comienzo del tiempo, tendría un largo pero difícil final….un final muy “frío”
Por eso, si nuestra naturaleza humana fue concedida a nosotros, ya que nosotros, los seres humanos no pudimos intervenir en su creación, y como tu dices es efímera ya que nuestra realidad vital parece no tener trascendencia…entonces…esta misma naturaleza humana….que no posee la vida en si misma….para ser trascendente tiene que recibirla tambien…de la misma manera que vino a la existencia….Por eso esa plenitud humana que estamos barajando solo es posible al final….cuando Alguien pueda transformarla con las propiedades espirituales a la que está destinada…No es un proceso pasivo..sino que requiere acción…por la vulnerabilidad de nuestra propia humanidad….
PERO nuestra “racionalidad” tiene una razón de ser pues se nos dio en orden a la búsqueda de la verdad absoluta que nosotros no poseemos..para poder acceder al concepto de lo que es extra-natural….Si no tuvieramos esta capacidad jamas podríamos siquiera pensar en la posibilidad de algo sobrenatural….como los otros seres “creados” que no poseen esta única cualidad…..
Por tanto, hay una interacción entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo analítico y lo místico ya que lo Segundo depende de lo primero..
Fuimos creados primero y despues pudimos acceder a lo absoluto que es Dios…ESTE DIÁLOGO como sugiere Antonio Duato está dentro de nosotros….Dialogamos con el Otro. el que pudo crearnos…Por tanto, solamente vamos a encontrar PAZ en lo espiritual, en lo sobrenatural, en lo verdaderamente místico…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Para comentar el texto de Ortega que nos trae Oscar, necesitaría muchas páginas y tiempo, sólo me ocuparé de lo que más me ha llamado la atención. Voy a imaginar que es un texto escrito ayer, no en 1935, por un tal señor O (de Ortega no de Oscar), porque tengo poca información sobre Ortega, por lo que mi crítica hacia él sería incompleta y por tanto improcedente.
Le diría al señor O que se aplique su medicina de descalificaciones y desprecios. El señor O se duele de la pérdida de su fe, primero porque la Ciencia se la ha disuelto y luego porque la fe en la Ciencia que la sustituía también ha desaparecido. Se encuentra entonces en un estado lamentable de desilusión. Pero lo que descubre por REVELACIÓN es ridículo, para emplear sus calificativos, algo que pretende riguroso y exigente en extremo, nada menos que la “razón histórica” la trayectoria humana como realidad trascendente. Yo le digo al señor O lo que le dice Pascual, ¿no sabe usted que la historia es pasado y como tal ha dejado de estar presente?
Con respecto a la opinión que tiene el señor O sobre la Ciencia, le diría que no se suba a los aviones, puesto que los conocimientos científicos en los que se basa su funcionamiento nada tienen que ver con lo real, sino que es meramente simbólico, y por tanto imaginado, y podría entonces imaginar con su intelecto ramplón la catástrofe incluso con mayor probabilidad que llegar a su destino. Este señor O no ha asumido la modernidad, pretende que la Ciencia es un invento mental, una fabricación interpuesta a la realidad a la que no le da más valor que lo puramente utilitario. Se sitúa en una posición anti-ilustrada anterior al XVIII, no en la corrección del posmodernismo a la pretensión moderna de totalitarismo del conocimiento científico y sobre la fe en la Ciencia. Pero la Ciencia no ha sido eliminada ni abandonada por la crítica posmoderna, todo lo contrario ahora hay más Ciencia que nunca. ¿Sólo por razones utilitarias o más bien porque tiene procedimientos para explicarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, mucho mejores que cualquier otro propuesto?
La definición de razón que nos propone el señor O es como poco confusa y altamente sospechosa. Resulta ser una facultad del intelecto que nos pone en contacto con la realidad topándonos con lo trascendente, que nos penetra por los poros o algo así. ¡Vamos, clarísimo! Si tuviésemos una facultad tan especial ¡qué necesidad habría de Ciencia alguna! no cabría analizar hechos pues se nos darían completos, sabríamos de inmediato cómo vienen y el porqué se dan. ¡Pero hombre! usted no sospecha de esa razón o acción intelectual tan reveladora nada menos que de la realidad trascendente. ¿No sabe usted que nuestro cerebro se inventa lo que a usted le dé la gana si se empeña en ello? Claro usted no puede saberlo si en realidad escribe en 1935.
Perdona Oscar mi tono cínico, pero no va en contra tuya. Tú explicas mejor el término revelación como gran ampliación (de una foto), buscar y ver mejor lo que hay. Es como un ¡eureka! ¡lo encontré! ¿verdad? ¿O quizás tengo que pensar que lo relacionas con lo trascendente por el texto que has traído aquí? Si así fuese pues te manifiesto mi disconformidad.
Saludos cordiales
Gracias, muchas gracias a los tres por ayudarme a seguir mis razonamientos buscando respuestas, aunque quizás lo mejor sería encontrar las preguntas adecuadas lo más precisas posibles.
El comentario de George me sugiere que precise un poco más qué entiendo por Plenitud Humana. La respuesta inmediata que doy es que la Plenitud es el Reino de Dios anunciado por Jesús de Nazaret, con sus cualidades de amor, justicia,….., que va siendo realizado aquí y que llegará un tiempo en el que paso a paso será alcanzado, será una realidad de la historia humana, base de mi fe y esperanza. Por tanto no es una cosa del ámbito divino sino del humano. Si se trata de plenitud de vida humana ¿cómo supones la pérdida de lo esencial de lo humano como es la creatividad,…, e imaginas algo así como un estado de inactividad durmiente en la placenta de la Gran Madre? ¿La vida plena humana es la fetal? Cierto que planteo la Plenitud como horizonte utópico, pero es que reivindico la utopía como motor de la vida, del quehacer humano. Y en la Plenitud caben muchas imágenes y hasta un lenguaje mítico. Me gusta entretenerme imaginando en ella unas relaciones personales con plena confianza, empatía, llenas de amor,….., imagino unas condiciones de altísima tecnología y conocimiento,… imagino….. ¿me preguntas por creatividad? pues también me la puedo imaginar inmensa.
