Que la fe profesada sea el más alto valor testimonial de la praxis cristiana resulta una obviedad cuando son expresiones o actos de amor fácilmente reconocibles como tales, aunque a veces aparezcan revestidos como actos de beneficencia o de filantropía. “¿Tú tienes fe? Pues yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré por las obras mi fe” (Santiago 2,18)
Educada en la nueva civilización europea occidental la gente se aparta de una religiosidad carente de obras y huye de los templos construidos como refugios para escapar hacia una divinidad que hace renuncia de lo humano. ¿Qué función puede tener la religión creada para una vida posterior a la muerte, cuando ya nada humano nos resulta ajeno? El catolicismo tradicional está en una encrucijada. Abrazar las realidades mundanas obliga a aligerar la mochila llena de tantos escapismos.
El desinterés por la religión no se corresponde con la búsqueda de nuevas formas de expresar la espiritualidad que se percibe en los medios nuevos de comunicación social y el interés que despiertan ciertos temas al margen del discurso religioso convencional.
¿Crisis de fe o crisis de Iglesia? Hace cincuenta años lo teníamos claro: la fe estaba en crisis y la gente andaba en búsqueda de nuevos contenidos más en consonancia con los cambios sociales experimentados. Hoy se analizan los fundamentos de la religiosidad en busca de nuevos anclajes, perdido ya el valor reverencial de la autoridad y el sentido dogmático de las verdades doctrinales. La tradición que suplantaba la búsqueda alternativa de nuevas maneras de interpretar ha quedado desautorizada por la historiografía.
¿Ha perdido entonces la religión su función de guardiana de nuestro sistema de creencias? ¿No será que le hemos atribuido a la religión cristiana unas funciones propias de cualesquiera otras religiones olvidando la dinámica de la fe en el Resucitado?
No es el dogmatismo el que hace inasumible el catolicismo a la gente actual, sino el haberlo reducido a un “sistema de creencias” en sustitución de la dinámica vivencial de la fe. Eso plantea el problema de si estamos en la necesidad perentoria de una reforma o de un avivamiento, la búsqueda de verdades para darle una nueva inteligencia al mensaje, o encontrarnos con la verdad de vida.
La virtualidad de la fe no consiste en la aprehensión de unas verdades para construir otra doctrina, sino en su experiencia vivificadora. Parece como si estuviéramos en la necesidad de otra teología, cuando el camino encarnacionista que hemos emprendido nos conduce a vivir de las experiencias del Espíritu.
Reforma y avivamiento son realidades distintas producidas históricamente en el Pueblo de Dios. La reforma básicamente viene de arriba o necesita de la iniciativa de quienes gozan de autoridad o prestigio en la comunidad eclesial, y se mueve por los aspectos formales para crear o promover una nueva conciencia.
El avivamiento presenta una naturaleza pneumática, obra del Espíritu, y que nace en el seno de la comunidad a veces sin ningún respeto por los formalismos, las reglamentaciones y los cargos de oficio. Es Pentecostés continuado en la Iglesia de Jesús: …”Sucederá en los últimos días, dice Dios: derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños…derramaré mi Espíritu…” (Hechos 2,), pues la Iglesia es el conjunto de los discípulos y discípulas de Jesús, revividos por el Espíritu de vida que levantó a Jesús de entre los muertos, constituyéndole Dios, el Señor y el Cristo. Y por otro lado el Espíritu es tan universal como la creación misma.
A veces consideramos que Dios se hizo presente con Jesús, quien vino de junto a Él, y volvió a Él, para retornar glorificado. Pero cuando Dios puso su tienda entre nosotros lo hizo para quedarse y sigue en medio de nosotros, nosotras, constituidos en comunidad y anidando en quienes invocan su nombre aunque no se sepan miembros del rebaño.
Todo pacto implica una promesa y ese pacto con promesa de los labios de Jesús se va cumpliendo en su pueblo.
En la base de la religión encontramos a un grupo de seres humanos intentando definirse para así interpretar el mundo y, dentro de tal interpretación, situar la búsqueda de su destino. Si apuramos nuestro cristianismo nos encontramos con una Persona.
Pasando por su muerte y resurrección, Jesús abolió la muerte (no que sólo le haya encontrado un sentido) y ha sido a través del Evangelio cómo se nos revela, lo que ha hecho con el ofrecimiento de su vida y la inmortalidad que adquirió en nuestro favor.
Jesús fue persona religiosa viviendo dentro de la religión de sus padres. Vivió sin cuestionarse las formas pasadas de organización de su pueblo. Sin embargo se sintió legitimado para enseñarnos cómo deberíamos vivir la religión en adelante: en la perfección de las promesas cumplidas por Dios.
La Iglesia puede constituirse en religión organizándose en un sistema ordenado de creencias, o puede también reconocerse una obra de Jesús y entender que ella misma, la Iglesia, es Jesús viviendo y obrando en medio de su Pueblo a la espera de la Parusía.
El cuerpo de carne de Jesús permanece aún muerto con cada persona que abraza la fe, constituida en esperanza de vida. Y el Espíritu de Jesús actúa como prenda segura para dicha esperanza, que no defrauda en la espera gozosa de las redimidas.
Si quisiéramos intelectualizar esta verdad de vida que llamamos el misterio pascual tendríamos que resaltar que en la Iglesia así entendida se combinan la soberanía de Dios y la responsabilidad humana, esto último como en cualquiera otra organización religiosa
La fe entra en el ámbito de la iniciativa divina y la religión es su respuesta humana.
Gracias a vosotras, Ana y Mª Pilar, y a todos los que tenéis la amabilidad y la paciencia de leer mis comentarios.
Y ahora, al tema.
Hola Román. El único objetivo de “reservarme información” es tratar de no dispersar la conversación e intentar centrar mis comentarios en puntos concretos y así conseguir, como tú adviertes, un diálogo más incisivo.
Hasta donde yo sé, el único científico serio que ha propuesto prescindir de Dios como creador ha sido Hawkings. Desconozco si su propuesta es una simple hipótesis o la razona con argumentos físicos y con deducciones matemáticas concluye que el universo se ha creado a sí mismo. Aunque no he leído el libro donde lanza esa idea, me parece que es simplemente una hipótesis que tiene más de declaración personal de principios que de axioma físico. Pero no lo puedo asegurar.
Hasta donde yo sé, desde la cosmología no se habla sobre los instantes previos al Big Bang, sino siempre de lo que sucedió a partir de su estallido. El leit motiv de la Física es encontrar la causa de los sucesos. Sobre la causa del Big Bang (que es la hipótesis cosmológica más aceptada) la Física no dice nada, hasta donde yo sé. Personalmente, y al menos de momento, acepto el atributo divino de creador.
Estoy de acuerdo contigo en esto: para mí, mística y espiritualidad vienen a ser lo mismo. O, por ser más preciso, la espiritualidad es el ejercicio de la capacidad mística del ser humano.
Me dices que busco un anclaje a la mística. Bueno, ya expuse cual es ese anclaje para mí: acepto como principio que la capacidad para la mística es innata al ser humano, igual que su capacidad para la razón. Por eso me gusta decir, en vez de homo sapiens sapiens, “homo sapiens misticus“. Ese principio implica que la mística es algo natural, pertenece al universo, igual que la razón. Implica que la mística, como la razón, son productos exquisitos de la evolución de la materia. No encuentro ninguna necesidad de postular nada trascendente más allá del universo para explicarlas.
Como , además y tal y como expliqué en su día, para mí creer es un verbo intransitivo, no tengo ninguna necesidad de “demostrar mi fe”. Mi “fe” no es un conjunto de proposiciones con contenidos semánticos que relaten una historia, ciertos sucesos acaecidos en el pasado.
Estoy bastante de acuerdo contigo en que del conocimiento del ser humano puede salir un discurso sobre Dios. De hecho, creo que eso ha sucedido. Pero soy consecuente con esa creencia: esos discursos hablan de nosotros, de las personas, pero no de Dios. Me temo que, con frecuencia, hemos intentado hacer a Dios a nuestra imagen y semejanza.
En la mística judía, también se admite que en la experiencia mística es Dios quien se revela. Yo pienso que quien se revela en la mística (pongamos, en la espiritualidad) es el ser humano.
