Los católicos estamos asistiendo a un fenómeno nuevo en la Iglesia. Hasta Benedicto XVI, ningún “buen católico” debía poner en duda la sumisión incondicional al papa. Hasta entonces, se mantenía firme la convicción tradicional, que estaba vigente desde el papado de Gregorio VII (s. XI): “Obedecer a Dios significa obedecer a la Iglesia, y esto, a su vez, significa obedecer al papa y viceversa” (J. Daniélou, H. Küng). Esta idea quedó difuminada y se tambaleó sobre todo en las últimas décadas del s. XVIII con los planteamientos de la Ilustración, la Revolución y la modernidad. Por eso, con la eclesiología ultramontana que se desarrolla entre los años 30 y 70 del s. XIX, se prepararon los ambientes católicos para aceptar sin condiciones las afirmaciones tajantes del Vaticano I, que se mantuvieron firmes hasta el pontificado de Pío XII. Afirmaciones de obediencia al papa (fuera quien fuera), que se enseñaban en los tratados de eclesiología de Zapelena y Salaverri, los manuales de eclesiología, que aprendíamos, seminaristas y frailes, en casi toda Europa, en América y en todos los centros de estudios eclesiásticos en los que se enseñaba la doctrina católica.
En esta doctrina era central oponerse al laicismo, al relativismo, a la izquierda política y a la revolución mediante un principio fundamental: la soberanía del papa. Porque el papado era fundamento de seguridad y estabilidad para la paz y la religiosidad que defendía la derecha política. Pensar así era capital para un buen católico. Joseph De Maistre lo dijo en frase lapidaria: “No hay moral pública ni carácter nacional sin religión, no hay religión europea sin cristianismo, no hay cristianismo sin catolicismo, no hay catolicismo sin papa, no hay papa sin la supremacía que le corresponde”. Esta convicción fue difundida por F. Lamennais, L. Bonald, Blanc de Saint-Bonnet, Karl Ludwig Von Hurter, Donoso Cortés y J. L. Balmes (cf. Y. Congar). Estos autores representaban la derecha política y la derecha religiosa. Las dos grandes corrientes fundidas en un sola pirámide cuya cúspide era (y sigue siendo) el papado.
No entro en más datos y detalles de esta historia del pensamiento político y religioso que llegó hasta el concilio Vaticano II. El pensamiento que, en este concilio, fue defendido apasionadamente por los hombres de la Curia Vaticana. Y que se vio cuestionado seriamente por la más sólida teología centroeuropea y los grandes cardenales que la representaban. Las indecisiones de Pablo VI y la firme voluntad restauracionista de Juan Pablo II y Benedicto XVI desembocaron en el caos que impulsó a Joseph Ratzinger a dimitir de su cargo de papa.
La solución a esta crisis del papado ha sido tan inesperada como desconcertante. Un papa, el papa Francisco, que ha desplazado el centro de la Iglesia y del papado: del “ritualismo religioso”, que siempre ha fomentado la derecha, a la “bondad evangélica”, siempre tan cercana a los últimos de este mundo. Y lo que estamos viendo ahora en la Iglesia – y en otras muchas gentes que no querían saber nada de la Iglesia – resulta tan lógico como problemático. Los que antes predicaban la sumisión al papa, como criterio de autenticidad católica, ahora no quieren ni oír hablar del papa. Éstos dan la impresión de que les interesaba más la derecha política que la bondad evangélica. Hay otros que, por lo visto, querían trepar por la derecha. Y para eso les venía muy bien ser más papistas que el papa. Estos “trepas” han tenido mala suerte. No saben qué hacer ni dónde ponerse en esta nueva situación. También los hay quienes pretendían trepar por la izquierda. Son los que, desde el día en que Pablo VI publicó la “Humanae Vitae” (sobre la píldora), han andado a la greña con Pablo VI y con los dos papas que le siguieron, sus obispos y sus teólogos. Pero, es claro, ahora no saben cómo trepar. Y se les está notando demasiado. Porque han estado unos meses que no sabían dónde ponerse. Ahora, como es lógico, elogian al papa Francisco tanto cuanto les conviene. Pero no acaban de fiarse. Porque querrían que el papa fulminase a todos los que ellos fulminan.
Por eso, quienes no buscan, tanto en la religión como en la política, nada más que lo que les conviene para instalarse bien en la vida, ésos son los que, desde la tarde de la “fumata bianca” hasta el día de hoy, no acaban de ver, en el papa Francisco, no sólo al hombre que la Iglesia necesita, sino, antes que eso, el “jefe de fila” (Heb 12, 2) que nos está trazando el camino de nuestra creciente humanización, en este mundo tan deshumanizado.
¿Hay que “obedecer” al papa Francisco como a los demás papas? En la medida en que este hombre singular y ejemplar nos acerca al modelo de vida que nos presenta el Evangelio, en esa misma medida, más que “obedecer”, lo que tenemos que hacer es intentar parecernos en humanidad y bondad a la desconcertante cercanía al sufrimiento humano que nos enseña cada día el papa Francisco. En esto, tenemos que ser como este papa y como los demás. En la medida en que éste y todos los otros fueron modelos de humanidad y bondad, es decir, modelos del Evangelio.
Maria Luisa: Gracias por tu comentario que me ayuda mucho a comprender mejor hasta lo que quisiera decir con m’as claridad y no lo hago. Un abrazo.
José María siempre te he considerado un hombre de una inteligencia muy superior a la habitual-recuerdo cuando te vi en los congresos de teología como me impresionó tu inteligencia,claridad y sencillez- y hombre honradísimo…Injustísima tu destitución como catedràtico…Eso de “extremo centro” tenlo por no puesto….Yo que actualmente no me considero no católico,aunque sí cristiano,no pretendía decir màs que no soy de los que crean que en el centro està la virtud…No pretendía hacer una categoría de curas de “extremocentro” porque sinceramente la iglesia no me interesa lo màs mínimo,aunque sí lo que tu escribes a veces cuando no tienes una óptica muy clerical.Saludos.
Querido José María
Gracias por dialogar y por tu integridad.
Con este texto sí puedo estar casi totalmente de acuerdo; y la pequeña parte en que no lo estoy, no tiene mayor importancia.
Ante todo, quiero agradecer sinceramente los comentarios que se han hecho a este post. Por supuesto, no pretendo responder a todos y cada uno de ellos. Comprendo que en mi escrito hay formulaciones que dan pie a leer, en este escrito, cosas que yo no pretendía decir. Por eso no me extraña que algunos visitantes de ATRIO hayan leído, en este texto, lo que yo no nunca quise decir. Pido, por eso, disculpas. Por haber redactado demasiado de prisa un post que requería más reposo, claridad y precisión. Pero ya, puestos a escribir, me parece que puede ser de interés explicar con claridad algunas cuestiones que entrañan cierta importancia. Me refiero a los temas siguientes:
1. No he pretendido elogiar (y menos aún, recomendar) la “obediencia”. Ni a Jesús, ni al papa, ni a la autoridad religiosa. En los evangelios, jamás se les exige o recomienda la obediencia a los discípulos o a la gente en general. Lo que Jesús pide es “seguimiento”, nunca “obediencia”. En los evangelios, el término “obediencia” (“hypakoé) se utiliza sólo tres veces: para decir que los “espíritus inmundos” obedecían a Jesús (Mc 1, 27); para afirmar que “los vientos y el mar” obedecían a Jesús (Mc 4, 41 par); para señalar que hasta una morera obedece al que tiene fe (Lc 17, 6). O sea, según el Jesús de los sinópticos, la “obediencia” es asunto de elementos de la naturaleza, de demonios o de plantas vegetales [esto necesitaría más amplia explicación, pero no es el caso aquí]. Jesús no pide “obediencia” a nadie. Lo que pide es “seguimiento”.
2. “Seguir” a Jesús es integrar en nuestras vidas el “Bios”, la forma de vida, que llevó Jesús. Ahora bien, esto quiere decir que el “seguimiento” nos arranca todas nuestras seguridades, para poder centrar el sentido y la seguridad de nuestro proyecto de vida en Jesús, en el proyecto de vida que llevó Jesús. Por eso, al final de mi post digo que no hay que obedecer ni a este papa, ni a ningún otro papa. Lo que tenemos que hacer todos es “seguir” a Jesús. Pero sabemos que Jesús es el Dios encarnado (Jn 1, 14), el “Dios humanizado”. Para mí, la genialidad del papa Francisco es que ha iniciado, como papa, el comienzo de este camino. Y lo propone, en cuanto puede, cada día al mundo. Ser cada día más profundamente humanos. Estar cada día más cerca de todo ser humano. ¿Qué “humanidad” nos enseñaron los papas anteriores a Francisco? Nos da miedo quedarnos sólo con “lo humano”, sin más títulos, sin más seguridades, sin más derechos….
3. La Iglesia no se arregla con normas, nombramientos, traslados, rituales, liturgias, economías… No tiene más arreglo que la bondad, la humanidad, la claridad, cercanía a todo lo verdaderamente humano, a todo lo que supera nuestra des-humanización. Las religiones, con frecuencia, deshumanizan. Porque dividen, separan , enfrentan, crean violencia. No digo que Francisco sea menos religioso que Benedicto XVI. Es religioso de otra manera. Es un hombre de oración. Y cercano a los que sufren. En eso radica – creo yo – la razón que explica por qué Francisco es hoy un hombre que tiene más influencia social en el mundo que la que tuvo Benedicto XVI en su pontificado.
