El presente paradigma histórico vuelve a tener por protagonista al pensamiento occidental que actúa sobre categorías universales, elevándose sobre su herencia greco-romana, haciendo del ser humano una abstracción y sin haber logrado desprenderse de su dualismo envolvente. Este dualismo no tiene la pretensión de ser eliminado porque ello es inherente a una manera de explicar la realidad total sin que se tenga que abordar las paradojas o las contradicciones de los fenómenos particulares.
Sin embargo, nuestro pensamiento cristiano está en la necesidad de buscar otra forma de universalismo, porque si hunde sus raíces en lo que llamamos el “depósito de la fe”, sólo debería ser coincidente con el pensamiento occidental como fenómeno cultural o trasfondo ideológico del colectivo de cristianos y cristianas adscritos a esas bases civilizatorias.
Hagamos mención de que el así llamado depósito de la fe es una herencia de todo el Pueblo de Dios Estamos ante un término escritural propio de las cartas pastorales que hace referencia a la enseñanza y las tradiciones con el ruego de que deben ser fielmente trasmitidas. No es privilegio exclusivo de una clase guardiana, ni de una Institución concreta, sino patrimonio común cristiano.
Propongamos, entonces, un conjunto de ideas que nos sirvan para la construcción de un consenso universal.
¿En qué sentido podemos hablar de la universalidad del cristianismo, una vez que dejamos de identificarlo con una cultura en particular? ¿Tiene que ser necesariamente una religión étnica, como lo es el judaísmo, o adscrita a una sociedad conformando sus valores culturales, como en tiempos medievales?
La salvación tiene alcance universal. La historia de la salvación se fundamenta en la revelación de Dios mediante sus intervenciones en la propia historia. Así que tenemos que hablar de una intervención de Dios y de la revelación de Su Persona.
El judaísmo apartó muy pronto de su seno a las personas cristianas por el rechazo al mesías Jesús y para cifrar la salvación sólo para el pueblo elegido, constituido en una etnia o nación. Cuando admite una salvación universal sólo puede ser de forma subordinada con el mantenimiento del protagonismo nacionalista.
Gracias al esfuerzo fariseo, el judaísmo sobrevivió a la destrucción del Templo el año 70 y de Jerusalén en el 135 entrando en el Paradigma Rabínico-sinagogal de la Edad Media (Hans Küng – El Judaísmo)
La ideología judeo-cristiana irrumpió en la cultura pagana prolongando su presencia de varios siglos en lo que fue básicamente el Imperio Romano extendida por toda la ecúmene clásica. Encontró un gran futuro en el mundo helenizado. Tal línea de pensamiento posiciona al ser humano como obra cumbre de un único Creador, el cual somete el Cosmos o mundo visible bajo la responsabilidad humana para su conquista y dominio.
Secularismo y religión han ido de la mano durante siglos añadiendo el cristianismo a esta vocación universal del género humano una llamada personal para participar de la naturaleza divina mediante la obra redentora de Su Hijo, el Mesías prometido al pueblo judío.
La Edad Moderna en Europa Occidental emprende el camino de una sociedad y pensamiento secularizados emancipándose de las Iglesias y de la teología. Se adquiere una nueva fe en la razón humana que convierte a ésta en árbitro supremo de la verdad y estableciéndose un Derecho Natural que fundamenta la dignidad humana en la naturaleza común de todos los seres humanos.
Sin embargo los llamados derechos humanos pueden ser traducidos a un lenguaje común de una presencia cristiana en un mundo secularizado como dignidad de la persona, fundamentándose desde el campo cristiano por el rango o posición que ocupa la persona en el acto creador de Dios.
La moral cristiana se adecúa a la ética social como resultante del mandato divino o Ley, por la sumisión de la conciencia a Su Persona con la presencia de la fe, pero que sólo obliga por cuanto se establece este vínculo de forma personal y libre. Ante la moral las personas creyentes y no creyentes hacen actos de conciencia. Es la instancia o norma a seguir.
“Lo cristiano” no puede quedar reducido a un humanismo concreto que base su doctrina en el ser humano como fundamento. Mientras se apoye en un Dios Creador, y en Su Revelación, desde la fe sólo Dios tiene razón y alcance universal, como instancia superior.
Ser persona cristiana es poder abrazar cualesquieras de los humanismos, ya sea de forma doctrinal o como reflexión de vida, pero siempre bajo el hecho de la trascendencia. Los humanismos son laicos o no confesionales porque por principio han de ser neutrales a la religión. Ser persona cristiana y humanista, pueden ser dos categorías distintas, pero no excluyentes, como tampoco pueden ser identificadas entre sí, para mantener las autonomías propias de la fe y de la cultura.
Esto puede parecer que entraña un problema ético, pero la moral cristiana se fundamenta en la posición que ocupa el ser humano en la Creación como sujeto dependiente, pues no podemos entender nuestro yo sin el Tú divino, tiene como última instancia los hechos de conciencia. Un Dios actuante a través de la conciencia.
Podremos afirmar, entonces, que la dignidad de la persona tiene valor universal en cuanto puede regirse en todo momento, en toda época, en cada situación de vida, por la conciencia, con independencia de si practica o no un credo religioso.
Y también que la moral cristiana es para la persona cristiana un hecho experiencial que no puede ser transferido ni impuesto a las no cristianas por cuanto el ser cristiano es vivir en una situación de “nueva creación”, reflejando el carácter y la naturaleza de Dios en Cristo. En la persona cristiana la presencia del Espíritu de Cristo ilumina la conciencia acondicionándola como última instancia y fortaleciendo su conducta en el ejercicio del bien deseado
La fundamentación racionalista de los derechos humanos acaba siendo de naturaleza metafísica, por aquello de las categorías universales mencionadas al principio. Desde la fe se percibe que las personas tenemos cierta dificultad en asumir el sentido de dignidad personal y de adecuar los actos a la misma por cuanto el desorden o situación de injusticia reina en todo el género humano desde su origen. El cometido de toda persona desde el ámbito de su cultura, y por medio de sus aspiraciones espirituales, en eso que hemos dado en llamar el sentimiento religioso, es el buscar un equilibrio entre la injusticia que sufre o percibe a su alrededor y el bien personal o social que desea.