Luce López Baralt, y profesora titular de la Universidad de Puerto Rico y visitante de la Harvard University, especialista en literatura mística ampliamente, reconocida en Europa, en su “Simbología mística musulmana en San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús” (Cf. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/simbologa-mstica-musulmana-en-san-juan-de-la-cruz-y-santa-teresa-de-jess-0/html/021e4a2a-82b2-11df-acc7-002185ce6064_11.html llama la atención y demuestra la importancia del lenguaje en la expresión y recepción de la Mística más allá del Cristianismo. Así, escribe:
“Detengámonos en primer lugar en la obra del reformador, que, sorprendente «iniciado sufí», parecería conocer muchas de las claves del trobar clus Islámico y manejar el mismo lenguaje hermético de numerosos poetas místicos musulmanes. Damos por descontado, como cualquier lector elemental de Carl Jung, Evelyn Underhill o Mircea Eliade, que hay que tomar en cuenta la insistencia de todas las religiones en ciertos símbolos o imágenes fundamentales: la luz, el fuego, la oscuridad. Pero el caso de San Juan no es de éstos: intentaremos demostrar que conoce con demasiada especificidad el contenido semántico de algunos de los símbolos islámicos más importantes como para tratarse de una coincidencia «casual» o esperable. Incluso en algunos casos en los que el símbolo estudiado pudiera ser patrimonio de la mística universal -como la subida al «monte» místico o la transmutación del alma en «pájaro»- la manera particular que tiene San Juan de pormenorizar dichas imágenes coincide estrechamente con la de los sufíes. Como era de esperar, hay variantes entre San Juan y los musulmanes, pero hemos podido documentar más de treinta de estas equivalencias fijas o símbolos compartidos. Detengámonos sólo en algunos de los más significativos, advirtiendo que hemos atendido en estudio aparte a los místicos europeos medievales que de una u otra manera se hacen también eco de esta simbología sufí que los precede por siglos: . El vino o la embriaguez mística, La noche oscura del alma, Iluminación interior. La llama de amor viva y las lámparas de fuego…”
NB: Trobar Clus es el nombre en lengua occitana, una lengua romance hablada principalmente en el sur de Francia y también en Italia y España en el siglo XIII y que se traduce como “forma cerrada”, que es un estilo complejo y oscuro de la poesía utilizado por trovadores que sólo fue apreciado por una reducida élite. (Esta aclaración es nuestra)
Traigo a colación lo siguiente con la esperanza y el deseo de que sea de alguna utilidad en la conversación o hilo, consciente de ser inexperto en mística. Federico Ruiz Salvador—ha sido durante varias décadas profesor en la facultad del Teresianum de Roma, ha escrito multitud de artículos y ha pronunciado conferencias por todo el mundo y ha sido un reconocido experto en Juan de la Cruz y en espiritualidad.
En “Caminos del Espíritu” (Madrid, 1991) Federico Ruiz escribe lo siguiente acerca de la mística como “experiencia”: “…tres planos de creciente profundidad. La ‘experiencia-impresión’ se encuentra en el plano más superficial. Lo que aquí se busca es la reacción subjetiva: impresión de placer o gozo… …en un segundo plano ‘las experiencias’ en plural. Son momentos privilegiados en que nuestra persona experimenta con particular hondura e inmediatez el sentido de la vida… …Por fin ‘la experiencia’ en singular. Es el resultado, la decantación de numerosas experiencias aisladas día tras día, unas relevantes, otras imperceptibles. Esta experiencia se pega a la persona y se funde con ella. Enriquece toda la vida y actividad psíquicas: La intuición, la reflexión, el amor, la prudencia… …hay personas que hacen innumerables experiencias, pero no las conectan y cada una se pierde en su individualidad. Después de años… …no tienen una experiencia espiritual que caracterice a la persona. Otras, por el contrario, van acumulando sin darse cuenta las experiencias aisladas que un día cristalizan en experiencia. Esta tiene menos vistosidad que las experiencias. Pero mucho mayor hondura” (pp. 511 y 512) y añade más adelante (p. 514): “Mayor intensidad de vida da lugar a una nueva forma de percepción, que a su vez reinfluye en la vida misma. Lo más sustancia es la vida, lo más característica es la novedad de la percepción. Por eso he preferido aplicar el calificativo de mística a la vida, más que a la experiencia.”
Román, no insistas en lo estático porque yo nunca he dicho que lo místico sea algo estático, pero tampoco algo que el entendimiento nos aclare. El verbo estar con respecto a la realidad humana no tiene el mismo significado que en psicología se le atribuye como modo quiescente en que “queda” el ser humano por una afección de las cosas, el estar que nos ocupa es también un quedar pero no un quedar afectado como sujeto sino, un quedar intelectivamente abiertos al estatuto de lo real. Es un estar en lo real que continuamente se actualiza. El estar es un verbo de actualidad. Esta dinámica es previa a cualquier mediación del entendimiento.
M. Luisa,
veo que se ha perdido una reflexión que había escrito a tu último comentario en busca de respuesta.
Mejor, porque en ese momento tenía la mente en varias cosas juntas.
Es posible que yo esté sumido en alguna contradicción, no solamente en el decir y que no alcanzo a comprender incluso con tus explicaciones.
Expongamos el asunto para ver si acabo desenredándome.
Creo que debemos hacer algunas diferenciaciones entre razón y entendimiento, aunque yo ( que no entiendo de filosofía) uso ambos términos indistintamente.
usé los términos “mistica”, “metanoia” ( el método de Dracir parece prometedor) y quizás parece todo como un poco mezclado y confuso.
La palabra mística, a mi resulta lo mismo que espiritual, que habla más de una experiencia vivida ( sentida y consciente) en lo referente al Señor ( siempre está en las cosas de la fe y en los momentos en que soy consciente de su presencia)
He dicho metanoia, porque en mis años jóvenes y se nos presentaba ( hablo de los años 60) el profetismo de Israel, junto con el mensaje de Juan, terminábamos hablando de “la conversión” como algo necesario, que no era un “simple arrepentirse”, sino que implicaba un cambio radical al mensaje de fe que se nos proponía y que implicaba además un cambio de actitud ante la realidad que estábamos viviendo, un compromiso serio, en lo individual y lo social con la comprensión de una situación de injusticia a la que teníamos que poner remedio..
(Eran los años del “kerigma”)
No comprendo una mística, como algo “estático” y orientado sólo a los sentimientos ( aunque a veces se produzcan)
¡Gracias Pepe B… como siempre genial!
De acuerdo en lo que respondes a Santiago… y en otras muchas cosas.
¡Gracias!
mª pilar
Perdonad que casi me ciña a los posicionamientos de pepe blanco, porque es más lo que se reserva que lo que viene manifestando y está consiguiendo que el diálogo se vuelva cada vez más incisivo.
Él, que está al corriente de muchas cosas sabe con absoluta certeza de que el argumento cosmológico de la filosofía teológica ya no resiste la comprensión moderna pues la ciencia ha desarrollado unos conceptos sobre la naturaleza que no tiene ninguna necesidad de buscar primeras causas
Busca anclajes “para una supuesta persona que se sabe en su interior que tiene fe”, pero que las recetas clásicas de la teología ( que nos han llegado por la religión) no le responden a sus inquietudes. Es un problema teórico, pero que nos está afectando a todos/as los/as intervinientes.
¿Dónde encontrar las bases para la demostración de la fe?
yo, personalmente sigo dos caminos.
a) la razón histórica ¿Cómo hemos llegado hasta aquí
b) desde una mejor comprensión del ser humano, de mi persona, como ser humano (uno-con-las-otras-personas) y entiendo que desde ahí puede partir la posibilidad de un lenguaje sobre Dios. El ser humano es por naturaleza religioso
c) descubro que Dios se hace presente en mi vida y la fe, que es un hecho natural, pues soy persona religiosa, tiene un contenido de revelación divina.
Estimado Román, déjame que centre toda mi atención, esta vez, tan sólo en el último párrafo de tu comentario de ayer el de las 11:49 pues la contradicción que allí detecté lo requiere. No se trata de ninguna sutileza, más bien teniendo en cuenta tu compromiso de búsqueda se trata de que ésta sea rigurosa y no parta de premisas falsas.
Iré por partes. Dices en él “Tenemos que entender “la mística” en su sentido más original de “espiritual”, porque la “metanoia” o cambio de mentalidad no se circunscribe sólo a la razón, la facultad que es operativa de todos nuestros pensamientos, sino a lo más hondo del corazón humano donde anidan nuestras sentimientos y pasiones y donde se encastilla la voluntad”.