Todavía ves teísmo en la acogida de la Plenitud en lo eterno. Dices que es teísmo porque asocio una conducta con Dios lo cual implica conocimiento. Repito que no lo sé, no sé si Dios va a acogerla o no precisamente porque no conozco su conducta, ni nada sobre él. Sólo digo que me gustaría que Dios si existiese la acogiese en lo eterno, que considero divino. Y te pregunto este gustarme ¿puedo asociarlo a una esperanza sin que intervenga ni pizca de conocimiento?
Es verdad que simplifico las opciones de elección final, será por deformación de una mente científica como la mía y por esto quizás procuro disolver los misterios y no quedarme en ellos por muy sugerentes y fecundos que sean. Las cosas no son tan simples lo sé, pero simplificar los problemas para analizarlos puede ser útil para dar algunas pistas de dónde nos encontramos y hacia dónde vamos.
Me preguntas cómo he llegado a la conclusión de que la acogida de la Plenitud Humana es la respuesta de Dios al sufrimiento y el mal. Insisto, yo no sé si habrá respuesta de Dios o no, pero si la hay necesariamente la perspectiva cambia profundamente. Es que en este caso, supone que el destino último y definitivo de la Plenitud está en lo eterno, y por tanto, traspasará el ámbito humano para insertarse en el divino. En consecuencia, de una cosa en principio completamente humana se pasa a algo que pertenece también al ámbito divino. Y si esto fuese así la Plenitud Humana podría “verse” con otros ojos, con otra mirada y ver en ella la respuesta de Dios a todos y cada uno de los problemas que vamos enfrentando en nuestras vidas. ¡Ojo! que nunca podremos perder de vista que partimos de un condicional, cargado de dudas y de incertidumbres, de un desconocimiento, y que en el fondo lo que hay es una elección, una apuesta.
He leido despacito a Ortega; gracias. ahora apostillo y a lo mejor protesto. O sea ¿ahora resulta que tengo razones para razonar lo irrazonable para que Ortega no me diga lo que soy, porque lo soy, “un provinciano intelectual”
“La verdad es que lo específico de la fe religiosa se sostiene sobre una construcción tan conceptual como puede ser la didáctica o la física” Yo no tengo criterios para decir a esto que no, pero lo que no puedo, por ahora, es decir que sí
“De aquí que sea preciso, en la situación actual de la humanidad, dejar atrás como fauna arcaica, los llamados «intelectuales» y orientarse de nuevo hacia los hombres de la razón, de la revelación”. ¿Nada más y nada menos?
“El hombre se pregunta: ¿qué es esta única cosa que me queda, mi vivir, mi desilusionado vivir? ¿Cómo ha llegado a no ser sino esto?” “Y la respuesta es el descubrimiento de la trayectoria humana,… la realidad trascendente. ¡Pero es que no la puedo palpar porque se esfumó! ¿Qué realidad es entonces, esa que se evaporó?
“El hombre enajenado de sí mismo se encuentra consigo mismo como realidad, como historia. Y, por vez primera, se ve obligado a ocuparse de su pasado, no por curiosidad ni para encontrar ejemplos normativos, sino porque no tiene otra cosa”. ¡Ya; esto sí, esto es otra historia, pero es que nos hemos salido del “asunto” O ¿es que el asunto es este y ando buscando otro? Me acuerdo de Pablo de Tarso cuando habla de “el hombre a ciegas…” Pues préstame un bastón para poder caminar porque sigo buscando en lo cotidiano, no más lejos.
Amigo Juanel: Tu estilo de meditación personal me hace vacilar al comentar lo que escribes. Así pues, permíteme comenzar por asegurarte que comprenderé que lo descartas si prefirieras continuar tu reflexión en voz alta sin interrupciones.
En ese espíritu arriesgo algunas preguntas.
Leo: “Y es que el clamor del sufrimiento humano y toda injusticia no se resuelven, en mi propuesta, en el ámbito divino sino en el humano” (énfasis añadido).
¿Pudiera ser de otra manera? La posibilidad de alienar la responsabilidad sobre la injusticia que los materialistas critican a lo religioso y a la religión no deja constituir una crítica válida. No es que Dios esté silente o impasible, o que sea un “observador no implicado” en el sufrimiento humano: ¿Cómo saberlo?
Tampoco es admisible la hipótesis del dios sádico (F. Varrone), que Dios cause por acción u omisión el sufrimiento humano. En ambos casos se afirmara afirmar algo que, desde abajo, desde la “condición humana” (Malraux) o desde la situación de los “malditos de la Tierra” (Fanón) no fuera o es posible saber.
Leo también esta conclusión que escribes y no sé si comprendo del todo; la cual quizás debieras explicar un poco más: “Entonces pudiera decir que Dios no permanece callado y ciego sino que su respuesta es precisamente la Plenitud, propia del ámbito humano” (énfasis añadido). La pregunta de orden fuera de nuevo: ¿Cómo o por dónde, desde dónde arribas a esta conclusión?
Afirmas: “Todos los problemas humanos, sus expectativas y esperanzas, deseos y aspiraciones,…., se resuelven en la Plenitud, el único problema que no puede resolverse en ella misma es su permanencia en lo eterno. Y este problema es justo del final, en lo último y definitivo, pues todos los demás problemas quedan atrás y resueltos en la Plenitud” (énfasis añadido).
Dos notas a este respecto: La una es que parezca que interpretes la Plenitud como panacea o estado ideal de ausencia de sufrimiento o carencia en la que cada persona (o la totalidad de la raza humana) al fin encontraran una forma de utopía en la cual las personas flotaran (quizás como en el frigorífico de aquella película ya vieja “Coma”); en la que la creatividad la cual quizás sea el único rasgo humano realmente divinizante o inagotable (al menos de conjunto) perdiera su sentido y función y por lo tanto la humanidad retornara a ser como una especie de feto gigantesco, en un útero absolutamente englobante, alimentado antes de sentir hambre y durmiente antes de desear dormir, respirante por los pulmones de la Plenitud, una especie de súper mamá que lo provea todo como en aquél paraíso perdido al nacer.
Añades: “A la pregunta de por qué razón acogería Dios la Plenitud en su ámbito eterno, si quiero responderla, sólo me queda decir que si Dios existe él sabrá lo que hace y porqué, pues no puedo meterme en su ámbito divino, ni tampoco recurrir a problemas humanos que resuelve la Plenitud” (énfasis añadido).