Sin embargo la fundamentación metafísica de los derechos humanos propia de la Edad Moderna, apelando a la universalidad, estaba apelando a lo absoluto, en una abstracción negadora de todo lo demás como no existente constituyéndose en doctrina religiosa, en una teodicea o teosofía. Se explica, entonces, que se haya creado la legitimación de la fuerza y siendo creadora de sistemas políticos que en esa abstracción de los derechos humanos pisotease la dignidad de millones de personas e hiciera todo tipo de exclusiones sociales, condenando a la enfermedad, el hambre y la muerte y el asesinato a pueblos enteros.
Las teorías y categorías universales chocan contra el hecho de fe de que la verdad siendo universal solamente pertenece a Dios y el ser humano ha sido puesto en el camino hacia ella, por origen a través del curso de la conciencia. La racionalización, como fenómeno cultural solo fue una etapa histórica. Y finalmente está el hecho salvador y la persona de Jesús.
Felizmente el sentido de la dignidad humana se perfila y se abre camino como fruto del acontecer histórico y en la comprensión de hasta qué punto nos hace libre la recepción y acogida del mensaje evangélico en el contexto social y nuestros entornos de vida.
Dios dialoga con la humanidad mediante su Hijo, quien no sólo nos revela quien es el Padre, sino cómo deben ser y comportarse sus hijos e hijas. El Evangelio es una propuesta y exige un acto libre del corazón, que nos abre la conciencia hacia una nueva dimensión.
¿Dónde tendría cabida una religión que nos condene de antemano? No, en este siglo.
¿ Qué ha sido de la inteligencia?
El tema que ha tenido ocupados a Pepe y a George sobre si la ciencia ha sido “capturada” por los grandes intereses económicos que dominan el mundo, ni es una simple conjetura ni es baladí.
Son muchas las voces autorizadas que nos vienen advirtiendo de un fenómeno, que parece más el producto de un plan hábilmente construido que fruto de las casualidades.
históricamente el capitalismo moderno logró la hegemonía en todos los campos con el triunfo de la burguesía ( No es que la revolución francesa haya sido otra cosa) pero quedaban reductos de independencia, en la política, en el quehacer científico y en el mundo académico (los “intelectuales”)
La burguesía creó formas de gobiernos, y los principios venían en un mismo paquete con los intereses disfrazados unas veces de nacionalismos, de patriotismos y otras de “leyes ineluctables hasta hoy”.
Norman Birnbaum escribía en el País un inquietante artículo ( El País 22. Dic 2.012 “El Fracaso de mi generación”) de cómo los intelectuales estadounidenses y europeos sin darse cuenta en lugar de desempeñar su papel rector de la sociedad y le correspondería un papel en el gobierno de la sociedad se equivocaban . Dos acontecimientos les hizo despertarse de su sueño: el renacimiento del capitalismo descontrolado y el fracaso de la Tercera Vía.
Y es que la herencia de la Revolución Francesa se asentaba en la idea de una ciudadanía democrática y una religión secular: una sociedad Redimida, libre de creencias, de explotación, en la que florecerían las ciencias y la cultura. El socialismo europeo se revistió con esos mismos ideales.
pero las empresas empezarón a invertir en “inteligencia” y las grandes corporaciones rivalizan en poseer a los mejore cerebros trabajando para ellas. Han domesticado la Universidad, que se ha puesto a trabajar para el Gran Capital.
Y nosotros gente española que creíamos que entrábamos “por fin en la modernidad después de un siglo de retraso”, vivimos en tal espejismo, que no percibimos que ya se quebró con la primera guerra mundial en 1914, cuando la Modernidad quedó herida de muerte, y su camino descendente hasta los holocaustos europeos y las bombas atómicas de Hiroshima y Nagazaki.
Pewpe Blanco: Te pido perdón por intentar hacerte perder tiempo con mis tonteras pero, períteme tres líneas que no te distraerán tanto como para que se pierda tu obrar en el Mundo. Cuando digo Ciencia no hablo de una ciencia “en abastracto” (tratándose de Ciencia fuera una especie de oximoron) sino de lo único que reconozco, la comunidad de científicos.
Creía que la crítica implícita en mi observación sobre el cuchillo asesino estaba clara y no serían necesarias más explicaciones. Parece ser que no.
No George R. Porta, no escribiste que el cuchillo fuera el asesino. Lo que escribiste fue esto:
“Observando solamente a los “scouts” o exploradores que buscan talentos para las universidades o los headhunters o cazasores de cabezas que buscan talentos para las corporaciones, es fácil ver que ya la investigación científica no busca solamente descubrir (inventar no pudiera) lo desconocido por aumentar el conocimiento y expandir la ciencia, sino que está sometida a los mercados y a la producción de dividencos y dominio político internacional. De hecho no puede ya escapar el rol que le ha sido atribuido de fomentar la desigualdad en la distribución de las riquezas al servicio de la expansión capitalista de libre mercado.”
Es decir, el asesino es el cuchillo.
Lo que quise decir, resumiendo mucho, pero es que no tengo tiempo, es lo siguiente:
– La ciencia no es mala. El uso que se haga de ella puede ser perjudicial para las personas. Pero la responsabilidad no es de ella, de la ciencia, sino de las personas que la usan eventualmente para fines perversos.