La contradicción está en que presentas la cuestión como cosa del entendimiento para acabar reconociendo también que lo místico abarca en hodura, nuestros sentimientos, nuestras pasiones y nuestra voluntad.
Claro! Es que la mística no es algo que haya de ser entendido. La fe como experiencia mística es en primera instancia un modo de estar. Creo que Pepe B. dijo algo así parecido al estado místico.
Lo místico se presenta como un estar en el que la persona se descubre así misma en toda su radicalidad, es decir en su realidad propia, y a partir de ahí adopta un cambio de actitud. Por eso, tampoco es verdad que la “metanoia” pueda identificarse con un cambio de mentalidad. La metanoia afecta a toda la persona por entero y no sólo a la razón como facultad para entender las cosas. Entonces si esto es así, incluso tú te avienes a ello, ¿por qué comienzas diciendo que lo que tenemos que hacer es “entender” la mística en su sentido más original de espiritual cuando en este intento pueden abrirse diferentes vías de especulación sobre aquello que sea la espiritualidad y de rebote la mística?.
Os sigo de lejos en un debate de altura. Gracias, Pepe, como casi siempre estoy de acuerdo contigo. Veo que no has olvidado tu promesa.
Una aclaración breve: Santiago me parece que no fui claro en cuanto a Anselmo. Yo creo lo contrario.
Te cito: “como dice Dracir, citando a Anselmo, necesitamos “creer para entender”….pero también puedo decir que “entiendo para creer….”
Me parece que estuviera bien que lo pienses de esa manera, pero mi modo de ver es el contrario a creer para entender, pero seguramente no fui claro.
Corrección de error. Al final del cuarto párrafo, debe decir “…descartar definitivamente que sea suficiente para que…“
Hola Santiago,
Lo primero, quiero agradecerte tu felicitación en el hilo que contaba mi fiesta de graduación. La escribiste estando yo de viaje, la vi mucho más tarde, cuando aquel hilo estaba ya “fuera de uso”. Así que te doy aquí las gracias.
Y ya, al grano. Me gustaría recordar algo que ya he dicho muchas veces: yo no soy ateo. Lo que pasa es que pienso que para poder hacernos una idea sobre Dios, es más útil leer 72 libros de Física que los 72 libros de la Biblia. Lo que pienso al respecto, es tan simple como eso. Es mucho más probable y más creíble que Dios haya creado el universo que que haya escrito o inspirado la Biblia. Consecuentamente, pienso que si en algún lugar hemos de buscar su huella (su revelación) es en el universo, no en la Biblia.
Es cierto que el Universo es una maquinaria extraordinaria. Tanto la materia inerte como la materia viva. Pero ambas se rigen por las leyes físicas. Por ejemplo, la materia viva se puede interpretar como un mecanismo extraordinario para minimizar la producción de entropía (en este punto, recuerdo que le debo una explicación a Ana, justamente la explicación de lo que acabo de decir. En otro momento…).
Por otra parte, no nos consta que sea necesario inventar una hipotética trascendencia para dar sentido a la vida humana. Al menos de momento, no nos consta, que yo sepa. Quiero decir que la materia (entendida en sentido físico: masa, energía, radiación, campos, leyes físicas…) es algo demasiado amplio y todavía deficientemente conocido como para descartar definitivamente que sea insuficiente para que el ser humano consiga, en su seno, la plenitud.
La expresión “vacío existencial”, para mí, carece de significado. No sé qué quiere decir, si es que quiere decir algo.
En otro momento contestaré los comentarios de Román.
Os leo con atención…al menos lo intento… solo que a veces parece una confrontación del pensamiento por las diferentes maneras de pensar, ver, vivir de cada interviniente.
Leeros, puede enriquecernos si lo hacemos para comprender… luego van pasando los más “vivos” y defensores de “sus” ideas, a querer convencer al diferente o contrario; metiendo en el mismo saco, ciencia, religión, experiencia personal; y cada cual intenta acercar el ascua a su sardina.
La experiencia interior (llamada de cientos de maneras) es personal, intransferible, porque cada cual es como es; puede inclinarse hacia un lado u otro, puede sentirse arropado por unas explicaciones u otras; a la final, quien decidirá tomar en cuenta, añadir a su status personal unas ideas u otras, será cada cual en razón de: por dónde camina y a dónde quiere llegar.
Parece que muchas personas, se sienten “profetas de sus ideas” y las lanzan como único camino… Las ideas, formación, preparación, base de su vivir; también es intransferible, por eso, el diálogo es fecundo, el enfrentamiento de ideas, suele llevar a incomprensiones dolorosas.
Aprendamos de todo aquello que se nos ofrece, porque abrirá mucho más nuestra capacidad de visión, nos ayudará a crecer como personas y respetemos el pensar, sentir vivir de quienes nos resultan diferentes y hasta incompatibles.
Cada persona (quiero comprender) a escogido el camino; saber más cada día no ocupa lugar y enriquece nuestra vida; asi, dejemos de enseñar “nuestras ideas” compartamos el saber, las experiencia, el camino… y dejemos a cada cual ser.
¡Gracias por cuanto aportáis!… Sin buscar vuestras solas “razones”.
mª pilar
Sí, quizás cambios en el lenguaje sean efecto no solo insuficientes sino inefectivos.
Pepe, tampoco es sensato y lógico que en en el planeta tierra, “de una lejana galaxia” perdida entre trillones de estrellas se de la vida racional…con la capacidad de entender “un destello” de lo que es el Universo…Tampoco es probable y menos lógico que pudiera darse el Big-Bang que requirió una energía que no ha podido todavía ser medida….Tampoco que las condiciones para la vida, o sea las constantes cósmicas y vitals. sean tan estrechas y precisas que éstas pudieran dar lugar al Cosmos y despues en los “laboratorios estelares” organizarse para dar lugar a la vida a partir del carbon….Tampoco son explicables y pensables los precisos parámetros de las constantes vitaes por citar uno solo que el el K potasio sus límites son tan estrechos que se precisa toda una maquinaria química regulatoria para mantenerlo no mas alto que 7 y no menos bajo que 3….Con 2 o con 8 prácticamente vamos hacia el sepulcro……¿Es la madre naturaleza la que materialmente da la información inteligente que mantiene las constantes vitales intactas? ¿Y que decir del intercambio activo y pasivo de aniones y cationes del microscópico túbulo renal? Es que ese poder de saber exactamente que metales se han de intercambiar efectiva y precisamente en el riñón humano para que la vida no sucumba ¿es producto de la información que le dió al riñón la diosa materia o el dios azar? Por que si hablamos de los misterios de Dios…entonces, quitándole a El de en medio, aparecen muchos mas inexplicables misterios para la lógica humana..
Si Dios es el Creador….tambien tiene que sostener su creación…..Es inmanente a ella naturalmente….puesto que es imposible que el que creó el Universo y le dio libertad y autonomía, no fundamente todo lo creado….para que persista…Por lo tanto, no solo Dios es el autor de la inmensidad intergaláctica cuasi infinita del Cosmos…sino de la partícula sub-atómica mas diminuta….No solo es Dios para lo “universal”…sino tambien para lo particular….como ya Santa Teresa intuía cuando la santa avilesa decía que Dios andaba “hasta en los pucheros”…..
Este vacío existencial -notado particularmente por los filósofos vanguardistas modernos- y esta búsqueda incesante de un significado a nuestra vida y de la infinita felicidad, que no podemos adquirir en esta vida por mas que lo intentemos, es un llamado a la trascendencia…..Deseo existencial insaciable que todos padecemos….es un llamado tambien a que el amor que buscamos será pleno algún día…puesto que lo meramente “natural” no puede satisfacernos plenamente….Si pudiéramos saciarnos con lo de aquí abajo..entonces la trascendencia sería totalmente material…Pero vemos que nuestro espíritu posee deseos infinitos….y esto es el germen y la huella que en nosotros existe de lo que es infinito…De otra manera, nuestra naturaleza humana estaría conforme plenamento con nuestros bienes de aquí….No ansiaríamos nada mas..
Por eso la fe, como dice Román es mística en sentido espiritual…en sentido del misterio…..Y como dice Dracir, citando a Anselmo, necesitamos “creer para entender”….pero también puedo decir que “entiendo para creer…..Son dos cosas complementarios…..Lo materia y lo espiritual constituyen una unidad…pero son dos facultades de conocimiento que tienen que complementarse…para llegar a la verdad…que únicamente reside en Dios….
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Pido licencia para continuar con mis reflexiones,
porque el tema me ocupa y me preocupa desde hace varios años.
