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Un año después de la renuncia de Benedicto XVI

Arregi

(Respuestas al cuestionario propuesto por RELIGIÓN DIGITAL con ocasión del aniversario de la renuncia de Benedicto XVI, el 11 de febrero)

1/ ¿Qué sintió y pensó, cuando, hace un año, Benedicto XVI hizo pública su renuncia?

Fue una (relativa) sorpresa, y más que nada me provocó incertidumbre. Incertidumbre acerca de los motivos verdaderos de la renuncia y sobre las consecuencias eclesiales que pudieran derivarse de ella.

Como tantas otras grandes instituciones, y más que ninguna otra, el Vaticano es un sistema opaco (y, por lo poco que estamos viendo, más turbio de lo que podíamos imaginar). Esa opacidad me molesta, porque nos condena a hacer cábalas y conjeturas, o a fiarnos demasiado de sedicentes especialistas en intríngulis vaticanos. Malas prácticas institucionales para una Iglesia que Jesús quiso luz y sal. No se ha de poner la lámpara bajo el celemín.

A medida que pasaban los días, a la desazón y la incertidumbre se añadió un cierto hastió del entusiasmo y del panegírico generalizado de Benedicto XVI y de su gesto de renuncia, e incluso de su pontificado entero. Los medios dependen demasiado de los titulares y nosotros de los titulares, en detrimento de la reflexión.

En mí brotaban sobre todo preguntas: ¿Ha sido un gesto de humildad, o más bien de impotencia? ¿De valentía o más bien de rendición? ¿De coraje o más bien de huída?

Así pues, mi reacción ante la renuncia y todo lo que siguió no fue muy positiva. Predominaba en mí el escepticismo, y siguió predominando hasta meses más tarde. Reconozco que, un año después, valoro más el gesto de Benedicto XVI y, sobre todo, lo que luego ha seguido.
2/ ¿Cómo calificaría esa decisión del Papa Ratzinger?

Hoy diría que fue fundamentalmente una decisión honrada de un hombre limpio y sin fuerzas para hacer frente a los poderes fácticos, los “lobos” del Vaticano, en expresión de L’Osservatore Romano (con perdón de los lobos, que son incapaces de hacer tanto daño como nosotros).

Dicho eso, creo que fue también una opción ambigua, muy ambigua. No pongo en duda su humildad, rectitud y buena voluntad, ni niego que fuera una decisión valiente, pero creo que tuvo de debilidad lo que tuvo de humildad, y tuvo de dejación lo que tuvo de valentía. Se preguntará: ¿qué otra cosa podía hacer él si no tenía la fuerza y la valentía necesarias para llevar a cabo su programa de depuración de la corrupción vaticana (pederastia y finanzas)? Renunciar para que otros realizaran lo que él no podía ¿no fue lo mejor que pudo hacer? Así es seguramente, pero eso pone de manifiesto la radical ambigüedad e incluso contradicción de este sistema de papado absolutista. Y Benedicto XVI se fue sin plantear ni abordar este problema en su raíz. Se fue dejando intacto el sistema que le llevó a su callejón sin salida.

Además, su decisión de renunciar dejó en evidencia la obstinación –perversa o santa– con que Juan Pablo II, absolutamente incapacitado en sus últimos años para cualquier tipo de gobierno, se aferró a su cátedra o a su trono, a su misión o a su ambición. No interesa en este lugar discutir si fue despotismo o martirio. Lo que está claro es que la decisión de Benedicto XVI constituyó una desautorización frontal de la de Juan Pablo II.

Por último, y como he sugerido más arriba, quiero señalar que la renuncia de Benedicto XVI descubre la contradicción inherente al sistema actual del papado, proveniente del sigo XI (Dictatus Papae de Gregorio VII: año 1087) y reforzado en el siglo XIX (en el Vaticano I, con Pío IX, en el año 1870: dogmas de la infalibilidad y primado absoluto del papa sobre todas las Iglesias). Siempre ha sido así, pero con el papa Ratzinger quedó más a la vista: un papa con poder absoluto carece de poder, y tiene que renunciar porque no puede. Si un presidente de Gobierno dimite, lo hace porque no tiene más poder que el conferido por su partido, el parlamento y, en definitiva, el pueblo; cuando no quiere o no puede aplicar su programa de gobierno, es lógico que devuelva el poder a quien se lo dio. Pero Benedicto XVI que, según la convicción teológica de Joseph Ratzinger, poseía el poder absoluto conferido por Dios, ¿a quién se lo devolvió al renunciar? A unos cardenales elegidos por él para que elijan otro papa en nombre de Dios. Pero es muy posible que con el siguiente papa nos veamos abocados al mismo callejón sin salida, inherente al papado. Este sistema es no sólo anacrónico, y no sólo va directamente contra el evangelio de Jesús, sino que además hace agua por todos los lados. Es insostenible.

