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Consciencia más allá de la vida

Pim Vam Lomme, autor del libro Consciencia más allá de la vida (ed. Atalanta 2012), cardiólogo y Director de un hospital holandés, ha investigado durante más de 25 años las experiencias descritas por pacientes que estuvieron en estado de muerte clínica. Ante la imposibilidad de explicarlas mediante el paradigma materialista de las Escuelas de medicina, ha elaborado, en consonancia con otros especialistas, una explicación basada en la física cuántica.

Esta teoría puede tener consecuencias en la práctica médica en torno a la muerte y en una visión más humana y solidaria de nuestra vida.

Por el interés del tema, intentaré presentar aquí un breve resumen, aunque no pueda recoger los pormenores de su argumentación ni la complejidad de algunos conceptos. Ojalá que los lectores de ATRIO ayuden a completar y a contrastar la explicación de Van Lommel.

  • El autor

Pim Van Lommel ha estudiado las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) en la bibliografía actual (75 páginas de notas bibliográficas), en los estudios retrospectivos y en los estudios prospectivos iniciados a pié de cama con todo el protocolo científico.

Reconoce que el título de ECM, que se le ha dado a estas experiencias, no es exacto, porque se presentan las mismas características en otras situaciones en que no se corre peligro, como en experiencias religiosas. Él mismo habla en algún momento de “experiencias extracorpóreas”, pero prefiere considerarlas “experiencia de Consciencia no local o infinita”, y las considera algo “bastante común”. Consciente de la novedad de su explicación reconoce “No espero que las nuevas ideas encuentren aceptación inmediata, pero deben ser cuando menos examinadas más de cerca”.

  • Datos experimentales de las ECM

Algunos pacientes que han sido reanimados después de una muerte cerebral (muerte clínica y legal, encefalograma plano, sin actividad electromagnética ni riego sanguíneo durante más de diez minutos) han contado experiencias, que responden a un patrón común, y que resultan inexplicables con el paradigma materialista.

Estas experiencias narran visiones de cosas acaecidas durante su muerte clínica, incluso fuera de la habitación o del quirófano, y es imposible que el pacinte pudiera haberlas percibido aun estando consciente.

Un ciego de nacimiento tuvo una experiencia de visión de luces y de personas a las que reconoce. Una mujer conoce a su padre biológico del que nunca le habían hablado y ve allí a otra persona que había muerto mientras que ella estaba en coma. Otros no sólo tienen una instantánea panorámica de su vida sino que tienen una prognosis de su futuro, que luego se confirma.

También se producen experiencias semejantes en estado normal. Es frecuente ver a personas que están a gran distancia, o ver a un familiar o amigo poco después de su muerte; sobre estos fenómenos existen datos estadísticos, denominados “experiencias perimorten o postmortem”. Una mujer vio con uniforme militar a un antiguo amigo sacerdote que le comunicó que había muerto. Después supo que murió como capellán militar. Este tipo de experiencias han sido recogidas por diversas culturas (capítulo V), aunque han sido desestimadas porque no pudieron ser registradas con nuestro aparato científico actual.

  • Explicación reduccionista del paradigma materialista

La medicina actual mantiene que la consciencia es una actividad del cerebro. Van Lommel se plantea cómo puede darse una consciencia –incluso más lúcida que la consciencia habitual- en una situación de total inactividad cerebrar. Considera que las experiencias constatadas son inexplicables con el paradigma materialista, pero que la medicina actual lo acepta como un dogma inapelable.

El autor dedica los capítulos centrales de su estudio a analizar el funcionamiento del cerebro y los protocolos seguidos en las investigaciones de las ECM. Rechaza, en base a experiencias comprobadas, la principal objeción que atribuye estas visiones a la falta de oxígeno en el cerebro.

Tampoco se trata de meras alucinaciones, porque puede comprobarse su adecuación con la situación real que describen y porque provocan un cambio permanente en el sujeto en el sentido de empatía, comprensión y amor incondicional a los demás. Aumentan el sentimiento religioso (la espiritualidad) pero disminuyen el interés por la religión institucionalizada. A consecuencia de una ECM, algunos descubren que tienen poderes curativos.

En el capítulo XI el autor enumera y expone ampliamente las diversas explicaciones de las ECM según los modelos materialistas o los modelos inmateriales. Constata que, aunque expertos en diversas especialidades de medicina o de física superan las explicaciones materialistas, “en el ambiente académico se considera que hay una explicación materialista para todo. Algunos científicos no creen en las preguntas sin respuestas” , y termina definiendo su posición:“Yo me inclino firmemente por el panprotopsiquismo”.

  • Lo que nos aporta la física cuántica

La explicación presentada por el autor se basa en los estudios cada vez más avanzados de la física cuántica.

Nos resulta difícil cambiar la visión del mundo que nos ha inculcado la física clásica, según la cual la realidad percibida en el mundo físico equivale a la realidad objetiva, las cosas se mueven de maneras predecibles dentro de un espacio vacío, y la interacción entre ellas tiene que producirse por un contacto directo.

Los principios de la física cuántica trastocan esta visión del mundo. La esencia de la física cuántica es el principio de incertidumbre. Predice posibilidades, no certezas.

La teoría implica que todos los sistemas materiales (partículas subatómicas, electrones…) tienen entre sus propiedades dos características opuestas, pueden manifestarse como ondas o como partículas. Sucede algo semejante a la información emitida por la radio o la televisión. los objetos no están aquí o allí, están como ondas en todo el espacio (no están en un sitio concreto) y sólo son localizados en un punto -y su función de onda se ‘colapsa’ en un estado de partícula- cuando el receptor, un observador (el cerebro), los hace presentes.

Si tomamos un átomo y lo dividimos en dos, cada parte será homóloga de la anterior y decimos que están “entrelazadas” porque en algún momento pasado han estado en contacto. Si separamos estas partes y actuamos sobre una de ellas, la otra responde instantáneamente de la misma manera.

