Los pasados días 23 y 24 de mayo han tenido lugar en San Sebastián las III Jornadas de Espiritualidad y Sociedad, organizadas por la Asociación GUNE, en torno esta vez al tema “Salud y espiritualidad”.
Salud y espiritualidad. ¿Quién sabe decir lo que es la salud que tanto anhelamos, o lo que es la espiritualidad que tanto necesitamos? ¿Quién sabe decir la relación tan estrecha y compleja que existe entre ambas? Cada respuesta suscita nuevas preguntas, y de pregunta en pregunta nos vamos abriendo a un concepto más espiritual de salud y a una idea más sana de espiritualidad. Cuando decimos salud, no nos referimos solamente a la salud física. Al decir espiritualidad, de ningún modo me refiero solamente a espiritualidad “religiosa”.
En 1948, la Organización Mundial de la Salud definió la salud en términos muy absolutos como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Quien crea estar así de sano es un inconsciente, y quien se empeñe en estarlo se volverá enfermo por su propio empeño. Miremos lo que pasa hoy. Nunca ha habido tantos remedios para tantos males, pero nunca hemos sido más vulnerables, pues somos más intolerantes que nunca para el dolor, la muerte, la enfermedad. Nunca ha habido tantas empresas interesadas no en la salud sino en vender y ganar. Y nunca ha habido tantos hipocondríacos ni tantas visitas a urgencias. Cada spot publicitario ¿no nos vuelve un poco más enfermos? Cuanto mayor es nuestro deseo de pleno bienestar, ¿no es más grande nuestro malestar?
Sin embargo, ¿quién no aspira a ese bienestar pleno, a esa salud? Muchas religiones la han llamado “salvación”. Pero las religiones la han remitido al “más allá” de la muerte, y muy a menudo han impedido alcanzar la salvación necesaria y posible aquí, ahora. Demasiadas religiones, demasiadas veces, han enfermado a la gente por la angustia de la culpa y el miedo del castigo. Y una religión que enferma contradice la espiritualidad. Espiritualidad es respirar en paz, es respetar al otro, es esperar un futuro bueno haciéndolo presente aquí y ahora. Y toda forma –creencia, norma, institución– que impida respirar, respetar, esperar debiera desaparecer.
Las palabras no engañan. Salus en latín significa a la vez “salud” y “salvación”. “Salud” y “santo” se dicen también en muchas lenguas con términos derivados de una misma raíz (Heil y heilig en alemán, Health y holy en inglés…). “Sano y salvo”, decimos, y es como queremos estar. “Sano” y “santo”, podríamos también decir, y es como deberíamos ser. O sano y bueno. O feliz y bueno. Salud y espiritualidad nos remiten ambos, en última instancia, a esa bondad y bienestar inseparables, que no son incompatibles con dolencias diversas, físicas o psíquicas. La medicina y la espiritualidad, eso sí, deben contribuir a curar todas las dolencias evitables y a sobrellevar en paz las inevitables.
Sanos y salvos y buenos. ¿Pero cómo? No nos bastarán la medicina convencional ni las medicinas alternativas ni todas las terapias, por beneficiosas que sean. No nos bastarán la neurociencia y la genética, por prometedoras que sean. No nos bastarán las farmacias y parafarmacias y herboristerías, por indispensables que sean. Sí, debemos besar con devoción las pastillas que nos curan, pues son tierra sagrada, al igual que nuestro cuerpo herido, y al tomarlas debemos sentirnos pequeños y humildes, pero saber a la vez que tampoco ellas nos bastarán.
Muchas cosas son necesarias para sanarnos, pero no nos sanarán del todo, al menos todavía… ¿Alguna vez sí? No lo sé. Todavía no somos más que un pobre Homo Sapiens al comienzo de su evolución. Y hoy necesitamos, junto a todo lo demás y por encima de todo, aprender a respirar y a vivir en paz, en profunda armonía con nosotros mismos y con todo cuanto es. Y aprender a sentirnos sanos y salvos en el corazón del Misterio, aunque solo estemos al comienzo de la salud y de la espiritualidad.