Seguramente se deba a mi incapacidad para pensar en estos términos, pero atribuir esta hipótesis como posibilidad de conducta divina o referirse a lo eterno como si fuera conocido es solo posible en el teísmo y el ateísmo, ambos pretendiendo definir a Dios o lo que Dios no sea, pero de cualquier modo constructos enraizados en el dogma de la necesaria existencia de Dios o de la imposible existencia de cierta divinidad propuesta por quienes afirman alguna divinidad como si conocieran de ella.
Siguiéndote en tus andaduras me parece que formules esta conclusión: “Es que el problema se sitúa al final y no en si será alcanzada o no, que también es anterior. Por tanto la pregunta se refiere sólo al final escatológico, a lo último y definitivo, y si no quiero meterme en el ámbito divino del cual afirmo que no sé nada, lo que me queda es una alternativa de elección entre dos únicas opciones posibles: o bien, todo acaba en fracaso y extinción, o bien, por el contrario habrá continuidad de permanencia en lo eterno. No veo forma alguna de “saber” qué es lo que ocurrirá, tampoco se trata en mi opinión de descubrir la “verdad”, ni de ser más o menos realistas, sino que se trata de escoger entre dos opciones contrarias de igual validez e idéntica posibilidad por puro desconocimiento” (énfasis añadido).
En realidad sí sabes algo: Tu propia esperanza que constituye un modo de saber, conocer aunque se trata de certidumbre o incertidumbre, términos o nociones que no son antónimos/antagónicas, sino complementarias. Algo así como el aire que estés respirando ahora y el que te quede por respirar con respecto a la totalidad del aire posiblemente respirable pero siempre inconmensurable.
Pensar en blanco y en negro ciertamente simplifica las cosas pero las simplifica demasiado al punto de empobrecerlas hasta lo imposible. En el principio de incertidumbre de W. Heisemberg que conoces hay implícita una alternativa la cual, en el contexto de los libros sagrados o sapienciales de la humanidad, representa a menudo la profecía (que nada tenga que ver con adivinar o predecir el futuro). Ninguno, pero absolutamente ninguno de esos tratados intentó explicar ni la causa u origen, ni el propósito o necesidad del mal y, sin embargo, ninguno lo niega.
Buda parece haber optado por “esperar” que la persona llegara a ser inmune al mal. De ahí su hipótesis de desaparición mágica de éste en el estado de iluminación absoluta o Nirvana.
Dicha hipótesis no muy lejos ella misma del paraíso cristiano o islamista aunque desde luego, Buda nunca lo supo. Los hindúes, por su parte, no pudieron sobrepasar la idea de un Mal eterno y dos mundos separados en el que éste, a su manera, pudiera existir sin contradicciones porque en el mundo de Mal el Bien no estaría incluido. Por la misma razón concibieron antagónicamente, más allá de toda conciliación, otro mundo armonioso de Bien en el que el Mal no existiera. En las culturas mesoamericanas de los últimos 4000 años más o menos, el Mal es manipulable o no por la magia y existe en el todo simplemente como inevitable (Cf., por ejemplo, “El Espejo Enterrado” sobre todo la serie en DVD (Los Ángeles, Microangelo Educational Media LLC, 2010) en la que escuchar a Carlos Fuentes mismo explicar los mitos de las culturas mexicanas es un gozada mayor y las ilustraciones con fotografía de los lugares relacionados una ilustración de primera categoría, al menos lo fue para mí).
Y terminas tu comentario con esta posible alternativa que desde el inicio das por supuesta: “Por supuesto, pudiera pasar de elegir refugiado en el no saber, o en la indiferencia, o en la duda, pudiera no plantearme siquiera la pregunta ajena a esa inquietud,…., pero yo me he colocado en esta tesitura, motivado a dar una respuesta. Puesto a elegir es que no hay color. Una opción habla de fracaso y frustración, de entereza para asumir una realidad que se considera con un destino final catastrófico, pero que en el fondo desconocen. La otra habla de esperanza, de triunfo del bien, de logro, de objetivo, de meta exitosa y permanente, aunque también se desconoce” (énfasis añadido).
Este dilema me parece gratuito o innecesario (aunque no lo sea, recuerda que solo hablo desde mi incomprensión). Es muy difícil excluir la potencialidad inherente a la noche o al desconocimiento, a aquella naturaleza profunda y enormemente fecunda del Misterio.
Permíteme remitirte a esta bella enigmática cita recogida en la segunda mitad del Proto o Primer Isaías 21, 11-12: “Profecía contra Dumá: Alguien me grita desde Seír: «Centinela, ¿cuánto queda de la noche? Centinela, ¿cuánto falta para que amanezca?» 12 El centinela responde: «Ya viene la mañana, pero también la noche; si quieren preguntar, pregunten; si quieren volver, vuelvan.»”
Hola!
Acá se busca una NUEVA IMAGEN DE DIOS ¡0k!
Blow-Up es una película de 1966, conocida como Deseo de una mañana de verano
La historia está basada en el relato de Julio Cortázar Las babas del diablo.
Blow Up, en la jerga fotográfica se entiende como una gran ampliación durante el REVELADO de una foto. Un BUSCAR VER MEJOR LO QUE HAY.
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Parece que el significado del Vocablo REVELACIÓN que solemos utilizar no es solo del “mundo divino-religioso”. Dicho “Vocablo” para que hoy nos “signifique” algo más que lo “religioso necesitaría de una DES-VELACIÓN: ponerlo en el “acido de la vida cotidiana” a ver qué le pasa.
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Leo de Pascual:
– “Me he quedado sin razones para razonar lo irrazonable. Y Dios es irrazonable”-
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Sobre la REVELACIÓN (la Nueva Buscada) y sobre la RAZÓN aporto reflexiones de Ortega y Gasset del #IX de su Estudio (1935) “Historia como Sistema” OCT6,45-50. (destilado y subtitulados míos)
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1.- EL HOMBRE NECESITA UNA NUEVA REVELACIÓN
Y hay revelación siempre que el hombre se siente en contacto con una realidad distinta de él. No importa cuál sea esta, con tal que nos parezca absolutamente realidad y no mera idea nuestra sobre una realidad, presunción e imaginación de ella.