España entró en una situación de postmodernismo, sin que varias generaciones hayan tenido la oportunidad de madurar en la crisis de la Modernidad. La generación del 98 fue una generación frustrada por el trauma de la guerra. La constatación de que la decadencia de España la había conducido a quedar muy atrás, hasta perder el tren europeo, sin posibilidades de reencuentro. Luego la generación que vino después, la que llamamos del 27 sufrió otro tanto ante el fracaso de la Democracia.
Todavía en nuestro imaginario nos motivamos por las coordinadas Religión vs ateísmo puro y duro, y las ideologías siguen pesando, no podemos imaginar el universo cultural más que en dos dimensiones y aceptamos el pluralismo ( lo toleramos) con muchísima dificultad.
La Iglesia no nos ha permitido ( y la clase política también es responsable) de haber entrado en un mundo posconfesional e interreligioso.. El ecumenismo sigue siendo una disciplina académica cultivado en círculos intelectuales.
La religión ya no se sitúa frente a la ciencia, pero sigue viva (Pepe Blanco puede hablar de una fe que no se circunscribe a nuestra tradición judeo-.cristiana, y está en lo cierto, en cuanto a su universalidad, como manifestación del espíritu humano)
A la religión hay que tomarla en serio desde la secularidad: es una dimensión profunda del ser humano y está en la sociedad. Tiene mecanismos insospechados para la liberación del ser humano, se orienta hacia el futuro, manifiesta fraternidad, proporciona confianza en la vida, se arropa en virtudes ciudadanas y compromisos sociales.
Pero yo tengo obligación en conciencia de hablar de mi salvador, Jesús. Procuro hacer ese matiz en mis intervenciones. No le conocí a través de ninguna lectura, ni buscando autores. Simplemente le reconocí presente en mi existencia, como la luz del día me muestra el sol. Luego Las Escrituras me hablaron de Jesús
La Biblia es expresión de la Palabra de Dios ( de su voluntad), pero sólo testimonian “como el ser humano histórico”, cada cual en su época, percibían esa voluntad salvadora. Igual me pasa a mí, cuando leo Las Escrituras.
Comprendo que hablamos de temas muy difíciles,
y todo nos puede ser útil en la búsqueda de que queremos definir y se nos escapa,
las definiciones se hacen ambiguas, y se acercan sin dar con lo que queremos expresar, la referencia a autoridades se desvanecen en cuantos las sacamos de su subjetividad, o del contexto con que fue algo escrito.
Estamos hablando de experiencias. Y cada cual tiene las suyas.
Hace cincuenta, sesenta años, el comercio de la fruta no conocía el avión, ni se habian fabricado los containers. Así que cada clima en cada territorio tenía su producción propia. Explicarle a un español, lo que era un caimito, un canistel, o un anoncillo, resultaba algo complicado. No era un problema de terminología, ni de suplantación de nombres, tan corriente por otro lado.
Simplemente, que para conocer una fruta había que verla, olerla, probarla.
Cuestión de experiencia.
Jesús dió pistas, pero no siempre eran suficiente y muy pocos aceptaban su mensaje. Y a veces quienes lo aceptaban no llegaban a comprenderlo. Y algunas personas que lo comprendieron, no llegaron a saborear su contenido.
Esa fuerte tensión entre Jesús demandando la fe y la confianza en su Padre con las respuestas que recibía penetra en lo más hondo del relato evangélico
Lo suyo fue un rebañito pequeño, aunque su Salvación tenía dimensión universal.
Me conformo con que tengáis abierta la mente y el corazón Y Dios realizará su obra.
Nadie es mejor, ni más merecedor/a que nadie, pero Dios es Padre de todos/as.
Román: Espero que tu hijo haya continuado mejorando y deseo que lo siga haciendo.
Por razones de brevedad en lo ultimo que comenté y aprovechando un descanso en mi trabajo hago este Segundo comentario que tuve que dejar a medias.
Quiero anteponer que reproduzco las siguientes dos líneas de tu último comentario sin ánimo de controversia o por algún antagonismo. Aprendo mucho de tus comentarios y tus afirmaciones, sobre todo si no las comparto. Me obligan a clarificarme en aquello que crea. “Los dos últimos comentarios describen la fe como una actitud, donde se explicitan los mecanismos en la persona para su acogida”. (Comprendo que no te refirieses a alguno de los míos).
Si no te quita tiempo para cosas mejores o más importantes, que las habrá, te ruego que opines sobre la posibilidad de sustituir la palabra “actitud” por la de “aptitud” según el DRAE (dos primeras opciones) que te copio a continuación aunque sé que tu castellano supere al mío: “aptitud. (Del lat. aptitūdo). 1. f. Capacidad para operar competentemente en una determinada actividad. 2. f. Cualidad que hace que un objeto sea apto, adecuado o acomodado para cierto fin.”
Santa Teresa, San Juan de la Cruz, y Edith Stein refirieron sus respectivas experiencias de “la fe” y por lo tanto sus respectivas comprensiones de la misma fe a diversas fuentes, i.e. libros, lecturas, aprendizaje, filosofía etc. Por lo tanto afirmo la validez de la tuya no importa que en tu modestia me señalas distancias por la fama, la autoridad, o lo que fuera si ese es el caso, que lo veo posible.
Voy al hecho de que una tal validación de su parte o de la tuya pueda con todo derecho ser legítima.
Cristina Kaufmann OCD (Mataró, Cataluña) que desafortunadamente murió muy joven en 2006, 61 años) aseguraba que la lectura de la Vida de Teresa de Ávila durante un retiro espiritual voluntario en soledad en 1964 profesando en 1965, que determinó su cambio interior de campeona de esquí en la nieve a monja de clausura y ha sido reconocida como profundamente auténtica.
Hola Ramón,
Algunos comentarios:
1º.- TÚ, tú estás hablando de “una fe” muy específica, la fe en Jesús. Yo, estoy intentando mostrar que “la fe” es algo más general, propio de todos los seres humanos.
2º.- Sobre la relación personal de un fiel cristiano con un dios personal. A mí, eso me recuerda la autosugestión y el autoanálisis. Creo que cuando un cristiano afirma “estar hablando con Dios”, en un trato personal e íntimo entre los dos, lo que sucede es que está hablando consigo mismo. Dios tiene cosas mucho más importantes que hacer que preocuparse de nuestro desasosiego cotidiano. La oración es un útil ejercicio de relajación mental.
3º.- La supuesta intervención de Dios en la historia, es algo demasiado humano, un relato inventado demasiado “ad hoc” para ser creíble. Es más que probable que en muchos rincones del universo haya vida inteligente, seres vivos como nosotros o totalmente diferentes, pero también inteligentes. La hipotética decisión divina de encarnarse en un ser humano, en un momento dado, parece demasiado arbitraria y caprichosa. La salvación del universo entero estaría condicionada a un suceso ocurrido en el planeta tierra, en una lejana galaxia… No me parece sensato
4º.- En fin, que tu fe, por lo que cuentas, es algo que te sucede después de haber leído un libro. Qué poca cosa, ¿no?
La noción de “fe” puede ser entendida o comprendida en el sentido de la primera acepción que del DRAE, como “índole, naturaleza o propiedad de las cosas).
En efecto, cualquier investigador basado en la observación prefiere una línea de investigación y a otras porque intuye o tiene fe de que produzca los resultados que cree sean ciertos y, subsiguientemente, observando el comportamiento de la investigación ajusta su intuición inicial.
Ese fue el camino de Tomás para llegar a sus “cinco vías”, análoga al modo bíblico de describir en general la relación de la divinidad abrámica de Israel cuando examina la infidelidad histórica de éste, a pesar de lo cual y contra todo sentido de justicia retributiva, trata de afirmar la misericordia reiterada de aquella. La capacidad o propiedad intelectual y afectiva de intuir con esperanza la posibilidad a partir de la observación de la realidad en grado “tan complejo” es casi exclusivamente humana.
Anselmo de Canterbury (Proslogion) afirmó que la fe busca entender utilizando la razón, el intelecto (fides quæerens intellectum), quizás basándose en homilías de Agustín de Hipona sobre el Cuarto Evangelio y sobre la Primera Epístola de Juan, (Cf. Tratado 29 de Agustín, Cap. 7, NN. 14-18, § 6). En efecto Anselmo escribió: “tampoco busco entender para creer, sino creer para entender, porque si primero no creyera tampoco entendiera” (traducción mía libre del Latín siguiente: “Neque enim quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam. Nam et hoc credo, quia, nisi credidero, non intelligam.”.
