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A propósito de la reforma de la Curia romana

ALCAINA

El mundo católico está pendiente de que el papa Francisco reforme la Curia. Al respecto, hemos logrado obtener un capítulo de las inéditas “Memorias” de Celso Alcaina quien fue importante funcionario en el Vaticano durante ocho años con Pablo VI. El tenor del texto que ofrecemos es personal, pero nos revela hechos y aspectos insospechados que nos adentran en el problema que ha de solucionar el nuevo papa.


Una nueva prelación en el organigrama del Vaticano

El Santo Oficio cede su primacía a la Secretaría de Estado

Durante varios siglos, la razón y fundamento del primado del papa sobre la Cristiandad fue la doctrina y la moral. Las funciones sacramentales, la disciplina, el gobierno, incluidos los nombramientos de obispos, eran algo no reservado al Papado. Tan sólo en el siglo XX, año 1903, como consecuencia de las nuevas prerrogativas otorgadas por el Vaticano I al papa (jurisdicción inmediata y directa en todo el orbe), Pio X creó la Congregación De eligendis Episcopis. Se ocuparía de seleccionar – y no sólo investir – a los obispos y ello para algunas regiones específicas. De hecho, dicha Congregación, que duró cinco años escasos, analizó exclusivamente candidatos a obispos para diócesis italianas. Hasta entonces y salvo en épocas o lugares (España, Francia y Alemania, p. e.) en que estuvieran o todavía estaban vigentes las “investiduras” por gobernantes civiles, los obispos de cada provincia eclesiástica, reunidos en sínodo, elegían y consagraban al candidato para una sede vacante. Los obispos en sus respectivas diócesis y, si era preciso, los concilios particulares o ecuménicos, atendían al régimen de la Iglesia y a la pureza de la doctrina. En los problemas de fe, los obispos recurrían, en última instancia, a la autoridad del obispo de Roma.

A partir del pontificado de Paulo III (año 1542), los Inquisidores Generales y más tarde (a partir de Sixto V en 1588) la Suprema Sagrada Congregación de la Inquisición y hasta el Vaticano II, la principal tarea del obispo de Roma y su Curia era velar por la pureza de la fe y de la moral. Por eso, el mismo papa presidía la Romana Inquisición, llamada luego Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio. El cardenal al frente de dicho dicasterio era sólo secretario y después, a partir del concilio Vaticano II, pro-prefecto. El papa era el prefecto. Tal era la importancia de esa Sagrada Congregación. Ningún otro dicasterio u oficina era superior. Incluso la Secretaría de Estado estaba sujeta a los dictámenes del Santo Oficio.

El Concilio Vaticano II dio el espaldarazo al papa Pablo VI para reducir la importancia del Santo Oficio, cambiándole de nombre (ahora se llamará Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe), suprimiéndole el calificativo de “Suprema” y quitándole connotaciones de represión (“para la Doctrina”). Así mismo, el papa ya no será prefecto de tal dicasterio. En el Anuario Pontificio del año 1967 todavía aparece el cardenal Ottaviani como “Pro-Prefecto”, mientras que en el Anuario de 1968 el cardenal Seper aparece como “Prefecto”. Además, con el Vaticano II, se suprime la Congregación del Índice, que pocos años antes ya había sido reducida a una Sección del Santo Oficio.

Según el organigrama de la Curia Romana que el Papa Pablo VI establece en su Constitución Apostólica Regimini Ecclesiae Universae, la preeminencia que hasta entonces ostentaba el Santo Oficio pasa a la Secretaría de Estado. Pero este cambio de gravedad – de lo doctrinal a lo diplomático- no ha sido repentino. Se remonta a la pérdida del poder temporal durante el pontificado de Pio IX, así como al racionalismo y al liberalismo de los siglos XIX y XX. El Papado ya no podía sostener su preeminencia e imponer su poder a base de dogmas, condenas y excomuniones. Sus doctrinas habían sido puestas en entredicho por la ciencia moderna hasta el desprestigio. El Vaticano escogió otros caminos para perpetuar su existencia y recuperar su reputación. Multiplicó las representaciones diplomáticas en las que, a partir del concilio Vaticano II, todos los nuncios tendrían la dignidad arzobispal. Se prodigaron las alocuciones y participaciones en los diversos campos: cultural, filosófico, político y diplomático. Pio XII se había manifestado como un “sabelotodo” y fue pieza diplomática relevante y muy controvertida en la segunda contienda mundial.

A partir de Juan XXIII y, sobre todo, de Pablo VI, el Vaticano elige la estrategia populista de los viajes apostólicos para enfervorizar a las masas, apenas (o nada) creyentes. Lo que se busca en estos viajes no es tanto la proclamación de doctrinas (normalmente el papa predica verdades obvias o incide en la moral sexual represora), sino la majestuosidad y el protagonismo, haciéndose recibir y tratar con honores de jefe de Estado y de Pontifex de toda la Cristiandad. La doctrina y los dogmas dejaban de ser lo primordial para centrarse en el prestigio del “leader”. Todo ello ha sido impulsado por el Vaticano II que linchó el Santo Oficio de Ottaviani y puso en solfa varios dogmas, entre ellos el más importante: extra Ecclesiam nulla salus del Concilio de Florencia, Ecuménico XVII, de 1445. A partir del Vaticano II, las llaves del cielo no están en poder de la Iglesia Católica. El Infierno, aún siendo un dogma definido en numerosos Símbolos y Concilios, está vacío. Los sacerdotes que abandonan su ministerio ya no son réprobos de por vida. La confesión individualizada de los pecados deja de ser una necesidad. Las relaciones sexuales prematrimoniales son tolerables. El matrimonio deja de ser indisoluble por mor del privilegio “petrino” (no sólo el “paulino”) y de las declaraciones judiciales eclesiásticas de nulidad en base a numerosísimos motivos, incluidos los psicológicos, que convierten la nulidad en divorcio encubierto. Se levanta la excomunión a la masonería. Los judíos dejan de ser “pérfidos” asesinos. Los protestantes pasan de ser “adversarios” a ser “hermanos”, etc. etc. Todo, para congraciarse con la nueva y cambiante civilización que mostraba hastío y repugnancia hacia una institución dogmática e intolerante. Eso sí, era preciso no incomodar a las potencias del mundo, aún a costa de sacrificar ideales nobles de buenos cristianos e incluso marginando a los propulsores de esos ideales.