– Pero es que, además, no es cierto que toda la ciencia y toda la investigación esté al servicio de los mercados y de la explotación. Los grandes proyectos de investigación siempre han sido promovidos por los estados y su objetivo primordial es expandir el conocimiento y la ciencia. Basta pensar en las agencias nacionales de investigación aeroespacial, los grandes complejos de telescopios repartidos por todo el mundo o los espectaculares aceleradores de partículas.
– Podría abundar mucho más en todo esto. Pero no tengo tiempo ni ganas. Lo dejo para otra ocasión.
Ojalá Pepe Blanco hubiera aclarado a que se refirió al comentar lo siguiente: “Una persona coge un cuchillo y se lo clava a otra, matándola. Según George R. Porta, el asesino es el cuchillo, que es muy malo”. En ese caso prefiero aclarar un tanto mi interpretación de la de él.
Comparativamente, cuando los extremistas radicales del derecho de la Asociación Americana del Rifle (AAR) a desregular el comercio doméstico de armas quieren ridiculizar sus oponentes utiliza el mismo razonamiento de Pepe Blanco.
Yo soy opositor de la desregulación del comercio de armas de cualquier clase y por lo tanto soy de los ridiculizados por la extrema radical de la AAR y me ha parecido harto irónico el comentario de Pepe Blanco. En inglés el suyo contra mis comentarios fuera un disparo “off mark” o fallido.
No discutiría nunca que el/la agente del asesinato sea el/la respectiva asesino/a. No obstante, no puedo ni deseo desligar la criminalidad de los condicionamientos que la promueven o perpetúan.
La libertad quizás exista en germen o en potencia en la persona. No todas las personas por igual habrán alcanzado el mismo grado de libertad al momento de morir y, en el interim, a lo largo de la vida, su grado de libertad será proporcional a los condicionamientos que las hayan influido.
El arma obviamente no es punible ni constituye un agente éticamente o legalmente hablando como sugiere Pepe Blanco que se infiera de mis comentarios. La misma carece de personalidad legal y moral/ética.
La verdadera pregunta es si se está dispuesto a morir antes que matar y si la persona pudiera consecuentemente llegar al extremo de realizarlo.
La defensa propia es un artilugio de la moral/ética que Tomás de Aquino y muchos más defendieron. Muchos aún se sirven del argumento para justificar el comercio desregulado de armas.
En mi caso me pierde, Pepe Blanco, mi mala suerte: Si bien deseo nunca encontrarme en esa alternativa de matar o dejarme matar, si me encontrara en ella tuviera que dejarme matar aunque lo hiciese defecándome en mis pantalones, llorando, suplicando que no me maten. Con todo, no levantaría un arma contra mi hermano/a. Llámame ingenuo o tonto si lo deseas. Comprenderé que reacciones irónicamente o hasta que te burles, pero yo creo en el ejemplo de Gandhi y de Romero.
No sostengo que esta que propongo sea una norma moral o ética absoluta y universalmente obligatoria. Solo admito mi mala suerte de pensar, siempre respetando sin ironías ni ridiculizaciones más o menos abiertas que otras personas reclamen el derecho a matar en defensa propia.
Condeno matar en cualquier circunstancia. Mi vida no es más necesaria que la de ninguna otra persona y si alguien quiere eliminarla no puedo hacer nada excepto evitar la ocasión, protegerme pacífica y civilmente.
Mi asesino tiene la obligación de ayudarme a realizar mi vida y nunca tendrá el derecho de arrebatármela porque no amenazaría la suya, nunca.
Rodrigo,
tienes razón al afirmar que el texto de Barberá es paralelo. De hecho, mi propuesta había sido que mi contribución entrase como comentario al mismo. Pero quizás por su extensión la Redacción decidió insertarlo separadamente.
Pero no creo que sea superficial, sino que mantiene ese carácter “divulgador”, de todo buen trabajo al estilo periodístico, que no hace tesis, sino que quien lo lea debe reconstruir la suya. Parte de “la filosofía, citando a Peter Sliterdijk (Reglas para el parque humano, 1999; En un mismo barco, 1993) para explicar cuál era el estado de la cuestión en el tiempo justo de finalizar la guerra ( 1946) con sus propuestas para un nuevo humanismo europeo ( Cristianismo, Marxismo, Existencialismo).
El falso humanismo había mostrado su peor cara de bestialismo y había que buscar unas nuevas base de asentamiento de la convivencia, y los fundamentos para un nuevo pensamiento crítico.
El Cristianismo ( a nivel cultural) nunca se había alejado como propuesta desde la Modernidad y la reunificación occidental de las partes enfrentadas se empezó a construir gracias a una concordia “en lo político de la Social-Democracia y la Democracia-Cristiana.
Barberá argumenta desde tales tesis. (y se apoya en Sloterdijk) que es lo que describe ” como núcleo teológico subreviviente a la secularización”, que es tan extraño aquí en el suelo y la mentalidad hispana por nuestra particular trayectoria histórica, trufada de nacional-catolicismo ( que es una forma extrema de secularización del Evangelio)
Ya habrás notado que yo defiendo unos supuestos distintos, más cercanos a la filosofía del Derecho, pues es de los derechos humanos de lo que se trata.
Me mueve el hecho cierto de que cada civilización tiene el deber y el derecho de aportar sus logros y su acerbo a la comunidad mundial, y tal cosa ni es prepotencia, ni afán de dominación. De ahí la necesidad de encontrar una fundamentación que tenga su carácter de universalidad, válida para todos los individuos.(Sin ocultar que me muevo desde mi fé en Dios y el sentido que encuentro en la revelación de Su Creación)
Pepe Blanco: He tratado de ver dónde sugiero que el cuchillo sea malo y no lo encuentro. Fuera tan amable de indicármelo? Gracias.
