En este día sugerimos entrar en la página ONU MUJERES y leer sus comunicados.
Pero hay unas asociaciones de mujeres y hombres en España que desde hace muchos reflexionan en diversos grupos para ofrecernos unos puntos concretos por los que hoy y aquí discurre la cuestión de igualdad de género. Aunque son personas cristianas, su documento es totalmente autónomo y no manifiesta ningún tipo de posición o intención proselitista católicas. Ellos nos han enviado expresamente el documento (en concreto desde HOAC Cádiz-Ceuta) y merecen nuestra atención en ATRIO. AD
Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC) con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Hoy, 8 de marzo de 2015, 104 años después de celebrarse por primera vez el día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos encontramos ante la necesidad de seguir reivindicando la igualdad y la no discriminación de la mujer en los distintos ámbitos de la sociedad y, especialmente, en el mundo del trabajo.
Tal y como hicieron tantas mujeres durante todos estos años sigue siendo necesario hoy día luchar contra la injusticia, la precariedad y la discriminación en el trabajo, sin el cual no podremos desarrollar una vida digna. El fuerte incremento del desempleo y los recortes en políticas públicas, en prestaciones y en servicios sociales de estos últimos años, han generado más desigualdad social y han hecho aumentar la pobreza en nuestro país.
A lo anterior se suma que no se han producido avances significativos en las distintas dimensiones de la igualdad entre varones y mujeres. Si bien las distancias han disminuido en tasas de paro, tasas de ocupación y de actividad, no es menos cierto que las diferencias siguen existiendo y que el acercamiento no ha sido por mejora de la situación de las mujeres sino por empeoramiento de la de los varones.
A la vez, los datos más recientes indican que, con diferencia, la mayor parte de los empleos creados en el último año han sido ocupados por varones, así como que la brecha salarial entre ambos sexos sigue aumentando hasta alcanzar cifras récord.
• Según la OIT, las tasas de desempleo de las mujeres son más altas que las de los hombres a escala mundial, y no se prevén mejoras en los próximos años.
• España se sitúa como 2º país de la UE con mayor tasa de desempleo. Según la EPA, 2014 cierra con una tasa de paro del 23,7% en total, siendo la tasa de paro femenino un 24,7%. Así mismo, respecto al desempleo juvenil femenino, se sitúa en un 52,1% en el caso de menores de 25 años; y en un 22,7% si hablamos de mayores de 25.
• En cuanto al desempleo entre las mujeres, según la EPA, se ha reducido en 192.800. Ahora bien, llama la atención que, durante la crisis, se está produciendo un incremento del volumen de personas que teniendo trabajo se sitúan por debajo del umbral de la pobreza. De ello tienen una larga experiencia las mujeres trabajadoras. Una de las causas del empobrecimiento de las mujeres asalariadas sigue siendo el resultado de la concentración de su actividad en ocupaciones con salarios más bajos. Además de desempeñar trabajos precarios y con peores condiciones laborales.
• Otra modalidad de empleo que afecta negativamente a las mujeres es la jornada a tiempo parcial. Esta, que se viene incentivando desde los poderes públicos y empresariales como una pretendida fórmula de conciliación familiar, supone en muchos casos menores ingresos, dificultades en el desarrollo de la carrera profesional y menor protección social. A todo esto los cuidados siguen recayendo fundamentalmente en la mujer, por lo que aún debe soportar la doble carga de trabajo (en el ámbito productivo y doméstico).
El papa Francisco nos acaba de recordar que «la Iglesia es mujer» pero insiste: «todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque “el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral” y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales» (EG, 103).
Desde la HOAC y la JOC, movimientos de Acción Católica para la evangelización del mundo obrero, vemos necesario seguir defendiendo y promoviendo la dignidad de la mujer así como seguir denunciando este sistema injusto de raíz, creador de esta terrible desigualdad social.
Expresamos nuestro compromiso de seguir trabajando para superar las diferencias vergonzosas que hoy siguen persistiendo. Y lo haremos denunciando cualquier tipo de discriminación contra las mujeres y promoviendo y aportando «criterios y modalidades nuevas a fin de que las mujeres se sientan no huéspedes, sino plenamente protagonistas de los diversos ámbitos de la vida social y de la Iglesia» (Audiencia a participantes de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura. 7 de febrero 2015).