Como queda dicho, en el siglo XX los nombramientos de obispos en todo el mundo fueron asumidos directamente por el Papado, para lo que se creó la Congregación De Eligendis Episcopis en 1903 dentro de la Suprema del Santo Oficio. Con ello, se aseguraba el monolitismo jerárquico, tanto en doctrina como en disciplina interna y externa, una perfecta concepción dictatorial. Se dio así cumplimiento a la definición del Concilio Vaticano I que otorgaba poder máximo al papa, con potestad directa y ordinaria en todos los ámbitos y niveles de la Iglesia. A la efímera Congregación De Eligendis Episcopis le siguió la Congregación Cconsistorial, con idénticas facultades.

Toda esta digresión viene a cuento para enmarcar mi actuación en la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Me encontraba en una institución que, con el pretexto de velar por la pureza de la doctrina, desarrollaba un papel político y diplomático con estrategias agresivas para asegurar su supervivencia como institución religiosa. Yo había recibido una formación tradicional dogmática en el Seminario y en la Universidad Comillas. Mis estudios bíblicos en Roma habían propiciado una actitud crítica hacia los fundamentos de todo el Cristianismo. Ahora estaba metido en lo que yo creía el mismo corazón de la Iglesia: el órgano que mantiene la pureza de la fe y la moral. Eso creía, pero no ha sido así.

La Secretaría de Estado, el órgano diplomático del Vaticano, controlaba las conclusiones y las disposiciones de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe a la que proponía el estudio de muchas cuestiones. La Secretaría de Estado podía no interceptar las disposiciones poco relevantes y que no tenían repercusión política y social. En cambio, echaba para atrás las conclusiones aprobadas reglamentariamente por el Santo Oficio si ellas podían incomodar a regímenes, a gobernantes, a cardenales influyentes, a personalidades diversas; o bien podían traer consecuencias negativas, siempre de ámbito temporal. He aquí un ejemplo: la Secretaría de Estado (léase Mons. Giovanni Benelli), por sugerencia de algún alto gobernante, había hecho estudiar en el Santo Oficio la posibilidad y oportunidad de levantar la excomunión a la Masonería y a los masones. El Santo Oficio llegó a la conclusión de levantar la excomunión. Pero la Secretaría de Estado bloqueó la promulgación del relativo documento. Lo más curioso es que tal tarea se repitió dos veces más, a lo largo de seis años, con idéntico resultado, incluso después de exhaustivos debates en el que intervenían cardenales, obispos, y teólogos. Fue preciso esperar al nuevo Codex de 1983 que deja la ambigüedad.

El Santo Oficio (ahora S. Congregación para la Doctrina de Fe) consta de un número cambiante de miembros: unos diez cardenales y unos seis obispos residenciales. Son los que, en última instancia y por votación, aprueban o reprueban una determinada ponencia, o bien condenan una determinada persona, doctrina o escrito. Pero la realidad es que a la reunión semanal de los miércoles asisten sólo los cardenales con domicilio en Roma, que suelen ser antiguos diplomáticos jubilados, sin una formación teológica destacable. Es verdad que los cardenales tienen a la vista los estudios previos de algún consultor o perito teólogo, pero esos teólogos o peritos, igual que los cardenales y obispos, han sido elegidos por el mismo Vaticano con criterios de sumisión y lealtad. Es decir, son seleccionados aquellos que serán siempre la voz de su amo. El caso de Álvaro del Portillo (entonces Secretario del “Opus Dei”), consultor activísimo durante unos 20 años ya desde los tiempos de Ottaviani, era paradigmático. Sus vota o informes estaban en todas las ponencias o asuntos. Eran farragosos, sin criterio teológico ni bíblico y siempre en la línea más tradicional. Siendo como era ingeniero de Caminos y habiendo estudiado, ya en edad avanzada, la Teología en cursillos veraniegos, interpretaba la Biblia como en el siglo XIX, enchorizaba textos a la luz de un libro de Concordancias, aunque poco tuviera que ver una frase con la otra, sin atender al distinto género literario y a otros elementos hermenéuticos. Recuerdo que un día comenté con el cardenal Seper la farragosidad y la superficialidad de los larguísimos vota de Don Álvaro del Portillo. El Cardenal Seper me dijo textualmente: “Oyendo o leyendo a Del Portillo, se siente algo parecido al tufo de un armario que ha estado cerrado por espacio de medio siglo”. En esa entrevista, el cardenal Seper aceptó mi propuesta de nombrar consultores de lengua española al jesuita Marcelino Zalba y al salesiano Antonio Javierre (luego Cardenal), así como a Olegario González de Cardedal como miembro de la Comisión Teológica Internacional y al jesuita José Alonso (antiguo profesor mío en Comillas) para la Pontificia Comisión Bíblica.

Al respecto, creo interesante revelar aquí que el entonces hombre fuerte del Vaticano, el arzobispo Giovanni Benelli, sostituto de la Secretaría Papal con Pablo VI, solía escribir cartas al cardenal Seper, mi superior, en el sentido de que “el Santo Padre me ha dicho que”. Con esa cobertura daba órdenes muy contundentes para ser obedecidas en el Santo Oficio. Dado que el cardenal Seper disponía de habitual audiencia semanal con el papa, alguna vez y cuando las supuestas órdenes papales le resultaban chocantes, habló a Pablo VI de esas sus órdenes personales. El papa, de entrada, se maravillaba y se mostraba confuso y sonrojado, pero luego cambiaba de conversación. El cardenal Seper me confió (también a Mons. Tomko) que Benelli calificaba de mandato papal cuanto él estimaba conveniente. Lo hacía en base a que el mismo papa le había dado licencia habitual para ello. De esta manera, el peso del pontífice se aligeraba. El carácter bonachón y simplote, nada diplomático, del Cardenal Seper daba lugar a ese tipo de confidencias.