Para orar
Señor Jesús,
De mi cuerpo gastado, sé tú el fortalecedor.
De la noche que cae, sé tú la luz.
De mis sufrimientos, sé tú el consuelo.
De mis faltas pasadas, sé tú el perdón.
De mi soledad, sé tú el compañero.
De mis rebeldías interiores, sé tú la esperanza.
De mi fe, sé tú la fuente.
De mi amor, sé tú el fuego.
De mis insomnios, sé tú la Presencia.
De mi sonrisa, sé tú la dulzura.
De mis encuentros, sé tú la Palabra.
De mis oraciones, sé tú el Bien Amado.
Señor, yo creo que tú eres la Vida
y que has vencido a la muerte.
Ven a llamar a mi puerta.
El día declina y se hace tarde…
¡Quédate junto a mí! (M. Hubaut)
Vamos Oscar!! Con fuerza!!
Todavía hay mucha vida;
( mucha vida ‘toda-vía’)
Un abrazo
Querido OSCAR, mi papá de 75 años hace 3 años le detectaron cáncer de próstata, ese día estaba yo junto a él cuando el médico se lo dijo, a mi me cayó la ficha de la vida -o el mundo se vino abajo como se dice vulgarmente, él solo pregunto si podría ver otro mundial, a lo que él médico le contesto…no lo podemos saber. Hizo 35 sesiones de radioterapia, pagado por el PAMI -que con paciencia tiene un excelente funcionamiento-, y tiene que hacerse controles anuales, pero lo remitieron y hace su vida en forma normal, camina, cocina, sigue mirando fútbol y parece que llega al Mundial de Brasil y va camino a los 76….a vos también le pasará lo mismo. Adelante!!!!!!!!! Un abrazo, Sergio.
José Arregi se refiere a las III Jornadas sobre Espiritualidad y Sociedad que se celebraron en San Sebastián. En esas jornadas tuvo una ponencia Koldo Martínez.
Este es el audio (20 minutos) de esa ponencia que puede interesar a alguien y que nos ha enviado Cristina Monleón. Agradecemos mucho este tipo de colaboraciones:
[audio src="http://www.atrio.org/KOLDO.mp3" /]
Hola!
Mi Comentario anterior terminaba colgado de los ganchos de interrogación:
– “¿Cuál será “mi camino”, no?”
Es posible que a esa instancia haya sido llevado por la solicitud que Antonio Duato me dirigía en su Comentario inicial:
– “Algún día espero que Oscar nos hable de esta experiencia”-
Sin embargo, debo decir que ya le había respondido:
– “Mi experiencia es que el Asunto está en mi Agenda: una cosa que tengo que hacer.”-
Ahora vendría la pregunta por el millón_
– ¿QUÉ ES LO QUE UNO (yo) TIENE (tengo) QUE HACER?
………………….
Pienso que lo que hay que hacer es TENER GANAS.
Este Principio fundamental me lo confirmaban los amigos con sus apretones de manos y abrazos (reales y virtuales). Todos están convencidos de que la SANACIÓN se mide por las GANAS que uno tiene de SANAR-SE.
Que ¿cómo se tiene GANAS? ¡Haciendo! ¡Pujando! ¡Pensando! ¡Creando! … y todos los …-andos p’arriba!
Aunque parezca una frivolidad, pienso que lo fundamental es “HACERSE LA NOVELA, UNO MISMO”.
Quien haya leído “Pregunta por la Técnica” de Martín Heidegger (ofrecido por X. Gundín en otro Post) podrá comprobar que el “HACERSE LA NOVELA, UNO MISMO” no tiene absolutamente nada de frívolo sino todísimo lo contrario.
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NOTA: 22 años antes (1933) Ortega lo decía “mejor”, más “entendible” y más “profundo”, en “Meditación de la Técnica”.
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Resumo el “orate” de Arregui que me modifiqué:
“¡Que la Vida me sostenga en la palma de MI mano!”
Así es como ¡Voy todavía! … y espero-deseo aguantar felicitariamente– Oscar.
