Todos saben que tienen preferencia en la cola de publicación en ATRIO los artículos enviados por comentaristas habituales, sobre todo si son escritos suscitados por otros hilos de discusión en el portal. Como es el caso de lo que publica hoy Román. al ver que algunas personas aquí rechazan sin más textos del Nuevo Testamenteo sin pararse a intrepretarlos según las épocas y culturas muy diferentes, en las que auténticos creyentes en el Dios de Jesús los escribieron. El cristianismo no es una religión de libro. Pero nunca un grupo se ha denominado cristiano sin conceder valor importante y fundante a los textos del Nuevo Testamento. AD
La teología del Pueblo de Dios, que tras el Concilio prendía en muchos de los movimientos de renovación y cristalizaban en nuevas comunidades fue muy prontamente olvidada para volver a los usos tradicionales, de la Liturgia, la administración de los sacramentos y las actividades parroquiales de siempre en torno a la figura del párroco. A este período que se iniciaba pocos años después del Vaticano II y que posiblemente ha durado hasta ahora con el Pontificado de Francisco, hemos convenido en llamarlo la Restauración post-Conciliar. Muy posiblemente, los historiadores luego le den otro nombre, según la impronta que deje el actual obispo de Roma.
En la misa ha vuelto a tomar sentido el rito de un sacrificio incruento oficiado por un sacerdote, intermediario necesario y agente de lo divino, hombre, varón, por ser otro Cristo, asociado a Él por el sacramento del Orden Sagrado. Además de hombre, el sacerdote debe permanecer célibe, dado que el matrimonio es “el estado cristiano imperfecto”. La razón de ser de este sacerdocio, copia del, a su vez, sacerdocio levítico, está en su relación con la Eucaristía y con la Iglesia. Mediador y cura de almas.
Olvidada nuevamente la concepción eclesial de Pueblo de Dios, volvemos a darle otro sentido a las Sagradas Escrituras, otra valoración a la Palabra de Dios y a su proclamación en la asamblea de creyentes.
Hay una gran porción del mundo cristiano, pero más particularmente en el campo protestante donde se hace una interpretación literal de los textos sagrados, que se podía mantener sin apenas conflictos mientras la cristiandad medieval vivía la etapa infantil de la humanidad. Entonces la cultura reinante cultivaba los mismos valores de los autores novotestamentarios. Es más, la Biblia era casi el único manual para la enseñanza. Religión y vida civil estaban indisolublemente unidas. A esa postura la llamamos fundamentalismo bíblico.
El Catolicismo Romano sufrió una distinta transformación después de Trento. Desde entonces la Biblia, aunque oficialmente es la Palabra indiscutible de Dios, tiene que compartir su carácter infalible, su inerrancia, con el Magisterio Oficial de la Iglesia, intérprete único, con autoridad suficiente de origen divino. Unimos a la mediación cultual, y a la cura de almas, este tercer aspecto intermediario de la enseñanza.
Junto a la reforma litúrgica del Concilio, cuyos aspectos formales han quedado definitivamente establecidos, tales como el abandono del Latín, presidir de cara a la comunidad, obligación de que sea siempre un acto comunitario y no de un oficiante solitario, homilía explicativa de los textos proclamados y no un discurso etc….la proclamación de la Palabra de Dios adquirió entonces una mayor importancia.
La Liturgia de la Palabra, leída o proclamada, y comentada, le dio el aspecto de Celebración comunitaria, donde Jesús se hacía presente, no por un rito mágico, sino por lo que Él mismo adelantaba: “Donde dos o más os reunáis en mi nombre, yo estaré en medio, yo me haré presente”. La Eucaristía se hacía por completo la celebración de Jesús con su Pueblo, la unión de cada cual con su hermano, su hermana, y con Jesús. La común-unión. Donde no cabe las individualidades, ni del/la que preside, ni de que sea hombre o mujer, ni ricos, ni pobres, en una verdadera comunicación de bienes en lo espiritual y lo material.
Cuando, a causa de las resistencias a los cambios necesarios, se iniciaba la restauración, la contestación dentro de la Iglesia se fue centrando en lo social y en la búsqueda de legitimación, vía de la conciencia, en la autoridad de Jesús frente a la Institución. En el fondo vuelve a ser el conflicto de siempre: la Biblia frente a Roma. La verdad de Dios, frente al autoritarismo de los hombres.
Una vez que es posible que un cambio de las estructuras eclesiales se esté propiciando desde Roma, nos debemos preguntar. ¿Con qué reto nos enfrentamos hoy en el ámbito del Pueblo de Dios?
Posiblemente en lo que llamamos ¡La Hermenéutica!
En la actualidad las energías se emplean en la búsqueda del Jesús verdadero que participó en la historia de la humanidad, y descubrir qué fue de lo auténtico de su mensaje trasmitido por sus hagiógrafos, puesto que Jesús no consignó nada por escrito.
Nos estamos apoyando en los notables avances de las ciencias del lenguaje y la historiografía, y una serie de disciplinas que aportan informaciones muy valiosas, junto con la calidad y cantidad de textos muy antiguos, descubiertos más recientemente y puestos a disposición de los expertos.
Sin embargo, adelanto la tesis de que seguimos haciendo un uso muy lineal de los textos sagrados, que en nada se aleja del fundamentalismo bíblico con el que hemos realizado su interpretación de forma tradicional. La exégesis que ha estado dominada por el literalismo, o condicionada por el Magisterio, está ahora conducida por escuelas teológicas o por las corrientes de opinión propias de nuestra época en cambios.
Las descalificaciones que se vienen realizando de forma continuada van dirigidas sin matices contra esos fundamentalismos, sin tomar en cuenta hechos básicos, que lejos de ser apriorismos, reflejan aspectos esenciales de la verdad bíblica.
En primer lugar, debemos consensuar si no estamos sufriendo un problema de comunicación, lo mismo con el texto; -lo que expresa, como quienes lo consideramos; -nuestra postura.
Para los creyentes es algo más que un texto, la fe que determina nuestro corazón, con una disposición a la búsqueda de la voluntad de Dios, más que su verdad (“Si alguno quiere cumplir su voluntad, verá si mi doctrina es de Dios o hablo yo por mi cuenta”)
Para una persona estudiosa, el texto es un material objeto de estudio, sin ninguna vinculación o implicación, más que la de encontrar la verdad histórica o científica. Calificar la Biblia de palabra de hombres, que contiene la Palabra de Dios, puede ser válida metodológicamente, pero es incompleta.
La Biblia es toda ella enteramente palabra de hombre, por lo que ningún estudioso o estudiosa pueden hacer apelación a lo divino, salvo el acto notarial de dar fe de las inquietudes y vivencias espirituales de los personajes históricos.
La Biblia es Palabra de Dios en su totalidad, infalible, digna de credibilidad, pero para lo cual tenemos que hacer el esfuerzo de entender, y muchas veces entendemos mal, pero no le resta Autoridad. Por eso insisto en decir que la hermenéutica tiene que llevar resuelto un problema de comunicación.
Lo es, por tanto, de parte nuestra un problema de nuestra cultura, y del trasfondo cultural y vivencial de los personajes y relato de los hechos, las costumbres, las necesidades, sus cosmovisiones y un sinfín de aspectos diferentes que se escapan al lector o lectora. Es algo más que un asunto de géneros literarios, algo diferente a la dictadura de una teología oficial
En el estudio de la Biblia existe ese algo más que el conocimiento teórico y disciplinar.
Busquémoslo.
Yo soy muy respetuosa con quienes viven la fe como creen conveniente: quienes la viven sin cuestionarse nada de lo conocido, quienes se lo cuestionan todo y quienes están en búsqueda a partir de nuevos conocimientos.
Pero cuando entramos en debate de ideas, y no de juzgar a nadie, los lamentos y las generalizaciones se salen del debate propiamente dicho. En los debates hay que argumentar y fundamentar lo que se afirma.
Román, si eres tú el autor del post y propones a debate una comprensión sana del NT, me parecen temerarias muchas de tus afirmaciones, aunque sólo resalto la siguiente: “Los nuevos comentaristas bíblicos necesitan imperiosamente contradecir a los testigos hasta el punto de que se acepte que fue una patraña urdida por sus seguidores.” Deberías decir a quiénes te refieres y si son todos los comentaristas bíblicos. Por ejemplo ¿estás pensando en Juan Mateos? Y lo mismo te digo sobre otras generalizaciones que haces en tu último comentario. Cuando se propone un post, hay que mantener el tipo sin cerrar en falso el debate.
Lástima que demos valor simbólico a todo aquello que no encaja bien co nuestras formas de racionalizarlo.
Pero todavía resulta más penoso esa reducción del simbolismo como medio necesario para la expresión de una verdad sometida al “acontecimiento” (histórico, cmprobable)
El simbilismo se ha reducido ahora más allá de la “alegoría clásica”, la que suponía el hecho, pero le buscaba una significación salvífica.
La nueva alegoría, se asienta en la subjetividad del hagiógrafo, en la ausencia de veracidad histórica y comprometiendo la fiabilidad del texto, la confianza del testigo.
Esta consideración “piadosa” del tiene el valor de la ficción, más o menos aceptable, por su valor literario.
Dando cierto valor histórico a San Marcos, reduciendo todo el Evangelio,, ¿Qué digo yo?. Haciendo de todo el Nuevo Testamento una historia novelada sobre Jesús.
Nos enfrentamos toavía al hecho crucial de averigüar quén fue verdaderamente Jesús y si realmente resucitó.
Los nuevos comentaristas bíblicos necesitan imperiosamente contradecir a los testigos hasta el punto de que se acepte que fue una patraña urdida por sus seguidores. Edeulcoran las cosas diciendo que ellos “en su más íntimo interior se lo creían porque lo necesitaban creer.”
Porque sin la Resurrección, la fe cristiana no se sostiene y queda presa del humanismo (ahora lo llaman secularización)
Pero la enorme abundancia de los textos y la coincidencia de que no fue simplemente de oídas sino apariciones reales y una convivencia de cuarenta días, hasta el mismo Marcos, no se puede rechazar sin más, so pena de que estemos siendo prisioneros de nuestras propias concepciones teológicas.
¿Es lo mismo confusión, o coherencia?
roman
POR SUPUESTO que podemos dudar de todo….Sin embargo, la vida se convierte en un enorme caos cuando cedemos antes un escepticismo total…pues la certeza humana ABSOLUTA no existe en nada….