3/ ¿Qué supuso, a su juicio, para la Iglesia y para el mundo?

Está por ver hasta dónde nos llevará, pero hay que reconocer que la renuncia de Benedicto XVI permitió abrir un nuevo camino. Un camino insospechado y prometedor. Saludé con entusiasmo la elección del papa Francisco, síntesis lograda de Francisco de Asís y de Ignacio de Loyola, y al mismo tiempo me mostré cauto e incluso abiertamente escéptico. Hoy reconozco con mucho gusto que fui demasiado negativo: el tono y el enfoque de su mensaje son radicalmente diferentes a lo que habíamos visto en los dos últimos papas. No importa la ortodoxia, nos dice, sino la misericordia. No sirve la salvaguarda de la doctrina, sino la revolución de la ternura. La Iglesia no es aduana, sino puesto de socorro para todos los heridos. No hay nada que añadir. Y de pronto, la inmensa mayoría, cristianos o no, ha vuelto a mirar al obispo de Roma con simpatía y esperanza. Todo el mundo lo quiere, dentro y fuera de la Iglesia, salvo la ultraderecha de dentro y de fuera.

Ante este panorama tan imprevisto, muchos dicen: todo el mérito de esta evolución es de Benedicto XVI y de su renuncia. Yo vuelvo a mis dudas. Se resumen básicamente en dos.

Mi mayor duda es hasta qué punto podrá ser irreversible el nuevo, esperanzador, camino abierto por el papa Francisco. Ello requeriría: 1) Que la teología de este papa sea realmente nueva, acorde con el paradigma cultural de hoy; el enfoque de sus palabras, la primacía absoluta de la misericordia, me parece fantástico; en cuanto a sus ideas teológicas, no lo veo tan claro, pero tampoco importaría mucho, siempre que se mantenga la prioridad absoluta de la misericordia sobre el dogma. 2) Que el siguiente papa, o los siguientes, no vayan a deshacer lo que éste haga, como Juan Pablo II y Benedicto XVI desanduvieron el camino nuevo abierto por el Vaticano II. Y vuelve aquí a plantearse el quid de la cuestión: el poder absoluto del papa. Si el papa Francisco no lo limita radicalmente y si no establece unas bases de organización democrática para toda la Iglesia católica (por ejemplo: separación de poderes, nombramiento de los obispos por las comunidades locales, regulación democrática del Derecho Canónico…), todo podrá volver a ser como era. Y sería una pena. En realidad, creo que significaría el desplome definitivo de la Iglesia institucional. La reforma de la Curia, de las finanzas, y las medidas contra la pederastia son necesarias, pero no bastarán.

Esa es la duda y la cuestión principal. La otra duda se refiere al mérito de Benedicto XVI en la elección y en la reforma en marcha del papa Francisco. ¿Quiso realmente Benedicto XVI que su renuncia diera paso en la Iglesia católica a esto que está sucediendo y que tanto nos alegra? ¿No fue él, más que ningún otro, quien, primero como Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y luego como papa, tomó e hizo tomar las medidas para desandar los pasos dados o el camino abierto por el Vaticano II, el que condenó casi todo lo que hay en el mundo de hoy salvo el capital financiero, ahondó la sima entre la Iglesia y la cultura, condenó a teólogos e impuso obispos reaccionarios? Y todo eso debido al poder absoluto del papa, y a pesar de ser él una persona llena de finura y humildad. El papado es el problema mayor, más allá de la persona.

En cualquier caso, me atrevería a decir que lo mejor del pontificado de Benedicto XVI fue su renuncia, pues hizo posible que en la Iglesia se pueda respirar de nuevo. ¡Ojalá Francisco lleve esta reforma hasta el fin, y deje la Iglesia de ser una institución medieval basada en el poder absoluto sacralizado, abandone la pretensión de poseer la verdad y el bien absolutos, y sea como aquel buen samaritano que no pidió cuentas al herido ni le quiso enseñar nada, sino que alivió sus heridas derramando aceite y vino!

José Arregi

(Publicado en RELIGIÓN DIGITAL)

Para orar. FELIZ QUIEN NO DEJA DE BUSCAR

Feliz será quien ser esfuerza cada día
por vivir sencillamente,
dando gracias  por todo, ofreciendo una sonrisa,
reescribiendo la solidaridad
con la esplendidez del corazón.

Feliz quien intenta vivir según el Evangelio
y lo que le dicta su corazón,
pues esa será su mayor riqueza y alegría.
Abre los ojos cada mañana,
contempla la realidad y la filtra
por el tamiz de su interioridad,
para que se convierta en oración y acción.