4. “Seguir” a Jesús no es “trepar”. Los “trepas” (los apóstoles en sus discusiones sobre quién era “el más importante”) son incompatibles con el Evangelio. Y, por supuesto, hay trepas en todas partes. Y por todas partes. Son trepas los que se sirven (o intentan servirse) de la religión para tener un nombre, lograr un cargo, ser importantes, asegurarse en un puesto, como notables. Y también son trepas los que andan “midiendo lo que dicen o lo que hacen” para no crearse problemas. Por eso hay tantos trepas en la Iglesia. A mí me da vergüenza haber sido trepa. Pero con la misma sinceridad afirmo que no pienso mover un dedo para que me restituyan algo o en algo. Por lo demás, a los que me califican de “extremo centro”, les pregunto si alguno de ellos ha sido descalificado o expulsado de su puesto de trabajo o de su cátedra sin que le hayan dado ni explicación alguna, ni posibilidad de defenderse. Si después de eso, te ves hundido en una depresión de ocho años, aseguro que no resulta fácil seguir creyendo en la Iglesia y trabajando por el bien de la misma. Por otra parte, esto explica que hay “trepas” por la derecha y por la izquierda. Confieso que me da asco la gente que, unos defendiendo “ritos” y otros defendiendo “evangelios”, en definitiva, unos y otros lo que quieren es hundir a los que no piensan como ellos.
5. Todo esto explica por qué un día decidí abandonar la seguridad, la “dignidad” y todo lo que te ofrece la Vida Religiosa. No soy jesuita, pero no querido secularizarme, aunque no estoy incardinado en ninguna diócesis o institución religiosa. Quiero terminar mi vida como uno más, en la medida en que eso me es posible a mí. La libertad de pensar, de hablar, de escribir que se logra por este camino – me parece a mí – abre un horizonte impensable para comprender el Evangelio, para ser más humano, y para contagiar felicidad a quien tienes cerca.
Hola George!
Antes de nada gracias por el interés que te tomas pues conforme te leo y no sólo en este apartado sino en los diferentes hilos que intervienes, considero de enorme importancia lo que se pueda entresacar de esta conversación que mantenemos.
Ahora mismo, por ejemplo, que acabo de leerte en el hilo “Recuperar la frescura del evangelio” he de decirte que no sabes cuánto coincido contigo en el enfoque que le das en contra de tu oponente. Sin embargo pienso que a lo mejor ignoras que esta oposición entre ambos viene dada, precisamente, por algo en lo que vengo insistiendo en este foro desde hace ya tiempo y justo hoy! es en lo que me quería centrar para irte respondiendo a cuestiones que me habían quedado todavía pendientes de tu anterior comentario.
Dices en éste “Por lo tanto no se puede hablar de la inteligencia como de una aptitud, en el sentido escolástico (…)
” Justo ahí radica el problema, amigo!!!
Quien se mueva todavía en esta concepción escolástica sitúa la esencia como momento de la realidad sustancial, pero a la esencia le compete otra dimensión y a ella se la descubre como momento de la realidad sí pero de la realidad no sustancial sino sustantiva. He aquí la diferencia!! Una diferencia si se quiere en apariencia sutil pero de graves consecuencias según sea la concepción que se elija para sostener el discurso.
No se trata pues de aptitud, por eso dije que para no tratar a la inteligencia en abstracto y otorgarle facultad hay que partir, no del ser apto sino del acto de inteligir mismo, tu le llamas inteliguizar, da igual, lo importante es que se parta del hecho constatable del acto de inteligir al igual de como nos referimos al acto de sentir. La cuestión es que estos dos actos tradicionalmente han ido por separado.
Lo apropiado para comprenderlo es no hablar tanto de inteligencia sino de intelección cuyo momento incluye sujeto y objeto, lo cual esto bien desarrollado, cosa que ahora no me es posible, nos haría entrar, de algún modo, en el tema del “aquí y ahora” pero será en otro momento…
Un abrazo
Si me lo permites, detengámonos un momento en lo siguiente: Escribes: Porque, por ejemplo, donde tú hablas de escucha activa yo me referí ayer a escucha real.
Existencialmente hablando no debiera haber diferencia entrambas: La escucha activa solamente ocurre en el “hic et nunc”. No se diera por ejemplo a posteriori, en mi reflexión a solas sobre lo que me haya sido dicho como cuando ahora te respondo. Esa fuera una escucha pasiva, en la que no hay modo de, en el “tiempo real” de la comunicación, solicitar aclaraciones y verificar si la comprensión es fidedigna o distorsionada con respecto a lo que el/la interlocutor/a que dice haya querido comunicar.
En el plano de lo teológico o en la comunicación a posteriori, tratando el texto como evento nuevo en el tiempo en que es recibido o leído (v.gr., en los EE de Ignacio o en Teresa de J, la escucha es, con respecto al texto bíblico (Ricoeur lo propusiera así también) lo que el texto les diga cuando lo releen, en su ahora, entonces les cobra realidad pero fuera siempre diferente de aquello que el exégeta leyera mirando al mismo texto. Teresa e Ignacio se escucharan a sí mismo/a en sus propios “aquí y ahora” y no en el del escritor múltiple del texto escriturario que tiene una historia que ninguno de ellos (Ignacio, Teresa o el exégeta) pueden alterar porque es real (traducciones, añadiduras o supresiones de copistas, etc.). El exégeta mirara lingüísticamente a la etimología y al significado del lenguaje “entonces” cuando crea que haya sido escrito y eso fuera virtual y no “real”.
Quizás debieras clarificarme lo que significa “real”. Si me remito, por simplificar, solo al significado en el DRAE: (Del lat. res, rei). Adjetivo. Que tiene existencia verdadera y efectiva. Esta acepción pudiera aplicarla solamente a la escucha activa después de verificar con mi interlocutor, pero a su vez, la escucha activa demanda esa verificación constante porque elimina toda interpretación silente de parte de quien recibe la comunicación; asumiendo que al verificar ni añada ni quite a lo que dijo inicialmente. Esto es imposible. Al explicarnos todos nos aclaramos más en lo que queremos decir (a nosotros mismos) y ese “más” no deja de añadir o quitar sutilmente. Esto es cierto, entre otras razones, por la complejidad de la comunicación que implica el lenguaje no verbal (v.gr., emocionalidad, del que dice que quien le escucha no puede estar completa y simultáneamente consciente porque nadie puede estar en misa y en procesión al mismo tiempo pero quien escucha tampoco puede evitar el impacto que su interlocutor/a le produce, de conjunto, verbal/no verbalmente. De ahí que la emocionalidad solamente añada complejidad, que puede ser irritante o no quizás, pero que siempre fuera “real” conscientemente o no o en diverso grado.
Hola George!
No importa la demora creo que aún mi demora será mayor pues comienzo a centrarme ahora a las 6 pero no sé cuando acabaré pues hoy el día se me presenta un poco complicado.
En principio parece que te entiendo bastante bien aunque no sin antes atender a la diferencia de significado conceptual expresada por ambos. Porque, por ejemplo, donde tú hablas de escucha activa yo me referí ayer a escucha real.
Creo que esto se debe además a otra diferencia esencial a tener en cuenta, y es que dichos conceptos dependen a su vez del horizonte o perspectiva en el cual se inscriben. El tuyo el de ”escucha activa” lo situaría en el ámbito de la psicología y el mío “escucha real” intento situarlo en el filosófico.
Por ejemplo esta expresión condicional tuya al inicio del texto “Si Lo relacional no es exclusivamente human* (…)”
De eso se trata de relaciones humanas que por serlo no necesitan condicionante. Cuando las relaciones son respetuosas se nutren de actitudes humanas que afloran y surgen de lo más hondo. Es entonces cuando al hablar de lo humano pasamos por encima, resbalamos sobre la superficie y vamos de lleno a expresarnos en términos de profundidad. Con ello no hacemos otra cosa que considerar compleja nuestra propia estructura. Los actos que surgen de nuestro fondo son actos plenos que lo son porque proceden no del superficial “yo soy” cuya expresión, en su contexto, utilicé en días anteriores, sino del “soy yo” profundo, es decir del reconocimiento propio de nuestra realidad como algo previo y fundamental al trato relacional con las demás personas.
Por tanto ¿no será que el respeto sea anterior a toda relación y de ahí se siga que donde hay respeto a la persona no puede haber hacia ella ningún tipo de relación autoritaria ni sometimiento alguno a ningún tipo de obediencia?
Desde mi perspectiva el concepto de “escucha activa” me resulta insuficiente si lo comparo con el de “ estar en actitud de escucha” actitud, esta es, pienso, la cuestión, pues el término de aquella actividad puede cobrar diferentes sentidos incluso el de ser “escucha instintiva” que también es activa con lo cual este mismo concepto que es el que destinas al ámbito animal quedaría ambiguo, poco delimitado, ya que los humanos tenemos también instintos como los animales. En mi opinión, ya lo dije el otro día:los animales oyen pero no escuchan, la formalidad de lo que oyen es meramente estimúlica, válida para la objetividad en que se mueven, por eso no tienen historia y por eso cada animal que nace ha de volver a empezar desde cero y tantas cosas más…
Me alegra ver que coincides conmigo en considerar un grave error el hecho de haber disociado de su unidad intrínseca la sensibilidad y la inteligencia. Pienso que esta dualidad esquizofrénica ha siso la razón por la que la psicología tiene hoy tanta actualidad y vigencia y que en tus manos queda tan profesionalmente ejercida
Por otra parte dices “El cerebro funciona en términos de predominancia de áreas y cooperación entre ellas”.
Pues bien, aunque sobre esto sea una perfecta ignorante, me interesa enormemente porque intuyo que lo que quieres decir es que el sistema límbico que es el que, en la estructura cerebral, gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales, funciona unitariamente con el sistema cortical o corteza cerebral que es la área donde concurre la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión. Son por tanto complementarios o mejor dicho se codeterminan mutuamente haciendo posible aquella unidad intrínseca entre sensibilidad e inteligencia.