Lo que sí digo es que las decisiones son resultado o reflejan los condicionamiento y quien nace y vive en la violencia, que son muchos millones en todas partes del Planeta, tendrá menos escrúpulos en blandir el cuchillo y matar que quienes estén menos condicionados por la violencia.
Además, actuar no implica libertad porque solamente implica, a mi modo de ver, la posibilidad material de ejecutar una acción. De ahí a la libertad moral o ética que produzca la necesidad de discernir entre el bien y el mal va un largo trecho. Por eso un perro con miedo muerde y no se lo piensa mucho aunque generalmente ladre bastante antes de hacerlo.
De cualquier modo me ha interesado lo del cuchillo y agradeceré que me señale donde sugiero eso.
Hola Honorio
El texto de Barberá titulado Derechos Humanos es no sólo superficial (en mi opinión, claro; Eloy lo consideró profundo), sino tremendamente sesgado, reescribiendo la historia de las ideas para ajustarse a su intención apologética. No entré a comentarlo a detalle, porque posiblemente más de una persona me hubiera vuelto a acusar de pretender demostrar no sé que ego, o de ser un fantoche. Pero es que son demasiadas afirmaciones contrarias a los acontecimientos.
Un sólo ejemplo: es cierto que la llamada escuela de Frankfurt cuestionó la razón instrumental de la Ilustración. Pero no lo hizo para descalificar a la razón y regresar a la mentalidad pre-racional y mitológica, sino para proponer la razón crítica. Digamos que no pedía menos razón, sino más y mejor razón. Pretender presentar a la escuela de Frankfurt como evidencia del fracaso de la mentalidad racional y a favor de la mentalidad religiosa, como hace Barberá, es una triste mirada sesgada que no corresponde a la propuesta intelectual de dicha escuela.
Mi referencia a Ratzinger en la paráfrasis del texto evangélico, se refiere a que hace tiempo en ATRIO se dieron discusiones muy profundas sobre pluralismo religioso. Se aclaraba la distinción entre el exclusivismo, el pluralismo asimétrico y el pluralismo equitativo. El pluralismo asimétrico es en el que se aceptan otras opciones filosóficas o religiosas con cierto nivel de validez, pero siempre afirmando la superioridad de la propia. Ratzinger pertenece a este pluralismo asimétrico.
Pues bien, con todos los epítetos y adjetivos que aquí en ATRIO se endilgaron a Ratzinger cuando era papa en funciones (retrógrado, carca, etc), resulta que su pluralismo asimétrico es menos agresivo y “retrógrada” que el que aparece en los textos de Bareberá. Nuevamente, un sólo ejemplo: Ratzinger, siendo aún cardenal, afirmó la validez del uso del método crítico en la interpretación bíblica. Lo subordinaba al Magisterio, pero le reconocía validez. Barberá expresamente descalificó la validez del método crítico de interpretación bíblica. Barberá también expresamente ha aclarado que la intención de sus textos es la de crear una nueva apologética católica; difícilmente veo cómo compaginar tal intención apologética católica con la intención de ATRIO de ser lugar de encuentro no confensional. Pero bueno, ya me he tirado mucho de la lengua.
Un abrazo
Una persona coge un cuchillo y se lo clava a otra, matándola. Según George R. Porta, el asesino es el cuchillo, que es muy malo.
Leo este hilo y el de Derechos Humanos de Barberá. A ver si saco tiempo para pensarlos un poco más. Pero de momento señalo dos para mí carencias graves en la metodología y tratamiento de este tema: no salimos de los pensamientos y elucubraciones de los pensadores occidentales, principalmente alemanes, como si solo nosotros, los occidentales, tuviésemos carta de ciudadanía en esta aula del pensamiento. Acaso no tienen derecho a opinar, o no han dado su opinión al respecto, pensadores del mundo islámico, o de la India, o del budismo y sintoísmo, o, perdonen mi atrevimiento, pensadores de los aborígenes americanos, o del continente africano cuna de la humanidad? O tenemos nosotros el monopolio de este tema como de tantos otros?
Y segunda reflexión: el mensaje de Jesús no es pura ciencia y teología y trascendencia, tiene toda la simpleza y profundidad del Buen Samaritano de la parábola, del Canto del Magnificat que cuenta que Dios ha ocultado estas cosas a los sabios y ricachones del mundo, y se las ha explicado a los menesterosos y analfabetos…No seamos excesivamente teorizantes y peripatéticos, saber es actuar, no hay verdadera sabiduría si no camina mano a mano de la acción, del amor, de la solidaridad…
No sé, Olvera, pero quizá tú estas viendo en Ratzinger la sombra alargada del fariseo que pasó antes que el Buen Samaritano y dejó al herido tirado en el camino? Quizá identificas a los sabios pensadores de Occidente con la manada de viajeros que pasaron de largo y dejaron tirado al herido para que lo atendiese el Buen Samaritano?
Quizá Karl Marx iba un poco en la línea del Buen Samaritano. Y quizá por eso la sabiduría occidental neoliberal lo tiene por el malo de la película…
Yo me hago la p. un lío, colegas.
En principio me parece que Oscar lleve razón comparando la Física con la religión aún (no sé si eso es lo que sugiere pero es lo que interpreto a riesgo obvio de errar) en el plano especulativo. No existe realidad humana que no vaya tocada por los riesgos. Es cierto que la Física sea tan importante y que haya que atribuirle una gran parte del progreso en todas las áreas, pero no son pocos los ejemplos de daño, sobre todo, desde que tras la llamada Revolución Industrial, el comercio y las finanzas se adueñaron de los destinos de la investigación.
Observando solamente a los “scouts” o exploradores que buscan talentos para las universidades o los headhunters o cazasores de cabezas que buscan talentos para las corporaciones, es fácil ver que ya la investigación científica no busca solamente descubrir (inventar no pudiera) lo desconocido por aumentar el conocimiento y expandir la ciencia, sino que está sometida a los mercados y a la producción de dividencos y dominio político internacional. De hecho no puede ya escapar el rol que le ha sido atribuido de fomentar la desigualdad en la distribución de las riquezas al servicio de la expansión capitalista de libre mercado.