2.- LA RAZÓN fue en su hora una REVELACIÓN
La astronomía anterior a Kepler y Galileo era un mero juego de ideas, y cuando se creía en uno de los varios sistemas usados y en tal o cual modificación de esos sistemas, se trataba siempre de una pseudo-creencia.
Se creía en una u otra teoría como tal teoría. Su contenido no era la realidad, sino solo una «salvación de las apariencias».
La adhesión que un cierto razonamiento o combinación de ideas provoca en nosotros no va más allá de ellas. Suscitada por las ideas como tales, termina en estas. Se cree que aquellas ideas son, dentro del juego y orbe de las ideas, las mejor elaboradas, las más fuertes, las sutiles, pero no por eso se experimenta la impresión arrolladora de que en esas ideas aflora la realidad misma; por tanto, que esas ideas no son «ideas», sino poros que se abren en nosotros, por los cuales nos penetra algo ultramental, algo trascendente que, sin intermedio, late pavorosamente bajo nuestra mano.
3.- EL DOBLE PAPEL DE LAS IDEAS
Las ideas, pues, representan dos papeles muy distintos en la vida humana:
* unas veces son meras ideas. El hombre se da cuenta de que, a pesar de la sutileza y aun exactitud y rigor lógico de sus pensamientos, estos no son más que invenciones suyas; en última instancia, juego infrahumano y subjetivo, intrascendente. Entonces la idea es lo contrario de una revelación —es una invención.
* Pero otras veces la idea desaparece como tal idea y se convierte en un puro modo de patética presencia que una realidad absoluta elige. Entonces la idea no nos parece ni idea ni nuestra. Lo trascendente se nos descubre por sí mismo, nos invade e inunda —y esto es la revelación.
4.- EL VOCABLO “RAZÓN”
Desde hace más de un siglo usamos el vocablo «razón», dándole un sentido cada día más degradado, hasta venir de hecho a significar el mero juego de ideas. Por eso aparece la fe como lo opuesto a la razón.
Olvidamos que a la hora de su nacimiento en Grecia y de su renacimiento en el siglo XVI, la razón no era juego de ideas, sino radical y tremenda convicción de que en los pensamientos astronómicos se palpaba inequívocamente un orden absoluto del cosmos; que, a través de la razón física, la naturaleza cósmica disparaba dentro del hombre su formidable secreto trascendente. La razón era, pues, una fe.
5.- RAZÓN y FE
Por eso, y solo por eso —no por otros atributos y gracias peculiares—, pudo combatir con la fe religiosa hasta entonces vigente.
Viceversa, se ha desconocido que la fe religiosa es también razón, porque se tenía de esta última una idea angosta y fortuita. Se pretendía que la razón era solo lo que se hacía en los laboratorios o el cabalismo de los matemáticos. La pretensión, contemplada desde hoy, resulta bastante ridícula y parece como una forma entre mil de provincialismo intelectual.
6.- INELUDIBLE “RAZÓN” de la “FE RELIGIOSA”
La verdad es que lo específico de la fe religiosa se sostiene sobre una construcción tan conceptual como puede ser la didáctica o la física. Me parece en alto grado sorprendente que hasta la fecha no exista —al menos yo no la conozco— una exposición del cristianismo como puro sistema de ideas, pareja a la que puede hacerse del platonismo, del kantismo o del positivismo. Si existiese —y es bien fácil de hacer—, se vería su parentesco con todas las demás teorías como tales y no parecería la religión tan abruptamente separada de la ideología.
7.- DEFINIENDO LA “RAZÓN”
Todas las definiciones de la razón, que hacían consistir lo esencial de esta en ciertos modos particulares de operar con el intelecto, además de ser estrechas, la han esterilizado, amputándole o embotando su dimensión decisiva.
Para mí es razón; en el verdadero y rigoroso sentido, toda acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad, por medio de la cual topamos con lo trascendente.
Lo demás no es sino… intelecto; mero juego casero y sin consecuencias, que primero divierte al hombre, luego le estraga y, por fin, le desespera y le hace despreciarse a sí mismo.
8.- NUESTRA SITUACIÓN
De aquí que sea preciso, en la situación actual de la humanidad, dejar atrás como fauna arcaica, los llamados «intelectuales» y orientarse de nuevo hacia los hombres de la razón, de la revelación.
9.- (de nuevo) EL HOMBRE NECESITA UNA NUEVA REVELACIÓN
Porque se pierde dentro de su arbitraria e ilimitada cabalística interior cuando no puede contrastar ésta y disciplinarla en el choque con algo que sepa a auténtica e inexorable realidad.
Ésta es el único verdadero pedagogo y gobernante del hombre. Sin su presencia inexorable y patética, ni hay en serio cultura, ni hay Estado, ni hay siquiera —y esto es lo más terrible— realidad en la propia vida personal.
Cuando el hombre se queda o cree quedarse solo, sin otra realidad, distinta de sus ideas, que le limite crudamente, pierde la sensación de su propia realidad, se vuelve ante sí mismo entidad imaginaria, espectral, fantasmagórica.
Sólo bajo la presión formidable de alguna trascendencia se hace nuestra persona compacta y sólida y se produce en nosotros una discriminación entre lo que, en efecto, somos y lo que meramente imaginamos ser.
10.- “RAZÓN FÍSICA” o “EL MERO INTELECTO”
Ahora bien; la razón física, por su propia evolución, por sus cambios y vicisitudes, ha llegado a un punto en que se reconoce a sí misma como mero intelecto, si bien como la forma superior de éste; hoy entrevemos que la física es combinación mental nada más.
Los mismos físicos han descubierto el carácter meramente «simbólico», es decir, casero, inmanente, intrahumano, de su saber. Podrían producirse en la ciencia natural estas o las otras razones; podrá a la física de Einstein suceder otra; a la teoría de los quanta otras teorías; a la idea de la estructura electrónica de la materia, otras teorías; nadie espera que esas modificaciones y progresos brinquen nunca más allá de un horizonte simbólico.
11.- FÍSICA Y TRASCENDENCIA
La física no nos pone en contacto con ninguna trascendencia.