Al mismo tiempo, convocamos a toda la sociedad, a las organizaciones e instituciones y a la propia iglesia para que posibilitemos y hagamos viable la igualdad, mediante el reconocimiento efectivo del papel de la mujer y su protagonismo decidido tanto en la sociedad como en la iglesia. Sigamos aportando esperanza junto a todas las mujeres.
Si alguien desea encontrar información sobre la violencia “doméstica” en prisiones de hombres y mujeres este reporte (solo existe en inglés) es muy valiosos: Sexual Victimization in Prisons and Jails Reported by Inmates, 2011–12, Bureau of Justice Statistics – National Inmate Survey, 2011–12.
Este enlace provee muy valiosa información sobre el comportamiento sexual y la construcción de la identidad en la excepcional situación de las prisiones en América Latina: http://issuu.com/flacso.chile/docs/rss_2008_4
Este otro es menos actual (2001) pero sigue siendo representativo y fue publicado por investigadores cubanos en Brazil en un congreso importante: HARDY, Ellen; JIMENEZ, Ana Luisa. Masculinidad y Género. Rev Cubana Salud Pública, Ciudad de La Habana, v. 27, n. 2, dic. 2001. Disponible enhttp://scieloprueba.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662001000200001&lng=es&nrm=iso . Accedido en 09 feb. 2015.
Este enlace lleva a un reporte valioso acerca de la mujer en prisión: http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/18L1EBP6F45C5QMJ1L5X34AFX1JX5Y.pdf
La importancia o el impacto del elemento educacional-formativo exégeno es más comprensible en las patología de la intimidad cuando la violencia se mira, por ejemplo, en la cárcel donde la mujer y el hombre no cohabita y aún en esas circunstancias es la necesidad compulsiva de dominar la que impone en otro u otros varones los roles femeninos que, fuera de la prisión, eran impuestos sobre la mujer (y en el contexto de su situación opresora ésta toleraba antes de liberarse). S etrata de un caso extremo que tiene esa dificultad de ser extremo pero que está más que estudiada en mabas las prisiones de hombres y de mujeres. En las segundas ocurre algo parecido pero muy frecuentemente la violencia está ausente y se trata de una forma alterada de la adopción protectora o cuasi maternal.
En el caso del hombre hay otros ambientes en lo que lo mismo ocurre con mayor o menor violencia en poblaciones aisladas en las que la mujer está ausente aunque sea temporalmente (marineros, militares, por ejemplo) y en los mamíferos no es extraño que el cambio de roles sea impuesto, por ejemplo entre los primates, los caninos, etc.) en cuyo caso solo existe una explicación biológica.
El ser y sentirse persona debe ser proporcional, por decirlo de una forma habitual, a la libertad que se ejerce (en el contexto de aprendizaje a medida que se adquiera ésta progresivamente) cuando quien ama se abstiene de posesividad y control para dejar espacio a la expresión de la persona amada y, en reciprocidad, ésta hace lo mismo no interpretándolo como rechazo o desapego, sino como donación de sí por parte de quien le ama.
Es posible que la obsesión por satisfacer a la persona amada en la intimidad se convierta en causa de problemas porque las expectativas se han puesto en demostrar la propia valía como amante aunque se piensa o siente que la persona amada necesite lo que uno/a sea capaz y quiera darle. Viagra (que es una medicina) es un ejemplo de esta preocupación cuestionable que pudiera estar médicamente justificada en casos y en casos es simplemente ridícula.
En realidad el/la amante y el/la amada son personas independiente que solo pueden participar el/la una de la felicidad/satisfacción de la otra encontrando la propia satisfacción autónomamente en el contexto de la relación íntima. Nadie debiera poner la responsabilidad de su propia felicidad/satisfacción en la persona que ama.
Nadie puede donar o dar felicidad a nadie en la medida que la otra parte espere o desee, sino en la medida que ya lo haga. Y la comprensión y la compasión y el deseo de abandonar el centrismo egoico (narcisimo primario) al realizarse conjuntamente irá adaptándose hasta convertir los fuegos inciales o juveniles de la pasión en la ternura del acompañamiento al mismo ritmo o paso.
Luego, que es primero, posiblemente como apunta Viciedo, primero ocurre (siendo y sintiendo) lo humano basal, lo físicamente humano que tenderá a realizar toda su potencialidad progresivamente.