El conocimiento moderno viera como fallido tal razonamiento de Anselmo quien, siguiendo a Agustín, parte de una afirmación “de fe”, en una especie de círculo para afirmar otra utilizando aquella como evidencia de certidumbre. Para él, como para Agustín, era demostrable la existencia de la divinidad y hasta la noción misma correspondiente sin salirse de la fe.
Tal modo de “fe” hoy día tuviera que sobrevivir el cuestionamiento de la razón que ya no puede ignorar su modo de verificar la credibilidad recurriendo a evidencias objetivas. Una afirmación que falle dicha “prueba” hiciera fallar su comunicación como creencia sobre todo a los jóvenes.
La fe fuera aquella intuición o curiosidad humana aprendida—si se quiere sobre la marcha evolutiva y aún todavía solo parcialmente explicable como tantas otras cosas—que compele intelectualmente comparativamente al hambre y a la sexualidad. Dicha explicación no violara el Principio de Parsimonia.
Los dos últimos comentarios describen la fe como una actitud, donde se explicitan los mecanismos en la persona para su acogida.
Me gustaría ahondar en el comportamiento, porque estamos hablando de una fe muy específica y es la que se experimenta ante el mensaje ( o doctrina) y la persona de Jesús de Nazaret.
con su visita a Zaqueo Jesús dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abrahán, pues el hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”.
Andamos a veces extraviados en la búsqueda de consensos universales en la formulación de nuestros pensamientos, cuando en Jesús descubrimos que Dios (con toda esa grandiosa presencia, de la que habla Pepe Blanco en la contemplación del Cosmos, él, que tiene una mente que puede abarcar tales cosas por su condición científica) trata individualmente con cada uno/una de nosotros/nosotras. Si no nos conociera personalmente no seríamos su criatura y no podría hacer expresión de su amor.
La historia de la salvación se fundamenta en la revelación de Dios 8 su iniciativa) mediante una intervención en la historia. Así que el principio de la fe es que Dios interviene y que nos revela su persona. Exige un reconocimiento y una sumisión a su persona en un camino de obediencia. A ese acto lo llamamos conversión
fue predicada la conversión por Juan el Bautizador en el Jordán, para que germinara la fe de nuestro interior en la aceptación de la Salvación prometida. En Zaqueo, al parecer se produjo un cambio moral, pero hasta que le visitó Jesús él ignoraba que fuese también receptor de tal salvación. Y Jesús lo aclara todo: vino a buscar lo que estaba perdido.
Tenemos que entender “la mística” en su sentido más original de “espiritual”, porque la “metanoia” o cambio de mentalidad no se circunscribe sólo a la razón, la facultad que es operativa de todos nuestros pensamientos, sino a lo más hondo del corazón humano donde anidan nuestras sentimientos y pasiones y donde se encastilla la voluntad.
nuestra voluntad sólo se quebranta por un acto de amor.
La obediencia ciega ( a ciegas) resulta un mero acto estéril de disciplina que nos condena más, porque nos mantiene encadenados.
Y por Jesús adquirimos el carácter y la naturaleza de Dios.
Hola Román, buenos días! si recuerdas a lo que tantas veces, con respecto al carácter primario y sensorial que tiene el conocimiento humano me refiero, la descripción de la fe que hiciste en tu comentario de ayer 17:17 entra dentro de este parámetro. Parámetro, en el que todavía ahí no cabe hablar de ningún acto de conciencia, sólo de apertura aprehensiva. Lo que ha ocurrido históricamente, es que el contenido de ese primer momento al quedar impreciso, vago, indefinido, es cuando entonces las religiones toman las riendas y se hacen cargo de su administración. Como es comprensible, ahí se pierde ya su aspecto aprehensivo y por tanto también todo su potencial. Con lo cual, si aquel momento de contenido de índole aprehensiva que, como tal es por lo que cobra trascendencia el conocimiento humano, se le priva a éste de su dar de sí, precisamente por aquella subordinación, resulta que aquel contenido primigenio de carácter aprehensivo y abierto, al sernos devuelto y concienciado de forma conceptiva queda como algo ya sabido, cerrado, que simplemente cabe “aprender”.
No he querido suplantar a Román, ni robarle su pensamiento y su respuesta, pero me pareció que Pepe Blanco elaboró en sus interrogaciones una verdadera definición de fe, que corresponde a mi propio concepto de ella, que es este: LA FE, pues sería una conclusión de la razón que ES iluminada místicamente y donde libremente existe una decisión de la voluntad.
Un saludo Santiago Hernández
Román, si la fe no es mística, entonces ¿qué es? ¿Un conclusión de la razón? ¿Una decisión de la voluntad? ¿Un recuerdo de la memoria? ¿Una conducta aprendida?
Pepe,
mi fe no es una experiencia mística, pero si es cierto que he tenido en mi vida algunas experiencias, que se catalogan como mística ( expresión que siempre he rehusado, pero que he utilizado aquí por claridad en el discurso) No creo que los católicos carismático hablen de los dones como experiencias místicas, pero así lo entiende el común de las gentes.
El descubrimiento de mi fe ocurrió a muy pronta edad, y mi opción de vida fue su consecuencia. Eso que llamas mística ocurría mucho después.
En cuanto a la valoración de que haces del texto bíblico y sus consideraciones, no me parecen ni inoportunas ni carentes de buen sentido.
Ésa es la lucha actual de catolicismo en su proceso purificador de la fe.
Hola Román.
Sí, sé cuál es tu punto de vista. Por eso quise, en un comentario anterior, recordar los dos puntos de vista habituales en estos foros: el heterónomo (que es el tuyo) y el autónomo (que es el mío).
Al leer el comentario que le diriges a Mª Luisa, tengo la impresión de que tú le llamas “fe” a lo que yo llamo “estado místico del alma” (o de la mente humana, si te gusta más). Tú verbalizas esa experiencia mística fuerte (probablemente una sola vez en la vida, según comentas) como una visión de Jesús. Y a partir de ahí te quedas con la verbalización, con la narración de tu experiencia mística, en vez de quedarte con la experiencia en sí, con su recuerdo no verbal.
Volviendo al tema del plan divino revelado positivamente, ¿no se te ha ocurrido pensar que empequeñecéis a Dios al atribuirle la autoría de un pequeño texto escrito bastante atropellada y confusamente a lo largo de varios siglos para contarnos a los humanos qué va a ser de nosotros? ¿De verdad crees que Dios, el Dios que creó el universo, los quarks, la masa, la energía, la radiación, las leyes físicas, todo, necesitó escribir un libro para comunicarse con nosotros? Vuestro dios parece un dios torpe y primordialmente impotente.
Exactamente, M. Luisa,
es lo ue vengo manifestando,
que la fe es anterior, y a veces distinta a la religión.
Muchas religiones se apartan de la fe, cuando se hace de ella un valor instrumental, para otros fines distinto a darle culto a la/s divinidad/des.
Es una constante histórica.
Oscar, en su primera intervención identifica la fe, o la acerca más bien
a la confianza que una persona deposita en algo/alguien,
que también es otra acepción de la fe,
Los malos entendidos resultan a veces más esclarecedores, que las prolijas argumentaciones,
Hola M.L.!
Ok!
Firmado: “el precipitado“
No, Román, se lo decía al amigo Oscar. En cambio, esta vez estaría de acuerdo contigo con lo expresado en tu último comentario, pero entonces convendrás conmigo que la fe no es ningún producto de la religión.
M. Luisa, no te entiendo,
la fe es algo que te sorprende,
a veces sin haberla buscado.
No sé si es estática o dinámica, si es un punto de partida o es llegada a algo nuevo.
Es como cuando se abre una ventana, y contemplas por primera vez un escenario que nunca hayas visto, ni te ha sido posible imaginar.
Ocurre una vez en la vida, y ya no puedes olvidar, ni prescindir, ni dejar de buscar más.
Es el amor, la flor que nace, una primavera,
una experiencia que te eleva a dimensiones que jamás ha cabido en imaginación alguna.
Y ves a Jesús ( vivo y hablándote)
Vaya, qué a pie de letra te lo has tomado, amigo! La situación, ya se entiende que se trata de una situación de partida, ¿cómo se puede pensar en una fe estática?, el proyecto mismo que la habita es algo dinámico y practico… creo que esta vez te has precipitado…
Hola!