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PS.: A lo único que NO LE TENGO GANAS es al DOLOR … pero hay remedio pa’ todo ¿no
Lo que ahora es misterio, en un tiempo no muy lejano se nos desvelará…El deseo actual…se convertirá en realidad….Nuestra libertad, capaz de decir que no, dirá que si a la felicidad….La esperanza cristiana, pues, es la mejor arma contra el pesimismo….es ella la que nos guía constatemente hacia nuestra verdadera meta…nuestra vocacion completa..nuestros deseos, por tanto, se realizarán cabalmente al final
Oscar, estoy contigo ahora….yo he estado ya alli….admiro tu entereza ante la prueba dificil…estaré tambien junto a ti en la oración constante de la Iglesia…”nada te turbe, nada te espante, todo se pasa…la paciencia todo lo alcanza”
un abrazo en la amistad de Santiago Hernández
Hola!
Leo:
– Las palabras no engañan. Salus en latín significa a la vez “salud” y “salvación”. “Salud” y “santo” se dicen también en muchas lenguas con términos derivados de una misma raíz (Heil y heilig en alemán, Health y holy en inglés…). “Sano y salvo”, decimos, y es como queremos estar. “Sano” y “santo”, podríamos también decir, y es como deberíamos ser. O sano y bueno. O feliz y bueno.-
……………..
Arregui nos traza un campo significativo del lenguaje al considerar la asociación de algunos vocablos en algunos idiomas, como: salus – salud- salvación – santo – Heil –heilig – health – holy.
Su campo de referencia es “SANO y SALVO” al que agregó –como hice notar en un Coment. anterior- el de “BUENO”. Pero es justo apreciar el otro agregado de “FELIZ”; resultando un conjunto, que en “ESPIRITUAL” espiral evolutiva pareciera darnos esto:
SANO – BUENO – SALVO – FELIZ.
………………..
Todo este campo analítico parece ser muy lindo; sin embargo Arregui le pone la inquietud imprescindible de todo lo humano y que nos tiende el lazo embretador de sus lazos interrogativos. Leo:
– Sanos y salvos y buenos (y feliz) . ¿Pero cómo?
……………….
Todo nuestro ser humano-esponja ávida de agua viva que abreve nuestra sed de logro, tiende sus manos menesterosas y suplicantes al prometido secreto de la felicidad; y ¿qué nos dice Arregui? Pues esto: ¡que NO LO SABE!
Leo:
– Muchas cosas son necesarias para sanarnos, pero no nos sanarán del todo, al menos todavía… ¿Alguna vez sí? No lo sé.-
………………
– ¿Y para es hemos prestado ojos y oídos?
– ¡No! Arregui nos hará una seductora invitación, a la de un “Misterio – Pos/Puesto (puesto en un después)” . Leo:
– Y aprender a sentirnos sanos y salvos en el corazón del Misterio, aunque solo estemos al comienzo de la salud y de la espiritualidad.–
………………
Al llegar a este último apartado es cuando mi Camino se bifurca del de Arregui.
¿Cuál será “mi camino”, no?
Voy todavía! – Oscar.
Querido Oscar…
En sonoridad contigo…
Deseo:
Que el miedo sea, solo
una suave brisa,
suavice al dolor,
al quemazón,
las fatigas…
Deseo que nada oscurezca
el buen hacer,
las sean todas manos amigas,
deseo que sientas, nos recibas
en las distancias…
Deseo que en todo cuanto
tú crees sea tan cierto
que te haga inmune
en los in credos
Deseo que sea todo una
Suave brisa…
Queremos escuchar fuerte
Ese ¡Vamos todavía!
Antes que nada, gracias José Arregi por estas y otras intervenciones tuyas en estas páginas.
De acuerdo con la relación entre salud y espiritualidad. Si no nos lleva la una a la otra, algo falta. Y no estamos respondiendo al momento evolutivo que tenemos la suerte de vivir. Unidos.