PERO EN el caso de la historia, tenemos que fiarnos de cual es la base….La aproximación a la verdad es tanto mas cerca, cuanto mejor es la base de los hechos….
En el caso del cristianismo, Jesus fue un personaje real, no mitológico, vivió en una época de elevado conocimiento general, y en un cruce de diversas culturas….Sus hechos fueron públicos…pues fue una persona del pueblo…Sus milagros fueron comentados por todos…Los judíos no los negaron, sino que los atribuían a una acción preternalmente diabólica….Su catequesis fue oral…y escuchada por miles de personas que asistían a sus sermones…incluyendo el llano y la montaña…Su pasión, muerte y sepultura tambien fueron presenciadas por el pueblo…Las mujeres que le acompañaban se fijaron bien el lugar de su sepultura…
Por otro lado, todos los que estuvieron mas cerca de Jesus, sus amigos íntimos, continuaron predicando su vida y milagros, sin renunciar a esta tarea, hasta el final de sus días…Todos estos prefieron morir antes que decir que el cristianismo era una “farsa” o invención….El kerygma primitivo o fe de la primitiva comunidad fue predicado oralmente…y usando el método rabínico como era entonces costumbre entre los eruditos de la ley judía, esta tradición oral….de los distintos hechos y dichos de Jesus fue memorizada…primero por los Apóstoles que recordaban perfectamente la vida de Jesus…y despues la catequesis oral fue puesta por escrito..no de una manera biográficamente ordenada..como las biografías modernas…sino expuesta en su esencia…expresando este kerygma primitivo….la esencia de la fe, empezando por la identificación de lo que era el verdadero Mesías, el Hijo de Dios, la Palabra encarnada, el Dios invisible que se hizo visible entre nosotros…asumiendo nuestra propia humanidad…sin dejar de ser Dios….Este fue el principal mensaje del evangelio….que es uno…pero promulgado en diferentes versiones…por los 4 evangelistas….y las cartas apostólicas que pertenecían pues al canon autentico del Nuevo Testamento…
FUE pues la FE de la Iglesia primitiva, avalada por el “consenso” general de la comunidad, que fue testigo del drama de Jesus, la que dio lugar a la expansión del la verdad del cristianismo….Todo esta contenido en esta fe primitiva….Nada pudo haber sido desarrollado posteriormente que no estuviera avalado por esta segura canonicidad…La fe de la Iglesia primitiva se basó en hechos comprobados…su fe fue vivida por los testigos….No era un solo TESTIGO…sino una comunidad entera de discipulos de Cristo los que vivieron en el siglo I y hasta bien entrado el siglo II que proclamaban a diario el kerygma de la Pasion y de la Resurreccion del Señor….aun a las puertas de la sinagoga
Por tanto, la mayor probabilidad de veracidad es favorable y reside en esta fe de la comunidad primitiva cristiana que consintió en la veracidad de los “textos”…Estos no hubieran tenido ninguna valor si no hubiera habido una fuente fidedigna que los sostuviera…como fueron los TESTIGOS….Estos testigos los comisionó Cristo mismo….al decirles a sus discipulos que su testimonio llegaría hasta” los confines del mundo”….Por lo tanto, el discernimiento pertenece desde “el principio” a la Iglesia primitiva…Ella determinó la interpretación verdadera de la identidad de Jesus, como Hijo de Dios, enviado del Padre…tal como el mismo Cristo quiso que ellos lo entendieran…Por eso, no hay otra religión que posea tanta “credibilidad” como la cristiana….Ella posee toda una comunidad que estuvo de acuerdo en la verdad de Cristo, como el Mesías…Y esta misma religion católica ha mantenido “la sustancia” y “la esencia” de la verdad hasta el siglo XXI…
Por eso, es el mismo Jesus el que supo de nuestra fragilidad mental,y nuestra propensión a LA DUDA…y por eso Juan el Apostol con sus discipulos en Efeso recordaron despues la promesa de Cristo dirigida a sus discipulos antes de su muerte en la cruz, para reafirmarlos en la verdad y entonces escribieron sobre Jesus: “YO OS DIGO LA VERDAD: OS CONVIENE QUE YO ME VAYA. Porque si no me fuere, el Paráclito no vendrá a vosotros; pero SI ME VOY, OS LO ENVIARÉ…..(y) cuando venga el Espíritu (Paráclito) de la VERDAD, os CONDUCIRÁ A LA VERDAD COMPLETA: porque (EL) no hablará por cuenta propia, sino que dirá todo lo que oye, y os ENSEÑARÁ LAS COSAS VENIDERAS. El me glorificará y hablará de mi, porque recibirá de mi. Todo lo que tiene el PADRE es mío: por eso he dicho que recibe de mi y hablará de mi” (Juan 16, 7-15) (Las mayúsculas y los paréntesis son míos)
Y ESTA PROMESA se cumplió el Día de Pentecostés cuando los Apóstoles “vieron aparecer lenguas como de fuego, que repartiéndose, se posaban sobre cada uno de ellos. Y se llenaron del Espíritu Santo” …(Hechos 2,3-4)
En el caso de la autenticidad de la tradicion oral y escrita de la Iglesia, la historia de su trayectoria le favorece….Todavía, clar0 está, se puede dudar…..pero esta duda sería mas bien negativa….
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Efectivamente, querido Juanel, la dogmática es lo más inútil que ha hecho la Iglesia. Las cosas no se creen porque una persona o un grupo de personas en un momento determinado de la historia las vieran con tanta claridad como decir “o esto o el caos”. Hay casos tan ridículos como la infalibilidad del Papa ¡¡!!, la virginidad de María, la Asunción, y no sé cuáles más porque nunca me han interesado.
Pienso que hay que leer los textos neotestamentarios, no tanto con actitud crítica, ya que habría que saber en base a qué, sino con conocimiento de cuándo, quién y porqué se escribió eso.
Por ejemplo, del evangelio que hoy nos propone la liturgia oficial, se puede sacar la moralina de que el mundo se va a acabar y que el Señor, cual ladrón, nos va a sorprender in fraganti, ¡qué miedo!. O se puede conocer que se escribió con el vivo recuerdo de la guerra judía con Roma y lo cientos de miles de judíos que murieron (Flavio Josefo habla de más de un millón de judíos), y que de lo que se habla no es del fin del mundo (estos cristianos estaban obsesionados con la segunda venida de Jesús), sino del fin de una era y el comienzo de otra, la de Jesús en la religión judía con un mensaje tan humanizador y con valores totalmente novedosos. La perspectiva de esta segunda lectura es más vibrante y estimulante que la primera, ¿o no?
Román al leer tu último comentario he tenido la impresión de ver un collage de ideas, unas incompatibles y otras perfecta y necesariamente compatibles, un collage en el que se encuentran much@s cristian@s que quieren salir de un paradigma y no acaban de vislumbrar el nuevo. Escuché hace poco la metáfora muy acertada de ese momento en que se va la noche y comienza el amanecer de un nuevo día que no sabemos lo que nos va a deparar. Esta situación se puede tomar como un golpe bajo ante tanta incertidumbre de lo desconocido, o como algo excitante ante la expectativa qué nos va a deparar lo desconocido, siendo, además, nosotr@s l@s sujetos activos. Yo prefiero esta última opción, viviéndolo con fluidez natural, sin angustias ni miedos, sino como un reto que me mantiene viva mientras busco, con pocas certezas y mucha curiosidad.
El cristianismo hasta ahora ha ofrecido muchas seguridades: si crees en Dios, él te salvará; si obedeces a Dios, vas por el buen camino; si pides perdón Dios te perdona; si vas a misa, has cumplido con un mandamiento; si obedeces…., eres bueno; si eres bueno, Dios te querrá, etc. etc. El poner toda la confianza en Dios, suena a muy cristiano (y se nos ha repetido insistentemente con las consiguientes frustraciones), pero es lo más inhumano, ya que nos despersonaliza por completo en esa total dependencia de Dios.
Ante este dilema hay quien le da pereza, y llegan a la conclusión de que es mejor dejar algo que es muy lioso y complicado, además de inútil e innecesario. Y, por otro lado, hay quien no nos rendimos y seguimos buscando aquello que nuestra razón nos pide, sin descartar el sentido trascendente de la existencia y lo mistérico de la propia existencia, pero con los pies firmes en el suelo que pisamos. Buscar unas referencias que nos conduzcan por caminos de realización personal, de seres sociales solidarios en busca del bien común, de ir satisfaciendo las inquietudes espirituales de cada cual, y que las religiones ofrecen algunas pistas, sin excluir otras referencias no religiosas, es una opción más entre otras que los seres humanos pueden tomar en la vida.
Nos ahogamos en conceptos como Dios, Dios-Jesús, Iglesia, trascendencia, humanismo, pecado, ética, doctrina, resucitado, intelectualidad, obediencia al resucitado, muerte espiritual, muerte de Jesús por nuestros pecados, purificación de los pecados, vida para Dios, entrega de su hijo por Dios, mesianismo…, vaya cóctel. Pues eso, como para asfixiarnos de angustia. Creo que la VIDA es algo más gratificante que estos líos conceptuales.
Me gusta tu ingenio Oscar para elaborar frases abiertas que sugieren con leves pinceladas mundos diversos. Pero terminas con una pregunta ¿dónde ubicar el acento? ¿se trata de acentos colocados con más o menos orden en una jerarquía, verdad? Es posible que mi comentario anterior sugiera que soy yo mismo la medida, que mi conciencia, sentimiento y razón es el criterio para ordenarlos. Es verdad, esto es lo fundamental y por tanto no busco autoridad que me obligue. Voy por libre. Sin embargo, al buscar lo que era lo mejor para el ser humano tanto individual como colectivamente comprobé que lo que yo con esfuerzo había elaborado, Jesús de Nazaret iba en la misma dirección pero a gran distancia y me vi superado por todos lados. Lo que yo suponía era insuficiente. Jesús hablaba y actuaba siempre en plenitud humana. Por ello el acento principal de mi vida se ha desplazado desde mí mismo a Jesús.
No leo los textos del NT como si fuesen Palabra de Dios, quiero decir, con la autoridad de Jesús, sino con actitud crítica siempre filtrando lo que es coherente y consecuente con la plenitud humana. Al leer las citas de Pablo que Ana expone, es evidente que no van en la dirección de la plenitud humana, discriminan claramente a la mujer, y en esto Pablo se separa de ella y por tanto se equivoca por contemporizar sin cuidado. Pero no todo lo de Pablo es rechazable ni mucho menos. Tiene escenarios yo diría que del más alto nivel de plenitud del NT en casi todas sus Cartas. Pablo no es Jesús, pero tampoco lo son Lucas, Marcos, Mateo o Juan. Pero lo que se cuece en todo el NT, su trasfondo en mi opinión, es la plenitud humana de Jesús que desborda a sus autores. Y desborda también a la Iglesia desde el principio y no digamos a lo largo de su historia y hasta ahora.