También coincido contigo en esto;
Comprender (inteligenciar) implica la empatía (o conocimiento previo—Edith Stein—asociativo energizante). La posibilidad de sentir antes de comprender. Que en la realidad son funciones que van de la mano. Por lo tanto la persona tuviera que tener la aptitud (facultad) de sentir antes que la de comprender. Esta segunda operación es inicia por aquella.
Aunque no sin hacer algunos matices o ligeros cambios.
Lo que suscribo ya de entrada es esto del sentir antes del comprender ya que es algo en lo que siempre vengo insistiendo. El sentir y el comprender son momentos estructurales de la intelección sentiente. Ahora bien no se trata de la posibilidad del sentir, más bien el sentir está ahí como dato, es un hecho y a partir de este hecho nos abre a la posible comprensión, ahora sí, de aquello que previamente hemos sentido. A mi modo de ver es a la inversa porque es el propio fluir del sentir lo que nos proyecta, nos lanza a comprender. Son dos momento no cronológicos sino estructurales del hecho mismo de la intelección humana. Esto no se ha entendido así y ha sido el origen de nefastas consecuencias.
Ahora, amigo George, agradeciéndote el interés lo he de dejar aquí, atenderé al resto en cuanto pueda, no sé cómo considerarás lo dicho hasta aquí.
Estimada María Luisa, perdona la demora:
La obediencia es tema crucial porque es relacional, se refiere a la comunicación. Si Lo relacional no es exclusivamente human* la “escucha activa” que es intencional sí lo es. La escucha instintiva de los animales es refleja y no parece que sea intencional como en los human*s.
Un ejemplo de eliminación forzada de intencionalidad en la escucha es la comunicación autoritaria (relación patriarcal o jerarquizada) en la cual solo se espera la ejecución cabal de la orden y la subjetualidad (del súbdito) queda eliminada. “Eichmann en Jerusalén” (Hannah Arendt, 1961) puede ser lectura excelente al respecto.
Si comprendo claramente: “haber contrapuesto…sensibilidad y la de la inteligencia” estoy de acuerdo contigo. Hoy es un argumento insostenible y no se pudiera llamar a la inteligencia “facultad” (RAE: aptitud).
Hoy día la inteligencia es representada como complejo de funciones corticales, interdependientes. Solo didácticamente se listan por separado.
El cerebro aunque lateralizado funciona en términos de predominancia de áreas y cooperación entre ellas, cuya participación en el inteligenciar depende: a) del interés que despierte el problema; b) de la presencia o ausencia de precedente del mismo en la memoria del cerebro mismo.
Por lo tanto no se puede hablar de la inteligencia como de una aptitud, en el sentido escolástico. El complejo inteligencia responde primero en función del interés que despierte el problema o reto y éste depende de la sensibilidad del sujeto con respecto al mismo.
Comprender (inteligenciar) implica la empatía (o conocimiento previo—Edith Stein—asociativo energizante). La posibilidad de sentir antes de comprender. Que en la realidad son funciones que van de la mano. Por lo tanto la persona tuviera que tener la aptitud (facultad) de sentir antes que la de comprender. Esta segunda operación es inicia por aquella.
No sé qué signifiques con la expresión “medio objetivista”. Solo podemos juzgar subjetivamente a los animales superiores. Solo confirmamos que sientan dolor. No obstante este estudio acerca de ciertos primates cuya conducta sugiere algún grado de altruismo y de aptitud de discernimiento ético acaba de salir. (Cf. Frans de Waal, El Bonobo y los Diez Mandamientos, Tusquets, 2014). De Waal es un respetable primatólogo holandés de la Escuela de Psicología de la Universidad de Emory (Atlanta, GA, USA).
Tengo dificultad oponiendo “potencia” a “posibilidades” pero me arriesgo a interpretar que se trate “potencia” como de mi potencial (o posibilidad) personal versus “posibilidades” como la receptividad favorable de las mismas por parte del ambiente. ¿Te interpreto correctamente?
Añades que “En la actualidad y sin hacer previa distinción entre subjetualidad y subjetividad, esto se resuelve hablando de inteligencia emocional.”
La subjetualidad es necesaria o de lo contrario la subjetividad se convierte en mera racionalización proyectiva.
La inteligencia emocional no es una inteligencia autónoma, como si fuera innecesaria. Todo el mundo tiene inteligencia emocional pero no predomina en todas las personas ni en la misma proporción, ni con la misma relevancia. Parece igualmente cierto que las demás inteligencias pudieran funcionar en los sujetos emocionalmente inefectivos de manera que compensen un tanto ese déficit.
La emocionalidad añade complejidad y dificulta la comunicación inteligente. Pero me parece que la frase de McLuhan aún valga: “El medio es el mensaje” (Cf. Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions of Man, New York, 1964). La subjetualidad es necesaria a la comunicación efectiva.
La emocionalidad es una parte real, integral de la comunicación. En lugar de reprimir lo emocional hay que explorarlo pacientemente (v. gr. mayéutica de Sócrates). Otras veces es cosa de oportunidad o de tener madurez para hablar del tema.
Ojalá que esto sirva de algo. Un abrazo.
Supongo que hay lobos que conservan el “olor a oveja”… pero en su hocico, después de comérselas.
Primero,nombra a este cardenal que si bien,como dice Bedoya que de esto sabe la p…,no va a votar el próximo Papa,pero tiene entre sus méritos pedir el voto para Falange porque el PP era blando…Segundo,hoy el Papa compara el aborto y los niños soldados…Y Sebastiàn habla contra el aborto nada màs ser nombrado.¿Sebastiàn para qué votar a Falange si se puede votar a Falardón?…Esta es la realpolitik católica que exige contentar a unos y a otros…
Hola!
Se lee hoy en EL MOSTRADOR – Chile:
pese a la alegría que sienten los católicos por la creación del nuevo cardenal, la satisfacción no es la misma para otros, como James Hamilton, también víctima de Karadima, quien manifestó estar abrumado con que Ezzati sea cardenal; y, en una entrevista con Radio Bío Bío, expresó: “Realmente, los hechos concretos que pudiera mostrar la iglesia, sólidos, de transformaciones, de estar cerca de la gente, el pueblo de Dios, cero, todo eso es marketing”.
……………..
Pregunto:
¿Hay algún Poder-Institución que no sea en una grandísima medidad “MARKETING“?
¡Aguante Galileo, AGUANTE!
¡Vamos todavía! – Oscar.
Déjame, estimado George, que insista un poco en este aspecto antropológico de la cuestión.
Quiero aprovechar la intención ilustrativa que le diste al tema de la obediencia para ver si con tu ayuda logro, de alguna manera, hacer ver que se trata de un punto crucial para, precisamente, desentrañar, yendo a la raíz, muchos de los asuntos, (uno de ellos la obediencia en su fase de escucha) que nos mantienen aquí en constante conflizto y que, posiblemente prestándole un poco de atención aportaría claridad a todos ellos, incluido el del tema patriarcal del que tanto se habla aquí y que tu como consecuencia de la deformación del sentido de la obediencia sacas también a colación.
Lo que sigue es algo, digamos que una especie de análisis denunciatorio del hecho de haber contrapuesto en la historia de la filosofía como dos facultades distintas aquellas que caracterizarían al ser humano: la de la sensibilidad y la de la inteligencia.
¿Sin embargo esto es realmente así? Porque si de facultad se trata, una facultad se descubre en sus actos y no a la inversa otorgando facultad a la inteligencia antes que ésta produzca su acto. Si nos atenemos a los hechos, a los actos intelectivos de la inteligencia y no a ésta en abstracto convendremos en no considerar, de entrada, a la inteligencia como facultad a no ser que forme estructura unitaria con la sensibilidad la cual ésta sí está por si misma facultada.
¿Suena raro,verdad? Que sea la potencia del sentir la que esté por sí misma facultada y no así la inteligencia? Pero a ello me refiero cuando distingo entre el medio objetivista en que se mueven los animales el cual para ello sí están facultados en su mero sentir y el mundo real en el cual nos movemos los humanos y que en su realización necesitamos, más que potencia, posibilidades.
En la actualidad y sin hacer previa distinción entre subjetualidad y subjetividad, esto se resuelve hablando de inteligencia emocional. Sin embargo no creo que añadiendo emoción se resuelva el problema de la unidad en la que descansa la intelección human, más bien pienso que este planteamiento corre el riesgo de hacer que sea la inteligencia la que quede materialmente sensibilizada, error grande donde los haya.
Un abrazo
Querida Pili
Gracias por traernos a la memoria a Vicente Ferrer. En ese vida y en esa praxis sí veo yo revolución, evangelio, “caminhada” en la larga nube de personas testigas, nueva iglesia y todos esos otros adjetivos que más en deseo que en realidades se pretenden adjudicar a Bergoglio.
Y del consistorio, de acuerdo en que de principio debería abolirse o al menos reformarse profundamente la figura del cardenalato (eso es lo que exigía el movimiento renovador católico antes de Bergoglio). Pero si ya es malo que Bergoglio lo mantenga y profundice, lo peor es que entre los nuevos cardenales se nombre a alguien tan ajeno al discurso bergogliano de pastores con oler a oveja. En este caso concreto, es un pastor con oler a encubridor.
Nótese que es la segunda persona acusada de encubrir a Fernando Karadima que es promovido por Bergoglio a los más altos niveles de autoridad de la iglesia.
Y no… no es un patinazo. Parece más bien que es lo que afirma el autor del artículo que compartí: una estrategia con objetivos claros.
Uf, qué patinazo papal, más príncipes de la Iglesia….Reforzando una estructura que debería encaminarse a su desaparición… ¡Fernando Sebastián…! Sin palabras.