Oscar
Como Honorio Cadarso, te mando un abrazo grande como el Cerro Ventana, que contenga todas las esencias curativas, las de la madre Naturaleza y las de la amistad virtual que tejemos en estos contactos.
Sé que el amor y los cuidados de Olga harán su aporte fundamental.
¡Un abrazo grande, Oscar! Me gusta mucho tu oración, tu credo. ¡Gracias!
Mis queridos Olga-Oscar:
¡Gracias por compartir vuestro paso presente!
¡Gracias por tu estilo Oscar, ante el tratamiento¡
¡Gracias Olga, por tu entrega serena y amante en tus atenciones y compañía!
Os llevo cada día y momento en mi corazón y pensamiento; y repetiré con intensidad agradecida lo que nos has regalado de tu quehacer diario.
Es muy hermoso lo que en ella brota de tu corazón, sentir y vivir cotidiano.
Un abrazo lleno de ternura y amor a los dos, un poco más especial a Oscar…
pili
Mucho ánimo, Oscar. La “próspera” -que es como la llaman por aquí, en los pueblos- no va a poder contigo…
Un abrazo.
Claro que se puede dar la salud total, es decir, la salud física, mental y síquica, todas a la vez, en momentos de nuestra vida. Pero no es sencillo que se puedan dar siempre que alguien lo desea.
La salud física tiene diversos orígenes, la de una enfermedad que te sobreviene sin saber porqué, y, por tanto, hay que ponerse en manos de profesionales de la medicina y confiar en que muchísimas enfermedades son curadas y otras aliviadas en sus consecuencias. Algunas, y dado que esta vida es finita, nos conducen al fin.
Hay otro tipo de enfermedades, que llamaríamos sicosomáticas: una úlcera de estómago, un infarto, dolores musculares de cervicales, tensión alta, etc., que pueden ser (no sé si siempre) la consecuencia de comportamientos controlables por tener su origen en la mente, en las emociones negativas, en conductas estresantes, agresivas, etc.
El trabajo espiritual propio, lo que llamamos la actitud interior de cada cual, ayuda en todos los casos.
Las enfermedades mentales son terribles y necesitan de buenos profesiones de la neurociencia, de la siquiatría, u otro tipo de especialistas.
Pienso que Arregui está pensando en personas sanas previamente, que tienen fuerza, voluntad y capacidad para poder poner en orden actitudes mentales que llevan a comportamientos sanos y pueden ayudar a los enfermos en los momentos malos.
Pienso que es saludable practicar terapias preventivas o, incluso, curativas de problemillas sicosomáticos, aunque hay que prevenirse del mercadeo de milagros y demás ofertas fraudulentas.
Las experiencias personales son otra cosa, y determinadas prácticas orientales y/o sicológicas, puede dar resultados muy saludables. Yo soy una de esas personas practicantes de estos temas de trabajo mental y espiritual, y con buenos resultados por el momento en aquello que me da calidad de vida, que eso es la salud total, calidad de vida, aú aceptando los límites físicos impuestos, que no buscados.
Hola, Oscar, hola, Olga! No sé qué decir en ocasiones como esta que tantas v eces se nos presenta en la v ida. Llega una edad en que terminamos por enterarnos de que tenemos próstata, o lo que sea, o como se diga. Y que ese aparatito quizá mal diseñado de nuestro organismo comienza a tener desajustes.
Nos toca a todos, por lo menos a los hombres…y tenemos que tomárnoslo con mucha filosofía.
Tú de filosofía andas sobrado, pibe. Y de teología también. Mándanos tus mensajes mientras te dan esas sesiones. Yo te mando un abrazo que puede que sea algo curativo, por el afecto de que va cargado.
Hola!
Arregui nos dice:
* no solo “sanos y salvos”
sino también (y mejor)
* “sanos, salvos y buenos”
Ese agregado de “buenos” es de agradecer.
¡Vamos todavía! – Oscar.
HOLA, OSCAR VARELA:
SALUD, SALUD Y MÁS SALUD!…Paciencia en sus radioterapias y éxitos y pronta recuperación de su operación…
Deseo y espero que siga yendo todavía… al paso de la gente…
PAZ Y BIEN.