La llamada naturaleza, por lo menos lo que bajo este nombre escruta el físico, resulta ser un aparato de su propia fabricación que interpone entre la auténtica realidad y su persona. Y, correlativamente, el mundo físico aparece, no como realidad, sino como una gran máquina apta para que el hombre la maneje y aproveche.
Lo que hoy queda de fe en la física se reduce a fe en sus utilizaciones. Lo que tiene de real —de no mera idea— es solo lo que tiene de útil. Por eso se ha perdido miedo a la física, y con el miedo, respeto, y con el respeto, entusiasmo.
12.- PREGUNTA DEL MILLÓN! (el intento de Spong)
Pero, entonces,
¿de dónde puede venirnos esa nueva revelación que el hombre necesita?
13.- LA DESILSIÓN mueve EL OBJETIVO – DIOS Y EL INTELECTO DEJAN PRIMER PLANO
Toda desilusión, al quitar al hombre la fe en una realidad, a la cual estaba puesto, hace que pase a primer plano y se descubra la realidad de lo que le queda y en la que no había reparado. Así, la pérdida de la fe en Dios deja al hombre solo con su naturaleza, con lo que tiene.
De esta naturaleza forma parte el intelecto, y el hombre, obligado a atenerse a él, se forja la fe en la razón físico-matemática. Ahora; perdida también —en la forma descrita— la fe en esa razón, se ve el hombre forzado a hacer pie en lo único que le queda, y que es su desilusionado vivir.
He aquí por qué en nuestros días comienza a descubrirse la gran realidad de la vida como tal, de que el intelecto no es más que una simple función y que posee, en consecuencia, un carácter de realidad más radical que todos los mundos construidos por el intelecto. Nos encontramos, pues, en una disposición que podía denominarse «cartesianismo de la vida» y no de la cogitatio.
14.- ¿QUÉ NOS QUEDA?
El hombre se pregunta: ¿qué es esta única cosa que me queda, mi vivir, mi desilusionado vivir? ¿Cómo ha llegado a no ser sino esto?
Y la respuesta es el descubrimiento de la trayectoria humana, de la serie dialéctica de sus experiencias, que, repito, pudo ser otra, pero ha sido la que ha sido y que es preciso conocer porque ella es… la realidad trascendente.
15.- NOS QUEDA “LA HISTORIA HUMANA”
El hombre enajenado de sí mismo se encuentra consigo mismo como realidad, como historia. Y, por vez primera, se ve obligado a ocuparse de su pasado, no por curiosidad ni para encontrar ejemplos normativos, sino porque no tiene otra cosa.
16.- “HISTORIA” como “RAZÓN HISTÓRICA” (AUTO-BIOGRAFÍA)
No se han hecho en serio las cosas sino cuando de verdad han hecho falta. Por eso es la sazón, esta hora presente, de que la historia se instaure como razón histórica.
Hasta ahora, la historia era lo contrario de la razón.
En Grecia, los términos razón e historia eran contrapuestos. Y es que hasta ahora, en efecto, apenas se ha ocupado nadie de buscar en la historia su sustancia racional. El que más, ha querido llevar a ella una razón forastera, como Hegel, que inyecta en la historia el formalismo de su lógica, o Buckle, la razón fisiológica y física.
17.- “RAZÓN HISTÓRICA” es “LO QUE AL HOMBRE LE HA PASADO”
Mi propósito es estrictamente inverso. Se trata de encontrar en la historia misma su original y autóctona razón. Por eso ha de entenderse en todo su rigor la expresión «razón histórica».
No una razón extra-histórica que parece cumplirse en la historia, sino literalmente, lo que al hombre le ha pasado, constituyendo la sustantiva razón, la revelación de una realidad trascendente a las teorías del hombre y que es él mismo por debajo de sus teorías.
Hasta ahora,
* lo que había de razón no era histórico, y
* lo que había de histórico no era racional.
La razón histórica es, pues, ratio, logos, rigoroso concepto.
18.- RAZÓN HISTÓRICA y RAZÓN FISICO-MATEMÁTICA
Conviene que sobre esto no se suscite la menor duda. Al oponerla a la razón físico-matemática no se trata de conceder permisos de irracionalismo. Al contrario, la razón histórica es aún más racional que la física, más rigorosa, más exigente que esta.
La física renuncia a entender aquello de que ella habla. Es más: hace de esta ascética renuncia su método formal, y llega, por lo mismo, a dar al término entender un sentido paradójico de que protestaba ya Sócrates cuando, en el Fedón, nos refiere su educación intelectual, y tras Sócrates todos los filósofos hasta fines del siglo XVII, fecha en que se establece el racionalismo empirista.
Entendemos de la física la operación de análisis que ejecuta al reducir los hechos complejos a un repertorio de hechos más simples. Pero estos hechos elementales y básicos de la física son ininteligibles. El choque es perfectamente opaco a la intelección. Y es inevitable que sea así, puesto que es un hecho.
La razón histórica, en cambio no acepta nada como mero hecho, sino que fluidifica todo hecho en el fieri de que proviene: ve cómo se hace el hecho. No cree aclarar los fenómenos humanos reduciéndolos a un repertorio de instintos y «facultades» —que serían, en efecto, hechos brutos, como el choque y la atracción—, sino que muestra lo que el hombre hace con esos instintos y facultades, e inclusive nos declara cómo han venido a ser esos «hechos» —los instintos y las facultades—, que no son, claro está, más que ideas —interpretaciones— que el hombre ha fabricado en una cierta coyuntura de su vivir.
En 1844 escribía Auguste Comte (Discours sur l’esprít positif, Ed. Schleicher, 73): «On peut assurer aujourd’hui que la doctrine qui aura suffisamment expliqué l’ensemble du passé obtiendra inévitablement, par suite de cette seule épreuve, la présidence mentale de l’avenir». [“Hoy se puede asegurar que la doctrina que haya explicado suficientemente el pasado, logrará inevitablemente, por este solo hecho, la primacía del porvenir.”]
…………………….