(Miguel Ángel Mesa)

20 comentarios

  • Román Díaz Ayala

    David,
    tu pregunta no está carente de lógica, porque es una observación muy acertada:
    ¿A qué se debe este debate que nos traemos las personas católicas sobre lo que significa ser cristianas? ¿Qué es ser cristiano?
    David Flusser también descubrió esa misma preocupación del mundo católico y en una entrevista dijo:
    Su pregunta ( sobre quien era Jesús) me parece sorprendente. Ustedes, los cristianos, quieren saber siempre lo que se piensa de Jesús. Entonces Jesús ya no es el sujeto, sino el objeto de la fe. Se puede jugar impunemente con el Jesús-objeto, pero ello no cambia nada a Jesús en sí mismo.
    Luego casi a continuación recalca:
    Lo que importa a mi entender, es saber lo que pensó Jesús de sí mismo; dejarle hablar a Jesús, redescubrirle tal como es.
    Y no olvidemos que David Flusser considera a Jesús sólo como un personaje histórico.
    Los católicos/as además, o bien lo estudiamos desde la teología, o  bien queremos reconocerle tal y como se nos ha revelado personalmente, según nuestras situaciones individuales, separando la fe  como experiencia personal de lo que es propiamente cultura.
    Los temas no caducan, siempre que haya algo que aportar.
     

  • David

    Sí Antonio, yo puedo dar testimonio de lo que dices en tu comentario y lo que me dices en tu email sobre los cuáqueros. No voy a decir que representen una sociedad ideal y perfecta, en absoluto, pero sí es cierto que como muchos de vosotros experimentan  el cristianismo  que consideran primitivo, el original. Que defienden ideas y valores como la justicia, la sencillez, la honradez, la igualdad y el pacifismo. Por este motivo, yo que soy a lo sumo un cuáquero  no teísta, pero que procede de ese grupo sí religioso comprendo cuando criticáis  al catolicismo en cuanto a sus prácticas y sobre todo a las diferentes formas de participación de los miembros de la comunidad, y perdón por hacer esta critica no es con ánimo de ofender a nadie. En las comunidades cuáqueras no existen diferencias entre hombres y mujeres, no existen diferencias por el color de la piel, por haber estado preso, por ser homosexual, todos tienen los mismos derechos, todos son iguales. Es conocida su activismo social en los derechos de las minorías, contra la esclavitud, en favor del respeto y de los derechos de los homosexuales, de la atención a los presos. Y como bien decias Antonio, las mujeres cuáqueras son las primeras en feministas desde Abigail Smith Adams, con la primera reunión  en una capilla de Seneca Falls (New York) en 1848, en donde se hacen una declaración  en favor de los derechos de la mujer que aún hoy es revolucionaria. Pero a estas pioneras se suman las más destacadas miembros del movimiento sufragista. Es compresible que yo, con las muchas cosas malas que he podido recibir, me crié  en una comunidad cristiana muy diferente a la católica, y a otras de las iglesias reformadas. De ahí mi curiosidad y mi interés en aprender también.

  • Antonio Duato

    David:
    Muy interesante lo que dices.
    Personalmente he tenido siempre mucho respeto por el cristanismo abierto y consecuente de los cuáqueros. Y por los que dejan de ser cristianos, claro. Como espero que los no creyentes respeten a los creyentes.
    Pero ahora te pido que pongas una dirección correcta y actual de correo electrónico, que nunca se hará pública ni se comunicará a nadie sin tu permiso, pero que es necesaria para la aceptación de tus comentarios en ATRIO. De la que has puesto me devuelven los correos.
    El moderador

  • David

    Muchas gracias a ti Asun eres muy amable en responderme.
    Yo tengo muchas preguntas, no las voy a expresar ahora, quizá en otras ocasiones. Me resulta difícil no relacionar fe con sentimiento, que es muy respetable como opción, pero  que reside en el plano emocional y no está relacionado con el conocimiento de la verdad, porque es irracional, por ejemplo la fe en Jesús, en mi opinión, está motivada por el deseo y por la necesidad de llenar vacios interiores y también exteriores, que no se puede manifestar con coherencia porque los testimonios que nos llegan, y que son la herencia del cristianismo, ni siquiera fueron testigos de su presencia. Las cuestiones de fe en el cristianismo siempre me han servido de cuestionamiento, yo nací en una comunidad religiosa cristiana muy minoritaria, aquí se la conoce como cuáqueros, y esta cuestión de la fe es importante. Debo de decir que yo no soy creyente, y desde adolescente deje de pertenecer a esta comunidad. Si soy sincero me atrajo Atrio las ideas que tenían de vincular muy directamente lo humano, lo solidario, el activismo y el compromiso político cristiano por los más justo y necesitados que también se puede ver en las comunidades cuáqueras, y y que es un signo de identidad desde su creación en el siglo XVII en el Reino Unido.
    Un fuerte abrazo.