La FE, pienso yo, ni “se pone” ni “se deposita”;
La Fe está ahí para ir eligiendo qué hacer con ella.
La Fe es como el Depósito bancario que heredamos o acumulamos.
La Fe es nuestro Crédito.
La Fe está para darle USO PRÁCTICO.
Uno de esos USOS han sido las RELIGIONES.
Pienso que el alma “religiosa” es un alma “anacrónica”.
Cuando no le damos “su” lugar en el tiempo, redivive jodiendo la vida en peleas infinitas.
¿o no?
¡Voy todavía! – Oscar.
Querido Pepe,
aquí viene el asunto de fondo:
Acepto la Palabra de Dios, lo que llamamos revelación positiva, y entiendo que las Sagradas Escrituras me hablan de Dios. Jesús es el máximo íntérprete de la Palabra de Dios, él mismo es esa Palabra.
En ese sentido soy literalista.
No le hago ascos a Saulo de Tarso, por lo que acepto la totalidad del Nuevo Testamento, es decir, el legado de los escritos cristianos añadidos a la Biblia Hebrea ( en sus dos tradiciones, también la griega)
Pero yo entendía,
que todo esto ya lo sabías de mí.
Es que, si se pone la fe en Jesús todo el discurso queda distorsionado. La fe hay que situarla en el Mensaje, en el Proyecto. Situarla en Jesús es un error como el que sería depositar nuestra confianza no allí donde nos llevan nuestros sentires sino en ellos mismos.
Estimado Ramón,
No me resulta fácil centrar la discusión contigo. Hablas de muchas cosas diferentes. Podemos empezar por el “plan de Dios”. Asumiendo que existe dios como algo diferente del universo, ¿cómo puedes saber que tiene un plan? Admitiendo que lo sabes, como puedes saber cuál es ese plan? Permiteme que te recuerde que, por no saber, ni siquiera sabemos cuál puede ser el plan de dios para el universo. No sabemos si se expandirá indefinidamente o bien si, en algún momento, empezará a contraerse.
El problema no es trivial. Si las personas somos partes integrantes del universo (estemos vivos o hayamos fallecido) ¿como se puede separar el destino final de los seres humanos del destino final del universo?
En mención a las posibles diferencias entre creación y redención, o si se prefiere, salvación deberemos evaluar las diferentes premisas de la teología actual y su impronta encarnacionista.
Partiendo de una doctrina tradicional, cuando se absolutizaba la Redención, como gracia o acto meritorio de unos pocos escogidos que daba el paso franco al cielo de los elegidos (vivíamos para la gloria) el pensamiento católico se ha tenido que repensar el acto de la Cruz.
la gente considera que lo más característico del catolicismo pueda ser la institución del Papado, pero en realidad ésto sólo conlleva un poder de jurisdicción, que prevalece sobre los demás (el Primado de Pedro),
pero a poco que apuremos más el asunto,
vemos que se deformó ( no importa cuándo ni cómo) “el poder” que recibiríamos de lo alto, cual promesa del Resucitado, perdiendo el carácter de “virtualidad, capacidad, transformación”, “fuerza”, y se entendió como la asumpción de unos poderes ( de intermediación sobre todo), de dónde emana la doctrina del clero (heredad de Dios) la doctrina sacramental ( las llaves de la gracia en manos de la clase mediadora)
Entonces el sacrificio de la cruz, con todo su sentido cruento, pierde su alto sentido de revelación del Misterio, para hacerse el eje de la clase sacerdotal, y reducir la Iglesia de Dios en una institución.
Por otro lado, y en otro orden de cosas, la nueva teología no puede asumir el Misterio Pascual. porque ha constreñido la fe al movimiento ascendente de la humanidad. (No existe nada que redimir, el ser humano es perfectible y está en camino de la Parusía vista como la Perfección del Reino de Dios. Al final será “la Humanidad” salva y no los individuos que integraron la historia.
En fin, que tenemos que seguir ahondando todavía .
La disyuntiva no es tal desde una perspectiva de una persona que
habiendo sido alcanzado por la fe, la ha logrado identificar como una fe salvadora
Todo radica en que lo veamos dentro del plan de Dios, que busca la salvación de la humanidad a través de la fe en Jesús. Su Obra ( hablo ahora de Jesús desde la cruz) trasciende más allá del colectivo de quienes se reconocen alcanzados por tal salvación.
La fe que anida en el corazón humano se manifiesta ante la contemplación de la Creación como salida de la mano y mente de un Creador, un sentido de apertura hacia la divinidad y que damos en llamar sentimiento religioso y los acontecimientos de la vida. Son tres fuentes, tres instancias, tres manifestaciones de la “revelación natural de Dios”-
No necesitan la Ley ( entendida por Ley de Moisés, o Ley que se dieron para sí mismo los israelita) porqueDios ha impreso Su Ley en sus corazones y la conciencia da testimonio de ello. Hablamos de conciencia moral.
A mi modo de ver es una equivocación no admitir la diferencia entre creación y redención, o lo que es lo mismo, salvación.
Ya, de entrada diré que estoy completamente de acuerdo con lo expresado por Pepe Blanco, la experiencia previa no es religiosa sino de fe. Del mismo modo que establecí, días atrás, una diferencia entre la experiencia religiosa y la experiencia moral, ha de establecerse también, en mi opinión, una diferencia entre creación y salvación. Sin esta diferenciación previa en ambos conceptos sería inútil luego deslindar la fe de las creencias, algo por lo demás imprescindible.
Lo primero en el cristianismo no es la salvación de la humanidad sino su realización, y es en ella donde reside, si se quiere, después la salvación.
K. Rahner, Curso fundamental de la fe; Introducción al concepto de cristianismo, dice
“El verdadero concepto teológico de salvación no significa una situación futura que se precipita sorprendentemente sobre el hombre desde fuera,(…) sino más bien significa el carácter definitivo de la verdadera autointeligencia y de la verdadera acción propia del hombre como libertad ante Dios por la propia aceptación de la propia mismidad, tal como se le abre y transfiere en la elección de la trascendenncia interpretada con libertad.”
La salvación tiene que ver primariamente con la configuración de nuestra propia realidad como estructura y no como consecuencia de una caída. Si se atiende a la evolución, de la cual quiero creer que nadie duda, no hubo una perfección original de la que se pudiera caer.
Permítaseme para concluir citar a J,S. Spong Jesucristo no es nuestro salvador tras la “caída” dice:
“En mi estudio de los orígenes de la vida y de su evolución, he llegado a convencerme de que tenemos que abandonar la concepción tradicional que está implicada en la idea del “pecado original”. Era una interpretación teológica equivocada, basada en la asunción de la idea de que la vida humana empezó siendo perfecta pero nuestra desobediencia destruyó esa perfección, lo cual nos separó de Dios. Este fue nuestro pecado original y ningún ser humano escapa a sus efectos . A la luz de lo que sabemos sobre el origen de la vida, el pecado original se ha convertido en una idea pintoresca, que además está en quiebra y, finalmente resulta nociva y destructiva para nuestra humanidad. El cristianismo del futuro debe tirar por la borda esta idea anacrónica si pretende vivir y participar del mundo que está surgiendo en el siglo XXI.”
Me alegro, Román, de la mejoría de tu hijo
Román, entiendo lo que quieres decir con lo de que la Iglesia nació del costado abierto de Jesús en la cruz….ya que fue por amor a nosotros que Jesús se inmoló voluntariamente para que nuestra salvación fuera efectiva y eficiente….Este amor segun S. Juan llegó “hasta el extremo”…..y “uno de los soldados le traspasó el costado y salió al punto sangre y agua…Y el que lo hubo visto testifica y su testimonio es verídico, porque el sabe que dice la verdad, para que tambien vosotros creáis”…para que se cumpliese la Escritura…”verán al que traspasaron” (Zac 12,10) (IO 19,34-37)….Esta “imagen” de la Iglesia sale del costado y del corazón de Cristo…..puesto que es Cristo mismo el que llama primero a los 12…..y despues nos llama para derramar en nosotros el torrente de su amor….Separar a Cristo de su Iglesia es imposible…..porque el no vino para estar solo…sino para “estar” con y entre nosotros….Y es a traves de su Iglesia -de la asamblea de los fieles reunidos- donde Cristo va a derramar “agua y sangre”…El costado permanece abierto….puesto que el amor de Cristo no va a cesar hasta el fin de los tiempos…y va a vencer a la muerte…y despues va a continuar visiblemente y sacramentalmente en la “asamblea de sus fieles”……Es la major prueba del sacrificio de Jesus….que no quiso irse….sino que se quedó aquí..