La mayoría de los jóvenes no pudieran aspirara (no ya ingresar) en una cualquiera de la universidades superiores en calidad de cualquier parte del Mundo basado en su talento. Es mucho más fácil que consiga beca practicando football que pasando exámenes de conocimiento. En ese sentido ni la Física se escapa de lo opiáceo de la religión ciovil o pública imperante cuyo “sínodo ecuménico” se reune periódicamente en Davos o en Basilea (Bilderberg).
Gracias amigo Viciedo por tu abrazo afectuoso. Lo reciproco. Coincido con lo que has escrito. Desafortunadamente cuando lo opiáceo de las ideologías entran en juego no hay beneficios reales porque la ilusión de la realidad no puede reemplazar a la realidad misma.
Pienso, por ejemplo en la movida de Francisco quedándose en este lugar adyacente a San Pedro, donde reside. Aunque él no lo haya dicho que yo sepa, el vivir rodeado del esplendor artístico y alienante del Palacio Apostólico con tanto rollo protocolar, tanta gente ceremoniosa y servil o quizás servicial, no puede ayudar a mantener una visión objetiva de la realidad.
Hace unos cinco o seis años exhibieron en Fort Lauderdale, Florida, una muestra de joyas y tesoros vaticanos. No sé si causaban risa o profunda ira los múltiples anillos de perlas, diamantes y cuanta piedra preciosa podía contemplarse, los pectorales, alguna tiara, ornamentos litúrgicos de seda. Todo eso debió haberse convertido no en verguenza memorable, sino en comida para los hambrientos. No hablo demagógicamente porque en realidad puedo reconocer aunque seguramente pudiera hacer más, que vivo sin excesos y más bien frugalmente. Las prendas conservadas e inventariadas con un valor material desconocido son tan opiáceas y escandalosas en el Vaticano como en la Torre de Londres el tesoro de la corona británica. Eso es anti-evangélico y justifica la ira de Marx.
Pienso también en los costos de la pisicna de Juan Pablo II que si hubiera tenido que pagarlos él, de su bolsillo, quizás no hubiera pagado. En realidad no debe haber podido encontrar frecuentemente el tiempo libre para utilizarla.
Pienso en los pocos años que utilizó Ratzinger su estudio en el ático de los Apartamentos Borgia, que remodeló o restauró para él y después el gasto de reacondicionar el palacete donde reside ahora.
Todo eso es opiáceo versus el hambre de quienes tienen que vivir a ritmo de salario mensual que nunca permite el ahorro, o los millones que están en peores situaciones económicas porque o tienen unas condiciones laborales inhumanas (la mayoría de los fabricantes de ropas/vestidos alimentan sus vidrieras de los talleres de Asia y América Latina) o malpagadas.
En fin, si la religión o cualquier otra forma de actividad que ocurra en representación o nombre de Jesús no se abaja a la realidad, es alienante y opiácea en el sentido que Marx lo proponía: Adormece e insensibiliza.
Otra cosa hubiera que decir, hay que decir, de los miles de misioneros que luchan a brazo partido con el hambre y que tantos mártires ha producido.
Se nombra a Romero porque tuvo la suerte de ser Obispo, pero la cocinera que murió al lado de Ellacuría ni siquiera se menciona, ni las monjas Maryknoll que murieron en Sudamérica.
Cuando pasen los siglos, limpiando expedientes viejos, algún postulador hará como con los mártires de la Rochelle, de un plumazo hará mártires a quienes no sabemos (estaban solos y se perdieron los 300 y tantos en el mar frente a La Rochelle (France) si al sentir que el agua subía rápida o lentamente y que la asfixia fuera cuestión de unos minutos, maldijeron de su fe en la desesperación, cosa que Jesús hubiera comprendido (en mi visión de él) y quizás en lugar de un milagro de curación, hubiera hecho una de muerte para ahorrarles el tormento de aquella muerte por asfixia.
George, ni tu , ni yo, ni nadie de los seres humanos, por naturaleza limitada y progresiva en perfección, y por lo mismo siempre con carga de deficiencias, no tanto imputables como culpas que excusables, podemos presumir de nada que lo consideremos como perfecto en plenitud, sea pureza (Es claro que no solo sexual a lo que demasiadas veces y sin ajuste a su verdad se considera la impureza) o cualquier otra cualidad. Por lo tanto admitido completamente esto que afirmas: “Si solo los puros pudieran opinar desde luego yo no pudiera.”
¿Y quien pudiera, desde esta sola condición humana, hacerlo?
Pero creo debemos mantener el criterio de discernimiento para distinguir causas y aplicar responsabilidades adecuadamente como corrección o enmiendapara que, como se hace en la trilla, lo que sea grano quede separado y valorado de lo que es polvo y paja.
Y esto aplicarlo a todo el arco de actitudes y comportamientos humanos, sean teóricos,o, sobre todo, prácticos, como tu bien señalas.
Y concediendo todo el valor positivo que como crítica por negativo, o afirmación por ayuda positiva tiene lo de ser “opio para”.
Porque no es la misma consecuencia el atontamiento y la alienación no exigida, que la necesitada por el exceso de sufrimiento para poderlo superar de algún modo, en cuyo caso se convierte en un auxiliar valioso.
Ambos fines aplicables a lo religioso y otras dimensiones humanas, tanto para injusta deshumanización, como para mejor y mayor humanización vital.