24 comentarios

  • Santiago

    Felix,   agradezco sinceramente tu opinión que me parece muy valiosa y oportuna…Todos tienen derecho a opinar..y precisamente en este diálogo multiple es cuando se puede profundizar mas en lo que uno cree…Habrá, por supuesto, algunos en los que se “ahonde la la duda, la crítica y el rechazo” y otros, “entre ellos yo”, que el ir a las fuentes históricas primitivas, con tantos datos y tantos de apologistas y de teólogos de los primeros siglos, que vivieron su fe hasta el martirio del alma y del cuerpo, ….les haga reflexionar mas sobre la importancia del cristianismo, y su relevancia en el mundo, que fue capaz de dividir las eras en 2…Me refiero  a este tipo de cristianismo, que provenía del testimonio de los apóstoles..No creo, Felix, que esta cristología histórica esté caduca ni mucho menos…Ahi estoy leyendo el libro del teólogo cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schonborn, que se titula en español “El Rostro Humano de Dios” (en francés original es “L’Icone du Christ”, en inglés “God’s Human Face” de Ignatius Press) que te lo recomiendo encarecidamente a ti y para los que quieren profundizar en este tema actualísimo, sobre la verdadera identidad de Cristo…que está tan de moda…tambien para  los que quieren revivir el pensamiento arriano y para los iconoclastas que querían impedir la representación de la humanidad de Cristo por medio de la imagen..y por supuesto para los que queremos que se vaya a la fuente de la verdad que fue la época apostólica y post-apostólica…Lo que se ha intentado en la nueva-“para -teología” es re-interpretar esta identidad negando su base real que no solo es histórica sino que pertenece a la fe de la “iglesia primitiva”, de los que como el Apostol Juan vivieron la experiencia, no solo de Jesus “taumaturgo” y “rabino”, sino del Jesus Resucitado..Y eso es lo que esta en juego en el momento actual del mundo cristiano…es la sutil negación de la Encarnación de una persona divina en la humanidad de Jesus…y como figura insigne sobre este tema, de la importancia de la Encarnación, está Maximo Confesor, al que Schonborn estudia y expone de manera extraordinaria, con una claridad digna del tiempo en que vivimos..
    Hay una pléyade de teólogos católicos que no han abandonado ni la historia ni la fe apostólica, ni la han querido representar “a su manera”, en argumentos pre-concibidos…entre ellos  Paul Evdokimov, Joachim Jeremías, Joachim Gnilka, Romano Guardini, Jacob Neusner,Karl Ellingwer, Rudolph Pesch, Pierre Grelot, PeterHenrici, Alois Grillmeier, este último con su Cristo en la tradicion cristiana: desde el tiempo apostólico hasta el Concilio de Calcedonia, Edit Sígueme de Salamanca) por citar solo a algunos.
    No hay ninguna seguridad en mi..solamente una búsqueda sincera de un seglar comprometido con su fe…Es precisamente para salir de lo ya enseñado en las aulas de los colegios y universidad -que no nos convencía mucho- quizas por la manera como se exponía, por lo que es preciso estudiar de verdad a estos autores de la Iglesia….que escribieron por todos estos 21 siglos de riqueza histórico-espiritual que produce tanta admiración sobre todo en muchos de nuestros hermanos separados de la comunión de la Iglesia…La Teología y la Historia de la Iglesia se complementan…pero que hay que estudiarlas holísticamente buscando la verdad…no lo que nosotros “queremos” encontrar, sino las bases y los fundamentos esenciales..que están en las fuentes apostólicas y post-apostólicas…Sin ellas, el cristianismo se convierte en otra cosa…distinta a la esencia de su origen que se encuentra en la Persona de Cristo…Por lo demas, Felix, te aseguro que este Cristo y su Iglesia no están superados…permanecen…
    Y lo maravilloso de este diálogo multiple aqui en ATRIO es que se compone de creyentes, menos creyentes, poco creyentes y no creyentes…A nadie se le obliga a leer nada…ni tampoco a creer o no creer  ¿No es eso una verdadera democracia?  Porque basta con expresar tu opinión con mucho respeto…Yo creo que en eso hay que congratular no solo al moderador de este foro sino a todos los que participamos en el      un abrazo    de Santiago Hernández 

  • ana rodrigo

    Tengo la impresión de que haciendo un pupurrí de cosas diferentes, poco se puede avanzar en ninguno de los aspectos.
     
    Una cosa es lo que se nos ha enseñado que es más o menos lo mismo que se les enseñaba a los seminaristas y que ellos, cuando llegaban a sacerdotes transmitían con puntos y comas a sus feligreses.
     
     
    Otra cosa son las experiencias personales de cada de cada cual difícilmente revatibles aunque nos parezcan raras o extravagantes.
     
    Y otra cosa muy diferente es estudiar el NT desde la situación actual de la sociedad y de la ciencia, con todos los apoyos que éstas nos aporta,. manteniendo una distancia de eso que llamamos fe y que en muchísimas ocasiones son un mezcla de creencias envainadas de ignorancia que dan como resultado la literalidad de los textos y que llevan al fundamentalismo, tan dañino en las religiones.
     
    No es cuestión de cambiar el cristianismo, sino de cambiar todo aquello que se ha adherido al cristianismo como si fuera palabra de Dios. Como se ha dicho, cuando se miran las cosas con otras perspectivas más racionales, lo hasta ahora conocido pasa a caduco, y lo que se descubre te sitúa más y mejor en lo que la sociedad actual, alejada de recurrir al misterio para cualquier cosa que no se entienda, vería con mayor credibilidad.
     
    Claro que alguien diría ¿A qué sociedad te refieres? Porque las romerías, la Plaza de San Pedro, las semanas santas, etc. están abarrotadas. Pues esa es la cuestión….

  • Luis Gonzalez Morán

     Exclamó Jesús.
    Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque,
    has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
    y se las has revelado a la gente sencilla.
    Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
    Mt 11:25
     

  • M.Luisa

    También  yo me apunto  y con todo el énfasis  que me es posible a lo  que Carmen Pereira y Felix Estevez comentan.