María Luisa
HOLA, TODOS !
De acuerdo totalmente con José Arregi:
“Muchas cosas son necesarias para sanarnos… hoy necesitamos, junto a todo lo demás y por encima de todo, aprender a respirar y a vivir en paz, en profunda armonía con nosotros mismos y con todo cuanto es. Y aprender a sentirnos sanos y salvos en el corazón del Misterio, aunque solo estemos al comienzo de la salud y de la espiritualidad”.
Le acompaño también en su hermosa oración.
PAZ Y BIEN.
María Luisa
Oscar:
Acabo de enterarme al leer este “post” de tu enfermedad.
Deseo hacerte llegar toda mi solidaridad y afecto.
Un abrazo y mucho ánimo y esperanza. Eloy
Hola AMIGOS!
Ustedes se han aprovechado de los Husos horarios para la trampita en que me han envuelto acogedoramente ¡Gracias! De mi parte y de mi “compañera” Olguita.
No se asusten de leer MI CREDO “espiritual” sobre mi “carne y sangre“.
¡Tómenlo como un Ofertorio para nuestra Comunión!
(agradezco a Arregui y le pido disculpas por la modificación del “orate” hacia mi credo)
………….
Para orar
Oscar-Agenda-oscar (lo que tiene QUE-HACER oscar)
De mi cuerpo gastado, sé tú el fortalecedor.
De la noche que cae, sé tú la luz.
De mis sufrimientos, sé tú el consuelo.
De mis faltas pasadas, sé tú el perdón.
De mi soledad, sé tú el compañero.
De mis rebeldías interiores, sé tú la esperanza.
De mi fe, sé tú la fuente.
De mi amor, sé tú el fuego.
De mis insomnios, sé tú la presencia.
De mi sonrisa, sé tú la dulzura.
De mis encuentros, sé tú la palabra.
De mis oraciones, sé tú el bien amado.
Oscar-Agenda-oscar
creo que vos sos mi vida
que vas venciendo la muerte.
sigue llamando a mi puerta.
el día declina y mañana será otro día …
¡Sigue junto a mí! (Oscar/loquito)
oscar,
me dejaste tran atrapado con tu palabra fetiche : ideograma,
cuando hacía mis primeras intervenciones en Atrio que me propuse
hacer alguna incursión el proximo verano (de este hemisferio)
por las ciencias del lenguaje, si me dejan los nietos.
Tiene mucho que enseñarme, y yo lo aprenderé de tí con muchísimo gusto.
román
Ahora me entero que operan a Oscar y es que a penas he podido leeros.Ánimo Oscar a mí también me operan el próximo lunes…
Oscar Varela:
Leo en el comentario de Antonio que te vas a someter a treinta y cinco sesiones de radioterapia.
Te deseo de verdad ánimo, serenidad y valor.
Tú eres hombre dotado de fortaleza.
Un saludo cordial para tí y para Olga.
Ánimo, Oscar, mi hermano se ha curado al cien por cien, y tú seguro que lo consigues. Un abrazote grande.
Se me ha adelantado Arregi en tocar un tema que tenía programado.
Porque quería somtere a comentario lo principal de un número de Iglesia Viva, Medicalización, salud y espiritualidad, que Teresa Forcades coordinó el invierno pasado.
Y quería dedicárselo a Oscar Varela que esta semana ha empezado la serie de treinta y cinco sesiones de radioterapia que van a acabar con el cáncer diagnosticado en su próstata. Oscar, ejemplo de homo sapiens sapiens realizado como tal, con un largo itinerario de vida y reflexión interior a sus espaldas, me escribía hace unos días sobre el calendario de terapia y las instrucciones que le habían dado en el hospital:
Algún día espero que Oscar nos hable de esta esperiencia y cómo adquirir la sabiduría que le ha llevado a afrontar con esta serenidad una circunstancia que para muchos de nosotros sería una trágica amenaza.
Gracias, Oscar. Estamos contigo y con Olga, con amor, más que nunca.