Los efectos negativos narcóticos y adictivos ya están bien comprobados en lo religioso y en el restante horizonte cultural en cuanto perniciosa alienación personal,
Pero también los efectos opiáceos liberadores de ansiedades o capacitadores de debilidades, son constantes y frecuentes, como medios potenciadores vitales en much*s que. para sus sobrecargas de vivencias arriesgadas, los necesitan, entre ellos los religiosos, si no impiden el vigor vital de la razón y la voluntad.
Muchos seres humanos, precisamente sacan fuerzas de flaqueza de ese opio (religioso, precientífico, tradicional, etc. positívamente considerado, cuando no se tiene aún una potencia personal mas plenamente humana.
Conclusión simple, pero esclarecedora y orientadora; “-OBRAS son AMORES, que no, buenas razones. Un cálido abrazo.
Hola!
Estimo que ha sido la Ciencia FÍSICA la que HOY nos posibilita la Vida abundante HOY.
También el poder escribir Artículos menos-preciándola.
-“La instauración de LA FÍSICA es el ÓRGANO DE FELICIDAD2-
¡Voy todavía! – Oscar.
Pepe Blanco exige una visión más comprehensiva de la Modernidad para que no nos circunscribamos al racionalismo. (En realidad nos movemos en la dialéctica racionalismo y religión cristiana, y dentro de nuestra realidad se critica qué podemos haber hecho en el devenir histórico con Jesús)
La Modernidad no se puede comparar con el Renacimiento, el cual tenía mucho, con su mirada hacia atrás en el pasado, de restauración de lo establecido. Lo que claramente define al nuevo momento histórico es lo que los estudiosos llaman “cambio de paradigma”, y que yo en mi falta de conocimientos académicos describo en que consiste en que el universo mental de los individuos se hace totalmente diferente y otro en una época y la que le ha precedido, las instituciones que surgen son nuevas, y las que permanecen adquieren un carácter de resistencia perdiendo protagonism0 y volviéndose marginales ( ya no son rectoras de la sociedad)
Considerando tales aspectos, podemos hablar en primer lugar de una nueva economía (capitalismo moderno) y su centro económico se traslada del sur al norte y del Mediterráneo al Atlántico apoyada por una revolución científico- técnica, y otra que la sigue científico -filosófica.
España, digamos mejor el mundo hispánico o ibérico, para incluir a la España y Portugal de las dos partes del Atlánticos, fueron dos grandes perjudicadas a pesar de sus triunfos coloniales. Los triunfos de la Edad de Oro fueron discutibles, aunque muy mitificados por nuestra historiografía.
La grandeza humana siempre es relativa en el balance de lo que se gana y lo que se pierde. No perdamos ahora nuestro momento histórico.
P*or esta dific*ultad de mi ordenador de insertar *puntos y asteriscos cuand*o trato de espaciar o acentuar gr*áficamente, el *último comentario adolece de múltiples fa*llos de redacci*’*on, lo que conf*ío a la generosidad de quien lea lo que escribo. He dejad*o sin c*orregir estos tres renglones para i*lustrar *la dificultad a la que me refiero. Gracias. *
Permítaseme sugerir algunas respuestas tentativas a las preguntas de Viciedo porque utilicé en uno de mis comentarios la cita de Marx si bien no están dirigidas a mi personalmente pero además de citar a Marx soy critico de la religion y no seré un experto areconocido y acreditado de mérito pero algo he leido y me parece que entiendo de la cuestion. *
*
¿Esta “religión opio del pueblo” se le puede aplicar al ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA por Jesús con su testimonio, mensaje y confiada MISIÓN equivalente, a quienes intenten ser con coherencia sus DISCIPUL*S?
Jesús no fundo un movimiento religioso y su Buena Nueva no era la materialización de alguna intencion por su parte de fundar es un culto a religon o al menos no parece haber evidencia de ello en los evangelios. *
*
La cita completa de Karl Marx es como sigue: “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado alma de un mundo desalmado, porque es el espíritu de los estados de alma carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo.”
Lenin se encargó de que la propaganda pusiera peso en la frase final y después por alguna razón la costumbre general ha sido atribuir la expresión a Marx citando solamente esta frase final. Marx escribe este texto en 1844 y ca.1830 el uso médico y recreativo del opio alcanza un record de todos los tiempos, por ejemplo en Inglaterra, al importar 22.000 libras de opio procedente de Turquía y de la India. De ahí que la metáfora del opio no careciera de sentido. *
*
Recuérdese por ejemplo que el Vaticano I contra toda forma de Modernismo definió la infalibilidad papal solo en 1870, es decir 26 años después de haber escrito esta opinión general sobre la religion precisamente por el rol político que las instituciones religiosas han historicamente jugado. *
*
*¿Por qué esa tendencia de los críticos leidos y entendidos en generalizar, poniendo en el mismo saco la Verdad, las falsedades y las incoherencias?
Francisco no fuera sensacional si no se advirtiera la diferencia entre su interpretacion del Cristianismo y la de sus antecesores.
*
Puede que la generalizacion duela pero la predicacion religiosa en general puesto demasiado amenudo el énfasis en el sacrificio y la esperanza de la felicidad en el más allá. De otra manera la Teología de la Liberacion que ha acogido la crítica marxista de la religion y de las contradicciones en relaciones sociales no hubiese jamás ocurrido ni perdurado.*
*
¿Se llega a alguna progresiva conclusión, cuando se equiparan y confunden valores y actitudes coherentes e incoherentes?
En cierto modo la declaración final de Viciedo responde esta pregunta. Ciertamente no es la critica de la religion sino la praxis incongruente de los creyentes la que equipara y confunde valores y actitudes coherentes e incoherentes, y no me refiero solo a la jerarquía de la denominacion que fuere, sino al conjunto de los creyentes entre seguramente me encuentro. Si solo los puros pudieran opinar desde luego yo no pudiera.
Román,
Olvidas que el racionalismo es solamente una cara de la moneda del mundo moderno y contemporáneo. La otra cara, es el empirismo. Es algo importante que no hay que olvidar.