Me he quedado sin razones para razonar lo irrazonable. Y Dios es irrazonable; lo demás son licubraciones con muy buena voluntad, pero lucubraciones instigadas por la angustia.¡Vamos a darle vueltas una y otra vez! ¡Nada, sólo nada! Teilhar me dice que “Dios está en todo” Pero es que, digo yo, Dios no puede ser analizado con las categorías humanas. Dios se nos escapa siempre, aunque esté en todo. Pues ahí voy yo:¡ vamos a buscarlo en cualquier cosa por si lo encontramos!. Vamos a ello. Y cuando creamos que lo hemos encontrado, entonces y sólo entonces, analicemos si Dios es “clemente y misericordioso” o si esto es una “nana” que se canta a los bebés para que se duerman. No, no he terminado, pero hago punto aquí.
Pienso que al final sólo hay dos opciones posibles, el fracaso catastrófico y la permanencia en lo eterno, porque supongo la Plenitud alcanzada. Si no hubiese el paso a lo eterno el final sería mucho más estrepitoso y terrible. Es que si se alcanza la Plenitud en la historia significaría que ya se habría vencido todo el mal, el sufrimiento y hasta la muerte. Incluso el conocimiento y la tecnología derivada sería completo, por lo que podría irse al pasado y traer devolviéndoles la vida a todos los humanos de la historia a su mundo futuro, en planetas habitables de todo el Universo que se habrían colonizado. Todos disfrutando de la plenitud de vida y esperando el paso al ámbito eterno, pero si éste no sucede no tendrán ningún sitio en donde puedan escapar del desastre final.
Las diversas opciones aparecen si se supone que la Plenitud no se logre en la historia humana o no pueda ser alcanzada. Parece ser la posición común más razonable, por lo menos no requiere un exceso de esperanza. ¿Hay alternativa, bajo este supuesto, a la extinción de nuestra especie y la destrucción de lo construido con la desaparición de cualquier rastro o memoria o comprensión de lo sucedido? Bueno, hay alternativas para todos los gustos desde las diversas religiones en general y también desde la Teología (Escatología) cristiana hasta ahora. Ésta consiste en meter la Plenitud en el ámbito divino. Quiero decir, que Dios acoge o resucita (en cuerpo y/o espíritu) a los humanos tras su muerte y los lleva a su ámbito a un Cielo o Paraíso, incluso con una antesala o Purgatorio en donde se corrigen las imperfecciones o defectos que puedan haber, para otorgarles por la acción de Dios la plenitud de vida.
Esta alternativa la encuentro cargada de problemas, muy difíciles de resolver si es que tienen alguna solución, por lo cual trato de evitarlos sacando la Plenitud del ámbito divino para dejarla sólo en el humano, algo perteneciente a la historia humana. El primer problema quizás el más importante, es que se hace a Dios intervencionista en nuestro mundo de forma inevitable y es que al menos tiene que estar pendiente de la muerte (incluso también del nacimiento y de la vida) de los humanos ya sea individualmente o bien colectivamente al final de los tiempos o cuando él decida, para resucitarlos. Y además nos topamos de lleno con el problema de la revelación y en decir de algún modo cómo es Dios y qué quiere de nosotros, para que podamos explicar su intervención tan mágica y milagrosa. Algunos creen saber lo que Dios quiere y entre ellos los más radicales se empeñan en obligarnos a ser sumisos y obedientes a la voluntad de Dios, (no muy diferente de la propia), que suponen como verdad revelada.
Hay otras alternativas que reclaman su carácter religioso, que se basan en construir una Realidad muy diferente a la que se refiere la Ciencia. Pero a mí esos constructos de lo Real, aunque afirmen basarse o no contradecir a la Ciencia, aún no he encontrado ninguno que no la modifique o corrija en función de sus intereses.
Saludos cordiales
No me he quedado satisfecho con el comentario de ayer sobre la supuesta misericordia de Dios, pues si se busca la respuesta al sufrimiento humano y a la injusticia en el ámbito divino, entonces por mucho que me empeñe en no hablar de Dios, en realidad en esta acción, se dice algo sobre él. Y es que el clamor del sufrimiento humano y toda injusticia no se resuelven en mi propuesta en el ámbito divino sino en el humano. Entonces podría decir que Dios no permanece callado y ciego sino que su respuesta es precisamente la Plenitud, propia del ámbito humano. Todos los problemas humanos, sus expectativas y esperanzas, deseos y aspiraciones,…., se resuelven en la Plenitud, el único problema que no puede resolverse en ella misma es su permanencia en lo eterno. Y este problema es justo del final, en lo último y definitivo, pues todos los demás problemas quedan atrás y resueltos en la Plenitud.
A la pregunta de por qué razón acogería Dios la Plenitud en su ámbito eterno, si quiero responderla, sólo me queda decir que si Dios existe él sabrá lo que hace y porqué, pues no puedo meterme en su ámbito divino, ni tampoco recurrir a problemas humanos que resuelve la Plenitud. Es que el problema se sitúa al final y no en si será alcanzada o no, que también es anterior. Por tanto la pregunta se refiere sólo al final escatológico, a lo último y definitivo, y si no quiero meterme en el ámbito divino del cual afirmo que no sé nada, lo que me queda es una alternativa de elección entre dos únicas opciones posibles: o bien, todo acaba en fracaso y extinción, o bien, por el contrario habrá continuidad de permanencia en lo eterno. No veo forma alguna de “saber” qué es lo que ocurrirá, tampoco se trata en mi opinión de descubrir la “verdad”, ni de ser más o menos realistas, sino que se trata de escoger entre dos opciones contrarias de igual validez e idéntica posibilidad por puro desconocimiento.
Por supuesto, podría pasar de elegir refugiado en el no saber, o en la indiferencia, o en la duda, podría no plantearme siquiera la pregunta ajeno a esa inquietud,…., pero yo me he colocado en esta tesitura, motivado a dar una respuesta. Puesto a elegir es que no hay color. Una opción habla de fracaso y frustración, de entereza para asumir una realidad que se considera con un destino final catastrófico, pero que en el fondo desconocen. La otra habla de esperanza, de triunfo del bien, de logro, de objetivo, de meta exitosa y permanente, aunque también se desconoce.
Saludos cordiales
Gracias por vuestra comprensión de esta semana de descanso que me he tomado sin conectarme a la red.