  • roman diaz ayala

    pensaba que este momento de los comentarios sobre el tema general de la Curia, había pasado hasta quedar en anécdota. Que había sido un retazo en este caminar juntos que nos ofrece Atrio.
    Si yo hubiera tenido como gratísima y gratificante fuente de información los ambientes de aulas y seminarios, el estudio acadèmico y sistemático, es muy posible que mi lenguage  ( mi léxico y los valores conceptuales) se  aproximara más a lo que parece que demanda una parte de los intervinientes.
    Pero la aproximación a los textos de los que se discute una valoración corría por caminos distintos.
    Desde la fe, y con una amistad sincera con Jesús, con quien hablo habitualmente, me acerco a esos viejos escritos, manoseados por el tiempo de muchos siglos.
    Y, curiosidad.  !Dios me habla!, escucho su voz, y yo le respondo a Él.
    Si los amables comunicantes me explicaran cómo es su experiencia con Dios, quizás yo podría  entenderles mejor.
     
    roman

  • Felix Estévez

    Me apunto a cuanto Carmen Pereira comenta sobre el prolijo diálogo entre Román y Santiago. Resulta curioso (también envidiable) que alguien tenga tantas  seguridades. Igualmente, resulta inútil y pueríl repetir nociones y argumentos ya superados. Ya lo sé, es cuanto hemos recibido -y aceptado – en las aulas de seminarios y universidades. ¿A qué viene traer a atrio un resumen de la Cristología caduca, la que ya conocemos y que está expuesta a profunda revisión? Las pretensiones apologéticas de los dos compañeros comentaristas producen el efecto contrario: ahondan en la duda, en la crítica, en el rechazo. Es de miopes dar por incuestionables dichos y hechos de Jesús contenidos en los libros canónicos.

  • Santiago

    Román,   no importan las discrepancias…porque cada cual es libre de expresar su opinión, con respeto,… sin ofender…porque se trata de ideologías y en este sentido tenemos derecho a pensar lo que creemos que es mejor, y escoger el mejor camino…Por otro lado, no siempre la opinión de la mayoría es la adecuada, mucho menos la correcta…Y lo verdaderamente “alucinante” es querer tergiversar y negar la historia…No hay documento antiguo con tanto valor histórico como los Evangelios…Estos se escribieron en el siglo I, y el cuarto evangelio todavia en vida del último apóstol, el discipulo amado, Juan Zebedeo….Ninguna hermenéutica seria pone en duda este hecho…y asi exégetas contemporáneos como Rudolf Scnackenburg y Peter Sthulmacher, especialistas en el Nuevo Testamento, por citar solo a 2, reafirman la genuinidad y autenticidad de los Evangelios canónicos, particularmente el de Juan, por ser un testigo de excepcion, el discipulo que se rescostó en el pecho de Cristo…que creo una escuela teologica en Efeso, ciudad en la que vivio mucho tiempo…y EL fue el testigo -como lo relata en su evangelio- que vio los hechos, el que suministró el material, que entre el y sus discipulos pusieron por escrito, redactando el Evangelio que completa los Sinopticos, que ya existían previamente como las Memoria de los Apostoles..El Evangelio de Juan completa los Sinopticos.
    Imposible crear “un mito” y atribuirle palabras “falsas” a Cristo cuando todavían vivían testigos que conocieron a Jesus, maxime cuando la comunidad post-resurreccion no era muy numerosa…El que estuvo “junto a la Cruz”, el que presencio como se crucificaba a Jesus, con María,- el joven Juan-, jamas se iba a olvidar de las palabras de su Maestro…ni mucho menos de sus “actos” ni de sus “consejos”, ni de sus “deseos”..  Tampoco nunca negó, ni atacó, lo que escribió Mateo en arameo (y que despues se reconstruyó en griego), ni el investigador médico Lucas, ni Marcos, que era ya conocido como discipulo en el N. Testamento….Era imposible…Los testigos de la predicacion oral…todos los apostoles murieron defendiendo la verdad de los Evangelios, particularmente el hecho de la Resurrección..Ahi están sus tumbas y sus reliquias, que se pueden visitar en Roma, en Patras, en Salerno, en Instambul, en Jerusalen, en Tolousse etc.  Nadie muere por defender una mentira, mucho menos cuando esta defensa es unánime, los 11,  es decir,..TODOS los apostoles confesaron su fe…hasta el final de sus vidas..No hubo apóstatas entre ellos..Y esta predicacion oral fue la recogieron los evangelios canónicos, Las Memorias de los Apostoles, que Justino Martir decía que se leían en la celebración de la Eucaristía.
    Por otro lado, “inventar” el cristianismo es poco menos que imposible e ilógico
    ¿Quien iba a personificar a un judío que le confiesa a Caifas que el era el Hijo de Dios y que hizo -segun el relato- rasgar las vestiduras al sumo sacerdote, ante tamaña blasfemia? ¿Quien le iba a decir a un judío que “comiera carne” y “bebiera sangre” pues esto equivalía a una burla o peor, a un acto contra la ley, un pecado? Alguien tenía que estar loco para poner en labios de Cristo esas palabras, pero Jesus insistio “el que no come mi carne y bebe mi sangre”…por eso muchos “discipulos” dejaron de seguir a Jesus en ese momento, segun el Evangelio…por la “dureza” de su doctrina..El que “inventó” el mito del cristianismo -que dicen por ahi que “ya esta superado”- realmente estaba fuera de la realidad judía de aquel tiempo…y el mismo condenaba su “invención” a un fracaso total..Por otro lado, Jesus siempre fue “contra” la corriente comiendo con los pecadores, sanando en sábado, defendiendo a la adúltera etc. ¿No hubiera sido mejor hacer un Cristo mas “moderno”, mas “logico”,  “menos” dedicado a decir la verdad que lo llevaría a la cruz?…Hay que descartar la invención..no cae en la lógica humana
    Por otro lado, ningun documento de la antiguedad puede equipararse, ni compararse remotamente con los Evangelios canónicos…Existen cientos y miles de copias, leccionarios, manuscritos antiquisimos, que llegan hasta el siglo II..Sin embargo, del poeta Virgilio (siglo V) solo se conservan 3 codices unciales..Hay un solo codice de los discursos de Ciceron, el Vaticanus, que pertenece al siglo VIII..Y la primera cita que encontramos en favor de Herodoto es en Aristóteles, o sea, 100 años despues de la muerte de Herodoto. Y la segunda mencion es precisamente de Ciceron, 300 años despues de su muerte…Sin embargo, no hay “ataques” para negar la historicidad de estos personajes y de sus escritos…Y a pesar de todo, los Evangelios y lo que contienen todavia, en el siglo XXI esta en pie: hoy en dia las copias del Nuevo Testamento se cuentan por millares en todo el mundo…junto con la Biblia es el libro que mas se imprime y por tanto el mas leído..Podemos creer o no, pero negar su autenticidad y su valor histórico es una fantasía y un suicidio figurado, junto con la otra fantasía de separar a Cristo de su Iglesia La negación…es el resultado de pre-juicios en querer destruir, a toda costa, su verdadero contenido, contenido apostólico, que sustenta la fe de la verdad de Cristo
    Perdona si me extendí y te aburrí   un saludo cordial…de Santiago Hernández 