Ana el problema de la dogmática yo lo veo así: Lo primero es que me sobra su autoridad e imposición. Lo segundo es que me propone un guión sobre lo que la Iglesia dice acerca de Jesús en fórmulas caducas y obsoletas, pero que contienen lo que se quiere decir sobre él. Lo tercero es que me sirven para ajustar lo que yo veo razonable y coherente con lo que la Iglesia dice y si no puedo completarlo pues lo dejo pendiente y quizás más adelante encuentre en modo para hacerlo. Y por último la dogmática me sirve como guía para profundizar en lo que puedo decir sobre Jesús, aunque sé que poco es lo que tiene que ver con su seguimiento y entiendo que a ti y a otros muchos no les sirva para nada sino para todo lo contrario, complicando las cosas y empantanando el mensaje simple de plenitud humana en Jesús.
¿por dónde empezar a reformar la Iglesia ( el conjunto de quienes somos) ?
¿Por lo recibido de Dios, que nos define en lo que somos?
¿Por lo que nos falta, que estamos anhelando, porque hay una desconexión entre lo que Dios promete u ofrece (En Jesús) y vemos que no lo tenemos, o que ignoramos que ya lo tenemos?
Lo segundo sí es construir en el vacío, para llenar nuestras inseguridades.
Podemos ser humanistas, cultivando una fe secular (un espíritu en la búsqueda de lo divino,o aquello que nos trascienda)., pero nos estaremos moviendo en el plano de las creencias, que fueron la creadora de las religiones y las confesiones de fe subsiguientes.
Este nuevo catolicismo será un cristianismo humanista, muy intelectualizado, que potencie todas las fuerzas éticas del individuo en nombre de una doctrina.(La muy sublime del Jesús histórico).
O podemos aceptar la fe del Resucitado, que se traduce en a) obediencia a su Palabra, b) entrega amorosa a su Persona.
Se realiza en lo más secreto de nuestro corazón, en un lugar discreto, sin la presencia de las demás personas, y allí en lo secreto Él nos habla.
El resultado es vivir una vida igualmente resucitada por la fuerza del Espíritu Santo. Esta fe no niega que Jesús fuera enteramente humano, pero que nos hace también divinos.
Para un cristianismo secular se necesita el concurso de la mente y un esfuerzo personal siempre en búsqueda (por lo que se hace tan atractivo)
Lo segundo pasa por una muerte espiritual, pues Jesús nos asocia a Él en la cruz, para la purificación de todos nuestros pecados, y nos da nueva vida para Dios, su Padre.
Estamos ahora en la esencia de la fe cristiana, Renunciar a ello significa no entender para qué Dios nos hizo entrega de su Hijo.
NOTA: “Su Palabra”, significa todo lo que sabemos atribuido a la enseñanza de Jesús, y también a sus actos, los signos y señales mesiánicos, incluido el profundo sentido de la muerte de cruz.
roman
Hoy, como en aquellos tiempos de Jesús, la autoridad viene avalada por la fidelidad de la vida a aquello que se afirma. Aún si todos podamos constantemente mejorar en ese intento. Todos somos vulnerables a la tendencia (que algunos atribuirían a alguna forma de excesivo narcisismo) de declararnos dueños de nuestras existencias como si no tuviésemos la responsabilidad necesaria del intercambio (so pena de entropía) con la totalidad en la que existimos, enriquecernos de ella y enriquecerla.
En cualquier área de la vida humana la “pureza” (en cuanto a no ser mixtura o ser solamente aquello que se crea que se es) es un mal sueño. En lo ético o moral algunos opinan que esa ambición emerja de la culpabilidad aprendida, la cual provenga de la experiencia del miedo (de raíz neurológica) y encontrar su compensación esperando demasiado de sí o al menos esperando (no con gran realismo) más de lo que se sea realmente capaz de dar. De ahí la conveniencia de consenso o de auditoría de los caminantes en el mismo u otro campo.
A menudo me impresiona que en los textos evangélicos la clave principal para valuar a Jesús sea su e Justicia y ésta como savoir faire, Es algo que repetidamente reluce en el contexto de sus respuestas, actitudes, decisiones tomadas, que pertinentes de un modo u otro permiten a quien le observa percibir continuidad o consistencia en su pensar, sentir y obrar.
Sus enemigos lo experimentaron y eso les condujo a asesinarlo. Sus amigos no. Se equivocaron y hasta el último momento esperaron lo que quisieron esperar de él y al final parece que rectificaran un poco aunque solamente un poco, porque parece que esperaran que su “regreso” literalmente ocurriese a corto plazo… En fin, resulta que los únicos que acertaran fueran sus enemigos.
No sé cómo negar que los textos neo testamentarios hayan sufrido lo suyo y que lo sigan sufriendo, desde solo ser comentarios orales del asesinato, pasando por el proceso demorado y de ser puestos por escrito con mayor o menor fidelidad a los hechos y de modo bastante pragmático y no han dejado de sufrir desde entonces las interpretaciones y malinterpretaciones conocidas.
Desde el principio (en esto no se puede inculpar a mujeres) incluyendo a Pablo, auto declarado apóstol aunque su actuación hasta el momento le restaba toda credibilidad, los “Santísimos Padres” sintieron una mayor necesidad de opinar e interpretar con autoridad propia a Jesús, sus intenciones, dichos y hechos, que de recuperar (cuando aún era posible hacerlo sin demasiado añadidos) la Ipsissima Verba del que consideraban Maestro. En aquella época debió haber muchos más manuscritos y bastante conservados si algunos pedacitos han sobrevivido. Pero esto no fue problema ni para Jesús que solamente parece haber escrito en la arena de la cual el viento se hace pronto cargo,
Jesús ha sido crucificado miles de veces en las interpretaciones viciadas y viciosas de lo que hizo y se le atribuye haber dicho. Lo sigue siendo ahora, por ejemplo, cuando Francisco se adhiere a interpretaciones o doctrinas a las que no esté obligado a adherirse.
Basten unos pocos casos. La imposibilidad perenne de la ordenación de mujeres no fue expresada por Jesús y, fuera el relato de la samaritana del pozo alegórico o no, la mujer fue propuesta en ese texto joánico como modelo de apóstol. La indisolubilidad del vínculo matrimonial Jesús no pude referirse a otra cosa que al poder exclusivo que tenía en su tiempo el marido para cambiar de mujer si le parecía. Las disputas de Pedro y Pablo, las de Pablo y los judaizantes y las luchas intestinas que Hechos de los Apóstoles calla de un plumazo como ocurre con la pubertad y la adolescencia de Jesús en el evangelio nombrados Lucas, ya existían, según los textos conocidos en los tiempos anteriores al asesinato en la cruz (los hijos de Zebedeo, su madre, y las ambiciones políticas).
Cada quien tiene su nivel de creencia y su modo de creer y a esa diversidad no son ajenos los textos evangélicos que conocemos y por lo tanto tampoco lo fue Jesús ni que le molestara tantísimo. Parece que este lidiar con nuestras pequeñeces y peculiaridades consumiera la energía de Jesús pero que respondiese a ello no dictando dogmas o rechazando, sino invitando a acercarse a él y, llegado al agotamiento propio, buscando la quietud y el silencio, el espacio de intimar con lo amplio, lo inmenso.
En mi caso, para ser responsable en lo que digo, no deseo diseñar mi esperanza a capricho. Ésta la he recibido y solamente puedo discernirla, tratar de vivir consistentemente con ella. No veo la necesidad de referirla a ninguna dogmática. Ser ignorante en materia filosófica me permite la estupidez si no me percato de ella si bien sienta la necesidad de prestarle la necesaria vigilancia por mi propio bien y el de los demás y la poca sabiduría que tenga me aconseja más bien aceptar esas limitaciones pero abrirme a lo que sinceramente reconozco más importante de Jesús, aquella compasión gratuita a través de la cual parece que mirase al mundo. Y eso trato al máximo que pueda de hacerlo sinceramente y tratando de aprender, de estar abierto. Encuentro, paradójicamente, una paz grande y una alegría cierta, en la “angustiosa” anticipación de la libertad mientras la busco y me sobre valúe inadvertidamente.
Buscar la libertad es en cierto modo tenerla y ayuda a disipar los miedos excepto el del enamorado que solamente teme perder a quien ame. Quizás suene ridículo o demasiado cursi pero después de todo se trata de mí y de lo que siento y en ello no pudiera, complacer a todo el mundo. La diversidad es buena y puede ser espacio de Justicia al estilo de la que me parece que animara a Jesús al dar aquel “paso” que le condujo de la mar al madero. La animosidad en la conversación o la excesiva e indelicada adustez no las compagino con él.
Perdón, ha habido un error de envío anterior.
Román, cuando escribes “¿Vamos hacia un cristianismo netamente cultural, construido con el pensamiento humano, donde la trascendencia quede en un segundo lugar, sólo para la opción individual?” me da la sospecha de un cierto miedo al vacío o a tirar al niño junto al agua sucia. Y, por esos miedos, el Magisterio ha seguido la cuerda, de ¡cuidado, que con tanto conocimiento, podemos perder la fe!; esto me recuerda cuando, después del Concilio que hubo tantas secularizaciones de curas, que mucha gente decía que había perdido la fe porque el cura se había casado. Estamos hablando de dos campos diferentes, si bien el conocimiento, en este caso, fundamente y solidifique una fe más fundante de la existencia. En cambio a la inversa, es un absurdo, una fe sin conocimientos, sin razón y sin lógica, (no me estoy refiriendo a cuestiones concretas de fe, sino a la fe en sí misma, a la necesidad de buscar sentido a la vida, etc.), supondría la aniquilación del ser racional. La fe siempre presupone razones que la sustenten, y aquí ya entraríamos en otro terreno más complejo.
El conocimiento de todo aquello que promueve la fe, no es incompatible con la fe, aunque es cierto que el conocimiento es objetivable y la fe se mueve más en la subjetividad, en la necesidad que cada cual vea que el sentido de la trascendencia o el que Jesús sea Dios, le aporte algo imprescindible a su ser y estar en la vida.