Por ejemplo si se cambia el sentido de giro de un electrón en una de las partes, el sentido de giro del electrón de la otra parte cambia de la misma manera. Da igual la distancia a la que se separen unos metros o cientos de kilómetros. Este es el principio de no-localidad (no localización) o acción a distancia.

También se han realizado experimentos aislando en jaulas de Faraday a dos personas, que han estado previamente vinculas entre sí; al estimular aleatoriamente a uno de los sujetos aislados, se produjeron los mismos efectos en el otro.

Más aún, se han realizado experimentos en los que un objeto, o un insecto vivo, encerrado en un recipiente de vidrio ha desaparecido sin romper el recipiente y ha sido “teletransportado” a otro lugar; es decir, su función de onda no se materializa ya (no se “colapsa”) en ese recipiente sino en otro lugar. Estos fenómenos constan en el informe de la Fuerza Aérea Norteamricana “Teleportation Physics Study”. Para todo esto es necesario un potente receptor-transmisor de esas ondas.

Durante la guerra fría, la CIA financió una investigación sobre la “visión remota” para obtener datos sobre Rusia. Estas experiencias se han confirmado incluso en sujetos aislados en una jaula de Faraday o en un submarino a 170 metros de profundidad. El Instituto para la Investigación de Anomalías de Ingeniería de Princeton ha estimado que la posibilidad de que los resultados de la visión remota fueran mera coincidencia es de una entre mil millones. Algunas visiones han anticipado el descubrimiento de un anillo alrededor de Júpiter o han orientado posteriores descubrimientos arqueológicos. En esta línea habría que entender también la inspiración genial de los artistas y de los inventores.

Aplicación de la física cuántica a la ECM. Explicación del autor

¿Cómo se explica la conscieciencia durante una ECM? La consciencia no es producida por el cerebro. “La Consciencia no puede localizarse en ningún lugar, ni siquiera en el cerebro. Es no local (es decir, está en todas partes) en forma de ondas de probabilidad. Por esta razón no puede ser demostrada ni mensurada en el mundo físico”.

Nuestra consciencia es una parte de la consciencia universal no local; una parte en la que, como sucede en las holografías, se encuentra el todo. “Nuestro cerebro funciona como interfaz” entre nuestra consciencia individual y la consciencia universal no local; envía y recibe información.

La consciencia en vigilia funciona como corpúsculo de la Consciencia no local (que funciona como onda). En las ECM, cuando el cerebro queda inactivo, se desbloquea el interruptor de entrada y permite el paso de un estado superior de “Consciencia expandida, que atesora tanto información personal como universal”. El cerebro sería semejante a un receptor y a un transmisor de televisión, no produce la imagen sino que la recibe o la emite.

Cuando el cuerpo muere, la Consciencia no puede seguir comportándose como una partícula… por tanto existirá para siempre en forma de funciones de onda en el espacio no local”.

Resumiendo. La consciencia individual (el sí-mismo) es parte de la consciencia humana colectiva o universal que trasciende lo individual y conecta a cada individuo, más allá del espacio y del tiempo, con todo cuanto existe, ha existido y existirá (inconsciente colectivo). Esa consciencia universal recibe diversos nombre como Consciencia no local, Consciencia transpersonal, Consciencia infinita, eterna, unitaria.

La investigación de la ECM no nos proporciona pruebas científicas de que, después de la muerte, pasemos a formar parte de la Consciencia infinita no local, pero sí ha demostrado que se puede experimentar la consciencia independientemente del cuerpo, sin función cerebral. “Tenemos un cuerpo, pero somos consciencia”.

Reflexión filosófico-teológica

Permítidme agregar unos puntos de reflexión filosóficos y teológicos que estimulen los comentarios a esta teoría.“La física teórica es en realidad filosofía” (Max Born).

La física cuántica tiene un precedente filosófico en el noumenon de Kant. La consciencia infinita de Vam Lommel me hace pensar en las ideas platónicas, expresadas en el mito de la caverna. Lo que percibimos como realidad es solamente apariencia. La realidad está en la ondas de la consciencia no local o, quizás, más allá en la protoconsciencia, el vacío absoluto o plenitud, agujero negro de la energía, del que proceden las ondas de la consciencia no local que capta nuestro cerebro. Esta intuición había sido desarrollada de algún modo, desde hace milenios, por la filosofía oriental, los chamanes y la mística cristiana.

¿En qué consiste nuestra orgullosa individualidad? Si nuestra consciencia se basa en la consciencia no local, sin ella ¿se perdería nuestra memoria? ¿se perdería la coordinación y la directriz en el desarrollo de nuestras células que se renuevan totalmente cada semana? El yo ¿puede aislarse del nosotros o del universo? ¿Quién soy yo? “No sé quién soy. No soy lo que sé” (Ángelus Silesius).

La ciencia, tras largo y laborioso trabajo de análisis, está llegando a lo que había percibido la intuición filosófica –la intuición artística o la religiosa- y que había expresado mediante los mitos.

La teología cristiana quedó encapsulada desde el principio en la racionalidad griega y se ha replegado después a la defensiva, temerosa del racionalismo científico de la Ilustración. Ambos nos han aportado mucho, pero vamos “Hacia un tiempo de síntesis” (Javier Melloni) de la cultura oriental y occidental. Quizás ahora la teología encuentre en la física cuántica una comprensión realista de “el cuerpo místico de Cristo” y vuelva al mensaje del evangelio que, antes que logos, es vida.

Quizás las curaciones que realizaba Jesús fueran el efecto de su potente interfaz emocional que le conectaba con la consciencia infinita. Quizás la fe profunda –así como el go for it de la Programación Neurolingüística– pueda mover montañas. Quizás la resurrección de Jesús–y la nuestra- sea la permanencia en la consciencia no local. Quizás el intenso amor de María Magdalena potenció su interfaz para sentir la presencia del resucitado. Quizás el vacío absolutocampo unificado, campo punto cero, éter, Consciencia cósmica- coincida con la plenitud de la energía, con la matriz divina, con la dynamis tou Theou (la energía de Dios), con el Espíritu Santo, con el inabarcable Dios.