Y, al menos en la Ciencia, el árbitro último de la verdad que se acepta, aunque solamente sea provisionalmente, no es la razón, sino la experiencia, en el siguiente sentido. Una teoría se escucha con atención cuando puede explicar alguna observación inexplicable hasta ese momento. Pero la general aceptación de una teoría no llega hasta que es capaz de hacer predicciones comprobables, bien mediante la observación o bien mediante la experimentación.
“La religión es el opio del pueblo.” (Cf. Introducción, Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, 1844.) “
¿Esta “religión opio del pueblo” se le puede aplicar al ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA por Jesús con su testimonio, mensaje y confiada MISIÓN equivalente, a quienes intenten ser con coherencia sus DISCIPUL*S?
¿Nada que ver esa coherencia, o no, con ese Anuncio de la Buena Noticia,(Evangelio>evangelización) especialmente dirigida a, y asumida por los pobres, clase mayoritaria del Pueblo?
¿Por qué esa tendencia de los críticos leidos y entendidos en generalizar, poniendo en el mismo saco la Verdad, las falsedades y las incoherencias?
¿Se llega a alguna progresiva conclusión, cuando se equiparan y confunden valores y actitudes coherentes e incoherentes?
Porque, si de generalizar y confundir se trata ¿A qué no se le puede considerar o llamar OPIO del, o para el PUEBLO?
No sé cómo pudiera substanciarse la premisa de que por siglos, desde la Paz Romana antes de Jesús o desde su propio tiempo, se puede hablar de una vida humana. Las condiciones de vida de las grandes masas, las divisiones en castas o clases, el sentimiento imperial religioso católico son todas situaciones que solo revelan barbarie dentro y fuera de la Iglesia y en ocasiones, frecuentes, justificados teológicamente. Basta un ejemplo seminal: La concepción Anselmiana de la justicia en Cur Deus homo revelan una concepción del derecho y una teología absolutamente incompatibles con el evangelio de Jesús y sin embargo oficialmente sostenida por la Iglesia.
La Paz de Westfalia quizás marcó o sirva para establecer cronológicamente un momento pero en modo alguno esos eventos puntuales realmente dividen la historia. Fuera lo mismo que atribuirle al asesinato de Francisco Fernando en Sarajevo el carácter de causa de la Primera Guerra Mundial.
Toma muvho tiempo para que los cambios permeen y cambien la realidad histórica. Ahora por ejemplo se habla de la familia y la familia es en realidad una entelequia y para saberlo basta mirar a las estadísticas de la violencia doméstica que no cede y hasta a la realidad de los escándalos de abuso infantil por parte del clero. Todo ello sugiere con fuerza que la familia no exista ni en la mente ni en el corazón, pero ciertamente no en la realidad social de nuestros países.
Realmente no comprendo la imagen de “castillos en el aire”. Por mi parte al menos lo que quiero es destruir los castillos de aire, por ejemplo la idea de que el cristianismo de la institución eclesial haya hecho una aportación a la construcción de la Europa actual superior a la que hicieron las comunidades reformadas o hasta los millones de agnósticos, y de cristianos anónimos (Rahner) que siempre haya habido. No es necesario decir que Europa nunca ha sido siquiera mayoritariamente cristiana aunque nos la imaginemos como tal. Solo una Europa injusta, profundamente anticristiana pudo construir el antisemitismo católico y llegar al clímax de Auschwitz-Birkenau o el sovietismo de Lenin que llegó al culmen de crueldad del Stalinismo y sus secuaces.
La Modernidad nació cuando en el occidente cristiano se había roto la unidad religiosa, y se había desgarrado en sus guerras de religión, y así se mantuvo independiente, lo que significa fuera del penamiento teológico y de la Iglesia, después de muchos siglos de su omnipresencia en la sociedad y la cultura. La reacción de la Iglesia fue contraria y condenatoria, lo mismo que antiprotestante. La Paz de Westfalia nos sacaba del confesionalismo.
Es bueno el dato histórico para sacarnos del reino de las ideas que construye castillos a base de premisas. Nacía un nuevo humanismo que establecía su creencia en la naturaleza común de los seres humanos, y fue elaborando lo que se vino en llamar “el derecho natural”. La autonimísa del peensamiento respecto a la Iglesia trajo también la autonomía del Estado y sus poblaciones creándose también novedosos vículos políticos que permitían el camino hacia la ciudadanía, como sujeto de derecho
En tal etapa podemos decir que los derechos humanos están basados en el derecho natural, de alcance filosófico y nó teológico. Surgen las Declaraciones de Derechos ( Revolución americana y Revolución francesa)
Ya hemos expuesto las dos posiciones. Ahora nos toca encontrar los datos necesarios para el consenso. La cristiana figura en el post.(Ambas son aspectos distintos de una misma cultura si analizamos la fe cristiana en su carácter civilizatorio, prescindiendo del hecho de la trascendencia, cosa que no hago en mi exposición, porque para mí sería una entelequia)
La solicitud ( más que éso, el ruego) de que podamos alcanzar un consenso universal en torno a los derechos humanos evidencia que existen opiniones encontradas no solamente en cuanto a su naturaleza y origen sino en la necesidad más o menos apremiantes de cómo, y en qué circunstancias, estamos en la obligación de aplicarlos.
así que mi primer agradecimientos para cuantas personas participen aportando sus sugerencias y críticas. Como no arranca de ninguna instancia académica esta exposición, sino de una reflexión personal ( con ojos actuales) de la común fe/herencia cristiana, sean bienvenidas todas las manifestaciones, en especial las de rechazo, pues posiblemente arrojen más luz, que los asentimientos.