¿Vamos hacia un cristianismo netamente cultural, construido con el pensamiento humano, donde la trascendencia quede en un segundo lugar, sólo para la opción individual?
Juanel ha introducido lo que ilumina muy bien sobre las cuestiones que estamos tratando desde la individualidad y el hilo parece confirmar que deberíamos tratarlo sólo o principalmente en el aspecto personal, con criterios personales ( que no subjetivos)
Ana, insiste de forma bien argumentada que la Biblia vista en su totalidad,en su conjunto no puede ser la Palabra de Dios y suele reforzar sus argumentaciones en algunas ocasiones con citas muy bien traídas que reflejan la desviación moral o la insuficiencia de ética social de quienes se suponen revisten la autoridad de Jesús.
Y sobre estos puntos concretos tendremos en alguna ocasión ponernos a estudiar a fondo.
No resulta muy eficaz que frente a ese tipo de argumentación empleemos, otras series de lugares bíblicos que manifiestan la verdad de Dios en lo revelado.
Tampoco sería muy aconsejable mientras persistan las dificultades de fondo. ¿Vamos hacia un cristianismo netamente cultural, construido con el pensamiento humano, donde la trascendencia quede en un segundo lugar, sólo para la opción individual?
Cuando decimos que Jesús es enteramente humano y en su defensa de su persona y de su doctrina,¿Negamos cualquier dato explicativo de su condición ( o filiación) divina?
Es mucho lo que tenemos en juego, y ruego me perdonéis si no doy por terminado aún este comentario y añado otra pespectiva.
Hasta hoy los católicos hemos estado inmersos en un crudo invierno, fruto de la restauracion. El pueblo católico se ha mantenido huérfano, pues los pastores se han constituido en una clase privilegiada (con todos los poderes tradicionales) viviendo sobre el dominio de las conciencia, dueños de la moral y del culto a Dios. Los movimientos laicales de renovación de los años sesenta sucumbieron ante el clericalismo, otros más conservadores se mantuvieron o nacieron con el nuevo cuño.
Los marginados, que no abandonaron, se refugiaron en la intimidad de sus conciencias y en una búsqueda individual, algunos grupos resistieron, pero eran los menos, y ya no tenían audiencia
Surgieron muchas individualidades, gente con estudios y muy bien preparada, que al margen de la oficialidad construyeron sus propios pensamientos y se afianzaron en ellos.
Es la hora de volver a la fe común y al testimonio, porque la pluralidad de una Iglesia nuevamente reformada no puede renunciar a su esencialidad sin esfumarse.
¿Alguien puede afirmar que los siguientes textos son palabra Dios? ¿Alguien puede decir que tienen autoridad moral sólo por son de Pablo, de Pedro o de algún intruso aunque estén en el NT? ¿O somos tontos y tontas cuando estas lecturas se hacen desde el atril del templo y, al final, se dice “palabra de Dios”? Por favor!!!, En su tiempo tienen un contexto social, hoy son de juzgado de guardia. A ver si espabilamos un poco
1 Corintios 14: 34 y 35 Vuestras mujeres callen en las asambleas; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.
Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
1 Timoteo 2: 11-15 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
1 Pedro 3: 1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos;
1 Corintios 11: 8, 9 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
Este debate se inició con la frase de Román refiriéndose a la Biblia, “lo primero que descubrimos es la autoridad y autoría divina que le reconoce Jesús”, y me gustaría en qué te basas para hacer esta afirmación. A lo que yo quise puntualizar que una cosa es la Biblia, otra el NT y otra los evangelios. Después apareció el discernimiento entre autoridad, autoría y autenticidad. Tanto en el primer caso como en el segundo, es muy importante no mezclar conceptos porque realmente son cosas diferentes.
Yo cuestioné la autoría, mejor dicho, negué, el que ninguno de esos libros tuviese como autoría a Dios mismo.
Sobre la autoridad de lo escrito pienso que va en relación a la autoridad moral común que tenga lo que se dice y de quién lo diga. Hasta aquí, pienso que son afirmaciones de lógica elemental.
Sobre la autenticidad es otra cuestión, dependiendo si tomamos un libro o si tomamos una frase. Y es aquí donde entran, por un lado los y las especialistas en investigación de los diversos aspectos que influyen para comprender mejor lo que se dice. Y, por otro lado está el mensaje, que puede ser más asequible y comprensible ya que son mensajes de vida y de praxis. Además de que, como el mensaje es interpretación personal (aunque lo avale un colectivo humano), parte de la subjetividad de cada cual, no es nada perenne, y cada momento, tanto a nivel individual como social, tiene sus propias necesidades de sacar una conclusión u otra.
Por todo esto es tan importante mantener los textos intactos, dejar que nazca la teología de todos los sectores que conforman la Iglesia y no dar nada por cerrado in eternum con dogmas.
Y, estoy de acuerdo contigo, Juanel, cuando leemos el evangelio no hace falta ser un erudit@ en materias bíblicas, y la gente de buena fe siempre saca buenas conclusiones, pero no estaría mal que nos preocupase un poco más la formación, y especialmente a quienes desde el “púlpito” o la “cátedra” del magisterio oficial, y que fuesen más responsables en su formación (me refiero a los curas y a los obispos). Cuando un argumento se fundamenta, se entiende más y mejor.
Hacen falta odres nuevos y vino nuevo, porque muchas cuestiones de la Tradición dogmatizada está rancia, imbebible y nada convincente para la sociedad actual. No podemos seguir con las moralinas facilonas y simplonas, la gente no es tonta, tiene bastantes conocimientos y, cuando escucha a un cura decir lo que dice, se le bloquean los oídos y la mente porque es intragable. Y, después, hay quien se queja de que la gente abandona la iglesia por culpa de la laicidad, podrían investigar un poco más mirándose hacia adentro.
Es curioso ver el eco social que tiene lo que dice el Papa. ¿Será porque se le entiende lo que dice?
Hola!
En línea con la postura de juanel diría que:
* Interpretamos como vivimos
* lo que nos pasa y lo que hacemos delata nuestro modo de mirar, de entender
* llegan las cosas varias hasta los pies de nuestro corazón
* que es la víscera cordial el órgano de preferir, de seleccionar:
* esto sí; esto no; aquello lo veo después; estotro tengo que preguntar
* andamos por la vida con un canasto lleno de acentos cordiales
* que vamos poniendo sobre las cosas que la vida misma nos arrima para que las prefiramos
* nuestro entorno social nos da el marco y sus bocetos culturales
* ¿dónde ubicar el acento de nuestra vida en la Peli de la Historia?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Os voy siguiendo desde el principio de este hilo sobre autoridad, autoría, y autenticidad, del NT, y aprendiendo de los que están mucho más informados que yo. Pero entiendo poco el asunto de fondo o de qué se trata, puesto que mi modo de hacer es ir por libre tomando un poco de aquí y de allá transformando lo que leo y estudio a mi forma de entender las cosas. Quizás porque no me considero seguidor de un maestro o escuela o grupo teológico, a veces mis opiniones resultan un tanto diferentes. Y es que no le veo la importancia a todo esto, puesto que por lo común prescindo de la autoridad, la autoría y hasta la autenticidad de lo que leo si lo que se dice en el texto me resulta aprovechable si lo retoco un poco. Tengo en cuenta aquello de que “el hombre no está hecho para la Ley (el texto) sino la Ley (el texto) para el hombre”. Por ello tomo de un texto lo que me sirve y lo que no lo dejo estar, no porque sea falso o erróneo sino porque por ahora no me sirve.
En mi opinión los que buscan con esfuerzo la autoría de las frases atribuídas a Jesús en el NT, si son auténticas o no y su interpretación ajustada al contexto en la que fueron escritas, pues me parece una labor de especialistas loable. Sin embargo, a mí me parece que no va más allá del esfuerzo por conocer que es lo propio de Sócrates en los Diálogos platónicos. El problema con Jesús al buscar las frases del NT que sean auténticas de él, aparte de concretar su figura histórica completamente necesario, también pretenden reclamar su autoridad, lo cual me pone sobreaviso o en la sospecha de que se me quiere imponer algo o se va buscando seguridades personales. (Me gusta que sobre Jesús no exista el modo de llegar a conclusiones definitivas, sino que sigan permanentemente abiertas, lo cual posibilita mi libertad)
Al leer el NT ¿qué actitud habría que tomar? ¿normativa, que me obliga y se me impone sobre mi conciencia, corazón, razón….. o más bien como guía que mueve mi corazón y me dirige hacia lo que me resulte asumible o razonable, en la dirección del Reino por el que he apostado mi vida?
Román, ya he dicho que yo no tengo estudios oficiales específicos en cuestiones bíblicas, en cambio sí puedo presumir de haber conocido personalmente a grandes teólogos y teólogas, y a extraordinarios exegetas He asistido durante más de 30 años al congreso de Teología Juan XXIII y he compartido mesa con bastantes intervinientes en los mismos. Desde hace años vivo en Granada y disfruto de la amistad de Pepe Castillo, cuyo libro La Alternativa Cristiana en su 7ª edición de 1983 me abrió un nuevo horizonte y supuso mi “re-conversión” a explorar nuevos caminos. Conocí a Ellacuría, por supuesto, a Jon Sobrino, a Fernando y Ernesto Cardenal, a Hans Küng, Dussel, Boff, Pagola, a mi gran amigo y maestro JJ Tamayo, a J.M. Vigil, a Jaume Patuel, Juan Luis Herrero, Juan Masiá, Arregui, a Ximo García Roca, etc. etc. etc. Cada dos años se vienen celebrando la Semana andaluza de Teología con participantes como los cinco últimos que he mencionado. También he conocido a muchas teólogas de Méjico, del Congo, de la India o del Perú, Pilar Aquino, Margarita Pintos, Mary Hunt, (no os quiero aburrir), etc. etc., todas ellas intervinientes en los Congresos de Teología; quiero hacer mención especial a Mariola López cuya conferencia “Lo que Jesús aprendió de las mujeres” dejó boquiabiertos a l@s asistentes al Congreso.
A Juan Mateos le conocí también hace más de 30 años, conviví con él una o dos semanas, según qué año, del mes de julio junto a las comunidades de Murcia. Su inmensa personalidad, su calidad y su calidez, su fe y su sabiduría en cuestiones exegéticas, son difíciles de olvidar y te marcan en tu vida. Te preguntas de dónde sacaría tanta sabiduría, pues como diría el chiste, de lo mucho y mucho que estudió.