25 comentarios

  • Gonzalo Haya

    Agradezco todos los comentarios sobre este artículo y me alegro de que se hayan presentado tantos puntos de vista y bien argumentados. Van Lommel presenta una teoría que trata de explicar hechos constatados. ¿Algunos, como el teletransporte, son ciencia ficción? ¿Qué hay de los informes de la CIA que cita el autor? Ciertamente es un salto pasar los resultados de lo micro a lo macrocósmico. Por otra parte a la ciencia le falta todavía mucho para explicar relidades y valores que fundamentan nuestro mundo. ¿Será, como dice Van Lomme, que está encerrada en su dogma materialista? ¿Puede la ciencia explicar la historia de la humanidad, y nuestra propia historia? ¿Se llegará a conectar de alguna manera el mundo científico con el mundo espiritual de los valores? Creo que no podemos prescindir ni de las explicaciones científicas ni de los atisbos de la espiritualidad. Creo que merece la pena trabajar para acercarse a una síntesis.

  • M.Luisa

    Sí, todas estas objeciones que ponéis están muy bien y no seré yo quien pretenda  haceros  cambiar de idea ni estoy segura  tampoco  de que  mi reflexión   toque  lo que para  el artículo  es lo esencial: la aplicación  de la física cuántica a la ECM.
     
    Sin ir tan lejos,  sí que pienso que el autor Vam Lomm,  para llegar a ello  habrá  partido y se habrá apoyado además  de,  en la física cuántica,  en el pensamiento cuántico que, por el momento, es el que nos  abre y nos da razón de   nuestra propia capacidad cognitiva. La probabilidad da paso a la posibilidad y ésta nos capacita cognitivamente, ya que  frente  a   una nueva idea  de realidad   necesariamente  habrá de conllevar  a un cambio o  a una nueva idea  del pensar.
     
    Es el repensar de nuevo las cosas lo que nos hace dar cuenta de  lo que somos en cuanto a capacidad y  esto no porque provenga de un deseo   o surja de un  mero capricho  sino porque al  movernos en la realidad ella lo hace posible. Las cosas en la tradición filosófica han  sido pensadas dualisticamente y es, como me temo,  que   bajo esta visión  todavía  racionalista y certera  puede uno pretender decepcionado  ante una realidad incierta  buscar resultados convincentes. Pero es, precisamente,  en esta incertidumbre  donde se hace necesario restablecer como primer paso la unidad dividida del pensamiento   que por integrar ahora  cuántica y unitariamente   en él lo físico, lo sensible, lo hace incierto. Es la síntesis, creo,  de la cual habla Gonzalo Haya refiriéndose  a  Javier Melloni  y  también añado yo,   según el pensamiento estructural  de  Humberto  Maturana, para variar un poco,   en  el que  para ello   parte de lo biológico, es decir, de la materia  en donde no hay previa alguna de trascendencia,  pero sin embargo  el pensamiento no es que se quede  en lo meramente material. Lo que  no logro a entender  es que desde la  perspectiva de la fe se  abandone todo el aporte científico     y se prefiera dar  un salto en el vacío.

  • pepe sala

    Ya me sentía raro-extrraño en un foro donde se trata tant-ISIMO de teología. Bueno uno se acostumbra a todo y, como al fin y al cabo es algo que nos han IMPUESTO desde nuestro nacimiento, vale decir aquello de:
    “” no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista”.
     
    Con lo que no contaba yo, mísero de mi, es con la mejoría de los asuntos teológicos a través de la física cuántica…
     
    ¡¡ Joder!!, es que algunos no llegaremos nunca a estar a la altura de los biennacidos, ¡¡ coño!!. Antes porque no teníamos ni puta idea de teología ( ni falta que nos hacía) ahora porque seguimos en la mismna ignorancia respecto a la ” cuántica ésa”,  el funcionamiento de los móbiles, el mando de la televisión y y las bodas de la  puta  televisiva de turno”…
     
    Al final, siempre tenemos que volver a nuestras experiencias propias para poder sobrevivir a nuestra  ignorancia. Como consuelo, en mi caso, recuerdo al mejor INGENIERO que he conocido durante mi época laboral. Era un fenómeno en dibujo técnico, en teorías y en normativas de instalaciones. Pero EN LA PIZARRA. En el terreno estaba más perdido que un burro en una peluquería.
     
    Como al fin y al cabo era él ( el ingeniero) quien debería concederme a mí el carnet de instalador que me permitiese ganarme la vida instalando GAS, llegó  una ocasión donde pude poner ” el carro delante de los bueyes”. Se trataba de calcular ( matemáticamente y con las operaciones aritméticas oportunas) los radios de curvatura y la forma de curvar una tubería que conllevase varias curvas .
     
    Yo llevaba más de 20 años curvando tuberías y JAMAS había oido hablar de semejantes tecnicismos. Me cansó tanta teoría ytanbta pérdida de tiempa ante la pizarra que le desafié ante toda la clase :
     
    — Vamos a ver, Manolo ( así se llamaba el excelente ingeniero), a mi no me vengas con chorradas. Mientras tú haces los cálculos aritméticos en la pizarra, yo ya tengo el tubo curvado, colocado en su lugar y soldado. ( hubo apuesta y yo gané la apuesta.)
     
    Seguramente no viene al caso , pero … ¿ física cuántica para hablar de los muertos?
     
    ” Virgencita de mi vida, que me dejen como estoy”

  • Juanel

     
    Suscribo cuanto dices Pepe Blanco sobre la Física Cuántica y que es por supuesto tan materialista como la F. Clásica, pues trata de la materia en sus unidades mínimas por ahora, las unidades discretas de energía física en paquetitos o cuantos. Nada tiene de espiritual, mística o esotérica. Cuando Gonzalo Haya habla de teletransportación por ahora es ciencia ficción, ya me gustaría a mí que las pruebas que se han hecho sobre el particular hubiesen dado resultados convincentes. Lo del insecto parece que toma por real la película de la mosca. Necesitaríamos un receptor tan potente como para detectar todos los estados cuánticos de un objeto, que son sin duda bits de información, transformarlo en un vehículo de transporte u ondas, disponer de un receptor que lea la información y luego un aparato o cabina que reconstruya el objeto. Por ejemplo un cubo de sal común, y que en la cabina de recepción hubiese cloro y sodio suficiente para reproducir el cubo de sal exacto al original cuánticamente. En teoría puede hacerse, sin embargo, aún falta técnica capaz de hacerlo. Estamos a nivel de la nanotecnología que es una maravilla pues permite manejar átomos y disponerlos a voluntad en nuevos materiales, pero parece no ser suficiente con respecto a la teletransportación. Quizás haya que descender varios grados de magnitud hasta el nivel cuántico (quarks y leptones) y para esto queda aun demasiado por investigar y conocer. Creo que algún día se conseguirá, hay que dar tiempo al tiempo.
     