Mucha culpa de todo este galimatías, lo tenemos los laicos.
Casi les mostramos “veneración” se arrodillan ante ellos, les besan sus anillos, admitimos que sigan vistiéndose como princesas del ocaso (ya que en estos tiempos, solo los religiosos de algunas iglesias se siguen vistiendo de Prada)
Entre ellos sucede lo mismo; siento vergüenza, cuando el mismo papa, consiente que hermanos suyos, ancianos (o no) se arrodillen ante él; si quiere cambiar las cosas, hay que empezar por jubilar y no volver a nombrar nuevos cardenales-príncipes de la iglesia.
Ni obispos como hasta hoy; si estamos de acuerdo que tiene que cambiar su estructura, hay que cambiar las formas; obispos que sirvan, que se vistan como todas las demás personas, que tengan ayudantes laicos en la manera de regentar, organizar cada iglesia, grupo, ciudad… así, ya podrían-deberían salir de las faldas del estado.
El problema en este país es, que si el clero tiene que vivir de las donaciones de los fieles:
“Están listos”
Claro que para eso, los fieles deberían conocer y trabajar junto a su clero en todo lo concerniente al mantenimiento de su iglesia, comunidad, cosa arto complicada de momento.
Es demasiado cambio ¿quién tira de la manta y quita todo el armazón ya carcomido y viciado?
Que nunca nos falte la fe, en la capacidad del ser humano de hacer las cosas bien.
Vi el jueves la película de Vicente Ferrer; es una maravilla de obra, cómo entre todos, han logrado una estructura humana, trabajando por el bien común.
Para eso, tuvo que abandonar la compañía… no le dejaban trabajar…
mª pilar
Uno de los signos de identidad de España, desde la reforma de los Reyesc Católicos ha sido el reconocimiento de la autoridad del Sumo Pontífice de Roma.
y así nos ha ido.
Uno de los signos de identidad del Catolicismo es la sumisión de los fieles a la Jerarquía compuesta por el clero, obispos y el Sumo Pontífice.
En nombre de esa sumisión se han realizado antes y ahora muchísimos abusos, empezando por la esclavitud de las conciencias. y el callar ante las injusticias.
Según los nuevos aires que vienen de Roma, parece ser que otro Catolicismo es posible. ¿Más cercano al Evangelio? ¿Reflejará la verdadera imagen de Cristo?
El asunto de la obediencia es algo más que entrar en un nuevo proceso de revisión…(¿Está en elllo J.M. Castillo?)
roman
Un ejemplo más de cómo Bergoglio es el “jefe de la fila”:
El consistorio de nuevos cardenales está dominado por europeos. Incluye como nuevo cardenal a Monseñor Ezzati. Monseñor Ezzati fue invitado a declarar lo que sabía del escándalo de abusos sexuales a menores de edad en el SENAME, pero “declinó” hacerlo, porque en su opinón “no era propio” opinar. Tuvo que ser forzado a declarar mediante un citatorio formal de la Comisión de Investgación de la Cámara de Diputados (así como la justicia argentina tuvo que forzar a declarar a Bergoglio en su momento).
Uno de los casos de pederastia clerical más sonados en Chile ha sido el del cura Fernando Karadima; escándalo que salpica a Ezzati. Juan Andrés Murillo , uno de los cuatro denunciantes, aseguró que entregó una carta a Ezzati denunciando un intento de abuso sexual cuando era novicio jesuita. Al ser cuestionado en prensa, la forma de responder de Ezatti fue “Me gustaría aclarar esa situación. Yo recibí de parte de un padre jesuita una carta de media página, sin firma, de un sujeto que vivía en Francia y que decía haber tenido conductas inconvenientes con un sacerdote“. Notemos:
a) La víctima queda despresonalizada como “un sujeto”,
b) El delito queda minimizado como “conductas inconvenientes”; y
c) La agresión queda atribuída a la víctima, no al depredador sexual “decía haber tenido conductas incovenientes”
Más aún, en el tema de pederastia, Ezzati estableció que es la sociedad la que debe seguir el ejemlo de Wojtila y Ratzinger en el combate a la pederastia: “Ya el Papa Juan Pablo II había dicho que en la Iglesia no había lugar para un sacerdote que cometiera actos de esta naturaleza, y el Papa Benedicto XVI ha confirmado con una conducta de gobierno su intransigente postura frente a este daño terrible. Si la sociedad entera asumiera las actitudes del Santo Padre en la lucha y en la condena de este delito, estaríamos en un camino mucho más eficiente de clarificar y de luchar en contra de este mal”.
¿Qué mensaje nos manda Bergoglio al hacer cardenal a este hombre?
pd
Comparto un artículo muy interesante de otro “trepador de izquierda” que no termina de ver que Bergoglio sea el jefe de la fila. Termina así: “Más allá de los gestos “transgresores”, los objetivos estratégicos son claros. Identificarlos, poner el alerta y sacarlos a la luz para combatirlos es una obligación de quienes apostamos a la rebelión y no al “suspiro” de los oprimidos, para terminar con la miseria real y en consecuencia con la miseria religiosa.”
http://www.agenciawalsh.org/fgg/j-c/11736-2014-01-09-20-08-36.html?fb_action_ids=329661350505429&fb_action_types=og.likes&fb_source=other_multiline&action_object_map=%5B1374974919430851%5D&action_type_map=%5B%22og.likes%22%5D&action_ref_map=%5B%5D
Ana,yo hice el comentario porque me imagino a quien se refiere con eso de “trepas de izquierdas”…No me parece muy correcto hablar en esos tėrminos …Pero yo ya sé que José María no es un trepa aunque este artículo es de “extremocentro”……
Ana,si he dicho que era una broma!
Peláez, si atendemos a una de las definiciones del término “trepa” como la “Persona que intenta ascender profesional o socialmente aprovechando cualquier circunstancia y sin importarle los medios que utilice para ello”, te diría que nada tiene que ver con Castillo. Una persona que por luchar desde su honestidad por su verdad, le ha acarreado gravísimos problemas personales de toda índole, que no sólo no le han hecho ascender a nada, sino que más bien han intentado hundirlo y marginarlo, hasta el punto que librarse libre cualquier censor,tuvo que abandonar los jesuitas casi con 80 años. Por eso me parece falso, además de injusto, el que le atribuyas que es un trepa, ni de centro ni de nada. Lo conozco desde hace años y es amigo mío, por tanto hablo con conocimiento de causa. Otra cuestión sería el que a ti te parezca situado más o menos en el centro, pero eso ya es percepción tuya.
¡Hola María Luisa! Un abrazo cordial.
Estoy de acuerdo. Me permito copiar un par de líneas de mi último comentario que ciertamente reduce mi percepción de la obediencia. Tenía propósito ilustrativo: “…’obediencia’ tiene que ver con escuchar, con “alzar las orejas” como hacen los animales reaccionando a un ruido repentino. Paran las orejas para atenderle intensamente. No para recibir órdenes sino para discernir si el nuevo ruido es amistoso o amenazante.” (Énfasis añadido)
En los salmos a menudo el que suplica la “obediencia del Señor” le pide que disponga su oído para prestar atención a la súplica: (v.gr., Salmo 4, 5; 5,24; 31, 2; 45, 10; 71, 2, etc.). En la traducción italiana de Turoldo/Ravassi en lugar de “inclina tu oído” hubiera que traducir: “”ofréceme tu oído” o más literariamente: “levanta tu oído hacia mí” cuando es Dios quien espera obediencia como en Job 38. Coincido contigo en que el énfasis en el caso de las relaciones humanas deba estar en el escuchar con intensidad para poder discernir lo que se nos pida.
Pienso en la familia patriarcal como ejemplo flagrante de obediencia distorsionada.
Si, por el contrario, la mujer no fuera señalada como sierva del macho dominante (patriarca), la obediencia fuera aprendida como escuchar con respeto y en acatar lo que por amor y con amor se pida, porque padre y madre, al unísono, persuadirían a l*s hij*s de la racionalidad de una autoridad que es ejercida como servicio.
Otra cosa muy diferente me parece que estuviéramos mirando, al menos en esta sociedad norteamericana en la que vivo, cuyas cortes de justicia reconoce el derecho de l*s hij*s a divorciarse. Este enlace a El País lo reporta: http://elpais.com/diario/1992/09/26/sociedad/717458409_850215.html
Gracias.
Mi viejo ordenador no resistió la amplia concurrencia familiar de las pasadas fiestas ( ni a quienes con muy buena voluntad quisieron facilitarme la labor haciendo algunos “ajustes”)
El resultado es que uno de mis hijos me ha prometido que en us próxima visita a nuestra casa desde Huelva, donde reside por razones de trabajo, me traerá un ordenador nuevo)
Todos los los intentos de insertar comentarios en lo que va de mes se han ido perdiendo. Que cualquiera que haya estado esperando alguna reacción mía a cualquier comentario que me sepa disculpar.
Castillo nunca me defrauda, incluso cuando se manifiesta de forma opuesta a mis expresiones. Levanta “consciencia”.
¿No será que el fallo no está en el portador del mensaje. sino en quienes lo recibimos?
Hablo con mis palabras y por mi persona,que nadie se sienta aludido. Cuaando hablamos de obediencia recurrimos a la “conciencia” (sin ese) y la identificamos c la idea ( valor) de la “verdad”, lo cual es una rémora que arrastramos de nuestro pasado “dogmático”
La conciencia es al “bien”, lo que la consciencia es a la “verdad” Nuestra filosofía nos juega malas pasadas a la hora de enjuciar “evangélicamente” ¿Qué verdad es la que nos hace libres? La realidad que se presenta ante nosotros/as a través del pensamiento. Bien, pero,¿noserá más bien aquella que nos libera de nuestras ataduras morales?