Todo este pasado me ha llevado a leer mucho sobre teología, pero la teología viva y en movimiento, que no es un armatoste con el que no se sabe qué hacer. Ya he hablado que uno de mis favoritos últimamente, por su rigor y seriedad, es J.D. Crossan, además de su colega Marcus J. Borg.
Y es de aquí de donde he ido libando su sabiduría y he adquirido una cierta culturilla que ha ido desarrollando mis convicciones personales, fundamentadas en bases sólidas, y sin miedo a que caigan todos los mitos y creencias que deban de caer.
Ana,
tramposilla…
esperabas para apoyarte luego en Juan Mateos, quien fuera el gran innovador de la exégesis bíblica en España. Él, que fue la columna y fundamento, el gran alentador de nuestra teología progresista, maestro obligados de quienes ahora nos escriben y nos enseñan, una aportación firme para las premisas de la teología de la liberación, admirado en América, de uso obligado sus versiones bíblicas para quienes se consideran progres…(con derecho)
En su defensa de un Jesús enteramente humano se hizo insobornable y no claudicó ante las presiones y llevó su independencia de espíritu hasta el final reciente de su vida.
Yo le admiro, pero no soy un fiel seguidor intelectual. Además, le ofendería.
La interpretación bíblica viene de muy lejos. En los siglos II, más bien para su segunda mitad, y en el siglo III nacieron las primeras escuelas teológicas que reclamaban una mejor comprensión de los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Ya existía toda una generación de cristianos nacidos de hogares cristianos y sin nigún contacto personal o social con el judaísmo.
Y entonces ocurría lo mismo que ahora: somos víctimas y beneficiarios de nuestras propias tradiciones y de nuestro momento cultural.
La Escuela de Alejandría creó la interpretación alegórica. Clemente fué el primer gran intelectual cristiano de Occidente. Clemente y luego Orígenes buscaron desde su trasfondo cultural soluciones, y así nació la escuela o el método alegórico.
Te es legítimo apelar a la alegoría tal como lo haces:
Samaritana = Samaria
Pozo = que sacia la sed con la tradición
El encuentro = dos personas solas El Mesías visita Sama
Agua del pozo = Ley y tradición que no sacian
Agua verdadera = dada fuera de la Ley y de la tradición.
Puedes recurrir a la alegoría que la asumes como la envoltura del simbolismo.
¿Es para tí una respuesta cultural que tiene una explicación histórica?
Indudablemente nó. Pero es brillante y satisface ciertos planteamientos ideológicos.
Sin embargo, la riqueza intelectual de Juan Mateos está en la finura de sus matices, en la cuidada elección de los conceptos, como si estuviera impregnado de una cultura de trasfondo orientalista.¿De dónde lo habrá sacado?
roman
Le decía esta mañana a Román que un texto sin contexto, no decía nada. Y digo esto porque la frase en cuestión de la que estamos hablando tiene mucha miga. Sigo un poco la explicación que mi querido y siempre admirado Juan Mateos daba de esta frase.
La samaritana, no tenía nombre, significaba Samaria, la región idólatra, que pretende saciar la sed con la Tradición significada en el pozo, mito importante en el AT. Jesús se ve a solas con la samaritana Samaria), queriendo aproximarse a nivel humano, independientemente de que sea una nación rechazada por los judíos; el agua material del pozo es símbolo de la ley y la tradición, agua que no sacia el espíritu del ser humano, por eso él le ofrece agua viva, cuyo pozo está dentro de nosotr@s mism@s como fuente de desarrollo personal.
Todo el relato está lleno de símbolos capaces de trascender en el tiempo, al contrario de las anécdotas concretas de cualquier relato histórico. Por eso, querido Pepe, la frase de que el “espíritu lo va a desvelar todo”, hay que llevarla más allá de la literalidad de la misma.
Y no te enfades, hombre, por nuestra torpeza, es la condición humana. De cualquier forma, el mensaje de Jesús es una oferta, no una obligación.
Las frases acuñadas revierten el gran peligro de ser creadoras de muchos estereotipos.
Mencionamos muchas veces que el Cristianismo es la religión del Libro, junto con el Judaísmo y el Islam. Pero lo que en un principio se utilizó paraseñalar que teniendo un tronco común son las religiones proféticas monoteístas, ahora se interpreta como si la Biblia fuese el manual imprescindible de instrucciones para poder andar en torno a la profecía.
Con algo de mayor justicia, yo diría que el Cristianismo es la Religión del Espíritu Santo. Y me tengo que remitir al Libro:
Cuando venga el Espíritu de la verdad,
os guiará hasta la verdad completa;
pues no hablará por su cuenta
sino que hablará lo que oiga,
y os explicará lo que ha de venir.
Él me dará gloria
porque recibirá de lo mío
y os lo explicará a vosotros.
Todo lo que tiene el Padre es mío.
Por eso he dicho:
Recibirá de lo mío
y os lo explicará a vosotros. (Juan 16.12-15 (B. de Jerusalén)
Jesús manifestaba tener una plena conciencia de que estaba obrando las obras de Dios, y de que el Espíritu del Señor estaba sobre él, en un acto de legitimación de su persona y de obra que adquiría un sentido salvador, de rescate.
Lo que acontecería en breve iba a resultar demasiado dramático para que su rebañito lo comprendiese ( parece que algunas mujeres sí lo comprendieron, pero son conjeturas, por su actuación junto a la cruz)
El Espíritu demostró más tarde que Jesús fué elevado para morir, pero que aquello era su exaltación a la gloria, y desde entonces es quien mueve los corazones de los/las creyentes. Es el Espíritu del Resucitado, pues Jesús nos entregó su Espíritu, para que tuviéramos vida en él.
La fe es sólo una llave, una condición previa, pues la rendición del corazón y del entendimiento ante las evidencias de Dios. La Biblia sería así, como la cerradura, de una puerta que también se puede abrir con las manos. Es cuestión de Espíritu.
roman
Pepe Sala, justamente has puesto el dedo en la clave de la cuestión de la que estamos hablando. Interpretar las palabras que citas, u otras escritas en los evangelios, como si hubiesen sido palabras poco menos que grabadas con un casete, leerlas desde la literalidad histórica a la vez como dicho y como explicación.
Tienes razón, después de 2000 años no tenemos ni idea de lo que se dijo, de lo que se quiso decir, de para qué y para quiénes se dijeron todo eso que se le atribuye a Jesús de forma literal. Ha habido, queriéndolo o sin querer, mucha estafa en la interpretación de los evangelios. La suerte es que se han conservado los libros por lo que siempre tendremos la posibilidad de volver a ellos desde unos conocimientos que nos ayudan a entender mejor el mensaje, mensaje que, por otra parte y, a pesar de tantas desviaciones y tergiversaciones, sigue vivo y vigente.
Volviendo a la cita. Se sabe que el evangelio llamado de Juan, se escribió en el paso del siglo I al II, que el llamado discípulo amado era un símbolo, que, según J.A. Estrada, apoyado a su vez por otros especialistas, este autor no conoció personalmente a Jesús y, lo más importante, que su evangelio no fue tanto un relato de la vida histórica de Jesús, que él conocía perfectamente, integrándola en la teología que él elabora para unas comunidades que iban perdiendo el carácter carismático de la primeras comunidades, por lo que, este autor centra su teología fundamentalmente en el Espíritu de Jesús, el Cristo, como guía de lo que terminó siendo el cristianismo.
Y aquí entraríamos en qué entendía el autor por el Espíritu, pero no lo voy a hacer.
Yo te digo que, cuanto más leo y estudio, más conciencia tengo de mi ignorancia. También digo que una cosa es el conocimiento y otra es la implicación personal en aquello que sí es auténtico y que solemos llamar fe (otro concepto largo de afrontar).
PD. Pepe Sala, tengo curiosidad en saber porqué cuando pones el masculino y el femenino, éste lo escribes con mayúsculas (ej. Los/LAS). Simple curiosidad.
Es interesante que la conversación haya tomado un giro lingüístico y eso me ha provocado acotar lo siguiente, con todo respeto por los contendientes y sus argumentos.
Los textos plantean, a la mente moderna, los tres problemas—que son viejos como problemas o como preguntas—el de la autoridad que Jesús demostraba y se atribuyó según dichos textos, el de la autoría de las expresiones atribuida en los mismo, y el de la autenticidad de éstos—unos textos cuya integridad material ha sido tan flagelada y crucificada a lo largo de siglos aunque se mantenga su proveniencia de la más rigurosa versión griega utilizada por Jerónimo para su Vulgata, 382 años de avatares no es ninguna bagatela despreciable.
La crítica textual como cualquiera otra de las aproximaciones utilizadas a las narraciones evangélicas, no puede ser definitiva o incuestionable. Si no por otra cosa, porque la mente moderna ya no tolera (siquiera de parte de la ciencia experimental) una tal inerrancia (probabilidad de error).
Hubo en tiempos de Jesús personajes que (según los textos evangélicos) éste no les llama directamente a que le sigan (al Nataniel es Pedro quien le llama) y otros que son sus mensajeros menos idóneos pero les permite representarle (la samaritana de los cinco maridos encontrada en el pozo y que trajo a él a tanta gente al menos curiosa), y algunos a los que llama a que le sigan y les responsabiliza explícitamente pero quienes pierden su credibilidad porque resultan traidores. A Jesús, según los propios textos, nada de esa diversidad en la gente con la que se relaciona le detiene (Otros traidores diversos: Judas Iscariote, Pedro, los hijos de Zebedeo preocupados por el éxito personal tan ajeno a Jesús).
El mayor obstáculo que Jesús encontró es que los suyos no le recibieran hoy día manifestado en el pecado de la Iglesia, y no me refiero solamente a la jerarquía, y constituye el obstáculo mayor a una recepción universal (credibilidad) actual del mensaje. Sin la validación del testimonio el mensaje pierde autenticidad (porque pierde credibilidad al ser atribuido por alguien quien no lo toma en serio él o ella misma) consecuentemente queda cuestionada la autoridad del o de la mensajera del mismo para comunicarlo fielmente y por extensión de aquél a quien proponga como autor originario del mensaje. Por ello el mensaje mismo queda desautorizado aunque en su propio texto se reclame que el autor esté revestido de la autoridad máxima o que el mensajero sea legítimo.