     
    Quizás hayan mecanismos a nivel cuántico que estén implicados en la conciencia y en el “yo” y que por ello se resistan a una explicación científica hasta ahora. No obstante se está avanzando con rapidez. Se están investigando cuáles son los núcleos cerebrales que están implicados en la pérdida de conciencia del entorno y del yo, pero aun desconocemos por qué razón cuando entran en actividad esos núcleos las recuperamos. ¿Cómo percibimos que estamos conscientes? ¿Basta la actividad de esos núcleos cerebrales? Son muy importantes los estudios sobre la vigilia y el sueño que se están realizando en las últimas décadas, porque inciden sobre la conciencia del entorno y la percepción del yo. Pero ningún neurocientífico podrá poner a prueba una hipótesis sobre la conciencia y la percepción del yo, si supone que son procesos que se dan en los individuos cuya causa es externa al mismo, cualquiera que sea la teoría que lo sostenga tal como la esotérica “consciencia cósmica”, dado que impide precisamente que se investigue. Funciona como una barrera, fruto del miedo a que se descubra algo que no les guste ni cuadre con su concepción del ser humano, considerado algo más que su especie biológica.
     
    Saludos cordiales

  • oscar varela

    Hola!

    Ahora, con lo de Pepe Blanco, aumenta mi alimento de sensatez.

    ¡Gracias!

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • pepe blanco

    “La Consciencia no puede localizarse en ningún lugar, ni siquiera en el cerebro. Es no local (es decir, está en todas partes) en forma de ondas de probabilidad. Por esta razón no puede ser demostrada ni mensurada en el mundo físico”.


    –     
    Si la consciencia llevara asociada una función de onda, podríamos calcular con precisión absoluta la probabilidad de que en cada momento estuviera en un punto determinado.

    –     
    Pero todo esto no tiene sentido, desde el punto de vista físico. Por ejemplo, para calcular una función de onda de una partícula es imprescindible conocer el potencial al que está sometida. Pues bien, ¿A qué potencial estaría sometida la consciencia absoluta?

    “La consciencia individual (el sí-mismo) es parte de la consciencia humana colectiva o universal que trasciende lo individual y conecta a cada individuo, más allá del espacio y del tiempo, con todo cuanto existe, ha existido y existirá (inconsciente colectivo).”
     
    En fin, que todo esto, emplea el lenguaje de la física cuántica, pero no tiene nada que ver con la física cuántica. Sí parece que tiene bastante que ver con el idealismo platónico, como ha detectado Gonzalo Haya (aún no había leído la última parte del artículo, pues la primera me puso de muy mal humor y no seguí leyendo).
     
    La física cuántica nació y se desarrolló en el mundo de lo muy pequeño, en el “micromundo”, como lo llaman algunos. Ahí, sus resultados se ajustan bien a las comprobaciones experimentales. Entiendo que sea tentador trasladar los resultados de la física cuántica al universo de las potencias de 10 cercanas al 0 (o sea, a nuestra escala) pero, que yo sepa, no hay ninguna evidencia de que eso pueda hacerse.

  • pepe blanco

    Nos resulta difícil cambiar la visión del mundo que nos ha inculcado la física clásica, según la cual la realidad percibida en el mundo físico equivale a la realidad objetiva,[en la cuántica, la realidad también es objetiva, no la inventa el físico] las cosas se mueven de maneras predecibles dentro de un espacio vacío, [en Cuántica, también, solo que la predicción se hace en términos de probabilidades] y la interacción entre ellas tiene que producirse por un contacto directo [la mayor parte de las veces, no: las masas crean campos gravitatorios y las cargas, campos eléctricos, que actúan a distancia. Y eso sucede por igual en la física clásica y en la cuántica].”
     
    La esencia de la física cuántica es el principio de incertidumbre. [No. La esencia de la Física cuántica es la cuantización de la energía, que no se transmite de forma continua sino en “paquetitos”.] Predice posibilidades, no certezas [No: predice probabilidades, que no es lo mismo que posibilidades]
     
    La teoría implica que todos los sistemas materiales (partículas subatómicas, electrones…) tienen entre sus propiedades dos características opuestas, pueden manifestarse como ondas o como partículas [“opuestas” no es la palabra adecuada. Una partícula NO es lo contrario de una onda]. Sucede algo semejante a la información emitida por la radio o la televisión [Este ejemplo es desafortunado, sobre todo por lo que viene después: en mi televisor TAMPOCO están los objetos que veo. Lo que veo es una imagen de esos objetos. Las ondas electromagnéticas me transmiten una imagen de las cosas, no las cosas mismas. No tiene nada que ver con la dualidad onda-corpúsculo de la materia]
     
    “Más aún, se han realizado experimentos en los que un objeto, o un insecto vivo, encerrado en un recipiente de vidrio ha desaparecido sin romper el recipiente y ha sido “teletransportado” a otro lugar; es decir, su función de onda no se materializa ya (no se “colapsa”) en ese recipiente sino en otro lugar Estos fenómenos constan en el informe de la Fuerza Aérea Norteamricana “Teleportation Physics Study”. Para todo esto es necesario un potente receptor-transmisor de esas ondas” [Hasta donde sé, esto es pura ciencia ficción. Además, la función de onda no se puede materializar. De hecho, no se materializa nunca. La función de onda asociada a una partícula, que se obtiene resolviendo la ecuación de Schrodinger, no es más que una cierta función matemática que, integrando su cuadrado en una determinada región del espacio, nos da la probabilidad de encontrar la partícula en esa región. Eso y solo eso.]
    Otro día, más.
     