Si la vida se pudiera presentar gráficamente, posiblemente fuera una curva de campana invertida en la que la dependencia físicamente hablando, estuviera más o menos asimétricamente representada al inicio y al final y tocara su punto mínimo en los niveles cercanos a cero de la ordenada, según se acerque a la abscisa, durante el período central de la vida.
Emocionalmente hablando, fuera igualmente una curva de campana, más o menos asimétrica, en la que la autonomía alcanzara valores máximos sobre la ordenada a medida que se aleje de (o la abscisa) cero en el período central de la vida.
-Esto, Oscar, (¿Qué es “antes”,o“primero”:
* ser “persona” o* ser “mujer”, “varón”?
¡Vaya uno a saberlo ¿no?!) tan sencillo y claro ¿admite dudas?
¿Qué es lo que tanto en un*s como en otros se da en plan de INALIENABLE IGUALDAD?
¿No es la “animalidad” común con los animales de tierra mar y aire aún con la plural diferenciación entre las innumerables especies?
¿No es la racionalidad ya propia y característica de toda la especie humana sin que a esa capacidad común e igualitaria le afecte el grado de su desarrollo?
¿No es también la capacidad de poder y ser igualmente LIBRES y RESPONSABLES, aún admitiendo diferencias graduales en actos y comportamientos?
Y desde la FE ¿No es común nuestro origen por creación a imagen y semejanza del Creador y de equivalente filiación por adopción igualitaria de un sólo y único Padre celestial que nos considera y trata igualmente HIJ*S cualquiera que sean nuestra sexualidad y cualesquiera otras circunstancialidades personales?
Es por ello que, en todo el proceso humanístico de la Humanidad, no puede haber fallo en la coherencia de esa específica IGUALDAD de la condición inalienable de SUJETOS; nunca objetos, ni medios o instrumentos de nadie, ni de nada.
La propiedad de cuanto reviste la piel humana es propiedad exclusiva (Puesto que el TODOPODEROSO la respeta escrupulósamente) del propio individuo a quien esa piel pertenece; o dicho de otro modo: “En lo interno, ni la Iglesia, ni NADIE.”
TOD*S SOMOS IGUALMENTE PERSONAS: RACIONALES, LIBRES Y RESPONSABLES por HUMAN*S.
Hace unos 25 o 30 años que desde el punto de vista psicológico parece imposible seguir hablando de etapas epigenéticas de desarrollo; que la noción de desarrollo misma haya venido progresivamente cambiando.
En efecto la personalidad―entendida como estilo de ser persona― parece no lineal sino dialéctica, pluridimensional, tremendamente vulnerable a los agentes externos a pesar de la plasticidad genética. La personalidad es posiblemente un fenómeno radicalmente dialéctico, dinámico, adaptativo, resultante del aprendizaje y la adaptación.
Posiblemente el descubrimiento y la vivencia del género vayan íntimamente ligados al descubrimiento de la propia personalidad. Nadie parece permanecer sí mismo/a del mismo modo, y el ideal es que no progrese a ser cada vez más diferenciado o específico. Con el tiempo “sentir y ser” ha devenido un descubrir múltiples dimensiones y planos que sugieren un incremento de diversidad y especificación, pero que si se madura adecuadamente, se dirigirá hacia la acogida voluntaria de aquello que antes se consideraba opuesto o contrario o incompatible.
Parece que la meta del desarrollo humano sea lograr el desprendimiento de un “sí mismo/a” resistente a cambiar para abrirse a la libertad de franquear las fronteras del individualismo desde el amor, e. d., desde el afecto y la inteligencia y no solo por sí o de sí, sino relacionalmente, sobre todo desde lo logrado en y por la experiencia de la intimidad con la realidad y de un modo excepcionalmente fructífero en la intimidad de pareja mediada por la sexualidad.
De ahí el daño que posiblemente se siga de la carencia de dicha experiencia profunda y benigna en la que el/la amante solo desea cooperar a la realización de su amado/amada y recíprocamente. Habrá como sublimaciones de la intimidad (profesión o negocio, amistad, etc.) pero ninguna como la de la pareja capaz de amarse radicalmente.