  • roman diaz ayala

    Santiago,
    supongo que te harás percatado de que estamos sirviendo de espectáculo,
    pero a mí no me importa.
    Espero que a ti tampoco.
    Te haces preguntas tales cómo predicar al Cristo vedadero, que es como decir predicar al Jesús histórico, el cual defendió hasta causarle la muerte el proclamarse el “Cristo (Mesías o Enviado para los judíos)
    También te preguntas cómo lo haría El ( como si no estuviese entre nosotros)
    Y por últim preguntascomo atraería al mundo para que conociece a Amor del Padre.
    Pero tú sabes la respuesta: “Sólo desde la Cruz ( Locura, necedad, para para los descendientes de los greco-rromanos de nuestra generación)””
    Te vuelvesc a equivocar en el análisis al achacar la dificultad al “relativismo” ( que en boca de muchos católicos todavía no saben en que consiste, porque equivocan  los conceptos)
    La culpa la tiene el “pensamiento dominante”, (ES la ideología de moda: si no estás en el mismo discurso eres un retrógrado)
    Hoy la picota, el garrote vil, el muro de fusilamiento es para quienes se atreven a tener pensamientos originales y no beben de las mismas fuentes que el resto.
    ¿No te suena eso a lo que le pasó a Jesús?
    roman
     

  • Carmen Pereira

    El diálogo entre Román y Santiago me resulta alucinate. Nos retrotrae e categorías ancestrales o, al menos, superadas. Los más conspicuos pensadores actuales discurren por otros senderos. Difícilmente puede atribuirse un origen divino a la Iglesia. Tampoco al Cristianismo. Ni a otras instituciones religiosas tan respetables como la nuestra occidental. Citar frases de la iglesia primitiva como si fueran del Jesús viviente es incorrecto hermeneuticamente. Es igualmente inadmisible defender, a toda costa, la institución eclesiástica, no obstante las seculares y actuales defecciones y crímenes imputables a sus legítimos representantes. Dios deja a los humanos la labor de descubrirlo, de sentirlo, de amarlo. Y Jesús, con su comportamiento, más que con sus discursos, nos ha ayudado en ello. Jesús no fundó la Iglesia, mucho menos la Iglesia de papa, obispos, curas (todos ellos varones) y pueblo fiel. No insultemos a nuestro Jesús.

  • Santiago

    De acuerdo contigo, amigo Román, en muchos puntos de tu comentario al mío…aunque vengo con retraso….Sin embargo, yo no hablé de la mentira y la calumnia específicamente con respecto al problema que tratamos…aunque hay de todo, en todas partes….sino me refería al avance de la presente situación mundial donde existe un “cover-up” explícito o solapado para “silenciar” la verdad del Evangelio…y cualquier verdad que no se ajuste a los paramétros de un nuevo orden donde “nada importa”, porque “todo es relativo”…todo es permisible….mientras “desees hacerlo” y “te sientas a gusto”…Con tales normas socio-etico-morales…hay que ver como va el mundo en el aumento astronómico de crímenes de todas clases, entre los cuales resaltan las aberraciones mas impensables….Esto es consecuencia directa del “relativismo” o “la dictadura del relativismo” tal y como lo presentó Joseph Ratizinger antes de su elección papal…
    Por eso no es de extrañar que este relativismo moral se infiltrara en la Iglesia tambien de manera sutil….con la excusa de la apertura post-conciliar y del aggiornamiento….Por eso es que yo creo que sin una “limpieza” moral dentro de cierto sector eclesiástico que se encuentra dentro y fuera de las filas católicas, y del cristianismo en general, no vamos a poder hacer ninguna reforma….porque la clave no esta en “lo externo” sino en lo que está tratando de destruir y acabar con el verdadero sentido del mensaje de Cristo, que esta “dentro”…Este primitivo mensaje no fue político, ni social, ni económico….sino que es “trascendentemente espiritual”, aun sin descuidar los aspectos importantes terrenales de esta vida como es la justicia social..que tenemos obligación de practicar…tal y como nos enseñó Cristo…porque al final¿ de que sirve ganar “todo el mundo” si perdemos “el alma”?…o sea, si el espíritu rechaza el amor que Dios nos brinda cada día…Sin esta trascendencia universal, el cristianismo deja de existir…como legado de Cristo…Será “otra cosa”, pero no habremos encontrado su esencia…que está en la identidad verdadera de la Persona de Jesús….
    Por otro lado, no es posible, actualmente, mantener la unidad de la Iglesia y su perenne magisterio que proviene del mismo Cristo…si no existe algo que dirija este funcionamiento….una organización a la manera “humana” porque al fin y al cabo EL llamó solamente a 12 como los mas cercanos para darles la parte sacramental de su mensaje….De otra manera, humanamente, el cristianismo estaría tan diluído e incoherente como muchos de los movimientos religiosos que existen y han existido entre los seres humanos en este mundo….solo la Iglesia Católica ha mantenido la esencia de la unidad doctrinal y la presencia sacramental de Jesus..puesto que Cristo lo quiso así, antes de morir en la cruz: porque  “no ruego solamente por ellos (los apóstoles), sino tambien por los que han de creer en Mi por su palabra. Que todos sean UNO, como tu, Padre, en Mi y yo en Ti”(Juan 17,20-21)…Ademas, Cristo ordenó a sus apostoles a predicar todo “lo que Yo os he mandado”, bautizando en nombre de la Trinidad, quiso tambien que la Eucaristía se celebrara en “Su memoria”, les dio poder para “perdonar pecados” y para “expulsar demonios” y despues de la Pasion se dejó ver vivo de sus apóstoles con muchas pruebas, apareciéndose durante cuarenta días y “comunicándoles” lo referente al Reino de Dios (Hechos 1,3)  Por eso la Iglesia no ha hecho sino mantenerse fiel al “carisma” recibido del mismo Cristo..que ha de durar -sin poder ser destruído- hasta el final de los siglos.
    La pregunta sigue en pie, aun con los 21 siglos de la existencia de la Iglesia visible ¿Cual sería la manera mas efectiva de predicar al verdadero Cristo y la realidad de su mensaje salvífico? ¿De que manera lo haría Cristo en esta época tecnológica y de explosion informativa instantánea que caracteriza al mundo moderno en que vivimos, si viviera EL entre nosotros actualmente? ¿Como atraería al mundo para que entendiera en lo que consiste el amor del Padre?
    un saludo cordial    de Santiago Hernández
         