     

  • pepe blanco

    Con frecuencia he aplaudido las aportaciones de Gonzalo Haya, uno de los pocos colaboradores de Atrio interesados en el universo de la mística, pero esta de hoy…, ¡ufffff! No lo he leído con mucho detenimiento, pero me ha sonado más a ciencia ficción que a otra cosa…

    Para empezar uno lee esto “Ante la imposibilidad de explicarlas mediante el paradigma materialista de las Escuelas de medicina, ha elaborado, en consonancia con otros especialistas, una explicación basada en la física cuántica.”

    Al leer esto, alguien pude pensar que la física cuántica es un saber esotérico, espiritual, mágico o algo por el estilo. Nada más lejos de la realidad. La física cuántica es tan materialista como la clásica. No es determinista sino probabilística -en su interpretación actual mayoritariamente aceptada-. Pero eso no quiere decir que no sea”materialista”. El aparato matemático del que se vale la cuántica es alucinante, pero necesita todas esas matemáticas: no son conjeturas felices en un mundo espiritual de estados místicos…

  • Margarita Aguirre

    Gracias Pepe por tu preciosa historia tan real, como la cultura-poesía de los niños sensibles e inteligentes.
    Enhorabuena por la siguiente rama de tu vida: Claudia.
    Con lo mal que me tratas, ¿cómo es posible que te quiera tanto?

  • oscar varela

    Hola juanel!

    Tu Comentario me suena a sensato.

    No estoy en condiciones de jezgarlo a nivel científico.

    La sensatez la hallo en volver a la raíz,
    que ni Pim Vam Lomme puede soslayar:
    su propia e in-transferible vida.
    dentro de la cual encuentra su “teoría”,
    que es donde nosotros la encontramos: en su vida.
    ……………

    Un Asunto hasta ahora no mencionado,
    -pero que puede estar sub-yaciendo en las consideraciones-
    ¿no te parec que pudiera ser ese de que:
    la Vigilia es un Soñar despiertos?

    Los “sueños” cuando dormimos
    ¿no son tanto o más Enigms y Jeroglifos:
    Cifras a des-cifrar?

    Y así nos vamos acercando a los Cuentos,
    de los que tanto “saben” los niños.

    ¿Estamos lejos de concebir la Ciencia
    como un Mito fermentado hacia el “blend” de la “exactitud”,
    sin nada más -¡y nada menos!- que “exactitud”;
    pero no más “veraz” dentro del “proprium” de la vida humana?

    Tal vez ¿no?

    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Juanel

     
    Siguiendo a Hans Küng en su libro “Vida Eterna” opino que la muerte clínica, con parada cardiorespiratoria y encefalograma plano, no es la muerte biológica definitiva, de ésta no hay retorno. Por tanto los pacientes con muerte clínica que se recuperan no pueden hablar de un mundo más allá de este, sino de sus experiencias muy próximas a la muerte definitiva que desencadena todas las alarmas posibles de nuestro organismo. Esta alarma total produce experiencias extrañas con un estado alterado de conciencia en grado máximo. Sin duda, éstas experiencias son objeto de estudio muy interesante, pero como método de trabajo resulta mucho más eficaz dejar las creencias del investigador aparte, para lograr la máxima objetividad posible. Resulta extremadamente sospechoso lo que se dice: “cambio permanente en el sujeto en el sentido de empatía, comprensión y amor incondicional a los demás. Aumentan el sentimiento religioso (la espiritualidad) pero disminuyen el interés por la religión institucionalizada”, porque el investigador está buscando la confirmación de sus creencias en los datos que investiga al seleccionar lo que le conviene, por tanto son interesadas y no objetivas.
     
     
    El autor P.V.Lommel (del cual no he leído nada ni tengo referencias de él por mi desconocimiento, tal vez tenga que consultar Wikipedia) vuelve a hacer lo mismo que en el tema anterior con la Física cuántica. Todo físico sabe que el nivel cuántico tiene escasa relevancia en el nivel macroscópico de nuestro entorno. Hay un filtro que impide su manifestación. Es algo semejante a la influencia de las 4 fuerzas fundamentales. Las dos fuerzas que están presentes e interactuando en nuestro nivel macroscópico son la gravedad y la fuerza electromagnética, pero ni la fuerza nuclear fuerte ni la débil tienen un papel relevante, pues interactúan a muy corta distancia siempre en niveles subatómicos. Ciertamente usamos en ciertas tecnologías ambas fuerzas nucleares, del mismo modo que usamos tecnología con fenómenos del nivel cuántico como el “efecto túnel” entre otros. Muchos se refieren a este nivel como “limbo cuántico” porque los fenómenos que ocurren en él pierden todo tipo de coherencia. Los objetos o partículas no tienen localización determinable, pueden estar en dos lugares o más al mismo tiempo, reaccionan de modo extraño hasta por la simple observación o detección, el tiempo no supone ningún límite pueden recorrerlo hacia adelante o hacia atrás de modo indiferente, el mundo que describe no es único sino múltiple, etc. Sin embargo, nuestro mundo macroscopico sostenido por el nivel cuántico no tiene ninguna de sus características por ello se habla de filtro, sólo deja pasar un mundo coherente y temporal con una única dirección del pasado al futuro.
     
     
    Si en nuestro nivel macroscópico rigieran las características del nivel cuántico sería incoherente y caótico y evidentemente no lo es. Si nos subimos a un avión desde Tenerife con destino a Barcelona esperamos llegar allí en tres horas. Si fuese nuestro mundo cuántico pues podría ser que no sólo lleguemos a Barcelona sino también a Praga y a Estambul y a…. o que lleguemos no en tres horas sino un mes antes de haber salido de Tenerife. Menos mal que el nivel cuántico no influye en nuestras decisiones, ni en nada relevante del nivel macroscópico.
     