  • Asun Poudereux

    Quizá, David, porque nos cuesta aceptar que no podemos controlar y que nada sabemos, así de este modo removemos sin cesar los temas que tenemos bien inoculados  por cultura y educación,  especialmente las personas que tenemos las necesidades primarias resueltas y mucho tiempo por delante. Y así sentimos la sensación de control y de seguridad, fuera de los cuales el ego, sobre todo el religioso se siente perdido y amenazado.
     
    La representación que continuamente se da en tener la razón, visto desde fuera y también desde dentro,  es una compulsión que se alimenta de cordura o se disfraza de ella, movida, sin duda,  por el Anhelo que tiene el ser humano, de fondo, de sentido, de plenitud y de paz. Es por tanto un juego de intereses varios, cada uno bien representado.
     
    Lo que sí es cierto es la sabiduría que encierra la vida y proyecto de Jesús aunque sean catequesis e interpretaciones de sus seguidores más o menos fieles en la vida práctica a  la Ley de la época.
     
    Jesús despierta  la interioridad que somos, hace cambiar la percepción del mundo establecido y anima a transformarnos transformándolo…
     
    Te agradezco mucho tus cuestionamientos y todo lo que provocan, cuando no nos alineamos con la verdad de lo que es, y nos resistimos a lo diferente.
     
    Un fuerte abrazo.

  • David

    Aunque este es un tema antiguo del 13 de febrero, y quizá no este totalmente relacionado con el tema, no quiero pasar la oportunidad de preguntar  sobre algo que me merece respeto pero que difícilmente comprendo, ¿el por qué existe tanto debate sobre la manera de ser cristiano, o en este caso católico, por qué cada persona quiere imponer su tesis, mejor dicho sus suposiciones pues en este tema no existe certezas?. ¿ Por qué se utiliza a un personaje histórico para revestirle de unas virtudes humanas que no poseyó, de una espiritualidad que es literaria, pues eso es el Nuevo Testamento, no lo digo yo sino todos los expertos: historiadores de todos los campos, linguistas, y muchos teólogos?, ¿ por qué no se respeta la idea que cada cual tenga de Jesús y por qué hay que institucionalizarla?, ¿ por qué debe de preocupar lo que diga un clérigo dentro de su libertad de expresión, por qué debe de afectar a alguien que no está de acuerdo con él, en qué le puede  incomodar si se esta seguro de sus ideas?, ….. tengo muchas más, pero tengo trabajo y no puede seguir, gracias.

  • David

    Como en un anterior comentario manifesté, y siendo esta una opinión subjetiva pues no tengo conocimientos de teología ni soy católico, del personaje me atrajo sus escritos y su forma conciliadora que también atrajo a personas laicas y procedentes de otras culturas religiosas como como es mi caso. Yo no me creo en posesión de ninguna  verdad o razón para criticar su trayectoria como pontífice o la anterior como cardenal, creo que actuaría acorde al cargo institucional que ocupaba, y sus decisiones, que pueden y deben de ser objeto de cuestionamiento por los entendidos a los que les afecte, acertadas o equivocadas deben de circunscribirse a ese marco institucional. Tendemos a mirar únicamente a nuestro al rededor, a nuestro pequeño mundo, a nuestro circulo más conocido, a juntarnos con los que piensan como nosotros, y el mundo es muy grande y las opiniones son múltiples y variadas afortunadamente.

  • David

    Hay una tendencia a criticar lo que se desconoce, a opinar juzgando la actividad, la finalidad de una persona o institución con unos parámetros dogmáticos, desde un punto de vista parcial que no se quiere reconocer. Esto sucede con las personas individuales y con las lineas editoriales de los medios de comunicación cuando se opina sobre ciertas personas, como es el caso de Benedicto XVI, esta es “mi opinión” que no es ni debe debe de ser un “oráculo incuestionable” como algunos opinadores  creen sus opiniones son.
     

  • George R Porta

    Benedicto no pudo vivir 25 años en el Vaticano e ignorar lo que estaba ocurriendo ni mantenerse ajeno a ello. Nada le obligaba a permanecer y encubrir. Benedicto ejecutó muchas sentencias injustas al servicio de JP II y tan pronto tomó posesión sacó a Marcial Maciel y comenzó a investigar a los Legionarios. Tiene que haber sabido del desorden en la curia y haberdo condonado con su silencio si no con su participación o de otro modo no le hubieran elegido.
     