  • roman diaz ayala

    Santiago, querido hermano,
    No creo que en este tema se haya introducido la mentira y la calumnia.
    Es posible que los ex-abruptos de algunos exaltados en otras ocasiones, pero no en ésta, den la impresiónde que es una cuestión de visión y por tanto de valoración de las cosas que atañen a la Iglesia,
    Pero incluso, en esas expresiones fuerte lo que se refleja es que se hace desde heridas personales muy profundas (vivimos en una sociedad de perfil católico y todos hemos estado sumergidos vivencialmente en el catolicismo)
    De acuerdo con que
    según la perspectiva de Jesús todas las personas somos pobres = pecadoras
    Estas mismas pecadoras pertenecemos al pueblo constituido por fieles y “pastores”
    ¿Por qué no se nos autoriza a escandalizarnos?
    Según la naturaleza espiritual de la Iglesia todos los fieles, hombres y mujeres somos, hemos sido, santificados por el lavamiento de la sangre de Jesús, el pueblo y sus pastores.
    Se espera de todos nosostros/as  las “obras de justicia”.
    PERO NO LAS VEMOS
    Entonces el escándalo tiene su fundamento.
    La pregunta es, ¿Nos percatamos de que estamos sufriendo uno de los momentos más tristes en la historia multisecular de la Iglesia?
    Tenemos derecho a pensar que es un abuso de poder el que sea la Santa Sede quien nombre a nuestros obispos, porque dejan de ser pastores para hacerse funcionarios de la Institución, aunque sean santísimas personas como el cura de Ars. También, porque nos quieren decir que es la Santa sede la que tiene la exclusiva del Espíritu Santo, y no el conjunto de los fieles,  la comunidad cristiana.
    No es la calidad ( santidad o arte de buen gobierno)  lo que importa, en esto no estoy de acuerdo contigo., sino
    el mismo hecho de que estén en poder y gobierno (dominio) porque están perpetuando el predominio sobre el pueblo fiel, según una concepción teológica medieval que se ha mantenido en contra de los tiempos ( y del Concilio)
    sin embargo,
    estoy muy de acuerdo contigo  en que siendo la Curia Romana una creación histórica que obedecía a unos parámetros que hoy no se sostienen, debe desaparecer como  institución.
     
    roman

  • Santiago

    Pero Román desde el siglo I se ha tenido que separar lo espiritual y lo carismático del “tinglado” creado y enredado por los seres humanos…Sin embargo, vemos que Cristo en el Evangelio no vino a llamar a los sanos, sino a los enfermos, no a los ya santos, sino a los pecadores…y a los 12 no los escogió del “santa sanctorum” del templo sino de los pecadores del pueblo judío..Por tanto, no debe escandalizarnos tanto las deficiencias y los graves errores de los miembros de la Iglesia, pues el trigo siempre va a convivir con la cizaña…Por supuesto, que debe haber una reforma, no debemos cruzarnos de brazos…¿como hacerla? Ahi esta el problema….Precisamente la Santa Sede se reservó el nombrabiento de obispos para evitar los abusos de las “investiduras” pues los gobiernos seculares siempre han tratado de dominar la Iglesia…Por otro lado, el Colegio de Cardenales no fue mas que una respuesta para que la eleccion del Papa no fuera propiedad de las familias romanas…que en un tiempo usurparon la eleccion…Entonces, hay que pensar que no es la manera de como reformamos, ni la forma, sino el contenido de ella…porque lo que importa es la calidad de los que están en posiciones privilegiadas de poder y de gobierno…Cuanta mayor santidad en la Iglesia, al estilo evangélico, al estilo de Cristo, mas transparencia, mas justicia, mas equidad y mas caridad para todos…Hay un párroco santo….habrá mucha bondad y amor en los fieles, habríá mucha justicia social y evangelica..Cuentan que preguntado el Cura de Ars por otro cura vecino  el por qué sus parroquianos persistían en el pecado, sin practicar,… el Santo Cura respondió: ¿Ha Ud. rezado por sus feligreses? ¿Ha hecho penitencia por ellos? ¿Ha dado buen ejemplo Ud. mismo? ¿Ha practicado la caridad?…Entonces, amigo, no tiene por que quejarse…Es obvio, de que si olvidamos los “valores verdaderos” que son los espirituales, el estado de la Iglesia, como organismo espiritual, se vaya deteriorando en las consecuencias visibles..Ni siquiera una democracia puede funcionar cuando sus miembros persisten y se vuelven hacia el mal….Las palabras se han hecho para decir la verdad..Sin embargo, parece como que queremos institucionalizar la mentira y usar la calumnia como arma.
    un saludo cordial de Santiago Hernández 

  • roman diaz ayala

    El camino está trazado:
    Francisco es el obispo de Roma.
    todo lo demás sobra.
    el cambio se realizará  via un Concilio
    vía una decostrucción de las doctrinas del Vaticano I
    via  escindir a la Iglesia Católica
    Los escándalos actuales, ¿Son menos graves que los que concurrían cuando la Reforma de Lutero?
    No creo que la Curia actual esté por la labor de hacerse el harakiri
    roman

  • ana rodrigo

    Celso, se puede decir más alto pero no más claro. Gracias. Parecen obviedades, pero no deben serlo cuando hay tanto intereses personales y de poder en juego.