     
    Luego el autor P.V.Lommel nos propone una teoría esotérica de la Conciencia no-local o universal o cósmica, con escaso apoyo en la Teoría cuántica e interpretada en su interés. Ya el físico teórico Roger Penrose lo intentó hace algunas decenas de años en su libro “la mente del emperador” tratando de explicar la conciencia como un fenómeno cuántico. El varapalo de la crítica científica que recibió por hacerlo fue contundente. Quizás pudiera haber algún fenómeno cuántico en nuestra conciencia, habrá que investigarlo “científicamente”. Ello es posible dado que hay unos pájaros que utilizan algo muy similar al efecto túnel cuántico para orientarse, y quizás nosotros utilicemos algún mecanismo de este tipo en nuestra conciencia. Pero lo que no es científico ni puede serlo de ninguna manera es la Conciencia Cósmica y todo cuanto deriva supuestamente de ella. No existe ningún procedimiento que pueda proponerse para refutarla o confirmarla. Tampoco afecta a ningún otro fenómeno del mundo físico que sea aplicable ni por sí misma ni por ninguna de sus consecuencias. Sólo resulta aplicable a lo que pretende resolver la conciencia humana, no como algo intrínseco o propio del ser humano sino externo a él, con una interpretación globalizada del mundo que nada tiene que ver con la de la Ciencia.
     
    Saludos cordiales

  • pepe sala

    Honorio Cadarso dice:
     
    “”Me gustan todavía más las reflexiones de tu nietuca sueca, Pepe Sala. A veces los niños nos descubren las verdades mucho mejor  que nosotros mismos, los sesudos adultos.””
     
    Quiero creer que los niños no reflexionan, Honorio. Los niños sueltan lo primero que se les ocurre y suelen tener ocurrencias que nos dejan descolocados a los ” reflexivos mayores”. Creo que mi gusto preferencial por los niños ( me llevo muy bien con ellos-as y dicen que tengo muy buena mano para entretenerles) se debe precisamente a su expontaneidad.
     
    Nos toca a los mayores canalizar adecuadamente sus ocurrencias y no seré yo quien pase por alto cualquiera de sus encantadoras expontaneidades. Debemos tener en cuenta que los niños no están CONTAMINADOS por las nefastas influencias que les llegarán cuando crezcan. Su ” agua” es pura y cristalina y yo siempre estoy muy atento a beber de ése ” agua”.
     
    Cierto es también que un niño suelta del mismo modo una ocurrecia que nos descoloca  o suelta un erupto ( en su significado real) al que aplaudimos con satisfacción. Cuando crezcan y las influencias externas hayan hecho su mella, ni siqueira les dejaremos eruptar. Cosas de la vida…
    —-
     
    Gracias por tu buena acogida a mis  historiucas, Mª Pilar. Con lectoras como tú da gusto seguir ” yendo todavía”.
     
    Saludos, pues

  • mª pilar

    Pepe, como siempre ¡Genial!

    Vuestra semilla, produce unos frutos:

    ¡¡¡Fantásticos!!!

    Puedes-debes sentirte feliz y orgulloso; Alma, nos da una lección maravillosa, para cuantos andan aferrados… ¡que se yo! a cuantos quebraderos de cabeza…

    Ella lo vio claro enseguida.
    ¡Gracias por hacernos partícipes de tus vivencias tan ricas en sabiduría:

    ¡¡¡Humana!!!

    ¡¡¡felicidades por Claudia!!!

    Un abrazo entrañable.

    mª pilar

  • Antonio Vicedo

    Desde el convencimiento indemostrable que experimentamos como vivencia de permanencia y continuidad cuando , en nosotros todo lo material cambia con tanta frecuencia y rapidez  ¿qué podemos decir  del otro cambio aún no experimentado de la muerte?
     
    Pues eso: que,  como tantos otros momentos sucesivos vivenciados con más o menos consciencia, puede que sea eso lo que nos introduce a algo de lo que no tenemos más prueba que la de que es un modo de permanencia distinto a los vivenciados.
     
    Creer que la muerte es punto final sin pruebas, no deja de ser oportunidad para creer que el proceso vivenciado continua
    Se trata, pues de una vivencia de libertad humana, racional y consciente, por la que escogemos o el fin definitivo, o la permanencia en  ser el alguien que hemos venido siendo desde un principio individualizante a pesar de tan totales cambios.
     
    Y esto, no sólo reducido al YO de cada una/o, sino al NOSOTRAS/OS universalmente HUMANAS/OS.
     
    Si, por una de aquellas, llegamos a motivarnos en y por las vivencias de Fe de quienes nos testimonian, a precio de sus vidas,  su  Fe en el RESUCITADO, Jesús, el Galileo muerto crucificado, tanto mejor, para tomar en serio nuestro vivir de ahora y a quienes. en esta vida, nos han precedido.

  • h.cadarso

    Marisa, me dejas perplejo con tu pregunta. porque de primeras creía que preguntabas si existe vida después de la muerte, pero no, tú al revés de todo el mundo.
    Bueno, en realidad hay otro que va contigo. Calderón de la Barca dice que “La vida es sueño”. Y las Coplas de Jorge Manrique dicen que “del momento que nacemos, a la muerte caminamos”. O sea que la muerte es la única realidad, lo de antes de la muerte es un camino para alcanzar esa realidad.
    No sé, Gonzalo. Creo que una ocasión tuve una parada cardiaca, como un ensayo de la muerte. Y la verdad es que de aquellos momentos o de aquellas horas, que no sé cuánto tiempo fue, no me ha quedado absolutamente nada.
    Me gustan las reflexiones de Lucho. Y tengo un soneto en el que me pregunto, amigo Lucho, si el ser humano, las cosas, más que ser, existimos; porque ser es un estado inmutable una posesión intransferible e irrenunciable; pero existir es pasar. No somos la estación, sino el tren que pasa, no el cielo, sino la nube que viaja por el espacio, nace y se disuelve…
    Me gustan todavía más las reflexiones de tu nietuca sueca, Pepe Sala. A veces los niños nos descubren las verdades mucho mejor  que nosotros mismos, los sesudos adultos.