Con respecto a lo que dices George en relación a la Plenitud pues estoy de acuerdo que puede considerarse sueño, deseo, esperanza, ambición,….un ideal, un horizonte utópico, quizás con ciertas posibilidades futuras de realización. Sería algo así como una utopía posible, pero puede llegar a ser mucho más que eso y constituirse en el centro desde el cual gravita todo lo importante en la vida. Aunque ese centro se forme basándose en una creencia, de grado diverso según el peso que vaya adquiriendo, no veo la posibilidad de hacer de ella una creencia cierta y menos segura. No me olvido del espíritu crítico, sino que de cuando en cuando me obligo a sospechar de su veracidad o de su falsedad, pues sé que en su base no existe conocimiento verdadero, sólo incertidumbre, pero a pesar de ello puedo ir renovando mi apuesta por la Plenitud y en cierto modo ir justificándola.
El clamor del sufrimiento humano donde trato de radicar mi esperanza, no habla de Dios, de cómo es Dios, si tiene o no tiene misericordia, una cualidad humana de un Dios antropomórfico, habla de lo humano y del desconocimiento sobre Dios. Fíjate que hablo en condicional: si Dios existe….. entonces ¿puedo esperar que acoja la Plenitud? Responder a esta pregunta no implica conocimiento, ni tampoco implica la necesidad de que si existe tenga que acogerla. Sólo hablo de expectativas humanas sobre algo que pueda o no pueda esperar, sin tener que preguntarme algo sobre Dios y por ahora no veo imposibilidad para esa esperanza. Cierto es que el clamor humano del sufrimiento parece reclamar la acción de Dios de acogida, sin embargo, más que reclamar derechos supone más bien una súplica, un ¡por favor! que así sea. En definitiva, lo que trato de hacer es que el marco o universo del discurso no se salga de lo humano, que no se diga nada acerca de Dios, aunque no estoy seguro de haberlo conseguido.
Un abrazo
Hola!
Fui leyendo:
De Pascual – 21-Mayo-2015
…”hay que llegar a un punto e introducirlo en mi interior (dentro de mi cuerpo y donde procesionan las ideas, los recuerdos, las imágenes y las manías); ese es mi interior.
De Antonio Duato – 22-Mayo-2015
… esa consciencia unitaria del cosmos que se produce en el “moi” (matiz diferente a decirJe o Yo),
donde yo presiento presente lo Otro en lo más íntimo de mí mismo, sin que pueda separarlo de mí
De George R Porta – 22-Mayo-2015
La noción de soi-même a que me refiero y traducible bastante felizmente como “sí mismo”, fuera muy cercana a la de sí y su circunstancia modificando un pelín la frase de Ortega y Gasset.
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Pienso que es allí, en el “SÍ MISMO”, “UNO MISMO”, “MOI-MÊME”, “SOI-MÊME” donde habría que buscar (y laborar) la NUEVA IMAGEN de DIOS.
Tal vez convenga que alerte que no se trata de “MI INTERIOR” según lo señala Pascual. Y no solo Pascual, sino que esa expresión-noción sigue siendo el impedimento para comprender la NOVEDAD (nova terra incognita) que es aquel “sí mismo”; pero que se va abriendo camino con las dudas engendradoras de distinciones como “Qué” y “Quién”, o “el FONDO de mi intimidad”, etc.
La falta de laborar esos conceptos ha dejado en un “callejón sin salida” a Lenaers (“teonomía”) y ahora a Spong.
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Ofrezco alguna reflexión sobre esto aportado por Ortega acerca del “INTERIOR” de uno mismo.
Notita: (¡a propósito, George: ¿has considerado que en la aludida frase de Ortega hay 2 “yoes” distintos? –Yo soy yo y mi circunstancia …”- Pienso que el primer “Yo” es el “sí mismo”)
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(Algunos párrafos extractados de “Goethe, el libertador” -1932- Ortega y Gasset – OCT4,421-427)
La libertad es un movimiento con su terminus a quo y su terminus ad quem. ¿De qué y hacia qué nos libertamos? La liberación de que se trata es la liberación hacia sí mismo. El terminus a quo es,.. lo demás, lo que no es el “sí mismo”.
Estoy invitado a evadirme de lo demás como de una prisión y a instalarme en mí mismo.
No sabemos bien en qué consiste el “mí mismo”. No importa: “ser sí mismo” nos representa la caricia más secreta y profunda, es como si acariciaran nuestra raíz. Es la promesa de la máxima voluptuosidad. Apenas abierta la puerta de la prisión, damos el enorme brinco hacia la delicia de ser sí mismo.
Vamos a palpar, temblando de placer, las morbideces del yo. Pero… ¿dónde está?
Lo buscamos en torno y no lo hallamos. Penetramos en nuestro interior seguros de encontrarlo. In interiore hominí hábitat veritas —había dicho San Agustín.
Nos imaginamos nuestro interior como un recinto, una cámara hermética y limitada, donde no puede perderse nuestro yo, escabullirse, fugarse. Allí no habrá escape: podremos echarle a nuestro Yo la mano al cuello, como hace el policía con el ladrón acorralado. Y, en efecto, nuestra intimidad tiene sus cuatro paredes bastante definidas.
Lo problemático es el fondo, nuestro fondo.
Nos preguntamos: ¿creo yo en el fondo eso que parezco creyendo —en política, en arte, en ciencia, en amor? Porque el “mí mismo” consistirá en lo que yo sea en el fondo.
Y empiezo a levantar los suelos de mi intimidad, como un arqueólogo que busca bajo la gracia del paisaje visible la Troya auténtica, la Troya de Príamo y Eneas. ¡Vano empeño! Las capas geológicas de mi fondo se suceden unas bajo otras, con su fauna variada, suave o atroz. Yo no soy últimamente éste, ni éste de más abajo. Son falsos yos que me han colonizado, que han venido de fuera: ideas recibidas, preferencias que el contorno me ha impuesto, sentimientos de contagio, personalidades mías que en todo momento puedo revocar, substituir, modificar. Y yo, incitado a esta excursión vertical, busco mi yo mismo, no un yo cualquiera: mí yo necesario, irrevocable.