La obediencia, ¿es un asunto de conciencia o de consciencia? Si fuera de consciencia estamos obligado por un acto reflejo a obedecer a la verdad, igual que la acémila mueve las orejas en dirección al rido por un acto reflejo.
Pero la obediencia es un acto de “conciencia”, lo cual significa que es un problema “disciplinar”, de sometimiento, que tiene como origen y destino la “comunidad”, es un acto comunitario. Como el ciudadano probo que “acata” la justicia ( el acto jurídico) aunque no vaya con su doxai – opinión-, si interviene en consenso comunitario.
¿Por qué no están ocurriendo estas cosas? ( y sigo en un plano personal, y si a alguien le ayuda, ¡Bendito sea!),
porque hemos abandonado el pensamiento dogmático, creyendo que lo hemos dejado atrás como una herencia del pasado y que ahora estamos en otra configuración de la realidad. Pero es una equivocación, en realidad, hemos fraccionado el pensamiento dogmático y hemos creado la verdad grupal ( de grupo) mediante unos códigos de “expresiones – vocablos- convenios”, y si alguien se manifiesta de forma distinta, nuestro dogma, que hemos disfrazado de “convencimiento – criterio- regla de verdad”, entonces lo tachamos de la lista.
En fin, que nuestroamigo y hermano J.M. Castillo, siempre me hace mucho que pensar.
roman
Lo que pasa es que Castillo es un “trepa del centro”…Broma que no hace justicia a la bondad de Castillo…
román, ha llegado tu comunicado de que estás incomunicado. Que resuelvas pronto el problema.
¿Llega el mensaje?
estoy incomunicado, por problemas en mi termnal.
saludos roman
Hola George!
No me lo tomes a mal pero voy a discrepar contigo sobre la apreciación que de la obediencia haces entre lo humano y lo animal pero no con pretensión malintencionada, faltaría más!, sino todo lo contrario, con la buena disposición de posibles correcciones para de algún modo aprender de quien considero persona de gran lucidez y experiencia
Que la obediencia tiene que ver con el escuchar, en esto estoy completamente de acuerdo pero su identificación entre el animal y los humanos en esto no, en absoluto. Si sólo nos valiéramos de los órganos sensitivos en este caso el del oído, levantando las orejas, reaccionaríamos como los animales y en nuestro mundo no habría lugar para la responsabilidad ni con posterioridad para la creación de valores
Reaccionar no es lo mismo que responder. Lo primero implica solamente mera objetividad, el animal es el ser más objetivista que se conoce, lo segundo en cambio hace referencia a la realidad de la cosa escuchada, lo cual lleva a responder de una manera o de otra a través de un discernimiento el cual a su vez, tampoco creo que posea el animal.
Los animales oyen pero no escuchan. Entre el oír y el escuchar media un proceso intelectivo que en el caso del oído se presenta en forma de noticia. Así como en la vista está presente la figura de la cosa misma esta presencia no está en el oído. Toda percepción auditiva es en este sentido una percepción de algo que no está formalmente presente en la percepción. Sin embargo, eso que de ella está presente en la percepción nos remite a la cosa misma, nos la notifica no por un razonamiento sino físicamente, sentientemente. Y en este llevarnos, en esta fluencia del sentir humano es donde radica, volviendo a la obediencia, a mi modo de ver, la resistencia a obedecer cualquier mero contenido de conciencia.
Un cordial saludo
No se trata, Antonio, ni de quitar cariño ni admiración por Castillo; sino de que ese cariño y admiración (que compartimos) no conduzca a dobles estándares de valoración de ideas, ni a minimizar afirmaciones que en otras bocas se reconcerían inaceptables.
A menudo siento la tentación de escribir en inglés, o más apropiadamente “americano”. La mayor parte de mi día, aunque viva en Miami, se desarrolla hablando esa forma del inglés. De pronto me cuesta expresarme fluentemente en la versión de castellano que aprendí, el “cubano” y que en su forma coloquial de Miami es extremadamente corrupto.
Digo esto porque “obediencia” tiene que ver con escuchar, con “alzar las orejas” como hacen los animales reaccionando a un ruido repentino. Paran las orejas para atenderle intensamente. No para recibir órdenes sino para discernir si el nuevo ruido es amistoso o amenazante.
Contra las opiniones de muchos de los que escriben en Atrio y concurriendo con las de otros muchos atrieros, no puedo aunque lo desee—y bien sé yo cuánto deseo volver a confiar en la buena fe de los obispos como cuando era militante de la Acción Católica— me niego a dar el voto de confianza a Francisco. Comprendo la maniobra política y mediática dirigida a recuperar la da!nada “credibilidad” eclesiástica.
Es cierto que el Mundo tengtissabalasuriya.wordpress.com
Algunos atrieros se han atrevido a contarme mi propia historia y a juzgar con ira o desdén mi castro-comunismo o por el americanismo. “So be it”…nada puede hacerse con quien olvida que toda realidad tiene al menos dos caras y que no sea posible percibir ambas con la misma objetividad…”so be it”.
Creo que ha valido la pena insistir en conocer a Jesús, en tratar de imitarle no importa cuán defectuosa o inadecuadamente lo esté haciendo. Me alegra haber tratado de aprender la espiritualidad de Teresa y San Juan de la Cruz, y Charles de Foucauld, y Joseph Bouchaud, y el P. Voillaume. Haber conocido a tanta gente importante que no necesitaban conocerme a mí. Obviamente fueron encuentros destinados a beneficiarme a mí no a ellos, Y todo eso gratuitamente. Como las yerbas a la vera del camino Dios no espera nada de mí, excepto que sea.
Este espacio atriero ha sido una bendición con sus espinas como todo, pero mucha cosa buen. Lamento que no sepa o pueda contribuir mejor al avance de esta conversación pública tan versátil y tan enriquecedora. La agradezco mucho.
Una cosa importante es que Atrio parezca un espacio sincero y que lo sea. Obedecer no me obligará mucho más allá que de la disposición a escuchar intensamente con ánimo de discernir…desde luego hasta que venga la orden final que esa no es posible aplazarla…No que yo lo intentara me parece…
¿Llegaré a ver Papas que puedan andar por la calle sin pretensiones ni policías guardaespaldas? ¡Lo dudo!
A mi me ha parecido, en mi ya larga experiencia, que los auténticos “trepas” solo salen a la izquierda cuando necesitan adelantar a alguien o a algo, pero de inmediato vuelven a circular por la derecha.
Y esa es mi opinión, dando a la izquierda un sentido muy de abanico plural, pero sin compromiso con la Justicia, apoyada en la Verdad y proyectada hacia la común LIBERTAD
¿Y por qué te iba a censurar, Rodrigo?
Ya en otro comentario te he dado la razón.
Me gustaría que José Mª Castillo explicara a quién se refería cuando se refirió a esos “trepas por la izquierda”. Pero creo que lo fundamental de su argumento iba por otra parte. Yo ya he dado mi opinión. Y tal vez me pasó que no leí con suficiente atención el texto. Le hubiera avisado antes al autor de ese lapsus. Y no me va eso a quitar ni pizca del cariño y admiración que tengo por la figura de Castillo, con toda una vida luchando por la autenticidad evangélica, contra la Iglesia jerárquica de derechas.
Perdona, Rodrigo, yo me di por aludida en lo de trepas y no estaba pensando en lo que había dicho Castillo. Yo tampoco estoy de acuerdo en que se llame trepas a quienes hemos estado en desacuerdo con Papas anteriores. El utilizar el término escupir, ya es cuestión de gustos.
Posiblemente peco de intrusión al comentar una frase de tu comentario, Antonio, con Ana y Vicedo. A los tres les ruego que me lo perdonen.
Yo hubiera puesto “fueran” en vez de “fueron”, pero la verdad es que él no dice en qué medida lo fueron.”
¿Cómo pudiera determinarse que alguien sea en la medida suficiente un modelo de Evangelio? ¿No es esa una prerrogativa exclusiva del Papa? Y ¿No es hoy día más que cuestionada la credibilidad de dicha autoridad? No hablo solo del “divorcio” entre la práctica de los seglares/laicos y el Magisterio sino también de la propia corrupción—activa o pasiva— de los dos últimos predecesores de Francisco.
Jesús parece haber sentado precedente del modelo de humildad que debiera tener “Pedro”, alguien cuya falibilidad estaba más que establecida entre sus seguidores cercanos. ¿No es eso precisamente una indicación de que la autoridad del grupo debiera residir en el grupo mismo?
¿No se puede afirmar que Pedro solamente debía “confirmar” sobre la base de la humildad (andar en la Verdad) casi como moderador? (Haber dogmatizado la infalibilidad absoluta de la propia función papal, es algo que nunca dejará de ser tremendamente contencioso).
¿Qué significado pudo tener, retrospectivamente, la elección de “Pedro”, alguien de establecido descrédito o falibilidad ante l*s seguidores de Jesús?
¿Para qué tenía que continuar esa práctica sucesivamente? Pablo, Santiago, se mantuvieron bastante autónomos.
Quizás Francisco merezca un voto anticipado de confianza, pero ¿cómo pudo ignorar los abusos o complicidades de al menos sus dos últimos predecesores?
¿No cuestiona su credibilidad el hecho de haber escogido exclusivamente asesores entre los cardenales que al menos pasivamente habían condonado la corrupción anterior, la ausencia de seglares/laicos sobre todo mujeres entre ellos?
¿Qué función juega el secretario de Benedicto XVI como Prefecto de la Casa Pontificia de Francisco y de secretario de Benedicto XVI o Benedicto tan cerca tras haber anunciado que se retiraría a orar?
¿No es un elemento de discernimiento en quien deba acatarla la transparencia y la credibilidad de la conducta de quien demande la obediencia?