  • pepe sala

    ¡¡ Caracoles!, Iñaki.. éso de ” artista” me ha llegado al alma, Desde que no ejerzo mi profesión de fontanero ya no me dicen piropos tan agradables.
     
    Te lo pagaré como mejor pueda y, mucho me temo que en esta ocasión me iré yo también por los famosos ” Cerros de Ubeda”. Los ” artistas” somos así de contradictorios. Vaya una historiuca reciente como pago a tu piropo:
     
    La pondré título y todo, Iñaki:
     
    LA MUERTE SE SOLUCIONA CON LA VIDA.
     
    En Suecia tienen parecidas costumbres que en España respecto al día de los difuntos ( que por cierto, es hoy, día 2 de Noviembre). Mi familia sueco-española no son demasiado rituales ni tradicionales , pero si hay que cumplir se cumple y no se le da mayor importancia a ” lo que toca” en cada ocasión.
     
    La historia comienza hace casi dos años, cuando Alma pidió tener un hermanito como sus amiguitos-as. Las cosas se complicaron durante la gestación del hermanito de Alma y a los pocos meses se impuso la necesidad de interrumpir el embarazo. No había otra solución.
     
    Lo malo del caso es que al bebé en gestación ya le habían puesto nombre y poner nombre supone personalizar a un ser humano que será muy difícil de olvidar en el futuro. Alma ya va a la escuela y en estos días se ha comentado mucho la famosa fiesta de Halowey. ( al estilo americano, bastante extendido en Suecia.) La niña no llegaba a comprender muy bien la fiesta y se aseguró preguntando a sus padres en casa. Como mejor supieron hacerlo, los padres le explicaron la tradición de recordar a los seres queridos que hubieran fallecido y la costumbre de llevarles flores a las tumbas.
     
    Alma se puso manos a la obra y pintó un precioso dibujo para su hermanito. Pidió a sus padres que le llevaran al bosque donde habían exparcido las cenizas de Hector y los padres no tuvieron más remedio que aceptar. Entrados en el bosque, las flores fueron tiradas en cualquier sitio. Alma salió corriendo y SE ABRAZO A UN ARBOL.
     
    La madre, sorprendida de que  Alma continuase abrazada durante tanto tiempo le preguntó:
     
    — ¿ Qué haces, Alma?
     
    — Estoy abrazando a mi hermanito Hector- respondió la niña nerviosamente y con los ojos vidriosos de lágrimas.
    ¿ No ves, mamá, que Hector está en todos los árboles del bosque.?
     
    Los padres se abrazaron a su vez a Alma y a los árboles llorando. Tomaron en sus brazos a la NUEVA VIDA que valientemente trajeron al mundo para sustituir a la muerte ( se llama Claudia  y es una preciosidad casi a la altura de Alma.) y volvieron a casa felices.
     
    El comentario de mi hija ( quien me contó ayer mismo ésta historiuca) fue que:
     
    LOS NIÑOS NOS ESTAN DANDO LECCIONES DIARIAMENTE.
     
    Saludos, pues.

  • No es comentar este artículo porque no sé llegar a ello, aunque intuiciones y experiencias hay. Es deciros a todos los de Atrio que me gustáis mucho cada día. Éste artículo me ha dado paz hoy precisamente. Vuestro esfuerzo llega. Gracias.

  • olga larrazabal

    Las filosofías orientales miraron desde hace ya mucho tiempo la materia como energía .  La Física Occidental llegó a esa misma conclusión, pero todavía falta mucho para dar cuenta de los fenómenos que nos rodean.  Se desarrolló la Física Cuántica como una teoría que da cuenta de muchos más fenómenos que antes, pero para entender algo hay que empezar a mirar el mundo con otros ojos.  Ahora, no solo somos energía, sino que las estructuras físicas que vemos y otras que no vemos, tienen, según los físicos, una “propensión” a ser.  Son probabilísticas en cada minuto.  Entonces nuestro cuerpo puede volver a tomar la forma de energía, seguramente con su propia vibración especial, en cualquier minuto, siendo uno de ellos la muerte, cuando la estructura se desmaterialice debido a la pérdida de la organización que es lo que la convertía en una estructura.
    Ahora ¿Qué hace esa energía desmaterializada cuando pierde el cuerpo que la comunica con la tierra?  Con certeza, nadie lo sabe.   Ahí entra la especulación y la esperanza  de reencontrarnos con nuestros afines energéticos, es decir aquellos a quién hemos amado durante esta vida, o comunicarnos con ellos.
    Médicos y enfermeras, que tienen experiencias sobre el tema de la muerte, de la resucitación etc.  están comenzando a registrar sus experiencias, lo que es muy interesante ya que son los que están en los lugares donde se da la experiencia.  El resto del mundo especula.
    Hay muchas corrientes que especulan sobre el tema, desde el ocultismo de Madame Blavatsky, basada en las filosofías orientales, las religiones animistas, los santeros, los que hacen espiritismo, los tibetanos que incluso tienen un libro guía, o los hinduistas que creen en la reencarnación como instancia de aprendizaje antes de fundirse en la energía de Brahma.
    Ah, y también están los católicos, que no se qué es lo que realmente creen después de 2000 años de mezclas del folklore de todos los pueblos.
    Lo importante es si a las personas estos descubrimientos les dan esperanza y los hacen vivir mejor, teniendo en cuenta que nadie tiene la verdad.