Cualquier cosa que se afirme sobre la autoridad de Jesús remite, en última instancia, no a tanto delincuente que le haya servido de testigo al mismo tiempo que tanta mujer y hombre santo que también le hayan testificado con sus vidas en un sentido u otro; sino a unos textos cuya integridad material la mente moderna tiene más en cuenta que la mentalidad que medió su preservación a lo largo de los siglos, y por lo tanto creer o no en el valor de apostar por la propuesta ética de Jesús no puede ser forzada si lo que se pretende es convencer en grado incuestionable: ¡Un imposible hoy día para la mente educada!
Ana tiene todo el derecho a cuestionar estas como tres dimensiones (autenticidad, autoridad docente o legitimidad del mensajero y autoría) porque quienes se han tomado la prerrogativa de la infalibilidad no la han merecido y Jesús mismo no se las confirió explícitamente.
Él mismo conocía que sus futuros mensajeros (apóstoles) eran “vasos de barro” y eso no fue óbice, según los textos evangélicos disponibles, para que les confiriera un cierto liderazgo con respecto al resto de aquél primer grupo y de la masa de oyentes a la que le enviaba.
Tampoco parece haberle presentado dificultad que el mensaje una vez anunciado no fuese recibido (“sacudir el polvo de la sandalia” cuando envió en parejas de dos a que su grupo predicara) y hubo a quien él mismo no le presentó su mensaje y le dejó tranquilo, al margen (el joven rico vino a él y Jesús no le detuvo cuando se alejó triste y a Judas hasta parece que le impulsara a cometer su crimen).
No es signo de mayor proximidad o recepción de Jesús el ceñirse más o menos literalmente a los textos. Pablo experimentó la intromisión de los judaizantes y Pedro, hablando en materia de fe y de buenas costumbres tuvo que reconocer que no fuera infalible (valiéndose de un sueño sobre la pureza o impureza de los alimentos que era un tema que según los textos ya Jesús mismo había zanjado y no obstante Pedro opinaba en contrario a Jesús con respecto al mismo hasta el momento del sueño).
La propia división doctrinal existente es una evidencia de lo mismo. Los antiguos herejes ahora son llamados “hermanos separados” y los “pérfidos judíos” ahora viajan con el Papa a Tierra Santa y las sinagogas ahora son visitadas por los apóstoles y se les permite hablar en ellas a pesar de que la 19na maldición sigue vigente en la Amida.
¿Por qué y sobre todo para qué, hubiera que imponer la propia razón o la propia creencia como infalible o definitiva y cerrar una conversación, que favorable o desfavorable Pablo consideraba necesaria? ¿Cuál puede ser la dificultad de sufrir la propia incredulidad que en el caso de Tomás Jesús acogió, según las narraciones evangélicas, y reaccionó a ella ofreciendo la evidencia material pedida en lugar de condenarla?
¿Cómo se puede afirmar que en las disensiones o en la oposición de opiniones no vaya envuelto un cierto pecado de soberbia u orgullo cuando no es posible tolerar el derecho a cuestionar, al cual según los textos Jesús mismo nunca permaneció cerrado?
La fe moderna es una fe que como la fe antigua de Agustín sigue cuestionando a la inteligencia ¿para qué o por qué tuviera que ser hoy día diferente el proceso de creer del creyente o del no creyente si la fe de Jesucristo en su misión o en su identidad, según las narraciones, fuera ella misma “tentada” o sometida a prueba en el marco o portón narrativo a través del cual hace el evangelio Marcos entrar a Jesús en la escena pública de su tiempo?
No me puedo resistir:
“” Estamos en Juan, capítulo 4. Y en el versículo 25: Le dice la mujer “Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo desvelará todo.”””
¡¡ Joder !! pues ya va siendo hora de que te enteres ( os enteréis). Si han pasado más de dos mil años y seguís, erre que erre, con lo que quiso decir, o dejó de querer decir el famoso Jesucristo, seguro que no lo dejó claro en el tiempo que tanto os preocupa.
Por lo tanto, habrá que admitir que, o bien se explicó muy mal o sus discípulos tienen algún problema de entendimiento.
Sirva para todos_AS ( los-LAS) que siguen intentando entender un mensaje que, supuestamente, se explicó perfectamente hace dos mil años… Incluidos quienes se han pasado décadas ” explicando” a los demás el famoso mensaje.
Bueno pues…
Conozco el problema, Ana, y comparto esas dificultades que experimentas. Forma parte de los grandes momentos de la vida de una persona.
En la película sobre Miguel Ángel, “El tormento y el Éxtasis”, El pintor se había refugiado en una bodega, muy hastiado y contrariado por el trabajo que le había encargado el Papa. Tenía que revestir con colores, una capilla sin ningún valor arquitectónico, y con medios muy convencionales, siguiendo los motivos pictóricos que le estaban sugerido.
Un cliente, gritó con su jarra en la mano. “¡Mesonero, este vino está picado”. Se acerca al barril, coge una muestra y lo prueba. “Efectivamente, este vino está picado”. Y con una hachuela lo despedaza mientras lo borrachos se lanzan a beber de los chorros que salen.
Miguel Angel vuelve, y destroza todo lo que estaba hecho y manda a los trabajadores a sus casas. En Carrara, se siente inspirado y crea los bocetos de lo que luego serán los espléndidos murales de la Capilla Sixtina que conocemos hoy.
Cuando el papa le increpa: “Por qué has echo esto”. – “Su Santidad, el vino estaba picado”
Los creyentes, estamos tradicionalmente sometidos a tomar leche adulterada y por eso estamos en la imperiosa necesidad de una conversión continua de mente y de corazón.
El pueblo judío en tiempos de Jesús esperaba a un Mesías, el Cristo, que habría de venir. Para aquel entonces tenían muy configurado cómo sería ese Mesías y cuáles serían las señales tanto de su venida como de su autenticidad. Signos y señales que explicaban bien las enseñanzas de los maestros de la Ley y que habían calado muy hondamente en el imaginario popular.
Una de esas características es que sería un nuevo Moisés, será el intérprete autorizado de la Ley.
Por eso una mujer de Samaria, que habla con Jesús junto al pozo de Jacob algo sabía al respecto. Los samaritanos cultivaban un judaismo cismático, adorando a Yahvé en un monte de Samaria en lugar del Templo de Jerusalen y se guiaban en la Ley de Moisés, solo por el Pentateuco.
Por eso lo pregunta de la samaritana está llena de sentido:
Estamos en Juan, capítulo 4. Y en el versículo 25: Le dice la mujer “Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo desvelará todo.”
Uso para mis lecturas, la Biblia de Jerusalén, aunque para mis estudios suelo tener unas cinco o seis versiones distintas. Eso me ayuda a no aferrarme a un único texto. Creo que la Biblia se puede citar libremente, porque no es el texto – el soporte – lo importante.
roman
Román, debo aclarar que yo no soy ninguna especialista en exégesis, ni en teología ni en hermenéutica, únicamente soy una persona que intento racionalizar lo que hasta ahora se me ha presentado como objeto de fe en el sentido de “esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas”. Leo, estudio por mi cuenta y en mi grupo, busco, leo a autores que a mí me dan luz y crédito en sus investigaciones, porque he llegado a la conclusión que nos han tratado como a parvulitos, menores de edad, incapaces de acceder a esa especie de ciencias ocultas en que han convertido la teología y los dogmas envasado todo ello de palabra de dios para castrarnos nuestra inteligencia.
Y sobre tu pregunta, te digo que no la entiendo bien. Estos días hemos hablado de autoridad y de autoría, ahora utilizas un nuevo término, la autenticidad. Tendrías que formularme la pregunta de forma que yo entendiese a qué te refieres.
Y, finalmente, una cita dicha de memoria, es difícil y peligroso analizarla por eso de que un texto va siempre dentro de un contexto. Y, si esto es cierto casi siempre, en cuestiones bíblicas, es fundamental. De cualquier forma, no olvidemos que el Mesías era una esperanza meramente judía.
Ana,
¿qué te hace pensar en contra de que uno de los signos de la autenticidad de que sería el Autorizado intérprete de la Ley?
“Yo sé que vendrá el Mesías, aquel que llaman el Cristo, y él nos enseñará todas las cosas”. (cito de memoria, lo cual tengo muchas veces por costumbre)
román
Cuando Jesús decía “se os ha dicho, pero yo os digo”, o cuando quebrantaba la ley o cuando el sanedrín lo condenó a muerte, digo yo que sería porque no daba toda la autoridad ni la autoría a la Torá a pesar de que, como hombre de su tiempo y circunstancias, debería haberlo hecho. Y, como no lo hizo, lo asesinaron.
Rodrigo, Ana,
Perdonadme los dos y permitidme que intervenga.
Las preguntas de Ana encierra una verdadera preocupación por llegar a conocer el trasfondo del asunto. Existe en ella una verdadera inquietud no por los datos, sino por los esquemas que ya vienen dados en las diferentes corrientes del pensamiento teológico que por aquí en España venimos cultivando.
Dejemos, por favor, el asunto de las intencionalidades. Os lo ruego,porque no hay nada peor que mezclar el subjetivismo con las tesis.
Jeus era realmente quien creía ser, o estaba engañado o nos engañaba.
En el primer caso, tenemos entonces que seguir ahodando ¿Quién es ese con tanta autoridad?
En el segundo caso, podríamos suponer, tal como lo cita Rodrigo, que Jesús esba condicionado por su cultura. Se engañaba.
En el tercer caso, podemos suponer dos cosas:
– que logró engañar a muchos
– que fracasó, pero sus discípulos elaboraron un mito en torno a él para crear un tingladito.
como véis, son esquemas que tennemos que despejar.
Una vez os ruego que me perdonéis por interferir.
roman
Ana
Tú cuestionaste que Román dijera que Jesús reconocía autoridad y autoridad divina a las escrituras. La afirmación de Román es correcta; Jesús le reconocía tanto autoridad como autoría divina a las escrituras de su tiempo.
Pero bueno, ya me da miedo contradecirte porque conocemos el caminito, se viene primero el ponerte a la defensiva (así me suena el “¿y? ¿donde está el problema?”), luego la agresividad, luego el rasgarse la vestiduras por sentirte ofendida y finalmente llamar a que las demás personas que intervienen en ATRIO se expresen a tu favor.
Así que mejor aquí lo dejo
Rodrigo ¿y? ¿Dónde está el problema?
Por otra parte, siguiendo con el rigor, una cosa es autoridad y otra es autoría.