Si llamar trepadores de izquierda a quienes hemos “andado a la greña” con los papas recientes lo hubiera hecho Cigoña y no Castillo, entonces no habría sorpresa en que nos sintiéramos insultados; no sería dificil de entender que es un escupitajo verbal; no se minimizaría como sólo una expresión confusa; y no se tendría dificultad en sacar la conclusión de que es un insulto intolerante a quien mantiene una actitud crítica. Pero quien lo ha escrito es Castillo, y como es de los nuestros, entonces recibe una vara de medir generosa y comprensiva; en vez de los adjetivos que seguramente habría recibido de haber sido Cigoña (“vomitivo” y “psicópata” son dos adjetivos que se han usado aquí en Atrio para referirse a personas de derecha).
Lo dicho (y a riesgo de que me vuelvan a censurar el decirlo): la reacción ante los insultos en ATRIO depende de quien los profiere.
“Por eso, quienes no buscan, tanto en la religión como en la política, nada más que lo que les conviene para instalarse bien en la vida, ésos son los que, desde la tarde de la “fumata bianca” hasta el día de hoy, no acaban de ver, en el papa Francisco, no sólo al hombre que la Iglesia necesita, sino, antes que eso, el “jefe de fila” (Heb 12, 2) que nos está trazando el camino de nuestra creciente humanización, en este mundo tan deshumanizado.”
No puedo dejar de manifestar la indignación que me han producido estas palabras. Tanto si se refiere a todos en general, los de dentro y los de fuera de la iglesia, como si se refiere solamente a los de dentro de la iglesia. Expresan bastante bien el grado de enajenación mental al que están llegando algunos con Jorge Bergoglio. Con Juan Pablo II, eran las quinceañeras y los quinceañeros opusianos, legionarios y kikos los que lloraban de puro trance místico en su presencia. Ahora, sois los románticos postconciliares los que agitáis vuestros brazos y entonáis el “totus tuus”. Nihil novun sub sole. Está claro que, mientras haya un papa, siempre habrá alguien que lo obedezca.
Pues sí, yo ayer rechacé a los trepas (no entiendo lo de escupir, Rodrigo), porque desgraciadamente llegar a los altos cargos eclesiásticos, donde se decide todo lo concerniente a los “deberes” del pueblo, a la teología, a la elección del Papa, etc., digo que, desgraciadamente, muchos han llegado trepando a través de hacer “méritos”, en su mayor parte de sumisión, de obediencia, de hipocresía, de ambición, etc. etc. Todo esto se resolvería, dentro las limitaciones humanas, democratizando la Iglesia, y que sean las comunidades las que eligiesen a sus representantes, y desapareciese el dedo elector unidireccional en busca de hombres dóciles y obedientes.
Como hemos insistido en el término “obediencia”, quiero destacar este párrafo de Castillo en el que pone entrecomillada la palabra obedecer y que indica, por tanto, desechar la obediencia en sentido en que nosotr@s lo rechazamos, aunque lo diga en relación a Francisco, en realidad lo pide para la conducta propia, no para el Papa: “más que “obedecer”, lo que tenemos que hacer es intentar parecernos en humanidad y bondad a la desconcertante cercanía al sufrimiento humano”
Me ha extrañado (y preocupado) la interpretación que Rodrigo da al artículo de Castillo. Aunque reconozco que éste no ha sido un artículo plenamente acertado de Castillo, porque utiliza el término “Obediencia” referido a una autoridad humana y eso, para mí y como han razonado Antonio Vicedo y Ana, no es nunca una recomendación evangélica.
Estaría bien utilizar ese concepto en un argumento “ad hominem”, referido a quienes nos lo han machacado hasta el infinito desde la derecha conservadora. Así empecé a leer e interpretar el artículo. Pero es verdad que después Castillo incluye una confusa descripción de quienes han querido siempre “trepar por la izquierda“, desde las críticas a la Humanae Vitae. Y ahí, pienso, se le ha ido la mano (¿la que lleva el pobre en cabestrillo?). debilitando enormemente su argumento y su artículo.
De todas formas, yo no me vi a mi, ni vi a los principales colaboradores de ATRIO, implicado en esa descripción, aunque ya criticase aquella famosa encíclica, ni saco de lo que dice Castillo las consecuencias que saca Rodrigo.
Porque Castillo con claridad acaba diciendo que no hay que obedecer a nadie sino seguir el Evangelio de Jesús y los papas o servidores en la iglesia sirven si son modelos de virtudes evangélicas. Es verdad que en Francisco ve muchas de esas virtudes y lo dice de forma tal vez exagerada. Y de los demás sólo dice que había obedecerles “En la medida en que éste y todos los otros fueron modelos de humanidad y bondad, es decir, modelos del Evangelio.” Yo hubiera puesto “fueran” en vez de “fueron”, pero la verdad es que él no dice en qué medida lo fueron.
Y uno tiene derecho (ahí va bien la lista de Rodrigo que hago mía) a creer que para él fueron en la medida de cero.
De todas formas, bienvenido sean siempre artículos como este de José María que suscitan diálogos movidos sobre cosas muy interesantes. Pero no los atribuyamos sin más a un cambio en la línea abierta al dialogo y al disenso de ATRIO.
Vicendo, estando de acuerdo en lo básico con tu comentario del 10-Enero-2014 – 20:47 pm, quiero dejar claro, por si alguien lo duda, de que yo echo en falta, una sociedad mayoritariamente alfabetizada, más formación, especialmente exegética, de los textos y contextos evangélicos; ni esto, ni la teología, ni la ciencia son incompatibles con la práctica vital del mensaje evangélico. Lo que sí pido a la teología honestidad, fidelidad y autenticidad, que dejen de enredar y generar confusión para alejar el mensaje de la vida. ¿Para qué sirven los dogmas (¿¿¿¿????)? ¿Para qué sirve la teología especulativa? ¿Por qué ha sido rechazada con tanta virulencia la teología de la liberación? ¿Por qué tanto empeño en la doctrina moral sexual? ¿Por qué tanta ausencia de doctrina social y de justicia? Y así podríamos seguir con infinidad de cuestiones. Mientras se tiene entretenida a la gente con este tipo de cuestiones, personas y personalidades de misa y comunión (tipo Pinochet o Franco y muchos otros de distinto pelaje), viven en su mundo de creencias que en ningún momento alteran la paz de sus conciencias.
A veces se habla de un nuevo concilio, pienso que sería inútil o contraproducente, pues aunque se dieran determinados pasos hacia adelante, no se atreverían con temas tan candentes como los que acabo de señalar y otros muchísimos. Tendremos que armarnos de paciencia histórica.
Hola, George, pienso, como tú, que no es muy acertado plantear la relación con el Papa en términos de obediencia como se ha hecho y, por lo visto, se sigue haciendo. Habrá que ir modificando el lenguaje en tanto en cuanto vaya cambiando el paradigma de que la Iglesia no debe seguir siendo una institución jerarquizada en la que haya superiores e inferiores o súbditos obedientes o sumisos. Todo está en ir empujando el carro del cambio. Por eso es tan necesario que vayamos dejando constancia de que somos much@s quienes no aceptamos esta relación, que debiera ser entre iguales, aunque con diferentes responsabilidades.
Respecto al segundo comentario, lejos de mí fomentar la papolatría. Cuando dije que me llamaba la atención la repercusión mediática en tono positivo del lenguaje de Francisco, no quise decir que yo me apunte a una exaltación del Papa. Más bien ponía el acento en la acogida por parte de determinados grupos sociales, sean o no religiosos.
Es imposible en este tiempo intentar evitar el eco mediático de cualquier persona, personaje o hecho, las tecnologías mediáticas son potentes, y ensalzan y derriban arbitrariamente lo que les interesa. Pero también es cierto que si la sociedad admite con más receptividad unos mensajes que otros, nos está indicando algo, y en el caso de Francisco, es el lenguaje y un cierto giro en determinados mensajes.
Pienso que aunque Francisco quisiera hacer en la Iglesia todo aquello que estamos demandando la nueva sociedad, no lo dejarían, o bien provocaría cismas de toda índole. Por eso debemos seguir manteniendo nuestras demandas y, dependerá de cada cual, comprender la situación en la que este Papa se encuentra.
Gracias por toda la información que me aportas. Efectivamente, creo que coincidimos bastante, a pesar de que el texto que copié me desconcertó un poco.
Esta vez Castillo me ha decepcionado, pues cómo habrán de tomarse aquellos que han venido siendo críticos con los anteriores posicionamientos papales precisamente por echar en falta en ellos la bondad evangélica, ahora se les diga que intenten parecerse a lo que nos enseña el papa francisco
¿No será lo contrario? Que es el papa quien intenta sumarse, según parece con sus gestos, a la bondad evangélica la cual para una porción de la humanidad ya ha venido siendo algo posible y realizable de forma natural en sus vidas?
En mi opinión, la cuestión ha de considerarse a la inversa pues es este papa quien se abre e intenta acercarse a lo que, de algún modo ha estado siempre ya presente realizándose, es decir, a algo que sus antecesores habían obstruido y por tanto desobedecido
Que ahora el papa intente explanar la bondad evangélica la cual, sin embargo, siempre ha estado ahí presente, me parece algo muy positivo pero eso no significa que haya de haber un desplazamiento de la obediencia para quienes previamente la obediencia ha estado vertida hacia la propia conciencia.
Me ha gustado siempre oírle decir a Castillo aquello de: ¡Atrévete a pensar!
mas la actividad del pensar juega un importante papel a la hora de conferir a la propia conciencia obediencia y fidelidad.