¿No es este exasperado afán por hacer pie en la tierra firme, en la autoctonía de sí mismo, lo que nos moviliza en las horas dramáticas que reclaman nuestra mayor autenticidad?
Nuestro fondo es más abismático de lo que suponíamos.
Por eso no hay medio de capturar nuestro “yo mismo” en la intimidad. Se escapa por escotillón, como Mefistófeles en el teatro.
Necesitamos otro método que sea el verdadero.
En vez de ponernos a contemplar nuestro interior, salgamos fuera.
La vida es precisamente un inexorable ¡afuera!, un incesante salir de sí al Universo. Si yo pudiese vivir dentro de mí, faltaría a lo que llamamos vida su atributo esencial: tener que sostenerse en un elemento antagónico, en el contorno, en las circunstancias.
Ésta es la diferencia entre Dios y nosotros.
Él está dentro de sí, flota en sí mismo; lo que le rodea no es diferente de lo que él es. Esto no es vida —es beatitud, felicidad. Dios se da el gusto de ser sí mismo. Pero la vida humana es precisamente la lucha, el esfuerzo, siempre más o menos fallido, de ser sí mismo. En rigor, para Dios no hay un dentro ni un fuera —porque no vive.
La contraposición surge en el caso del hombre:
es él un dentro que tiene que convertirse en un fuera. En este sentido, la vida es constitutivamente acción y quehacer. El dentro, el “sí mismo” no es una cosa espiritual frente a las cosas corporales del contorno. La psique no es sino un cuasi-cuerpo, un cuerpo fluido o espectral. Cuando miro, de espaldas al contorno físico, esa supuesta intimidad mía, lo que hallo es mi paisaje psíquico, pero no mi yo. Este no es una cosa, sino un programa de quehaceres, una norma y perfil de conducta.
Ahora se comprende por qué el yo resulta inaccesible cuando lo buscamos.
Buscar es una operación contemplativa, intelectual. Sólo se contemplan, se ven, se buscan cosas. Pero la norma surge en la acción. En el choque enérgico con el fuera brota clara la voz del dentro como programa de conducta. Un programa que se realiza es un dentro que se hace un fuera.
Vivamos de la promesa: oprimamos el contorno con el perfil secreto y programático de nuestro “yo mismo”.
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Esa señora, la de Juanel, es una sabia e intuyó que el marido necesitaba un descanso. Buenos días, Óscar, hoy voy a votar con muchísimo interés pero sin filias ni fobias sino con “mi sentido común”. Soy un ciudadano del mundo que siente en universal (que padece) y en el terruño que pisa. Espero que gane lo que salga y…a seguir viviendo porque pienso que “no hay mal que por bien no venga”
Tienes la cortesía de seguir el hilo que dejé suelto y te lo agradezco. Te cuento: un día pregunté a A Duato qué es la fe. Su respuesta la tengo como referencia clave. Otro día pregunté no sé cómo por la mística; y tú me respondiste sin soflamas, con la manera que tienes de “andar por casa” de tal modo que hoy te tengo como referencia también clave. Así como lo digo. Y ahora paso a responder a tu anterreceta pero en otro formato. Verás…
Hola Pascual!
Vamos a desearle a Juanel que le haga caso a su mujercita y que se reponga de tanta tensión.
Tal vez logre –sin esfuerzo adicional y casi como “sin darse cuenta”- aflojar los tornillos tensionados.
Pero tú dices:
– “Es que hay que llegar a un punto de no retorno
* e introducirlo en mi interior; o sea, dentro de mi cuerpo y particularmente en (la cabeza); ese es mi interior. Aquí sigo.”-
Y agregas:
– “Si en algún momento tu reflexión llega a otras metas…”.
Ok!; sin que sea tipo “Receta”, te insinúo la mía.
Más que “meter ADENTRO” (“internalizar” desde Afuera)
se trató de un “salir AFUERA” (“externalizar” desde Adentro).
Pienso que la vida se nos ha dado, pero “Vacía”; Tenemos que OCUPARLA.
La Vida “da mucho Que-Hacer”. Consiste en Ocuparnos del Mundo.
Lo Auténtico (lo felicitario) es que nos ocupemos de lo que nos importa, de lo que nos interesa.
Y para ello hay que “prestar ATENCIÓN” (“dime lo que ATIENDES y te diré QUIÉN eres”) Atención a las COSAS que, por ello, nos saltarán a la vista. Cosas que re-huiremos si nos “dificultan” el Paisaje de nuestro anhelo, o que acercaremos si nos lo “facilitan”.
Es, por lo tanto en los “QUEHACERES”, en las “OCUPACIONES” donde vamos Haciendo nuestra Vida.
Durante un período de aprox. 10 años el Quehacer que se situaba en el primer plano de mi Panorama era el Asunto DIOS. Desde ese “en-foque” se componía mi Cuadro vital, recibiendo de él las Cosas de los demás Planos su Sentido y Armonía.
Pero “no hay mal que dure cien años” y otras “periferias existenciales” iban trasladando (poco a poco, y algunas drásticas) el FOCO DE ATENCIÓN. Y yo me OCUPABA de ellas.
Y así, viviendo de ocupación en ocupación, de atención en atención, iba pintando ya no un Cuadro sino filmando una Peli: la Mía. Lo que había estado en Primer Plano fue dejando lugar a otros Protagonismos. Y así ¡voy todavía! Prestando atención a “lo que tengo que Hacer” en mi Circunstancia de 78 años y demás superficialidades.
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Creo que tú eres “español” ¿Cuánta ATENCIÓN te OCUPA España en el Voto que se emitirá este domingo?
A algunos se les irá la vida en ello hasta obsesionarlos. A otros se les habrá “esfumado” el interés.
En cuanto a llegar un punto de NO RETORNO, no solo tienes razón sino que el vivir es algo que solo se hace p’alante, también los “retornos”, que entonces no son los mismos que aquel ”antes”.
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En fin, Pascual, aquí ando viviendo y la “nueva imagen” es la que tengo que ir haciéndome (aunque “viejita”); mientras que la “religiosa” IMAGEN” de Dios se ha ido desplazando en mi Peli hacia el Museo que es la Historia de lo que hemos Hecho y Pasado a los seres humanos. Nada más, pero tampoco nada menos.
¡Voy todavía! – Oscar.