Debemos desterrar ciertos lugares comunes que no tienen ni constancia histórica ni rigor conceptual, por ejemplo, que los derechos humanos tal como se han desarrollado sean de elaboración cristiana, o que sean por naturaleza una negación de la fe cristiana, y mucho menos que los más abominables, por crueles y masivos, crímenes y holocaustos de nuestra civilización europea occidental, especialmente en su paroxismo de los siglos XIX y XX hayan tenido como causa directa e inevitable la “nueva fe en la razón humana” que dió origen a la Modernidad.
sirvan estas palabras como crónica de urgencia y planteamiento a las tres contribuiciones que me preceden y que podremos desarrollar más ampliamente.
Copio del autor: “…pero la moral cristiana…Un Dios actuante a través de la conciencia… Podremos afirmar…que la dignidad de la persona tiene valor universal en cuanto puede regirse en todo momento…en cada situación de vida, por la conciencia, con independencia…credo religioso”… Y también que la moral cristiana es…por cuanto el ser cristiano es vivir en una situación de “nueva creación”. (Mis abreviaciones)
El autor acierta afirmando que los párrafos citados planteen problemas (aunque no solamente éticos) y quizás el autor quisiera aclarar los siguientes:
1. Estas afirmaciones presuponen como cierta o demostrable, una relación de dependencia con un Creador. Por lo tanto dicha relación de “dependencia” fuera primero no con dicho Creador (quien parece solo accesible mediatamente) sino aquello mediador, símbolo de la presencia relacional del Creador. Dicha instancia mediadora fuera la imaginación simbólica del propio creyente y, por tanto, una relación imaginaria. En cambio, la noción de humanidad misma, que es igualmente subjetiva, ha históricamente variado progresiva o regresivamente forzada por los desafíos de la increencia. No por iniciativa de la institución religiosa, sino de la desafiante evolución de la histórica y natural de la conciencia social o política. Paradójicamente, ha sido la escandalosa injusticia―no pocas veces bendecida por la religión impuesta y la teología dominantes―la propulsora del reconocimiento de la dignidad humana precisamente cuando el “establishment” la ha legalizado. No sugiero que la Iglesia (jerarquía y seglares) no hayan tenido iniciativas pro-justicia, sino que afirmo la inconsistencia en el tiempo, algo que no debiera ser un rasgo divino cuando implica sufrimiento y muerte (Cf. Sabiduría de Salomón, 1,11ss).
2. Si la dignidad de la persona tiene “por lo tanto” (sic) valor universal…”en tanto [que] pueda regirse…por la conciencia” (abreviación mía) aquello que vale para la persona cristiana, vale para personas no cristianas porque la correspondiente relación ontológica de dependencia provendría del Creador y no de la creatura). La misma “conciencia cristiana de dicha dependencia” ha sido desafiada históricamente, desde la increencia y hasta desde la praxis creyente denunciante de la incongruencia entre la moral cristiana predicada y contra testimoniada (Por ejemplo Pablo y Pedro sobre la esclavitud y la tolerancia ulterior de la misma por cristianos versus la denuncia de la misma por apóstoles ejemplares). Esta realidad histórica la ejemplifican, v. gr., el dictum “ecclesia semper reformanda” (expresión creada por Karl Barth, 1947, Cf. Church Dogmatics: The Doctrine of Reconciliation, Vol 4 Part 1. Edinburgh: 1956) recibida incluso católicamente; el de San Ambrosio, “casta meretrix”, (Cf. Giacomo Biffi, Casta Meretrix: The Chaste Whore, San Antonio Press, 2001), o la del maltratado K. Marx: “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado alma de un mundo desalmado, porque es el espíritu de los estados de alma carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo.” (Cf. Introducción, Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel, 1844.)
Aparte lo que el conjunto del Anuncio de la Buena NUEVA aporta, referido a Jesús, el Galileo, tanto en testimonio como en mensaje de HUMANIZACIÓN, hay algunas concreciones que deben: atraer la consideración de cualquiera que se plantee el desatasco de la situación permanente de la Humanidad inhumana y la revisión de sus opciones personales prácticas con proyección social.
Aporto algunos ejemplos del mensaje, pues el TESTIMONIO HUMANISTA es, en Jesús, permanente como revela esta frase: PASÓ HACIENDO EL BIEN:
-Como META:– CONMIGO hacéis, o no, LO QUE con un* cualquiera de MIS mas PEQUEÑ*S HERMAN*S.
-Como MEDIO:- NO ES LA HUMANIDAD PARA EL SÁBADO, sino este para aquella; – Ni aquí en el monte GARIZÍN, ni en el Templo de Jerusalén; lo que el PADRE quiere y espera es ADORACIÓN en espíritu y VERDAD.
-Como CLIMA ambiental sociológico: Aquello de las BIENAVENTURANZAS; la multiplicación de los panes, parábolas y reflexiones y sobrevaloración práctica del AMOR GLOBAL.
Desde este tríptico orientando la marcha de ATRIO, no queda nadie excluido, desde la más amplia y tolerante humanización, ni menos resaltando algún parecido con los vuelos y nidificación de “cigüeñas”.
Voy convenciéndome mas cada día de que, lo que por aquí alienta, es aquel deseo práctico que salta del profundo resorte de: LA VERDAD OS HARA LIBRES.
Primero Castillo diciendo que sólo el Evangelio nos sacará del atasco social
Después Barberá diciendo que sólo las personas cristianas conocen el secreto de los derechos humanos
Ahora Román nos receta que quienes estamos comprometidos con los derechos humanos sin fundamentarlos en divinidades hemos condenado a pueblos enteros a la enfermedad, el hambre, la muerte y el asesinato!!!!
Qué sigue???? La Cigoña en Atrio???
Parafraseando el Evangelio: si el pluralismo religioso de vosotros no es mejor que el de Ratzinger, no entrarán en el Reino de los Cielos.