Ana
Pues por esa rigurosidad que pides, hay que reconocer que Jesús siendo hombre limitado por su tiempo y sus circunstancias, reconocía autoridad y autoría divina a la Torá; pues la crítica de la religión que niega tal autoría sólo aparece en la historia humana cientos de años después.
Román no creo que se trate de mitificadores o desmitificadores, sino de rigor. Sabemos que la biblia, el NT y los evangelios son cosas diferentes. Cuando hablamos de autoría de unos libros, en castellano quiere decir quien escribe algo, y todo esto hay que tratarlo en su justo significado.
Los libros de la Biblia, los han escrito hombres, y ya esto es sospechoso de que sea un Dios el que elimina de tajo a mujer alguna a la hora de transmitir su mensaje.
Te preguntaba por la autoría y tú me hablas de los evangelios en un totun revolutun sobre la divinidad de Jesús y su filiación divina. Por otra parte ni siquiera sabemos cuáles son las palabras de Jesús que los autores de los evangelios ponen en su boca, ya que sus autores estaban muy influenciados por toda una serie de acontecimientos ocurridos, al mismo tiempo que por las necesidades de las comunidades a quienes se dirigían.
A partir de aquí, la interpretación desde la fe puede llevarnos a confundir la historia con la creencia, la lectura literal con la interpretación de los testimonios y la nuestra propia.
Y desde este punto de partida se hace la teología, el Magisterio de la Iglesia, la Tradición, y todo lo que en este momento se sigue haciendo teniendo en cuenta todo lo anterior junto a lo nuevo. Pero no debemos tener miedo a una verdad humana seria y, como digo, con rigor, que Jesús seguirá en su sitio, su mensaje seguirá vivo a pesar de los pesares, y la fe será más auténtica cuanto más “ilustrada” sea.
Ana,
me baso en los propios evangelios, y no en ninguno en particular si no en todo su contenido, por lo que no resulta muy apropiado que me dedique a llenar de citas el comentario.
Los evangelios son un alegato, testimonial ( histórico) y teológico, que Jesus era verdaderamente el Hijo de Dios, porque Él lo dijo y así lo demostró. Fué el gran defensor de Dios (su Padre) y de su Palabra, frente a quienes la tenían corrompida y desvirtuada.
No vino a imponer un código nuevo, ni a reformar uno ya existente, sino a llevar a término la misión que tenía encomendada ( por el Padre) Demostró que la Ley de Dios tenía en Él su cumplimiento
Tenemos que empezar por desmitificar a los desmitificadores.
roman
Román, refiriéndote a la Biblia dices “lo primero que descubrimos es la autoridad y autoría divina que le reconoce Jesús”, y me gustaría en qué te basas para hacer esta afirmación.
Jesús fue un judío, inmerso en la religión judía y sus tradiciones, si bien prescindió de muchas cosas y continuó con otras. Hacer esa afirmación de autoría me suena a lectura fundamentalista, habría que matizar mucho y explicar el contexto, además del contexto de tal afirmación.
Es ilógico atribuir la autoría divina a textos de imposible compatibilidad con lo humano.
Si aparcamos nuestra consideración de la Biblia como un libro de texto y nos proponemos analizarla deseando ver en ella si efectivamente es Palabra de Dios, lo primero que descubrimos es la autoridad y autoría divina que le reconoce Jesús y en segundo lugar que Él nos apremia a comprender que su Evangelio, la Buena Noticia, es resumen de su predicación y de su mensaje trasmitido a quien quiera recibirlo.(Marcos 16,15)
En Jesús la Palabra de Dios se hace Evangelio. En Jesús la Palabra de Dios se hace anuncio salvador.
Porque no es una mera doctrina o un nuevo código moral o que establezca el revestimiento de unos nuevos criterios en una instancia visionaria para la denuncia de lo que tienen de injustas las estructuras de este mundo y sus mecanismos de poder y dominación.
La palabra de Jesús es la Buena Noticia de un Hecho Salvador que destruye la injusticia radical residente en el interior de todo ser humano, que nos impedía acercarnos a Dios y que nos facilita ahora reconciliarnos con los otros hombres y mujeres, nuestros hermanos.
“Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos”
“Vosotros, pues, sed perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial”.
Y así somos añadidos a la Iglesia, donde hacemos nuestras celebraciones:
La multitud de los creyentes tenía un sólo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían ellos en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder. Y gozaban todos de gran simpatía.
No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de las ventas y lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según su necesidad.
La Palabra de Dios, que es el Evangelio de Jesús, nos ha traído hasta aquí, para que en preferencia a denunciar, y anticipándonos a toda denuncia, hagamos una opción radical por la pobreza en la comunión de todos nuestros bienes, materiales,espirituales…
Sólo desde el reconocimiento de nuestra injustica y de lo lejos que estamos de la perfección de Dios, empezamos a comprender que la Biblia es enteramente la Palabra viva de Dios.
roman
Comprendo el celo por la preservacion de la Tradici’on pero desde el principio lo que hubo fue confirmaci’on de comuni’on entre los Patriarcas y poco a poco se ve desarrollando el primado petrino pero eso no quiere decir que no se pueda explorar y debatir y revisar porque el propio proceso de pasar la tradici’on de una generaci’on a otra requiere de la apertura en el escucharse y hablarse y hacerlo de manera que el mensaje sea efectivo y en algunas afirmaciones condenatorias es aparente que hay un juicio doctrinal cuando solamente se trata de generalizaciones porque no se trata de casos concretos. Est’a bien preguntar y dudar y volver a explicar pero demasiado compulsivo que alguien defina en general cualquier discrepancia. La vida viene sobrada de ocasiones que acrisolan la fe y la esperanza a base de preguntas y la confesi’on de fe en Jes’us requiere de ese espacio en el cual sea posible una cierta amplitud de conversacion.
Yo creo que no se trata de compulsion patologica sino mas bien de reafirmar la verdadera fe de la Iglesia que viene desde “el principio” y contra de los que de manera exclusivamente personal quieren acomodar los textos segun su particular modo de pensar, como ha ocurrido en numerosas ocasiones despues del Concilio en un pobre intento de un mal entendido aggiornaiento, pues este no consistiria entonces en una reafirmacion de la verdadera fe dentro de la propia tradicion apostolica……
Por eso el Concilio insiste en buscar la verdadera hermeneutica expresada en la mentalidad apropiada a la epoca, PERO sin perder su sentido..contra una relectura que estaria fuera de la comunion…PORQUE aun las iglesias con sucesion apostolica, tienen que estar en comunion con la Iglesia romana en lo que se refiere a la confesion de fe esencial…que no solo proviene de los Apostoles…sino de los Padres Apostolicos….como Ignacio de Antioquia, Policarmo de Smyrna, Ireneo de Lyon, Clemente Romano y otros que siguieron…y que se pueden leer hoy en dia con el mismo sentido de eclesia viva que ellos le dieron….contra los que quieren leer el Nuevo Testamento en una clave DIFERENTE…que cambia y tergiversa su sentido verdadero…dando lugar a confusiones lamentables…y por supuesto a pensar una fe diferente..
De esta manera el Concilio se abre no solamente a las traducciones modernas…sino inclusive a la labor exegetica de nuestros hermanos separados….mientras sea la Iglesia…el conjunto de la jerarquia y los fieles…que consientan en que el mesaje de Cristo es el autentico y que su verdadera realidad temporal y escatologica no ha sida mutado, tergiversado o corrompido….tal y como Cristo lo mando y lo quiso…para que con su claridad iluminara al mundo hasta el final de los tiempos…No es lo mismo creer en la Persona divina de Cristo encarnado…que creer en un Cristo adoptado por Dios, o en un Cristo meramente criatura subordinada del Padre…o en un Jesus meramente profetico y existencial..o en un Jesus completamente al servicio de la causa politica del ser humano….porque entonces su mensaje no fuera trascendente…nii propiamente universal
un saludo cordial de Santiago Hernandez
También te saludo, Oscar
La foto no ha sido elección mía.
Me encontraba yo dispuesto a cumplimentar el pedido de Antonio D. con de las fotos formales que todo del mundo suele tener,
pero mi Feli, mi mujer y hermana, y algunos de mis hijos, me dieron la presente, porque según ellos era más fiel a lo original.
Consultaré con la familia.
roman
Hola Román!
¡Buscando una sana comprensión de tu pinta bonachona!
……………….
Algún compañero atriero -no recuerdo quién- festejó la nobleza de tu rostro.
Tal vez mejoraría tu porte si alineas la corbata – te sacas otra foto – la compartes cambiando la “chingada”.
¡Vamos todavía! – Oscar.
No comprendo el miedo y la compulsión represiva correspondiente cuando alguien trate de cuestionar la Tradición sobre el sentido y la autenticidad de algunos textos de las Escrituras.
Este párrafo es del n. 12 de la Dei Verbum: “Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuanta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. Es deber de los exegetas trabajar según estas reglas para entender y exponer totalmente el sentido de la Sagrada Escritura, para que, como en un estudio previo, vaya madurando el juicio de la Iglesia. Porque todo lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura, está sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de interpretar la palabra de Dios.”
Y si este texto no contradice a Lumen Gentium en su concepción de la Iglesia, la misma está constituida no solamente por los ordenados a determinados ministerios eclesiásticos y por lo tanto la preservación de la Tradición Viva es en última instancia el deber de la totalidad de la Iglesia, incluyendo a las Iglesias separadas que conservan su participación en la Tradición Apostólica.
Y este otro del n. 22 lo confirma: “Es conveniente que los cristianos tengan amplio acceso a la Sagrada Escritura. Por ello la Iglesia ya desde sus principios, tomó como suya la antiquísima versión griega del Antiguo Testamento, llamada de los Setenta, y conserva siempre con honor otras traducciones orientales y latinas, sobre todo la que llaman Vulgata. Pero como la palabra de Dios debe estar siempre disponible, la Iglesia procura, con solicitud materna, que se redacten traducciones aptas y fieles en varias lenguas, sobre todo de los textos primitivos de los sagrados libros. Y si estas traducciones, oportunamente y con el beneplácito de la Autoridad de la Iglesia, se llevan a cabo incluso con la colaboración de los hermanos separados, podrán usarse por todos los cristianos”.
La comprensión que los apóstoles tenían de Jesús al día siguiente de su asesinato no era la misma que tenían tres semanas después de su muerte, ni es la misma comprensión que tuvo que precisar Calcedonia 400 años más tarde, por citar dos ejemplos. La Iglesia Ortodoxa Griega tiene sucesión apostólica y la Iglesia Copta Siria también y no son las únicas, sin embargo sus confesiones de fe difieren.