  • Celso Alcaina

    A Paco Asensi,
    La Curia romana es el poder papal, los brazos del papa, la interpretación de la voluntad papal. Ésto es así, quiéralo o no el papa. El Sínodo de Obispos nunca podrá sustituír a la Curia romana. Podría contraponerse a la Curia romana y restarle poder.  Un Sínodo de Obispos autónomo, deliberativo y ejecutivo, restaría poder al papa. Éso supondría limar el poder del primado romano y volver a concepciones de “primus inter pares” del primer milenio del Cristianismo. Además, un Sínodo de Obispos, tal como hoy está conformado, se me antoja castrado y no autónomo. Todos los obispos han pasado por la criba del papa y de su Curia. Son lacayos del papa y, aunque inconsecuentemente lo nieguen, también de su Curia. El camino está en la descentralización. En esa senda habría que profundizar. Un adelgazamiento o vaciamiento de competencias de la Curia llevaría a mermar el poder del papa. Es esencial un repensamiento y reformulación de los últimos concilios, particularmente del  Vaticano I.
     

  • francisco asensi

    Para  Celso Alcaina, cuyo artículo resulta tan esclarecedor.
    1.- La Curia Romana, órgano casi con vida propia e independiente, aparece como un poder que, frecuentemente, se enfrenta al del propio papa (“el Papa pasa, la Curia permanece”). Por lo visto Benedicto XVI no pudo con ella. Tiró la toalla, acobardado.
    2.- Yo le pregunto al Sr. Alcaína: La reforma de la Curia (que todo el mundo espera), ¿no podría llevarse a cabo reforzando el papel y el poder del Sínodo de Obispos?

  • roman diaz ayala

    Repasando el tema de la Curia, desde la perspectiva de la necesidad de su reforma y de cuáles podrían ser las alternativas de quien o quienes podrían realizarla, nos tropezamos con dos dificultades.
    Podríamosllevarla por los aspectos más doctrinaleso espiritualistas, por ejemplo de Santiago, pero que debería previamente preguntar,
    cuál es la base o fundamento para identificar plenamente esta institución histórica con la realidad espiritual de la Iglesia de Dios, y por qué  cuesta tanto poder separar lo que el Espíritu de Cristo construye en los corazones por medio de la fe, de aquellos tinglados que fabrican los hombres  y que se quiere legitimar con argumentos historicistas de tradición o legado de origen ( sucesión apostólica)
    La Curia romana, ésa que conocemos,, no admite ningunareforma, sino que de acuerdocon el devenir histórico tiende a desaparecer. ¿Quién lo hará?
    Es posible que el actual Jefe de la Iglesia no puedarealizarlo y deberemos esperar a  que otro u otros lo hagan, ¿Dejará por eso de estar e el camino correcto?
    Un poco de historia no nos viene mal. Deberíamos empezar por las circuntancias que concurrieron para el Vaticano I, y lo que durante su curso ocurrió, con la pérdida de los Estados Pontificios.
    Debemos explicarnos porqué la recuperación del prestigio y esplendor del papado, con la figura señera de Pío XI, que ejerce una autoridad soberana y que marca el apogeo de la monarquía pontificia, con los años nos ha demostrado que marcaba tanto esplendor el ocaso.
    No todo es Tradición en la Iglesia.
    Y los retos del presente son de tal magnitud, que o se renueva hasta en lo más íntimo, o quedará reducida a otra secta más, como las muchas que pululan por ahí en el mundo cristiano.
    roman

  • Santiago

    Indiscutiblemente Celso creo que tu visión de la Iglesia antes de llegar a Roma era muy idealista…Sin embargo, el propósito de la venida de Jesucristo a este mundo y querer transmitir su mensaje “que nos salva” sacramentalmente a todos nosotros, mediante la Iglesia no depende de los “errores” de sus miembros, ni de la burocracia vaticana, ni del pecado de los clérigos….sino que trasciende todo esto y es universal, porque si fuera asi, si estuviera basado todo en lo humano, ya la Iglesia Católica hubiera desaparecido del mapa sin vestigio alguno….pero se dice -y con razón- que “ni nosotros mismos, los católicos” hemos podido destruirla…porque el carisma de Cristo reside en ELLA como “un sacramento”…y es la gracia de los sacramentos -que no depende en su eficacia de la dignidad del ministro- el sello mas visible de Ella….por lo que en medio de las mayores crisis siempre ha habido santidad -hombre y mujeres santos- en la Iglesia de Cristo..siendo Francisco de Asis una de las figuras mas representantes de este don.
    Desgraciadamente, como has expuesto, hubo una “apropiación” engañosa, consciente o inconsciente, del deseo de los Padres Conciliares, deseo plasmado en las decretales del Concilio Vaticano II…Esta Comision encabezada por Bugnini tergiversó varias de las intenciones del Concilio…que no quiso destruir el pasado…sino construir el presente….en el propio “aggiornamiento” querido por Juan XXIII…cuya devoción personal y amor a la Iglesia aparece muy clara en su Diario del Alma, redactado durante toda su vida y puesto en imprenta…Nada mas lejos de Juan de renunciar a la tradicion apostolica, sino mas bien expresarla mejor, para que fuera mejor comprendida en el lenguaje y mentalidad contemporánea….Por eso, todavía hay que leer el Concilio Vaticano II y penetrar profundamente en la voluntad de los Padres, coherentemente redactada en las Constituciones Dogmáticas y Pastorales, en sus Decretos y en sus Declaraciones….Todavía quedan siglos..para implementar sus enseñanzas que no rompen ni cambian la doctrina de la Iglesia, sino que la amplian y la aclaran y expresan mucho mejor…
    El hecho de que el mundo moderno -en parte- este rechazando la moral, no es un fallo de la Iglesia, ni de la Curia….porque la Iglesia no le ha dicho que si, a las relaciones pre-matrimoniales…tampoco se ha dado carta abierta a la indisolubilidad evangelica del matrimonio….pero se atiende mas a si hubo verdadera madurez para poder acceder a los requisitos del verdadero amor….
    Si los viajes papales han sido populistas y no han sido todo lo edificantes que hubieramos querido..tambien han hecho mucho bien a mucha gente de buena voluntad que percibe un carisma especial eclesiastico en el sucesor de Pedro, aunque el no sea santo, y lo quieren ver y oir mas de cerca….Y las intrigas y miserias humanas en la burocracia vaticana, no son ajenas al nucleo inicial de los discipulos de Cristo…que el mismo escogió a pesar de sus graves defectos, que eran bastante numerosos…Pero Cristo sabía lo que hacía…La Encarnación, asumiendo el Hijo nuestra misma naturaleza humana, parece imposible….pero es la mayor prueba de confianza y de fe y de amor….de un Dios hacia nosotros…un Dios que sabe que, al final de todo, el bien triunfará sobre el mal
    un saludo cordial de Santiago Hernández 
     