La esperanza es que cada persona progresivamente aprenda a mirarse como “si le mirase “otra persona”, con capacidad crítica (no digo negativa), con ánimo de ser cada vez más efectiva en su amar y servir; deseando descubrir desde sus propias circunstancias (potenciales, limitaciones) la alteridad de las demás personas sin perder de vista lo común y para beneficio mutuo.
El resultado último fuera una acogida pluridimensional de la universalidad de lo humano como raza, más allá de los límites discriminantes (color de la piel, género, nación, ideologías, etc.); asegurando una individuación personal la cual, paradójicamente, permita renunciar a verse como diferente precisamente a través de verse cada vez más como ve a las demás personas, íntegramente, como a sí mismo, como similares, no idénticos, iguales pero diferentes.
Se trata del ya viejo argumento de la necesidad de primero entrar en el espacio del que se desee salir; de acoger lo que le parezca contrario descubriéndolo en sí mismo/a y acogiéndolo benignamente; desprendiéndose del en sí mismo/a egoico para abrirse a la totalidad diversa sin romperse neuróticamente. Se trata de vivir en un flujo de identificación solidaria.
La desesperanza surge porque el Mundo aparece violentamente convulso la propia “humanidad” se siente y se vive en la opresión, sea como víctima, sea como opresor/a.
Hola!
¿Qué es “antes”, o “primero”:
* ser “persona”
o
* ser “mujer”, “varón”?
¡Vaya uno a saberlo ¿no?!
¡Voy todavía! y con Saludos! – Oscar.
Antes de que termine el día en la latitud donde resido, deseo expresar a todas las mujeres que participan en Atrio y a todas las mujeres en general una agradecida celebración de su presencia y de su ser.
Para evitar con los intencionales remiendos, que para poco van a servir, o para muy largo contaría la justa solución, a lo que hay que ir es al reconocimiento pleno, con tolerancia cero, de la IGUALDAD en valor y dignidad de LAS PERSONAS, previamente a ser consideradas distintas por la inalienable circunstancialidad sexual.
Y en coherencia con esa IGUALDAD de valor y dignidad reconocer que TODA ACTIVIDAD PERSONAL participa por naturaleza inalienable de ese MISMO VALOR.
Admitir la falsificación de este postulado personal es tanto como irremisiblemente admitir como posible la depredación de cualquier ACTIVIDAD PERSONAL de PERSONAS a las que, previamente se les ha considerado REBAJADAS en ESE INALIENABLE EQUIVALENTE VALOR MÁXIMO.
La verdadera dificultad para la eficaz defensa y logro de esa IGUALDAD de consideración y trato, se basa y arranca de la claridad de la VERDAD que no se quiere admitir: El EQUIVALENTE VALOR MÁXIMO I N A L I E N A B L E de TODO SER HUMANO y de SUS ACCIONES, considerado previamente a cualquier circunstancialidad, incluida la de su característica y propia sexualidad, o el NO ADECUADO DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES PERSONALES.
La mejor evidencia de la opresión de la Mujer es la necesidad de dedicarla un día de reconocimiento. La mujer lo merece pero no porque viva en el olvido y el menosprecio sino por haber logrado su auto liberación malgré la enorme resistencia opresora de un Mundo dominado mayoritaria y activamente por hombres.
La opresión de la mujer resulta, no dudas, de la prevalencia del machismo, encubierta o abiertamente. El machismo puede ser comprendido como miedo a la feminidad, la cual ha sido construida como símbolo de lo débil y peligroso (desde el propio machismo) para la preservación de la masculinidad histórica. La religión, reflejo dialéctico o retro-alimentador de la antropología dominante, ha sido demasiadas veces el agente de la preservación y la promoción de dicha “Visión del Mundo” (worldview) ciertamente distorsionada que alimenta el machismo reinante.
Ninguna generalización carece de excepciones. La situación oprimida de la mujer no es diferente. Todas las personas debemos celebrar la mujer cada día y sobre todo donde la Mujer sigue sufriendo tanto. Sobre todo por lo mucho que ella ha logrado de auto liberación malgré la omnipresente dominación machista.
La mujer no es ajena a la acusación del machismo porque parte de la opresión que sufre es aprender a tolerarla pasivamente. Eso no la hace culpable de su opresión. Ninguna víctima lo es de su victimización. El agente victimario sigue siendo el hombre machista.