    No es suficiente ser inteligente y experto teólogo. De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Solamente alguien muy grandioso como David podía considerarse capaz de vencer a Goliath por sí mismo. Por eso la historia bíblica lo presenta enfrentándose al gigante “en el nombre de Dios” y entonces hasta la armadura de Saul es innecesaria.
     
    Benedicto cometió un error grave al pensar que debía heredar el poder de Juan Pablo II. La evidencia es que renunciara. Aunque debo conceder que ese precedente si fue un servicio bueno prestado a la institución.

  • David

    Desde mi laicismo opino sobre el personaje de Benedicto XVI como un pontífice que intentó que la Iglesia Católica tuviera un papel conciliador y sanados de heridas, pero ese papel de arbitro moral tenía pocas posibilidades de consolidarse ante los grandes problemas que arrastra al Vaticano y que contaminaron su papado. Imagino que él no se sentía con fuerzas para acometer unas reformas que parecen necesarias dentro de la Institución. No le acompañó el momento histórico, pero, desde, la distancia ideológica, admiro su capacidad de pensar y de creación intelectual.

  • oscar varela

    Hola!
     
     
    1/ ¿Qué sintió y pensó, cuando, hace un año, Benedicto XVI hizo pública su renuncia?
     
    Que el “Imperativo categórico” de Emmanuel Kant actualizaba su fracaso de RAZÓN PURA.
    …………………..
     
    2/ ¿Cómo calificaría esa decisión del Papa Ratzinger?
     
    “Si el Mundo no es como Dios quiere, pues ¡que se vayan todos a la porra!”
    …………………….
     
    3/ ¿Qué supuso, a su juicio, para la Iglesia y para el mundo?
     
    Haber dejado paso a la RAZÓN PRÁCTICA (Pancho).
    …………………..
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • oscar varela

    Hola!

    – “La sustancia o índole de una nueva época histórica es resultante de variaciones internas —del ser humano y su espíritu— o externas —formales y como mecánicas.

    Entre estas últimas, la más importante, casi sin duda, es el desplazamiento del poder.

    Pero éste trae consigo un desplazamiento del espíritu. Por eso, al asomarnos a un tiempo con ánimo de comprenderlo, una de nuestras primeras preguntas debe ser esta; “¿Quién manda en el mundo a la sazón?
    …………………….

    – “La función de mandar y obedecer es la decisiva en toda sociedad.

    Como ande en ésta turbia la cuestión de quién manda y quién obedece, todo lo demás marchará impura y torpemente.

    Hasta la más íntima intimidad de cada individuo, salvas geniales excepciones, quedará perturbada y falsificada.

    Si el humano fuese un ser solitario que accidentalmente se halla trabado en convivencia con otros, acaso permaneciese intacto de tales repercusiones, originadas, en los desplazamientos y crisis del imperar, del Poder.

    Pero como es social en su más elemental textura, queda trastornado en su índole privada por mutaciones que en rigor sólo afectan inmediatamente a la colectividad.

    De aquí que si se toma aparte un individuo y se le analiza, cabe colegir sin más datos cómo anda en su país la conciencia de mando y obediencia.”-

    La rebelión de las masas” Capítulo II (y único) – José Ortega y Gasset –
     

  • George R Porta

    Quiz’as Benedicto 16 se qued’o sin energ’ias despu’es de su excelente trabajo como agente represor al servicio de JP II.

  • sisifo

    Aunque se dice que, “de internis neque ecclesia”, Fué tan abrumadora y contundente la realidad, con toda su porquería y complejidad, que echó el andamiaje teológico de Benedicto XVI por tierra, este se sintió sin fuerza y sin argumentos para enfrentarla, aunque si la tubo para silenciar y reprimir a cantidad de teólogos y seguidores de Jesús, que lo único que pretendian era  la búsqueda y construcción de una Iglesia más cercana y acorde con el Evangelio y sus principales destinatarios, los pobres.

  • oscar varela

    Hola pili!

    Ok! Pienso que “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo es un buen lugar para penso-debatir la cuestión decisiva de n/tiempo: QUIÉN MANDA, e.d. SOBRE LA GOBERNANZA.

    Es una propuesta. Me pareció interesante. ¿Ok?

    En diciembre pasado (2013) se cumplieron 500 años de ese pensamiento que revolucionó por las cabecitas de Napoleón, Rousseau, Voltaire, Croce, etc. y tal vez por las mentes contemporáneas como Gramsci y a los que él influencia.
    …………..

    Vaya el INDICE de “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo

    Capítulo I
    DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN

    Capítulo II
    DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS

    Capítulo III
    DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS

    Capitulo IV
    PORQUÉ EL REINO DE DARÍO OCUPADO POR ALEJANDRO NO SE SUBLEVÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ÉSTE DESPUÉS DE SU MUERTE

    Capítulo V
    DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE ANTES DE SER OCUPADOS, SE REGIAN POR SUS PROPIAS LEYES.