Por otro lado, Román, el ámbito humano es realmente maravill0so. Prueba de ello es nuestra propia existencia que es en si un diario milagro..pero que tuvo comienzo y tendrá un fin corporal.Solo la vida del espíritu humano es y será trascendente..ya que no solo existe “lo visible”, sino tambien “lo invisible”….Esto supone una trascendencia…porque no existe trascendencia alguna en la pura materia..Lo puramente humano es necesariamente finito, efímero, se acaba….Nosotros pasaremos corporalmente…Por eso nosotros no podemos mantener y dirigir la creación…Es obvio que existe algo por encima de lo meramente natural que nos da la existencia, la información y que nos mantiene vivos…Es por eso que la fe es trascendente…..porque para creer lo que está por encima de nuestras facultades naturales necesitamos la gracia….que ilumine la razón y aceptemos entonces coherentemente el destello mismo de la pura verdad…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Gracias por vuestro interés. No estáis muy descaminados ni Ana ni Pepe porque la línea que sigue siendo erre que erre, aunque madurando y afilando un poco más el lenguaje. Alguien me dijo que estaba siguiendo una línea muy difícil, porque no es ambigüedad, sino aspectos que son sistemáticamente ignorados.
Pero durante el tiempo que estoy con Atrio he tenido que madurar algo más que el lenguaje. No sabéis cuánto me habéis aportado. El Señor es testigo.
He tenido que reflexionar mucho matizando entre creencias y fe, la fe cristiana y la religión, la transparencia de la fe.
Un tema me ha preocupado de forma muy particular desde hace mucho: la diferenciación que se hace casi de forma académica o doctrinal entre Creación y Redención, y lo difícil que se hace para algunas mentes que son des aspectos ( ni siquiera dos momentos) de un único plan de salvación.
También he tenido que despejar ese sentido de “inmanencia” tan del gusto actual que se le da a la fe, casi identificándola con “creencia”.
Y lo que me ha ocupado más tiempo y más estudios, son el perfil racionalista de los estudios teológicos, poco comprometidos con la cronología y en la búsqueda de explicaciones “académicas” para afianzarse en posicionamientos previos teológicos
Pero la fe que profesamos es un hecho de experiencia que anhelamos hacer explícito con el mayor de los respetos, y que incluye el convencimiento de una salvación sobrevenida ( libremente aceptada) que para algunas personas es rechazable porque entra en el ámbito de lo maravilloso.
Confío que mañana pueda ser más explícito.
Hola Ana,
Me alegra que coincidamos en esto, que me parece muy importante.
Como la frase de Román “La fe entra en el ámbito de la iniciativa divina y la religión es su respuesta humana” cifra una buena parte de los debates mantenidos en Atrio durante años, voy a participar en este debate, mientras pueda. Me gustaría intentar de dejar claros los dos puntos de vista distintos que se suelen defender en estos foros.
Y es que, aunque, Ana, dices que el enfoque de Román de la fe y de la religión viene a decir lo mismo que he escrito yo (“la fe entra en el ámbito de la experiencia humana y la religión es el disfraz de factura supuestamente divina que la oculta“), yo no lo veo tan claro.
Entiendo que para Román la fe viene de Dios, es una iniciativa divina. Nada pudo haber hecho el ser humano al respecto sin algún acto divino previo y específico que posibilitara, de alguna manera, esa fe. La religión, según entiendo que defiende Román, es la respuesta intelectual y moral de las personas a ese acto divino previo.
Yo creo que tanto la fe como la religión son productos humanos. La fe es un producto humano, pertenece al ámbito del universo -el único que nos es accesible, si es que hay más ámbitos, posibilidad que desconocemos por completo-. La razón es otro producto humano. Son, ambas, capacidades inherentes a las personas, a los hombres y a las mujeres, a todos los especímenes de homo sapiens sapiens.
La religión también es un producto humano. Por seguir con la analogía que suelo usar (mística/razón), la relación entre fe y religión es parecida (pero no exactamente igual) a la relación entre la curiosidad (como deseo de saber) y la ciencia. La curiosidad es una actitud inherente al ser humano. La ciencia es una construcción humana consecuencia de esa actitud de curiosidad. La curiosidad de Newton y la de Einstein era la misma curiosidad. Su deseo de saber era el mismo deseo. Pero las ciencias que construyeron para satisfacer su curiosidad son diferentes. Probablemente, ambos sintieron satisfacción con sus respectivos resultados teóricos.
La diferencia entre lo que interpreto que dice Román -si lo desea, él nos puede aclarar si mi interpretación de sus palabras es correcta o no, o esencialmente correcta pero matizable- y lo que quiero expresar yo, es, en el fondo, la diferencia tantas veces comentada entre autonomía y heteronomía. Para Román, el universo, el ser humano, el “estado de cosas”, es un “estado de cosas” heterónomo. Para mí, el universo, el ser humano, el “estado de cosas” es autónomo.
Querido Román, yo también confié en que tu hijo estaría ya recuperado y bien, pero veo que no es así. Espero su recuperación total. Un abrazo.
Pepe Blanco, aunque parezca una contradicción, como en tantas ocasiones coincido contigo, pero creo que el enfoque que Román le da a la religión y a la fe viene a decir lo mismo o algo parecido.
“¿Qué función puede tener la religión creada para una vida posterior a la muerte, cuando ya nada humano nos resulta ajeno?
Hoy se analizan los fundamentos de la religiosidad en busca de nuevos anclajes, perdido ya el valor reverencial de la autoridad y el sentido dogmático de las verdades doctrinales.
No es el dogmatismo el que hace inasumible el catolicismo a la gente actual, sino el haberlo reducido a un “sistema de creencias” en sustitución de la dinámica vivencial de la fe.”
Claro que todo esto tiene sentido desde la fe de un o una creyente. Y como hay tantos millones de personas creyentes, no viene mal que vayamos verbalizando lo que Román ha escrito pensando en los y las creyentes de este momento.
Y mi sorpresa ha sido el leer el comentario del mismo Román, pues parece que ha vuelto unos pasos atrás. Yo discutiría mucho lo expresado, por ejemplo, en el último párrafo, cuando dice: “La Iglesia nace del costado abierto de Jesús en la cruz, por el poder del Espíritu Santo, que le levantó del sepulcro y se derramó en la comunidad de discípulos y discípulas de Jesús en Pentecostés, 50 días después de la Pascua y estando Jesús con el Padre. La Iglesia es el Pueblo espiritual de los hijos e hijas de Dios.
Considero que si alguna de estas observaciones son las que objetas, entonces podremos entender el contenido del texto una vez que me haya explicado mejor.” Aquí entraríamos en una exégesis que ya se ha superado respecto a la lectura que Román de los textos neotestamentarios, y que sería largo de tratar.
Gracias Ana por la corrección y perdóname Román por la misma. También pido disculpas por errores al menos tipográficos en mis escritos. En este ultimo de este hilo, olvidé cambiar a castellano el idioma de Word y mi ordenador, como casi todos, selecciona y corrige automáticamente según su meoria de escritos anteriores. Prometo evitarlo para no hacer difícil la lectura de cualquier cosa que escriba.
Gracias Román. Lamento no haberme interesado por la salud de tu hijo pero, por tu último comentario al respecto, me pareció comprender que quizás ya estuviera de vuelta en casa, sintiéndose bastante mejor o bien. Deseo su pronta y complete recuperación. No has de preocuparte por mis preguntas y mis complicaciones y responde cuando puedas.
Respeto tu fe y no fuera capaz de cuestionarla porque no es solo la tuya, las respeto todas aunque discrepe de la formulación una definición de fe específica.
Como apuntas la fe cada es lo que sea en la vida de la persona, es una realidad existencial que si no nace con la persona, a través del contacto humano se recibe y desarrolla, sea don de Dios o no y cual como apuntas, en último análisis, es cuestión de cada cual.
Posiblemente sea envidiable poder tener una fe sin dudas. Yo no la tengo. Afirmar que la Iglesia se origine del costado de Cristo en la cruz, sé que fuera teológicamente ortodoxo, pero en mi opinión son el tipo de afirmación que pertenece al dominio del Mito, i.e., verdades formuladas poética o simbólicamente porque no pueden ser “comprendidas” o explicadas literalmente y por lo tanto solo pueden ser creídas “como si fueran ciertas” pero indemostrablemente.