Por otra parte el varón es víctima de su auto-mutilación en cuanto asimila su autopercepción en función de una feminidad percibida amenazante que lo condiciona a oponer su propia feminidad. Se pudiera hipotetizar (aunque sea cuestionable) que el hombre maltratador de su cónyuge o partner, proyecta en ella la visión psicótica de su propia feminidad. Dicho miedo o paranoia es aprendido al impacto retro-alimentador de la percepción distorsionada de la feminidad.
Los hombres no pudiéramos liberar a la mujer. Una liberación otorgada implicara otra forma de dominación similar a la manumisión de los esclavos/as por el amo. Es otra forma de dominación pasiva (no hablo de la libertad como expresión de la dignidad humana). La liberación es una tarea individual de cada persona en un contexto social favorable. No se puede agradecer a alguien que también necesita auto liberarse y que debiera afirmar el propio derecho a definir y ejercer la propia autonomía moral/ética. Esta afirmación es válida para el hombre que acríticamente construye su masculinidad como función de la una feminidad oprimida.
Es posible hipotetizar que la mujer que involuntariamente integra a sí el machismo viendo la feminidad masculina como peligrosa, es instrumento perpetuador de ambas la propia opresión y la del varón, aunque en diferente proporción y de diferente manera.
Durante el período más vulnerable del condicionamiento cultural de los/las menores, éstos/as son más frecuentemente formados por mujeres. En dicha situación el varón o la hembra son una página en blanco en la que el/la educador/a oprimida comunica la semilla de la opresión expresiva de la opresión de género.
Si el varón no pueda liberar a la hembra, ésta no pudiera liberar al varón. Es necesario que el propio varón decida tomar las riendas de su propia liberación para abandonar los condicionamientos opresivos.
Además del importantísimo capítulo de injusticia laboral que nos recuerdan la HOAC y la JOC, no estaría demás ir a la raíz de ésta y tantas otras discriminaciones. Me refiero a la consideración en el subconsciente colectivo y en el consciente histórico de que las mujeres deben cumplir el rol que las sociedades machistas, androcéntricas y patriarcales les adjudican, esto es, estar al servicio de: la crianza de los hijos e hijas, cuidar a las personas dependientes, ser invisibles a la sociedad, impedirles desarrollar la capacidad de decidir en la cosa pública, sometiéndolas a ser dependientes del poder, criterio, leyes y religiones que han hecho los hombres…, en resumen ser marionetas en manos y mentalidad masculina.
De ello se derivan infinidad de injusticias, no sola la laboral, sino, y especialmente, la cosificación de estas personas que somos las mujeres, y, por tanto, como si de una cosa se tratase, el abuso, el maltrato, la violencia, la marginación y un sinfín de conductas y hechos tan crueles como los que podemos observar a poco que pongamos atención en detectar esta situación tan intolerable.
Y no nos conformemos con que en un pequeña porción de países ya se ha legislado (¡qué triste, pero qué necesario, tener que hacer leyes para que se nos reconozca iguales como personas….!!!), miremos un poco más allá de estas pequeñísimas minorías, abramos los ojos a la mujeres en el mundo en general, y nos daremos cuenta que la lucha por los derechos y la igualdad apenas ha comenzado si no es sobre el papel.
Me parece muy bien todo lo que se comenta en el artículo. Ahora bien, yendo al terreno de propuestas concretas por las que luchar, me surge una pregunta: ¿ Qué se podría hacer para reconocer, como es debido, el trabajo doméstico de la mayoría de las mujeres, en cuanto a cuidadoras de niños y personas mayores dependientes?.
Voy a mojarme con una propuesta:
1.Por los primeros ocho años de cada hijo o hija que críe una madre, dentro de una familia con una renta inferior a los 30.000 € anuales, reconocerle gratuitamente ocho años de cotización mínima, como autónoma, a la Seguridad Social. Por ejemplo, a una madre que ha criado a tres hijos se le reconoceria el haber cotizado diez y ocho años a la Seguridad Social.
2. Por los cuidados a una o mas personas dependientes, parientes directos, dentro de una familia del nivel de renta mencionado, reconocerle un año de cotización mínima, como autónoma, por persona y año cuidadas en casa. Por ejemplo, una mujer que tiene en casa a un hijo y a su madre discapacitados, se le reconocerían dos años de cotización, por año transcurrido.
Todo esto sin perjuicio de cualquier otra ayuda económica puntual que pudiera haber y organizando bien el tema.