    Capítulo VI
    DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL

    Capítulo VII
    DE LOS PRICIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON ARMAS Y FORNTUNA DE OTROS

    Capítulo VIII
    DE LOS PRINCIPADOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO MEDIANTE CRIMENES

    Capítulo IX
    DEL PRINCIPADO CIVIL

    Capítulo X
    COMO DEBEN MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS

    Capítulo XI
    DE LOS PRINCIPADOS ECLESIASTICOS

    Capítulo XII
    DE LAS DISTINATAS CLASES DE MALICIAS Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS

    Capítulo XIII
    DE LOS SOLDADOS AUXILIARES, MIXTOS Y PROPIOS

    Capítulo XIV
    DE LOS DEBERES DE UN PRINCIPE PARA CON LA MILICIA

    Capítulo XVI
    DE LA PRODIGALIDAD Y DE LA AVARICIA

    Capítulo XVII
    DE LA CRUELDAD Y LA CLEMENCIA; Y SI ES MEJOR SER AMADO QUE TEMIDO O SER TEMIDO QUE AMADO

    Capítulo XVIII
    DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS

    Capítulo XIX
    DE QUE MODO DEBE EVITAR SER DESPRECIADO Y ODIADO.

    Capítulo XX
    SI LAS FORTALEZAS, Y MUCHAS OTRAS COSAS QUE LOS PRINCIPES HACEN CON FRECUENCIA SON UTILES O NO.

    Capítulo XXI
    COMO DEBE COMPORTARSE UN PRINCIPE PARA SER ESTIMADO.

    Capítulo XXII
    DE LOS SECRETARIOS DEL PRINCIPE.

    Capítulo XXIII
    COMO HUIR DE LOS ADULADORES.

    Capítulo XXIV
    POR QUE LOS PRINCIPES DE ITALIA PERDIERON SUS ESTADOS.

    Capítulo XXV
    DEL PODER DE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS Y EN LOS MEDIOS PARA OPONERSELE.

    Capítulo XXVI
     
    EXHORTACION A LIBERAR A ITALIA DE LOS BARBAROS.

  • George R Porta

    Antes de seleccionar el calificativo de perplejo para expresar mis sentimientos busqué su significado en el DRAE: “Dudoso, incierto, irresoluto, confuso”. Así me hace sentir este artículo. He aquí algunas razones.
     
    Me alegra que haya gente experta, personalmente, en los propósitos, el pensamiento, gozos, luces y pesares de estos dos Papas de quienes, como de sus venerables predecesores de santa memoria, solo conozco mediatamente, pero este artículo me deja “perplejo”. A Francisco:
     
    1) Lo eligieron tras debatirlo cinco veces los propios corruptos. Ello me siembra dudas.
     
    2) Votar en cónclave no beatifica a los votantes y posiblemente sea incierto que le hayan elegido para que purgara de ellos mismos a la Curia y al votar deben haber hecho tratando de salvar suficientes poder y privilegios. Esto me causa incertidumbre.
     
    3) Francisco ha permitido que Benedicto incumpla su compromiso inicial de irse a rezar, tocar el piano, leer, escribir y sobre todo mantenerse al margen y a distancia: Le ha firmado una carta encíclica que Benedicto podía publicar como libro, independientemente. Le ha descrito como “el abuelo en casa” un tratamiento pueril en aquellas latitudes curiales, más bien ridículo. Todo ello me compele a sentirme irresoluto en cuanto a acogerle confiadamente.
     
    4) Francisco repite sus deseos de la verdad, la sencillez, y la justicia: “Palabras, palabras, palabras…” como la canción. Por otro lado nombró ocho de los cardenales antiguos corruptos ahora incorruptos; dejó en casa, muy cerca de él, al antiguo secretario personal de Benedicto, quizás de lleva y trae; aumentó el número de famosos y costosísimos consultores profesionales financieros cuya profesión es ontológicamente corrupta; canonizó a Juan Pablo II cuyas virtudes heroicas fueron examinadas sin tener en cuenta, por ejemplo, que el actual Cardenal de Cracovia hubiera ocultado al ya Beato JP II los crímenes que se cometían a sus espaldas—dudo mucho que Benedicto los ignorara; los Legionarios han salido intactos aunque con algún cambio cosmético. Todo eso me hunde en la confusión.
     
    Benedicto se retiró quizás por la imposibilidad de denunciar a los curiales de su tiempo porque era uno de ellos. Aceptó su elección siendo campeón olímpico en sobrenadando el pozo séptico curial y sabiéndose viejo para la lucha. Por tanto lo hico soberbia y grandiosamente esperando hacer milagros o consciente de encubrir a sus cómplices para ponerse a salvo.
     