Por mi parte, hubiese dicho, que la Iglesia tuvo origen en la relación de los discípulos y amigos del Resucitado con éste, lo mismo si fuera cierto que le vieron después de “enterrado” o no, según proponen las narraciones evangélicas y utilizando un poco de imaginación. Yo quiero creer en la resurrección pero prefiero el estilo de Pablo que explica por qué fuera necesario creerla (1 Corintios 15, 14).
Al respecto de la imaginación teológica, pienso y siento que posiblemente José de Arimatea estuviese entre los que debieron o pudieron haber visto a Jesús resucitado o entre los que se incorporaron al grupo de discípulos por completo, no a medias, una vez que los seguidores de Jesús fueran expulsados de las sinagogas.
Las narraciones evangélicas para su crédito y descrédito no son exhaustivas como las Actas de los Mártires y otros documentos y respondieron a necesidades pastorales.
Creo que la enorme responsabilidad del creyente de hoy día, sea recontar a “tiempo y a destiempo” a Jesús de Nazaret en su propio ser creyente, su hacer y decir.
Querido Dracir, nuestro amigo autor de este post es Román, no Ramón.
Román!!!!!, magnífico artículo. Enhorabuena y gracias. Ya lo comentaré cuando disponga de tiempo.
¡Vaya, yo lo hubiera expresado casi al revés!
Yo habría escrito que la fe entra en el ámbito de la experiencia humana y la religión es el disfraz de factura supuestamente divina que la oculta.
Dracir,
sólo una respuesta de urgencia, mientras espero para ir a ver a mi hijo.
Todas tus interrogantes giran en torno al meollo del tema, y mejor que responder una a una, será más conveniente que explicite en lo posible mi pensamiento.
Empecemos por considerar que la revelación de Dios no se inicia con Abran ( después Abraham) sino que es más universal a toda creatura ( de ahí el sentimiento religioso, la espiritualidad consecuente y el inicio de las religiones) La Creación como fuente natural de revelación. Es la fe de la que hablaba Santiago en el post de Honorio.
No podemos diferenciar Creación de Redención, sino considerando ambas como parte integrante de un Único Plan Salvífico de Dios.
Tenemos que hacer una diferenciación nítida entre creencia y fe, aunque ambas cosas la citemos casi siempre como fe ( confesión del hombre hacia la divinidad)
La fe que consideramos nosotros, siempre será la respuesta esperanzada de la persona creyente al Dios que se la revela. Esa fe tiene por centro a Jesucristo, íntérprete del Padre.
La Iglesia no es meramente una institución, porque los creyentes se organizan a su buen criterio para adecuar su medida de fe ( interviene el hecho cultural) a las exigencias que se les revelan.
La Iglesia nace del costado abierto de Jesús en la cruz, por el poder del Espíritu Santo, que le levantó del sepulcro y se derramó en la comunidad de discípulos y discípulas de Jesús en Pentecostés, 50 días después de la Pascua y estando Jesús con el Padre. La Iglesia es el Pueblo espiritual de los hijos e hijas de Dios.
considero que si alguna de estas observaciones son las que objetas, entonces podremos entender el contenido del texto una vez que me haya explicado mejor.
Las siguientes frases de tu artículo, Ramón me plantean preguntas a las que no sé responder y te ruego que si lo deseas expliques un tanto más lo que tus frases dicen: 1. “La fe entra en el ámbito de la iniciativa divina y la religión es su respuesta humana.”
O la creatura humana pudiera desear y buscar otro modo de responder al Creador que obligara a éste a cambiar de estrategia o Dios quedara solo como en la narración Genesíaca cuando anda por en medio del Edén llamando a Adán y a Eva no recibe respuesta. Si Dios se viera en la necesidad de buscar otro medio o lenguaje de comunicación, esa implicara la defectibilidad de Dios, un tanto como la mamá o el papá que tienen que cambiar de estrategia para lograr la obediencia de sus hija/o.
Realmente no sé quién pueda saber, ni como lo pueda saber, el efecto que el ejercicio humano de la libertad tenga sobre la acción divina. ¿Puede la creatura causar el fracaso de Dios? ¿No debiera ser una iniciativa que sabemos divina perfectamente eficaz si sabemos que lo es y precisamente por ser divina?
2. “¿Ha perdido entonces la religión su función de guardiana de nuestro sistema de creencias?”
¿Es la religión lo mismo que la institución revestida de autoridad definir y explicar el conjunto de creencias de la misma? ¿Entonces que es el creyente sujeto a esa autoridad pero carente de ella?
3. “¿No será que le hemos atribuido a la religión cristiana unas funciones propias de cualesquiera otras religiones olvidando la dinámica de la fe en el Resucitado?”
¿Si la religión cristiana es la respuesta humana qué la puede diferenciar del resto de las religiones? ¿Qué quiere decir “dinámica de la fe en el resucitado”? ¿Qué clase de obras hicieran explícita a la fe en Jesucristo? ¿Puede el Amor cristiano fracasar aunque quien ame desee comunicar su fe en el Resucitado si el o la amada no quieren creer? ¿No es ese el fracaso de Jesucristo quizás demasiado a menudo en el Mundo de hoy?
EL RETO de la Iglesia de hoy consiste evangelizar a un mundo en crisis…..no solo de fe, sino de valores, de esperanza, de amor, de tradiciones….PERO la Iglesia de Jesucristo ha estado envuelta en crisis desde sus comienzos…desde que Jesus llamó a los 12….a los 72…y a TODOS para que le siguieran por un camino no muy ancho…sino mas bien estrecho….la estrechez que supone tomar “la cruz diaria” del cada día para poder seguir ese camino hasta el final, hasta llegar a abrazar el amor que el Padre nos ofrece desde el principio…
ES pues en Jesus de Nazaret cuando comenzó la lucha…..los que seguían el camino de la luz….los que rechazaban la luz, aun insconscientemente…..Ante la presencia de Jesus nadie permanecía indiferente….”O estás “conmigo” o estás contra Mí”…..Las tribulaciones y angustias de los seguidores, “de los discípulos” no han cesado nunca….Se han manifestado siempre….en todos los estamentos sociales…..en todos los niveles…..Ha habido, en todas las épocas, santos y demonios, justos y pecadores….los de buenas voluntad….y los de mala voluntad…..los que tienden al bien….y los que no pueden deshacerse del mal…..
No podemos pues “escandalizarnos” ante la aparente irreligiosidad de un mundo que parece hundirse en el hedonismo, en el egoísmo y en la búsqueda del poder….Junto a los que desean y practican el mal por el mal, existen legiones de seres humanos “de buena voluntad”…que buscan la verdad y el bien…..Pero la verdad no está fuera de la predicación de Cristo….El ya vino a mostrarnos el camino….Nos llamó a imitarle en la “obra de cada día”….El vivió 30 años en el “silencio” de la vida de familia trabajando con su padre en un oficio ordinario….Solamente fueron 3 años en que su vida se transformó en la predicación constante de LA PALABRA…
Por eso, no podemos dudar….Jesus sigue presente en su Iglesia, en la “asamblea de los fieles”….El templo no es mas que un oasis…..donde podemos encontrarnos de cerca con la fuerza que necesitamos para “vivir” el “cada día”….No puede ser un repliegue de nuestros problemas, una meta, ni un gol…sino una apertura….hacia el amor….¿Que hay muchos que no viven este ideal evangélico? Por supuesto, no hay duda….¿Que hay regiones del mundo descristianizadas? Concedido…Sin embargo, el Pueblo de Dios, permanece presente y activa…en muchas partes del Universo….donde el cristianismo y sus ideales estan reviviendo y acrecentándose….Siempre estan los “santos” anónimos o no, escenificando de nuevo y manifestando la FE de la Iglesia primitiva….Hay que considerer que ademas del amor, los cristianos eran reconocidos por “la fraccion del pan”, en el sacramento primario del amor, que ha sido el centro de la FE de la Iglesia desde el siglo I…..Por eso este sacramento no puede separarse de la praxis del amor cristiano, sino que constituye una unidad….La fuerza de la Eucaristía es la que nos va a transformarnos a nosotros en verdadero amor…..que es la suma y compendio de la voluntad del Padre…hacia nosotros…
LA FE pues no fue, no es, y no puede ser una mera abstracción de la mente….sino que es “per se” la praxis -la ortopraxis- del amor, en su máximo significado….
Gracias Román por lo que has escrito……Abrazos Santiago Hernández