La historia de los concilios y la historia apostólica de la Iglesia, es decir la historia del ejercicio de la autoridad docente y reguladora por parte de la jerarquía están constituidas por muchos momentos de santidad y muchísimos otros extraordinariamente tenebrosos. Si alguien quiere ignorar que la interrupción de un tal testimonio representa una herida en la solidez de la Tradición misma es libre de hacerlo.
En efecto nada impide creer en Jesús pero nada obliga a hacerlo tampoco.
Roman, te entiendo en lo que quisiste decir….La Escritura, como dice Pablo, es a la vez palabra de hombre y palabra de Dios…porque toda ella, la que esta contenida en la verdadera tradicion, es autentimente genuina…Este es el conseso de la Iglesia primitiva…pues es Ella es la que precedio a la Nueva Alianza y le dio validez al Viejo Testamento…que se realizo completamento en la Persona de Cristo Jesus…Por lo tanto, la heremeneutica verdadera es la que se realiza “dentro” de ella, dentro de lo que es apostolico……dentro de la interpretacion de los que estuvieron mas cerca de la identidad y el mensaje de Jesus…todo lo demas que cae fuera de este carisma ejercido por la Iglesia, -y en comunion con Ella- es apocrifo, espureo y esta fuera de la verdadera fe de la Iglesia…Y la verdadera fe de la Iglesia partio de la predicacion apostolica…porque los apostoles que fueron los unicos testigos cualificados no se equivocaron en la definicion de la identidad de esta fe….porque la promesa de Cristo se cumplio en Ella precisamente el dia de Pentecostes…como se relata en los Hechos de los Apostoles..El supremo mandato de Cristo se realiza a partir de este dia…cuando dentro de esta fe, mantenido a traves de los siglos, se hace patente en la sucesion apostolica, en la Escritura, y en el Credo, que es la regla de fe…No son muchas estas definiciones de la fe, pero es la base del verdadero mensaje….al que la Iglesia se ha adherido firmemente hasta el siglo XXI
un saludo cordial de Santiago Hernandez
Suscribo la noción de que los textos evangélicos sean fundantes que el Sr. Antonio Duato hace en el breve párrafo introductorio.
Mi dificultad está no en reconocer el carácter fundacional de los textos sino en el uso que se hace de estos textos, los cuales textos al fin y al cabo, han sufrido lo suyo con el pasar del tiempo. Han sido utilizados de muchas maneras y han dado lugar a mucho bien pero también han sido mal utilizados.
Cito un ejemplo relacionado con los textos de la pasión y los diferentes roles jugados por los diferentes personajes citados en ellos. La expresión “pérfidos judíos” que desde el siglo VII (me parece) estaba en la liturgia del Viernes Santo se refiere a que en efecto fueron unos judío los que provocaron la condena aunque fueran romanos y quien sabe de qué otras nacionalidades los que le ejecutaron. A pesar de que en el relato de la ejecución de Jesús Éste intercedió para que aquellos que allí, en aquella ocasión le hacían tanto daño fueran perdonados porque no supieran lo que hacían, la frase duró hasta que Juan XXIII la eliminó y aún hoy día hay quien protesta por esa variación en la oración por la conversión de los judíos que no necesitan convertirse más que el resto de la humanidad.
Se dice en esos mismo evangelios, atribuyendo la expresión al mismo Jesús, que cada injuria infligida a otra persona Jesús la tomaba como infligida a Él mismo. Es imposible no comprender que no sean los judíos los únicos que necesiten convertirse. Hasta el que presida la Eucaristía lo necesita.
Jesús recomienda una y otra vez no temer. Me parece fundamental que la hermenéutica pueda mirar a los textos y cuestionarlos y que los hermeneutas digan lo que quieran. Ya una vez y por mucho tiempo los hermeneutas oficiales sancionaron la literalidad de la Biblia y centraron la Tierra en el Sistema Solar y estaban errados y mucho sufrimiento que causó la predicación protestante rígidamente construida sobre interpretaciones literales.
La autoridad eclesiástica ha sido abusada y eso le ha restado credibilidad. Sobre todo la juventud de hoy día que cuestiona o no cree necesita poder decirlo a fin de poder entablar la conversación que les ofrezca de nuevo el kerigma. Necesitan también ser escuchados con paciencia, conversar con ellos, acompañarles hasta que lleguen al descubrimiento de que deban apostar por Jesús como modelo, optar por su seguimiento y a descubrir que la “pobreza” de los textos es precisamente una huella de legitimidad, es una analogía del Jesús al que se refieren.
La exégesis estuvo liderada por los protestantes antes que por la Iglesia Católica y desde entonces ha habido muchísimo adelanto en cuanto a comprender los textos. No se puede andar sin alguna vez tropezar. Si la Verdad ha de prevalecer, cuál pueda ser la dificultad en dejar que la hermenéutica y toda otra ciencia examinen los textos y los cuestionen. En última instancia la cuestión es confiar en que Jesús era quien los cristianos han creído y creen que fuese, en conjunto, con la gama de diferentes convicciones que ello ha implicado a lo largo de los siglos cuando era la filosofía la que predicaba y lo hacía no dirigiéndose a las masas, porque hubo largos períodos que nadie entendía lo que se decía en el altar.
Pues sí, Román, creo que haces un batiburrillo de contradicciones como las que señala Pepe Blanco que no pueden casar con la lógica.
Son muchos los temas sobre los que incidir en una reflexión muy especial: El concilio, los Papas postconciliares, los ritos, la Biblia.
Voy a empezar por éste último tema, el de la Biblia. Yo en este momento jamás diría que es Palabra de Dios, y menos infalible, ¡¡con las barbaridades que dice!!!!!. La Biblia la han escrito hombres y sólo hombres, en épocas muy remotas, en sociedades muy distantes en muchísimos aspectos de las posteriores y, sobre todo, de la actual, y, como tantos otros escritos no religiosos, son el reflejo de la cultura y costumbres de la época. Dios ha estado ausente como autor si no es a través de mensajes humanizadores como en cualquier otro lugar de la historia.
Con el Magisterio de la Iglesia ocurre más de lo mismo, se ha interpretado la Biblia conforme a las exigencias de cada momento y desde la mentalidad cada época, cuando no desde las ocurrencias personales de quien dictaba una enseñanza o un dogma. Con la diferencia de que la autoría de cada época es frecuente que parta de una sola persona, la autoridad competente: un santo (San Pablo, San Ambrosio, san Agustín…, a cuya autoridad se recurre frecuentemente), el Papa, el obispo, etc., casi siempre contaminados por costumbres poco o nada recomendables, con imposición dogmática y amenazas de toda índole, cuando no, con la Inquisición.
Es obvio que tanto de la Biblia, como del Magisterio, no todo lo que se ha dicho y escrito es desechable, siempre queda el mensaje original de Jesús…, al que se ha suplantado en numerosas ocasiones adulterándolo.
Lo que pasa es que tanto con el AT, con el NT y con los evangelios en particular, se ha leído, se ha interpretado y se ha impuesto como Palabra de Dios, sin más análisis de texto, de contexto, de género literario, de historia, desde qué lugar y sociedad se escribieron, etc. etc.
Dejar la explicación a las catequistas (mayoría mujeres de buena fe, pero de escasa cultura), al párroco de turno, muchos de ellos fieles repetidores de lo que dice la doctrina “oficial”, muchos con rudos y escasos estudios teológicos, mientras el pueblo escucha, es un craso error.
Y finalmente: cualquier escrito “sagrado”, cualquier explicación desde el púlpito, siempre estarán mutilados por la ausencia de las mujeres (menos las catequistas que….habría mucho de qué hablar), que ni son autoras de los libros sagrados, ni han participado nunca en el Magisterio. Esto, en términos judiciales (¡!, perdón por la comparación), invalidaría todo el proceso.
Cobra realismo y actualidad la importancia de la Hermenéutica bíblica, sobre todo neo -testamentaria, que nos presenta Román, si queremos apoyar o reapoyar nuestra fe en Jesús para que ni siquiera los iniciales desvíos teóricos de sus primeros interpretes puedan alimentar el falso fundamentalismo religioso que tanto ha pesado en las incoherencias evangélicas vividas en el cristianismo.
Los aportes científicos son valiosos y necesarios, pero, dado algo que se vislumbra de inmediato en el hecho y modo de la presencia histórica y local de Jesús, tengo el convencimiento de que todo ese valioso aparato hermenéutico debe quedar enmarcado e impregnado por una valoración exquisita sobre aquello a lo que se refiere ese brochazo evangélico de sobrevaloración de la capacidad de las gentes sencillas sobre los sabios y entendidos para llegar al meollo del testimonio y mensaje de Jesús, expresado como beneplácito del Padre que “revela o predispone cualidades y capacidades, para aceptar racionalmente y por fe lo más claro y evidente de la verdad de la realidad humana.
El hecho y su modo de la Encarnación o Humanización de Dios en y por Jesús viene a ser la SÍNTESIS, desde la TESIS del proyecto divino de la creación humana:“A su imagen y semejanza” y de la ANTITESIS de la aspiración al poder divino desde la toma del fruto prohibido paradisíaco hasta la actual cultura de lucha fratricida universal por el poder absoluto en proceso de tentaciones de falsedad ininterrumpidas .
Solo desde la aceptación de la realidad de la IGUALDAD HUMANA ( El se anonadó como Dios haciéndose en todo semejante a los humanos) Jesús dio testimonio y mensaje de Verdad y Liberación.
Y sólo desde esta aceptación de la realidad de la IGUALDAD HUMANA, sin olvido o marginación de los ignorantes , incluso desde el bagaje de conocimientos y saberes propio o colectivo, se podrá ofrecer un servicio hermenéutico válido para encontrar lo autentico de Jesús.
Para esto de la hermenéutica, también tiene valor aquello de:“CONMIGO hacéis, o dejáis de hacer LO QUE con un* cualquiera de mis mas pequeñ*s HERMAN*S.”
¡Vaya, Román, parece que te apuntas a la escuela bergogliana!
“La Biblia es toda ella enteramente palabra de hombre”
“La Biblia es Palabra de Dios en su totalidad, infalible, digna de credibilidad” (tres líneas más abajo)
Esto debe de ser otro ejemplo de aquello que decía Sergio Zalba sobre Bergoglio, de girar a la derecha girando a la izquierda. O algo así…
Atónito, me he quedado.