    Después de todo, se dice que Bergoglio fuera su candidato alterno. De haber sido el bonaerense cardenal elegido en abril de 2005 hubiera contado con ocho años adicionales de energía y juventud y le hubiera restado a los corruptos ocho años para fortificar sus defensas.
     
    Por todas esas razones, siento perplejidad ante ambas, la justificación de Benedicto y las esperanzas acerca de Francisco y cuán promisorio pudiera ser su pontificado.
     
    Espero morir durante el pontificado de Francisco—por eso le deseo “larga vida”—desengañado de una institución empecatada no solo por mis vulgarísimos pecados sino por la traición irredimible de sus líderes, elegidos sin que los bautizados de “a pie” tengamos voz o voto en ello.

  • m. pilar

    ¡¡¡Oscar!!!
    ¿De verdad la imagen del príncipe que nos presenta Niccoló M. es la que debemos desear…?
     
    A mí me produce pavor…
    Quizá no he comprendido lo que has querido decir… ¿?
    mª pilar

  • oscar varela

    Hola!
     
    La Frase «El fin justifica los medios» no es de Maquiavelo sino de Napoleón quien advirtió en sus textos algo que Maquiavelo nunca dijo, pero que se desprende de ellos.
     
    Pancho es un Jefe de Estado. Hay datos suficientes en su Biografía para reconocer tal idoneidad.
     
    El “trato” con que “gestiona” a su antecesor B. XVI es de una calidad de maestro.
     
    ¿Sería un atrevimiento pensar en que ATRIO podría “tallerizar” por Entregas “EL PRÍNCIPE” de NICCOLÒ MACHIAVELLI?
    ……………………………
     
    Vayan en anticipado algunas “frasecitas” del Nicola:
     
    Parecerlo mejor que serlo
    «No es, por tanto, necesario a un príncipe poseer todas la cualidades anteriormente mencionadas, pero es muy necesario que parezca tenerlas. E incluso me atreveré a decir que si las tiene y si las observa siempre son perjudiciales, pero si aparenta tenerlas son útiles; por ejemplo: parecer clemente, leal, humano, íntegro, devoto y serlo, pero tener el ánimo predispuesto de tal manera que si es necesario no serlo, puedas y sepas adoptar la cualidad contraria»
     
    Entrar al mal
    «Un príncipe, y especialmente un príncipe nuevo, no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los hombres son tenidos por buenos pues a menudo se ve obligado, para conservar su Estado, a actuar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad, contra la religión. Por eso necesita tener un ánimo dispuesto a moverse según le exigen los vientos y las variaciones de la forma y, como ya dije anteriormente, a no alejarse del bien, si puede, pero a saber entrar en el mal si se ve obligado. El mal se hace todo junto y el bien se administra de a poco»
     
    El zorro y el león
    «Un Príncipe que desee mantener bajo control su territorio y a su pueblo debe contar con un ejército “profesional”. Imitará al zorro (con su diplomacia) y al león (en el campo de batalla y al administrar justicia). Debe preferir ser temido a ser amado»
     
    Maneras de conquista
    «Cuando los estados que se conquistan están acostumbrados a vivir en libertad hay tres formas de conservarlos: destruirlos, vivir allí personalmente o dejar que sigan viviendo con sus leyes»
     
    Del fingimiento un arte
    «No puede dudar a la hora de eliminar a quien le sea adverso y debilitará a los vecinos más poderosos entablando alianzas con sus enemigos, aunque sean más débiles. Asimismo habrá de divertir y distraer al pueblo, al tiempo que se asegurará de que las mentes más brillantes le sean favorables. El príncipe hará del fingimiento un arte»
     
    El castigo
    «Un gobernante eficaz no debe tener piedad. Castigar a uno o dos transgresores para que sirva de ejemplo es más benévolo que ser demasiado compasivo. La fuerza es justa cuando es necesaria».
     
    Coaching muy actual
    «La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las cosas cuando dependen de muchos (…) Es más sensato quedarse con la fama de tacaño, que genera mala fama sin odio, que por buscar la reputación de liberal, ganarse fama de ladrón que genera mala fama y odio a la vez; se debe ocultar la liberalidad (…) El elegido con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo».
     
     

  • Asun Poudereux

    ¡Ojalá Francisco lleve esta reforma hasta el fin, y deje la Iglesia de ser una institución medieval basada en el poder absoluto sacralizado, abandone la pretensión de poseer la verdad y el bien absolutos, y sea como aquel buen samaritano que no pidió cuentas al herido ni le quiso enseñar nada, sino que alivió sus heridas derramando aceite y vino!