  • Carmen Pereira

    Una vez leído y releído este artículo, se me ocurre que el papa Frncisco lo tiene crudo. Y no sólo  en lo que respecta a la renovación de la Curia. Se limitará a retoques intrascendentes. La telaraña curial atrapará al papa. No puede esperarse algo distinto después del centralismo resultante de siglos de creciente dominio (al menos desde Gregorio VII) y del encumbramiento del Vaticano I. Sin la Curia, sin su complicidad y apoyo, el papa se difumina y apaga. Un alto curial  pronosticaba hace pocos días (vide Religión Digital) algunos insignificantes cambios:  mayor poder de la Secretaría papal, aumentar las Congregaciones, disminuir los Secretariados. Algo así hizo Pablo VI. Nada sustancial ni esperanzador.
    El relato de Don Celso confirma nuestros recelos. Lo imaginábamos y lo hemos sufrido. Pero es importante que alguien que estuvo en la cocina nos cuente lo que hay en la olla.. Gracias, Prof. Alcaina.

  • Felix Estévez

    Giacomo Casanova escribió en su “Histoire de ma vie” refiriéndose a la “corte” papa: “El hombre que quiera tener éxito en Roma tendrá que ser flexible, insinuante, pérfidamente sincero, paciente, aparentar menos sabio de cuanto realmente es; frío como el hielo cuando otro en su lugar herviría de pasión y de cólera. Si no tiene religión en su corazón, ha de tenerla en su cabeza…Y si le resulta abominable este comportamiento, sólo le queda marcharse de Roma y buscar el éxito en otra parte”-
    Pienso que Don Celso se encontró una situación insospechada nada acorde con sus expectativas. La Curia papal tiene todos los defectos de cualquier corte imperial. Por tratarse de un régimen absolutista, supera a las actuales administraciones gubernamenales en las que no faltan intrigas, abusos, corrupciones, mangoneos. Si la Iglesia institución nunca fue querida por Jesús y degradó el mensaje del Nazareno, “a fortiori” la Curia romana.

  • oscar varela

    Hola!

    Leo:

    – “Benelli calificaba de mandato papal cuanto él estimaba conveniente.
    el mismo papa le había dado licencia habitual para ello.
    – De esta manera, el peso del pontífice se aligeraba.”-

    Esto es lo que se llama “micro-clima” en la Gobernanza.

    Habremos de preguntarnos y atender a eso, también llamado “Equipo”.

    Nada es “per-durable” y llega a buen término si no acierta en el “Equipo” de Gobierno.

    Tal vez Celso, ya que se muestra en vena “confidencial” se tome el trabajito de ilustrarnos acerca del “Equipo” del Pancho actual. ¿podrá ser?
    …………..

    Hablando de DT (Director Técnico) y su Equipo de Colaboradores (entrenador – masajista – dietólogo – pañolero – etc.), también se ha de tener en cuenta a los Jugadores mismos que hayan internalizado las vitaminas y estrategias para dar el espectáculo felicitario.

    Hay, todavía, el componente originario y final, que es quien da Sentido a todo este Andamiaje ortopédico de la Gobernanza: El PÚBLICO-PUEBLO.
    …………..

    Hoy, 7 de junio celebramos en Argentina el “DÍA DEL PERIODISTA” recodando la fundación de “La Gazeta de Buenos Aires” (primer periódico independista) por parte del “ninguneado” Mariano Moreno, quien en el primer número escribió:

    – “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes…”-
    ……………..

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Antonio Vicedo

    Y tanta complicación para entender el Evangelio y la teología resumidos admiráblemente en estos dos conceptos y palabras que nos legó Jesús y por cuyas consecuencias murió: ¡PADRE, NUESTRO!
    El hermano Francisco no tiene más que aceptar de la Iglesia este sencillo y fundamental supuesto de fe, y afrontar las mismas consecuencias testimoniales y de mensaje que Jesús aceptó.

    Lo de ¡Padre! para agradecer y confiar.
    Lo de Nuestro=Nosotros para cargarlo de realidad vital personal y colectiva.
    Puede que así se entendiera claramente aquello del Ev. de Ju. XIII, 35: “-En esto conocerán que sois discípulos míos, en que os amáis unos a otros”, cargando de realidad humana a la HUMANIDAD.

  • oscar varela

    Hola!

    Hay frases que son d Antología! – Leo:

    – “normalmente el papa predica verdades obvias“-

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

    PS: como la “ob-viedad” descansa dormida en la falta de creatividad, es un estado desaconsejable para los tiempos estos y los que se nos vienen, que son de plena “IN-NOVACIÓN“.

    Me dijeron que la Era de Acuario -en la que hemos entrado hace poquito- se carateriza por una salvaje Innovación, que, quien no esté “culturizado”, se sentirá “des-orientado”. Y esto es grave ¿no?

  • ana rodrigo

    Ufff!!! Qué tufo desprende la lectura de este texto, tufo desde un “otro mundo” en el viven una especie de hombres con pocas cosas en común con el resto de los mortales. Por un lado huelen a naftalina, por otro lado defienden un mundo de intereses personales de poder y, finalmente, son conscientes de la trascendencia de sus decisiones sobre las conciencias de terceros, sobre la vida, el trabajo, el prestigio y la salud de personas trabajadoras de teología, sin ser conscientes, o siéndolo, de que actúan desde un abuso de poder, auténticos inquisidores (aunque cambiasen el nombre del dicasterio), auténticos hombres de negro por fuera y por dentro. ¡¡¡Si Jesús levantase la cabeza…!
     
    Y con esta turba de raros especímenes tiene que bregar este Papa y cualquiera otro…, difícil empresa.