Gracias a Castillo [y a ATRIO que lo re-produce], por revelarnos si existimos personas que no terminamos de ver en Bergoglio al mismísimo Jesucristo (Hebreos 12,2) en persona, es porque no buscamos más que lo que nos conviene para instalarnos bien en la vida. ¿Cual fue el otro adjetivo que nos escupió? ah, si: “trepas”.
Pues sí, ha de ser cierto, porque cuando Castillo propone a este y a todos los otros papas como ejemplo de humanidad, de bondad y de Evangelio, se me vienen a la mente varias imágenes:
+ Wojtila humillando públicamente a Cardenal, en Nicaragua
+ Wojtila dando la comunión a Pinochet, en Chile
+ Wojtila, dejando en claro a Reagan que no movería un dedo para defender a laicos, laicas, religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos en la represión a los movimientos latinoamericanos
+ Wojtila encubriendo a Marcial Maciel
+ Ratzinger diciéndole al Obispo Sergio Obeso que se negaba a abrir una investigación contra Maciel, porque el papa lo quería mucho (a Maciel)
+ Ratzinger, despedazando carreras y vidas por imponer su propia teología
+ Ratzinger luchando desesperadamente contra los derechos de la mujer, y contra el uso de preservativos para combatir el la epidemia de VIH
+ Bergoglio reforzando la posición del Opus Dei en el manejo de las finanzas vaticanas
+ Bergoglio entregando la reforma financiera del Vaticano a KPMG (es como poner el combate a la pederastia clerical en manos de Maciel).
Pues si, soy un trepa, pero si estos son los modelos de evangelio, habría que mandar el evangelio a la Gehena.
Ana: Comento este fragmento de tu comentario: “No deja de sorprenderme que el Papa Francisco esté tan de actualidad en el mundo entero…”
Ojalá pudiera creer que la “mediación” publicitaria no afecta la percepción pública, la popularidad. Creo cierto que la popularidad sea fabricada mediáticamente. Que la revista Time le haya escogido Personaje del Año no me dice nada. A esos niveles tan altos de políticas publicitarias si no todo, una buena parte de lo que se comunica mediáticamente es diseñado y hasta las Infantas de España pudieran pasar por modelos de decencia sin que nadie se ruborizara ni lo más mínimo.
Seguramente conoces: “Fabricación del Consentimiento” (Noam Chomsky et al.). El enlace a la entrevista de Chomsky (2005) en “Bitácora” abunda sobre su trabajo en el libro si la quieres mirar. Este es el enlace: http://www.bitacora.com.uy/noticia_1252_1.html
El desarrollo tecnológico de la maquinaria mediática de la Iglesia Católica durante y después de Juan Pablo II con la presencia del Opus (Navarro Vals) en la Sala de Prensa de la Santa Sede son del rango de los varios millones de Euros y quien sabrá cuántos. Sobran medios para idolatrar a Francisco.
Rubén Dri, es un teólogo liberacionista argentino. Sus últimas dos entrevistas sobre el Papa son muy interesantes. La última (diciembre de 2013) ya ha sido publicada como enlace en Atrio y este es su enlace: http://www.lahaine.org/index.php?p=73962. La anterior es de agosto/13 http://www.redescristianas.net/2013/08/03/entrevista-con-el-filosofo-y-teologo-ruben-dri-es-la-misma-iglesia-de-juan-pablo-ii-y-benedicto-xvi-solo-que-tiene-otro-ropajejuan-ciucci/ ambas contienen análisis contrarios a la tendencia a idolatrar al Papa como hicieron con Juan Pablo II.
No digo que haya que creer a ciegas a Dri o a nadie. Si es posible fabricar el consentimiento (Chomsky) también es posible lo contrario. El medio publicitario funciona según lo manipulen.
Desconfío de los discursos y si algo se presta para discursos bellísimos es el texto evangélico. No he visto ninguna gestión o decisión nada definitivamente transformante y en cambio veo toda esta enfatización de lo “extraordinario” del nuevo ídolo.
Ya puedes ver las declaraciones de Dziwiz el secretario de Juan Pablo II y aun así Francisco se prestó a canonizarlo aunque Ratzinger debió advertirle del nivel de corrupción reinante en su derredor al final de su pontificado porque no es posible que Ratzinger lo ignorara como no pudo ignorarlo Bergoglio.
Ana: Si te comprendo me parece que coincidimos. Para amar y servir y ser amig* que de la vida por l*s amigos no hay que saber siquiera leer o escribir. Lo que ocurre es que la pregunta de Castillo me soliviantó porque no creo que le deba obediencia en el sentido militar de la palabra a nadie excepto a mi conciencia. Si recuerdas por mis otros comentarios siempre he cuestionado la azarosa historia de los textos y si además hay tantos intermediarios trabajando en su traducción e interpretación por siglos con tanta incuria, razón de más para ser celoso de la propia voluntad. Perfiero a Ignacio y a Teresa en esto de discernir y orar sobre las cosas antes de hacer nada por obediencia. Un abrazo.
ana, en líneoa con lo que expones en tu último comentario, aparte de lo de: esconder a sabios y entendidos y revelar a la gente sencilla por el Padre en el Ev de Mt. XI, creo haber oido, no recuerdo ni donde ni cuando, que Tomás de Aquino, al final de su vida, en un intento de revisión de sus Tratados Teológicos, estuvo dispuesto a destruirlos quemándolos, convencido de que en ellos abundaba tanto la paja que casi no se podía percibir el grano.
A raiz de aquello me plantee muchas veces la pregunta de:- ¿Por qué Jesús, que no era analfabeto (leyó en público al profeta en la Sinagoga), no había querido dejar escrito, mas que los garabatos en la arena, interpretados por quienes buscaban justificación del apedreamiento de la adúltera?
Y la clara respuesta la he ido percibiendo precisamente del testimonio claro, valiente y normal de mucha gente sencilla que, limpia de polvo y paja, sabe valorar el grano del AMOR práctico.
Porque ¿de qué le está sirviendo a la Humanidad, globalmente considerada, si hay capacidad científica para contemplar las lejanísimas galaxias y a los dioses que las mueven, y no se contempla debidamente a los miles de millones de humanos cercanos, deshumanizados por los desórdenes del saber en complicidad con los poderes?
George, haces la siguiente pregunta: ¿Con todo ¿Qué han de hacer los católic*s a quienes les falten medios (sea educación, sea asistencia) para entender por sí mism*s todas las sutilezas del magisterio y la ley eclesiásticos, sobre todo porque dependen de mediadores: Sacerdotes, catequistas, traductores, etc. que ya sabemos que no son infalibles? Es muy fuerte esta pregunta por muchas razones, la primera es que, quienes siguieron a Jesús en su andar por esta tierra, no eran gente de estudios universitarios y Jesús encontraba la manera de que lo entendiesen. La segunda es que si las cosas del Evangelio sólo son para gente ilustrada, pues “apaga y vámonos”, nada tiene que ver con Jesús, y la tercera es que para transmitir la esencia del evangelio no hay que hacer elucubraciones intelectuales de forma que nadie entienda lo que Jesús hizo y dijo.
Hacer lo contrario ha llevado a la Iglesia Católica y a otras iglesias cristianas a hacer del Evangelio un concepto, tan enrevesado que ha terminado desinflándose en ritos vacíos, en filosofías religiosas, en creencias absurdas, en una religión sociológica, en religiosidad popular carente de sentido y de contenido. Y la trayectoria comunicativa de Jesús no pareció ir en esta línea. Nunca recuerdo quién dijo que “los teólogos se rompen los sesos para responder a preguntas que nadie se hace”
Jesús no engañó a su discipulado, ni a sus enemigos, llamó a las cosas por su nombre, andaba con la gente más despreciada de la sociedad que lo buscaban y lo entendían. Por eso, su mensaje tuvo futuro y continuidad.
La gente sencilla, puede no haber tenido acceso a la alta teología, pero no es tonta, por eso hay que exigirles a los responsables de conservar, transmitir y preservar de falsedad lo auténtico de Jesús que sean auténticos, que no traicionen la sustancia evangélica.
Con esto no quiero decir, más bien todo lo contrario, que tenemos el deber de estudiar y desempolvar tantas capas de equívocos y falsedades como ha ido almacenando el mensaje. Pero, para esto, no hace falta ser Papa, ni obispo ni clérigo, éstos sí tienen la obligación, más que nadie de ser más responsables al adjudicarse “la última palabra” de la ortodoxia. Cosa que ha dejado bastante que desear a lo largo de la historia.
No deja de sorprenderme que el Papa Francisco esté tan de actualidad en el mundo entero, ¿será porque habla claro y la gente lo entiende? ¿Será porque apenas habla de alta teología y de moral sexual, y de condenas y de amenazas, y sí de justicia, compasión o ternura, lenguaje universal donde los haya?
Estimada Ana y Antonio: Me alegra que estés mejor Ana de tu gripa y que hayas podido reaparecer y gracias Antonio por el comentario sobre la obediencia. Mi respuesta a la pregunta de José María es ¡No! si obedecer es sinónimo de someterse sin discernir.
Obediencia etimológicamente sugiere escuchar atentamente para comprender y discernir lo ordenado, dicho, solicitado.
Solamente debo acatar tras de agotar mi comprensión y mi discernimiento. No existe autoridad dictatorial que demande acatamiento. Confirmar es un servicio que no puede arrebatar a nadie el derecho a ejercer su capacidad de discernimiento, en conciencia.
Si la obediencia no estuviera sujeta a discernimiento ¿Qué sentido tuvieran el juramento de fidelidad y obediencia de los cardenales? ¿O el “Cuarto Voto” de los Jesuitas, ni el voto de fidelidad y obediencia de los sacerdotes al obispo durante la ordenación? Fuera doble.
Si alguien está sujeto por un voto de obediencia ciega e incondicional no tiene que plantearse la pregunta.