    Y se aseguró que en otros lugares lo acogieran y lo cuidaran…dándoles libertad para hacerlo…

  • Antonio Vicedo

    Con casi temor y temblor, pero también sin ningún rubor por haber vislumbrado y después, confirmado, que no anduve tan equivocado, resumo la pregunta del Tema en aquella primera impresión que tuve y mantuve al conocer la cabecera o título elegido por Benedicto para su encíclica: Caridad en la Verdad; y no: Verdad en la Caridad.
     
    Y no por tratarse de un simple juego de palabras, sino porque las palabras y los conceptos llevan propia y particular carga y las cargas en las balanzas presionan equilibrios y desequilibrios que llegan a potenciar la fuerza o la carga con la que se camina.
     
    Ya entonces, recuerdo haber colgado en Atrio un comentario sobre aquella impresión mía que , después he ido, tristemente confirmando, al ver que seguía aplastando la carga, sin que la fuerza tuviera agallas, para reconquistar coherencia evangélica en la misión papal vaticana.
     
    La Caridad, cuando se vive, si es verdadera, denuncia y proclama la bondad de quien ama y llega a ser testimonio ofrecido a aquellos a los que se ama, si han tenido la suerte o gracia de descubrir lo que de verdad en la caridad haya.
     
    Por lo que ,si no va por delante la luz, cuando ha de caminar el caminante, la ceguera consciente o inconsciente, no ofrece orientación para la marcha, ni fácil posibilidad de que el caminar sea por el certero camino que lleva a la meta deseada.
     
    Es más fácil y normal conocer por la calidad de sus frutos al árbol que los produce, si la vista y el sabor ponen en claro su verdad, que la del sabor de su caridad, pues la verdad, la capta la mente, dotada de racionalidad para formar juicio y opinión que muevan la voluntad con libertad responsable, para, desde mínimos, permitir, justificación de ajenos y propios juicios, en el proceso de personificación, cosa que, del ajeno amor,ni se dan, ni es lícito en su causa juzgarlo, ya desde la primera infancia, de cualquier modo que hayamos sido amados; No juzguéis, nos dice Jesús, si no queréis ser con la misma medida juzgados.
     
    Los infantilismos que nos liberan de responsable culpabilidad, pero no de las causalidades de carencias personales o colectivas y que, a su vez son secuelas de mater-paternalismos de amor falseado, son demasiado evidentes en los modos inhumanos con los que la Humanidad se vive, para tenerlo que poner mas claro.
     
    La verdad, en cambio, tiene misión orientadora y liberadora que es potencia personal para avanzar por camino seguro hacia la meta certera; es ella la que libera de cualquier falsedad que desvía o paraliza, empezando por asegurar la calidad que hace a la Caridad, al amor, auténticos y certeros.
     
    Y porque la incoherencia eclesial evangélica se ha dado en la Historia desde la caridad en la verdad, pero no en la verdad de la caridad, por eso, en lo dicho, doy respuesta , con todo respeto a la persona de Benedicto y de los otros Pedros, y cristianos que en la Iglesia han sido, sin juzgar su amor, pero si la carencia de verdad cristiana en su amor, desde su absoluto y pontificio saber y poder.
     
    Creo que Benedicto llegó a comprender tarde, que, en coherencia humana y evangélica,, la paternidad que pretendía ejercer como clérigo doctor, jerarca y absoluto papa después, no estaba en sus posibilidades, y que para hacer de abuelo, lo de seguir de padre, le amenazaba; y buscó la solución que acepta cualquier yayo, cosa de agradecer en la hacienda familiar de human*s herman*s.
     
    Lo de Francisco, tiene gestos de verdad en la caridad o bondad, desde el principio.
     
    Pero la verdad no se detiene en gestos que no liberan; y la libertad, a la que la Verdad de Jesús tiende es, a nivel de Asamblea de Asambleas, o Comunidad de Comunidades de discípul*s, que Francisco se convierta a la fe de esa coherencia evangélica familiar de la humana hermandad de l*s herman*s, en la que el PAPÁ, es el Celestial para que, a la eclesialidad paternalista e infantilista,. le sea imposible perdurar.
     
    Esta respuesta, a triple pregunta de: “- ¿Me amas y… más que estos?” para que no queden dudas, como cuando lo de Jesús y Pedro, queriendo asegurar la Verdad de su Caridad, es la que esperamos como herman*s de Francisco, para poder considerarlo  pastor y no otro ASALARIADO , sin juzgar su personal bondad o interés.


    “Yo soy la Verdad, el Camino y la Vida” dijo, y nos sigue diciendo Jesús.
     
    No más falsedad en su estructural Discipulado, pues, si algo necesita  la agónica Humanidad es, fermentar por la Verdad que libera, hasta la misma CARIDAD.