  • Iñaki San Sebastián

    Menos mal que hay artistas como tu, amigo Pepe Sala, que nos estropean el paseo por…”los cérros de Ubeda”. Cuanto palabru, matemática, física  y metafísica. Metido en harina, cuelo mi comentario colateral para este día de difuntos:
    Estos días, muchos de nosotros, cada uno con nuestra forma de pensar, depositaremos unas flores en la tumba de algún ser querido. No deja de ser misteriosa la energía de un amor que, al seguir vivo y dando vida a quienes lo recibieron de un modo u otro, bien puede merecer el calificativo de inmortal. Menudo tesoro el de quienes llegan a captar la felicidad de quien les dio amor y se apresuran a devolverlo para participar del festín. ¿Será posible que el ser o no ser feliz esté tan al alcance de nuestras manos? ¿Por qué decimos entonces que, con los pies en la Tierra, la felicidad es algo inalcanzable? ¿Será acaso por nuestra obsesión en recibir y acumular, olvidándonos del devolver?
    En este puente de Todos los Santos 2012, con la crisis y la desolación a la orden del día para demasiada gente, no estaría de más darle unas vueltitas al tema. No intento privar a nadie de celebrar su Halloween o noche de la brujas, como mejor le plazca. De todos modos, diría que no me acaba de llenar la felicidad efímera de jugar con el misterio que late en cada uno de nuestros cementerios. En el día de difuntos me gusta más tratar de examinarme bien en el amor o en la solidaridad, según me sitúe en un plano personal o comunitario. En definitiva, el amor es a la vida lo que la solidaridad a la convivencia.
    Estaría bien que nuestros políticos, tan enfrascados en la búsqueda de acuerdos, reconocieran la importancia de la solidaridad. Desde la perspectiva de la comunidad, únicamente las soluciones solidarias podrán sacar del agujero a quienes, cada vez en mayor número, arrastran sus penas por el camino.

  • pepe sala

    Mi querido Xarri, no te puedes imaginar la alegría que me has dado al leer tu comentario.
     
    Sobre todo en lo referenyte al “palabru” que utilizas en este párrafo y que tantos quebradros de cabeza me resultaron en los tiempos que tanto añoramos por aquí. ( Mi familia, al completo, estaba muy preocupada.):
     
    “” Mientras vivamos la temporalidad no podremos prescindir de nuestra ignorancia, aunque, asintóticamente, avance en la conciencia del conocimiento.””
     
    Ya sabes que yo soy muy poco ” asintótico” ( soy más del todo o nada), pero mi instinto , que no pasa a niveles superiores , estaba un tanto ” anonadado” (¡¡ toma palabru!! )  al no leerte en ATRIO.  Me has alegrado el día, jodido… )
     
    Abrazotes enormes a Teresita y toda la familia. Nosotros estamos bastante bien ” gracias a dios”.

  • Sería interesante que podamos reflexionar sobre la relación de “Resurrección  entre inmortalidad.”.
    Lucho

  • La Iglesia tiene su espacio de reflexión en cuanto al tema “del más allá’, conocido también sobre los novísimos y escatología (cosas ultimas). Todas estas manifestaciones la podemos considerar como un estudio teológico de las realidades ultimas, es decir, posteriores a la vida terrena del hombre o posteriores al final de la historia misma de la humanidad. Este doble punto de referencia ( lo posterior a la vida terrena y lo posterior a la historia de la humana) es esencial para comprender la concepción católica del MAS ALLA, la cual, recogiendo así todos los datos de la revelación, distingue dos fases diversas dentro de él: además de una escatología final, posterior a la conclusión de la historia, afirma la existencia de una escatología que se extiende para cada hombre desde su propia muerte hasta el final de los tiempos, es decir, hasta la resurrección de los muertos, y que se conoce con el nombre de escatología intermedia.
    Debe reconocerse al existencialismo el merito de haber subrayado la presencia continua de la muerte en la vida humana. La muerte no es meramente un término extrínseco al que todos nos encaminamos, sino una realidad que opera en nuestro interior desde el primer instante de nuestra existencia.
    Cada paso que damos en la vida va señalado por una operación de la muerte en nosotros. El existencialismo no puede tomar en serio – como, por lo demás, no lo tomaría ningún hombre normal, por muy materialista que fuera y por muy convencido que estuviera de que no hay nada después de la muerte – la declaración de Epicuro, que dice: “La muerte no es nada con respecto a nosotros. Cuando existimos nosotros, la muerte todavía no existe; cuando la muerte existe ya no existimos nosotros”.  No. La muerte existe y acompaña todo instante de nuestra existencia. El hombre puede definirse como “ser para morir”; pero no sólo para morir una vez, sino que en cada instante se realiza como “ser que muere”.
    Pero el existencialismo es, claramente antimetafisico. Ello limita su campo de conocimiento a la constatación de lo que la mera existencia refleja. No habiendo posibilidades de conocimiento mas allá de este campo, no tiene sentido preguntarse por algo que sea anterior a la existencia o posterior a ella. Solo lo que cae dentro del tiempo, no lo que es anterior o posterior a él, se encuentra, para el existencialismo, dentro de un horizonte de inteligibilidad.
    Por ello, el existencialismo, al analizar al hombre, solo puede decirnos que lo haya lanzado en la existencia y encaminándose a un término que el existencialismo concibe como naufragio total. El hombre camino inexorablemente hacia el naufragio total. Pero esto en realidad no es específicamente humano, ya que se da también a nivel animal. Su tragedia radica en que ese avanzar es consciente. De esa conciencia de encaminarse al naufragio total sin poder detenerse nace la angustia o, en frase de Sartre, la NAUSEA.
    Saludos
    Lucho

  • sarrionandia

     
    En la inmutabilidad óntica del Ser (disculpen el inútil palabrerío) fulgura la Verdad como síntesis del Bien.
    La Fisica. clásica y cuántica, sigue lejos de completar el inventario de sus conocimientos y no tiene permiso para saltearse los límite de su frontera. Mas allá está la Metafísica que tampoco sirve para alumbrar las entrañas (si es que existen) del Misterio.
    Mientras vivamos la temporalidad no podremos prescindir de nuestra ignorancia, aunque, asintóticamente, avance en la conciencia del conocimiento.

  • MARISA-EL TALLER

    Magnifico articulo, me alegro que ATRIO lo publique.
    Mi pregunta es, ¿Pero existe vida antes de la muerte?.
    PAZ Y BIEN

  • oscar varela

    – “Ojalá que los lectores de ATRIO ayuden a completar y a contrastar la explicación de Van Lommel. “-

    ¡Buena propuesta, Gonzalo! 

    ¡Suerte! – ¡Vamos todavía! – Oscar.