Ser católico me obliga a escuchar con la intención de discernir y agotar toda mi buena fe por darle credibilidad y validez a la autoridad. Con todo ¿Qué han de hacer los católic*s a quienes les falten medios (sea educación, sea asistencia) para entender por sí mism*s todas las sutilezas del magisterio y la ley eclesiásticos, sobre todo porque dependen de mediadores: Sacerdotes, catequistas, traductores, etc. que ya sabemos que no son infalibles? Esa población forma la inmensa mayoría porque el bautismo se da casi al nacer… y la obediencia se contrae vicariamente por medio de los padres y padrinos aunque se sea un discapacitado congénito.
La autoridad eclesiástica y su magisterio perdieron credibilidad inmensamente al estallido de la Caja de Pandora de los últimos escándalos financieros, sexuales, etc. que aún no cesa.
La elección papal es secreta ¿Cómo saber el discernimiento o la intriga para elegir a Bergoglio si lo eligieron quienes se jugaban el poder que les permitía la corrupción? ¿Cómo se puede confiar en una institución en la que un secretario papal esconde información al Papa y los demás se lo permiten? ¿Qué autoridad conservan quienes hayan sido cómplices pasivos de la corrupción (Ratzinger antes y ahora Bergoglio)?
“Post” interesante y oportuno.
José Mª Castillo que se mejore y reponga pronto
Ana Rodrigo que te mejores
A quienes nos habéis ofrecido unos estupendos posts durante estos últimos días, les pido disculpas por no haber colaborado con mis humildes comentaros, y, aunque tampoco me lo tomo como una obligación, sí me gusta colaborar en esta reflexión “en voz alta” compartida, especialmente, porque pienso que hay que hacer aprecio del trabajo de l@s demás, por aquello de que “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Escribir sin eco, da la impresión de que hablas para nadie, y somos humanos, y nos gusta ver qué repercusión tiene aquello que aportamos con la mejor intención, y saber si, realmente, vale la pena hacerlo.
Todo este preámbulo es para deciros que mi ausencia ha sido debida, como ya dije, a un invalidante catarro que me ha dejado kao, y que parece tiende a abandonarme definitivamente y dejarme en mi situación habitual.
Por todo esto, cuando, por diversas circunstancias me ausento de atrio con mis participaciones, aunque os lea superficialmente, a la hora de escribir, suelo engancharme con el último, pues es muy difícil entrar en un diálogo ya avanzado por otr@s participantes. Así que me inicio con el post de Castillo, al que le reconozco un plus añadido por la dificultad que está padeciendo desde el día 7 de diciembre al sufrir una tonta pero molesta caída al ir a una estupenda reunión de amig@s que lo esperábamos con toda la ilusión de disfrutar de unos gratos momentos (que con él siempre están garantizados), pero que se vio truncada por una caída que le fracturó el húmero del brazo derecho con el que la gente diestra nos solemos manejar.
Por todo esto, cuando, por diversas circunstancias me ausento de atrio con mis participaciones, aunque os lea superficialmente, a la hora de escribir, suelo engancharme con el último, pues es muy difícil entrar en un diálogo ya avanzado por otr@s participantes. Así que me inicio con el post de Castillo, al que le reconozco un plus añadido por la dificultad que está padeciendo desde el día 7 de diciembre al sufrir una tonta pero molesta caída al ir a una estupenda reunión de amig@s que lo esperábamos con toda la ilusión de disfrutar de unos gratos momentos (que con él siempre están garantizados), pero que se vio truncada por una caída que le fracturó el húmero del brazo derecho con el que la gente diestra nos solemos manejar.
Mientras leía el escrito de Castillo, igual que cuando leo otro escrito, iba elaborando mi propia reflexión, y me ha sorprendido –relativamente (suelo coincidir siempre con él)- el que cuando he llegado al comentario de Vicedo, me encuentro que me daba la impresión de que me había adivinado mi pensamiento. ¡Estupenda reflexión, Antonio!
Me refiero al tema de la obediencia. Yo que siempre he sido una rebelde con o sin causa, la palabra y el concepto obediencia siempre me ha hecho rechinar mis neuronas. Hoy escuchaba a mi admirado Juanjo Millás en la SER que después de un terrible catarro (debe haber sido como el mío) se había reconciliado otra vez con su nombre y con su persona, me ha recordado aquello que yo siempre me adjudico a mí misma, y es que mi segundo apellido es Contra, apellido con el que siempre me he sentido muy identificada, jajaja, porque mi trayectoria vital ha sido ir siempre a contracorriente, no aceptar las cosas porque hay que aceptarlas, y, mucho menos, obedecer a elementos ajenos a mi conciencia y a mi voluntad. Siempre he sido el “garbanzo negro” en mi entorno, aunque ha terminado por aceptarme como soy. Perdón por este desahogo personal, cuando una se encuentra entre amig@s es normal, y yo me encuentro en un ambiente amistoso.
Dejando como asumida por mí la reflexión de Vicedo en el aspecto de la obediencia, voy a fijarme en otro aspecto: la jerarquía, la pertenencia a una institución jerarquizada-sacralizada-divinizada.
Aquí está la causa de muchos males, graves males de la Iglesia. Es humano que en una vasta institución como la Iglesia Católica, haya algún aglutinante que concite la infinita variedad de mentes pensantes a lo largo de siglos, de culturas, de sociedades, etc., de forma que la sustancia del origen del movimiento cristiano no se devalúe, se manipule, se degenere y hasta puede desaparecer.
Pero de ahí a configurar a un ser humano, como el Papa, como el representante de Dios entre la humanidad, al que hay que seguir a ciegas, obedecer como seres incapacitados para hacer uso de su libertad de conciencia y de su inteligencia, hay un abismo. Es un absurdo histórico esta sumisión a un jerarca hasta límites tan sacralizados como si a Dios tuviésemos que obedecer en la voluntad de un ser humano. Clara contradicción con el deseo de Dios, como es la realización máxima de cualquier ser humano en todos los aspectos.
Por eso, cualquier paso que se dé, sea de un Papa o de cualquier otra autoridad, en la línea de respeto al desarrollo del ser humano y desde el original evangélico, bienvenido sea.
Ya vale de chupatintas, trepas, imposiciones, borreguismo, etc. etc.
– La obediencia del ser humano racional, libre y responsable ha de pasar ineludiblemente por aquella condición inalienabe de SUJETO que solemos concretar en la propia CONCIENCIA.
La primera y principal obediencia la que condiciona nuestra propia responsabilidad es a la propia conciencia.
Ya en obediencias exteriores, y siempre dentro del marco de la conciencia, está la obediencia racional a la verdad, pues nuestra racionalidad no puede permitir obediencia alguna a lo que consideremos falso.
Por exigencias de humanidad venimos obligados a obedecer a todas aquellas exigencias propias y ajenas referidas a que cada ser humano y la globalidad de la Humanidad sean considerados y tratados HUMANAMENTE con todo lo que ello conlleva de valoración igualitaria, dignidad, libertad y responsabilidad.
Desde cualquier religión, entendida como intento relacional teórico y práctico con el SER ABSOLUTO, bajo cualquier designación que se le dé, la obediencia religiosa será obligada al respeto de la Naturaleza en la que exclusivamente se nos manifiesta su ACCIÓN, ya que a ÉL : Ni ojo le vio, ni oído le oyó.
Y es claro que, esta obligada obediencia respecto a la Naturaleza , cobra especial sentido de obligación y responsabilidad en las relaciones entre los seres humanos, hasta el punto de que no se puede prescindir de obedecer a Dios a quien no vemos, sino respetamos y amamos a sus criaturas predilectas, sus hjias e hijos, en tanto humanos.
Pasando de aquí a lo que nos ocupa en este tema, tenemos que hacer referencia a Jesús, pues Iglesia, con el papa, los obispos clero y fieles no es más que el Discipulado de quien se HUMANIZO para HUMANIZARNOS que lleguemos a ser lo que Dios tiene en proyecto que seamos hasta la plenitud de vida.
Desde la Fe cristiana, la Obediencia queda reducida a Libertad Responsable entre iguales ya que claramente así fue manifestado por Jesús en su testimonio de HERMANDAD HUMANA, con el anonadamiento de su Divinidad y advirtiendo que: -“A NADIE sobre la TIERRA considerásemos, ni llamásemos Padre, pues sólo el CELESTIAL es PADRE -(MADRE) universal.
Consecuente con ello, Jesús, nos pide lo que no requiere, ni puede ser considerado obediencia,el AMOR, que para ser tal, ha de ser actitud y acto libres.
Amando, pues, como lo hizo y lo enseñó Jesús, es como en su Comunidad de Discípul*s, TOD*S:- papa, obispos,clero religiosos y laicos daremos a conocer que a ella de verdad pertenecemos.
Y no hay referencia de aceptación y obediencia, sino en el marco general de la fidelidad a Jesús, DIOS ENTRE NOSOTROS, de quien TOD*S SUS DISCÍPUL*S hemos recibido la misma misión que a ÉL le confió el PADRE:- “COMO el Padre me envió, ASÍ os envío yo a vosotros.”
¿Que más da, pues que se llame Pedro o Francisco, si uno y otros solo pueden confirmar en la fe a sus hermanos si ellos,previamente, se han convertido a la fe de la Hermandad Cristiana, Cuerpo Vivo del que Jesús es cabeza y está vivificado por el Espíritu Santo que reparte carismas a voluntad?
La falsedad y los abusos de poder, no son cristianos; ni tampoco lo son el paternalismo y el infantilismo, muy diferente de la verdadera y real infancia relativa a lo que expresa el ABBÁ con el que cariñósamente Jesús se dirigía al Padre, invitándonos a que le imitáramos.